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INFORME DE LA JORNADA DE OBSERVACIÓN

1- ¿Qué pasó?
El viernes a la 1:30 de la tarde, la maestra titular del grupo sacó unas fichas de
matemáticas, de multiplicación. Eran 2 fichas distintas: una de ellas trabajaba
la tabla del dos y la otra la tabla del tres. Los niños tenían que resolver las
multiplicaciones que en la ficha se indicaban, y de acuerdo al resultado
obtenido, tenían que colorear una imagen: todos los números dos eran
pintados de un mismo color, todos los tres de otro color, y así sucesivamente.
Las operaciones de multiplicación no estaban inmersas en un contexto
auténtico, ni se trabajó con problemas razonados que los niños pudieran
aterrizar a su realidad; eran mecanizaciones independientes. La maestra les
indicó a los niños que la actividad era un examen, por lo que no podían
levantarse de su lugar, hablar, ni pedir material prestado para colorear los
dibujos. Los niños se sentaron y durante cinco minutos estuvieron en silencio.
Cuando se comenzaron a dar cuenta que había multiplicaciones en las que
cambiaba en orden de los factores, algunos de ellos se sentían confundidos,
pues creían no saber la respuesta a la consigna. Comenzaron a levantarse de
su lugar para preguntarle a la maestra titular cómo realizar las operaciones de
multiplicación. De manera personal, la maestra atendió a cada niño,
permaneciendo todo el tiempo en su escritorio. Lo ayudaba a resolver el
problema utilizando sus dedos. Ella decía: “Dos por uno” y levantaba dos
deditos de la mano del niño, “dos por dos” y levantaba otros dos dedos de su
mano, entonces el niño contaba la cantidad de dedos que tenía levantados, y
resolvía la problemática. Cuando la maestra hacía esto los demás alumnos del
grupo se descontrolaban. Siendo que únicamente eran 16 niños, la disciplina
parecía ser incontrolable para la maestra titular. Los niños comenzaron a
hablar, a levantarse, a pedir materiales… Algunos de ellos trabajan estando
parados a un lado de su banco, por comodidad, y se notaban concentrados en
lo que estaban haciendo. Uno de los alumnos había sido regañado por la
maestra, al molestar a una de sus compañeras, y él no quería trabajar en las
fichas. Estaba enojado e ignoraba a todo el que le hablara, inclusive a la
maestra. La profesora lo ignoró y siguió apoyando a los niños que se
acercaban a su escritorio. Luego que la maestra observó que el niño chiflado
seguía sin trabajar, lo amenazó con llevarlo a la oficina de la directora, así que
de mala gana, el niño se levantó y comenzó a “contestar” la ficha. No pasaron
cinco minutos antes de que el niño dijera que había terminado de contestar la
ficha. La maestra le dijo que pusiera la libreta en su escritorio, y que trabajara
con el material extra que ella le había dado, pues al ser un alumno
sobresaliente con mucha indisciplina, la maestra le daba fichas de tercer grado
para que trabajara en ellas cuando terminaba el trabajo programado para la
jornada escolar. El niño dejó la libreta, se fue a su lugar y siguió muy molesto.
La maestra titular no revisó la libreta del niño, pero a mí me causó inquietud ver
que había terminado tan rápido, sin hacer demasiado esfuerzo. Tomé la libreta
del escritorio y vi que el niño sólo había coloreado todo el dibujo con color rojo,
y los espacios destinados para los resultados de las multiplicaciones, seguían
en blanco. La maestra les dio más tiempo a los niños para que terminaran las
fichas y cuando estos terminaron, pegaron las fichas en sus libretas de
exámenes y las dejaron en el escritorio de la maestra, para revisión.

2- ¿Qué elementos del enfoque estuvieron presentes y por qué?


La maestra trabajó con la resolución de problemas, y estos representaron un
reto para los niños, pues al modificarse el orden de los factores, ellos
pensaban que no sabrían la respuesta a la problemática. Aunque la maestra no
lo había indicado para esa clase, los alumnos tuvieron uso de sus
capacidades comunicativas y del trabajo colaborativo, pues hablaban unos
con otros, se preguntaban dudas entre ellos y se pedían materiales,
observando si habían usado los mismos colores que los demás. En la clase
también se vio presente la tarea del profesor, pues la maestra atendía a las
dudas de los alumnos, de manera personalizada y los ayudaba a encontrar la
respuesta de las problemáticas presentes. En la clase se vio presente la
vinculación con otros saberes, puesto que los alumnos, además de
contestar las multiplicaciones, utilizaron la asociación de colores y su talento
artístico para colorear los dibujos de las fichas. La maestra también vio el
enfoque de la evaluación de proceso, pues al atender a las dudas individuales
de cada alumno, ella pudo darse cuenta de sus fortalezas y de sus áreas de
oportunidad en el aprendizaje, para trabajar más en ellas.

3- ¿Qué elementos del enfoque estuvieron ausentes?


Uno de los elementos que se vieron ausentes en la clase, fue la aplicación de
los contextos auténticos, pues los problemas matemáticos que se les
aplicaron a los niños no estaban situados en un problema razonado o en un
contexto real, con el cual el niño se pudiera sentir identificado; eran sólo
mecanizaciones independientes. Aunque aparentemente se vio presente la
tarea del profesor, cuando la maestra atendió a las dudas de los alumnos, no
considero que este elemento del enfoque se haya cumplido de forma
adecuada, pues la maestra no guió a los niños para ayudarles a reflexionar o a
razonar sobre el por qué de los resultados de las multiplicaciones, sólo les
proporcionaba un método sencillo, que los niños pudieran hacer suyo y utilizar
de manera mecánica. Considero que al no presentarse contextos auténticos en
los problemas matemáticos, tampoco fue posible observar la transversalidad,
ni el juego, pues no se hizo uso del aprendizaje situado. También se vieron
ausentes las herramientas digitales, pues no se hizo uso del proyector, la
computadora, o algún software que pudiera aclarar a los niños el proceso de la
multiplicación y el razonamiento que esta implica.

4- ¿Cómo se puede mejorar la clase?


Considero que la primera forma en que se puede mejorar esta clase es
modificando el material didáctico. Las fichas de trabajo no cumplían
completamente con los elementos del enfoque, pues no había problemas
razonados o un contexto con el cual el niño se pudiera sentir identificado. Aun
siendo un “examen” yo considero que sería bueno dejar que los niños
trabajaran en equipos, adecuando los grupos de trabajo de acuerdo a la
capacidad cognitiva del niño y a su nivel de razonamiento, análisis y reflexión;
pues de esta forma ellos pueden hacer uso de sus capacidades comunicativas
y pueden identificar de manera más clara, los distintos procedimientos que se
pueden seguir para llegar al mismo resultado. Otro aspecto a mejorar en la
clase seria la tarea del profesor. La maestra podría brindarles distintos
materiales a los alumnos rezagados, para que de acuerdo a sus necesidades
educativas, manipulen colecciones y puedan trabajar la seriación y la
correspondencia uno a uno, reforzando su aprendizaje a manera de juego.
Igualmente se podría hacer uso de software que mostrara a los niños el por
qué de las multiplicaciones, para que ellos pudieran observar, a través de un
programa computacional, que la multiplicación es un atajo a la suma, y que no
la vieran como una operación complicada que tiene que ser resuelta por medio
de la mecanización.

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