Orgullo y prejuicio: la realidad de la mujer trabajadora.

El trabajo es una parte importante de la vida de los seres humanos,

ya que representa su fuente de sustento. La mujer siempre ha trabajado desde el
hogar al cuidar a los hijos y al encargarse del cuidado de la casa, aunque esta labor
no se ha reconocido como tal, debido a la naturaleza de esta.
Llegó un punto en la historia, cuando a la mujer se le permitió introducirse al campo
laboral, aunque, esto no significó que se le diese una igualdad de oportunidades, es
decir, tener acceso a las mismas posiciones que los hombres, o ganar el mismo
salario realizando una tarea similar, todo esto, lleva a la conclusión de que a la mujer
se le sigue discriminando por su género.
De acuerdo al INEGI el 38.08% de la población económicamente activa son mujeres
y de acuerdo al foro económico mundial existe una gran brecha entre los ingresos
estimados del hombre y la mujer en México.
Aunque a lo largo de la historia de la humanidad el trabajo se ha divido de acuerdo
al sexo, siendo un factor importante el definir la feminidad y masculinidad,
convirtiéndose en parte de la cultura, esto no lo vuelve éticamente correcto, ya que
al discriminar a la mujer en el ámbito laboral, por el simple hecho de ser mujer, se
ignora su valía, y se atenta contra su dignidad humana.
En este ensayo se exploraran varios aspectos sobre la discriminación de la mujer,
buscando demostrar por qué se considera éticamente incorrecto esta práctica, los
aspectos a explorar serán: la dignidad humana, aspectos legales sobre la
discriminación, y la igualdad de oportunidades. A través del imperativo categórico
de Kant, la teoría de la justicia de John Rawls, y el utilitarismo.
Al discriminar a las mujeres en el ámbito laboral, se perjudica su
dignidad humana, y se ignora su valía.
“La productividad de una sociedad se optimiza en la medida que los empleos se
asignan con base en la competencia (o ‘merito’)” (Velasquez, 2000, p.388).
Es decir, al tomar como factores decisivos para asignar un trabajo las habilidades
que la persona posee, se obtendrán mayores beneficios, porque cuando se toma

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en cuenta el sexo se ignoran las habilidades que posee el individuo, lo cual se
reflejaría en el desempeño de la empresa.
“Hay presunciones culturales con gran arraigo histórico sobre su debilidad física, su
vulnerabilidad durante el embarazo o su papel especial (pensado como insustituible)
para cierto modelo de familia. Según estas concepciones, está plenamente
“justificado” el “proteger” a las mujeres de ciertos trabajos.” (Lamas, 2006, p.62).
La cita anterior hace referencia al trato que se le da a la mujer en el ámbito laboral,
la cual busca justificar la diferenciación que se le da, ya que al reconocer las
diferencias se beneficia a la mujer, protegiéndola de un posible daño físico o
emocional.
A pesar del posible beneficio que podría representar para las mujeres el ser tratadas
de forma diferente en el ámbito laboral, aún se sigue atentando contra su dignidad
humana. Kant establece en uno de sus imperativos, que se debe tratar a la
humanidad y a uno mismo siempre como un fin, y nunca como un medio. Al
discriminar a la mujer, asignándole salarios más bajos y limitando las oportunidades
de trabajo, el contratante atropella las capacidades de la mujer convirtiéndola en un
medio para sus fines.
Legalmente, existen documentos que buscan la equidad para el
hombre y la mujer, como también, buscan evitar cualquier tipo de discriminación,
demostrando que jurídicamente se busca eliminar la discriminación en el ámbito
laboral.
La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, la ley federal del
trabajo, entre otros documentos legales, establecen que el hombre y la mujer
deberán ser tratados con equidad, eliminando cualquier forma de discriminación.
Los resultados de un estudio llevado a cabo en Australia por Melbourne Institute of
Applied Economic and Social Research en el 2015, demostraron que aquellos
matrimonios donde la mujer es la que trabaja, son más susceptibles a fallar, y el
hombre está insatisfecho con el matrimonio cuando la mujer forma parte de la fuerza
laboral, lo que se podría entender, como que el hombre es más feliz, siendo él, el
proveedor económico del hogar.

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En contraste, en este mismo estudio, se demostró que la mujer está insatisfecha
con el matrimonio cuando no tiene empleo. Al analizar estas dos situaciones, la
mujer desempleada o empleada, conlleva repercusiones en el matrimonio, donde la
felicidad de uno se sacrifica. La postura del hombre se origina en los prejuicios bajo
los que la sociedad vive, donde la mujer se debería limitar a ser madre y ama de
hogar.
Más aún, a las mujeres no se les permite una igualdad de
oportunidades, debido al estigma que carga la feminidad, y a los prejuicios sobre el
papel de la mujer.
Mientras puede ser cierto que las mujeres no poseen las mismas habilidades físicas
que un hombre, o que pueden llegar a ser más “delicadas”, esto no representa una
excusa para poner un cerrojo en la puerta de igualdad de oportunidades para las
mujeres, como menciona Marta Lamas, en su libro “Feminismo: Transmisiones y
retransmisiones”, en Italia hubo un caso donde la presencia de la mujer promovió
cambios positivos en la empresa, el ejemplo dado es que el ingreso de carpinteras
permitió que el número de trabajadores con lesiones en la espalda disminuyera,
debido a que las mujeres estaban dispuestas a pedir ayuda para cargar tablas
pesadas, donde en caso contrario, un hombre no se atrevía a pedirla, esto permitió
que incluso los hombres admitieran que necesitaban apoyo para evitar lesiones,
haciendo aceptable para hombres y mujeres, el pedir ayudar.
Por otro lado, “las empresas obtienen beneficios monetarios al tener actitudes
discriminatorias a través de la falta de reconocimiento (pero utilización) de las
habilidades de las mujeres, la infravaloración del trabajo de las mujeres y de la
explotación de las mujeres como mano de obra barata, numéricamente flexible
(fácilmente eliminados)”.
Como se mencionó previamente, el foro económico mundial analiza la brecha de
género en 145 países alrededor del mundo, al comparar los países cuya brecha de
género es menor y donde es mayor, es posible identificar una gran diferencia en las
economías, mientras aquellas con una menor brecha poseen una tasa inferior de
desempleo, y se consideran como mejores economías. Aquellos países al fondo de
la lista, tienen una economía precaria, demostrando que puede existir una relación

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entre la discriminación de la mujer y la situación económica, tomando en cuenta
esto, es posible argumentar que de acuerdo al utilitarismo, la opción más viable es
reducir la discriminación para así aumentar las mejoras en la economía.
Así mismo, la teoría de la justicia de John Rawls, principalmente el principio de
igualdad y el principio de diferencia, aseguran el derecho a la igualdad de libertades
de todos los miembros de la sociedad, y el segundo busca beneficiar a las minorías
ofreciendo una igualdad de oportunidades, ambos, invalida la discriminación de la
mujer.
En conclusión, el papel de la mujer en la sociedad ha cambiado desde los
inicios de la historia, ha pasado de ser solamente una madre y esposa, a ser un
individuo independiente y con poder en todos los ámbitos de su vida,
desgraciadamente, no toda la sociedad ha aceptado este cambio, y años de
prejuicios no facilitan la aceptación del nuevo rol de la mujer, pero se debe tomar en
cuenta que posee una valía y al igual que el hombre posee una dignidad humana,
los diversos actos de discriminación que atentan contra la dignidad de la mujer en
el ámbito laboral son éticamente incorrectos, como ya se mencionó previamente.
En cambio, aceptar la presencia de mujeres, y la diversidad que esto significa,
representa un beneficio para ambos sexos, ya que se poseen otras perspectivas.

México aún tiene un largo camino por recorrer para lograr que ambos géneros
tengan igualdad de oportunidades, y para reducir la brecha de género, se deben
implementar programas de acción afirmativa en las empresas, contando con el
apoyo de una instancia que vigile su implementación. Así mismo, se debe enseñar
a futuras generaciones que la clave para mejorar como sociedad, es aceptar las
diferencias de todos los individuos y así mismo, estás diferencias deben jugar en
beneficio de la sociedad.

“No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas
mismas"
Mary Wollstonecraft.

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Referencias:

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. (5 de febrero de 1917).

Obtenido el 28 de abril del 2016, de
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/htm/1.htm

Dickens, L. (1994). The business case for women's equality: Is the carrot better
than the stick? Employee Relations, 16(8), 5. Obtenido el 28 de abril del
2016, de http://0-
search.proquest.com.millenium.itesm.mx/docview/235217832?accountid=41
938

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Argentina: El Cid Editor.

Lagarde M. (2006). Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas,

presas y locas. México: UNAM.

Lamas, M. (2006). Feminismo. Transmisiones y retransmisiones. México: taurus.

Ley Federal del Trabajo. (1 de abril de 1970). Obtenido el 28 de abril del 2016, de
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/125_120615.pdf

Nussbaum, M. (2002). Las mujeres y el desarrollo humano: el enfoque de las

capacidades. España: Herder.

Organización de las Naciones Unidas [ONU]. Convención sobre la eliminación de

todas las formas de discriminación contra la mujer (s.f.) Obtenido el 28 de
abril del 2016, de
http://www.un.org/womenwatch/daw/cedaw/text/sconvention.htm

5
Velasquez, M. (2000). Ética en los negocios: Conceptos y casos. México: Pearson
Educación.

Wilkins, Royer (2015). The Household, Income and Labour Dynamics in Australia
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2016, de
http://www.melbourneinstitute.com/downloads/hilda/Stat_Report/statreport_
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World Economic Forum. Gender Gap Index 2015. (s.f.) Obtenido el 28 de abril del
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2015/economies/#economy=MEX