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Su Santidad
Papa Francisco I
Ciudad del Vaticano
Santo Padre,
Con el fracaso de la mesa y por lo tanto la posibilidad del dialogo, renace el conflicto
armado en cientos de municipios, por el retorno a la guerra del ELN, así como la
presencia en los mismo territorios de grupos armados ilegales o paramilitares. Todo
esto deja de lado la humanización del conflicto y el cese bilateral, todo lo avanzado
durante los diálogos con el anterior gobierno.
Pero lo mas grave, esta en peligro la posibilidad del reencuentro entre los
colombianos de todos los sectores y banderas políticas, ese que permita construir
una paz definitiva. Es la reconciliación lo que se adeuda y deben heredar como
patrimonio las generaciones venideras. Hoy, la paz es nuestro mas grande empeño,
sabemos después de todo lo vivido
que son la paz y la reconciliación lo que evitarán el desgarramiento de la patria. Son
esos acuerdos los que abrirán un tiempo de democracia plena en Colombia y con
ella la posibilidad de salir del deshonroso segundo lugar como la sociedad mas
inequitativa del planeta.
En sus propias palabras, es necesario apostar por el diálogo con los adversarios,
puesto que, en su ausencia “encuentran terreno fértil” las posiciones extremas.
“Favorecer el diálogo -cualquier diálogo- es una responsabilidad de la política”, da
paso a una alternativa constructiva. El diálogo es útil, no solo por el resultado, si no
por el proceso, que permite consensos.