You are on page 1of 37
Anotaciones sobre literatura colonial y su historia" Didgenes Fajardo Valenzuela Departamento de Literatura Universidad Nacional de Colombia Cada generacién debe escribir de nuevo la historia de la literatura Pedro Henriquez Urea Es ya un lugar comin hablar de a literatura como la manifestacion elevada del espiritu de un pueblo y de su importancia para la conformacion del sentido nacional. En ese contexto, estudiar la historia de la literatura es estudiar, al mismo tiempo, la historia de la nacién. Por ello, no es de extrafiar que la historia de la literatura colombiana aparezca intimamente unida al concepto de nacién, y que su papel en la formacién nacional haya sido el factor dindmico de muchos de los textos que se han escrito para analizar su evolucién. Pero, a pesar de que se trate de una constante, es preciso buscar unas razones més detalladas que expliquen el interés de las historias de la literatura colombiana —iniciadas realmente en el siglo XIX € impregnadas profundamente de ese espiritu nacionalista— por una época que, en prin- cipio, debia ser desdefiada por las marcas que en ella habia dejado el conquistador y colonizador espafiol. Por otra parte, sélo hasta finales del siglo XX fue evidente el renovado interés por todo lo que tenia que ver con la Conquista y la Colonia. Entre otras razones, los criticos usualmente sefialan las siguientes para justificar ese resurgimiento: * Un avance de esta investigaciOn fue presentado en el XIV Congreso de Colombianistas, Denison University, Ohio, USA, 2005. | 23 ra colombiana oa de ta erat os a isto" cami Leer ag historia cami ._ento, ocasion para revisitar tex. ubrimien' : a) El aquint centenar® e os de fominio espaol. Se realiza una labor st los prim Conquista Y Ja Colonia, se propone una ublicar obras dela Cond tura de la historia mediante tos y autores le ed Ce esos textos Y 5° fomenta la re-escril literatura Y colonialismo (0 post- re! if elempleodelaficciOm, tacion entre estudio sobre 8 ‘omo caracteristica esencial b) Los ests os hacia el hibridismo © colonialismo), rere we “0 como un problema de genealogia o identidad del none resuelto con un planteamiento de iferentes culturas puede ser nt aad dos di cultural’, sino eae “un problema de representacion colonial y ¥ tel rechazo colonialista de forma tal reversa los efectos parte del discurso dominante y ee an a ce negados entren a Ser ‘conocimientos e ba sus reglas de reconocimiento™ [Bhaba 114]. Ja base de su autoridad— «¢) El llamado de atencion de los novelistas del Boom sobre el origen de la narrativa latinoamericana Y, POT tanto, la importancia para la historia y la cultura de esa discursividad de cardcter fundacional. Este parece ser un ejemplo magnifico de lo que sostiene Harold Bloom: que el canon no se hace en la academia ni tampoco lo hacen los criticos, sino Jos mismos escri- tores? Bastar’ recordar el discurso de Garcia Marquez al recibir el premio nobel y su insistencia en reconocer la funcién novelistica desarrollada por Jos cronistas. En ocasién tan solemne recordé que el premio recibido era un reconocimiento atoda la novela latinoamericana y que su proceso habia que iniciarlo con los cronistas como Pigafetta quien conté que habia visto cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pajaros sin i eee empollaban en las expaldas del macho y otros como ae eae a cuchara. Conté que habia paces eas press de mula, cuerpo de camello, . Contd que al primer nativo que "the colonial hybrid ybridity isnot a problem of genealogy or identity between two diferent cultures which canbe reso ‘ colonia representation and inden gael elativism. Hybridiy isa problematic af so that other ‘denied ion that reverses the effect ofthe colonialist disavov"! its authorit knowledges enter : authority —iuruesofrecpniion eva dicore and estrange the basis! "Soom se pregunta John Mion” y feta ie canoniz6 a Milton? Y se responde: “en primer luga propio [38]. Sin di ‘Brandes poetas . uda alguna, la critica whabiee ee Superaron la tradicién y la subsume retomado mbién contr una traicién para superala contribuye a la canonizacién al mostrar c6mo S¢ 24 | Anotaciones sobre literatura colonial y su historia encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, ¥ aquel gigante enardecido perdié el uso de la raz6n por el pavor de la propia imagen. Por su parte, Carlos Fuentes también ha establecido con claridad un vin- culo entre los nuevos novelistas y el cronista Bernal Diaz del Castillo. En La verdadera historia de la conquista de México, segn el ensayista mexicano, se encuentra “una verdadera novela en funcién de su novedad frente a la épica anterior, que es el romance de caballeria, Hace, digmoslo asi, una novela épica, con tanto movimiento y novedad como la épica segiin Hegel y Simona ‘Weil, y con tanta novedad y dinamismo como la novela seguin Bajtin y Ortega” (71. De suerte que la crénica de Bernal Diaz logré, sin proponérselo, que su discur- so narrativo estuviese apoyado en una doble estructura: por una parte, en una épica minuciosa aunque vacilante y, por la otra, en la novedad y el asombro, el chisme y la visin melancélica de un pasado proyectado hacia el futuro. Al responder la pregunta sobre el inicio de la escritura ficticia en Ameéri- ca Latina, los criticos como Roberto Gonzalez Echevarria o José Juan Arrom no han dudado en senalar a Cristébal Colén como su figura fundacional porque sus textos constituyen el principio, sin principio, y el origen de la escritura ficcional. Por otra parte, Colén no es el principio de la ficci6n lati- noamericana por ser el primero en escribir sobre estas tierras. Lo es porque su cardcter fundacional abarca muchas de las tendencias de la discursividad narrativa posteriores, puesto que con su escritura: traslada la historia al ambito de la ficcién, proyecta sobre Europa la epifania de América, y postula los estatutos fundacionales de la narrativa americana. En el proceso inaugura la contemplacién subjetiva del paisaje en su doble faz de Paraiso terrenal y de naturaleza alucinante; inserta en el paisaje al hombre, polarizandolo en los arquetipos del buen salvaje y el cruel indigena; inventa la América mitica e infunde sentido utépico a nuestro destino; resuelve el problema de expresar las realidades del Nuevo Mundo en una lengua europea y sienta las bases del espafiol de América. [Arrom, Imaginacién del nuevo mundo 35] No es de extrafiar, por lo tanto, que la figura de Coldn sea una de las mas atractivas para su representacién ficcional en el discurso narrativo de los Novelistas de finales del siglo Xx. 4d) La retextualizacién de la historia por medio de una nueva producti- vidad discursiva ficcional. Se podria afirmar, sin temor a equivocacién, que | as

You might also like