Professional Documents
Culture Documents
113 - 133
METAFICCIÓN Y POSTMODERNIDAD:
LA PAS IÓN DES CONSTRUCTIVA
C.cr¡J-ü.IA Gnspm
Universidad Central de Venea¡el¡
I E, trlu"iónal es¡udio teórico de la met¿ficción narraúva remitimos a: Alcom 1994; Alter 1978; Barth
1978; Baudry 1971,1972; Bermur 1990; Breuer 1988; Bustillo 1995c; Diillenbach 1991; Hayle¡ 1993;
Hulme 1976; Hutchmn 19841 l,otman 1984; Rose 1979; Ruth¡of l98l; Stoicheff 1991; Sonehill 1988 y
Waugh 1990, Ver de la misma autora: Procesos ttelaftcciomles en eI d'scwso narrativo: pra una lcorlz
de la metaftccíón productiva.Tesís Doctoral, Doctorado en Letras, Universidad Simón Bollvar, 1995, en
l¡ cual se fundamenta esle texto.
113
de narración", la exhibe para el lector, explicitando su proceso de enunciación. En la
Odisea,comoenLa demands del Ssnto Grialy enLas amistades peligrosa.s, el sujeto
de la enunciación es la narración misma: ella vuelve la mirad¿ sobre sí misma, se dice,
se nombra, como ficción.
114
A partir de estas propuestas metaficcionales, Dállenbach desarrolla una teoría sobre
lamise en abyme,que define como todo enclave quc gwrde relación de similitud con
Ia obra quc lo contiene (1991:16). I-a construcción en abismo se sustenta en la noción
de reflexividad, desde la cual, para Dállenbach, "refleio es todo enunciado que remite
aI enunciado, a la enunciación o aI cóügo del relato" (Ibid:59), y se caracterizapr
sen
...un procedimiento de sobrecarga semántica, (...) el enunciado
en que se apoya la reflectividad funciona por lo menos en dos
niveles: el del relato, donde continúa significando,lo mismo que
cualquier otro enunciado; el del reflejo, donde entra en calidad
de elemento de una metasignificación merced a la cual puede el
relato tomarse a sí mismo por tema @id).
Esta sobrecarga semántica en la cual el texto se significa a sf mismo y crea una
nutasignificanc¡¿, necesariamenüe postula una metalectura del üscurso narrativo.
Melalectura que pafa Hutcheon es el aspecto fundamental de la metaficción
contemporánea en la acentuación del proceso de escriturallectura en el interior del
f,exto, como autoconciencia de que éste se constituye, al igual que en toda ficción' en la
interrelación entre ambos actos, y en la proposición de hacer consciente al lector de su
participación creadora en la generación del relalo, en lo que Hutcheonllanólapuadoja
del lector:
Its central paradox for readers is that, while being made aware
of the linguistic and fictive nature of what is being read, and
ürereby distanced from any unself-conscious identification on the
level of caracter or plot, readers of metafiction are at the same
time made mindful of thei¡ active role in reading, in participating
in making the text mean (1984:XII).
La problematización de discurso y realidad que es propia de la metaficción hace de
ella uñ objeto privilegiado de la postmodernidad. Como plantea Bustillo "la
posmodernidad 'descubre' la metaficción como manifestación de una época en que se
han perdido los asideros del referente; la practica y la estudia con deslumbramienlo y
desconfranza" (1995a:¿14), tzl vez por las razones expuestas por Breuer:
115
muchos escritores de nuestro siglo (. ..) evidentemente han perdido
la confianza en el derecho y la posibilidad que asiste a un luur¿tr
ingenuo, es decir, a la descripción de una factibilidad dada,
aparcntemente sin problemas y positiva (1988: 135).
r16
también, en sus mejores expresiones, a la creación de un espacio verbal que fuera
capaz de expresar la Índole ranscultural y conflictuada del mundo latinoamericano y
su difícil inserción en la contemporaneidad occidental. Modernidad estética
problemáticamente conquistada que se asumió a sí misma, en palabras de Octavio Paz,
como una literatura defundación:
2 Sob,re las propuestas metaficcionales en la obra de estos auorcs rernitimos ¡ los siguientes estr¡üos
crfticos: Bravo 1987; Bustiüo 1991,19y2,1993a, 1993b, l993c 1994¡.1994b,1995a, 1995b, 1995c,
1996; Caspar 1989, 1990, 1991, 1993.1994, 1995, 1996; I¿¿&ner 1977; Ma¡tf¡¡ez ly77 , l98q, P¡d¡eco
1986; Perdomo 1992; Rincón 1992; Rivas 1994; Sifontes l99l y Solotorevsky 1983.
It7
neobonoco (Sa¡duy 1972,1974; Bustillo l995bF, el auge actual de la metaficción
narrativa parecería expresar efectivamente ura profunda vinculación con las formas
culturalei de la postmodernidad que someten a un cuestionamiento crltico y
desconstructivo la legitimidad de los discursos que el ser humano ha erigido pra
aprehender el mundo, poniendo en duda los fundamentos mismos del conocimiento,
del sujeto que lo elahra y vehiculiza y del objeO que indnga la mirada cognoscitiva
De es6 manera, la posfnodemidad pretende la desconstruccün de un conjunto de
posnrlaciones que la modernidad histórico-social habla establecido y legitimado. Por
éllo "el rasgo más llamativo del saber cientffico postrnoderno es la inmanencia en sl
misma pero expllcit4 del discuno acefca de las reglas que le dan validez." (Lyotard
1987:100), rasgo que evidentemente es el de la.autoneflexividady autoconcicncia de
los discursos construidos en la pra,xis social.
De ahl que la metaficción contemporánea sea reconocida hoy como una
manifestación de la postrnodernidad, y desde la perspectiva de nuesEa lectu¡a de El
obsceno pdjaro de la noche podrlantos acoger la distinción que hace Hutcheon entre
la narrativa modema y la rnetaficciún postntoderna:
La falacia metaÍiccional
r18
en términos de GeneEe, de lo metadiegético a lo diegético. Frente al carácter natural
del enunciado realistaque, como declamos, enmasca¡a laenunciación que ledio origen
para presentarse como enunciado a ser consumido, comO producfo, la metafiCCión
pone en la escena @xn¡al la diégesis- de muy diversos modos, que a nuestro
-en
énender se relacionan con distintas concepciones del discurso literario, el aco de
producción y recepción del relato, su situación de enunciación y/o de recepción, e
inctuso puede "representat'' a los sujeOs de tales procesos en el acto mismo de su
realización.
Se ratarfa entonces, según Dállenbach, de lucervisible b invisible (1991:95)' ya
que estamos hablando como sujetos de la producción y recepción del relato de sus
lnstancias prodtrctoras,a las cuales la teoría literaria se refiere con el nombre de autor
O narradOr y regeptor O lector implícibs, aun cuando, ComO veremos, estas inStanCiaS
pueden en la metaficción referi¡ a su productor y/o a su receptor "reales" o "empíricos".
Mientras que en la mlnusis realista la na¡ración se intenta hacer aparecer como
transparente, vehículo que permite que el acontecer narrativo se exprese por sí mismo,
larctaficción narrartvapne de relieve que el texto está siendo no sólo contado, sino
tambiéi elaborado por un sujeto producor. I-a mirada y el acto de escrin¡ra se ponen al
desnudo, narran aspectos de su construcción y hacen partícipe al lecor de la organización
ficcional.
No es éste el lugar para examinar las posiblidades de "representación" ficcional
del productor y/o del receptor del relato, que han sido extensamente estudiadas por
Genere en Figureslll, y constituyen desde El ingeüoso hidalgo Don Quíiote de la
Mancha uno de los aspectos cruciales de la literatura au¡oconsciente, que sustenta su
reflexión en torno a las relaciones de la literan¡ra con el mundo, a la poética textual y
sus procedimientos ficcionales.
En la nadició n dela metaficción narrativc la represent¿ción del auor en la ficción
y del acto de conta¡ o de escribi¡ muestran una autoconciencia narrativa del texto como
producto de una intencionalidad nanativ4 de una construcción cuyo artífice, cuyo
productor, es representado en el discurso. Ello se vincula a muy diversas proposiciones
que se expresan a menudo en la selección de diferentes mises en abyme como
procedimiénto especular e involucran desde los textos mencionados hasta la obra de
iloust y la del Nouveau Roman, como lo dernuestran, entre ot¡os autores, Alter 1978,
Hutcheon 1984, Hulme 1976, Dátlenbach 1991, I¡rnan 1984, Rose 1979, Waugh
1990 y Stonehill 1988.
La aperturaficcional que ello significó para la narraüva contemporánea parecería,
sin embargo, verse limitada por la noción de espeio reflectante, es decir, la presencia
del narrador y/o autor como responsable de la enunciación del relato que nosotros,
lectores, recepcionamos, implica la tantas veces aludida imagen del escritor-narrador
que quiere auiocontemplarse narcisistamente en el espejo de su relato, y la de una obra
qoe pueAe set "sintetizada','teproducida", en la imagen de su reflejo especular. Ambas
perspectivas terminan por circunscribt, como expresáramos con anterioridad, la
119
propuesta metaficcional ala analogía entre texto y metatexto, y parecerían apuntar,
paradójicamente, a la noción del discurso ficticio como un objeto acabado cuya
enunciación puede ser aribuida a un sujeto productor, y a la obra como una totalidad
cenada que puede ser mimetizada Relación que como expondremos a partir de EI
obsceno pójaro de la nochc pnvaría, r¡na vez más paradójicamente, a la ficción de su
üferencia en el aco mismo de querer circunscribir su proceso de producción significante
aunrepresentacióndeimplicación,desemejanzay analogía.O comolo plantea Denida:
120
Esta visión desconstructorapoee una lúcida meláfora en la obra de Borges que
reflexiona sobre sí misma no p¿¡ra devela¡ su misterio sino para nombra¡se como
ocultamiento, enigma, intrincada producción interdiscursiva, porque tampoco el
discurso ficticio se resuelve en significaciones previas, aún representadas en el interior
del texto, y el metatexto no es la cara legible que nos revela al texto.
Proponemos así una otra categoría la metaficción productiva, que postula una
poéúca de la metaficción que la concibe como un teiido de fícciones, an suieto en
proceso
-ibte @arthes l9?4; Kristeva 1972) qtrc desrealiza la representación, hace invis-
b visibte para descentarse en el prisnw metafíccional. En el ámbiO fundado
metaficcionalmente por el poncho del cacique de la leyenda que instaura el corle,la
negatividad, el vacío de realidad, la gran herida del discurso metaficcional ,la puesta
en escene del deseo de Ia escritura:
t2t
los posteriores a su punto de anclaje en el relato @állenbach
l99l:78).
En El obsceno pójaro d¿ la noche encontramos laftcción de¡xro de latícción: la
narración de una leyenda en las secuencias iniciales del texto, cuyos motivos son
retomados a lo largo de odo el relao y refractan en varios niveles su constitución. Su
sunlidad sería prospectiva,pero simultáneamente, como expondremos, en oposición a
las raises en abyme "particularizadoras" que constituyen modelos reducidos,
reconocemos en ella una mi se en abyru "generalizadora", que en lugar de resringir el
significado de la ficción logra que el relao en el cual se encuenm inserta
Este planteamiento se corresponde plenamente con una de las funciones que posee
la leyenda que se n¿ura en la novela, correspondencia que se ve refor¿ada con las
aseveraciones de Dállenbach en el sentido de que la emancipación delamise en abyne
con respecto al relao que la contiene y al cual refracta, es sólo posible gracias a que
"quien se haga cargo del reflejo" no sea una "doble impronta excesivamente
esquemática" sino un cuento o un mito. Como el mito, también la leyend4 elección
narrativa enEl obsceno pdjaro de Ia noche, permite esta expansión semántica poque
'Jamás pierde sus rasgos originales, aunque se vea atraído hacia la órbita de la alegoría"
(Ibid:77).
En El obsceno pájaro de la noche se cuenta una leyenda, la cual, en sus múltiples
variantes, es mise en abyme de la novela en plurales niveles. En su enunciación se
cumple la dicotomía oralidad/escritura que la recorre: la leyenda carece de enunciador,
forma parte de la tradición oral, del ücen colectivo, y esta oralidad se vierte en un
lenguaje que se le opone, lenguaje marcadamente üterario, cuyo enunciador es un
sujeto no colectivo sino individr¡al: el Mudito, cuya situación de enunciación es 0ambién
ambigua "Esa noche, no me acuerdo cuál de ellas, repetía más o menos este cuento:
"Erase una vez, hace muchos, muchos años" (35f.
El procedimiento narrativo es común a g¡an parte de la novela, en particular a
3 l¡s citus de l¿ novela corrcsponden ¡ la edición de Seix Barral, Barceloru, 1985, y el número de Sgina(s)
cn rcferer¡ci¡ será señslado ent¡e parÉntsis.
r22
muchos de los enunciados del narrador Mudito, cuyo discurso acoge el de oro y se
mimetiza con él: quien dice yo es también ui, él y nosoros. El Mudio narra lo que
narra una viej¿ me acuerdo cr'ál de ellas"- quien continúa el "dicen" colectivo
-"¡6
en su voz que también es colectiv4 la de las viejas, y se transforma en la enunciación
de un relato "literario" que preserva su ca¡ácter oral de "cuento" una
vs2"-. Las viejas sin idenüdad enuncian un discurso sin üempo, sumergido -"habíaen la
leyenda o en el mito, carente de sin¡ación histórica. Discurso que a su vez proviene,
como en la casi totalidad novelesca, de un sujeto de enunciación ambiguo: "se decfa,
se decía que decían o que alguien había oído decir quién sabe dónde" (36).
Procedimiento narrativo que refrach la ambigüedad del sujeto de la narración:
parecería que una de las viejas narra lo que otros dijeron, sin embargo, sorpresivamente
para el lector, quien recién inicia la lectura de EI obsceno pájaro fu la noche,elMuüto
enuncia: "Dije que esa noche en la cocina, las viejas, no me acuerdo cuál de ellas, da lo
mismo, estaban contando mós o menos esta conseja, porque la he oído tantas veces y
en versiones tan contradictorias, que todas se confunden" (43).
En los contenidos de la leyenda se encuentran metaforizados los aspectos centrales
del discurso textual, que participan de moúvos comunes en todos los elementos del
mundo representado: las fanrasías de imbunche y de monstriñcación, la envidia, la
agresión a lo femenino y a lo masculino, el miedo, el encierro, la fantasía de ser hurtado,
el dialogismo consustancial a todo hecho y a todo ser humano.
Igualmente los procedimientos narrativos son figuratizados en la leyenda: el
equívoco, la ambigüedad, el enmascaramiento, el perspectivismo, la sustitución, el
dialogismo, todos ellos conducentes a la imposibilidad de establecer una verdad únicq
monológica, del mundo y de los seres humanos. Los elementos que integran la leyenda
poseen una estructura cla¡amente dialógica: el vuelo de una "cabeza terrible" con "la
linda cara de la hija del patrón", "la niña era bruja, y bruja la nana" (36); luego "la
perra era la nana y la nana era la bruja"(39). Por'su parte, también los personajes se
metamorfosean: la nana se bansforma en la perra amarilla, la niña es un chonchón, Y
en la leyenda encontramos la primera mención explícita del imbunclvz
t23
a su vez es el dicen de la leyenda, y que contiene, como veremos, los sem¿¡s
fundamentales del relato.
No obstante, lo fundamental de la leyenda se encuentra en las imágenes relativas al
poncla paternal, que mehficcionalmente enuncian la problemilucarealidadlficcióny
ordenlcaos en el movimiento del discurso, sus procedimientos narrativos y la imagen
de narrador y lecton
r24
producción de un relato en el cual un vertiginoso sistema de susütuciones y
desplazamientos de signos se moviliza para recubrir, una y ou.a vez, creando capas de
imbunches, la ausencia de cento.
I¿ creación ficticia en EI obsceno póiaro de la noche se "cuenta" en todos sus
niveles como constitución de un discufso a partir de una herida. Así, la línea del pon-
cho crea una elipsis y su vacío ha ser llenado por la construcción de otra realidad, la
imaginaria, cuyos mecanismos repiten aquellos que la generaron. Se ficciona a partir
de lo que falta, de lo que ha sido elidido, de una negatividad que se üansforma en
impulso creativo: en la alteri dadrealidadtficción,elcorte, la separación, el ocultamiento,
son el impulso generador de la ficción como constitución de lo itnaginario, como
verdadcuyo único ámbito es el de la invención:
r25
posibilidad de centar el discurso ni siquierapara que se lleve a cabo el dialogismo. El
lugar de la enunciación no se sitúa entre los dos elemenlos del dialogismo, se desplaza
y metamorfosea continuamente, buscando un asidero de realidad que es negado en el
ielato, para hacer de la ambigüedad, la a¡bitrariedad y la indeterminación categoría$
que ponen en escena laproductivídad nutaficcional.
Con ello, El obsceno pájaro de Ia noche pne de relieve su cr¡alidad de ficción, ya
quela ambigüedad,como plantea Jakobson (1975), es el carácter fundamental de todo
mensaje autorreferencial, que privilegia, entre las diversas funciones del lenguaje, la
fución poética.
No obstant€, la ambigüedad, si bien establece siempre una apertufa significante en
el relaúo no necesariamente problematszzlaactividad lectora, puesto que el texto mismo
propone por lo general los elementos que permiten subsumir la ambigüedad en una
óomprensión decodihcadora. La mctafícción productiva al destruir la verosimilitü
textyal se acerca al Verfermdungsefeckt --el efecto d¿ distanciamiento lart ca¡o al
teatro brechtiano- del que habla Eco a partir de los formalistas ri¡sos, y el cual Sonehill
(l9SS) postula como fundamental en el repertorio de la reflexividad, obligando al
lector á reconsidera¡ la totalidad del enunciado, a resemantizar sus propias
presuposiciones, a distanciarse -+omo planteara Hutcheon- sólo para activar su
capacidad creadora al aceplar la opacidad y ambigüedad del enunciado textual.
Sobre un sentidO pefmanentemente escamoteado o ausente, sobre un vacfo, sobre
la carencia de identidad, de rostro, de rasgos, de un centro en el laberinto de la escriturA
se erigen capas de signos que, sin embargo, no se anulan unas a o6as: construyen un
prisnw metstexttul,también ambiguo e inconcluso, que dibuja una figura multiforme
e inasible, siempre andrógina, mutante e hiperbo\zadx,la figura del vuelo del obsceno
pájaro de la noche que explora la comarca del revés del mundo, la coma¡ca de la
ficción, porque:
126
contempla, se ama y se odia en el espejo de su discurso que lo torna siempre otro.La
carencia esencial que inscribe en el discurso la herida narcisista gene¡:¡ el impulso
hacia un objeO de deseo que se persigue en múltiples imágenes, reconociéndose y
negándose en cada una de ellas.finündose en el proceso mismo de la creación ficticia
como difere ncia y produc tividad:
t27
Estructura verbal que no conduce a ninguna parte, (...) constinryen
un esfuerzo por escapar a nuestro mayor supuesto: la información,
el reconocimiento de una entidad anterior a la prácüca que la
construye (K¡isteva l98l : 101).
r28
Bibüografía
Alcorn, Marshall, N¿rciss ísm and the Literary Libido. New York, New York University
Press, 1994.
Alter, Robert, Partial Magic: The Novel as a Self-Conscious Genre. Berkeley,
University of Califomia Press, 1978.
Bafh, John, "The Literature of Exhaustion" en The Novel Today. Manchester,
Manchester University hess, 1978.
Barthes, Roland, Ezs¿yos críticos. Barcelona, Seix Banal, 1973.
¿Por dónde empezar? Barcelona, Du Seuil y Tusquets Editor, 1974.
Baudry, Jean-Louis , "Estructura, ficción, ideología", en Redacción deTel Qucl.Teorla
de Conjunto. Barcelona, Seix Banal,l971.
"Dialéctica de la producción significante",enwtttl. Lileratura e ideologías.
Madrid, Alberto Cor azón, 197 2.
Berman, Jeffrey, Narcissism and the Novel. New York, New York University Press.
1990.
Bravo, Víctor, Los poderes de la fícción. Ca¡acas. Monte Avila, 1987.
Blanchot, Maurice, El libro que vendrá. Ca¡acas, Monte Avila, 1969.
Booth, Wayne, The Rethoric of Fiction. Chicago, The University of Chicago Press,
1961.
Breuer, Rolf, "La autorreflexividad en la literatura ejemplificada en la trilogía
novelísüca de Samuel Beckett", en vvAA, Paul Watzlawich (coord.): La realidad
i nv e ntadt. Barcelona, Gedisa, I 988.
Bustillo, Carmen, "Las ficciones de Manuel Puig: Génesis, traición y muerte."Revisfa
Imagen,No. 100,1991.
"El personaj e metaficcional" en I ma g e n (Caracas), No. I 00-90, j un io,1992.
"Manuel Puig. La ficción como indagación narcisista" . Estudios (Caracas),
Universidad Simón Bolívar, Año I, No.2, julio-diciembre,l993a.
"pslisbero Hern ández: el ejercicio de la imaginación." Revista Nacional dc
Cultura (Ca¡acas), Año lv, No.291 , 1993b.
"Mario Vargas Llosa. Escritor, narrador, personaje." Tierra Nueva (Caracas),
-
Afio u, No.6, julio,l993c.
"De la persona al personaje" en Estudios (Caracas), Universidad Simón
Bolívar, Año u, No.3, enero-junio, 1994a.
' Los espejismos bryceanos" .lmagen (Caracas), No. 100-101, enero, febrero,
r994b.
"Metaficción e imaginario finisecular" en Estudios (Caracas), , Universidad
Simón Bolívar. , Año III, No. 6, julio-diciembre. Número especial: XXV Aniversario
de la USB; pp.4l-57, 1995a.
-
t29
fiarroco y Postmodernidad. Ensayo de ach¡alización para la reedición de
Banoco y América Latina.Un itinerario inconcluso.Ca¡acas, MonüeAvila- En prensa,
1995b.
- IÁ aventuta metaficciontl. Inédito, 1995c.
EI ente dc papel. Caracas. Vadell Hnos. 1995,1996.
Dállenbach, Lucien, El relato especular. Madrid, Visor. lera. edc. en franés: 1977.
Le recit spéculaire. París, Seuil, 1991.
Derrid4 Jacques, Ia escritura y la diferencia. Barcelona, Anthropos, 1989.
Donoso, José, -E/ obsceno pdjaro de la noche: Ba¡celona, Seix Baral. lera edición
1970, 1985.
Eco, Umberto, Tratado de semiótica general. Ba¡celona:México, Nueva Imagen y
Lumen,1978.
Fougault, Michel, Las palabras y las cosas. México, Siglo nc. lÍb8.
El orden del discurso. Barcelon4 Tirsquets, 1970.
Gaspar, Catalina, "Los pies de barro: en el vientre sórüdo del laberino" en Argos
(Caracas), Universidad Simón Bolívar, No.10, pp.3l-38, 1989.
escritu¡a como raición y misión enYo el Supremo" enEscrttwa(Cra-
cas), Año xv, No.30, julio/diciembre;pp.343-372, 1990.
La lucifuz poética. Autoneflexividad y poética en Ia obra de Roa Bastos,
-"I-a
Cortózar, Borges y Meneses. Caracas, Fundarte, 1991.
'"Iboría y prácticadel cuentoen Guillermo Meneses" enPacheco, Carlos yLuis Barrera
Linares (comp.): Del cucnto breve y sus alrefudores. Aproimaciones a una teorla del
ctrcnto. Caracas, Monte Avila Ediores Latinoamericana; pp.503-5 17,1993.
"¿Penonaje escritor o escrinra personaje? en El obsceno póiaro de la nocla"
enEstudbs (Caracas), Universidad Simón Bolívar, Año 2, No.3, enerojunio; W.207-
224,1994.
Procesos ttutafícciotwles en el discurso nanativo: para ww teorfa de la
metafícción productiva. Caracas, Tesis Docoral, Doc0orado en l¡tras, Universidad
Simón Bolívar, 1995.
El universo en Ia palabra. Lectl¿ra dc Abrapalabra de Briuo Garcla. Catt
cas, Academia Nacional de la Historia, L996.
Genette, Géra¡d, Figuras ttt. Barcelona, Lumen, 1989.
Gide, André, Ins monederosfalsos. Barcelona, Seix Barral, 1975.
-
tlayles, Katherine,La evolución d¿l caos. El orden dentro del desorden en las ciencias
contempordneas. Barcelona, Gedisa, 1993.
Hulme, Peter,Refleive Fiction: The Study of a Cemantíne Tradition in Spankh and
Spaníshknerican narratíve. Ph.D. Thesis. University of Essex, 1976.
Hutcheon, Linda, Narcissistic Narrative. The Metaficrtonal Paradox. New York and
l¡ndon, Methuen, 1984.
Jakobson, Román, Ensayos de lingüfstica general. Barcelona, Seix Banal,l975.
130
Kristeva Julia,'T-a productividad llamada texto" en WAA. Lo verosfmil. Buetns
Nre s, Tíempo C o ntempo r óne o, pp.6 3 -9 3, ( 1 97 2 ).
El texlo de Ia novela. Ba¡celona, Lumen, 1981.
Lewis, Tomás,
*I{acia una teoría del referente üterario" (rad. del inglés de Carlos
Pacheco), enTexro Crttico (México), Año VIII, Nos. 26-27, enero-diciembre, pp. 3-
-I¡trnan,
31,1983.
Yuri lvf., "El texto en el tex to" en Criteríos (La [Iabana), Casa de las Américas,
No.5-12. l9&4.
Estructwa del texto artfstico. Madrid, Isuno, (1988).
Ludmer, Josefina, Onetti: Los procesos de construcción del relato. Buenos Aires,
Sudamericanu 1977.
Lyoiard, Jean-Francoi s, ln condición postmofu rna. Madrid, Cátedra, 1987 .
-
Martínez, Nell¡ "El carnaval, el üálogo y la novela polifónica" en Hispamérica, Año
v¡, No. 17, agosto; pp.3-21, 1977 .
uEl obsceno pójaro de la noche: la productividad del texto". Revista
Iberoa¡nericattc @ttsburgh), VoL >crvt, Nos.110-111, enero-junio; pp.5l-65, 1980.
Pacheco, Carlos, "Yo el Supremo: la insurrección polifónica". Prólogo aYo el Su-
premo. Caracas, Biblioteca Ayacucho, No. 123, pp. x-t^tu, 1986.
Paz, Octavio, "Literatura de fundación" en:. Puertas aI Campo. Barcelona, Seix Barral,
pp.l5-21,L972.
Perdomo,Alicia,Ojo de Pez: unapuasta en abisnn. Caracas,Tesis de Maesríaparala
Universidad Simón Bolívar, 1992.
Rincón, Carlos, "Metaficción, historia y posEnodernismo. A propósito de El General
en su laberinto (1992). Nuevo Texto Crltico, Vol. V, Nos. 9/10, primer y segundo
semestre,1992.
Rivas, Luz lvfarina, "Casa de Campo o la creación consciente de sf misn¡a" en Esr¿d¿os
(Caracas), Universidad Simón Bolívar, Año 2, No.3, enero-junio, pp.135-161,1994.
Roa Bastos, Augusúo, "Algunos núcleos generadores de un texto narrativo" enEscritwa
(Caracas), Año u, No.4, julio/diciembre; pp.l67 -193, 191 7 .
Rose, lvfargare g P aro dy I M e ta- F ic ti o n. london, Croom Helm., I 979.
Ruth¡of, Horst"The Reader's Construction of Nanatíve. l¡nd¡es, Routledge & Keagan
Paul, 1981.
Sardu¡ Severo,"El barroco y el neobarroco" en Fernández Moreno César (Coord):
Anérica Latina en su literatur¿. México, Siglo:oa. 1972.
Bdrroco. Buenos Aires, Sudamericanu 1974.
Sifontes, Lourdes, Para una teorla de la metaficcionalidad: la construcción del
personaje en Rosawa a las diez. Caracas, Tesis de Maestrfa para la Univenidad Simón
-Bolívar, 1991.Mym4Iosé Do¡nso: incursiorus en su producción twvelesca. Valparaíso,
Solotorevsky,
Ediciones Universitarias de Valparaíso, 1983.
Stoicheff, Peler,The chaos of tnctafíction en wtx. Clnos and Order: Complex Dy'
l3l
namics inLíterature and Science (ed. by Katherine Hayles). Chicago, The University
of Chicago hess, 1991.
S¡onehill, Bryan, The self-conscious novel. University of Pensylvania Press 1988.
Todorov, Tzvetan, Literatura y significación Barcelona, Planeta" 1974.
Waugh, Pattrcialuletafíction: The Theory and Practice of Self-Conscious Fiction.
Londres, Routledge, 1990.
r32