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INSTITUTO DE POSTGRADOS
SECCIONAL BARRANQUILLA
ESPECIALIZACIÓN EN DERECHO PROCESAL
ASIGNATURA: PROCESOS CIVILES
14, 15 y 28 y 29 de septiembre de 2018
EXAMEN FINAL
En virtud de lo anterior, la Corte debe señalar que mientras los Magistrados que habrán de
integrar la Comisión Nacional de Disciplina Judicial no se posesionen en sus cargos, la Sala
Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura continuará en el ejercicio
de sus funciones y conservará su competencia para: (i) desempeñar la función jurisdiccional
disciplinaria; (ii) resolver sobre los conflictos de competencia que surjan entre las distintas
jurisdicciones; y (iii) conocer de acciones de tutela. Asimismo, en el numeral tercero de la
parte resolutiva del Auto 278 de 2015, la Sala Plena dispuso remitir a la Sala Jurisdiccional
Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, “todos los conflictos de competencia que
ocurran entre las distintas jurisdicciones que hayan sido enviados a la Corte Constitucional,
en desarrollo de lo dispuesto en el artículo 14 del Acto Legislativo 02 de 2015”.
Por último, la decisión a tomar debe ser REMITIR el expediente a la Sala Jurisdiccional
Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, para que dirima el conflicto de colisión
negativo de competencia entre jurisdicciones, suscitado entre ambos Juzgados.
Con relación al juez competente, teniendo en cuenta el factor territorial y la cuantía, será
el Juez Civil del Circuito de Cali, en primera instancia. El factor territorial, atendiendo lo
dispuesto en el numeral 7 del artículo 28 del C.G.P., define la competencia, de forma
privativa, en Cali, pues allí se encuentra ubicado el bien afectado con la garantía real. El
factor cuantía se determina con base en el inciso 4 del artículo 25 del C.G.P. y el numeral 1
del artículo 26 del C.G.P.
El trámite del proceso consiste en que el acreedor hipotecario o prendario podrá demandar
desde un principio la adjudicación del bien hipotecado o prendado, para el pago total o
parcial de la obligación garantizada, y solicitar en subsidio que si el propietario demandado
se opone a través de excepciones de mérito, la ejecución recibirá un trámite especial.
A pesar de lo anterior, con el debate aún vigente, la linea jurisprudencial tanto de la Corte
Constitucional, como de la Corte Suprema de Justicia, se han decantado por seguir el
precedente fijado en la Sentencia T-488 del 2014, donde se sostiene que se presumen como
baldíos aquellos bienes en cuyos registros no consta un titular del derecho de dominio,
solicitandole a la Escuela Judicial Rodrigo Lara Bonilla socializar esta providencia a los
distintos funcionarios competentes.
“ (…) Es por ello que el legislador, de forma adecuada, previó cualquiera de estas situaciones
en el Código General del Proceso, brindándole al juez que conoce del proceso de pertenencia
las herramientas interpretativas para resolver el aparente conflicto normativo, así como las
herramientas probatorias para llevar a una buena valoración de la situación fáctica.
Reconociendo, sin lugar a dudas, que en todos los casos en los que no exista propietario
registrado en la matrícula de un bien inmueble, debe presumirse que este es un bien baldío.
En conclusión, el juez debe llevar a cabo una interpretación armónica y sistemática de las
diferentes normas existentes (…) sin desconocer que existe una presunción iuris tantum en
relación con la naturaleza de bien baldío, ante la ausencia de propietario privado registrado,
pues tal desconocimiento lo puede llevar a incurrir en un defecto sustantivo (…)”
Esta postura es reiterada en sentencia STC11391-2017, proferida por la Sala de Casación
Civil de la Corte Suprema de Justicia, de la sigiuente forma:
“Basta volver sobre los apartes atrás transcritos de la decisión del despacho acusado para
concluir que allí no existió una debida valoración de las probanzas recaudas de cara a las
consecuencias sustanciales derivadas de las mismas, como lo exige el ordenamiento jurídico,
relievando que los predios objeto de usucapión carecían de antecedentes registrales, por lo
que, siguiendo las conclusiones de la Corte Constitucional a las que se hizo mención líneas
atrás, debía presumirse que constituían baldíos imprescriptibles, a menos que al interior del
juicio se demostrara lo contrario (…)
Así las cosas, descendiendo al caso concreto, teniendo en cuenta que en el tramite
propuesto se encuentra que el terreno pretendido carecía de antecedentes registrales, y
que no se allega al proceso el título originario que demostrara que el Estado se había
desprendido del dominio de dicho terreno; las pretensiones deben denegarse pues no se
desvritúo que el bien sea baldío, por lo que la explotación económica que pudiese
demostrarse, es inane frente a su imprescriptibilidad y solo es útil para la suponer la buena
fe.
5. El juez debe validar el contrato de arriendo suscrito entre las partes, y si no media alguna
de las causales de justificación para terminación unilateral, tal como lo establece la Ley 820
del 2003 artículo 22, se debe esperar que se cumpla el tiempo pactado dentro del contrato
de arriendo para luego perfeccionarse el contrato de compra venta mediante la entrega del
inmueble.
9. En el presente caso, Ana y Juan, quienes se consideran dueños en común del bien
inmueble y que Jose lo está explotando sin su permiso, pueden iniciar la acción
reivindicatoria, contemplada en los art. 946 y ss. del Código Civil, según el cual La
reivindicación o acción de dominio es la que tiene el dueño de una cosa singular, de que no
está en posesión, para que el poseedor de ella sea condenado a restituirla.
10. Con la expedición del Codigo General del Proceso, y sus modificaciones, no se hizo
esperar el debate en relación a la interpretación del artículo 375, que regula el proceso de
pertenencia, que busca obtener judicialmente obtener el dominio del bien mediante
usucapión. El artículo en mención, dentro de los requisitos para dar tramite a este proceso,
obliga a la vinculación e los acreedores hipotecarios y prendarios del bien a usucapir.
Es preciso señalar que resultaría violatorio del derecho sustancial, que el Juez al dictar
sentencia sorprenda al acreedor hipotecario con la extinción de la hipoteca, sin que nadie
haya dicho nada en el curso del proceso de pertenencia sobre la extinción de la misma. Esto
sin descuidar el principio de congruencia de las providencias, según el cual, la sentencia
debe guardar consonancia con los hechos y las pretensiones esgrimidos en la
correspondiente demanda.
Ahora bien, tal como se expuso anteriormente, de la lectura sistematica del artículado
procesal y sustancial, no puede concluirse que la sentencia que declara pertenencia posea
merito para extinguir automáticamente la hipoteca o prenda sobre el bien inmueble, como
quiera que dentro de los modos de extinción de la hipoteca en el Código Civil, no se
encuentra la declaración de pertenencia.