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Reino de Serbia

Estado europeo existente entre 1882-1918

El Reino de Serbia fue un Estado


balcánico que se creó a partir del
Principado de Serbia el 23 de marzo de
1882. Habiendo luchado contra el Imperio
otomano para lograr su independencia,
también tuvo que luchar contra el Reino de
Bulgaria. El pequeño reino fue ocupado
finalmente por las Potencias Centrales
durante la Primera Guerra Mundial y, al
finalizar esta, se unió al reino de
Montenegro y al Estado de los Eslovenos,
Croatas y Serbios para formar el nuevo
reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos
el 1 de diciembre de 1918. Comprendía el
área de los actuales Estados de Serbia y la
República de Macedonia.

El enfrentamiento entre Rusia y Austria-


Hungría en los Balcanes marcó
notablemente el desarrollo del país y su
política, tanto interior como exterior.[1] Los
políticos solían dividirse en partidarios de
una u otra potencia.[1] La política serbia se
puede dividir en dos periodos bien
distintos: el primer periodo austrófilo,
caracterizado por la dependencia
Краљевина Србија
Kraljevina Srbija
Reino de Serbia

1882-1918 →

Bandera Escudo
Himno nacional: Bože Pravde

Localización del Reino de Serbia.


Serbia después de la Segunda Guerra de los
Balcanes.

Capital Belgrado
44°49′N 20°28′E /
44.817, 20.467

Idioma oficial Serbio

Gobierno Monarquía
constitucional

Rey
 • 1882-1889 Milan I
 • 1889-1903 Alejandro I
 • 1903-1918 Pedro I
Historia
 • Congreso de Berlín 6 de marzo de 1882
 • Primera Guerra
1 de diciembre de 1918
Mundial
Superficie
 • 1912 48 303 km²
 • 1913 87 777 km²
Miembro de: Aliados

económica y política del Imperio


austrohúngaro y regido por la dinastía
Obrenović, que duró hasta 1903, y el
segundo, de mayor cercanía a Rusia,
creciente enfrentamiento con Viena y la
imposición de una nueva dinastía, la
Karadordević, que desarrolló
considerablemente el país pero también lo
endeudó y, por su respaldo al
nacionalismo irredentista, lo condujo a la
Primera Guerra Mundial. Vencedor en esta
pero a un alto precio, el país se unió al
Reino de Montenegro y a los territorios de
mayoría eslava del sur del Imperio
austrohúngaro disuelto para formar el
nuevo reino de los Serbios, Croatas y
Eslovenos a finales de 1918,
desapareciendo como nación
independiente.

A pesar del desarrollo del país, que se


aceleró tras el sangriento cambio de
dinastía en 1903, la población mantenía en
su mayoría el arraigo a zonas rurales, y el
aumento de los gastos burocráticos y
militares aumentó considerablemente la
deuda nacional. La política, corrupta,[2]
estaba controlada por una reducida élite y
el derecho al voto estaba muy
restringido.[3]

Economía y sociedad
Estructura social y económica

Con la derrota de los Estados serbios en el


siglo y su inclusión en el Imperio
otomano la antigua nobleza se extinguió o
emigró.[4] Los pueblos, sin embargo,
sobrevivieron como unidades
administrativas, responsables de la
recaudación de impuestos para el
Gobierno del sultán.[4] El territorio se
convirtió en una zona de campesinos, que
fueron los que llevaron a cabo la primera
revuelta contra la dominación de Estambul
a comienzos del siglo que más tarde
condujo a la independencia.[4]
Población urbana
(%, 1874-1910)

Según Lampe, p. 72.[5] Se considera como ciudad


la localidad de más de dos mil habitantes.

Evolución de la población
(en miles, 1874-1910)

Según Lampe, p. 72.[5]


Las poblaciones eran pequeñas y los
habitantes urbanos escasos.[4] Belgrado,
la capital, apenas contaba con noventa mil
habitantes, mientras que la siguiente
localidad por población, Niš contaba con
veinticinco mil habitantes.[6] La población
creció rápidamente a finales de siglo, un
71,3 % en 32 años: en 1878 el país
contaba con 1,7 millones[7] de habitantes
mientras que en 1910 había alcanzado los
2,9.[6]
Economía por sectores
(1911-1913)
Según Lampe, p. 59.[8]
1500
1250
1000
750
500
250
Millones de
  dinares
Industria
moderna
  Artesanía
  Agricultura
  Silvicultura
  Ganadería
  Minería
Los pueblos fueron talando los bosques y
ampliando el terreno cultivado, pero no
aparecieron latifundios notables en el
siglo ,[6] a diferencia de lo que
aconteció en otras regiones.[4] Por otra
parte, no se llevó a cabo una
concentración de capitales, quedando el
país formado por pequeños propietarios
agrícolas (un 73 % de las propiedades no
alcanzaba las 5 hectáreas de extensión),[9]
buenos soldados que veían un interés
propio en defender sus tierras durante las
guerras del Estado.[4] El rápido aumento
de la población y la ausencia de
emigración notable llevó a la creciente
sobrepoblación agrícola y a la subdivisión
de las fincas.[6] A finales del siglo , el
60 % de las familias campesinas no
contaban con suficiente tierra para su
mantenimiento.[10] El crecimiento de la
población llevó también al cambio de la
producción agrícola: aumentó el terreno
destinado al cultivo de cereal y se redujo
la cabaña ganadera,[9] especialmente la
porcina.[10] Durante todo el periodo, el país
fue abrumadoramente agrario: en el
momento de la independencia alrededor
del 90 % de la población era campesina —y
el 80 %, analfabeta—,[3][7] en 1914 el 84 %
de la población se dedicaba a las tareas
del campo, mientras que el 7 % estaba
empleada en la industria el 5 % en las
profesiones liberales y el funcionariado y
el 4 % en el comercio.[6] A principios del
siglo , apenas había cuatro mil personas
dedicadas a la industria.[3] Casi la mitad
de estas, así como un tercio de la
población de la capital, era inmigrante
(bien de origen serbio austrohúngaro o
austriaco, checo o judío).[11]

Evolución

Campesinos serbios en una aldea. La gran mayoría de


la población serbia era rural y vivía en localidades de
escasa población.
escasa población.

A diferencia de otras naciones balcánicas,


dependientes principalmente de la
agricultura, Serbia lo era de la ganadería,
situación heredada de la época otomana,
cuando era la principal ocupación en los
Balcanes.[12] Esto hacía que los ingresos
que obtenía de las exportaciones
fluctuasen menos que las de aquellos
países y que dependiese en menor medida
de la abundancia de las cosechas.[13]

El acuerdo comercial del 24 de abril de


1881 acentuó la dependencia económica
serbia del Imperio austrohúngaro.[14][15]
Entre 1884 y 1892 el 87 % de las
exportaciones y el 66 % de las
importaciones serbias provinieron del
comercio con este.[14] El objetivo del
Consejo de Ministros que firmó el acuerdo
fue garantizar el acceso de los productos
serbios al mercado austrohúngaro con
aranceles bajos.[16][14] Los
austrohúngaros, en efecto, aplicaron un
tipo rebajado a los productos serbios a
cambio de un trato de nación más
favorecida.[16] El acuerdo comercial con el
imperio permitió que la balanza comercial
serbia fuese favorable a partir de 1887.[9]
Austria-Hungría intentó orientar la
economía serbia hacia la producción
agraria y de materias primas, evitando el
crecimiento de la industria ligera.[17][14] A
cambio, los principales productos agrarios
serbios (cerdos, bueyes, ciruelas pasas,
mermelada de ciruela y pellejos)
recibieron un trato de favor fiscal en el
Imperio.[17] El grano, también una
exportación relevante para Serbia,[nota 1]
recibió unos aranceles favorables.[17] Se
firmó también un acuerdo veterinario que
en la práctica permitía al Imperio paralizar
la importación de ganado porcino por
riesgo de epidemia, derecho que los
austrohúngaros utilizaron como medida
de presión política.[17] El pacto limitaba
además los productos que el Gobierno
serbio podía someter a monopolio estatal
y los impuestos sobre los productos
importados.[18]

Porcentaje de exportaciones
(1886-1911)
Según Lampe, p. 64.[13]
80
70
60
50
40
30
20
10
8 9 9 0 0 1
  6- 1-Cereales
5- 1- 6- 1
9 9 0 0 1
  Carne y
0 5 0 5 0
Ganado

En 1886 los serbios fueron los primeros en


infringir el acuerdo de manera notable
pero, por motivos políticos, los
austrohúngaros no reaccionaron.[18]

El 28 de junio de 1892 austrohúngaros y


serbios firmaron un nuevo tratado
comercial, similar al de 1881.[19] El nuevo
Gabinete Radical trató en vano de librarse
del control económico austrohúngaro.[19]
Entre 1901 y 1906, Austria-Hungría
suministró el 53,35 % de las importaciones
serbias y adquirió el 83,66 % de sus
exportaciones.[20] La dependencia
comercial se convertía en dependencia
política, para disgusto de los serbios; los
austrohúngaros la utilizaban para
presionar políticamente a Belgrado,
cerrando la frontera al ganado serbio
cuando les convenía.[20]

Balanza comercial
1886-1911
(en millones de dinares)

Según Lampe, p. 63.[21]

Ya en 1902, sin embargo, los serbios


trataron de reducir su dependencia
comercial de Austria-Hungría, firmando un
tratado comercial con el Imperio otomano
y aplicando medidas que favorecían las
exportaciones a mayores distancias.[22] El
cambio de régimen en 1903 aceleró esta
tendencia.[22][20] El primer Gobierno de
Pedro I propuso un plan de reorganización
total del comercio serbio, en busca de
nuevos mercados.[22]

La «guerra del Cerdo» supuso un cambio


notable en la economía serbia: se
diversificaron por necesidad los
destinatarios de las exportaciones, que
anteriormente el Imperio austrohúngaro
controlaba casi totalmente.[23][24] Creció
además notablemente la industria local
para cubrir la demanda de productos que
anteriormente suministraba la industria
austrohúngara[23] y para facilitar la
exportación a largas distancias de los
productos del campo.[25] Tres cuartos de
la carne exportada se vendía ya
procesada, cambio que se aplicó para
evitar las medidas fronterizas
austrohúngaras.[26] Aumentó el comercio
con los países vecinos, antes
insignificante, y con otras potencias
europeas,[23] con las que firmó tratados
comerciales.[6][nota 2] Las crisis
económicas derivadas del enfrentamiento
con el Imperio austrohúngaro («guerra del
Cerdo» y más tarde la crisis bosnia de
1908) recayeron, no obstante, en el
campesinado,[27] que vio temporalmente
reducidas las posibilidades de vender sus
productos en el extranjero y hubo de
aceptar la reducción de sus ingresos para
abaratar los productos, para exportar a
mayores distancias.[23] La total falta de
crédito agrícola dificultó aún más la
situación de los campesinos.[23]

La industrialización del país llevó a la


formación de una cierta clase obrera y de
la mayor diferenciación del campo y la
ciudad. En el campo el crecimiento del
número de campesinos sin tierra por un
lado, y de los campesinos acomodados
por otra, hizo crecer la tensión social.[28] El
proceso, sin embargo, fue lento y en 1910
el país contaba únicamente con dieciséis
mil obreros, repartidos en cuatrocientas
setenta pequeñas fábricas.[29][nota 3] Estas
eran principalmente molinos harineros,
fábricas de cerveza y aserraderos.[9] En
1900, la mayor fábrica del país era aún la
de armas de Kragujevac, que empleaba
apenas dos mil obreros.[9] La producción
industrial no alcanzaba el 10 % del PIB.[8]
El ritmo de desarrollo no fue suficiente
para alcanzar a los países más
industrializados del continente, que
tampoco permitieron que el país
impusiese altos aranceles para proteger a
la industria nacional.[9]
El proceso de industrialización también se
vio complicado por la economía,
abrumadoramente agraria, como la de los
países vecinos, y el carácter
extremadamente primitivo de la
agricultura.[30] Desde la década de 1880,
con la llegada del grano estadounidense y
australiano, el grano serbio, como el de las
demás naciones de la región, dejó de ser
competitivo, lo que causó una crisis entre
la población campesina, que crecía en
número.[30] De los 1,7 millones de
habitantes en 1878, el país había pasado a
los 2,9 en 1910.[30] La falta de mejora en
los métodos de producción llevó al
aumento del terreno cultivado y la
desaparición de los grandes bosques
serbios.[31] Hacia 1914 la situación era
crítica, habiéndose agotado la tierra que
se podía repartir.[31] La falta de crédito
agrícola hacía también imposible la
mejora de la producción de los pequeños
campesinos, que trabajaban parcelas cada
vez menores.[32]

Los transportes se desarrollaron


lentamente en Serbia: mientras que los
territorios eslavos en el Imperio
austrohúngaro contaban con ferrocarriles
desde 1846, la primera línea férrea serbia
no se construyó hasta 1878.[25] Cuando el
país vio reconocida la independencia, era
la única nación europea, junto a
Montenegro, que carecía de servicio de
ferrocarril.[9] Tras acuerdos con Viena y
Constantinopla, en 1888 se terminó el
«Expreso de Oriente»,[9] más tarde
nacionalizado.[25] La primera sección de la
línea, entre la capital y Niš, se completó en
1884 y el resto, hasta la frontera, en 1888;
pese a que para entonces los trenes
serbios contaban con doscientos setenta
mil pasajeros, la construcción supuso un
enorme esfuerzo financiero para el país,
que empleaba un tercio de su presupuesto
en el pago de deuda, debida en gran parte
a sufragar la obras de las líneas férreas.[9]
En 1912 el Gobierno había construido
otros 400 km de ferrocarril, la mayor parte
de vía estrecha.[25] En 1913 se creó una
compañía estatal de transporte fluvial
para el Danubio, aunque la mayoría de
este siguió controlado por empresas
extranjeras.[25]

Durante todo el periodo creció también


enormemente el gasto gubernamental, lo
que llevó al creciente endeudamiento
nacional y al aumento de los impuestos
sobre el campesinado que lo
sufragaba.[33] Esto produjo un creciente
antagonismo entre la ciudad, residencia
del Ejército y la burocracia, vistos como un
caro lujo por campesinado, y el campo.[33]
Historia

Serbia tras el Congreso de Berlín de 1878.

Tras 1878, momento en el que Serbia


logró la independencia oficial en el
Congreso de Berlín,[3][34] la política del
nuevo reino se dividió en dos corrientes
principales: la de los austrófilos y la de los
rusófilos.[35][1] Ambas tenían influencias de
la política europea del momento y se
distinguían principalmente por su
orientación en política exterior.[35]

Los primeros admiraban la cultura


europea occidental y sostenían que el
desarrollo de Serbia requería un
acercamiento al Imperio austrohúngaro,[1]
que detendría el avance ruso en los
Balcanes.[35] Se agruparon en torno al
Partido Progresista y su principal
representante fue el rey Milan I de
Serbia.[35][1] Esta corriente favorable a
Austria predominó en la política serbia
hasta la abdicación de Milán en 1889.[1]
Los rusófilos se concentraban en el
Partido Radical[1] y el Partido Liberal.
Originalmente muy influidos por
anarquistas y socialistas rusos y
teóricamente representantes de los
intereses de los campesinos, los primeros
se fueron convirtiendo simplemente en un
partido nacionalista y monárquico.[35][1]
Defensores del gobierno constitucional, no
dudaron en aliarse con los elementos
reaccionarios en ocasiones.[35]
Compartían con los Liberales la
preferencia por Rusia como referente
exterior y una ideología paneslava.[35][1]
Sus ideales de expansión requerían la
ayuda de la gran potencia eslava, el
Imperio ruso.[35]

Periodo austrófilo

El reinado de Milan

Véase también: Milan I de Serbia

Política exterior
El rey Milan I de Serbia, anterior príncipe. Alineó a su
país con el vecino Imperio austrohúngaro y debilitó a la
dinastía Obrenović por sus disputas matrimoniales.

El periodo comenzó con la desilusión


nacional por los resultados del conflicto
de 1875-1878, que había terminado con la
ocupación austrohúngara de Bosnia y
Herzegovina[3][36] y la pérdida del respaldo
ruso, que había defendido las ambiciones
búlgaras.[37][14] El primer ministro Liberal,
Ristić, hubo de solicitar la ayuda del
Imperio austrohúngaro, que exigió duras
condiciones, entre ellas la unión aduanera:
Ristić las aceptó a pesar de no estar
dispuesto a cumplirlas.[14] Cuando, tras el
Congreso de Berlín, esto quedó claro y
Ristić comenzó a mostrar abiertamente su
oposición a las exigencias
austrohúngaras, fue relevado por Milan,
que necesitaba el apoyo de Viena.[14] Tras
su destitución en octubre de 1880, el
nuevo gabinete Progresista firmó un
acuerdo comercial el 24 de abril de 1881
con los austrohúngaros.[14]

Tras el acuerdo comercial de 1881 con el


Imperio austrohúngaro los dos países
suscribieron una convención secreta que
convirtió al país prácticamente en un
protectorado austrohúngaro[14][3] (28 de
junio de 1881).[18][38][15] El pacto tenía una
duración de diez años y se renovó en 1889
antes de la abdicación del rey Milan,
aunque en 1899 caducó.[18] Milan lo
rubricó convencido de que el futuro de su
país estaba unido al del Imperio
austrohúngaro.[18] Tomada Bosnia por los
austrohúngaros y con Rusia apoyando a
Bulgaria,[14] Serbia necesitaba el respaldo
de una gran potencia para expandirse
hacia Macedonia.[39][15] Una de las
cláusulas obligaba a Serbia a limitar la
propaganda nacionalista en Bosnia-
Herzegovina,[39][40] recientemente ocupada
por el Imperio, con consentimiento
ruso.[18] A cambio los austrohúngaros se
comprometían a ayudar a Milan contra las
actividades de sus rivales los
Karađorđević.[18] El Imperio también
prometía ayudar a Milan a coronarse
rey[39][3] y a no oponerse a una expansión
hacia el sur de Serbia.[41][39][40][15] En
contrapartida Serbia debía someter sus
tratados con otras naciones al
consentimiento
austrohúngaro.[42][39][40][3][15] La alianza
austro-serbia era la única alternativa para
el país, que necesitaba el apoyo de una
gran potencia en sus relaciones
internacionales.[39]

El acuerdo fue gestionado casi en solitario


por el rey y el Consejo de Ministros,[14] al
conocerlo, amenazó con dimitir en
protesta.[42][43][40][15] Oficialmente se
enmendaron los artículos sobre la política
exterior serbia, pero el soberano se
comprometió en secreto a
mantenerlos.[42][39][40] El 6 de marzo de
1882, el Estado se convirtió en
reino.[39][40][15]

En 1882 la quiebra de una compañía


francesa con la que el Estado había
firmado un gran contrato con el
beneplácito austrohúngaro produjo un
gran escándalo.[43] Serbia comenzó
perdiendo el equivalente a sus ingresos
anuales y la investigación sobre el
contrato destapó la amplia corrupción
nacional, que afectó al propio monarca.[43]
A pesar de la ayuda austrohúngara, el
desprestigio para el monarca y sus
ministros fue enorme.[43]

A partir de 1883, con el exilio de


numerosos opositores al rey en Bulgaria,
la tensión con esta creció.[44][45] En 1885,
convencido de la debilidad militar búlgara,
ocupada en la frontera otomana tras la
unión del Principado de Bulgaria con
Rumelia Oriental, Milan atacó al principado
vecino, pero fue completamente
derrotado.[44][46][47] Tanto los políticos
como la población rechazaron la guerra
desatada por el rey.[48] Solo la intervención
austrohúngara logró evitar pérdidas al
país.[44][46][48] Las fronteras del reino no
cambiaron entre 1886 y 1912, como la
mayoría de los territorios vecinos.[34]
Durante ese mismo periodo, Serbia, de
nuevo como el resto de territorios
balcánicos, se mantuvo en paz (la única
guerra en la zona fue la greco-turca de
1897).[34]

Política interna

En Serbia, al igual que en la vecina


Rumanía, el monarca tenía un gran poder
político: nombraba a los ministros.[37]
Estos a su vez podían influir en los
resultados de las elecciones que
convocaban.[37] Milan, sin embargo, no
tenía el control del poder político.[37] Débil,
holgazán, corrupto e insignificante,[37]
tenía facilidad para crearse enemigos.[37]
No contaba con las cualidades necesarias
para reunir en torno a sí a las distintas
fracciones políticas ni para convertirse en
caudillo del país, por entonces débil y
atrasado.[37]
Cedomilje Mijatović, destacado dirigente político de los
Progresistas, uno de los dos partidos más cercanos a
los Obrenović, que fueron perdiendo respaldos

paulatinamente frente a sus rivales Radicales a finales


del siglo y comienzos del .

Durante su reinado, además del Partido


Liberal, en el gobierno al comienzo del
periodo, surgieron otras dos agrupaciones
políticas destacables: el Partido
Progresista y el Partido Radical.[37] Los
Progresistas provenían del ala izquierda
del partido conservador. Partidarios de
seguir el modelo de la Europa
occidental,[49] consideraban a Rusia
atrasada y primitiva.[37] Formado en
general por personas de cultura y
cosmopolitas, defendían el habitual
ideario liberal del siglo : derechos
civiles incluyendo la libertad de prensa y
asociación, justicia independiente y
Gobiernos locales.[37] Su objetivo era el de
las clases medias de Europa
occidental.[37]
Los Radicales tenían un origen popular, de
raíces marxistas, populistas y
anarquistas.[37] Al comienzo se hallaban
ideológicamente muy a la izquierda de los
Progresistas.[37] Defendían el sufragio
universal masculino, un gobierno basado
en el Parlamento, impuestos graduales y
directos, derechos civiles y Gobiernos
locales autónomos.[37][49] Se oponían en
especial al control policial de las
elecciones, que evitaba su victoria.[37]
Aunque inicialmente no se dirigía al
campesinado, posteriormente sí que
intentó ganarse su favor.[37] Era el partido
mejor organizado del país, con comités en
cada distrito y otro central en la capital.[46]
Desde 1880, tras doce años de Gabinetes
liberales, la crisis por las negociaciones
comerciales con Austria-Hungría dio paso
a un nuevo Consejo de Ministros
Progresista.[43] Estos controlaron la
política serbia durante los siguientes siete
años y firmaron el acuerdo con el Imperio
austrohúngaro en abril de 1881.[43][45] El
acuerdo fue favorable a la agricultura
serbia a cambio de permitir la entrada
preferente de productos industriales
austrohúngaros, que no podían suponer
competencia a los serbios ya que estos no
existían.[43] Austria-Hungría pasó a
controlar el 77 % de las importaciones
serbias y el 82 % de sus exportaciones.[39]
Los Gobiernos Progresistas, aunque no
democráticos,[50] comenzaron a aprobar
medidas modernizadoras, como las leyes
de libertad de prensa, independencia del
poder judicial, obligatoriedad de la
enseñanza primaria...[50][45] En 1883 se
estableció el servicio militar obligatorio y
se fundó el banco nacional (1884[3]).[50][45]
Se creó también la divisa nacional, el dinar
serbio, cuyo valor se fijó en igualdad al
franco francés.[45] Los antiguos
funcionarios, favorables a los Liberales,
dieron paso a los partidarios de los
Progresistas.[50] Estos defendían los
intereses de la clase media,
desatendiendo los de la mayoría
campesina del país.[50] En general su
periodo de gobierno destacó por los
continuos escándalos internos y los
desastres en política internacional.[50]

En 1883 los Progresistas perdieron las


elecciones ante los Radicales,[40] pero
Milan se negó a encargarles formar
Gobierno y llamó a los Conservadores, que
tuvieron que suprimir en noviembre la
revuelta de Timok[40] en la que los
Radicales participaron y que llevó al exilio
de algunos de sus dirigentes.[50][45] La
revuelta se había desatado por la orden
gubernamental de desarmar a la
población, medida que se tomó tras la
disolución de la nueva Cámara elegida en
los comicios de 1883.[45] En 1884 los
Progresistas regresaron al gobierno.[50][45]
Los radicales quedaron temporalmente
desbaratados por el aplastamiento de la
rebelión.[45]

A partir de la década de 1880, los


conflictos personales de la familia real
afectaron continuamente en la política
nacional.[44] En 1887 la reina y el heredero
al trono abandonaron el país.[44] Milan,
identificado con la impopular política
proaustrohúngara,[45] vio menoscabada
aún más su imagen por sus malas
relaciones con la reina, rusófila y víctima
de las infidelidades del monarca.[40] El
desprestigio real favoreció a los posibles
pretendientes al trono: el montenegrino
príncipe Nicolás y Pedro Karadorđevic.[40]

En 1888, incapaz de lograr una victoria


electoral para sus protegidos los
Progresistas, Milan convocó una
asamblea constituyente que en 1889
promulgó una nueva Constitución más
democrática.[44][46][48] A continuación, en
marzo de 1889, Milan abdicó[46][48] y
abandonó el país.[44]

El reinado de Alejandro
Alejandro I de Serbia, último monarca de las dinastía
Obrenović. Su reinado se caracterizó por los reveses
en política internacional y sus escándalos personales.
Murió asesinado en un golpe de Estado en 1903.

Véase también: Alejandro I de Serbia

Política exterior

Tras su matrimonio en 1900,[51] Alejandro


trató de acercarse al Imperio ruso, que no
le concedió, sin embargo, un apoyo
incondicional.[52] El alejamiento de Austria-
Hungría, consecuencia de sus intentos de
congraciarse con Rusia, dio lugar a
constantes roces.[52] Los rusos insistían
en que el rey, reacio a ello, entregase el
gobierno a los Radicales, que les eran
favorables.[53]

El principal problema del momento era el


futuro de Macedonia, que impidió el
establecimiento de relaciones cordiales
con Bulgaria y Montenegro, rivales en el
reparto futuro de la región.[52] El Imperio
austrohúngaro permaneció
completamente opuesta a la expansión
serbia en Macedonia y los rumores sobre
avances serbios en la región o de una
posible anexión del Sandžak por Austria-
Hungría deterioró aún más las relaciones
en 1901-1902.[54] El Imperio utilizó
repetidamente su control sobre las
exportaciones serbias para presionar a
Alejandro, que no logró, a pesar de sus
intentos en 1902, mejorar las relaciones
entre las dos naciones.[55] Rusia, favorable
al acercamiento de Bulgaria y Serbia, no
logró este objetivo por la hostilidad mutua
debido a Macedonia.[53]

Las relaciones con el Imperio otomano


fluctuaron, empeorando por los ataques
albaneses a la población serbia en
Macedonia[55] y por las ansias territoriales
serbias en la región.

Política interior

Tras la abdicación de Milán, que se


consideró una victoria de los Radicales,
estos formaron Gobierno,[56][48] aunque no
con un programa campesino, de quienes
obtenían su apoyo, sino de clase
media.[57][58] Nuevamente hubo un cambio
en el funcionariado, que se llenó de
simpatizantes del nuevo partido
gubernamental.[57] Los Radicales llevaron
a cabo una gran labor legislativa, en parte
necesaria para desarrollar la nueva
Constitución de 1888 y en parte con el fin
de poner en marcha ciertas reformas
económicas y sociales —nacionalización
de los ferrocarriles y de ciertos
monopolios en manos extranjeras,
creación de una lotería nacional, fomento
de la industria, establecimiento de
escuelas de oficios, etc—.[59] Su gobierno
fue fundamentalmente reformista, y
continuó los cambios que habían
comenzado los gabinetes anteriores.[58]
Las disputas entre Milan y Natalia, que
afectaban a la política nacional,
continuaron.[60][nota 4]
En junio de 1892, los Radicales dieron
paso a un nuevo Gobierno Liberal,[nota 5]
que se sirvió del Ejército y la Policía para
lograr una mayoría[62] en las elecciones.[57]
En abril de 1893, sin embargo, Alejandro
dio un golpe de Estado real instigado por
su padre y apoyado por el Ejército,[57] y se
deshizo de la regencia.[46][62][63][nota 6] Las
elecciones que siguieron devolvieron el
gobierno a los Radicales,[57] que
obtuvieron una victoria abrumadora —en
torno al 88 % de los votos—.[64] En 1894 el
monarca abolió la Constitución liberal de
1888 y restauró la de 1869.[57][65][64] En
toda la década fue capaz de controlar la
política nacional enfrentando a los
partidos y a sus fracciones —hubo siete[66]
gabinetes entre 1893 y 1897—, pero su
vida privada minó su popularidad.[57][63]
Alejandro seguía sin confiar en los
Radicales, empeñados en proclamar la
necesidad de reformas constitucionales
que limitasen el poder real.[66] Milan, de
regreso en el país en 1895,[64][nota 7] se
convirtió en general en jefe del Ejército y
llevó a cabo importantes reformas
militares, a pesar de su continua
impopularidad, que llevó a la represión de
la prensa y del derecho a asociación para
acallar las críticas.[65]
Los partidos Progresista y Liberal fueron
perdiendo apoyos mientras crecían los del
Radical, en general opuesto al monarca.[35]
El primero se disolvió en 1898.[67] Los
intentos de reconciliación entre ambos
entre 1900 y 1902 terminaron fracasando:
los Radicales exigieron el control del
gobierno, a lo que el rey replicó
restaurando el gobierno personal.[35] El
último año de su reinado, Alejandro
gobernó mediante favoritos; el rechazo al
monarca se extendió y se creó un clima de
inestabilidad que debilitó al país.[68]

La política nacional quedó además


marcada por la vida personal del rey y la
de sus progenitores,[46] que se convirtió en
la comidilla de Europa.[57] La relación y
posterior matrimonio[63] de Alejandro con
la viuda Draga Mašin (23 de julio de
1900[69]) fueron impopulares[46] y los
propios padres de Alejandro la
desaprobaron.[70][65] Desde la boda el 1900
el resto del reinado estuvo centrado en los
escándalos de la familia real.[70]
Rechazada la pareja real por las cortes
europeas y fracasados los intentos del rey
por favorecer la simpatía popular por la
reina,[69] el escándalo por el falso
embarazo de la reina,[69] mayor que el
monarca,[63] viuda de dudosa reputación y
con fama de estéril,[65] produjo una
humillación mayúscula para Alejandro.[69]
Se extendió la sospecha de que el
embarazo había sido fingido por la reina
para adoptar luego al hijo de su hermana,
por entonces embarazada.[69] El
descrédito de la pareja real aumentó y
reforzó a la oposición.[69][63] En 1901 los
Radicales obtuvieron una amplia victoria
mientras la propaganda favorable a la
dinastía rival se extendió por el país.[69]

Las protestas de marzo de 1903,


aplastadas por el régimen real,[69]
aceleraron una conspiración contra el
soberano que había surgido entre ciertos
oficiales y políticos en 1901.[35] Las
elecciones de junio, de las que se
desentendieron los Radicales y que
estuvieron marcadas por la intimidación
policial, dieron la victoria a los partidarios
del monarca, pero resultaron una victoria
pírrica.[71] Aunque carecían de un proyecto
político claro más allá de la eliminación
del rey,[68][71] los conspiradores llevaron a
cabo un golpe de Estado el 29 de mayojul./
11 de junio de 1903greg. que acabó con los
soberanos[51] y varios miembros del
Gobierno y de la familia real.[68][70][71][63]
Inmediatamente, y ante la imposibilidad de
proclamar una república, fue instalado en
el trono el aspirante de la dinastía rival, la
de los Karađorđević,[51][38] que gozaba del
respaldo de Rusia,[51] y se volvió al
régimen constitucional que Alejandro
había abolido.[68][71]

Periodo rusófilo

Pedro I de Serbia, monarca de la dinastía Karađorđević,


llegó al trono tras el golpe de Estado de 1903 y
estableció un gobierno constitucional y parlamentario.
Véase también: Pedro I de Serbia

Pedro I de Serbia regresó al país,[67]


después de cuarenta y cinco años de
exilio,[71] por su popularidad y la falta de
alternativas para cubrir el puesto:[70] el
Imperio austrohúngaro y el Imperio ruso
se oponían a la república y la elección de
otro candidato extranjero hubiese sido
menos popular y más complicada por el
equilibrio de las potencias.[68] Su reinado,
caracterizado en general por los
Gobiernos constitucionales y
parlamentarios y la extensión de las
libertades,[72][73] no supuso, sin embargo,
una revolución, quedando el gobierno y la
estructura social inalterada más allá de
los cambios de personal.[68] El Ejército fue
reorganizado al gusto de los
conspiradores que le habían entregado el
trono.[68]

Surgió un movimiento obrero y socialista,


pero de escaso poder.[72] Por la derecha,
los partidarios de la dinastía derrocada en
1903 mantuvieron su oposición, pero
infructuosamente.[72] El republicanismo
era también débil por la popularidad de la
ideología nacionalista de la monarquía.[74]

Precisamente una de las características


de este nuevo periodo fue la
intensificación del movimiento irredentista
y yugoslavista[74] que requirió la
independencia económica del país del
Imperio austrohúngaro, con lo que las
relaciones con este empeoraron
notablemente.[74][14][51]

Política exterior

Con el cambio de dinastía se acentuó el


alineamiento del país con Rusia,[1] a la que
el rey favorecía,[75][70] y la oposición a la
influencia y expansión austrohúngara y
germana en la región.[75][38] En general,
tanto la población como las autoridades,
tanto civiles como militares, preferían el
acercamiento a Rusia y Bulgaria a la
anterior posición favorable a Austria-
Hungría.[38] Si bien las estrechas
relaciones con Rusia perduraron hasta el
derrocamiento de los Romanov, no
sucedió lo mismo con Bulgaria, pese a las
semejanzas entre las dos naciones.[76] El
principal escollo en las relaciones entre
los dos países balcánicos era el deseo de
apoderarse de Macedonia.[77]

El creciente nacionalismo y la disputa por


el control de Bosnia y Herzegovina
deterioraron las relaciones con Austria-
Hungría.[14]
Aislamiento y crisis

El comienzo del reinado de Pedro fue de


crisis interna y externa.[68] El país se
hallaba aislado diplomáticamente por el
asesinato de Alejandro I de Serbia,[73]
aunque paulatinamente el nuevo régimen
fue reconocido por las diversas potencias,
siendo el Reino Unido la última en retomar
las relaciones diplomáticas, y solo
después del retiro de los conspiradores
más sobresalientes.[68][70][73] El Imperio
ruso, por el contrario, celebró el cambio de
régimen, que le era claramente favorable,
aunque al comienzo no muy abiertamente,
para no incomodar a las demás
potencias.[78]

En el país las conspiraciones de los


partidarios de los Obrenović se añadieron
a las sucesivas crisis por los desmanes de
los conspiradores de 1903, que interferían
en los asuntos de gobierno y en los
militares.[72] A pesar de desaparecer de
los puestos más visibles por presión de
las potencias extranjeras, los
conspiradores de 1903 siguieron siendo
una fuerza política poderosa hasta 1917,
cuando su organización secreta, la Mano
Negra (fundada en 1911), fue
desmantelada por el príncipe Alejandro.[72]
Tensión con Austria-Hungría

La intensificación del nacionalismo serbio


y del yugoslavismo llevó a conflictos con
el vecino Imperio austrohúngaro.[74][79]
Hubo tensión por la permanente crisis en
Macedonia, en la que Austria-Hungría
respaldaba a búlgaros y albaneses frente
a los elementos serbios.[74] Más tarde tuvo
lugar la guerra comercial conocida como
«Guerra de los Cerdos», debida al intento
del Imperio austrohúngaro de recuperar el
control político del país mediante el
estrangulamiento de las exportaciones
serbias,[23][79][73][20] que controlaba casi
completamente, y que llevó a la búsqueda
de nuevos mercados para los productos
serbios,[79] con notable éxito.[74][20] Serbia
no logró, sin embargo, la independencia
financiera: a Austria-Hungría simplemente
la sustituyó Francia como prestamista y
financiador del comercio y la industria
serbia, en crecimiento.[23] Los efectos para
el Imperio fueron, sin embargo, serios:
pasó de controlar el 90 % del comercio
serbio a únicamente el 30 %[6] y creció la
hostilidad entre los dos países.

A partir de entonces se rompieron los


lazos políticos, económicos y militares
con el Imperio austrohúngaro y el país
pasó a alinearse claramente con Rusia,
mientras compraba sus armas a
Francia.[79][20]

Los intentos de acuerdo con el Reino de


Grecia y el Reino de Bulgaria fracasaron,
fundamentalmente por la rivalidad en
Macedonia, en la que los tres Gobiernos
estaban interesados.[74][80] Tanto el
Imperio austrohúngaro como el Imperio
otomano trataron de atizar la rivalidad
para evitar la formación de un bloque
eslavo que les hubiese sido hostil y
perjudicial políticamente.[74] Serbia, como
los demás rivales, participó
indirectamente en las luchas guerrillero-
terroristas que se libraron en Macedonia,
en las que Austria-Hungría sostuvo a los
albaneses.[74][81] Los combates en
Macedonia se intensificaron en 1906-1908
tras el fracaso de los intentos de
acercamiento entre Serbia y Bulgaria.[82]
En 1905 Bulgaria y Serbia habían firmado
un acuerdo comercial que debía ser un
primer paso para la unión aduanera,[20]
pero la mejora de las relaciones duró
poco.[83][79][84] Las relaciones volvieron a
su tensión anterior en 1907-1908,
reduciéndose el comercio serbio que
utilizaba los puertos búlgaros.[85]

El acuerdo entre Montenegro y Serbia


tampoco fructificó por las rivalidades
territoriales entre los dos países, aunque
Serbia para entonces se había convertido
en el foco de la agitación yugoslavista,
desplazando a Montenegro.[74] El Gobierno
de Montenegro sospechaba que los
intelectuales montenegrinos críticos con
el rey recibían apoyo serbio.[82]

Bosnia y las guerras balcánicas

Véanse también: Crisis bosnia (1908) y Guerras


balcánicas.
Cambios territoriales tras las guerras balcánicas.
Macedonia fue repartida entre los vencedores.

La anexión de Bosnia por el Imperio


austrohúngaro en 1908 supuso un duro
golpe para Serbia, que vio definitivamente
perdida la expansión en la provincia
otomana.[86][87] La falta de apoyo de las
potencias para desafiar la medida
austrohúngara obligó a aceptarla.[87]
Rusia, descontenta con el resultado de la
crisis y la expansión austrohúngara,
fomentó la creación de la Liga Balcánica y
firmó un acuerdo con Italia en octubre de
1909 para coordinar su política en los
Balcanes.[88]

C i t d é l t i t t d d l
Caricatura de época: las potencias tratando de calmar
las tensiones en los Balcanes. La progresiva
decadencia del Imperio otomano y las ambiciones
territoriales de los países vecinos llevaron a las
Guerras Balcánicas en las que Serbia duplicó su
territorio.

En 1911 la guerra ítalo-turca y la


inestabilidad interna del Imperio otomano
animaron a los coaligados a esperar una
pronta partición de Macedonia.[88] Los
objetivos de los aliados, sin embargo,
diferían, prefiriendo los búlgaros una
autonomía para el territorio, contando con
una futura anexión, mientras que Serbia
defendía la partición de la región.[88] El 13
de marzo de 1912 se firmó un acuerdo
serbo-búlgaro que en sus cláusulas
secretas definía la partición de
Macedonia.[89][90] La nueva frontera, sin
embargo, era extremadamente vaga y
grandes zonas de Macedonia quedaron
sin asignar a ninguno de los coaligados,
que se comprometían a acatar un arbitraje
del zar ruso.[89][90] Las máximas
aspiraciones serbias comprendían un
tercio de la región, quedando el resto a
repartir entre Bulgaria y Grecia.[89] La falta
de claridad en el trazado de fronteras, sin
embargo, llevó directamente al
enfrentamiento de los aliados en la
segunda guerra balcánica,[89] tras la rápida
derrota otomana en la primera.[90]
La contención del avance austrohúngaro
en los Balcanes, objetivo ruso de la Liga,
quedó en segundo plano frente a los
deseos expansionistas de los coaligados
a costa del Imperio otomano.[91][90]
Demasiado débil para afrontar una crisis
internacional en los Balcanes, Rusia pactó
con Austria-Hungría una declaración el 8
de octubre de 1912 advirtiendo a los
miembros de la Liga de la inutilidad de una
guerra en la región, en balde.[91] El mismo
día Montenegro comenzó las hostilidades
de acuerdo al plan trazado y comenzó la
primera guerra de los Balcanes.[91]
Las tropas serbias acudieron en ayuda de
los búlgaros que asediaban Edirne
mientras que, a la vez, avanzaban más allá
de la línea acordada con Bulgaria en
Macedonia y tomaban Ohrid, Bitola y
Prilep.[92] Serbia pretendía además lograr
una salida al Adriático para evitar el cerco
austrohúngaro, y avanzó hacia Dirraquio
(de mayoría albanesa)[92] y Escútari, junto
con tropas montenegrinas.[92] A
comienzos de 1913 las potencias
impusieron el fin de las hostilidades y la
decisión austrohúngara e italiana de evitar
la expansión serbia en el Adriático
aseguró la formación de una Albania
independiente.[92][90] Serbia reclamó
compensaciones en Macedonia,[90] que
fueron rechazadas por Bulgaria, que
defendía la división original de
territorios.[93] Serbia logró el apoyo griego,
que deseaba la expulsión de Bulgaria de
las cercanías de Salónica, y de los rusos,
desencantados con la actitud de Bulgaria,
que se inclinaba a la guerra.[93] El 29 de
junio de 1913 Bulgaria atacó a sus
antiguos aliados, convencida de su
superioridad militar, pero fue derrotada a
finales de julio.[94][90]

Por el Tratado de Bucarest del 10 de


agosto de 1913 Serbia casi duplicó su
territorio al obtener territorios macedonios
previamente asignados a Bulgaria.[94] Con
la división del sanjacado de Novi Pazar
con Montenegro obtuvo una frontera
común con este.[94][95] En total, amplió su
superficie en 40 000 km².[90] Los nuevos
territorios, sin embargo, contaban con
abundantes minorías: eslavos sin una
filiación nacional clara, búlgaros, turcos y
albaneses.[96] En septiembre de 1913 y a
consecuencia de la violencia de las tropas
serbias y montenegrinas con la población
albanesa de las tierras conquistadas —
justificada como venganza por los
desmanes pasados de esta—, estalló una
rebelión, que fue sofocada.[96] El ejército
mantuvo el control de los nuevos
territorios, lo que generó tensiones con las
autoridades civiles y con la oposición
política en el Parlamento belgradense; los
mandos, en general favorables a la Mano
Negra, impusieron la «serbización» de la
población eslava.[97]

La guerra mundial

El asesinato de los herederos al trono


austrohúngaro en Sarajevo por
nacionalistas serbobosnios con la
connivencia de elementos serbios[98][99] el
28 de junio de 1914[100] y el posterior
ultimátum austrohúngaro a Serbia llevó al
país a la guerra, que se convirtió pronto en
un conflicto mundial.[101] El Gobierno
serbio había aceptado casi todas las
exigencias austrohúngaras, pero esto no
bastó para evitar el
enfrentamiento.[102][103] El 28 de junio de
1914, Belgrado fue bombardeado desde la
otra orilla del Sava y el Danubio.[102]

Retirada serbia a través de Kosovo en el invierno de


1915.

Serbia contaba con 4,5 millones de


habitantes frente a los 50 millones del
Imperio austrohúngaro y se esperaba que
este la venciese rápidamente.[102] Serbia
movilizó a trescientos cincuenta mil
hombres, pero no pudo impedir el cruce
del Sava y el Drina por las tropas
austrohúngaras.[104] A mediados de
agosto, sin embargo, en una batalla de
cuatro días, el Ejército serbio venció,
forzando la evacuación austrohúngara.[104]
Serbia atacó territorio austrohúngaro, pero
en diciembre perdió Belgrado.[104] El
Ejército serbio sufría la escasez de
material y abastos.[104] A mediados de
diciembre, sin embargo, una nueva pero
costosa victoria serbia en el río Kolubara
permitió la expulsión de los
austrohúngaros y la recuperación de la
capital.[104] Serbia perdió, sin embargo,
cien mil hombres en la batalla.[104] Una
enorme epidemia de tifus, además, se
extendió por el país, afectando a civiles y
militares y debilitando la defensa.[104]
Hacia el verano de 1915, Serbia había
perdido otros ciento cincuenta mil
hombres.[104]

A la vez que se desarrollaban los


combates, las partes buscaban nuevos
aliados.[104] Los Imperios Centrales
lograron la alianza del Imperio otomano en
noviembre de 1914, lo que debilitó la
posición serbia.[104] Serbia, con el
Gobierno de Nikola Pašić, buscaba
obtener Bosnia y una salida al Adriático,
manteniendo una postura más panserbia
que yugoslavista.[105] Rusia, principal
valedor del país, tampoco favorecía la
unión de territorios eslavos.[105] Los
políticos eslavos exiliados de Austria-
Hungría que se habían agrupado en el
Comité Yugoslavo no contaban con el
apoyo de Pašić.[105] Italia, por su parte,
reclamaba cesiones territoriales
perjudiciales para los planes de los
eslavos austrohúngaros y para los de
Serbia, pero era vista cada vez más
necesaria como aliada ante la grave
situación militar de la Entente en la
primavera de 1915.[105] La firma del
Tratado de Londres en la primavera de
1915 hizo que Italia entrase en la guerra,
sin los resultados esperados, y que se
complicase la posición de los serbios y los
eslavos austrohúngaros: mientras estos
suavizaban su postura frente a Pašić
considerando a Serbia como
imprescindible para frenar las ambiciones
italianas,[106] el primer ministro serbio
trató secretamente de obtener la
concesión de territorios ambicionados sin
informar a sus supuestos aliados del
Comité.[107] Pašić y su Gobierno oscilaron
durante la contienda entre una expansión
menor, que incluyese los territorios
poblados por habitantes de «idioma
serbio» (el dialecto stokaviano del
serbocroata), y la unión de los eslavos del
sur (a excepción de los búlgaros), con
preeminencia serbia, que había de
desempeñar en la fundación del nuevo
Estado un papel equivalente al Piamonte
para el reino de Italia.[108] Parte del Comité
defendía, por el contrario, una estructura
federalista entre croatas, serbios y
eslovenos.[109] En temas militares como la
inclusión de prisioneros de guerra eslavo-
austro-húngaros, se sucedieron los roces
entre los que defendían las dos
posturas.[110]
División serbia en Corfú tras la evacuación de la costa
albanesa a comienzos de 1916.

Tras haber resistido el embate


austrohúngaro en 1914, la entrada en
guerra de Bulgaria el 15 de octubre de
1915 del lado de los Imperios Centrales
hizo que el frente serbio se
hundiese.[111][112] A lo largo de octubre y
noviembre, las ciudades serbias fueron
cayendo en manos de sus enemigos una
tras otra.[111] En diciembre, con casi todo
el país en manos de los ejércitos
enemigos, el Ejército serbio comenzó una
larga y durísima retirada de dos meses a
través de Albania hacia la costa, desde
donde los supervivientes fueron
trasladados con ayuda franco-italiana a la
isla de Corfú.[111] En enero de 1916
Montenegro y Albania fueron ocupados
por los austrohúngaros.[111]

En 1916 el Ejército serbio evacuado, junto


con unidades rusas provenientes de
Francia y otras italianas, desembarcó en
Salónica, pero la ofensiva en la que
tomaron parte a continuación fue un
fracaso; los Aliados fueron derrotados en
dos ocasiones en agosto y parte de Grecia
quedó ocupada por búlgaros y
alemanes.[111] A pesar del posterior
desembarco de tropas británicas y
francesas y de diversas batallas a finales
de 1916 y en la primavera de 1917, el
frente apenas cambió.[113]

La Revolución de Febrero en Rusia tras la


ocupación de Serbia por el enemigo
debilitó la postura de Pašić, que hubo de
mostrarse más conciliador.[114] El
resultado del acercamiento entre el
Gobierno serbio y el Comité fue la
Declaración de Corfú del 20 de julio de
1917 en la que ambas partes proclamaban
su intención de formar un nuevo Estado
yugoslavo.[114] La ambigüedad de ciertos
pasajes de la declaración, que se
interpretaron de maneras diversas, dieron
más adelante lugar a conflictos entre las
diversas posturas que diferían en el
modelo de Estado.[115]

La situación solo cambió cuando, por un


lado, las principales potencias aliadas
acordaron abandonar el mantenimiento de
la unidad territorial del Imperio
austrohúngaro ante el fracaso de las
negociaciones de paz con el emperador
Carlos en la primavera de 1918 y, por otro,
la ofensiva en el frente de Salónica, bajo
mando francés, logró romper las líneas
germano-búlgaras en el río Vardar a
mediados de septiembre de 1918.[113]
Pocos días después, Bulgaria se rendió y
firmó un armisticio el 30 de septiembre de
1918.[113] El Ejército de Salónica, con
divisiones serbias, avanzó hacia el país,
recuperó rápidamente posiciones ante el
repliegue de los restos de las fuerzas de
los Imperios Centrales y alcanzó Belgrado
el 1 de noviembre de 1918.[116]

Política interna

Nada más llegar al país Pedro prometió


respetar la Constitución; se implantó una
versión retocada de la de 1888.[75][67] Se
restauró el gobierno constitucional y
parlamentario.[117][73] El nuevo sistema
político no incluyó el sufragio universal
masculino, pero sí rebajó el umbral de
condiciones para poder votar e hizo de
Serbia el tercer país europeo con mayor
porcentaje de hombres con derecho al
sufragio, tras Francia y Suiza.[67] Aunque el
rey respetó el poder político, los Gobiernos
del periodo no fueron tan respetuosos con
la legalidad, abusando en ocasiones de su
poder e intimidando a la oposición
política.[117][73][118] Un factor de
inestabilidad permanente, aunque de
poder fluctuante, fueron los conspiradores
de 1903, que interfirieron en ocasiones en
las labores de gobierno y, especialmente,
en asuntos militares, sobre todo hasta
1907.[119][118] Los partidos tan pronto
deploraban su poder como utilizaban su
influencia a su favor.[119]

Los gabinetes del reinado de Pedro


estuvieron controlados en su mayoría por
las dos ramas del Partido Radical,[73][38] el
Radical propiamente dicho, y el Partido
Radical Independiente, separados
oficiosamente desde 1901 y oficialmente
en 1905.[117][79] Las posturas en política
internacional de los principales partidos
era la misma y en política interior sus
diferencias también eran
baladíes.[117][118][nota 8] Los principales
partidos eran, con mucho, los dos
Radicales.[117] En las primeras elecciones
del reinado de Pedro, celebradas tras la
coronación de 1904, obtuvieron en
conjunto el 90 % de los escaños.[67] La
libertad política permitió, sin embargo, el
surgimiento de otras formaciones, como
el Partido Socialdemócrata, fundado en
1903, que tenía su base en la minúscula
clase obrera industrial del país.[117][120] El
Partido Liberal seguía existiendo, aunque
ya carente de todo poder.[67] En la década
que precedió al estallido de la Primera
Guerra Mundial, cinco partidos dominaron
la política nacional.[118]

Los primeros Consejos de Ministros del


reinado se concentraron en mejorar la
situación económica y en lograr el
restablecimiento de las relaciones
diplomáticas, muy dañadas con la mayoría
de los países por el golpe de 1903.[121] La
vecina Austria-Hungría, hostil al cambio de
1903, controlaba cuatro quintas partes del
comercio serbio.[121] El país, además,
carecía de una burguesía que pudiese
fomentar el desarrollo económico privado,
y las clases medias serbias dependían del
Estado.[118]
Uno de los acontecimientos de política
interna más relevantes del periodo fue la
separación definitiva de los dos sectores
del Partido Radical el 31 de octubre de
1904.[122] A partir de entonces ambos
partidos, el Radical y el Radical
Independiente, pugnaron por hacerse con
el gobierno, aunque el primero logró a
partir de 1906 la preeminencia hasta el
final de la Primera Guerra Mundial.[122][79]
Durante las graves crisis como la anexión
austrohúngara de Bosnia en 1908 o la
guerra mundial, se forjaron Gobiernos de
coalición.[122]
La larga «guerra del Cerdo», que acabó
con la derrota austrohúngara al no poder
someter nuevamente el país a su
influencia, tuvo una importante
consecuencia político-militar: los nuevos
contratos de armamento se firmaron con
Francia, que había procurado los
préstamos que habían permitido a la
nación balcánica capear la crisis
comercial con el imperio.[24]

Hasta la crisis de 1908, Radicales y


Radicales Independientes disputaron
principalmente sobre dos asuntos: la
capacidad de un partido minoritario de
convocar elecciones incluso con permiso
real y la conveniencia de que la oposición
utilizase tácticas dilatorias en el
Parlamento.[123] A partir de 1908 las
sucesivas crisis internacionales hicieron
que estos asuntos pasasen a un segundo
plano.[123] El revés en Bosnia acentuó
además la intromisión de los militares de
la Mano Negra en la política nacional y en
las actividades oficiosas expansionistas
en los «territorios irredentos».[87] En 1911,
los oficiales se organizaron por fin en la
organización secreta por cuyo nombre se
los conoce habitualmente.[87]

El 11 de junio de 1914, en vísperas del


inesperado estallido de la Primera Guerra
Mundial, Pedro, enfermo, cedió el poder a
su hijo Alejandro, que asumió el cargo de
regente.[99]

Formación de Yugoslavia

Formación de Yugoslavia

El efímero crecimiento del reino a finales de 1918


(izquierda) antes de la formación del nuevo Estado
(izquierda) antes de la formación del nuevo Estado
yugoslavo y los territorios de este (derecha), con su
origen respectivo. El reino de Serbia se disolvió en el
nuevo Estado en diciembre.

Tras la derrota de los Imperios Centrales


en el otoño de 1918 el consejo nacional
reunido en Zagreb, tras proclamarse
independiente del Imperio austrohúngaro,
trató de mantener la independencia del
nuevo Estado de los Eslovenos, Croatas y
Serbios.[124] El avance del Ejército italiano
sobre zonas que aquel consideraba
propias y su incapacidad para formar unas
fuerzas armadas independientes hicieron
necesaria la petición de tropas a
Serbia.[125]
Tras la votación del consejo en noviembre
se envió una delegación a Belgrado para la
formación del nuevo Estado eslavo.[126] El
1 de diciembre de 1918, en presencia del
regente Alejandro, se proclamó la creación
del Reino de los Serbios, Croatas y
Eslovenos, que reunía territorios serbios,
montenegrinos y austrohúngaros,
desapareciendo a la vez el Reino de Serbia
independiente.[127]

Véase también
Reino de Yugoslavia
Reino de los Serbios, Croatas y
Eslovenos
Notas
1. Pese a que en 1897 solo el 12,5 % de la
producción cerelaística se exportaba, esto
suponía alrededor del 30 % del valor de la
exportaciones del país.[9]
2. Fundamentalmente, Alemania pasó
adquirir el grueso de las exportaciones de
trigo y de carne procesada, si bien las
exportaciones de maíz siguieron
destinándose principalmente a Hungría, que
las utilizaba en la cría de ganado.[24]
3. Pavlowitch indica un número mayor
aunque bajo, de población dedicada a la
industria en 1910: el 7 %, de un total de 2,9
millones de habitantes.[24]
4. Milan regresó a Serbia en mayo de 1890
y trató en vano de recuperar el poder.
Natalia logró que el metropolitano serbio
anulase efímeramente el divorcio impuesto
por su exmarido antes de tratar
infructuosamente que las Cortes lo
anularan y de que la disputa matrimonial se
convirtiese en escándalo nacional e
internacional. En mayo de 1891, el Gobierno
logró expulsarla del país. Al tiempo, el
Gobierno sobornó a Milan con dinero ruso
para que abandonase también Serbia hasta
la mayoría de edad de Alejandro.[61]
5. Una crisis de regencia causó el cambio
de Gobierno: la muerte de uno de los
regentes enfrentó a los Radicales, que
deseaban reunir a las Cortes para elegir a
un nuevo regente pero Ristić, que temía que
aquellos eligiesen a Pašić para el cargo, se
negó, lo que precipitó la dimisión de este y
el encargo de formar un nuevo gabinete a
los Liberales.[62]
6. Alejandro anunció su mayoría de edad a
pesar de no contar aún con diecisiete años
en una cena en el palacio real a la que
asistieron los dos regentes y el Consejo de
Ministros. Tropas leales al monarca habían
ocupado para entonces los ministerios de
Asuntos Exteriores e Interior, el
Ayuntamiento de la capital y la oficina de
telégrafos. El golpe, inspirado por Milan que
deseaba acabar con la regencia, no produjo
víctimas.[62]
7. Su regreso en enero de 1895 por decisión
exclusiva de Alejandro, sin consultar con el
Consejo de Ministros Radical moderado,
precipitó la renuncia de este.[64]
8. El origen de la división había sido la
aceptación de parte de la formación de
ciertas concesiones al rey en 1901, que otra
parte, la de los «independientes», había
rechazado. Pese a que el asesinato de
Alejandro y los cambios políticos
eliminaron la causa de la división, esta no
desapareció, y se formalizó en 1905.

Referencias
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Enlaces externos
Tratado de Londres de 1913 (en inglés)
Estructura del Ejército serbio en 1914
(en inglés)

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title=Reino_de_Serbia&oldid=108598166»
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