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Con la lógica empresarial

como norte
Tras echar a cientos de trabajadores y vaciar las plantas en distintos puntos del
país, el presidente Mauricio Macri firmó un decreto para que Fabricaciones
Militares deje de ser un área con rango de dirección nacional. El argumento es que
debe incorporar “dinamismo, eficiencia y economicidad comparable con el resto de
las empresas pertenecientes al sector privado”.




Imagen: NA

Luego de los despidos sistemáticos de Fabricaciones Militares y del


vaciamiento de plantas en distintos puntos del país, el gobierno nacional
dio un paso más en la transformación hacia una lógica corporativa del
Estado y convirtió a esa área con rango de dirección nacional en una
empresa. Así lo confirmó el Poder Ejecutivo a través de un decreto
publicado hoy en el Boletín Oficial en el que, además, instaura un nuevo
convenio colectivo de trabajo que durante 180 días tendrá en ascuas a
todos los empleados que sobrevivieron a los despidos.

El decreto 104 firmado por el presidente Mauricio Macri; el jefe de


Gabinete, Marcos Peña; y el ministro de Defensa, Oscar Aguad, justifica
la conversión de un ente estatal con un objetivo de base que los delata:
que FFMM tenga el “dinamismo, eficiencia y economicidad comparable
con el resto de las empresas pertenecientes al sector privado”.

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Luego menciona pretensiones grandilocuentes, como por ejemplo que la
conversión de una oficina estatal en una empresa facilitará la
“investigación y desarrollo de tecnologías, fabricación e industrialización”
de sus productos, algo que ya lo venía haciendo desde su creación en
1941, es decir hace 77 años.

Además, entre los considerandos, el decreto hace un llamamiento


particular: recuerda la modificatoria del menemismo que en 1996 incluyó
reformas en la administración de FFMM “a fin de ajustar el
funcionamiento de dicho organismo, a efectos de proceder a su
privatización”.

No dice más al respecto. Lo que aclara es que “no hubo a la fecha


acciones concretas de parte del Estado nacional dirigidas a producir una
reestructuración organizativa acorde a los tiempos actuales”. Tampoco
especifica nada sobre este punto.

Otro de los argumentos de Macri, Peña Braun y Aguad dice que la


dirección nacional “tiene sistemáticos y recurrentes problemas de
competitividad, así como serias dificultades económicas y financieras que
derivan en conflictos para acceder competitivamente a los sectores
público y privado”.

En rigor, la mentada transformación fue abriéndose camino desde hace


dos años, cuando comenzaron los despidos masivos en las plantas
cordobesas de Villa María y Río Tercero, donde alrededor de 400
trabajadores perdieron sus empleos. Le siguieron otras en Fray Luis
Beltrán. Lo mismo también ocurrió en la localidad bonaerense de Azul,
donde al menos 230 empleados de Fanazul quedaron en la calle.
Por esos días, los trabajadores movilizados que resistieron los despidos
hasta con acampes, advirtieron que el gobierno de Cambiemos pretendía
“privatizar” FFMM.

Para atajarse de posibles reacciones a partir de la conversión de FFMM


en empresa, el Gobierno, rápido de reflejos, estableció un plazo de 180
días “para iniciar las negociaciones de un Convenio Colectivo de Trabajo
para su personal". "Durante el citado periodo, y hasta tanto entre en
vigencia el nuevo convenio, los agentes conservarán las condiciones
laborales de su actual vínculo”, dice el decreto.

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