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ESPECIFICIDAD DE LA CLÍNICA

PSICOANALÍTICA CON NIÑOS.


CONSIDERACIONES DEL NIÑO
COMO SUJETO DEL LENGUAJE

THE SPECIFICITY OF PSYCHOANALYTIC PRACTICE


WITH CHILDREN CONSIDERING CHILDREN AS A
SUBJECT OF LANGUAGE

VIRNA PINOS Z.1

Recibido: 15 de mayo de 2017


Aceptado: 29 de agosto de 2017

1
Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Facultad de Psicología, Quito, Ecuador
(vpinos861@puce.edu.ec).
REVISTA PUCE. ISSN: 2528-8156. NÚM.105.
3 DE NOV. DE 2017-3 DE MAYO DE 2018, VIRNA PINOS, PP. 309-326

ESPECIFICIDAD DE LA CLÍNICA
PSICOANALÍTICA CON NIÑOS.
CONSIDERACIONES DEL NIÑO
COMO SUJETO DEL LENGUAJE

THE SPECIFICITY OF PSYCHOANALYTIC PRACTICE


WITH CHILDREN CONSIDERING CHILDREN AS A
SUBJECT OF LANGUAGE

VIRNA PINOS Z.

PALABRAS CLAVE: Sujeto del lenguaje, clínica psicoanalítica, síntoma,


transferencia, cura.
KEY WORDS: Subject of language, psychoanalytic practice, symptom, transference,
cure.

RESUMEN

El presente artículo constituye del lenguaje. Apunte necesario que cons-


una reflexión a partir de conceptos fun- tituye el eje de las intervenciones que el
damentales que planteados desde el clínico se proponga y que marca el punto
psicoanálisis lacaniano, permiten una de quiebre de un campo que a lo largo
delimitación del campo de la clínica con de la historia ha generado debates y cues-
niños, cuya especificidad se sostiene en tionamientos en la pretensión de ubicarlo
la consideración del niño como sujeto haciendo parte de las psicoterapias.

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ESPECIFICIDAD DE LA CLÍNICA PSICOANALÍTICA CON NIÑOS. CONSIDERACIONES
DEL NIÑO COMO SUJETO DEL LENGUAJE

ABSTRACT

This article involves a reflection language must be the main idea from
supported over some fundamental con- which the analyst will interview in a psy-
cepts of the Lacanian psychoanalysis choanalytical way. It marks a breaking
which allows a specific delimitation on point that throughout history has brou-
the clinical practice with children. This ght out a lot of debates and questioning
specificity is based over the premise that because clinical practice with children
the child is a subject of language. The has been taken only inside the psycho-
assumption of the child as a subject of therapy area.

INTRODUCCIÓN

La clínica psicoanalítica con niños aportes de Melanie Klein quien encontró


trabajada desde hace varios años por re- como ejes de su práctica la búsqueda en
conocidos psicoanalistas pertenecientes los tiempos más precoces de la infancia,
tanto a la escuela inglesa como a la es- de las coordenadas de la estructuración
cuela francesa del Psicoanálisis, ha plan- simbólica en las posiciones: depresiva y
teado diversos modos de abordaje de esquizo-paranoide. Sin embargo, frente
los conflictos psíquicos del niño acordes a estos planteamientos, se encuentran
a una conceptualización que, como en el otros modos de comprensión de la sub-
caso de Anna Freud se apoyaban en una jetividad del niño, que toman en cuenta
psicología del Yo, en articulación con as- la singularidad de su constitución en los
pectos educativos y pedagógicos como entretejidos del lenguaje, es decir otor-
necesarios en la conducción terapéutica gándole un lugar como sujeto del mis-
de los niños. De otro lado, concepcio- mo, como es el caso de Francoise Doltó
nes desarrollistas como las propuestas o Jean Bergès, siendo esta la línea con-
por Karl Abraham que confundieron la ceptual que guiará la argumentación del
estructuración subjetiva con una madu- presente artículo.
ración progresiva ligada a la superación En efecto al hablar de clínica
de estadios en pos de la constitución de psicoanalítica con niños nos vemos
un objeto sexual completo, fue otra de abocados a un campo con caracterís-
las vertientes que influyó en las interven- ticas particulares, que obligan al clínico a
ciones clínicas con niños; al igual que los mantenerse en una constante reflexión

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de su práctica. Conceptos como deman- de una integración adecuada a lo social,


da, deseo, transferencia, intervenciones sino que apunta al sujeto que en su ma-
analíticas, entre otros, están sujetos a una lestar, hace escuchar el deseo en el que
permanente interrogación en el trabajo se constituye.
con los niños, a partir de la consideración Varios son los debates que persis-
del lugar que ocupan en el Otro. Es decir ten en la actualidad respecto a la clínica
en el tesoro de significantes que nos an- con niños, alguno de ellos hace referen-
tecede y nos determina, así lo planteaba cia a quienes manifiestan que esta clíni-
Jean Bergès al decir: “En el niño el Sim- ca es del orden de la psicoterapia, mien-
bólico es primero”, (Bergès, 2011, p.23) ya tras otros como Doltó defienden incluso
que desde el nacimiento o incluso antes que el psicoanálisis casi puro, el verdadero
de este, el infans se encuentra bañado psicoanálisis es aquel que se realiza con los
de lenguaje y por lo tanto está sumer- niños. He ahí otro eje de discusión que
gido en los deseos de ese Otro, que por la especificidad de esta clínica exige; sin
esta vía se encarnan dándole una forma embargo, el presente artículo no se cen-
subjetiva, …el niño está forzado al habla trará en esta polémica sino que intentará
y al lenguaje; está atrapado en la cadena reflexionar sobre elementos propios al
de lo que se dice; esto no es un baño de quehacer clínico que den cuenta de di-
sonido, las conversaciones del entorno, cha especificidad1.
se arman en las leyes de la articulación y La relevancia de una reflexión de
de la sintaxis, es un forzamiento sosteni- esta naturaleza guarda relación con los
do por las leyes del lenguaje”. (Bergès, en efectos a nivel clínico, que una deter-
Rey & Bergès-Bounes, 2008, p. 93). Este es minada postura marca como hilo con-
uno de los ejes fundamentales que sos- ductor de la así llamada cura, concepto
tiene una práctica psicoanalítica rigurosa cuyas implicaciones y determinaciones
y que apunta no a la consideración del en el caso del trabajo con niños, también
niño como susceptible de acciones pe- será abordado.
dagógico – educativas, en la búsqueda

1
Especificidad: cualidad y condición de específico. Adecuación de algo al fin al que se destina. (Recupera-
do de: http://dle.rae.es/?id=GWuT7Lq)

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FUNDAMENTO TEÓRICO

La complejidad y el campo es- cará el pulso de las intervenciones que


pecifico del psicoanálisis con niños, de- se proponga al recibir niños en su con-
mandado casi siempre como opción sulta, no sin olvidar que justo ahí donde
psicoterapéutica para “aliviar” alguna el malestar aparece, hay un sujeto del in-
angustia que las preguntas de los niños, consciente que se hace escuchar.
vestidas de síntomas, despiertan en la A continuación se abordarán al-
escuela o en la familia, conmina al clínico gunos de los puntos más importantes
a tener presente en su práctica, elemen- que intentarán delinear la especificidad
tos cuya determinación conceptual mar- de esta clínica.

EL SÍNTOMA EN EL NIÑO

Para Freud el síntoma era la ex- Lacan en 1969, bajo el título: “Nota sobre
presión de un conflicto inconsciente el Niño”, encontramos importantes re-
que al igual que los sueños y los ac- flexiones a ser consideradas. Lacan nos
tos fallidos estaba cargado de sentido. hace saber la implicación que el síntoma
También catalogado como “formación del niño tiene, en primer lugar en tanto
de compromiso”, el síntoma tiene por “respuesta a lo que hay de sintomático
función el cumplimiento de deseo y la en la estructura familiar. El síntoma pue-
realización de un fantasma inconscien- de representar la verdad de la pareja en la
te que sirve al cumplimiento del mismo familia”, o en segundo lugar, el síntoma
(Chemama, 2004, p.638). Es decir que el “involucrado directamente como correla-
síntoma muestra algo del contenido in- tivo de un fantasma “, en ese sentido, el
consciente y al mismo tiempo lo repri- niño depende de la subjetividad y so-
me, escondiéndolo. Este es uno de los bre todo del deseo de la madre, es decir,
puntos más complejos en el trabajo con “deviene el objeto de la madre, y ya no tiene
niños ya que la demanda de ayuda por otra función que la de revelar la verdad de
parte de los padres, muchas veces no va ese objeto. El niño realiza la presencia de
a coincidir con lo que en el niño origina lo que Jacques Lacan designa como objeto
su sufrimiento. a en el fantasma” (Lacan, 2012, p.393).
En relación con este aspecto, en En cuanto al síntoma del niño
un pequeño texto escrito por Jacques como respuesta a la verdad de la pare-

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ja conyugal, Lacan nos advierte que es el cuerpo. Un claro ejemplo de ello es la


quizá el campo más complejo, pero al clínica con bebés, en donde permanen-
mismo tiempo el más abierto a las in- temente somos testigos de las primeras
tervenciones. Y es que la posibilidad de respuestas del sujeto al llamado del Otro
“responder” con su síntoma a los avatares generalmente parental.
del deseo, da cuenta de la constitución “Las intervenciones regulares del
de un sujeto que aún “en ciernes”, si se Otro primordial durante los dos primeros
puede decir así, interroga la posición meses de vida del bebé, apuntan a eli-
del Otro marcando así su falta. A este minar las situaciones de desamparo des-
respecto Alba Flesler, psicoanalista que esperantes para él, así como las fuentes
trabaja con niños, plantea la importancia de estimulación desorganizadora más
de ubicar en el análisis lo que ella llama: fuertes. Ellas también van a permitir la
“tiempos del sujeto”, los cuales se articu- realización de giros positivos de llamado
lan a los tiempos del Edipo planteados y de respuesta cada vez más adecuada,
por Freud y conceptualizados por Lacan sobre todo en relación a la alimentación
como tiempos lógicos en los que el su- y a los cuidados, el surgimiento del obje-
jeto se constituye. En cada uno de ellos to real, ahí donde lo espera e imagina el
el sujeto adviene de la articulación sig- bebé, ahí donde también él ha llamado,
nificante, en donde el intervalo permite realizan lo que Freud ha aislado como
la posibilidad de respuesta al deseo del la experiencia fundamental de satisfac-
Otro. Este movimiento se observa ya en ción. Satisfacción no de la necesidad de
el primer tiempo en el cual el niño pese alimentación, sino satisfacción de haber
al estado de prematuración, como lo anticipado imaginariamente el objeto.”
llama Lacan, a nivel de la corporalidad (Crespin, 2004, p. 17).
aún indefenso y dependiente casi por Sin embargo, estas respuestas
completo de ese Otro que le asegura la tempranas requerirán de otros tiempos
supervivencia; sin embargo, “responde” en los cuales el niño a condición de ser
con mirada, voz y postura corporal a la el objeto de deseo de la madre, pierda
demanda que este le dirige, evidencian- ese lugar por la intervención del padre
do así un movimiento de ida y vuelta en tanto portador del objeto y más tar-
que produce un intercambio. El espa- de, en tanto representante de la ley. Será
cio vacío que este movimiento suscita, en ese entretejido lógico que el síntoma
hace posible una respuesta subjetiva en advenga como respuesta ante la falta,
donde lo pulsional se manifiesta hacien- como metáfora que dice de la historia
do saber de la entrada del significante en singular de un sujeto. La posibilidad de

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separación vía la metáfora paterna sos- de la madre realizando su deseo. Esta


tendrá el aparecimiento del síntoma en circunstancia tendrá una multiplicidad
tanto expresión fallida de la pérdida y de expresiones a nivel clínico, según el
búsqueda incesante del objeto, como tiempo en el cual el niño haya quedado
diría Lacan: “el síntoma es el efecto de lo atrapado como objeto, en ese sentido la
simbólico en lo real” (Chemama, 2004, psicosis o las fobias podrían ser las ma-
p.638). Esta es la paradoja en la que se nifestaciones más próximas a esta con-
encuentra el neurótico y con la que se dición.
opera a nivel de la clínica; sin embargo “Me parece que la clínica rebosa
y volviendo al apunte de Lacan, cuando de “niños objeto del fantasma materno”,
el síntoma en el niño responde a lo sin- en configuraciones en las cuales el pa-
tomático de la pareja conyugal, esto im- dre está ausente, deficiente, ocupado en
plicaría que existe una posición subjetiva otra cosa. No necesariamente estamos
susceptible de intervenciones que se en- en la psicosis: no es porque el niño sea
caminen a la constitución de un síntoma el objeto del fantasma materno que él es
propio en el niño, de ahí la afirmación psicótico. Pero este niño objeto de la ma-
de Lacan en cuanto a que en este caso dre colma, sutura la falta de la madre y en
y pese a su complejidad, habría mejores realidad es el caballero de la madre. No sé
posibilidades de intervención. A este res- aquí en Ecuador, pero en Francia esos “ca-
pecto Flesler nos dice: “Cuando un niño balleros de la madre”, como yo los llamo,
presenta síntomas a nuestra escucha, son numerosos. Y lo que es muy difícil es
ello significa que cuenta con recursos que ellos se aferran y se sostienen en ese
simbólicos. Lo simbólico de la estructu- lugar de falo imaginario de la madre y la
ra está agujereado y el síntoma es solo madre se aferra a que el niño se quede
una falla en la eficacia de la falta” (Flesler, en este lugar. Ahí los pequeños milagros
2007, p. 37). de los que habla Lacan son raros, ya no
No es el caso de la otra posición se producen más estos pequeños mila-
en la que se puede encontrar el niño y gros. Estamos frente a posiciones difíci-
que Lacan señala como “realización” de les de quebrantar puesto que de ambos
la presencia del objeto a en el fantasma lados hay goce y que nosotros, psicoa-
materno. Posición que implica una falla nalistas, vamos a atacar esas posiciones
a nivel de la falta que pone en riesgo de goce. Es extremadamente difícil... si
la subjetividad del niño dejándolo en es verdad que esto sucede con los niños
la condición de un objeto que a su vez que tienen problemas de aprendizaje, es
cumple la función de taponar la falta verdad también para los niños fóbicos,

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por supuesto que tienen angustias de Dos lugares a ser tomados en


separación monumentales, y es verdad cuenta al momento de escuchar el ma-
también para los niños inestables que lestar en la demanda de intervención,
con frecuencia llegan a colmar la falta de que se explicita por parte de los padres,
la madre” (Bergés-Bounes, 2016, p. 20) pero que solo en la palabra del niño en-
contrará su ratificación.

DEMANDA Y TRANSFERENCIA

¿Cómo llegan los niños a consul- cabe preguntarse, ¿cuánto de estos


ta?, esta pregunta casi siempre tendrá planteamientos es factible de llevar a
por respuesta el pedido de los padres cabo al hacer clínica psicoanalítica con
o del medio educativo. No es frecuente niños?, si tenemos en cuenta justamen-
encontrar que un niño solicite ser lle- te que es una práctica confrontada per-
vado al psicoanalista, pero cuando esto manentemente a la presión de lo social
ocurre suele ser resultado de alguna in- que exige la entrada en la “norma” como
tervención anterior que le permitió co- única posibilidad para ser reconocido y
nocer el dispositivo. poder ocupar un lugar junto a los otros.
Las entrevistas preliminares son el Vemos entonces que la clínica
espacio apropiado para que el psicoana- con niños exige e interroga permanente-
lista de lugar a que la demanda se des- mente al deseo del analista en cuanto a
pliegue más allá de su condición imagi- su posicionamiento ético. No es sencillo
naria sostenida en algún acontecimiento reconocer al niño como un sujeto abo-
particular y adquiera el estatuto de de- cado a la falta, quizá esta resistencia pro-
seo al cual se liga una verdad. Es también venga de lo que Freud denominaba: “la
el espacio para conocer y reconocer el amnesia infantil”, mecanismo por el cual
lugar del síntoma que la queja genera, atribuimos al niño una completud ima-
no para ser suprimido, sino muy por el ginaria que lo ubicaría en la categoría de
contrario, para hacer de él la causa del “ángel sin tachadura” y que el social ince-
tratamiento. En el caso del psicoanálisis santemente demanda restablecer en su
con niños, como dijimos anteriormente pedido de reeducación, lo que probable-
es el momento para ubicar ese síntoma mente corresponde a la ilusión narcisísti-
en sus dos posibilidades de manifesta- ca que el niño venga a ubicarse en ese
ción del deseo del Otro. Sin embargo, lugar del ideal. Freud en 1914 ya advir-

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tió sobre ello cuando en “Introducción y no del psicoanálisis cuyo interés por el
al narcisismo”, planteaba el narcisismo síntoma adquiere otro estatuto.
primario que se supone al niño, como “La práctica psicoanalítica con ni-
efecto del renacimiento y reproducción ños debe tener en cuenta que lo que se
del propio narcisismo de los padres y de demanda en consulta es algo que guar-
aquel tiempo en el cual siendo niños se da relación tanto con el inconsciente de
les atribuyó toda clase de perfecciones y los padres como con el del niño” (Bergès,
se veló y olvidó toda clase de defectos. 2011, p.23). Esta pertinente observación
“Enfermedad, muerte, renuncia al de Bergès, nos coloca frente a varias pre-
goce, restricción de la voluntad propia guntas respecto a la transferencia que se
no han de tener vigencia para el niño, produce en el trabajo clínico con niños.
las leyes de la naturaleza y de la sociedad ¿Es posible hablar de clínica psicoanalí-
han de cesar ante él, y realmente deber tica con niños, excluyendo a los padres?
ser de nuevo el centro y el núcleo de la ¿Cuál es el lugar de los padres a nivel
creación. His majesty the baby, como una transferencial en el trabajo clínico con
vez nos creímos. Debe cumplir los sue- niños?
ños, los irrealizados deseos de sus pa- Es evidente para todo psicoana-
dres…El conmovedor amor parental, tan lista que trabaja con niños que la trans-
infantil en el fondo, no es otra cosa que ferencia, en tanto lugar al que se le su-
el narcisismo redivivo de los padres, que pone un saber debe establecerse a partir
en su trasmudación al amor de objeto de los padres hacia el analista, para que
revela inequívoca su prístina naturaleza” un trabajo con el niño pueda sostenerse;
(Freud, 2010, p. 88). sin embargo, Bergès (s/f ) plantea que en
Deseos fundantes de todo sujeto, algún momento lo que empieza siendo
necesarios en los momentos iniciales de demanda de transferencia deberá con-
su constitución, y sin embargo a ser in- vertirse más tarde en una transferencia
terrogados en otro tiempo, porque “sin de la demanda.
tachadura” tampoco es posible el deseo En un inicio entonces son los pa-
y este es el campo al que apunta el psi- dres quienes se acercan a la consulta ma-
coanálisis y la clínica con niños, campo nifestando diversos modos de hacer sa-
en donde la falta, la falla, lo disarmónico, ber sobre su pedido de ayuda. Para Alba
o la sorpresa tienen un lugar de escucha Flesler hay tres posicionamientos en los
y en donde la oferta de curar el síntoma cuales se ubica la transferencia a nivel de
al responder a la demanda social estaría los padres: cuando consultan, cuando
más bien en el terreno de la psicoterapia demandan y cuando son enviados des-

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de un tercero que ha notado algún ma- na y que trae problemas al entorno. No


lestar que ha pasado desapercibido en el hay una pregunta desde ellos respecto
entorno familiar. a lo que puede estar sucediendo con
En el primer caso, cuando los su hijo, muy por el contrario, el pedido
padres consultan, dan cuenta de una se reduce a una demanda imaginaria de
pregunta que los convoca y suscita la “cambio”, donde el saber queda obtura-
búsqueda de un saber. Según Flesler, do y reducido a la sola responsabilidad
este es el posicionamiento más procli- del niño. En el caso Dora trabajado por
ve al establecimiento simbólico de la Freud, Flesler ejemplifica este modo de
transferencia, cuyos efectos posibilitarán transferencia.
el desarrollo de un trabajo propiamente “El padre de Dora no consulta,
psicoanalítico. Un ejemplo es el caso del pero demanda. Desresponsabilizándose
padre de Juanito, el cual como conoce- de interrogar el saber en relación a la ver-
dor de las ideas freudianas, dirige las ob- dad que lo implica, reclama a Freud que
servaciones que hace sobre el síntoma coloque a la joven en la buena senda,
fóbico de su hijo, al doctor Freud, quien le pide que vuelva a la hija dócil, que la
ubicado en el lugar de sujeto supues- encuadre dándole bienestar y confort al
to saber, permitirá que las preguntas al pacto de la pareja familiar que la rebelde
enigma que representa el síntoma, en- jovencita perturbaba con su denuncia.
cuentren una dimensión de escucha. En su pedido funciona la transferencia
La transferencia que el padre de Juanito pero no hay búsqueda de saber” (Flesler,
tiene con el doctor Freud será el puente 2007, p. 145)
que hará posible que el niño estructure La tercera modalidad de transfe-
sus propias preguntas y que finalmen- rencia frecuente en la clínica con niños
te arme sus propias teorías a las cuales corresponde a cuando los padres son
pondrá a trabajar como mecanismo para “enviados” por alguna instancia desde
instalarse en la fobia y más tarde en su lo social, escuela, hospital, juzgado, etc.,
resolución. que ha registrado algún llamado a inter-
Cuando los padres demandan venir sin que los padres se sientan con-
es el segundo posicionamiento a nivel cernidos ni se hayan percatado de ello.
transferencial, y que generalmente invo- Este tipo de transferencia generalmente
lucra a su narcisismo herido, cuando el negativa genera malestar y como lo ex-
niño no responde a sus expectativas e presa Flesler, “el analista ha de vérselas
ideales, entonces se pide “arreglar”, “cu- con el costado más real de la transferen-
rar” a ese hijo, de aquello que no funcio- cia que lo enfrenta con perfiles franca-

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mente pasionales” (Flesler, 2007, p. 144). ro una relación transferencial, susceptible


El caso de la joven homosexual es un de permitir la emergencia de una de-
ejemplo de este tipo de transferencia. manda, y esta relación, para llegar a ella,
Aquí el padre asiste sin dar mucho crédi- se sostiene primero del narcisismo. Así es
to al trabajo de Freud, no hay una suposi- mejor que los primeros contactos con
ción de saber, ni interés por el mismo, en sus padres se hagan sin él y que la cura
esas condiciones se anticipa un fracaso comience en su domicilio” (Bergès, s/f.).
de la intervención. Las formulaciones de H. Von
Se han abordado hasta aquí las Hugh Helmut incluyeron la sugerencia
diferentes modalidades en relación con de adaptar el método psicoanalítico a las
la demanda y la transferencia de los pa- características particulares del niño, con
dres en el trabajo clínico con niños, pero la finalidad que la transferencia se esta-
¿qué pasa con la demanda y la transfe- blezca sin interdicciones, ni sugestiones
rencia del sujeto implicado? que lastimen la confianza del niño en el
En relación con esta pregunta analista, de manera que el niño se com-
encontramos algunas reflexiones en prometa en una transferencia positiva
Bergès, quien al recoger indicaciones puramente especular que será la base
técnicas de Hermina von Hugh Helmut, de las intervenciones posteriores, enca-
discípula de Freud y una de las primeras minadas a simbolizar el lugar que ocupa
psicoanalistas de niños que dan un giro en tanto objeto de deseo del Otro.
en el planteamiento del trabajo clínico, “La imago es esta moneda de
hasta entonces recomendado a realizar- intercambio de la cual el niño alimen-
se por intermedio de los padres, y al cual ta sus tramas de transferencia; según
esta analista aporta nuevos elementos su signo, el analista es por turno aliado
que se articulan con los conceptos fun- de los padres contra el niño, su alia-
damentales del psicoanálisis interrogan- do contra ellos, enemigo de los tres o
do dicha prescripción, plantea que: amigo de todos; también es a veces el
“El niño no formula al analista nin- ideal parental o el mejor de los niños, el
guna demanda, y va a su encuentro en peor o el más solidario de una fratría…
contra de su voluntad, ignorando todo en breve, el joven analizante abandona
de las metas de una cura pero teniendo progresivamente, gracias a la cura, sus
apego a su sufrimiento del cual goza para procesos de atribución y los clivajes
reforzar su sentimiento de omnipotencia maniqueístas y angustiantes propias de
y su narcisismo de la diferencia. Con él las imágenes, para llegar a simbolizar
conviene por consecuencia crear prime- la imago a la cual, a veces con efectos

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depresivos, puede entonces renunciar cia implica el reconocimiento en el niño


como objeto a” (Bergès, s/f ). de un saber inconsciente a la espera de
Sin embargo, una de las críticas a una escucha atenta, que acompañe al
la propuesta de la señora Helmut se diri- niño en la construcción de una pregunta
ge al carácter pedagógico que imprimió en la que sostenga sus representaciones
a sus intervenciones, por lo que se la ubi- fantasmáticas de la realidad del deseo
ca más en el campo de la psicoterapia que lo constituye y a la que podrá retor-
que en el del psicoanálisis. nar en lo posterior, volver a interrogar y
Conducir una cura con niños sos- continuar la búsqueda del saber, de la
tenida en el dispositivo de la transferen- verdad y del objeto.

LA CURA EN LA CLÍNICA PSICOANALÍTICA CON NIÑOS

La noción de cura en psicoaná- sujeto. Acallar el síntoma entonces dejó


lisis partió de la clásica idea de curar el de ser la finalidad de la cura en psicoa-
síntoma que aqueja al sujeto, lo vemos nálisis, muy por el contrario el aporte
en las primeras intervenciones de Freud freudiano establece una nueva concep-
con sus pacientes histéricas a las cua- ción del mismo, en tanto metáfora del
les deja hablar llegando a descubrir el inconsciente, y a partir de Lacan, efecto
método catártico, cuya finalidad con- de estructura del sujeto, en articulación
sistía en el “desahogo” del afecto que con los tres registros: real, imaginario y
perturbaba la vida psíquica de estas simbólico (Chemama, 2004).
mujeres. Sin embargo a estos prime- “El psicoanálisis no ataca al sínto-
ros pasos, Freud irá añadiendo nuevas ma. El psicoanalista escucha a un niño
reflexiones empujado por la clínica de para permitirle saber quién es. Cuando
las neurosis que lo conducen al descu- yo escucho a un niño no es para que
brimiento del inconsciente, así como de trabaje mejor en el colegio, es para que
las leyes y condiciones que lo compo- pueda saber un poco quién es él y lo que
nen. La conceptualización de la pulsión quiere, y cuál es el lugar que tiene ganas
de muerte ligada a la compulsión a la de ocupar” (Bergés-Bounes, 2016, p. 27).
repetición constituye una evidencia del El lugar que un niño ocupará en relación
permanente retorno de lo reprimido y al deseo del Otro, es la apuesta que la clí-
de la función determinante del síntoma nica con niños plantea al pequeño suje-
como manifestación de la estructura del to, cuyo síntoma da cuenta de su sufrien-

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DEL NIÑO COMO SUJETO DEL LENGUAJE

te lugar como amo del goce del Otro. goce, entonces enfrenta al sujeto con su
Posicionamiento que le trae problemas vacío. Así la interpretación en el análisis
pero al que se resiste a abandonar. con niños apunta a efectivizar la castra-
Jean Bergés (s/f ) conceptualiza ción en el Otro. Así el síntoma propio del
esta manifestación de la clínica como niño le permite nombrar, ubicar el vacío
una no-demanda de la cual partirá el es- por eso hace operativizable la castración
tablecimiento de la transferencia con los para él, le permite asumir una posición
niños y marcará la dirección de la cura, frente a esta. El síntoma de esta manera
obligando al analista a ubicarse en per- le posibilita al niño localizar y tener una
manente alerta frente a su propia no-de- versión del objeto ‘a’, le permite inscribir
manda, única posibilidad de no caer en la pérdida de goce y operar con su pro-
los pedidos ideales de lo social, de los pia pérdida en tanto separado del Otro,
padres y en general de la cultura que ubicándose en relación al S(A).” (Martínez
incitan a la desaparición del malestar, en & Gross, s/f ).
defensa del “funcionamiento” colectivo. La cura se dirigirá entonces al
Varios analistas consideran que la reconocimiento del sujeto y de la fal-
cura en la clínica con niños apunta a la ta que lo funda. Tener en cuenta este
constitución de un síntoma que opere planteamiento permite al clínico que
en tanto función del padre, promovien- trabaja con niños evitar caer en la se-
do la separación del sujeto del deseo del ducción de obrar buscando “el bien”, del
Otro, y dando lugar a que el niño tome otro, expresado en la asistencia mater-
posición en relación con los significan- nal, o en pretender ocupar el lugar de
tes que lo determinan y con los cuales los padres sustituir su deseo particular
construya un modo de ubicación frente por el de aquellos, o suplir sus carencias
al agujero de la castración. educativas.
“La función del síntoma es escri- Es la asunción del deseo incons-
bir el vacío de goce del no hay relación ciente, que subyace en el síntoma a don-
sexual por medio de la letra. El síntoma de deben apuntar las intervenciones del
permite nombrar el vacío de goce, así analista, en ese sentido incorporar a los
como produce recuperación de goce padres en la cura del niño, no implica
por medio de la articulación significante trabajar simultáneamente con ellos en
propia del inconsciente. Por eso el sín- relación a sus propias interrogaciones
toma le permite al sujeto una posición subjetivas, sino reconocerlos y respetar-
con respecto al inconsciente. Si la inter- los en cuanto a su verdad más íntima,
pretación analítica apunta a vaciar ese considerando que el niño hace parte de

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la misma y deberá encontrar en ella su tes en la dirección de la cura en la clínica


origen como sujeto. En relación con esto con niños, el sostenimiento de las inter-
Francoise Doltó (1987, p.185) plantea: venciones del analista desde el plano
“Pienso ciertamente que el Edipo simbólico, es decir operando como ter-
del niño debe hacerse con los padres; ceridad que viene a reorganizar el goce
nosotros, psicoanalistas, podemos sola- al que el niño se ha entregado con su
mente ayudar al niño a superar el Edipo; síntoma. Lugar de alteridad que el ana-
pero es muy importante en su vida que lista encarna en tanto representación del
no ocupemos el lugar del padre que pro- Otro y en donde el sujeto encontrará el
híbe que la vida fantasiosa e imaginaria límite que lo estructure en tanto tal.
del niño, o incluso sus pesadillas, impor- “Es verdad que el psicoanálisis
tunando todo lo que pasa en la casa, mo- con los niños nos coloca, a veces, fren-
leste a toda la familia. Es el padre quien te a escenas; es decir que no se trata
ha de tomar en sí mismo la autoridad, no como con un adulto que habla, pero lo
el psicoanalista. Cuando un niño ha esta- vemos. Algunas veces encuentro a niños
do enfermo físicamente, quedando débil que están con sus dos manos en los se-
o retardado, sus padres tienen mucho nos de su mamá, la cartera de la mamá
miedo. Pues bien, es precisamente el Edi- es vaciada, y de tiempo en tiempo me
po lo que hace cambiar la situación para pregunto qué puedo hacer para detener
el niño y para los mismos padres. Pues el este espectáculo, que a mí me resulta in-
niño no será un retrasado si se ayuda a soportable, y me digo, ¿en qué lugar está
los padres a aceptar el destete. ¿Deste- este niño, que él tenga otra posición?, y
te de qué? Del hábito de llevar a su hijo son cosas que nos dan para que sean
al terapeuta. ¿Qué traen en realidad? Un vistas, y somos cómplices si lo miramos,
niño en estado de transferencia. “Explí- porque en ese momento por supuesto
quenles esta transferencia: sean para el van a añadir más. Entonces, cómo no ser
niño más importante que yo (médico o cómplice y detener un goce que solo
psicoanalista), esto es lo que les deben nos importa a nosotros, y finalmente, en
hacer comprender. El padre y la madre nombre de qué, una vez más, en nombre
han de retomar su papel. En un adulto, de qué vamos a detener este goce” (Bér-
la transferencia se hace con el analista; ges-Bounes, 2016, p. 121).
pero en un niño, el Edipo se hace con los Preguntas que apuntan a lo sim-
padres; no es transferible al analista” bólico de la transferencia, como posibi-
Finalmente es necesario anotar lidad de intervención que haga corte y
como uno de los puntos más importan- cuyo efecto produzca la restricción de

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DEL NIÑO COMO SUJETO DEL LENGUAJE

un goce cuyo acceso a una condición rige en torsión de banda de moebius al


fálica se encuentra obturado. sujeto del lenguaje ubicando su lugar en
Es esta la especificidad de la clí- tanto objeto del deseo del Otro y a los
nica psicoanalítica con niños que se di- efectos que de ello deriva.

CONCLUSIONES

La clínica psicoanalítica con niños escuchar, implica un reconocimiento del


es un campo cuya especificidad ha sido doble movimiento en el que se encuen-
abordada desde diversas conceptuali- tra el infans, en tanto objeto del deseo
zaciones del sujeto al que apunta esta del Otro. De ahí la importancia de un
práctica. Sin embargo, muchas de ellas trabajo clínico que, otorgando un lugar a
han dado lugar a deslizamientos que la palabra de los padres, sin embargo no
han conducido el trabajo con los niños pierda de vista la apuesta por el sujeto.
hacia la intervención psicoterapéutica, La ética del psicoanálisis es una
olvidando el fundamento epistemológi- ética del sujeto del inconsciente, es decir
co del psicoanálisis cuyo objeto de estu- de aquel que nace del reencuentro con
dio es el sujeto del inconsciente. el universo del lenguaje y en el trauma-
Un retorno a los fundamentos tismo de la pérdida del objeto, de ahí
de la práctica psicoanalítica y a aportes que la clínica psicoanalítica con niños se
como la lectura que hace Lacan del su- dirige a desentrañar el lugar del deseo
jeto freudiano, ubicándolo como efecto en el pequeño sujeto entretejido en el
del lenguaje, son ejes en los que la clíni- deseo de sus padres, por lo que el discer-
ca psicoanalítica con niños encuentra la nimiento de la demanda en las entrevis-
rigurosidad de una práctica fácilmente tas preliminares permitirán ir delineando
derivada al cumplimiento del encar- la posibilidad de la transferencia con el
go social, que espera de su accionar el niño. Serán los lapsus, los actos fallidos,
“funcionamiento” del niño en tanto ideal los sueños, las claves para conocer el de-
en el que se deposita el devenir de la seo de iniciar un trabajo psicoanalítico,
cultura. más allá de la respuesta afirmativa que
Una clínica psicoanalítica con ni- un niño pueda emitir al ser convocado
ños que apunta al sujeto y sus modos a trabajar.
de manifestación en los entretejidos del En “Nota sobre el Niño”, Lacan dará
lenguaje con los que el síntoma se hace cuenta del lugar que el síntoma tiene en

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el niño, abriendo el camino para la direc- Finalmente quedan varias inte-


ción de la cura en el reconocimiento del rrogaciones que suscitan la continui-
deseo como no anónimo, planteamiento dad de esta reflexión; sin embargo, es
a considerar en todo momento cuando importante enunciar una de ellas por
se interviene con un niño y que introdu- su pertinencia en relación con el tema
ce al clínico en la interrogación constan- del presente ensayo: ¿si la especificidad
te sobre su lugar en la transferencia, la de la clínica psicoanalítica con niños,
misma que se juega en esa doble consi- implica sostener en la transferencia la
deración del deseo, donde el lugar de la construcción del síntoma en el niño,
alteridad apuntalada en lo simbólico de entonces qué otras consideraciones se
la transferencia, marcará la posibilidad deben tener en cuenta al posicionarse
de intervenir cortando el goce del cual el como analista y operar desde el lugar
niño es su amo. de semblante de objeto?

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DEL NIÑO COMO SUJETO DEL LENGUAJE

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