septiembre de 2018
El Internacionalista
¡Echar a los porros de la UNAM y sus escuelas mediante una movili-
zación masiva de estudiantes, profesores y trabajadores!
La burocracia universitaria suelta a sus esbirros
en medio de la “transición de terciopelo”
• ¡Abolir la Rectoría!
• ¡Gobierno universitario de profeso-
res, estudiantes y trabajadores!
• ¡Admisiones abiertas para todos los
que quieren estudiar en la UNAM y
las demás instituciones de educa-
ción superior!
• ¡Estipendios vitales para todos los
estudiantes!
• ¡Derrotemos los planes privatizado-
res de la educación pública!
• ¡Movilización obrera en apoyo a los
estudiantes!
• PRI, PAN, PRD y Morena: partidos
burgueses enemigos de la educa-
ción pública. ¡Forjar un partido
obrero revolucionario!
3 de SEPTIEMBRE – Apenas unas horas después de que conclu-
yera la fastuosa ceremonia que enmarcó el “mensaje a la nación”
que el presidente Peña Nieto lanzara desde el Palacio Nacional
con motivo de su último informe de gobierno, una manifestación
pacífica de estudiantes del CCH Azcapotzalco fue recibida a san-
gre y fuego en la explanada de la Rectoría de la Universidad Na-
cional en Ciudad Universitaria. Alrededor de las 15:25 hrs., unos
50 golpeadores provenientes de diversas federaciones porriles
(todas ellas financiadas lo mismo por la Rectoría que por los direc-
tores de los planteles de bachillerato, escuelas y facultades) ataca-
ron el mitin de los estudiantes del CCH con petardos, bombas
molotov y armas punzocortantes. Aunque una rápida movilización
de estudiantes de las escuelas cercanas hizo que los porros huyeran
y se refugiaran en las inmediaciones del Estadio Universitario, se
informa de que hay al menos14 heridos, de los cuales cuatro lo
están de gravedad: uno de ellos apuñalado en la zona renal, y otro
internado en el área de terapia intensiva.
La postal del día no deja de ser elocuente: mientras los políti-
cos burgueses del PRI, PAN, PRD y Morena se despedían de
Peña Nieto e interpretaban un acto más de la “transición de tercio-
pelo” hacia el nuevo gobierno patronal de Andrés Manuel López
Obrador, los porros de la Rectoría dan prueba de que siguen into-
Impreso en un taller sindicalizado
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cadas las viejas estructuras de control social que han sido la piedra
angular del dominio semibonapartista que ejerce la burguesía en
México. Al igual que los “sindicatos” corporativistas en el seno
del movimiento obrero, los grupos porriles en las escuelas hacen
las veces de cuerpos parapolicíacos cuya finalidad es mantener en
paz los ámbitos en que trabajan: los charros impidiendo la movili-
zación independiente de los trabajadores, los porros controlando a
los estudiantes que desafían a las administraciones escolares, re-
presentantes de la clase dominante en las escuelas y, sobre todo,
intentando impedir mediante la violencia la conformación de
agrupaciones izquierdistas.
El nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador, con su
promesa de una “presidencia fuerte” al servicio de la burguesía
mexicana y sus amos imperialistas, requerirá como sus antecesores
priístas de instrumentos confiables para erradicar el descontento.
Los porros muestran su mercadería para cuando se ofrezca.
La brutalidad del ataque porril del día de hoy ha concitado la
justificada ira de muchos de los que estudian y trabajan en la
UNAM. Una asamblea universitaria de emergencia ha logrado
aprobar la realización de paros de 48 horas en varias escuelas y
facultades de la UNAM, como Ciencias Políticas, Filosofía y Le-
tras y Psicología. Estas acciones deberían extenderse a otros recin-
tos donde, ante la amenaza porril, debería conformarse comités de
defensa compuestos por estudiantes, trabajadores y docentes.
El mitin que los porros atacaron fue el acto culminante de una
“Marcha por la democratización de la UNAM” que se convocó en
solidaridad con el paro de los estudiantes del CCH Azcapotzalco,
así como para exigir justicia tras el asesinato de la joven estudiante
del CCH Oriente, Miranda Mendoza. Desde la semana pasada, los
estudiantes de Azcapotzalco están en paro para protestar contra
una serie de ataques realizados por la exdirectora del plantel, Gua-
dalupe Cárdenas. Entre los motivos de la protesta se encuentra el
cierre de grupos, el despido de profesores, la exclusión de cientos
de estudiantes a los que en los hechos se les impide concluir sus
estudios, así como la normalización de un ambiente de “limpieza
política” que ha incluido la destrucción de una serie de murales
alusivos a la “desaparición” hace casi cuatro años de los 43 estu-
diantes normalista de Ayotzinapa, la violencia contra la mujer, la
Masacre de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968, etc.
Los estudiantes del CCH Azcapotzalco han incluido también
entre las demandas de su pliego petitorio la exigencia a la Rectoría
de la UNAM de que desmantele los grupos porriles y de que ga-
rantice la “seguridad” dentro y fuera de las instalaciones escolares.
Estas dos reivindicaciones son sumamente peligrosas. La primera,
exhibe la espeluznante ilusión de que la Rectoría se va a deshacer
de sus cuerpos de choque. La verdad, es que la administración de
la UNAM mantiene una estructura monárquica, profundamente
antidemocrática, que proviene de la vieja universidad feudal esta-
blecida durante la época de la Colonia española. Desde que se
conquistó la autonomía para la Universidad Nacional, las diferen-
tes administraciones universitarias han tenido que basar su control
en el despliegue de las fuerzas porriles para aplastar por la fuerza
los desafíos en su contra. Cada lucha de relevancia dentro de la
UNAM ha tenido que enfrenta, en un momento u otro, a los gru-
pos de golpeadores organizados y financiados por las autoridades
para impedir movilizaciones y huelgas o, para una vez en curso,
romperlas por la fuerza.
La evidencia inequívoca de la actuación de los porros fue or-
questada por las autoridades universitarias se encuentra en varios
de los videos distribuidos durante el ataque porril. Los policías de
Vigilancia UNAM (herederos del infame “Auxilio UNAM” que
durante la huelga de 1999-2000 y en múltiples ocasiones previas y
posteriores atacó a los defensores de la educación pública) res-
guardaron a cada paso a los porros y los protegieron en contra
de los que se movilizaron para poner alto a su ataque sangriento.
Los esbirros de Vigilancia UNAM eran dirigidos el día de hoy por
Teófilo Licona, conocido por su alias, “El Cobra”, quien fuera
policía judicial. Quien encabeza la Dirección General de CCH es
Benjamín Barajas, un conocido ex porro que ha protegido a gru-
pos de choque como el Frente Estudiantil de Naucalpan, una orga-
nización porril tristemente célebre por su participación, inclusive,
en asesinatos.
Como marxistas revolucionarios, insistimos en que la Recto-
ría y las administraciones de las diversas escuelas que componen a
la UNAM son representantes de la burguesía en las escuelas.
Lejos de sembrar la mortal ilusión de que pueden funcionar “de-
mocráticamente” y ponerse “al servicio de la educación y los estu-
diantes”, insistimos en que es preciso abolir la Rectoría y las ad-
ministraciones escolares y establecer un gobierno universitario
basado en consejos de trabajadores, estudiantes y profesores.
Esto va de la mano de la necesaria movilización de quienes traba-
jan y estudian en la UNAM para desmantelar todo el aparato poli-
cíaco de represión, vigilancia y provocación. Los trabajadores del
STUNAM deben expulsar de sus filas a los policías de Vigilancia
UNAM. ¡Los policías no son trabajadores sino el brazo armado de
los explotadores! ¡Fuera Vigilancia UNAM de la UNAM y del
STUNAM!
Por otra parte, la exigencia de “mayor seguridad” dentro y
fuera del plantel es, de plano, un llamado para el incremento de la
presencia policíaca. Adentro de las escuelas, esto sólo puede im-
plicar el fortalecimiento de Vigilancia UNAM o de algún sucedá-
neo. Afuera, sólo puede implicar el incremento del brutal estado
policíaco que prevalece en la Ciudad de México (ni siquiera
George Orwell se imaginó al Gran Hermano con tantas cámaras
de espionaje y videovigilancia como las que han montado los go-
biernos perredistas en la capital). Se trata, pues, de un llamado
suicida a que el estado burgués “cumpla con su trabajo”. Pero ese
trabajo no es otro que garantizar mediante la fuerza el dominio de
clase de la burguesía mediante la protección a toda costa de su
preciada propiedad privada sobre los medios de producción.
El ataque porril, que contó con la venia policíaca, debe dejar
claro a los estudiantes el carácter suicida de las ilusiones en la
posibilidad de “democratizar” el actual gobierno universitario y de
Para contactar al Grupo Internacionalista: escribe a grupointernacionalista@yahoo.com.mx
contar a los policías (tanto de la Ciudad de México como de la
UNAM) como aliados. En las asambleas de estudiantes, profeso-
res y trabajadores, que es necesario llevar a cabo para organizar
una respuesta contundente en contra del ataque porril de hoy, será
indispensable repudiar explícitamente estas reivindicaciones.
En el fondo, lo que está en juego una vez más es el carácter
de la educación superior. Para la burguesía y todos sus partidos,
incluido Morena de Andrés Manuel López Obrador, la educación
superior no es un derecho, sino un privilegio para el que pueda
pagarlo. El anunciado programa de “capacitación para el empleo”
que anunció AMLO junto con los jerarcas de las confederaciones
patronales no es más que un “programa de primer empleo” que
pretende exprimir a los estudiantes forzados a trabajar a cambio no
de un salario, sino de una “beca” miserable. Más allá de las falsas
promesas del nuevo gobierno de Morena de ampliar la cobertura
educativa a nivel superior (que hoy es de menos de la cuarta parte
de los jóvenes de entre 19 y 25 años), es preciso luchar aquí y
ahora por la admisión en las escuelas de bachillerato y en las
universidades de todos los que quieren estudiar. Para que la edu-
cación sea realmente gratuita, es necesario que todos los estudian-
tes cuenten con estipendios que les permitan vivir.
Hacer de la educación un verdadero derecho representa una
tarea meramente democrática que, en principio, sería realizable en
el marco del capitalismo. Sin embargo, en esta época de decaden-
cia imperialista, la burguesía quiere ampliar aún más sus tasas de
ganancia eliminando hasta los resabios más tenues de los derechos
de los trabajadores. Por eso, en concordancia con las exigencias de
los institutos financieros internacionales, el gobierno mexicano ha
limitado aún más el acceso a la educación superior, desmantelando
por ejemplo el sistema de educación normalista en el país, incre-
mentando las cuotas en las universidades públicas y amagando
constantemente con las exigencias para el ingreso y la permanen-
cia en las universidades.
En México, como lo mostró de manera amarga la santa alian-
za burguesa que montaron el PRI, el PAN y el PRD para aplastar
la huelga estudiantil de la UNAM de 1999 en repudio de la intro-
ducción de cuotas, la burguesía en su conjunto es enemiga de la
educación superior pública. Solamente la clase obrera, en el mar-
co de una contraofensiva proletaria contra décadas de ataques
“neoliberales” y austeridad capitalista podrá hacer realidad el ac-
ceso a la educación superior para los hijos de los trabajadores del
campo y la ciudad. Esto exige comprender que la lucha por la
educación pública, gratuita y de alta calidad atañe fundamental-
mente a los trabajadores, que constituyen por cierto al único sector
de la sociedad con el poder suficiente para derrotar a la patronal y
a sus socios imperialistas.
El ataque porril del día de hoy es un indicio claro de los ata-
ques que contra la educación superior pública prepara la “repúbli-
ca amorosa” de los patrones que encabezará AMLO. Para poder
derrotar no sólo las provocaciones porriles que vengan en el pró-
ximo período, sino también las acechanzas que contra la educa-
ción pública se cocinan tras bambalinas, es necesaria la guía de un
programa de lucha de clases, basado en la movilización del poder
social de la clase obrera. Al fragor de las luchas es indispensable
forjar un partido obrero revolucionario, tribuno de todos los opri-
midos, parte de una IV Internacional reforjada que Trotsky reco-
nociera como suya. Es ésta la perspectiva por la que luchamos los
trotskistas del Grupo Internacionalista, sección mexicana de la
Liga por la IV Internacional. ¡Únete a nosotros! 