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CAPÍTULO N°1.

EL PÉNDULO DE LA RIQUEZA: LA ECONOMÍA ARGENTINA EN EL


PERÍODO 1880-1916. Por Fernando Rocchi.

CRECIMIENTO ECONÓMICO Y EXPORTACIONES.

En el período 1880-1916, la economía Argentina experimento un crecimiento per cápita que superaba al de
los EE.UU., Francia, Gran Bretaña y Japón.
El motor del crecimiento fueron las exportaciones de productos primarios. Entre 1840-1880, la “fiebre del
lanar” reemplazó al cuero y otros derivados del vacuno que habían dominado el comercio internacional luego
de la independencia. Pero a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, la economía comenzó a
diversificarse con la producción de cereales, lino, carne congelada ovina y animales en pie. Los cultivos y
vacas de razas desplazaron a las ovejas al sur y poblaron la zona pampeana.
El auge exportador argentino fue parte de un proceso de internacionalización del intercambio comercial
que se aceleró a fines del siglo XIX con el desarrollo del capitalismo internacional. Las economías más
avanzadas estaban viviendo un proceso de industrialización, por continuación o incorporación a la Revolución
Industrial (brindaban exceso de producción, aumento demanda alimenticia de la población y de materias
primas para sus fábricas).
Así como se comerciaban los bienes y servicios, también lo hacían los factores de producción móviles: trabajo
y capital. La Europa de exceso de población y de capital, brindó mano de obra e ingresos a los países
independientes de América Latina que tuvieran un Estado Central, pues para que invirtieran se necesitaba
cierto grado de orden político y jurídico, que protegiera vidas, propiedades y emprendimientos.
A mediados del siglo XIX, la inserción de Argentina al mercado mundial era débil porque no contaba con
ninguna de las condiciones para incorporarse (mano de obra, capital, ni Estado Central). El orden llego con el
proceso que se inició en la Batalla de Caseros en 1852 hasta 1880, cuando el gobierno central venció la última
rebelión provincial. En este proceso, el Estado empezó a garantizar seguridad jurídica, propiedad privada y
movimiento libre de capitales, con lo que llegaron las inversiones extranjeras e inmigrantes.
Argentina contaba con un factor de producción abundante sobre el que se basó el crecimiento exportador: la
TIERRA. El tipo de tierras y el clima de las pampas permitieron la producción de bienes que contaban con
demanda creciente en el mercado mundial. La ocupación del espacio pampeano se produjo a medida que la
frontera avanzaba sobre territorio indígena. El salto final lo dio la “Campaña del Desierto” liderada por Julio
A. roca en 1879. En 1880, con las campañas en el Chaco y la Patagonia, la frontera desapareció.
El doble movimiento de fronteras, política y productiva, fue peculiar en Argentina, porque no era la presión
de una masa de población ávida de tierras lo que impulsó la conquista militar, sino al revés, la conquista atrajo
a los pobladores. A partir de su apropiación y poblamiento, las tierras se destinaron a la producción y a su
compra y venta. Por su abundancia, el costo de la tierra primeramente fue bajo, pero entre 1880-1913 por el
avance de la producción su precio se elevó 10 veces más.
El trabajo para el proceso productivo fue provisto por:
 Crecimiento demográfico.
 Migraciones internas.
 Inmigración.
Con respecto a las inversiones extranjeras, esta se desplegaron siguiendo dos elementos: seguridad y
rentabilidad. En Argentina volvieron los capitales extranjeros luego de que se hiciera un acuerdo para pagar
el empréstito concedido en la Presidencia de Rivadavia y se dictara la Constitución de 1853, que establecía el
carácter sagrado de la propiedad privada y prohibía la confiscación.
El Estado impulsó la primera ola de inversiones a través de la emisión de bonos del gobierno sobre los que
pagaba un interés mayor que el que brindaban los bancos europeos. Además, el propio Estado se brindaba
como muestra de seguridad, al otorgar sus ingresos como garantía y afianzó con los préstamos su aparato
militar y burocrático, así como la posibilidad de subsidiar a las provincias aliadas.
La mayoría de capitales provenía de Gran Bretaña, que invirtieron su capital en: tierras, comercio, industrias y
el ferrocarril. A estas empresas el Estado les cedió una amplia extensión de tierras al costado de las vías, que
las mismas vendían luego. Los capitales franceses invirtieron en dos ramales (Rosario-Bahía Blanca, región
central-norte de Santa Fe) y el Estado Nacional, continuó construyendo ferrocarriles donde los inversores
extranjeros no iban, o sea en la Región del Noroeste, del Chaco y la Patagonia. Dado su carácter de
“fomento”, estos ferrocarriles se construían con la más económica trocha angosta, que hacía los viajes lentos y
fatigosos.
Otros países que invirtieron fueron: Francia (ferrocarriles y puerto), Alemania (provisión eléctrica), Bélgica e
Italia. También invirtió EE.UU en Argentina, en un principio se centró en los bonos estatales y luego en los
frigoríficos.
En 1910, el país se había convertido en el tercer exportador mundial de trigo (en 1° lugar estaba Rusia y 2°
EE.UU.), Y tenía una posición más significativa con respecto a su exportación de carne vacuna y lino. En este
periodo se empieza a denominar a la Argentina “el granero del mundo”.

LA ECONOMÍA PAMPEANA.
Las transformaciones ocurridas en la esfera macroeconómica se relacionaban con los cambios en las unidades
productivas.
La Colonia.
La producción de cereales para exportación comenzó en las colonias agrícolas. Allí la regla, era que los
agricultores fueran propietarios de una parcela de tierra de 50 hectáreas. Los colonos trabajaban con sus
familias y en épocas de trabajo intensivo (cosecha) con mano de obra adicional. El costo de la contratación de
peones era significativo para estos colonos que no tenían mucho capital.
La estancia mixta.
En ella se producía cereales y ganado ovino y vacuno (este último era refinado).
El estanciero se dedicaba al engorde o invernada del ganado. Además, poseía un negocio doble: cobrar el
alquiler de las tierras y obtenía la tierra alfalfada donde iba a engordar sus vacas.
Los chacareros, explotaban una fracción de tierra, generalmente para producir cereales, pero no eran dueños
de la propiedad sino que la arrendaban. Su beneficio estaba en vender sus cultivos, pagarle un arriendo al
propietario y obtener una diferencia. En el caso de que le contrato fuera con un estanciero invernador, los
chacareros se comprometían a dejar alfalfado el campo al finalizar el contrato.
Los braceros o peones, se los contrataba por un período del año.
Los invernadores estaban al tope de la estructura económica de la región pampeana, aunque no eran los únicos
con grandes porciones de tierra. También estaban los “criadores”, que se ocupaban de la primera etapa de la
vida de los terneros. Éstos eran menos ricos que los invernadores porque sus campos eran de menor calidad.
Por otra parte, la relación entre invernadores y criadores se tiño por conflictos en varias ocasiones, como en la
década de 1920 en la lucha abierta por el control de la Sociedad Rural Argentina. El motivo fue los diferentes
espacios que ocupaban en la jerarquía ambos grupos con respecto a la cadena de producción y
comercialización del agro pampeano (los criadores debían venderles a los invernaderos y estos últimos
vendían a los frigoríficos).
Otro grupo que existía en la economía pampeana era el de los cabañeros, que se dedicaban a la importación y
reproducción de animales de raza.
El agro pampeano se caracterizó por la ausencia de grandes conflictos durante buena parte del período de auge
agro-exportador. En cambio, las relaciones entre estancieros, arrendatarios y braceros entró en crisis en 1912
con el llamado “Grito de Alcorta”.

La industria.
Se desarrolló en torno a la producción de una serie de artículos de consumo y creció como resultado de un
doble movimiento de protección arancelaria y aumento de la demanda agregada.

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