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Teorías sociológicas

N e i l J. Smelser

Normalmente nos referimos a la teoría socio- uno de estos objetivos requiere más espacio
lógica como una unidad y a la teorización del que aquí dispongo y tal vez sea imprudente
sociológica como una actividad específica. Los tratar de abarcar tanto. A l mismo tiempo, no
sociólogos escribimos artículos y libros e im- es posible apreciar la teoría contemporánea
partimos cursos sobre las materias y algunos s i n tener en cuenta estos dos objetivos.
decimos que nos especializamos en la teoría.
Todo ello induce a error e n un cierto sentido.
Cada objeto de investigación empírica en
La naturaleza y la diversidad
nuestra disciplina (por más que esté definido y de la teorización sociológica
circunscrito e n términos estrictos) tiene sus
raíces e n proposiciones ge-
Historia y teoría
nerales sobre e l ser huma- N e i l J. Smelser es Profesor de Sociolo- Frecuentemente distingui-
no y la sociedad, y contiene gía e n l a Universidad de California, mos tambiéti entre la his-
las simientes d e l razona- Berkeley, California, 94720, Estados toria de la teoría (o histo-
Unidos de América, donde enseña des-
miento abstracto y la eva- de 1958. Es autor de numerosas obras ria del pensamiento) y la
luación normativa. Estos e n las disciplinas sobre l a teoría socio- teoría sistemática. L a pri-
elementos suelen permane- lógica, e l cambio social, la sociología mera describe e l pensa-
cer ocultos o tácitos, pero económica, los movimientos sociales y
l a sociología de la educación. Su obra
miento consciente sobre l a
jamás se hallan ausentes. más reciente es Social Paralysis and sociedad a partir de una
Por ello, l a teoría debe ser Social Change: British Working-Class persona (Hobbes, Comte),
considerada un aspecto in- Education in the Nineteenth Century. de una escuela o doctrina
Es miembro de l a National Academy
tegral de la indagación so- o f Sciences (Estados Unidos de Améri- (el utilitarismo) o un perío-
ciológica y no una entidad ca) y la American Academy o f Arts and do (por ejemplo l a Grecia
separada de ella. S i n em- Sciences. También es Vicepresidente de clásica). L a segunda se re-
la Asociación Sociológica Internacional.
bargo, en otro sentido l a fiere a una reflexión más
teoría es individualizable. contemporánea acerca de
Es posible y legítimo considerar las relaciones l a sociedad, estructurada mediante la utiliza-
entre los elementos generales e n cuanto a tales ción de primeras hipótesis expresas, la deriva-
y, al hacerlo, entramos e n e l ámbito de la ción formal hipótesis específicas susceptibles
teoría sociológica y l a teorización propiamente de ser invalidadas por datos empíricos. En este
dicha. caso, la distinción entre ambas es más una
Con este artículo m e propongo dos objeti- cuestión de matices que de l a existencia de
vos; e n primer lugar, hacer algunas observa- una clara línea divisoria. Muchos pensadores,
ciones generales acerca de la teoría sociológica a menudo considerados «históricos» e n s u im-
(al principio y al final) y, e n segundo lugar, portancia (Adam Smith, Jeremy Bentham,
trazar un mapa general pero completo de las K a r l Marx, por ejemplo), eran muy sistemáti-
variedades del pensamiento teórico e n la so- cos y científicos tanto e n sus aspiraciones
ciología contemporánea (en e l medio). Cada como e n su forma de pensar. Por l o demás,

RICS 139lMarzo 1994


10 Neil J. Snielser

gran parte del pensamiento contemporáneo chos aspectos y según l a cual la teoría es “un
que llamamos teoría n o es particularmente sis- conjunto de conceptos generalizados de refe-
temático como ciencia social; a menudo entra- rencia empírica que lógicamente dependen en-
ña l a defensa de perspectivas generales, plan- t r e sí» (1954 [ 19451, pág. 21 2). Concebida así,
teamientos y preferencias ideológicas, así l a teoría contiene una serie de hipótesis o de
como el desarrollo de exposiciones teóricas postulados interdependientes que se acercan a
formales y de proposiciones empíricas. Por l a conclusión lógica, derivada de proposicio-
último, muchas perspectivas de l a historia del nes generales que se pueden presentar como
pensamiento (como l a clásica teoría evolutiva) hipótesis empíricas y que, en principio, son
siguen sobreviviendo como elementos de las verificables. Como hemos indicado, n o todo l o
teorías contemporáneas. Por esas razones, en que calificamos de teoría contiene todos estos
sociología la «historia» y la «teoría» son pues elementos, por l o que l a definición debe ser
indisociables. considerada un desideratum más que una des-
cripción.
L a expresión más formal de l a teoría es l a
Grado de formalización variable
exposición de relaciones, derivaciones e hipó-
L a teoría sociológica se caracteriza por una tesis en lenguaje mantenido. Este genero de
formalización mayor o menor según s u grado teorías se encuentra más comúnmente e n eco-
de conformidad a las reglas científicas de l a nomía pero han sido empleadas e n sociología
elaboración teórica. Ciertos tipos de discurso para generar explicaciones y predicciones rela-
que llamamos teoría n o son más que perspecti- cionadas con los procesos demográficos, l a
vas generales acerca del ser humano y l a socie- movilidad social, l a difusión de invenciones y
dad apoyadas e n conceptos un tanto impreci- técnicas y e l comportamiento de las organiza-
sos, una estructura lógica poco rigurosa y, ciones.
de haberlas, escasas proposiciones empíricas Otra constante se refiere al grado del ámbi-
identificables, que uno no intenta corroborar o to teórico o de generalización. Un modelo se
descartar. A veces, estas perspectivas s i r v e n de refiere por regla general a un conjunto formal-
fundamento o se integran a modelos más o mente expuesto de hipótesis respecto a los re-
menos formales, pero a menudo gran parte del sultados empíricos (así, e l modelo es un tipo
discurso teórico entraña una argumentación de teoría) pero limitado a una variedad estre-
de l a importancia analítica o normativa de l a chamente individualizable de situaciones. L a
propia perspectiva. teoría del mediano alcance (Merton, 1968a) es
Otras aproximaciones son por e l contrario más amplia y trata de incluir los principios
construcciones verbales más o menos formales explicativos en un ámbito mayor al tiempo, e n
de supuestos y postulados generales, hipótesis, todo caso, de seguir refiriéndose a ((aspectos
variables (o causas) independientes, variables delimitados de los fenómenos sociales)) (págs.
(o efectos o resultados) dependientes y la cita 39 y 40). L a teoría general, como denota s u
de datos relativos a l a verificación empírica. nombre, intenta desarrollar los principios más
Por ejemplo, a pesar de que Robert Michels abstractos para explicar una amplia gama de
(1959 [ 1915]), al propiciar su principio inexo- elementos regulares en e l comportamiento co-
rable de la oligarquía, negó que estuviese lectivo, las instituciones y e l cambio social. .La
creando un «sistema nuevo» (pág. VIII), s u teorización sociológica pasa lista a estos tres
obra, puede ser calificada de razonamiento aspectos.
sistemático organizado con arreglo a las leyes
del proceso científico (Smelser y Warner,
Usos y utilidad de la teoría sociológica
1976, págs 237 a 476). Igualmente, e n la clási-
ca obra de Durkheim titulada Suicide ( 1 95 1 Si bien l a teoría es generalmente aceptada
[ 1897]), se encuentran todos los ingredientes como ingrediente legítimo en l a sociología, las
de una explicación teórica formalmente cons- razones de esta aceptación no siempre resultan
truida (Merton, 1 9 6 8 ~ ; Smelser y Warner, claras. Sería útil, pues, recordar cuáles son los
1976, págs. 161 a 172). Parsons, hace medio usos y l a utilidad de l a teoría para l a propia
siglo, formuló una definición de este tipo de l a sociología y para las sociedades e n que tiene
teoría, que sigue siendo satisfactoria e n mu- lugar.
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Guardería infantil y CuriOSOS, París 1979. Rapho

- L a teoría es e l mecanismo mediante e l cual - L a teoríaofrece posibilidades de aplicación,


se codifican e interrelacionan dentro de un de hacerse útil en e l diseño y la reforma de la
marco único los resultados de las diversas política, las organizaciones y las institucio-
actividades de investigación empírica, a me- nes, incluso en una transformación revolu-
nudo concebidos e n forma independiente cionaria. Esto no significa que esa aplicación
uno del otro y consignados e n distintos con- constituya una implantación literal y com-
textos conceptuales. pleta de los sistemas teóricos sobre la reali-
- L a codificación implica la generalización. L a dad social. Más bien se trata de ofrecer da-
teoría permite pasar a un grado de abstrac- tos, perspectivas y formas de examinar los
ción superior, aplicando las conclusiones y fenómenos sociales que pueden dar un ca-
los resultados de la investigación sociológica rácter más pertinente y efectivo a las activi-
a un campo más vasto que aquel donde fue- dades prácticas.
r o n formuladas. - L a teoría sociológica es ú t i l e n l a medida en
- Las formulaciones teóricas también tienen que entra e n e l discurso piíblico general clari-
una función de toma de conciencia, que ficándolo y estimulándolo. En este sentido,
consiste en advertir a quienes investigan la teoría sociológica tiene un claro aspecto
o comentan fenómenos sociales de la exis- ideológico. Los críticos de la sociología sue-
tencia de problemas y cuestiones concretas l e n enfocarla con un criterio negativo (di-
que tal vez no sean fácilmente visibles s i ciendo que afianza e l status quo o l o socava),
los fenómenos se examinan superficial- pero la afirmación general que quiero hacer
mente, pero que pueden constituir la base es que l a teorización sociológica nunca tiene
de s u explicación e interpretación (Blumer, carácter neutral e n sus contextos sociocultu-
1954). rales más amplios.
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La cuestión de la acumulación transcurso del tiempo, esa escuela puede sub-


sistir, ser desacreditada, reactivada o transfor-
L a sociología, incluidos sus aspectos teóricos, mada a medida que se combina y recombina
es normalmente considerada como ciencia SO- selectivamente con otras ideas.
cial. Históricamente las ciencias sociales se L a historia de la teoría sociológica (así
desarrollaron e n un intento de adaptar los mo- como s u situación actual) es e l resultado no de
delos y métodos de las ciencias naturales al decenas, sino de cientos, de este tipo de episo-
estudio de las relaciones sociales y de la socie- dios. Es una historia de invención, elabora-
dad. Quienes las practican no tienen proble- ción, combinación y recombinación, activa-
mas para definirse como científicos sociales. ción, reactivación y muerte ocasional de pers-
E n este contexto, se suele preguntar s i e l cono- pectivas teóricas. Así pues, no se trata de un
cimiento científico social aumenta e n forma proceso acumulativo e n e l cual e l saber progre-
acumulativa. saría gracias al reemplazamiento de l o viejo
El modelo científico de acumulación, que por l o nuevo a la l u z de un conocimiento más
generalmente se utiliza a efectos comparati- adecuado o válido sino más bien una historia
vos, consiste e n que e l conocimiento científi- de incremento del número, la complejidad y e l
co, incluida la teoría, sólo tiene validez e n un contenido de concepciones, marcos y teorías
sentido temporal, siendo continuamente ab- sobre la sociedad humana expresados de for-
sorbido, desplazado o reemplazado por la acu- ma más o menos sistemática y que gravan
mulación sistemática y agregada de nuevos progresivamente en complejidad y profundi-
descubrimientos empíricos y sus interpretacio- dad. Se trata también de una historia de conti-
nes teóricas. En consecuencia, la historia de nuo cambio a medida que e l conocimiento
las ciencias reviste interés básicamente como teórico se desplaza internamente a través de l a
una cuestión de curiosidad, no de validez. por- invención, la controversia, la nueva investiga-
que la ciencia se va invalidando continuamen- ción empírica y e l debate e n l a materia reac-
t e e n razón de s u propio progreso. cionando ante los cambios e n las condiciones
Se ha aducido (Khun, 1962) que este mo- y e n las sociedades e n que es generado. Por
delo idealizado no se aplica siquiera ni a las último, e n cualquier momento de l a historia,
ciencias naturales y, ciertamente, tampoco se e l mapa de la teoría sociológica constituye un
aplica al desarrollo del conocimieno teórico e n mosaico complicado, un producto agregado de
la sociología. L a dinámica de l a teoría socioló- ese cambio y no una acumulación racional. L a
gica, por contraste, se asemeja a l o siguiente: poca coherencia que tiene dimana básicamen-
de cuando e n cuando, los académicos formu- te de la interpretación de los académicos que,
lan una exposición oportuna, original o creati- posteriormente, advierten patrones lógicos e n
vamente sintética acerca de las relaciones so- s u desarrollo.
ciales o l a sociedad que responde a las preocu-
paciones del momento o que se presenta como
una síntesis particularmente innovadora (por Un mapa contemporáneo
ejemplo, la idea de l a evolución lineal o pro- de las teorías sociológicas
gresiva). Ello suscita un interés inmediato s i
ha sido formulado en e l contexto intelectual o L a sociología, disciplina de enorme alcance, se
social adecuado o puede quedar en suspenso puede dividir de diversas maneras; e n primer
durante un tiempo para ser activado e n su lugar, en submaterias clasificadas por e l conte-
momento. En todo caso, e l interés suscitado nido, estratificación social, sociología de la fa-
invariablemente incluye impugnaciones teóri- milia, sociología de la pobreza, sociología del
cas y empíricas, así como la afirmación y rea- medio ambiente, etc.; en segundo lugar, según
firmación de interpretaciones alternativas. Es- e l método empleado, matemático, estadístico,
tas críticas, a su vez, dan lugar a declaraciones comparado, experimental, etnográfico y, en
de defensa y a la adaptación y desarrollo de la tercer lugar, por las perspectivas teóricas o los
exposición original por parte de sus defenso- paradigmas (a veces antagónicos). Es este últi-
res. Como resultado de este proceso, una pers- mo aspecto l o que concentrará mi atención en
pectiva, un método o una «escuela» ocupa un e l presente artículo.
lugar e n la historia de la teorización. Con e l Hay que hacer tres salvedades al principio:
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- El mapa que voy a trazar es e n cierto modo que pasa por las obras de Herbert Spencer
ahistórico; constituye una sección transver- (1 897). Emile Durkheim (1947 [ 19 13]), Bro-
sal sincrónica y hay pocas referencias a los nislaw Malinowski (1 955) y Radcliffe-Brown
orígenes y desarrollo de las distintas partes ( 1 952) y culmina con las obras de Talcott Par-
del conjunto. sons (1 95 1) y Robert Merton ( 1 968b). Todos
- Mi análisis, como cualquier otro, entraña un ellos concebían l a sociedad como una estructu-
cierto grado de arbitrariedad porque hay r a de partes relacionadas entre sí que se sostie-
muchas formas legítimas de dividir l a teoría. nen, e n diverso grado, por mecanismos de
L a obra de M a x Weber, por ejemplo, puede equilibrio. L a perspectiva estructural-funcio-
legítimamente ser calificada de teoría ttfeno- nal guarda también relación con la consolida-
menológica)), «estructural», «de mediano al- ción de l a teoría de l a modernización, elabora-
cance» y «de conflicto»; por l o tanto Weber da e n los decenios siguientes a la Segunda
puede quedar situado e n una o muchas par- Guerra Mundial, en l a cual se considera que e l
tes del mapa teórico segiin l a importancia desarrollo de l a sociedad va superando obs-
que se atribuya a cada una de estas facetas táculos basados e n l a tradición (correspon-
de su obra. dientes básicamente a l a religión, l a tribu y l a
- L a división e n territorios distintos no debe casta, l a comunidad y e l parentesco) y los
dar la idea de que hay múltiples batallones reemplaza por las instituciones diferenciadas,
de académicos, cada uno de los cuales está más «modernas» (incluidos los gobiernos de-
movilizado en torno a una perspectiva teóri- mocráticos), que se encuentran e n los países
ca. Algunos académicos se definen de esa desarrollados. Otra formulación teórica, «el
forma pero, e n la práctica, l a mayoría tiende fin de l a ideología» (Bell, 1960), queda tam-
a ser un tanto ecléctica e n sus opciones teóri- bién comprendida e n general en e l epígrafe d e l
cas, destacando, tal vez, una perspectiva res- análisis funcional. Los partidarios de esta te-
pecto de otra pero utilizando y combinando sis, formulada también e n los decenios que
planteamientos cuando el problema intelec- siguieron a l a Segunda Guerra Mundial, adu-
tual que les ocupa parece hacerlo necesario. cían que las sociedades occidentales habían
llegado a un nuevo consenso, los trabajadores
Pasemos ahora al mapa propiamente di- habían alcanzado l a ciudadanía política, l a
cho. L a división fundamental se encuentra en- burguesía había aceptado e l Estado providen-
t r e las perspectivas macroscópicas, q u e se cen- cia. y ambos habían aceptado e l proceso de-
tran inicialmente e n las organizaciones, las mocrático. Los problemas ideológicos que di-
instituciones, las sociedades y las culturas, y vidían a l a derecha y l a izquierda habían
las perspectivas microscópicas, que se centran quedado reducidos a diferencias marginales e n
e n l a psicología social de los individuos y los cuanto a l a importancia que había que atribuir
procesos de interacción entre ellos. En l a prác- a l a propiedad pública y a l a planificación de
tica, los niveles de análisis se superponen: to- l a economía.
das las teorías macroscópicas comprenden L a perspectiva estructurofuncional fue ob-
como mínimo hipótesis psicológicas tácitas y jeto de críticas e n los turbulentos años sesenta
todas las teorías microscópicas parten del su- y sigue siéndolo aún, e n especial, aunque n o
puesto de parámetros sociales más amplios e n exclusivamente, por parte de sociólogos radi-
los cuales tienen lugar los microprocesos. cales y críticas y por muchos sociólogos de
países e n vías de desarrollo. El aparato con-
Teorías macrosociológicas ceptual del análisis estructurofuncional (in-
cluida l a clasificación sistemática de los «im-
El contraste más frecuente suele encontrarse perativos funcionales», l a idea de l a supervi-
entre las teorías que en principio i n s i s t e n e n l a vencia de l a sociedad y e l equilibrio estable)
integración social y las que l o hacen en e l n o sobrevive indemne de estos ataques, pero
conflicto social. e n buena parte l a investigación sigue recu-
rriendo a varias ideas básicas relacionadas con
Teorías de la integración esa doctrina. a saber:
Principalmente se encuentra comprendida e n - Corresponde a las instituciones un papel po-
este epígrafe la teoría estructural-funcional, sitivo e n el actual empeño d e l a sociedad por
14 Neil J. Srnelser

asegurarse de que sus objetivos principales U n a tercera perspectiva es e l meofuncio-


sean atendidos. nalismo)), asociado con Jeffrey Alexander
- Las instituciones avanzan hacia una mayor (1985) y otros. Esta teoría destaca como prin-
coherencia; por ejemplo, íos parámetros de cipio central del cambio social la interrelación
la educación superior se ven configurados de las actividades de la sociedad, e l análisis en
por las necesidades funcionales de una eco- e l nivel socioestructural (macrosociológico),
nomía de servicios altamente tecnológica. los mecanismos de desviación y control social
-Las presiones y contradicciones en la vida y l a diferenciación estructural como forma
institucional establecen procesos de equili- esencial de cambio. E l elemento nuevo está
brio que modifican a dichas instituciones constituido por e l reconocimiento de que e l
con e l fin de adaptarlas; por ejemplo, cuando consenso cultural no es e l motor más impor-
gran número de los progenitores en las fami- tante de integración e n la sociedad sino que en
lias trabajan como asalariados, suelen mate- las dimensión social tienen un papel funda-
rializarse sistemas alternativos de socializa- mental las coaliciones, los grupos de intereses
ción (familia ampliada, guarderías infanti- y otros intermediarios del conflicto, cabe pues
les). tener en cuenta la interacción personal como
- L a diferenciación estructural, e l desarrollo base de los procesos socioestructurales y la
de estructuras sociales más complejas y espe- necesidad de que la sociología no se ocupa
cializadas (Alexander y Colomy, 1990), exclusivamente de los «sistemas» sino tam-
constituye una forma fundamental de cam- bién de l a «acción». En suma, e l neofunciona-
b i o e n las sociedades e n desarrollo. lismo constituye una especie de puente con las
El aspecto más débil del análisis estructu- teorías que atribuyen una función más central
rofuncional en e l pensamiento contemporáneo al conflicto, a las que pasaré a referirme a con-
consiste e n l a idea de que l a integración se tinuación.
alcanza mediante e l consenso sobre valores
comunes, posición que sostienen fundamental-
Teorías del conflicto
mente Parsons.
Tambien se encuentran elementos del aná- Procede comenzar con otra exposición teórica
l i s i s estructurofuncional en algunas perspecti- que sirva de puente entre las teorías de la
vas teóricas recientes. U n a es la ((ecología de interacción y e l conflicto. Se trata de la teoría
la población)), que hace valer principios danvi- inspirada por la obra de Georg Simmel y con-
nianos clásicos. Se aplica fundamentalmente solidada por Lewis Coser (1 956). El punto de
e n e l ámbito de las organizaciones formales, partida de la teoría de Coser es una crítica del
e n las cuales e l nacimiento, e l crecimiento, la argumento funcional (básicamente de Par-
transformación y la desaparición de organiza- sons) según la cual e l conflicto desestabiliza e l
ciones económicas y de otra índole son consi- orden social. Coser sostiene que e l conflicto
derados resultado de una interacción entre las suele servir de base para la comunidad y la
estrategias de adaptación de dichas organiza- unidad entre los combatientes y que e l conflic-
ciones y las limitaciones (básicamente atadas a to con un grupo exterior (como en una guerra
las posibilidades de recursos) que impone e l entre países o una lucha civil) es una fuerza
entorno (Hannan y Freeman, 1977). En segun- que reúne. En, cierto sentido, se trata de una
do lugar se encuentra la «teoría de los siste- extensión del propio planteamiento funcional,
mas)), desde hace tiempo relacionada con la pues sigue centrado e n la noción de integra-
idea de que todas las variedades de sistemas ción. En todo caso, la teoría de Coser incorpo-
naturales, humanos y sociales manifiestan ra diversos tipos de conflicto en la perspectiva
principios análogos de funcionamiento. Su ex- funcionalista.
presión contemporánea más importante se en- L a mayor parte de las teorías d e l conflicto
cuentra e n l a obra de Niklas Luhmann (1982) en l a sociología contemporánea dimanan de
que ha llevado más allá algunos aspectos de la las tesis de K a r l Marx, a saber, la historia nos
teoría del sistema de Parsons y ha creado teo- enseña que todas las sociedades (y especial-
rías relativas a la diferenciación estructural y a mente e l capitalismo burgués) se basan e n una
la autoproducción de sistemas (autopoesis), así forma económica de producción que produce
como a s u evolución. un sistema bipolar de clases sociales, una que
Teorías sociológicas 15

Un lag: idecoración, protesta o autoafirmación? Didier MailladRapho.

explota y otra que es explotada. En virtud de t o entre los académicos de Europa occidental
esa relación, las clases se encuentran e n una como (en menor medida) entre los de América
relación de conflicto irrevocable entre sí. Este del Norte, desapareciendo prácticamente e n
conflicto es además e l motor d e l cambio histó- los países de Europa oriental y e n l a ex U n i ó n
rico en la teoría de Marx, ya que la victoria Soviética, donde los regímenes socialistas y
definitiva de la clase explotada trae consigo un comunistas construidos sobre l a base d e l mar-
nuevo tipo de sociedad y una nueva fase de xismo-leninismo han experimentado un dra-
evolución histórica (Marx, 19 1 3 [ 18591: Marx mático derrumbe. En todo caso, l a perspectiva
y Engels, 1954 [ 18481). materialista de las clases sigue encontrando
Es evidente que la perspectiva marxista expresión en obras teóricas y posturas políti-
constituye una enorme fuerza intelectual y po- cas de académicos del tercer mundo y algunos
lítica y ha dado origen a una vasta gama de académicos occidentales. Entre estos últimss,
teorías a fines del siglo XIX y en e l siglo xx, s i n embargo, s u vitalidad n o se entiende como
convirtihdose e n la inspiración ideológica de una teoría total de l a sociedad (con excepción
los partidos comunistas y socialistas y otros de l a teoría d e l capitalismo monopolista) sino
partidos de izquierda, en su mayoría de los más bien e n sus aplicaciones a ámbitos más
Estados avanzados y en vías de desarrollo: concretos. Cabe mencionar las obras de Eric
constituyó l a ideología de legitimación para l a Olin Wright (1985) relativas a l a continua y
U n i ó n Soviética, l a República Popular China determinante influencia de las clases económi-
y Europa Oriental y la sigue siendo e n países cas, los análisis de Harry Braverman (1 974) y
tales como l a República Popular China, Cuba Michael Burawoy (1974) sobre cambio y do-
y Corea del Norte. minio en el lugar de trabajo y ciertas interpre-
En los decenios recientes, l a influencia del taciones de las relaciones raciales contemporá-
marxismo ha perdido su antiguo prestigio tan- neas e n los Estados Unidos como, por ejem-
16 Neil J. Smelser

plo, e l modelo de colonialismo interno de Ro- Europa y América del Norte están divididas
bert Blauner (1972), basado e n gran medida en e n dos grandes clases, opresores y oprimidos, y
la teoría neomamista d e l colonialismo, la in- que l a opresión guarda relación con l a organi-
terpretación de la dominación de l a mujer por zación capitalista de l a economía. S i n embar-
e l hombre como manifestación especial del go, a causa de la mayor abundancia como
dominio capitalista de la mano de obra (Hart- consecuencia del avance tecnológico, la distri-
mann, 1976) y la m u e v a criminología» (Tay- bución de la riqueza por conducto del Estado-
lor, Walton y Young, 1973), basada e n la pre- providencia y la continua transferencia de ri-
misa de que la definición y la sanción del quezas del tercer mundo a los países adelanta-
delito redundan básicamente e n interés de l a dos, e l proletariado se ha hecho pasivo y ha
subsistencia del dominio capitalista sobre las dejado de ser una fuerza revolucionaria. El
clases oprimidas. dominio opera a través de la manipulación
En s u mayoría, las demás teorías contem- tecnológica que ejerce e l aparato gubernamen-
poráneas d e l conflicto mantienen uno o más tal y se sostiene mediante los medios de comu-
elementos del marxismo, como l a idea de cla- nicación, que perpetúan una falsa conciencia
ses opresoras y clases oprimidas, o l a idea del de bienester material e n la población. Como
conflicto de grupo. S i n embargo, estas teorías resultado, las masas están apaciguadas y los
abandonan tantos otros elementos del marxis- conflictos son escasos (salvo e n casos ocasio-
m o o los combinan con tantos conceptos no nales de desafío y violencia producidos por
marxistas que mal cabe decir que son ((marxis- minorías raciales marginadas y e n situación de
tas» a menos que se estire mucho e l término. desempleo). El aparente consenso que existe
Constituye un ejemplo de este tipo de formu- es, e n todo caso, una cubierta superficial de la
lación teórica la de Ralf Dahrendorf (1 959), dominación y e l conflicto reprimido.
que rechaza la proposición fundamental de En una teoría conexa, Habermas (1975)
Marx de que las relaciones económicas consti- considera que e l principal agente de dominio
tuyen la base de la desigualdad en l a sociedad en la sociedad capitalista postindustrial no son
moderna, y critica la teoría marxista de las las clases en e l sentido marxista, sino más bien
clases que dimanan de esa proposición. A l e l aparato técnico-administrativo del Estado,
mismo tiempo, Dahrendorf conserva la idea que se basa e n l a racionalidad instrumental.
del dominio como principio de organización, Este aparato se inmiscuye en la vida de grupos
s i bien la imputa a una situación de diferencia e individuos y desvirtúa su mundo haciéndole
e n una relación de autoridad (con l o que da a cobrar un sentido excesivamente racional. E l
su obra un tinte weberiano). En todo caso, Estado participa en la organización y manipu-
Dahrendorf sí conserva la idea, similar a la de lación de la economía mediante la función
Marx, de que los grupos de clases basados e n directa y, además, entra directamente e n l a
relaciones de autoridad se convierten gradual- actividad económica, financiando la educa-
mente de grupos de intereses latentes e n gru- ción y formación, supervisando y mantenien-
pos de acción a medida que sus intereses se do la infraestructura de transporte y vivienda
ponen de manifiesto a través de la ideología, la y manteniendo grandes fuerzas militares. E l
conciencia, e l liderazgo y la organización y que Estado se asegura de l a lealtad (muchas veces
esos grupos son los principales vectores del pasiva) de las masas mediante e l acceso de
conflicto y e l cambio. éstas a los bienes de consumo, la distribución
Otra gran teoría del conflicto que dimana de ayudas sociales y e l control de los medios
e n parte de la tradición marxista es la «escuela informativos. A l mismo tiempo, Habermas
crítica» de la sociología. Esencialmente alema- considera que e l Estado tecnocrático hace
na en su origen, esta escuela, llamada también frente constantemente a crisis tales como la
«Escuela de Frankfurt» surgió e n e l período de inflación, inestabilidad financiera, errores de
entreguerras como confluencia de diversas planificación, parálisis administrativa, incum-
perspectivas marxistas, psicoanalíticas y cultu- plimiento de sus promesas y erosión de valo-
rales. S u expresión más reciente se halla en las res culturales tales como la ética del trabajo.
obras de Herbert Marcuse y Jurgen Habermas. Hay otras dos orientaciones teóricas com-
Marcuse (1964) mantiene e l concepto marxis- patibles con l a renovada importancia que se
ta de que las sociedades contemporáneas de atribuye al Estado. L a primera es la obra de
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Theda Skocpol (1979) y de otros pensadores correccionales. L a teoría macrosociológica de


que han reafirmado que e l Estado cobra vitali- Pierre Bourdieu (1 984) destaca también l a lu-
dad y autonomía por sí mismo (lo que no está cha de clases e n l a sociedad. Esta lucha entra-
reconocido e n l a teoría marxista) y se corivier- ña un elemento económico pero Bordieu atri-
te e n un motor primordial e n los procesos de buye una mayor importancia a l a dimensión
crecimiento burocrático, dominación social y cultural o simbólica. Las diferentes clases po-
desarrollo de revoluciones. L a segunda co- seen cada una distintos niveles y tipos de ttca-
r r i e n t e se expresa e n l a literatura europea acer- pita1 cultural», que es e l producto de l a sociali-
ca de los nuevos movimientos sociales (Eyer- zación, la educación académica y de las posi-
man. 1992). Sus partidarios, observando que bilidades de cultivarse, lo que les sirve de
los «nuevos» movimientos -feministas, ecolo- importante recurso para hacer valer y defen-
gistas, antinucleares, antibélicos, contracultu- der s u posición como clases.
rales y étnicos-raciales no t i e n e n un funda- Por Último, hay otras teorías basadas e n el
mento de clase e n e l sentido marxista, atribu- conflicto que han surgido como críticas de las
yen s u auge básicamente a l a intervención del teorías de l a modernización y que tienen ade-
Estado burocrático e n la trama de la sociedad más un cariz internacinal. L a primera es l a
y al dominio cultural ejercido por la industria teoría de l a dependencia, asociada al nombre
del conocimiento y los medios de comunica- de Fernando Cardoso y otros autores latino-
ción. americanos (Cardoso y Faletto, 1969). Estos
Otra característica de l a clásica visión mar- autores sostienen que el desarrollo no está de-
xista del mundo es que la cultura (filosofía, terminado primordialmente por factores inter-
religión, ideología) deriva de l a subestructura nos de la sociedad tales como e l espíritu em-
económica de l a sociedad y funciona primor- presarial y e l peso de l a tradición. Estos
dialmente e n interés de las clases económicas teóricos subrayan que e l capital internacional,
dominantes. Varios movimientos teóricos re- las empresas multinacionales y el peso de l a
cientes han atribuido mayor independencia a deuda orientan e l curso de l a evolución econó-
l a cultura. U n a teoría se refiere al análisis de mica y configuran pautas de dominio y con-
los códigos culturales propiamente dichos, flicto entre clases e n los países e n vías de
partiendo de l a obra seminal de Levi-Strauss desarrollo. Las primeras formulaciones recal-
(1963) y de otros, que están presentes e n l a caban que e l capital internacional impedía o
sociología cultural tanto de los Estados Unidos desvirtuaba e l desarrollo, pero e n variantes
como de Europa. Otra destaca l a fusión de l a más recientes se han analizado casos (Corea
cultura con e l poder y e l dominio. del Sur y Taiwán, por ejemplo) e n que ha
Gran parte del impulso cobrado por esta habido un desarrollo económico fuerte y posi-
última orientación teórica es atribuible a An- tivo en un contexto de dependencia. L a segun-
tonio Gramsci (1 97 1). Gramsci. que era mar- da teoría es l a llamada de los sistemas mundia-
xista, daba en todo caso un sentido indepen- les, asociada con Fernand Braudel (1979) e
diente al concepto de ((hegemonía cultural)), Immanuel Wallerstein ( 1 974). Esta teoría par-
un proceso por e l cual las clases dominantes en t e del postulado según el cual, históricamente,
l a sociedad lograban serlo convenciendo a las el modo de organización social no se halla
clases subordinadas de que sus opiniones cul- determinado por condiciones endógenas sino
turales. morales y políticas eran las correctas, que refleja los cambios en el sistema de rela-
para l o cual recurrían a procedimientos tales ciones económicas entre sociedades. En parti-
como e l sistema educativo y a los medios de cular, todo período histórico se caracteriza por
información. Dos teóricos franceses, Michale l a presencia de un centro (Gran Bretaña e n el
Foucault y Pierre Bourdieu, han desarrollado siglo XIX, los Estados Unidos e n los decenios
e n distintos sentidos el vínculo entre poder y siguientes a l a Segunda Guerra Mundial, por
cultura. A Foucault (1 979) le interesa especial- ejemplo), una periferia (países coloniales, paí-
mente l a importancia del conocimiento como ses del tercer mundo) y una semiperiferia de
forma de dominio existente e n todas las rela- países más débiles pero con cierta presencia e n
ciones estructurales de l a sociedad. Sus análi- e l plano mundial (en l a actualidad, México y
sis enfocan e l ejercicio del conocimiento/ Argentina, por ejemplo). L a teoría de los siste-
poder en marcos médicos, psiquiátricos y mas mundiales, e n su aplicación más extrema,
18 Neil J. Sinelser

calificaría l a historia interna de las sociedades también de l a aplicación de modelos psicológi-


de ramificaciones de las fuerzas económicas cos y de mercado -tomados de l a economía- a
internacionales que se ejercen sobre ellas. tipos de comportamiento y a instituciones que
n o se consideran primordialmente económi-
cas. El economista Gary Becker aduce (1 976)
Teorías microsociológicas
que e l principio d e l cálculo racional está omni-
Mientras que l a psicología social y l a interac- presente e n l a vida del hombre, aplicándolo a
ción social han formado parte de l a sociología temas tan diversos como l a discriminación ra-
desde hace mucho tiempo, en los años setenta cial, e l matrimonio, la delincuencia y l a droga-
se registró una ((revolución microscópica)) e n dicción. El postulado sociológico más ambi-
que se reactivaron o inventaron teorías basa- cioso de l a teoría de l a acción racional es e l de
das e n l a intervención personal e n oposición a James Coleman (1 990), quien, partiendo del
l a teoría macrosociológica que, según se adu- punto de vista utilitario del actor que maximi-
cía, objetivqba l a vida social reduciéndola a za, calcula racionalmente y no se siente limita-
abstracciones, organizaciones, estructuras o do por las normas, pasa a marcos más amplios
culturas. y genera análisis derivativos acerca de las rela-
ciones interpersonales, los sistemas de autori-
dad y mercado, l a conducta colectiva, los mo-
El intercambio y la opción racional
vimientos sociales, y las estructuras institucio-
Como indica s u nombre, las teorías de esta nales y las empresariales más amplias.
índole toman elementos de las disciplinas de
l a economía y l a psicología. El conductismo
Las teorías del microconflicto
social de George Homans (1974), por ejemplo,
incorpora los principios económicos de l a ma- El primer ejemplo de este planteamieno se
ximización del rendimiento, e l rendimiento encuentra e n l a obra de Randa11 Collins
marginal decreciente y e l principio de l a psico- (1975), q u e habla de dos o más sujetos que
logía de que las regularidades se basan e n co- ante una situación de escasez tienden no a l a
nexiones establecidas entre influencias del me- relación con otros sujetos sino a s u dominio.
dio externo (estímulos) y actos de conducta Sin embargo, ve l a interacción como algo más
individual (respuestas). Homans aduce e n par- que una simple lucha por e l poder, porque
ticular que cuanto mayor recompensa vea una reconocen y desarrolla posibilidades de nego-
persona e n l a realización de un determinado ciación y contemporización. L a actual distri-
acto, con mayor solidez quedará fijado ese bución del poder e n l a sociedad, e n general, es
acto en sus patrones de conducta. El compo- un tipo de resultado agregado a miles de situa-
nente de ((intercambio)) de l a teoría de Ho- ciones de microconflicto resueltas. El segundo
mans dimana de l a afirmación de que dos o ejemplo corresponde a un ámbito secundario
más personas se comportarán entre sí de con- de l a sociología (comportamiento desviado y
formidad con los principios de l a recompensa control social) y es conocido generalmente con
como forma de refuerzo y que todos los tipos los títulos de teoría de l a etiqueta (Becker.
de relación interactiva (la cooperación y l a 1963) o teoría del estigma (Goffman. 1963).
autoridad, por ejemplo) pueden ser compren- Según l a teoría funcional, e l comportamiento
didos y explicados como manifestaciones de desviado tiene s u origen e n l a motivación indi-
ese intercambio. Otra variación de l a teoría vidual y constituye una violación de una nor-
del intercambio, l a de Peter Blau (1 964). recu- m a de l a sociedad; para l a teoría de l a rotula-
r r e también a las ideas económicas del inter- ción, e n cambio, e l comportamiento desviado
cambio pero su versión es más de índole «SO- es producido por e l ejercicio de poder de suje-
cioestructurab) porque prevé e l intercambio tos que tienen puestos d e control social (médi-
entre personas q u e ocupan puestos e n las es- cos, jueces, policías) y que reprimen e l com-
tructuras organizativas e incluye un análisis portamiento desviado según su propia defini-
expreso del desarrollo de las diferencias socia- ción. Así, e l problema del comportamiento
les, las estructuras de poder y los valores colec- desviado surge como una forma de conflicto
tivos. en torno al significado (en realidad un conflic-
L a teoría de l a opción racional dimana t o de poder), e n e l cual los más poderosos
Teorías socioloxicas 19

generalmente pueden imponer s u definición s i L a teoría etnometodológica habla de un sujeto


bien aquellos cuyo comportamiento es califi- libre, práctico, que improvisa y negocia y e l
cado de desviado crean estrategias para desvir- cual, e n sus relaciones, tiene a s u disposición
tuar o manipular esos significados. Se crean diversos planes de acción y «racionalidades».
nuevas estructuras sociales a medida que las L a tarea del partidario de la etnometodología
autoridades asignan a aquellos cuyo comporta- consiste e n investigar e l curso de acción que se
miento califican de desviado a una especie de ha seguido, los fundamentos por los cuales se
clase inferior e n situación desventajosa. ha hecho y las formas e n que la acción es
orientada mediante supuestos que se dan por
descontados. L a estructura de la realidad so-
Teorías fenomenológicas
cial no viene dada sino que está continuamen-
Varias teorías microscópicas se basan e n la te constituida, reconstituida, reproducida y
premisa de que e l estudio de la realidad social fundamentada e n l a interacción. Un ámbito
debe tener como fundamento los sistemas de de investigación de los partidarios de l a etno-
significación de cada uno de los sujetos. Cons- metodología ha consistido en descubrir o crear
tituye un ejemplo e l concepto de interacción situaciones e n que la interacción se rompa al
simbólica, basado en la filosofía pragmática de desestimar o transgredir sus supuestos, y bus-
John Dewey, Charles Cooley y George Herbert car la forma en q u e e l sentido existente se
Mead y que ha encontrado expresión más re- restablezca o se negocie de nuevo. Por esta
cientemente en l a obra de Herbert Blumer razón, los partidarios de la etnometodología
(1969). En un cierto sentido, e l punto de parti- han sido calificados de «microfuncionalistas»
da de Blumer entraña una polémica negativa: que estudian los procesos de equilibrio de la
e l comportamiento humano no puede ser ca- interacción social, tal como los macrofuncio-
racterizado como e l producto de fuerzas inter- nalistas estudian e l proceso de equilibrio de l a
nas o externas, y se trata de instintos, impul- sociedad e n general.
sos, roles sociales, estructuras sociales o cultu- Jurgen Habermas (1 984) ha creado l a lla-
ra. En cambio corresponde un lugar central a mada teoría de la acción comunicativa, que se
los conceptos de significado subjetivo y sujeto. basa en parte e n fuentes fenomenológicas. Se
Además, se encuentra significado (como indi- trata de una teoría de l a comunicación vincu-
ca e l nombre de l a teoría) en e l proceso de lada con un mundo e n que se mueven indivi-
interacción. Los sujetos se comunican entre sí, duos y grupos, que es un plano de organiza-
crean y derivan significados y actúan como ción distanciado del mundo de l a racionalidad
creen procedente. Además, e l sujeto sostiene o de l a instrumentalidad cognoscitiva que está
una comunicación significativa consigo mis- incorporada e n las organizaciones estructura-
mo, dándose los mismos tipos de indicación das, especialmente e n e l aparato estatal de la
que se encuentran e n la interacción interperso- sociedad postindustrial. Para Habermas, l a ac-
nal. Se trata de procesos complicados que en- ción comunicativa es una «situación de dis-
trañan comprender l o que quieren decir los curso ideal» e n que individuos libres (sin res-
otros, revisar un significado sobre la base de tricciones) se dedican al discurso argumentati-
esa comprensión, adivinar la interpretación vo y de esa manera crean definiciones objeti-
que hacen los demás y modificar las prediccio- vas y construcciones intersubjetivas. Los crite-
nes y la conducta de uno mismo con arreglo a rios para la validez de la acción comunicativa
esos procesos. Las relaciones sociales estables no son racionales e n e l sentido científico' ins-
se interpretan e n gran medida como activida- trumental sino que se encuentran más bien e n
des conjuntas y de ensamblaje de actividades las verdades que surgen de las dimensiones
significativas e n formas más o menos persis- moral, estética, terapéutica y expresiva de la
tentes. interacción. Además, según Habermas, e l dis-
L a etnometodología constituye una teoría curso comunicativo libera al individuo de las
conexa, asociada básicamente con Harold distorsiones de un mundo excesivamente ra-
Garfinkel (1967). Sus partidarios rechazan cionalizado y ofrece posibilidades de proceder
también la teoría socioestructural porque con- a una crítica fundamental y a la reconstruc-
lleva objetivaciones sociológicas y pierde de ción de ese mundo.
vista las realidades de la interacción estrecha. Mencionaré por último una teoría de Peter
20 Neil J. Smelser

Berger y Thomas Luckmann (1967), de origen e n la realidad social, casi inevitablemente se


a l a vez fenomenológico y microsociológico, ven obligados a «comprometer» la pureza de
pero que apunta también a desplazarse al nivel sus primeros principios y a incorporar otros.
macropsicológico para volver luego al micro- Por ejemplo, los estudios empíricos de Durk-
sociológico. Según esta teoría, e n e l proceso de heim sobre e l suicidio (1 95 1 [ 18971) y los estu-
interacción e l individuo estabiliza l o que es dios empíricos de Weber sobre los efectos de
intrínsecamente un mundo complejo e inesta- la religión e n l a actividad económica (1904-
ble (e incluso caótico) mediante un proceso de 1905) tienen mucho más e n común que sus
tipificación y exteriorización de situaciones manifiestos metodológicos (Durkheim, 1958
sociales. El idioma es un instrumento para este [ 18951; Weber, 1949 [ 1904]), que están diame-
proceso. Mediante otro proceso, estas exterio- tralmente opuestos e n casi todos los aspectos
rizaciones son objetivadas y legitimadas a l teóricos y metodológicos. L a misma observa-
convertirse e n expectativas institucionales y ción procede respecto de l a mayor parte de l a
culturales. Surgen también especialistas e n e l investigación empírica. A pesar de la existen-
mantenimiento de esta «realidad social)) y e l cia de diferencias metateóricas y substantivas
círculo se completa cuando esta realidad cons- e n los puntos de partida, l a complejidad de l a
truida de l a sociedad se convierte en l a base realidad social y las limitaciones metodológi-
para l a socialización y el control social de ge- cas de l a investigación empírica invariable-
neraciones futuras, procesos que se llevan a mente hacen que el investigador rompa con l a
cabo m o m o si» l a realidad social construida rigidez de las primeras formulaciones. En una
fuese objetiva y real. palabra, l a investigación empírica hace necesa-
r i o inclinarse hacia e l eclecticismo y la síntesis
teórica parcial.
Algunas salvedades acerca Además, l a mayor parte de las perspectivas
del mapa teóricas que se han reseñado n o existen e n
forma alguna e n estado puro. sino que se adap-
A l terminar este recorrido de teorías y para- tan continuamente segiin las circunstancias
digmas. que podría haber sido más amplio y del caso. Por ejemplo, las perspectivas teóri-
profundo s i e l espacio l o hubiese permitido, es cas, que han tenido origen e n su mayor parte
probable que e l lector experimente una cierta en Europa occidental y América d e l Norte, se
sensación de cansancio y frustración. El alcan- modifican a medida que pasan a países y re-
ce de l a teoría sociológica es inmenso; la diver- giones del mundo distintos d e l de s u origen. Se
sidad de formulaciones teóricas es tal que uno combinan y recombinan entre s í y se adaptan
busca e n vano l a unidad y l a mayor parte de para hacerse aplicables a perspectivas, situa-
las posiciones teóricas enunciadas incluyen un ciones y condiciones propias de esos países y
elemento de crítica respecto de muchas de las regiones. Cabe prever también que, a medida
demás. En muchos aspectos esas ideas se justi- que estos países desarrollan una infraestructu-
fican; l a teoría sociológica es dispersa, frag- ra adecuada (universidades, academias y otras
mentaria y se halla dividida por l a polémica. instituciones que facilitan los estudios socia-
Para contrarrestar en cierto grado esta visión les), habrá una actividad de teorización más
negativa, me propongo introducir un cierto independiente. En l a actualidad, es objeto de
matiz de continuidad haciendo algunas obser- debate e l grado de unificación de l a sociología
vaciones acerca del estado de l a «teoría e n l a y hasta qué punto existen sociologías naciona-
práctica)), esto es, cómo enfocan los sociólogos les y regionales distintas; evidentemente l a po-
la teoría e n su investigación empírica. sición correcta e n ese debate consiste en que l a
L a mayoría de los sociólogos dirían que, e n sociología teórica contemporánea constituye
principio, prefieren una o más de las perspec- un complicado mosaico que incorpora fuerzas
tivas teóricas que hemos mencionado y no sociales e intelectuales tanto universales como
otras. Esta predilección tiende a destacar las particulares.
diferencias entre ellos. Sin embargo, es eviden- Cabe también reconocer que existen diver-
t e también que cuando los investigadores con sas actividades y posturas que contrarrestan l a
una formación teórica se dedican al análisis de tendencia hacia l a oposición polémica irres-
problemas intelectuales concretos arraigados tricta entre posiciones teóricas. En primer lu-
Teorías sociológicas 21

gar, e n la medida e n que l a investigación so- compararlas entre sí. Querría concluir este ar-
ciológica cobra carácter cada vez más interdis- tículo presentando esos interrogantes a los lec-
ciplinario (y hay muchas señales que apuntan tores para su reflexión:
en ese sentido) tienden a combinarse teorías
interpretativas que, e n abstracto, podrían con- -¿Qué modelo o imagen d e l conocimiento
siderarse opuestas. En segundo lugar, se ad- científico informa u orienta l a labor de un
vierten e n la actualidad diversos intentos de teórico o de una tradición teórica? Esta pre-
síntesis teórica, entre los que cabe mencionar gunta obedece a dos razones. En primer lu-
los siguientes: gar, las ciencias sociales se desarrollaron his-
tóricamente a la sombra intelectual de las
- e l intento de generar vínculos analíticos y ciencias naturales y, en muchos casos, las
empíricos entre los pianos microsociológico han tomado como modelo. En segundo lu-
y macrosociológico (por ejemplo, Alexander gar, la sociología y las demás ciencias socia-
y otros, 1987); les siguen justificando s u legitimidad e n
- e l intento de establecer un vínculo teórico círculos académicos y universidades adu-
entre la actividad de individuos y grupos ciendo que son ciencias sociales. Por l o tan-
(agentes) y e l contexto socioestructural en to, resulta difícil para una teoría no tener e n
que residen (Gidens, 1984); cuenta las reglas y los métodos de las cien-
- e l intento de crear teorías limitadas que, e n cias. Con ello no quiero decir que todas las
todo caso, dimanan de una variedad de pun- teorías utilicen un modelo positivista de la
tos de vista teóricos; la teoría feminista, por ciencia. Algunas l o hacen evidentemente (la
ejemplo, s i bien está formulada e n gran parte teoría de la opción racional es un ejemplo),
en términos de conflicto y dominación, tam- pero especialmente e n este momento las hi-
bién incorpora otros puntos de vista, inclui- pótesis básicas de muchas teorías sociales
dos e l psicoanalítico y e l fenomenológico constituyen críticas explícitas de la ciencia
(Lengermann y Niebrugge-Brantley, 1922). positiva. E n todo caso, algún modelo de
ciencia sigue siendo un punto de referencia
E n tercer lugar, e n los dos Últimos decenios por más que la actitud hacia ella sea negati-
ha decrecido la guerra polémica que caracteri- va.
zaba a la sociología y a muchas de las otras - ¿Qué elementos formales, sustantivos y espe-
ciencias sociales e n los años sesenta y setenta. cíficos del lenguaje científico se incorporan y
El ambiente más característico de los años cuáles son rechazados? Esta pregunta es una
noventa parece acercarse al «pluralismo pací- especificación de la primera.
fico», un reconocimiento de que l a indagación - ¿Qué concepto tiene e l investigador teórico
sociológica da legítima cabida a diversas pers- de los individuos y de los grupos que consti-
pectivas y métodos, por evidente que sea l a tuyen los sujetos de teorización? ¿Son agen-
existencia de preferencias claras entre grupos tes activos, neutrales o pasivos del cambio y
individualizados de teóricos e investigadores la historia? ¿Tiene importancia s u punto de
empíricos. vista en la formulación d e l conocimiento
científico? (los conductistas dicen que no,
los fenomenólogos dicen que sí). En suma,
La lectura de las teorías ¿qué imagen de l a naturaleza humana tiene
sociológicas e l teórico?
- ¿En qué forma concibe e l teórico s u propio
Mi carrera académica como sociólogo comen- papel e n la génesis del conocimiento científi-
zó con un curso de teoría sistemática que di e n co? ¿Activo o pasivo? ¿Conservador, neutral
la Universidad de California (Berkeley) e n o crítico? Esta pregunta surge porque los
otoño de 1958. E n los siguientes decenios y profesionales de las ciencias sociales son ine-
hasta hoy en día h e seguido impartiendo cur- ludiblementeintelectuales que se mueven e n
sos de esa índole. Durante este período de la sociedad, e invariablemente reflexionan
estudio y enseñanza he formulado una serie de sobre las consecuencias de ese hecho.
interrogantes que, a mi juicio, son esenciales - ¿Cuál es e l grado de compromiso del teórico
para comprender las teorías sociológicas y respecto del nivel primario del análisis (cul-
22 Neil J. Smelser

tural, sistema social, socioestructural, grupo que se afirma e n cada proposición? Incluso
o individuo) que constituye e l objeto pri- los teóricos que niegan que e l discurso lógico
mordial de la sociología? Otra pregunta es- y empírico sea pertinente o por l o menos que
trechamente relacionada con la anterior, sea posible, se encuentran invariablemente
¿cuál es e l elemento más sobresaliente res- procediendo a él, y s u labor puede ser eva-
pecto de ese nivel (integración, conflicto, li- luada según los principios aplicables.
bertad, opresión)?
- ¿Está bien formulada la teoría respecto a las S i e l estudioso de la teoría se hace estas
reglas de la lógica: claridad (o ambigüedad), preguntas e n forma minuciosa, profunda y de-
coherencia interna, conclusión lógica, cone- sapasionada, habrá avanzado mucho e n la ta-
xión entre los postulados y las proposiciones rea de trazar s u propio mapa de la teoría so-
derivadas? ¿Está bien formulada desde e l ciológica y de enunciar, e n forma razonada, su
punto de vista de los principios empíricos a propia preferencia teórica.
efectos de reunir datos, cercionarse de que
sean fidedignos y demostrar la validez de lo Traducido del inglés

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