Professional Documents
Culture Documents
"En una remota antigüedad, las verdaderas personas respiraban yin y yang, y
todos los seres vivientes admiraban su virtud, armonizando así de manera
pacífica. En aquellos tiempos, el liderazgo estaba escondido, lo cual creaba de
manera espontánea una simplicidad pura. La simplicidad pura no se había perdido
todavía, de manera que multitud de seres estaban muy sosegados" (Wen Tzu,
capítulo 172, Edaf, 1995). Más adelante, en los escritos taoístas se encontró
paralelismo entre los términos verdaderas personas y adeptos, iniciados o
realizdos en el ideal taoísta. Como se ve, lo remoto de la referencia señala unos
comienzos primitivos del naturalismo y su vertiente taoísta.
A estos tres héroes/maestros, Fu Hsi, Shen Nung y Huang Ti, se les conoce
cotidianamente como Los Tres Augustos: "Los Tres Augustos no tenían normas ni
órdenes, pero el pueblo les seguía". Tras ellos siguió una época degobernanates
llamada como la de los Cinco Señores: "Tenían normas y órdenes, pero no
castigos ni sanciones". Estos fueron sucedidos por los Tres Reyes, Yao, Shun y
Yu.
Una primera cronología sitúa aquí la dinastía Shang, o Yin, que transcurre entre el
siglo XVIII y el siglo XII a.C.: Posteriormente, en tiempos de la dinastía Shang, la
gente comenzó a saborear y a desear las cosas, y la inteligencia fue seducida por
las cosas externas. La vida esencial perdió su realidad". Época de civilización
material, desarrollada, donde apareció la práctica de la esclavitud y el control
político de las masas. Desde aquí, y hasta los tiempos actuales, el pueblo chino,
quizás inconscientemente, quizás siguiendo un patrón simbólico, ha añorado esa
etapa de su historia, temprana, inocente, cabal, natural y simple. Y esa pauta la ha
recogido el taoísmo en varias ocasiones a lo largo de la historia del pueblo chino.
Por estas fechas algunos consideran probable –o simplemente, una leyenda más
o menos repetida- que surgiera una obra titulada Wen Tzu. Sin embargo, como
esta obra –recopilación de enseñanzas de Lao Tze- no pudo haber sido sino
posterior al propio Lao Tze, parece que os encontramos con uno de los primeros
autores simbólicos de la ingente, legendaria y densa bibliografía taoísta. El hecho
de que se asuma que el Wen Tzu apareciera en estos años se debe a que su
supuesto autor –repito, mayoriatariamente aceptado como discípulo o posterior a
Lao Tze- era consejero del rey P´ing, de finales de la dinastía Chou.
775-200 a.C. (Periodo Clásico)
El taoísmo de este periodo –del Periodo Clásico- tiene dos enfoques algo
diferentes: el aportado por Lao Tze y predecesores, y el aportado por Chuang Tze
y Lieh Tze, discípulos, desde un punto de vista escolástico, de Lao Tze. Mientras
el Maestro deja sentadas algunas bases en su Tao Te King –que se pueden
discutir más ampliamente en otro momento-, bases ampliamente aceptdas por sus
continuadores, algunos aspectos no lo han sido así.
Lao Tze –sobre el 475 a.C.- habla de un ente –el lenguaje tiene estas limitaciones-
o fuente primordial de toda vida y existencia, único, innombrable, el Tao –de
nuevo…-, sin figuración o animación –chocando con las ideas del chamanismo,
aunque no del todo, pues el chamanismo se basa en fuerzas y agentes, no tanto
en la interpretación y manipulación del propio Tao (Mircea Eliade, que no me gusta
en demasía, habla ampliamente de estos conceptos)-, fuerza que mantiene el
universo en sus circunstancias cambiantes, de carácter benéfico –aunque esto
sea luego discutible, a no ser que la propia existencia se tome como tal-. Ajustarse
a los principios de acción del Tao –el wu wei- es la acción correcta y benéfica
hacia nosotros mismos y hacia la comunidad. El sabio taoísta, que participó con
frecuencia en asuntos relacionados con el gobierno de un reino o de un Estado, se
compromete benévola y distantemente con su comunidad. Por otro lado, los
sabios taoístas utilizaban técnicas de respiración, gimnasia –calistenia, quizás- y
alimentación que procuraban un mejor estado de salud y una mayor longevidad,
mientras se alejaban de las cosas materiales y de las comodidades. Es decir, eran
ascetas comprometidos con una labor hacia sí mi smos y hacia los demás, sin
problemas para enseñar y poner en práctica su propio aprendizaje.
Unos años más tarde –por ejemplo, 100- la visión de la política, la sociedad y la
comunidad en general, cambia sensiblemente: las actividades cercanas a la
influencia y al poder son nefastas para la salud física, mental y espiritual de los
sabios. Así estos dejan de interesarse por los asuntos políticos y sociales como
aspectos incompatibles con la salud y la longevidad –a veces sinónimo de
inmortalidad, que se refiere, a veces, al estado sublime de ciertos sabios que han
alcanzado la iluminación y, al hacerse uno con el Uno, la inmortalidad forma parte
de su ser-. Por otro lado, el Tao es una fuerza intrínseca del universo, pero ya no
es tan benevolente, sino indiferente y neutral, origen de todo y sobre todo,
convirtiendo a cualquier existente, material o no, en una entidad al mismo nivel
que las demás. Hay que destacar que el alejamiento de los problemas sociales y
políticos era más un mecanismo de defensa respecto a la influencia corruptora del
poder y de los intereses económicos que prevalecían en una época en la que los
estados y reinos feudales crecían y engordaban administrativa y políticamente.
Algo que sí tenían en común era el cuidado especial que había de darse al cuerpo
y al alma, citas sobre los cuales aparecen en el Tao Te King y en los Capítulos de
Chuang Tze. Esta preocupación iría poco a poco materializándose en lo que
posteriormente se conocería como alquimia interna. Es al final de este periodo
cuando aparece un clan de fang-shih o "maestros de fórmulas" que se
especializaron en métodos para prolongar la vida, ingiriendo minerales, por la
práctica de la calistenia –gimnasia suave (o casi) con tensiónes respiratorias-, la
alquimia sexual y métodos de higiene interior, apareciendo como los precursores
de la alquimia interna.
También por esta época es el nacimiento del libro conocido como Wen Tzu,
puesto que aparece una primera referencia de él en Registros de la Gran Historia.
De Ssu Ma, escritor que vivió enla primera mitad de la dinastía Han –
concretamente entre el 145 y el 90 a.C.-. Este libro es una recopilación de dichos,
aforismos y comentarios de Lao Tze. Este es un buen lugar para añadir que en
algunos círculos taoístas se defiende la idea que señala que Lao Tze es la manera
de llamar a un grupo, comuna o cenobio de taoístas esotéricos –o practicantes del
esoterismo taoísta-. Según esta leyenda, Lao Tze tenía –como círculo- varios
discípulos y enseñaba a cada uno un aspecto determinado de la Tradición en su
vertiente taoísta. Este libro, precisamente, podría constituir una de esas series de
enseñanzas.
206 a.C.-209 d.C. (dinastía Han)
China prácticamente estaba unificada, o repartida en 6-7 reinos, con una fuerte
concentración de poder en sus reyes o emperadores en detrimento de la clase alta
que perdió influencia. La utilización de consejeros e "intelectuales" por parte de los
poderes fácticos decreció muy sensiblemente. Creció, por el contrario, el comercio
de habilidades relacionadas con la adivinación, la curación y los intérpretes de
energías domésticas –caso del Feng Shui, por ejemplo, y fabricantes de
talismanes y amuletos también-. Con los años, estos "magos" o fang shih se
dividieron en los que trataban los aspectos más terrenos, y los que se aplicaban a
la longevidad y a la inmortalidad –con el significado de crecimiento interior o
alquimia interna-.
Aparecieron de nuevo los espíritus y demás agentes de la Naturaleza y/o del Tao,
así como los ritos relacionados con ellos y con los intereses de personas que
tuvieran poder para pagarlos. Los seguidores de las doctrinas de Mo Tze, también
llamados mohistas, erigieron templos para honrar a las potencias locales y
naturales, formando un grupo de "sacerdotes" que llevaban a cabo los ritos
correspondientes. Aunque esta práctica desapareció al final de este periodo, la
tradición seguía, en parte, viva.
Los emperadores de este periodo, sobre todo al final del mismo, se quedaron con
su corte de magos y se olvidaron de las ceremonias tradicionales, poniendo de
moda, por el contrario, ceremonias de menor alcance y asignadas a fuerzas y
potencias más locales. Este aumento de la ritología y la potenciación del taoísmo
como soporte doctrinal asociado, llevó a la transformación del taoísmo desde su
carácter primigenio –poco definido, por otra parte, pero que se podrá concretar
como "un estilo o forma de vida"- a una religión organizada, con su culto, sus
divinidades y sus intérpretes o sacerdotes –para utilizar una terminología
occidental-. Los templos tomaron una personalidad equívoco y se mezclaron las
ceremonias y honras a los antepasados con los ritos dedicados a los poderes
sagrados, y viceversa.
Ssu Ma fundó la dinastía Chin tras absorber el reino de Wu y unificar toda China.
Esta dinastía, por rencillas y celos internos, desaparece y sus miembros emigran
al sur donde fundan la subdinastía Chin oriental (317 d.C.-420 d.C.). Aparecieron
entonces dos santones taoístas que crecieron rápidamente en estima e influencia
debido a su colaboración en la reimplantación de la dinastía: Sun Yin y Lu Tun.
Eran miembros del grupo de Chang Lu y fundaron una nueva agrupación religiosa
taoísta llamada de Los Maestros Celestiales. También se desarrolló una
bibliografía entorno a La Suprema Revelación del los Cinco Talismanes del
Espíritu Sagrado, que aún se usan con frecuencia en este tipo de culto.
Hacia el final del periodo surgió la dinastía Wei septentrional, en la orilla norte del
Yang Tze, que se afianzó en esa área geográfica. Esta dinastía, menos belicosa y
más comercial, mantuvo intercambios culturales con otras naciones y reinos. En
esta época el budismo tuvo un impulso importante, con la construcción de
monasterios –monasterios llamados Shao Lin, en su mayoría-. También se
tradujeron del sánscrito muchos escritos hindúes. El emperador Wei elevó a los
Maestros Celestiales, en el año 420, a la categoría de religión oficial del reino. En
estos años surgieron algunas figuras de relieve en el mundo del taoísmo, como es
el caso de K´ou Ch´ien Chih: Sabio y sacerdote; vivió en Wei septentrional. Se
formó en el taoísmo Ortodoxo Central y experto en sus prácticas. Fue consejero
espiritual del emperador Wei y recopiló amplia liturgia de su escuela: festividades,
cultos, ritos y liturgias, ceremonias, etc. Preparó documentos en los que restringía
el uso de laimentos y bebidas, prácticas higiénicas, normas de conducta,...
Un personaje carismático y de prestigio fue T´ao Hung Ching (456-536), con cierta
influencia en el aparato administrativo de la dinastía Sung, pero, al caer ésta, se
convirtió en secretario y archivero de la corte de Ch´i. Al no merecer más
responsabilidades dejó su puesto –año 492- y se retiró a la vida ermitaña en las
montañas de Mo Shan (provincia de Kiang Su, sureste de China). Allí impartió
consejos y se dedicó a poner orden en la cosmología y bibliografía del taoísmo
shang-ch´ing o místico. Gracias al patrocinio del emperador Liang –finalizador de
la dinastía Ch´i-, montó un laboratorio para experimentos alquímicos, escribió
sobre naturopatía, adivinación, estrategia militar, geología, metalurgia –famosas
las espadas que salían de su casa-, y astronomía, poesía, ciencia, y la práctica de
las artes marciales. Todas estas facetas influirían en la teoría y práctica del
taoísmo shang-ch´in, y las enseñanzas contenidas en el I Ching se extrapolarían a
diversos ámbitos, como la medicina, la adivinación y la anatomía y fisiología
humanas –circulación de la energía, nutrición, transformaciones, etc.-. De este
modo, Mo Shan pasó a convertirse en referencia de conducta y pensamiento
taoísta, así como sus centros como modelo de organización para futuros
monasterios.
589 – 960 d. C. (dinastías Sung, T´ang, Cinco Dinastían y Tres Reinos)
Por contra, otros alquimistas como Wang Ch´ung Yang creen que la virtud social y
familiar –el confucianismo- es indispensable para la consecución de la
inmortalidad y, derivado de ello o no, desprecian la utilización de la alquimia
sexual. Los discípulos de Wang crearían una escuela llamada septentrional,
mientras que los discípulos de Chang formarían la escuela meridional.
Algunos representantes de la alquimia interior, como Chang San feng –creador del
T´ai Chi Ch´uan- incorporarían la práctica de las artes marciales a la alquimia
interna. Otros alquimistas incorporaron técnicas médicas y gimnásticas –
calistenia-, otros hierbas y cocimientos –pero no el uso de minerales y metales-, y
otros el uso de la dietética. El factor común de todos ellos es que invitaban al
cultivo –y transformación, por tanto- del cuerpo y de la mente.
Sus discípulos inmediatos y más allegados, los Siete Maestros Taoístas, dieron
lugar a la aparición de diversas escuelas –mal llamaríamos sectas-. Su discípulo
más cercano, Ch´iu Ch´ang Ch´un, daría lugar a la rama septentrional o Escuela
de la Puerta del Dragón, mientras que otro condiscípulo, Chang Po Tuan, alumno
de Lu Tung Pin, daría lugar a la rama meridional o Escuela del Yang Púrpura. Esta
última creía, a diferencia de la norteña, que había que cultivar primero el cuerpo
antes de pasar a mayores, y que había que utilizar técnicas de meditación y
estudio acordes con la tradición taoísta –circulación de la energía, respiración...-, y
no tanto budistas.
Uno de los más conocidos de por entonces fue Chang San Feng, creador, según
la leyenda, del T´ai Chi Ch´uan, además de experto naturópata y escritor de
tratados sobre alquimia interna. La secta o escuela Wu Tang Shan, creada por sus
seguidores, está muy implantada en las provincias de Hupei y Shensi, en China
central.
Las nuevas tendencias eran más racionalistas, más frías e intelectuales, y, por lo
tanto, trajeron un rechazo contra todo aquello que tuviera un aroma de magia, la
hechicería y la alquimia interna –nunca del todo bien comprendida-, con lo que el
taoísmo fue puesto en la picota. En este estado de cosas se indujeron dos
corrientes de taoísmo: el contemplativo e intelectual, y una síntesis entre budismo
y alquimia interna.
En esta época es tan fácil como en las precedentes, sobre todo, tan fácil como en
la anterior, que aparezcan y desaparezcan sectas dentro del caldo de cultivo tan
especial que es la sociedad china. Casi todas ellas serán ligeras variantes de os
distintos tipos de taoísmo que han ido apareciendo a lo largo de la historia:
taoísmo naturalista, taoísmo animista, taoísmo mágico, taoísmo adivinatorio,
taoísmo ceremonial, taoísmo talismánico, taoísmo de la alquimia interna, y
taoísmo de la acción y el karma.