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BREVE HISTORIA DEL TAOÍSMO

Juan Pablo Benito

Sin entrar de momento en la naturaleza del taoísmo, sí se puede hacer un avance


de cómo los pensadores, historiadores y antropólogos han visto al taoísmo en la
historia de China. Para ello se puede dividir la amplia historia china en grandes
periodos a fuer de hacer breve –tal como reza el título- la exposición. Estos
periodos he procurado hacerlos coincidir con la división clásica que se hace de la
historia China, la cual se suele estratificar en dinastías. Dado que el punto de vista
de este relato es el occidental y se dirige, mayoritariamente, para occidentales, el
punto de referencia de las épocas y fechas es el mismo que para la era cristiana.

4000-775 a.C. (Periodo Naturalista o Chamánico)

"En una remota antigüedad, las verdaderas personas respiraban yin y yang, y
todos los seres vivientes admiraban su virtud, armonizando así de manera
pacífica. En aquellos tiempos, el liderazgo estaba escondido, lo cual creaba de
manera espontánea una simplicidad pura. La simplicidad pura no se había perdido
todavía, de manera que multitud de seres estaban muy sosegados" (Wen Tzu,
capítulo 172, Edaf, 1995). Más adelante, en los escritos taoístas se encontró
paralelismo entre los términos verdaderas personas y adeptos, iniciados o
realizdos en el ideal taoísta. Como se ve, lo remoto de la referencia señala unos
comienzos primitivos del naturalismo y su vertiente taoísta.

"Posteriormente la sociedad se deterioró. Hacia la época de Fu Hsi, se produjo un


florecimiento de esfuerzo deliberado; todo el mundo estaba dispuesto a abandonar
su mente inocente y de comprender conscientemente el universo" (ibid). Fu Hsi es
uno de esos ancestros legendarios y míticos –simbólicos, también- de la cultura
China. Se cree que vivió antes de la consolidación de la agricultura y se le asocia
con el uso de los primeros animales de labor. También se dice de él que inventó –
o descubrió, según se mire- los símbolos del clásico I Ching. Como ocurre con
otros grandes maestros e iniciados de culturas diferentes, mantiene cierto
paralelismo con la figura de Fu Hsi. Según la historia, la leyenda, Fu Hsi fue
concebido por una virgen mientras ésta caminaba durante tres días en busca de
las huellas de Dios, por lo que se le llamó más tarde Hijo del Cielo. Tras una
gestación de doce años –alusiva de la sabiduría de que disponía al nacer el mítico
bebé-, Fu Hsi nace bajo el puente de un arco iris. En ese punto del arco nació un
río y de este río nacería poco después el caballo/dragón que portaba el Ho Tu o
Diagrama del Río, esquema a base de puntos negros y blancos del que nacería
posteriormente grupo de ocho trigramas y sesenta y cuatro hexagramsa del I
Ching.

En este periodo los moradores de lo que ahora es la República de China eran un


conglomerado de razas que se distinguían por un factor común: el nomadismo y
cierto sedentarismo, siendo este último más acusado a medida que se iba
progresando en el periodo. El nomadismo venía impulsado por la caza y por la
paciencia de los rebaños, mientras que el sedentarismo vino a raíz del cultivo de
cereales como el trigo y el mijo. La zona que más arraigo se supone para la
población de entonces es el norte de China, en la orilla septentrional del río Yang-
Tze.

En esta época de leyendas destaca aquella que se refiere a dos míticos y


legendarios exponentes de la historia y cultura China: "Al llegar a la época en la
que Shen Nung y Huang Ti gobernaban el país y elaboraban calendarios para
armonizar el yin y el yang, todo el mundo se mantenía honrado y voluntariamente
soportaba la carga de mirar y oír. Por ello estaba en orden, pero no en armonía"
(ibídem). A Shen Nung se le atribuye la invención de la agricultura y de la
herboristería, y a su esposa la invención de la seda y de los tejidos. Huang Ti, por
su parte, es recordado como Adepto y Maestro de todas las artes taoístas,
esotéricas y exotéricas: la indiferencia por lo terrenal si no es como vehículo para
la consecución de la libertad y la perfección de espíritu. Huang Ti es el primer
héroe formado por humanos, y se sitúa su existencia allá por el siglo XXII a.C.
Precisamente ese será el origen del calendario chino. Se le supone guerrero,
hombre de Estado, Emperador, místico y amante, también conocido como El
Emperador Amarillo.

A estos tres héroes/maestros, Fu Hsi, Shen Nung y Huang Ti, se les conoce
cotidianamente como Los Tres Augustos: "Los Tres Augustos no tenían normas ni
órdenes, pero el pueblo les seguía". Tras ellos siguió una época degobernanates
llamada como la de los Cinco Señores: "Tenían normas y órdenes, pero no
castigos ni sanciones". Estos fueron sucedidos por los Tres Reyes, Yao, Shun y
Yu.

Continúa la magia de las leyendas –bardos, magos, entendedores de la


naturaleza, lo que aquí llamaríamos druidas y chamanes (wu en chino)-. Una de
las más conocidas es la que se refiere a Yu. Se trata de un personaje nacido de
padre pero sin la intervención de mujer, es abandonado, a raíz de que no ha sido
capaz de sofocar ciertas inundaciones con su magia, en una montaña. Allí
permanece durante tres años transformándose en un oso y, quizás por su
simbología mitológica y animal, se le asocia un poder extremo sobre las aguas. A
él se le atribuye –o se le asocia la inspiración- la aparición de un libro llamado
Shui-Ching –o Libro del Poder sobre las Aguas-. También a Yu se le supone la
creación de una danza –llamada El Paso de Yu-, danza que se realiza en espiral
hacia un centro que se supone reflexión en la tierra de la estrella Polar –
interesante muestra de concordancia, para los amigos de la Tradición, con la
aparición de glifos y marcas en piedras e iglesias, mostrando espirales y
laberintos-.

Cuando en aplicación de su poder las aguas se retiraron de un episodio de


inundación, vio emerger de ellas una tortuga que llevaba grabado en su concha el
símbolo del Pa K´ua del Cielo Protector. A partir de aquí, con el tiempo, aparecería
esta simbología en el I Ching utilizándose como mecanismo de interpretación de la
naturaleza y como medio para la videncia. Debido a sus éxitos y poder, Shun
invistió a Yu con el carácter de la realeza, siendo Shun el primer monarca que,
tras un reinado fructífero y enriquecedor, subió a los cielos. La leyenda cuenta que
Shun fue instruido por la hija de su antecesor en el cargo, Yao –una forma
materializada de la Trinidad cristiana, quizás-.

Una primera cronología sitúa aquí la dinastía Shang, o Yin, que transcurre entre el
siglo XVIII y el siglo XII a.C.: Posteriormente, en tiempos de la dinastía Shang, la
gente comenzó a saborear y a desear las cosas, y la inteligencia fue seducida por
las cosas externas. La vida esencial perdió su realidad". Época de civilización
material, desarrollada, donde apareció la práctica de la esclavitud y el control
político de las masas. Desde aquí, y hasta los tiempos actuales, el pueblo chino,
quizás inconscientemente, quizás siguiendo un patrón simbólico, ha añorado esa
etapa de su historia, temprana, inocente, cabal, natural y simple. Y esa pauta la ha
recogido el taoísmo en varias ocasiones a lo largo de la historia del pueblo chino.

En el siglo XII a.C. comienza la dinastía de los Chao y se considera como un


punto de referencia por la aparición de leyendas y personajes con mucha
importancia en el devenir chino. En esta época los chamanes se fueron
profesionalizando en el seno de las familias, grupos o tribus, encargándose de
funciones como la invitación a los espíritus a manifestarse –incluso tomando su
cuerpo prestado-, la interpretación de sueños, lectura de presagios –entendiendo
a la naturaleza o por medio del I Ching-, provocar lluvias, realizar curaciones, etc.

El chamanismo se extendió a las capas más elevadas de la sociedad china de


entonces y se centralizó, sobre todo, en los reinos del sureste: Ch´u, Wu y Yueh –
dado que mantenían frecuentes guerras con sus vecinos-.

Por estas fechas algunos consideran probable –o simplemente, una leyenda más
o menos repetida- que surgiera una obra titulada Wen Tzu. Sin embargo, como
esta obra –recopilación de enseñanzas de Lao Tze- no pudo haber sido sino
posterior al propio Lao Tze, parece que os encontramos con uno de los primeros
autores simbólicos de la ingente, legendaria y densa bibliografía taoísta. El hecho
de que se asuma que el Wen Tzu apareciera en estos años se debe a que su
supuesto autor –repito, mayoriatariamente aceptado como discípulo o posterior a
Lao Tze- era consejero del rey P´ing, de finales de la dinastía Chou.
775-200 a.C. (Periodo Clásico)

Es la aparición de algunas ciudades de importancia y de una clase media formada


por funcionarios, artesanos y comerciantes. En esta época las labores chamánicas
se profesionalizan y se ponen al servicio de la corte de los diferentes reinos, bien
por la consecución de favores o de bienes materiales. Aunque los reinos feudales
–bajo la férula de un Emperador- son muchos, en este periodo se van a reducir
drásticamente. Mientras tanto necesitan de la asesoría de intérpretes y videntes
que les comuniquen los sucesos que van a tener lugar.

Este periodo –llamado Clásico, en referencia a ciertos clásicos que aparecieron


como Lao Tze, Chuang Tze y Lieh Tze- se divide en dos. El primero transcurre
entre los años 750-475 a.C. y se llama Periodo de Primavera y Otoño. Se
destacan cinco grandes reinos feudales casi autónomos –Ch´i, Ch´in, Sung, Chin y
Ch´u llamados Cinco Señores de la Guerra-. Al final de la dinastía Chou (500-300
a.C.) se afianza la clase social llamada de los consejeros y asesores –algunos de
ellos chamanes de prestigio-. Es época de incertidumbres y prestigio rápido,
intrigas y muertes azarosas. Al final, aparecen consejeros y "maestros" de reyes y
príncipes, como Confucio y Lao Tze.

Aparecen grandes filósofos, escritores, pensadores, maestros y estrategas:


Confucio, Mencio (socializadores), Mo Tze (amor y autosacrificio), Han Fei Tze
(legislador), Kung Sun Lum (filósofo), Sun Tze y Kuei Ku Tze (estrategas
militares), y Lao Tze, Chuang Tze y Lieh Tze (maestros taoístas).

La biografía de Lao Tze es escasa –porque no se sabe mucho, quitando


comentarios de individuos muy posteriores y datos de leyenda-. Se sabe que se
llamaba Li Erh, y nació en el estado sureño de Ch´in. De clase media-alta,
educado, trabajó como archivero-bibliotecario de los archivos imperiales. Por
algún motivo que se desconoce –algunos apuntan a un momento de iluminación-
inicia viaje a la periferia y sale de China –hacia occidente, por cierto- tras dejar al
guardián de la línea fronteriza –llamado Wen Shih o Wen Tze, primer discípulo de
Lao Tze- un documento como contrapartida a su salida.

El segundo periodo, llamado de los Estados de la Guerra, transcurre entre 475 y


220 a.C. En él sigue la disminución drástica de los pequeños reinos feudales.
Continúa el reclutamiento de maestros, asesores y diplomáticos. Aparecen los
pseudocontinuadores del pensamiento de Lao Tze: Chuang Tze y Lieh Tze. Lo
planteo de esta manera porque aparece una pequeña discrepancia entre estos
maestros. En el caso de Lao Tze, no parece hablarse de la no implicación o
ausencia de compromiso, mientras que los otros dos sí lo mencionan
explícitamente. Es el wu-wei llevado a su extremo.

Es en esta época cuando aparecen los más importantes pensadores y filósofos de


la historia de China –bien por el grado de demanda de consejeros, que había
aumentado, bien como coagulación de las enseñanzas previas de otros maestros-:
Kung Fu Tze o Confucio –incluido aquí, aunque contemporáneo, o casi, de Lao
Tze; Men Tze o Mencio, discípulo de Confucio; Mo Tze, como difusor de las ideas
del amor universal y el sacrificio o resignación personal; Kung Sun Lung; Kuei Ku
Rze, creador de toda una escuela de estrategas militares; y los taoístas Chuang
Tze y Lieh Tze. Estos últimos criticaron con contundencia a aquéllos que se
implicaban en la política o la sociedad de sus reinos para servir a sus intereses o a
los intereses de los señores feudales, mostrando que las convenciones sociales –
en parte, contradecían duramente las enseñanzas de Confucio- eran las mayores
enemigas de la libertad y de la integridad personales.

El taoísmo de este periodo –del Periodo Clásico- tiene dos enfoques algo
diferentes: el aportado por Lao Tze y predecesores, y el aportado por Chuang Tze
y Lieh Tze, discípulos, desde un punto de vista escolástico, de Lao Tze. Mientras
el Maestro deja sentadas algunas bases en su Tao Te King –que se pueden
discutir más ampliamente en otro momento-, bases ampliamente aceptdas por sus
continuadores, algunos aspectos no lo han sido así.

Lao Tze –sobre el 475 a.C.- habla de un ente –el lenguaje tiene estas limitaciones-
o fuente primordial de toda vida y existencia, único, innombrable, el Tao –de
nuevo…-, sin figuración o animación –chocando con las ideas del chamanismo,
aunque no del todo, pues el chamanismo se basa en fuerzas y agentes, no tanto
en la interpretación y manipulación del propio Tao (Mircea Eliade, que no me gusta
en demasía, habla ampliamente de estos conceptos)-, fuerza que mantiene el
universo en sus circunstancias cambiantes, de carácter benéfico –aunque esto
sea luego discutible, a no ser que la propia existencia se tome como tal-. Ajustarse
a los principios de acción del Tao –el wu wei- es la acción correcta y benéfica
hacia nosotros mismos y hacia la comunidad. El sabio taoísta, que participó con
frecuencia en asuntos relacionados con el gobierno de un reino o de un Estado, se
compromete benévola y distantemente con su comunidad. Por otro lado, los
sabios taoístas utilizaban técnicas de respiración, gimnasia –calistenia, quizás- y
alimentación que procuraban un mejor estado de salud y una mayor longevidad,
mientras se alejaban de las cosas materiales y de las comodidades. Es decir, eran
ascetas comprometidos con una labor hacia sí mi smos y hacia los demás, sin
problemas para enseñar y poner en práctica su propio aprendizaje.

Unos años más tarde –por ejemplo, 100- la visión de la política, la sociedad y la
comunidad en general, cambia sensiblemente: las actividades cercanas a la
influencia y al poder son nefastas para la salud física, mental y espiritual de los
sabios. Así estos dejan de interesarse por los asuntos políticos y sociales como
aspectos incompatibles con la salud y la longevidad –a veces sinónimo de
inmortalidad, que se refiere, a veces, al estado sublime de ciertos sabios que han
alcanzado la iluminación y, al hacerse uno con el Uno, la inmortalidad forma parte
de su ser-. Por otro lado, el Tao es una fuerza intrínseca del universo, pero ya no
es tan benevolente, sino indiferente y neutral, origen de todo y sobre todo,
convirtiendo a cualquier existente, material o no, en una entidad al mismo nivel
que las demás. Hay que destacar que el alejamiento de los problemas sociales y
políticos era más un mecanismo de defensa respecto a la influencia corruptora del
poder y de los intereses económicos que prevalecían en una época en la que los
estados y reinos feudales crecían y engordaban administrativa y políticamente.

Algo que sí tenían en común era el cuidado especial que había de darse al cuerpo
y al alma, citas sobre los cuales aparecen en el Tao Te King y en los Capítulos de
Chuang Tze. Esta preocupación iría poco a poco materializándose en lo que
posteriormente se conocería como alquimia interna. Es al final de este periodo
cuando aparece un clan de fang-shih o "maestros de fórmulas" que se
especializaron en métodos para prolongar la vida, ingiriendo minerales, por la
práctica de la calistenia –gimnasia suave (o casi) con tensiónes respiratorias-, la
alquimia sexual y métodos de higiene interior, apareciendo como los precursores
de la alquimia interna.

También por esta época es el nacimiento del libro conocido como Wen Tzu,
puesto que aparece una primera referencia de él en Registros de la Gran Historia.
De Ssu Ma, escritor que vivió enla primera mitad de la dinastía Han –
concretamente entre el 145 y el 90 a.C.-. Este libro es una recopilación de dichos,
aforismos y comentarios de Lao Tze. Este es un buen lugar para añadir que en
algunos círculos taoístas se defiende la idea que señala que Lao Tze es la manera
de llamar a un grupo, comuna o cenobio de taoístas esotéricos –o practicantes del
esoterismo taoísta-. Según esta leyenda, Lao Tze tenía –como círculo- varios
discípulos y enseñaba a cada uno un aspecto determinado de la Tradición en su
vertiente taoísta. Este libro, precisamente, podría constituir una de esas series de
enseñanzas.
206 a.C.-209 d.C. (dinastía Han)

China prácticamente estaba unificada, o repartida en 6-7 reinos, con una fuerte
concentración de poder en sus reyes o emperadores en detrimento de la clase alta
que perdió influencia. La utilización de consejeros e "intelectuales" por parte de los
poderes fácticos decreció muy sensiblemente. Creció, por el contrario, el comercio
de habilidades relacionadas con la adivinación, la curación y los intérpretes de
energías domésticas –caso del Feng Shui, por ejemplo, y fabricantes de
talismanes y amuletos también-. Con los años, estos "magos" o fang shih se
dividieron en los que trataban los aspectos más terrenos, y los que se aplicaban a
la longevidad y a la inmortalidad –con el significado de crecimiento interior o
alquimia interna-.

Aparecieron de nuevo los espíritus y demás agentes de la Naturaleza y/o del Tao,
así como los ritos relacionados con ellos y con los intereses de personas que
tuvieran poder para pagarlos. Los seguidores de las doctrinas de Mo Tze, también
llamados mohistas, erigieron templos para honrar a las potencias locales y
naturales, formando un grupo de "sacerdotes" que llevaban a cabo los ritos
correspondientes. Aunque esta práctica desapareció al final de este periodo, la
tradición seguía, en parte, viva.

Los emperadores de este periodo, sobre todo al final del mismo, se quedaron con
su corte de magos y se olvidaron de las ceremonias tradicionales, poniendo de
moda, por el contrario, ceremonias de menor alcance y asignadas a fuerzas y
potencias más locales. Este aumento de la ritología y la potenciación del taoísmo
como soporte doctrinal asociado, llevó a la transformación del taoísmo desde su
carácter primigenio –poco definido, por otra parte, pero que se podrá concretar
como "un estilo o forma de vida"- a una religión organizada, con su culto, sus
divinidades y sus intérpretes o sacerdotes –para utilizar una terminología
occidental-. Los templos tomaron una personalidad equívoco y se mezclaron las
ceremonias y honras a los antepasados con los ritos dedicados a los poderes
sagrados, y viceversa.

Un personaje controvertido es Chang Tao Lin, narcisista y chamán, nacido en la


zona occidental de china, zona poco accesible y de reducido tráfico cultural con el
resto de las provincias. Este carismático mago creó una "secta" entorno suyo a la
que se denominó El Camino de las Cinco Fanegas de Arroz –pago que se exigía a
los nuevos acólitos-, secta que veneraba a Lao Tze con el nombre de El Gran
Señor en lo Alto. La transmisión de iniciación y poder se hacía de Chang a sus
hijos, estableciéndose una dinastía religiosa, con un liderazgo y jerarquía muy
definidos. El nieto del fundador, Chang Lu, terminó por difundir, aprovechándose
de su creciente influencia política, este tipo de culto por otras provincias de China.
El apoyo doctrinal surgió con el tiempo en forma de libro titulado El Libro de la Paz
y el Equilibrio, libro supuestamente revelado a este movimiento directamente por
las deidades y por Lao Tze. En él se asocian las prácticas religiosas, con mucho
sabor taoísta, con la disciplina y la salud y longevidad de las personas.
Hacia el final de este periodo aparece un libro titulado Comentario al Tao Te King,
escrito por Ho Shang Kung. En él se prescribe el cultivo del Uno como medio para
lograr la superación: "Si los seres humanos están en condición de cultivar el
espíritu, no morirán". Se considera que este escrito, desarrollando la idea de
Unidad y Unicidad, así como el hecho de encontrar espíritus de distinta índole en
el cuerpo humano, es un eslabón que va a continuar la cadena que conduce
desde el taoísmo clásico –u ortodoxo, que hasta ahora se ha ido estructurando- al
taoísmo místico.

Precisamente en este periodo surge la figura de Wei Po Yang, eremita y


alquimista, con su propio laboratorio de hierbas y mineralogía. La leyenda dice que
antes de subir al cielo por la ingestión de una de sus invenciones, dejó una obra
titulada La Triple Unidad, verdadero ancestro de posteriores libros sobre las
alquimia interna y externa.
220 d.C.-280 d.C. (Periodo de los Tres Reinos)

Periodo de numerosas dinastías, cortas y agitadas. Aparecieron tres reinos, Wei,


Shu y Wu, que guerreaban entre sí. Wei, que absorbió al poco a Shu, aceptó y
proclamó la organización religiosa de Chang Lu y se llamó la Escuela de la
Ortodoxia Central. Apareció la obra titulada La Suprema Revelación de los Cinco
Talismanes del Espíritu Sagrado, primero en tratar este ente religioso –ling pao-,
con consejos, talismanes, prácticas mágicoreligiosas, etc. Es decir, con todo un
aparato doméstico y administratico para la consecución de la protección sagrada.
Era frecuente que se invocase a Yu –ver el principio de este documento- como
autor de muchas recetas y talismanes, práctica que se utiliza con frecuencia para
granjearse prestigio.
265 d.C.-420 d.C. (dinastía Chin)

Ssu Ma fundó la dinastía Chin tras absorber el reino de Wu y unificar toda China.
Esta dinastía, por rencillas y celos internos, desaparece y sus miembros emigran
al sur donde fundan la subdinastía Chin oriental (317 d.C.-420 d.C.). Aparecieron
entonces dos santones taoístas que crecieron rápidamente en estima e influencia
debido a su colaboración en la reimplantación de la dinastía: Sun Yin y Lu Tun.
Eran miembros del grupo de Chang Lu y fundaron una nueva agrupación religiosa
taoísta llamada de Los Maestros Celestiales. También se desarrolló una
bibliografía entorno a La Suprema Revelación del los Cinco Talismanes del
Espíritu Sagrado, que aún se usan con frecuencia en este tipo de culto.

Sobre la mitad de este periodo –suele tomarse como fecha el comienzo de la


dinastía Chin-, aparecen los primeros conatos de lo que se conocería después
como taoísmo místico o taoísmo shang-ch´ing. Este taoísmo se supone fundado
por una mujer llamada Wei Hua Ts´un, la cual recibió una revelación de parte de
las divinidades del taoísmo y escribió un libro titulado El Clásico del Jade de la
Corte Amarilla de Imágenes Internas del reino de lo Puro Elevado, con fecha de
publicación del 288 d.C. Otro impulsor de este taoísmo místico fue Yang Hsi a
partir de una revelación que le llevó a editar unas escrituras, las cuales pasaron a
otros dos personajes, padre e hijo, llamados Hsu Hui y Hsu Mi. Otros escritos
místicos son: El escrito Sagrado del Altísimo, La Verdadera Escritura de la Gran
Caverna, y El Libro Oculto de las Ocho Simplicidades. Casi todos ellos personajes
de la misma región de China –el sureste-, de clase mediaalta, cultos y con
formación religososacerdotal en la escuela de los Maestros Celestiales. Otra
familia de relieve en este ámbito es la familia Ko, repleta de sabios alquimistas y
pensadores, uno de los cuales, Ko Hung, escribió El Sabio que Abraza la
Simplicidad. Las dos familias, Hsu y Ko, estaban emparentadas indirectamente
con otra familia, T´ao, uno de cuyos descendientes sería de los más relevantes
protagonistas del taoísmo místico o shang-ch´ing. En cualquier caso suponían una
derivación dulce del taoísmo que entonces se consideraba ortodoxo, y aceptaban,
aún, los talismanes, a Lao Tze como una pseudodivinidad, y las escrituras
canónicas

Hacia el final del periodo surgió la dinastía Wei septentrional, en la orilla norte del
Yang Tze, que se afianzó en esa área geográfica. Esta dinastía, menos belicosa y
más comercial, mantuvo intercambios culturales con otras naciones y reinos. En
esta época el budismo tuvo un impulso importante, con la construcción de
monasterios –monasterios llamados Shao Lin, en su mayoría-. También se
tradujeron del sánscrito muchos escritos hindúes. El emperador Wei elevó a los
Maestros Celestiales, en el año 420, a la categoría de religión oficial del reino. En
estos años surgieron algunas figuras de relieve en el mundo del taoísmo, como es
el caso de K´ou Ch´ien Chih: Sabio y sacerdote; vivió en Wei septentrional. Se
formó en el taoísmo Ortodoxo Central y experto en sus prácticas. Fue consejero
espiritual del emperador Wei y recopiló amplia liturgia de su escuela: festividades,
cultos, ritos y liturgias, ceremonias, etc. Preparó documentos en los que restringía
el uso de laimentos y bebidas, prácticas higiénicas, normas de conducta,...

Cuando acababa la dinatía Chin, el taoísmo shang-ch´in había elaborado buen


número de escritos y recabado amplio seguimiento entre la clase media. Sus
escritos se encontraban al resguardo de la familia Hsu, en manos de Hsu Huang
Wen, casado con una descendiente de la familia Ko.También mantenían los
escritos Ling-Pao y los escritos t´ai-ch´ing de los alquimistas. Esta familia, por
avatares propios y devenir caótico dela dinastía, y a la muerte de Hsu, dejó de
conservar estos escritos y muchos de los shang-ch´in se perdieron o pasaron a
estar en manos de otras familias.
420 d.C.-589 d.C. (periodo de las Seis Dinastías)

Tiene comienzo con la caída de la dinastía Chin oriental o meridional y el


comienzo de una nueva llamada dinastía Sung. Periodo de caos político donde se
sucedían los golpes de estado. En medio de este enorme desorden social y
político, emergió la religión taoísta con fuerza y cabe destacar a uno de sus
protagonistas: Lu Hsiu Ching. Formado en la Escuela Ortodoxa Central, culto,
educado y cortesano, se plegó al boato y al ceremonial. Estudioso de libros
clásicos y de los desarrollados por su escuela. Se le conoce como el fundador de
la rama Maestros Celestes Meridional. Se impuso la catalogación de los textos
taoístas –que por entonces nacían por doquier-. Así, en el año 471 publica el
primer Canon Taoísta. También escribió obras relacionadas con el correcto vivir y
la lliturgia y ceremonial propios de su escuela. Murió en el año 477.

Un personaje carismático y de prestigio fue T´ao Hung Ching (456-536), con cierta
influencia en el aparato administrativo de la dinastía Sung, pero, al caer ésta, se
convirtió en secretario y archivero de la corte de Ch´i. Al no merecer más
responsabilidades dejó su puesto –año 492- y se retiró a la vida ermitaña en las
montañas de Mo Shan (provincia de Kiang Su, sureste de China). Allí impartió
consejos y se dedicó a poner orden en la cosmología y bibliografía del taoísmo
shang-ch´ing o místico. Gracias al patrocinio del emperador Liang –finalizador de
la dinastía Ch´i-, montó un laboratorio para experimentos alquímicos, escribió
sobre naturopatía, adivinación, estrategia militar, geología, metalurgia –famosas
las espadas que salían de su casa-, y astronomía, poesía, ciencia, y la práctica de
las artes marciales. Todas estas facetas influirían en la teoría y práctica del
taoísmo shang-ch´in, y las enseñanzas contenidas en el I Ching se extrapolarían a
diversos ámbitos, como la medicina, la adivinación y la anatomía y fisiología
humanas –circulación de la energía, nutrición, transformaciones, etc.-. De este
modo, Mo Shan pasó a convertirse en referencia de conducta y pensamiento
taoísta, así como sus centros como modelo de organización para futuros
monasterios.
589 – 960 d. C. (dinastías Sung, T´ang, Cinco Dinastían y Tres Reinos)

Se trata de una época de mucha prosperidad, de aperturas comerciales y


culturales hacia el este –Japón- y hacia el centro de Asia, India y Europa. La corte
y sus adláteres se obsesionaron con la consecución de la inmortalidad, lo que
condujo a una frecuente sucesión de óbitos por ingestión de substancias
venenosas, hasta el punto de que en ocasiones se utilizaban condenados a
muerte para estos experimentos. Así, gracias a este patrocinio imperial, surge una
pléyade de taoístas dedicados casi esclusivamente al estudio e investigación de la
alquimia externa, aunque haya otro grupo, sucesor del declive ocurrido en la
anterior dinastía, que aún continúan con sus trabajos de alquimia interna y
externa, calistenia, hierbas y métodos respiratorios –personajes como Ko Hung,
T´ao Hung Ching y Wei Po Yang-.

Esto, es decir, la infructuosa búsqueda de la inmortalidad, unido a la consecución


de logros materiales espectaculares, así como otros logros en el campo de la
medicina y la filosofía, hicieron que los sabios taoístas se replantearan el concepto
de inmortalidad: concepto budista –liberación del interminable ciclo del karma-,
concepto médico –una larga y saludable vida-, concepto marcial –aplicación a la
marcialidad como victoria sobre el momento fugaz de la muerte-, concepto
religioso –consecución de la Unidad con Él, con el Tao-.

Hacia el final de esta dinastía la alquimia externa había casi desaparecido y se


había impuesto –por ausencia del contrincante- la alquimia interna, con sus
ejercicios físicos, la calistenia, el Chi Kung, las artes marciales blandas o internas
y las prácticas meditativas. Curiosamente coincide con el declive de la dinastía y
un nuevo periodo (907-960 d.C.) de caos político y social, con la sucesión de
dinastías de vida breve, golpes de estado, asonadas militares y gubernamentales,
etc.
960-1368 d.C. (dinastías Sung, y Yuan)

El puente entre el caos representado por el final de las dinastías precedentes y la


relativa tranquilidad de la dinastía Sung lo estableció Lu Tung Pin. Este personaje,
inmiscuido parcialmente en los avatares de la política de su tiempo, allá por el
comienzo de Sung, se apartó de la vida social y se fue como discípulo de un
inmortal llamado Chung Li Ch´uan, avezado practicante de la alquimia interna.
Este hombre, Tung Pin, iniciaría su propia escuela y algunos de sus alumnos
abrirían sendas de enseñanza y práctica taoísta aluímica. Por ejemplo, uno de los
más conocidos fue Chen Hsi Yi –innovador y diseñador de técnicas de Chi Kung y
de mecanismos para la circulación de la energía-, o Wang Ch´ung Yang –fundador
de la escuela Realidad Completa, fusionando taoísmo, confucianismo y budismo-.

Un famoso practicante y sabio alquimista y taoísta es Chang Po Tuan (987-1082),


conocedor de los escritos de Lu Tung Pin, escribió Comprendiendo la Realidad, un
compendio de máximas y fórmulas con mucha metáfora alquímica. La diferencia
más radical consiste en que Chang Po Tuan explica que todos los ingredientes
necesarios para que se verifique el proceso alquímico se encuentran en nuestro
interior. La revolución que supuso esta línea de pensamiento cristalizó en una
doctrina taoísta con tintes budistas y confucianistas, con metodologías para el
cultivo de la mente y la educación de la circulación de la energía interior.

Por contra, otros alquimistas como Wang Ch´ung Yang creen que la virtud social y
familiar –el confucianismo- es indispensable para la consecución de la
inmortalidad y, derivado de ello o no, desprecian la utilización de la alquimia
sexual. Los discípulos de Wang crearían una escuela llamada septentrional,
mientras que los discípulos de Chang formarían la escuela meridional.

Algunos representantes de la alquimia interior, como Chang San feng –creador del
T´ai Chi Ch´uan- incorporarían la práctica de las artes marciales a la alquimia
interna. Otros alquimistas incorporaron técnicas médicas y gimnásticas –
calistenia-, otros hierbas y cocimientos –pero no el uso de minerales y metales-, y
otros el uso de la dietética. El factor común de todos ellos es que invitaban al
cultivo –y transformación, por tanto- del cuerpo y de la mente.

Wang Ch´ung Yang –llamado en realidad Wang Che- se convirtió en el defensor


de la síntesis entre taoísmo, confucianismo y budismo. Debido a los abusos de las
cortes de estas dinastías, Wang Che se retiró a aprender de los taoístas Lu Tung
Pin y Chung Li Chuan. Su idea era que el concepto de vacío del budismo zen, los
preceptos éticos y morales del confucianismo y las técnicas sobre salud física,
mental y espiritual del taoísmo, conducirían irremediablemente a la comprensión
última de la Realidad. Entre los libros que instituyó como imprescindibles estaban
el Libro de la Piedad Filial –de Confucio- y el Sutra del Corazón, además del Tao
Te King y el Ch´ing Ching Ching –Cultivando el Silencio-. Para esta escuela, La
Realidad Completa, el Tao es la realidad subyacente de todo, y todos y cada uno
de los seres poseen la chisa del Tao en su interior. Para avanzar en las primeras
fases, como en el budismo, hay que vaciarse de pensamientos y deseos, cultivar
el silencio y experimentar el Tao.

Sus discípulos inmediatos y más allegados, los Siete Maestros Taoístas, dieron
lugar a la aparición de diversas escuelas –mal llamaríamos sectas-. Su discípulo
más cercano, Ch´iu Ch´ang Ch´un, daría lugar a la rama septentrional o Escuela
de la Puerta del Dragón, mientras que otro condiscípulo, Chang Po Tuan, alumno
de Lu Tung Pin, daría lugar a la rama meridional o Escuela del Yang Púrpura. Esta
última creía, a diferencia de la norteña, que había que cultivar primero el cuerpo
antes de pasar a mayores, y que había que utilizar técnicas de meditación y
estudio acordes con la tradición taoísta –circulación de la energía, respiración...-, y
no tanto budistas.

La caída de la dinastía Sung septentrional, sobre el año 1126, no ocasionó el


declive de la rama del la Puerta del Dragón –una escuela monástica y celibataria-,
sino que, con la llegada de la dinastía Chin, creció. Al caer ésta a manos de los
mongoles, continuó su auge. En el sur ocurrió al contrario. Las invasiones
mongolas llevaron a la pesadumbre popular que buscó orientación en el sentido
religioso, orientación que no encontró, a no ser en la escuela Acción y Karma, que
emparejaba las acciones del hombre con sus correspondencias kármicas –en el
sentido de sanción o recompensa-. Su inspiración la buscaban en un libro titulado
Tratado de Lao Tze sobre la Respuesta del Tao, escrito por Li Ying Chang. Esta
secta, laica, no tenía problemas con el tema del sexo o el celibato.

Al caer la dinastía Sung meridional se establece la dinastía Yuan, de origen


mongol. Pero duró poco, pues en el año 1368, y a raíz de una revuelta popular, la
dinastía Ming sustituyó a la Yuan. Los Yuan protegieron, quizás por instinto
práctico, quizás por superstición, la religión que el pueblo practicaba.
1368-1644 d.C. (dinastía Ming)

Sus emperadores respetaron la religión implantada y participaron de sus


ceremonias y la práctica religiosa, en general, esperimentó un auge que condujo,
tristemente, a la aparición de numerosas escuelas o sectas. Además, debido al
corte supersticioso de los emperadores, estos ayudaron a levantar maestros y
patriarcas a los que dieron por nombre chen-jen –es decir, "seres realizados"-, en
el sentido de personas que han alcanzado la realización taoísta.

Uno de los más conocidos de por entonces fue Chang San Feng, creador, según
la leyenda, del T´ai Chi Ch´uan, además de experto naturópata y escritor de
tratados sobre alquimia interna. La secta o escuela Wu Tang Shan, creada por sus
seguidores, está muy implantada en las provincias de Hupei y Shensi, en China
central.

Otro acontecimiento fue la división en dos de la Escuela de la Puerta del Dragón, a


raíz de que uno de sus altos iniciados, Wu Chang Hsu, se separara fundando la
secta o escuela Wu Liu, escuela que practica un taoísmo alquímico sin los
componentes confucianos, oponiéndose al celibato y a la vida monástica, mientras
atacaba el yoga sexual como medio de trascendencia. Un discípulo de éste, Liu
Hua Yang recopiló sus enseñanzas y escribió un tratado taoísta titulado El Libro
sobre el Cultivo dela Vida.

Debido, como se acaba de comentar, al gusto de los emperadores y cortesanos


por la magia y los talismanes, creció a su amparo una secta denominada Mao
Shan, de la que aún quedan restos en la actualidad, y todavía son temidos
supersticiosamente sus integrantes. Practicaban el celibato como medida de
refuerzo de energía.
1644-1911 d.C. (dinastía Ch´ing)

La dinastía Ming terminó por crear en su entorno una casta de asesores


sacerdotes de carácter taoísta, por su influencia y por sus poderes mágicos, que
se convirtieron en engranajes de la corrupción y la codicia. El pueblo empezó a
desconfiar del gobierno central y muchas provincias empezaron a sublevarse.
Además, el último emperador Ming rechazó un acuerdo con los portugueses que
motivó a estos a vender armamento a la tribu Manchú, que ya se había apoderado
de ciertos territorios en el noreste de China.

Las nuevas tendencias eran más racionalistas, más frías e intelectuales, y, por lo
tanto, trajeron un rechazo contra todo aquello que tuviera un aroma de magia, la
hechicería y la alquimia interna –nunca del todo bien comprendida-, con lo que el
taoísmo fue puesto en la picota. En este estado de cosas se indujeron dos
corrientes de taoísmo: el contemplativo e intelectual, y una síntesis entre budismo
y alquimia interna.

El principal representante de la primera corriente, la especulativa, fue Li I Ming


(1734-1821), erudito confuciano, reconvertido al taoísmo. Abandona la secta de la
Puerta del dragón, se hizo discípulod e un eremita practicante de la alquimia
interna en la provincia de Kansu. En su madurez escribió tratados sobre medicina,
sobre alquimia interna y tratados sobre el I Ching. Su teoría se basa en apaciguar
la mente, comprender la naturaleza original, y la simplicidad. Para él la alquimia
interna es psicológica –con los peligros que conlleva utilizar este término aquí,
pero...-, y gran parte de su proceso es la transformación de la mente –idem-. En
sus tratados se utilizan con frecuencia términos físicos, zoológicos y
procedimentales que no tienen que ver nada más que con las transmutaciones del
espíritu –quizás está meor así-.

El representante de la otra corriente es Liu Hua Yang (1736-1846), que fue


discípulo de un discípulo de Wu Chang Hsu. Sintetizó la alquimia interna taoísta
con el budismo como aspectos complementarios y cooperantes. Para él la
inmortalidad taoísta y el samadhi hindú –satori en Japón, o Wu en China- no son
más que las dos caras de la misma moneda. Todos los seres humanos encierran
en sí la esencia de la vida que no es otra cosa que una parte del tao dentro de
nosotros.
Actualidad

En esta época es tan fácil como en las precedentes, sobre todo, tan fácil como en
la anterior, que aparezcan y desaparezcan sectas dentro del caldo de cultivo tan
especial que es la sociedad china. Casi todas ellas serán ligeras variantes de os
distintos tipos de taoísmo que han ido apareciendo a lo largo de la historia:
taoísmo naturalista, taoísmo animista, taoísmo mágico, taoísmo adivinatorio,
taoísmo ceremonial, taoísmo talismánico, taoísmo de la alquimia interna, y
taoísmo de la acción y el karma.

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