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1.

Introducción

Los Hábitos de lectura son formas adquiridas de actuar que se presentan


automáticamente. El individuo que adquiere un hábito actúa sin necesidad de
darse cuenta, de ahí que se ha dicho que no son otra cosa que un reflejo firmemente
establecido. Pero tanto las condiciones en que se producen como los objetivos a
que van dirigidas permanecen en el nivel consciente del estudiante a los fines de
la actividad en general y de la actividad de lectura en particular.

La mayor parte de los estudiantes no emplean tiempo suficiente o no lo quieren


emplear para dedicarse a disfrutar de una buena lectura por considerarla aburrida,
cansada, o como un castigo, prefieren ver televisión, jugar nintendo, etc., el
avance de la tecnología ha perjudicado mucho para que los estudiantes tengan
facilismo, y muchos han dejado los libros de lado, los pocos libros que leen y
utilizan son los textos escolares que les dotan en las instituciones, pero para
realizar investigaciones, consultas, sólo utilizan para sus tareas escolares pero
incompletas e inconclusas.

El valor de los comportamientos familiares hacia la lectura puede contemplarse


desde diversas perspectivas. Además de la vinculación al rendimiento que aquí ha
quedado comprobada, los hábitos lectores y las actitudes de padres y madres hacia
la lectura se traducen también en la adquisición por parte de los hijos del gusto
por la lectura y el desarrollo de conductas lectoras. Estos hábitos, al igual que los
hábitos paternos, se relacionan con los resultados escolares, como así se ha
constatado en un reciente estudio en el que se concluía la existencia de una
estrecha relación entre el rendimiento académico del alumnado y la afición a la
lectura, valorada a partir de los hábitos lectores
2. Objetivos

2.1.Objetivo General

 Realizar el estudio sobre los hábitos de la lectura en los jóvenes, haciendo


uso de material bibliográfico a fin de comprender la realidad sobre este
tema y socializarlo dentro de la institución.

2.2.Objetivos Específicos.

 Investigar el tema de los hábitos de lectura en los jóvenes en diferentes


fuentes bibliográfica.
 Analizar cada uno de los factores que influyen en la adquisición del hábito
de la lectura.
 Proceder a redactar el informe monográfico del tema investigado
estableciendo conclusiones de forma analítica.
3. Desarrollo del contenido

3.1.Definición de lectura.

Leer es un proceso de interacción que tiene lugar entre el lector y el texto,


destacando, que el primero de ellos intenta, a través del texto, alcanzar unos
objetivos los cuales tutelan su lectura. De esta afirmación, se desprende el hecho
de que cada lector, en base a los objetivos que sujete su lectura, llevará a cabo una
interpretación diferente del texto, lo cual como resalta dicha autora, no significa
por supuesto que el texto carezca de sentido, si no que éste tiene para el lector un
significado seguramente diferente al que el autor le imprimió, ya que el lector
lleva a cabo su propia interpretación o construcción del texto, teniendo en cuenta
sus objetivos, intereses, sus conocimientos previos, etc. (Solé, 2002).

3.2.Tipos de lectura

La primera de ellas hace referencia a textos más bien cortos, en los que se busca
una comprensión detallada y exhaustiva de los mismos, afianzando y
perfeccionando a su vez las estrategias implicadas en la comprensión lectora. Ésta
es una lectura propia de libros de texto.

Mientras que la lectura extensiva, se refiere a textos más extensos, donde se busca
una compresión de carácter global y donde se pone énfasis en el fomento de
hábitos y placeres de la lectura. Es una lectura relacionada más bien con los libros
de biblioteca.(Matesanz, 2002)

3.3.Objetivos de la lectura.

En cuanto a los objetivos de lectura, Matesanz (s/f.), sostiene que cada lector tiene
unos objetivos propios que guían su lectura, y en base a estos, las estrategias
empleadas durante la misma variarán en función a dichos objetivos, ya que éstos
van a determinar cómo se lee el texto. Por ello los objetivos que se persiguen o
que se buscan con la lectura son uno de los elementos más importantes a tener en
cuenta a la hora de enseñar a los niños a leer y a comprender.
3.4.Importancia de la lectura.

En la actualidad vivimos en un mundo que cambia rápidamente, y por esta razón


la competencia lectora se ve obligada a evolucionar al ritmo de estos cambios,
tanto sociales como culturales. Por esta razón, el informe PISA (2009) resalta que
hoy en día, el objetivo de la educación no es únicamente el compendio y
memorización de información, sino que esos conocimientos adquiridos
conformen un aprendizaje significativo, de manera que puedan ser empleados y
utilizados en diferentes situaciones de la vida cotidiana. Por ello la capacidad de
acceder, comprender y reflexionar sobre cualquier tipo de información es
fundamental para que los individuos puedan participar completamente en nuestra
sociedad. (Solé, 2002).

3.5.Hábitos de la lectura.
3.5.1. Definición de hábitos de lectura.

La lectura es algo que, culturalmente está inmersa en la sociedad, cuando se


lee se transporta a un mundo diferente al que se conoce, la lectura provoca
infinidad de sentimientos y emociones. El hábito de lectura no se adquiere de
la noche a la mañana, más bien el hábito lector es algo que se obtiene
gradualmente a través de la práctica constante. (Correa, 2003).

Los hábitos son formas adquiridas de actuar que se presentan


automáticamente. El individuo que adquiere un hábito actúa sin necesidad de
darse cuenta, de ahí que se ha dicho que no son otra cosa que un reflejo
firmemente establecido.

El que una acción o un conjunto de acciones se conviertan en hábitos significa


que se hace habitual el procedimiento de su realización, es decir, la forma en
que ellas se ejecutan se hace automática y relativamente inconsciente, pero
tanto las condiciones en que se producen como los objetivos a que van
dirigidas permanecen en el nivel consciente del hombre a los fines de la
actividad en general.
3.5.2. Conceptualización de hábitos de lectura.

Se entiende al hábito como una conducta. Y al hacer referencia al hábito lector,


se lo define como la conducta o comportamiento determinado, por la práctica
rutinaria y habitual de la lectura. Se lo cataloga como un estilo de vida ya que
aporta varios mecanismos para la formación intelectual, emocional y
actitudinal

3.5.3. Factores asociados a los hábitos de lectura.

Las actitudes tienen un carácter multidimensional que integra diversos


componentes: cognitivo, afectivo-evaluativo y conductual, aunque para la
mayoría de los autores el componente afectivo-evaluativo se considera como
el elemento más esencial o específico de la actitud. En este sentido, las
actitudes influyen sobre la atención que se preste a los objetos (poca o mucha),
la forma como se perciben (favorable o desfavorablemente) y la manera en
que responden las personas (con indiferencia o compromiso). Una
consecuencia de lo anterior es que al intentar modificar una actitud se puede
buscar alterar uno o varios de los componentes mencionados (lo que la persona
piensa, lo que siente o cómo se comporta). (Gargallo, 2007).

Debido a la influencia de factores del entorno, una actitud, positiva o negativa,


no siempre da lugar a conductas consistentes. Por ejemplo, una persona con
una actitud negativa hacia la escuela en general, podría estar dispuesta a asistir
a ella diariamente y estudiar porque quiere evitar las críticas de su familia. La
presión externa, incluidos los premios o el miedo al castigo, es una forma
tradicional de conseguir buena conducta. Sin embargo, lo que se pretende a
largo plazo con el sistema educativo es que cada estudiante desarrolle un gusto
intrínseco por la educación.

3.6.Factores que influyen en el hábito de estudio.

Son las variables independientes del estudio propias del estudiante (actitud hacia
la lectura), de la institución educativa (planificación y ejecución de un plan lector)
y la acción de los padres/madres de familia (motivación hacia la lectura) que
ejercen en mayor o menor medida un grado de influencia en los hábitos de lectura
de los estudiantes.

Hábito: “Se entiende por hábitos las acciones componentes de las actividades que
presentan un alto grado de automatización y se realiza con una participación
relativamente baja de la conciencia”. (IPLAC, 2001)

Hábito de lectura: “Es una capacidad adquirida que predispone al sujeto a la


lectura, pero hay que tener en cuenta, que tanto en la adquisición como en el
desarrollo del hábito, se presentan factores o agentes, que favorecen o dificultan
su progresión a estos se denominan factores intervinientes, porque en alguna
medida tiene relación con la manifestación del hábito lectura”. (Sánchez, 1987)

3.7.Factores que influyen en la adquisición del hábito de la lectura

Propiciar la lectura, en los estudiantes es un reto al que se enfrentan la escuela, la


familia y la sociedad; ya que es una tarea distinta a la formación de la habilidad
de leer. Mediante esta concepción, se propician actividades que fortalezcan el
acercamiento hacia los libros para provocar una respuesta positiva hacia estos.
(Molina, 2006)

Con respecto al autor, se propone a continuación un marco de referencias


propicias en el fomento de la lectura por placer, para mejorar de algún modo los
estándares de educación así como la calidad de vida de las personas.

3.8. Motivación para los hábitos de lectura en los jóvenes.

Se considera a la motivación como el factor principal, debido a que es el


condicionante que guía, mantiene y determina la conducta de la persona. En este
caso propiciar el gusto hacia la lectura no es una tarea fácil de hacer, ya que
necesita del ingrediente principal que es la voluntad e iniciativa propia de leer; y
llegar a este punto solo es posible gracias a la multiplicidad de estímulos que
pueden llegar ya sea desde el medio social o en concreto desde la misma persona.
(Gámez, 2003)

3.9.Ambiente de aprendizaje y hábitos de lectura en los jóvenes.

Es entendido que mediante el proceso de aprendizaje, una persona llega a adquirir


una determinada conducta. Varios estudios en cuanto a este complejo pero
significativo proceso, llevan a repensar que no existe un solo camino para que un
individuo se desarrolle como tal. Por tal motivo, en cuanto al desarrollo de este
proceso, es necesario relacionarlo con el aprendizaje del hábito lector, ya que el
individuo al involucrarse en un ambiente favorecedor, adquiere patrones mentales
y conductuales que permitirán reforzar y establecer una relación entre el este y el
libro. (Rice, 1997).

3.10. Estrategias para formar el hábito de la lectura.

Fomentar y desarrollar el hábito de la lectura, es muy importante, y con más razón


se le atribuye a la infancia, en donde el sujeto interacciona con múltiples
estímulos; que intervienen en la formación de una sólida base intelectual, que se
convertirá en el camino inicial hacia el aprendizaje de la lectura. Promover la
atracción hacia los libros y educar una auténtica afición a la lectura, requiere de
un tiempo y dedicación considerable, ya que al tratarse de la formación conductual
de un sujeto, se hace precisa la utilización de varios mecanismos que hacen
posible esto; y entre uno de ellos están, estrategias, que permiten formar lectores
competentes, en relación al proceso de lectura que se lleva a cabo mediante la
lectura.

La función de las estrategias es la de ayudar al lector a organizar sus


conocimientos, a observar indicadores en el texto, a reconocer las claves de la
coherencia textual; estas funciones hacen de guía para que el lector avance con
precisión entre las sugerencias del texto. (Cerrillo, 2007).
Cuadro N°. 1
Estrategias para fomentar el hábito de la lectura.

Fuente: García, N., y otros. (2015). Hacia una antropología de los lectores.
Madrid. España: Ariel.

3.11. Lectura en los jóvenes.

Actualmente los medios electrónicos envuelven a los adolescentes en cualquier


actividad menos en la lectura que es importante para mejorar su aprendizaje y
sostener una comunicación con cualquier persona.
Frecuentemente los maestros del bachillerato se quejan que los adolescentes no
saben leer, ¿pero no hacemos?, nada. Este problema es una verdadera
preocupación que a nivel Bachillerato un alumno no sepa leer correctamente, por
lo cual se tiene que resolver este conflicto, utilizando como actividades diarias
una lectura.

Cuando se les pregunta a los adolescentes cuantos libros han leído, algunos
contestas que 10 en 16 años otros que solo 2, no son los suficientes para mejorar
su lectura, así mismo algunos estudiantes muestran desinterés en la lectura
indicando que no tienen tiempo o que solo leen para acreditar una asignatura. La
falta de interés en los jóvenes por la lectura en ocasiones tiene que ver en el
entorno en que se desenvuelven, porque no conocen el valor que tienen las letras
en un libro y que este conjunto de letras, frases y conceptos le pueden ayudar a
mejorar las actividades que diariamente realizan. Al no saber leer existe
consecuencia en el aprendizaje como es una mala ortografía, la falta de cultura y
la pérdida de habilidades comunicativa.

3.12. Realidad de los hábitos de lectura en los jóvenes.

Es importante que los adolescentes lean un libro por lo menos una vez al mes ya
que este actividad les permite estimular fácilmente su imaginación y su función
cerebral, así mismo ayuda a los adolescentes obtener mejor vocabulario,
desarrollan su cerebro para poder comprender mejor los argumentos de varias
líneas y personajes.

Los jóvenes se tienen que sentir atraído por un libro para que se tomen su tiempo
para leer y darse cuenta que la lectura es una actividad tranquila que puede calmar
su estrés y ansiedad, debido que hoy en día se dice que los niños y jóvenes padecen
de estas enfermedades. La falta de capacidades lectora en un adolescente puede
influir en el bajo rendimiento escolar debido a la falta de interés en las
investigaciones escolares, el poco vocabulario que tiene, la dificultad para
comprender y analizar textos y sobre todo el no entender cuando alguien le explica
de un determinado tema, esto en ocasiones hace que los estudiantes tengan bajo
autoestima y su aprendizaje sea muy bajo por ello existen varias bajas en el nivel
medio superior.

En el proceso de enseñanza aprendizaje la lectura es una actividad fundamental


para saber comprender con facilidad cada uno de los temas que se desarrollan en
cada asignatura, logrando con ello mejorar el aprendizaje de cada estudiante. En
ocasiones se encuentran estudiante que no comprende lo que leer y se les dificulta
construir en forma autónoma sus conocimientos, ante esto es importante indicar
lo que indica Burón (1996) sobre la Metacognición “El conocimiento de las
distintas operaciones mentales que promueven la compresión y saber cómo,
cuándo y para qué debemos usarlas

3.13. La lectura en los jóvenes.

En los países desarrollados sobre todo, leer no está de moda. Leer es una actividad
que se valora poco en la sociedad y que los jóvenes ven como algo “de mayores”
o de gente rara e introvertida. De ahí que muchos adolescentes renieguen de la
lectura y que aquellos que leen, prefieran mantenerlo en privado por vergüenza.

Los estudios muestran que al comienzo de la Educación Secundaria, los niños


señalan la lectura como una de sus aficiones favoritas, pero con el avance de la
adolescencia y entorno a los catorce años sólo un 30% de los alumnos,
principalmente chicas, siguen leyendo habitualmente. A los dieciséis este
porcentaje cae hasta el 25%.

Leer es una actividad divertida, pero eso se nos ha olvidado.


Leer es una actividad cognitiva compleja disfrazada de pasatiempo, sin darnos
cuenta y mientras nos entretenemos, ejercitamos la memoria y el pensamiento y
adquirimos nuevo vocabulario y nuevas formas de interactuar con nuestro
alrededor; sin embargo, leer es también una actividad voluntaria e individual, de
modo que si nosotros mismos no decidimos realizarla, nada puede empujarnos a
hacerlo.
3.14. ¿Por qué los jóvenes dejan de leer?

De acuerdo a la Revista Familia, el uso de pantallas y distintos dispositivos


digitales donde dominan las imágenes sobre las palabras es una de las principales
razones. Muchos adolescentes se ven seducidos por este tipo de información y
comunicación, que desplaza a los mensajes escritos, aunque la escritura y la
lectura continúa siendo imprescindibles. - De los 8 a los 10 años, hay muchos
niños que dejan de leer en papel y se pasan a los dispositivos digitales. Por tanto,
hay que "desterrar" la idea de que no leen.

3.15. ¿Cómo evitar que los jóvenes dejen el hábito de la lectura?

Es primordial darles recursos de acuerdo con sus intereses de lectura. En los


últimos cursos de Primaria y los primeros de secundaria sienten predilección por
personajes más o menos de su edad, por temas de aventuras, terror, de ciencia-
ficción, etc. Como conocedores de las nuevas tecnologías también les gustan los
libros interactivos que combinan la parte escrita en papel con material gráfico,
videos, chats y bandas sonoras a través de la red.

3.16. Interés en los jóvenes por la lectura.

Desde el punto de vista de la Psicología, no hay aprendizaje sin interés;


aprendemos únicamente lo que nos interesa. El interés es pues una actitud
deseable ante la enseñanza. Herraba decía que el único libro digno de ser leído
por el alumno es aquel que puede interesarle en el momento mismo en que lee.

Son pues de gran importancia los conceptos anteriores en la formación del niño
lector, ya que para que se fomenten hábitos de lectura, necesitamos que éste se
encuentre realmente interesado.

Las presiones sociales y económicas, así como las desavenencias hogareñas, son
en gran parte, las causantes de las dificultades que experimenta y le causan
inestabilidad. En cambio, si el ambiente que le rodea es propicio y si por parte de
los adultos hay un esfuerzo para aceptar sus intereses y hasta donde sea posible
satisfacer sus necesidades para que vaya adquiriendo experiencias; el período de
la adolescencia sólo será un paso de transición suave y simple hacia la madurez.

En cualquier etapa de la vida, los intereses ejercen gran influencia en la conducta


del individuo. Son impulsos que lo hacen reaccionar en forma selectiva ante
determinados aspectos de su ambiente y descartar otros. Una de las formas en que
se ha tratado de investigar los intereses de los adolescentes, es el estudio de las
actividades a las que se dedica voluntariamente y el tiempo que les dedica a las
mismas. Sin embargo, esto no es determinante, porque muchas veces las
limitaciones y restricciones son derivadas del ambiente, de la situación.

Las variantes son múltiples, desde diferencia de edad y sexo, hasta por factores
como: inteligencia, estado socioeconómico, lugar de residencia, dotes físicos,
oportunidades y experiencias, aptitudes, credo, nivel educacional de la familia,
etc. Ellos se limitan a participar en actividades que no son de su mayor agrado o
están muy lejos de sus preferencias. (Cerrillo, 2007)

3.17. ¿Cómo fomentar el hábito de la lectura?

De acuerdo a la revista Familia, se pude realizar las siguientes actividades para


mejorar el hábito de la lectura en los jóvenes.

1. Establece tiempos de lectura


Adquiere la costumbre de dedicar al menos 5 o 10 minutos a leer. En lo posible
intenta que estos pequeños lapsos de tiempo se repitan a lo largo del día. Por
ejemplo, en la mañana o antes de ir a dormir. No importa tanto qué leas, sino que
lo hagas. De esta manera estarás trabajando en la generación del hábito.

2. Siempre lleva contigo un libro


A donde sea que vayas, procura siempre llevar contigo un libro. Siempre se
presentan tiempos libres que podemos aprovechar para leer. Ya sea un viaje en
bus, a la espera de una entrevista de trabajo o en la consulta al doctor. Es una
buena manera de aprovechar el tiempo.
3. Realiza una lista
Seguramente si estás interesado en adquirir el hábito de la lectura también tengas
interés en algunos libros, temas o autores. Crea una lista con libros que te gustaría
leer y establece prioridades. Cada vez que escuches alguna recomendación acerca
de un nuevo libro, procura agregarlo a la lista. Una vez que termines con un libro
de la lista, táchalo.

4. Encuentra un lugar adecuado


Encuentra un lugar de tu casa dónde te puedas sentar a leer y en el que te sientas
cómodo. Procura que esté alejado de distracciones o ruidos molestos, como puede
ser una televisión. Si no dispones de un lugar así, intenta crearlo.

5. Desconéctate

Trata de reducir el tiempo que dedicas a navegar por Internet o a mirar televisión.
Esto puede resultar difícil en un primer momento porque son hábitos que tenemos
arraigados.
6. Conviértelo en un momento placentero
Haz que el momento de lectura sea placentero. Elige un lugar que te guste y que
sea cómodo, prepara un té o un café. Aprovecha el atardecer o un momento del
día que haga el momento aún más disfrutable.
7. Plantéate una meta

Una vez que tengas confeccionada tu lista, plantéate una meta, como por ejemplo,
leer 20 libros en un año. Después planifica una estrategia para conseguir
cumplirla. Nunca pierdas de vista que debes disfrutarlo.
8. Consigue un diccionario

Ya sea una aplicación en tu teléfono o un diccionario en papel, procura tenerlo a


mano para evacuar dudas. También puede ser una buena idea elaborar una lista en
una pequeña libreta con aquellas palabras cuyo significado no conoces y anotar
su significado. De esta manera, será más efectiva la adquisición de nuevas
palabras a tu vocabulario.
Conclusiones
 Los jóvenes en la actualidad le dan muy poca importancia a la lectura, en
la mayor de instituciones educativas, centro de esparcimiento es casi nula
participación de ellos frente a habito lectores.

 La mayor parte de jóvenes se centraliza en el uso de teléfonos para hacer


uso de las redes sociales; esto ha conllevado a que la lectura quede
relegada a un segundo plano o en muchos de los casos ya ni se toma en
cuenta este proceso. Las actividades académicas han sido un medio de
repetición y no de investigación, puesto que no se dedica al menos una
hora a leer, peor aún a leer por distracción.

 El hábito de la lectura se consigue mediante la vocación y motivación


propia. La lectura tiene una gran importancia en el proceso de aprendizaje
y desarrollo de los estudiantes, por tal motivo es tan importante crear el
hábito de leer, desde la edad temprana, ya que existe una estrecha relación
entre la lectura y rendimiento escolar.

 La lectura enfrenta una gran competencia, porque existen distractores que


hace que los adolescentes le resten importancia a esta actividad que los
ayudara a adquiere agilidad en su pensamiento. La lectura al igual que la
escritura son instrumentos de aprendizaje en el nivel medio superior
debido a que lo que más utilizan los estudiantes para aprender son
resúmenes, mapas conceptuales, cuadros sinópticos entre otros.
Bibliografía

 Cerrillo, P., & Yubero, S. (2007). La formación de mediadores para la


promoción de la lectura (2 ed.). Cuenca. España: Universidad de Castilla-
La Mancha
 Correa, M. (2003). Hábitos de Estudio y Tarea en Casa. Ediciones de la
Universidad de Illinois, USA. Pág. 24
 Gargallo, B.; Pérez, C.; Serra, B.; Sánchez, F. y Ros, I. (2007). Actitudes
ante el aprendizaje y rendimiento académico en los estudiantes
universitarios. En Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-
5653) Nº. 42/1 – 25 de febrero de 2007. EDITA: Organización de Estados
Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI). Pág. 1
 Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño – IPLAC (2001).
Didáctica general y optimización de la clase. Material complementario de
la Asignatura. IPLAC-Derrama Magisterial. Lima-Perú. Pág. 34-35
 Matesanz S., Mercedes (s/f.). “La lectura en la educación primaria: Marco
teórico y propuesta de intervención”. UVA – Segovia, España. Pág. 6-7
 Rice, P. (1997). Desarrollo Humano. Estudio del Ciclo Vital. México:
PEARSON. Printice Hall.
 Sánchez L., Danilo (1987). Lectura de investigación en el Perú I. Lima-
Perú. Editorial Educativa INIDE. Págs. 152-153

Webgrafía.

 https://www.hacerfamilia.com/adolescentes/adolescentes-leer-lectura-libros-
adolescencia-20170227132644.html
 http://noticias.universia.pr/cultura/noticia/2017/05/19/1152594/9-estrategias-
fomentar-habito-lectura.html

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