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UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO EMPRESARIAL Y PEDAGÓGICO

Trastorno del Espectro Autista (TEA) y Síndrome de Asperger (SA)

Materia:
Evaluación psicopedagógica y dificultades del aprendizaje

Licenciatura en Educación

Grupo: EDUV55514

Alumnas:
Ana Belén Álvarez Reyes
Adriana Noemi Cárdenas Velázquez
Leslie Karen Oliva Aguillen
Arantxa Abigail Villa Maya

Fecha de entrega:
16 de enero de 2019
Índice

Introducción
¿Qué es el Autismo?
¿Quién lo diagnostica?
¿Cómo se diagnostica?
¿Qué es el Síndrome de Asperger?
¿Quién lo diagnostica?
¿Cómo se diagnostica?
Conclusiones
Introducción
¿QUÉ ES EL AUTISMO?

El instrumento principal para la detección y diagnóstico del autismo, así como la


verdadera definición de este trastorno, está contenido en el Manual de Diagnóstico
"DSM-5" (Asociación Psiquiátrica Americana, 2013). Y de acuerdo con este y a partir
del mes de mayo del 2013, el término oficial para referirse al autismo es “Trastorno
del Espectro Autista” (TEA).

Este trastorno es considerado como una alteración neuronal, la cual se refleja en el


funcionamiento cerebral, y por lo tanto en el desarrollo presentando manifiesta
alteraciones en conducta, comunicación verbal y no verbal e interacción social y
emocional, desde los primeros meses de vida (entre los 18 y 36 meses), pero desde
el primer año de vida o poco antes, se pueden observar señales tempranas de
alguna alteración del desarrollo, existen señales de alerta que deben ser
consideradas para iniciar una atención, el niño debe ser evaluado por un
especialista y así favorecer su desarrollo oportunamente y de la mejor
manera. (Manual)

Ortiz, R (2005, p. 143). El infante autista comúnmente muestra un retardo importante


en la adquisición del lenguaje, usa las palabras inadecuadamente y sin un adecuado
propósito comunicativo. El autismo no representa un solo proceso patológico, sino
un cortejo sintomático que puede deberse a diferentes enfermedades. El autismo
representa una disfunción de uno o más sistemas cerebrales, aún no bien
identificados y en la mayoría de los casos obedece a encefalopatía estática. En la
mayoría de los casos los rasgos autistas persisten toda la vida, pero el pronóstico
del trastorno varía desde mínimo o nulo lenguaje y pobres capacidades para la vida
diaria, hasta el logro de grados universitarios y funcionamiento totalmente
independiente. Si bien es cierto que el autismo refleja encefalopatía estática, esto
no significa que sus manifestaciones clínicas no cambien con la maduración y que
sean ajenas a las intervenciones terapéuticas. Al contrario, mientras, más temprano
sea el diagnóstico y más tempranas, enérgicas y organizadas las estrategias de
tratamiento, mejor será el pronóstico final. Recientemente se han dado una serie
importante de avances en el conocimiento de este síndrome cuyas repercusiones
serán sin duda positivas en el manejo de estos pacientes.

En el DSM-5, (2013, p.p. 69-75) el TEA se presenta así:

A. Déficits persistentes en la comunicación e interacción social, manifestando


simultáneamente los tres déficits siguientes:

1. Déficits en la reciprocidad social y emocional; desde un acercamiento


social anormal e incapacidad para mantener la alternancia en una
conversación, pasando por la reducción de intereses, emociones y afectos
compartidos, hasta la ausencia total de iniciativa en la interacción social.
2. Déficits en las conductas de comunicación no verbal que se usan en la
comunicación social; desde una comunicación poco integrada, tanto verbal
como no verbal, pasando por anormalidades en el contacto visual y lenguaje
corporal o déficits en la comprensión y uso de la comunicación no verbal,
hasta la falta total de expresiones o gestos faciales.
3. Déficits en el desarrollo y mantenimiento de relaciones adecuadas al
nivel de desarrollo (más allá de las establecidas con los cuidadores); desde
dificultades para mantener un comportamiento apropiado a los diferentes
contextos sociales, pasando por las dificultades para compartir juegos
imaginativos, hasta la aparente ausencia de interés en las otras personas.

B. Patrones de comportamiento, intereses o actividades restringidos y repetitivos,


según se manifiestan al menos en dos de los siguientes, actualmente o por historia
(los ejemplos son ilustrativos, no exhaustivos; consulte el texto):

1. Movimientos motores estereotipados o repetitivos, uso de objetos o habla


(p. Ej., Estereotipias motoras simples, alineación de juguetes u objetos para
voltear, ecolalia, frases idiosincrásicas).

2. Insistir en la igualdad, la adhesión inflexible a las rutinas, los patrones


ritualizados o el comportamiento verbal no verbal (por ejemplo, angustia
extrema por pequeños cambios, dificultades con las transiciones, patrones
de pensamiento rígidos, rituales de saludo, deben tomar la misma ruta o
comer alimentos todos los días).

3. Intereses fijos altamente restringidos que son anormales en intensidad o


enfoque (por ejemplo, fuerte apego o preocupación por objetos inusuales,
interés excesivamente circunscrito o perseverante).

4. Hiper o reactividad sensorial o intereses inusuales en aspectos sensoriales


del entorno (p. Ej., Aparente indiferencia al dolor / temperatura, respuesta
adversa a sonidos o texturas específicas, olfato o contacto excesivo de
objetos, fascinación visual con luces o movimiento) .

C. Los síntomas deben estar presentes en el período de desarrollo temprano (pero


pueden no manifestarse completamente hasta que las demandas sociales excedan
las capacidades limitadas o puedan ser ocultadas por estrategias aprendidas en la
vida posterior).

D. Los síntomas causan un deterioro clínicamente significativo en áreas sociales,


ocupacionales u otras áreas importantes del funcionamiento actual.

E. Estos trastornos no se explican mejor por la discapacidad intelectual (trastorno


del desarrollo intelectual) o el retraso del desarrollo global. La discapacidad
intelectual y el trastorno del espectro autista con frecuencia coexisten; para realizar
diagnósticos comórbidos del trastorno del espectro autista y la discapacidad
intelectual, la comunicación social debe ser inferior a la esperada para el nivel de
desarrollo general.

¿QUÉ CAUSA EL AUTISMO?

Es un hecho demostrado, más allá de cualquier duda razonable, que no existe


ninguna relación causal entre las actitudes de los padres y el desarrollo del
Trastorno del Espectro Autista.
La hipótesis más considerada e investigada, apunta a que existe una mezcla de
condiciones genéticas y ambientales que alteran el desarrollo y funcionamiento
cerebral. El foco de la investigación actual intenta estudiar y responder cómo ambas
condiciones moldean el circuito cerebral que sustenta la interacción social, principal
déficit del autismo.

Diferentes estudios realizados con gemelos y en familias con casos múltiples de


autismo, comienzan a evidenciar la posibilidad de alteraciones genéticas ligadas a
alteraciones en el sistema nervioso central de las personas con autismo.
Diferentes cromosomas (7, 12, 16 y 17) se están relacionando al trastorno. (manual)

¿QUIÉN DEBE DIAGNOSTICAR EL AUTISMO?

Orellana, C.(2017), En principio debería ser el Médico Pediatra quien formule el


planteamiento de manera inicial y sugiera la investigación con mayor profundidad;
probablemente no el diagnóstico específico sino la sospecha que algo en el
desarrollo no está ocurriendo de acuerdo con los parámetros esperados para la
edad en alguna, varias o todas las grandes áreas del desarrollo (Motor fino –
coordinación, Motor grueso – control postural, Presencia de desórdenes
sensoriales, Lenguaje, Desarrollo social – autonomías). Asimismo, recomienda
análisis de sangre para descartar otras enfermedades y problemas para dar un
diagnostico más acertado. Posteriormente deben ser tratados por psicopedagogos,
psicólogos, psiquiatras, neurólogos y educadoras.

¿Cómo se diagnostica el autismo?

Evaluación del desarrollo

La evaluación del desarrollo es una prueba corta que indica si los niños están
aprendiendo las destrezas básicas a su debido tiempo o si es posible que tengan
retrasos. Durante la evaluación del desarrollo, es posible que el médico les haga
algunas preguntas a los padres o que hable y juegue con el niño durante el examen
a fin de observar cómo aprende, habla, se comporta y se mueve. Un retraso en
cualquiera de estas áreas puede ser señal de que hay un problema.
Evaluación diagnóstica integral

El segundo paso del diagnóstico es una evaluación integral. Esta revisión minuciosa
puede incluir observar el comportamiento y desarrollo del niño, y entrevistar a los
padres. Es posible que también incluya una evaluación de la audición y la vista,
pruebas genéticas, neurológicas y otras pruebas médicas. En algunos casos, el
médico de atención primaria podría decidir remitir al niño y su familia a un
especialista para que le haga más evaluaciones y determinar el diagnóstico.

Principales señales que deben atenderse

Edad Señales
6 meses No muestra sonrisas u otras expresiones cálidas y de alegría.
9 meses No reacciona a sonidos, sonrisas u otras expresiones faciales
12 meses No balbucea, no hace gestos tales como señalar, mostrar o
saludar.
16-18 meses No dice palabras
24 meses No emite, espontáneamente, frases de dos palabras con
intención comunicativa; se excluyen las que imita o repite.

¿QUÉ ES EL SÍNDROME DE ASPERGER?


En 2013, se convirtió en parte de un diagnóstico general de trastorno del espectro
autista (TEA) en el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales 5 (DSM-
5). Las características principales del síndrome son alteraciones en la interacción
social (Criterio A, mencionado en (TEA)), así como en el desarrollo en el
comportamiento e intereses (Criterio B). En cuanto al Criterio C se nota un deterioro
significativo en los social y laboral, sin embargo, en el desarrollo cognoscitivo no se
notan retrasos significativos.

“El síndrome de Asperger es uno de los trastornos del espectro autista (TEA).
Aunque los síntomas se presentan a una edad temprana, el síndrome de Asperger
se suele diagnosticar cuando el niño está en edad escolar. Tal como ocurre con
otros trastornos del espectro autista, los científicos no saben exactamente qué
causa el síndrome de Asperger, pero se conoce que el cerebro de alguien con esta
afección funciona de forma diferente al de una persona que no la tiene.

Las personas con síndrome de Asperger tienen problemas con destrezas sociales,
emocionales y de comunicación y además tienen conductas e intereses inusuales.”
(Ortiz, R. 2005).

Este síndrome tiene un inicio algo posterior al del trastorno autista, El retraso motor
o la torpeza motora pueden observarse durante el período preescolar. Las
deficiencias en la interacción social pueden ponerse de manifiesto en el contexto de
la vida escolar. Durante esta época es cuando pueden aparecer o reconocerse
como tales los peculiares intereses circunscritos o idiosincrásicos (p. ej., fascinación
por los horarios de trenes). En la vida adulta, los sujetos con este trastorno pueden
experimentar problemas relacionados con la empatía y la modulación de la
interacción social. Aparentemente, este trastorno sigue un curso continúo y, en la
mayor parte de los casos, se prolonga durante toda la vida.

¿QUIÉN DEBE DE DIAGNOSTICAR EL SÍNDROME DE ASPERGER?

Los maestros durante la etapa de educación primaria (normalmente entre los 6 y 8


años) los que, muchas veces, detectan o sospechan que un alumno suyo puede
tener este problema por su comportamiento en clase y, sobre todo, por sus escasas
habilidades sociales, Cuando un profesor sospeche de la presencia de un niño con
síndrome de Asperger debe ponerlo rápidamente en conocimiento de la dirección
del centro educativo y, por supuesto, de los padres, ya que estos deberán llevarlo
a un especialista médico para que confirme el diagnóstico.

¿CÓMO SE DIAGNÓSTICA EL ASPERGER?

Benjamen M. (2018) menciona que en la mayoría de los casos, una evaluación


exhaustiva incluirá los siguientes componentes: historia clínica, evaluación
psicológica, evaluación psiquiátrica y de la comunicación, más consultas (si es
necesario), en seguida se da a conocer en que consiste cada uno de estos
componentes:

 Historia clínica del paciente con SA


Se debe obtener una historia clínica cuidadosa que incluya información relacionada
con el embarazo y el periodo neonatal, desarrollo prematuro y características del
desarrollo, y la historia clínica y familiar.

 La evaluación psicológica

El objetivo de la evaluación psicológica es determinar el nivel total del


funcionamiento intelectual, el estilo de aprendizaje como así también los perfiles de
fortalezas y debilidades. Se deberán examinar y estudiar las áreas específicas que
incluyan el funcionamiento neuropsicológico.

 La evaluación de la comunicación

El objetivo de la evaluación de la comunicación es obtener datos cuantitativos y


cualitativos en relación a los diversos aspectos de las habilidades comunicativas de
los niños. La evaluación deberá ir más allá de la prueba del habla y el lenguaje
formal

 La evaluación psiquiátrica

La evaluación psiquiátrica debe incluir observaciones del niño durante periodos más
y menos estructurados como, por ejemplo, cuando interactúan con los padres y
cuando participan en la evaluación con otros miembros del equipo evaluativo. Las
áreas específicas de observación y búsqueda incluyen los patrones de especial
interés de los pacientes y el tiempo libre, la presentación social y afectiva, la calidad
del apego a los miembros familiares, el desarrollo de las relaciones de pareja y de
amistad, la capacidad de conocimiento de sí mismo, la adopción de diferentes
perspectivas y el nivel de comprensión acerca de problemas sociales y de conducta,
las reacciones típicas ante situaciones nuevas y la habilidad de percibir los
sentimientos de los demás e interpretar las intenciones y creencias de otras
personas.

 Terapias y servicios

La terapia cognitiva conductual puede ayudar a abordar la ansiedad y otros


desafíos personales.
Las clases de capacitación en habilidades sociales pueden ayudar con las
habilidades de conversación y la comprensión de las señales sociales.

La terapia del habla puede ayudar con el control de la voz.

La terapia física y ocupacional puede mejorar la coordinación.

Los medicamentos psicoactivos pueden ayudar a controlar la ansiedad asociada,


la depresión y el déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Conclusiones
Referencias

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