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Fecha de nacimiento: 12 de febrero de 1809

Nombre completo: Charles Robert Darwin


Lugar de nacimiento: El Monte, Shrewsbury, Reino Unido

. Tuvo diez hijos, de los cuales murieron tres


siendo muy pequeños y otros tres crecerían para descubrir que eran infértiles. Cuando
murió una de sus hijas más queridas Darwin acabó por perder la fe en Dios que tanto le
había ayudado a sobrellevar el hostil mundo hasta ahora.

Los investigadores descubrieron años después que la herencia de la familia de Darwin


había estado de hecho mucho más unida de lo que los novios sabían. Durante cuatro
generaciones se habían producido alianzas entre las dos casas, y fue esa insistencia en
el incesto lo que terminó por afectar a la salud de sus hijos.

La consanguinidad entre Darwin y su prima no es nada comparado con la herencia de


otros monarcas europeos. Carlos I y Carlos II tienen, de hecho, mucho más que contar
al respecto, y la mayoría de hogares europeos tiene alguna de estas uniones en su árbol
genealógico.

 Charles Darwin era un naturalista británico que


propuso la teoría de la evolución biológica por selección natural.
 Darwin definió la evolución como "descendencia con modificación", la idea de que las especies
cambian a lo largo del tiempo, dan origen a nuevas especies y comparten un ancestro común.

 El mecanismo que Darwin propuso para la evolución es la selección natural. Debido a que los
recursos son limitados en la naturaleza, los organismos con rasgos heredables que favorezcan la
supervivencia y la reproducción tenderán a dejar una mayor descendencia que sus pares, lo que
hace que la frecuencia de esas características aumente a lo largo de varias generaciones.

 La selección natural hace que las poblaciones se adapten o se vuelvan cada vez más adecuadas a
su entorno con el paso del tiempo. La selección natural depende del medio ambiente y requiere
que existan variaciones heredables en un grupo.

¿Qué es la evolución?

La idea básica de la evolución biológica es que las poblaciones y las especies de organismos
cambian con el tiempo. Hoy en día, cuando pensamos en evolución, tendemos a relacionar esta
idea con una persona: el naturalista británico Charles Darwin.

En la década de 1850, Darwin escribió un libro controversial e influyente llamado El origen de las
especies. En él, propuso que las especies evolucionan (o, como lo dijo él, tienen "descendencia con
modificaciones") y que todos los seres vivos pueden rastrear su ascendencia a un antepasado
común.
[¿Exactamente qué es una especie?]

Darwin también sugirió un mecanismo para la evolución: la selección natural, en la que los rasgos
heredables que le ayudan a un organismo a sobrevivir y reproducirse, se vuelven más comunes
en una población a lo largo del tiempo.
[¿Qué significa "heredable"?]

En este artículo, examinaremos más de cerca las ideas de Darwin. Veremos cómo surgieron a
partir de sus viajes alrededor del mundo en el barco HMS Beagle y también analizaremos un
ejemplo de cómo funciona la evolución mediante selección natural.
[Primeras ideas sobre la evolución]
[Las influencias sobre Darwin]
Evolución
Las especies modernas aparecen en la parte superior de la ilustración mientras que los ancestros de las que se
originaron se muestran en la parte inferior. Crédito de imagen: "El árbol de la vida de Darwin," de Charles Darwin.
Fotografía de A. Kouprianov, dominio público

Darwin propuso que las especies cambian con el tiempo, que las especies nuevas
provienen de especies preexistentes y que todas las especies comparten un ancestro
común. En este modelo, cada especie tiene su propio conjunto de diferencias
heredables (genéticas) en relación con su ancestro común, las cuales se han
acumulado gradualmente durante periodos de tiempo muy largos. Eventos de
ramificación repetidos, en los que las nuevas especies se desprenden de un ancestro
común, producen un "árbol" de muchos niveles que une a todos los seres vivos.

Darwin se refirió a este proceso, en el que los grupos de organismos cambian en sus
características heredables a lo largo de generaciones, como "descendencia con
modificaciones". Hoy en día, lo llamamos evolución. El boceto de Darwin que se ve
arriba ilustra esta idea y muestra cómo una especie puede ramificarse en dos a lo
largo del tiempo, y cómo este proceso puede repetirse muchas veces en el "árbol
genealógico" de un grupo de especies emparentadas.

Selección natural
Es importante destacar que Darwin no solo propuso que los organismos
evolucionaban. Si ese hubiera sido el inicio y el fin de su teoría, ¡no estaría en tantos
libros de texto hoy en día! Además, Darwin también propuso un mecanismo para la
evolución: la selección natural. Este mecanismo era elegante y lógico, y explicaba
cómo podían evolucionar las poblaciones (tener descendencia modificada) de tal
manera que se hacían más adecuadas para vivir en sus entornos con el paso del
tiempo.

El concepto de selección natural de Darwin está basado en varias observaciones


fundamentales:

 Los rasgos a menudo son heredables. En los seres vivos, muchas características
son hereditarias o pasan de padres a hijos. (Darwin sabía que esto sucedía, si bien
no sabía que los rasgos se heredaban mediante genes).
 Se produce más descendencia de la que puede sobrevivir. Los organismos son
capaces de generar más descendientes de los que su medio ambiente puede
soportar, por lo que existe una competencia por los recursos limitados en cada
generación.
 La descendencia varía en sus rasgos heredables. La descendencia en cualquier
generación tendrá rasgos ligeramente distintos entre sí (color, tamaño, forma,
etcétera), y muchas de estas características serán heredables.
Basado en estas sencillas observaciones, Darwin concluyó lo siguiente:

 En una población, algunos individuos tendrán rasgos heredables que les ayudarán a
sobrevivir y reproducirse (dadas las condiciones del entorno, como los
depredadores y las fuentes de alimentos existentes). Los individuos con los rasgos
ventajosos dejarán más descendencia en la siguiente generación que sus pares, dado
que sus rasgos los hacen más efectivos para la supervivencia y la reproducción.
 Debido a que los rasgos ventajosos son heredables y a que los organismos que los
portan dejan más descendientes, los rasgos tenderán a volverse más comunes
(presentarse en una mayor parte de la población) en la siguiente generación.

 En el transcurso de varias generaciones, la población se adaptará a su entorno (ya


que los individuos con rasgos ventajosos en ese ambiente tendrán consistentemente
un mayor éxito reproductivo que sus pares).

El modelo de Darwin de evolución mediante selección natural le permitió explicar


los patrones que vio durante sus viajes. Por ejemplo, si las especies de pinzones de
las Galápagos compartían un ancestro común, tenía lógica que tuvieran mucho
parecido entre ellas (y con los pinzones continentales, con quienes probablemente
compartían un ancestro común). Si los grupos de pinzones habían estado aislados
en islas separadas durante muchas generaciones, cada grupo se habría visto
expuesto a un ambiente diferente en que el que se habrían favorecido distintos
rasgos heredables, como los diferentes tamaños y formas de los picos para
aprovechar distintas fuentes de alimento. Estos factores pudieron conducir a la
formación de especies distintivas de cada isla.

[Espera ¿cómo funciona eso? Charles Darwin


Charles Robert Darwin (1809-1882)

Fue un científico británico que sentó las bases de la moderna teoría evolutiva, al plantear el concepto de que todas
las formas de vida se han desarrollado a través de un lento proceso de selección natural. Su trabajo tuvo una
influencia decisiva sobre las diferentes disciplinas científicas, y sobre el pensamiento moderno en general. Nacido en
Shrewsbury, Shropshire, el 12 de febrero de 1809, Darwin fue el quinto hijo de una acomodada y sofisticada familia
inglesa. Su abuelo materno fue el próspero empresario de porcelanas Josiah Wedgwood; su abuelo paterno fue el
famoso médico del siglo XVIII Erasmus Darwin. Tras terminar sus estudios en la Shrewsbury School en 1825, Darwin
estudió medicina en la Universidad de Edimburgo. En 1827 abandonó la carrera e ingresó en la Universidad de
Cambridge con el fin de convertirse en ministro de la Iglesia de Inglaterra. Allí conoció a dos influyentes
personalidades: el geólogo Adam Sedgwick y el naturalista John Stevens Henslow. Este último no sólo ayudó a
Darwin a ganar confianza en sí mismo, sino que también inculcó a su alumno la necesidad de ser meticuloso y
esmerado en la observación de los fenómenos naturales y la recolección de especímenes. Tras graduarse en
Cambridge en 1831, el joven Darwin se enroló a los 22 años en el barco de reconocimiento HMS Beagle como
naturalista sin paga, gracias en gran medida a la recomendación de Henslow, para emprender una expedición
científica alrededor del mundo.

Su trabajo como naturalista a bordo del Beagle le dió la oportunidad de observar variadas formaciones geológicas
en distintos continentes e islas a lo largo del viaje, así como una amplia variedad de fósiles y organismos vivos. En
sus observaciones geológicas, Darwin se mostró muy sorprendido por el efecto de las fuerzas naturales en la
configuración de la superficie terrestre.
En aquella época, la mayoría de los geólogos defendían la teoría catastrofista, que mantenía que la Tierra era el
resultado de una sucesión de creaciones de la vida animal y vegetal, y que cada una de ellas había sido destruida
por una catástrofe repentina, por ejemplo una convulsión de la corteza terrestre (véase Geología: Siglos XVIII y XIX).
Según esta teoría, el cataclismo más reciente, el diluvio universal, había acabado con todas las formas de vida no
incluidas en el arca de Noé. Las demás sólo existían en forma de fósiles. En opinión de los catastrofistas, cada
especie había sido creada individualmente y era inmutable, es decir, no sufría ningún cambio con el paso del tiempo.
Este punto de vista (aunque no la inmutabilidad de las especies) había sido cuestionado por el geólogo inglés sir
Charles Lyell en su obra en dos volúmenes Principios de Geología (1830-1833). Lyell sostenía que la superficie
terrestre está sometida a un cambio constante como resultado de fuerzas naturales que actúan de modo uniforme
durante largos periodos de tiempo.

A bordo del Beagle, Darwin descubrió que muchas de sus observaciones encajaban en la teoría uniformista de Lyell.
No obstante, durante su viaje por Sudamérica, también observó gran diversidad de plantas, animales y fósiles, y
recogió gran número de muestras que estudió a su regreso a Inglaterra. En las islas Galápagos, situadas frente a la
costa de Ecuador, observó especies estrechamente emparentadas pero que diferían en su estructura y en sus hábitos
alimenticios, y concluyó que estas especies no habían aparecido en ese lugar sino que habían migrado a las
Galápagos procedentes del continente. Darwin no se dio cuenta en ese momento que los pinzones de las diferentes
islas del archipiélago pertenecían a especies distintas. Más tarde, ya en Inglaterra, llegaría a la conclusión de que,
cuando los pinzones llegaron al archipiélago desde el continente encontraron gran variedad de alimento, y al no tener
competidores y estar aislados geográficamente, sufrieron una rápida adaptación a los distintos ambientes; con lo cual
aparecieron nuevas especies que descendían todas ellas de un antepasado común.

Tras su regreso a Inglaterra en 1836, Darwin comenzó a recopilar sus ideas acerca del cambio de las especies en
sus Cuadernos sobre la transmutación de las especies. La explicación de la evolución de los organismos le surgió
tras la lectura del libro Ensayo sobre el principio de población (1798) del economista británico Thomas Robert
Malthus, que explicaba cómo se mantenía el equilibrio en las poblaciones humanas. Malthus sostenía que ningún
aumento en la disponibilidad de alimentos básicos para la supervivencia del ser humano podría compensar el ritmo
de crecimiento de la población. Este, por consiguiente, sólo podía verse frenado por limitaciones naturales, como las
hambrunas o las enfermedades, o por acciones humanas como la guerra.

Darwin aplicó de inmediato el razonamiento de Malthus a los animales y las plantas, y en 1838, había elaborado ya
un bosquejo de la teoría de la evolución a través de la selección natural. Durante los siguientes veinte años trabajó
sobre esta teoría y otros proyectos de historia natural. Darwin disfrutaba de independencia económica y nunca tuvo
necesidad de ganarse la vida. En 1839 se casó con su prima, Emma Wedgwood, y poco después se instalaron en la
pequeña propiedad de Down House, en Kent. Allí tuvieron diez hijos, tres de los cuales murieron durante la infancia.

Darwin hizo pública su teoría por primera vez en 1858, al mismo tiempo que lo hacía Alfred Russel Wallace, un joven
naturalista que había desarrollado independientemente la teoría de la selección natural. La teoría completa de Darwin
fue publicada en 1859 como El origen de las especies por medio de la selección natural. Este libro, del que se ha
dicho que “conmocionó al mundo”, se agotó el primer día de su publicación y se tuvieron que hacer seis ediciones
sucesivas.

En esencia, la teoría de la evolución por selección natural sostiene que, a causa del problema de la disponibilidad de
alimentos descrito por Malthus, los jóvenes miembros de las distintas especies compiten intensamente por su
supervivencia. Los que sobreviven, que darán lugar a la siguiente generación, tienden a incorporar variaciones
naturales favorables (por leve que pueda ser la ventaja que éstas otorguen), al proceso de selección natural, y estas
variaciones se transmitiran a través de la herencia. En consecuencia, cada generación mejorará en términos
adaptativos con respecto a las anteriores, y este proceso gradual y continuo es la causa de la evolución de las
especies. La selección natural es sólo parte del amplio esquema conceptual de Darwin. Introdujo también el concepto
de que todos los organismos emparentados descienden de antecesores comunes. Además ofreció un respaldo
adicional al antiguo concepto de que la propia Tierra no es estática sino que está evolucionando.

Las reacciones ante El Origen de las especies fueron inmediatas. Algunos biólogos adujeron que Darwin no podía
probar su hipótesis. Otros criticaron su concepto de variación, sosteniendo que ni podía explicar el origen de las
variaciones ni cómo se transmitían a las sucesivas generaciones. Esta objeción en concreto no encontró respuesta
hasta el nacimiento de la genética moderna a comienzos del siglo veinte . Fueron muchos los científicos que siguieron
expresando sus dudas durante los ochenta años siguientes. Sin embargo, los ataques a las ideas de Darwin que
encontraron mayor eco no provenían de sus contrincantes científicos, sino de sus oponentes religiosos. La idea de
que los seres vivos habían evolucionado por procesos naturales negaba la creación divina del hombre y parecía
colocarlo al mismo nivel que los animales. Ambas ideas representaban una grave amenaza para la teología ortodoxa.

Darwin pasó el resto de su vida ampliando diferentes aspectos de los problemas planteados en El Origen de las
especies. Sus últimos libros, entre los que se encuentran La variación de los animales y plantas bajo la acción de la
domesticación (1868), La descendencia humana y la selección sexual (1871), y Expresión de las emociones en el
hombre y los animales (1872) eran exposiciones detalladas sobre temas que sólo disfrutaban de un espacio limitado
en El origen de las especies. La importancia de su trabajo fue ampliamente reconocida por sus coetáneos. Darwin
fue elegido miembro de la Sociedad Real (1839) y de la Academia Francesa de las Ciencias (1878). Tras su muerte
en Down, el 19 de abril de 1882 se le rindió el honor de ser enterrado en la abadía de Westminster.

El Darwinismo

Es importante tener en cuenta dos aspectos muy distintos de la aportación de Darwin. Él recogió un gran número de
pruebas que demostraban que la evolución había tenido lugar y elaboró la única teoría conocida sobre los
mecanismos de la evolución de las especies. Estos descubrimientos también fueron realizados por Wallace de forma
independiente. El nombre de Darwin se superpone en el recuerdo al de Wallace debido al gran acúmulo de evidencias
que Darwin expuso con gran claridad y fuerza en el texto de El origen de las especies.

Darwin conocía algunas pruebas fósiles y las utilizó para demostrar el hecho de la evolución, aún cuando los geólogos
de su época no fueron capaces de adjudicar fechas exactas a dichos fósiles. En 1862, el eminente físico lord Kelvin
inquietó a Darwin al demostrar en su calidad de autoridad, y hoy sabemos que se equivocó, que el Sol, y por tanto la
Tierra, no podía tener una antigüedad superior a 24 millones de años. Aunque esta estimación era mucho más
acertada que la fecha de 4004 a.C. que en aquel entonces apoyaba la Iglesia para la creación, no concedía el tiempo
suficiente que necesitaba la evolución que Darwin proponía. Kelvin utilizó esta estimación y su inmenso prestigio
científico como herramientas en contra de la teoría de la evolución. Su error estaba basado en la presunción de que
el Sol liberaba calor mediante combustión, en lugar de por fusión nuclear, algo difícil de saber en aquella época.

Además de los fósiles, Darwin utilizó otra prueba menos directa, aunque en muchos sentidos más convincente, para
demostrar el hecho de que la evolución había tenido lugar. Las modificaciones que habían sufrido los animales y
plantas domesticados eran una prueba persuasiva de que las variaciones evolutivas eran posibles, y de la eficacia
del equivalente artificial del mecanismo de evolución propuesto por Darwin, la selección natural. Por ejemplo, la
existencia de razas locales aisladas tiene una explicación fácil en la teoría de la evolución; la teoría de la creación
sólo podría explicarlas si se asumen numerosos “focos de creación” esparcidos por toda la superficie terrestre. La
clasificación jerárquica en la que se distribuyen de forma natural los animales y las plantas sugiere un árbol familiar:
la teoría de la creación tiene que establecer suposiciones complejas y artificiales acerca de los temas y variaciones
que cruzaban la mente del creador. Darwin también utilizó como prueba de esta teoría el hecho de que algunos
órganos observados en adultos y embriones parecían ser vestigios. De acuerdo con las teorías de la evolución, estos
órganos, como los diminutos huesos de miembros ocultos de las ballenas, son un remanente de los miembros o
patas que utilizaban para caminar sus antecesores terrestres. Su explicación plantea problemas a la teoría de la
creación. Por lo general, la prueba de que el proceso de la evolución ha existido consiste en un gran número de
observaciones detalladas que, en conjunto, adquieren sentido si asumimos la teoría de la evolución, pero que sólo
podrían ser explicadas por la teoría de la creación si suponemos que el creador lo disponía cuidadosamente para
confundirnos. Las pruebas moleculares modernas han contribuido a demostrar la teoría de la evolución más allá de
las ideas más extravagantes de Darwin, y el proceso de la evolución tiene tantas garantías de seguridad como
cualquier ciencia.

Refiriéndonos de nuevo a la evolución, la teoría que Darwin y Wallace propusieron de su mecanismo, la selección
natural, tiene menos garantías. Ésta sugiere la supervivencia no aleatoria de variaciones de las características
hereditarias originadas al azar. Otros británicos victorianos, como Patrick Matthew y Edward Blyth, habían propuesto
con anterioridad algo parecido, aunque en apariencia lo consideraron sólo como una fuerza negativa. Parece que
Darwin y Wallace fueron los primeros que se dieron cuenta de todo su potencial como una fuerza positiva para dirigir
la evolución de todo ser vivo. Evolucionistas anteriores como el abuelo de Darwin, Erasmus, se habían inclinado
hacia una teoría alternativa del mecanismo de la evolución, asociada en la actualidad por lo general al nombre de
Lamarck. Esta enunciaba que las mejoras adquiridas durante la vida de un organismo, como el crecimiento de los
órganos con el uso y su atrofia con el desuso, eran hereditarias. Esta teoría de la herencia de las características
adquiridas tiene un atractivo emotivo (por ejemplo, para George Bernard Shaw en su prólogo a Volviendo a
Matusalén), aunque la evidencia no la apoya, ni es teóricamente convincente. Incluso si la información genética
pudiera de alguna manera viajar `hacia atrás' desde los cuerpos celulares al material hereditario, es casi inconcebible
que el desarrollo embrionario pudiera invertirse de forma que las mejoras adquiridas durante la vida de un animal se
codificaran de nuevo en sus genes. Inconcebible o no, la evidencia está en su contra. En la época de Darwin existían
más dudas acerca de esta cuestión y, de hecho, el propio Darwin consideró una versión personalizada del
Lamarckismo, en aquellos momentos en que su teoría de la selección natural se enfrentaba a dificultades.

Aquella dificultad surgió de las ideas que existían en aquella época sobre la naturaleza de la herencia. En el siglo
XIX se asumía casi de forma universal que la herencia era un proceso combinado. En esta teoría, los descendientes
no sólo tienen un carácter y apariencia intermedia, producto de la combinación de la de sus padres, sino que los
factores hereditarios que transmiten a su propia descendencia son así mismo combinaciones intermedias debido a
que se produce una inextricable fusión. Se puede demostrar que si la herencia es de tipo combinada es casi imposible
que la selección natural darwiniana actúe, ya que la variación disponible se divide a la mitad en cada generación.
Esto se expuso en 1867 y preocupó a Darwin lo suficiente como para conducirlo hacia el Lamarckismo. Este concepto
pudo haber contribuido también al hecho aislado de que el darwinismo fuera relegado temporalmente a principios del
siglo XX. La solución al problema que tanto inquietó a Darwin descansa en la teoría de la herencia particular
desarrollada por Johann Mendel y publicada en 1865, pero que desafortunadamente no fue leída por Darwin, ni
prácticamente por nadie, hasta después de su muerte.

El Neodarwinismo

Los estudios de Mendel, retomados a finales del siglo, demostraron lo que Darwin insinuó vagamente en cierta época,
que la herencia es particular, no combinada. Sean o no los descendientes, formas intermedias entre sus dos padres,
ellos heredan y transmiten partículas hereditarias separadas; que hoy en día denominamos genes. Un individuo
hereda o no un gen específico de uno de sus padres. Esto mismo puede aplicarse a los padres, por tanto un individuo
puede también heredar o no un gen específico de uno de sus abuelos. Cada uno de sus genes procede de uno de
sus abuelos y, antes de ello, de uno particular de sus bisabuelos. Este argumento puede ser aplicado repetidamente
a un número indefinido de generaciones. Los genes únicos y separados se distribuyen de forma independiente a
través de las generaciones como en las cartas en una baraja, en lugar de combinarse como los ingredientes de un
puré. Esto marca la diferencia de la plausibilidad matemática de la teoría de la selección natural. Si la herencia es
particular, la selección natural puede actuar. Como establecieron por primera vez el matemático británico G. H. Hardy
y el científico alemán W. Weinberg, no existe una tendencia propia de los genes a desaparecer del “conjunto” de
genes. Si lo hacen será debido a procesos fortuitos, o a la selección natural —porque algo relativo a dichos genes
influye en la probabilidad de que los individuos que los posean sobrevivan y se reproduzcan. La versión moderna del
darwinismo, denominada neodarwinismo, está basada en esta idea. Esta fue elaborada entre los años 1920 y 1930
por los genetistas R. A. Fisher, J. B. S. Haldane y Sewall Wright, y consolidada con posterioridad en la década de los
años cuarenta en la síntesis conocida como Neodarwinismo. La revolución reciente experimentada por la biología
molecular iniciada en la década de los años cincuenta, ha reforzado y confirmado, más que modificado, la teoría de
los años 1930 y 1940. La teoría genética moderna de la selección natural puede resumirse en lo siguiente: los genes
de una población de animales o plantas que se entrecruzan sexualmente constituyen un “conjunto” de genes. Los
genes compiten en este “conjunto” de la misma manera que las moléculas primitivas que se reproducían lo hacían
en el “caldo” primitivo. En la práctica, la vida de los genes del “conjunto” de genes transcurre o asentándose en
cuerpos individuales que ellos ayudan a construir, o transmitiéndose de un cuerpo a otro a través del espermatozoide
o del óvulo en el proceso de la reproducción sexual. Ésta mantiene los genes mezclados y el hábitat a largo plazo de
los genes es el “conjunto” genético. Cualquier gen que se origina en él es resultado de una mutación u error aleatorio
en el proceso de copia de los genes. Una vez que se ha producido una mutación nueva, ésta puede extenderse a
través del “conjunto” genético por medio de la mezcla sexual. La mutación es el origen último de la variación genética.
La reproducción sexual y la recombinación genética debida al cruzamiento, muestran que la variación genética se
distribuye con rapidez y se recombina en el “conjunto” genético. Es probable que de cualquier gen de un “conjunto”
genético existan varias copias que procedan de la misma mutación, o de mutaciones paralelas independientes. Por
consiguiente, se puede decir que cada gen tiene una frecuencia en el “conjunto” de genes. Mientras que algunos
genes, como el del albinismo, son genes raros en él, otros son habituales.

Impacto social de la teoría de Darwin

El sociólogo Herbert Spencer, formuló la teoría de que los grupos sociales humanos pueden clasificarse según su
capacidad diferencial para dominar la naturaleza y el resto de los grupos humanos. Desde este punto de vista, las
personas que alcanzan riqueza y poder son consideradas las más aptas, mientras que las clases socioeconómicas
más bajas las menos capacitadas. Los seguidores de esta teoría afirman que el progreso humano depende de la
competitividad. Esta teoría fue utilizada por algunos como base filosófica para el imperialismo, el racismo y el
capitalismo a ultranza. Hoy en día, sin embargo, tanto los sociobiólogos como los ecólogos evolutivos tratan de
explicar los cambios sociales y culturales en términos evolutivos; entre el determinismo genético de los primeros y el
positivismo, más acorde con el trabajo de Darwin, de los segundos.

Wallace, Alfred Russell (1823-1913)

Naturalista británico conocido por el desarrollo de una teoría de la evolución basada en la selección natural. Nació
en la ciudad de Monmouth (hoy Gwent) y fue contemporáneo del naturalista Charles Darwin. En 1848 realizó una
expedición al río Amazonas con el también naturalista de origen británico Henry Walter Bates y, desde 1854 hasta
1862, dirigió la investigación en las islas de Malasia. Durante esta última expedición observó las diferencias
zoológicas fundamentales entre las especies de animales de Asia y las de Australia y estableció la línea divisoria
zoológica (conocida como línea de Wallace) entre las islas malayas de Borneo y Célebes.

Durante la investigación Wallace formuló su teoría de la selección natural. Cuando en 1858 comunicó sus ideas a
Darwin, se dio la sorprendente coincidencia de que este último tenía manuscrita su propia teoría de la evolución,
similar a la del primero. En julio de ese mismo año se divulgaron unos extractos de los manuscritos de ambos
científicos en una publicación conjunta, en la que la contribución de Wallace se titulaba: "Sobre la tendencia de las
diversidades a alejarse indefinidamente del tipo original". Su obra incluye El archipiélago
Malayo (1869), Contribuciones a la teoría de la selección natural (1870), La distribución geográfica de los
animales (1876) y El lugar del hombre en el Universo (1903).

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