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Hace mucho tiempo en el colegio Olmedo de la ciudad de Portoviejo estudiaba un chico blanco,
esbelto y muy simpático, para lo cual acostumbraban a llevarse bien con ciertos maestros. Entre
este grupo de amigos se encontraba Marcos ( nombre ficticio que daremos para proteger su
integridad), dos amigos de ellos Luis y Alfonso que no se negaban a invitaciones de tipo recreativas
en las tardes después del colegio. Hasta que un día un profesor amablemente les invita una tarde
a su casa para jugar play, ver películas y desestrarse un poco ya que estaban a pocos días de
terminar el parcial.
A la tarde del día de la invitación acuden los chicos, pasan un momento agradable, jugando y
viendo películas, pero en un momento de distracción el profesor muy sutilmente le dice a Marcos
estas Wapo por repetidas ocasiones, cosa que le indigno al chico y pidió a sus amigos se retiraran
del lugar, sin dejar de pensar en el mal rato que había pasado.
Los padres de Marcos deciden cambiarlo de colegio, ya que el les conto todo lo acontecido en la
casa del profesor, solicitando de inmediato el pase al distrito de otra institución educativa, siendo
su destino el Francisco Pacheco. Todo era felicidad y parecía estar todo bien hasta que un día para
mala suerte del chico le dan el pase al profesor a la misma institución que se encontraba marcos
sin saberlo ya que el era profesor contratado.
Para esto la Trabajadora Social ya se ha dado cuenta de los cambios de actitudes del chico como
por ejemplo que el chico siempre llora en el patio, no quiere hablar mucho, etc.
Un día en clases el profesor le guiña el ojo y al darle el marcador para que pase a la pizarra le coje
la mano morbosamente, el chico se sale de sus casillas y le brinda un puñetazo; inmdiatamente es
enviado a rectorado y luego al DECE con la Trabajadora Social, el chico en crisis cuenta toda la
tortura vivida a la trabajadora social, mientras tanto el profesor se encuentra en rectorado junto a
los padres del chico, negándolo todo, los padres de Marcos exigen que se sancione al profesor,
ellos indignados ya que anteriormente habían tenido inconveniente por el mismo caso, llevan esta
denuncia hasta la fiscalía….en el distrito haciéndose de la vista gorda, logra el profesor que no lo
expulsen pero le prohíben hacercarse al colegio; pero el profesor obsesionado vuelve al colegio a
dar una vuelta, pero ya las autoridades en conocimiento del caso y con las denuncias establecidas
lo sacan inmediatamente del distrito e incluso esta en proceso la suspención de la licencia para
ejercer la docencia en el ministerio de educación y asi no podrá dar catedra en ningún plantel
educativo del Ecuador.
Finalmente Marcos sigue asistiendo a sus clases en la institución educativa, recibiendo la ayuda
necesaria por parte de un psicólogo, y hasta el día de hoy sigue en sus terapias, la trabajadora
social le hace el seguimiento necesario y con el apoyo de todos esta logrando salir de la crisis que
lo sumergio por largo tiempo.