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º 3 5 2.
SER MON ES 5
DE SAN BERNARIDO
ABAD DE CLARAVAL,
DE TODO EL AÑO,
DE TIEMPO, Y DE SANTOS,
TRADUCIDOS AL CASTELLANO
TOMO SEGUNDO.
Contiene sesenta y seis Sermones, desde la Pascua hasta el
fin del año.
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A LA Ill. Y V. COMUNIDAD
de Santa Maria la Real de Vileña,
del Orden del Cister: Filiacion del
Real Monasterio de Huelgas
cerca de Burgos.
Señoras:
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En las Rogaciones.
I. . De los tres panes, 45. -
- En la Fiesta de Pentecostes. ,
-
II. . De las obras de la Trinidad sobre nosotros, y de la gracia
triplicada del Espiritu Santo, 94.
III, . De las varias operaciones del Espiritu Santo en nosotros,
IO2.
EN LA CONVERSION DE S. PABLo.
I. . Como nos hemos de convertir à exemplo suyo, 155.
II... Sermon, 163. - -
.. . .
- En la Fiesta de S. Martin.
I. . De los exemplos de la obediencia, 39o.
- - “J.- ..." - ºr -º o ... . , -- 0 . .. . .
En el dia de S. Clemente Papa y Martir.
I. . De las tres aguas, 407.
- - . . . . . C , ... . . . . .. . .
En la ºrigilia de s. Andres. a .
I. . Como debemos anticiparnos con ayunos à las Fiéstas de los
Sántos, 42. . . . . . . . . . . . . . . . . .
- En la Fiesta de S.Andres... ... , y
I. . De tres gèneros de peces que hay en el mar, en el río, y en
el estanque, 416.
ll. . De los quatro extremos de la cruz, 425.
,
En la muerte de Don Humberta.
Sermon unico, 433.
En la Dedicacion de la Iglesia.
I. . De los cinco misterios de la Dedicacion, 44 r.
II... Como debemos convenir con nosotros, y con los demàs,447.
III... De tres aparatos que tenemos para la guardia de Dios, 45 r.
IV. . De tres mansiones, 455.
V. . De dos consideraciones de s l propio, 462.
VI. . De la reverencia devida à los lugares sagrados. 472.
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SERMONES
DE SAN BERNARDO
AB A D DE CLAR AVA. L.
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EN EL SANTO DIA DE LA PASCUA.
S E. R.M.O.N.
. . .. .
De los siete sellos que desató el Cordero.
a 3xxxxxx. Enció el Leon de la Tribu de 5udd. Apoc. 3.
- Venció la sabiduria à la malicia, 8. .
º llegando desde el un extremo hasta ... ,
º el otro extremo fuertemente, y dis , .
poniendo todas las cosas consuavi- ,, ,
3é dad; pero fuertemente en lo que es
- #xxxxx3 á favor mio, y con suavidad en lo º
que conmigo hace. Venció las blasfemias de los Ju- ..
dios en el patíbulo, ató al fuerte armado en el atrio, Vié?orias
1 n s 1gnes
y triunfo del mismo imperio de la muerte, ¡Que se ¿
han hecho ahora, Judio, tus oprobios? ¿Donde es- ¿.
tàn, enemigo del hombre , las alhajas que tenias cau
tivas?. Muerte, ¿què es ahora de tu victoria / El ca
A lum
2 r
SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
lumniador fuè confundido, el salteador fuè despojado.
¡Nuevo gènero de poder! La muerte hasta hoy siem
pre victoriosa queda pasmada. ¿Y tu , Judio, que el
dia antes movias delante de la cruz tu cabeza sacrí
lega; que injuriabas con afrentas à Christo verdadera
cabeza del hombre, què dices ahora Christo, decia,
Math.27. Rey de Israel baje de la cruz. ¡O lengua envenena
43 º da, palabra de malicia, expresion perversa No es
esto, Caiphas, lo que decias poco antes: Conviene que
Johan, 1 º un hombre muera por el pueblo, y no perezca todº, la
59.
nacion. Mas aquello porque no era mentira , no loia
blabas de ti proprio, no lo decias de ti mismo. Si es
Rey de Israel baje de la cruz, esto ciertamente es
tuyo ; mas bien, de aquel que desde el principio es
mentiroso. 2Porque , ¿què conexion tiene que haya de
bajar , si es Rey de Israel? ¿No es mas consiguiente
que suba? ¿Què, no te acuerdas, serpiente antigua,
con quanta confusion te retiraste otro tiempo, des
pues de haberte atrevido à decirle: Echate de abi d
bajo, y todas estas cosas te dare, si postrado me
adorares ? ¿Asi tienes presente, Judio, lo que oiste,
Ps.95, 1o.
El Señor reynó desde el leño, que le niegas por Rey,
porque permanece en el leño ? Pero tal vez no lo ois -
te, porque no à los Judios, sino à las Naciones se de
bia este anuncio. Publicad en las naciones , dice, que
el Señor reynó desde el leño. 2 .
Perseve 2 Con razon por eso puso el Presidente gentil
rancia de en el leño el título del Reyno, ni pudo el Judio,
christo e aunque lo intentó, alterar la inscripcion del titulo,
la cruz y quanto menos impedir la pasion del Señor, y nuestra
en lºººº redencion. Baje, dicen, si es Rey de Israel. Antes
de nues
tra redé bien, porque es Rey de Israel, no deje el título del
sion. .. Reyno, no deponga la vara del imperio aquel Señor,
cuyo imperio està sobre sus hombros, como cantó
Isai, 9 6. anticipadamente Isaias. / No quieras, dicen los Judios
a Pilatos, no quieras éscribir Rey de los 5udios , si
no que dijo el: Rey soy de los 5udios ; y Pilatos res
* - - pon
- EN EL santo DIA DE LA PAscuA.
ponde: Lo que escribi, escribi. ¿Pues si Pilatos dice
lo escrito escrito, Christo no perficionarà lo que co
menzó El pues comenzó, y nos salvara. Pero dicen
todávia : A otros bizo salvos , y d si mismo no se
puede salvar. Antes por lo contrario , si baja, no ha
rà salvo à ninguno. Porque no pudiendo ser salvo,
sino el que perseverare hasta el fin, ¿quánto menos
podrá ser salvador A otros pues hizo salvos, por
que él no necesita de salvacion , siendo la misma sa
obrando nuestra salud, ni sufrirá que falte el
fin"á sacrificio vespertino de la víctima saludable.
Sabe èl lo que tu piensas, maligno; y no te dará
ocasion de robarnos la perseverancia, la qual sola es rº
- . 5.
EN y saNro prA DE LA PAscUA. rr
1 r Pero que dirèmos sôbre estos siete sellos? ¿Sig
nificaràn la triplicada facultad del alma, razon, me
moria, y voluntad, y la composicion del cuerpo, de
los quatro elementos, para que sepamos que nada fal
tò al Salvador de la verdad de la humanidad? ¿O Los siete
mas bien su humanidad es el mismo libro, y en ella sellos de
Christo.
hemos de buscar todavia los siete sellos? Yo miro co
mo siete sellos, con que principalmente se encubria
la presencia de la magestad en la carne, para que
no se pudiera abrir el libro, ni ser conocida la sa
biduria que se ocultaba. Son pues los que ahora me
ocurren, el desposorio de la Madre, con el qual se
cubria el parto de la Virgen, y la pureza de su con
cepcion , de suerte que era reputado el fabricador del
hombre por hijo de un carpintero. La flaqueza del
cuerpo, por la qual llorando, y dando bagidos, ma
Inando, y durmiendo, y expuesto à las demàs nece
sidades de él, se ocultaba entre estas cosas la vir
tud de la divinidad. Así igualmente tomando la se
ñal de la circuncision, remedio del pecado, medici
na de la enfermedad, aquel Señor que vino à quitar
toda enfermedad y pecado; y ademàs de esto hu
yendo de Herodes à Egipto, ni podia ser conocido
por Hijo de Dios, ni por Rey del Cielo. ¿Y què eran
tambien aquellas tres tentaciones del enemigo en el
desierto, en lo alto del templo, sôbre el monte? Si
Math. 4tº
eres, dice, Hijo de Dios, di que estas piedras se 6.
hagan pan : y tambien: Echate de abi a bajo. Ni
uno ni otro hizo Christo; para que se sellase el li
bro, para que se engañase el astuto. En fin, tanto se
engañó, que tenia ya por constante que era puro hom
bre, y prorrumpió su ciega soberbia en tal desvario,
que ya no le decia: Si eres Hijo de Dios; sino To
dar estas cosas te dare, si postrado me adorares.
El sello sexto es la cruz, donde estuvo pendiente en
tre dos ladrones, y fuè contado entre los malvados el
Dios de la magestad. Tambien cerrò la sepultura es
- B2 (º
I2 SERMoN DE S. BERNARDo AEAD.
te libro; ni sello alguno apretó tanto, ni ocultó tan
to como este el misterio grande de la piedad de Dios.
Verdaderamente, una vez sepultado el Señor, no pa
recia quedar sino la desperacion sola: de tal suerte,
Luc. a 4. que los discípulos mismos decian: Nosotros esperd
2 Ie
bamos. ¿Quièn en aquel tiempo no lloraria que esta
ba cerrado mas apretadamente el libro, y no habia
quien le abriese?
12 Pero no llores mas, Juan Santo; y tu tambien,
Maria, no llores mas. Vaya lejos todo llanto, y di
sípese la niebla de la tristeza. Gozaos en el Señor, y
llenaos de alegria , todos los que sois justos, y publi
cad con cânticos su gloria, todos los que teneis un
recto corazon. Digno es el cordero que fuè muerto,
el Leon que resucitó , ultimamente el libro mismo,
digno es de abrirse à si mismo. Resucitando de èn
tre los muertos, pero resucitando por su propia vir
tud , y despues de tres dias como habia predicho él,
testificando esto mismo los enemigos; y resucitando
en tanta magestad y gloria, hace ver manifiestamente
que todos estos sellos ô velos de que hemos hablado,
fueron voluntarios, no necesarios, y no puestos por con
dicion, sino por dignacion. ¿Por què sellabas , Judio,
Math.27. un poco antes la piedra del monumento ? Porque aquel
63. seduttor habia dicho , quando todavia vivia : Despues
s
de tres dias resucitare, Verdaderamente seductor,
º.
pero piadoso, no malicioso. Finalmente: Me babeis
Hier. ao.7 seducido, Señor, y fui seducido , dice el Propheta en
vuestra persona, fuisteis mas fuerte que yo, y pudis
teis mas. En la pasion, Judios, os sedujo , en la re
1. Cor.2.
8.
surreccion se alentó , y pudo màs, venciendo el Leon
de la Tribu de Judà ; pues si le hubieran conocido,
Math. 12. nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria. ¿Què
29. harâs pues? Ya resucitó, asi como lo predijo. Explo
ra tu cuidadosamente el sello de la sepultura, pues
Luc. 1 1. está abierta. Te dàn à ti el signo del Propheta Jonas,
2 9. porque él tambien lo dijo antes. Sale Jonas del vien
- tre
EN EL sANTo DrA DE LA PAscUA. r3
tre de la ballena : Christo sale al tercero dia del co
razon de la tierra. Pero manifiestamente es mas que
Jonas este; pues se sacó animosamente à si mismo del
mismo vientre de la muerte. Por tanto los Ninivitas se
levantaràn contra vosotros en el juicio : por tanto ellos
mismos serán vuestros jueces, porque ellos obedecie
ron al Propheta; vosotros ni al Señor de los Prophe
ta.S. - * ,
- --- = --º
*,
EN EL sANTo DIA DE LA PAscUA. I5
verèmos en los mismos vicios, que tan congojosa
mente lloramos estos dias? Hè lavado, mis pies, ¿co
mo los volverè à manchar? Me desnudè de mi tuni
ca. ¿cómo podrè volver á vestirmela ? No es esto Cant. 5. 3
transmigracion , Hermanos mios : de este modo no se
dejarà ver Christo: no es este el camino para que
Dios nos muestre su salud. Ultimamente, el que mi Luc.9.62
ra atras , es índigno del Reyno de Dios.
16. Asi los amadores del siglo, enemigos de la
Se repré
cruz de Christo , de quien habiendo recibido en va de el abu
no el nombre , se llaman Christianos, en todo este so de al-,
tiempo de la Quaresma anhelan à que lleguen los gunosCh
próximos dias de la resurreccion. A y para enplear ristianos
se mas libremente en los dele y tes. Anubla, Herma en este
tiempo.
nos mios, la alegria de la solemnidad materia tan tris-,
te: pero lloramos la injuria de la solemnidad misma,
la cual no podemos disimular, ni aun en ella , y mu-,
cho menos en ella... ¡Què dolor! Se ha hecho tiempo
de pecar, y tèrmino para volver à caer la resurrec-.
cion del Salvador. Desde ahora vuelven las glotone
rias y embriaguezes, los secretos ilícitos tratos è im-,
purezas, y se sueltan las riendas á las pasiones, co
mo si para esto hubiera resucitado Christo, y no mas Confesió,
bien para nuestra justificacion. ¿Asi honrais, misera por la Pas
bles , , à Christo , ā quien habeis recibido? Le apare-, Cuà,
jasteis hospedage quando: estaba para venir, confesan
do los pecados con gemidos; castigando el cuerpo,
dando limosnas: y he ahi que habièndole recibido,
le entregais à los enemigos, y le compeleis a que se
vaya, admitiendo las antiguas maldades.. Porque no
podràn morar juntamente la luz con las tinieblas,
Christo con la soberbia, con la avaricia, con la am-,
bicion, con el odio del projimo, con la lujuria , con
la fornicacion. ¿Qué menos se le debe quando està pre
sente, que quando està para venir? ¿Què menos reve
rencia exige el tiempo de la resurreccion, que el de
la pasion Pero vosotros, como se hace conocer, ni
una
I6 SeRMoN DE S. BERNARDo ABAD.
una ni otra respetais. Porque si hubierais padecido
con èl sinceramente, tambien reynariais con èl ; si
con èl hubierais muerto, con èl tambien hubierais
resucitado.
17 Mas ahora se vè , que de la sola costumbre
del tiempo, y de una cierta disimulacion procedió
I- Cor.
aquella humillacion que no es seguida del gozo espi
ll O,
ritual. Por esto, dice el Apóstol, muchos están en
fermos y debiles, y duermen muchos con el sueño de
la muerte. Por esto en muchas provincias mueren mu
Penitécia chos hombres, con especialidad estos dias. ¿Què di
falsa,y su remos pues? Fuisteis cogidos en lo estrecho, violado
pena. res de la ley , no los que la violāsteis, sino los que
persistis en violarla, añadiendo pecados á los pecados,
ó enteramente impenitentes, ô tibiamente penitentes,
sin huir los peligrosos incentivos del pecado , à lo
menos despues de tan miserable experiencia. Y si por
que os sentis en esta conciencia, huis de los Sacra
mentos de Christo, nada teneis comun con Christo; no ,
teneis vida en vosotros. Escuchad al mismo que dice=
Johan. 6. Si no comiereis la carne del hijo del hombre, y bebie
54. reis su sangre, no tendreis vida en vosotros. Si le re
cibis indignamente , comeis el juicio de vuestra con
Comunió denacion, no haciendo el discernimiento que debiais
por la Pas, del cuerpo del Señor. Volved pues, violadores de la
cua.
ley, á entrar en el corazon; buscadº con todo el co
razon al Señor, y aborreced lo malo; haciendo pe
nitencia , no solo con las palabras y la lengua, si no
No huir con espíritu y con verdad. Pero, porque se vé que no
las ocasio le pesa quanto era razon de haber caido, al que to
nes indi
davia se dispone à permanecer en lo resbaladizo; y
cio es de
haber si que no siente mucho haber errado, el que no º bus
do falsala ca guia; sea indicio de la compuncion verdadera el
penité cia huir toda oportunidad, y quitar la ocasion. De otra
suerte , debe temerse mucho, que este dia (pues èl tam
bien fuè puesto para ruina y resurreccion de muchos)
os repruebe y deseche de si, ó como estraños mani
fies
EN EL sANTo DIA DE LA PAscUA. t7
fiestamente à Christo, no comunicando con Christo, o
como compañeros de Judas, en quien despues del bo
cado entró satanàs.
18 Pero, ¿què nos metemos nosotros en juzgar a
los que estàn fuera de nuestra profesion, Hermanos
mios? Es la causa, que tambien nosotros lloramos ha
ber estado en el mismo lazo, y nos damos el para
bien de que , obrando la sola misericordia de Dios,
hemos sido sacados de aquel estado mismo, en que
nos dolemos con caridad fraternal, que estèn ellos mi
serablemente envueltos. Ojalá que nosotros à lo me
nos nos hallemos ya santificados, y enteramente age
nos de esta miserable y sacrilega costumbre, ni pe
rezca en nosotros ô se disminuya nada de los espiri
tuales exercicios con la venida de la resurreccion, si
no que mas antes procuremos pasar, y adelantarnos
en ellos. QUAL QUIER.A pues que despues de los la
mentos de la penitencia no vuelve á los consuelos Indicios
carnales, sino que pasa à la confianza de la miseri de la re
surrecció
cordia divina; entra como en una nueva devocion y espiritual
gozo en el Espíritu Santo; ni se compunge tanto à la
memoria de los pecados pasados , como se deleyta
en la memoria, è inflama en el deseo de los pre
mios eternos; este es ciertamente el que resucita con
Christo, el que celebra la Pascua, el que se apresura
para ir à Galilea. Vosotros pues, Carísimos, si re Colos. 3.
sucitàsteis con Christo, buscad las cosas que estàn ar a
SERMON SEGUNDO.
Predicado a los Abades sobre la leccion del Evan
gelio: Maria Magdalena, y Maria madre de San
tiago, y Salomé compraron aromas para ir d
ungir d3fesus.
I Emos oido al Apòstol que Christo habita
Eph.3.1 r por la fé en nuestros corazones. De don
de parece que sin viólencia se puede entender, que
tanto tiempo vive Christo en nosotros, como vive la
fè; y que luego que nuestra fè està muerta, en algun
modo està Christo muerto en nosotros. La vida de
la fè ciertamente la testifican las obras, segun esta
Johan. 5. escrito: Las obras que me bd dado á hacer mi Pa
36. dre, estas mismas ddn testimonio de mi. Ni parece,
Jac.2.2 o. discrepa de esta sentencia aquel que afirma , que la
fé sin obras està muerta en si misma: porque asi co
La fè sin
mo del movimiento del cuerpo conocemos su vida, asi
obras, y
sin cari tambien conocemos la vida de la fé por las buenas
dad està obras. Asi, la vida del cuerpo es el alma, por la
Dmuerta, qual se mueve y siente; y la vida de la fè es la ca
ridad, por la qual obra, segun lo que dice el Apòs
Gal. 5. 6. tol: La fe que obra por la caridad. Por lo que res
friändose la caridad , muere la fè, asi como muere
el cuerpo, apartandose el alma. Tu pues si vieres á
un hombre animoso en las buenas obras, y alegre en
el fervor de su conducta, no dudes que la fè vive en
el,
EN EL TrEMpo DE LA REsURREccroN. 19
èl, y que tienes argumentos indubitables de su vida. Señales
Pero hay algunos, que habiendo comenzado en espl de la vi
ritu, ay! acaban despues en la carne. Sabemos pues, da espiri
tual.
que ya entonces no permanece en ellos el espíritu de
vida; porque escrito está: No permanecerá mi espi
ritu eternamente con el bombre, porque es carne. Si Gen. 6.3.
no permanece el espiritu, no hay duda de que falta
la caridad, que fué difundida seguramente en nues Rom.5.5-
tros corazones por el Espíritu Santo, que nos fuè
dado.
2 A la verdad, la vida de la fè (como hemos di Gal. 5.6.
eho) la coloca en la caridad el que dijo, que la fè
obraba por el amor. Se infiere pues de aqui, que apar
tandose el espiritu muere la fè, porque el espíritu es
quien dà la vida. Finalmente, si el saber segun la Johan. 6.
6
carne es muerte, no hay duda en que aquellos, de R O II), 8.
quienes nos alegrabamos, que vivian, al tiempo que 13.
mortificaban las obras de la carne con el espiritu; si Muertos
estàn los
viven ahora segun la carne, deben ser llorados como
que viven
muertos. Por lo qual lees en el mismo Apòstol : Si segun la
viviereis segun la carne, morireis, pero si mortifica CaIIles º
reis las obras de la carne con el espiritu, vivireis.
Rom. 8.
A y de ti qualquiera que seas, si te haces como el
3
perro que vuelve al vomito, y como el animal in
mundo lavado en el revolcadero del cieno. No hablo
solamente con aquellos, que con el cuerpo volvieron
al Egipto, sino tambien con los que volvieron con el
corazon, siguiendo los deleytes del siglo; y por eso
no tienen la vida de la fè, que es la caridad: porque
si alguno ama al mundo, no esta en el la caridad del 1. Johans
Padre. ¿Quién puede estár mas muerto, que el que 8. I 3• -
**+ 3",
*sº *º
** .
*sº - -
... - 27
EN EL TIEMP O
S E. R MON TERCERO.
De la inmersion de Naaman por siete veces en el 5or
dan; y de la manera de lavar una lepra que es de sie
te especies , y de siete apariciones del Señor resuci
tado , en las que estan designados siete danes del
Espiritu Santo.
I SI como en la cura del cuerpo se aplican
A primero purgas, despues reparos, para
que el cuerpo se desocupe de los humores nocivos, y
pueda despues fomenta(Se con alimentos sanos; así el
mèdico de las almas Christo Señor nuestro, cuya vi
da toda que entre los hombres tuvo, es medicina de
salud, antes de su pasion nos dió siete remedios pur
gativos, y despues de su resurreccion otros tantos
4. Reg.5.
manjares saludables, y suaves al mismo tiempo. Nues. IO,
tro Eliseo le mandó al leproso Naaman meterse siete
veces en el Jordan; el qual se interpreta descenso. Por Christo
que en el descenso de nuestro Señor Jesu Christo, es nos d i ô
to es, en la humildad de la conducta de su vida que siete me
dicinas q«
tuvo antes de la pasion , somos limpiados, y puri
ficados: pero en su resurreccion y vida que mostrò nos puri
fican.
por quarenta dias, somos fortalecidos, y sustentados
con deliciosos alimentos. De siete maneras se ha Se expli
bia apoderado de nosotros la lepra de la soberbia, ca moral
en la adquisicion y apego de los bienes terrenos, en mente la
la pompa de los vestidos, en el deleyte de los cuerpos; lepra de
siete espe
en la boca tambien de dos modos, y en el corazon cies.
igualmente de otros dos. La primera es lepra de la
casa, pues por ella deseamos hacernos ricos en este
D 2 si
23 SERMoN III. De S. BERNARDo AB Ap.
1. La pro siglo. Pero de esta nos limpiamos , si nos metemos
piedad de en el Jordan, es decir, en el descenso de Christo; pues
los bienes
tCIrenOS, hallamos, que èl siendo rico, se hizo pobre por no
sotros. Descendió de las riquezas inefables del Cielo,
Pobreza y viniendo al mundo, ni aun estas riquezas, tales qua
de Chris les son, quiso tener, sino que vino en tanta pobreza,
O,
que naciendo, al punto fuè puesto en un pesebre, por.
que no habia lugar en la posada. En fin, ¿quién no
Luc, 1.58 sabe que el hijo del hombre no tenia sôbre que recli
nar su cabeza? El que se mete bien aqui, ¿quàndo
buscarà las riquezas de este mundo? Y ciertamente
grande abuso y grande sôbre manera que quiera ser
rico un vil gusanillo, por quien el Dios de la mages.
tad y Señor de los exèrcitos quiso hacerse pobre.
2. La
2 En la lepra del vestido entiende tu la vana pom
pompa de pa de este siglo. No menos te limpiarás de esta por
los vesti la inmersion en el Jordan, en donde hallarás al Ungi
dos. do del Señor envuelto en unos paños viles, hecho
3. Los oprobio de los hombres, y desecho de la plebe. Tam
de leytes bien de la lepra del cuerpo somos limpiados en el mis
del cuer
p0. mo Jordan, si pensando bien la pasion del Señor, nos
avergonzamos de seguir los deleytes del cuerpo. Pero
4. La en la boca (como digimos) hay dos gèneros de lepra.
InuI mura
cion.
Porque, quando nos sucede alguna adversidad , nos
quexamos, y fluyen de ella, como materias de la le
pra, las palabras de impaciencia. Mas de esta nos lim
. Isai,53.7. piarèmos, si atendemos à aquel Señor, que como una
1. Petr. 2 • oveja fuè llevado à la muerte, y no abrió su boca:
23. - que siendo maldecido, no maldecia, y padeciendo no
amenazaba. En las cosas prósperas tambien, contra
2.Cor. o aquel que dijo: No porque uno de testimonio de si
7. mismo , es por eso verdaderamente estimable, nos
5- La damos estimacion nosotros mismos , no en mucha pa
jactancia. ciencia, sino en arrogancia, y nos mancha otra le
Lue.4. 34
pra que es la palabra de jactancia. Para limpiarnos
pues de ella, metámonos en el Jordán, è imitemos al
Señor, que no buscaba su gloria. Por lo que tambien
à
EN EL TIRMro DE LA R1 sU Rº Evrto N. 29
à los demonios que daban voces dicien , que él mis to. 9.
mo era el Hijo de Dios, los mandaba cºumudecer, y 30.
EN
34
SERMION PRIMERO.
De la fe vičtoriosa , y de los tres testimonios en el
Cielo, y en la tierra.
dice, vive de la fe. Todas las veces pues, que resis Abaca.4
tes á la tentacion, todas las veces que vences al ma
ligno, no quieras atribuirlo a tus propias fuerzas, no
quieras gloriarte en ti, sino en Dios. Porque, ¿quàndo Rom, s.
aquel fuerte armado cederia à tu flaqueza? Escucha 17.
en fin, que nos enseña el que fuè constituido pastor
del rebaño del Señor: Vuestro enemigo el diablo, di 1. Petr.5,
ce, como un leon rugiente dd vueltas , buscando d
quien tragar: al qual resistid fuertes en la fe. Ves
como concuerdan entre si los testimonios de la ver
dad. Pablo dice, que con la fè vencieron los Santos
á los reynos: Pedro que se debe resistir en la fè al
principe del mundo: Juan tambien: La victoria con
que es vencido el mundo, estd en nuestra fe.
3 Siguese : Porque ¿quién es el que vence al mun
do, sino el que cree que #e sus es Hijo de Dios? Cier
to es seguramente, Hermanos mios, que todo aquel
que no cree en el Hijo ".
Dios, por esto mismo ya ,
2 lQ
36 SERMoN I. Dr. S. BERNARDo ABAD.
Hebr. 1 r. no solo es vencido, sino que tambien está juzgado
6.
Porquede
ya: porque sin la fè es imposible agradar à Dios. Sin
los creyé. embargo puede mover dificultad à alguno el ver à
tes hay tá tantos que creen que Jesu Christo es Hijo de Dios, y
pocos vé enmedio de eso estàn todavia envueltos en los deseos
sedores, del mundo. Como dice pues: ¿Quien es el que ven
ee al mundo, sino el que cree que 3e sus es Hijo de
Dios, siendo asi que ya el mismo mundo cree esto?
¿Por ventura los mismos demonios tambien no creen,
y se estremecen? Pero yo respondo: ¿piensas tu que
reputa à Jesus Hijo de Dios qualquiera que sea aquel
hombre, que ni se aterra con sus amenazas, ni se
deja atraer con sus promesas, ni obedece à sus man
datos, ni se somete á sus consejos? ¿Por ventura es
Jacob. s. te, aunque confiese que conoce à Dios, no le niega
ao, con los hechos? Verdaderamente la fè sin las obras
està muerta en si misma. No parezca pues maravi
lla, si de ningun modo vence, quando ni siquiera
vive. . -
EN
41
S E R MON SEGUNDO.
D. los tres restimonios.
I E la carta de San Juan se nos recitô hoy
la leccion en que aprendemos, que se dan 1. Johan
tres testimonios en el Cielo, y tres en la tierra. Y 5. 7.
ciertamente, segun mi modo de pensar, aquello es Testimo
señal de la estabilidad, y esto de la reparacion; aque nio de l
llo distingue á los Angeles, esto à los hombres; aque Cielo pa
ra discer
llo discierne los bienaventurados de los miserables, nir los An
esto à los justos de los implos. Porque à los Ange geles bue
les, que en aquella prevaricacion primera, ensober nos de los
becièndose Lucifer, se mantuvieron en la verdad, con téprobos.
razon dà testimonio la vista de la Trinidad: à los hom
bres, à quienes salva la misericordia divina, el es
piritu, el agua , y la sangre. ¿Què mucho de testi
monio el Padre à favor de aquellos, de quienes fuè.
honrado como Padre? Pero à ti , maligno, asi te ha
bla: ¿Si yo pues soy Padre, dónde esta mi honor? Mal. 1, 6.
Es preciso, que carezcas enteramente del testimonio
del Padre; cuya gloria intentas usurpar, no deseando
Isai. 14.
honrarle , sino igualarle. Me sentare, dice , en el mon I4
te del testamento, sere semejante al Altisimo. ¿Asi,
pues recien criado, te sentarás con el Padre de los
espiritus? Y ciertamente aun no te hà dicho èl : Sien Ps, lo9, 1e
tate á mi diestra. Si no lo sabes, ö atrevido, el
Unigènito es á quien se dice esto, al qual se diò por
la eterna generacion del Padre la igualdad del asien
to. Tu pensando que es usurpacion el ser igual à Soberbia
Dios, envidias al Hijo la gloria, gloria
R
comº ni
de Luci
fer.
42 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD.
Unigènito del Padre, para que tampoco ni de èl me
rezcas tener testimonio. ¿Pero podrà acaso el Espíri
tu del uno, y del otro aprobar, á quien el Padre, y
el Hijo detestan ? Abomina ciertamente al soberbio, è
inquieto, el que descansa sôbre el quieto y humilde:
el que ama la paz, y consagra la unidad, y zela por
la paz , y unidad contra ti,
2 ¿Què maravilla, Hermanos, que temamos, no
Singula. sea acaso que la fiera singular comienze á hacer es
ridad de tragos en esta pequeña viña del Señor? ¿Quäntos vās
los Ange tagos de la celestial viña pisò aquella primera singu
les repro laridad ? Pero acaso habias advertido la soberbia, y
bos.
no la singularidad. Digo pues: ¿En donde todo el uni
verso de los Angeles estaba en pie, acaso no incur
rió en el vicio de la singularidad, el que presumió
querer sentarse? Mas tal vez preguntais, ¿de donde
pude yo saber, que los Angeles estaban en pie? Dos
testigos idóneos tengo, de los quales cada uno atesta
lo que viô. Vi al Señor sentado, dice Isaias, mas los
Isai. 6. 1.
Seraphines estaban en pie. Y Daniel: Millares de
Dan.7. 1o millares, dice , le servian, y diez mil veces cien mil
asistian delante de el. ¿Quières tambien el tercero,
para que quede fixa toda palabra por la boca de tres
testigos? Traygo al Apòstol, que fuè arrebatado has
Hebr. 1, ta el tercer Cielo, y volviendo decía asi: ¿Acaso no
14. son todos espiritus destinados º al ministerio? ¿ Pues
dónde todos estàn en pie, dónde todos ministran, te
habràs de sentär tu , enemigo de la paz? Ciertamen
te contristas al Espíritu, que hace que habiten en una
casa los que tienen unas mismas costumbres: ofendes
à la caridad, porque partes la unidad , y rompes el
vínculo de la paz. Por tanto con razon dà testimonio
el Espíritu de la caridad, de la paz, y de la uni
dad de los Angeles, que no dejaron su puesto," y do
micilio, y es reprobada de èl tu envidia, tu singu
Jaridad , y tu inquietud. Y, esto se ha dicho acerca
del testimonio, que se dà en el Cielo. .
-
Hay
EN LA OcTAv A DE LA PAscUA. 3.
Testimo
3 Hay otro en la tierra, para discernir à los que nio en la
son desterrados en ella, de los que son de ella natu
rales , esto es, los ciudadanos del Cielo, de los ciu tierra pa
ra discer
dadanos de Babilónia. Porque, ¿quàndo dejarà Dios nir los jua
sin testimonio à sus escogidos? O ciertamente ¿què tos de los
consuelo podrian ellos tener fluctuando en congojosa impios.
zozobra entre el miedo, y la esperanza, si ningun
testimonio absolutamente merecieran tener de su elec
cion? El Señor conoce los que son suyos, y solo èl
sabe los que escogió desde el principio. Pero, ¿quièn
de los hombres sabe , si es digno de amor, ô de odio?.
Mas si, como es cierto, se nos niega enteramente la
certidumbre, ¿por ventura, no serán otro tanto mas
gustosos, si podemos hallar algunos indicios de esta
eleccion? Porque ¿què descanso puede tener nuestro deIndicios
predes
espíritu, quando todavia no llega á tener algun tes tinaciona
timonio de su predestinacion? Fiel palabra por tanto,
y digna de todo aprecio, en la qual se declaran los
testimonios de la salud. A la verdad, con esta pala
bra se inspira consuelo à los escogidos, y se des
arma de sus escusas à los rèprobos. Pues conocidas
las señales de vida, qualquiera que las desprecia, es
convencido manifiestamente, de que toma en vano su
alma, y se comprueba que en nada estima la tierra
deseable. a
EN
45
é» «» e» é» «» º «» «» º s-»s«» «» º «»«» «» é» º «»
EN LAS RO GACIONE S.
SERMON.
De los tres panes.
I • Uien de vosotros tiene un amigo, que si
Q viene d su casa d la media noche, y le
dice: Amigo prestame tres panes, &c.
Luc. 1.5
«ee e es es e º º es º e-e º e- es
EN LA FIESTA DE LA AsCENSION.
SERMoN SEGUNDO,
Como subió sðbre todos los Cielos el Señor, para cum
- plir todas las cosas.
- º * - " , , , , , -
Elogios
1UNSta solemnidad , Carisimos Hermanos, glo
de la As D', riosa es, y (para decirlo asi) gozosa; en
cension. la qual à Christo se exhibe una singular gloria, y à.
nosotros una especial alegria. Ella es la consumacion,
y el cumplimiento de las demàs solemnidades , y el
termino dichoso de todo el itinerario del Hijo de
Ephes, 4. Dios. Pues el mismo que descendió, es el que ascen
I O.
dió hoy sòbre todos los Cielos, para cumplir todas
las cosas. Habiendo dado prueba ya , de que él era el
Señor de todas las cosas que hay en la tierra , en la
mar, y en el infierno; no restaba mas , sino que com
probase ser tambien Señor del ayre, y de los Cielos
con iguales, ö ciertamente mejores argumentos. Re
conocióle la tierra por su Señor, porque à la voz de
su virtud , habiendo clamado con grande voz: Laza
ro ven d fuera, restituyó el difunto. Reconocióle el
mar, el qual se solidó bajo de sus plantas, de modo
que juzgaron los Apóstoles que era fantasma. Reco
&. InQ
- EN LA FIE sTA DE LA AscENSIoN. 51
nocióle el infierno , cuyas puertas de metal, y cer
rojos de hierro hizo pedazos, y en donde tambien
ato à aquel insaciable homicida que se llama diablo
y satanàs. A la verdad, el que resucitó muertos, lim
pió leprosos, diò a los ciegos vista, á los cojos fir
meza, y disipó todas enfermedades, Señor era de to
das las cosas, y con la misma mano con que todo lo
habia hecho, rehacia lo que habia flaqueado. Asi
tambien el que predijo que en la boca del pez se ha
llaria la moneda , es patente , que fué Señor del mar,
y de todas las cosas que se mueven en el mar. Quien
deshizo las aereas, potestades , y las clavó en su cruz,
es manifiesto que recibió potestad sôbre todas las in
fernales cavernas. Este es pues el que pasó hacien
do bien, y sanando todos los oprimidos del diablo;
que estuvo en los campos enseñando las turbas; de
lante del Presidente sufriendo bofetadas, permanecien
do todo el tiempo que fuè yisto en la tierra, y con
versó con los hombres, en muchos trabajos, y obran
do la salud en medio, de la tierra.
2 Para cerrar pues vuestra tànica inconsutil, Señor
Jesus, para perficionar la integridad de nuestra fé, res
ta, que mirandolo los Discipulos, subais por en medio
del ayre, como Señor del ayre, sobre todos los Cielos.
Entonces se verà, que sois Señor de todas las cosas, por
que todas en todo las habeis cumplido, y yā cierta
mente os serà debido, que en vuestro nombre se doble
toda rodilla, en el Cielo, en la tierra, y en el infier Philip. a.
I O.
no; y que toda lengua confiese, que estais.vos en la
gloria, y en la diestra de Dios Padre. En esta dies Collos, 3.
tra estàn los deleites para siempre; y por eso amones
ta el Apòstol, que busquemos las cosas que estàn ar
riba, donde, Christo está sentado à la diestra de Dios;
porque alli verdaderamente está Christo nuestro teso
ro; en quien estàn encerrados todos los tesoros de la Collos, 2 a
ciencia y sabiduría de Dios , y en quien habita cor 3.
poralmente toda la peni de la divinidad.
2 Pe
52 SERMoN II. Dr S. BERNAR Do ABAD,
3 Pero si lo pensais, Hermanos, ¿quànto dolor, y
Tristeza
de l o s
tenor ocuparia los apostólicos pechos, quando le vie.
Apòsto
ron desviarse de ellos, y levantarse sòbre los ayres,
les en la no ayudado de escalas, no elevado con cuerdas: y
Ascensió aunque asistido del obsequioso cortejo de los Angeles,
de Chris pero no sostenido por su apoyo , sino mostrando en
to e
sus pasos lo grande de su fortaleza? Cumpliôse lo que
Johan.7. les habia dicho: Adonde yo voy, vosotros no podeis
34 • venir. Porque à qualquiera parte de la tierra que hu
biera ido, le hubieran seguido inseparablemente; en
Math. 14.
29.
la mar (como hizo Pedro algun dia) se hubieran en
trado con él, aunque se hubiesen de sumergir: pero
Sap 9, 15. aqui no le podian seguir, porque el cuerpo que se cor
rompe abate al alma, y deprime la habitacion ter
rena al espiritu que piensa muchas cosas. Era pues
vehemente sobre manera el dolor, porque veian que
aquel Señor, por quien habian dejado todas las co
sas, se desviaba de sus sentidos, y aspecto, de modo
que no podian menos de llorar los hijos del Esposo,
quitandoles el Esposo; era tambien grande su temor,
porque quedaban huérfanos en medio de los Judios,
no habiendo sido todavia confirmados con la virtud
de lo alto. Bendicièndoles pues caminaba al Cielo, es
tremecièndose acaso aquellas entrañas de singular mi
sericordia al dejar á los suyos afligidos, y á su pobre
escuela: pero iba à prepararles lugar, y les convenia,
que retiràse de sus sentidos su corporal presencia. ¡Quän
feliz, quàn respetable procesion esta! à la qual ni
aun los mismos Apòstoles fueron dignos de ser admi
tidos, quando acompañado de la pompa triunfal de
las almas santas, y de las virtudes angèlicas llegó al
Padre, y està sentado à la diestra de Dios. Ahora
cumplió todas las cosas verdaderamente, porque na
ciò èntre los hombres, tratô éntre los hombres, por
los hombres, y para los hombres padeciò , muriò , re
sucitó , ascendió, y està sentado à la diestra de Dios.
Reconozco la túnica tegida desde arriba totalmente,
la
EN LA FIEsTA DE LA AscENsroN. 53
la qual cierra aquella mansion soberana; en donde per
ficionò , y cumplió todas: las cosas el Señor Jesu
Christo. a ni ii. . . . . .
4 Con todo eso, ¿qué tengo yo con estas solemni
dades? ¿Quièn me consolará, Señor Jesus, que no os
vi pendiente en la cruz , cärdeno en vuestras llagas,
pàlido en la muerte; que no me hallè alli para com
padecerme de vos estando crucificado, que no pude
obsequiaros estando muerto, regando á lo menos con ...,
mis lägrimas las sangrientas aberturas de vuestras lla
gas? ¿Cómo me dejästeis sin despediros de mi, quan
do hermoso en vuestra gala, Rey de la gloria, os re
tiràsteis à las alturas de los Cielos? Enteramente hu
biera rehusado consolarse mi alma, sino me hubieran
prevenido en voz de alegria los Angeles, diciendo:
Varones de Galilea, ¿que estáis mirando bdicia el
Cielo? Este fe sus , que separdndose de vosotros
fue elevado al Cielo, del mismo modo que le visteis
subir, asi hd de venir. Asi, dicen, ha de venir.
¿Pues què, vendrā, a buscarnos en aquella tan singu
lar como universal procesion , quando yendo delante
todos los Angeles, y siguiendose todos los hombres, Difetécia
descenderà a juzgar vivos y muertos? Sin duda ven entre el
drà; pero como subiò , no como bajó antes. Antes primero,
vino humilde à salvar las almas, pero vendrà subli ya dsegúdo
ven i
me à resucitar este cadaver, y conformarle con su miéto del
cuerpo glorioso; de modo que al parecer darà mas Señor.
honor al vaso mas fragil. Entonces se verà en potes
tad grande y, ma gestad, el que antes se había ocul
tado en la debilidad de la carne. Le mirarè yo tam
bien, pero no ahora ; le verè, pero no de tan cerca:
de modo que esta segunda glorificacion excederà ma
nifiestamente en el esplendor à la gloríficacion pri
mera por su excelente gloria.
5 Entre tanto fuè ofrecido Christo como manojo
de nuestras primicias, fuè elevado à la diestra del Pa
dre; y asiste por nosotros ante el rostro de Dios. Es
tà
S4 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD.
-Està sentado teniendo en la diestra la misericordia, y
el juicio en la siniestra: misericordia mucha sobre
manera, y juicio mucho sobre manera: teniendo en
la diestra agua; en la siniestra fuego inmoblemente.
Miserieor Y ciertamente hizo firme su misericordia sobre los que
dia y jus - le temen otro tanto como se encumbra el Cielo so
ticia de
Christo. -bre la tierra , para que experimenten mayores cúmu
los de las misericordias del Señor, que espacio se ha
Psal. 1 o 2. lla entre el Cielo, y la tierra. Porque el decreto de
8. - Dios sobre ellos permanece inmoble : y esta miseri
cordia desde lo eterno es, y para toda la eternidad
sôbre los que le temen; desde lo eterno por la pre
destinacion ; para toda la eternidad por la glorifica
cion. Igualmente acerca de los rèprobos terrible es
sôbre los hijos de los hombres; y de ambas partes
1 .. . .
està fija la sentencia de eternidad, asi en los que se
Lapredes salvan, como en los que perecen. ¿Quièn sabe si los
tinació es
incierta.
nombres de todos vosotros que veo aqui, estàn escri
tos en los Cielos, y anotados en el libro de la pre
destinacion Porque me parece que veo algunos in
dicios de vuestra vocacion y justificacion en vuestra
humilde vida. ¿De quânto gozo, pensais , que se lle
narian todos mis huesos, si llegàra yo á saber esto?
Eccli, 9. Mas no sabe el hombre, si es digno de amor, ó de
,º r
º r,
odio. , , , , , , , . . . . . . . y
6 Por tantó , Amantísimos, perseverad en el gè
- - nero de vida, que habeis etegido, para que por la
La humil humildad subais á la sublimidad; pues este es el ca
dad es el mino , y no hay otro fuera de él. El que de otra suer
c a m in o te camina, mas antes cae , que sube: porque sola es
para la la humildad la que ensalza, sola ella guia á la vida.
elevacion
No teniendo Christo por la naturaleza divina adonde
crecer o subir, porque mas allá de Dios nada hay;
halló como poder crecer descendiendo, viniendo à
Y lo es encarnar, a padecer, a morir, para que nosotros no
aun para muriesemos eternamente: por lo qual Dios le ensalzò,
Christo. porque resucito, ascendió, y está sentado a la dies
tra
EN LA FrE sTA DE LA AscENsIoN. 55
tra de Dios. Anda, y haz tu tambien asi. Porque ni
puedes ascender, sino descendieres, habièndose fijado
con eterna ley, que todo el que se ensalza, será bumi- Lue. 14.
llado , y que serdiensa lzado , el que se humilla. ¡O º:
perversidad! ¡O abuso de los hijos de Adan! que sien
do muy dificil el súbir, y muy fácil el bajar , suben
ligeramente, y bajan dificultosamente, prontos á los
honores, y á las alturas de los grados Eclesiàsticos,
formidables á los mismos hornbros de los Angeles.
Para seguiros a vos, Jesus Señor, apenas se hallan
quienes sufran ser traidos, quienes quieran ser guia
dos por el camino de vuestros mandamientos. Unos
pues son traidos, los quales pueden decir: Traedmeºººººº.
en ºpos de vos. Otros son guiados, los quales dicen:
Me introdujo en sus despensas el Rey. Otros son ar
rebatados como el Apòstol, que fuè arrebatado has
ta el tercer Cielo. Son los primeros ciertamente di- Unos s
chosos, los quales con su paciencia poseen sus almas; ¿
los segundos mas dichosos; porque de su voluntad le J es us,
confiesan à èl; pero dichosísimos los terceros , por- otros son
que sepultada casi la potestad de su arbitrio en la pro-, guiados,
fundisima rnisericordia de Dios , SOn: arrebatados en ¿?
el espíritu de ardor à las riquezas de la gloria, no bata OSa
sabiendo si en el cuerpo, ô fuera del cuerpo : y sa
biéndo, solamente que han sido arrebatados. Dichoso
el que en todas partes os tiene a:vos por guia, Señor
Jesus; no à aquel fingitivo vespíritn, queo quiso luego
subir, y fuè herido con toda la diestra de la divini
dad. Mas nosotros pueblo vuestro, y ovejas de vues
tro pasto , os seguirèmos por Vos à Vosimismo; por.
que Vos sois el camino, la verdad, y la vida: camia Johan. 4
no en el exemplo, verdad, en lo, prometido, vida en 6.
el premio. Teneis palabras de vida eterna; , y noso º
tros conocemos y creemos, que Vos sois Christo Hi- Johan, 6.
jo de Dios vivo, que sois sôbre todas cosas Dios ben- 67.
dito por clos siglos. Amen, gais in: f , , ar: ; 2,
otin, Eo y sºoo 4 o Eri - pa. donio y , e, p
eo --- -
...lo2 cºoo EN
e
s6 - º * --, º -
-
-º * - esssessessosossessssssºs
EN LA AsCENSION DEL SEÑOR. y A
SER MONTERCERO.
Del entendimiento, y del afetto.
-
#ssssississsssos sssss»,
EN LA FIESTA DE LA ASCENS1ON.
SERMON Q U A RT O.
De dos ma los ascensos del demonio , y del bombre
primero: y de seis buenos ascensos de Córisto, y
de nosotros.
º
EN LA FIEsrA DE LA AscrNsIoN. 71
siempre trata con su pensamiento, que no tienen pro
porcion los trabajos de este tiempo respecto de la glo
ria futura ? ¿Què puede desear en este siglo malo,
aquel, cuyos ojos estàn viendo siempre los bienes del
Señor en la tierra de los que viven, y mira siem
pre los eternos premios A vos dijo mi corazon , (ha. Ps, a 6.13.
bla el Propheta al Señor) d vos dijo mi corazon: mis -
2
y el mismo es hijo de David, y su Señor; cuyo go
Ps, ro. r. zo se cumple hoy sòbre lo que anticipadamente can
taba y decia: El Señor dijo d mi Señor: Sientate
d mi diestra. ¿Cómo no serà pimpollo del Señor el
- - Señor? El mismo que es hijo suyo, con todo eso co
mo fruto sublime de la tierra, es fruto de la vara, que
procedió de la rayz de Jesè. Hoy pues à este hijo
- Sll
EN LA AsceNsIoN DEL SEÑoR. 7
suyo, è hijo del hornbre glorifica el Padre en si mis
mo con aquella gloria que tenia en èl , antes que el
mundo fuese hecho. Hoy se gloria el Cielo de que
se le hà vuelto la Verdad, que nació de la tierra. Hoy
se quita el Esposo à los hijos, y serà forzoso que llos
Math. 9,
ren , como èl mismo les habia dicho antes. No po
1 5.
dian los hijos del Esposo llorar, mientras que esta
ba con ellos el Esposo: pero llegó el dia en que se
retira de ellos , para que en lo adelante lloren, y
ayunen. ¿Què es de aquello, Pedro, que decias: Bue Math. 17.
no es estarnos aqui : hagamos aqui tres tabernácu 4 •
los ? Hè ahi que entró ya en otro mas amplio, y
perfecto tabernàculo, no fabricado por la mano de
hombre, esto es, que no ha sido formado por el ór
den comun de las cosas.
2 ¿Cómo pues es bueno ya, estarnos aqui? Antes
bien molesto es, pesado es , peligroso es. En donde Peligros,
se halla muchísimo de malicia , poco de sabiduria, y miserias
si es que aun esto poco se halla: en donde todas las de este
mundo.
cosas son viscosas, todas resbaladizas, cubiertas de
tinieblas, rodeadas de los lazos de los pecados: en
donde peligran las almas, se afligen los espiritus ba
jo del sol , en donde solamente se halla vanidad, y Debemos
afliccion del espiritu. Levantemos pues, Hermanos levátar el
mios, levantemos al Cielo los corazones juntamente corazó a r
con las manos, y procuremos seguir con los pasos riba.
de la devocion y de la fè al Señor que asciende. Lle º
garà tiempo, quando ya sin tardanza, sin dificultad
serèmos arrebatados al encuentro de Christo en las
nubes, y podràn los cuerpos espírituales, lo que jus
tamente no pueden ahora los espiritus animales. Por
que ahora, ¿quântos con atos son precisos para levan
tar los corazones; los quales (como bastante misera
blemente leemos en el libro de la propia experiencia)
abate la corrupcion del cuerpo, y deprime la habi
tacion terrena?
3 Mas acaso se debe enseñar primero, que cosa
SC3.
78 SERMoN V. De S. BERNARDo ABAD.
sea levantar el corazon, o de què modo se debe le
vantar; pero esto mas bien lo hemos de aprender del
Colos. 3. Apòstol que de nosotros: Si resucitásteis , dice , con
1,
Christo, buscad las cosas que estdn arriba , en donde
estd Christo sentado á la diestra de Dios: gustad
de las cosas que están arriba , no de las que estan
söbre la tierra. Como si mas claramente dijera : Si
resucitàsteis con èl , ascended tambien con él: si vi
vis con èl, reynad tambien con èl. Sigamos, Her
manos, sigamos al Cordero à qualquiera parte que
vaya: sigàmosle padeciendo, sigämosle resucitando,
sigâmosle con mas gusto ascendiendo. Sea crucifica
do juntamente con èl nuestro viejo hombre, para que
sea destruido el cuerpo del pecado: para que ya ja
màs sirvamos al pecado, sino que cuidemos mas bien
de mortificar nuestros miembros, que estàn sôbre la
tierra. Y tambien, asi como el Señor resucitó de èn:
tre los muertos por la gloria del Padre, asi nosotros
caminemos en una nueva vida: pues murió y resu
citó , ā fin de que muertos para los pecados vivamos
para la justicia.
4 Mas porque una vida nueva pide un lugar mas
seguro, y la dignidad de la resurreccion pide un
grado mas alto: sigámosle tambien quando asciende,
buscando , es á saber, y gustando de las cosas que
--
estàn arriba, en donde èl està , y no de las que es
Gal 4. 6. tàn sòbre la tierra. Preguntas ¿qual es este lugar? Es
cucha al Apòstol: La ferusalen, dice, que esta ar
riba , es libre, la qual es nuestra Madre. ¿Quières
saber las cosas que hay alli Ella es vision de paz.
Psal. 147. - Alaba erusalen al Señor, alaba Sion d tu Dios,
I 2º
que estableció hasta en tus confines la paz. O paz que
superas todo sentido ! ¡O paz sóbre toda paz tambien
¡O medida sóbre medida, llena, remecida, y que re
bosas! Padece pues con Christo, alma christiana,
resucita con él, asciende con èl; lo qual es decir:
Ps, 33. 15.
Desviate del mal, y haz el bien , busca la paz, y
- 32
EN LA AscENs roN DEL SEÑo R. 79
guela constantemente. A este modo se hace mencion
en los hechos de los Apóstoles, de que San Pablo Act. 13.
exhortaba á los discipulos sobre la continencia , y
justicia, y sobre la esperanza de la vida eterna. Asi Luc. 12.
tambien la Verdad misma avisa en el Evangelio, que 35 s
nos ciñamos, que encendamos antorchas, y en lo ade
lante estemos aparejados , y dispuestos al modo de
los hombres que aguardan à su Señor.
Dos as
5 Pero (si lo habeis advertido) una duplicada as CenSOS S.C.
cension se nos encarga por el Apòstol, quando nos recomien
amonesta buscar, y gustar no de las cosas ínfimas, dan porel
sino de las celestiales. La qual distincion no parece Apóstol.
se le pasó enteramente al Propheta, quando dijo: Bus
ca la paz, y siguela constantemente: de suerte que Ps-33.15
lo mismo es buscar la paz para seguirla, y seguir
la constantemente despues de hallada , que buscar las
cosas que se deben saber, y gustar de ellas despues
de haberlas buscado; las quales estàn arriba y no só
bre la tierra. A la verdad, mientras que estàn divi La paz
llena del
didos nuestros corazones, y se hallan por ahora con
corazon y
diversos senos, ni estàn iguales y ajustados consigo union se
mismos; es preciso levantarlos de algun modo, aun I e Ser V a.
que sea por partes y á trozos, para que asi se unan para la
en aquella soberana Jerusalen, cuyas partes están uni otra vida.
das entre si perfectamente: en donde no solo cada uno,
sino todos comiencen à permanecer en la unidad, no
precisamente sin dividirse en si mismos , sino ni èn
tre si mismos. Ved ahi pues (por distinguir los prin Los mié
cipales miembros del corazon) que hay en nosotros bros del
entendimiento, y hay tambien afecto: pero aun estos corazó q.
son el en
tambien se oponen muchas veces à si mismos, de tendimié.
modo que se vè que el uno se endereza á lo surno, to, y el
y el otro se dirige à lo ínfimo. Que grande sea ès afecto,es
te dolor, quan grave tormento del alma; quando asi tàn divi
es traida violentamente á opuestas partes, asi se ras didosaqui
muchas
ga , asi se rompe en si misma, puede congeturarlo VeCeSa.
à lo menos por el dolor de una cortadura en el cuer
p0,
8o SERMoN V. DE S. BERNARDo ABAD.
po, cuya experiencia es tan facil, el que no despre
ciare con una perniciosa y peligrosa insensibilidad
advertirlo en su espíritu. Si estirasen con violencia las
piernas de un hombre , y puesto en medio un made
ro algo largo separasen de entre si los pies: aunque
todavia no llegàra á romperse la cutis, ¿què tormen
to no seria este? -
SERMo N PRIMERO.
Como el Espiritu Santo obra en nosotros tres -
cosas. , -
ir
-I Elebramos, Amantisimos, hoy la solemni
dad del Espiritu Santo, digna de celebrar Excelen
se con todo gozo, y digna de toda devocion. Es una cia de es
cosa dulcisima en Dios el Espíritu Santo, es la be ta fiesta.
riignidad de Dios, y èl mismo es Dios. Por tanto si
celebramos las solemnidades de los Santos, ¿quánto
mas debemos celebrar la de aquel por quien tuvieron
el ser Santos todos los que han sido Santos? Si vene
ramos a los santificados, ¿quánto mas convendrà ve
nerar al Santificador?. Hoy pues es la festividad del
Espiritu Santo, porque siendo invisible apareciò visi
blemente; asi como el Hijo, siendo en si mismo igual
mente invisible, se dignó exhibirse à si mismo ví
sible en la carne. Hoy el Espiritu Santo nos revela
algo de si mismo, asi como antes sabiamos algo del
Padre y del Hijo ; porque el conocimiento perfecto de
a Trinidad es la vida eterna. Mas ahora solo cono * y .
itu St¿ y del Hijo se ocultó èntre las tinieblas; pero la pro
cesion à los hombres hoy comenzò á declararse, y
es manifiesta ya á los fieles.
2 Y primero à la verdad (porque asi convenia)
•º - el , Espiritu Santo invisible con signos visibles decla
raba su venida: ahora sus signos quanto mas espiri
tuales son, tanto mas congruentes, y tanto mas dig
nos parecen del Espíritu Santo. Vino entonces sobre
los Discipulos en lenguas de fuego, para que en las
lenguas de todas las gentes hablasen palabras de fue
go, y predicasen lenguas de fuego una ley que era
de fuego. Ninguno se queje, de que no se haga en
nosotros esta manifestacion del Espíritu Santo en ma
1. Cor. 12 nera alguna : Pues que d cada uno se le dd la ma
7. nifestacion del Espiritu para utilidad. Finalmente,
si es forzoso decirlo, para nosotros se hizo esta ma
Pººººº nifestacion mas bien que para los Apòstoles. Porque
¿ ¿á que eran necesarias en ellos las lenguas de las gen
¿has a —tes, sino para la conversion de las gentes? Hubo en
los Disci ellos tambien otra manifestacion que les pertenecia
pulos mas: y esta igualmente hasta el dia de hoy se ha
es ce, en nosotros. Porque fuè manifiesto que habian
sido vestidos de virtud de lo alto , los que de tanta
- - C0
EN LA FresTA DE PENTEcostes. 9r
cobardia de espiritu vinieron a tener tanta constan
cia. Ya no piensan en huir; ya no piensan en escon onMutaci
de los
derse por miedo de los Judios: mayor es ahora la Apósto
constancia con que predican, que era antes la timi les despu
dez con que se escondian. En fin manifiestamente de es de la
clara la mutacion que hizo la diestra del Excelso el venida de
miedo del Príncipe de los Apòstoles à las palabras el Espiri
tu Sto.
de una criada antes, y despues su fortaleza èntre los
azotes de los Principes. Iban, dice la Escritura, go Aas º s
zosos del concilio, porque fueron tenidos por dignos
de padecer la afrenta por el nombre de }esus : al
qual ciertamente antes, quando era llevado al conci
lio, habian dejado solo, y se habian huido. ¿Quièn
dudarā, que ha venido el Espiritu vehemente , para
ilustrar sus almas con una potencia invisible? A este
modo tambien ahora, lo que el Espiritu Santo obra en
nosotros, dà testimonio de èl.
3 Así, porque todos los preceptos que hemos re 1. Petr. 3.
cibido, se dirigen à que desviandonos de lo malo II º
hagamos lo bueno; mira como el Espiritu ayuda nues
tra flaqueza en lo uno y lo otro; porque aunque hay .
diversidad de gracias, pero el Espíritu es uno mis Ps.33.24.
mo. Por tanto para que nos desviemos de lo malo,
obra en nosotros tres cosas; la compuncion , la ora Tres co
cion , la remision. El principio pues de volver à Dios sas obra
es la penitencia , la qual sin duda obra el Espíritu, eltu Espiri
Sto. en
no el nuestro, sino el de Dios: y esto lo enseña una Il OSOtrOS
razon constante, y lo confirma tambien la autoridad. para que
Porque ¿quièn llegando al fuego lleno de frio, y sien nos apar
do calentado, dudara que vino del fuego el calor, que temos de
no podia tener sin el?. Así, el que antes estaba frio lo male,
en su iniquidad, sí despues se enciende en el fervor
de la penitencia, no dude que ha venido otro espl 1. La pe
ritu que reprende y juzga al suyo. Tienes esto tam nitencia,
ô compú
bien en el Evangelio, quando hablando el Señor del cion,
Espíritu que habian de recibir los que creian en el:
El, dice, arguird al mundo del pecado. Johan. 18
y M2 - ¿Pe 8,
92 SERMoN I. DE S. BERNARDo ABAD.
* 1a ora 4 ¿Pero què sirve hacer penitencia de la culpa,
eion para sino se suplica por el perdon? Es preciso tambien
alcázar el
perdonde que esto lo haga el Espíritu llenando el alma de una
las cul cierta dulzura. de la esperanza, con la qual supliques
pas. confiadamente, no titubeando nada. ¿Quières que te
muestre, que esto tambien es obra del Espíritu Santo?
Ciertamente quando falta èl, no hallaràs en tu espí
ritu cosa semejante. Finalmente, èl es en quien cla
Rom. 8. màmos: Padre Padre: èl es el que pide por los Sun
.16. tos con indecibles gemidos. Y esto à la verdad es
tando en nuestro corazon. Pero ¿què en el corazon del .
3. La re
mision de Padre? Como en nosotros pide por nosotros, asi en
los peca el corazon del Padre condona los delitos con el Pa
dos, dre mismo, siendo nuestro Abogado delante del Pa
dre en nuestros corazones, y nuestro Señor en el co
razon del Padre. Asi pues lo que pedimos, lo dà el
mismo que nos hà dado que pidamos; y asi como nos
alienta con una piadosa confianza, asi inclina á Dios
hàcia nosotros con su piadosa misericordia. Para que
enteramente se pas que el Espiritu Santo obra la re
mision de los pecados, escucha lo que alguna vez oye-.
Johan.2o ron los Apòstoles: Recibid el Espiritu Santo: d quie
a8,
nes perdondreis los pecados, les son perdonados. Asi
--
acerca de desviarte de lo malo.
Tambien , , 5 Mas para hacer lo bueno, ¿què obra, en noso
obra entros el Espíritu bueno? Verdaderamente amonesta,
no sotros mueve, y enseña. Amonesta la memoria, enseña à
t res COSaS
para que
la razon, mueve la voluntad. En estas tres cosas con
hagamos siste toda el alma. Sugiere à la memoria lo bueno en
lo bueno... pensamientos santos, y asi aparta de nosotros la
pereza y la torpeza, Por tanto todas las veces que
a . Excita sintieres en tu corazon esta sugestion de lo bueno, dà
la memo honor à Dios, y haz reverencia al Espíritu Santo, cu
sia.
ya voz suena en tus oidos. Porque el es el que ha
bla la justicia. Y en el Evangelio tienes: Que el os
Johan. 4 bard acordar de todas las cosas, que yo os be dicho.
a 6.
Y advierte lo que habia dicho antes, El as enseña-,
•º - v- º * rd
EN LA FIESTA DE PENTEcosTEs. 93
rd todas las cosas. Pues habia yo dicho, que ense
ña à la razon. Muchos son amonestados para que obren 2. Enseña
bien: pero de ningun modo saben lo que han de ha à la razó.
cer, sino son nuevamente asistidos de la gracia del
Espiritu Santo; y si esta misma no les enseña à po
ner por obra lo mismo que habia inspirado , para que
no sea iufructuosa la gracia de Dios. ¿Mas què? El Jac.4. 17.
que sabe, lo bueno y no lo hace, es culpable, y pe 3. Mueve
ca. Por tanto es forzoso el ser no solamente amones la volun
tado y enseñado, sino tambien ser movido y aficio tad.
nado à lo bueno por aquel Espíritu, que ayuda nues
tra flaqueza, y por quien se difunde en nuestros co
razones la caridad, la qual es la voluntad buena.
6 Así pues, quando viniendo de esta suerte el Es Afectos
piritu posee toda el alma, sugeriendo, instruyendo, del Espi
ritu Sto.
aficionando , hablando siempre en nuestros corazo Cn 1OSO
nes, para que oigamos lo que en nosotros hàble el tIOS.
Señor Dios, iluminando la razon , inflamando la vo
luntad; ¿no te pareee que han llenado toda la casa
las lenguas que se partian, como de fuego? Porque
en estas tres potencias dijimos arriba que consistia el
ser del alma. Sean pues partidas las lenguas por cau
sa de los pensamientos diversos; pero esta diversi
dad de ellos sea como fuego, siendo en todos una mis a -
.3 , º
ma la luz de la verdad, y el fervor de la caridad.
O ciertamente , , el llenarse la casa, reserv ese mas 3
bien para el fin, quando daràn en nuestros senos una
medida buena, llena, remecida, y que rebòse. ¿Pero
quàndo serà esto? A la verdad quando se hayan cum
plido los dias de Pentecostes. Felices vosotros que ya
habeis entrado en la Quinquagesima del repóso, y o
en el año del Jubileo. Häblo à nuestros Hermanos,
à quienes ya dijo el Espiritu, que descansen de sus
trabajos: pues que tambien hallamos esto entre sus
obras. Dos tiempos celebramos, Hermanos ; uno el
de Quaresma; otro, el de Quinquagesima: aquel an
tes de la, Pasion; este despues de la Resurre
a que
94 SERMoN I. Ds S. BsRNARDo ABAD.
aquel en compuncion del corazon, y en los lamen
tos de penitencia, este en devocion del Espíritu, y
en la Aleluya solemne. El primer tiempo ciertamen
te es la vida presente; el posterior significa el des
canso de los Santos, el qual es despues de la muer
te. Quando llegàre el fin de esta Quinquagésima, se
rà la plenitud del Espíritu, y llenarà toda la casa.
Estará llena toda la tierra de su Magestad, quando
no solamente el alma, sino el mismo cuerpo resuci
tarà espiritual; pero con tal que mientras dura es
te tiempo, sea sembrado como animal, segun el aviso
del Apòstol.
SERMONSEGUNDO.
De las obras de la Trinidad sðbre nosotros , y de
la gracia triplicada del Espiritu Santo.
I OY, Amantisimos, destilaron los Cielos à
Ps.67.1o. la presencia del Dios de Sina, à la pre
sencia del Dios de Israel, y se repartió una lluvia
voluntaria a la heredad de Christo. Porque el Espi
TItUl Santo , que procede del Padre, por una benefi
ca dignacion de su Magestad vino sobre los Após
toles, y les franqueó los dones preciosos de sus gra
cias. Despues de la magnificencia de la Resurrec
cion del Señor, despues de la gloria de su Ascen- º
sion, despues de la sublimidad con que esta sentado
a la diestra de Dios, ya no restaba , sino que vinie
se la esperada alegria de los justos, y los hombres º
celestiales fuesen llenados de celestiales dones. Pero o
mira, si con el mismo peso de sentencias, y el ór-º-
den
EN LA FresTA DE PENTE cost es.
den mismo de palabras no predijo todo esto mucho
antes Isaias. Estard , dice, en aquel dia el pimpollo
del Señor en magnificencia y gloria, y serd el fru
to de la tierra sublimado, y serd la alegria para
los que fueron salvados de Israel. Pimpollo del Se
ñor es Jesu Christo, solo èl concebido de sangre
purísima: porque aunque en la semejanza de la car
ne de pecado, pero no en la carne de pecado: y
aunque hijo de la carne de Adan, pero no hijo de
-la prevaricacion de Adan : pues que no fuè por na
- turaleza hijo de ira , como todos los demàs, los qua
les en iniquidades fueron concebidos. Este Pimpollo
pues , que brotó de la vara de Jesè con virginal
verdor , estuvo en magnificencia, habiendo resucitado
de èntre los muertos: porque entonces, Señor Dios, Psal. 1 o 3.
fuisteis magnificado en gran manera, vistiendo la con Iº
º º *** sº, º , , , , , , ,, , , ,
*** - º ** º * , , , , ,
* . *** , ºsº, . . . . . . . .
, º aº , , - - -
- •
º - - s. o
TO2.
EN LA FIESTA DE PENTEcosTEs.
SERMONTERCERO.
º, º
.
De las varias operaciones del Espiritu Santo en
10.5Otro 3's
SERMo N.
, Aunque este Sermon se halla éntre los de Nicolas
, Claravalense, pero no en pocos códices, ni de in
, ferior nota, se halla como propio de San Bernar
,, do: igualmente se atribuye al Santo en las flores
,, tomadas de èl por Willelmo Monge Tornacense,
, obra que tiene de antiguedad mas de quatro
- -. , , cientos años.
- DESPUES DE PENTECOSTES.
SERMoN PRIMERo.
sobre la leccion del Evangelio, quando la turba
que se detuvo con el Señor por tres dias, fue ali
* - amentada con siete panes.
t, E compadezco de la turba , pues bá tres dias
Marc,8.2
- que se detienen conmigo, y no tienen que comer.
Porque El Evangelio, Hermanos, se escribió para ser leido;
fin debe ni se lee por otro motivo que para recibir de èl una
leerse el
consolacion racional, ö una desolacion. Tienen los
Evange mundanos una vana consolacion en la abundancia de
lio.
las cosas terrenas; y no menos tienen una desolacion
vana en la penuria de ellas. Mas el Evangelio espejo
de la verdad à ninguno adula, à ninguno engaña.
- - Qual
EN EL DoMINGo VI. Despues DE PENTEcos res. 15
Qual es uno , tal se hallarà en èl: para que ni alli se
asuste donde no hay porque temer, ni se alegre ha
biendo obrado mal. ¿Pero què dice la Escritura ? Si Jac. 1.23.
alguno se hace oyente de la palabra, y no la pone
por obra, este serd comparado d un hombre que con
sidera su semblante natural en un espejo. 2" que des
pues de haberse mirado d si mismo, se vd, y al pun
to se olvida qual era. No hagamos asi, Hermanos
mios, nosotros, os ruego, no hagamos asi: antes bien
consideremonos à nosotros mismos en la misma lec
cion del Evangelio, para que aprovechemos para
ella, y corrijamos segun ella, si hallamos en noso
tros alguna cosa digma de correccion. Por esto desea
el Propheta que sus caminos se dirijan à guardar los
mandamientos de Dios, diciendo: Entonces no sere Psal. 1 184
confundido , quando pusiere mi atencion en todos vues
tros mandatos. Y yo ciertamente no me confundo,
sino que me glorio por vosotros, Hermanos mios, por
que habiendo seguido en el desierto al Salvador, sa
listeis seguros à verle fuera de los poblados: pero
recelo que acaso alguno en esta expectacion de tres
dias se halle pusilànime, y se vuelva al Egipto de
este siglo malo ô con el corazon, ö tambien con el
cuerpo. Con razon pues clama la Escritura divina, y
Ps, a 6.2e
dice: Aguarda al Señor, obra varonilmente, y con
fortese tu corazon, y persevera firme en la expec
tacion del Señor. ¿Mas quánto tiempo será preciso
perseverar en esta expectacion? Enteramente hasta
que se apiàde de ti. ¿Preguntas quàndo? Me compa
dezco, dice, de la turba , porque bd tres dias que se
detiene conmigo,
-; 2. Es forzoso que hagas un viage de tres dias al Triduo
desierto , si quieres ofrecer á Dios un grato sacrifi mistico é
cio, y que perseveres con el Salvador tres dias, si que debe
mos per
deseas ser saciado de los panes del milagro. El pri se ver a :
mer dia es el temor; un dia, digo, que declara, è có el Sal
ilumina tus tinieblas interiores ; y que demuestra los vador.
- . - P 2 hor
m 16 SERMoN I. De S. Be RNARDo ABAD.
horrendos suplicios del infierno à tus ojos, en el qual
estàn las tinieblas exteriores. Porque esta considera
cion, como sabeis, suele ocuparnos en los principios
de nuestra conversion. El segundo es el dia de la pie
dad, en el qual respiramos en la luz de las misericor
dias de Dios. El tercero es el dia de la razon, en
que se manifiesta la verdad, para que como por una
deuda de la misma naturaleza sin contradicion algu
na estè sugeta la criatura al Criador, el siervo al Re
dentor. De ahi ya nos mandan sentar, para que se
ordène la caridad en nosotros; de ahi ya abre Dios
su mano, y llena todo animal de bendicion. Pero por
que se dice á los Apóstoles: Haced que los bombres
se sienten; de quienes (aunque para confusion nues
tra) nos teneis por vicarios ; tales quales seamos , os
avisamos que os senteis, Hermanos carisimos, para
que alimentados con el pan de bendicion podais pro
seguir sin desfallecer en el camino, no sea acaso que
compelidos tambien vosotros de una miserable nece
sidad bajeis al Egipto, y comiencen à burlarse de
vosotros, los que no habian seguido en vuestra com
pañia al Salvador en el desierto. Miserables á la ver
dad tambien aquellos mismos que no acompañaron à
los que salian, pero sin duda mas miserables que to
dos los hombres, aquellos que habiendo ido con to
dos los demàs, no fueron alimentados con todos los
demás. -
nes con que debeis alimentaros, son estos. El primer Luc 4.4.
pan es la palabra de Dios, en el qual està la vida
del hombre como el mismo testifica. El segundo pan
es la obediencia: porque mi comida, dice, es hacer Johan. 4.
la voluntad del que me envió. El tercero la medita 34.
cion santa, de la qual està escrito: El pensamiento Siete
nes mis
pa
santo te conservard : y en otro lugar igualmente se ticos.
nombra pan de vida, y de entendimiento. E quarto Prov. 12.
las lágrimas de los que oran. El quinto es el traba
jo de la penitencia. Ni te admires de que haya lla Eccl. 15.
mado pan al trabajo, ö à las lägrimas, sino que aca 8.
so hayas olvidado, lo que leiste en el Propheta : Nos
ali
I I8 SERMoN I. DE S. BERNARDo ABAD, 4,
SERMON SEGUNDO,
De las siete misericordias.
-
* - " -- * - -º -
*º ** *º *º
-
*ºs *sºs
-
-
*º
- 22
coooooooooooººoooooooooooº
EN EL MISMO DOMINGO.
SE R MO NTERCERO.
De los fragmentos de las siete misericordias.
1 - Q Abeis lo que hice propeniendoos hoy las
¿ siete misericordias? Os distribui cierta
mente siete panes. Si las lägrimas mias se han he
cho para mi panes el dia, y la noche , ¿quànto mas
las misericordias divinas?. Mucho mas dulcemente sa
ben èstas, mucho mejor alimentan , y mucho mas
confirman el corazon del hombre. Sin embargo mu
chos fragmentos, sino me engaño, cayeron hoy de
estos panes. Yo mismo tambien sentia, mientras los
partia , escaparse de las manos muchas miajas, y
resbalarse por èntre los dedos con la prisa: vosotros
vereis si habeis cogido algunas. Yo (si todavia no
estais fastidiados) las que habia cogido para mi, os
las comunicarè sin envidia, por no incurrir acaso, la
maldicion del que esconde los granos en los pueblos.
El primer pan, si bien me acuerdo, fuè la conserva
Prov. 1. cion de la gracia, la qual me guardó - sin duda de
a6, muchos pecados, quando estaba en el siglo. Tres
fragmentos hé hallado de este pan, que tienen ente
ramente un gran deleyte para el sabor, y un alimen
to de vida. De tres modos me acuerdo que fui guar
dado del pecado: con la substraccion de la ocasion,
De tres con la virtud de resistir que me fuè dada, y con la
modos su sanidad de los afectos. En muchos pecados hubiera
cede el caido, si se hubiera presentado ocasion; pero por la
preservar misericordia de Dios no se me ofreció tal opurtuni
se de pe dad. En muchos por muy poco caeria tambien, im
C2,
pe
EN EL DoMINGo VI. Despues DE PENTecos res. 113
pelido gravemente de la violencia de la tentacion; pe. V. Sermº.
13.de Di
ro diôme virtud el Señor Rey de las virtudes, asi pa VeIS. n.4e
ra tener bajo de mi à mi apetito, como para no con
sentir en modo alguno à la concupiscencía que sen
tia. Pero respecto de algunas culpas tan lexos me pu
so vuestra piedad, Señor, que enteramente las abo
minaba, y ninguna tentacion de ellas me molestaba.
2 El segundo pan fué su expectacion y toleran Porque
cia , con la qual retardaba la vindicta, porque medi reta rd a
taba la indulgencia. De este pan igualmente tomad Dios la
tres fragmentos, meditando la longanimidad que mos v en gáza
trô, la eleccion de su predestinacion que quiso se del peca
do.
cumpliese, y la caridad excesiva con que me amò.
Por esto pues me aguardó, y no se cansó de aguar
darme el Señor, y no atendió à mi, sino que apartò
sus ojos de mis pecados, como no queriendo adver
tir quanto delinquia yo. Por esto, repito, disimulaba
para recomendar su paciencia , para cumplir su elec
cion, para confirmar su caridad. -
Q2 gan
124 SeRMoN III. De S. BeRNARno ABAD.
gandose, ni me confunde echàndome en cara mis
culpas, ni imputandomelas me ama , menos. Hay al
gunos que de tal modo condonan la injuria que no se
vengan de ella, pero con freqüencia la echan en ca
ra. Hay tambien otros que aunque callan, queda al
tamente fijada la ofensa en su interior, y conservan
el rencor en el ânimo: de los quales ninguno perdona
plenamente. Lejos de todos estos està la benignisi
ma naturaleza de la Divinidad. Liberalmente obra,
perdona plenariamente, de suerte que para confianza
de los pecadores, pero penitentes, en donde abundó
el delito, suele tambien sòbreabundar la gràcia. Tes
tigo es Pablo Doctor de las gentes, el qual trabajó
mas que todos con la gracia. Testigo es Matheo, des
de el Telonio escogido para Apòstol, à quien se con
cedió tambien ser el primer escritor del nuevo tes
tamento. Testigo es Pedro, á quien despues de ha
ber negado á Christo tres veces, se le encomendó el
cuidado pastoral de toda la Iglesia. Testigo en fin,
aquella famosisima pecadora , ā quien en el mismo
principio de su conversion , se concedió tanta gran
deza de amor, y se dió despues tanta gracia de fa
miliaridad. ¿Quièn acusó à Maria, y fuè menester
que ella respondiese por si? Si el Phariseo murmura,
si Martha se quexa, si los Apòstoles se escandalizan,
calla Maria : Christo la escusa, y aun la alaba quan
do, ella calla. Finalmente, ¿quànta prerrogativa fuè,
quânta excelencia suya el verle (a) la primera resu
citado de èntre los muertos, y merecer tambien to
carle la primera?
5 Mas pasemos ya à otras cosas. Bueno era cierta
mente para nosotros estarnos aqui, en donde se dà tan
ta confianza à los pecadores: pero es forzoso no pa
Saº
-
-
(a) .Aqui el Santo hace una a la Magdalena con Maria la her
mana de Lazaro ; así como en el Serm. 3. de la Asuncion. Pero en
º "el Serm, 12, sobre los Cântares esta dudoso sóbre esto.
-
* =
EN EL DoMINGo VI. DespUEs DE PENTEcosTEs. 125
sar lo demàs en silencio. En la continencia misma,
que es el quinto pan, encuentro no menos tres cosas,
sóbre las que puedo exclamar con razon: Hizo con - Luc. 1,49
migo cosas grandes el que es poderoso. Acaso repu
tais por poca cosa vuestra continencia; pero yo no.
Porque sè quantos impugnadores tiene, y quanta vir
tud es preciso que tenga para resistir à estos tales.
El primer enemigo de nuestra continencia es la carne, El primer
en emigo
que pelea contra el Espíritu. Què domestico enemi dela con
go, què peligrosa lucha, que intestina guerra! Este tinécia es
cruelísimo enemigo no le podemos, alma mia , huir, Il lle Sta
**: rº,
*sº *3 º
**:
*º
1 28
«e e se es º sºoººººººº º
EN EL DOMINGO PRIMERO
DE NOVIEMBRE.
e . . . . ... ",
, , ,
SERMoN SEGUNDo. ,, o - ,
Sobre las palabras del Propheta Isaias. -
l.
, . . , -
- ". - . . . . . .. - SER.
136
SER MONTERCERO.
Söbre las palabras del Propheta Isaias.
go
r38 SERMoN III. De S. BeRNARno ABAD.
gloria del que sale de su Talamo, sino que le prepara
el camino, y publica su gracia para merecer recibir èl
tambien de su plenitud. Luce, pues Juan , tanto mas
claramente quanto mas arde; ; tanto mas verdadera
mente quanto menos apetece lucir. Lucero fiel , que
no vino à usurpar, sino a prenunciar el esplendor del
Sol de justicia. No soy yo Christo, dice, viene el mas
fuerte que yo despues de mi, de quien no soy yo dig
no de desatar, la correa del calzado: y tambien : o
os bautizo con agua , el os, bautizará con el Espiritu
Santo, y con el fuego. Como si manifiestamente dijera
el Lucero: ¿què os admirais viendo el esplendor mio?
yo no soy el Sol : muy diverso le vereis á el; en cuya
comparacion soy yo tinieblas y no luz. Yo como es
trella que previene el dia, derràmo en vosotros el ro
cio de la mañana: èl extenderà en su fervor sus ra
yos, deshara las escarchas, secarà las lagunas, ca
ientara a los que tienen frio, sera como vestido para
los pobres. Ni disuena ciertamente la voz del Precur
sor de la palabra del Juez, sino que manifiestamente
Luc. I2a
el fuego, que habia predicho Juan, le exhibio Chris
to, diciendo: Fuego vine d echar en la tierra.
3 Diràs acaso que en el fuego igualmente se halla
el ardor que el esplendor: no porfio; aunque dardor en
el parece en algun modo ser mas substancial. Mas
oigamos à èl mismo què sea lo que mas recomienda
ps, a».6, en el fuego Pine d echar fuego, dice, en la tierra:
¿y que quiero sino que arda? Has conocido ciertamen
te que es lo que quiere. Pero ni tampoco ignoras aque
llo ; La vida esta en su voluntad, y que el siervo que
sabe y no hace la voluntad de su Señor, será cas
tigado con muchos golpes. ¿Què te apresuras á lucir?
No ha llegado todavia el tiempo en que los Justos
luciràn como el Sol en el Reyno de su Padre. Entre
tanto es dañoso este apetito de lucir: tener fervor es
mucho mejor. Finalmente, si con tanta vehemencia
deseas resplandecer, procura ser lo que quier es pare
-
- * c * - CCT:
*-
SoBRE LAs PALABRAs DEL PRophETA Is AiAs. 139
cer: busca primero el fervor , y sin duda te añadiran el
lucir. De otra suerte en vano trabajas, porque es vano
el esplendor, sin el fervor. Prestada , ö mas bien, fin
gida es la luz, que no procede del fuego. Y lo que
es ageno, poco tiempo lo podràs usar. Serà mayor
confusion, haber querido que pareciese tuyo, lo que
no era tuyo. La luna (segun dicen) tiene el esplendor
sín ardor, y aun áquiel prestado del sól; y por eso tan
freqüentemente, mas bien , siempre se muda, y nun
ca permanece en un mismo estado. Asi verdaderamen
te el necio se muda como la luna, y el sabio perma Eccl. 27.
l2, e
nece como el sol. Aquel necio , digo , que perdió la
sabiduria en su hermosura, esto es, que se resfrió en
el esplendor. -
...;... , r:
4 º Cayó pues Lucifer como relàmpago del Cielo;
pero los Serafines estaban sobre el. Estàn ciertamen
te los Serafines; porque la caridad nunca cae. Estàn 1. Cor. 13
atónitos y suspensos en la contemplacion del que esta
sentado en el trono; estàn, en una eterna inmutabili La estaciº
dad , y en una eternidad inmutable. Tu quisiste impío, on de los
sentarte; por eso fueron movidos tus pies, y fueron Serafines
denota in
derramados tus pasos. El Hijo es quien està sentado mutabili
en el trono, el Señor de los exèrcitos, juzgando con dad.
tranquilidad todas las cosas. Sola la Trinidad se sien Sola la
ta, porque sola èlla tiene la º inmortalidad; sola ella Trinidad
es en quien no hay mutacion, ni sombra de vicisi està sen
tada.
tud. Estàn ciertamente los. Serafines inmutables en Su * Otros
modo, pero no en comparacion de ella. Estàn exten inmutabis
diéndose y atendiendo a aquel en quien anhelan mi lidad.
rar. El que presumió sentarse, quiso estár contento
consigo mismo; de donde es, que aun hoy de sola la
malicia tiene ansia; porque sola èsta tiene de si mis
mo, Quando habla mentira, de si propio la habla;
porque el es mentiroso, y padre de la mentira. Lo Johan.8.
que oyes de la palabra de mentira, entièndelo tam 44•
bien de qualquiera obra de malicia. Y aunque mala
mente se complace asi
--
gºen lo, malo, con todo
2. CSQ)
14o SERMoN III. De S. BERNARDo ABAD.
eso nunca ni en si mismo podrà hallar lo que bäste
àsi mismo. Sola por tanto està sentada la Trinidad su
ma, la qual sola tiene en si el sèr : en si es, y por
eso sola ella verdaderamente es; sola ella goza de si,
sola de ninguno tiene necesidad, sola se basta àsi
misma.
SERMON QUARTo,
De las palabras del Propheta Isaias.
Isaí. 6.2. T Abiendo dicho el Propheta que los Sera
- fines estaban, añade y dice: Seis alas te
nia el uno , y seis alar el otro. ¿Què quieren decir es
tas alas, Hermanos? ¿Pues què, tambien quando ya
haya pasado el invierno, y estarà el Rey sentado só
bre el solio, tendràn que volar todavia los Serafines,
para que puedan ocurrir à diversas necesidades de di
versos hombres, libertarles de inminentes peligros,
dar auxilio à los que trabajen, y consolar á los que
estèn en tribulacion? No, no habrà en aquel reyno
de la bienaventuranza eterna necesidad alguna, lejos
estarà de èl el trabajo, el peligro, y la tribulacion,
a" que sea necesario acudir. ¿A qué pues entonces las
alas? Agradame aquella estacion; enteramente de es
te modo quiero yo permanecer, ni admito de ningun
modo alguna otra cosa, por la que pudiera yo per
der aquella estabilidad. Sin embargo yo sè, bienaven
turado Isaias, que eres Propheta tu, y que tienes el
Espíritu de aquel Señor que en la abundancia de su
piedad excede no solo los rnèritos, sino los deseos de
los hombres. Quède para mi siempre salva aquella
estabilidad amada: y si estas alas añaden algo a la
bienaventuranza, no lo rehuso. Creo pues, que así co
Ilo
SoBRE LAs PALABRAs DEL PRoPRETA IsAIAs. 141
mo se promete la inmutabilidad en la estacion, así en
el vuelo una prontitud con alegria, para que no se
piense aqui una estabilidad como insensible y lapídea.
Pero diràs : ya que sea necesario que tenga alas, ¿por
Que sig
què tantas? ¿Què quiere decir esta multitud de alas? nifica la
Escucha lo que se sigue: Con dos alas cubrian la ca multitud
beza, con dos los pies, y con dos volaban. En las qua de alas.
les palabras me parece á mi que lo que se habia di
cho de su estacion, se explica mas claramente con
el vuelo. Porque ¿adônde vuelan los Serafines sino há
cia aquel Señor en cuyo amor estàn ardiendo? Repa
ra en una llama; como que vuela, y al mismo tiempo
està quieta; ni te admiraras ya que los Serafines estan
do vuelen, y esten volando.
2 Pero porque dijimos adonde vuelan; parece que
tambien pide vuestra religiosa curiosidad la explica
cion de estas alas con que vuelan. Mas cierto y mas Dos alas
son el co
creible testimonio pudiera dar de esto aquel à quien se nocimien
concedió tambien el verlo. Con todo eso, yo opíno,
to, y la
que se pueden entender sin inconveniente en estas devociosa
alas el conocimiento y la devocion, con las quales son
arrebatados los Serafines à aquel Señor que sôbre ellos
reside. Eleva pues el ala del conocimiento, pero ella
sola no basta. Mas presto cae el que intenta volar con
una ala sola; y quanto mas se levanta, con mas da
ño se estrella. Experimentaron esto los Philosophos de
las gentes, que babiendo conocido d Dias, no le glori Rom. Is
-,
s tº.
Es una
-
-
- . . . . .. (. "..." * - - Y, ,, , ,, \ño y
De las palabras del Propheta Isaias, o , op segunda
º * - . . .. . . . - -
. ... - explicaci,
on.- .
- I OS proponen las sagradas letras à Christo
LY , Señor nuestro ya de el Padre, ya en el Pa º. chisto
de el Pa
dre, ya con el Padre, ya de el Padre, ya por el ¿
s -º - - TG, -
dre.
a
144. SERMoNV. DE S. BERNARDo ABAD.
dre, y tambien bajo de el Padre. En decirse, de el Pa
dre, se significa su inefable nacimiento: en decirse en
el Padre, la consubstancial unidad : con el Padre la
En el Pa.
igualdad de magestad. A la verdad estas tres cosas
dre y con son desde la eternidad. Pero si de el Padre naciendo;
el Padre,
¿què en el Padre, ó con el Padre? No impropiamente
acaso se dirà que en el Padre reposando, con el Pa
dre sentado. Y escuchad la razon de este asiento con
èl, y de este repôso. Asi como el estàr sentado ex
plica la magestad, asi el estàr sentado con el expli
ca la igualdad de la magestad: especialmente te
niendo el asiento á la diestra de el Padre , no cier
tamente bajo de los pies, ô como à la espalda. Y el
estàr sentado sin duda es ya descansar , pero mas es
el estàr echado. ¿Pero què parecerà mas deleytable, y
de algun modo mas dulce para el Hijo, el estár con
el Padre, ô presidir con el Padre à todas las cosas?
¿En quäl de estas cosas juzgas que està aquella paz de
Dios suma, que supera todo sentido, y en qual se
asignarà mas competentemente el singular descanso
del Señor? Aunque esto no se puede explicar bastante
dignamente con la boca, con todo eso acaso se con
cibe piadosamente con el corazon; de suerte, que que
dando salva siempre en todo aquella indivisible sim
plicidad de la esencia, parece se puede pensar èntre
la igualdad de gloria , y unidad de substancia como
una distincion semejante à aquella, que hay èntre el
estár sentado con otro, y èntre el estär recostado.
2 Finalmente poco la parece a la Esposa verle sen
Cant. 1.a. tado; reposando, pide que se le muestren. Enseñad
me vos, que sois d quien ama mi alma , en donde re
posais en el medio dia. Pero y tambien à toda alma
que tiene el gusto sano, la sabe mas dulcemente por
1. Cor. 6. todos modos, lo que el Apòstol dice: El que se junta
17.
Math. 19.
º Dios, un espiritu es con el ; que lo que à los Ápós
28,
toles se dice: Quando se sentare el Rey en la silla de
º magestad, os sentaréis tambien vosotros juzgando.
No
SoBRE LAs PALABRAs DEL PRoPHETA Is AIAs. 145
No es menos gustoso ciertamente que el asiento el re
poso. 1 o estoy en el Padre, dice el Hijo; y el Padre
en mi. No pudo explicarse mas expresamente la uni
dad de substancia. Pues estando ambos el uno en el
otro , nada se puede idear aqui como exterior , nada
como interior, sino que es necesario creer en ambos
una simplicísima unidad de substancia. Sin embargo
algo semejante es à esto aquello que se dice: El que 1. Johan
permanece en la caridad, permanece en Dios , y Dios 4. 16.
en el: sino que aqui se designa una cierta espiritual
union; segun lo que mencionamos arriba: El que se
junta a Dios; no ciertamente una cosa , esto es una
substancia, sino un espiritu es con el : pero alli mas
antes se designa una natural y substancial unidad. Por
lo qual tienes tambien en el Evangelio : 7'o y el Padre Johan.
30.
1e
somos una misma cosa. Aquello consiguientemente se
gun la dicha similitud es como el retrete del Unigè
nito, y como un sumo descanso del Señor. A nosotros
tambien por esta union de voluntades y adhesion del
espiritu, que hace la caridad, segun nuestro limitado
modo, nos introduce, hecho èl tambien primogènito,
en este a posento y descanso suyo.
3 Ya el decirse de el Padre, le indica caminan Christo
do, y pertenece à aquel adviento de su encarnacion, viene del
que concedièndolo su misericordia , hemos de celebrar Padre.
luego. De aqui, sin duda, dice èl mismo: "o de Dios Johan. 8.
procedi, y vine. Finalmente visto en la tierra , y tra 43s
tanto con los hombres, estuvo en medio de nosotros
aquel ā quien ignorábamos, el verdadero Manuel,
Dios con nosotros , estàndo con nosotros , pero por el
Padre. El haber estado con nosotros designa su am
paro, el haber estado por el Padre denota su zelo. Sin
duda, en todas cosas buscaba la gloria del Padre, cu
ya voluntad tambien habia venido à executar. Pero Christo
si le consideras pendiente, si atiendes à Christo y à està por
el Padre.
èste crucificado, alli especial y evidentisimamente le
hallarás debajo del Padre. Esto pues propia y espe
- T cíal
146 SERMoN V. DE S. BERNARDo ABAD.
Christo cialmente perteneció à la humildad de la humana na
debajo de turaleza, segun la qual èl mismo dice: El Padre es ma
el Padre.
Johan. 14
yor que yo. ¿Nos atreveremos à decir que estuvo tam
a 8. bien alguna vez sin Padre?. Ninguno lo presumiria,
Christo si èl mismo primero no hubiera dicho : Dios mio,
sin el Pa Dios mio, ¿cómo me desamparaste? Hubo un cierto
dre.
desamparo, donde en tanta necesidad ninguna mues
Math.27. tra hubo de su poder, ninguna ostension de su ma
46.
gestad.
4 Tenemos pues à Christo naciendo del Padre, re
posando en el Padre, sentado con el Padre, viniendo
de el Padre , estàndo por el Padre, pendiente bajo
del Padre, y en algun modo muriendo sin Padre. ¿De
Isai 53.2. quäl modo de estos creeremos que le viô Isaias, quan
do decia: Vi al Señor sentado sobre un solio excelsa
y elevado? Porque muy desemejante por todos modos
fuè esta vision de aquella, de la que el Propheta mis
mo en otra parte: Le vimos, dice, y no tenia belleza
ni esplendor: le reputamos como un leproso, y como un
bombre herido por Dios y humillado. Uno mismo en
ambas partes vió al mismo: pero no le viò del mis
mo modo, y por eso de algun modo no al mismo.
Alli le vió cárdeno con los golpes, harto de opro
brios, afligido con suplicios, escarnecido con injurias.
Vióle en fin despreciable; viòle pendiente, viòle mu
riendo por nosotros, y dice: Fue penetrado de herida r
por nuestros delitos , con cuya sangre fuimos sana
dos. Alli , repito, apareció como el último de los
hombres, y un objeto de desprecio: aqui toda la tier
rra estaba llena de su magestad. Allivaron de dolo
res, y que sabia lo que es sufrir y padecer : aqui
Señor, que estaba sentado. Y aquella vision se de
nota ser comun por el verbo del numero plural: èsta
es tan singular, como sublime. Alli pues como uno de
la multitud : Vimos, dice: mas aqui como solo y so
litario, elevàndose sôbre si mismo: Vi, dice, al Se
ñor sentado, &c. A la verdad competente mente se
lla
SoBRE LAs PALa BRA s DEL PRopHETA Is ArAs. 147
llama Señor el que se vè estar sentado. Porque el es
tàr sentado es propio de quien preside, el estàr sentado
es propio de quien domina y reyna. Principalmente el
estàr sentado sôbre solio denota dominacion: el estàr
sentado precisamente, alguna vez denota tambien hu
millacion. Pero como hemos dicho, el que en el Pa
dre reposa deliciàndose, con el Padre esta sentado
mandando; alli esposo amable, aqui Señor admirable;
en fin Dios glorioso en sus Santos, admirable en su
magestad.
5 IVi, dice, al Señor sentado sobre un solio ex
celso y elevado, y toda la tierra estaba llena de su
magestad: y las cosas que estaban bajo de el llenaban
el templo. ¿Què pues estaba bajo de el? ¿Acaso el so
lio mismo? Aunque muy excelso y elevado, con todo
eso estaba debajo de èl. Porque si èl estaba sentado
sobre el solio, ciertamente el solio estaba bajo de èl
mismo. ¿Y cómo llenaba él el templo ? Y tambien
quando ya toda la tierra estaba llena de su magestad, Los An
¿cómo el templo todavia se llena, ö de què? Apren geles son
solio de
de de estas cosas que oyes, à no imaginar el solio Dios,
una mâquina corpórea, sino à entender en èl la cria
tura Angelica. Porque si el alma del justo es la silla
de la sabiduria, ¿quánto mas digna silla seràn los An
geles Santos? Este llanamente es el solio de su glo
ria, excelso por la naturaleza, pero mucho mas ele
vado por la gracia. Los hizo excelsos la naturaleza de
su condicion, pero mucho mas elevados la gracia de
la confirmacion, de la qual se dice: Con la palabra
del Señor se hicieron firmes los Cielos. Asi estos exer
Ps, 3 r.6s
citos de Angeles en quienes se sienta Dios, y que es
tán bajo de el, llenan el templo, aunque ya toda la
tierra esté llena de su magestad. Porque en todas par
tes reyna, en todas partes impera, en todas partes es
ta su magestad; pero su gracia acaso no así. No es
ta, repito, en todas partes del mismo modo que es
ta su potestad, su voluntad buena, agradable, y ¿.
- T2 CQ
148 SERMoN V. DR S. BERNARDo ABAD.
Math. 6. fecta. De otra suerte, ¿cómo es, que decimos: Haiga
0.
se tu voluntad asi en la tierra como en el Cielo? Há
cese pues su voluntad de todas las cosas, häcese por
todos, pero no en todas las cosas. En los espíritus es
cogidos se hace su voluntad, quando en ellos se ha
ce una voluntad con èl. Esta es ciertamente una union
espiritual que hace un espíritu, así como se lee que
la multitud de los creyentes tenian un corazon, y un
alma. 7” las casas que estaban bajo de el llenaban el
Act. 4.37.
templo. Le llenaban de toda bendicion espiritual, le lle
naban de la divina consolacion, le llenaban de las di
ferencias que hay de gràcias, le llenaban en fin del
fruto de santificacion: pues d vuestra casa, Señor, la
es decente la santidad. Le llenaban de diversos dones
de gracias, del Espíritu de sabiduria, y de entendi
miento, de consejo , de fortaleza, de ciencia y de pie.
dad; y le llenaban del Espiritu del temor del Señor.
La estaci 6 Los Serafines estaban sôbre el. Este nombre es
on de Di del órden sumo y supremo de los Angeles, por lo que
os, la de con razon se describen estando sôbre los demàs: y
los Ange ellos mismos por mas que excedan á los otros en ex
les, y la
de los hó. celencia, no menos estàn en pie en la presencia del
bres son Señor, que preside, exhibiendo ciertamente un minis
diferétes. terio devoto, y un obsequio lleno de respeto. De di
ferente modo pues conviene entender la estacion del
Señor, de diferente modo la del Angel, y de diferen
te modo la del hombre. Està Christo zelando por el
Padre, buscando la gloria del Padre : y como Unigé
nito fiel , y aun tambien Primogènito, ayudando por
zelo del Padre à los adoptivos. Asi le viò estàr en
pie Estevan, quien le tuvo como protector; asi el
Aét.7.55. Propheta le rogaba que se levantàse para ayudarle:
Ps. 42.26. Levantaos, dice, Señor, ayudadme. A la verdad la
estacion de los Angeles es ministerio, diciendo el Pro
Dan.7, 1o pheta : Millares de millares le servian, y diez veces
cien mil millares asistian delante de el. El estàr del
hombre es persistir en el vigor del ânimo, y en la
ob
SoBRE Las PALABRAs DEL PRoPHETA Is AIAs. 149
observacion del propósito. Asi Moyses estuvo en la
calamidad delante de Dios para apartar su ira: asi
estuvo tambien Phinees, y le aplacò. Los Serafines Psal. los
3O.
estaban sôbre el. ¿Cómo es que dice el Propheta ha
ber visto que estaban no uno, no muchos , sino dos?
Pues es constante que dos se le aparecieron por lo que
Eccli. 4.
seguidamente dice: Seis alas tenia el uno y seis alas I O.
el otro. Y con razon estaban dos: Porque ay del so
lo, que, si cae, no tiene quien le levante. A y de ti
espiritu de sobèrbia, amante de la soledad, y de la
solitaria presuncion: , no estuviste fixo en la verdad:
fuiste expelido; no pudo estàr fixo el pie de la sobèr
bia. Queriendo sentarte solo , como relàmpago caiste
del Cielo, para no tener jamàs quien te levante.
7 Seis alas tenia el uno, y seis alas el otro. ¿A A que fin
què esta multitud de alas? Con dos , dice, cubrian esta mul
su cabeza; con dos sus pies; y con dos volaban. Gran titud de
alas.
de misterio y profundo sacramento ciertamente! Es
tas palabras piden en vosotros oidos atentos; pero mu
cho mas exigen en mi una lengua discreta, y espe
cialmente un ánimo espiritual. Digo pues en el modo
posible lo que siento, mas no lo digo afirmándo, si
no congeturando en alguna manera y opinando. ¿Què
estorva el pensar que arrojado Lucifer, fueron pues
tos por vigilantes guardias los Serafines, asi como ha
biendo echado al hombre , segun consta de la escri Gen. 3.24
tura, puso Dios por guardia un Querubin? Ni impro
piamente acaso se entrega al Querubin una espada de
llama, para que la incision y la ustion juntamente, que
son tan terribles para la carne, prohiban á la corpo
ral mano el llegar al àrbol de la vida. Pero los Sera
fines solamente reciben las alas para estorvar con su A Luci
velo al ojo espiritual. Finalmente: Con dos , dice , cu fer des
brian su cabeza, y con dos sus pies, para que aquel pues dela
iniquo no pueda mirar ni las cosas altas de Dios ni caida sele
ocultó la
las profundas. Llegarà tiempo quando se descubrirà
gloria de
la gloria de Dios: pero esto no serà hasta que ya se Dos.
ha
I 5o SERM oN V. DE S. BERNARDo ABAD.
Isai. 26.
I O.
haya executado antes lo que està escrito: Sea echa -
do fuera el impio para que no vea la gloria de Dios.
Entretanto ciertamente se cubre la cabeza, se cubren
los pies, de suerte que se deja en medio algo que vea
el impio, pero para envidiar no mas. Y se cubren con
alas, las quales de tal modo le estorven à èl, que à
ellos les sostengan y eleven.
Dos alas 8 Con todo eso hemos de buscar primero y saber
de la na con que alas se dice que vuelan: porque con dos, di
turaleza y ce, volaban. Ni impropiamente acaso llamamos estas
de la gra dos alas la naturaleza y la gracia: especialmente quan
cia.
do antes tambien declaramos nosotros por estas mis
mas la altura del solio y su elevacion. Con un enten
dimiento pues vivaz por naturaleza, y con un afecto
no menos fervoroso por la gracia extendidos conti
nuamente y atentos hàcia aquel Señor que està sobre
ellos, se describen como que estàn en pie (segun diji
Intentan
mos) por el ministerio, pero volando tambien por su
do Luci devocion. Porque aunque cubran la cabeza del Señor
fer volar y cubran tambien los pies : pero esto no lo cubren
có un ala para si, antes bien vuelan diligentemente, y revole
sola cayó tean entre estas cosas, investigando lo alto de su po
tencia, y lo profundo de su sabiduria. Ni ciertamen
te son escudriñadores de la magestad; para que sean
oprimidos de la gloria; porque no menos aman, que
entienden: como à quienes rige , y en quienes obra
aquel espiritu que escudriña tambien las cosas altas
de Dios. Aquel sobèrbio Lucifer, obstentando la luz,
y no teniendo fuego, fixado solamente en un ala, pu
do asi caer no volar. Mostró mucha ansia por ser
lucido, no por ser fervoroso, no por ser entendido,
lo que significa Serafin. No estuvo pues, porque des
preció el estàr; pero mi pudo volar como presumió.
Elevóle la vivacidad de su naturaleza, pero para da
ño suyo, pues la falta de la gracia luego le derribò.
Ni es desemejante la caida de aquellos que habiendo
conocido a Dios, no le glorificaron, ni dieron gra
C13S:
SoBRE LAs PALABRAs DEL PRoa ErA ls AIAs. 15 t
cia : por cuya causa fueron entregados al sentido de
prabado, y se obscureció su insensato corazon. Fi
nalmente aun al mismo principe de ellos se le ha in
terpuesto un velo, que ya por ninguna vivacidad de
su naturaleza puede penetrar para poder ver la cabe
za ô los pies de aquel que está sentado en el solio.
Pues los Seraphines que estàn en pie, y asisten en su
presencia , con dos alas cubren su cabeza, con dos
sus pies.
No es corporal la divina Substancia, ni està dis
tribuida al modo de los hombres en miembros corpo Nada cor
reos. Dios es Espíritu; y las cosas que se dicen de el, poral se
se han de investigar espiritualmente. Ultimamente, hade ima
¿quièn nos revelará esta cabeza y estos pies, que ginar en
Dios.
con las dos alas cubren los Serafines, sino el mismo
Espíritu que sabe todas las cosas que hay en èl, y
escudriña tambien las cosas altas de Dios? Yo pien
so pues , que estas mismas son las que se designan
en este lugar con el nombre de cabeza. A sí segun La cabe
este sentido su cabeza es su magestad, su potestad, za de Di
su sempiterna virtud y divinidad, segun aquello del os es la
Propheta : Es vuestra justicia como los montes de divinidad
Dios: y lo que se sigue: Vuestros juicios son mucho Ps- 35.7.
abismo sin inconveniente parece poderse explicar con
el nombre de pies. Porque son como unos pies suyos Sus pies
sus impenetrables caminos, sus inescrutables juicios, sus juici
el profundo de su sabiduria, y su disposicion irrepren OSº.
ger
I 52 SERMoN V. DE S. Br RN ARDo As AD.
ger menstruosa. Porque como puede ser pura la jus
Diferécía
entre la
ticia , quando todavia no puede fatar la culpa? Asi
Justicia y
por ahora puede parecer recta la justicia de los hom
santidad bres, con tal que no consientan al pecado para que no
de Dios, reyne en su cuerpo mortal. La del primer hombre en
y la delos el principio ciertamente no solo fuè recta sino pura
hombres, tambien, mientras que se le concedió que ni aun sin
y de los
Angeles. tiese el pecado. Pero ni aun esta misma , porque no
fuè firme , y perdió facilmente la pureza, retuvo su
misma rectitud. A la verdad en los Angeles es la jus
ticia recta, pura y firme: sublime sin duda, pero in
ferior todavia à la divina. Pues no es innata en ellos,
sino dada por Dios: de modo que la naturaleza mis
ma, quanto es por si , no solo se halla capaz de jus
Job. 4. 18 ticia, sino tambien de injusticia. ¿Por ventura no es
esta una cierta malicia que se lee haber encontrado
Ps. 142 z. en sus Angeles aquella verdadera justicia? No serd
justificado en vuestra presencia todo viviente, dice
quien no ignoraba la justicia de Dios. Ni dice: Todo
hombre; sino todo viviente: acaso para que sepas que
no exceptuaba à los mismos Espiritus Angélicos. Vi
ven pues tambien ellos , tanto mas verdaderamente
quanto mas cerca estàn de aquel Señor en quien està
la fuente de la vida. No menos tambien son justos,
pero por èl, no delante de èl: por don suyo, no en
su comparacion. Porque èl mismo es para sí justicia,
cuya voluntad no tanto es recta, como la misma rec.
titud: y una y otra no es otra cosa que su misma subs
tancia. Aquella justicia pues, con toda verdad es co
mo un monte, que es recta, que es pura, que es fir
me, y que (por decirlo asi) tambien es substancia.
¿Quánta altura se muestra en esta Cabeza! ¡Quänta
gloria, y quânta sublimidad está depositada en este
umbroso y denso monte!
o ¿Mas con que alas juzgamos que cubren los Se
rafines esta cabeza, para que con ninguna sublimidad
de naturaleza, con ninguna perspicacia de la razon
pue
SoBRE LAs PALAR RAs DEL PRoPRETA IsArAs. 153
pueda el ojo malvado romper hasta la claridad de es
Las alas
ta verdadera luz? Con las dos alas, sino me engaño,
cóque los
de la misma gloria de ellos y felicidad. Pues se de Serafines
leytan inefablemente en la admiracion de la contem cubren la
placion de él; ni se glorian menos en su veneracion. cabeza de
Aquel iniquo teniendo ciertamente admiracion, pero Dios son
la admi
no veneracion, porque no se quiso sugetar por la ve
racion y
neracion , no se pudo fixar por la admiracion. Final veneraci
mente convirtió la misma admiracion en emulacion; Ols
ni se dignó venerar, sino que intentó imitar. ¿Quän
to mejor los Serafines, felices en su misma, admira
cion , se hacen con la misma veneracion tambien ellos
venerables, teniendo la verdadera gloria en aquel
mismo, à quien servir es rey nar, y para quien todo el A Luei
que se humilla es ensalzado? Y escucha ahora en què fer le fal
modo eon estas dos alas parece que elibren los Sera tó la una.
fines esta cabeza, que hemos dicho, del Señor, para
que aquel maligno no la mire. Todas las veces que
levanta hàcia arriba la vista el maligno, al punto tro
pieza en la angèlica felicidad y gloria y cubre sus
ojos un humor pesimo, la envidia propia; de modo
que no puede penetrar mas adelante. Asi, como con
dos velos es estorvado este envidioso para registrar
las cosas mas sublimes; consumièndose dentro de si
mismo rebatida y reberberada su vista ya de la fe.-
licidad, ya de la gloria, ya de una y otra junta
mente de aquellos, que se duele èl de tener superio El torme
to del en
res. Porque, ¿què escozor tan grave hay para los ojos vidioso es
como la envidia Ni con otra cosa se atormenta mas
la gloria
el ojo, envidioso que con la gloria agena, y felicidad. agenas
Pues la miseria (como suele decirse), carece de en
vidia. ) --
1 Pero tambien los pies del Señor, en los qua Las alas
les dijimos se designaban el abismo insondable de sus con que
cubré los
juicios, y los impenetrables caminos de sus disposi pies son
ciones, cubren igualmente con dos alas los Serafines. la prudé
Yo lo entiendo esto, de prudencia, y fidelidad. cia, y la
Por fidelidad.
154 SERMoN V; pr S. Be RNARno ABAD.
Porque siendo ministros fieles, y prudentes juntamen
te, de tal manera executan los negocios divinos, y
proveen à la salud de los Escogidos, que aquel ma
ligno no lo puede percibir en modo alguno. Por este
encubrimiento de los pies juzgo que sucedió, que sin
El diablo saber lo que hacia, hizo crucificar al Señor de la glo
es obliga ria : por este mismo todos los dias sucede , que sir.
¿ ve ignorante y contra su voluntad á los negocios de
¿ so- muestra salud, llorando despues ya tarde, que quan
juntad, y do quiso dañar, se halló, que habia aprovechado.
sin adver Asi sin duda, los Espíritus deputados al ministerio
tiro a la burlan su astucia, porque son fieles para no querer.
¿? descubrir los arcanos de la divina providencia y dis
bes” posicion para con nosotros, y son prudentes para sa
ber encubrirlos. -
coooooooooooooooooooooooº
EN LA coNVERSION DE SAN PABLO. a 5. de
Enerº,
SERMON PRIMERO.
Como dehemos convertirnos d exemplo suyo.
ar NON razon, Amantisimos, se celebra hoy
con festivos gozos por la universidad de S. Pablo
cóvertido
las gentes la conversion del Doctor de las gentes: pues
a un hoy
sabemos que de tan dichosa rayz ha salido tan abun no cesade
dante copia de ramos. Pablo convertido fuè hecho convertir º
para todo el mundo el instrumento de su conversion. las nacio
V2. Ni lle 5s
156 SER MoN I. DE S. Be RN ARDo ABAD.
Ni solo en otro tiempo viviendo todavia en la carne,
pero no conducièndose ya por las leyes de la carne,
convirtió muchos à Dios en el oficio de su predica
cion, sino que ahora tambien viviendo ya mas feliz
Con su mente en Dios y con Dios no cesa de convertir à
exemplo, los hombres: con el exemplo, con la oracion y doc
có su ora.
trina. Por eso en fin se hace solemne memoria de su
cion, y có
su doctri conversion, porque ella misma es utilísima para los
la, que la tienen presente. En esta memoria concibe el
pecador esperanza del perdon , para moverse a peni
tencia; y el que hace ya penitencia halla en ella el
modelo de una conversion perfecta. ¿Quièn perderà
la esperanza en lo adelante por la grandeza de su de
lito, quando oye que Saulo respirando todavia ame
nazas y muertes contra los discípulos del Señor, es
hecho subitamente vaso de eleccion? ¿Quièn dirá opri
mido del peso de su iniquidad: ya no puedo levan
tarme à mejorar mis costumbres, quando en el mis
mo camino en que sediento de la sangre de los Chris
tianos, respiraba con todo el pecho cruel ponzoña, es
trocado en predicador fidelisimo un perseguidor crue
lisimo? En esta sola conversion se manifiesta con to
da su magnificencia la grandeza de la misericordia
de Dios y la eficacia de su gracia.
2 Subitamente , dice San Lucas, le - iluminó al
Act. 9.4. rededor una luz del Cielo. ¡O verdaderamente ines
timable dignacion de la divina piedad! Ilumina con
un resplandor celestial á lo menos por fuera , ā quien
era todavia incapaz de luz por adentro : le baña al
rededor à lo menos una luz divina, ya que todavia
no podia ser infundida en su interior. 2" sonó una voz.
La perse. Los testimonios de la luz y de la voz se hicieron
cucion de dignos de la mayor fe; ni ya se puede dudar de una
los fieles
se, reputa,
verdad que se entra por ambas ventanas, de los ojos
persecuci y de los oidos. Así igualmente , así en el Jordan só
on del mis bre la cabeza del Señor se dejó ver la paloma, y
rno Chris sonó la voz: asi tambien en el monte quando se trans
- -
EN LA CoNvERsIoN DE S. PABLo. 157
figurò delante de sus discipulos, se viò la claridad,
y se oyó tambien la voz del Padre, Saulo, Saulo,
¿por que me persigues? Verdaderamente està cogido
Saulo; no hay lugar á disimular, no hay arbitrio pa
ra negar: en sus manos estàn las cartas de la crue
lisima embaxada , de la autoridad execrable , de la
potestad iniqua. ¿Por que, dice, me persigues? ¿Por
ventura no perseguia a Christo, el que despedazaba
en la tierra los miembros de Christo? Persiguieron à
Christo los que clavaron aquel Sacratísimo Cuerpo en
un madero, y no le perseguia el que contra su cuer
po que es la Iglesia (pues ella misma tambien es cuer
po suyo) ardia con odio implo?. En fin, si diò su pro
pia sangre para rescatar las alrhas, ¿no te parece que
sufre mas grave persecucion de aquel, que con suges
tiones malignas, con exemplos perniciosos, con oca
siones de escàndalo aparta de èl las almas que redi
miò, que del Judio que derramò aquella sangre?
3 Fixad aquí toda la atencion , Amantisimos, y
Nunca
retiraos con pavor de la compañia de aquellos que
falta per
impiden la salud de las almas. Horrible sacrilegio en se cucion
teramente que parece exceder aquel enorme delito de al Chris
los que pusieron sus manos sacrilegas en el Señor de tiano; ni
la tmagestad. Parecia que habia cesado ya el tiempo aun al mis
mo Chris
de la persecucion: pero como se hace ver por esto, tO,
munca falta persecucion al Christiano; ni aún tampo
co a Christo. Y lo que mas espanta es, que persiguen
à Christo ahora, los mismos que tienen de él el nom.
bre de Christianos. Vuestros amigos ó Dios, y vues
tros prójimos se han levantado y declarado contra
vos. Parece haberse conjurado contra vos el comun
del pueblo Christiano desde el minimo hasta el màxi
mo, desde el pie hasta la cabeza no hay parte nin
guna sana: salió la iniquidad de los ancianos jueces, Esta per
se cucion
vuestros vicarios que estaban puestos para governar viene con
vuestro pueblo. No se dice ya : como el pueblo, así especiali
CS el sacerdote; porque no es el sacerdote , como es dad delos
el malos Pre
58 SERMroN I, DR S. BERNARDo ARAp.
lados , y el pueblo, ¡Ay ay Señor Dios, que aquellos son los
S a cerdo
tes.
primeros en vuestra persecucion , que anhelan a los
primeros lugares en vuestra Iglesia, y que tienen ea
ella la autoridad y poder. Se apoderaron del alcazar
de Sion, tomaron, sus municiones, y ya libre y des
poticamente entregan toda la ciudad al incendio. Su
miserable conducta es la triste subversion de vuestra
plebe. ¡Y ojalà que solo por esta parte hicieran el
daño. Habria tal vez quien prevenido y fortalecid9.
con la exortacion del Señor se daria priesa , no á imi
tar- sus exemplos, sino à observar sus preceptos, se
Math.23. gun lo que està escrito: Haced todo lo que ellos di
3• cen, pero no hagais lo que hacen. Ahora ya se haa
hecho los grados sagrados y dignidades de la Igle
sia ocasion de torpe lucro, y se reputa piedad el in
Abusos é teres. Encuentran en si mismos una piedad muy gran
las preté de para recibir, mas bien, para tomarse el cuidado
siones à
de las almas; pero este es el menor de todos sus cui
los cargos
y dignida dados, y entre todos sus pensamientos tiene el ultimo
des de la lugar el bien espiritual de ellas. ¿Podia haber para el
Iglesia. Salvador de las almas persecucion mas terrible Per
versamente otros tambien obran contra Christo, y se
hallan muchos ante-christos en este tiempo. Pero re
puta por mas cruel y siente mucho mas la persecu
cion que padece de aquellos, por los beneficios que
les há hecho y por la potestad que les hà dado; aun
que igualmente otros muchos obren de muchos y
varios modos contra la salud de los prójimos. Esto
ve Christo y calla; y esto padece el Salvador, y di
simula. Por tanto es necesario tambien que nosotros
callemos y disimulemos ahora, especialmente respecto
de los que son nuestros Prelados, y Maestros de las
Iglesias. Así sin duda, así tambien les place à ellos,
para librarse por ahora de los juicios humanos, hass.
ta que venga de un golpe el grave juicio que aguar
da a los que goviernan, y los poderosos poderosamen
te padezcan tormentos. .. -
-- Pe
EN LA Conversion De S. PABLo. 159
Tambien
4. Pero temo Amantísimos, que acaso entre noso
son perse
tros tambien haya algun perseguidor del Señor: por
guidores
que manifiestamente se convence que impedir l 3 , S3l de Chris
lud de las almas, es perseguir al Salvador. ¿Què gra to los que
cias le podrè yo dár por la salud de mi alma a aquel murmurá
hermano, que me brinda con el veneno de la murmu y los que
dan escá
racion ?. Con razon se apellidan en la escritura los dalo.
murmuradores aborrecibles de Dios, como persegui
dores. ¿Y què será aquel que provoca con su exem Rom. r.
3.O.
plo à los demás à vivir con tibiéza, ô con sus sin
gularidades los turba, ö con su curiosidad los inquie
ta, ô con su impaciencia y quexas les aflige, ô de
otro qualquier modo contrista al espíritu de Dio s que
está en ellos, escandalizando alguno de estos peque
ñuelos, que creen en el? ¿Por ventura este tambien mo
persigue manifiestamente a Jesu Christo? Pues, para
que estè lejos de nosotros el nombre y el crimen de
perseguidores, os ruego, Amantísimos, que nos IInOS
tremos siempre benignos y apacibles, soportandonos
mutuarnente con toda paciencia, y excitándonos unos
à otros á lo que es mejor y mas perfecto. Porque ¿què
siervo juzgara que le basta à èl no perseguir à su
Señor, pero sin hacerle servicio ninguno? ¿Què gra
oia tendrá con él, si así como no le resiste, así tam
e
poco le asiste? En fin, si alguno es tan pusilànime , que
lhega a pensar , que le basta no ser perseguidor, sin
aspirar a ser coadjutor º de Dios, escuche lo que el r.
SERMON SEGUNDO,
OY fuè convertido Pablo, ô diciendo me
- jor, Saulo convirtiendose se trocò en Pa
blo; pues se hizo como aquel parvulo evangélico de
X 2 - í quien
* --
EN LA PURIFICACION
DE LA BIENAVENTURADA vRGEN MARIA,
SERMON SEGUNDO. - o ,º
EN LA PURIFICACION
SERMo N TERCERO,
Del Niño, de Maria, y de 3oseph.
I. OY celebramos, la Purificacion de la Bien
aventurada Virgen, Maria que se hizo se
: gun la ley de Moysès pasados quarenta dias desde el
Levít.12. Nacimiento del Señor. Pues estaba escrito, en la ley
2a , que la muger que habiendo usado del matrimonio, pa.
riese varon , fuese impura siete dias, y en el dia oc
* , º
tavo se circuncidàse el niño: despues empleándose
Motivos todavia en lavarse y purificarse, se abstuviese de en
de la Pu trar en el templo, treinta y tres dias: los quales cum
rificacion
plidos ofreciese su hijo con algunos dones al Señor.
y su ins
j1 llclQn,
Pero, ¿quièn no advierte desde el mismo principio de
esta sentencia libre: enteramente à la Madre del Se
ñor
EN LA PuRIricacioN DE LA VIRGEN MARIA. 173
ñor de este precepto? ¿Piensas que habiendo de decir
Moysès que la muger que pariese un varon fuese im
pura, no temiò incurrir en crimen de blasfemia con
tra la Madre del Señor, y que por eso previno, ba
La Ma
biendo usado del matrimbnio? Porque si no hubiera pre
dre del
visto que sin usar del matrimonio y sin conocer va Señor ne
ron habia de parir la Virgen, ¿què necesidad tenia estaba su
de hacer mencion de esto? Es claro pues, que esta jeta à la
ley no comprendia à la Madre del Señor, que sin ley de la
obra de varon concibió, y parió su hijo, como es purifica
cion.
taba predicho por Jeremias que habia de hacer Dios
una cosa nueva sobre la tierra. ¿Preguntas que cosa
nueva? Una muger, dice, rodeard d un varon. No de Hier.
32 -
3 r.
otro varon recibirà un varon, no segun la ley hu
mana concebirá un hombre, sino que encerrara un
varon entre sus intactas y virginales entrañas: de tal
suerte que entrando y saliendo el Señor, segun otro Ezech.44
Propheta dice, permanecerà, cerrada perpetuamente
la puerta oriental. -
exº-e-º-es-esº- º e-e-º-->»o
a6. de Re
EN EL NACIMIENTO IeOa
SERMON SEGUNDO,
1 A Legraos, Amantisimos, en el Señor, pues
* \, entre los demàs beneficios de su piedad
concedió un hombre al mundo, con cuyo exemplo se
salvasen muchos. Alegraos, os digo otra vez, por
que sacado de este mundo se acercò à Dios, para que
Los Stos. por su intercesion se salven muchos mas. Tiene de
que nos
instruye
entre los hombres à quien condonar los pecados de
aró có sus los hombres el piadoso y misericordioso Señor: tie
virtudes ne tiempo y lugar de interceder el piadoso y mise
nos cóvi ricordioso abogado; verdaderamente lugar quieto y
dā ahora tiempo desocupado. Fuè visto en la tierra para ser
-à la glo vir de exemplo, fuè llevado al Cielo para servir de
l3,
patrocinio: aqui instruye para la vida, alli convida
à la gloria. El que incitó para el trabajo , se hizo
mediador para el reyno. Buen mediador que no pi
diendo ya nada para si, todo lo desea trasladar à no
sotros, asi el afecto con que ora, como el fruto de
su oracion. Porque ¿qué buscara para si, quando de
nada necesita ? Dios le conserva y vivifica, y le ha
ce bienaventurado en la gloria: nada le faltarà ya es
tando colocado en el lugar de amenos y abundantes
pastos. Esto es el dia del glorios o tránsito, el dia
de la alegria de su corazon; llenèmonos de gozo y
- - - ale
EN EL NAcIMIENTo DE S. VIcToRCoNFEsor. 181
alegrèmonos en èl. Ya entró en la potencia del Se
ñor: celebremos que es ahora mas poderoso para
salvar.
2 Hoy Victor dejado el cuerpo, del qual solo pa.
recia era detenido para no entrar en la gloria, tanto
mas ligero quanto mas expedito penetró en el lugar
santo, consiguiendo una gloria igual à la de los San
tos. Hoy desde el último y humilde lugar, que ha
bia elegido por consejo del Salvador, sube mas ar
riba el verdadero amigo, llamándole el supremo Pa
dre de familias, y tiene gloria en presencia de los
que estàn sentados à la mesa. Hoy habiendo despre
ciado al mundo, y triunfado del príncipe del mun
do, sube sobre el mundo verdaderamente vencedor,
recibiendo de la mano del Señor la corona de la vic
toria; pero sube con una inmensa riqueza de mèri
tos, esclarecido en triunfos, glorioso en milagros. Ya Elogio,ci.y
descrip
descansa el soldado lleno de servicios, y despues de on elegá
los trabajos y sudores de la sagrada milicia es feliz te y tier
mente colocado, y es coronado sublimemente. Su al na de la
ma descansarà en los bienes. ¿Preguntas donde Con bienaven
Abrahan, Isaac, y Jacob , en el reyno de los Cie tu ranzas
los. Con tales y en tal lugar está sentada; está sen
tada excelsa y resplandeciente; está sentada gozosa
y dando à Dios alabanzas: està sentada descansando
èntre delicias y adornada de sus joyas, rodeada de
manzanas, fortalecida con flores: està sentada , repi
to, libre de cuidados para si , rebosando en delicias,
abundando en ocio, y descanso para contemplar en
la sabiduria. La que estuvo sentada, y llorò sôbre los
rios de Babilonia, està ahora sentada junto à la fuen
te de la vida, y es su estancia ya junto al torrente
de los deleytes, cuyo ímpetu alegra à la ciudad de
Dios. Halló para si la fuente de los huertos, el pozo
de aguas vivas, y con la Samaritana bebe del agua
de la sabiduria que dā salud, para no tener eterna
mente sed. La dàn del fruto de sus manos, y la ala
- ban
I82 SERMoN II. DE S. BFRNARDo ABAD,
ban en las puertas sus propias obras, y se gloría en
el testimonio de su conciencia. De su conciencia , di
go, no de otro. Esta sentada en medio de los Ange
les, siendo digna verdaderamente de su compañia,
puesto que arde en su amor, resplandece en su pu
reza, es hermoseada con su castidad. Está sentado
entre los Apòstoles el varon de una gracia apostóli
ca: no tiene porque retirarse del coro de los Prophe
tas, quien glorificó y llevó en su cuerpo al que ellos
predijeron. Ni juzga, que debe ser repelido de los
victoriosos coros de los Martires nuestro Victor, pues
to que con un duro y prolongado martirio sacrificó
la victima viviente de su cuerpo.
3 Està sentado el veterano Soldado, quieto ya en
la suavidad y seguridad merecida; seguro à la ver
Los Stos.
dad para si, pero solicito por nosotros. Porque no se
estàn se
desnudò de las entrañas de piedad , quando se desnu
guros por
si en el dô de la corrupcion de la carne: ni de tal suerte se
Cielo, y vistió la estola de la gloria, que se vistiese junta
solicitos mente del olvido de nuestra miseria, y de su mise
por noso ricordia. No es la tierra del olvido la que habita el
OSe
alma de Victor; no es la tierra del trabajo, para que
estè ocupado en ella: no es finalmente la tierra sino
del Cielo. ¿Por ventura la habitacion celestial ó pri
va de memoria, ô despoja de la piedad à las almas
que recibe? Hermanos mios, la anchura del Cielo di
lata los corazones, no los estrecha: alegra los àni
mos, no los enagena, no constriñe los afectos, sino
que los extiende. En la luz de Dios se serena la me
moria, no se obscurece: en la luz de Dios se apren
de lo que no se sabe, no se olvida lo que se sabe.
Hebr. 1, . Aquellos espiritus soberanos que desde el principio
4• del mundo habitan en los Cielos, ¿acaso por què ha
bitan en los Cielos, desprecian la tierra, y no mas
bien la visitan y frequentan? Todos son espiritus que
tienen el lugar de ministros siendo enviados à exer
cer su ministerio en favor de aquellos que deben ser
•
los
EN ELNAcIMIENTo DES. VIcToR CoNFEsor. 183
los herederos de la salud. ¿Què diremos pues? Vie
nen los Angeles, y socorren à los hombres: ¿y los
que son de nosotros nos desconoceràn, y no sabrân
compadecerse de nosotros en las mismas cosas que
Los Stos.
ellos padecieron? Los que ignoran el dolor, sin em
se compa
bargo sienten nuestros dolores, ¿y aquellos que lle decen de
garon alli despues de haber pasado por grandes aflic nOSOtrOS,
ciones, no reconoceràn ya aquellos mismos trabajos
en que se hallaron ellos? Yo sé quien dijo: Me estáin Ps. 1 41.8
aguardando los 5ustos, hasta que me deis la recom
pensa. Justo es Victor: sin duda está aguardando Gen. 4o.
nuestra recompensa tambien. No es aquel copero de 2. 3•
Pharaon que retuvo solo para si la gracia que halló,
olvidado enteramente de su Propheta y juntamente
concautivo. Ministro de Christo es Victor, á Christo
sigue. No esta el Señor olvidado de sus promesas,
ni al compañero de su pasion negó la compañia del
reyno. No serà el discipulo contra el Maestro: no
puede Victor hacer cosa alguna, sino lo que viere ha
cer à su Maestro. Las obras que este hizo las hizo
aquel tambien.
4 Ya habiendo entrado en los Cielos, que antes
tambien con ojos dichosos habia mirado abiertos, no
teniendo ahora velo que cubra sus ojos contempla la
gloria de Dios, absorto en tanta luz à la verdad, pe
ro no olvidado del clamor de los pobres. Dichosa
vista, pues por ella es transformado en la misma ima
gen de Dios, adelantando de claridad en claridad,
como por la iluminacion del Espíritu del Señor. Sien Visitas
tiene de
q.
do todavia niño para la pelea, pero grande para la los Ange
victoria, no habiendo salido de las entrañas de su les S. Vic
madre, y ya echando los demonios fuera, viviendo tOs.
-,
DE SAN BENiro ABAD, , ,
SER MO N. - a º
CU11
EN EL NacrMIENTope S. Benrro ABAD. 18y
cuidado del ministerio, aunque no tengo conmigo que
pueda poner delante de vosotros, pedirè al bienaven
turado Benito tres panes con que poder sustentaros.
Su santidad pues os alimente, su justicia, y su pie
dad. Acordaos , Amantísimos, que no todos los que
se hallaron en la procesion del Señor, tendierón por
el suelo sus vestidos en obsequio suyo. En aquella
procesion, digo, que concediendolo el Señor, hemos
de celebrar muy presto, quando viniendo à padecer,
y sentado sobre un asnillo, salieron a recibirle los
pueblos, no todos tendian sus vestidos en el camino,
sino que algunos cortaban los ramos de los àrboles.
No era esto cosa muy grande: lo que graciosamen
te habian tomado, graciosamente lo daban. Con to
do eso, ni ellos estuvieron enteramente ociosos , ni se
lee, que fuesen excluidos de la procesion. Hermanos
\mios, que sois el piadoso jumento de Christo, pudien
do decir con el Propheta : Me bice como un jumento Ps.72.aa
en vuestra presencia ; y con todo eso no estoy ale
jado de vos: Vosotros en quienes Christo esta sen
tadospuesto que el alma del justo es la silla de la sa
bidua, y el Apósto predica a christo fortaleza de 2. Cor. «
14e -
6 Los àrboles que dan fruto , mas no suyo, son los Arboles
hipócritas; los quales como Simon Cirineo llevan una fru élife
cruz que no es suya: careciendo ellos de una inten IOSe
EN LA FIESTA DE LA ANUNCIACION
2 $. de
DE LA BIENAVENTURADA vIRGEN MARIA. Marzo.
se e* - es º es º e-º-e-º- es
EN LA ANUNCIAcioN
DE LA BIENAVENTURADA vIRGEN MARIA,
. .
.ºr Llama
se Septi
SERMON SEGUNDO.
forme el
Es piritu s. Del Septiforme º Espiritu en Christo.
-
Santo por
... los siete Y, E? presente solemnidad de la Anuncia
dones q. . . . . . . La cion, del Señor, Hermanos mios, como que
... reparte a presenta. à la vista la sencilla historia de nuestra re
las almas
paracion una llanura amenísima. Se encarga una nue
Suma del va embajada al Angel San Gabriel , y una Virgen que
Misterio. profesa una nueva virtud, es honrada con los obse
quios de una nueva salutacion. Se aparta de las, mu
geres, la maldicion antigua , y la nueva Madre reci
be una bendicion nueva. Se halla llena de gracia la
que ignora la concupiscencia, à fin de que viniendo
sobre ella el Espíritu Santo para un hijo la misma
que se desdeña de admitir varon. Entra à nosotros el
antidoto de la salud por la puerta misma, por donde
entrando el veneno de la serpiente habia ocupado el
La Encar taniverso del linage humano. Inumerables flores seme
nacion es
jantes à estas es facil coger de estos hermosos prados:
ú abismo
de miseri
pero yo miro en medio un abismo de una profundidad
cordia. remible. Abismo inexcrutable es verdaderamente el
Misterio de la Encarnacion del Señor, abismo impe:
- 162 -
EN LA ANÚNcIAcroN f5E LA VIRGEN MAArA. ar r
netrable , el Verbo se bizo carne, y babitó entre no-s
sotros. ¿Quièn le podrá investigar, quièn podrà llegar
à èl, quièn le comprenderà? El pozo es profundo y yo
no tengo en que pueda sacar agua. Sin embargo, sue
le algunas veces humedecer el vapor que exála, los
lienzos puestos sobre la boca de un pozo. Asi aunque
recelo penetrar adentro, conociendo bien mi propia
flaqueza, con todo eso repetidas veces sôbre la boca
de este pozo, Señor, estiendo à vos mis manos, por
que mi alma està como una tierra sin agua en vues
tra presencia. Y ahora si subiendo de abajo la nie
bla hà embebido en si algo de ella mi tenue pensa
miento; esto poco, Hermanos mios, procurarè comu
nicarlo à vosotros sin envidia; como exprimiendo el
lienzo, ô derramando sobre vosotros las pequeñas go
tas del celestial rocio.
-"
2 Pregunto pues, ¿por què razon encarnó el Hijo,
y no el Padre ó el Espiritu Santo, siendo no solo igual Porque
la gloria de toda la Trinidad sino una y la misma su écarnò el
sustancia tambien? Pero ¿quièn conoció los designios Hijo y no
el Padre
del Señor, ö quièn ha sido su consejero º Altísimo ni el Espi
misterio es este , ni conviene que temerariamente pre ritu Stoa
cipitemos nuestro parecer sóbre esto. Con todo eso, « º
parece que ni la Encarnacion del Padre ni la del Espl . . . . ...-
... . . . . .
ritu Santo hubiera evitado el inconveniente de la con
fusion en la pluralidad de hijos, debiendo llamarse uno
hijo de Dios, y otro hijo del hombre. Parece tam
bien muy congruente que el que era Hijo se hiciera
hijo para que no hubiera equivocacion aun en el nom
bre. En fin, esto mismo es la gloria de nuestra Vir
gen, esto la singular prerrogativa de Maria, que me
reció tener uno y un mismo Hijo comun con el Padre:
la qual gloria no tendria, como es constante, si el
Hijo no hubiera encarnado. Ni à nosotros se nos po
dria dar de otro modo igual ocasion de esperar la sa
lud, y la herencia eterna; porque hecho Primogènito
entre muchos hermanos el que era Unigèuito del Pa
-- Dd 2 dre,
212 SERMon II. Dz S. BERNARno AB ap.
dre, llamarà sin duda à la herencia , à los que lla-.
mó à la adopcion: , pues los que son hermanos son
coherederos tambien, Jesu Christo pues asi como con
un misterio, inefable juntò en una persona la sustan
cia de Dios y la del hombre, asi tambien usando de
un altísimo, consejo, en la reconciliacion, no se apar
tó de una equidad prudente dando. à uno y à otro lo
que convenia, honor à Dios, y misericordia al hom
bre. Bellísima forma de composicion entre el Señor
ofendido y el siervo, reo. es hacer, que ni por el ze
lo de honrar al Señor sea oprimido. el siervo, con una
sentencia algo mas dura, ni tampoco condescendiendo.
con èl inmoderadamente sea defraudado, el Señor en.
el honor debido.
3 Escucha pues y observa la distribucion que ha
cen los Angeles en el nacimiento de este Mediador:
Luc. 2. 14. Gloria , dicen , sea d Dios en las alturas; y en la
tierra paz d los bombres de buena voluntad: En fin
- -
para guardar esta distribucion, no, faltó à Christo re
, ,
, -
conciliadora fiel, ni el espíritu de temor con que mos
tràra sigmpre reverencia al Padre, siempre defiriese
Los siete
dones del á, è y siempre buscàse su gloria : ni el espíritu de
Es piritu piedad, con que misericordiosamente se compadeciese
Santo en de los hombres. Por lo mismo tuvo tambien, como ne
Christo, cesario el espiritu de ciencia, por el qual se hiciese
la distribucion, del esplritu de temor y de piedad sin
confusion alguna. Y advierte que, en aquel pecado de
nuestros primeros padres fueron tres los autores, pe
ro, manifiestamente faltaron à los tres tres. cosas. Ha
1.Tim. 2. blo, de Eva, del diablo, y de Adan. No tuvo Eva
14.
ciencia, pues como dice el Apòstol , fue seducida
para gometer el pecado. Seguramente esta no faltó án
la serpiente, pues, se describe como la mas astuta èn
tre todos los animales; pero no, tuvo, el maligno pie
dad, puesto que fuè homicida desde el principio. Tal
vez Adan parecerà piadoso no queriendo contristar
a la muger, pero desamparò el temor de Dios, obe
-
-- - de-.
EN LA ANuNcracioN DE LA VIRGEN MARIA. 213
deciendo antes à su voz que à la divina. Ojalà que mas
bien hubiera prevalecido en èl el espíritu de temor, Isai. 1, 3.
como expresamente se lee de Christo que le llenó no El temor
el espíritu de piedad , sino el de temor; porque en de Dios se
todo, y por todo debe preferirse el temor de Dios à. debe pre
la piedad con los próximos, y èl solo es el que de ferir à la
be ocupar todo, el hombre. En estas tres cosas pues, compasió
que son el temor, la piedad, y la ciencia, reconcilio, có el pro
ximo.
los hombres con Dios nuestro Mediador: porque en
el consejo y en la fortaleza los librò del poder del
Con que
enemigo. Privó al enemigo, con el consejo de su virtudes
antiguo, derecho, dàndole potestad para que echa nos redi
se sus manos en el inocente: con la fortaleza preva mióChris
to.
leció, contra èl, para que no pudiera retener à los re
dimidos, quando volvió de los infiernos, vencedor, y
la vida de todos resucitó, con èl. -
- . . .. . . . . . . . 2 -
- º a se re. ,, , , , , , , , , ; . . . . . .
s" º se a "... a, a cv. . . . . . .
-- EN
. . . . . ..
-
2 15
»oooºoooooooooooº
, , o« . . . . . .
-
:, , , , EN LA ANUNCIACION - -
SERMONº TERCERO.
De Susana, y de la Bienaventurada Virgen Maria.
I Q? rico sois en misericordia, què mag .
nifico en justicia, que dadivoso en gra º.
Quatro
do no se impidiese que entràse libremente en èl la
j m p edi. plenitud de la divina gracia. A esta mísma humildad
métos de debemos subir nosotros por diversos grados. Porque
la gracia, en primer lugar, el corazon del hombre à quien to
V davia le deleyta pecar, y no hà mudado su misera
ble costumbre en mejor proposito, esta impedido por
sus propios vicios para que quepa en el la gracia.
Despues tambien, quando ya propone corregir sus
costumbres, y no repetir jamàs sus primeras culpas,
los mismos pecados pasados, aunque parezca que de
algun modo estan cortados ya, mientras que perma
lº
EN LA ANUNcrAcroN DE LAVrRGEN MARIA. 223
necen en èl, no dejan entrar à la gracia. Quedan pues
y permanecen hasta que sean lavados en la confesion,
hasta que sean quitados con dignos frutos de peniten
cia. Pero ay de ti, si acaso te sigue la ingratitud,
mas perniciosa que los mismos pecados y vicios. Por
que ¿què cosa mas claramente contraria à la gracia?
Nos entibiamos con el decurso del tiempo, se resfria
poco à poco la caridad, crece la maldad, para que
asi acabemos en la carne, los que habiamos comen
zado en espíritu. De ahi es, que conocemos poco los
bienes, que Dios nos ha hecho, siendo a un tiempo
mismo indevotos è ingratos. Abandonamos el temor
de Dios, dejamos la religiosa soledad, haciendonos
habladores, curiosos, decidores , detractores tambien
y murmuradores, gastando el tiempo en frivolas k
chanzas, huyendo del trabajo y de la regular disci
plina, todas las veces que se puede hacer sin nota:
como si por eso fuera tambien sin culpa. ¿Què nos
admiramos pues, de que nos falte la gracia, siendo
Colos. 3»
-rechazada por tantos obstàculos Mas ya si alguno à 16.
-fin de que, segun habla el Apòstol, la palabra de
Christo que es la palabra de la gracia, habite en èl,
, se muestra agradecido á Dios: si es devoto , si es so
licito, si es fervoroso, de espíritu, guàrdese de fiar en
sus mèritos, y de fundarse en sus obras. De otra
suerte tampoco entrará la gracia en esta alma. Sin
duda està llena, y no encuentra en ella lugar la
gracia.
1 o ¿Pusisteis atencion en aquel Phariseo que es Luc. 18.
taba orando? No era ladron , no era injusto, no era I 3,
adültero. ¿Estaba acaso sin frutos de penitencia? Dos
veces ayunaba à la semana, daba el diezmo de to cia Arrogan
y va
do lo que poseia. Sospechais que fuese ingrato. Es na presú
cuchad lo que dice : O Dios gracias os doy. Pero cion del
no estaba desocupado, no estaba vacio , no era humil Ph ariseo
de sino soberbio. Porque no procurò saber lo que le q u ando
oraba.
faltaba, sino que exägerò sus mèritos: no era adº
lla
224 SERMoN III. DE S. BERNARno ABAp.
lla sólida plenitud , sino hinchazon. Asi volviò va
cio por haber fingido la plenitud. Aquel Publicano que
se habia humillado y abatido, porque tuvo cuidado
de presentar un vaso desocupado llevó consigo ma
yor gracia. Nosotros pues , Hermanos mios , si de
seamos hallar la gracia , abstengamonos de los vi
cios en lo adelante de tal suerte, que hagamos tam
bien digna penitencia de los pecados que hemos co
metido: igualmente seamos cuidadosos en mostrarnos
con Dios devotos y humildes con toda verdad. El
mira à semejantes almas agradablemente con aque
Sap.4. 15. lla vista piadosa de que habla el Sabio: La gracia,
y misericordia de Dios estd sôbre sus Santos, y sus
miradas favorables sobre sus escogidos. Y quiza por
eso quatro veces hace que se vuelva el alma que el
Cant. 6. mira, diciendola: Vitelvete, viuelvete, Sunamite, vuel
El 2 s.
vete, vitelvete, para que te miremos : para que no
persista ni en la costumbre de pecar, ni en la con
ciencia de pecado, ni tampoco en la tibieza, y tor
peza de la ingratitud, ö en la ceguedad de la alti
vez. De los quales quatro peligros se digne apar
tarnos y sacarnos aquel Señor, que para nosotros fuè
hecho por Dios Padre justicia , y redencion, Jesu
Christo Señor nuestro, que con el Padre y el Es
píritu Santo vive y reyda Dios por infinitos siglos de
los siglos. Amen.
. -
EN
225
EN LA NATIVIDAD 24.de Ju
nio.
«e-º-e-º-e-e-ºe-oe-e-eº º se º»º
EN LA viGILIA DE Los AposToLEs ºººº
IM1Oa
Jº
SERM o N. :
Tres co-- 2 Tres cosas pues son las que debemos considerar
sas prin con diligencia en las festividades de los Santos; el
cipalmen auxilio del Santo, su exemplo, y nuestra confusion.
te se debé El auxilio suyo, reflexionando que el que fué podero
cósiderar so en la tierra, es mas poderoso en los Cielos ante el
en las fies
tas de los rostro del Señor Dios suyo. Pues, si quando todavia
Santos. vivia aqui, tuvo misericordia de los pecadores, y oró
por ellos: ahora tanto mas quanto mas verdaderamen
1. Su am te conoce nuestras miserias, ora por nosotros al Pa
paro 3. y dre: porque aquella dichosa patria no inmutó su ca
oracion. ridad sino que la aumentò. Ni por haberse hecho en
teramente incapaz de padecer, se hà hecho incapaz
2. Su exé.
plo.
de compadecerse; sino que ahora mas bien se viste
las entrañas de misericordia, quando asiste ante la
«, º , º
fuente de la misericordia. Hay tambien otra causa que
-
* -- ... impele mas á los Santos para que estèn solicitos por
-
...,
-
t. A r < nosotros, porque segun la voz del Apòstol, Dios pro
vee à nuestro favor, que ellos no reciban el comple
mento de su dicha sin nosotros, como dice el Santo
Ps, 141.8, David : 4 mi me aguardan los 5ustos, hasta que me
deis la recompensa. Debemos atender tambien a su
exemplo, porque mientras fuè visto en la tierra, y
converso con los hombres, no declinó a la diestra,
EN LA VIGILIA DE S. PEDRo y S.PAELo. 237
à la siniestra: sino que fuè siempre por el camino real
hasta venir à aquel Señor que dice: 'o soy camino, Johan. 14
verdad , y vida. Mirad la humildad de sus obras, la
autoridad de sus palabras, y entonces vereis, como
asi con el exemplo como con la palabra lució èntre
los hombres: vereis quales son las huellas que dejó,
para que caminemos por ellas, y no erremos. Verda
deramente, segun el Propheta: La senda del justo Isai. 26.7
es rebla, retia es la calle del justo para andar.
3 Pero tambien con diligente atencion miremos
nuestra confusion; porque aquel hombre fuè semejan
te à nosotros, pasible , formado del mismo barro de
que nosotros somos formados. ¿En què consiste pues,
3. Nues
que creemos no solo dificil sino imposible hacer las tra confu
obras que èl hizo, y seguir sus pisadas? Confundàmo sion à vis
nos , Hermanos, y temblemos à esta voz, por si aca ta de sus
so èsta confusion nos trae la gloria , por si acaso este exemplos
temor engendra en nosotros la gracia. Hombres fue
ron estos que nos precedieron, y que tan admirable
mente procedieron por los caminos de la vida, que
apenas podemos creer que fueron hombres. Asi pues
en la solemnidad de los Santos debemos alegrarnos, y
confundirnos: alegrarnos, porque van delante de no
sotros nuestros patronos; confundirnos, porque no po
demos imitarlos. Asi siempre nuestro gozo en este
valle de làgrimas debe sazonarse con el pan de las là
grimas, para que siempre ocñpe el llanto no solo lo
ültimo, sino los principios del gozo: puesto que, aun
que es grande la materia de los gozos, pero es gran
dísima la de los dolores. Me acorde de Dios, clama
el Justo, y me deleyte: pero tambien al punto aña Ps, 76. 4»
de: Desfalleció mi espiritu , fui sturbado , y no hable,
4 Mas si, debemos pensar estas cosas en las vigi
lias de cada uno de los Santos, ¿què harèmos en la
solemnidad de los Santos y Sumos Apòstoles? Háblo de
San Pedro y San Pablo. Bastaria la festividad de uno
solo para infundir alegria a toda la tierra: pero se jun
LO
238 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
tò la de ambos para colmo de los gozos, para que asi
como se amaron en la vida , asi tambien en la muer
Elogio de te no estén separados. ¿Què cosa mas poderosa que
S. Pedro, ellos mientras estuvieron en la tierra º puesto que al
y S. Pablo
uno se entregaron las llaves del Reyno de los Cie
los , al otro el magisterio de las gentes: el uno à Ana
nias y Saphira mata con el aliento de su boca : el
otro dà todo lo que dà en persona de Christo : y quan
do enferma, entonces se hace mas fuerte y podero
so. ¿Quánto mas poderosos seràn en los Cielos, los que
fueron en la tierra tan poderosos? ¿Y quiénes nos deja
ron mayores exemplos, que estos, que en el hambre
y la sed, en el frio y la desnudez, y todas las demàs
1,0or, 1 r cosas que cuenta San Pablo, fueron afligidos conti
27. nuamente, y por fin subieron por el dichoso martirio
Hebr. 1 I, à los Reynos celestiales? Verdaderamente queda para
36. nosotros el rubor de la confusion, y apenas nos atre
veremos à mirarlos, por no decir à imitarlos. Supli
quemosles pues à ellos, que nos hagan propicio a su
amigo, y à nuestro Juez, quien es Dios bendito por
los siglos. Amen. -
nio.
. .. . . . . . . .. . . . . . ) r
EN LA FIESTA DE LOS,APOSTOLES, ...;..., ;
* * - • « . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3", 2
S AN PED RCD, Y, S.A. N. PA B LO.
: : se der, Lorod, e a: , , rio o2 2 o
11: , , , y
SERMONSEGUNDO: a »
«. º º n---, cº: -; ; . . y o:...: -: o".5
r TDNStos Santos cuyo martirio se celebra , hoy aozo
o:o
a
i
3, . . . Ta solemnemente,o muchos motivos nos die e, o zoz
ron para hablar de ellos, yo mucha materia tambien: - o 2 eo
Pero yo temo una cosa; y es que suceda, que oidas zon.c.
tantas veces las palabras de salud comienzen à ser de
sestimadas por nosotros como palabras. Porque la pa La palaº
bra de Di
labra de un hombre es una cosa vil y volàtil, de nin
gun vulto, de ningunopeso, de ninguno precio, 2 y de aospie
quáuo,
cio.
ninguna solidez. Al ayre azota, y, por eso se llama merece tí
palabra, atendida la expresion latina que la significa: - 23 . . 3
y como la hoja que arrebata el vienta, se desaparece í.
ella tambien , y no hay quien lo considere. Ninguno
de vosotrós, Heiñanos; recibaeasi mas bien, ningu
no de vosotros desprecie así la palabra de eDios. Por-o
que eyo os digo de verdad: Bg Eno HuerEzázsrdo PARA,
El , si aquel hombre no la hubiera oido. Frutos de vi
da son las palabras de Dios, no hojas , y si soñ hojas, - 3 º zo
SERMON PRIMERO.
De los dos recibimientos, de Christo, es d saber,
y de Maria.
I. Ubiendo hoy à los Cielos la Virgen glorio
sa colmo sin duda los gozos de los Ciuda Luc, 1.4.
danos celestiales con copiosos aumentos. Porque ella
CS
256 SERMoN I. DE S. BERNARDo ABAD.
es la que à la voz de su salutacion hace saltar de go
zo aun aquellos mismos que encierran todavia las ma
Gozo de ternas entrañas. Y si el alma de un pàrvulo aun no na
los mora
dores del cido se derritió en castos afectos, luego que habló Ma
Cielo en ria: ¿quäl pensamos seria el gozo de los exèrcitos ce
la asunci lestiales, quando merecieron oir su voz, ver su ros
on de la tro, y gozar de su dichosa presencia? Mas nosotros,
Virgen. Carisimos, ¿què ocasion tenemos de solemnidad en su
Asuncion, què causa de alegria, què materia de gozo?
Con la presencia de Maria se ilustraba todo el orbe,
de tal suerte., que aun la misma patria celestial brilla
mas lucidamente, iluminada con el resplandor de la
làmpara virginal. Por eso con razon resuena en las
alturas la accion de gracias, y la voz de alabanza:
pero para nosotros mas parece debido el llanto que
el aplauso. Porque, ¿no es por ventura consiguiente,
que quanto de su presencia se alegra el Cielo, otro
tanto llore su ausencia este nuestro inferior mundo? Sin
embargo, cesen nuestras quejas, porque tampoco no
sotros tenemos aqui ciudad permanente , sino que bus
camos aquella, à la qual Maria bendita llega hoy. Y
si estamos señalados por ciudadanos suyos-, razon es
verdaderamente, aun en el destierro, aun sobre la ri
vera de los rios de Babilonia , acordarnos de ella , to
mar parte en sus gozos, y participar de su alegria;
especialmente de aquella alegria que con impetu tan
copioso baña hoy la ciudad de Dios; para que tam
Nuestra bien percibamos nosotros mismos las gotas que desti
Abogada lan sôbre la tierra. Nos precedió nuestra Reyna, nos
la Virgen precedió, y tan gloriosamente fuè recibida, que con
và delan fiadamente siguen a su Señora los siervecillos claman
te de no
sotros al
do: Traednos en pos de vos; en el olor de vuestros un
Cielo, guentos correremos. Envió delante nuestra peregrina
cion a su Abogada , que como Madre del Juez, y ma
dre de misericordia, tratara los negocios de nuestra
salud devota y eficazmente.
2 Un precioso regalo envió al Cielo nuestra tierra
hoy,
EN LA AsuncroN DE LA VragEN MARIA. 257
Dulce co
hoy, para que dando y recibiendo se unan en trato fe m er cio
liz de amistades lo humano a lo divino, lo terreno à lo
hoy entre s
celestial , lo sumo à lo infimo. Porque allà ascendió el el Cielo, »
fruto sublime de la tierra, de donde descienden las y la tier-,
preciosisimas dadivas, y los dones perfectos. Subiendo Ià,
sssessissississsssssos».
- - . - . . . .. 2, .
•. . . EN LA ASUNCION , , , ,
... casa,
Kk 2 pro
26o SERMoN H. De S. BERNARDo ABAD.
Baruch.3 profetica exclamacion. ¡O Israel que grande es la ca.
24
sa del Señor , y que grande el lugar de su posesion!
¿Por ventura no es grande , quando en su compara
cion se llama castillo la espaciosisima latitud de esta
tierra? ¿Por ventura no es grande, aquella patria y
region inestimable, quando viniendo de ella el Salva
dor, y entrando en el orbe de la tierra, se dice que
entra en un castillo? Sino que quizà piense alguno que
se debe entender ser otra cosa este castillo que aquel
atrio del fuerte armado principe de este mundo, cu
yos despojos vino à saquear el que era mas fuerte.
-Apresuremonos , Hermanos mios, à entrar en aquella
amplitud de la bienaventuranza, en donde ninguno es
trecha a otro, para que podamos comprender con to-,
dos los Santos, qual sea la longitud y latitud, la su
-blimidad y lo profundo. Ni desperemos de esta, su
—puesto que el mismo habitador de la celestial patria,
y tambien su Criador no rehusa las estrecheces de nues
-tro pequeño castillo. . . . . . . . . . . . . . .
2 Pero, ¿què decimos, haber entrado en un casti
llo 2 Tambien entrò en el estrechisimo retrete del vien
tre virginal. Finalmente , y una muger le recibió en
su casa. Feliz muger la que mereció recibir, no ya
á los Exploradores de Jericò, sino mas antes al mis
mo despojado fortísimo de aquel recio, que verdade
ramente se muda como la luna; no à los legados de
Jesus hijo de Navè, sino mas bien al verdadero Je
sus Hijo de Dios. Feliz muger, vuelvo á decir, cu
ya casa habiendo recibido al Salvador, se halló lim
pia a la verdad, pero seguramente no vacia. Porque
¿quièn dirà que està vacia la que saluda el Angel lle
Maria so
na de gracia? Ni solo esto, sino que todavia afirma
b rellena
tambien que sôbrevendrà en ella el Espíritu Santo. ¿A
de gracia que juzgas, sino à llenarla mas todavia? ¿A què sino
•para difü a que viniendo el Espiritu se haga llena para si, y
dirla -en -sobreviniendo èl mismo, para nosotros tambien se ha
nosotros, ga sobrellena, y sobrerrebose para nosotros Ojala
- . flu
EN LA AsUNcroN DE LA VIRGEN MARIA. 26 r
fluyan en nosotros aquellas aromas, es à saber, aque
llos dones. de gracias, para que todos recibamos de
tanta plenitud. Sio duda , esta misma es nuestra me
diadora, esta misma es por quien recibimos, ô Dios,
vuestra misericordia: esta misma es por quien tam Exposici
on misti
bien nosotros recibimos al Señor Jesus en nuestras ca, cadel cas
sas. Porque tambien cada uno de nosotros tiene su ca tillo.
sa y su castillo; y la Sabiduría llama à las puertas
de cada uno; si alguno la abriere, entrará , y cenara
a
con èl. Hay un proverbio vulgar que anda en la bo
ca, y mucho mas en el corazon de muchos: buen cas -
exº-e-ºe-º EN LA AsUNcioN
DE LA BIENAVENTURADA vRGEN MARIA.
SERMONTERCERO.
De Maria , Marta 2 Jy Lazaro.
- Eº: 3fesus en un cariº, y anamuger
Lue. 1o.
llamada Marta le recibió en su casa. ¿En
30,
què consiste, Hermanos, que de dos hermanas sola
mente se lee de la una, que recibiò al Señor, y de
aquella misma que parece la inferior? Porque Maria
escogió la mejor parte, testigo el mismo a quien re
Ll 2 ci
268 SERMoN II. De S. BERNARDo ABAD.
El princi cibió Marta. Pero parece que Marta naciò primero, y
pio de nu se sabe que el principio de la salud es mas propio
eStra Sa
lud porla de la accion, que de la contemplacion. Alaba Chris
accion. to à Maria, pero es recibido de Marta. Ama Jacob à
Rachel, pero de introducen ignorandolo el á Lia. Si
Gen. 29. se queja del fraude, oirà que no es costumbre que las
a 3. mas jóbenes se casen primero. Mas si poneis la con
sideracion en esta casa de barro, facil serà conocer,
como en ella mas bien recibe al Señor Marta que Ma
1. Cor. 6. ria. Pues lo que dice el Apòstol : Glorificad y llevad
º
3 *
-
27o SERMoN II. bE S. BERNARDo AB AD.
Elogio, y mas bien, que debe decirse, que no la faltó lo uno ni
reCOrnen
dacion de
lo otro, ni que precipitó ella su parecer para esco
la vid a ger una de las dos partes determinadamente, sino
mixta de que estuvo dispuesta a lo uno y à lo otro segun la
aéliva, y obediencia del Maestro. Porque ¿quièn es fiel como Da
contépla vid entrando, y saliendo, y caminando al impèrio del
tiva.
Rey Finalmente, aparejado, dice, esta mi corazon,
1. Reg.22 aparejado esta mi corazon; no una vez solamente, si
1 4. no dos veces, para ocuparme en vos, y para ministrar
Ps. 56.8. à los progimos. Esta fijamente es la parte óptima, que
no sera quitada: ésta es el alma óptima, que no se mu
1. Tim. 3 darà , á qualquiera parte que la llamares. El que
13.
bien ministrare, dice , buen grado adquiere. Aca
so mejor el que se ocupare bien en la contemplacion
de Dios; pero óptimo aquel que es perfecto en lo uno
y lo otro. Todavia digo una cosa; pero solo suponien
do que fuera permitido sospechar esto de Marta. ¿No
parece acaso que la reputó ociosa, quando pidió que
se la diesen por ayuda de ella? Pero es carnal, y to
talmente no percibe las cosas del Espiritu de Dios, el
que acaso redarguya à quien està ocupado en la con
templacion de Dios sòbre esta ocupacion. Escuche pues
que esta es la parte óptima que permanece eternamente.
Por ventura no parece en algun modo ruda aquella al
ma, que agena enteramente de la contemplacion divina,
entràre en aquella region, en donde esto solo es el
empleo de todos, el único estudio, y la misma vida.
4. Pero consideremos, Hermanos, como en esta
nuestra casa hà distribuido la ordenacion de la cari
dad estas tres cosas, la administracion de Marta , la
Varios contemplacion de Maria, la penitencia de Lázaro. Tie
grados y ne todas estas cosas qualquiera alma que es perfecta:
es t a dos pero mas parece pertenecer á cada uno cada una de
de una ca
estas cosas; de modo que unos se empleen en la santa
sa religio contemplacion, otros estèn dedicados à la administra
$3.
cion por sus hermanos, otros repasen en la amargura
de su alma sus años, como los llagados que duermen
GIl
EN LA AsuNcroN DE LA VIRGEN MAP 1A. 271
en los sepulcros. Asi ciertamente, asi es necesario, que
Maria sienta piadosa y sublimemente de su Dios; Mar.
ta benigna y misericordiosamente de su prógimo; Lā
zaro miserable y humildemente de si mismo. Cada uno
considere el grado en que se halla. Si se ballaren en Ezech. 14
14 -
esta ciudad Noe, Daniel , fob , ellos con su justicia
serán librados , dice el Señor, pero no librardn el
bijo o la bija. A ninguno adulamos nosotros: ojalá que
ninguno tampoco se engañe à si mismo. Aquellos à
quienes ningun gobierno se hà confiado, ninguna ad
ministracion se les hà encargado, enteramente debe
ràn sentarse ô junto à los pies de Jesus con Maria, ô
ciertamente con Làzaro dentro de las cercas del se
pulcro. ¿Què mucho que Marta se turbe acerca de mu
chisimas cosas, estando ella sollcita por muchos? Pe
ro á ti a quien no incumbe esta precision, una de dos
cosas te es necesaria: ô no turbarte en modo alguno,
sino antes bien deleytarte en el Señor: ô sino puedes
todavia esto, turbarte no acerca de muchas cosas, si
no (como el Propheta dice de si) acerca de ti mismo.
5 Otra vez lo digo, porque alguno no busque escu
º sa en la ignorancia. Es preciso, Hermanos, a quien en Ps. 41,7
- nada pertenece el fabricar ô regir èntre las ondas del
Que debé
-díluvio el arca de Noe, ô que seas varon de deseos, hacer los
-como era Daniel; ð con el bienaventurado Job, va Religio
ron de dolores, y que sabe de enfermedades. De otra sos no é
suerte temo que estando tibio y provocándole à nau pleados é
las cosas
seas te empiece a vomitar de su boca aquel Señor que e AtenaSe
desea encontrarte, ó calido con la consideracion de èl,
y encendido con el fuego de la caridad; ô frio con el Aviso
solo conocimiento de el mismo, y apagando con el provecho
agua de la compuncion los dardos inflamados del dia so à los
blo. Pero la misma Marta tambien debe ser amones q se exer
citan en
tada, que lo que principalmente se desea en los admi. la vida
nistradores es que cada uno sea fiel. Y sera fiel, si ni activa
busca el interes propio, sino el servicio de Jesu Chris
ºto, para que su intencion sea pura; ni hace su volun
- tad,
272 SERMoN III. DE S. BERNARDo ABAD.
tad, sino la del Señor, para que su accion sea orde
nada. Porque hay algunos cuyo ojo no es sencillo, y
tienen aca su recompensa. Hay quienes son llevados
de los propios movimientos del ânimo, y están conta
minadas todas las cosas que ofrecen, por hallarse en
estas sus voluntades propias. Vèn ahora conmigo al càn
tico nupcial, y consideremos como el Esposo , quan
do llama a la Esposa, ni omite alguna de estas cosas,
Cant. 2.
I Oe
ni añade a ellas otra alguna. Levántate, dice, date
priesa , amiga mia , hermosa mia, paloma mia, y ven.
¿Acaso no es amiga la que atenta à los intereses del
Señor, pone fielmente tambien la misma vida por èl?
Porque todas las veces que por uno de estos sus pe
queñuelos intermite la ocupacion espiritual, tantas ve
ces pone espiritualmente por èl su vida. ¿Acaso no es
hermosa la que à rostro descubierto especulando la
gloria del Señor, es transformada en la misma ima
gen de claridad en claridad , como por el Espíritu
del Señor ? ¿Acaso no es paloma la que llora y gime
en los agugeros de la piedra, en las cavernas de la cer
ca, como sepultada bajo de la piedra?
Los Pre 6 Una muger, dice , llamada Marta le recibió en
- lados tie su casa. Cierto es que tienen el lugar de esta los her
nen el ofi manos oficiales , ā quienes la providencia de la cari
ci o de dad fraternal diputo a varias administraciones. Ojalá
Marta. que yo tambien merezca ser hallado fiel entre los ad
ministradores. Porque, ¿à quiènes parece se debe adap
tar mas convenientemente lo que dice el Señor: Mar.
ta Marta solicita estds, que à los Prelados , si es
que ellos presiden en digna solicitud ¿O quièn es
turbado acerca de muchisimas cosas sino aquel a quien
incumbe la solicitud de María que contempla, de La
zaro que hace penitencia, y aun de aquellos tambien
con quienes parte sus cargas? Mira á Marta solicita,
mira a Marta turbada acerca de muchisimas cosas.
Hablo del Apóstol , quien amonestando a los Prelados
acerca de su solicitud, tiene el mismo la solicitud de
tQ
EN LA Ast, NcroN DE LA VIRGEN MARrA. 273
todas las Iglesias. ¿Quièn enferma èntre vosotros, di * Cor. r
29.
ce, y yo no enfermo? ¿Quièn es escandalizado, y yo
no soy abrasado. Reciba pues en su casa al Señor Mar
ta, à la qual es à saber, està encargado el cuidado
de la casa. Ella es la mediadora, para obtener la gra.
cia juntamente para si, y para sus subditos , reciba la
gracia, como està escrito: Reciban los montes la paz
para el pueblo, y las montañas la justicia. Reciban la Ps. 71. 3 y.
tambien los demàs coadjutores suyos, cada uno segun - ,
-
"-
la qualidad de su ministerio: reciban a Christo, sir
van à Christo, ministrenle en los miembros suyos:
aquel en los hermanos enfermos, éste en los po
bres, el otro en los huespedes y peregrinos.
7 Estando los quales solicitos en el ministerio co
mun, vea Maria como persevera en un santo repôso, Prevenci
y considera que el Señor es suave. Vea , repito , con on ütil à
que corazon tan devoto, con que ànimo tan tranqui los conté
lo está sentada à los pies de Jesus, miràndole siem plativos,
pre delante de si, y recibiendo las palabras de la bo
ca de aquel Señor, cuyo aspecto es deleytable, y el
lenguage dulce. Porque està derramada en sus labios
la gracia, y es hermoso sobre todos los hijos de los
hombres, y aun tambien sôbre toda la gloria de los
Angeles. Alegrate, y dà gracias, Maria, porque es
cogiste la mejor parte. Dichosos o los ojos que ven lo
que tu ves, y las orejas que merecen oir lo que tu
oyes. Dichosa ciertamente que percibes el eco dul
ce de su susurro en el silencio , en el quak sin duda
es bueno para el hombre, aguardar al Señor. Se sen
cilla, no solamente sin dolo, y disimulo, sino, sin multi
tud de ocupaciones tambien, para que tu conversacion
sea con aquel Señor, cuya voz esa dulce, y hermoso
su rostro. Guardate de una cosa, y es, de abundar en
tu sentido, y querer saber mas que lo que conviene
saber; no sea que siguiendo la luz, tropiezes en las
tinieblas, burlândose de ti el demonio de medio dia,
del qual no pertenece tratar en este hugar. Pero, ¿adôn
MIn de
274 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD.
- de se fuè Lázaro? ¿En dónde le habeis puesto? Hàblo
à las hermanas, que sepultaron à su hermano con la
predicacion y el ministerio, con el exemplo y la ora
cion. ¿En dónde pues le pusisteis? Escondido està en
la cavada tierra, yace bajo de la lápida, no se en
cuentra facilmente. Por eso no serà fuera de propò
sito reservar para el difunto de quatro dias el Ser
mon quarto, para que, à exemplo del Salvador, oyendo
Johan. II. nosotros: Mirad que aquel á quien amdis, está en
3s
fermo; tambien nos quedemos aqui este dia.
- l . . a ni. atCIl
EN LA AsuNcroN DE LA VIRGEN MARIA. 277
atentisimamente en que y quanto hà delinquido, y
mirando con los ojos del corazon las denegridas ima- -
SE R MIO N.
Sôbre las doce prerogativas de la Bienaventurada Vir
gen Maria , por las palabras del Apocalipse : Un por
fento grande apareció en el Cielo; una Muger esta
ba cubierta con el sol, y la luna d sus pies , y en
su cabeza tenia una corona de doce estrellas.
- -
SERMo N.
Del Aqüedubio.
C - - - º.
es º
-
, ,
- - Q
, ,
Virgen fecunda, la tierra venera su me
mòria. Alli, pues se halla la exhibicion de
todo bien, aqui el, recuerdo: alli. la saciedad, aqui
una tenue prueba de las primícias: alli la cosa, y aqui
el nombre. Señor, dice, puestro nombre permanece
para, siempre, y vuestra memoria de o generacion en
generacion. Esta generacion y generacion no es de
Angeles. à la verdad, sino de hombres. ¿Quières sa
ber que su nombre, y su memoria está en nosotros, y
Math. 6. su presència en las alturas. Asi dice, baréis oracion;
9º Padre nuestro, que estàis, en los Cielos, santificado
sea vuestro nombre, Fiel oracion, cuyas principios
nos avisan de la divina adopcion, y de la terrena pe
regrinacion para que sabiendo que mientras no esta
mos en el Cielo, estamos alejados del Señor, y fue
ra de nuestra pâtria; gimamos dentro de nosotros mis
mos, aguardando la adopcion de hijos, sin duda la
presència del Padre. Por tanto expresamente habla de
Thren. 4. Christo, el Propheta, diciendo: Espiritu delante de no
2O, fotros Christo Señor, bajo, de su sombra viviremos
entre las gentes, Pues èntre las celestiales bienaven
turanzas no se vive en la sombra, sino mas bien en
Ps, 1094 el esplendor. En los esplendores de los Santos, dice,
de mi seno te engendre antes del lucero. Pero esto sin
duda el Padre. q Mas
En la NAtrvrDAD DE LA VIRGEN MARIA. 299 .
2 Mas la Madre no le engendrò al mismo en el es
plendor, sino en la sombra; pero no en otra sombra que
con la que el Altísimo la cubrió. Justamente por eso
canta la Iglesia, mo aquella Iglesia de los Santos, que
está en las alturas, y en el esplendor , sino la que peº
regrina todavia en la tierra: Debajo de la sombra de Cantº 3.
aquel que habia deseado me sente, y su fruto es dul
re á mi garganta. Habia pedido que se la mostráse
ha luz del medio dia en donde el Espòso apacienta:
pero fuè reprimida en su desèo , y en lugar de la
plenitud de la luz recibió la sombra, en lugar de la
saciedad el gusto. Finalmente no dice, Debajo de la
sombra de aquel, la qual habia deseado, sino, Deba
jo de la sombra de aquel, que yo habia deseado me
sentè. Pues no habia deseado la sombra de él , sino
ciertamente el medio dia de el mismo, la luz llena de
quien es luz llena. r su fruto, dice, dulce á mi gar
ganta, como si dijera, d mi gusto. ¿Hasta quando no
me perdonäis, ni me dejäis que tràgue mi saliva?
¿Hasta quándo durara esta sentència : Gustad y ved,
que es suave el Señor? Yº sin duda suave es al gus ... - vo
o1
to, y dulce a la garganta, de modo que justamente
tambien por esto prorumpió la Esposa en voz de accion
de grácias y de alabanza.
3 ¿Pero quándo se dirá: Comed amigos, y bebed
e inebriad-os, Amantisimos? Los justos, dice el Pro Cant. 5.14
pheta, coman en el convite, pero delante de Dios; no
en la sombra ciertamente. Y de sí mismo dice: Sere Ps. 67. 3s
saciado , quando apareciere vuestra gloria. Tambien
el Señor dice a los Apóstoles: Vos sois los que per 3 s:
manecisteis conmigo en más tentaciones, y yo dispon Ps - ta
go para vosotros, asi como mi Padre le dispuso pa Luc. 22.
rami, el reyno, para que comais y bebais söbre mi
mesa. En dónde en mi reyno, dice. Dichoso aquel
que comerà el pan en el reyno de Dios. Sea pues vues
tro nombre santificado, por el qual de algun modo -3
ahora estàis, Señor, en nosotros, habitando por la
Pp 2 fè
3oo SeRMoN DE S. BERNARDo AB AD.
fe en nuestros corazones, pues que ya hà sido invo
cado sobre nosotros vuestro nombre. Venganos vues
tro reyno. Venga ciertamente lo que es perfecto, y sea
acabado lo que es en parte. Teneis, dice el Apóstol,
por fruto de vuestras obras la santificacion, pero se
Rom. 6, ra su fin la vida eterna. La vida eterna es fuente in
21 º
deficiente que riega toda la superficie del paray so. Ni
solo la riega, sino que la embriaga, como fuente de
los huertos, poza de aguas vivas que corren con ím
petu desde el Líbano, y el ímpetu del rio alegra la
ciudad de Dios. Pero ¿quièn es la fuente de la vida,
Colos, 3.
sino Christo Señor? Quando Cbristo apareciere que es
4.
vuestra vida , entonces tambien aparecereis vosotror
con el en la gloria. A la verdad la misma plenitud
se anonadó à si misma para hacerse para nosotros
Christo justicia, y santificacion, y remision: no apareciendo
es fuente todavia vida, ô gloria, ô bienaventuranza. Corrió la
de vida fuente hasta nosotros, y se difundieron las aguas en
para no
SOtrOS,
las plazas, aunque no beba el ageno de ellas. Des
cendió por un Aqiieducto aquella vena celestial, no
Prov.
16. 5s.
ofreciendo con todo, esp la copia de una fuente, sino
infundiendo en nuestros, àridos corazones las gotas de
la gràcia: á unos ciertamente mas, à otros menos.
El Aqüeducto sin duda llèno està , para que los de
Hisºn de la plenitud, pero no la misma ple
nitud. . . . . . . . . . . . . . . . . . ...
4. Ya habeis advertido, sino me engaño , quien
quiero decir que es este Aqüeducto , que recibiendo
, la plenitud de la misma fuente del corazon del Pa
Ma ia es dre, nos la franqueó a nosotros, sino del modo que
el "Aque es en simisma, a lo menos segun podiamos nosotros
duéto,
• l participar de ella. Sabeis pues, à quien se dijo: Dios
U te salve llena de gracia. ¿Mas, acaso admiramos que
se pudiese encontrar de que se formáse tal y tan gran.
de Aqüeducto, cuya cumbre, es asaber, al modo de
Gen. 18.
aquella escala que vió el Patriarca Jacob, tocase en
A1 . los Cielos; mas bien, sobrepasase tambien los Cielos,
y
EN LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARIA. 3o 1
y pudiese llegar a aquella vivisima fuente de las aguas
que estàn sobre los Cielos? Se admiraba tambien Sa.
lomon, y al modo del que despera decia: ¿Quien ha Prov. 3 1.
O,
llard una muger fuerte? A la verdad, por eso falta
ron tanto tiempo al género humano, las corrientes de
la grácia, porque todavia no estaba interpuesto es
te deseable Aqüeducto, de que hablamos ahora. Ni te El ascen
admiraràs de que fuese aguardado largo tiempo, si so de es
te acuerdas, quantos años trabajo Noe varon, justo te Aque
en la fábrica del arca, en la qual, unas pocas almas, duóto.
esto es, ocho almas, se salvaron, y esto para tiempo
bastante corto., -
3 Con
EN LANATIvrDAn DE LA VIRGEN MARIA. 3o3
Con todo lo intimo pues de nuestros corazones, Con quan
con todos los afectos de las entrañas, y con todos los to afecto
de bemos
votos y deseos veneremos à esta Marla, porque ésta es invocar y
la voluntad de aquel Señor que quiso que todo lo tuvie venerar à
ramos por María. Esta es, repito, su voluntad, pero la Virgen.
para bien nuestro. Puesto que, mirando en todo y por
todo al bien de los miserables, consuela nuestro te
mor, excita la fè, fortalece la esperanza, aleja la des
confianza, anima la pusilanimidad. Rezelabas acercar
te al Padre, y aterrado, con solo oir su voz, huias
à esconderte entre las ojas: èl te diò á Jesus por
mediador. ¿Què no conseguirà tal Hijo de Padre tal?
Será oido sin duda por su respeto: pues el Padre ama
al Hijo. Mas rezelas acaso llegarte tambien á él. Her
mano tuyo es, tu carne es, tentado en todas las co
sas sin pecado para hacerse misericordioso. Este Her
mano te diô, María. Pero por ventura en èl tambien
miras con temblor su magestad divina, porque aun
que se hizo hombre, con todo eso, permaneció Dios.
¿Quières tener un abogado igualmente para con el?
Pues recurre à Maria. Porque se halla la humanidad
pura en Maria, no solo, pura de toda contaminacion, -
Qq ¿C3
3o6 SER MoN DE S. BER Na RDo AEAD.
ro ¿Cómo, dice, se hard esto? porque yo no co
mozco varon. Verdaderamente santa en el cuerpo y ea
el espiritu, teniendo no solo la integridad de la car
ne, sino el propósito de la integridad. Mas respon
dièndo el Angel, dijo: El Espiritu Santo sobreven
drd en ti, y la virtud del Altisimo te hard sombra.
No me pregüntes à mi, dice; sôbre mi es , y no ten.
dre yo poder para esto. El Espiritu Santo; no el An
gèlico, sobrevendrà en ti, y la virtud del Altísimo
te harâ sonbra, no yo. No te pares aun èntre los An
geles , Virgen santa: algo mas sublime està lo que
la tierra sedienta espèra que se la dè à beber por mi
nisterio tuyo. Un poco que les pases à ellos, hallaràs
à quien ama tu alma. Un poco, repito; no porque no
sea superior à ellos incomparablemente, sino porque
-
nada encontraràs que médie èntre èl, y ellos. Pasa
pues las Virtudes y las Dominaciones, los Querubi
nes tambien y los Seraphines , para que llegues à
sai. 6.3. aquel, de quien reciprocamente estàn clamando: San
to, Santo, Santo, Señor Dios de los exercitos. Pues
lo Santo que nacerd de ti se llamard hijo de Dios.
Fuente es de la sabiduria el Verbo del Padre en las.
alturas. Este Verbo por medio de ti se harà carne;
Johan. 14 para que aquel que dice: 2'o estoy en el Padre, y el
Padre en mi, diga igualmente: Porque yo procedi de
1O,
Dios, y vine. En el principio, dice, era el lZerbo.
Ya brota la fuente: pero por ahora, solamente en si
misma. Finalmente, y el verbo era en Dios, habitan
do ciertamente una luz inacesible : y decia el Señor
Jerem, 29 desde el principio: 1 o medito pensamientos de paz,
M - y no de aficcion. Pero en vos està vuestro pensamien
to, y lo que pensais, lo ignoramos nosotros. Porque
áquièn habia conocido los designios del Señor, ö quièn
era su consejero? Descendió pues el pensamiento de la
paz à la obra de la paz; el Verbo se hizo carne, y
habíta ya en nosotros. Habíta por la fe en nuestros
corazones, habíta en nuestra2 memoria, habita en nues
•-, , O
* - º*
EN LANATrvrDAD DE LA VIRGEN MARIA. 3o7
tro pensamiento, y desciende hasta la misma imagi
nacion. Porque ¿què pensaría antes el hombre de
Dios, sino que acaso fabricàse un idolo en su co
razon? º - --
11 Incomprensible era, è inacesible, invisible, è
inexcogitable enteramente. Mas ahora quiso ser com.
prendido, quiso ser visto, quiso que pudiesemos pen
sar en el. ¿De que modo, dices? Echado en el pese
bre, reposando en el virginal regazo, predicando en el
monte, pernoctàndo en la oracion; ô estando pendien
te en la cruz, ponièndose pālido en la muerte, libre
èntre los muertos, y mandando en el infierno; ô tam
bien resucitando al tercero dia, y mostrando à los
Apòstoles los sitios de los clavos , insignias de su
victoria; ultimamente subiendo à lo secreto de los
Cielos á vista de los mismos. ¿Què cosa de èstas no
se piensa verdadera, piadosa, y santamente? Qual
quiera de èstas cosas que yo piense, pienso à mi Dios,
y por todas las cosas èl mismo es mi Dios. El me
ditar pues estas cosas lo llame sabiduria, y juzgue
por prudencia el pronunciar incesantemente la memo
ria de èsta suavidad, que en estos dulces frutos pro
dujo la vara sacerdotal copiosamente, la qual reci
biendola Marla en las alturas, la difundiò con la ma
yor abundáncia en nosotros. La recibió sin duda en
las alturas, y sòbre los Angeles, la que recibió al
verbo del mismo corazon del Padre, segun està es
critos. El dia anuncia al dia la palabra. Verdadera Psal, a8. R.
mente es dia el Padre, pues es dia del dia la salud
de Dios. ¿Acaso no es tambien dia Marla? Y escla
recido. Resplandeciente dia es sin duda la que proce
dió como la aurora quando se levanta, hermosa como
la luna, escogida como el sol. . . A
. . . . . - ---- -
ge e»<-e-º-e--><e-oe-e-e-º-e-4-e-º)
29 de, -
EN LA FIESTA DE SAN MIGUEL.
Se ptiem
SERMON SEGUNDO.
Sôbre las palabras del Evangelio: El que escan
dalizdre á uno de estos pequeñuelos que creen
en mi, &c.
. . .
ºrº º e-º-º-º
1. de No
viembre. EN LA FIESTA DE ToDos Los sANTos.
SERMo N PRIMERO.
- * --
Sôbre la leccion Evangelica: viendo 3fesus d las
turbas subió d un monte, &c.
-
... º , )
«e- es e-e-o-e-º-es-e-e-es-e-e-e-e-»º
EN LA FIESTA DE TODos Los SANTos.
SERMON sEGUNDo.
Del estado de los Santos antes de la resur
reccibn. -
, , ,-
-g"
342 SERMoN II. De S. Br RNARno ABAD.
los patrocinios, de quienes nos deleytan los elógios.
Quá fruc No es poco fructuosa no, la festiva memoria de los
tuosamé
te. Se Ce
Santos, expeliendo ella la debilidad, la tibieza, y el
lebranlas error: pues por su intercesion se ayuda nuestra fla
fiestas de queza, se excita la tibieza nuestra con la considera
los Stos. cion de su bienaventuranza : y aun tambien nuestra
ignorancia con sus exemplos es instruida. Por tanto
no dudando que estarèis ya perfectamente instruidos,
para imitar los exemplos de los Santos por la lec
cion del santo Evangelio de hoy , y por el mismo
Sermon del Señor, habièndose erigido sin duda delan
te de vuestros ojos aquella escala , por la que subió el
coro universo de los Santos, que hoy celebramos; ni
ignorando tampoco , que en implorar sus sufrágios
habeis empleado con devocion religiosa todo el tiem
pocasi de la noche y de este dia ; ya acerca de sur
bienaventuranza tentarè hablar algo , aunque sea po
co; aquello que nos diere el mismo, que ya magnifi
ca y glorifica á los que primero llamó y justificó.
Ps. 1 y 4.7. 2 Leemos en el Propheta : Vuelvete alma mia d
tu descanso, porque el Señor te bd colmado de bie
nes, porque sacó mi alma de la muerte, mis ojos de
las lagrimas, mis pies de la caida; y en otro Psal
Ps. 12 3.7. mo: Nuestra alma como un pájaro fue libertada del
lazo de los cazadores. Igualmente me parece haber
hallado en la sèrie de las divinas Escrituras otras mu
chas semejantes palabras de hombres, que se alegran
no sin mucha admiracion de haber sido libertados;
palabras de una seguridad perfecta, y de una inmen
sa felicidad, voz de accion de gràcias y alegria, la
que à mi modo de entender de ningun modo convie
ne à estos que todavia habitan en casas de barro, y
que comen su pan en el sudor de su rostro. Porque
¿quién de ellos se gloriarà de que tiene el corazon
casto? ¿Quièn se atreverà a gloriarse de que ya està
el lazo deshecho, de que los pies estàn libres ya de
la caida, reclamando ciertamente el Apòstol, y di
CCl
EN LA FIEsTA DE Topos Los SANTos. 343
ciendo: El que esta en pie, mire no caiga? Por lo que 1 Cor, to.
tambien de si mismo dice: Infeliz bombre yo, ¿quien
me librard del cuerpo de esta muerte? Y en otro lu Rom. 24.
7.
gar: Hermanos , dice, yo no juzgo que be llegado á s
ese º 4 se ee
... 1 o
º1 4, , se, ,e-e-º-e-seº
, ,, º
zoºo o ,
EN LA FESTIVIDAD DE Los SANTos.
sERMONTERCERO,
como las almas Santas estaran sin mancha, ni
...
1. H. , , , , , , , , , , arruga.
quando dijo, que habia Dios proveido á nuestro favor que los Santos
no fueran consumados sin nosotros. V. Serm. 2. en la Vigilia de la
Natividad num. 5.
Esto es lo que han pensado hombres doétisimos de este mo
do de hablar del Santo, y lo que sin duda se apoya sobre graves
fundamentos. Pudierase decir tambien que en aquellos tiempos no
estaba todavia en clara luz la doétrina Cathólica que enseña, que
1as almas de los Santos libres del cuerpo gozan de la vision beatifica.
Ciertamente S. Bernardo estuvo muy distante po solo de la opinion
que siguió , ô à que diò ocasion Origenes, siho tambien de la de
Juan XXIH, y sus sequaces. S. Bernardo en estos mismos Sermones
a las almas de los Santos las reconoce cóhocadas en el Cielo, admi
tidas en la compañia de los Angeles, llenas de luz y de gozo, ocu
padas en la voz de accion de gracias, despues de haber dicho en
otras partes que gozan de una gloria, y felicidad igual à la de los
Angeles. En fin expresamente dice, que no es su àmimo, que su mo
do de pensar en estos Sermones acerca del estado de las almas san -
tas no deba ceder, sià otro alguno pareciere otra cosa. Por todo es
to se debe creer que S. Bernardo trata aqui particularmente de la
gloria acidental, que se aumentarà à los Santos “despues de la re
surreccion de sus cuerpos, dejando siempre salva la gloria esencia 1
de que ya gozan lo que se hace mas claro cotejando el modo con
que en diferentes lugares explica el Santo el texto del Apocalipsis,
el que se ha tocado del Apòstol Hebr. 1 1.4o. pues siempre decla
a que en la reunion de los cuerpos recibiràn los Santos la perfec
cion , y consumacion de su gloria , que es lo mismo , que el au
mento, y plenitud de la glória acidental. " 2.
Ps,7 t. 19.
este nuestro hombre exterior. A fin pues de que ha
bite tambien la gloria en nuestra tierra, y se llène,
como dice otro Propheta , toda la tierra de la ma
Bienaven gestad del Señor, se hàn de buscar para él quatro
tuázadel cosas , estando èl compuesto de quatro elementos , co
- hombre é mo es constante. Ni te admires de que parece necesi
quanto al tar de mas cosas el que es mas miserable, habien
cu 2rp0 • do tambien leido tu en el psalmo , que dice el Prophe
ta: De vos tuvo sed mi alma, y de qudntos modos
Ps. 62.2.
mi cuerpo tambien sintió el ardor de esta sed! Tenga
pues nuestra tierra la inmortalidad, ni tema ya el ser
reducida nuevamente á polvo; porque resucitando
nuestro cuerpo , ya no muere , no le dominarà la
Los qua
tro dotes muerte jamàs. Pero ¿què serviria , si sucediese aca
del cuer so, vivir eternamente en las misèrias, y enfermeda
po glorio des de esta pasibilidad, en la que es afligido incen
S(?, santemente este cuerpo corruptible , y aunque no una
vez, pero siempre muere sin duda? Tendrà ciertamente
algun dia una entera impasibilidad tambien ; pues
de los humores desordenados dicen, que proceden el
dolor, y la enfermedad. Pero ya igualmente desèa
nuestro cuerpo la ligereza segun aquella porcion del
ayre que tiene , para no sentir molèstia aun en su pro
pio peso. Tanta pues se debe creer que será la leve
dad, y agilidad de los cuerpos bienaventurados, que
podràn, si quieren, sin tardanza, ni dificultad algu
na seguir en todo aun la misma velocidad de nues
tros pensamientos. ¿ Què falta mas para la perfecta
bienaventuranza de los cuerpos? Sola la hermosura.
Habiéndola de tener perfectísima, no sin razon la po
demos asignar a aquella parte que tenemos del fue
gos
EN LA FE sTrvIDAD DE ToDos Los SANTos. 363
go; Puesto que aguardamos al Salvador, como di- Phil.3, º
ce el Apòstol , quien reformard nuestro cuerpo aba
tido y humillado configurándole con el cuerpo de su
claridad, cumpliendo lo que el prometio, que res
plandecerdn los 5ustos como el sol en el reyno del Math 3.
Padre de ellos. Asi pues llenarà Dios nuestras almas, º
quando habrà en ellas una ciència perfecta , una per
fecta justicia, una perfecta alegría. Asi se llenara to
da la tierra de la magestad del Señor , quando el
cuerpo serà incorruptible, impasible, àgil, configu
rado finalmente con el cuerpo de su claridad. Y mi- Math. 15.
ra no sean quizà estos aquellos siete panes, con que 38.
se lee que sació el Señor quatro mil hombres , de
los quales los Apóstoles llevaron para guardar otras
tantas espuertas llenas. Porque ahora nos alimenta
mos con estos panes, quando en gustosa meditacion
rumiamos aquella bienaventurada esperanza, hasta que
venga el tiempo en que gozandonos no de la espe
ranza, sino de la cosa misma, y de su cumplimien
to, merezcamos recíbir como unas espuertas llenas
por cada pan.
SERMON QUINTO.
I Estivo dia para nosotros, y que tiene lugar
- entre las principales Solemnidades, es la
Solemnidad de hoy. ¿ Què decimos pues ¿de qué
Apòstol es, de què Màrtir, de què Santo ? No es
de alguno singularmente, sino igualmente de todos;
pues que todos sabemos que se llama, y es la festi
vidad de todos los Santos la que celebramos hoy. De
todos, repito, asi celestes, como terrenos: porque hay
Zz 2 San
364 SERMoN V. De S. BERNARDo ABAD.
Santos del Cielo, y Santos de la tierra : y aun de es
tos que son de la tierra , unos en la tierra todavia,
algunos en el Cielo ya. Se celebra pues la fiesta de
La solem
nidad de
todos estos comunmente, pero quizà no uniformemen
hoy tam
te. Ni esto es maravilla, quando ni la Santidad de
bié es de ellos es uniforme, sino que èntre Santos y Santos hay
los Stos. su distancia , y esa no pequeña. Ni lo digo preci
q. hay en samente porque uno sea mas Santo que otro, (por
la tie ra.
que èsta es mas bien distancia de quantidad, que de
qualidad) sino porque hallamos que no solo mas y
menos, sino tambien de distinto y diferente modo
se llaman , y con verdad se llaman Santos. Y acaso
èntre los Angeles y los hombres se podia asignar ès
ta diversidad de santidad , y juntamente de celebri
Motivos
dad; pues no parece que se puedan honrar como
para hon
triunfantes, los que se sabe que nunca pelearon. Sin
rar à los embargo, por otro modo deben ser honrados ellos
Angeles mismos tambien, como Amigos vuestros, ó Dios, à
Santos. cuya voluntad sin duda adhirieron siempre, con tan
ta facilidad ciertamenne, como felicidad. A no ser
que se crea que pelearon, por haber perseverado va
ronilmente, pecando los otros, no yendo con el con
cilio de los implos, sino diciendo cada uno : Bueno
es para mi juntarme d Dios. Se debe celebrar en
ellos , pues, la grácia que les previno en bendicion
de dulzura: se debe honrar la benignidad de Dios,
no trayèndolos á penitència , sino retrayèndolos de
todas las cosas à que seria debida la penitència , no
sacàndoles de la tentacion, sino guardàndolos de la
tentacion.
2 Otro gènero de santidad ciertamente, y dig
no de ser honrado de un modo particular aparece
rà en èstos que vinieron de la tribulacion grande, y
De los blanquearon sus vestidos en la sangre del cordero: los
S a n t os quales despues de muchos combates triunfan ya co
Ul nOS SOn
triunfan
ronados en el Cielo, porque pelearon legitimamente.
res, ¿Hay todabia otro tercero gènero de Santos? Le hay,
- pe
EN LA FresTA BE Todos Los SANTos. 365
pero oculto. Porque hay Santos que todabia militan,
todabia pelean; corren todabia ; aun no han llega Otros mi
do a conseguir. Acaso parecerá que temerariamen litantes.
te hè llamado Santos á estos; pero se que uno de
ellos no recelò decir à Dios: Guardad mi alma, por Ps.85. 2
que soy Santo. Asi tambien el Apóstol sabedor de
jos divinos secretos, dice mas claramente : Sabemos
Rom. 8,
que d los que aman d Dios todas las cosas coopeº 2.6.
ran d su bien , d estos que segun el propósito del
Señor fueron llamados para ser Santos. Esta es sin
duda la diversidad en la aplicacion del nombre de
santidad, que unos se llaman ya Santos , segun la
consumación; otros segun la sola predestinacion to
davia. Está escondida pues en Dios esta santidad:
està cerrada, y se celebra en algun modo secreta Ecles. 9.
mente. Verdaderamente no sabe el hombre, si es dig l.
no de amor, 3 de odio, sino que se reserva todo en
su incertidumbre para lo futuro. Sea asi la celebri Antes de
dad de estos Santos en el corazon de Dios, porque la muerte
nadie de
el Señor sabe quienes son suyos, y èl conoce los que be llamar
escogió desde el principio. Sea tambien para con se bien
aquellos Espiritus destinados, y enviados al ministe a Vent lla
rio por aquellos que perciben la herencia de la sa do.
lud: a nosotros se nos prohibe alabar en su vida al
hombre. Porque ¿cómo sería segura la alabanza en
donde ni la misma vida es segura ? No será corona-. 2.Tim. a.
nado, sino el que peledre legitimamente, dice aque - 5•
•
-
- ? -5 - -
EN
- 37s
se º e-e ese e-ºe-e-e-º º e-ºe e»º
EN EL TRANsito
5 de No
viembre.
DE SAN MALACHIAS OBISPO.
SERMON PRIMERO.
I, EL Cielo, Amantisimos, se os ha desti
- nado hoy una bendicion copiosa: y no
distribuirla fielmente sería para vosotros perjudicial,
y peligroso para mi; à, quien ciertamente parece es
tar encargado este ministerio. Temo pues vuestro da. Thren. 4.
ño , temo mi condenacion, si acaso me dijeren: Los 4.
parvulos pidieron pan, y no hubo quien se lo diese.
Se pues quan necesaria es para vosotros la consola
cion, que viene del Cielo; quienes como es constan
te renunciasteis varonilmente à los deleytes carnales, S. Mafa.
y delicias mundanas. Ninguno dude que há sido un chias vi
celestial beneficio, y determinacion del consejo so-, no à Ga
raval.
berano, que el Obispo Malachias muriese hoy entre
vosotros y tuviese entre nosotros, la deseada sepultua
ra, Porque no cayendo en la tierra, aun una hoja del
arbol sin la voluntad divina, ¿quièa será tan rudo, que
no advierta evidentemente en la venida, y en el tràn: -
sito de este varon bienaventurado un consejo entera lºs -
mente grande de la piedad soberana. Desde los fines e, E1.
de la tierra vino, para dejaraqui la tierra, apresuran - - er c.)
do, su viage p9r otra, causa, ciertamente, aunque sa - 3
º
.
. -
-
º SER MO N. -
-
- : -
bre sin duda, pero no menos verdadero, Dios. Ni aun ... ".
quiero tampoco me alegues la misma obediencia de
los Apóstoles: quienes ciertamente consta, vieron con
sus ojos segun la prophètica promesa a su Preceptor, ,
y oyeron con sus oidos la voz de quien les amones
taba Por lo que escribiendo uno de ellos dice con la
1. Johans,
mayor expresion: Lo que oimos , lo que vimos con. • sº
nuestros ojos , lo que miramos .. y trataron nuestras
manos acerca de la Palabra de la vida. ¿Que mucho ..., n, :
que dejasen todas las cosas: ¿Què muchó, que para o ".
todas las cosas siguiesen la presència de tan grande • º
magestad??Què no haria yo, si se me diese la mis
ma oportunidad? Pero no lo hizo asi con todas las
demas naciones, no lo hizo ciertamente así con las
que precedieron, ni con las que se siguieron. Porque
, " " - º ºrº - -
así como muchos Reyes desearon verle y no le vie
ron; asi no menos llegaron ya los dias, en los que de
See
398 SERMon De S. BERNARDo ABAD.
seemos ver aquel dia único del Hijo del hombre, y
con todo eso no lo merezcamos.
9 Oportunamente pues sèa puesto delante San Mar
tin, para que sea quitada de delante toda ocasion de
pecados. Hoy èl, siendo semejante en todo a nosotros,
y sin duda sensible y pasible; pero y tambien vivien
Obedien
cia de S.
do mucho despues de aquellos tiempos de las visio
Martin, nes de los Patriarcas, y Prophetas, siendo igualmen
te puro hombre, no teniendo nada de la naturaleza
de la divinidad, pero creyendo en aquel Señor que
no vió; llèno del fruto de la obediencia , y rico de
virtudes, dejó el suelo, y ascendíò al Cielo, entre
gando à la tierra, lo que tenia de la tierra; dirigien
do el Espiritu al Padre de los Espiritus, á quien sir
vió fielmente en el espíritu de adopcion. No fuè ce
leste cuerpo, ni tampoco Espíritu celeste: animal ra
cional fuè, aun tambien mortal, nacido de la tierra,
è hijo del hombre. En la tierra nació, en la tierra fue
educado, en la tierra fuè exercitado y probado, en
la tierra fuè tambien consumado, Ni era Patriarca,
mi alguno de los Prophetas, de quienes dice la Ver
Math. I , dad en el Evangèlio : La ley, y los Prophetas bas
l 3• ta 5uan. Mucho mas seguramente no era el Chris
to, pero con todo eso estaba Christo en el , no de
otra suerte sin duda, que por la fe.
1 o A la verdad , de este modo aun ahora cerca
Dent.3o. esta la palabra en tu corazon, y en tu boca : con
14. tal que la busques con recto corazon precisamente. Sin
duda esta palabra de que habla Moysès, es la pala
Rom. 1o. bra de la fe, por interpretarlo así el Apòstol. Por lo
8.
qual tambien en otra parte dice el Apòstol mismo:
Hebr. 13. jesu Christo, era ayer, y es boy, y será para siem
8
pre. Entiende tu el dia de ayer desde el principio del
De diver
so modo
siglo hasta la Ascension del Señor; el dia de hoy des
està Chr de allí hasta la consumacion del siglo; el decirse pa
isto res ra siempre despues de la cornun resurreccion de to
peto de dos. A ninguno de estos falta Christo; á ninguno
todos pre - fal
EN LA FIF sTA DE S. MARTIN Osrºpo, 399
falta Jesus a ninguno falta la uncion; à ninguno la sa sente , y
lud. A los Patriarcas y Prophetas fuè mostrado en vi tmanifies
Oe
sion, a los Apòstoles en la humanidad, á San Mar
tin en la fe, a los Angeles ya en su rostro. El qual
rostro verdaderamente, tambien prometió mostrar a
todos los escogidos él mismo, mas no hoy, sino pa
ra siempre. En fin, ya habia pasado el dia de ayer,
ya habia esclarecido este nuestro dia de hoy, quan
do decian los Apóstoles; Aunque conocimos á Chris s. Cor. 5.
to segun la carne, mas ahora ya no le conocemos de 16.
este modo. Con todo eso parece haberse guardado
algo de las carnes del cordero para esta mañana: pe
ro lo que resta, ciertamente ya se entrega al fuego:
por quanto, es à saber, hasta hoy se nos exhibe la
misma carne a nosotros, pero espiritualmente, no car
nalmente sin duda.
1 . Ni hay razon para quejarnos de que se nega
ron à este nuestro tiempo aquellas apariciones que
fueron hechas à los Padres del antiguo testamento, ô
la presencia de su carne que fuè exhibida a los Após-.
toles. Porque se harà claro à los que fielmente lo con
sideran, que ni lo uno ni lo otro falta. Porque se nos Presecía
presenta aun ahora la VERDADERA suBTANcLA de su de Chris
to en la
carne, sin duda en el Sacramento. Hay tambien re Euchaxis,
velaciones, pero en espíritu y virtud; para que se vea tia.
que al tiempo de la grácia, que es ahora, nada le fal
ta en gènero alguno de gràcia. Finalmente ni el ojo
vió , ni el oido oyô , ni subió al corazon del hombre
lo que preparó. Dios à los que le aman; pero à noso
tros o reveló por su Espiritu. Ni te admires de que
les hizo apariciones carnales à los que aguardaban su
carnal advenimiento. Mas à nosotros tanto mas nece
saria nos es una gracia mas eficaz, y mas digna re
velacion , quanto sin duda mas excelentes son las co
sas que aguardamos.
12 Asi (como dijimos tambien arriba) este Mar
tin no fue Christo, pero tuvo en si a Christo: no co
IIMQ,
400 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
mo los Angeles en la presencia de la magestad; no
como los Apóstoles en la vista de la humanidad; no
como otros tiempos habló en vision a sus Santos; si
no como hoy tambien le tiene la lglesia : en la fè,
y en los Sacramentos: No era luz, sino, antorcha,
ciertamente ardiente y luciente, se dijo ue San Juan.
Pero si a éste os pusiere yo delante, pienso que di
reis: el màximo de los hombres es , mas que Pro
pheta es, aun es el Angel de Dios Padre, como èl
Johan. 5. mismo testifica. Ve abi que envio a mi Angel, &c.
35 « San Martin tambien era antorcha ardiente y lucien
te: nadie pues tenga vergüenza de imitar a éste a lo
menos; pero de imitarle en lo que es imitable, no
en lo que se muestra admirable. A la mesa de un ri
Luc.7. 17 co te sientas hoy: considera cuidadosamente las co
sas que te ponen delante. Distingue entre los manja
En los
res, y los vasos de los manjares. Aquellos te mandan
Stos unas que tomes, no èstos. Rico es este Martin, rico en me
COSaS SOn ritos, rico en milagros, rico en virtudes , rico en
para imi portentos. Considera pues diligentemente las cosas que
tar, Otras te ponen delante, quales, es à saber, para la admi
para ad racion, y quales para la imitacion. O, seguramen
... mirar.
Prov. a 3. te, porque en la Escritura se sigue: Que es razon
• que tu prepares otras tales: considera diligentemen
Segun la te lo que te ponen delante, y en que. Resucitó Mar
Versió de tin tres muertos, quantos ciertamente habia leido que
los setéta
habia resucitado el Salvador. Dió vista à los ciegos,
oido à los sordos, habla a los mudos , a los cojos la
Milagros
de S. Mar facilidad de andar, á los àridos la salud. Evadió los
tin. peligros con la virtud divina, rebatió las llamas po
niendo delante su cuerpo propio, abatió a la tierra la
mole de una màchina sacrilega con una columna igual
que descendia del Cielo, límpió con un beso a un
leproso, curo con acèyte á un paralitico, venció a
los demônios, vió a los Angeles, previó los futuros.
-13, Pero verdaderamente éstas cosas, y las demàs
semejantes maravillas altisimas que hizo, que mucho
las
EN LA FIssTA DE S. MARTIN OBrspo. 4or
las llàme yo unos admirables vasos de este rico de
mazizo oro, resplandecientes con piedras, por la ma
tèria y por la obra igualmente preciosos? No quieras Los mila
gros
buscar en ellos el sabor, sino admira el esplendor. los Stos. ¿
Brílle en tales cosas nuestra antorcha , para que en su son testi
luz veamos nosotros la luz, la qual ciertamente, pura mônio de
como es en si misma, todavia no puedes mirar. No la gloria
es pues èste luz, pero es quien dà testimonio de la de Dios.
luz; y aparezca à ti por ahora glorioso Dios en su
Santo, mientras que no alcanzas a la glória de èl,
como es en si mismo. Sin embargo, no juzgues que
se hallen adornadas las làmparas de Martin, pero va
clas: no es Virgen fatua, tiene aceyte en los vasos.
Tiene vino en las redomas , tiene dentro de estas fuen
tes còpia de manjares, delícias espírituales ciertamen
te: para que no solo vean y se admiren, sino que
coman los pobres, y se sàcien: y en aquellas à la
verdad alaben al Señor, mas en estas vivan sus cora
zones. De otra suerte, ¿como os alabaràn, Señor, los
La alabá.
muertos? Para que sea pues gustosa y hermosa la za de los
alabanza en la admiracion, vivan tambien por la imi Stos debe
tacion ; y para que con mas ànsia tomen las delicias, acópañar
contemplen tambien con mayor curiosidad las mismas se de su
riquezas. Asi ciertamente debemos proceder con al imitacion,
ternativos afectos entre el esplendor y el fervor de
esta antorcha, para que se nos haga apreciable lo
uno por lo otro, y por la mútua comparacion nos
parezcan ambas cosas mas agradables. Porque fuè.
humilde y pobre de espíritu este Martin , como evi
dentisimamente lo prueba. el efecto de la divina grà
cia, pues verdaderamente no hubiera dado Dios tan
ta, sino à quien era tan humilde.-
14. Mas para poner à vuestra vista algunos indí
cios de sus virtudes , aunque pocos , pobre de espíri
tu le conoció el bienaventurado Hilàrio, quando in
tentando darle el oficio del Diaconado, y no consi
Eee - guien
402 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
Rumil guiendolo de èl, porque clamaba que era indigno:
dad y po le mandó que fuese Exorcista: en lo qual pareciese
breza de
5. Martin tener algun lugar el desprecio, sabiendo seguramente
que de ningun modo repudiaria èl una órden mas hu
milde. Pobre fuè , desaliñado en el vestido, sin asèo
en el cabello, despreciable en el rostro: las quales co
sas aunque en su eleccion habian sido objetadas por
* Sulpi algunos malèvolos, con todo eso en el Obispado mis
cio en la mo como se escribe de èl, * enteramente nos las mu
vidade S. dó. Finalmente, porque fuè verdaderamente Martin
Martin.
pobre de espiritu , pobre y pequeño mereció llamar
Cap. 7. se. Mas escucha su mansedumbre , escribiendo así
Su man aquel su Sulpício: ,Tanta paciencia habià llegado a
sedumbre , tener contra todas las injürias, que siendo sumo
,, Sacerdote, impunemente era ofendido, aun de los
,, infimos Clèrigos: ni por esto jamàs los echó de su
, lugar, ô los desechó de su caridad en quanto estu
,, vo de su parte.“Lo qual juzgo que todos vosotros
Su olvido os acordàis haberse mostrado manifiestamente en su
de las in
conducta con Bricio. A este escogió, entre todos por
jurias, y sucesor suyo, y le previno acerca de la mucha ad
su bene
v o lencia versidad que habia de suceder despues: ultimamente
con Bri - le hizo Santo en su fè y mansedumbre, que fuè tan
cio. grande en esto , que él mismo habia escuchado la
respuesta que habia dado á un hombre, que pregun
taba por el Santo, en estos terminos injuriosos: si bus
cas aquel desvariado, mirale alli lejos , y repara co
mo segun su costumbre está mirando al Cielo, como
un loco. Freqüentemente el hombre de Dios, como
quien despreciaba la tierra, miraba a l. Cielo. Sabia
sin duda que para esto habia recibido (como arriba
dijimos) una recta estatura en el mismo cuerpo: sabía
que estaba alli su tesoro, sabía que alli estaba sentado
à la diestra del Padre Jesu Christo, sabia que nunca
habia de alcanzar lo que deseaba , hasta que llega -.
se alli, Por lo qual no es mucho que no, atendiese à .
que le llamaban loco en la tierra, aquel cuyo trato
cier
EN LA FIEsrA ps S. MARTrN OBIseo. 403
clertamente estaba en los Cielos, y cuyos ojos esta
ban en su cabeza, A la verdad tambien acostumbra
ban subir allà sus lägrimas desde su megilla, de las
quales abundaba tanto, que solia llorar aun por los
pecados de aquellos, que hablaban mal de sus ac
ciones. º
- - EN
-
407
e» º «» e» «» e» º «»se» e» e «»«»«» «» e»«»).
EN EL DIA DES. CLFMENTE PAPA Y MARTIR.
23 de No
viembre,
SER MO N.
De las tres aguas.
- Reciosa es delante del Señor, la muerte de
sus Santos. Oiga el pecador, y enòjese;. Ps. 15.6
brame con sus dientes y deshàgase. Fuè cogido en
su astucia, cayó en la hoya que èt hízo, cayó en el
lazo que tendió. Porque por la envidia del diablo en
trò la muerte en el orbe de la tierra :- pero ve ahi
que se ha hecho preciosa-la muerte de los Santos.
Escucha pues, enemigo de la vida, atiende autor de
la muerte. ¿Què vale ya tu astücia, tu sagacidad què
daña? Antes bien , para que te duelas mas , aun coo
peran al bien todas las cosas respecto de aquellos que
segun el propositos de -Dios fueron llamados para serº
Rom. 8.
Santos. Porque ni de otra suerte, que con la misma
muerte del cuerpo (la qual es efecto de tu obra) triun
fo. de ti el Bienaventurado Mártir, cuya solemnidad Los Stos.
celebramos. Hizo pues de la necesidad virtud-, con por medio
mutô. la pena del pecado en mèrito de -la gloría: se de la mu»
mostró fiel en lo poco, para hallarse digno de ser erte mis
constituido sóbre mucho. Poco era, y enteramente º ma triun
fá del dia
poco todo lo que habia recibido antes aquella bien blo.
aventurada... alma, respecto de esta gloria , que me
reció con la pasion presente. Puesto que toda la de Todoslos
leytacion de este mundo , toda su gloria, todo quan bienes de
to en . él se desèa, enteramente es poco en compa esta vida
racion de aquella gloria, de aquella felicidad, de só vanos
en compa
aquella bienaventuranza: si es que atín se puede lla racion de
mar poco, y no mas antes nada , y vapor que apa los futu
- - ... º º - re Oe
4o8 Srr Mon Dx S. BERNARDo Ana D.
rece por brebisimo tiempo. Habia re ibido el Bien
aventurado Clemente un linage noble, amplias pose.
siones , una grande herencia, ciencia tambien muy
grande, de suerte que era tenido por el mejor Phi
losopho de aquel tiempo. Habia recibido todas estas
cosas del Señor pues tambien son dones de Dios,
aun estas cosas. Asi se mostró fiel á aquel Señor que
se las habia dado, quando por su amor las despreció
todas , haciendo abandôno de todas, y juzgandolas co
mo estiercol, para ganar a Christo.
2. Pero acaso aun entonces murmura el Enemigo
Job, a. 4 diciendo: Piel por piel, y todo lo que tiene el hom
bre dard por su vida. ¿Què pues? ¿Juzgas que en la
misma vida del cuerpo, que recibio del Señor y se ha
Los Stos. llarà infiel, prefiriendo ésta à lo menos à èlº Ve ahi,
detodo se
despren que tienes potestad: acometele por tus ministros, pa
den por ra que por ambas partes se vea estrechado, teniendo
Dios, necesidad de separarse ô del Señor , o del cuerpo.
Busca varios y crueles generos de formentos: pero
sabe que fabricas corona à nuestro Màrtir. Porque,
asi como despreció los mismos adornos y socorros de
esta vida, asi la desprecia tambien ella misma. To
do el cuerpo te expone para la muerte; y te maldice
en tu cara, y con su sagrada boca blasfema de tus ido
los, aun entre tus tormentos ensalza libremente à su
Señor Dios, y le confiesa ingenuamente. Así sera co
ronado, porque legitimamente peleó, venció fielmen
te, ni pudo ser separado de la caridad de Christo
con los alhagos de esta vida, ni con el horror de la
muerte. Dinos, te pido, alma santa , que de este mo
do exponias tu cuerpo à los suplicios; dinos, ¿le ama
bas, o no le amabas? Sin duda le amaba, dice. Pues
to que ninguno jamás, tuvo ödio á su carne. Amabala
yo pues; pero la amaba poco , como à sierva que era,
y amaba mucho mas al Señor Dios. Y para que fue
se prueba del amor la execucion de la obra; abra
- zaba, gustosamente tambien por su gloria la misma
* - muerte del cuerpo. ¿Que
EN EL DIA DE S. CLEMENrR PAPA y MARTIR. 4o9
3 ¿Què decimos á esto , Hermanos, nosotros? Da.
mos el parabien à un Màrtir , pero y a su gloria no es
sin nuestra confusion. Ved ahi que el Bienaventurado
Clemente era hombre semejante à nosotros, pasible,
rodeado de la misma flaqueza, y pegado á su carne
Quan dis.
con el mismo vínculo del natural afecto. Si èl pues tanteS eS
glorificó de este modo a Christo, y recibió el caliz tamos de
de la salud; ¿qué dämos nosotros al Señor por todas tener el
las cosas que el nos ha dado? Ciertamente con la mis zelo,y fer
ma imagen nos adornó, con la misma sangre nos re bor de los
Miàrtires.
dimió , y nos llamó a una misma herencia incorrup
tible, è incontaminada, eterna, conservada en los Cie
los... ¿Cómo pues no podemos tambien nosotros con el
Bienaventurado Clemnente beber, el caliz de Christo?
Mas acaso responden algunos: podriamos, sino faltā
se la oportunidad: pero ya cesó el tiempo de la per
secucion. Confieso, que no creo mucho à los que di
cen esto. ¿Què pues? ¿CADA DrA cEDEIs à la punzada
Segura
de una aguja, y juzgais que podiais resistir vosotros mente nO
à la punta de la espada ? Probad en los conflictos pe sufriria
queños , quan varonilm ente podeis permanecer en el m o s, el
mayor combate. Ved que no se dice à vosotros: Sa martirio,
crificad à los idolos, y vivid; ô sino quereis esto , es qu ando
preciso que moràis con diversos suplícios. Sabe el Se alleva
p en a s
mos
ñor nuestro barro, y no nos dà combate tan fuerte. con pacié
Al Bienaventurado Clemente diò un fuerte combate cia cosas
para que venciese , y aprendiese que la mas podero q. só muy
sa de todas las cosas es la sabiduria. leves.
a.
coooooooooooºoooooooooooº.
EN LA FIESTA DE S. ANDRES APOSTOL.
3o de No
SERMON SEGUND O.
De los quatro extremos de la Cruz. -
De don
ayudaba su flaqueza, por el qual se difundia en su
corazon la caridad fuerte como la muerte, mas bien de prové.
ga la lan
aun mas fuerte que la muerte. O si nosotros tambien guidezé
fueramos participantes de él. Porque ved ahi que se las cosas
nos hace molesto el trabajo de la penitencia ; la aflic espiritua
les.
cion del cuerpo pesada, y la abstinencia onerosa: en
las vigilias dormíta nuestra alma por el tèdio, no por
otra causa ciertamente que por la pobreza de espl
ritu. Pues si le hubiera en nosotros, sin duda ayuda
Hhh 2 ría
423 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD,
ría èl nuestra flaqueza: y asi como hizo al Bien
aventurado Andres la cruz y la muerte misma, no
solo no molesta, sino deseable y deleytable por todos
modos, asi tambien nos haria à nosotros dulce y
Eccli. 24. suave nuestro trabajo y penitencia. Porque mi es pi
7. tu, dice el Señor, es dulce sobre la miel, de ma
nera que aunque amarguísima, no puede prevalecer
sobre su dulzura la amargura de la muerte. ¿Qué no
templará aquella dulzura, que aun á la misma muer
te la hace dulcísima? ¿Què aspereza podra resistirá
aquella uncion, que hace a la muerte tambien sua
visima? Quando diere, dice, d sus amados el sueño,
Ps. 126.3 gozardn de la herencia del Señor. ¿Què molestia no
expelerà aquel gozo, que hace que la muerte mis
ma, sea alegrisima? Busquemos èste espíritu, Herma
nos: con toda solicitud trabajemos para merecer te
ner este espíritu, ô mas bien para que èste mismo
que ya tenemos, le tengamos mas abundantemente.
Rom. 8. Porque qualquiera que no tiene el Espiritu de Chris
I 5.
to, ese no es de èl. Pero nosotros no hemos recibi
do el espiritu de èste mundo, sino el Espiritu que es
de Dios, para que sepamos las cosas que Dios nos ha
El desèo dado. Las obras de salud y vida dan testimonio de
de mayor su presencia, las quales de ningun modo podriamos
gracia es hacer, sino nos asistiese el Espiritu del Salvador, el
un testi
monio de qual vivifica nuestras almas. Pidamos pues, que mul
la presen tiplique Dios en nosotros sus dones, y aumente el
cia de Di espiritu; el mismo Señor, que nos dió y a las primi
os en no cias de el. PorQUE NINGUNTEsTIMoNIo enteramen
SOtrOS,
te hay mas cierto de la presencia de Dios, que el
desèo de mayor gracia; puesto que èl dice: Los que
me comen todavia tendráin hambre; y los que me be
ben todavia tendrdn sed. -
EN
433
SER MO N.
I Urió Humberto siervo del Señor, siervo
.. devoto , siervo fiel, Vosotros mismos vis
teis como la noche pasada espiró entre nuestras ma
nos, como uno de los gusanillos de la tierra, Le fa
tigó por estos tres dias la muerte, y le deshizo -en
tre sus fáuces, para saciarse de la sangre que apete
cia sedienta. Ea, ya hizo lo que ella pudo, mató el
cuerpo, y ved ahi que está ya depositado en el co
razon de la tierra. Separó de nosotros un dulce amigo,
un prudente consejero, un fuerte auxiliar. Ni à mi ni
à vosotros perdonó la insaciable homicída , pero mu
cho menos a mi. ¿De este modo sepàras, muerte
amarga? ¡O bestia cruel! ¡O amargura amarguisima!
¡O terror y horror de los hijos de Adan! ¿Què has La potes.
hecho? Mataste. ¿Pero què? Solo el cuerpo ciertamen tad de la
In U1 e te
te: porque al alma nada puedes hacerla. Vuela ella à solo se ex
su Criador, a quien tan ardientemente habia desea tiende al
do, tan fuertemente habia seguido todos los dias de c u er po,
—su vida. Mas tambien el cuerpo mismo que te parece no al al
tienes ya por tuyo, te se ha de quitar, quando tu ul IInde
«e»<><><>ee e-e-ee-e-e-º-º-e-e-ºxºs
EN LA DEDICACION DE LA IGLESIA.
----
- - bles
EN LA DE DIca cron pr la al EstA, 443
bles, en fin todos los que veo aqui , estèn como pre En que
se ha de
sos en una carcel abierta sin prisiones, detenidos con con ocer,
solo el temor de Dios; que perseveren en tanta aflic si alguqo
cion de penitencia, mas allà del poder humano, so es hóbre
bre la naturaleza, contra la costumbre? Vosotros mis espiritual
mos veis , como yo creo , quantos milagros podia
mos hallar, si fuera permitido escudriñar en parti
culár la salida de Egipto de cada uno, y el camino
del desierto, esto es , la renuncia cion del siglo, la
entreda del Monasterio, su modo de vivir en él. ¿Què
son estas cosas, sino argumentos manifiestos del Es
piritu Santo que habita en vosotros Pues los movi
mientos vitales del cuerpo prueban que el alma ha
bita en èl, y la vida espiritual prueba que habita el
Espiritu en el alma. Aquello se distingue por la vis
ta y el oido; esto por la caridad y humildad y las
demàs virtudes. -
K33é333.é3:3é3é?é3é3és}é???é3é3é??????é3éxéé).
EN LA DE DICACION DE LA IGLESIA.
SERMON SEGUND O.
De como debemos concordar con nosotros mismos , y
con los demds.-
- º,
ra,
-
SERMION QUARTO.
De tres mansiones.
EN LA DEDICACION DE LA IGLESIA.
S E R MO N Q UINTO,
º De dos sonsideraciones de si mismo.
Nnn 2 no
468 SERMoN. V. DE S. BERNARDo A B AD.
no es d Dios. Esta es toda nuestra confianza, ésta es
nuestra üaica consolacion,, esta es, la razon toda de
nuestra, esperanza.
7 ¿Pero estando, ya ciertos de la posibilidad , que
Rom. 1 1.
decimos de la voluntad? ¿Quièn sabe, si es digno de
34.
amor, o de odio ¿Quien conocio los designios del
Señor, ó quièn hà sido su consejero? Aqui ya cier
tamente es necesario que la fe nos subvenga, aqui es
preciso que la verdad nos socorra : para que lo que
Dos con .
acerca de nosotros se oculta en el corazon del Padre,
sideracio se nos revele por su Espiritu, y testificandolo per
nes del suada al nuestro que somos hijos de Dios. Mas lo
hombre. persuada llamando, y justificando gratuitamente por
m. De la la fè, en las quales dos cosas sin duda se halla co
verdad, mo un transito medio desde la predestinacion eterna
á la glorificacion futura. Por eso, à la verdad juzga
mos que de aquellas dos consideraciones, se puede lla
mar la una de juicio y de verdad; y la otra, no sin
Que dife congruencia, de fe y de piedad. Ni te admiraràs de
rencia de
naturale
que en las qualidades humanas se hallen cosas tan de
zas , de semejantes, si adviertes con cuidado, quanta diversi
costübres dad de naturalezas se hà juntado en su misma subs
y de afec tancia. Porque, ¿què cosa mas sublime que el Espi
ros se ha ritu de vida? ¿Què cosa mas humilde que el barro
lla en el
de la tierra? La qual coherencia en el hombre de
hondre, cosas tan incoherentes verdaderamente, juzgo que no
se ocultó á los mismos Säbios del mundo, quando
definian al hombre , animal racional mortal. Admi
rable union sin duda de la razon y de la muerte, pas
mosa sociedad del discernimiento y de la corrupcion.
Así sin disputa, asl en las costumbres, asi en las obras,
así en las aficiones de los hombres se halla no menor,
sino acaso mayor contrariedad: de modo que si mi
rares aparte toda la malícia como en si es; y reci
procamente consideràres por menor todo lo bueno
que parece haber alli, juzgaràs que enteramente es
un milagro el haberse unido cosas tan opuestas. De
- aquí
EN LA DE DrcAcioN DE LA IGL EsrA. 469
aqui es, que el hombre ahora merece ser llamado
Bar-yôna , º ahora Satanas. No os admirèis de èsto. * Hijo de
Acordaos por el Evangelio, á quien se dijo (y lo, uno la palo
ITl 3.
y lo otro con verdad, porque lo uno y lo otro fuè di
cho por la Verdad) primeramente sin duda: Bien Math. 16.
aventurado, eres Simon Barryôna; y no, mucho des 17.
pues: retirate de mi Satanas. Uno pues era lo uno Math, 16.
23, s
SERMION SEXTO.
De la reverencia que se debe d los lugares sa
grados.
Elebridad domèstica es para nosotros la
dedicacion de nuestra casa, pero mucho
mas domèstica es la dedicacion de nosotros mismos.
Puesto que, nuestra fuè aquella aspersion , nuestra
La dedi
cacion de
aquella bendicion, nuestra la consagracion , que ce
la Iglesia lebrada por las manos de los Santos Pontifices, tam
es por las bien hoy por su annual alternativa se trae à la memò
almas. ria con votivas alabanzas. ¿Por ventura tiene Dios
cuidado de las piedras? No son las paredes, sino los
hombres los que dicen: El mismo tiene cuidado de
Petr. 5» nosotros. Un hombre era Jacob , y dormiendo vió
7 -
los Angeles que descendian y ascendian. Esto es po
co; tambien testificó que estaba alli el Señor de los
Angeles, diciendo: Verdaderamente el Señor está en
Gen. 28.
16. este lugar, y yo no lo sabia. Admira pues la grácia,
y se asombra de la magnitud de la dignacion. ¿Quän
to mas terrible es éste lugar? ¿Quanto mas evidente,
y ciertamente esta el Señor en èste lugar. En donde
ciertamente no ya dos ó tres, sino tantos perseveran
congregados en su nombre. Ninguno dèje de saberlo,
ninguno de vosotros lo ignóre ya ; puesto que no he
s.Cor. a. mos recibido el Espiritu de este mundo, sino el Es
l2 º píritu que es de Dios, para que sepamos las cosas que
Dios nos ha dado. Terrible lugar sin duda y digno
de toda reverencia el que habitan varones fieles: el
que freqüentan los Santos Angeles: el que tambien
el Señor mismo se digna ennoblecer con su presencia.
Por
EN LA DE DrcAeroN DE LA IGLEsrA. 473
2. Porque ¿cómo tan grande Patriarca podia ig
nora r , que no habia lugar, en que no estuviese Dios?
Pero a caso admiró que hubiese otra cosa, quando
dice: l7 erdaderamente esta el Señor en este lugar.
Alli verdaderamente está, y verdaderamente està co En que
modo se
mo Señor, en donde en nombre suyo se congregan dice que
los Angeles y los hombres juntamente. Porque, aun el Señor
que estè en todo lugar, pues no se ciñe por lugar nin està espe
guno, con todo eso expresamente decimos: Padre ci al méte
nuestro que estaiis en los Cielos; porque diversamen en algun
te, y con un cierto modo particular se muestra pre lugar.
sente alli, no siendo el à la verdad diverso, sino dis
tinguiendo las cosas diversas. Está pues en todo lu
gar, conteniendo todas las cosas universalmente, y dis
poniendo todas las cosas, pero con todo eso de muy —
diferente modo. En los hombres malos està hacien
do beneficios, y disimulando: en los escogidos obran
do, y guardando: en los Cielos apacentando, y re
posando: en los infiernos arguyendo, y condenando.
Hace que su sol nazca tambien sobre los malos: pe
ro donde por ahora está la disimulacion de los ma
los, en algun modo no està la verdad. Asi, si es li
cito decirlo, en los impíos está en disimulacion, en
los justos en verdad, en los Angeles en felicidad; en
los del infierno en su fiereza. ¿Os suena cosa dura el
haber dicho yo su fiereza? Mas yo su ira temo y su
furor. Señor, no me arguydis en vuestro furor , &c. Psal.6.2.
Verdaderamente, dice, el Señor está en este lugar.
En donde llueve pues sobre los justos, y los injustos,
es Padre, y Padre de misericordias, que aguarda
los hombres á penitencia. En donde condena à los
obstinados , es Juez: y es cosa horrenda caer en las Hebr. 2.
manos de Dios vivo. En donde reposa, es Esposo, y 3 .
dichosa el alma que introdujere en su retrete.
3 Pero en éste lugar verdaderamente es Señor; si
es que nosotros le servimos en espíritu, y en verdad.
Porque no era verdaderamente Señor en aquellos, a
- Ooo quie
474 SERMoN VI. De S. BERNARDo AB Ap.
Lue846 quienes decia: ¿Qué me llamdis, Señor, Señor; y no
Gen, s. 15 haceis lo que digo? Testifican las sagradas letras que
fuè puesto otro tiempo el primer Adan en el parayso,
para que trabajàse, y le guardàse. Asi el segundo
Adan en la lglesia de los Santos, en la congregacion.
de los suyos, en el huerto de delicias (puesto que sus
delicias son estàr con los hijos de los hombres) así,
vuelvo á decir, tambien el mismo Señor està en èste
lugar, para obrar, y para guardarle. De otra suerte,
Ps, 1 a 6, r asl como, sino edificare el Señor la casa, en vano
trabajan los que la edifican; asi no menos, si el Se
ñor no guarddre la Ciudad, en vano vela el que la
guarda. Por cierto, que estèn en èste lugar los An
geles ascendiendo y descendiendo, lo manifiesta la
Gen. 28. vision misma del Patriarca: estàn ascendiendo para
2.
ver el rostro del Padre, y descendiendo para cuidar.
Quan
gráde re de nuestro bien. ¿Què pues? ¿Cómo debemos noso
ve rencia tros estàr aqui ; con quânta reverencia debemos asis
se debe à tir en èste lugar, en el qual esta Dios obrando y guar
los sagradando, y los Angeles ascendiendo y descendiendo? Sin
dos luga duda nos conviene estàr en la penitència, y en la
IeSe
expectacion. Esto es pues olvidar las cosas que estàn
detras, ignorar, reprobar, repasar aquellos años en
la amargura de nuestra alma, y en lo demàs con el
pensamiento, y con el ânsia juntamente extendernos
à las cosas de adelante. A Esto vENIMos, PARA Es
To Nos han puesto aqui. Esto es lo que se exige de
nosotros; la penitencia de los pecados pasados, y la
expectacion de los prèmios futuros.
475
IND ICE
DE LAS COSAS MAS NOTABLES
contenidas en este segundo Tomo.
A de los Judios, 157.
Ambiciosos. Siguen al diablo,
JAdopcion. Divina de los Chris 66. Son reprendidos, 68.
tianos, 34. Amor. De Christo por nosotros,
Aguas. Tres del Salvador, y 57. -
la perfecta religion, y la re
Aromas. Del corazon la com ligiosa perfeccion, 59.
pasion fraternal, el zelo de la Bon dad. De Dios en la repa
justícia, y la discrecion de racion del hombre, 98.
espíritus, 2 I. De quien las he
- mos de comprar, 22. Tres
aromas de la mano, 25. Se
deben comprar con la mone Carga. De los beneficios de
da de la sugecion, 26. Tres Dios , I I8.
aromas de la lengua, 23. Se Caridad. Es vida de la fè, 18.
han de comprar con la mo Castillo. El espiritual necesita
neda de la confesion, 24. de tres municiones, 45 r.
Arrogantes. La magnanimidad Christo. Es muro y baluarte,
no hace arrogantes, ni la hu. 45 I. Vino como Dios , como
- midad pusilanimes, 295. esposo, y como cordero, 234.
Ascension. La de Christo es la Claraval. Es un castillo de
consumacion de las demàs Christo, 454.
festividades, 5o. Sus elogios, Comunion. De la Pascua , 16.
id. Compasion. Fraternal se encar
ga, 2o. -
sº,
S. Martin. Sus virtudes, 398. y
sig. Obediencia. Su merito,395. y
Martires. Y pobres tienen una 425.
misma promesa, 34o. Oficio. Los Monges no deben
Martirio. Espiritual, 38. Mar apetecer oficios exteriores,
tirio del corazon de Maria, 263. Que deben hacer los
296. Religiosos esentos de oficios,
Meditacion. Del Evangelio se 265. -
- • vgo, 389.
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