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º 3 5 2.

SER MON ES 5
DE SAN BERNARIDO
ABAD DE CLARAVAL,
DE TODO EL AÑO,
DE TIEMPO, Y DE SANTOS,
TRADUCIDOS AL CASTELLANO

POR UN MONGE CISTERCIENSE

El P. Mro. Fr. Adriano de Huerta, bijo del Monasterio de


Osera, y Confesor de Santa Maria la Real de Vileña.

TOMO SEGUNDO.
Contiene sesenta y seis Sermones, desde la Pascua hasta el
fin del año.

Con las Licencias Necesa RIAs. ... -

En Burgos. Por Joseph de Navas. Año de 1792.


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A LA Ill. Y V. COMUNIDAD
de Santa Maria la Real de Vileña,
del Orden del Cister: Filiacion del
Real Monasterio de Huelgas
cerca de Burgos.

Señoras:
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. . . . -- . .

F=AA que cubristeis con el velo de vues,


tra, profesion , para no mirarlos jar
«I WÁ. màs, qualesquiera títulos de la no-º
Ñ º bleza de vuestros padres, ós pon
go delante otro género de grande
za, en que sin nota de inmodestia
o de vanidad podais fijar la aten
cion. Yo os acuerdo pues los ilus
tres principios de vuestro Monas
- - terio, en que sobresalieron de un
modo singular la munificencia, y la piedad. Porque la escla
recida Doña Urraca Lopez de Haro, Heroina aun entre las
Reynas, fue quien edifico sus paredes, habiendo de encerrar
en ellas toda su gloria ella misma, vistiendo el habito del Cis-s
ter, llevando consigo lo mas precioso que la habia quedado, .
la Real Infanta su hija. No podia al parecer señalarse origen.
mas ilustre. Pero realza magnificamente estos principios el ba-,
ber sido propiamente vuestro Fundador el Principe adorados
de los Españoles, Don Fernando el Santo, en cuyas devotas,
- 2 ino.
inocentes manos puso esta virtuosa Reyna todas sus posesio
nes, para que de ellas pasasen à Dios, y efectivamente este
Rey Santo hizo por si mismo la donacion y dotacion, que fir
mada de su Real y santa mano ennoblece vuestro archivo.
¿Qué honor de vuestra casa que quando por el mas edificante
exemplo de desprecio del mundo, que tal vez no vieron igual
los siglos, solo dentro del Cister, y solo dentro de España,
se contaban tres Reynas, y cinco Infantas, en vuestros Claus
tros habitaba una Reyna, acompañada de una Infanta hija su
ya en vida, y de dos en muerte: conservandose hasta hoy en
su Iglesia los cuerpos de todas tres incorruptos? ¿Que mucho
que excitase esta noble Religiosa Reyna la veneracion de los
Reyes, y la admiracion de los Papas, concurriendo ambas
Potestades à favorecer con mano liberal esta Casa? Pero crece
este honor, quando el sabio, el victorioso, el Santo Don Fer-,
nando, del modo mas solemne, y en toda la devocion de su
corazon dà y ofrece primeramente à Dios, y despues al Or
den del Cister, à vuestra primera, Abadesa Doña Elvira, y
à su Convento las ricas y todas las posesiones de Doña Urra
ca Reyna de Leon; añadiendo el mismo particulares gra
cias. (a)
Si:

(a) Qmoniam Domini est regnum es ipse gentium do


minatur, Regiae decet dignitati summopere ejus , per quem reg
mat, servitio dicata loca misericorditer manu augere, defende
re, venerari: ea vero maxime que sanófarum, colit devotio fe
minarum. Ea propter tam prasentibus quam futuris notum sit
ac manifestum, quod ego Ferrandus Rex Castelle cºº Toleti
una cum uxore mea Regina Beatrize, dºfilijs meis Alfonso eô.
Fredico ex assen su ac beneplacito. Regine Domine Berenga -
rie genitricis me e obreverentiam & gratiam venerabilis ami
ta mea. Regina Domna Urraca, facio cartam donationis, con
Gé. -
Si : vuestro Monasterio es el monumento de la piedad
de San Fernando. Esta sola idea ha bastado a nuestros Reyes
para que añadiesen su firma y sello, cón nuevas gracias à esta
Donacion, contandose à muy corta diferencia tantas, confirma.
ciones de ella, como Monarcas succesores de su Corona; lla
mandole su hechura, su merced, su limosna y de los Reyes de
donde ellos vienen. (D. Alonso Rey en la Era de 1 383.)
Como que el espiritu de San Fernando transmitido de
generacion en generacion a su posteridad, obra y resplandece
todavia en la mano Real que asi se empeña en conservar la
grande y piadosa hechura de un Principe Santo. ¿Qué prin
cipios mas ilustres? Pero aqui me corta oportunamente vues
tra discrecion, y trocando en exhortacion mi Dedicatoria , ele
vais estas memorias con religiosas consideraciones, entendien
do bien que quien supo juntar en su persona todo lo que for
ma grandes a los Reyes, tambien unio en si mismo lo que
forma à los grandes Santos, y si quiso comunicar de su gran
deza à vuestro Monasterio, quiso mucho mas que floreciese
en la santidad. ¿Què exhortacion mas viva podiais oir, que
la brebe clausula con que dá principio a su donacion? ¿Pudo
ponderarse mas altamente el fin que tuvo en haceros la dota
cion.

cessionis, confirmationis, el stabilitatis Deo, es Ordini Cis


terciensi, vobisque Domne Elvira instanti Abbatisse Monas.
terij de Vill tenna , vestrisque sequacibus , necnon & Conventuiº
AMonialium ibiem sub Cistercien si Ordine Deo servientium
presenti es futuro perpetuo valituram. Dono ita que vobis Mo
masterium de Villaenna , quod mihi contulite conces sit Re
gina Domna Urraca predica cum pleno jure es omnibus perti
mentijs suis jure hereditario, habendum , ebº irrevocabiliter per
petuo possidendum. Hec autem proprijs duri nominibus erpri
menda, videlicet Villam prevedo, Lavid, Rivum de Angui
llis,
cion que se la sigue? El culto de Dios y su servicio por la ob
servancia de vuestra regla e instituto es el fin, y como con -
dicion precisa de sus liberalidades. En efecto, yo no desen
vuelvo esta preciosa escritura à vuestra vista, sino para que
leais en ella juntamente lo que de vosotras exige este glorioso
Bienhechor; á fin de que trabajeis en transmitir sin mengua
ni quiebra à las que os sucedan la estimable herencia de la
observancia monàstica. Con este espiritu debe leer todo Re s

ligioso las escrituras de los Fundadores, reflexionando que


ellas mismas traen el cargo y obligacion de que en los Mo
nasterios se tribute à Dios un fiel servicio y culto por la prac
tica constante de las santas observancias; y que es un deber
que le imponen la beneficencia y largueza de los que estable
cen, aumentan, y conservan las Gasas religiosas, que levante
puras sus manos al Cielo para atraer las gracias y bendiciones
sobre los Principes y sobre el Estado, sirviendo por una vida
fervorosa de exemplo al pueblo, y de consuelo à la Iglesia.
A este fin os dedico esta traduccion de los Sermones
de nuestro comun Padre, de este hombre destinado por Dios
para enseñar á los Monges la santidad de su estado, y el mo-.
do de llegar à ella; de este hombre sensible y tierao al amor
- y

llis, e quidquid habebat prefata Regina Domna Urraca in


Vega , in Calaforriella, in Quintana super Aguilar, in Sanc
ta AMaria de Ripa rotunda, in Ecclesia Selenna, in Ballum, y
e$ºc. Hec, inquam , omnia suprascripta cum omnibus terminis
éº he editatibus suis heremis & pratis, aquis, piscarijs, mo
lenánir, en cotis locis, pratis, pascuis, montibus, defes sis,
ingres sibils &s egressibus suis, de cum omni jure suo cºrº juris
ditione quam ibi jam difa Regina Domna Urraca habebat, *

rel habere debebat, º castera quaecum que donatione Regum,


colatione Principum, concessione Pontificum , seu oblation /- ,
de
y gratitud con los Bienhechores, que inculcaba sin cesar es
tos sentimientos de reconocimiento a sus Monges; y que no
perdiendo de vista jamàs sus larguezas, reconocia y predica
ba que nuestro destino es llorar los pecados propios y los age
nos; de éste, aquien se le vio alguna vez humedecer con sus
lägrimas el pan que comia à la memoria de que era el fruto
del sudor y caridad de otros: de este, en fin, que hacia el mas
ordinario exercicio propio y de sus Monges las suplicas y ora
ciones por los Reyes, por sus hijos, y por sus pueblos. Asi,
la magnificencia, y la santidad conspiran à vuestra santifica
cion en un Rey generoso y santo, que reconoce haber reci
bido el Cètro y Corona, para que se dè el culto y servicio
debido al Soberano Rey del universo, contandose el el prime
ro por su vasallo. La confianza, en fin, en un Patrono que tro
cando de Solio, no troco de afectos, porque es mayor su cle
mencia quanto mas proximo à la fuente de la misericordia,
concurre à inspiraros nuevos fervores en la vida espiritual, pa
ra que asi corresponda perfectamente vuestra conducta à la
elevacion y santidad de vuestros principios. Recibid pues be
nignamente esta sincèra muestra de mi respeto y estimacion
hacia vuestro Monasterio; que el Señor llene de sus bendicio
nes y gracias. Asi lo desea.
Fr. Adriano de Huerta.

- "

delium , ve alio quocum que justo titulo potueritir adipirci, do


mo c5 concedo dicio AMonasterio, libere estº absolute jure heredita :
rio habenda, e irrevocabiliter perpetuo possiaena e hec mes
donationis dº concassionis pagina rata en stabilir omni tempo
re perseveret... Faffa Carta apud AMunionem VI. die Juni,
Era M.C.C. L. X. scilicet anno regni Domini Frrandi Regis
memorati septimo, regnante eo in Toleto e Castella. Et ego
Ferrandus Rex prefatus hanc Cartam quam fieri jussi, ma
mu propria roboro cº confirma....
-
se ese e-ee -e-ºe kº-e-es-es-es-e exo
I ND IC E
D E LOS SER MONES
que se contienen en este Tomo.
SERMONES DE TIEMPO.
EN EL SANTo DIA DE LA PASCUA.
I... De los siete sellos que desató el Cordero, fol. 1.
En el tiempo de la Resurreccion á los Abades.
II... Sobre la leccion del Evangelio: Maria Magdalena, &c. 13.
III... De la inmersion de Naaman siete veces en el Jordan, 27.
En la Ottava de la Pascua.
I.. De la fe victoriosa, y de tres testimonios en el Cielo y en la
tierra, 34. l

1 . . De los tres testimonios , 41.

En las Rogaciones.
I. . De los tres panes, 45. -

En la Ascension del Señor.


I. . Sobre la leccion del Evangelio: Estando d la mesa, &c.47.
II... Como subió sobre todos los Cielos, para cumplir todas las
Cosas, SO. -

III. . Del entendimiento, y del afecto, 56.


IV.. Deotros
dos seis
malos ascensos,
buenos, del demonio
de Christo, y del hombre
y nuestros, 63. , y de y.

V. . Del entendimiento y del afecto, 56. *

- En la Fiesta de Pentecostes. ,

I. . Como el Espiritu Santo obra tres cosas en nosotros, 89.


e

-
II. . De las obras de la Trinidad sobre nosotros, y de la gracia
triplicada del Espiritu Santo, 94.
III, . De las varias operaciones del Espiritu Santo en nosotros,
IO2.

Domingo quarto despues de Pentecostes.


I. . De David y Goliat, y de las cinco piedras, 109.
Domingo sexto despues de Pentecostes.
I. . Sobre la leccion del Evangelio quando la turba que se de
tuvo con el Señor, fue alimentada con siete panes, 14.
II. . De las siete misericordias , I 13.
Il I.. De los fragmentos de las siete misericordias, 122.

Domingo primero de Noviembre.


. I. . Sobre las palabras de lsaias: l'i al Señor, &c. 128.
II. . Sobre las palabras de Isaias : Llena estaba , &c. 13r.
l 1 .. Sobre otras palabras de Isaias: Los Seraphines estaban en
- pie, &c. 136. . . . -

IV.. Sobre las mismas palabras, 14o.


V. . Tambien sobre las palabras de Isaias, 143.
SERMONES DE SANTOS.
.

EN LA CONVERSION DE S. PABLo.
I. . Como nos hemos de convertir à exemplo suyo, 155.
II... Sermon, 163. - -

En la Purificacion de la Bienaventurada Virgen Maria.


I. . De tres misericordias, 165. - - -

II... Del modo y del órden de la procesion de Christo al templo,


169. -

III. . Del Niño, de Maria, y de Joseph, 172. - .


En el Nacimiento de 5. Victor Confesor.
Sermon I. 175. - - -

Sermon ll, 18o, . - s


er º , -- En el Nacimiento de S. Benito. , , •

Sermon unico, 185,


l * - En
En la Fiesta de la Anunciacion de la Bienaventurada P'irgen
- Maria.
I. . Sobre las palabras del Psalmo: Para que habite la gloria,
&c. 197. - - - ---

II... Del Espiritu Septiforme en Christo , 2 IO.


Ill... De Susanna, y de la Bienaventurada Maria, 2 15.
- En la Natividad de s. juan,
Sermon unico, 225.
En la Vigilia de S. Pedro, y S. Pablo.
Sermon unico, 235.

En la Fiesta de S. Pedro, y S. Pablo, . ..


I. . De tres especies de custodia que tienen los Apòstoles sobre
nosotros, y de tres grados de nuestro modo de vivir, 238.
II... De los mismos, 243. * --, - º * ,

III... Sobre la leccion de la Sabiduria: Estos son unos varones de


misericordia, &c. 25o.
En la Asuncion de la Bienaventurada Virgen Maria.
I. . De dos recibimientos, de Christo es à saber, y de Maria,
2SS. - - -

II... Sobre el modo de limpiar, de adornar, y llenar la casa, 259.


III.. De Maria, de Marta, y de Lazaro, 267.
lV... De los quatro dias de Lazaro, y de los elogios de la Virgen,
Domingo dentro de la Octava de la Asuncion. -

I. Sobre las doce prerogativas de la Bienaventurada Virgen


Maria, por las palabras del Apocalypse: Un portento
grande, &c. 282. -

.. . .

En la Natividad de la Bienaventurada Virgen Maria.


I. . Del Aqüeducto, 298.

En la Fiesta de S. Miguel. ) ....


I. . De los oficios de los Angeles pará con nosotros, y de nues
- tra reverencia para con ellos, 314, , ,, , II
II, . Sobre las palabras del Evangelio. El que eseandallaire, &c.,
2O, - - -
3 En la Fiesta de todos los Santos,
I. . Sobre la leccion del Evangelio; Viendo }e sus , &c. 324.
II... Del estado de los Santos antes de la resurreccion, 341.
ll... Como las Almas Santas estaràn sin mancha, ni arruga, 348,
IV.. Del seno de Abrahan, 356. . . . . .
V. . De la misma Fiesta, 363.
En el Transito de S. Malachias Obispo.
Sermon I. 375.
Sermon ll. 383. . - - -

- En la Fiesta de S. Martin.
I. . De los exemplos de la obediencia, 39o.
- - “J.- ..." - ºr -º o ... . , -- 0 . .. . .
En el dia de S. Clemente Papa y Martir.
I. . De las tres aguas, 407.
- - . . . . . C , ... . . . . .. . .
En la ºrigilia de s. Andres. a .
I. . Como debemos anticiparnos con ayunos à las Fiéstas de los
Sántos, 42. . . . . . . . . . . . . . . . . .
- En la Fiesta de S.Andres... ... , y
I. . De tres gèneros de peces que hay en el mar, en el río, y en
el estanque, 416.
ll. . De los quatro extremos de la cruz, 425.
,
En la muerte de Don Humberta.
Sermon unico, 433.
En la Dedicacion de la Iglesia.
I. . De los cinco misterios de la Dedicacion, 44 r.
II... Como debemos convenir con nosotros, y con los demàs,447.
III... De tres aparatos que tenemos para la guardia de Dios, 45 r.
IV. . De tres mansiones, 455.
V. . De dos consideraciones de s l propio, 462.
VI. . De la reverencia devida à los lugares sagrados. 472.

ER
gº o e-e-e es º cº-e-º- º es º 3 se c. e».
. . . . A .
ERRATAS".

Pag. 1 15. num. I. lin. 11. para. . ... lee por.


Pag. 148. num. 5. lin. 9 casas. . . . lee cosas.
Pag. 15o. num. 8. lin. 24. entendido. lee encendido.
Pag. 16 . num. 1. lin. 7. de la.... lee la.
Pag. 179. num. 4. lin. 2. tenga. . . lee tengo.
Pag. 187. num. 4. lin. 5. pasaron... lee pasarain.
Pag. 2or. num. 6. lin. 22. porque si, lee por si.
Pag. 2 16. num. 1. lin. 3. remedio? lee remedio. . .
Pag. 247. num. 5. lin. 36. entrarà.. lee entrardn.
Pag. 254. num. 6. lin. 1o. vendiéta. lee vendida.
Pag. 26o. num. 2. lin. 6. despojado. lee despojador.
Pag. 263. num. 5. lin. 11. con los. .. lee en los.
- Pag. 27o, num. 3 lin. 37 vida... lee vida?
º Pag.306. num, 1o. lin. 28. verbo. ... lee Verbo.
Pag. 318. num. 4. lin, 7, cuyas. ... lee cuyos,
Pag. 33o. num. 7, lin, 37, ricos. ... lee ricos?
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x3 : ; .. . . 3: i -

"ºxºco occoooo. a

SERMONES
DE SAN BERNARDO
AB A D DE CLAR AVA. L.
«» º «e, «e»<» e»«» «» e»s«»s«»«»«» e» «»...» e» º «e»
EN EL SANTO DIA DE LA PASCUA.

S E. R.M.O.N.
. . .. .
De los siete sellos que desató el Cordero.
a 3xxxxxx. Enció el Leon de la Tribu de 5udd. Apoc. 3.
- Venció la sabiduria à la malicia, 8. .
º llegando desde el un extremo hasta ... ,
º el otro extremo fuertemente, y dis , .
poniendo todas las cosas consuavi- ,, ,
3é dad; pero fuertemente en lo que es
- #xxxxx3 á favor mio, y con suavidad en lo º
que conmigo hace. Venció las blasfemias de los Ju- ..
dios en el patíbulo, ató al fuerte armado en el atrio, Vié?orias
1 n s 1gnes
y triunfo del mismo imperio de la muerte, ¡Que se ¿
han hecho ahora, Judio, tus oprobios? ¿Donde es- ¿.
tàn, enemigo del hombre , las alhajas que tenias cau
tivas?. Muerte, ¿què es ahora de tu victoria / El ca
A lum
2 r
SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
lumniador fuè confundido, el salteador fuè despojado.
¡Nuevo gènero de poder! La muerte hasta hoy siem
pre victoriosa queda pasmada. ¿Y tu , Judio, que el
dia antes movias delante de la cruz tu cabeza sacrí
lega; que injuriabas con afrentas à Christo verdadera
cabeza del hombre, què dices ahora Christo, decia,
Math.27. Rey de Israel baje de la cruz. ¡O lengua envenena
43 º da, palabra de malicia, expresion perversa No es
esto, Caiphas, lo que decias poco antes: Conviene que
Johan, 1 º un hombre muera por el pueblo, y no perezca todº, la
59.
nacion. Mas aquello porque no era mentira , no loia
blabas de ti proprio, no lo decias de ti mismo. Si es
Rey de Israel baje de la cruz, esto ciertamente es
tuyo ; mas bien, de aquel que desde el principio es
mentiroso. 2Porque , ¿què conexion tiene que haya de
bajar , si es Rey de Israel? ¿No es mas consiguiente
que suba? ¿Què, no te acuerdas, serpiente antigua,
con quanta confusion te retiraste otro tiempo, des
pues de haberte atrevido à decirle: Echate de abi d
bajo, y todas estas cosas te dare, si postrado me
adorares ? ¿Asi tienes presente, Judio, lo que oiste,
Ps.95, 1o.
El Señor reynó desde el leño, que le niegas por Rey,
porque permanece en el leño ? Pero tal vez no lo ois -
te, porque no à los Judios, sino à las Naciones se de
bia este anuncio. Publicad en las naciones , dice, que
el Señor reynó desde el leño. 2 .
Perseve 2 Con razon por eso puso el Presidente gentil
rancia de en el leño el título del Reyno, ni pudo el Judio,
christo e aunque lo intentó, alterar la inscripcion del titulo,
la cruz y quanto menos impedir la pasion del Señor, y nuestra
en lºººº redencion. Baje, dicen, si es Rey de Israel. Antes
de nues
tra redé bien, porque es Rey de Israel, no deje el título del
sion. .. Reyno, no deponga la vara del imperio aquel Señor,
cuyo imperio està sobre sus hombros, como cantó
Isai, 9 6. anticipadamente Isaias. / No quieras, dicen los Judios
a Pilatos, no quieras éscribir Rey de los 5udios , si
no que dijo el: Rey soy de los 5udios ; y Pilatos res
* - - pon
- EN EL santo DIA DE LA PAscuA.
ponde: Lo que escribi, escribi. ¿Pues si Pilatos dice
lo escrito escrito, Christo no perficionarà lo que co
menzó El pues comenzó, y nos salvara. Pero dicen
todávia : A otros bizo salvos , y d si mismo no se
puede salvar. Antes por lo contrario , si baja, no ha
rà salvo à ninguno. Porque no pudiendo ser salvo,
sino el que perseverare hasta el fin, ¿quánto menos
podrá ser salvador A otros pues hizo salvos, por
que él no necesita de salvacion , siendo la misma sa
obrando nuestra salud, ni sufrirá que falte el
fin"á sacrificio vespertino de la víctima saludable.
Sabe èl lo que tu piensas, maligno; y no te dará
ocasion de robarnos la perseverancia, la qual sola es rº

coronada.XNo harâ enmudecer las lenguas de los pre


dicadores que consuelan à los flacos de corazon, y . .
dicen à cada uno : Tu no dejes tu lugar: lo que sin
duda sucederia, si pudieran responder, que Christa
desamparó el suyo; pues los sentidos del hombre, y
tambien sus pensamientos están propensos à lo malo.
En valde, maligno, preparaste tus saetas en la alja
ba, y aumentaste suspiros á los discipulos con los
coprobios de los Judios. Aquellos desperan , estos im
properan; pero ni unas, ni otras flechas dañaràn à
Christo. Diferente tiempo hà escogido para conso
lar
gos. áXlos discípulos, que para confundir á sus enemi
s -

- “Entretanto mas bien muestra paciencia, reco


mienda la humildad, cumple la obediencia, perfec
ciona la caridad. Verdaderamente con las piedras pre
ciosas de estas virtudes están adornados los quatro ex
tremos de la cruz: estando en lo mas alto la caridad,
á la diestra la obediencia, la paciencia à la siniestra,
y la humildad fundamento de las virtudes en lo pro
fundo. Con estas piedras enriqueció el trofeo de la
cruz la consumacion de la pasion del Señor, quando
humilde à las blasfemias de los Judios, paciente à
las heridas , era traspasado en lo interior Gon sus len
Aa "lase
4 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
guas, y en lo exterior con sus clavos. Se halló en
el la caridad perfecta, porque puso su vida por los
amigos; y una obediencia consumada, quando incli
nando la cabeza, entregô el espiritu, hecho obedien
te hasta la muerte. De estas riquezas, de esta gloria
intentaban despojar à la Iglesia de Christo los que
decian: Si es rey de Israel baje de la cruz. Sin du
da para que ya no nos quedára de chado de obedien
cia, incentivo de amor, ni exemplo de humildad ô
de paciencia : sino que debiesen borrarse del Evan
gelio aquellas palabras suavisimas, y mas dulces que
Johan. 15 la miel y el panal: Ninguno tiene mayor caridad que
I 3. la de quien pone su vida por sus amigos. Y hablan
Johan. 17 do con el Padre : 'o he consumado la obra, que me
4.
Math. 11 diste á hacer. Y con los discipulos: Aprended de mi
que soy manso y humilde de corazon tambien: Si
99.
Johan. 12 fuere levantado de la tierra, atraere d mi mismo to
32. das las cosas. Esto es lo que siente la venenosa as
Num. 21.
8,
tucia del enemigo; que sea levantada la serpiente de
metal en el desierto, con cuya vista sean sanadas las
En vano heridas que ella hizo. Porque, si no es asi, ¿á instan
dispone cia de quien creerèmos, que envió la muger de Pi
a sechan latos à decirle: No te mezcles en el negocio de este
zas el dia justo, porque he sido atormentada mucho en sueños
blo con
por su causa ? Ya entonces pues temia el enemigo:
tra la per
severácia pero ahora especialmente sintiendose debilitar por la
de Chris virtud de la cruz, le pesa aunque tarde; y à los mis
to pacié mos que incitó para que le crucificasen , les instiga
te, ahora para que le persuadan, que baje de la cruz.
En fin dicen : Si es Rey de Israel, baje de la cruz,
y le creeremos. Astucia ciertamente de la serpiente,
invencion de la malicia diabólica. Habia oido el im
Pío la voz del Salvador en que decia: No fui envia
Math. 15. dº sino d las ovejas, que perecieron, de la casa de
2 4. Israel y sabia quanto zelo mostraba por la salud de
aquel pueblo. Por tanto instruyendo con la mas refi
nada malicia las lenguas de los blasfemos, les suge
y ria
EN EL sAN ro DrA DE LA PAsce A. 5
ria que dijesen: Baje de la cruz y creeremos; como
que nada podria ya detenerle, para no bajar, desean
do tan ardientemente que creyesen ellos.i, A - " " -

4. Pero, ¿què maquina, ö contra quién dispone


asechanzas el astuto? Contra aquel Señor en quien
nada, adelantará el enemigo, ni serà poderoso para
dañarle el hijo de la maldad. No se mueve de vanas
promesas, el que conoce los corazones de todos: asi
como tampoco se movia con los agravios blasfemos
el mas manso de todos. Se dirigia la persuasion ma
ligna, no á que ellos creyesen, sino á que nuestra fe
en el , en el modo que ella fuese, pereciese tambien
enteramente. Porque, leyendo nosotros: Las obras de Deut. 32.
4
Dios son perfectas, ¿quándo le confesariamos Dios à l

quien hubiera dejado imperfecta la obra de la salud?


Pero oigamos lo que responde Christo a esto por el Soph.3.8
Propheta. Buscas , Judio, portentos? Aguardame en
el dia de mi resurreccion. Si quieres creer, mayores
obras hè puesto delante de tus ojos: multipliquè los
prodigios, hice sanos à muchos ayer y antes de ayer;
hoy ya debo ser consumado por mi muerte. ¿Què, no
era mas el ver, como has visto, salir de los cuerpos
obsesos los espiritus inmundos, y saltar los paraliticos
de sus lechos, que ver saltar ahora de mis manos y
pies los clavos que tu fijaste? Mas ahora es, tiempo
de padecer, no de hacer: y asi como en vano inten
taste anticipar la hora de mi pasion, asi tampoco la
podràs impedir. -

5 Pero si todavia la generacion mala y adúltera Math. 12


busca un prodigio, no se le darà otro que el del Pro 39.
pheta Jonas: no signo de descension, sino de resur
reccion. Y si el Judio no le busca, estimele y gocè. Luc. 1 1.
se de èl el Christiano. LVenció el Leon de la Tribu de 29.
5u li. Fue despertado el joven leon con la voz pater
na; salió del cerrado tü mulo, el mismo que no qui
so descender del patíbulo. Si esto es cosa mayor ô no,
sean jueces nuestros enemigos mismos, que tan cui--
- da
6 SERMoN pE S. BERNARDo ABAD.
dadosamente custodiaron el monumento , sellando la
Math.28.

piedra, y poniendo guardias. Esta piedra pues, gran
de sobre manera, de lo que se quejaban aquellas de
votas mugeres, hecha ya la resurreccion del Señor,
Marc. 16.
Removió el Angel, y se sentó, como està escrito, só
3•
bre ella. Por tanto es constante, que salió estàndo cer
rado el túmulo, su resucitado cuerpo; el mismo sin
duda que cerrado el vientre de la Virgen salió à la
vida naciendo; y que entró cerradas las puertas à
la sala en que estaban los discipulos. Sin embargo,
un lugar hay de donde no quiso salir las puertas
cerradas; que es la carcel de los infiernos. Quebran
tó pues los cerrojos de hierro, hizo pedazos todas sus
aldabas, para sacar libremente à los suyos, que ha
bia redimido del poder del enemigo; y para que sa
o liesen á puertas llenas los cândidos esquadrones, que
habian lavado sus vestidos, y los habian puesto blan
cos con la sangre del Cordero. Verdaderamente blan
cos con la sangre, porque habia salido juntamente con
ella, y en ella tambien agua que blanquea ; y de es
to dà testimonio el mismo que lo viô. O digamos,
que las habian blanqueado en la sangre, pero sangre
lactea, cândida, y roja del Cordero nuevecito, como
Cant. •
tienes en el cântico de los cânticos: Mi amado, di
JO, ce la Esposa, es blanco y encarnado, y escogido en
tre millares. De ahi es, que tambien apareció ves
tido de blanco, y, con el rostro resplandeciente el tes
tigo de la resurreccion.
6 Ya , si para refutar las calumnias de los Judios,
parece bastante haber salido estando cerrado el mo
numento, el mismo á quien insultándole decian: Si
es Rey de Israel, baje de la cruz: (puesto que pro
curaron cerrar y sellar con mas cuidado el monumen
to, que fijar los clavos) si venció el Leon de Judà en
esta misma salida, y mostró mayor prodigio, que el
que ellos pedian: ¿con què se podrà comparar el
mismo milagro de la resurreccion Leemos a la ver
* da
- EN EL sANro DIA DE LA PAscuA.
Excelécía
dad que precedieron à esta las resurrecciones de al de la re
gunos, ö mas bien seguramente suscitaciones; pero surrecion
ellas eran como preàmbulo de esta, la qual se aven de Chris
taja sobre ellas en dos prerrogativas. Los otros habian tO.

resucitado para volver á morir; pero Christo resu Varias re


surreccio
citando de entre los muertos, ya no muere; jamas la n es de
muerte tendrd sôbre el poder alguno. Aquelios de nue OtrOS Int
vo muertos tienen necesidad de ser resucitados otra CIOSa.
vez.; pero Christo, en quanto d haber muerto, mu
rió una vez solamente para el pecado , mas en quan Rom.69.
to a la vida que ahora tiene, vive para Dios , vive Aunque
por la eternidad. Por eso con razon es las primicias mas bien
de los que resucitan, pues de tal modo se levantó, que q. haber
resucita -
nunca volverá á caer, y el solo alcanza à la inmor do,se pue
talidad.
de decir,
7 Otra cosa hay , en que se deja ver la gloria q. fueron
singular de esta resurreccion. Porque, ¿quièn de to desperta
dos.
dos los demàs se resucitó á si mismo alguna vez Co
sa inefable es, que se despierte á si mismo del sue
ño de la muerte el que duerme; cosa singular es ; no
hay quien lo haga, no hay uno siquiera. El Propheta 4.35•
Reg. 4.
Eliseo resucitó a un muerto, pero à otro, no á si
propio. Mira quantos años hà que yace en el sepul
cro, esperando lo que él por si no puede hacer, que
es ser resucitado por otro : por aquel Señor sin duda,
que triunfó en si mismo del imperio de la muerte. De
ahi es, que de los demàs decimos que fueron resuci
tados, pero de Christo decimos que resucitó, pues
èl solo por su propia virtud salió victorioso del se
pulcro, venciendo en esto tambien el Leon de la Tri
bu de Juda. ¿Quänto podra, o por decir, mejor, que
cosa habrà que èl no pueda viviendo, y diciendo al
Padre: Resucite, y todavia estoy contigo, si fuè tan Psal. 1 38,
18,
Poderoso, contado con los muertos, aunque libre en
tre los muertos?
8 Ni dilató la resurreccion, mas, allà del tercero Ose.6.2.
dia, para que se halle fiel el Propheta que dijo: Nos
- da
8 Sr. RMoN DE S. Br RNARDo AB Ab.
dard vida despues de dos dias , en el dia tercero nos
resucitará. Es mucha razon, que sigan los miembros,
por donde precedió su cabeza. En el madero de la
cruz la feria sexta redimió al hombre, el dia mismo
en que habia hecho al hombre en el principio del
El triduo mundo: el segundo dia descansó en el monumento,
del Señor
explicado
habiendo consumado la obra que habia tomado só
moral né. bre si : en el tercero, que es el primero de los dias,
19, apareció como primicias de los que duermen, el
vencedor de la muerte, el nuevo hombre. A este
modo nosotros que seguimos à nuestra cabeza, en to
do este dia en que fuimos formados y redimidos, no
cesemos de hacer penitencia, no cesemos de llevar
la cruz, perseverando en ella como èl perseveró,
hasta que diga el Espiritu que descansemos de nues
tros trabajos. A ninguno demos oidos, Hermanos,
no à la carne y sangre, no à qualquiera espiritu que
La perse nos persuada , que bajemos de la cruz. Perseveremos
ve rancia en la cruz, moramos en la cruz; y de ella nos qui
que debe ten las manos de otros, no nuestra inconstancia. A
noStene
en la cruz nuestra cabeza bajaron de la cruz los varones justos,
ô penité à nosotros nos bajen por su dignacion los Angeles
Cla. Santos: para que consumado varonilmente el dia de
la cruz, en el segundo que es despues de la muer
te, descansemos dulcemente , dorm amos felizmen
te en los sepulcros, aguardando la bienaventurada es
peranza, y la venida de la gloria del gran Dios, quien
resucitará nuestros cuerpos finalmente en el tercero
dia, haciendolos semejantes à su cuerpo glorioso. Pe
ro se siente un hedor, que viene de los muertos de
Johan. 1 r quatro dias, como està escrito de Làzaro: Señor, ya
3o. huele mal , porque hd quatro dias que esta ahi.
9 - La invencion de los hijos de Adàn hà formado
Dia quar.
to de los un quarto dia , que no recibió del Señor. Por tanto
hijos de se corrompieron , y se hicieron abominables , como
Adam, y los animales brutos que se pudrieron en su estiercol.
Este triduo de que hemos hablado, en el trabajo, en
- el
EN EL sANTo DIA DE LA PAscUA. 9
el descanso, en la resurreccion , está ordenado por
Dios. No agradan estas cosas à los hijos de los hom
bres, sino que quieren que sea preferida su disposi
cion, dilatando el dia de la penitencia, para ocupar
se en los deleytes. No es este el dia que hizo el Se
ñor: se han hecho de quatro dias, y ya hieden. No
fuè asi no lo Santo que naciò de Maria: al tercero
dia resucitó, para no sentir la corrupcion. Venció pues
el Leon de la Tribu de 5udd. Fuè muerto como cor
dero, pero vencio como Leon. El Leon rugirà , ¿quièn Amos 38
no temerá El Leon, vuelvo á decir, el mas fuerte de
todos los animales, que no tomarâ pavor al encuen
tro de ninguno; sin duda el Leon de la Tribu de
5udá. Llenense de pavor los que le negaron, los que Johan. 19
I 5.
dijeron: No tenemos mas Rey que el Cesar : llenen.
se de pavor los que profirieron : No queremos que es Luc. 19o
te reyne sôbre nosotros. El vuelve habiendo tomado I 4.
su reyno, y perderà à los malos malamente. ¿Quières
saber, que vuelve tomado ya su reyno? Se me ha da Math. 28.-
18.
do, dice, toda potestad en el cielo, y en la tierra.
El Padre le dice tambien en el Psalmo : Pideme, y
Psal. 2.8.
te dare todas las gentes por herencia tuya, y por po
sesion tuya los terminos de la tierra. Los regirds con
vara de hierro , y los quebrantards como un vaso de
barro. Es fuerte el Leon, no cruel: sin embargo, su
indignacion es grave; y es intolerable la ira de la pa
loma. Mas el Leon rugirá por los suyos, no contra
los suyos. Llenense pues de susto los estraños; pero
la Tribu de Judà mas antes se alegre.
1 o Alegrense pues los que estàn vestidos de con Judas
fesion , cuyos huesos todos dicen: Señor, ¿quien bay significa
semejante d vos ? El Leon de la Tribu de 5udd rayz el que có.
de David. Significa David deseable en el aspecto, ô fiesa.
fuerte en su mano, y èl mismo dice: Delante de vos, Christo
Señor, esta todo mi deseo: y tambien: Mi fortale es rayz de
za la guardare para vos. vº,
dice, de David. No
CS
David.
--- -"
IO SERMoN DE S. BERNARDo AB Ap.
es David rayz de èl, sino èl es la rayz de David:
porque lleva , y no es llevado. Con razon, David San
to, llamas á tu hijo Señor tuyo, porque no llevas tu
la rayz, sino la rayz te lleva à ti; la rayz de tu
fortaleza y de tu deseo, rayz deseable, rayz fuerte.
Venció el Leon de la Tribu de 5udd, rayz de Da
vid , en abrir el libro, y desatar sus siete sellos.
Del Apocalipse son estas palabras. Aprendanlas los
que no las han leido, y pongan su atencion en ellas
Apoc35 los que las saben. Vi , dice Juan, en la diestra del
que estaba sentado sobre el trono, un libro cerrado
con siete sellos, y no habia quien le leyese , 0 abrie
se. ?” yo lloraba mucho , porque ninguno se hallaba
digno de abrir el libro. 2" uno de los ancianos me
dijo: no llores: mira que venció el Leon de la Tri
bu de 3fudd, rayz de David. 1" mire, y he ahi que
enmedio del trono estaba un Cordero como muerto: y
viniendo tomó el libro de la diestra del que estaba
sentado en el trono, y abrió el libro , y se siguió
una alegria grande, y accion de gracias. Habia Juan
oido hablar de un Leon , y lo que viò fuè un cor
dero. El cordero fuè muerto, el cordero tomó el li
bro, el cordero le abrió , y apareció Leon. En fin,
digno es, dicen los ancianos, el cordero que fue muer
to, de recibir la fortaleza. No dicen, de perder la
mansedumbre, sino de recibir la fortaleza, para que
permanezca cordero, y sea tambien Leon. Aun digo
mas : à lo que á mi me parece , èl mismo tambien.
es el libro que no se podia abrir. Porque, ¿quièn otro
se hallaria digno de abrir el libro? Se confiesa indig
- no el mismo San Juan Bautista, siendo asi que entre
los nacidos de las mugeres ninguno º fuè mayor. No
Marc. 1.7 soy digno , dice , de desatar la correa de su calza
do. Habia venido à nosotros calzada la magestad, en
carnada la divinidad: habia venido la sabiduria de
Dios; pero en un libro cerrado à la verdad, y sella -
uto. Lo que ataba la correa del calzado, eso mismo
f cerraban los sellos del libro. Pe

- . 5.
EN y saNro prA DE LA PAscUA. rr
1 r Pero que dirèmos sôbre estos siete sellos? ¿Sig
nificaràn la triplicada facultad del alma, razon, me
moria, y voluntad, y la composicion del cuerpo, de
los quatro elementos, para que sepamos que nada fal
tò al Salvador de la verdad de la humanidad? ¿O Los siete
mas bien su humanidad es el mismo libro, y en ella sellos de
Christo.
hemos de buscar todavia los siete sellos? Yo miro co
mo siete sellos, con que principalmente se encubria
la presencia de la magestad en la carne, para que
no se pudiera abrir el libro, ni ser conocida la sa
biduria que se ocultaba. Son pues los que ahora me
ocurren, el desposorio de la Madre, con el qual se
cubria el parto de la Virgen, y la pureza de su con
cepcion , de suerte que era reputado el fabricador del
hombre por hijo de un carpintero. La flaqueza del
cuerpo, por la qual llorando, y dando bagidos, ma
Inando, y durmiendo, y expuesto à las demàs nece
sidades de él, se ocultaba entre estas cosas la vir
tud de la divinidad. Así igualmente tomando la se
ñal de la circuncision, remedio del pecado, medici
na de la enfermedad, aquel Señor que vino à quitar
toda enfermedad y pecado; y ademàs de esto hu
yendo de Herodes à Egipto, ni podia ser conocido
por Hijo de Dios, ni por Rey del Cielo. ¿Y què eran
tambien aquellas tres tentaciones del enemigo en el
desierto, en lo alto del templo, sôbre el monte? Si
Math. 4tº
eres, dice, Hijo de Dios, di que estas piedras se 6.
hagan pan : y tambien: Echate de abi a bajo. Ni
uno ni otro hizo Christo; para que se sellase el li
bro, para que se engañase el astuto. En fin, tanto se
engañó, que tenia ya por constante que era puro hom
bre, y prorrumpió su ciega soberbia en tal desvario,
que ya no le decia: Si eres Hijo de Dios; sino To
dar estas cosas te dare, si postrado me adorares.
El sello sexto es la cruz, donde estuvo pendiente en
tre dos ladrones, y fuè contado entre los malvados el
Dios de la magestad. Tambien cerrò la sepultura es
- B2 (º
I2 SERMoN DE S. BERNARDo AEAD.
te libro; ni sello alguno apretó tanto, ni ocultó tan
to como este el misterio grande de la piedad de Dios.
Verdaderamente, una vez sepultado el Señor, no pa
recia quedar sino la desperacion sola: de tal suerte,
Luc. a 4. que los discípulos mismos decian: Nosotros esperd
2 Ie
bamos. ¿Quièn en aquel tiempo no lloraria que esta
ba cerrado mas apretadamente el libro, y no habia
quien le abriese?
12 Pero no llores mas, Juan Santo; y tu tambien,
Maria, no llores mas. Vaya lejos todo llanto, y di
sípese la niebla de la tristeza. Gozaos en el Señor, y
llenaos de alegria , todos los que sois justos, y publi
cad con cânticos su gloria, todos los que teneis un
recto corazon. Digno es el cordero que fuè muerto,
el Leon que resucitó , ultimamente el libro mismo,
digno es de abrirse à si mismo. Resucitando de èn
tre los muertos, pero resucitando por su propia vir
tud , y despues de tres dias como habia predicho él,
testificando esto mismo los enemigos; y resucitando
en tanta magestad y gloria, hace ver manifiestamente
que todos estos sellos ô velos de que hemos hablado,
fueron voluntarios, no necesarios, y no puestos por con
dicion, sino por dignacion. ¿Por què sellabas , Judio,
Math.27. un poco antes la piedra del monumento ? Porque aquel
63. seduttor habia dicho , quando todavia vivia : Despues
s
de tres dias resucitare, Verdaderamente seductor,
º.
pero piadoso, no malicioso. Finalmente: Me babeis
Hier. ao.7 seducido, Señor, y fui seducido , dice el Propheta en
vuestra persona, fuisteis mas fuerte que yo, y pudis
teis mas. En la pasion, Judios, os sedujo , en la re
1. Cor.2.
8.
surreccion se alentó , y pudo màs, venciendo el Leon
de la Tribu de Judà ; pues si le hubieran conocido,
Math. 12. nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria. ¿Què
29. harâs pues? Ya resucitó, asi como lo predijo. Explo
ra tu cuidadosamente el sello de la sepultura, pues
Luc. 1 1. está abierta. Te dàn à ti el signo del Propheta Jonas,
2 9. porque él tambien lo dijo antes. Sale Jonas del vien
- tre
EN EL sANTo DrA DE LA PAscUA. r3
tre de la ballena : Christo sale al tercero dia del co
razon de la tierra. Pero manifiestamente es mas que
Jonas este; pues se sacó animosamente à si mismo del
mismo vientre de la muerte. Por tanto los Ninivitas se
levantaràn contra vosotros en el juicio : por tanto ellos
mismos serán vuestros jueces, porque ellos obedecie
ron al Propheta; vosotros ni al Señor de los Prophe
ta.S. - * ,

13 ¿Dónde està lo que decias; Baje de la cruz, y Math º T


creeremos en el ? Quisisteis romper el sello de la cruz, 4”
prometiendo que entrariais en la fe. Ved ahi que ya
està abierto, no roto: entrad. De otro modo, sino
creeis al que se levanta, tampoco le creeríais aunque
hubiera bajado. Ya que tanto os escandalizaba la cruz 1. Cor. r
de Christo, porque la palabra de la cruz es escdnda a 3.
lo para los 5udios, dice el Apòstol , que os excite à
lo menos la novedad de la resurreccion. Nosotros en -
contramos en la cruz la gloria. Para nosotros que nos
salvamos, es ella virtud de Dios, y la plenitud (como
hemos mostrado) de todas las virtudes. Tomad parte
à lo menos en la resurreccion. Pero acaso ella tam
bien, ô por decir mejor, ella mucho mas, os escan
daliza, y el olor de vida respecto de nosotros para
vida, es para vosotros olor de muerte para muerte.
¿Pero que insistimos º No tiene paciencia para escu- Luc. s.
char la musica y la danza el hermano mas antiguo, a 8.
y se indigna de que se matáse para nosotros el becer
ro cebado. Afuera se esta , y de ningun modo con
desciende en entrar. Entremos nosotros, Hermanos
mios, y disfrutemos el convite en los ázimos de sin
ceridad y de verdad , pues Christo que hd sido sa- 1. Cor. s.
crificado, es nuestro cordero pascual. Abrazemos las 7:
virtudes que en la cruz nos recomienda, la humildad,
la paciencia, la obediencia , y la caridad.
14 Pensemos tambien con cuidadosa atencion lo , ,
que se nos intima en esta solemnidad. La res urreccion º
eS transito y transmigracion. Porque Christo, Her- chis,
r Ill d" • -
14 SERMon DE S. BERNARDo AsAD.
exige de manos mios, no recayó hoy , sino que se levantò , no
1 (, S.JtrOS
que le si
volvio, si no que paso, transmigró, no torno. En fin la
ga mios, y
misma Pascua que celebramos , se interpreta transito,
pase mosà no vuelta, y Galilea en donde se nos promete que
vida mas verèmos à Christo que resucitó, no significa rever
perfe3a. sion, sino transmigracion. Creo que ya algunos in
genios vuelan adelante, y sospechan hàcia donde se
dirige este discurso. Con todo eso, lo dirèmos bre
vemente, atendiendo à que no se haga pesado à vues
tra devocion por prolijo, en solemnidad tan grande
nuestro Sernon. Si despues de la consumacion de la
cruz, hubiera resucitado Christo à esta nuestra mor
talidad y trabajos de la vida presente, yo no diria,
Hermanos, que el habia pasado, sino que habia vuel
to, no diria que habia transmigrado a cosa algo mas
sublime, sino que habia tornado al estado primero.
Mas ahora , porque pasó à una nueva vida, tambien
nos convida à nosotros para el transito, nos llama a
Galilea. Por eso pues, en quanto murió para el pe
cado, murió una vez , pero en quanto ya vive, vive
no para la carne, sino para Dios. *º.

15 ¿Què decimos à esto nosotros, que privamos


á la sagrada resurreccion del Señor del nombre de
Pascua, haciendo que sea para nosotros mas vuelta,
que transito Lloramos estos dias, entregandonos a la
compuncion y oracion, á la gravedad y abstinencia,
eseando redimir y lavar las negligencias de otros
tempos en esta sagrada Quaresma. Tomanos parte
en los trabajos de Christo; fuimos ingeridos en èl
nuevamente por un cierto bautismo de lágrimas, de
penitencia, y confesion. Si hemos muerto pues para
el pecado, ¿cómo vivirèmos todavia en él ? Si hemos
llorado nuestras negligencias, ¿què motivo habrá, pa
ra que volvamos à caer en ellas mismas ? ¿Serèmos
tambien ahora curiosos como antes, habladores como
- altes, perezosos y descuidados como antes; vanos, o
sospechosos, murmuradores, iracundos; y nos envol--
VC

- --- = --º
*,
EN EL sANTo DIA DE LA PAscUA. I5
verèmos en los mismos vicios, que tan congojosa
mente lloramos estos dias? Hè lavado, mis pies, ¿co
mo los volverè à manchar? Me desnudè de mi tuni
ca. ¿cómo podrè volver á vestirmela ? No es esto Cant. 5. 3
transmigracion , Hermanos mios : de este modo no se
dejarà ver Christo: no es este el camino para que
Dios nos muestre su salud. Ultimamente, el que mi Luc.9.62
ra atras , es índigno del Reyno de Dios.
16. Asi los amadores del siglo, enemigos de la
Se repré
cruz de Christo , de quien habiendo recibido en va de el abu
no el nombre , se llaman Christianos, en todo este so de al-,
tiempo de la Quaresma anhelan à que lleguen los gunosCh
próximos dias de la resurreccion. A y para enplear ristianos
se mas libremente en los dele y tes. Anubla, Herma en este
tiempo.
nos mios, la alegria de la solemnidad materia tan tris-,
te: pero lloramos la injuria de la solemnidad misma,
la cual no podemos disimular, ni aun en ella , y mu-,
cho menos en ella... ¡Què dolor! Se ha hecho tiempo
de pecar, y tèrmino para volver à caer la resurrec-.
cion del Salvador. Desde ahora vuelven las glotone
rias y embriaguezes, los secretos ilícitos tratos è im-,
purezas, y se sueltan las riendas á las pasiones, co
mo si para esto hubiera resucitado Christo, y no mas Confesió,
bien para nuestra justificacion. ¿Asi honrais, misera por la Pas
bles , , à Christo , ā quien habeis recibido? Le apare-, Cuà,
jasteis hospedage quando: estaba para venir, confesan
do los pecados con gemidos; castigando el cuerpo,
dando limosnas: y he ahi que habièndole recibido,
le entregais à los enemigos, y le compeleis a que se
vaya, admitiendo las antiguas maldades.. Porque no
podràn morar juntamente la luz con las tinieblas,
Christo con la soberbia, con la avaricia, con la am-,
bicion, con el odio del projimo, con la lujuria , con
la fornicacion. ¿Qué menos se le debe quando està pre
sente, que quando està para venir? ¿Què menos reve
rencia exige el tiempo de la resurreccion, que el de
la pasion Pero vosotros, como se hace conocer, ni
una
I6 SeRMoN DE S. BERNARDo ABAD.
una ni otra respetais. Porque si hubierais padecido
con èl sinceramente, tambien reynariais con èl ; si
con èl hubierais muerto, con èl tambien hubierais
resucitado.
17 Mas ahora se vè , que de la sola costumbre
del tiempo, y de una cierta disimulacion procedió
I- Cor.
aquella humillacion que no es seguida del gozo espi
ll O,
ritual. Por esto, dice el Apóstol, muchos están en
fermos y debiles, y duermen muchos con el sueño de
la muerte. Por esto en muchas provincias mueren mu
Penitécia chos hombres, con especialidad estos dias. ¿Què di
falsa,y su remos pues? Fuisteis cogidos en lo estrecho, violado
pena. res de la ley , no los que la violāsteis, sino los que
persistis en violarla, añadiendo pecados á los pecados,
ó enteramente impenitentes, ô tibiamente penitentes,
sin huir los peligrosos incentivos del pecado , à lo
menos despues de tan miserable experiencia. Y si por
que os sentis en esta conciencia, huis de los Sacra
mentos de Christo, nada teneis comun con Christo; no ,
teneis vida en vosotros. Escuchad al mismo que dice=
Johan. 6. Si no comiereis la carne del hijo del hombre, y bebie
54. reis su sangre, no tendreis vida en vosotros. Si le re
cibis indignamente , comeis el juicio de vuestra con
Comunió denacion, no haciendo el discernimiento que debiais
por la Pas, del cuerpo del Señor. Volved pues, violadores de la
cua.
ley, á entrar en el corazon; buscadº con todo el co
razon al Señor, y aborreced lo malo; haciendo pe
nitencia , no solo con las palabras y la lengua, si no
No huir con espíritu y con verdad. Pero, porque se vé que no
las ocasio le pesa quanto era razon de haber caido, al que to
nes indi
davia se dispone à permanecer en lo resbaladizo; y
cio es de
haber si que no siente mucho haber errado, el que no º bus
do falsala ca guia; sea indicio de la compuncion verdadera el
penité cia huir toda oportunidad, y quitar la ocasion. De otra
suerte , debe temerse mucho, que este dia (pues èl tam
bien fuè puesto para ruina y resurreccion de muchos)
os repruebe y deseche de si, ó como estraños mani
fies
EN EL sANTo DIA DE LA PAscUA. t7
fiestamente à Christo, no comunicando con Christo, o
como compañeros de Judas, en quien despues del bo
cado entró satanàs.
18 Pero, ¿què nos metemos nosotros en juzgar a
los que estàn fuera de nuestra profesion, Hermanos
mios? Es la causa, que tambien nosotros lloramos ha
ber estado en el mismo lazo, y nos damos el para
bien de que , obrando la sola misericordia de Dios,
hemos sido sacados de aquel estado mismo, en que
nos dolemos con caridad fraternal, que estèn ellos mi
serablemente envueltos. Ojalá que nosotros à lo me
nos nos hallemos ya santificados, y enteramente age
nos de esta miserable y sacrilega costumbre, ni pe
rezca en nosotros ô se disminuya nada de los espiri
tuales exercicios con la venida de la resurreccion, si
no que mas antes procuremos pasar, y adelantarnos
en ellos. QUAL QUIER.A pues que despues de los la
mentos de la penitencia no vuelve á los consuelos Indicios
carnales, sino que pasa à la confianza de la miseri de la re
surrecció
cordia divina; entra como en una nueva devocion y espiritual
gozo en el Espíritu Santo; ni se compunge tanto à la
memoria de los pecados pasados , como se deleyta
en la memoria, è inflama en el deseo de los pre
mios eternos; este es ciertamente el que resucita con
Christo, el que celebra la Pascua, el que se apresura
para ir à Galilea. Vosotros pues, Carísimos, si re Colos. 3.
sucitàsteis con Christo, buscad las cosas que estàn ar a

riba , en donde està Christo, sentado à la diestra de


Dios; gustad de las cosas que estàn arriba, no de las
que están sôbre la tierra: para que asi como Chris
to resucitó de entre los muertos por la gloria del Pa
dre, asi tambien vosotros camineis en una nueva vi
da , alegrandoos de pasar por la compuncion y tris
teza, que es segun Dios , de la alegria secular y
mundana à la devocion santa y gozo espiritual; con
cedièndonos esto aquel Señor, que pasó de este mun
do al Padre, y que se gº tambien llevarnos tras
Sl,
I3 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
si, y llamarnos à Galilea para mostrarse à nosotros
à si mismo; el qual sôbre todas cosas es Dios ben
dito por los siglos. Amen.

(e»e» e»«» «» 3»e» º «» «»e»«» «e» e» «» «» e»)


EN EL TIEMPO DE LA RESURRECCON.

SERMON SEGUNDO.
Predicado a los Abades sobre la leccion del Evan
gelio: Maria Magdalena, y Maria madre de San
tiago, y Salomé compraron aromas para ir d
ungir d3fesus.
I Emos oido al Apòstol que Christo habita
Eph.3.1 r por la fé en nuestros corazones. De don
de parece que sin viólencia se puede entender, que
tanto tiempo vive Christo en nosotros, como vive la
fè; y que luego que nuestra fè està muerta, en algun
modo està Christo muerto en nosotros. La vida de
la fè ciertamente la testifican las obras, segun esta
Johan. 5. escrito: Las obras que me bd dado á hacer mi Pa
36. dre, estas mismas ddn testimonio de mi. Ni parece,
Jac.2.2 o. discrepa de esta sentencia aquel que afirma , que la
fé sin obras està muerta en si misma: porque asi co
La fè sin
mo del movimiento del cuerpo conocemos su vida, asi
obras, y
sin cari tambien conocemos la vida de la fé por las buenas
dad està obras. Asi, la vida del cuerpo es el alma, por la
Dmuerta, qual se mueve y siente; y la vida de la fè es la ca
ridad, por la qual obra, segun lo que dice el Apòs
Gal. 5. 6. tol: La fe que obra por la caridad. Por lo que res
friändose la caridad , muere la fè, asi como muere
el cuerpo, apartandose el alma. Tu pues si vieres á
un hombre animoso en las buenas obras, y alegre en
el fervor de su conducta, no dudes que la fè vive en
el,
EN EL TrEMpo DE LA REsURREccroN. 19
èl, y que tienes argumentos indubitables de su vida. Señales
Pero hay algunos, que habiendo comenzado en espl de la vi
ritu, ay! acaban despues en la carne. Sabemos pues, da espiri
tual.
que ya entonces no permanece en ellos el espíritu de
vida; porque escrito está: No permanecerá mi espi
ritu eternamente con el bombre, porque es carne. Si Gen. 6.3.
no permanece el espiritu, no hay duda de que falta
la caridad, que fué difundida seguramente en nues Rom.5.5-
tros corazones por el Espíritu Santo, que nos fuè
dado.
2 A la verdad, la vida de la fè (como hemos di Gal. 5.6.
eho) la coloca en la caridad el que dijo, que la fè
obraba por el amor. Se infiere pues de aqui, que apar
tandose el espiritu muere la fè, porque el espíritu es
quien dà la vida. Finalmente, si el saber segun la Johan. 6.
6
carne es muerte, no hay duda en que aquellos, de R O II), 8.
quienes nos alegrabamos, que vivian, al tiempo que 13.
mortificaban las obras de la carne con el espiritu; si Muertos
estàn los
viven ahora segun la carne, deben ser llorados como
que viven
muertos. Por lo qual lees en el mismo Apòstol : Si segun la
viviereis segun la carne, morireis, pero si mortifica CaIIles º
reis las obras de la carne con el espiritu, vivireis.
Rom. 8.
A y de ti qualquiera que seas, si te haces como el
3
perro que vuelve al vomito, y como el animal in
mundo lavado en el revolcadero del cieno. No hablo
solamente con aquellos, que con el cuerpo volvieron
al Egipto, sino tambien con los que volvieron con el
corazon, siguiendo los deleytes del siglo; y por eso
no tienen la vida de la fè, que es la caridad: porque
si alguno ama al mundo, no esta en el la caridad del 1. Johans
Padre. ¿Quién puede estár mas muerto, que el que 8. I 3• -

tiene el fuego en el seno, esto es, el pecado en su


conciencia , y no siente, no se asusta, no le sacude
de si?
3 Ved ahi pues à Christo muerto en el sepulcro, Como se
si está la fe muerta en el ânimo. ¿Què harèmos pues? ha de em
¿Què hicieron aquellas sag 2
mugeres, que tenian al
Se
balsamar
m i stica
2O SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD.
mente à Señor mas afecto ellas solas, que todos? Compraron
Christo é
aromas para ir, y ungir à Jesus. ¿Por ventura fuè
el sepul
CIOs
para resucitarle ? Nosotros, Hermanos mios, sabe
mos bien, que no es obra nuestra el resucitar, y que
solo nos incumbe ungir. ¿Esto a què fin? Para que no
hieda semejante hombre , para que no sea para los
demás olor de muerte, para que no se disipe y des
Tres ofi haga enteramente. Por tanto compren aromas tres mu.
cios delos geres, que son el corazon, la mano , y la lengua.
Pastores. Porque de aqui entiendo yo, que recibió San Pedro
por tres veces el precepto de apacentar el rebaño del
Johan.21 Señor. Apacientale, dice , con el corazon, apacien
16.
tale, con la boca, apacientale, con la obra: apacièn
tale con la oracion del alma, con la exhortacion de la
palabra, y con el exemplo.
Aromas 4 Busque pues el corazon sus aromas, y en pri
de la pri mer lugar el afecto de compasion , despues el zelo
mera mu
de la rectitud , y entre esto no omita el espíritu de
ger, esto discrecion. Todas las veces que vieres pecar á tu
es del co
a ZOIl • hermano, al momento debe excitarse en ti el afecto
1. El afec de compasion, como tan propio à la humanidad, que
to de có le concibes de ti mismo. Vosotros , dice el Apòstol,
pasion. que sois espirituales , instruid d este tal en espi
Gal. 6.1. ritu de blandura , baciendo cada uno reflexion söbre
si mismo y temiendo ser tentado como el. Y al sa
lir el Señor llevando à cuestas la cruz, y llorando
sobre èl, no ciertamente todas las tribus de la tierra
todavia, sino unas pocas mugeres, vuelto á ellas las
Luc. 23. dice: Hijas de 5 erusalén, no querais llorar sôbre mi,
2 º
sino llorad sôbre vosotras mismas, y sòbre vuestros hi.
jos. Atiende con cuidado el órden. Primero dice, sôbre
vosotras, despues, sobre vuestros hijos. Haz reflexion
sòbre ti mismo, para que aprendas à compadecerte
de otros, y para que les reprendas en espíritu de blan
dura. Considèrate à ti mismo, y teme que tu tambien
Enlas vi. seas tentado. Pero porque el exemplo persuade con
das de los
Padres.
mayor eficacia , y se imprime mas
- -
aumente el l
el
EN EL TIEMFe DE LA RE su RR EccroN. 2I

ànimo, yo os envio à aquel santo anciano, que en ha


biendo oido, que uno de sus Hermanos había pecado,
lloraba amarguisimamente, y decia: El pecò hoy, y
yo mañana. ¿El que de esta manera lloraba sóbre si,
juzgaràs que no se compadecia de su hermano? Este
afecto de compasion à la verdad aprovecha à muchos,
porque un ànimo generoso se avergüenza de prose
guir contristando a quien mira congojarse por èl.
5 Pero ¿què harèmos, que hay algunos de dura cer
viz, y de una frente de metal en tal manera, que quan n. El zelo
to mas nos compadecemos de ellos, tanto mas abu de la jus
ticia.
san de nuestra compasion, y de nuestra paciencia?
¿Por ventura, asi como nos compadeciamos de nues
tro hermano, asi tambien no nos debemos compadecer
de la misma justicia, que vemos tan impudentemen
te despreciar, y provocar con tanta imprudencia? Yo
sè , que si en nosotros hay alguna caridad, no podrè
mos sufrir con igualdad de ànimo este desprecio de
Dios. Este es el zelo de la justicia, con que nos en
cendemos contra los delinqüentes , como llevados
de un afecto de piedad para con la justicia de Dios,
que vemos se desprecia. Sin embargo, conviene que
tenga el primer lugar el afecto de compasion. De
otra suerte en la vehemencia del espíritu quebranta
ríamos las naves de Tharsis, hariamos pedazos la ca
:
ña hendida, y apagariamos le estopa que humea. -

6 Mas quando haya lo uno y lo otro, esto es, el 3. La dis


crecion.
afecto de compasion, y el zelo de la justicia , es pre
ciso que asista tambien el espíritu de discrecion; no
suceda acaso, que quando conviene mostrar este, sal
ga aquel, y confunda todas las cosas la indiscrecion.
Tenga pues nuestro corazon tambien lo tercero, que
es el espíritu de discrecion: para que mezclando a
propósito tiempos con tiempos, sepa zelar oportuna
mente , y no menos perdonar. Sea como el Samari
tano aguardando y observando, quando debe aplicar el
aceyte de la misericordia, quando el vino del fervor.
Y
22 SERMoN II. DR S. BERNARDo ABAD.
Y porque acaso no lo juzgueis invencion mia, escu
chad al Propheta en el Psalmo pidiendo estas mismas
Psal. 1 3.
66,
cosas, y con el órden mismo: Enseñadme , dice, la
bondad , la disciplina, y la ciencia. - -

A quien 7 Pero ¿de dónde nos vendràn estas cosas, pues


se han de no produce tales pimpollos de virtudes la tierra de
e omprar nuestro corazon, sino que mas antes brota para no
GSt.3S RIO
In2S,
sotros espinas y abrojos? Es forzoso pues comprar
las. ¿Mas de quièn las comprarèmos De aquel Se
ñor sin duda que dice: Venid, comprad sin plata y
naiss º sin trueque alguno vino y leche. No ignorais que de
signa la dulzura de la leche, y què la austeridad del
vino. Pero ¿què es comprar sin plata y sin truequeº
No hay este modo de comprar èntre los amadores de
este siglo, mas en el Autor del siglo no puede ha
Ps. 1 y, 2. ber otro. Pues el Propheta dijo al Señor: Vos sois
mi Dios, porque no necesitais de mis bienes. ¿Què
darà en trueque el hombre por su gracia a aquel Se
ñor que de nada necesita, y de quien son todas las
cosas?. La gracia se dà graciosamente: aun quando
se compra, graciosamente se compra, porque lo que
se da por ella, se guarda y retiene mejor para no
SOtrOS,
8 Se han de comprar pues las tres aromas del co
razon con la moneda de la propia voluntad, dejan
Se han de do la qual, nada perdemos, antes bien ganamos mu
comprar
con la mo chisimo, pues la conmutamos con mejoras , hacien
neda dela dola comun, siendo ella propia. Verdaderamente la
propia vo voluNTAD coMUN es caridad. Con que de este modo,
luntad. compramos sin trueque, recibiendo lo que no tenia
mos , y asegurando mas lo que teniamos. ¿Quàndo sa
brà compadecerse de su hermano, el que en su pro
pia voluntad no sabia compadecerse , sino de si mis
mo? ¿O quàndo el amante de si mismo amara la jus
ticia, y tendrà odio à la iniquidad ? Podrà sin duda
aparentar qualquiera cosa delante de los hombres, po
dra tambien engañarse à si mismo, de suerte que
quan
EN EL TrEMro DE LA RE suRREccroN. 23
quando le mueve solamente el amor, o el odio pro
pio, piense que es afecto de compasion o zelo de jus
ticia. Pero, es facil conocer, quan ageno sea de la pro
pia voluntad, lo que es propio de la caridad, à la
qual se hace aquella contraria derechamente: porque 2. Cor, 13
la caridad es benigna, la caridad no se alegra de la
iniquidad. Yà acerca del espiritu de discrecion, sabe
mos que nada le extingue tanto como la voluntad
propia, pues trastorna los corazones de los hombres,
y ciega los ojos à la razon. Se deben comprar pues
tres aromas del corazon, que son afecto de compa
sion , zelo de rectitud , y espiritu de discrecion, con
la moneda (segun hemos dicho) de la propia vo
luntad. -

9 Las aromas de la lengua igualmente son tres, Aromas


la modestia en reprehender, la afluencia en exhor de la se
tar, la eficacia en persuadir. ¿Quières tener estas aro güda mu
ger , esto
mas? Compralas de tu Señor Dios: compralas, re es, de la
pito, y sin trueque, como las primeras; para que re lengua.
cibas algo , y no pierdas nada. Compra del Señor la 1. La cor
moderacion en corregir, porque enteramente es un recció mo
grande bien, y un don excelentisimo, y que le tienen derada.
pocos: pues ninguno, como dice el bienaventurado
Santiago, puede domar la lengua. Veräs à muchos Jac. 3. 8.
que ; aunque lleguen con intencion sincera y änimo
benigno, dicen lo que se oye con mucho sentimien
to. Vuela la palabra sin poderse volver atras , y la
que debia sanar, por parecer algo mas mordaz, exas
pera y encona mas la herida; y quando à la negli
gencia se junta el descaro, tambien se aumenta la im
paciencia; sucediendo asi que el que estaba mancha
do, se manche todavia mas, cayendo en palabras de
malicia para buscar escusas à los pecados; y que à
manera del frenètico, no solamente deseche, sino que 2. La
intente morder la mano del mèdico. Muchos tambien afluencia
no tienen copia de palabras, y por la escasez de ex de expre
presiones sienten que su lengua se pega al paladar,(ESOy si9nes,
24 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD,
eso mismo suele algunas veces dañar no poco à los
oyentes. Otros tienen à mano mucha abundancia de
expresiones; pero lo que dicen, tiene poco atractivo,
agrada poco, y por no tener gracia, son poco efica
3. La efi ces sus discursos. Con que puedes ver quanta necesi
cacia de
dad hay de comprar de aquel Señor, de quien viene
palabras.
todo lo bueno, y de quien viene toda ciencia, la mo
destia en reprender, la afluencia en exhortar, la efi
cacia en persuadir.
Io Por tanto compra estas aromas con la moneda
de la confesion, de modo que primero confieses tus
pecados, que tu llegues à limpiar los agenos. Gran
de enteramente y admirable Sacramento es resucitar
à un alma: mira no te llegues estando manchado à
èl. Y sino puedes llegar inocente; ô diciendo mejor,
porque no puedes; lava èntre los inocentes tus ma
nos, antes que rodees el monumento del Señor; pues
todo se lava en la confesion. Te se contarà por un
género de inocencia el haberte lavado, para que pue
das asistir èntre los inocentes. Al ministerio del altar
ninguno se llega con los vestidos comunes, sino que se
viste de blanco qualquiera que hà de llegarse. Asi pues
tu igualmente, quando te apresurares para ir al mo
numento del Señor, lāvate: ponte de blauco, vistete
los vestidos de gloria, para que te puedan decir: Te
has vestido de la confesion, y hermosura; porque don
de hay confesion, hay hermosura delante de Dios.
Esto se hà dicho, para que con la moneda de la con
fesion se compren las aromas de la lengua, que son
moderacion en reprender, afluencia en exhortar, efi
cacia en persuadir. -

S. Grego t I Leemos sin embargo, y sabemos por la coti


rio Mag diana experiencia, que si la vida de uno es desprecia
no en el
Pastoral. ble , tambien es despreciada su predicacion. Prepare
pues igualmente la mano sus aromas, para que no se
Prov. 19, burle tambien de nosotros el Säbio, como de aquel pe
2 4. rezoso que tiene trabajo en llevar la mano à la boca;
y
EN EL TrEMPo DE LA REsURREccroN, 25
y no suceda que diga el que reprendes: Tu que en Ro m. y
2 le
señas à otro, no te enseñas à ti mismo : juntas car
gas pesadas, y que no se pueden llevar , y las pones El exent
en las espaldas de los hombres, no queriendo tu mo plo esmas
verlas con el dedo siquiera. Os digo de verdad, que la eficaz q.
palabra mas viva y eficaz es el exemplo de la obra, pues las pala
bras.
persuade facilmente lo que intentamos, probando que Arotnas
es factible lo que persuadimos. Para esto es necesario, de la ter
que la mano tenga sus aromas, que son la continencia Cera mu
en el cuerpo, la misericordia con su hermano, la pa. ger , esto
ciencia en la piedad. Por lo que dice el Apòstol: Vi es, de la
I13l IIOe
vamos sobria, justa, y piadosamente. Estas tres cosas
son muy necesarias para nuestra conducta, porque lo
primero lo debemos à nosotros mismos, lo segundo al Tit. 2. z,
próximo, lo tercero à Dios. Pues el que fornica, pe
ca contra su cuerpo, privàndole de un honor grande,
y entregàndole à un funesto y vergonzoso desdoro,
tomando un miembro de Christo, y hacièndole miem
bro de una ramera. Mas yo digo ahora, que no solo
nos debemos contener de este deleyte, que tan abomi
nable es , sino de todo deleyte de la carne. Antes de
todo pues, busca esta perfecta continencia que te de 2. La mi
bes à ti mismo, porque ninguno es mas próximo tu se ricor
yo. Despues añade la misericordia que debes al prò dia.
ximo, con quien has de ser salvado: sôbre esto la pa 3. La pa
ciencia que debes à Dios, por quien has de ser salva ciencia.
do. Todos los que quieren vivir piadosamente en Chris
to, padecerán persecucion ; y tambien: Por muchas 2.Tim.
12,
gs
tribulaciones conviene que entremos en el reyno de Act. 14.
Dios. Mira pues , no pierdas el fruto de las buenas 28 a
obras por la impaciencia ; sino mas antes tolera to
das las cosas por aquel Señor, que las tolerò mayo
res primero por ti; y en quien no serà infructuosa la
paciencia, como el Propheta dice: La paciencia de Psal 9.1s
los pobres no se perderd para siempre.
12 Por cierto estas aromas de la mano se compran
con la moneda de la sugecion, porque esta es la que
D guia
26 SERMoN II. DE S. BER NARD o ABAD.
. Se deben guia nuestros pasos, y merece la gracia de una santa
comprar conducta. Si en nuestros miembros se halló una con
c6 la mo
neda dela traria ley por la inobediencia, ¿quièn ignora que por
sugecion. la obediencia se dà la continencia? Ella misma es la
que sabe ordenar la misericordia, ella misma la que
enseña, y juntamente dà la paciencia. Asi , con estas
aromas llegate à aquel en quien està muerta la fe.
La cóver Pero si consideramos, que cosa tan grande sea para
sió de un nosotros resucitar à este hombre, y quan dificil es,
pe cador aun llegarse al corazon de aquel que una como la
es obrade
una vir pidea obstinacion è impudencia tiene cerrado, juzgo
tud divi que habrèmos de decir nosotros: ¿Quien nos remove
Ilda rd la piedra de la entrada del monumento? Sin em.
bargo, quando asi tímidos recelamos llegar, detenièn
donos la idea de tan grande milagro, sucede algunas
veces que con su acostumbrada piedad oye la prepa
racion de nuestro corazon el oido divino, y à la voz
de su virtud resucita el que estaba muerto. Y hè ahi
que se presenta el Angel del Señor: se deja ver de
nosotros como en la entrada del monumento una cier
ºta alegria en el semblante de aquel, y un cierto res
plandor, indicio de su resurreccion; de suerte que cla
ramente se vè su rostro inmutado, dàndonos entrada
hasta su corazon, y aun tambien llamandonos èl mis
- mo, y revolviendo la piedra de su obstinacion y sen
- tandose sóbre ella; en calidad, que resucitada ya su
misma fè, nos enseña èl los mismos lienzos en que
estaba envuelto. Y declarando todas las cosas que an
tes pasaban en su corazon, y confesando como se ha
bia sepultado interiormente à si mismo, manifiestan
do su misma tibieza y neglígencia: Venid, dice, y
- mirad el sitio, donde estaba puesto el Señor.

**+ 3",
*sº *º
** .
*sº - -
... - 27

EN EL TIEMP O

DE LA RESURRECCION DEL SEÑOR.

S E. R MON TERCERO.
De la inmersion de Naaman por siete veces en el 5or
dan; y de la manera de lavar una lepra que es de sie
te especies , y de siete apariciones del Señor resuci
tado , en las que estan designados siete danes del
Espiritu Santo.
I SI como en la cura del cuerpo se aplican
A primero purgas, despues reparos, para
que el cuerpo se desocupe de los humores nocivos, y
pueda despues fomenta(Se con alimentos sanos; así el
mèdico de las almas Christo Señor nuestro, cuya vi
da toda que entre los hombres tuvo, es medicina de
salud, antes de su pasion nos dió siete remedios pur
gativos, y despues de su resurreccion otros tantos
4. Reg.5.
manjares saludables, y suaves al mismo tiempo. Nues. IO,
tro Eliseo le mandó al leproso Naaman meterse siete
veces en el Jordan; el qual se interpreta descenso. Por Christo
que en el descenso de nuestro Señor Jesu Christo, es nos d i ô
to es, en la humildad de la conducta de su vida que siete me
dicinas q«
tuvo antes de la pasion , somos limpiados, y puri
ficados: pero en su resurreccion y vida que mostrò nos puri
fican.
por quarenta dias, somos fortalecidos, y sustentados
con deliciosos alimentos. De siete maneras se ha Se expli
bia apoderado de nosotros la lepra de la soberbia, ca moral
en la adquisicion y apego de los bienes terrenos, en mente la
la pompa de los vestidos, en el deleyte de los cuerpos; lepra de
siete espe
en la boca tambien de dos modos, y en el corazon cies.
igualmente de otros dos. La primera es lepra de la
casa, pues por ella deseamos hacernos ricos en este
D 2 si
23 SERMoN III. De S. BERNARDo AB Ap.
1. La pro siglo. Pero de esta nos limpiamos , si nos metemos
piedad de en el Jordan, es decir, en el descenso de Christo; pues
los bienes
tCIrenOS, hallamos, que èl siendo rico, se hizo pobre por no
sotros. Descendió de las riquezas inefables del Cielo,
Pobreza y viniendo al mundo, ni aun estas riquezas, tales qua
de Chris les son, quiso tener, sino que vino en tanta pobreza,
O,
que naciendo, al punto fuè puesto en un pesebre, por.
que no habia lugar en la posada. En fin, ¿quién no
Luc, 1.58 sabe que el hijo del hombre no tenia sôbre que recli
nar su cabeza? El que se mete bien aqui, ¿quàndo
buscarà las riquezas de este mundo? Y ciertamente
grande abuso y grande sôbre manera que quiera ser
rico un vil gusanillo, por quien el Dios de la mages.
tad y Señor de los exèrcitos quiso hacerse pobre.
2. La
2 En la lepra del vestido entiende tu la vana pom
pompa de pa de este siglo. No menos te limpiarás de esta por
los vesti la inmersion en el Jordan, en donde hallarás al Ungi
dos. do del Señor envuelto en unos paños viles, hecho
3. Los oprobio de los hombres, y desecho de la plebe. Tam
de leytes bien de la lepra del cuerpo somos limpiados en el mis
del cuer
p0. mo Jordan, si pensando bien la pasion del Señor, nos
avergonzamos de seguir los deleytes del cuerpo. Pero
4. La en la boca (como digimos) hay dos gèneros de lepra.
InuI mura
cion.
Porque, quando nos sucede alguna adversidad , nos
quexamos, y fluyen de ella, como materias de la le
pra, las palabras de impaciencia. Mas de esta nos lim
. Isai,53.7. piarèmos, si atendemos à aquel Señor, que como una
1. Petr. 2 • oveja fuè llevado à la muerte, y no abrió su boca:
23. - que siendo maldecido, no maldecia, y padeciendo no
amenazaba. En las cosas prósperas tambien, contra
2.Cor. o aquel que dijo: No porque uno de testimonio de si
7. mismo , es por eso verdaderamente estimable, nos
5- La damos estimacion nosotros mismos , no en mucha pa
jactancia. ciencia, sino en arrogancia, y nos mancha otra le

Lue.4. 34
pra que es la palabra de jactancia. Para limpiarnos
pues de ella, metámonos en el Jordán, è imitemos al
Señor, que no buscaba su gloria. Por lo que tambien
à
EN EL TIRMro DE LA R1 sU Rº Evrto N. 29
à los demonios que daban voces dicien , que él mis to. 9.
mo era el Hijo de Dios, los mandaba cºumudecer, y 30.

prohibia á los ciegos, à quienes daba vista, que io


digesen.
3 En el corazon hay dos especies de lepra; la pro 6. La
pia voluntad, y el consejo propio. Lepra una y otra voluntad
pèsima sobremanera, y tanto mas perniciosa, quanto propia.
mas interna. Yo llamo voluntad propia à la que no es
comun con Dios y los hombres, sino solamente nues
tra: quando lo que queremos, no lo hacemos por el
honor de Dios, no por la utilidad de nuestros herma
nos, sino por nosotros mismos; no pretendiendo agra.
dar a Dios, y aprovechar à los hombres, sino satis
facer los propios afectos del corazon. A esta es con
traria derechamente la caridad , la qual es Dios, con
tra quien ella mantiene enemistades, y cruelisima guer
ra. Porque, ¿QUE ABoRRece ó QUE cAsrIGA DIos FUE Peligros,
RA DE LA PROPIA voLUNTAD? Cese la voluntad propia, y daños
de la vo
y no habrà para quien sea el infierno. ¿En què se ce
lütad pro
barà aquel fuego, sino en la propia voluntad ? Aun pia.
ahora quando padecemos frio, hambre, ú otra seme
jante cosa , ¿quièn recibe la lesion, sino la propia vo
luntad? Pero si padecemos algo voluntariamente, ya
la misma voluntad se hace comun; y con todo eso
aquella flaqueza y como escozor de la voluntad tie
ne algo de propio, y en ello padecemos todo lo que
nos es penoso, hasta que llegue el tiempo en que
enteramente se consuma. Aquella se llama propia
mente voluntad, à la que nosotros asentimos , y à la
que se inclina el libre albedrio; pero estos deseos y
movimientos de las pasiones que nos ocupan contra
nuestro gusto y consentimiento, no son voluntad, si La volun
no corrupcion de la voluntad. Ahora, con que furor tad pro
la voluntad propia impugne al Señor de la magestad, pia es in
oigan , y teman los esclavos de la voluntad propia. Justa , y
cruel con
En primer lugar se substrae à si misma, y se apar tra el mis
ta de la dominacion de aquel Señor, á quien como mo Dios,
Au
3o SeRMoN III. Dr. S. BERNARDo ABAD.
Autor suyo debia servir por todo derecho, hacièndo
se ella suya propia. Mas, ¿por ventura se contenta
ràs con esta injuria? De ningun modo: hace mas to
davia, y en quanto està de su parte, roba y saquea
todas las cosas, que son de Dios. Porque, ¿quàndo
supo ponerse à si misma modo y medida la codicia
humana? ¿El que con usuras adquiere un poco de di
nero, no pretenderia ganar todo el mundo, si le fue
ra posible , y si à su voluntad acompañara la facul
tadº Lo digo confiadamente: A ninguno que este su
mergido en la voluntad propia, le podria bastar el
mundo entero. Pero ojalá, que estuviera contenta con
esto, y no acometiera irritada tambien (causa horror
el decirlo) à su autor mismo. Mas ahora (en quanto
es de su parte) à su mismo Autor mata la voluntad
propia: porque totalmente quisiera, que ó no pudie
ra Dios castigar sus pecados , ô que no pudiera
querer hacerlo, ô que no los supiera. Con que asi,
quiere que él no sea Dios esta voluntad, que en quan
to està de su parte, quiere que sea ô impotente, ô in
justo, ô ignorante. Enteramente cruel, y de todos
modos exécrable malicia, que desea perezca la poten
cia de Dios, la justicia, y la sabiduria. Esta es la
bestia cruel, pèsima fiera, rapacisima loba, leona fe
rocisima. Esta es la lepra inmundisima del corazon,
por la que es preciso meterse en el Jordan, è imitar
a aquel Señor que no vino a hacer su voluntad: por -
Luc. 2 a. lo que en su pasion tambien dice: No se baga mi
42. volantad, sino la tuya.
7. El con 4 La lepra del propio consejo por eso es mas per
sejo pro niciosa, porque es mas oculta, y quanto ella es ma
pNo.
Censura yor, tanto mas sano le parece a uno que se halla.
el Santola Esta es de aquellos que tienen zelo de Dios, pero
pertina no ajustado à la ciencia, siguiendo su error, y tan
cia d el obstinados en èl, que con ningunos consejos quieren
propio pa aquietarse. Estos son los que dividen la unidad, ene
ICCe.
migos de la paz, faltos de caridad, hinchados de va
Ill
EN EL TIEMPo DE LA REsURREccioN. 31
nidad, enamorados de si mismos, y grandes en sus
ojos , que ignoran la justicia. de Dios, y quieren es
tablecer la suya. ¿Y què mayor soberbia, que que
rer un hombre solo preferir su diétamen al de toda la
comunidad , como que èl solo tiene el Espiritu de
Dios? Es crimen de idolatria no querer rendirse, y 1. Reg 5
como pecado de magia el repugnar. Vayan ahora aque * 3•
llos, que se reputan mas religiosos que los otros, y
no son en su pensamiento como los demàs hombres.
Vean ahi como se han hecho màgicos è idolatras;
si es que juzgan que à lo menos al que dijo esto se
le debe creer mas que à ellos. Ni disuena de este el Math, 18,
lenguage de la Verdad que pronuncia : Si no oyere d 17.
la Iglesia, sea para ti como un gentil y publicano.
Pero ¿donde podra lavarse esta lepra, sino en el Jor
dan Metete aqui, qualquiera que eres tal, y atien -
de lo que hizo el Angel del gran consejo, como pos
puso su consejo al consejo, ô mas bien à la voluntad
de una muger (hablo de la Bienaventurada Vírgen)
y de un pobre carpintero, que es Joseph. Porque ha
llado en medio de los Doctores, oyèndolos y pre
guntàndolos , fuè en algun modo reprendido por la Luc.2. 4s
Madre: Hijo, ¿cómo bicisteis esto con nosotros? Y el
Señor: ¿Por que, dice, me buscabais? ¿No sabiais, que
conviene que me ocupe en las cosas que tocan d mi
Padre? Pero ellos no comprendieron esta palabra. ¿Y Christe
què hizo el Verbo? No habia quien fuera capaz de èl dejó su
en simismo: descendió pues, de modo que estaba su. propio
sejo.

geto à ellos. ¿Quièn ya no se avergonzarà de perse
verar obstinado en su consejo, quando la Sabiduria
misma dejó el suyo? De tal suerte mudó su consejo,
que lo que habia comenzado ya entonces, desde aquel
punto hasta los treinsa años de su edad, enteramente lo
dejó. Asi nada hallas escrito acerca de su doctrina,
ò de sus obras desde los doce años hasta los treinta.
5 Mas tal vez debemos preguntar al mismo Se
ñor, como dejo su voluntad, ó consejo. Señor, a
d
32 SERMoN III. De S. BERNARDo An Ap.
lla voluntad de la qual determinasteis que no se exe
cutáse, sino era buena , como era vuestra ? Si era bue
na ¿por què fuè dejada ? Del mismo modo ; el cou
sejo sino era bueno, ¿cómo era vuestro 2 Si bueno,
¿por què se habia de dejar ? Eran buenos, y eran su
yos: sin embargo no menos se debian dejar, por el
motivo sin duda de que se hiciesen mejores. Porque
no era conveniente, que las cosas propias perjudica
sen à las comunes. Era pues voluntad de Christo, y
era buena aquella con que decia : Si puede ser, pa
Math.26.
se de mi este caliz. Mas aquella con que decia: Hd
59.
gase tu voluntad, era mejor, porque era comun no
Porque solo del Padre, sino del mismo Christo (pues fuè
quiso el ofrecido, porque quiso) y era nuestra tambien; por
Sefior queque si el grano del trigo cayendo en la tierra no hu
no se cú biera muerto, quedaria èl solo, pero muerto trajo
pliese su mucho fruto. Y esta era la voluntad del Padre para
voluntad
tener à quienes adoptar por hijos; era de Christo, pa
ra ser el primogènito entre los muchos hermanos:
era nuestra, porque à nuestro favor era el ser redimi
dos. Lo mismo decimos del consejo: era de Christo,
y era buen consejo aquel en que decia : Conviene que
Luca º yo me ocupe en las cosas, que tocan d mi Padre.
Pero porque ellos no lo entendieron , mudó aquel
consejo para limpiarnos à nosotros de la lepra del con
sejo propio, dàndonos exemplo para que nosotros lo
hagamos asi. Desde un principio sabla lo que habia
de hacer, pero quiso mostrarnos un modelo de esta
humildad, y disponer en si mismo un Jordan divino
para lavar esta pésima lepra. Escuchen, igualmente
unos y otros, los que estàn manchados con la lepra
de la voluntad propia , y los que lo estàn con la lepra
del propio consejo : escuchen lo que el Espiritu di
ce á las Iglesias, condenando en un solo y brebe
Jacob. 3. renglon una y otra lepra: La sabiduria, dice, que
17. es de arriba , lo primero es casta, contra la impu
reza de la voluntad propia: despues pacifica, contra
la obstinada rebeldia del propio consejo. Quan
EN EL TIEMP o ps LA RE su RREccrorr. 33
6 Quando ya el enfermo, como por medio de sie
te baños, hubiere sido purgado de estas siete lepras, En las
siete apa
busque otros tantos manjares, que son los siete dones riciones
del Espíritu Santo. Verdaderamente, asi como en la de Chris
vida del Señor antes de la pasion hallamos siete re to, se en
medios purgativos, asi tambien en las siete apari Cuentran

ciones, que se leen despues de su resurreccion, pode los siete


dones del
mos hallar los siete dones del Espíritu Santo. En la Es piritu
primera entiende tu el espiritu de temor, quando Santo.
viniendo las santas mugeres, descendió el Angel del
Cielo, y se movió la tierra; de tal modo, que fuè Math. a 8.
menester que las consoláse el Angel en su terror. En 2, .
espíritu de piedad apareció á Simon , porque fuè una Luc, 14,4
dignacion enteramente grande y propia, á la verdad,
de la piedad de Jesus, haber querido aparecerse co
mo singularmente y antes que á los demàs , à quien
sòbre todos su culpada conciencia le confundia con la
negacion; para que asi donde abundó el delito, ex
cediese tambien la gracia. En espíritu de ciencia ex Luc. 24.
27.
puso à los dos que iban à Emaus las Escrituras, co
menzando por Moysès y los Prophetas. En esplritu de Johan. 1 o
fortaleza entrò donde estaban cerradas las puertas, I O,
mostrando sus manos y costado , como suelen mos Luc. 24.
trarse los agugeros de los escudos en señal de valor. 51 -
En espiritu de consejo à los que trabajaban infruc
tuosamente en la pesca , aconsejó que echasen á la
derecha la red. En espíritu de entendimiento les abrió Aót. 1.9,
el sentido para que penetrasen las escrituras. En espí
ritu de sabiduria se apareció à los quarenta dias,
quando mirandolo ellos se elevó , y vieron al hijo del
hombre subir adonde primero estaba. Pues hasta aquel
dia como por la necedad de la predicacion hacia sal
vos á los creyentes; mas despues que delante de ellos
subió al Padre, ya comenzó á declararse la sabiduria.

EN
34

EéSSSSSSSSSs.S.ss SSSS sºsa)


EN LA OCTAVA DE LA PASCUA.

SERMION PRIMERO.
De la fe vičtoriosa , y de los tres testimonios en el
Cielo, y en la tierra.

a. Johan. Odo lo que es nacido de Dios , vence al


5. 4• mundo. Despues que el Unigènito de Dios
no juzgó que fuese para èl una usurpacion el ser igual
à Dios, y se dignó tambien hacerse hijo del hom
bre, y fuè reconocido por hombre en todo lo que se
veia en èl, no sin razon ya la pequeñez humana se
gloría de participar de un linage celestial; ni se des
Adopció deña Dios de hacerse Padre de quienes Christo se hi
divina de zo hermano. De ahi es, que el Bienaventurado San
los Chris Juan (que con mas freqüencia y con mas cuidado re
tianos.
comienda la adopcion de hijos de Dios) en el mis
Johan. 1.
mo principio de su Evangelio dice tambien : A to
l 2. dos quantos le recibieron, les dió poder para ser be
chos hijos de Dios. A esta expresion pues es seme
jante lo que oimos hoy leerse de su carta : Todo lo
que es nacido de Dios , vence al mundo. Porque à
quantos son de Christo, los aborrece juntamente con
Christo el mundo, pero tambienjuntamente con Chris
Johan, 15 to es vencido por ellos. No os admireis, dice , si el
18. mundo os aborrece: sabed que me aborreció d mi pri
mero que d vosotros. Y tambien: Confiad, dice, por-,
Johan. 16 que yo venci al mundo. De este modo se hace mani
33.
Rom, 8. fiesta la verdad de aquella expresion del Apòstol: A
29. los que conoció en su divina presciencia (Dios Padre
sin duda) tambien predestinó para ser conformes á
la imagen de su Hijo. Y mira la conformidad. Des
- pues
EN LA OctAvA pR LA PAscuA, 33
pues de el son adoptados, para que el sea el primo
gènito entre muchos hermanos; despues de el los
aborrece el mundo; despues de èl tambien es el mun
do vencido por ellos. - - -

2 Bien se dice pues, que lo que es nacido de Dios La vic


vence al mundo, para que sea testimonio de la ge toria de
las téta
neración celestial la victoria de la tentacion; y asi co ciones es
mo el que es por naturaleza hijo, triunfo del mun el testi
do y de su principe, asi tambien seamos vencedores, monio de
todos los que por adopcion somos hijos. Vencedores un linage
à la verdad , pero en aquel Señor que nos conforta, y celestial.
en quien todo lo podemos: porque la victoria con que I • Johan.
es vencido el mundo , esta en nuestra fe. Pues por 5.4«
la fè somos adoptados por hijos: à la fè aborrece, y Con la fe
persigue en nosotros el mundo, que está puesto bajo ve cemos
del poder del maligno: con la fè tambien es venci. à los eneº
do, como està escrito: Los Santos por la fe vencie migos.
ron los reynos. ¿Mas què mucho se atribuya à la fé Hebr. I ,
la victoria, siendo de ella tambien la vida? El justo, 33•

dice, vive de la fe. Todas las veces pues, que resis Abaca.4
tes á la tentacion, todas las veces que vences al ma
ligno, no quieras atribuirlo a tus propias fuerzas, no
quieras gloriarte en ti, sino en Dios. Porque, ¿quàndo Rom, s.
aquel fuerte armado cederia à tu flaqueza? Escucha 17.
en fin, que nos enseña el que fuè constituido pastor
del rebaño del Señor: Vuestro enemigo el diablo, di 1. Petr.5,
ce, como un leon rugiente dd vueltas , buscando d
quien tragar: al qual resistid fuertes en la fe. Ves
como concuerdan entre si los testimonios de la ver
dad. Pablo dice, que con la fè vencieron los Santos
á los reynos: Pedro que se debe resistir en la fè al
principe del mundo: Juan tambien: La victoria con
que es vencido el mundo, estd en nuestra fe.
3 Siguese : Porque ¿quién es el que vence al mun
do, sino el que cree que #e sus es Hijo de Dios? Cier
to es seguramente, Hermanos mios, que todo aquel
que no cree en el Hijo ".
Dios, por esto mismo ya ,
2 lQ
36 SERMoN I. Dr. S. BERNARDo ABAD.
Hebr. 1 r. no solo es vencido, sino que tambien está juzgado
6.
Porquede
ya: porque sin la fè es imposible agradar à Dios. Sin
los creyé. embargo puede mover dificultad à alguno el ver à
tes hay tá tantos que creen que Jesu Christo es Hijo de Dios, y
pocos vé enmedio de eso estàn todavia envueltos en los deseos
sedores, del mundo. Como dice pues: ¿Quien es el que ven
ee al mundo, sino el que cree que 3e sus es Hijo de
Dios, siendo asi que ya el mismo mundo cree esto?
¿Por ventura los mismos demonios tambien no creen,
y se estremecen? Pero yo respondo: ¿piensas tu que
reputa à Jesus Hijo de Dios qualquiera que sea aquel
hombre, que ni se aterra con sus amenazas, ni se
deja atraer con sus promesas, ni obedece à sus man
datos, ni se somete á sus consejos? ¿Por ventura es
Jacob. s. te, aunque confiese que conoce à Dios, no le niega
ao, con los hechos? Verdaderamente la fè sin las obras
està muerta en si misma. No parezca pues maravi
lla, si de ningun modo vence, quando ni siquiera
vive. . -

La fè vic, 4 ¿Preguntas, qual sea la viva y victoriosa fe?


toriosa. Aquella sin duda por la qual Christo habita en nues
tros corazones; porque Christo es nuestra fortaleza
Colos, 3. y nuestra vida. Quando Christo que es vuestra vida,
4. dice el Apòstol, apareciere, entonces tambien apa
recereis vosotros con el en la gloria. ¿De què la glo
ria, sino de la victoria? ¿O por què aparecerèmos con
èl, sino porque tambien vencemos en èl En fin, si
se diò el poder de hacerse hijos de Dios à estos so
lamente que reciben à Christo, de estos solos tambien
1. Johan. se debe entender lo que se dice: Todo el que es na
5. 4.
cido de Dios, vence al mundo. De ahi es , que habien
do tambien dicho aqui: ¿Quien es el que vence al
mundo, sino el que cree que }esus es Hijo de Dios?
para hacer mas llano que se alababa y encargaba
aquella fè, por la qual , como se hà dicho , habita
Christo en nuestros corazones, añadió luego acerca
de su venida: Este es jesu Córisto que vino con el
- - agua,
EN LA OcrAvA DE LA PAscUA. 37
agua, y eon la sangre. Mas todavia mostrando un
camino mas eminente: 2” el espiritu es, dice, quien
testifica, que jesus es Hijo de Dios. Lo que inter
pone repitiendolo expresamente , no con agua sola
mente, sino con agua y sangre, lo juzgo puesto pa
ra notar la diferencia de Moysès, porque Moysès vi
no con el agua, de la qual tomó el nombre de Moy
sès tambien.
5 Hagan memoria los que saben la historia del
viejo testamento, como en el Egipto, quando todos los
niños del linage Israelítico eran muertos, expuesto
Moysès à las aguas, le sacó la hija de Pharaon. Y
mira si manifiestamente en esto mismo no precedió Exod.2. 3
una figura de Christo. Inquieto Herodes con una sos
Moyses
pecha semejante à la que tuvo Pharaon, echó mano figura de
á los mismos arbitrios de crueldad: pero del mismo Christo.
modo fuè burlado tambien. En una y otra parte por
la sospechosa persona de uno solo es despedazado un Compara
número crecido de niños; y en una y otra parte se ció entre
libra el que era buscado. Y como á Moysès la hija Pharaon,
de Pharaon, asi à Christo el Egipto (que no sin ra y Herodes
zon se entiende en la hija de Pharaon) le recibió pa
ra conservarle. Pero manifiestamente este es mas que
Moysès, como quien vino no con agua solamente, si
Apoc. 17
no con agua y sangre. Las muchas aguas son los 15 -
muchos pueblos. Vino pues solamente con agua el que
congregó el pueblo, pero no redimió el pueblo. Aun
la misma libertad de la servidumbre del Egipto, no
se hizo con la sangre de Moysès, sino con la del cor
dero, prefigurando que seriamos librados nosotros de
nuestra vana conducta de este siglo con la sangre del
inmaculado cordero Jesu Christo. Este es nuestro ver
dadero Legislador, en quien està la redencion copiosa.
Porque murió no solo por la nacion , sino para jun
tar en uno los hijos de Dios que estaban dispersos. Testimo
Acuerdate de que este mismo Bienaventurado San nio de l
Juan es el que vio, y dió testimonio, (y sabemos agua y la
que Sangre.
38 SERMoN I, DR S. BERNARDo An Ap.
que su testimonio es verdadero) de que habia salido
del costado del Señor, estando muerto en la cruz,
sangre y agua juntamente: para que dormiendo el
nuevo Adan, fuese sacada y redimida de su costado
la nueva Iglesia.
6 Asi pues hoy tambien viene a nosotros con el
agua y la sangre; para que la sangre y el agua sean
el testimonio de su venida, y de la fe victoriosa. Ni
solo esto, sino que hay un testimonio mayor que es
Testimo
tos, el qual dió el espiritu de verdad. El testimonio
nio de l
de estos tres es cierto y verdadero, y dichosa el al
espiritu.
ma que le merece recibir. Tres pues son los que dan
testimonio en la tierra , el espiritu , el agua, y la
sangre. En el agua entiende el bautismo; en la san
gre el martirio: en el espíritu la caridad. El espiri
tu pues es el que da la vida, y la vida de la fè es la
caridad. En fin , si preguntas que tiene el espiritu con
Rom, 5.5 la caridad, responda San Pablo: Porque la caridad
de Dios fue difundida en nuestros corazones por el
Espiritu Santo, que nos fue dado. Necesariamente
y.Cor. 13. tambien se añade el espíritu al agua, y à la sangre,
no aprovechando nada, testigo el mismo Apóstol,
qualquiera cosa que tengas, sin la caridad.
7 Pero porque hemos dicho que se designa el
bautismo en el agua, y el martirio en la sangre, acuèr
date que hay un bautismo que es único, y otro tam
Martirio bien de cada dia, y lo mismo digo del martirio. Hay
espiritual pues un gènero de martirio, y una como efusion de
sangre en la cotidiana afliccion del cuerpo. Es tam
bien una especie de bautismo la compuncion del co
razon, y la freqüencia de las lägrimas. Asi es nece
sario á los dèbiles y pequeños de corazon, que ya que
no tienen ànimo para derramar de una vez su sangre
por Christo , ā lo menos la derramen en un martirio
algo mas suave, pero prolongado. Igualmente, por
que no se puede reiterar el Sacramento del Bautis
mo, es preciso à los que muchas veces, y en muchas
CO -
EN LA OcTAvA DE LA PAscUA. 39
cosas pecan, que le suplan lavàndose con freqüencia,
segun lo que el Propheta dice: Lavare todas las no Psal.6.7.
chés mi lecho ; regare con mis lágrimas mi cama.
¿Quières saber pues, quien es el que vence al mundo?
Mira con cuidado las cosas que se deben vencer en
èl. Esto mismo indica el mismo Bienaventurado San
1. Johan.
Juan, diciendo: Carisimos , no querais amar al mun 8, 15.
do, ni d las cosas que en el mundo hay. Porque to
do lo que hay en el mundo , es concupiscencia de la
carne, concupiscencia de los ojos, y ambicion del si
glo. Estos son los tres esquadrones que hicieron los
Caldeos. Pero me acuerdo que formó tambien tres es Gen.32.7
quadrones el Santo Jacob, quando volvia de Mesopo
tamia, temeroso de la ira de Esau. A vosotros tam
bien, contra estos tres gèneros de tentaciones, os son Tres ten
necesarias tres especies de armas : para que asi la con - tationes y
cupiscencia de la carne sea vencida con la mortifica treS Iene
cion de ella misma ; cuya mortificacion digimos, si dios para
ellas.
os acordais , que se entendia en el testimonio de la
sangre: la soberbia de los ojos sea superada por la
freqüente compuncion, y continuacion del llanto: la Testimo
vanidad de la ambicion sea repelida por la caridad; nio que
la qual sola hace casta al alma, y purifica la inten pru e b a
cion. Es un testimonio seguro de haber triunfado del haber tri
mundo, si castigas el cuerpo, y le sugetas à la ser úfado mundo.
del

vidumbre, para que no sirva con libertad perniciosa


al deleyte: si entregas tus ojos al llanto, mas antes
que à la altivez ó curiosidad: si finalmente abrasado
en espiritual amor no ocupares tu corazon en ningu
na vanidad.
8 Con razon ciertamente es uno solo el espíritu
que dà testimonio en la tierra, y juntamente en el
Cielo: porque sea que la afliccion del cuerpo haya
de cesar, ö que la fuente de las lägrimas se haya
de secar; pero la caridad nunca falta. Se dà por aho
ra un anticipado gusto y sabor de ella , pero la con
sumacion y plenitud se guarda para lo futuro. Con de
Q
4o SERMoN I. De S. BERNARDo ABAP.
do eso, aunque permanezca el espiritu despues de la
agua , y la sangre (pues el agua y la sangre no po
seeràn el reyno de Dios) por ahora apenas o de nin
gun modo se puede hallar el espíritu sin ellos: por
que estos tres, dice, son una sola cosa; de suerte,
que si qualquiera de estos tres falta, no presumas que
perseveran los demàs. Pero juntos à un tiempo to
dos estos testimonios se hacen dignos de la mayor fè:
ni podrá quien los tuviere en la tierra, carecer de
testimonio en el Cielo. El confiesa al Hijo de Dios
Testimo
nio de la
delante de los hombres, no con las palabras, y la len
Tinidad. gua precisamente , sino con las obras y la verdad, y
el Hijo tambien le confesará à èl delante de los An
geles de Dios. ¿Podrá acaso el Padre faltar con su
testimonio á aquel de quien vé que el mismo Hijo
suyo testifica ? Sin duda confesarà tambien èl, lo que
viere en lo oculto. Ni el Espiritu Santo disentirà del
Padre y del Hijo, como quien es Espiritu del Padre
y del Hijo. En fin, ¿en què modo podrá carecer de
su testimonio en el Cielo, el que le mereció tener
r. Johan, de él en la tierra? Tres son pues los que dan testi
5.7. monio en el Cielo, el Padre, y el Hijo, y el Espi
ritu Santo. Y para que acaso no sospeches alguna
diferencia, estos tres son una sola cosa. Grande tes
tímonio verdaderamente tendràn aquellos à quienes
el Padre reciba en el Cielo como hijos y herederos:
el Hijo admita por hermanos y coherederos; el Es
piritu Santo haga que llegados à Dios sean un espl
ritu con èl. Es pues el mismo Espíritu vinculo indi
soluble de la Trinidad, por el qual asi como el Pa
dre y el Hijo son una misma cosa , ojalà que noso
tros seamos una cosa con ellos; apiadandose de no
sotros aquel Señor que se dignó pedir esto mismo
por los Discipulos, Jesu Christo Señor nuestro.

EN
41

& e» e «» e «» e» e «» e»o e» e» º «»«» º «è «»),


EN LA ocTAVA DE LA PASCUA.

S E R MON SEGUNDO.
D. los tres restimonios.
I E la carta de San Juan se nos recitô hoy
la leccion en que aprendemos, que se dan 1. Johan
tres testimonios en el Cielo, y tres en la tierra. Y 5. 7.
ciertamente, segun mi modo de pensar, aquello es Testimo
señal de la estabilidad, y esto de la reparacion; aque nio de l
llo distingue á los Angeles, esto à los hombres; aque Cielo pa
ra discer
llo discierne los bienaventurados de los miserables, nir los An
esto à los justos de los implos. Porque à los Ange geles bue
les, que en aquella prevaricacion primera, ensober nos de los
becièndose Lucifer, se mantuvieron en la verdad, con téprobos.
razon dà testimonio la vista de la Trinidad: à los hom
bres, à quienes salva la misericordia divina, el es
piritu, el agua , y la sangre. ¿Què mucho de testi
monio el Padre à favor de aquellos, de quienes fuè.
honrado como Padre? Pero à ti , maligno, asi te ha
bla: ¿Si yo pues soy Padre, dónde esta mi honor? Mal. 1, 6.
Es preciso, que carezcas enteramente del testimonio
del Padre; cuya gloria intentas usurpar, no deseando
Isai. 14.
honrarle , sino igualarle. Me sentare, dice , en el mon I4
te del testamento, sere semejante al Altisimo. ¿Asi,
pues recien criado, te sentarás con el Padre de los
espiritus? Y ciertamente aun no te hà dicho èl : Sien Ps, lo9, 1e
tate á mi diestra. Si no lo sabes, ö atrevido, el
Unigènito es á quien se dice esto, al qual se diò por
la eterna generacion del Padre la igualdad del asien
to. Tu pensando que es usurpacion el ser igual à Soberbia
Dios, envidias al Hijo la gloria, gloria
R
comº ni
de Luci
fer.
42 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD.
Unigènito del Padre, para que tampoco ni de èl me
rezcas tener testimonio. ¿Pero podrà acaso el Espíri
tu del uno, y del otro aprobar, á quien el Padre, y
el Hijo detestan ? Abomina ciertamente al soberbio, è
inquieto, el que descansa sôbre el quieto y humilde:
el que ama la paz, y consagra la unidad, y zela por
la paz , y unidad contra ti,
2 ¿Què maravilla, Hermanos, que temamos, no
Singula. sea acaso que la fiera singular comienze á hacer es
ridad de tragos en esta pequeña viña del Señor? ¿Quäntos vās
los Ange tagos de la celestial viña pisò aquella primera singu
les repro laridad ? Pero acaso habias advertido la soberbia, y
bos.
no la singularidad. Digo pues: ¿En donde todo el uni
verso de los Angeles estaba en pie, acaso no incur
rió en el vicio de la singularidad, el que presumió
querer sentarse? Mas tal vez preguntais, ¿de donde
pude yo saber, que los Angeles estaban en pie? Dos
testigos idóneos tengo, de los quales cada uno atesta
lo que viô. Vi al Señor sentado, dice Isaias, mas los
Isai. 6. 1.
Seraphines estaban en pie. Y Daniel: Millares de
Dan.7. 1o millares, dice , le servian, y diez mil veces cien mil
asistian delante de el. ¿Quières tambien el tercero,
para que quede fixa toda palabra por la boca de tres
testigos? Traygo al Apòstol, que fuè arrebatado has
Hebr. 1, ta el tercer Cielo, y volviendo decía asi: ¿Acaso no
14. son todos espiritus destinados º al ministerio? ¿ Pues
dónde todos estàn en pie, dónde todos ministran, te
habràs de sentär tu , enemigo de la paz? Ciertamen
te contristas al Espíritu, que hace que habiten en una
casa los que tienen unas mismas costumbres: ofendes
à la caridad, porque partes la unidad , y rompes el
vínculo de la paz. Por tanto con razon dà testimonio
el Espíritu de la caridad, de la paz, y de la uni
dad de los Angeles, que no dejaron su puesto," y do
micilio, y es reprobada de èl tu envidia, tu singu
Jaridad , y tu inquietud. Y, esto se ha dicho acerca
del testimonio, que se dà en el Cielo. .
-
Hay
EN LA OcTAv A DE LA PAscUA. 3.
Testimo
3 Hay otro en la tierra, para discernir à los que nio en la
son desterrados en ella, de los que son de ella natu
rales , esto es, los ciudadanos del Cielo, de los ciu tierra pa
ra discer
dadanos de Babilónia. Porque, ¿quàndo dejarà Dios nir los jua
sin testimonio à sus escogidos? O ciertamente ¿què tos de los
consuelo podrian ellos tener fluctuando en congojosa impios.
zozobra entre el miedo, y la esperanza, si ningun
testimonio absolutamente merecieran tener de su elec
cion? El Señor conoce los que son suyos, y solo èl
sabe los que escogió desde el principio. Pero, ¿quièn
de los hombres sabe , si es digno de amor, ô de odio?.
Mas si, como es cierto, se nos niega enteramente la
certidumbre, ¿por ventura, no serán otro tanto mas
gustosos, si podemos hallar algunos indicios de esta
eleccion? Porque ¿què descanso puede tener nuestro deIndicios
predes
espíritu, quando todavia no llega á tener algun tes tinaciona
timonio de su predestinacion? Fiel palabra por tanto,
y digna de todo aprecio, en la qual se declaran los
testimonios de la salud. A la verdad, con esta pala
bra se inspira consuelo à los escogidos, y se des
arma de sus escusas à los rèprobos. Pues conocidas
las señales de vida, qualquiera que las desprecia, es
convencido manifiestamente, de que toma en vano su
alma, y se comprueba que en nada estima la tierra
deseable. a

4 Tres ron, dice, los que ddn testimonio en la


tierra, el espiritu, el agua, y la sangre. Sabeis, Her Caida del
hombre,y
manos, que todos pecamos en el primer hombre, y su repara
que en el mismo caimos todos. A la verdad caimos cion.
en una carcel llena de lodo, y juntamente de piedras.
Desde entonces yaciamos cautivos, manchados, que
brantados, hasta que vino el deseado de las gentes,
para redimirnos, lavarnos, y ayudarnos. Porque èl es
quien dió su propia sangre para nuestro rescate, y
aun mismo tiempo brotó agua de su costado para la
varnos; envió despues desde las alturas su Espiritu,
-
para que ayudáse nuestrº ausa.
2
¿Quières pues
GT
44 SERMoN II. DE S. B ERNARDo ABAD.
- ber si estas cosas obran algo en ti, para que no seas
acaso reo de la sangre del Señor, à la qual haces in
útil en quanto esta de tu parte : y para que el agua
,, , , , que debia limpiar, no aumente el juicio de condena
cion al que permanece en sus horruras, y no sea que
el Espiritu igualmente, à quien resistes, no deje im
punes los labios de un maldiciente: pues se debe pre
caver, que estas cosas no sean para ti infructuosas,
porque necesariamente serian tambien nocivas?
5 Pero ¿ quièn es el que tiene testimonio de que
Señales no fuè en vano derramada la sangre de Christo pa
de predes ra èl, sino el que se contiene de los pecados? Porque
ººººººº esclavo del pecado es, el que comete el pecado; pe
ro despues, si se pudiere contener, y arrojar de si
el yugo de tan miserable servidumbre, es un testi
monio ciertisimo de la redencion , que obra sin duda
la sangre de Christo. Sin embargo, no le basta al
pecador que se contenga , sino añade tambien la pe
nitencia. Tiene pues tambien el testimonio del agua,
el que trabaja en su gemido lavando todas las noches
su lecho. Porque asi como aquella sangre nos redimió,
para que no reyne el pecado en nuestro cuerpo mor
tal; asi aquella agua nos lava de los pecados, que
habiamos cometido. Pero ¿què serà de nosotros, que
con el largo uso de las cadenas, y en la habitacion
cruel de la carcel fuimos quebrantados, y golpeados,
y nos desmayamos en el camino de la vida? Invoque
mos al Espiritu, que vivifica, y ayuda, confiando,
que darà el Padre, que està en los Cielos, un espí
ritu bueno à los que se le pidan. A la verdad, la
nueva vida ciertisimamente testifica haber sôbreve
nido un nuevo espiritu. Ya para repetirlo en pocas
palabras, es tener testimonio de la sangre y de la agua,
y del espíritu, el contenerte de los pecados, el hacer
dignos frutos de penitencia, el hacer obras de vida.
-

EN
45

é» «» e» é» «» º «» «» º s-»s«» «» º «»«» «» é» º «»
EN LAS RO GACIONE S.

SERMON.
De los tres panes.
I • Uien de vosotros tiene un amigo, que si
Q viene d su casa d la media noche, y le
dice: Amigo prestame tres panes, &c.
Luc. 1.5

¿Cómo dice haber llegado un Amigo, y sin embar


go no se contenta con pedir un pan ? ¿Juzgas acaso,
que tenia por tan voraz al Amigo, que no le podria
bastar en su dictamen un solo pan Porque à un hom Quien
bre solo ponerle tres panes en la mesa, parece im sea aquel
propio enteramente. Juzga pues tu, que llegó este A m ig o
hombre con su muger, y un esclavo, y que asi à ca huesped.
da uno quiere poner un pan el Amigo. Yo ciertamen
te, no entiendo ser otro el amigo que viene à mi ca
sa, que yo mismo. Porque ninguno es mas amable pa Converº
ra mi, ninguno es mas hermano. A mi pues viene el sion del
amigo de viage, quando dejando las cosas transitorias, hombre.
vuelvo al corazon, como està escrito: Volved pre Isai.46.9
varicadores al corazon. Ademàs, que entonces es uno
verdaderamente amigo de si mismo, quando vuelve
de viage, porque el que ama la maldad aborrece a
su alma. Desde el dia pues de mi conversion vino à
mi de viage un amigo. Vino de la region distantisi
ma, en donde acostumbraba pastar los puercos , y
anhelaba insaciablemente los despreciables residuos
de su comida. Vino lleno de hambre, consumido con
la necesidad , atenuado del ayuno. Vino necesitado
de hallar un amigo. Pero ay de mi! que escogió
un huesped pobre, y entró en una casa vacia. ¿Que
ha
46 SERMoN DE S. BERNARDo AB Ap. -

harè con este amigo misero y miserable? Porque no


tengo enteramente que poner delante de él. Confieso
que es amigo, pero yo soy mendigo. A nigo, ¿por que
veniste à mi en tanta necesidad ? Yo soy mendigo, y
en mi casa no hay pan. Date priesa, dice, anda, y
despierta à aquel tu grande amigo, en cuya compa
racion nadie tiene mayor caridad, ni tampoco mayor
Math.7.7 hacienda. Busca, pide, llama: porque todo aquel que
busca halla, y el que pide lleva , y al que llama se
Luc. 11.5 le abrirà. Vocea, y di: Amigo, prestame tres panes.
2 ¿Quäles son estos tres panes, Hermanos mios?
Ojalà merezcamos recibirlos, pues a caso ninguno sa
be lo que son, sino el que los recibe. Sin embargo,
creo que los tres panes, que debemos pedir son la
verdad, la caridad, y la fortaleza. Confieso que ne
cesito estos tres , viniendo à mi el amigo de viage,
Tres pa con la muger , y el esclavo. Porque desmaya mi ra
nes de la
v e r dad,
zon (esta es el varon) con la ignorancia de la verdad,
de la carise debilita mi voluntad por la falta de afecto, enfer
dad, y de ma el cuerpo por la escasez de fortaleza. La razon
la fortale entiende poco lo que se debe hacer, y la voluntad
Za,
ama poco lo que se entiende; y sóbre esto el cuer
po que se corrompe, abate al alma, para que no ha
gamos todo lo que queremos. Secòse mi corazon, y
V. Ser. 59
de divers.
aun el cuerpo tambien, porque me olvidè de comer
mi pan. No padeceria este defecto, si estuviera con
tinuamente exercitada la razon en la inquisicion de la
verdad, la voluntad en el deseo de la caridad; el cuer
po en las obras de la virtud. Prestadme pues, Amigo,
tres panes, para que entienda, para que ame, y pa
ra que haga vuestra voluntad. Porque asi se vive , y
en tales cosas està la vida de mi espíritu, diciendo
Psal. 29.6 la Escritura : Porque la vida está en su voluntad.
47

gé«» 4» «» «» e» e «èº «» «»se, «e» e «» º «» º «»;;


EN LA ASCENSION DEL SEÑOR.

SER MON PRIMERO.


Sôbre la leccion del Evangelio.
I N Stando à la mesa los once Discipulos, se Mar. 16.
apareció à ellos Jesus. Se apareció verda 14

deramente la benignidad y humanidad del Salvador.


Mucha confianza dà, de que con mas gusto se apa
recerá à los que oran, quando ni se desdeña de pre
sentarse à los que estàn à la mesa. Se apareció, re
pito, la benignidad de aquel Señor que conoció nues
tro barro, ni desprecia nuestras necesidades, sino que
se apiada de nosotros, pero con tal que no cuidemos
del cuerpo en la ansia de los deseos, sino segun su
necesidad. Lo qual considerando el mismo Apòstol
dice : Si comieremos, si bebieremos, si hicieremos otra 2.Cor, 1 o
3I º
qualquiera cosa , bagamos lo todo para gloria de Dios.
Sin embargo el haber aparecido, quando estaban à la
mesa, puede decir relacion à lo que dijo en otro tiem
po, murmurando los Judios de los Discipulos, por
que no ayunaban: No pueden, dijo, los hijos del es Math, 9.
poso llorar, mientras que esta con ellos el Esposo, 15.
Siguese: 7” les diò en cara con su incredulidad, y
dureza de corazon, porque no habian creido d los que
babian visto que resucitó. Oyes que Christo increpa Las re
à los Discipulos, y aun tambien (lo que es mas duro prensio
nes se de
al parecer) que les dà en cara, no en qualquiera tiem. ben reci
po, sino en la misma hora, en que estando para re bir pacié
tirar de sus ojos su corporal presencia (a) parecia que temente,
º - de
(a) Lo mismo siente S. Gregorio M. en la Homilia 29. sobre los
Evangelios: aunque la increpacion fue algunos dias antes de la As
cension, segun se colige del cap. a 4. de S. Lucas.
48 SERMoN I. DE S. BERNARDo ABAD.
debia con mas motivo abstenerse de la reprension. No
quieras pues en lo adelante llevar á mal, si à ti tam
bien el Vicario de Christo te increpare. El hace lo
mismo que hizo Christo con sus Discipulos, quando
estaba para subir à los Cielos. ¿Pero què significa,
Hermanos, esto que dice: No creyeron a los que ba
bian visto que resucitó? ¿O quiènes fueron estos, cu
yos dichosos ojos merecieron vèr el glorioso milagro
de la resurreccion del Señor ? Porque ni se lee, ni se
cree que le viera resucitar alguno de los mortales.
Resta pues, que se entienda esto de los Angeles, que
testificaron la resurreccion del Señor, y titubeó la pu
silanimidad de los Apòstoles.
2 Pero ya para hacer lo que està escrito: Ense
Psal. 18. ñadme bondad, disciplina , y ciencia ; á la gracia de
ó6.
la visita, à la censura de la reprension, sigase tam
bien la doctrina de la predicacion, y diga: El que
creyere , y fuere bautizado, serd salvo. ¿Mas què di
rèmos, Hermanos, á esto 2 Parece darse una confian
za demasiado grande à los hombres mundanos en es
ta expresion , y temo, que comienzen à tomarla por
ocasion de vivir segun la carne, lisongeàndose mas de
lo que conviene á si mismos, del bautismo y de su
creencia, sin las obras. Pero consideremos lo que se
sigue: Estos milagros acompañardn d los que creye
En el jui
Clo n() Se ren. Ni menor ocasion de que desperen aun los mis
b uscaràn mos hombres piadosos, podrà parecer que dà esta ex
milagros, presion, que la otra primera parecia dar de vana es
sino ne
ritos.
peranza a los mundanos. Porque ¿quièn se vè , que
tenga estas señales de creencia, que aqui se dicen, sin
la qual creencia sin embargo , ninguno se puede sal
Hebr. 1 1. var; porque, el que no creyere serd condenado: y,
6. Sin la fe es imposible agradar a Dios? ¿Quién, re
pito , lanza los demonios, habla en nuevas lenguas,
toma en la mano las serpientes? ¿Què diremos pues?
Si ninguno tiene esto, ô poquisimos lo tienen en es
tos tiempos, ninguno se salvara, o solo estos que tie
In62Il
EN LA AsceNsroN DEL SEÑo R. 49
nen la gloria de estos dones, los quales no tanto son
mèritos, como indicio de mèritos: de tal suerte que
muchos que diràn : ¿Por ventura no lanzamos los de Math. 7.
monios en vuestro nombre, y no hicimos en vuestro 33,
nombre muchos milagros 2 habràn de oir en el juicio: 2'o
no os conozco: apartaos de mi obradores de la maldad.
¿Dónde se cumplirà lo que dice el Apòstol , hablando Rom.2.6.
del justo Juez: Dard á cada uno segun sus obras, si
en el juicio (lo que no suceda) se han de buscar los pro
digios, antes que los mèritos?
3 Son con todo eso tambien los mèritos ciertos
signos, mas seguros à la verdad, y mas saludables.
Ni juzgo dificil el saber, como puedan tenerse al
presente por prodigios, de modo que sean señales
indubitables de la fè, y por esto tambien de la sa
lud. Porque la primera obra de la fe que obra por la
caridad , es la compuncion del corazon , en la qual
sin duda se echan fuera los demonios, quando se de
sarraygan del corazon los pecados. De aqui, los que
creen en Christo, hablan en nuevas lenguas, quando
se apartan las cosas viejas de su boca ; ni en lo ade
lante hablan mas en la antigua lengua de los prime
ros Padres, los quales se dejaron ir à las palabras de
malicia para alegar escusas en los pecados. Pero, quan
do ya con la compuncion del corazon, y confesion de
la boca estàn borrados los pecados pasados, para no
recaer, y que no sean peores sus fines, que sus prin
cipios, es preciso que tomen las serpientes con la ma
no , esto es, que extingan las venenosas sugestiones.
Mas, ¿què se habrà de hacer, si acaso brota alguna rayz
de ellas, que no se puede extirpar con velocidad, si
no que incita al animo la concupiscencia de la carne? Marc. 16.
Verdaderamente si bebieren alguna cosa mortifera, 18,
no les hard daño; porque, segun el exemplo del Sal
vador, habiendola gustado, no querràn beberla; es
to es, habiéndola sentido, no querràn consentir. Asi
no les dañarà (porque
r
niegº condenacion hay para
los
º
5o SERMoN I. Dr. S. BERNARDo ABAD,
los que están en Jesu Christo) el sentimiento de la
concupiscencia sin el consentimiento. Pero ¿què con
todo eso? Molestas ciertamente , y peligrosa es la lu
cha de esta pasion tan corrompida y, enferma: mass
los que creyeren, pondràn las manos sobre los enfer-s
mos , y les sanaràn ; esto es, cubriràn las pasiones en
fermas con buenas obras, y con este remedio se cu
rarām. se . . . . . . .
,

«ee e es es e º º es º e-e º e- es
EN LA FIESTA DE LA AsCENSION.

SERMoN SEGUNDO,
Como subió sðbre todos los Cielos el Señor, para cum
- plir todas las cosas.
- º * - " , , , , , -

Elogios
1UNSta solemnidad , Carisimos Hermanos, glo
de la As D', riosa es, y (para decirlo asi) gozosa; en
cension. la qual à Christo se exhibe una singular gloria, y à.
nosotros una especial alegria. Ella es la consumacion,
y el cumplimiento de las demàs solemnidades , y el
termino dichoso de todo el itinerario del Hijo de
Ephes, 4. Dios. Pues el mismo que descendió, es el que ascen
I O.
dió hoy sòbre todos los Cielos, para cumplir todas
las cosas. Habiendo dado prueba ya , de que él era el
Señor de todas las cosas que hay en la tierra , en la
mar, y en el infierno; no restaba mas , sino que com
probase ser tambien Señor del ayre, y de los Cielos
con iguales, ö ciertamente mejores argumentos. Re
conocióle la tierra por su Señor, porque à la voz de
su virtud , habiendo clamado con grande voz: Laza
ro ven d fuera, restituyó el difunto. Reconocióle el
mar, el qual se solidó bajo de sus plantas, de modo
que juzgaron los Apóstoles que era fantasma. Reco
&. InQ
- EN LA FIE sTA DE LA AscENSIoN. 51
nocióle el infierno , cuyas puertas de metal, y cer
rojos de hierro hizo pedazos, y en donde tambien
ato à aquel insaciable homicida que se llama diablo
y satanàs. A la verdad, el que resucitó muertos, lim
pió leprosos, diò a los ciegos vista, á los cojos fir
meza, y disipó todas enfermedades, Señor era de to
das las cosas, y con la misma mano con que todo lo
habia hecho, rehacia lo que habia flaqueado. Asi
tambien el que predijo que en la boca del pez se ha
llaria la moneda , es patente , que fué Señor del mar,
y de todas las cosas que se mueven en el mar. Quien
deshizo las aereas, potestades , y las clavó en su cruz,
es manifiesto que recibió potestad sôbre todas las in
fernales cavernas. Este es pues el que pasó hacien
do bien, y sanando todos los oprimidos del diablo;
que estuvo en los campos enseñando las turbas; de
lante del Presidente sufriendo bofetadas, permanecien
do todo el tiempo que fuè yisto en la tierra, y con
versó con los hombres, en muchos trabajos, y obran
do la salud en medio, de la tierra.
2 Para cerrar pues vuestra tànica inconsutil, Señor
Jesus, para perficionar la integridad de nuestra fé, res
ta, que mirandolo los Discipulos, subais por en medio
del ayre, como Señor del ayre, sobre todos los Cielos.
Entonces se verà, que sois Señor de todas las cosas, por
que todas en todo las habeis cumplido, y yā cierta
mente os serà debido, que en vuestro nombre se doble
toda rodilla, en el Cielo, en la tierra, y en el infier Philip. a.
I O.
no; y que toda lengua confiese, que estais.vos en la
gloria, y en la diestra de Dios Padre. En esta dies Collos, 3.
tra estàn los deleites para siempre; y por eso amones
ta el Apòstol, que busquemos las cosas que estàn ar
riba, donde, Christo está sentado à la diestra de Dios;
porque alli verdaderamente está Christo nuestro teso
ro; en quien estàn encerrados todos los tesoros de la Collos, 2 a
ciencia y sabiduría de Dios , y en quien habita cor 3.
poralmente toda la peni de la divinidad.
2 Pe
52 SERMoN II. Dr S. BERNAR Do ABAD,
3 Pero si lo pensais, Hermanos, ¿quànto dolor, y
Tristeza
de l o s
tenor ocuparia los apostólicos pechos, quando le vie.
Apòsto
ron desviarse de ellos, y levantarse sòbre los ayres,
les en la no ayudado de escalas, no elevado con cuerdas: y
Ascensió aunque asistido del obsequioso cortejo de los Angeles,
de Chris pero no sostenido por su apoyo , sino mostrando en
to e
sus pasos lo grande de su fortaleza? Cumpliôse lo que
Johan.7. les habia dicho: Adonde yo voy, vosotros no podeis
34 • venir. Porque à qualquiera parte de la tierra que hu
biera ido, le hubieran seguido inseparablemente; en
Math. 14.
29.
la mar (como hizo Pedro algun dia) se hubieran en
trado con él, aunque se hubiesen de sumergir: pero
Sap 9, 15. aqui no le podian seguir, porque el cuerpo que se cor
rompe abate al alma, y deprime la habitacion ter
rena al espiritu que piensa muchas cosas. Era pues
vehemente sobre manera el dolor, porque veian que
aquel Señor, por quien habian dejado todas las co
sas, se desviaba de sus sentidos, y aspecto, de modo
que no podian menos de llorar los hijos del Esposo,
quitandoles el Esposo; era tambien grande su temor,
porque quedaban huérfanos en medio de los Judios,
no habiendo sido todavia confirmados con la virtud
de lo alto. Bendicièndoles pues caminaba al Cielo, es
tremecièndose acaso aquellas entrañas de singular mi
sericordia al dejar á los suyos afligidos, y á su pobre
escuela: pero iba à prepararles lugar, y les convenia,
que retiràse de sus sentidos su corporal presencia. ¡Quän
feliz, quàn respetable procesion esta! à la qual ni
aun los mismos Apòstoles fueron dignos de ser admi
tidos, quando acompañado de la pompa triunfal de
las almas santas, y de las virtudes angèlicas llegó al
Padre, y està sentado à la diestra de Dios. Ahora
cumplió todas las cosas verdaderamente, porque na
ciò èntre los hombres, tratô éntre los hombres, por
los hombres, y para los hombres padeciò , muriò , re
sucitó , ascendió, y està sentado à la diestra de Dios.
Reconozco la túnica tegida desde arriba totalmente,
la
EN LA FIEsTA DE LA AscENsroN. 53
la qual cierra aquella mansion soberana; en donde per
ficionò , y cumplió todas: las cosas el Señor Jesu
Christo. a ni ii. . . . . .
4 Con todo eso, ¿qué tengo yo con estas solemni
dades? ¿Quièn me consolará, Señor Jesus, que no os
vi pendiente en la cruz , cärdeno en vuestras llagas,
pàlido en la muerte; que no me hallè alli para com
padecerme de vos estando crucificado, que no pude
obsequiaros estando muerto, regando á lo menos con ...,
mis lägrimas las sangrientas aberturas de vuestras lla
gas? ¿Cómo me dejästeis sin despediros de mi, quan
do hermoso en vuestra gala, Rey de la gloria, os re
tiràsteis à las alturas de los Cielos? Enteramente hu
biera rehusado consolarse mi alma, sino me hubieran
prevenido en voz de alegria los Angeles, diciendo:
Varones de Galilea, ¿que estáis mirando bdicia el
Cielo? Este fe sus , que separdndose de vosotros
fue elevado al Cielo, del mismo modo que le visteis
subir, asi hd de venir. Asi, dicen, ha de venir.
¿Pues què, vendrā, a buscarnos en aquella tan singu
lar como universal procesion , quando yendo delante
todos los Angeles, y siguiendose todos los hombres, Difetécia
descenderà a juzgar vivos y muertos? Sin duda ven entre el
drà; pero como subiò , no como bajó antes. Antes primero,
vino humilde à salvar las almas, pero vendrà subli ya dsegúdo
ven i
me à resucitar este cadaver, y conformarle con su miéto del
cuerpo glorioso; de modo que al parecer darà mas Señor.
honor al vaso mas fragil. Entonces se verà en potes
tad grande y, ma gestad, el que antes se había ocul
tado en la debilidad de la carne. Le mirarè yo tam
bien, pero no ahora ; le verè, pero no de tan cerca:
de modo que esta segunda glorificacion excederà ma
nifiestamente en el esplendor à la gloríficacion pri
mera por su excelente gloria.
5 Entre tanto fuè ofrecido Christo como manojo
de nuestras primicias, fuè elevado à la diestra del Pa
dre; y asiste por nosotros ante el rostro de Dios. Es

S4 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD.
-Està sentado teniendo en la diestra la misericordia, y
el juicio en la siniestra: misericordia mucha sobre
manera, y juicio mucho sobre manera: teniendo en
la diestra agua; en la siniestra fuego inmoblemente.
Miserieor Y ciertamente hizo firme su misericordia sobre los que
dia y jus - le temen otro tanto como se encumbra el Cielo so
ticia de
Christo. -bre la tierra , para que experimenten mayores cúmu
los de las misericordias del Señor, que espacio se ha
Psal. 1 o 2. lla entre el Cielo, y la tierra. Porque el decreto de
8. - Dios sobre ellos permanece inmoble : y esta miseri
cordia desde lo eterno es, y para toda la eternidad
sôbre los que le temen; desde lo eterno por la pre
destinacion ; para toda la eternidad por la glorifica
cion. Igualmente acerca de los rèprobos terrible es
sôbre los hijos de los hombres; y de ambas partes
1 .. . .
està fija la sentencia de eternidad, asi en los que se
Lapredes salvan, como en los que perecen. ¿Quièn sabe si los
tinació es
incierta.
nombres de todos vosotros que veo aqui, estàn escri
tos en los Cielos, y anotados en el libro de la pre
destinacion Porque me parece que veo algunos in
dicios de vuestra vocacion y justificacion en vuestra
humilde vida. ¿De quânto gozo, pensais , que se lle
narian todos mis huesos, si llegàra yo á saber esto?
Eccli, 9. Mas no sabe el hombre, si es digno de amor, ó de
,º r
º r,
odio. , , , , , , , . . . . . . . y
6 Por tantó , Amantísimos, perseverad en el gè
- - nero de vida, que habeis etegido, para que por la
La humil humildad subais á la sublimidad; pues este es el ca
dad es el mino , y no hay otro fuera de él. El que de otra suer
c a m in o te camina, mas antes cae , que sube: porque sola es
para la la humildad la que ensalza, sola ella guia á la vida.
elevacion
No teniendo Christo por la naturaleza divina adonde
crecer o subir, porque mas allá de Dios nada hay;
halló como poder crecer descendiendo, viniendo à
Y lo es encarnar, a padecer, a morir, para que nosotros no
aun para muriesemos eternamente: por lo qual Dios le ensalzò,
Christo. porque resucito, ascendió, y está sentado a la dies
tra
EN LA FrE sTA DE LA AscENsIoN. 55
tra de Dios. Anda, y haz tu tambien asi. Porque ni
puedes ascender, sino descendieres, habièndose fijado
con eterna ley, que todo el que se ensalza, será bumi- Lue. 14.
llado , y que serdiensa lzado , el que se humilla. ¡O º:
perversidad! ¡O abuso de los hijos de Adan! que sien
do muy dificil el súbir, y muy fácil el bajar , suben
ligeramente, y bajan dificultosamente, prontos á los
honores, y á las alturas de los grados Eclesiàsticos,
formidables á los mismos hornbros de los Angeles.
Para seguiros a vos, Jesus Señor, apenas se hallan
quienes sufran ser traidos, quienes quieran ser guia
dos por el camino de vuestros mandamientos. Unos
pues son traidos, los quales pueden decir: Traedmeºººººº.
en ºpos de vos. Otros son guiados, los quales dicen:
Me introdujo en sus despensas el Rey. Otros son ar
rebatados como el Apòstol, que fuè arrebatado has
ta el tercer Cielo. Son los primeros ciertamente di- Unos s
chosos, los quales con su paciencia poseen sus almas; ¿
los segundos mas dichosos; porque de su voluntad le J es us,
confiesan à èl; pero dichosísimos los terceros , por- otros son
que sepultada casi la potestad de su arbitrio en la pro-, guiados,
fundisima rnisericordia de Dios , SOn: arrebatados en ¿?
el espíritu de ardor à las riquezas de la gloria, no bata OSa
sabiendo si en el cuerpo, ô fuera del cuerpo : y sa
biéndo, solamente que han sido arrebatados. Dichoso
el que en todas partes os tiene a:vos por guia, Señor
Jesus; no à aquel fingitivo vespíritn, queo quiso luego
subir, y fuè herido con toda la diestra de la divini
dad. Mas nosotros pueblo vuestro, y ovejas de vues
tro pasto , os seguirèmos por Vos à Vosimismo; por.
que Vos sois el camino, la verdad, y la vida: camia Johan. 4
no en el exemplo, verdad, en lo, prometido, vida en 6.
el premio. Teneis palabras de vida eterna; , y noso º
tros conocemos y creemos, que Vos sois Christo Hi- Johan, 6.
jo de Dios vivo, que sois sôbre todas cosas Dios ben- 67.
dito por clos siglos. Amen, gais in: f , , ar: ; 2,
otin, Eo y sºoo 4 o Eri - pa. donio y , e, p
eo --- -
...lo2 cºoo EN
e

s6 - º * --, º -

-
-º * - esssessessosossessssssºs
EN LA AsCENSION DEL SEÑOR. y A

SER MONTERCERO.
Del entendimiento, y del afetto.
-

I OY el Señor de los Cielos penetró las al -


turas de los Cielos con un poder celestial,
y desechando como unas nubes las debilidades de la
carne, se vistió la gala de la gloria. Elevòse el sol
en su nacimiento, desplegó su fervor, y tocó el pun.
to de su altura: dilató, y multiplicó sus rayos sóbre
la tierra, y no hay quien se esconda de su calor.
Volvió la sabiduria de Dios á la region de la sabi
duria; en donde todos entienden el bien y le buscan,
perspicacísimos de entendimiento, y prontisimos en su
afecto para escuchar la voz de sus palabras. Mas no
sotros estamos en esta region, donde hay mucho de
Sap.9. 15. malicia, y poco de sabiduria: porque el cuerpo que
se corrompe, abate al alma; y la babitacion de la tier
ra deprime el sentido que piensa muchas cosas. Yo
juzgo, que se designa aqui por el sentido el entendi
miento: el qual entonces verdaderamente se deprime,
quando piensa en muchas cosas, quando no se reco
ge á si mismo en aquella una, y sola meditacion
que se concibe de aquella Ciudad, cuyas partes tie
nen èntre sí una perfecta union. Es preciso que este
entendimiento, por muchas cosas se abata , y dis
trayga de muchos y varios modos. Por el alma en
tiendo significarse aquilos afectos, que corrompido
el cuerpo se excitan de diversas pasiones, las qua
les nunca pueden mitigarse, por no decir sanarse, has
ta que la voluntad busque una sola cosa, y camine a
una cosa sola. Dos
EN LA Asc EN sroN DEL SEÑo R. 57
2 Dos cosas pues hay que purgar en nosotros: el
entendimiento, y el afecto: el entendimiento, para
que conozca; el afecto, para que quiera. Felices, y Dos cosas
verdaderamente felices aquellos dos varones Elias, y ºy que
Enoch , à quienes fueron quitadas todas las materias ¿
y ocasiones, que pudieran impedir su entendimiento, ¿s "¿.
y afecto, porque viviendo ya solo para Dios, ni co- tendimis
nocen otra cosa que Dios, ni desean otra cosa que to, y el
Dios. Finalmente de Enoch se lee (a) que fue arre- afecto.
batado, para que la malicia no mudase su entendi
miento, o la ficcion no sedugere su alma. Estaba nues- sap.4.1 .
tro entendimiento turbado, por no decir, ciego: mues
tro afecto estaba manchado, y muy manchado: pero
Christo ilumina el entendimiento, y el Espíritu Santo,
purifica el afecto. Vino pues el Hijo de Dios, y obrò
tantas y tan grandes maravillas, que no sin razon atra
jo à si el entendimiento nuestro de todas las cosas ter
renas: para que pensemos siempre, aunque jamàs po
demos dignamente, que hizo cosas maravillosas. Ver
daderamente nos dexò anchurosísimos campos de in
teligencia para espaciarnos en ellos; y el torrente de
estos pensamientos es profundisimo, y que segun el
Propheta no se puede vadear. Porque ¿quièn bastarà Ezech.47
à pensar, como el Señor de todo nos previno, vino 5.
à nosotros, nos subvino, y aquella singular magestad
quiso morir, para que nosotros vivièramos, servir, Aºº º
para que reynàsemos, estàr desterrado, para que no- º ¿
sotros volviesemos à nuestra patria, y bajarse hasta ¿.
las obras mas serviles, para colocarnos sobre todas
sus obras? ,
3 De tal modo se presentò à los Apóstoles el
Señor de los Apóstoles, que ya no miraban por me
H dio

(a) Es à saber por apropiacion; pues que esto se dice univer


salrnente en el libro de la Sabiduria cap. 4. Pero de Enoch se dice
expresamente cap. 44. del Eclesiastico V. 16. Enoch agrado d
Dios, y fue trasladado al Parayro.
58 SERMoN III. DE S. BERNARDo ABAD.
dio de las cosas criadas las perfecciones invisibles de
Dios, sino que veian cara à cara al mismo que habia
Porque criado todas las cosas. Y porque eran carnales los
Dios qui
so hacer Discipulos, y Dios es espiritu, y no hay proporcion
se visible entre el Espiritu, y la carne; se atemperó à ellos en
en la car la sombra de su cuerpo; para que por medio de la
l6,
carne vivifica viesen el Verbo en la carne, el sol en
la nube , la luz en el barro, la antorcha en la lin
terna. Porque Espiritu de nuestra boca es Christo
Thren. 4. Señor; d quien dijimos: En vuestra sombra vivi
2 O,
remos entre las gentes. En vuestra sombra, dice,
èntre las gentes, no èntre los Angeles, en donde ve
rèmos la luz purisima con ojos purisimos. Por lo que
tambien la virtud del Altisimo hizo sombra à la Vir
gen, para que no sucediese que herida del demasiado
resplandor, no pudiese sostener el brillo de la divi
nidad aun aquella àguila singular. Mas para esto pu
so delante de ellos su carne, para unir todos sus pen
samientos de las cosas humanas en ella (pues decia y
hacia cosas maravillosas) y asi trasladarlos de la car-,
me al espíritu: porque es Espiritu Dios, y los que le
Johan, 4. adoran, le deben adorar en espiritu y en verdad. ¿No
24 te parece que les iluminó el entendimiento, quando
les abrió el sentido para que entendiesen las Escri
Luc. 24. turas, mostrândoles que era necesario que Christo pa-:
a 6. deciese, y resucitäse de èntre los muertos, y de este,
modo enträse en su gloria?
Porque - 4 Pero acostumbrados ya ellos à su carne santi
los Após sima, no podían oir hablar de su partida, ni de que
toles oian les dejäse por quien todo lo habian dejado ellos. ¿Es
con tris
teza ha
tó por què? Porque el entendimiento estaba iluminado,
blar de la pero no purificado el afecto. Por lo qual el benigno.
de s pedi Maestro blanda y dulcemente les hacia cargo dicien -
da de Ch do: Os conviene que yo me vaya. Porque si yo no me
risto.
voy, el Espiritu consolador no vendra a vosotros. Pe
Johan. 16 ro por que os hº dicho esto , la tristeza ba llenado
7. vuestro corazon. ¿Cómo es que deteniendose Christo
CIl
EN LA AscrNstoN DEl, SEÑoR. 59
en la tierra, no pudo el Espiritu Santo venir à ellos?
¿Acaso desdeñaba la compañia de aquella carne que
de èl mismo, y por èl mismo fuè concebida y nació
en la Vírgen y de la Vírgen Madre?. De ningun mo
do: sino para mostrarnos el camino por donde debe Porque
mos ir, y para poner delante de nosotros una forma no pudie
ron reci
que en nosotros debemos imprimir. Y èl ciertamen bir el Es
te elevado al Cielo, llorando ellos, les envió el Es piritu San
píritu Santo, el qual purificò su afecto , esto es, su tO eStan.-
voluntad , ö mas bien, la trocò , de suerte que ya se do Chris
to presen
alegraban mas de que el Señor hubiese ascendido, que tc. i.
habian deseado antes que se hubiese detenido. Se
cumplió lo que les habia predicho: Vosotros sereis Johan, 16
contristados, pero vuestra tristeza se mudard en go 2. Qe
zo. Asi su entendimiento fuè iluminado por Christo,
y por el Espíritu fuè purificado su afecto, de suerte
que igualmente conocian el bien, y le querian; lo
qual solamente es la perfecta religion, o la perfeccion
religiosa.
5 Me acuerdo ahora del Santo Eliseo, à quien
habiendo dicho Elias, que en su partida, ö ascenso 4. Resº,
pidiese lo que quisiese, respondió: Pido que tu es II º
piritu sea duplicado en mi. Y Elias le dice: Una co
sa dificultosa has pedido. Con todo eso si tu vieres, Elias -
quando yo sea apartado de ti, serd lo que bas pedido. gura, de
¿Acaso no te parece, que Elias significaba la perso Christo..
na de Christo subiendo al Cielo, y Eliseo el aposto
lico coro suspirando congojosamente en la Ascension
de Christo? Pues asi como Eliseo de mingun modo po
dia ser arrancado del lado de Elias, asi ni los Apòs
toles podian ser separâdos de la presencia de Christo,
Porque apenas les pudo persuadir por último , que sin
la fe era imposible agradar a Dios. ¿Qual es pues
este duplicado espiritu que pide, sino la iluminacion
del entendimiento, y la purificacion del afecto? Cosa
dificultosa, porque es raro sòbre la tierra el que le
merece tener. Con todo eso, dice, si vieres, sºn:
H2 0
6o SERMoN III. DE S. BERNARDo ABAD.
do yo sea apartado de ti , ser i lo que bas pedido.
Por esto nada hay que puedan ó deban perder vues
tros alumnos, Señor Jesus, porque vièndolo ellos os
elevasteis al Cielo, y con ojos deseosos os siguieron
caminando vos en lo grande de vuestra fortaleza. O
ciertamente, podemos llamar espiritu duplicado lo que
Johan. 14 dice el Salvador à los Discípulos: El que creyere en
1 le
mi , hard las obras que yo mismo hago , y aun las
hard mayores que ellas. ¿No hizo acaso mayores obras
que Christo, pero por Christo, San Pedro , de quien
se lee: Que en las plazas ponian d los enfermos en
Aét.5. 15.
sus lechos , para que viniendo San Pedro su sombra
d lo menos tocd se d qualquiera de ellos , y se libra
sen de sus enfermedades ? No se lee jamàs, que el Se
ñor sanase las enfermedades con su sombra.
6 No dudo que el entendimiento de todos vosotros
que estais aqui, esté iluminado; pero que vuestro afec
Los mas to no está igualmente purificado , lo probarè con ma
de los re nifiestas congeturas. Todos conoceis lo que es bueno,
ligiosos y el camino por donde debeis andar: pero no es una
estàn ilu la voluntad en todos. Algunos para todos los exerci
minad os,
cios de este camino, y de esta vida, no solo andan,
pero son
pocos los
sino que corren, ó mas bien vuelan: de suerte que les
que estàn parecen las vigilias brebes , los manjares dulces, los
purifica hâbitos suaves, y los trabajos no solo tolerables, si-.
dos. no apetecibles. Mas no asi otros; antes árido su co
razon y recalcitrando su afecto, apenas se dejan lle
V. Ser.
var à estas cosas con el pudor, apenas son impeli
5. n. 6.
dos á ellas por el temor del infierno. Ni podemos
compeler siquiera à algunos, que llegan á tener fren
te de muger perdida , y no quieren avergonzarse.
Varios Hay muchos , repito, èntre nosotros, que con noso
estados de tros comen de un pan , con nosotros duermen , con
los Reli nosotros cantan, con nosotros trabajan, míseros y
giosos. miserables, como quienes en todo participan de la
tribulacion , pero no así de la consolacion. ¿Por ven
tura se há abreviado la mano del Señor, y no pue
, de
EN LA AsceNsroN DEL SEÑoR. 6I
de dár á todos, siendo èl quien abre su mano, y
llena à todo animal de bendicion? ¿Quäl pues será el
motivo? Este ciertamente: no vèn á Christo quando
se retira de ellos, esto es , no meditan como les dejó
huèrfanos, que son peregrinos y pasageros sobre la
tierra, que estàn detenidos por ahora en la carcel
hórrida de este hediondo cuerpo , y no están con
Christo. Semejantes hombres, si permanecen asi mu- su tibie.
cho tiempo bajo de la carga , ö son oprinidos , y 2 de que
caen con ella , ö en cierto modo estàn en el infierno, proyenga
para no respirar jamàs plenamente en la luz de las
misericordias de Dios, ni en la libertad del espíritu,
la qual sola hace el yugo del Señor suave, y su car
ga leve.
7 De ahi mana tan perniciosa tibieza, porque su
afecto, esto es su voluntad, no està todavia purgada,
ni quieren el bien del mismo modo que lo conocen,
•s abstraidos, y atraidos gravemente de su propia con
cupiscencia. Aman pues en su carne los terrenos con
suelos, o por palabra, ô por indicio, ö por el mis
mo hecho, ô en otro qualquiera modo: y si inter
rumpen algunas veces estas cosas, pero nunca ente
ramente las rompen. De aqui es, que rara vez diri- El con
gen sus afectos à Dios; y/ su compuncion no es con- ¿
- - a -

tinua, sino à tiempos, y (por decirlo con mas ver- ce para el


dad) momentânea. No puede llenarse de las gracias divino.
de las visitas de Dios el alma que està sugeta á es
tas distracciones: y quanto mas se evacuare de estas,
tanto mas se llenará de aquellas; si mucho , mucho,
si poco, poco. O ciertamente diremos, si te parece
mejor: No se mezclarán aquellas con estas eterna
mente: porque quando el aceyte no halla vasos ya
vacios, es preciso que pare; ni echan el vino nue
vo, sino en odres nuevos, para que ambos se con
serven. Ni el espíritu y la carne, el fuego, y la ti
bieza pueden estàr en un mismo domicilio , especial- Apoc. 3.
mente porque la tibieza suele provocar a vómito al º
mismo Señor. Si
62 SERMoN II. DE S. BrRNARDo ABAD,
8 Si los Apóstoles pues teuiendo adhesion toda
via à la carne del Señor (la qual sola era santa por
ser del Santo de los Santos) no pudieron ser llenados
del Espiritu Santo, hasta que se retiro de ellos,
¿tu atado y pegado a tu carne, que es asquerosisi
ma, y llena de las imaginaciones de diversas sucie
dades, piensas poder recibir aquel purísimo Espíri
El renun tu, si no te determinas à renunciar enteramente á los
ciar à las
deliciasdeconsuelos carnales? Verdaderamente quando comen
la carne ézares, se llenarà de tristeza tu corazon ; pero si per
un princi severares, tu tristeza se convertirá en gozo. Porque
pio es co entonces serà purificado el afecto, y se renovara la
sa pesada voluntad, o mas antes serà criada de nuevo: para
y despues que todas aquellas cosas que antes parecian dificiles
CS SllaVe.
ó imposibles , las hagas ya con mucha dulzura y ve
hemencia de tus deseos. Enviad, dice, vuestro Es
Psal. 1 o 3.
30. piritu, y serdn criados , y renovareis la faz de la
tierra. Asi como se conoce por el rostro el hombre e
exterior, asi se demuestra el interior por la volun
tad. Enviado pues el Espiritu se cria, y se renueva
la faz de la tierra , esto es la voluntad terrena se ha
ce celestial, pronta á obedecer a una insinuacion,
aun antes de la insinuacion. Dichosos los que son ta
les: porque no solo sienten el mal , sino que vivera
como en una anchura mara villosa de corazon. De
aquellos de quienes hicimos mencion arriba, dice Dios
una cosa que es terrible: AVo permanecerd mi Espiritu
Gen, 6 3. en estos hombres, porque son carne; esto es, carna
les: y todo lo que habia habido en ellos de espiritu,
se desvaneció en la carne.
9 Pues, Carisimos, porque hoy es el dia, en que
el Esposo se aparta de nosotros , y no sin : algun
sentimiento de nuestros animos; pero se aparta para
enviarnos el Espiritu de la verdad : lloremos y pida
mos que nos encuentre dignos, ó mas bien nos haga
dignos , y llene esta casa, donde estamos sentados ; à
fin de que no la vejacion , sino su uncion nos instru
- - ya
EN LA AscENsioN DEL SEÑoR. 63
ya en todo : y de esta suerte clarificado el entendi
miento, y purificado el afecto, venga à nosotros, y
entre nosotros haga su mansion. Como la Serpiente de Exod. 7.
2 a
Moysès devoró todas las serpientes de los Magos, asi
este Espíritu quando venga , consumirà todos nuestros
carnales afectos, y deleytaciones, è infundirà sus con
suelos; de suerte que reputemos descanso el trabajo,
alegria la tribulacion, gloria el oprobrio: asi como
los que èl habia llenado, iban gozosos del concilio,
por haber sido tenidos por dignos de padecer opro
brio por el nombre de Jesus. Porque el Espiritu de
Jesus, Espíritu bueno, Espíritu santo, Espíritu rec
to, Espíritu dulce, Espiritu principal, todo lo que
en este siglo malo parece dificil y estrecho, lo hace
ligero, y espacioso: enseña á reputar por gozo el
oprobrio, y persuade que es exaltacion el abatimien
to. Escudriñemos pues, segun dice el Propheta, nues
tros caminos, y nuestras aficiones: levantemos nues
tros corazones juntamente con las manos, para que
nos alegremos en la solemnidad del Espiritu Santo,
y nos alegremos abundantemente ; el qual nos haga co
nocer toda verdad, como prometió el Hijo de Dios.

#ssssississsssos sssss»,
EN LA FIESTA DE LA ASCENS1ON.

SERMON Q U A RT O.
De dos ma los ascensos del demonio , y del bombre
primero: y de seis buenos ascensos de Córisto, y
de nosotros.

1. I celebramos con la debida devocion la so


lemnidad, de la Natividad , y de la Resur
reccion del Señor, no debemos celebrar menos de
V (3-
64 SERMoN IV. DE S. BERNARDo ABAD.
votamente el presente dia de su Ascenson. En nada
es desigual esta solemnidad a aquellas, sino antes bien
es su fin y su corona. Con razon pues se tiene por
dia solemne y de alegria este, en que aquel sobera
no sol , sol de justicia se presento a nuestros aspec
tos, templando en la nube de la carne, y en el sa
co de la mortalidad su resplandor, y luz inacesible.
Nuestra
Grande alegria fuè tambien, y mucho gozo sobre
es perâza
por la As
manera, quando rasgado el saco, fue rodeado de la
censió de alegria, y quitandose no ciertamente la substancia de
Christo. este saco, sino la vejez, la corrupcion , la miseria,
la vileza, consagrò los principios de nuestra resur
reccion. ¿Pero que tengo yo con estas solemnidades,
si mi vida se detiene todavia en la tierra? ¿Quién
Jehan. 16 presumiria aun desear la subida del Cielo, sino por
7. que este Señor que habia descendido, subio el prime:
ro Os digo pues: No ME PAREcERIA mucho mas to
lerable la habitacion de este destierro, que el infier
no , si el Señor de los exèrcitos no nos hubiera de
judo la simiente de confianza y de expectacion, quan
do fuè elevado en las nubes, y diò la esperanza a los
Johan. 16
9.
creyentes. En fin , si yo no me voy, dice, no vendrd
el Consolador á vosotros. ¿Quièn es el Consolador?
Ciertamente por quien se difunde la caridad , y ya la
esperanza no confunde; aquel es el Consolador por
quien nuestro trato està en los Cielos; por quien se
nos comunica la virtud de lo alto; por quien se ele
Johan. 14 van arriba nuestros corazones. IVoy, dice, d prepa
raros lugar, y despues que me fuere, y os prepara
re lugar, vendre otra vez , y os llevare d mi mismo.
Donde estuviere el cuerpo, alli se congregardn las
dguilas. ¿No ves ya como esta solemnidad que cele
bramos hoy , es la corona de las demas, y que de
clara el fruto de ellas, y aumenta su gracia?
2 Porque asi como las demàs cosas del que para
nosotros nació, y à nosotros fuè dado, asi tambien
esta su misma ascension, por nosotros fuè hecha , y
ha
EN LA FIESTA DE LA AsceNsroN. 65
hace por nosotros. En la vida nuestra nos parece
que, en quanto es de nuestra parte, hacemos muchas
,
cosas por necesidad, y muchas por acaso: pero Chris
to virtud de Dios, y sabiduria de Dios, ni à lo uno
ni á lo otro pudo estár sugeto. Porque, ¿què nece
sidad podria obligar a la virtud de Dios, ó què po
dria hacer la sabiduria de Dios casualmente ? Por
tanto todas las cosas que hablò, todas las cosas que Todas las
acciones
obrò , todas las cosas que padeció , no dudes que de Chris
fueron voluntarias, no dudes que estaban llenas de to estàn
misterios, y llenas de salud. Sabiendo esto , si su llenas de
cediere que llegàremos à conocer algo de las cosas misterios,
que pertenecen a Christo , no se debe oir, como si yfianza...
de ense
pronunciàramos una cosa de nuestra invencion, si no
como lo que, aun antes de saberse la causa, era cons
tante, que no se hizo sin causa de modo alguno. Por.
que, asi como el que escribe, coloca todas las cosas
por reglas ciertas; asi las cosas que vienen de Dios,
son ordenadas, especialmente las que presente en la
carne obró la Magestad. ¡Mas ay de la estrechez
de nuestro conocimiento! ¡Ay de la pobreza de nues
tra ciencia ; pues solamente conocemos en parte, y
en parte muy corta! Apenas nos esclarecen unas cen
tellitas de tanta copia de luz, y de la antorcha pues
ta sôbre el candelero. A la verdad, quanto menos
percibe cada uno de nosotros, tanto mas fielmente se
deben comunicar las cosas que à cada uno se hagan
manifiestas. Y yo, Hermanos, lo que el Señor se dig
na darme à entender para edificacion vuestra de su
ascension, ö mas bien de sus ascensiones, ni quiero,
ni debo ocultarlo à vosotros: especialmente siendo,
prerrogativa de los dones espirituales no disminuirse,
quando se comunican. Acaso algunos saben ya estas
mismas cosas, por haberseles manifestado á ellos
igualmente: pero por aquellos que tal vez no las ad
virtieron, estando atentos a cosas mas sublimes, ô.
de otro modo ocupados: ô tambien por aquellos que
I SOI.
66 SERMoN IV. DE S. BERNARDo ABAB.
son menos capaces para su inteligencia, me incumbe
à mi el hablar aquello que alcanza re.
Eph.4. 1 o 3 Christo que descendió, es tambien el mismo que
subió: estas son palabras del Apòstol. Yo creo tam
Christo e
seña des
bien que en el mismo hecho de descender, ascendió.
cendien Porque asi convenia que Christo descendiese, para
do el mo que aprendièsemos nosotros á ascender. Somos codi
do de as ciosos del ascenso, todos apetecemos la elevacion.
eender. Somos unas criaturas nobles, y de un cierto ànimo
grande; y por tanto con un natural deseo apetecemos
la altura. Pero ay de nosotros, si queremos seguir à
aquel que dice: Me sentare en el monte del testa
Asai. 14. mento, d los lados del Aquilon. ¡Ay miserable! ¿en
El 3•
los lados del Aquilon? Es muy frio aquel monte : no
te seguimos. Anhelas à la potestad, pretendes la al
tura del poder. ¡Quäntos hasta el dia de hoy siguen
sus feos è infelices pasos! Mas bien, quān pocos se
Los ambi escapan de que el ansia de dominar no les domine! De
ciosos só aqui es, que se llaman bienechores los que tienen
se quaces la potestad; de aqui es, que es alabado en los de
de sata seos de su alma el pecador. Todos adulan à los po
laSe
derosos, todos les envidian. ¿A quièn seguis, hombres
miserables, à quièn seguis? ¿No veis à Satanas caer
como un relàmpago? ¿No es este el monte al qual
subió Angel, y se hizo diablo?. A lo menos advertid,
que despues de su caida atormentado de la envidia,
solicito sôbre manera de hacer al hombre caer, no
se atreviò con todo eso à persuadirle la subida de
aquel monte, en el qual era constante que en lugar
del vano ascenso había experimentado el un horri
ble precipicio. : « . . .
. . 4 Pero no faltò al astuto enemigo que maquinar.
Otro semejante monte le puso de lante. Sereis, dice,
Gen.3.5. como Dioses, sabiendo el bien y el mal. Perniciosa
es tambien esta subida , ó mas bien esta bajada de
Jerusalèn à Jericò. Pèsimo monte la ciencia que hin
cha, al qual con todo eso verás que hasta hoy tre
-, pan
ER LA FIRSTA DE LA AsceNsIoN. 67
pan con tanto anhelo muchisimos hijos de Adan, co La cen
c1a q.hin
mo si no supieran quanto bajò el Padre de ellos en cha fuè é
la subida de este monte, mas bien, quan gravemen Adan, y
te cayô , y quan abatida y quebrantada fuè toda su sus desc5
posteridad. Todavia no han sanado las heridas que dientes la
te hicieron en la subida de aquel monte, aunque es causa de
tabas oculto aun en tu Padre: ¿Y ahora otra vez en su ruina.
propia persona intentas subir, para que así el errór.
ültimo sea peor que el primero? ¿Cómo tiene lugar .
en los miserables anhelo tan cruel ? Hijos de los hom
bres ¿hasta quàndo serèis pesados de corazon, a què Psal.4. ta -

fin amais la vanidad, y buscais la mentira ? ¿Ignorais 1. Cor. ,


acaso que escogiô Dios lo flaco segun el mundo, pa s7 a
ra confundir lo fuerte, y que eligió lo necio segun y.

el mundo, para confundir los Sabios? No nos hace


volver atras el terror de Dios que nos amenaza , que 3.

perderá la sabiduria de los Sabios, y reprobarà la


prudencia de los prudentes, no el escarmiento del
Padre, no finalmente nuestro sentido mismo, y ex
periencia de la necesidad dura, á que estamos suge
tos por el apetito necio de la ciencia. -

5 Ved ahi, Hermanos, que os hemos mostrado


otro monte, no para que subais, sino para que hu
yais de èl. Es el mismo al qual subia el que quiso
ser como Dios, sabiendo el bien, y el mal: es el mis
mo que hasta hoy elevan y dàn vulto los hijos de
los hombres, no hallando cosa tan baja, de que no
quieran levantar el monte de sabiduria. Veräs à uno
que aspira à la ciencia de las letras, otro del govier
no del mundo, este de pleytos y causas que desa
gradan a Dios, aquel de alguna arte servil, con tan
ta pasion y vehemencia, que nada tienen por traba
jo , con tal que pueda ser, reputado por mas docto
que otros. Así edifican á Babel: asi piensan que lle
garàn à la semejanza de Dios, asl anhelan à lo que
no conviene, dejando lo que conviene. ¿Què teneis
vosotros con estos montes, en cuya subida hay tanta,
Ia di
o8 SERMoN IV. DE S. BERNA RDo ABAD.
dificultad, y tan grande peligro? ¿O por què dejais
aquel monte, cuya subida es tan facil , y tan prove
chosa? El apetito de la potestad privó al Angel de
la felicidad angèlica: la ambicion de la ciencia des
pojó al hombre de la gloria de la inmortalidad. In
tènte alguno subir al monte de la potestad: ¿quàntos
opositores , piensas, que tendrà , quàntos que le empu
jarán, quântos obstàculos, quàn dificil camino? ¿Y
Sap. 6. 8. que, si al fin llega à obtener lo que deseaba? Los
paderosos, dice, padecerdn poderosamente tormentos;
La ambi por no hablar ahora de los cuidados presentes y con
cion dela gojas, que trae consigo la misma potestad. Otro es
potestad, codicioso de la ciencia que infla: ¿quânto trabajarà,
y dela cié quânto se angustiarà su espíritu? Y con todo eso ha
cia à quā
tos males brá de oir: Aunque te hagas pedazos , no lo logrards:
exponga. Sus ojos viviràn en la amargura, todas las veces que
sucediere el vèr que otro està mas adelantado, o que
asi se juzga por los demàs. ¿Y què, quàndo se hu
biere ya entumecido mucho ? Perdere, dice el Se
1. Cor. 1. ñor, la sabiduria de los sabios, y reprobare la pru
19. dencia de los prudentes.
6. Ya por no detenerme mucho, habeis visto (a
mi parecer) quanto se debe huir por nosotros uno y
otro monte, si miramos con pavor el precipicio del
Angel, y la caida del hombre. Montes de Gelboe,
2. Reg. r. ni rocio, ni lluvia venga sobre vosotros. ¿Mas què
2 I.
harèmos?. El subir asi no nos conviene, y por otra
Ascenso parte tenemos anhelo à subir. ¿Quièn nos enseñarà un
saludable ascenso saludable? ¿Quièn, sino aquel de quien leemos:
por el exé El que descendió, es el mismo tambien que ascendió?
plo q. nos Por èl mismo se nos debia mostrar à nosotros el ca
dà Chris
mino de la subida, para que no- siguièsemos ô el
to quâdo consejo, ó la huella del conduétor, ó más bien se-.
desciéde.
ductor iniquo. Porque no habia pues adonde subiese,
Ephes. 5. descendió el Altísimo, y con su descenso nos hizo
IO, patente à nosotros un ascenso suave y saludable. Des
cendió del monte
-.)
de pºder, rodeado de la
C
flaqueza
de
EN LA FIEsTA DE LA AsceNSION. 69
de la carne; descendió del monte de la ciencia, por
que agradô á Dios hacer salvos à los creyentes por
la necedad de la predicacion. Porque, ¿què cosa pa
rece mas debil, que un cuerpo tiernecito , y unos
infantiles miembros? ¿Què cosa mas indoSta, que un
pàrvulo, que solo sabe el pecho de la madre? ¿Quièn
menos poderoso, que aquel , cuyos miembros todos
están clavados en una cruz, y se le cºmentan todos
sus huesos? ¿Quièn mas ignorante, que aquel que en
tregaba à la muerte su vida, y pagaba lo que èl no
habia quitado? ¿Ves quânto descendio, quánto se aba
tió à si mismo de su potencia, y de su sabiduria?
Pero no pudo subir mas alto al monte de la bondad,
ni pudo manifestar mas expresamente su caridad. Ni
es de maravillar que Christo descendiendo subiese,
quando uno y otro de los primeros subiendo cayeron.
Y à mi ciertamente me parece , que buscaba quien
subiese à este monte, el que decia: ¿Quien subird al Psal 2.3.3.
monte del Señor , 0 quien estard en su lugar santo?
Quizà tambien Isaias - mirando caer los hombres en
el deseo de la subida, les queria traer à este mon
te, dando voces: Venid, subamos al monte del Se Isai. 3.
ñor. ¿Por ventura, redarguyendo manifiestamente à
los hombres sóbre la subida de los primeros montes,
no predica la fertilidad de este, monte el que dice:
Para que poneis los ojos en los montes quarados? (a) Ps.67.1 7.
- - Es -

(a) Habla aquí el Propheta con todo lo que se tiene à si mis


mo por alto, y que se opone à Christo, presumiendo de traer
competencias con él, y diceles ¿què sospechais? ô como en otro
lugar San Geronimo puso , ¿què pleiteais , ö què peleais contra
este monte? Y es como si mas claramente digese : "¿Qué presun
cion ó què pensamiento es el vuestro, quanto quiera que seais
segun vuestra opinion eminentes, de oponeros con este monte
pretendiendo ó vencerle, ó poner en vosotros lo que Dios tiene
ordenado de poner en el que es su morada perpetua? Como si di
gese : Muy en valde, y muy sin fruto os fatigais. Todo concurre
en un mismo sentido.
7o SERMoN IV. DE S. BeRNAR po ABAD.
Este es un monte quaxado (a) y monte pingüe. Es
te es pues el monte de la casa del Señor preparado
en la cima de los montes, sôbre los quales habia mi
Cant. 2.8. rado saltar al Esposo el que decia: Mira que viene
este saltando en los montes. Enseñaba pues al igno
rante del camino, traia al pärvulo, acompañaba al
infante pequeño : y por eso iba como con ciertos pa
sos, para que asi avanzando de virtud en virtud fue -
se visto el Dios de los Dioses en Sion. Porque su jus
ticia es eomo los montes de Dios.
7 Pero veamos ya (si os agrada) tambien sus sal
Psal. 18.6 tos, en los quales saliò lleno de aliento como un gi
gante para correr su camino, y siendo su salida des
de lo mas alto del Cielo volvió como por grados has
ta lo mas alto de èl. Juzga pues tu el primer grado
aquel monte, adonde subió llevando consigo à Pedro,
à Santiago, y à Juan, en donde tambien se transfi
guró a vista de ellos. Resplandeció su rostro como
Math. 17. el sol, y se hicieron blancos sus vestidos como la
2e
fieve. Esta es la gloria de la Resurreccion, que con
templamos en el monte de la esperanza. Porque ¿con
que motivo subió para transfigurarse, sino para en -
señarnos à nosotros à subir con el pensamiento á aque
El primer lla gloria futura, que se manifestarà en nosotros Fe
ascéso es
la conté liz aquel, cuya meditacion esta siempre en la presen
plació de cia del Señor, aquel que con solicita meditacion re
la gloria. vuelve en su corazon las delicias de la diestra de Dios
para siempre! ¿Què le podrà parecer pesado à quien
...SICIIn

(a) Monte quaxado. Propiamente significa de su origen todo


lo que tiene partes eminentes sôbre las de màs que contiene. Y se
aplica à Christo con mucha verdad. Porque Christo no es monte
eminente y excelente en una sola cosa, sino monte hecho de mon
tes, y una grandeza de diversas e incomparables grandezas, para
que, como escrive divinamente San Pablo tenga principado, y
¿º en todas las cosas. Asi el M. Leon, Nombres de
Il St Q, -

º
EN LA FIEsrA DE LA AscrNsIoN. 71
siempre trata con su pensamiento, que no tienen pro
porcion los trabajos de este tiempo respecto de la glo
ria futura ? ¿Què puede desear en este siglo malo,
aquel, cuyos ojos estàn viendo siempre los bienes del
Señor en la tierra de los que viven, y mira siem
pre los eternos premios A vos dijo mi corazon , (ha. Ps, a 6.13.
bla el Propheta al Señor) d vos dijo mi corazon: mis -

ojos os ban buscado, vuestro rostro, Señor, buscare.


¿Quièn me darà a mi, que levantandoos todos esteis
en lo excelso, y veais el gozo que os vendrà del
Señor?
8 No sea molesto à vosotros, os ruego, que nos
detengamos algo mas en este monte: pues podrèmos
pasar asi los otros mas velozmente. Mas ¿à quièn no
detendrà en este monte la sentencia de San Pedro,
que pronunció en èl, y por el diciendo: Señor, bue Math. 17.

no es estarnos aqui? Porque ¿què cosa hay tan buena;
mas bien , que otra cosa parece buena, como el des-,
cansar el alma en los bienes, ya que todavia no pue.
de el cuerpo Juzgo que fuè expresion propia de quien Psal.41.5
entraba en el lugar del tabernàculo admirable hasta - -

la casa de Dios en medio de los canticos de alegria


y de alabanza, y de las voces de gozo de los que,
están en un grande festin, el decir: Bueno es estar
nos aqui. ¿Quién de vosotros repasando consigo mis
mo aquella futura vida, aquella alegria, aquel gozo,
aquella bienaventuranza, aquella gloria de los hijos
de Dios; quièn digo, meditando esto en una concien
cia trànquila consigo mismo, no eruéta luego de la
plenitud de una íntima suavidad : Señor, bueno es
estárnos aqui? No ciertamente en esta penosa pere
grinacion , en, que estàmos detenidos con el cuerpo,
sino en aquel suave, y saludable pensamiento que tra:
ta, en su corazon, y en el qual dice: ¿Quien me da
rd alas como las de la paloma, y volare, y descan Psal.47
sare? Vosotros pues hijos de los hombres, hijos del e

hombre que descendió de Jerusalén a Jericó, -


72 SERMoN IV. DE S. BERNARDo ABAD.
de los hombres, ¿hasta quàndo sereis pesados de co
razon? Subid à un corazon alto, y Dios serà ensal
zado. Este es el monte, en que se transfigura Chris
to. Subid , y sabreis , como el Señor hizo maravilloso
à su Santo.
9 Ruegoos, Hermanos mios, que no se hagan
Se deben pesados vuestros corazones con los cuidados del siglo;
le vantar porque sobre la glotoneria y embriaguez (gracias a
arriba los Dios) no tengo mucha necesidad de amonestaros. Des
CO r a Z O
1625,
cargad, os ruego , vuestros corazones de la grave
mole de los terrenos pensamientos, para que sepais
que fuè hecho maravilloso por el Señor su Santo. Le
vantad vuestros corazones con las manos de vuestros
pensamientos , para ver al Señor transfigurado. For
mad en vuestros corazones no solo los tabernàculos de
los Patriarchas y Prophetas, sino todas las varias
mansiones de aquella casa celestial, imitando à aquel
que rodeaba sacrificando en el tabernáculo del Señor
la víctima de sus voces, cantando y diciendo al Se
. . . ñor aquel psalmo: ¡Quán amables son vuestros taber
Psal.83.2 ndculos, Señor de las virtudes mi alma anhela, y
desfallece en el deseo de los Atrios del Señor. Ro
dead tambien vosotros , Carísimos, con el afecto y
viétima de la piedad y devocion el tabernàculo del
Señor, visitando con el ânimo las soberanas sillas, y
las muchas mansiones que hay en la casa del Padre,
postrando humildemente vuestros corazones ante el
trono de Dios y del Cordero , haciendo súplicas con
reverencia à cada órden de los Angeles, saludando
el número de los Patriarchas, los coros de los Pro
phetas, el Apostólico senado; contemplando las co
ronas de los Màrtires resplandecientes en purpúreas
flores, admirando los coros de Vírgines que espar
cen el delicioso olor de azucenas, y aplicando el
oido , quanto puede la flaqueza del corazon, a aquel,
Psal,41.5 melifluo sonido de su nuevo cântico. Estas cosas tra
ge d la memoria (habla el Propheta) y derrame en
º mi
EN LA FresTA DE LA AscRNSroN.
mi mismo el alma mia. ¿Què cosas? Porque pasare, Psal.76.4
dice, al lugar del taberndculo admirable hasta la
casa de Dios. Y tambien : Me acorde, dice, de Dios,
y me deleyte. A quien vieron los Apòstoles, vió este
tambien; ni de diferente manera, como pienso: solo
que en la vision de este todo fuè espíritual, nada
corporal. De ningun modo le viô, como aquel que
Isai,53.t»
decia: Le vimos , y no habia en el figura y ni hermo
sura. Sin duda le vió transfigurado y hermoso en su s
-, º
:
parecer sôbre todos los hijos de los hombres, el que
asevera que se deleytô ; asi como los Apòstoles dicen
tambien al Señor : Bueno es estarnos aqui. Y para ,
que nada, falte à la comparacion que hemos hecho,
de aquellos se lee que cayeron postrados en tierra,
y este confiesa que desfalleció su espiritu. ¡Quān gran
de es la multitud de vuestra dulzura, Señor, que ha-.
beis reservado para los que os temen! Subiendo pues
à este monte, y especulando la gloria del Señor con
el rostro descubierto, no hay duda, que os movereis
tambien vosotros à clamar: Traednos en por de , vos.
Porque ¿què aprovecha saber adonde se debe ir, sino
sabes por donde se ha de ir?
1o Por tanto es menester que subas à otro monte,
en el qual le oigas predicar, y veas que erige una
escala con ocho diferentes grados, cuya punta toca El segun
do ascen
en los Cielos: Bienaventurados los que padecen per so es la
secucion por la justicia , porque de ellos es el Reyno meditaci
de los Cielos. Si has subido ya el primer monte por on de la
la continua meditacion de la gloria soberana, no te d o étrina
se hará penoso tampoco subir a este monte, para que del Evan
dia y noche medites en su ley; asi como el mismo gelio.
Propheta no solo meditaba en los premios , sino en Psal. i 18
los mandamientos del Señor, que amaba. De esta suer 47.
te oiràs tambien tu: Adonde voy, sabeis ; por el as Johan 14,
censo primero: y sabeis el camino , por el segundo. 4.
Por eso aplica tu corazon à inquirir el camino de la
verdad, no seas acaso del número de aquellos, que
K. - 1O
- 74 SERMoN IV. Dr. S. BERNARDo ABAD.
no encontraron el camino de la Ciudad que debian
habitar. Sôbre todo vive solícito de subir, no solo
con el pensamiento de la celestial gloria, sino con
una conducta de vida que la merezca.
El tercer II Leo tambien otro tercer monte, adonde su
¿ bió solo à orar. Ves pues, que bien dice la Esposa
ººººº en los Cantares: Mira, que viene este saltando en los
ººººº montes. En el primero fue transfigurado, para que su
cºsa. pieses adonde debias caminar; en el segundo habló
palabras de vida, para que supieras por donde po
drias llegar: en el tercero orò, para que procures
Jac.417. alcanzar la buena voluntad de ir y llegar. Se hace
culpable el que sabe lo bueno, y no lo hace. Por tan
to sabiendo que en la oracion se dà la buena volun
tad , quando conocieres lo que se debe hacer, para
Al que - llegar à hacer lo que conoces, sube à la oracion; ora
ora es ne con instancia, ora con perseverancia , así como èl
ºººººººº
tiIO.
pasaba las
espiritu noches
bueno à enquien
oracion;
se ley pide.
darà elY buen
mira Padre
quan
ñtilmente en tiempo de la oracion buscamos aun el
secreto del lugar material, pues èl lo enseñó no so
lo con las palabras, diciendo: Entra en tu aposents
y cerrada la puerta ora d tu Padre: sino que lo en
comendó con su exemplo , subiendo solo à la oracion,
y no admitiendo aun alguno de sus domèsticos.
- 12 ¿Piensas que podrèmos hallar algo mas acerca
de sus ascensiones Podrèmos ciertamente. Porque
*- quiero, que ni estés olvidado del mismo jumento, sôbre
el qual se lee que subió. Quiero, que ni omitas tampo.
--- co su ascension à la cruz misma. Pues tambien con
º " venia que fuese levantado en ella el hijo del hombre,
Johan rº 2” yo, dice, si fuere levantado de la tierra, traere

d mi mismo todas las cosas. Asi pues, quando ya
El quarto tienes el conocimiento, y se junta tambien el
querer,
¿ que haras, que no encuentras como perficionar lo
la morti. bueno; sino que unos movimientos bestiales tienen
ficacion. una ley contraria, y te quieren cautivar? ¿Què haràs,
. re
. EN LA FIEsTA DE LA AscENsroN. 75
repito, con las irracionales concupiscencias que es
tan en tus miembros? Te estimula tambien, quando
consientes en ayunar, el deleyte de la gula, quando
- ? ,
propones velar, te carga la somnolencia. ¿Què ha --
rèmos à este asno?. Porque esto es de asnos, y cosa
comun con ellos: pues el bombre fue comparado d los Ps. 48.13.
jumentos irracionales, y se hizo semejante d ellos.
Subid. Señor, sobre este asno, conculcad estos mo
vimíentos bestiales: porque deben ser domados, para
que no consigan dominar. Sino, fueren pisados, nos
conculcaràn, sino fueren deprimidos, nos oprimiran.
Por tanto sigue, alma mia, tambien en esta ascension
à Christo Señor, para que tu apetito estè debajo de
tí, y tu le domines à èl. Para que asciendas al Cie
lo, es necesario primero levantarte sobre ti , pisan
do los deseos carnales, que en ti mismo militan con
tra ti mismo. re - - - -- - º,

13 Siguele tambien ascendiendo à la cruz, y le El quinto


vantado de la tierra; para que no solo te coloques ascéso es
sobre ti, sino que estes en la eminencia del ánimo el despre
cio de l
sobre todo el mundo tambien , mirando y desprecian mundo.
do todas las cosas que estàn abajo sôbre la tierra;
así como està escrito: , Mirarán la tierra de lejos. Isai. 23e
Ningunos deleytes del mundo, te inclinen, ningunas
adversidades te abatan. Este lejos de ti gloriarté, si
no en la cruz de nuestro Señor Jesu Christo, por
quien el mundo estè crucificado para ti: de suerte
que reputes cruz lo que el mundo apetece: y tu es-,
tès crucificado para el mundo , adhiriendo con todo
el amor á las cosas que el mundo reputa cruz.
14. Despues de esto ¿qué resta sino que subas à. El sexta
aquel Señor que es Dios bendito por los siglos? Ser, ascéso es
desatado de los lazos del cuerpo, y estar con Christo, la vision
de Dios.
es mucho mejor que todo. Dichoso el bombre, dice
el Propheta al Señor, que espera de vos el auxilio:
en su corazon dispuso sus ascensos: se adelantard. Ps.83. 6.
de virtud en virtud bas ver al Dios de los Dio
2 - J'62.
76 SERMoN IV. De S. BeRNARDo ABAD.
ses en Sion. Esta es la ascension última en la qual
se cumplen todas las cosas, como dice el Apòstol:
Ephes, 4.
Christo que descendió, es el mismo que tambien as
1 Os. cendió, para cumplir todas las cosas. ¿Pero què di
rè de aquella ascension ? ¿Adónde subirèmos, para
que estèmos tambien nosotros, donde Christo está?
¿Què habrà alli? O Dios, sino Vos solo, el ojo no
Isai.644. vió lo que habeis preparado d los que os aman. De
seemos esta ascension, Hermanos mios, suspiremos
à ella continuamente, y tanto mas fervoroso sea el
afecto, quanto mas falta el entendimiento.

cree -eº es º se o e-seº º e º e-ºxº


EN LA AsCENSION DEL SEÑOR.
SERMoN QUINT O.
Del entendimiento , y del afecto. .
I OY se presentò al Antiguo de dias senta
do en su trono, para sentarse juntamente
con èl, el Hijo del hombre, y no solo estarà en lo
Isai. 4, 2. adelante el pimpollo del Señor en magnificencia y
gloria, sino que tambien el fruto de la tierra será
sublimado. Feliz union, y misterio digno de apreciarse
con inefables gozos. Porque uno mismo es el pimpollo
del Señor, y el fruto de la tierra; uno mismo tam
bien es Hijo de Dios, y fruto del vientre de Maria:
- - , , ,

2
y el mismo es hijo de David, y su Señor; cuyo go
Ps, ro. r. zo se cumple hoy sòbre lo que anticipadamente can
taba y decia: El Señor dijo d mi Señor: Sientate
d mi diestra. ¿Cómo no serà pimpollo del Señor el
- - Señor? El mismo que es hijo suyo, con todo eso co
mo fruto sublime de la tierra, es fruto de la vara, que
procedió de la rayz de Jesè. Hoy pues à este hijo
- Sll
EN LA AsceNsIoN DEL SEÑoR. 7
suyo, è hijo del hornbre glorifica el Padre en si mis
mo con aquella gloria que tenia en èl , antes que el
mundo fuese hecho. Hoy se gloria el Cielo de que
se le hà vuelto la Verdad, que nació de la tierra. Hoy
se quita el Esposo à los hijos, y serà forzoso que llos
Math. 9,
ren , como èl mismo les habia dicho antes. No po
1 5.
dian los hijos del Esposo llorar, mientras que esta
ba con ellos el Esposo: pero llegó el dia en que se
retira de ellos , para que en lo adelante lloren, y
ayunen. ¿Què es de aquello, Pedro, que decias: Bue Math. 17.
no es estarnos aqui : hagamos aqui tres tabernácu 4 •
los ? Hè ahi que entró ya en otro mas amplio, y
perfecto tabernàculo, no fabricado por la mano de
hombre, esto es, que no ha sido formado por el ór
den comun de las cosas.
2 ¿Cómo pues es bueno ya, estarnos aqui? Antes
bien molesto es, pesado es , peligroso es. En donde Peligros,
se halla muchísimo de malicia , poco de sabiduria, y miserias
si es que aun esto poco se halla: en donde todas las de este
mundo.
cosas son viscosas, todas resbaladizas, cubiertas de
tinieblas, rodeadas de los lazos de los pecados: en
donde peligran las almas, se afligen los espiritus ba
jo del sol , en donde solamente se halla vanidad, y Debemos
afliccion del espiritu. Levantemos pues, Hermanos levátar el
mios, levantemos al Cielo los corazones juntamente corazó a r
con las manos, y procuremos seguir con los pasos riba.
de la devocion y de la fè al Señor que asciende. Lle º
garà tiempo, quando ya sin tardanza, sin dificultad
serèmos arrebatados al encuentro de Christo en las
nubes, y podràn los cuerpos espírituales, lo que jus
tamente no pueden ahora los espiritus animales. Por
que ahora, ¿quântos con atos son precisos para levan
tar los corazones; los quales (como bastante misera
blemente leemos en el libro de la propia experiencia)
abate la corrupcion del cuerpo, y deprime la habi
tacion terrena?
3 Mas acaso se debe enseñar primero, que cosa
SC3.
78 SERMoN V. De S. BERNARDo ABAD.
sea levantar el corazon, o de què modo se debe le
vantar; pero esto mas bien lo hemos de aprender del
Colos. 3. Apòstol que de nosotros: Si resucitásteis , dice , con
1,
Christo, buscad las cosas que estdn arriba , en donde
estd Christo sentado á la diestra de Dios: gustad
de las cosas que están arriba , no de las que estan
söbre la tierra. Como si mas claramente dijera : Si
resucitàsteis con èl , ascended tambien con él: si vi
vis con èl, reynad tambien con èl. Sigamos, Her
manos, sigamos al Cordero à qualquiera parte que
vaya: sigàmosle padeciendo, sigämosle resucitando,
sigâmosle con mas gusto ascendiendo. Sea crucifica
do juntamente con èl nuestro viejo hombre, para que
sea destruido el cuerpo del pecado: para que ya ja
màs sirvamos al pecado, sino que cuidemos mas bien
de mortificar nuestros miembros, que estàn sôbre la
tierra. Y tambien, asi como el Señor resucitó de èn:
tre los muertos por la gloria del Padre, asi nosotros
caminemos en una nueva vida: pues murió y resu
citó , ā fin de que muertos para los pecados vivamos
para la justicia.
4 Mas porque una vida nueva pide un lugar mas
seguro, y la dignidad de la resurreccion pide un
grado mas alto: sigámosle tambien quando asciende,
buscando , es á saber, y gustando de las cosas que
--
estàn arriba, en donde èl està , y no de las que es
Gal 4. 6. tàn sòbre la tierra. Preguntas ¿qual es este lugar? Es
cucha al Apòstol: La ferusalen, dice, que esta ar
riba , es libre, la qual es nuestra Madre. ¿Quières
saber las cosas que hay alli Ella es vision de paz.
Psal. 147. - Alaba erusalen al Señor, alaba Sion d tu Dios,
I 2º
que estableció hasta en tus confines la paz. O paz que
superas todo sentido ! ¡O paz sóbre toda paz tambien
¡O medida sóbre medida, llena, remecida, y que re
bosas! Padece pues con Christo, alma christiana,
resucita con él, asciende con èl; lo qual es decir:
Ps, 33. 15.
Desviate del mal, y haz el bien , busca la paz, y
- 32
EN LA AscENs roN DEL SEÑo R. 79
guela constantemente. A este modo se hace mencion
en los hechos de los Apóstoles, de que San Pablo Act. 13.
exhortaba á los discipulos sobre la continencia , y
justicia, y sobre la esperanza de la vida eterna. Asi Luc. 12.
tambien la Verdad misma avisa en el Evangelio, que 35 s
nos ciñamos, que encendamos antorchas, y en lo ade
lante estemos aparejados , y dispuestos al modo de
los hombres que aguardan à su Señor.
Dos as
5 Pero (si lo habeis advertido) una duplicada as CenSOS S.C.
cension se nos encarga por el Apòstol, quando nos recomien
amonesta buscar, y gustar no de las cosas ínfimas, dan porel
sino de las celestiales. La qual distincion no parece Apóstol.
se le pasó enteramente al Propheta, quando dijo: Bus
ca la paz, y siguela constantemente: de suerte que Ps-33.15
lo mismo es buscar la paz para seguirla, y seguir
la constantemente despues de hallada , que buscar las
cosas que se deben saber, y gustar de ellas despues
de haberlas buscado; las quales estàn arriba y no só
bre la tierra. A la verdad, mientras que estàn divi La paz
llena del
didos nuestros corazones, y se hallan por ahora con
corazon y
diversos senos, ni estàn iguales y ajustados consigo union se
mismos; es preciso levantarlos de algun modo, aun I e Ser V a.
que sea por partes y á trozos, para que asi se unan para la
en aquella soberana Jerusalen, cuyas partes están uni otra vida.
das entre si perfectamente: en donde no solo cada uno,
sino todos comiencen à permanecer en la unidad, no
precisamente sin dividirse en si mismos , sino ni èn
tre si mismos. Ved ahi pues (por distinguir los prin Los mié
cipales miembros del corazon) que hay en nosotros bros del
entendimiento, y hay tambien afecto: pero aun estos corazó q.
son el en
tambien se oponen muchas veces à si mismos, de tendimié.
modo que se vè que el uno se endereza á lo surno, to, y el
y el otro se dirige à lo ínfimo. Que grande sea ès afecto,es
te dolor, quan grave tormento del alma; quando asi tàn divi
es traida violentamente á opuestas partes, asi se ras didosaqui
muchas
ga , asi se rompe en si misma, puede congeturarlo VeCeSa.
à lo menos por el dolor de una cortadura en el cuer
p0,
8o SERMoN V. DE S. BERNARDo ABAD.
po, cuya experiencia es tan facil, el que no despre
ciare con una perniciosa y peligrosa insensibilidad
advertirlo en su espíritu. Si estirasen con violencia las
piernas de un hombre , y puesto en medio un made
ro algo largo separasen de entre si los pies: aunque
todavia no llegàra á romperse la cutis, ¿què tormen
to no seria este? -

Religio 6 De este modo , de este modo mismo lloramos


sos ilumi
nados, pe.
que son atormentados algunos miserables que corpo
ro no igu ralmente viven con nosotros, los quales estàn acaso
al mente igualmente iluminados, pero es muy desemejante su
devotos. afecto. Entienden igualmente el bien que hacen, pe
ro no aman igualmente lo que entienden. Porque acer
V. Ser. 3. ca de la ignorancia , Hermanos mios, ¿qué escu
n. 6,
sa podemos tener nosotros, á quienes nunca falta la
celestial doctrina, la divina leccion, la erudicion es
piritual? Todo lo que es verdadero, todo lo que es
casto, todo lo que es justo, todo lo que nos puede
hacer amables, todo lo que es de edificacion y bue
na fama; toda virtud , toda loable disciplina; todo
esto aprendeis, y recibis, todo esto escuchais y jun
tamente veis, en los exemplos, es à saber, y en las
palabras de los que éntre vosotros son perfectos; cuya
exhortacion y trato instruye plenamente á todos. Oja
là que asi como estas cosas ilustran el entendimien
to, asi mue van tambien el afecto ; para que no ha
ya dentro aquella contradiccion amarguisima, y mo
lestísima division , siendo llevados hàcia arriba por
una parte, y arrastra dos por otra hàcia abajo.
T)iferen 7 A la verdad, puedes advertir casi en todas las
cia entre religiosas congregaciones unos hombres llenos de con.
los Reli suelo, que rebosan en gozo, siempre agradables y
grosos fer alegres, fervorosos de espíritu , que meditan la ley
vorosos, y
los tibios. de 19ios de dia y de noche, que alzan con freqüencia
al Cielo sus ojos, y levantan en la oracion sus puras
manos, solícitos observadores de sus conciencias, y
devotos en la práctica de las buenas obras: para los
qua
EN LA Ascr N soN DEL SEÑoR. 8r
quales la disciplina es amable, el ayuno dulce, las
vigilias breves , la labor de manos deleytable; y en
fin toda la austeridad de este gènero de vida les pa
rece refrigerio. Por el contrario se hallan otros pusi
länimes, tibios, que caen bajo de la carga, y nece
sitan de vara y espuela: cuya alegria es remisa, pu
silânime su tristeza; cuya compuncion es breve y
rara, animal su pensamiento, su conducta tibia : sin
devocion su obediencia, sin circunspeccion sus pala
bras, su oracion sin atencion del corazon, su leccion
sin edificacion: à los quales (como vemos) apenas el
temor del infierno detiene, apenas el pudor reprime,
apenas refrena la razon, apenas contiene la discipli
na regular. ¿Acaso no te parece que la vida de es
tos se acerca enteramente al infierno, quando repug
nando el entendimiento al afecto, y el afecto al en
tendimiento , estàn necesitados à echar la mano á
cosas fuertes, los que de ningun modo se sustentan
con el alimento de los fuertes; siendo asi compañe
ros en la tribulacion, no en el consuelo? Levantèmo Se debe
huir con
nos, os pido, todos los que nos hallamos en esta todo co
triste situacion, resarzamos nuestras almas, recoja nato dela
mos el espiritu, desechando la perniciosa tibieza; ya tibieza.
que no, porque es peligrosa, y suele provocar à Dios
à vómito ; (como algunas veces lloramos miserable
mente) à lo menos porque es molestisima, llena de
dolor y de miseria, y se juzga con razon vecina al
infierno , y como una sombra de la muerte.
8 Si buscamos las cosas que estàn arriba, procu
remos tambien ahora tomar el sabor de ellas, y an
ticipadamente gustarlas. Porque tal vez acaso no im
propiamente se podrà aplicar al entendimiento, y al
afecto esta amonestacion de buscar las cosas que es
tàn arriba, y juntamente de gustarlas; para que (co
mo se dijo antes) trabajemos en levantar à Dios nues
tros corazones en sus principales miembros con las
manos de un piadoso conato, y de los espirituales
L eXer
82 SERMoN V. DE S. BERNARDo ABAD.
Son mu exercicios. Todos (sino me engaño) buscamos las co
chos los
que bus
sas que estàn arriba con el entendimiento de la fé, y
can las co el juicio de la razon; pero no igualmente acaso toma
sas de ar mos todos el sabor á las cosas que estàn arriba , como
riba, pero cebados en estas cosas de la tierra con una violenta
pocos los preocupacion del afecto. Porque ¿de dónde viene aque
q, siété el lla diversidad de ànimos , que poco hà mostramos,
sabor de
ellas. de dónde tanta desigualdad de afectos, tanta deseme
janza de conducta ? ¿De dónde tanta pobreza de gra
cia espiritual en algunos, quando en otros rebosa en
mucha copia? A la verdad, el distribuidor de la gra
Causa de cia ni es avaro, ni pobre: pero quando faltan vasos
la seque desocupados, es preciso que pare el aceyte. Se intro
dad de l duce por todas partes el amor del mundo con sus eon
COaZOlo
solaciones, ô por mejor decir desolaciones: observa las
entradas, se entra de golpe por las ventanas, ocupa
el corazon; pero no el de aquel que dice: Rebus 3.
Ps 76. 3. consolarse mi alma: me acorde de Dios , y me deley
El cósue te. Sin duda la deleytacion santa se desvia del ani
lo carnal mo preocupado por los deseos seculares; ni podràn
eSeStOrVO mezclarse las cosas verdaderas con las vanas, las eter
para el nas con las caducas, las espirituales con las corpo
divino. rales, las sumas con las ínfimas, de suerte que pue
das aun tiempo gustar de las cosas que estàn arriba,
y de las que estàn sôbre la tierra. -
9 Felices aquellos varones, por quienes la ascen
sion del Señor fué prefigurada, Enoch arrebatado, y
Eccli. 44. trasladado Elias. Felices ciertamente, pues viven ya
16.
4. Reg. s. para solo Dios, en él solo se emplean, entendiendo,
II º amando, gozando. Porque ni los cuerpos que se cor
rompen, abaten aquellas almas, ni deprime la terre
Sap,4. 1. na habitacion los sentidos de los que se sabe andu
vieron con Dios, como si pensàran en muchas cosas.
Quitôse de enmedio todo impedimento, se apartò to
da ocasion, no quedó materia alguna que abata su
V. Ser. 3. afecto, ô deprima su entendimiento. Pues la Escri
Il. 2 .
tura hace mencion, de que el primero por eso fuè
- a -
EN LA Ascr Ns IoN DEL SEÑo R. 83
arrebatado, porque acaso la malicia no venciese su
sabiduria, y porque su entendimiento, ó corazon no
pueda jamàs ser engañado, ó mudado.
1o Mas á nosotros ¿de dónde nos vendrà la ver El enten
dad en estas tinieblas, de dónde la caridad en es dimiento
te siglo malo, en este mundo que està puesto todo debe ser
en poder del maligno? ¿Piensas que habrà quien ilu ilustrade
mine el entendimiento, quien inflame el afecto? Ha poristo.
Chr
brá ciertamente; si nos volvemos à Christo, para que
quite el velo de nuestros corazones. Este es de quien Isai. 9. .
està escrito: A los que habitaban en la region de la
sombra de la muerte, les nació una luz. Pues des
preciando Dios los tiempos de la primera ignorancia,
anunció à los hombres, que todos hicieran peniten
A ét. 17s
cia en todas partes, segun lo que San Pablo enseña
39.
à los Athenienses. Acüerdate del Verbo de Dios, y
Sabiduria encarnada: cuyo empleo ciertamente era
todo aquel tiempo en que se dignò ser vista en la
tierra, y tratar èntre los hombres aquella inefable
virtud, aquella glória , aquella magestad, iluminar
los ojos del corazon , y persuadir la fè à los hom
bres con su predicacion, y juntamente con la osten
sion de sus milagros. En fin: El Espiritu del Señor, Isai.6. . .
dice, esta sobre mi: d anunciar buenas nuevas á los
pobres me envió. Y á los Apòstoles decía: Aun bay Johan. 1 a
poca luz en vosotros; andad mientras teneis luz , pa 35 •
ra que no os cajan las tinieblas. Ni solamente an Act. 1. 3e
tes de la pasion, sino tambien despues de la resur
reccion, aparecièndose á ellos en muchas pruebas por Lue. 24
quarenta dias, y hablando del reyno de Dios; en cu 27e
yo tiempo se lee tambien , que les abrió el sentido,
para que entendiesen las Escrituras, mas bien ilus
traba su entendimiento, que purificaba el afecto.
1 1 Porque ¿quàndo podrian aficionarse à las co
sas espirituales los que eran animales Ni aun la
misma luz pura podian sostener en modo alguno; si El afecto
no que fuè preciso exhibirles el Verbo en la carne, fuè puri
- - L2 el
84 SERMoN. V. pE S. BERN ARDo ABAB.
ficadopór el sol en la nube, la luz en el barro, la miel en la
grados é cera, la antorcha en la linterna. Espíritu delante del
los Após
toles por rostro de ellos era Christo Señor, pero no cierta
Christo. mente sin sombra, en la qual viviesen mientras èn
tre las gentes. Por lo que tambien se lee que el Espi
Luc, 1.35 ritu hizo sombra à la Virgen , para que no pudiera
ofucarse, reberberada y rebatida con mas vehemen
te resplandor la vista de esta àguila à los rayos de
aquella candidisima luz , y purisímo esplendor de la
Divinidad. Sin embargo, de ningun modo aun aque
lla ligera nube fuè ociosa, sino que usó de ella para
salud de ellos ; y excitó al afecto de su carne los
ánimos de los Discípulos, los quales ni podian ser
promovidos á la inteligencia de la fè sin alguna mu
tacion de su afecto , ni tenian valor para levantarse
todavia à las cosas espirituales; haciendo que siguie
sen por un cierto afecto humano á un hombre que
obraba, y hablaba cosas maravillosas, con un amor
ciertamente carnal todavia , pero tan poderoso, que
Exod. 7. prevaleciese sôbre todos los demàs. Este era aquella
serpiente de Moyses, que devoró todas las serpientes
Math. 19. de los Magos de Egipto. Finalmente: Ved, dicen,
17, que nosotros bemos dejado todas las cosas , y os be
mas seguido. Bienaventurados pues los ojos, que veian
al Señor de la Magestad presente en la carne, al Au
tor del universo tratando èntre los hombres, resplan
deciendo en prodigios, sanando los enfermos, pisan
do los mares, resucitando muertos, imperando à los
demonios, y dando à los hombres una potestad se
mejante; manso y humilde de corazon, benigno , afa
ble, rebosando en entrañas de misericordia, Corde
ro de Dios que no tenia pecado, y llevaba sôbre si
los pecados de todos. Bienaventurados los oidos, que
merecian percibir las palabras de vida de la boca del
mismo Verbo encarnado, á quienes contaba el Uni
gènito que està en el seno del Padre , y hacia ma
nifiestas todas las cosas, que habia oido á su Pa
- - dre;
EN LA Ascr Nsre N DEL SEÑeR, 85
dre; para que bebiesen los torrentes de celestial doc
trina en la fuente purisima de la misma Verdad, ha
biendo de brindar despues con ella á todas las gen
tes, mas bien, debiendola eructar despues para bien
del universo.
12 ¿Què maravilla, Hermanos, que llenáse la tris
teza su corazon, quando pronunciaba, que se habia
de apartar de ellos, y añadia : Adonde yo voy, vo
sotros no podeis venir por ahora ¿Què mucho que
se estremeciesen sus entrañas, se turbáse su afecto,
vacilāse su ànimo, se abatiese su rostro, se asustàse
su oido, ni de modo alguno pudiesen admitir con
tranquilidad de ánimo la noticia de su partida , y que
les hubiese de dejar , por quien habian dejado ellos
todas las cosas? Con todo eso no para que quedàse en
la carne, sino para que fuese trasladado al espíritu,
habia sido recogido por el Señor todo el afecto de
los discipulos en su carne; à fin de que se pudiera de
cir alguna vez : Aunque conocimos d Christo segun la 2.Cor. 5•
16.
earne, pero abora ya no le conocemos asi. Por lo
que el benignisimo Maestro animandolos con blandos
consuelos les dice: 1 o pedired mi Padre, y os da Johan.
16
14
rd otro Consolador, Espiritu de la verdad, para que
quede con vosotros para siempre. Y tambien: 2'o os Johan. 16
digo la verdad, os conviene á vosotros que yo me 7.
vaya. Porque si no mº fuere yo, no vendrd d voso
tros el Consolador. Misterio grande, Hermanos mios.
¿Què quiere significar: Si yo no me fuere, no vendrd Porque
d vosotros el Consolador? ¿Pues què, era contraria la no vino el
presencia de Christo á èl, ô desdeñaba el Espiritu Esp i ritus
Santo es
Santo la compañia de la carne del Señor, la qual tando Ch
(como sabemos por el anuncio del Angel) ni aun po risto pre
dia ser concebida, sino sobreviniendo èl? ¿Què quie Sente,
re decir pues: Si yo no me fuere, no vendrd d voso Luc, 1.35
tros el Con rolador? Si la presencia de la carne no se -

desvia de vuestros aspectos, la mente ocupada no ad


mite la plenitud de la gracia espiritual, no la recibe
el animo, no cabe en el afecto. " ¿Qué
86 SERMoN. V. DE S. Br RNARDo AB An.
13 ¿Què os parece, Hermanos? Si esto es asi;
En vano mas bien, porque verdaderamente es asi , ¿se atre.
se espera
el cósue
verà alguno en lo adelante dado à ciertos deley
lo del es: tes phantasticos , siguiendo los alagos de su carne, de
piritu en una carne ciertamente pecadora, engendrada en pe
tre l o s cados, habituada en los pecados, en la qual no se
atra éti halla finalmente lo bueno, aguardar igualmente aquel
vos d el
Consolador ? ¿Se atrevera, digo, el que siempre està
euerpo.
pegado à este muladar, que regala la carne, siem
bra en la carne, no tiene mas gusto que el de la car
ne, á esperar con todo eso aquel consuelo de la vi
sita soberana, aquel torrente de deleyte, aquella gra
cia del espíritu vehemente, la qual (como testifica la
misma Verdad) ni aun juntamente con la misma car
ne del Verbo pudieron percibir en modo alguno los
Apóstoles? Yerra totalmente qualquiera que piensa que
se puede mezclar aquella celestial dulzura con esta
ceniza, aquel divino balsamo con este veneno, aque
llas gracias del espíritu con semejantes deleytes. Te en
gañas, Thomas Santo, te engañas, si esperas ver al
Señor, separado del Colegio de los Apòstoles. No ama
la Verdad los àngulos, no le agradan los albergues se
parados. En medio està, esto es, en la disciplina y
vida comun, y se agrada de las ocupaciones comu
nes. ¿Hasta quando, miserable, anhelaràs à los sitios
apartados, y buscaràs con tantó trabajo los consuelos
de la propia voluntad, y los mendigaras con tanto ru
bor ¿Y què harè , dices? Echa fuera la sierva, y a su
hijo, porque no será heredero el hijo de la sierva
con el hijo de la libre. Ninguna proporcion (como se
hà dicho) hay èntre la verdad y la vanidad; entre
- la luz y las tinieblas, èntre el espíritu, y la carne,
èntre el fuego, y la tibieza.
14 Pero mientras él se detiene , diràs, no puedo
Abac, 2, 3 estar sin algun consuelo. Antes bien si se detuviere,
aguardale: porque vendra, y no tardará. Los Apòs
toles estuvieron diez dias en esta expectacion perse
• 2,3 . . . . . --- " - ve a
EN LA Ascr NsroN DEL SEÑoR. 87
verando unanimemente en la oracion juntamente con Act. 1.14.
las mugeres, y Maria Madre de Jesus. Tu pues tam
bien aprende à orar, aprende à buscar, à pedir , à
llamar, hasta que halles, hasta que recibas, hasta que
te abran. Conoce tu barro el Señor: fiel es, no per
mitirà que seas tentado mas de lo que puedes soste
ner. Yo confio, que si esperas fielmente, ni à los diez
dias aguardarà. Se anticipara seguramente en bendi
ciones de dulzura à el alma desolada , y que ora, de
modo que rehusando dichosamente, y no para con
fusion tuya, otro qualquiera consuelo, te deleytarás en La perse
veràcia é
su memoria, embriagado de la abundancia de la ca la oració
sa de Dios, y saciado en el torrente de sus delicias. eS neCeS2
Asi se lee tambien, que oró Eliseo otro tiempo, quan ria para
do lloraba que le habian de quitar aquel consuelo su la gracia
yo dulcísimo, que era la presencia de Elias. Pero del Espi
ritu Sto.
considera con cuidado que fuè lo que orò , ô que se
le respondió. Ruego , dice, Señor, que tu espiritu sea 4-Reg. .
duplicado en mi. Era menester que se le duplicàse el 9.
espíritu, para que una duolicada gracia supliese la au
sencia del Maestro, que se iba. Por lo qual le dice El espiri
Elias: Si lo vieres , quando yo sea apartado de ti, se tu dupli
cado de
bard lo que bas pedido. Duplicó el espiritu la vista Elias.
de quien se iba , , quando arrebatado manifiestamen
te al Cielo, llevó consigo todos sus deseos junta
mente, para que èl mismo comenzàse à gustar de
las cosas que estàn arriba, y no de las que están
sòbre la tierra. Duplicó el espíritu la vista de quien
se iba , de suerte que se juntó el espiritual afecto à
su entendimiento, sicndo arrebatado al Cielo con la
misma carne, à la que tenia adhesion antes princi
palmente.
15 Lo qual con mas evidencia se vè cumplido en
los Apòstoles. Porque luego que miràndolo ellos aquel
su Jesus fuè elevado, y caminaba al Cielo tan ma
nifiestamente , que ninguno de ellos tenia necesidad
de preguntar: ¿Adonde vais? fueron enseñados por la
DllS
38 SERMoN V. DE S. BERN A RDo ABAD.
misma fè (por decirlo asi) llena ya de ojos, à levaa
tar los ojos humildes al Cielo, à extender puras las
manos , pidiendo los dones prometidos de las gracias,
hasta que de repente se hizo ruido del Cielo, como
de un viento vehemente que venia, de aquel fuego
ciertamente que llegaba, el qual el Señor Jesus en
viaba a la tierra, deseando que fuese encendida con
velocidad. Consta que ellos antes tambien habian re
cibido el Espiritu, es à saber, quando sopló en ellos,
Jehan, a o y dijo: Recibid el Espiritu Santo: pero espiritu cier
tamente de fè , y de inteligencia, no de fervor, con
«J el qual mas bien se iluminaba la razon, que se in
flamaba la voluntad: lo que hacia necesario el dupli
Los Apos cado espiritu. Asi, à los que el Verbo del Padre habia
toles reci enseñado primero disciplina y sabiduria, y habia lle
bieron de nado sus corazones de inteligencia , viniendo despues
diversos el fuego divino, y hallandolos ya vasos limpios, in
modos el fundió en ellos los dones de sus gracias mas abundan
Es piritu
Santo. temente, y les trocò en un amor totalmente espiri
tual, de modo que encendida en ellos la caridad fuer
te como la muerte, no sufria ya que se cerrasen, no
precisamente las puertas, pero ni las bocas por el
miedo de los Judios. A la qual gracia preparándonos
nosotros segun nuestra cortedad, procuremos , Aman
Prepara tisimos, humillarnos en todas las cosas, y evacuar
cion para nuestros corazones de los miserable deleytes, y con
recibir el
Es piritu suelos caducos; y principalmente instando ya el fes
Santo. tivo dia, con mas fervor, y con mas confianza per
severemos unanimemente en la oracion, para que se
digne concedernos su visita , su consolacion , su con
firmacion aquel Espíritu benigno, Espiritu dulce, Es
píritu fuerte, que fortalece lo flaco, allana lo aspe
ro, y purifica los corazones: el qual con el Padre y
el Hijo es una misma cosa, pero no uno mismo; de
modo que confiesa ciertisina, y fidelisimamente que
los tres son una cosa , y que esta una cosa es los
tres, la Catholica Iglesia, adoptada por el Padre,
- dos
EN LA AscENSIoN DEL SEÑo R. 89
desposada por el Hijo , confirmada por el Espiritu
Santo; en los quales asi como hay una sola substan
cia, asi tambien no menos una misma gloria por los
siglos de los siglos. Amen. :

<<<e e-ee e º es esº- º * -e-ºe


EN LA FIESTA DE PENTECOSTES.
y

SERMo N PRIMERO.
Como el Espiritu Santo obra en nosotros tres -
cosas. , -

ir
-I Elebramos, Amantisimos, hoy la solemni
dad del Espiritu Santo, digna de celebrar Excelen
se con todo gozo, y digna de toda devocion. Es una cia de es
cosa dulcisima en Dios el Espíritu Santo, es la be ta fiesta.
riignidad de Dios, y èl mismo es Dios. Por tanto si
celebramos las solemnidades de los Santos, ¿quánto
mas debemos celebrar la de aquel por quien tuvieron
el ser Santos todos los que han sido Santos? Si vene
ramos a los santificados, ¿quánto mas convendrà ve
nerar al Santificador?. Hoy pues es la festividad del
Espiritu Santo, porque siendo invisible apareciò visi
blemente; asi como el Hijo, siendo en si mismo igual
mente invisible, se dignó exhibirse à si mismo ví
sible en la carne. Hoy el Espiritu Santo nos revela
algo de si mismo, asi como antes sabiamos algo del
Padre y del Hijo ; porque el conocimiento perfecto de
a Trinidad es la vida eterna. Mas ahora solo cono * y .

mos por parte; las demàs cosas que de ningun mo


do somos suficientes para comprender, las creemos.
Y del Padre ciertamente hè conocido la creacion del
universo , clamando las criaturas: El mismo nos bizo; Psal.99.3
3 no nos bicimos nosotros. Pues las perfecciones in
- - M vi
9o SERMoN I. De S. BERNARD o Ars AD.
Rom. 1, visibles de Dios por las cosas que estan hechas , se
2O, bacen inteligibles d la criatura del mundo. Pero el
comprender su eternidad , e inmutabilidad, esto es
¿ mucho para mi: , habita una luz inacesible. Del Hi
¿de jo una cosa grande hè conocido por gracia suya, es
Dios. - à saber, su encarnacion. Porque ¿quièn contarà su ge
Isai. 53. neracion? ¿Quièn comprenderà al engendrado igual
8. al que engendra? Ya tambien del Esplritu Santo, si
no la procesion con que del Padre y del Hijo pro
cede (porque aquella ciencia se ha hecho admirable
respeto de mi: es tan alta, que no podrè llegar a ella)
con todo eso hè conocido algo, es à saber, la ins
Pos. Pºr piracion. Porque hay dos cosas: de donde procede;
ce Espi y adonde procede. La procesion que tiene del Padre
delsiones - -

itu St¿ y del Hijo se ocultó èntre las tinieblas; pero la pro
cesion à los hombres hoy comenzò á declararse, y
es manifiesta ya á los fieles.
2 Y primero à la verdad (porque asi convenia)
•º - el , Espiritu Santo invisible con signos visibles decla
raba su venida: ahora sus signos quanto mas espiri
tuales son, tanto mas congruentes, y tanto mas dig
nos parecen del Espíritu Santo. Vino entonces sobre
los Discipulos en lenguas de fuego, para que en las
lenguas de todas las gentes hablasen palabras de fue
go, y predicasen lenguas de fuego una ley que era
de fuego. Ninguno se queje, de que no se haga en
nosotros esta manifestacion del Espíritu Santo en ma
1. Cor. 12 nera alguna : Pues que d cada uno se le dd la ma
7. nifestacion del Espiritu para utilidad. Finalmente,
si es forzoso decirlo, para nosotros se hizo esta ma
Pººººº nifestacion mas bien que para los Apòstoles. Porque
¿ ¿á que eran necesarias en ellos las lenguas de las gen
¿has a —tes, sino para la conversion de las gentes? Hubo en
los Disci ellos tambien otra manifestacion que les pertenecia
pulos mas: y esta igualmente hasta el dia de hoy se ha
es ce, en nosotros. Porque fuè manifiesto que habian
sido vestidos de virtud de lo alto , los que de tanta
- - C0
EN LA FresTA DE PENTEcostes. 9r
cobardia de espiritu vinieron a tener tanta constan
cia. Ya no piensan en huir; ya no piensan en escon onMutaci
de los
derse por miedo de los Judios: mayor es ahora la Apósto
constancia con que predican, que era antes la timi les despu
dez con que se escondian. En fin manifiestamente de es de la
clara la mutacion que hizo la diestra del Excelso el venida de
miedo del Príncipe de los Apòstoles à las palabras el Espiri
tu Sto.
de una criada antes, y despues su fortaleza èntre los
azotes de los Principes. Iban, dice la Escritura, go Aas º s
zosos del concilio, porque fueron tenidos por dignos
de padecer la afrenta por el nombre de }esus : al
qual ciertamente antes, quando era llevado al conci
lio, habian dejado solo, y se habian huido. ¿Quièn
dudarā, que ha venido el Espiritu vehemente , para
ilustrar sus almas con una potencia invisible? A este
modo tambien ahora, lo que el Espiritu Santo obra en
nosotros, dà testimonio de èl.
3 Así, porque todos los preceptos que hemos re 1. Petr. 3.
cibido, se dirigen à que desviandonos de lo malo II º
hagamos lo bueno; mira como el Espiritu ayuda nues
tra flaqueza en lo uno y lo otro; porque aunque hay .
diversidad de gracias, pero el Espíritu es uno mis Ps.33.24.
mo. Por tanto para que nos desviemos de lo malo,
obra en nosotros tres cosas; la compuncion , la ora Tres co
cion , la remision. El principio pues de volver à Dios sas obra
es la penitencia , la qual sin duda obra el Espíritu, eltu Espiri
Sto. en
no el nuestro, sino el de Dios: y esto lo enseña una Il OSOtrOS
razon constante, y lo confirma tambien la autoridad. para que
Porque ¿quièn llegando al fuego lleno de frio, y sien nos apar
do calentado, dudara que vino del fuego el calor, que temos de
no podia tener sin el?. Así, el que antes estaba frio lo male,
en su iniquidad, sí despues se enciende en el fervor
de la penitencia, no dude que ha venido otro espl 1. La pe
ritu que reprende y juzga al suyo. Tienes esto tam nitencia,
ô compú
bien en el Evangelio, quando hablando el Señor del cion,
Espíritu que habian de recibir los que creian en el:
El, dice, arguird al mundo del pecado. Johan. 18
y M2 - ¿Pe 8,
92 SERMoN I. DE S. BERNARDo ABAD.
* 1a ora 4 ¿Pero què sirve hacer penitencia de la culpa,
eion para sino se suplica por el perdon? Es preciso tambien
alcázar el
perdonde que esto lo haga el Espíritu llenando el alma de una
las cul cierta dulzura. de la esperanza, con la qual supliques
pas. confiadamente, no titubeando nada. ¿Quières que te
muestre, que esto tambien es obra del Espíritu Santo?
Ciertamente quando falta èl, no hallaràs en tu espí
ritu cosa semejante. Finalmente, èl es en quien cla
Rom. 8. màmos: Padre Padre: èl es el que pide por los Sun
.16. tos con indecibles gemidos. Y esto à la verdad es
tando en nuestro corazon. Pero ¿què en el corazon del .
3. La re
mision de Padre? Como en nosotros pide por nosotros, asi en
los peca el corazon del Padre condona los delitos con el Pa
dos, dre mismo, siendo nuestro Abogado delante del Pa
dre en nuestros corazones, y nuestro Señor en el co
razon del Padre. Asi pues lo que pedimos, lo dà el
mismo que nos hà dado que pidamos; y asi como nos
alienta con una piadosa confianza, asi inclina á Dios
hàcia nosotros con su piadosa misericordia. Para que
enteramente se pas que el Espiritu Santo obra la re
mision de los pecados, escucha lo que alguna vez oye-.
Johan.2o ron los Apòstoles: Recibid el Espiritu Santo: d quie
a8,
nes perdondreis los pecados, les son perdonados. Asi
--
acerca de desviarte de lo malo.
Tambien , , 5 Mas para hacer lo bueno, ¿què obra, en noso
obra entros el Espíritu bueno? Verdaderamente amonesta,
no sotros mueve, y enseña. Amonesta la memoria, enseña à
t res COSaS

para que
la razon, mueve la voluntad. En estas tres cosas con
hagamos siste toda el alma. Sugiere à la memoria lo bueno en
lo bueno... pensamientos santos, y asi aparta de nosotros la
pereza y la torpeza, Por tanto todas las veces que
a . Excita sintieres en tu corazon esta sugestion de lo bueno, dà
la memo honor à Dios, y haz reverencia al Espíritu Santo, cu
sia.
ya voz suena en tus oidos. Porque el es el que ha
bla la justicia. Y en el Evangelio tienes: Que el os
Johan. 4 bard acordar de todas las cosas, que yo os be dicho.
a 6.
Y advierte lo que habia dicho antes, El as enseña-,
•º - v- º * rd
EN LA FIESTA DE PENTEcosTEs. 93
rd todas las cosas. Pues habia yo dicho, que ense
ña à la razon. Muchos son amonestados para que obren 2. Enseña
bien: pero de ningun modo saben lo que han de ha à la razó.
cer, sino son nuevamente asistidos de la gracia del
Espiritu Santo; y si esta misma no les enseña à po
ner por obra lo mismo que habia inspirado , para que
no sea iufructuosa la gracia de Dios. ¿Mas què? El Jac.4. 17.
que sabe, lo bueno y no lo hace, es culpable, y pe 3. Mueve
ca. Por tanto es forzoso el ser no solamente amones la volun
tado y enseñado, sino tambien ser movido y aficio tad.
nado à lo bueno por aquel Espíritu, que ayuda nues
tra flaqueza, y por quien se difunde en nuestros co
razones la caridad, la qual es la voluntad buena.
6 Así pues, quando viniendo de esta suerte el Es Afectos
piritu posee toda el alma, sugeriendo, instruyendo, del Espi
ritu Sto.
aficionando , hablando siempre en nuestros corazo Cn 1OSO
nes, para que oigamos lo que en nosotros hàble el tIOS.
Señor Dios, iluminando la razon , inflamando la vo
luntad; ¿no te pareee que han llenado toda la casa
las lenguas que se partian, como de fuego? Porque
en estas tres potencias dijimos arriba que consistia el
ser del alma. Sean pues partidas las lenguas por cau
sa de los pensamientos diversos; pero esta diversi
dad de ellos sea como fuego, siendo en todos una mis a -
.3 , º
ma la luz de la verdad, y el fervor de la caridad.
O ciertamente , , el llenarse la casa, reserv ese mas 3
bien para el fin, quando daràn en nuestros senos una
medida buena, llena, remecida, y que rebòse. ¿Pero
quàndo serà esto? A la verdad quando se hayan cum
plido los dias de Pentecostes. Felices vosotros que ya
habeis entrado en la Quinquagesima del repóso, y o
en el año del Jubileo. Häblo à nuestros Hermanos,
à quienes ya dijo el Espiritu, que descansen de sus
trabajos: pues que tambien hallamos esto entre sus
obras. Dos tiempos celebramos, Hermanos ; uno el
de Quaresma; otro, el de Quinquagesima: aquel an
tes de la, Pasion; este despues de la Resurre
a que
94 SERMoN I. Ds S. BsRNARDo ABAD.
aquel en compuncion del corazon, y en los lamen
tos de penitencia, este en devocion del Espíritu, y
en la Aleluya solemne. El primer tiempo ciertamen
te es la vida presente; el posterior significa el des
canso de los Santos, el qual es despues de la muer
te. Quando llegàre el fin de esta Quinquagésima, se
rà la plenitud del Espíritu, y llenarà toda la casa.
Estará llena toda la tierra de su Magestad, quando
no solamente el alma, sino el mismo cuerpo resuci
tarà espiritual; pero con tal que mientras dura es
te tiempo, sea sembrado como animal, segun el aviso
del Apòstol.

e» e«» «»e e»e» º «»se» e»e»«» º «» e «e»).


EN LA FIESTA DE PENTECOSTES.

SERMONSEGUNDO.
De las obras de la Trinidad sðbre nosotros , y de
la gracia triplicada del Espiritu Santo.
I OY, Amantisimos, destilaron los Cielos à
Ps.67.1o. la presencia del Dios de Sina, à la pre
sencia del Dios de Israel, y se repartió una lluvia
voluntaria a la heredad de Christo. Porque el Espi
TItUl Santo , que procede del Padre, por una benefi
ca dignacion de su Magestad vino sobre los Após
toles, y les franqueó los dones preciosos de sus gra
cias. Despues de la magnificencia de la Resurrec
cion del Señor, despues de la gloria de su Ascen- º
sion, despues de la sublimidad con que esta sentado
a la diestra de Dios, ya no restaba , sino que vinie
se la esperada alegria de los justos, y los hombres º
celestiales fuesen llenados de celestiales dones. Pero o
mira, si con el mismo peso de sentencias, y el ór-º-
den
EN LA FresTA DE PENTE cost es.
den mismo de palabras no predijo todo esto mucho
antes Isaias. Estard , dice, en aquel dia el pimpollo
del Señor en magnificencia y gloria, y serd el fru
to de la tierra sublimado, y serd la alegria para
los que fueron salvados de Israel. Pimpollo del Se
ñor es Jesu Christo, solo èl concebido de sangre
purísima: porque aunque en la semejanza de la car
ne de pecado, pero no en la carne de pecado: y
aunque hijo de la carne de Adan, pero no hijo de
-la prevaricacion de Adan : pues que no fuè por na
- turaleza hijo de ira , como todos los demàs, los qua
les en iniquidades fueron concebidos. Este Pimpollo
pues , que brotó de la vara de Jesè con virginal
verdor , estuvo en magnificencia, habiendo resucitado
de èntre los muertos: porque entonces, Señor Dios, Psal. 1 o 3.
fuisteis magnificado en gran manera, vistiendo la con Iº

fesion y hermosura, cubierto de la luz como de un


vestido. ¿Quánta fuè la gloria de vuestra Ascension,
quando en medio de los Angeles, y de las almas
-Santas llegästeis hasta el Padre, y entrando en los
Cielos con triunfante palma, encerrasteis el hombre
que habiais tomado en la misma identidad de la Di
vinidad? ¿Quièn, no digo, hablará, sino quièn po
drà pensar, quan sublime estè el fruto de la tierra
en el asiento à la diestra del Padre; lo qual sin du
da reverbera los ojos de las naturalezas celestiales;
y la vista angélica lo estremece, no lo alcanza? Ven
ga pues la alegria , Señor, para los que fueron sal
vados de Israel, para vuestros Apòstoles, que esco
gisteis antes de la creacion del mundo. Venga vues
tro Espíritu bueno, que lave las manchas, è infun
da las virtudes, en espiritu de juicio, y espíritu de
ardor. -

2 Ea pues, Hermanos, meditemos las obras de


la Trinidad sóbre nosotros, y para nosotros desde el
principio del mundo hasta el fin , y veamos quan
solicita estuvo aquella Magestad, à quien incumbe
a - la
96 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD.
la disposicion y govierno de los siglos, de no per
La bon
dernos para siempre. Poderosamente a la verdad ha
dad de Di bia fabricado todas las cosas, y sabiamente las go
os resplā bernaba todas, y tanto de su potencia, como de su
dece enla sabiduría habia signos evidentisimos en la creacion
reparació
del hom
y conservacion de la machina del mundo. Habia sin
bre.
duda bondad en Dios, y bondad mucha sobre ma
mera pero estaba escondida en el corazon del Pa
dre: para ser difundida largamente alguna vez sobre
el linage de los hijos de Adan en el tiempo opor
Jerem. 29 tuno. Sin embargo, decia el Señor: ro medito pen
II e samientos de paz: para enviarnos aquel Señor que
es nuestra paz: que de dos pueblos hizo uno solo;
a fin de dar una paz sóbre toda paz; paz a los que
estan lejos, y paz a los que estan cerca. Al Verbo
de Dios pues colocado en las alturas le convido a
9º bajase á nosotros la benignidad propia, la mise
ricordia le trajo, la verdad por lo que habia pro
metido venir, le compelió, la pureza del vientre
Virginal, salva la integridad de la Virgen, le conci
bio, la potencia le sacó, la obediencia en todas las
ººsas le acompañò , la paciencia le armó, la cari
dad en las palabras y milagros le manifestó. .
3 Por cierto se presenta ahora à mi considera
cºn una materia amplisima de los males mios, y de
los bienes de mi Señor, para que reflexionando mis
ººminos , convierta yo mis pies a sus preceptos. Ine
fables son estos bienes, porque (para comprenderlos
todos en brebes palabras) nada pudo encontrar mejor
la Sabiduria de Dios para redimirnos en toda su sa
biduria. Pero tambien nos habían rodeado males que
Ps. 24. 1. ho tenian número: porque he pecado (habla un justo)
ºdóre el numero de la arena del mar: y : por vues
ºrº nombre, Señor, os aplacaréis sobre mi pecado,
Pº”7ue es muy grande. Fuè echada la enroscada cu
lebra por el diablo para que transfundiese el veneno
Pºr la oreja de la muger en su alma, y de este mo
do
EN LA FIESTA DE PENTEcosTEs. 97
do se refundiese en el origen de toda su posteridad:. s -º *
pero fuè enviado el Angel Gabriel por Dios para
• .
que eructäse el Verbo del Padre por el oido de la
Virgen à su vientre y à su corazon, y asi por el mis
mo camino por el que habia entrado el veneno, en
träse el antidoto. Verdaderamente vimos su gloria,
- ul.
gloria como del Unigenito del Padre.; porque todo es
paternal quanto mos trajo Christo del corazon del Pa
dre, para que nada sospeche la timidez del linage
humano en Christo que no sea dulce , que no sea de
un afecto Paternal. Desde la planta del pie hasta la
cabeza no habia sanidad en nosotros. Habiamos erra
do desde el vientre, siendo condenados en el vientre
mismo antés que nacidos, porque de pecado, y eu
pecado estabamos concebidos. .

4 Christo pues alli aplicó en primer lugar la me


dicina, donde estaba abierta la primera llaga ; y des La con
cendiendo substancialmente al vientre de la Virgen, cepció de
fue concebido del Espíritu Santo, para limpiar nues Christo
tra concepcion, la qual aunque no la habia hecho el ¿
la, nues
espíritu malo, pero la habia inficionado; no siendo de tra. . . . .
esta suerte su vida ociosa aun en el vientre mismo,
quando por nueve meses purifica la llaga antigua, exa
minando, y apurando, como se dice, hasta la tayz la
materia ponzoñosa, para que se siguiese una sanidad
sempiterna. Ya entonces obraba la salud en medio de
la tierra, à saber en el vientre de la Virgen Maria, Maria es
quien con admirable propiedad se llama el medio de el medio
la tiemra. Pues que.à ella como al medio, o como à la de la tier
13 ,
arca de Dios, como a la causa de las cosas, como à
la Lobra grande de los siglos, están mirando los que
habitan en el Cielo, y los que habitan en el infierno,
los que nos precedieron, y nosotros que somos ahora,
los que se seguiràn à nosotros, los nacidos de los na
cidos, y los que nacerán de . estos mismos. Lºs que
estàn en el Cielo, para ser restaurados; los que es
tán en el infierno, para ser librados;
N
lo que pr
- 162
p8 SERMoN l. pu S. BERN AR po ARAn.
dieron, para que se hallen fieles los Prophetas; los
Luc. 1. que se siguen para ser glorificado s. Por esto te lla
48. marán bienaventurada todas las naciones , Madre de
Dios, Señora del mundo, Reyna del Cielo ; todas las
naciones, vuelvo á decir. Porque hay generaciones
del Cielo, y de la tierra. El Padre de los Espiritus,
Eph.3.15
dice el Apòstol, por quien se nombra toda paternidad
en el Cielo, y en la tierra. Por tanto te llamarān
bienaventurada todas las naciones à ti, que engen
draste la vida, y la gloria para todas las naciones.
En ti hallan los Angeles la alegria, los justos la gra
cia, los pecadores perdon para siempre. Con razon
ponen en ti sus ojos todas las criaturas, porque en ti,
y por ti, y de ti la benigna mano del Omnipotente
rehizo todo lo que habia criado.
º
5. ¿Os agradarà , Señor Jesus, darme vuestra vida
asi como me disteis vuestra concepcion; pues no solo
La vida mi concepcion es intnunda , sino la muerte perversa,
de Chris
to instru la vida peligrosa, y despues de la muerte resta una
ye la mu muerte mas grave , que es la muerte segunda ? No
CStas. solo, dice, mi concepcion sino tambien mi vida, y
esto por todos los grados de las edades, de la infan
cia, de la niñez, de la adolescencia, y de la juventud,
te darè ; añadiendo además mi muerte, mi resurrec
cion , mi ascension, la venida tambien del Espíritu
Santo. Y esto para el fin de que mi concepcion pu
rifique la tuya; mi vida instruya la tuya, mi muer
te destruya la tuya, mi resurreccion preceda à la tu
ya, mi ascension prepare la tuya, y el Espiritu ayu
de la flaqueza tuya. De esta suerte verás llanamente
el camino por donde debes ir, la cautela con que de
bes ir, y à que mansion debes ir. En mi vida cono
ceràs la tuya para que asi como yo guardè las sendas
rectisimas de la pobreza y obediencia , de la humil
dad y de la paciencia, de la caridad y misericordia,
asi tambien tu vayas por las huellas mismas no de
clinando à la diestra, ni à la siniestra. Mas en mi muer
- -- - - te
EN LA FrE sTA DE PENTEcosTEs.” 99.
te te darè mi justicia, rompiendo el yugo de tu cau La muer
te de Ch
tiverio, y combatiendo los enemigos que estàn en el risto ven
camino, ô junto al camino, para que ya jamàs inten C62 nueS«
ten hacerte daño. Cumplidas estas cosas volverème à trOS ene
la casa de donde sali, y restituirè mi rostro à aque migos.
llas ovejas que habian quedado en los montes, y que
habia por ti dejado, no precisamente para hacer que
volvieses, sino para traerte en mis hombros yo mismo.
6 Y para que de mi ausencia no te quejes ô te
contristes, enviaré al Espíritu Consolador, que te dè Tres do
nes del
la prenda de la salud, la robustez de la vida, la luz Es piritu”
de la ciencia. La prenda de la salud , para que el mis Santo.
mo Espiritu dè testimonio à tu espiritu que eres hi
jo de Dios; el qual imprima, y muestre en tu cora
zon señales ciertísimas (a) de tu predestinacion: que 1.La pré.
dè en tu corazon tambien la alegria, y del rocio del da de nu
eStra S3
Cielo, sino continuamente, pero muchísimas veces lud.
encràse tu alma. La robustez de la vida, para que
lo que por la naturaleza es imposible para ti, se ha 2. Las fu
ga por su gracia no solo posible, sino facil; de suer erzas de
te que en los trabajos, en las vigilias, en la ham la vida.
bre y en la sed, y en todas estas observancias (pues -

si estas cosas no se endulzan con esta harina, total


mente aparece la muerte en la olla) camines deley
tablemente, como en todas las riquezas. La luz de la 3. La luz
de la cié
ciencia, para que quando todas las cosas las hayas cia.
executado bien , te reputes un inútil siervo, y todo
el bien que halles en ti, lo atribuyas à aquel Señor
N2 de

(a) Llama ciertisimas señales en el mismo sentido en que lo


dice Serm. 2. en la Octava de la Pascua, en donde con toda ex
presion dice que en esta materia se nos niega enteramente la cer
tidumbre. Vease en el Sermon 1. en la Septuagesima num. 1. y en
otras mas partes; de modo que no solo es doctrina del Santo, sino
axioma y sentencia de las que mas inculcó, que debemos vivir
siempre con solicitud y temor, asi de nuestro estado presente, co
mo de lo que nos puede suceder.
-
IOO SERMoN II. DE S. BERNAR Do ABAD.
de quien es todo lo bueno , y sin el qual no solo un
poco, pero ni absolutamente nada puedes comenzar,
por no decir perfeccionar. Asi este Espíritu en estas,
tres cosas te las enseñarà todas , pero todas las que,
a pertenezcan à tu salud, porque en ellas està la plena
y absoluta perfeccion. . . . . ... . -

Esto es lo que por el Propheta dice el mismo


Oseae, ro Espíritu: Sembrad para vosotros en la justicia , en lo,
2. qual se muestra la prenda de la salud: Caged la espe
ranza de la vida, en lo que se significa su. robustez:
, Encended para vasotros la luz de la ciencia ; la qual
Porque el se explica
¿ li labras. Por lo que este Es
con propias palao
- -

só a píritu apareció sobre los Apóstoles en fuego, por la


reció é el luz, y el ardor juntamente; pues à los que él llena
fuego, hace hervir en el espiritu, y conocer segun la ver
- dad, porque solo es la misericordia la que los pre
viene, y la que los lleva al fin, Mucho de esta mi
sericordia habia participado el Propheta del Señor,
Ps 38 que decia: Su misericordia me prevendrá: y: delan
¿? te de mis ojos esta vuestra misericordia: y : vuestra
p¿ misericordia me seguird todos las dias de mi vida;
4. y el que me corona en misericordia y piedades : y:
Ps. 58. 18 Dios mio, misericordia mia. Quàn dulcemente, Se-.
ñor Jesus, tratästeis con los hombres! ¡Quàn abun
dantemente disteis à los hombres muchos y grandes:
- bienes! ¡Quàn valerosamente padecisteis cosas tan in
" º dignas, y què cosas tan àsperas, sufristeis de suerte,
que se puede ya chupar miel, de la piedra, y aceyteo
del peñasco durísimo: duro à las palabras, mas duro
à los azotes, durisimo á los horrores de la cruz; por
que en todas estas cosas como un cordero delante de
quien le esquila , enmudeció, y no abrió su boca.
Ves pues quanta verdad pronunciò aquel que dijo: El
Ps.39, 18 Señor está solicito de mi. El Padre por redímir al
Siervo, no perdona al Hijo: el Hijo se entrega èl
mismo gustosisimamente: uno y otro envian al Espí
ritu Santo: y el mismo Espiritu pide por nosotros con
inefables gemidos. O
EN LA FIESTA DE PENTE cosTE s. IOI.

3 O duros, y endurecidos, y rebeldes hijos de


Adan, á quienes no ablanda tanta benignidad, tan
ta llama, ardor tan grande de amor, amante tan fino,
que porcunas viles cargas expende mercaderias tan
preciosas. Pues no con el oro y plata que se corrom
pen nos redimiò, sinó con su preciosa sangre que der
ramò abundanternente: porque por cinco partes co- endureci.
piosamente manaron los raudales de sangre del cuer- dos, y a
po de Jesus. ¿Què mas debia hacer, y no lo hizo ººººººº
Dió vista á los ciegos, encaminó a los errados, re- ¿
concilió los reos, justificó los impios dexandose ver a ¿
-

sobre la tierra treintao y tres años, tratando con los neficios


hombres, muriendo por los hombres, siendo aquel de Dios.
Dios que dijo, y fueron hechos los Cherubines, los
Seraphines, y todas las virtudes angèlicas, vaquel,
- Señor que tiene en su mano hacer todo quanto quie-p
re. ¿Què busca de tí el que con tanta solicitud te bus
cò, sino que andes solícito con tu Dios? Esta solici.
tud nadie la dá. sino el Espiritu Santo, que escudriña,
lo profundo de muestros pechos, que discierne los
pensamientos è intenciones de nuestro corazon, que mil
una pequeña paja permite tenga, lugar en la habitae)
cion del carazon que posee , sino que al punto la con-s
sume con el fuego de una sutilisima circunspeccion; s
Espíritu suave y dulce, el qual incline nuestra volun- , , , ,
tad, mas bien, la erija, y la diríja á la suya, para o
que podamos entenderla verdaderamente, amarla fer-, o ce
vorosamente, y cumplirla eficazmente. . . . . . . .
-, et . . . .. . .
- s -º * - . . . - -

º º *** sº, º , , , , , , ,, , , ,
*** - º ** º * , , , , ,
* . *** , ºsº, . . . . . . . .
, º aº , , - - -
- •

º - - s. o
TO2.

EN LA FIESTA DE PENTEcosTEs.

SERMONTERCERO.
º, º

.
De las varias operaciones del Espiritu Santo en
10.5Otro 3's

ON quanto gusto os comunico, si hallo que


por la dignacion divina se me inspira al
guna cosa, sabelo el mismo Espiritu, cuya solemni
dad , y solemnidad principal celebramos hoy, ojalà
que con devocion principal tambien. Este mismo es,
Amantisimos, el que hace que esteis sentados no so
lo en la Ciudad, sino en una casa tambien, para sen
tarse èl sobre los que estàn sentados, y reposar só
bre los humildes, y que se estremecen a sus palabras.
Este mismo es quien hizo sombra à la Virgen, y con
fortô à los Apòstoles, para templar la llegada de la
deidad al cuerpo virginal, y para vestir á los Apòs
toles de la virtud de lo alto, a saber, de una fervo
Obrasdel rosisima caridad. Esta loriga se vistió el Apostolico
Es piritu coro, como se la viste un gigante para hacer ven
Santo, ganza en las naciones, castigos en los pueblos, pa
ra atar à sus Reyes en grillos, y á sus nobles en es
Psal. 149 posas de hierro. Porque, como eran enviados à la ca
7.
sa del fuerte para atarle, y saquear todas sus alha
jas, tenian necesidad de mayor fortaleza. De otra
suerte, ¿quàn sôbre sus fuerzas era, haber de triun
far de la muerte, y que ni las puertas mismas del in
fierno prevaleciesen contra ellos, si en ellos mismos
no estuviera vigorosa para conseguir la victoria, la
caridad fuerte como la muerte, y el zelo duro como
el infierno? Este zelo habian embebido en si mismos,
, , quan
EN LA Frrsra DE PENTEcostes. o3
quando eran reputados por embriagados con vino. Y Aéº.2, 13
verdaderamente embriagados de vino, pero no de
aquel de que les creian embriagados los incredulos.
Vino mis
Verdaderamente, repito, embriagados , pero del vino tico.
nuevo, que los odres antiguos ni merecian recibir, ni
podian guardar. Este era el vino que aquella verda
dera Vid habia derramado desde las alturas; vino que
alegra el corazon, pero no subvierte el estado de la
razon: vino que brota Virgines, pero no hace apos
tatar aun à los sabios. Vino nuevo, pero para los que
habitan sobre la tierra. Porque en los Cielos ya antes
abundaba copiosamente, no en odres, ni en vasos de
barro, sino en la despensa del vino, en bodegas es
pirituales. Corria por todas las calles y plazas de aque
lla Ciudad el vino, en el qual està la alegria del co
razon, no la luxuria de la carne : los nacidos en la tier.
ra, y los hijos de los hombres no tenian este vino.
2 Asi pues el Cielo á la verdad gozaba de vino
propio, el qual ignoraba la tierra , pero ni esta mis
ma tierra enteramente estaba pobre ; gloriàbase de Comer
tener la carne de Christo , de cuya presencia no me cio de l
nos tenia sed el Cielo. ¿Què mucho que asi se hicie Cielo, y
ra un segurisimo y gustosisimo comeroio èntre el la tierra
Cielo y la tierra, èntre los Angeles, y los Apòstoles, en el dia
de Pente.
para que se les presentàse à aquellos la carne de Chris costes.
to, à estos el vino del Cielo. y estuviese en la tierra
el Espiritu, la carne en los Cielos, y en lo adelante
todas las cosas fuesen comunes à todos eternamente?
Si ya no me fuere, dice, el Consolador no vendrd d Johan 16.
vosotros. Que es decir: siho me dais lo que amais, 7.
-

no tendreis lo que deseais. A vosotros puesos con


viene que yo me vaya, para trasladaros tambien á
vosotros de la tierra al Cielo, de la carne al Espíri
tu. Es el Hijo Espiritu, es el Padre Espiritu, es Es
piritu el Espiritu Santo. Finalmente espiritu delante de
nuestro rostro es, Christo Señor. Tambien el Padre,
porque es espíritu, busca tales adoradores que le ado
ren
1 o4 SERMoN III. DE SBERNARDo AEAp.
ren en espiritu y verdad. Con todo eso el Espiritu San
to como con especialidad se llanna Espiritu, porque de
uno y de otro procede este firmisimo è indisoluble vin
-
culo de la Trinidad: se llama Santo como con pro
piedad, porque es don del Padre y del Hijo, que san.
tifica toda criatura; aunque el Padre tambien sea Es.
píritu, y Santo: y el Hijo sea igualmente Espíritu, y
Rom. 1 1. Santo, tambien: De quien son todas slas cosas , por
36. quien son todas las cosas, en quien son todas las
cosas, dice el Apòstol. • - -

3 Tres cosas debemos meditar en esta obra gran


de del mundo; «á saber, què es, de què modo es, y
para què estaohecho. Y ciertamente en el ser de las
cosas resplandege una inestimable potencia, al ver que
tantas y tan grandes con variedad tanta, y tanta mag
nificencia fueron criadas. En el modo mismo brilla una
sabiduría singular, al ver que unas estàn colocadas
abajo, otras arriba, otras en el medio, y todas con
Ha mejor orden y disposicion. Mas si meditas el fin
- 13 r. Y para que fueron criadas, se presentará á tus ojos tan
3 , util benignidad, tan benigna utilidad , que aun à los
re
mas ingratos les oprimirà con la multitud , y gran
deza de beneficíos. Poderosisimamente fueron cria
..- 3
ºr.2 ºb das todas de la nada, sapientisimamente fueron cria
Quienes
das hermosas, y benignisirnamente utiles. Sin em
son los bargo, sabernos que desde el principio hubo, y hay
carnales. todavia muchos en los hijos de los hombres, que su
mergidos con toda sensualidad en los inferiores bie
* - , . .
. nes de este mundo sensible, se entregaron totalmen
te à tas, cosas criadas, despreciando el cónsiderar de
Los Phi queo modo, ô para que fueron hechas: ¿qué llamare
losophos, mos a estos sino carnales? Pienso que ya hay poqui
curiosos, simos , pero hubo otros segun leemos; cuyo sumo
y vanos.
estudio y unica solicitud fue investigar el modo y or
den de las cosas criadas , de tal suerte, que muchos
no solamente dejaron de buscar la utilidad de las co
sas, sino que las despreciaron todas magnanimamen
te,
EN LA FIESTA DE PENTEcosTEs. 1o5.
te, contentos con un cortisimo, y vilisimo alimento:
ellos mismos ciertamente se llaman Philosophos, pe
ro mejor los llamarèmos nosotros curiosos y vanos.
4 . A unos y a otros pues, se siguieron varones El verda
dero sa
mas prudentes que los unos y los otros; que no po bio mira
niendo su atencion en las cosas criadas, ni en el mo
elfin prin
do con que fueron hechas, dirigieron la vista de su cipalmen
entendimiento à examinar el fin para que fueron he te porque
chas. Ni se les ocultó , que Dios hizo todas las cosas fueró cria
das lasco.
por si mismo : y todas por los suyos. Mas de un mo SAS,
do por si , y de otro modo por los suyos. En decir
se : Todas las cosas por si mismo, se significa el ori Prov. 16.
gen que las previno: mas en decirse: Todas por los 4e
suyos , se explica mas el fruto y utilidad que se si
gue de ellas. Todas las cosas hizo por èl mismo, es
à saber, por una bondad gratuita: todas por sus es
cogidos, es decir para utilidad de ellos; de modo que
Quienes
aquella es la "causa eficiente, y èsta el fin. Estos son sonlos es
los hombres espirituales, que de tal suerte usan del pirituales
mundo, como sino usāran de èl, sino que buscando
en la sencillez de su corazon à Dios, no ponen mu
cho cuidado en saber como se dirige esta maquina
del universo : los primeros estàn llenos de deleyte,
los segundos de la vanidad, los terceros de la ver
dad. - -

5 Gôzome de que vosotros sois de esta escuela,


de la escuela sin duda del Espiritu, en la que apren
dais la vondad, la disciplina, y la ciencia , y podais
decir con el Santo: Sobre todos los que me enseñan Psal. I 18.
he entendido. ¿Por què? pregunto. ¿Es acaso porque. 99.
me vestl de púrpura, y de precioso lino, y porque
disfrutè abundantemente banquetes delicados? ¿Es aca
so porque entendí las sutilezas de Platon , los capcio
sos discursos de Aristoteles, ó trabajè en entender
los ? De ningun modo, repito; sino porque busque los
preceptos vuestros. Feliz el que mora en este tàla
mo del Espíritu Santo, Par, que pueda entender aquel
Ll
oó SeRMoN II. pE S. BERNAR Do ABAD.
Espíritu triplicado espiritu; del qual el mismo niño del Señor
triplica que entendia sôbre los ancianos, clamaba y cantaba:
do.
No me echeis de vuestra presencia, y no quiteis de
Ps;o. s mi vuestro Espiritu Santo. Criad en mi ô Dios, un
corazon limpio, y renovad en mis entrañas un espi
ritu rebio. Dadme la alegria de vuestra salud, y
confirmadme con el Espiritu principal. Mira aqui
designado el Espiritu Santo con su propio nombre.
Pide èl pues, que no sea echado de su presencia,
como una cosa inmunda: porque este Espíritu abor
rece las inmundicias, ni puede habitar en un cuerpo
sugeto à los pecados. “Porque de quien es propio re
peler los pecados, es tambien propio el aborrecerlos:
ni moraràn juntamente en un domicilio tanta limpie
za, e inmundicia tanta. Habiendo pues recibido el
Espíritu Santo por la santidad, sin la qual ninguno
verà à Dios, ya se atreve uno à presentarse delante
de su rostro, como lavado y limpio: pues que ya se
contiene de todo lo malo, y refrena sino los pensa
mientos, las acciones.
Sap. 1.3. 6 Mas porque los inmundos y perversos pensa
mientos separan de Dios, debemos orar que sea cria
do en nosotros un corazon limpio: lo qual sin duda
sucederà, si fuere renovado un espiritu recto en nues
tras entrañas. Este espiritu recto de que habla, pue
de entenderse sin inconveniente el Hijo ; que desnu
dàndonos del hombre viejo, nos viste el nuevo; que
nos renovó en el interior de nuestra alma, como
poniendo un espiritu nuevo y recto en nuestras en
. trañas: para que pensemos las cosas que son rectas,
para que andemos en la novedad del Espíritu, no en
la vejez de la letra, Trajo del Cielo la forma de la
rectitud , y la dejó en la tierra: mezclando y po
niendo dulzura en la reétitud , en todas sus obras , co
mo de èl habia predicho el mismo Propheta: Dulce
Psal. 24.8
y retio es el Señor por esto dard su ley d los que,
delinquen en el camino, Castigado el cuerpo por la
Sa Il
- EN LA FrEsTA DE PENTEcos res. 1o.7
santidad de las obras, y purificado el corazon, o mas
bien renovado por la rectitud de pensamientos , te dan
la alegria saludable, para que ya andes en la luz del
rostro del Señor, y te regocijes todo el dia en el nom
bre de èl. * - - º * -

7 ¿Què resta pues sino que seas confirmado con


el Espiritu principal? Entiende al Padre por el Es
piritu principal: no porque èl sea mayor, sino porque
èl solo no procede de otro , procediendo de èl el Hi
jo, y el Espíritu Santo del uno, y del otro. ¿Mas en
què consiste esta confirmacion sino en la caridad? ¿O
qué otro don se halla tan digno del Padre? ¿Què
otro don es tan paternal? ¿Quién nos separard, dice Rom, 8.
el Apòstol , de la caridad de Christo? ¿Acaso la tri 35 •
bulacion, acaso la angustia, acaso, el hambre, aca
so la desnudez, acaso el peligro, acasa la persecu
cion , acaso la espada? Estad ciertos de que ni, la
muerte, ni la vida, ni todas las demàs cosas , que
tan larga como animosamente cuenta el Apòstol , po
dràn separarnos de la caridad de Dios, que está en
Christo Jesus. ¿Por ventura esta sentencia, en todas
sus partes no està demostrando la confirmacion? ¿Sa
bes poseer tu vaso en santidad y honor, y no en la
pasion del deseo? Recibiste el Espiritu Santo. ¿De
seas, todo lo que tu quieres que los demàs hagan con
tigo, hacerlo con los demàs, y no hacer con ellos,
lo que no quisieras que ellos hiciesen contigo Reci
biste el Espiritu recto para con el prógimo. Pues es: Indicios
ta es la rectitud, que recomienda una y otra ley; asi de que el
la que està impresa en la naturaleza misma, como la Es piritu
Santo ha
que se nos hà dado por la Escritura. Ya, si en uno y bita é no
otro bien de estos , y en todo lo que pertenece à ellos, SOtIOS,
perseveras, firmemente, recibiste el Espiritu princi
pal, el qual aprueba Dios solamente. De otra suerte,
las cosas que ahora son, ahora no son , no las acep
ta aquel que verdaderamente es, ni puede compla
cerse en estas cosas tan inconstantes y caducas la eter
O 2 ni
ro8 SERMIon III. De S. BERNARDo ABAD.
nidad. Asi pues, si deseas que Dios escoja en ti ha
bitacion , y te elija por casa suya, ten cuidado de
mostrar en tus obras respecto de ti el Espíritu San
to, respecto del prôgimo el Espiritu recto, respecto
del verdadero príncipe y padre de los Espíritus, el
Espíritu principal. -

El Espiri - 8 Verdaderamente es Espiritu de muchos modos


tu Santo el que tan diversamente se inspira á los hombres,
se dà àlos que no hay quien se esconda de su calor. Pues se
hóbres de les dà para el uso, para el milagro , para la salud,
m uchos
mnodos.
para el auxilio , para el consuelo , para el fervor.
Para el uso de la vida, dando a los buenos y à los
malos, á los dignos, y à los indignos , los bienes co
munes abundantisimamente, de modo que parece no
guardar los limites de la discrecion. Ingrato es el
que no reconoce el Espíritu en estos beneficios. Se
dà para el milagro, en signos y prodigios, en varios
portentos que obra por mano de algunos. El es quien
suscita los antiguos milagros, para confirmar con los
presentes la fè de los pasados. Mas porque dà à al
gunos èsta gracia, aun sin utilidad propia, en tercer
lugar se infunde para la salud, quando en todo nues.
tro corazon nos volvemos al Señor Dios nuestro. Dà
se para auxilio, quando en todos los combates ayu
da nuestra flaqueza. Quando dà testimonio à nuestro
espiritu de que somos hijos de Dios, esta inspiracion
es para nuestro consuelo. Se da tambien para el fer
vor, quando soplando con mas vehemencia en los
corazones de los perfectos enciende el poderoso fue
go de la caridad: para que no solo se glorien en la
esperanza de hijos de Dios, sino tambien en las tri
bulaciones, reputando gloria la afrenta, gozo el opro
brio, exaltacion el desprecio. A todos nosotros, sino
me engaño, se dió el Espiritu para la salud , pero
no asi para el forvor. Pues son pocos los que se lle.
nan de este Espiritu, pocos los que anhelan à èl. Es
tamos contentos con nuestra estrechez, y no inten
* - , , - a
EN LA FrESTA DE PENTEcosTRs. 1 o9
tamos respirar en esta libertad, ni aun aspirar siquie
ra à ella. Oremos , Hermanos, que se cumplan en
nosotros los dias de Pentecostes, dias de perdon, dias
de gozo, dias de un verdaderisimo jubilèo: y que
nos halle siempre el Espiritu Santo a todos por la pre
sencia corporal, igualmente que por la union de co
razones, y por la estabilidad que prometimos, en un
mismo lugar: en alabanza y gloria del Esposo de la
Iglesia Jesu. Christo Señor nuestro, que es sobre todas
cosas Dios bendito por los siglos. Amen.

ree º e-s-es-eoe º e-ºe-ºxº


EN EL DOMINGO QUARTO
DESPUES DE PENTEcosTES.
De David, y de Goliat, y de las cinco piedras.

SERMo N.
, Aunque este Sermon se halla éntre los de Nicolas
, Claravalense, pero no en pocos códices, ni de in
, ferior nota, se halla como propio de San Bernar
,, do: igualmente se atribuye al Santo en las flores
,, tomadas de èl por Willelmo Monge Tornacense,
, obra que tiene de antiguedad mas de quatro
- -. , , cientos años.

1 Imos en el libro de los Reyes, que Goliat


4. hombre de agigantada estatura, presu
miendo en la fortaleza y magnitud de su cuerpo, vo
ceaba contra los esquadrones de Israel, y les provo
caba à un combate particular: oimos tambien que
suscitó Dios el espíritu de un jóven, para que sin
tiese vivamente que un hombre espurio é incircun
Cl =
IO SERMoN DE S. Bº RNARDo ABAD.
ciso injuriase al exèrcito de Israel y de Dios su mo.
Miramos salir al jóven con honda y piedra contra .
un hombre de una magnitud monstruosa vestido de
cota de malla, protegido del escudo y morrion, y
terrible en las demàs militares armas. Si habia en
nosotros algunas entrañas de piedad, no pudimos de
jar de temer al jóven, que de este modo entraba en
el combate, ni pudimos menos de tomar parte des
pues en el gozo de su victoria. Alabamos la mag
manimidad suya, pues comia su alma el zelo de la
casa de Dios, y no juzgaba agenos los oprobrios
de los que injuriaban al Señor; sino que los sentia
como injuria propia, y se dolia sobre la afliccion
de Joseph. Admiramos que un niño tuviese tanta
confianza, quanta no se encontraba en todo Israel.
Recibimos finalmente la victoria como dada del Cie
lo, y conseguida manifiestamente con la virtud divi
na, tan gozosos como cuidadosos habiamos mirado
el combate de un niño armado con la fe, y de un
gigante desvanecido con su própio valor.
2 . Ya, si no, ignoramos que la ley, segun el tes
Rom. 7. timonio del Apòstol , es espíritual; y que està escri
a 4» ta no precisamente para deleytarnos con el aspecto
exterior de la superficie, sino para saciarnos con el
gusto del interior sentido, como con la medula del
trigo: debemos considerar quien parezca ser este Go
liat, que altivo è inflamado del espíritu de su carne,
Goliat fi
presume èl solo desafiar è injuriar al pueblo de Dios,
gura dela que ya habia entrado en la tierra prometida, y habia
soberbia. triunfado de muchos enemigos. "¿ pues, que no
impropiamente se designa el vicio de la soberbia en
este hombre soberbio. Porque este es aquel pecado
màximo , que mas insulta al pueblo de Dios, y aco
mete especialmente contra aquellos que parece ven
cieron los demàs pecados. De ahi es, que provoca
à un particular combate, como contando todos los
demás por vencidos. Porque, los Philisteos en aquel
t162Il
EN EL DoMINGo IV. DespUEs DE PENTEcosTrsa 1 I r
tiempo recelaban enteramente entrar en batalla con .
tra Israel; pero toda su confianza pendia de Goliat
hombre de una enorme magnitud. ¿Por dónde pues
tentarà la soberbia à un alma, à quien yà subyugó
la envidia, o esta tibieza que suele provocar a Dios Apoc. 3.
à vómito, ó la pereza, que hace que sea el hombre 16.

apedreado con el estièrcol de los bueyes? ¿Por dón Eccl. 12.


de, repito , le entrarà la soberbia, por dónde la al 3e

tivez de sus ojos , à quien los demás vicios de tal


suerte dominan, que piensa que todos los demàs son
jueces de su perversa conciencia ? ¿Quièn finalmente David se
interpre
sino el fuerte de manos que ha sugetado ya los de ta fuerte
más vicios con grande valor, se acercarà para pe de manos
lear contra el pèsimo vicio de la soberbia Salga -

pues David fuerte de manos, porque no se puede


vencer enemigo tan grande, sino con mano fuerte.
Armese contra Goliat el mismo que haya vencido el
oso y el leon. - -

3. Vea si le podràn servir las armas de Saul, si


con la sabiduria secular, y doctrinas philosóphicas,
ó tambien con la superficie de las divinas Escritu
ras, à la qual llama el Apóstol letra que mata; vea,
digo, si con estas armas podrà postrar à la sober
bia, si por este camino podrà llegar a la humildad,
para que experimentando que en lugar de fortalecer
le, le oprimen, arróge tales armas, y estorvos, po
niendo enteramente todo su pensamiento en Dios, y
desconfiando de la propia industria , armado de so.
la la fe, no haga aprecio de la enorme estatura de
Goliat, no sea acaso que sea oprimido de la mole
de su corpulencia, sino antes cante con el espíritu,
cante con el alma: El Señor es el defensor de mi Ps, aó. Is.
vida, ¿de quien temblare? Pues Pedro tambien quan
do ni considerando la violencia de los vientos, ni el Marc. 14.
profundo del mar, ni el peso del cuerpo, se arrojò
à si mismo en la palabra del Señor, ni pudo pe
recer, ni temer. Mas quando vió aquel recio viento
que
1 Is SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
que venia, temió, y con el mismo temor comenzó à
sumergirse. Una cosa semejante à esta intenta per
1. Reg, 17 suadir ahora el Rey Saul a nuestro combatiente : No
I3
puedes, dice , resistir d este Philisteo, ni pelear
contra el, porque eres niño, y este es un bombre
guerrero desde su juventud. Sin embargo, de ningun
modo entra èl en este pensamiento, sino que con
fiando en el auxilio de aquel Señor en cuya virtud
habia vencido otros combates, sale y camina intrè
pido. Coge pues, habiendo dejado las armas de Saul,
cinco piedras del torrente, las quales, llevando con
sigo todas las cosas leves, pudo bien alisar pero no
arrebatar. El torrente (ojalá que le traspase mi alma)
Eccl. 1, 4. es el presente siglo, testificando la Escritura, que una
generacion llega, y otra generacion pasa , como en
Isai.4o.6. tumecida onda que impele otra onda. Por ser pues
toda carne beno, y toda su gloria como la flor del
campo, facilmente lleva consigo el torrente inundan
te estas cosas leves : mas la palabra de Dios, sin ce
der a ningunas ondas permanece para siempre. º
4 Asi, juzgo que sin inconveniente se pueden en
tender en estas cinco piedras , cinco especies de pa
labras, à saber, la palabra de conminacion , de pro
mesa, de amor, de imitacion, y de oracion. Larga
copia de estas palabras se encuentra en todas las Es
erituras divinas. Y acaso son ellas aquellas cinco pa
1. Cor. 14 labras, de que hizo mencion San Pablo , queriendo
19. mas hablar cinco palabras con el sentido, que diez
1.Cor. 7. mil con la lengua. La figura de este mundo pasa: y
31 -
segun otro testimonio : Pasa el mundo y su concupis
1. Johan.
2. 28. - cencia. Pero pasando el mundo, no solamente per
- manecen estas palabras, sino que se hacen mas ter
sas, quando pasando muchos se aumenta la ciencia.
Ya pues estas piedras que hà cogido, pongalas en el
zurron de la memoria este David, que hà de pelear
contra el espíritu de la soberbia, considerando con
quantas cosas nos amenaza Dios, quantas nos pro
I11C
EN EL Domingo IV. Despues De Prn recostra 13
mete, quanta caridad nos muestra, quan muchos exem
plos de santidad nos propone , y en què modo final
mente nos en carga la freqüencia de la oracion , en
todas partes. Estas piedras, repito, llève consigo
qualquiera que se apresura a vencer el vicio de la
soberbia; para que quantas veces levante su veneno
sa cabeza, con qualquiera de estas piedras que ocur
ra la primera á. la mano de su pensamiento , herido
en la frente Goliat caiga en tierra cabierto de con
fusion. En el qual combate es necesaria tambien la
honda, la qual tiene la figura de la largueza de àni
mo, que por ningun motivo debe faltar en este com
bate.
5 Todas las veces pues que algun pensamiento de
vanidad tienta el ánimo , si con un íntimo afecto del
corazon comenzares à estremecerte de las con mina
ciones divinas, ô à desear las promesas, no resiste
Goliat el golpe de una y otra piedra, sino que al
punto se reprime toda altivez. ¿Y si viniere à tu
memoria aquel amor inefable que te mostró el Dios
de la magestad, acaso al momento encendido en ca
ridad no empezarás á abominar y desechar la vani
dad Asi tambien, si te propones los exemplos de
los Santos con diligente consideracion , te será este
pensamiento utilisimo. Mas ya si acometièndote de
repente la vanidad, no puede hallar tu mano nada
de esto, que hemos dicho, vuelvete con todo el
fervor á lo que solo resta, que es la oracion: y lue
go arruinado el impio que habias visto elevado y en
salzado como los cedros del libano, no parecerà ya
IIndS. . . . . - - -

6 Preguntaràs acaso, en que modo con el mismo


alfange de Goliat podrás cortar su cabeza : pues se
rà tanto mas gustoso para ti , quanto mas sensible
para el enemigo: digo brebemente , porque háblo con
experimentados, y que facilmente percibiràn y ad
vertiràn sin tardanza , lo que en si mismos han vis
P O
- 1 T4 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD,
to suceder freqüentemente. Todas las veces, que pro.
vocandote la vanidad, à la memoria de la divina con
minacion, ö promesa, ô de lo que queda dicho, co
mienzas à confundirte, y avergonzarte, à la verdad
está vencido Goliat, pero acaso està vivo todavia.
Llegate pues mas cerca, no sea que acaso se levante;
y poniendote sôbre èl con su propia espada corta su
cabeza; sirvièndote de la misma vanidad que te aco
mete para matar à la vanidad. Pues tentado por el
altivo pensamiento, si de él mismo sacas materia y
ocasion de humildad, para sentir de ti mismo en ade
lante como de un hombre soberbio, mas humilde, y
bajamente; con la espada de Goliat has muerto a
Goliat ciertamente.

creº º -es º ºsee e º º se exº


EN EL DOMINGO SEXTO s

- DESPUES DE PENTECOSTES.

SERMoN PRIMERo.
sobre la leccion del Evangelio, quando la turba
que se detuvo con el Señor por tres dias, fue ali
* - amentada con siete panes.
t, E compadezco de la turba , pues bá tres dias
Marc,8.2
- que se detienen conmigo, y no tienen que comer.
Porque El Evangelio, Hermanos, se escribió para ser leido;
fin debe ni se lee por otro motivo que para recibir de èl una
leerse el
consolacion racional, ö una desolacion. Tienen los
Evange mundanos una vana consolacion en la abundancia de
lio.
las cosas terrenas; y no menos tienen una desolacion
vana en la penuria de ellas. Mas el Evangelio espejo
de la verdad à ninguno adula, à ninguno engaña.
- - Qual
EN EL DoMINGo VI. Despues DE PENTEcos res. 15
Qual es uno , tal se hallarà en èl: para que ni alli se
asuste donde no hay porque temer, ni se alegre ha
biendo obrado mal. ¿Pero què dice la Escritura ? Si Jac. 1.23.
alguno se hace oyente de la palabra, y no la pone
por obra, este serd comparado d un hombre que con
sidera su semblante natural en un espejo. 2" que des
pues de haberse mirado d si mismo, se vd, y al pun
to se olvida qual era. No hagamos asi, Hermanos
mios, nosotros, os ruego, no hagamos asi: antes bien
consideremonos à nosotros mismos en la misma lec
cion del Evangelio, para que aprovechemos para
ella, y corrijamos segun ella, si hallamos en noso
tros alguna cosa digma de correccion. Por esto desea
el Propheta que sus caminos se dirijan à guardar los
mandamientos de Dios, diciendo: Entonces no sere Psal. 1 184
confundido , quando pusiere mi atencion en todos vues
tros mandatos. Y yo ciertamente no me confundo,
sino que me glorio por vosotros, Hermanos mios, por
que habiendo seguido en el desierto al Salvador, sa
listeis seguros à verle fuera de los poblados: pero
recelo que acaso alguno en esta expectacion de tres
dias se halle pusilànime, y se vuelva al Egipto de
este siglo malo ô con el corazon, ö tambien con el
cuerpo. Con razon pues clama la Escritura divina, y
Ps, a 6.2e
dice: Aguarda al Señor, obra varonilmente, y con
fortese tu corazon, y persevera firme en la expec
tacion del Señor. ¿Mas quánto tiempo será preciso
perseverar en esta expectacion? Enteramente hasta
que se apiàde de ti. ¿Preguntas quàndo? Me compa
dezco, dice, de la turba , porque bd tres dias que se
detiene conmigo,
-; 2. Es forzoso que hagas un viage de tres dias al Triduo
desierto , si quieres ofrecer á Dios un grato sacrifi mistico é
cio, y que perseveres con el Salvador tres dias, si que debe
mos per
deseas ser saciado de los panes del milagro. El pri se ver a :
mer dia es el temor; un dia, digo, que declara, è có el Sal
ilumina tus tinieblas interiores ; y que demuestra los vador.
- . - P 2 hor
m 16 SERMoN I. De S. Be RNARDo ABAD.
horrendos suplicios del infierno à tus ojos, en el qual
estàn las tinieblas exteriores. Porque esta considera
cion, como sabeis, suele ocuparnos en los principios
de nuestra conversion. El segundo es el dia de la pie
dad, en el qual respiramos en la luz de las misericor
dias de Dios. El tercero es el dia de la razon, en
que se manifiesta la verdad, para que como por una
deuda de la misma naturaleza sin contradicion algu
na estè sugeta la criatura al Criador, el siervo al Re
dentor. De ahi ya nos mandan sentar, para que se
ordène la caridad en nosotros; de ahi ya abre Dios
su mano, y llena todo animal de bendicion. Pero por
que se dice á los Apóstoles: Haced que los bombres
se sienten; de quienes (aunque para confusion nues
tra) nos teneis por vicarios ; tales quales seamos , os
avisamos que os senteis, Hermanos carisimos, para
que alimentados con el pan de bendicion podais pro
seguir sin desfallecer en el camino, no sea acaso que
compelidos tambien vosotros de una miserable nece
sidad bajeis al Egipto, y comiencen à burlarse de
vosotros, los que no habian seguido en vuestra com
pañia al Salvador en el desierto. Miserables á la ver
dad tambien aquellos mismos que no acompañaron à
los que salian, pero sin duda mas miserables que to
dos los hombres, aquellos que habiendo ido con to
dos los demàs, no fueron alimentados con todos los
demás. -

3 , Igualmente si hubo algunos, que sentándose los


demàs estuvieron escondidos èntre el bosque, ô en
otros sitios apartados, ¿quièn ignora que estos que
darian en ayunas y sin parte? Lo mismo es de aque
llos, que llevados de la ligereza y curiosidad vagan
do por todas partes de ningun modo se sentasen; ô
Debese si algunos de ellos se sentaron, pero no en el órden
evitarse ni en el número de los demàs. Exhortamos por tan
la singu to a vuestra caridad, y os amonestamos con toda la
'aridad. instancia de nuestra pastoral solicitud, que no se ha
lle
EN EL DoMINGo VI. Despues DE PENTEcos res. 1 17
lle èntre vosotros alguno que ame los àngulos, que
siga los lugares escondidos, ö que busque los sitios
apartados: porque el que obra mal, aborrece la luz, Johan. 3.
2. O»
y no sale d la claridad, para que sus obras no sean
arguidas. Ni èntre vosotros se hallen quienes sean Tambien
llevados de todo viento de doctrina , instables, e in la incons
quietos, no teniendo en si nada de solidez, nada de tancia, y
gravedad, como polvo que arrebata el viento de sô obstinaci
OIl,
bre la tierra. ¿Què dirè de estos, cuyas manos son
contra todos , y las manos de todos contra ellos? Es
tos son los que se sepáran à si mismos, animales, sin
1. Cor. 12
tener espiritu : Porque ninguno hablando en el espi 3.
ritu de Dios, llama Anatema d }esus. Pèsima cier
tamente y perniciosisima peste: porque la obstinacion de
uno turba à todos, y se hace para todos fomento de
discordia, y matería de escándalos. Escucha en fin
al Propheta que hablando de la viña del Señor, dice:
Una fiera singular la bd pacido. Por tanto os pido, Ps,79. 14.
y os ruego, Hermanos mios, que huyais toda ficcion,
y los àngulos de la propia voluntad: huid la inquie
tud , y el esplritu de ligereza: huid la obstinacion y
el pèsimo vicio de la singularidad; si acaso (lo que
Dios no permita) no quereis privar vuestras almas de
comer el pan bendito.
4 Pero ya, por no detenernos mas, los siete pa . .

nes con que debeis alimentaros, son estos. El primer Luc 4.4.
pan es la palabra de Dios, en el qual està la vida
del hombre como el mismo testifica. El segundo pan
es la obediencia: porque mi comida, dice, es hacer Johan. 4.
la voluntad del que me envió. El tercero la medita 34.
cion santa, de la qual està escrito: El pensamiento Siete
nes mis
pa
santo te conservard : y en otro lugar igualmente se ticos.
nombra pan de vida, y de entendimiento. E quarto Prov. 12.
las lágrimas de los que oran. El quinto es el traba
jo de la penitencia. Ni te admires de que haya lla Eccl. 15.
mado pan al trabajo, ö à las lägrimas, sino que aca 8.
so hayas olvidado, lo que leiste en el Propheta : Nos
ali
I I8 SERMoN I. DE S. BERNARDo ABAD, 4,

Psal.766 alimentards con el pan de lágrimas : y tambien en


otro psalmo: Porque comerds los trabajos de tus ma
Ps. 127.2. nos, bienaventurado eres, y te estard bien. El sexto
pan es la gustosa sociable unanimidad; pan, repito,
hecho de muchos granos, y fermentado con la gra
Johan. 6.
cia de Dios. El septimo pan es la Eucharistia; por
-52 . que el pan que yo doy, dice, es mi carne para vi
* ---, -
da del mundo.

e ese ee º e-esºs e-ºe-e-ºe-es


EN EL MISMO DOMINGO.

SERMON SEGUNDO,
De las siete misericordias.
-

Ps. 88, 2, 1 Ternamente cantare las misericordias del


- . "A Señor. ¿A què fin no sè que necio pensa
miento mio murmura de la carga de esta penitencia,
hacièndola asi mas pesada sôbre mi cerviz? Otro pe
Carga de so siento, mas suave à la verdad, pero mucho ma
los bene
ficios de
yor. De tal suerte me carga Dios de sus misericôr
Dios. dias, de tal suerte me cerca , de tal suerte me opri
oil me con beneficios, que ya no puedo sentir otra car
ga. ¿Con què corresponderè al Señor por todas las
cosas que me há dado? Me hà dado tantas, y me hà.
retribuido tantas; y tu me hablas de otra carga?
- Desfalleció mi espíritu, enteramente desfalleció en la
- ": , ;
-¿ - "
consideracion de tantos beneficios. Y aunque no bás
.2o I te yo à dar las debidas gracias, pero aborrece ente
Malicia ramente la ingratitud mi alma. Es un mal ya casi
de la in sin remedio la ingratitud, enemiga es de la gracia,
satitud. contraria de la salud. Os digo, Amantisimos, que à
. mi modo de entender, nada desagrada tanto a Dios,
especialmente en los hijos de la gracia, en los hom
- . 4. bres
EN EL DoMINGo VI. DEsPUEs DE PENTecosTEs. 1 19
bres que se hàn convertido, como la ingratitud. Ella
cierra los caminos á la gracia; y donde ella està, ya
no encuentra entrada, no tiene ya lugar. De aqui vie
ne, Hermanos mios, la tristeza grande y continuo
dolor à mi corazon, pues veo algunos tan inclinados
à la ligereza, à la risa, tan faciles á las palabras
ociosas, y à las chanzas; que temo mucho , no sea
acaso que vivan olvidados, mas de lo que convenia,
de la misericordia divina; è ingratos à tantos bene
ficios sean desamparados alguna vez de la gracia, que
ellos no veneran como gracia.
2 Porque ¿qué dirè de aquel que permanece con La tris
ànimo obstinado en la murmuracion y en la impa teza, è im
ciencia; ó que le pesa de haber adherido à Dios, si pdeshonra
ciencia
guiendose de èsta suerte, contra la costumbre, y à Dios. -

contra la razon, la penitencia à una obra buena; el


qual sin duda no solo no dá gracias por las miseri
cordias de Dios, sino que corresponde con una afren
ta. Enteramente, en quanto, es de su parte, deshon
ra a aquel por quien fue llamado, qualquiera que con
tristeza y pesar permanece en su servicio : hablo de
aquella tristeza que es segun la carne, y obra la muer
te. ¿Piensas pues que le sera - dada mayor gracia , y
no mas antes aun la que parece tener, le sera quita
da ? ¿Acaso con razon no se juzga perdido lo que
fuere dado al ingrato? ¿ó no hay pesar de haber
dado lo que se ve haber perecido? Por tanto es me;
nester que el hombre sea agradecido y devoto , si
desea que los dones de la gracia que ha percibido
no solamente, se conserven, sino que se multipliquen,
Ninguno, hay ciertamente que si lo buscano, halle
facilmente de donde este obligado pº
porque no hay quien se esconda de su calor. Pero
, ect..."
1. Cor. s.
nosotros especialmente, à quienes segregó. para si, y 2 .

no recibimos el espíritu de este


segun ¿
recibió para servirle a el solo, si¿ ES:
Todos
debe ser
a gradeci
píritu que viene de Dios, para saber lo que Dios "¿ dos a Di.
2O SERMoN II. DE S. BeRNARDo ABAD,
os, pero hà dado, enteramente hallarèmos muchisimas cosas
especial
Inente los por las que debemos darle continuas gracias. Porque
Religio ¿quién hay èntre nosotros que no pueda confesar,
SOS, vuestra misericordia es grande sðbre miº Asi de tan
ta multitud de misericordias del Señor , os quiero
proponer algunas brebemente, para que el que es sa
bio, tomando de aqui ocasion, se haga mas sabio.
Siete mi Siete misericordias del Señor veo yo en mi, las
sericordi quales hallarèis, segun creo, facilmente en vosotros
as de Dios mismos tambien. Es la primera el haberme guarda
cólos pia do de muchos pecados, estando todavia en el siglo:
dosos.
la primera, repito, no èntre todas las que hà em
pleado en mi , sino èntre estas siete. Porque ¿quièn
no vè que asi como cai en muchos pecados , asi hu
..., º biera caido en otros, si la piedad del Omnipotente
no me conservāra? Confieso, y confesarè, que si el
Señor no me hubiera ayudado, hubiera mi alma por
poco caido en todos los pecados. ¿Y quânta digna
cion esta de su piedad, que asi conservāse la gracia
à un ingrato y que la desestimaba, y que siendo en
muchas cosas contrario à ella, y despreciàndola, con
todo eso me protegia de otras culpas benignisima
mente? ¿Mas vuestra segunda misericordia, Señor, sò
bre mi, con què palabras se podrà explicar, quàn
benigna, quàn liberal, y quàn gratuita haya sido Yo
pecaba, y vos disimulabais, no me contenia yo de
las maldades, y vos os absteniais de los castigos.
Alargaba yo por mucho tiempo mi iniquidad, y vos,
Señor, los plazos de vuestra piedad. Pero, ¿qué apro
vecharia esta expectacion y tolerancia, sino se si
guiese la penitencia? Seria el colmo de mi condena
Ps. 49.2 1.
º
#s diciendo
calle. *
el Señor : Estas cosas biciste, y
- -

4 Por eso la tercera misericordia fuè, que visitó


mi corazon y le inmutò, para que se hiciesen amar
gas las cosas que antes desgraciadamente eran para
mi dulces; y yo que me alegraba habiendo obrado
- . •º mal
EN EL DoMINGo V. DEspUEs DE PENTEcosTEs, 12 r
mal , y saltaba de gozo en cosas pèsimas, comenzâse
en fin à reflexionar sôbre mis años en la amargura
de mi alma. Y ahora, Señor, conmovisteis la tier Ps. 89. 2.
ra de mi corazon, y la conturbàsteis: sanad sus que
brantos, porque hà sido conmovida. Pues muchos hân
venido à una penitencia, pero infructuosa: porque há
sido su penitencia tambien reprobada, como su pri
mera culpa. Asi èsta fuè la quarta misericordia; que
me recibisteis misericordiosamente arrepentido, pa
ra ser del número de aquellos de quienes el Psal
Ps. 31. 1.
mista dice: Bienaventurados cuyas iniquidades fue
ron perdonadas, y cuyos pecados fueron cubiertos.
5 Siguese la misericórdia quinta, con la qual me La gracia
de conte
disteis la virtud de contenerme en lo adelante, y de
nerse , y
vivir con mas enmienda, para no padecer recaida , y evitar la
que el error último no fuese peor que el primero. De recaida.
todos modos es manifiestamente, Señor Dios, de vues.
tra virtud , y no de la humana, sacudir de la cerviz
el yugo del pecado que una vez se habia admitido:
porque todo aquel que peca , es siervo del peeado: ni Johan, 8.
hay arbitrio de libertarse, sino en el poder de una 34e
mano fuerte. Pero ya despues que en estas cinco mi
sericordias nos habeis librado del mal, para que se
cumpla lo que está escrito: Apartate de lo malo, y Ps.36. 15
baz lo bueno, en las otras dos nos dais los bienes. Es
tas dos son la gracia de merecer, por la qual, es á
saber, concedeis el don de una buena conducta de
vida: y la esperanza de alcanzar, por la que conce
deis al hombre indigno y pecador presumir de vues
tra piedad tantas veces experimentada, hasta esperar
los bienes celestiales. - -

* - " -- * - -º -

*º ** *º *º

-
*ºs *sºs
-
-


- 22

coooooooooooººoooooooooooº
EN EL MISMO DOMINGO.

SE R MO NTERCERO.
De los fragmentos de las siete misericordias.
1 - Q Abeis lo que hice propeniendoos hoy las
¿ siete misericordias? Os distribui cierta
mente siete panes. Si las lägrimas mias se han he
cho para mi panes el dia, y la noche , ¿quànto mas
las misericordias divinas?. Mucho mas dulcemente sa
ben èstas, mucho mejor alimentan , y mucho mas
confirman el corazon del hombre. Sin embargo mu
chos fragmentos, sino me engaño, cayeron hoy de
estos panes. Yo mismo tambien sentia, mientras los
partia , escaparse de las manos muchas miajas, y
resbalarse por èntre los dedos con la prisa: vosotros
vereis si habeis cogido algunas. Yo (si todavia no
estais fastidiados) las que habia cogido para mi, os
las comunicarè sin envidia, por no incurrir acaso, la
maldicion del que esconde los granos en los pueblos.
El primer pan, si bien me acuerdo, fuè la conserva
Prov. 1. cion de la gracia, la qual me guardó - sin duda de
a6, muchos pecados, quando estaba en el siglo. Tres
fragmentos hé hallado de este pan, que tienen ente
ramente un gran deleyte para el sabor, y un alimen
to de vida. De tres modos me acuerdo que fui guar
dado del pecado: con la substraccion de la ocasion,
De tres con la virtud de resistir que me fuè dada, y con la
modos su sanidad de los afectos. En muchos pecados hubiera
cede el caido, si se hubiera presentado ocasion; pero por la
preservar misericordia de Dios no se me ofreció tal opurtuni
se de pe dad. En muchos por muy poco caeria tambien, im
C2,
pe
EN EL DoMINGo VI. Despues DE PENTecos res. 113
pelido gravemente de la violencia de la tentacion; pe. V. Sermº.
13.de Di
ro diôme virtud el Señor Rey de las virtudes, asi pa VeIS. n.4e
ra tener bajo de mi à mi apetito, como para no con
sentir en modo alguno à la concupiscencía que sen
tia. Pero respecto de algunas culpas tan lexos me pu
so vuestra piedad, Señor, que enteramente las abo
minaba, y ninguna tentacion de ellas me molestaba.
2 El segundo pan fué su expectacion y toleran Porque
cia , con la qual retardaba la vindicta, porque medi reta rd a
taba la indulgencia. De este pan igualmente tomad Dios la
tres fragmentos, meditando la longanimidad que mos v en gáza
trô, la eleccion de su predestinacion que quiso se del peca
do.
cumpliese, y la caridad excesiva con que me amò.
Por esto pues me aguardó, y no se cansó de aguar
darme el Señor, y no atendió à mi, sino que apartò
sus ojos de mis pecados, como no queriendo adver
tir quanto delinquia yo. Por esto, repito, disimulaba
para recomendar su paciencia , para cumplir su elec
cion, para confirmar su caridad. -

3 Del tercer pan tambien, que es aquella mise En que


ricordia con la que nos convirtió á la penitencia, os modo ob
pongo igualmente no tanto tres fragmentos, como ra Dios e
tres pedazos. Pues entonces, como me acuerdo bien, n. OS OtrOS

hizo estremecer mi corazon, excitandole à que advir la penité


cia.
tiese las llagas de sus pecados, y sintiese el dolor de
sus heridas. Le aterrò tambien, llevandole à las puer
tas del infierno, y mostrândole los suplicios prepa
rados para los iniquos. Y para que nada quedase del
nocivo deleyte , inspiràndome mejor consuelo, diò
me la esperanza del perdon. En estos tres favores pues
fui convertido: creo que vosotros mismos tambien,
4 Mas, ya del quarto pan (este es el perdon de La indul
mis culpas) os pido que cojais con diligencia los frag gencia q.
Dios usa
mentos, no se pierdan. Porque son saludables sóbre có los pe
manera, y mas dulces que la miel , y el panal. De ca dores,
tal suerte por todo me perdonó , y tan liberalmente es en tres

me condonó toda injuria, que ya ni me condena ven Inan Cra Se

Q2 gan
124 SeRMoN III. De S. BeRNARno ABAD.
gandose, ni me confunde echàndome en cara mis
culpas, ni imputandomelas me ama , menos. Hay al
gunos que de tal modo condonan la injuria que no se
vengan de ella, pero con freqüencia la echan en ca
ra. Hay tambien otros que aunque callan, queda al
tamente fijada la ofensa en su interior, y conservan
el rencor en el ânimo: de los quales ninguno perdona
plenamente. Lejos de todos estos està la benignisi
ma naturaleza de la Divinidad. Liberalmente obra,
perdona plenariamente, de suerte que para confianza
de los pecadores, pero penitentes, en donde abundó
el delito, suele tambien sòbreabundar la gràcia. Tes
tigo es Pablo Doctor de las gentes, el qual trabajó
mas que todos con la gracia. Testigo es Matheo, des
de el Telonio escogido para Apòstol, à quien se con
cedió tambien ser el primer escritor del nuevo tes
tamento. Testigo es Pedro, á quien despues de ha
ber negado á Christo tres veces, se le encomendó el
cuidado pastoral de toda la Iglesia. Testigo en fin,
aquella famosisima pecadora , ā quien en el mismo
principio de su conversion , se concedió tanta gran
deza de amor, y se dió despues tanta gracia de fa
miliaridad. ¿Quièn acusó à Maria, y fuè menester
que ella respondiese por si? Si el Phariseo murmura,
si Martha se quexa, si los Apòstoles se escandalizan,
calla Maria : Christo la escusa, y aun la alaba quan
do, ella calla. Finalmente, ¿quànta prerrogativa fuè,
quânta excelencia suya el verle (a) la primera resu
citado de èntre los muertos, y merecer tambien to
carle la primera?
5 Mas pasemos ya à otras cosas. Bueno era cierta
mente para nosotros estarnos aqui, en donde se dà tan
ta confianza à los pecadores: pero es forzoso no pa
Saº
-

-
(a) .Aqui el Santo hace una a la Magdalena con Maria la her
mana de Lazaro ; así como en el Serm. 3. de la Asuncion. Pero en
º "el Serm, 12, sobre los Cântares esta dudoso sóbre esto.
-

* =
EN EL DoMINGo VI. DespUEs DE PENTEcosTEs. 125
sar lo demàs en silencio. En la continencia misma,
que es el quinto pan, encuentro no menos tres cosas,
sóbre las que puedo exclamar con razon: Hizo con - Luc. 1,49
migo cosas grandes el que es poderoso. Acaso repu
tais por poca cosa vuestra continencia; pero yo no.
Porque sè quantos impugnadores tiene, y quanta vir
tud es preciso que tenga para resistir à estos tales.
El primer enemigo de nuestra continencia es la carne, El primer
en emigo
que pelea contra el Espíritu. Què domestico enemi dela con
go, què peligrosa lucha, que intestina guerra! Este tinécia es
cruelísimo enemigo no le podemos, alma mia , huir, Il lle Sta

ni ahuyentar: es forzoso llevarle con nosotros à to Canes

das partes, porque èl està atado à nosotros. Y (lo que


es mas peligroso y triste) estamos precisados nosotros
mismos á sustentar à este nuestro enemigo, no nos es
lícito el matarle. Mira pues con quanta solicitud es
menester que te guardes de aquella, que duerme en
2. El mi
tu seno. Todavia no es este mi solo enemigo: otro do.
tengo todavia, que me ciñó, y puso cerco por to
das partes: y si no lo sabeis, este enemigo es el si
glo malo. Cerrò el enemigo mis caminos, y por cin
co puertas, à saber, por los cinco sentidos del cuer
po, me hiere con sus saetas, y èntra la muerte por
mis ventanas. Estos dos eran ya demasiados: pero
¡ay de mi!, ve hai, que miro venir un recio viento
del Aquilon, por donde se descubre todo mal. Y ahora,
¿què resta ya? Señor, salvadnos , que "perecemos. Ved 3. El día
blo.
ahi el martillo de toda la tierra: ve ahi la serpiente
la mas astuta de todos los animales: ved ahi aquel
enemigo, que ni yo puedo ver: ¿quànto menos guar
Ephes, 6.
darme de él ? Pues no es el combate de los que quie. I2 e
ren guardar la continencia (hablo de la continencia n ...,"
no solamente de la luxuria, sino tambien, como es ” . rº

necesario , de los demàs vícios y pecados) no es , re - -» º

pito, su combate contra la carne, y la sangre pre --.


cisamente, sino contra los principes y, potestades,
contra los que rigen este mundo tenebroso, contra los
GS «
126 SERMoN III. DE S. BERNARDo ABAD.
espíritus de malicia esparcidos en los ayres. ¿Y quièn es
Ps, 1o. 3. el que podrà apagar sus dàrdos encendidos? Dispu
sieron sus saetas en la aljaba, para dispararlas en
lo obscuro contra los retios de corazon: y tambien:
Ps. 63-6, trataron de esconder lazos, y dijeron : ¿quien los ve
rd? Ya abierta y violentamente, ya oculta y fraudu
lentamente, pero siempre maliciosa y cruelmente nos
impugnan y persiguen. ¿Y para tolerar esto, por no
decir para superarlo, quièn se halla idoneo Creo que
ya en algun modo llegais à percibir la dificultad de
la continencia, para que sepais como dice el Apòs
a Cor.a. tol , lo mucho que Dios os hà dado. Enteramente
a 2, pues hacemos la obra grande de esta virtud en el Se
ñor, y èl mismo es quien reduce à la nada à los que
nos persiguen. El mismo es, el que no solo à nues
tra carne con sus concupiscencias, no solo à este si
glo malo con sus curiosidades y vanidades, sino tam
bien al mismo Satanas con sus tentaciones hace pe
dazos debajo de nuestros pies. ¿No habia dicho ya
con razon, que habiamos de encontrar en la conti
nencia porque clamar: Hizo conmigo cosas grandes
el que es poderoso? Y -

6 Tomad ya los fragmentos del sexto pan. Es


pues este pan la gracia de merecer los bienes eter
nos : la qual gracia pienso que consiste principalmen
La gracia te en tres cosas: en el odio de los males pasados , en
para me
recer có
el desprecio de los presentes bienes, y en el deseo de
siste en los futuros. El septimo pan es la esperanza de obte
treSCO5as ner, del qual no menos tengo tres fragmentos : y su
sabor es dulce en gran manera a mi garganta. Tres
cosas, digo, son las que de tal suerte fortalecen y
Tres fun. confirman mi corazon, que ninguna penuria de me
da métos ritos, ninguna consideracion de la propia vileza, nin
de nues gun premio de la celestial bienaventuranza, me po
tra espe dra derribar de la altura de la esperanza, estando fir
I41Zae
memente arraygado en ella. ¿Deseais que os pongan
estos fragmentos, ó se reservaràn por aquel que di
Jo
EN EL DoMINGo VI. Despues DE PENTecostes. 127
jo: Has encontrado mielº come la que te basta. Asi Prov. 25.
se cumple todos los dias lo que de si prophetizó la 16.
Sabiduria; y ahora veo esto mismo : Los que me co Eccl. 24.
men, dice, tendrán todavia hambre. Por tanto no os 29.
detendrè mas, ni os dejarè con vuestra hambre , por
que à la verdados veo de tal modo dispuestos, co
mo si nada hubierais tomado hasta ahora. Tres co
sas considero en las quales consiste toda mi esperan
za : la caridad de la adopcion , la verdad de la pro
mesa, la potestad del cumplimiento de ella. Mur
mure ya quanto quisiere el necio pensamiento mio
diciendo: ¿quièn eres tu, ö què gloria es aquella, ô
con què mèritos esperas alcanzarla? Confiadamente
responderè yo : yo sè à quien hè creido, y estoy
cierto, que en una caridad excesiva me adoptó; que
es veraz en su promesa ; que es poderoso para cum
plirla, porque à èl le es llcito hacer lo que quisie
re. Esta es la cuerda triplicada que con dificultad se
rompe, la qual estando extendida firmemente desde
nuestra patria hasta esta carcel, os ruego , que pro
curemos asirnos firmemente de ella; para que ella
nos levante, ella nos lleve, y conduzca hasta la pre
sencia de la gloria del gran Dios, que es bendito por
los siglos. Amen,

**: rº,
*sº *3 º
**:

1 28

«e e se es º sºoººººººº º
EN EL DOMINGO PRIMERO
DE NOVIEMBRE.

SER MON PRIMERO.


Sôbre las palabras de Isaias: Vi al Señor senta
do , &c.
Isai. 6. 1. I 7"I al Señor sentado söbre un solio excelso
y elevado , y toda la tierra estaba llena
de la magestad de él. Una vision sublime se nos des
cribe por estas palabras del Propheta. Vi, dice, al
Señor sentado. Grande espectàculo , Hermanos, y
bienaventurados los ojos que le vieron. ¿Quièn no
anhelarà con todo el deseo á contemplar la glo
ria de tanta magestad ? Este fuè siempre el úni
Dos mo co deseo de todos los Santos. Porque el es en quien
dos dever los Angeles desean mirar, y cuya vista es la vida
à Dios. eterna. Pero yo escucho tambien, Hermanos, etra vi
En la ma sion muy diferente del mismo Propheta, y del mis
gestad, y mo Señor. Pues el mismo Isaias es quien en otro lu
en la hu
mildad. gar habla asi: Vimosle, y no tenia forma ni hermosu
lsai.53.2. ra : y le reputamos como un leproso, &c. En donde
se debe considerar primeramente, que esta vision pa
rece comun, pero la otra privilegiada y propia del
Propheta. No sin motivo ciertamente aqui se escri
bió, vimos, y alli, vi: para que entendais que esta
fue comun, aquella de singular excelencia. Sin for
ma ni hermosura le vió Herodes, y le despreció : le
vieron tambien los mismos Judios, quienes contaron
todos sus huesos. Pero a cerca de esta dichosa vision
manifiestamente publica el Propheta, y dice: Sea
SoBRE LAS PALABRAs DEL PRoPHETA IsAIAs. 129
jº fuera el impio para que no vea la gloria de
10.J. - º i - , , ,, , .
Isai. 26.
I Os

2 . De muchos pues y ºvarios modos no solo


habló en los Prophetas, sino que fuè visto por los
Prophetas. Conociòle David hecho menor que los An
geles, le vió tambien Jeremias tratando en la tierra
con los hombres ; Isaias testifica haberle visto, ya
sòbre un solio excelso, ya no solo baxo de los Ange
les , ö èntre los hombres, sino como un leproso, es
to es , no solamente en la carne , sino en la semejan
za de la carne de pecado. Tu tambien si deseas ver Christose
le sublime, cuida de ver à Jesus humilde antes. Mira ha de ver
primero la serpiente levantada en el desierto, si de antes é la
seas ver al Rey residiendo en el solio. Aquella vision humildad
te humille, para que esta te ensalce despues de humi que en la
llado. Reprima y sane aquella tu hinchazon, para que gloria.
llene y sacie èsta tu deseo. ¿Le ves abatido? No sea
ociosa esta vision, porque no le podràs ver ociosa
mente ensalzado. Seràs semejante á èl, quando le vie
res como es en si, pues sè ahora tambien semejante
à èl, viendole tal como se hizo por ti. Porque si no
te niegas á la semejanza de èl aun en su humildad,
ciertamente te es debida la semejanza de su subli
midad tambien. Nunca permitirà èl, que el compa
ñero de la tribulacion sea apartado de la participa Se recomi
cion de su gloria. Finalmente de tal modo no desde endala pa
ña al compañero de su pasion aun para admitirle en ciécia có
su reyno consigo, que el Ladron que le confesó en el exem
la cruz, en el mismo dia estuvo con èl en el paray plo de Ch
risto.
so, De ahl es que dice tambieri a los Apóstoles: Vo Luc. 2 Es
sotros sois los que habeis permanecido conmigo en a8.
mistribulaciones, y yo dispongo para vosotros el
reynb. Asi, porque si padecemos con el, tambien con
èl reynarèmos: sea entretanto, Hermanos mios , nues
tra meditacion Christo, y este crucificado. Ponga
mosle por sello sobre el corazon, por sello sôbre
nuestro brazo, Abramº à èl mismo con los bra
ZOS
13o SeRMoN I. DE S. BERNARDo ABAD,
zos de un amor reciproco, sigamosle con el afecto de
una vida piadosa, y santa. Este es el camino para que
se nos muestre tambien à nosotros èl mismo, el qual
es la salud de Dios: no ya sin forma ni hermosura,
sino en claridad tanta, que llenarà su magestad to
da la tierra. - - .

3 Oportunamente en la vision primera , como que


todavia era el tiempo de invierno, es visto no sobre
el solio, sino en inferior y mas humilde habitacion.
Suele una casa grande tener dos habitaciones , la una
de verano arriba, la otra de invierno abajo. Quando
aun los corazones de los discipulos estaban oprimi
dos con la escarcha del invierno, y Pedro tambien,
no menos helado en el corazon que en el cuerpo , se
calentaba á la lumbre, de ningun modo era tiempo
de habitar en el solio, ô mas bien de aparecer en
él. Mas quando se cantare aquel nuevo cântico: El
invierno se fue, y se apartó, las flores ban apareci
do en nuestra tierra : oportunamente ya entonces se
subirà al solio, y habitarà Dios en lo excelso.
4 Juzga pues que Isaias, quando, hablaba esto,
habia previsto con ojos prophèticos la gloria de aquel
tiempo. Vi, dice, al Señor sentado sóbre un solio
excelso, &c. ¿Pero qual pensamos , . Hermanos, que
serà este solio? Pues que, ni el Altisimo habita en co
sas manifiestas ó hechas con la mano, Ninguna ma
teria corporal absolutamente es apta para tan grande
solio, ninguna es congruente à tan grande fabrica,
ninguna digna de habitador tan grande. De vivas
piedras se debe construir la fabrica espiritual, en que
la verdadera, y eterna vida se digne poner su habi
tacion. Y si no alcanza para tan grande edificio la
criatura angèlica, disminuida ciertamente con el pre
cipicio de los prevaricadores: suscite de la tierra al
menesteroso, y eleve de èntre el polvo al pobre pa
ra colocarle con los principes, y perficionar el solio
de la gloria. Y acaso por esto el mismo que lo
-a. º
s.
¿
eS
SoeRE LAs PALABRAs bEL PRopner As Aras, r3r
describe no solo un solio excelso, sino tambien ele
vado: para designar en esto la estable altura de los
Angeles, y la misericordiosa velevacion de los hom
bres. Lo que se sigue parece pedir ello mismo mas
diligente consideracion: y asi baste por hoy el haber
à lo menos comenzado. -

e . . . . ... ",

, , ,

SERMoN SEGUNDo. ,, o - ,
Sobre las palabras del Propheta Isaias. -

l.
, . . , -

Lena estaba, dice nuestro contemplador de Isai. 6.3v


- a aquel que habia visto sòbre el solio, to
da la tierra de la magestad de él. Venga, Señor,
vuestro rey no, para que asi como el Cielo se llena de
vuestra magestad, asi se llene la tierra. ¿Por què el
príncipe de este mundo con tanto furor se embrabe
ce por todas partes, sino porque está dada la tierra
en manos del impío? Pero esta es su hora y la po
Se ha de
testad de las tinieblas. Llegara seguramente tiempo llenar la
quando el que no encontro lugar en el Cielo, serà. tierra de
arrojado tambien de la superficie de la tierra para la magesº
ser encerrado sin duda en las subterraneas cavernas. tad de Di
De aqui el Propheta David habiendo hablado antes os, echa
dode ella
de la prosperidad de los Santos; acerca del maligno satanàs.
y de los Angeles, ô miembros suyos añadió dicien
do : No asi los impios, no asi, sino como el polvo Psal. 1, 4
que arroja el viento de sobre la tiera. Ninguna fa
cultad de tentar habrà ya entonces, ninguna liber
tad de inquietar, ninguna posibilidad de dañar. Se
llenarà de la magestad de Dios toda la tierra, quan
do ya no habrá ninguna transgresion de su volunr
tad: antes bien la misma criatura serà librada de la
3, R2 SCI
132 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD,
servidumbre de esta corrupcion, por la qual gime, y
està como en el trabajo del parto todavía. Habrà
pues un Cielo nuevo , y una tierra nueva , de suerte
que á qualquiera parte que vuelvas los ojos, en el
mismo semblante de las cosas, te parecera que en
cierto modo resplandece la divina magestad.
2 Pero tienes tambien otra tierra mas próxima,
y debes tener sòbre ella mayor y mas justa solicitud.
Ephes. 5. Ninguno aborreció su carne. Asi consuèlala para
29.
que ella tambien descánse en la esperanza, oyendo
¿o que se lenara de la magestad de Dios toda la tier
cuerp
tābien se ra. ¿Cómo llenarà ahora la magestad divina, Aman
ha de lle tisimos, nuestra carne, quando el grande Apòstol
nar de la Pablo, teniendo solamente las primicias del Espiritu
ºestad
de Dios.
gime bastante lamentablemente y dice: Se que no
esta el bien en mi , esto es en mi carne?. Y cierta
Rom. 7.
18. mente ya no dominaba el pecado en su cuerpo mor
ld. tal. Pero, nota todavia, que del cuerpo dice que es
mortal, y solamente niega el dominio del pecado.
Rom. 7. Porque estaba tambien entonces la ley del pecado en
3.
sus miembros, la qual sin duda quando venga la ple
nitud de la magestad, la excluirà totalmente. Ni so
lamente esto, sino que tambien serà destruida à lo
ultimo de todo la enemiga muerte. Se llenarà pues
de la magestad de Dios nuestra tierra, quando se qui
tarà enteramente todo sentido de pecado; y la deu
da de la muerte. Se llenarà, repito , de la magestad
del Señor toda nuestra tierra, quando serà vestida de
la gloria de la resurreccion , se vestirà la estola de la
inmortalidad, será en fin configurada con el cuerpo
Philip. 2. glorioso de Christo. Pues aguardamos al Salvador,
2O, que reformard nuestro cuerpo humillado configurdn
dole con su cuerpo glorioso. ¿Què murmuras todavia,
Para esto carne miserable, què recalcitras todavia, y deseas
# contra el Espíritu Si te humilla, si te castiga, si te
ººººº reduce à la servidumbre : esto verdaderamente en
do antes
quanto eres tu capaz, no menos te importa à ti, que
- à
SoBRE LAs PALABRAs DEL PRoPHETA IsAIAs. 133
á èl. ¿Què tienes envidia à los que de las obras de
los gusanos, y de las pieles de los ratones no se
averguenzan de mendigar una gloria, verdaderamen
te ignoble en un adorno indigno de hombres, pro
hibido aun à las mugeres; mas bien afeandose à si
mismos, que adornandose? Reformen ellos ó mas bien
deformen ellos sus cuerpos; á ti si fuere tu cuerpo hu
millado, te reformarà el Artifice mismo que te formò.
Aquella mano, sino deliras, aguardaràs, para que ella
misma rehaga lo que ella misma hizo.
Pero ya atiende lo que se sigue en la misma vi
sion. 2” las cosas , dice, que estaban debajo de el, Isai. 6. 1.
llenaban el templo. Por eso ciertamente se dijo: Hu
1. Pet. 5.6
millate bajo de la poderosa mano de Dios, para que
te ensalze en el dia de la visitacion. PRocURA sER
La humil
HALLADo BAJo DE EL; de otra suerte tampoco po dad es ne
dräs estàr con èl. ¿Què pues? ¿Piensas que en aquel cesaria pa
templo de tanta bienaventuranza admitirà indiferen T2 eStO,
temente à los hombres el que ni dejó en èl indife
rentemente à los mismos Angeles? ¿O què no discer
mirà èntre los terrones, el que discernió èntre las es
trellas ? Exáminarà ciertamente la plata aquel Señor
que probó y reprobó al oro mismo. ¿Quäl pues te
parece, que es menester encontrar al hombre, que
haya de ocupar el lugar del repudiado angel ? Sin Quá age
duda limpio de toda iniquidad : pero principalmente na, y ene
miga del
de aquella, que en el mismo angel se halló , no pa Cielo la
ra leve ofensa , no para ira momentânea, sino para soberbia.
un odio sempiterno. Una vez turbó aquel reyno la
soberbia, hizo estremecer sus muros; aun derribó
una parte de ellos - y parte no corta. ¿Què dirèmos
pues? ¿Te parece que en lo adelante se la admitirà
facilmente? ¿Por ventura no aborrece aquella ciudad,
y abomina vivamente peste semejante 2 Estad cier
tos, Hermanos mios, de que aquel Señor que no per
donó a los angeles soberbios, tampoco perdonarà á,
los hombres soberbios, No es el contrario a si mis
mo,
134 SERMoN II. De S. BERNARDo ABAD.
mo, no acepta personas, sus juicios son semejantes.
SoLA LA HUMILDAD le agrada asi en el Angel como
en el hombre : y el que está sentado en el trono, eli
ge solamente à los que estàn subditos à èl, para lle
Ps. 12.5 nar de ellos el templo. Pues escrito està : ¿Quién co
mo el Señor nuestro Dios , que habita en las alturas,
y mira las cosas bumildes en el Cielo, y en la tier
ra? Mas repara, si no es esta misma la expresion de
que usó San Miguel resistiendo en su cara á aquel
Isai. 4. soberbio que decia: Sere semejante al Altisimo; pues
I 4. to que Miguel interpretado es lo mismo que, ¿Quien
como Dios?
4 Bien pues el Propheta, habiendo dicho, que
habia visto sentado al Señor sôbre un solio excelso
y elevado; para que acaso no entendieses que se de
Ib, cia lo excelso de aquel que dijo: Subire sobre la al.
tura de las nubes; ó aplicases lo elevado à los hom
bres, que con soberbia se levantan; añadió : 2” las
cosas que estaban bajo de el, llenaban el templo;
para que entiendas manifiestamente que no se reco
mienda aquella altura que se levanta contra èl; si no
que aquellos estaràn en el templo ô en el solio, que
estuvieron bajo de él, los unos ciertamente excelsos
con solida estabilidad , los otros levantados de lo in
fimo por la misericordia divina. Y para que acaso
no pongas la objecion de que todas las cosas estàn
sugetas a su poder, y que à ninguna por tanto se de
termina lo que dice: Las cosas que estaban bajo de
el ; para aprobar y alabar la solo sugecion a Dios
que es voluntaria , y procede del fervor de la caridad,
añadió el hacer mencion de los Serafines, de los qua
les tambien diremos en su lugar lo que èl mismo nos
diere à conocer. e

5 ?” las cosas que estaban bajo de él, dice, lle


naban el templo. Desde el principio habia Dios cria
do los Angeles, para que en ellos estuviese la pleni
tud de aquel dichoso templo; pero no en todos ellos
tul
SoBRE LAs PALABRAs DEL PRoPHETA Is AIAs. 135
tuvo su complacencia, pues en los mismos Angeles su Job.4. 18.
yos encontró la maldad; (como està escrito.) Porque èn
tre ellos hubo quien dijese : Pondre mi silla al Aqui Isai. 14.
lon; y tuvo un pueblo que le creyó. Miserable el que I 3.
quiso mas estàr sin Dios, que bajo de Dios; misera Caida de
bles ellos, que viendo al ladron, corrieron con él. Sa los Ange
lieron los infelices, y quedó vacio el lugar que reci les sober
birà otro. ¿No estaràs sugeta à tu Dios, alma mia? bios.
de otra suerte ni habrà lugar para ti en el templo,
supuesto que las cosas que estaban bajo de èl, lle
naban el templo. En vano llamarān las Virgines fa
tuas, en vano clamarân, quando estuvieren ya llenas
las bodas de los que estèn sentados à la mesa, y es
tè cerrada la puerta. Infeliz alma à quien sucediese
ser excluida de aquellas bodas! Infeliz aquel de quien
se dirá en alta voz: Sea arrojado fuera el impio, para
que no vea la gloria de Dios. ¿Para què vè esta luz
temporal este infeliz, que no merecera mirar aquella
gloria º Ojala que mis ojos jamàs hubieran visto na
da, si (lo que Dios apàrte de mi) han de ser priva
dos de aquella vision. Vayan ahora los soberbios, hà
ganse mas insolentes, elèvense, ínflense apetezcan
siempre el aparecer en el colmo: para que quando
venga la línea de la equidad, sean echados de la ple
nitud. Pero no así tu, alma mia, sino mas antes es
tà sugeta à Dios: sugeta de corazon, sugeta con el
fervor de la devocion: porque los Serafines estaban
sòbre èl. Con los quales estèmos nosotros hoy tambien,
Hermanos, y no nos apartemos de este templo, en el
qual todos dicen gloria, porque contemplan la glo
ria de nuestro Señor Jesu Christo, que es sóbre to
das cosas Dios bendito por los siglos. Amen. "..."

- ". - . . . . . .. - SER.
136

SER MONTERCERO.
Söbre las palabras del Propheta Isaias.

I O juzgo que hayais olvidado, que hemos


Nde hablar hoy de los dos Serafines, por
Isai. 6. 2. e lo que dice Isaias; el qual despues que afirmó que
habia visto al Señor residiendo sôbre el solio, aña
diò, que los Serafines estaban sobre el. Serafin pues,
Amantisimos, como muchas veces habeis oído, es
nombre de los espiritus soberanos, de un órden de
los nueve, y del sumo y supremo. Pero en este lugar,
a lo que yó juzgo, no se pone en esta significacion,
Los
dos Sera.
especialmente quando son inumerables los exèrcitos de
fines sig ellos, y aqui no se ponen sino dos, Y yo ciertamen
nificá las te, Hermanos, si es llcito á qualquiera abundar en su
criaturas sentido en esta parte , pienso que en estos dos Sera
Angélica fines se entienden dos criaturas racionales; la Ange
y humana líca, es á saber, y la humana. Ni te admires de que
el hombre se haya hecho Serafin: acuerdate de que
el Criador y Señor del Serafin se hizo hombre. Para
afrenta tuya, ó soberbio, que criado entre los An
geles, no mereciste permanecer èntre los Angeles, vè
ahi que nuestro Rey vino à la tierra para fabricar nue
vos Angeles. Y para que te consumas mas, y seas
atormentado de tu propia envidia, no los quiso ha
cer Angeles como quiera, ni de algun órden inferior,
sino Serafines. Escucha pues lo que èl mismo dice:
Luc. 12. Fuego vine d echar en la tierra : ¿y que quiero si
49. no que se encienda? Quiere pues que sean fábricados
Serafines, para que estèn allimismo de donde tu cais
te. Los Serafines, dice, estaban sobre el. ¿Por què
tu, Lucero que nacias por la mañana, no permane
- CIS
SoBRE LAs PALABRAs DEL PRoPHETA IsA1As. 137
ciste en la Verdad, sino porque no fuiste serafinº Se
rafin se interpreta el que arde, ô enciende. Pero tu
miserable tuviste luz, mas no tuviste ardor. Bueno
seria para ti, si mas antes hubieras sido ignifero, que
lucifero, y mo que con tan inmoderado apetito de lu
cir, asi corno tu estabas frio , asi tambien escogieses
una fria region. Pues dijiste: Subire sòbre la altu Isai. 14
ra de las nubes, sentarème en los lados del Aquilon. 14- .
¿Qué te apresuras, Lucero,á salir por la mañana?
¿Què te glorias sobre las estrellas, porque te vès bri
llar algo mas que ellas? Brebe enteramente serà tu
gloria. El Sol de justicia se sigue, el qual en vano te Lucifer
tuvo luz
jactabas ser tu; con cuyo fervor y esplendor reduci
pero no
do à la nada, desapareceras totalmente. En vano tam ardor.
bien dispones anticiparte y prevenir al Señor que ven
drá al fin de los siglos, como oriente del verdadero
sol, en aquel condenado hombre que has de poseer,
y ensalzarte sóbre todo lo que se llama , ô se reveren
cia Dios: porque tambien entonces seràs destruido en
teramente con la ilustracion de su venida.
2 ¡Quänto mejor, y ciertamente sin riesgo de que
se le imputāra á necedad, San Juan Bautista; pues que
º fuè lucero; no por presuncion suya , para
no ser él robador y ladron tambien, sino por la au
toridad de Dios Padre fué enviado delante del Señor!
Mira, dice, que envio d mi Angel delante de ti, &c. Luc.7. 27
Tienes tambien en el psalmo acerca de èl mismo:
Apareje la Antorcha d mi Christo. Era pues An Psal. 131
torcha que ardia y lucía: y quisieron los Judios por 17.
un poco de tiempo saltar de gozo en su luz, pero no -

el, ¿De dónde esto? Preguntaje a el mismo, hable el Johan s:


misno de si. El Amigo", diee , del Esposo está en 29
pie; y se alegra con mucho gozo por la voz del Es S. Juán
poso. Esta pues Juan; porque ni es caña agitada del nousurpa
viento. Està, porque es Amigo del Esposo: esta, por la gloria
que arde, y de los Serafines se dice que estaban. Ver de Chris
daderamente Amigo del pº, que no envidia ¿ (O.

go
r38 SERMoN III. De S. BeRNARno ABAD.
gloria del que sale de su Talamo, sino que le prepara
el camino, y publica su gracia para merecer recibir èl
tambien de su plenitud. Luce, pues Juan , tanto mas
claramente quanto mas arde; ; tanto mas verdadera
mente quanto menos apetece lucir. Lucero fiel , que
no vino à usurpar, sino a prenunciar el esplendor del
Sol de justicia. No soy yo Christo, dice, viene el mas
fuerte que yo despues de mi, de quien no soy yo dig
no de desatar, la correa del calzado: y tambien : o
os bautizo con agua , el os, bautizará con el Espiritu
Santo, y con el fuego. Como si manifiestamente dijera
el Lucero: ¿què os admirais viendo el esplendor mio?
yo no soy el Sol : muy diverso le vereis á el; en cuya
comparacion soy yo tinieblas y no luz. Yo como es
trella que previene el dia, derràmo en vosotros el ro
cio de la mañana: èl extenderà en su fervor sus ra
yos, deshara las escarchas, secarà las lagunas, ca
ientara a los que tienen frio, sera como vestido para
los pobres. Ni disuena ciertamente la voz del Precur
sor de la palabra del Juez, sino que manifiestamente
Luc. I2a
el fuego, que habia predicho Juan, le exhibio Chris
to, diciendo: Fuego vine d echar en la tierra.
3 Diràs acaso que en el fuego igualmente se halla
el ardor que el esplendor: no porfio; aunque dardor en
el parece en algun modo ser mas substancial. Mas
oigamos à èl mismo què sea lo que mas recomienda
ps, a».6, en el fuego Pine d echar fuego, dice, en la tierra:
¿y que quiero sino que arda? Has conocido ciertamen
te que es lo que quiere. Pero ni tampoco ignoras aque
llo ; La vida esta en su voluntad, y que el siervo que
sabe y no hace la voluntad de su Señor, será cas
tigado con muchos golpes. ¿Què te apresuras á lucir?
No ha llegado todavia el tiempo en que los Justos
luciràn como el Sol en el Reyno de su Padre. Entre
tanto es dañoso este apetito de lucir: tener fervor es
mucho mejor. Finalmente, si con tanta vehemencia
deseas resplandecer, procura ser lo que quier es pare
-
- * c * - CCT:
*-
SoBRE LAs PALABRAs DEL PRophETA Is AiAs. 139
cer: busca primero el fervor , y sin duda te añadiran el
lucir. De otra suerte en vano trabajas, porque es vano
el esplendor, sin el fervor. Prestada , ö mas bien, fin
gida es la luz, que no procede del fuego. Y lo que
es ageno, poco tiempo lo podràs usar. Serà mayor
confusion, haber querido que pareciese tuyo, lo que
no era tuyo. La luna (segun dicen) tiene el esplendor
sín ardor, y aun áquiel prestado del sól; y por eso tan
freqüentemente, mas bien , siempre se muda, y nun
ca permanece en un mismo estado. Asi verdaderamen
te el necio se muda como la luna, y el sabio perma Eccl. 27.
l2, e
nece como el sol. Aquel necio , digo , que perdió la
sabiduria en su hermosura, esto es, que se resfrió en
el esplendor. -

...;... , r:
4 º Cayó pues Lucifer como relàmpago del Cielo;
pero los Serafines estaban sobre el. Estàn ciertamen
te los Serafines; porque la caridad nunca cae. Estàn 1. Cor. 13
atónitos y suspensos en la contemplacion del que esta
sentado en el trono; estàn, en una eterna inmutabili La estaciº
dad , y en una eternidad inmutable. Tu quisiste impío, on de los
sentarte; por eso fueron movidos tus pies, y fueron Serafines
denota in
derramados tus pasos. El Hijo es quien està sentado mutabili
en el trono, el Señor de los exèrcitos, juzgando con dad.
tranquilidad todas las cosas. Sola la Trinidad se sien Sola la
ta, porque sola èlla tiene la º inmortalidad; sola ella Trinidad
es en quien no hay mutacion, ni sombra de vicisi està sen
tada.
tud. Estàn ciertamente los. Serafines inmutables en Su * Otros
modo, pero no en comparacion de ella. Estàn exten inmutabis
diéndose y atendiendo a aquel en quien anhelan mi lidad.
rar. El que presumió sentarse, quiso estár contento
consigo mismo; de donde es, que aun hoy de sola la
malicia tiene ansia; porque sola èsta tiene de si mis
mo, Quando habla mentira, de si propio la habla;
porque el es mentiroso, y padre de la mentira. Lo Johan.8.
que oyes de la palabra de mentira, entièndelo tam 44•
bien de qualquiera obra de malicia. Y aunque mala
mente se complace asi
--
gºen lo, malo, con todo
2. CSQ)
14o SERMoN III. De S. BERNARDo ABAD.
eso nunca ni en si mismo podrà hallar lo que bäste
àsi mismo. Sola por tanto està sentada la Trinidad su
ma, la qual sola tiene en si el sèr : en si es, y por
eso sola ella verdaderamente es; sola ella goza de si,
sola de ninguno tiene necesidad, sola se basta àsi
misma.

re-e-ºe-ee-º ese e-e-e-º- exº

SERMON QUARTo,
De las palabras del Propheta Isaias.
Isaí. 6.2. T Abiendo dicho el Propheta que los Sera
- fines estaban, añade y dice: Seis alas te
nia el uno , y seis alar el otro. ¿Què quieren decir es
tas alas, Hermanos? ¿Pues què, tambien quando ya
haya pasado el invierno, y estarà el Rey sentado só
bre el solio, tendràn que volar todavia los Serafines,
para que puedan ocurrir à diversas necesidades de di
versos hombres, libertarles de inminentes peligros,
dar auxilio à los que trabajen, y consolar á los que
estèn en tribulacion? No, no habrà en aquel reyno
de la bienaventuranza eterna necesidad alguna, lejos
estarà de èl el trabajo, el peligro, y la tribulacion,
a" que sea necesario acudir. ¿A qué pues entonces las
alas? Agradame aquella estacion; enteramente de es
te modo quiero yo permanecer, ni admito de ningun
modo alguna otra cosa, por la que pudiera yo per
der aquella estabilidad. Sin embargo yo sè, bienaven
turado Isaias, que eres Propheta tu, y que tienes el
Espíritu de aquel Señor que en la abundancia de su
piedad excede no solo los rnèritos, sino los deseos de
los hombres. Quède para mi siempre salva aquella
estabilidad amada: y si estas alas añaden algo a la
bienaventuranza, no lo rehuso. Creo pues, que así co
Ilo
SoBRE LAs PALABRAs DEL PRoPRETA IsAIAs. 141
mo se promete la inmutabilidad en la estacion, así en
el vuelo una prontitud con alegria, para que no se
piense aqui una estabilidad como insensible y lapídea.
Pero diràs : ya que sea necesario que tenga alas, ¿por
Que sig
què tantas? ¿Què quiere decir esta multitud de alas? nifica la
Escucha lo que se sigue: Con dos alas cubrian la ca multitud
beza, con dos los pies, y con dos volaban. En las qua de alas.
les palabras me parece á mi que lo que se habia di
cho de su estacion, se explica mas claramente con
el vuelo. Porque ¿adônde vuelan los Serafines sino há
cia aquel Señor en cuyo amor estàn ardiendo? Repa
ra en una llama; como que vuela, y al mismo tiempo
està quieta; ni te admiraras ya que los Serafines estan
do vuelen, y esten volando.
2 Pero porque dijimos adonde vuelan; parece que
tambien pide vuestra religiosa curiosidad la explica
cion de estas alas con que vuelan. Mas cierto y mas Dos alas
son el co
creible testimonio pudiera dar de esto aquel à quien se nocimien
concedió tambien el verlo. Con todo eso, yo opíno,
to, y la
que se pueden entender sin inconveniente en estas devociosa
alas el conocimiento y la devocion, con las quales son
arrebatados los Serafines à aquel Señor que sôbre ellos
reside. Eleva pues el ala del conocimiento, pero ella
sola no basta. Mas presto cae el que intenta volar con
una ala sola; y quanto mas se levanta, con mas da
ño se estrella. Experimentaron esto los Philosophos de
las gentes, que babiendo conocido d Dias, no le glori Rom. Is

ficaron como d Dios, sino que se desvanecieron en sus 2. •

pensamientos, y se obscureció su corazon insensato.


Entregados en fin al sentido rèprobo, se precipitaron
hasta las mismas pasiones de ignominia : de suerte
que se vè bien quan verdadera es aquella sentencia:
Es culpable aquel que sabiendo lo que es bueno, no lo Jacob. 4.
bace. Asi tambien el zelo. sin la ciencia quanto con 17. El zelo
mas vehemencia rompe, tanto mas gravemente cae; sinla cié
tropezando, es à saber, y resaltando. Pero quando la cia se pre
caridad acompaña à la inteligencia, y la devocional precipita.
CO -
142 º SERMoN IV. DE S. BERNARDo ABAD.
conocimiento, vuele con seguridad qualquiera que se
halla en esta disposicion, vuele sin fin; porque vuela
á la eternidad. . . . . . . . .
Que sig 3 Ya sôbre aquella accion que se dice antes , de
nifique elcubrir la cabeza y los pies, tenemos una sentencia
cubrir la aprobada por los Padres, y es, que se cubren la cabe
cabeza, y za y los pies de Dios , por quanto esta oculto lo que
los pies. era antes del mundo, ó que haya de ser despues de
su consumacion. Y esto sea dicho, por quanto en los
S. Gero
Còdices latinos se lee distintamente, la cabeza de el,
nimo. y los pies de el. Mas testifica nuestro Intèrprete, que
en el Hebreo la palabra es comun, que se puede in
Dos inter terpretar de él, y suya; de suerte que segun la ambi
pretacio guedad de la palabra Hebrea se dice que los Serafi
In CS,
nes cubrian el rostro y los pies de Dios, ó su rostro
propio y sus pies. Por lo que puede alguno admirarse,
porque el en la interpretacion escogió de los dos sen
tidos, el que al parecer admitia menos la sèrie de la
misma vision, esto es que volasen y juntamente cu
briesen la cabeza y los pies del que estaba sentado;
pero siguió en esta parte la exposicion de Origenes.:
4. Pues si es permitido entender esto tambien de
los mismos Serafines, píntalos tu de tal suerte, que cu
bierta la cabeza y los pies solo aparezca el medio
cuerpo ; pero aun este no del todo, por aquellas alas,
es à saber, con las quales se dice que evolaban. Yo
considero ciertamente como una cabeza, cuerpo, y
pies mios en las palabras del Apòstol , en las que di
Rom. 8. ce: A los que previó en su divina presciencia, tam
2. 9.
bien predestinó para hacerles conformes d la imagen
de su bijo : y d los que predestinó d estos tambien
llamó; d los que llamó tambien justificó: d los que
justificó, tambien glorificó. Asi mi principio de sola
la gracia es ; y no tengo cosa alguna que atribuirme
en la predestinacion , ö vocacion. No así à la verdad,
estoy ageno de la obra de la justificacion: tambien es
to lo hace la gracia, pero ciertamente conmigo. ¿No
- vès
SoBRE LAs PALABRAs DEL PRoPHETA IsAIAs. 143
vès ya como el Serafin aparece en el medio de al
gun modo? Porque la consumacion de la salud tam
bien es de sola la gracia; ni puedo yo en esta parte
ô con ella ô en ella gloriarme como que soy coad
jutor, ó coóperador. Cubre pues el Serafin su cabeza -

con dos alas, si verazmente conoce, y humildemente


confiesa que sola la misericordia le hà prevenido. Cu
bre tambien los pies con dos alas igualmente, sino se
hallàre ingrato ni ignorante respecto de la misericor
dia que, se hà de seguir despues,. La qual diligencia
sin duda de cubrir aun ahora la cabeza y los pies, no
conviene omitirla, aunque entonces principalmente se
ha de cumplir, quando el Juez estará sentado en el
solio, y à los Serafines que estàn en su presencia los
ilustrara mas sutilmente con, el conocimiento de la
verdad, y los inflamará con mas vehemente ardor de
la caridad. En cuyo número à nosotros indignos sier
vos de su nombre se digne colocarnos la misma mise
ricordia de que hemos hablado, la qual desde lo eter
no, y hasta la eternidad està sobre sus escogidos; mos
trando de algun modo à la verdad el libre albedrio en
el medio , por razon del mèrito; pero reservando para
si sola el principio y el fin: para que sea para nosor
tros el Alpha y Qmega nuestro, Señor Dios; y por uno
Ps, a 13.
y otro derecho clamemos: No á nosotros, Señor, no d
nosotros, sino, a vuestro nombre dad la gloria, Amen.
.. ... . . ..., ; í: la º z o, .
«eº º ez es º. . e-oe
. . . . .
e º
. .. . . . . . . .
º e-ºxº
.
... ... º )
SERMO NQUINTO, ..
y, NA.- y, ... vº

-,
s tº.

Es una
-
-
- . . . . .. (. "..." * - - Y, ,, , ,, \ño y
De las palabras del Propheta Isaias, o , op segunda
º * - . . .. . . . - -
. ... - explicaci,
on.- .
- I OS proponen las sagradas letras à Christo
LY , Señor nuestro ya de el Padre, ya en el Pa º. chisto
de el Pa
dre, ya con el Padre, ya de el Padre, ya por el ¿
s -º - - TG, -
dre.
a
144. SERMoNV. DE S. BERNARDo ABAD.
dre, y tambien bajo de el Padre. En decirse, de el Pa
dre, se significa su inefable nacimiento: en decirse en
el Padre, la consubstancial unidad : con el Padre la
En el Pa.
igualdad de magestad. A la verdad estas tres cosas
dre y con son desde la eternidad. Pero si de el Padre naciendo;
el Padre,
¿què en el Padre, ó con el Padre? No impropiamente
acaso se dirà que en el Padre reposando, con el Pa
dre sentado. Y escuchad la razon de este asiento con
èl, y de este repôso. Asi como el estàr sentado ex
plica la magestad, asi el estàr sentado con el expli
ca la igualdad de la magestad: especialmente te
niendo el asiento á la diestra de el Padre , no cier
tamente bajo de los pies, ô como à la espalda. Y el
estàr sentado sin duda es ya descansar , pero mas es
el estàr echado. ¿Pero què parecerà mas deleytable, y
de algun modo mas dulce para el Hijo, el estár con
el Padre, ô presidir con el Padre à todas las cosas?
¿En quäl de estas cosas juzgas que està aquella paz de
Dios suma, que supera todo sentido, y en qual se
asignarà mas competentemente el singular descanso
del Señor? Aunque esto no se puede explicar bastante
dignamente con la boca, con todo eso acaso se con
cibe piadosamente con el corazon; de suerte, que que
dando salva siempre en todo aquella indivisible sim
plicidad de la esencia, parece se puede pensar èntre
la igualdad de gloria , y unidad de substancia como
una distincion semejante à aquella, que hay èntre el
estár sentado con otro, y èntre el estär recostado.
2 Finalmente poco la parece a la Esposa verle sen
Cant. 1.a. tado; reposando, pide que se le muestren. Enseñad
me vos, que sois d quien ama mi alma , en donde re
posais en el medio dia. Pero y tambien à toda alma
que tiene el gusto sano, la sabe mas dulcemente por
1. Cor. 6. todos modos, lo que el Apòstol dice: El que se junta
17.
Math. 19.
º Dios, un espiritu es con el ; que lo que à los Ápós
28,
toles se dice: Quando se sentare el Rey en la silla de
º magestad, os sentaréis tambien vosotros juzgando.
No
SoBRE LAs PALABRAs DEL PRoPHETA Is AIAs. 145
No es menos gustoso ciertamente que el asiento el re
poso. 1 o estoy en el Padre, dice el Hijo; y el Padre
en mi. No pudo explicarse mas expresamente la uni
dad de substancia. Pues estando ambos el uno en el
otro , nada se puede idear aqui como exterior , nada
como interior, sino que es necesario creer en ambos
una simplicísima unidad de substancia. Sin embargo
algo semejante es à esto aquello que se dice: El que 1. Johan
permanece en la caridad, permanece en Dios , y Dios 4. 16.
en el: sino que aqui se designa una cierta espiritual
union; segun lo que mencionamos arriba: El que se
junta a Dios; no ciertamente una cosa , esto es una
substancia, sino un espiritu es con el : pero alli mas
antes se designa una natural y substancial unidad. Por
lo qual tienes tambien en el Evangelio : 7'o y el Padre Johan.
30.
1e
somos una misma cosa. Aquello consiguientemente se
gun la dicha similitud es como el retrete del Unigè
nito, y como un sumo descanso del Señor. A nosotros
tambien por esta union de voluntades y adhesion del
espiritu, que hace la caridad, segun nuestro limitado
modo, nos introduce, hecho èl tambien primogènito,
en este a posento y descanso suyo.
3 Ya el decirse de el Padre, le indica caminan Christo
do, y pertenece à aquel adviento de su encarnacion, viene del
que concedièndolo su misericordia , hemos de celebrar Padre.
luego. De aqui, sin duda, dice èl mismo: "o de Dios Johan. 8.
procedi, y vine. Finalmente visto en la tierra , y tra 43s
tanto con los hombres, estuvo en medio de nosotros
aquel ā quien ignorábamos, el verdadero Manuel,
Dios con nosotros , estàndo con nosotros , pero por el
Padre. El haber estado con nosotros designa su am
paro, el haber estado por el Padre denota su zelo. Sin
duda, en todas cosas buscaba la gloria del Padre, cu
ya voluntad tambien habia venido à executar. Pero Christo
si le consideras pendiente, si atiendes à Christo y à està por
el Padre.
èste crucificado, alli especial y evidentisimamente le
hallarás debajo del Padre. Esto pues propia y espe
- T cíal
146 SERMoN V. DE S. BERNARDo ABAD.
Christo cialmente perteneció à la humildad de la humana na
debajo de turaleza, segun la qual èl mismo dice: El Padre es ma
el Padre.
Johan. 14
yor que yo. ¿Nos atreveremos à decir que estuvo tam
a 8. bien alguna vez sin Padre?. Ninguno lo presumiria,
Christo si èl mismo primero no hubiera dicho : Dios mio,
sin el Pa Dios mio, ¿cómo me desamparaste? Hubo un cierto
dre.
desamparo, donde en tanta necesidad ninguna mues
Math.27. tra hubo de su poder, ninguna ostension de su ma
46.
gestad.
4 Tenemos pues à Christo naciendo del Padre, re
posando en el Padre, sentado con el Padre, viniendo
de el Padre , estàndo por el Padre, pendiente bajo
del Padre, y en algun modo muriendo sin Padre. ¿De
Isai 53.2. quäl modo de estos creeremos que le viô Isaias, quan
do decia: Vi al Señor sentado sobre un solio excelsa
y elevado? Porque muy desemejante por todos modos
fuè esta vision de aquella, de la que el Propheta mis
mo en otra parte: Le vimos, dice, y no tenia belleza
ni esplendor: le reputamos como un leproso, y como un
bombre herido por Dios y humillado. Uno mismo en
ambas partes vió al mismo: pero no le viò del mis
mo modo, y por eso de algun modo no al mismo.
Alli le vió cárdeno con los golpes, harto de opro
brios, afligido con suplicios, escarnecido con injurias.
Vióle en fin despreciable; viòle pendiente, viòle mu
riendo por nosotros, y dice: Fue penetrado de herida r
por nuestros delitos , con cuya sangre fuimos sana
dos. Alli , repito, apareció como el último de los
hombres, y un objeto de desprecio: aqui toda la tier
rra estaba llena de su magestad. Allivaron de dolo
res, y que sabia lo que es sufrir y padecer : aqui
Señor, que estaba sentado. Y aquella vision se de
nota ser comun por el verbo del numero plural: èsta
es tan singular, como sublime. Alli pues como uno de
la multitud : Vimos, dice: mas aqui como solo y so
litario, elevàndose sôbre si mismo: Vi, dice, al Se
ñor sentado, &c. A la verdad competente mente se
lla
SoBRE LAs PALa BRA s DEL PRopHETA Is ArAs. 147
llama Señor el que se vè estar sentado. Porque el es
tàr sentado es propio de quien preside, el estàr sentado
es propio de quien domina y reyna. Principalmente el
estàr sentado sôbre solio denota dominacion: el estàr
sentado precisamente, alguna vez denota tambien hu
millacion. Pero como hemos dicho, el que en el Pa
dre reposa deliciàndose, con el Padre esta sentado
mandando; alli esposo amable, aqui Señor admirable;
en fin Dios glorioso en sus Santos, admirable en su
magestad.
5 IVi, dice, al Señor sentado sobre un solio ex
celso y elevado, y toda la tierra estaba llena de su
magestad: y las cosas que estaban bajo de el llenaban
el templo. ¿Què pues estaba bajo de el? ¿Acaso el so
lio mismo? Aunque muy excelso y elevado, con todo
eso estaba debajo de èl. Porque si èl estaba sentado
sobre el solio, ciertamente el solio estaba bajo de èl
mismo. ¿Y cómo llenaba él el templo ? Y tambien
quando ya toda la tierra estaba llena de su magestad, Los An
¿cómo el templo todavia se llena, ö de què? Apren geles son
solio de
de de estas cosas que oyes, à no imaginar el solio Dios,
una mâquina corpórea, sino à entender en èl la cria
tura Angelica. Porque si el alma del justo es la silla
de la sabiduria, ¿quánto mas digna silla seràn los An
geles Santos? Este llanamente es el solio de su glo
ria, excelso por la naturaleza, pero mucho mas ele
vado por la gracia. Los hizo excelsos la naturaleza de
su condicion, pero mucho mas elevados la gracia de
la confirmacion, de la qual se dice: Con la palabra
del Señor se hicieron firmes los Cielos. Asi estos exer
Ps, 3 r.6s
citos de Angeles en quienes se sienta Dios, y que es
tán bajo de el, llenan el templo, aunque ya toda la
tierra esté llena de su magestad. Porque en todas par
tes reyna, en todas partes impera, en todas partes es
ta su magestad; pero su gracia acaso no así. No es
ta, repito, en todas partes del mismo modo que es
ta su potestad, su voluntad buena, agradable, y ¿.
- T2 CQ
148 SERMoN V. DR S. BERNARDo ABAD.
Math. 6. fecta. De otra suerte, ¿cómo es, que decimos: Haiga
0.
se tu voluntad asi en la tierra como en el Cielo? Há
cese pues su voluntad de todas las cosas, häcese por
todos, pero no en todas las cosas. En los espíritus es
cogidos se hace su voluntad, quando en ellos se ha
ce una voluntad con èl. Esta es ciertamente una union
espiritual que hace un espíritu, así como se lee que
la multitud de los creyentes tenian un corazon, y un
alma. 7” las casas que estaban bajo de el llenaban el
Act. 4.37.
templo. Le llenaban de toda bendicion espiritual, le lle
naban de la divina consolacion, le llenaban de las di
ferencias que hay de gràcias, le llenaban en fin del
fruto de santificacion: pues d vuestra casa, Señor, la
es decente la santidad. Le llenaban de diversos dones
de gracias, del Espíritu de sabiduria, y de entendi
miento, de consejo , de fortaleza, de ciencia y de pie.
dad; y le llenaban del Espiritu del temor del Señor.
La estaci 6 Los Serafines estaban sôbre el. Este nombre es
on de Di del órden sumo y supremo de los Angeles, por lo que
os, la de con razon se describen estando sôbre los demàs: y
los Ange ellos mismos por mas que excedan á los otros en ex
les, y la
de los hó. celencia, no menos estàn en pie en la presencia del
bres son Señor, que preside, exhibiendo ciertamente un minis
diferétes. terio devoto, y un obsequio lleno de respeto. De di
ferente modo pues conviene entender la estacion del
Señor, de diferente modo la del Angel, y de diferen
te modo la del hombre. Està Christo zelando por el
Padre, buscando la gloria del Padre : y como Unigé
nito fiel , y aun tambien Primogènito, ayudando por
zelo del Padre à los adoptivos. Asi le viò estàr en
pie Estevan, quien le tuvo como protector; asi el
Aét.7.55. Propheta le rogaba que se levantàse para ayudarle:
Ps. 42.26. Levantaos, dice, Señor, ayudadme. A la verdad la
estacion de los Angeles es ministerio, diciendo el Pro
Dan.7, 1o pheta : Millares de millares le servian, y diez veces
cien mil millares asistian delante de el. El estàr del
hombre es persistir en el vigor del ânimo, y en la
ob
SoBRE Las PALABRAs DEL PRoPHETA Is AIAs. 149
observacion del propósito. Asi Moyses estuvo en la
calamidad delante de Dios para apartar su ira: asi
estuvo tambien Phinees, y le aplacò. Los Serafines Psal. los
3O.
estaban sôbre el. ¿Cómo es que dice el Propheta ha
ber visto que estaban no uno, no muchos , sino dos?
Pues es constante que dos se le aparecieron por lo que
Eccli. 4.
seguidamente dice: Seis alas tenia el uno y seis alas I O.
el otro. Y con razon estaban dos: Porque ay del so
lo, que, si cae, no tiene quien le levante. A y de ti
espiritu de sobèrbia, amante de la soledad, y de la
solitaria presuncion: , no estuviste fixo en la verdad:
fuiste expelido; no pudo estàr fixo el pie de la sobèr
bia. Queriendo sentarte solo , como relàmpago caiste
del Cielo, para no tener jamàs quien te levante.
7 Seis alas tenia el uno, y seis alas el otro. ¿A A que fin
què esta multitud de alas? Con dos , dice, cubrian esta mul

su cabeza; con dos sus pies; y con dos volaban. Gran titud de
alas.
de misterio y profundo sacramento ciertamente! Es
tas palabras piden en vosotros oidos atentos; pero mu
cho mas exigen en mi una lengua discreta, y espe
cialmente un ánimo espiritual. Digo pues en el modo
posible lo que siento, mas no lo digo afirmándo, si
no congeturando en alguna manera y opinando. ¿Què
estorva el pensar que arrojado Lucifer, fueron pues
tos por vigilantes guardias los Serafines, asi como ha
biendo echado al hombre , segun consta de la escri Gen. 3.24
tura, puso Dios por guardia un Querubin? Ni impro
piamente acaso se entrega al Querubin una espada de
llama, para que la incision y la ustion juntamente, que
son tan terribles para la carne, prohiban á la corpo
ral mano el llegar al àrbol de la vida. Pero los Sera
fines solamente reciben las alas para estorvar con su A Luci
velo al ojo espiritual. Finalmente: Con dos , dice , cu fer des
brian su cabeza, y con dos sus pies, para que aquel pues dela
iniquo no pueda mirar ni las cosas altas de Dios ni caida sele
ocultó la
las profundas. Llegarà tiempo quando se descubrirà
gloria de
la gloria de Dios: pero esto no serà hasta que ya se Dos.
ha
I 5o SERM oN V. DE S. BERNARDo ABAD.
Isai. 26.
I O.
haya executado antes lo que està escrito: Sea echa -
do fuera el impio para que no vea la gloria de Dios.
Entretanto ciertamente se cubre la cabeza, se cubren
los pies, de suerte que se deja en medio algo que vea
el impio, pero para envidiar no mas. Y se cubren con
alas, las quales de tal modo le estorven à èl, que à
ellos les sostengan y eleven.
Dos alas 8 Con todo eso hemos de buscar primero y saber
de la na con que alas se dice que vuelan: porque con dos, di
turaleza y ce, volaban. Ni impropiamente acaso llamamos estas
de la gra dos alas la naturaleza y la gracia: especialmente quan
cia.
do antes tambien declaramos nosotros por estas mis
mas la altura del solio y su elevacion. Con un enten
dimiento pues vivaz por naturaleza, y con un afecto
no menos fervoroso por la gracia extendidos conti
nuamente y atentos hàcia aquel Señor que està sobre
ellos, se describen como que estàn en pie (segun diji
Intentan
mos) por el ministerio, pero volando tambien por su
do Luci devocion. Porque aunque cubran la cabeza del Señor
fer volar y cubran tambien los pies : pero esto no lo cubren
có un ala para si, antes bien vuelan diligentemente, y revole
sola cayó tean entre estas cosas, investigando lo alto de su po
tencia, y lo profundo de su sabiduria. Ni ciertamen
te son escudriñadores de la magestad; para que sean
oprimidos de la gloria; porque no menos aman, que
entienden: como à quienes rige , y en quienes obra
aquel espiritu que escudriña tambien las cosas altas
de Dios. Aquel sobèrbio Lucifer, obstentando la luz,
y no teniendo fuego, fixado solamente en un ala, pu
do asi caer no volar. Mostró mucha ansia por ser
lucido, no por ser fervoroso, no por ser entendido,
lo que significa Serafin. No estuvo pues, porque des
preció el estàr; pero mi pudo volar como presumió.
Elevóle la vivacidad de su naturaleza, pero para da
ño suyo, pues la falta de la gracia luego le derribò.
Ni es desemejante la caida de aquellos que habiendo
conocido a Dios, no le glorificaron, ni dieron gra
C13S:
SoBRE LAs PALABRAs DEL PRoa ErA ls AIAs. 15 t
cia : por cuya causa fueron entregados al sentido de
prabado, y se obscureció su insensato corazon. Fi
nalmente aun al mismo principe de ellos se le ha in
terpuesto un velo, que ya por ninguna vivacidad de
su naturaleza puede penetrar para poder ver la cabe
za ô los pies de aquel que está sentado en el solio.
Pues los Seraphines que estàn en pie, y asisten en su
presencia , con dos alas cubren su cabeza, con dos
sus pies.
No es corporal la divina Substancia, ni està dis
tribuida al modo de los hombres en miembros corpo Nada cor
reos. Dios es Espíritu; y las cosas que se dicen de el, poral se
se han de investigar espiritualmente. Ultimamente, hade ima
¿quièn nos revelará esta cabeza y estos pies, que ginar en
Dios.
con las dos alas cubren los Serafines, sino el mismo
Espíritu que sabe todas las cosas que hay en èl, y
escudriña tambien las cosas altas de Dios? Yo pien
so pues , que estas mismas son las que se designan
en este lugar con el nombre de cabeza. A sí segun La cabe
este sentido su cabeza es su magestad, su potestad, za de Di
su sempiterna virtud y divinidad, segun aquello del os es la
Propheta : Es vuestra justicia como los montes de divinidad
Dios: y lo que se sigue: Vuestros juicios son mucho Ps- 35.7.
abismo sin inconveniente parece poderse explicar con
el nombre de pies. Porque son como unos pies suyos Sus pies
sus impenetrables caminos, sus inescrutables juicios, sus juici
el profundo de su sabiduria, y su disposicion irrepren OSº.

sible, pero incomprensible. Tambien se sabe que per


tenece a estos pies el misterio mismo de la Encarna
cion del Señor con especialidad, y juntamente toda
la obra de nuestra salud. Es de ver quan sublime sea
aquella justicia, la qual admira el Propheta como los
montes de Dios. La nuestra (si tenemos alguna) es jus.
ticia humilde, recta acaso, pero no pura. A no ser
que nos tengamos por mejores que nuestros Padres,
quienes no menos veraz que humildemente decian: To.
das nuestras justicias son como un paño de una mu Isai. 64.6.

ger
I 52 SERMoN V. DE S. Br RN ARDo As AD.
ger menstruosa. Porque como puede ser pura la jus
Diferécía
entre la
ticia , quando todavia no puede fatar la culpa? Asi
Justicia y
por ahora puede parecer recta la justicia de los hom
santidad bres, con tal que no consientan al pecado para que no
de Dios, reyne en su cuerpo mortal. La del primer hombre en
y la delos el principio ciertamente no solo fuè recta sino pura
hombres, tambien, mientras que se le concedió que ni aun sin
y de los
Angeles. tiese el pecado. Pero ni aun esta misma , porque no
fuè firme , y perdió facilmente la pureza, retuvo su
misma rectitud. A la verdad en los Angeles es la jus
ticia recta, pura y firme: sublime sin duda, pero in
ferior todavia à la divina. Pues no es innata en ellos,
sino dada por Dios: de modo que la naturaleza mis
ma, quanto es por si , no solo se halla capaz de jus
Job. 4. 18 ticia, sino tambien de injusticia. ¿Por ventura no es
esta una cierta malicia que se lee haber encontrado
Ps. 142 z. en sus Angeles aquella verdadera justicia? No serd
justificado en vuestra presencia todo viviente, dice
quien no ignoraba la justicia de Dios. Ni dice: Todo
hombre; sino todo viviente: acaso para que sepas que
no exceptuaba à los mismos Espiritus Angélicos. Vi
ven pues tambien ellos , tanto mas verdaderamente
quanto mas cerca estàn de aquel Señor en quien està
la fuente de la vida. No menos tambien son justos,
pero por èl, no delante de èl: por don suyo, no en
su comparacion. Porque èl mismo es para sí justicia,
cuya voluntad no tanto es recta, como la misma rec.
titud: y una y otra no es otra cosa que su misma subs
tancia. Aquella justicia pues, con toda verdad es co
mo un monte, que es recta, que es pura, que es fir
me, y que (por decirlo asi) tambien es substancia.
¿Quánta altura se muestra en esta Cabeza! ¡Quänta
gloria, y quânta sublimidad está depositada en este
umbroso y denso monte!
o ¿Mas con que alas juzgamos que cubren los Se
rafines esta cabeza, para que con ninguna sublimidad
de naturaleza, con ninguna perspicacia de la razon
pue
SoBRE LAs PALAR RAs DEL PRoPRETA IsArAs. 153
pueda el ojo malvado romper hasta la claridad de es
Las alas
ta verdadera luz? Con las dos alas, sino me engaño,
cóque los
de la misma gloria de ellos y felicidad. Pues se de Serafines
leytan inefablemente en la admiracion de la contem cubren la
placion de él; ni se glorian menos en su veneracion. cabeza de
Aquel iniquo teniendo ciertamente admiracion, pero Dios son
la admi
no veneracion, porque no se quiso sugetar por la ve
racion y
neracion , no se pudo fixar por la admiracion. Final veneraci
mente convirtió la misma admiracion en emulacion; Ols
ni se dignó venerar, sino que intentó imitar. ¿Quän
to mejor los Serafines, felices en su misma, admira
cion , se hacen con la misma veneracion tambien ellos
venerables, teniendo la verdadera gloria en aquel
mismo, à quien servir es rey nar, y para quien todo el A Luei
que se humilla es ensalzado? Y escucha ahora en què fer le fal
modo eon estas dos alas parece que elibren los Sera tó la una.
fines esta cabeza, que hemos dicho, del Señor, para
que aquel maligno no la mire. Todas las veces que
levanta hàcia arriba la vista el maligno, al punto tro
pieza en la angèlica felicidad y gloria y cubre sus
ojos un humor pesimo, la envidia propia; de modo
que no puede penetrar mas adelante. Asi, como con
dos velos es estorvado este envidioso para registrar
las cosas mas sublimes; consumièndose dentro de si
mismo rebatida y reberberada su vista ya de la fe.-
licidad, ya de la gloria, ya de una y otra junta
mente de aquellos, que se duele èl de tener superio El torme
to del en
res. Porque, ¿què escozor tan grave hay para los ojos vidioso es
como la envidia Ni con otra cosa se atormenta mas
la gloria
el ojo, envidioso que con la gloria agena, y felicidad. agenas
Pues la miseria (como suele decirse), carece de en
vidia. ) --

1 Pero tambien los pies del Señor, en los qua Las alas
les dijimos se designaban el abismo insondable de sus con que
cubré los
juicios, y los impenetrables caminos de sus disposi pies son
ciones, cubren igualmente con dos alas los Serafines. la prudé
Yo lo entiendo esto, de prudencia, y fidelidad. cia, y la
Por fidelidad.
154 SERMoN V; pr S. Be RNARno ABAD.
Porque siendo ministros fieles, y prudentes juntamen
te, de tal manera executan los negocios divinos, y
proveen à la salud de los Escogidos, que aquel ma
ligno no lo puede percibir en modo alguno. Por este
encubrimiento de los pies juzgo que sucedió, que sin
El diablo saber lo que hacia, hizo crucificar al Señor de la glo
es obliga ria : por este mismo todos los dias sucede , que sir.
¿ ve ignorante y contra su voluntad á los negocios de
¿ so- muestra salud, llorando despues ya tarde, que quan
juntad, y do quiso dañar, se halló, que habia aprovechado.
sin adver Asi sin duda, los Espíritus deputados al ministerio
tiro a la burlan su astucia, porque son fieles para no querer.
¿? descubrir los arcanos de la divina providencia y dis
bes” posicion para con nosotros, y son prudentes para sa
ber encubrirlos. -

• 12 Sin embargo asi como por aquellas dos supe


Que alas, riores alas aquel malvado tuvo la admiracion pero no
yque pies la veneracion, como dijimos; asi por las de en medio
al diablo. tambien le dió la naturaleza la inteligencia espiritual,
ºººººº • \ - - -

pero no le dió la gracia el afecto. No menos por las


infimas es facil de advertir, quan falto estuvo de fi
Gen. 3 1. delidad, pero no asi igualmente de prudencia. A no
ser que acaso pienses tu que es otro aquella serpien
te, que fuè llamada la mas astuta de todos los ani-,
males. Acaso tambien no impropiamente diremos, que
por eso fuè tan irrevocable su caida, y tan irrepa
ºrable su golpe, porque de estas alas que hemos di
ºcho, así como à la derecha ninguna tuvo, asi nin
guna le faltó en la izquierda. No asi á la verdad,
• aquellos dos, que la vision Prophètica describió es
tando y asistiendo al Señor de la magestad. Cuya ca
beza tambien (como hemos dicho) cubren con sus
* A
dosdeleytan
se alas; con su admiracion
felizmente seguramente,
; y con en laenqual
su veneracion, la
qual sublimemente se glorian: con dos tambien cu
bren sus pies, con la fidelidad, es à saber, y con la
- prudencia. En fin vuelan con las otras dos, con la
... pers
SoBRE LAS PAL ARRAs pEL PRoPRETA sAIAs, 155
perspicacia de su naturaleza, como dijimos, y con la Longaní
midad de
eficacia de la gracia. A la verdad en medio dejan Dios con
como una longanimidad desnuda y visible; llàmo asi los peca
á la largueza y benignidad de Lbios, que con vida do res.
á los hombres á la peniténcia. Porque à todos es fa
cil ver, como hace, nacer el Sol suyo sobre los bue
nos y malos, y llueve sóbre los justos, igualmente que
sobre los injustos. Sin duda alguna esta es la caridad Cant. 3.
1 Oe
que aquel Salomon verdadero extendió como por en
medio de si mismo, por las hijas de Jerusalen : a fin
de que los que nQ puedan investigar y buscar las co
sas elevadas sobre sus fuerzas, ni sus profundos se
cretos; puedan à lo menos exercitarse en estas que se
hallan como en medió, y de ahi puedan merecer ser
promovidos alguna vez à la contemplacion de las ele
vadas y sublimes. Mas aquel malvado por esta vision
ahora es atormentado mas vivamente, y lo serà mas
gravemente en lo futuro. Lo primero, porque el nos
envidia esta longanimidad divina; lo segundo, por
que de ningun modo aun con esta ocasion mira por
si mismo para ser traido a penitencia,

coooooooooooooooooooooooº
EN LA coNVERSION DE SAN PABLO. a 5. de
Enerº,

SERMON PRIMERO.
Como dehemos convertirnos d exemplo suyo.
ar NON razon, Amantisimos, se celebra hoy
con festivos gozos por la universidad de S. Pablo
cóvertido
las gentes la conversion del Doctor de las gentes: pues
a un hoy
sabemos que de tan dichosa rayz ha salido tan abun no cesade
dante copia de ramos. Pablo convertido fuè hecho convertir º
para todo el mundo el instrumento de su conversion. las nacio
V2. Ni lle 5s
156 SER MoN I. DE S. Be RN ARDo ABAD.
Ni solo en otro tiempo viviendo todavia en la carne,
pero no conducièndose ya por las leyes de la carne,
convirtió muchos à Dios en el oficio de su predica
cion, sino que ahora tambien viviendo ya mas feliz
Con su mente en Dios y con Dios no cesa de convertir à
exemplo, los hombres: con el exemplo, con la oracion y doc
có su ora.
trina. Por eso en fin se hace solemne memoria de su
cion, y có
su doctri conversion, porque ella misma es utilísima para los
la, que la tienen presente. En esta memoria concibe el
pecador esperanza del perdon , para moverse a peni
tencia; y el que hace ya penitencia halla en ella el
modelo de una conversion perfecta. ¿Quièn perderà
la esperanza en lo adelante por la grandeza de su de
lito, quando oye que Saulo respirando todavia ame
nazas y muertes contra los discípulos del Señor, es
hecho subitamente vaso de eleccion? ¿Quièn dirá opri
mido del peso de su iniquidad: ya no puedo levan
tarme à mejorar mis costumbres, quando en el mis
mo camino en que sediento de la sangre de los Chris
tianos, respiraba con todo el pecho cruel ponzoña, es
trocado en predicador fidelisimo un perseguidor crue
lisimo? En esta sola conversion se manifiesta con to
da su magnificencia la grandeza de la misericordia
de Dios y la eficacia de su gracia.
2 Subitamente , dice San Lucas, le - iluminó al
Act. 9.4. rededor una luz del Cielo. ¡O verdaderamente ines
timable dignacion de la divina piedad! Ilumina con
un resplandor celestial á lo menos por fuera , ā quien
era todavia incapaz de luz por adentro : le baña al
rededor à lo menos una luz divina, ya que todavia
no podia ser infundida en su interior. 2" sonó una voz.
La perse. Los testimonios de la luz y de la voz se hicieron
cucion de dignos de la mayor fe; ni ya se puede dudar de una
los fieles
se, reputa,
verdad que se entra por ambas ventanas, de los ojos
persecuci y de los oidos. Así igualmente , así en el Jordan só
on del mis bre la cabeza del Señor se dejó ver la paloma, y
rno Chris sonó la voz: asi tambien en el monte quando se trans
- -
EN LA CoNvERsIoN DE S. PABLo. 157
figurò delante de sus discipulos, se viò la claridad,
y se oyó tambien la voz del Padre, Saulo, Saulo,
¿por que me persigues? Verdaderamente està cogido
Saulo; no hay lugar á disimular, no hay arbitrio pa
ra negar: en sus manos estàn las cartas de la crue
lisima embaxada , de la autoridad execrable , de la
potestad iniqua. ¿Por que, dice, me persigues? ¿Por
ventura no perseguia a Christo, el que despedazaba
en la tierra los miembros de Christo? Persiguieron à
Christo los que clavaron aquel Sacratísimo Cuerpo en
un madero, y no le perseguia el que contra su cuer
po que es la Iglesia (pues ella misma tambien es cuer
po suyo) ardia con odio implo?. En fin, si diò su pro
pia sangre para rescatar las alrhas, ¿no te parece que
sufre mas grave persecucion de aquel, que con suges
tiones malignas, con exemplos perniciosos, con oca
siones de escàndalo aparta de èl las almas que redi
miò, que del Judio que derramò aquella sangre?
3 Fixad aquí toda la atencion , Amantisimos, y
Nunca
retiraos con pavor de la compañia de aquellos que
falta per
impiden la salud de las almas. Horrible sacrilegio en se cucion
teramente que parece exceder aquel enorme delito de al Chris
los que pusieron sus manos sacrilegas en el Señor de tiano; ni
la tmagestad. Parecia que habia cesado ya el tiempo aun al mis
mo Chris
de la persecucion: pero como se hace ver por esto, tO,
munca falta persecucion al Christiano; ni aún tampo
co a Christo. Y lo que mas espanta es, que persiguen
à Christo ahora, los mismos que tienen de él el nom.
bre de Christianos. Vuestros amigos ó Dios, y vues
tros prójimos se han levantado y declarado contra
vos. Parece haberse conjurado contra vos el comun
del pueblo Christiano desde el minimo hasta el màxi
mo, desde el pie hasta la cabeza no hay parte nin
guna sana: salió la iniquidad de los ancianos jueces, Esta per
se cucion
vuestros vicarios que estaban puestos para governar viene con
vuestro pueblo. No se dice ya : como el pueblo, así especiali
CS el sacerdote; porque no es el sacerdote , como es dad delos
el malos Pre
58 SERMroN I, DR S. BERNARDo ARAp.
lados , y el pueblo, ¡Ay ay Señor Dios, que aquellos son los
S a cerdo
tes.
primeros en vuestra persecucion , que anhelan a los
primeros lugares en vuestra Iglesia, y que tienen ea
ella la autoridad y poder. Se apoderaron del alcazar
de Sion, tomaron, sus municiones, y ya libre y des
poticamente entregan toda la ciudad al incendio. Su
miserable conducta es la triste subversion de vuestra
plebe. ¡Y ojalà que solo por esta parte hicieran el
daño. Habria tal vez quien prevenido y fortalecid9.
con la exortacion del Señor se daria priesa , no á imi
tar- sus exemplos, sino à observar sus preceptos, se
Math.23. gun lo que està escrito: Haced todo lo que ellos di
3• cen, pero no hagais lo que hacen. Ahora ya se haa
hecho los grados sagrados y dignidades de la Igle
sia ocasion de torpe lucro, y se reputa piedad el in
Abusos é teres. Encuentran en si mismos una piedad muy gran
las preté de para recibir, mas bien, para tomarse el cuidado
siones à
de las almas; pero este es el menor de todos sus cui
los cargos
y dignida dados, y entre todos sus pensamientos tiene el ultimo
des de la lugar el bien espiritual de ellas. ¿Podia haber para el
Iglesia. Salvador de las almas persecucion mas terrible Per
versamente otros tambien obran contra Christo, y se
hallan muchos ante-christos en este tiempo. Pero re
puta por mas cruel y siente mucho mas la persecu
cion que padece de aquellos, por los beneficios que
les há hecho y por la potestad que les hà dado; aun
que igualmente otros muchos obren de muchos y
varios modos contra la salud de los prójimos. Esto
ve Christo y calla; y esto padece el Salvador, y di
simula. Por tanto es necesario tambien que nosotros
callemos y disimulemos ahora, especialmente respecto
de los que son nuestros Prelados, y Maestros de las
Iglesias. Así sin duda, así tambien les place à ellos,
para librarse por ahora de los juicios humanos, hass.
ta que venga de un golpe el grave juicio que aguar
da a los que goviernan, y los poderosos poderosamen
te padezcan tormentos. .. -

-- Pe
EN LA Conversion De S. PABLo. 159
Tambien
4. Pero temo Amantísimos, que acaso entre noso
son perse
tros tambien haya algun perseguidor del Señor: por
guidores
que manifiestamente se convence que impedir l 3 , S3l de Chris
lud de las almas, es perseguir al Salvador. ¿Què gra to los que
cias le podrè yo dár por la salud de mi alma a aquel murmurá
hermano, que me brinda con el veneno de la murmu y los que
dan escá
racion ?. Con razon se apellidan en la escritura los dalo.
murmuradores aborrecibles de Dios, como persegui
dores. ¿Y què será aquel que provoca con su exem Rom. r.
3.O.
plo à los demás à vivir con tibiéza, ô con sus sin
gularidades los turba, ö con su curiosidad los inquie
ta, ô con su impaciencia y quexas les aflige, ô de
otro qualquier modo contrista al espíritu de Dio s que
está en ellos, escandalizando alguno de estos peque
ñuelos, que creen en el? ¿Por ventura este tambien mo
persigue manifiestamente a Jesu Christo? Pues, para
que estè lejos de nosotros el nombre y el crimen de
perseguidores, os ruego, Amantísimos, que nos IInOS
tremos siempre benignos y apacibles, soportandonos
mutuarnente con toda paciencia, y excitándonos unos
à otros á lo que es mejor y mas perfecto. Porque ¿què
siervo juzgara que le basta à èl no perseguir à su
Señor, pero sin hacerle servicio ninguno? ¿Què gra
oia tendrá con él, si así como no le resiste, así tam
e
poco le asiste? En fin, si alguno es tan pusilànime , que
lhega a pensar , que le basta no ser perseguidor, sin
aspirar a ser coadjutor º de Dios, escuche lo que el r.

mismo dice: El que no es con nigo , es contra mi , y Math.


3os.
1s.
el que con migo no junta , derrama.
5 Saulo, Saulo ¿por que me persigues? 7" el res
pondió: ¿Quién sois Señor? De aqui se deja conocer
bien, que verdaderamente le bañaba alrededor la cla
ridad, pero que no estaba infundida dentro de èl.
Escuchaba Pablo la voz del Señor, pero no veia su
rostro, porque le ensayaban para la fè, y como el di
jo despues : La fe viene por lo que se bd oido. ¿Quien,
dice, sois? Perseguia á quien no conocia, y po r eSO -
COIl
16o SERMoN I. DE S. BERNARDo ABAD.
consiguió misericordia, porque en la ignorancia de su
incredulidad hizo esto. Aprended de aqui, Hermanos
mios, que Dios justo juez considera no solo lo que se
Aun los hace, sino con que ànimo se hace : y tened cuidado
¿ de: en lo adelante de no reputar por cosas pequeñas, por
¿ev pequeñas que sean las cosas, en que se peca con co
a cómu nocimiento. Ninguno diga en su corazon; Estas faltas
cha dili- son leves, no quiero trabajar en corregirlas: no es co
gencia , sa de momento permanecer en estos pecados míni
mos y veniales. Porque esto Amantisimos, es la im
penitencia, esto es una blasfemia contra el Espíritu
Santo, esto es una blasfemia irremisible. Pablo cier
tamente. fuè blasfemo, pero no contra el Espíritu San
to, porque hizo todo esto en la ignorancia de su in
credulidad. No dijo blasfemia contra el Espiritu San
to; por eso consiguió misericordia.
6 ¿Quien sois Señor? " el Señor le dijo d el : 2'o
soy jesus Nazareno á quien tu persigues. Yo soy
el Salvador à quien persiguiendo tu , te pierdes. Yo
soy de quien lees prophetizado, en tu ley , lo que tu
Math. º no sabes que està cumplido: Se llamard Nazareno.
2 3• ?” él entonces respondió: Señor ¿que quereis que haga?
Esta ciertamente es la forma de una perfecta conver
Ps. 1 o 7.2. sion. Aparejado , dice el Propheta , esta mi corazon,
Ps. 6.6 ó Dios: aparejado esta mi corazon, Aparejado estoy
- y no estºy turbado para guardar vuestros manda
mientos. Señor que quereis que haga? ¡O palabra
obein. brebe, pero viva, pero llena, pero eficaz, pero dig
¿na de todo aprecio! Que pocos son los que se ajus
Pablo, y tan à esta forma de perfecta obediencia, que de tal
abdicació suerte hayan dejado su voluntad propia, que ni ten
de su pro gan ya su propio corazon, y que preguoteo á todas
ivolun horas, no, lo que ellos quieren, sin o lo que quiere el
º Señor, diciendo sin intermision: Señor que queneis
1.Reg. 3. ?º baga Y lo que decia Samuel ; Hablad Sañor,
IO, porque vuestro tiervo os escucha. Ay! tenemos mu
Luc. 18. chos mas que imitan al ciego del Evapgelio, que al
4 « - - - Illl62 -
EN LA CoNvERsIoN DE S. PABLo. I61
nuevo Apóstol. ¿Que quereis, dice el Señor à aquel
ciego, que yo te haga? ¡Quänta es vuestra misericor
dia, Señor, quânta es vuestra piedad! ¿De este modo
pregunta el Señor, para hacer la voluntad de su sier
vo? Verdaderamente era ciego, pues no consideró, no
se asustò , no exclamò : eso no Señor: decid vos an
tes, que quereis que yo haga ; porque asi es decen
te, asi lo exige teda razon, no que mi voluntad de
vos, sino que la vuestra de mi sea preguntada y exe
cutada: Veis, Hermanos mios, como verdaderamente
necesitamos nosotros de convertirnos en esta parte.
Así sucede en efecto , asi sucede que la pusilanimi
dad y perversidad de muchos el dia de hoy obliga
à que se les pregunte: ¿que quieres que te haga? y
no preguntan ellos: Señar ¿que quereis que yo haga?
Tienen que considerar los ministros y vicarios de
Christo, que gustaràn que se les mande : y no con
sideran ellos qual es la voluntad del Prelado. No es Repren
de à los
su obediencia llena, no estàn aparejados para obede Religio
cer en todo, no se han propuesto seguir en todo à SOS a trafl
aquel Señor que vino à hacer no su voluntad, sino la tes de su
del Padre. Distinguen y juzgan escogiendo en que propia vo
cosas obedeceràn al que les manda ; ô diciendo me luntad.
jor, en que cosas sera menester que su Prelado obe
dezca à su voluntad. A estos tales, aunque vèn que se
les tolera y se condesciende con ellos, teniendo aten
cion à su flaqueza, yo les ruego que procuren apro
vechar, y se averguenzen de ser siempre parvulos;
no sea que oigan alguna vez: ¿què hè debido hace
ros, y no lo hice ? y se haga en fin para los que abu
san de la paciencia y benignidad del Preladus , la mu
chedumbre de la misericordia que se les ha hecho, el
colmo de su justa condenacion.
7 Señor ¿que quereis que haga? 2” el Señor le
respondió: Levdntate y entra en la Ciudad; alli te
se dird lo que conviene que hagas. O sabidurla que Prove
chos dela
verdaderamente disponeis con suavidad todas las co vida co
X SaS.
162 SERMoN I. DE S. BERNARDo ABAD.
mú de los sas. Aquien vos mismo, hablais, le enviais à un hom
ImO maSte
rios. bre, para que sea instruido de vuestra voluntad para
recomendacion de la utilidad de la vida sociable; y
para que enseñado por un hombre aprenda tambien
èl à socorrer à los hombres, segun la gracia que Dios
le hubiere dado. Entra en la Ciudad. Veis, Herma
nos mios, que no se hizo sin el consejo divino que
entraseis vosotros en esta ciudad del Señor de las vir
tudes, para aprender la voluntad de Dios. Es sin du
da que quien saludablemente te aterro y convirtió tu
corazon para desear su voluntad, èl mismo te dijo:
Levantate y entra en la Ciudad. Pero escucha que
manifiestamente se encarga en lo que se sigue la vo
luntaria sencillez, y mansedumbre christiana: Tenien
do los ojos abiertos nada veia : asi los que le acom
pañaban le llevaron por la mano. Feliz ceguedad en
que los ojos de quien, estaba iluminado otro tiempo
desgraciadamente en su prevaricacion, al fin saluda
Los recié blemente se ofuscan en su conversion. Lo que se re
converti fiere que Pablo permaneció tres dias sin comer y em
dos que pleado en la oracion pertenece principalmente á los
deben ha. que en los principios de su conversion à Dios, y ab.
Sers *-
dicacion de las cosas del siglo todavia no respiran en
los celestiales consuelos. Esperen pues ellos tambien
con toda paciencia al Señor; oren sin intermision,
preguntando , pidiendo , llamando; porque les oirà el
Padre celestial en el tiempo oportuno. No se olvidarà
de ellos para siempre; vendrà y no tardarà. Si per
manecieres con èl tres dias, sin tener que comer, con
fia que el piadoso y misericordioso Señor no te des
pedirà en ayunas. -

8 Despues le mandan à Ananias que ponga las


manos sôbre Saulo; pero como bien instruido no se
determina à hacerlo al momento. Mira si el mismo
Pablo despues no da esta misma doctrina a su discl
a. Tim, 5, pulo: No te apresures, le dice, a imponer las manos
12, (?
EN LA ConvER sIoN DE S. PABLo. 163
e ninguno. Vio, dice el Señor, (a) un bombre que po
mia sôbre el las manos para que recobrd se la vista.
Aunque Pablo habia visto esto, Hermanos mios, no Los Reli
por eso se creyó suficientemente ilustrado ya. ¿No giosos no
deben as.
aguardó por ventura la mano de Ananias a quien en pirar à re
sueños acaso habia visto venir? Pigo esto, Carísimos, gir y ése
porque temo que , quizà haya algunos entre vosotros far à los
demàs.
que se presuman iluminados solamente por el sueño:
ni sufran facilmente ser llevados de la mano por otros,
sino que se tengan ellos por guias de los demás. Por
que aquel á quien todavia no se le hà encargado el
cuidado de los demás, à quien no se le hà confiado
el govierno, à quien no se le hà intimado todavia
que vea y provea à los que tienen abiertos los ojos y
nada ven, ¿cómo intenta, tomar estos cargos sobre
si, sino porque medita cosas inútiles , y sigue como
unos sueños vanos? Guardèmonos de semejante vicio,
Hermanos mios: escojamos siempre en quanto estè de
nuestra parte, permanecer en el lugar ínfimo, y ser
conducidos de otros por la mano, aprendiendo la hu
mildad, y mansedumbre de Christo Señor nuestro,
para quien es el honor y la gloria por los siglos de
los siglos. Amen. -

¿e»«»<><» e» e «è» «» «»se» e» e» «»«»«» e»e»)


EN LA CONVERSION DE SAN PABLO.

SERMON SEGUNDO,
OY fuè convertido Pablo, ô diciendo me
- jor, Saulo convirtiendose se trocò en Pa
blo; pues se hizo como aquel parvulo evangélico de
X 2 - í quien
* --

(a) Estas palabras incluidas en un paréntesis en los Aétos Apos


tolicos se han de atribuir à San Lucas, que refiere la historia de la
Conversion de San Pablo, no à Christo.
164 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD.
Math. 18, quien dice el Señor: Sino os convirtiereis e hiciereis co
3•
mo este parvulo, no entrareis en el reyno de los Cielos.
Tal vez hablaba de si mismo. Verdademente el mis
Nuestra
conversió mo Señor grande y loable sôbre manera, èl mismo
se ha de es el pàrvulo, que nos fuè dado à nosotros, ni se nos
hacer imi presenta por ahora grande sino pàrvulo, para hacer
tádo à los se à si mismo agradable y eficaz exemplo de la pe
pàrvulos,
queñez que nos es tan necesaria. Hàcia un pàrvulo
pues hàs de volverte para aprender à ser pärvulo; y
para que tu tambien, quando te conviertas te hagas
pärvulo. Pero escucha con que claridad te muestra
el pärvulo, de quien debes tomar el modelo de una
sincera conversion , proponiendote expresamente en si
mismo las cosas propias de un pàrvulo que merecen
Math. 1 I, imitarse : Aprended de mi, dice , que soy manso y bu
29. milde de corazon. Infancia duplicada, la humildad y
la mansedumbre: aquella es propia del interior, esta
del exterior: pero una y otra son virtudes no peque
ñas: son sin duda tan excelentes virtudes que el mis
mo Señor pärvulo y grande nos las enseña como úni
ca doctrina. Hoy pues se convirtió Pablo ; hoy de
jó de ser Saulo: hoy se hizo manso y humilde de co
razon. Prueba es de la humillacion de su corazon la
Act. 9. 6. confesion de su boca quando clama : Señor ¿que que
reis que haga? Pero todavia es mayor prueba la mis
ma grandeza de la gracia que há recibido , porque
no se daria tan abundante , sino à quien fuera muy
humilde.
2 . La mansedumbre que segun dijimos es como
Por tres
una infancia exterior, y por eso mas manifiesta de
tres modos resplandece en esta conversion. Con tres
tentacio
nes es có. mâquinas suele ser combatida nuestra mansedumbre:
batida nu con las injurias de las palabras: con los daños de nues
estra má tras cosas, y con la lesion del cuerpo. En estas tres
sedúbre. cosas està la muestra de nuestra paciencia, y todo
el exercicio de la mansedumbre : y aquella será vir
tud probada y sòlida, que nada de esto pudiere der
T1
EN LA ConveRSIoN DE S. PABLo. 165
ribarla. Dà gusto considerar de que modo Pablo ten
tado en su misma conversion de todas estas cosas se
muestra ya verdaderamente Pablo, manso y pacien Grande
te en todo esto ya. Saulo, Saulo ¿por que me per za de la
sigues. Duro es para ti dar coces contra el aguijon. mansedá
bre de S,
¡Palabra dura ciertamente, palabra agria, y llena de Pablo,
amenazas. En lo que toca al cuerpo tambien fuè der
ribado, y cayó en la tierra. Pero ¿fuè tambien pro
bado con algun daño ? Y mucho; puesto. que le fué
quitada la luz de los ojos, y teniendolos abiertos,
como està escrito, nada veia. Fuè experimentada y
probada en estas tres cosas la paciencia de Job , en
quien puso Dios un singular dechado de esta virtud.
Pero dejamos à vuestra industria y diligencia que con
sidere y medite esto. Bâstanos preveniros que la ver
dadera conversion en gran parte consiste en esta man
sedumbre: para que se averguencen los que debian
estàr convertidos, de hallarse todavia pervertidos
totalmente, mostrando su impaciencia en la lesion de
los cuerpos, ô en los daños de sus cosas, ô (lo que
es mas indigno) en las injurias de las palabras.
«º- º e-ºe-e-oe-º---->»º
EN LA PURIFICACION
2, de Fe
brero.
DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARIA.
SERMION PRIMERO.
De tres misericordias.

OY la Vírgen Madre introduce en el tem


La prime
plo del Señor al Señor del templo. Jo ra proce
seph tambien presenta al Señor no el suyo, sino el sió de Ch
Hijo amado del Señor en quien tiene sus complacen risto y su
cias. CallS 3,
1 66 SERMon I. DE S. Br RN ARDo ABA p,
cias. El justo Simeon conoce a quien aguardaba, y
la viuda Ana igualmente le confiesa. Por estos qua
tro se celebró por la primera vez la procesion de hoy;
habiendo de celebrarse despues con gozo de toda la
tierra en todo lugar, y por todas las naciones : ni
verdaderamente es maravilla que fuese entonces pe
queña , puesto que el mismo que era recibido era tam
bien pequeño. No tuvo alli lugar alguno el pecador:
todos eran -justos, todos santos , todos perfectos. Pero.
¿por ventura Señor, habeis de salvar esos solos? Cre
cerà el cuerpo, y crecerà tambien la misericordia.
Segunda Los bombres y los jumentos salvareis Señor, quando
procesió multiplicareis, ó Dios, vuestra misericordia. Ya en la
de Chris segunda procesion van delante las turbas, y siguen
tOe
detras tambien ; ni le lleva la Virgen, sino el asni
llo. A ninguno desdeña, ni à los mismos que se pu
drieron como jumentos en el estiercol: no los desdeña,
repito, pero con tal que no les falten los vestidos de
los Apòstoles ; que es decir, si su doctrina, si la
piedad de sus costumbres , si la obediencia, si la
caridad cubriere la muchedumbre de los pecados,
desde luego entonces ya no les juzgara indignos de
la gloria de su procesion. Pero aun reservó su pie
dad para nosotros aquella misma que se vè concedida
à tan pocas personas. Mas ¿què mucho reservāse à
los venideros, lo que concedió anticipadamente á los
antiguos?
2 David Rey y Propheta deseô con ansia ver es
te dia, y le vió y se alegrò. Porque si no le habia
visto ¿cómo cantaba: Hemos recibido ô Dios, vues
tra misericordia en medio de vuestro templo? Recibió
David esta misericordia del Señor, recibióla Simeon,
la hemos , recibido tambien nosotros, y todos los que
están predestinados a la vida; puesto que Christo ayer,
y hoy, y eternamente es Dios. En medio del templo
: , , esta la misericordia, no en un ángulo ô apartadizo;
. . . . . . Porque en Dios no hay acepcion de personas. En co
----> - IIl lln
EN LA PuRIFIcacioN DE La VrRGEN MARIA. 167
La mise
mun està expuesta, á todos se ofrece, y nadie de rico rdia
ja de tener parte, sino el que no quiere tenerla. Se de Dios
derraman, Señor, vuestras aguas hàcia fuera: pero se ofrece
sin embargo teneis vos vuestra fuente propia, y de à todos.
ella no bebe el extraño. El que es vuestro no verà la
muerte hasta que vea al Ungido del Señor, para que
sea despedido seguro en la paz. ¿Què mucho sea des
pedido en paz, el que tiene en su pecho al Ungido
del Señor? El es nuestra paz, que habita en nuestros
corazones por la fé. ¿Cómo saldras de aqui, alma mi
serable, que ignoras à Jesus guia del camino Porque
hay muchos que tienen ignorancia de Dios. ¿De dón
de esto? Sin duda de que la luz vino al mundo, y
amaron los hombres las tinieblas mas que la luz. ?” la Johan. r.
luz, dice, brilla en las tinieblas, pero las tinieblas 5 •
no la comprendieron d ella. Como si dijera: Las aguas
se estienden por las plazas y el extraño no bebe de
ellas: la misericordia está en medio del templo, y con
todo eso ninguno se llega de aquellos à quienes aguar
da la eterna condenacion. En medio de vosotros es
tä , miserables, aquel que vosotros no sabeis: para
que muriendo antes de ver al Ungido del Señor, no
seais despedidos en paz, sino antes arrebatados por
los que rugen al ansia de devorar la presa.
3 Hemos recibido ô Dios, vuestra misericordia Ps. 47. 1 e
en medio de vuestro templo. Muy diferente es esta
voz de accion de gracias de aquella voz propia de
quien se lamenta : Señor en el Cielo esta vuestra mi Ps, 35, 6,
sericordia, y vuestra justicia llega hasta las nubes.
¿Pues què? ¿Te parece a ti que estaba en medio la
misericordia, quando solos los habitantes del Cielo la
tenian Pero luego que Christo se abatió a si mismo
un poco debajo de los Angeles, y se hizo mediador
de Dios y de los hombres, y como piedra angular
pacificó por su sangre las cosas del Cielo y de la
tierra, desde entonces ya recibimos ô Dios, vuestra
misericordia en medio de vuestro templo. Porque èra
II1OS
168 SERMoN I. Dr. S. BERNARDo ABAD.
mos tambien nosotros por naturaleza hijos de ira, pe
ro hemos conseguido misericordia. ¿De què ira èra
Tres mi
mos hijos, y què misericordia hemos conseguido Ver
sericordi.
as contra daderamente hijos de la ignorancia, de la floxedad,
tres mise del cautiverio; y hemos conseguido la sabiduría, la
rias nues. fortaleza, la redencion. La ignorancia de la muger
traS. seducida nos habia cegado : la floxedad del hombre
llevado y atraido de su propia concupiscencia nos ha
bia debilitado: la malicia del diablo siendo desampa
rados justamente por Dios , nos habia cautivado. Asi
pues nacimos todos: en primer lugar ignorantes del
camino de la ciudad soberana enteramente: despues
de eso dèbiles y desidiosos, de modo que aunque fue
se conocido de nosotros el camino de la vida, se
rlamos embarazados y detenidos por la floxedad pro
pia: ultimamente cautivos bajo del poder de un pèsi
mo y cruelisímo tirano, de suerte que aunque fuese
mos prudentes y robustos, seriamos oprimidos por la
eondicion de nuestra miserable esclavitud. ¿No tiene
necesidad de mucha misericordia y piedad tan gran
de miseria ? Y si ya hemos sido librados de esta tri
plicada miseria por Christo que fuè hecho para no
sotros por Dios Padre sabiduria, y justicia , y santi
ficacion, y redencion, ¿quânta vigilancia nos es nece
saria, Hermanos mios, para que no suceda (no lo quie
ra Dios) que sean nuestros fines peores que los prin
cipios, si incurrimos en la ira de nuevo, haciendonos
ya, no por naturaleza sino por voluntad propia hi
jos de ira?
4 Abracemos pues la misericordia que hemos re
cibido en el templo, y no nos apartemos del camino
1. Cor. 3. como la bienaventurada Ana. Porque el templo de
17. Dios es santo, el qual sois vosotros, dice el Após
tol. Cerca de nosotros està esta misericordia , cerca
està la palabra, en vuestra boca està y en vuestro
corazon. En fin en vuestros corazones habita Chris
to por la fe, Este es su templo, y esta su silla, si
1O
EN LA PURIFIcAcIoN DE LA VrRGEN MARIA. 169
no os habeis olvidado de que el alma del justo es
silla de la sabiduria. (a) Os encargo pues ahora, Her
manos mios, lo que otras muchas veces, o continua
mente hè deseado persuadiros ; que caminemos mien
tras estamos en esta carne mortal, apartandonos de
los deseos de la carne, para no desagradar á Dios: -

no seamos amigos de este siglo, no sea que nos ha


gamos enemigos de Qios. Resistamos tambien al dia Sap. 9.15.
blo, y huirà de nosotros para que ya libremente ca
minemos segun el espiritu , y nuestra vida sea vida
del corazon; pues el cuerpo que se corrompe debi
lita y afemina al alma, y esta habitacion terrena aba
te al espiritu en la multitud de guidados que le agi 1 19º
Cor. 3.
tan; para que no se levante à las cosas celestiales.
Por eso tambien la sabiduria de este mundo se repu
ta necedad delante de Dios, y el que es vencido del
maligno es entregado á èl como esclavo suyo. Ver
daderamente en el corazon se recibe la misericordia,
en el corazon habita Christo, en el corazon anuncia
la paz para su pueblo , para sus santos, y para aque
llos que se convierten volviendo à entrar en el inte
rior de su corazon. -

EN LA PURIFICACION
DE LA BIENAVENTURADA vRGEN MARIA,
SERMON SEGUNDO. - o ,º

Del orden y modo de la procesion de Christo al


templo. º
1 rº N Racias à nuestro Redentor que nos previ
- NAT T no tan copio entº en bendiciones de -
- dul
(a) Este lugar se cita como de la Escritura por los S. PP. San
Gregorío Magn, y otros, y por el mismo San Barnardo (en el
Sermon a 7. sobre los Cantares. ... ...: ) .
º -»... ...
17o SERMoN II. DE S. Be RN AR po ABAp.
dulzura , multiplicando nuestros gozos en los misterios
de su infancia. Habiendo celebrado poco hà su Naci
miento, su Circuncision y su Aparicion, nos há escla
recido hoy el festivo dia de su ofrenda en el templo.
Hoy pues es presentado al Señor el fruto sublime de
“Se expli la tierra : hoy es ofrecida por las virginales manos de
can en el
.. sétido mo
la Madre en el templo de la victima pacifica y agra
ral las ce dable à Dios: es llevada por sus Padres, y la estàn
remonias aguardando los ancianos. Ofrecen Joseph y Maria el
de esta sacrificio de alabanza , el sacrificio de la mañana : Si
procesion meon y Ana le reciben. Por estos quatro fuè celebra
de hoy. da la procesion que por los quatro elimas de la tierra
se trae à la memoria con solemnes gozos. Mas por
que nosotros tambien, fuera de la costumbre de las
demàs festividades hemos de tener hoy esta procesion
solemne (a) no serà inútil considerar con algun cui
dado el modo y orden que hemos de guardar en ella.
Hemos de ir de dos en dos llevando en las manos.
candelas, y estas encendidas no en el fuego comun,
sino en el que antes haya sido consagrado en la Igle
sia por la bendicion del Sacerdote. A mas de esto.
tambien han de estàr en nuestra procesion los prime
ros los últimos; y los últimos los primeros: y canta
rèmos en el camino del Señor, que la gloria del Se
ñor es grande,
... 2 Con razon vamos de dos en dos, porque de es
te modo en recomendacion de la caridad fraternal , y
vida sociable fueron enviados por el Salvador los dis
Luc, 1o. 1 cipulos, como testifican los Evangelios sagrados. Tur
ba la procesion el que presume andar solitario: ni so
Se repren lo se hace daño á si mismo, sino que tambien es mo
de la sin lesto a los demàs. Estos son los que se sepàran à si
gu lari- mismos de los demás como animales, que no tienen
dad.
espiritu, ni cuidan de conservar la unidad de espiritu
- Gl

(a) A esto alude la objecion que hace Abaclardo al Santo ea


la Carta 5. r
--
EN LA PURIF 1cAcroN DE LA VIRGEN MARIA. 17
en el lazo de la paz. Pero así como no es bueno que Exod, 23.
el hombre estè solo, asi tambien està vedado pre 15.
sentarse delante del Señor vacio. Porque siendo repren.
didos como ociosos, aun aquellos que nadie habia Math.2o.
6.
asalariado, si se encuentran ociosos los que estàn asa Jacob. 2 o
lariados, ¿què mereceràn? La fe esta muerta quando 6.
està sin obras. Así nuestras obras se deben hacer en Que sig
nificá las
fervor y deseo del corazon, para que haya en nues candelas
tras manos candelas encendidas. De otro modo, es de encendi
temer, que como tibios comience à vomitarnos el que das.
en el Evangelio dice: 7 o be venido d traer fuego á la Luc. 12 a
tierra , y que deseo yo sino que arda? Este verdade 49.
El fuego
ramente es el sagrado y bendito fuego que el Padre bendito.
santificó y envió al mundo, y a quien se bendice en
las Iglesias como está escrito: En las Iglesias ben
decid al Señor nuestro Dios. Tiene tambien nuestro Ps.67.27,
enemigo, cómo perverso imitador de las obras divi Qual sea
nas, tiene, digo, tambien su fuego , el fuego de la el fuege
carnal concupiscencia, el fuego de la envidia y am malo.
bicion, el qual no vino à encender nuestro Salvador
sino à extinguir. Finalmente si alguno se atreviere à
ofrecer este fuego ageno en el divino sacrificio, aun
¿
ad.
tenga por padre à Aaron, morirá en su mal
-

3 A mas de estas cosas, que se han dicho de


la vida sociable y caridad fraternal, de las buenas
obras y fervor santo; la grande virtud de la humil
dad, es principalmente necesaria, para que nos ade Elogio de
lantemos à honrarnos mutuamente, ni solo prefiera á si la humil-.
dad,y mu
cada uno à los mayores, sino tambien á los mas jô tuohonor
venes: en lo que està la perfeccion de la humildad y
la plenitud de la justicia. Y porque Dios ama a quien a,Cor.97
.
da con alegría, y el fruto de la caridad es el gozo - -

del Espíritu Santo, cantemos como se hà dicho , en


los caminos del Señor, que la gloria del Señor es
grande; cantemos al Señor un cantico nuevo porque
hà hecho cosas maravil. En todo esto si acaso
2, - al
17 a SERMoN II, or S. Br RNARno AnAn.
alguno es negligente en adelantar y caminar de vir
tud en virtud, sepa qualquiera que sea, que se halla
en la estacion, no en la procesion , ô mas bien, sepa
No adelá que vuelve atras: porque EN EL cAMINo DE LA vIDA
tar en la
perfecció
EsPIRITUAL no ir adelante es volverse atras, no pu
es volver diendo en esta vida permanecer nada en un mismo
hàcia tras estado. Nuestro aprovechamiento consiste (como me
acuerdo haber dicho muchas veces) en que nunca
pensemos que hemos llegado à conseguir la perfec
cion , sino que siempre extendamos la consideracion
à lo que està adelante , aspirando sin cesar a lo que
es mas perfecto, y continuamente expongamos nues
tra imperfeccion à la vista de la divina misericordia.

EN LA PURIFICACION

DE LA BIENAVENTURADA vIRGEN MARIA.

SERMo N TERCERO,
Del Niño, de Maria, y de 3oseph.
I. OY celebramos, la Purificacion de la Bien
aventurada Virgen, Maria que se hizo se
: gun la ley de Moysès pasados quarenta dias desde el
Levít.12. Nacimiento del Señor. Pues estaba escrito, en la ley
2a , que la muger que habiendo usado del matrimonio, pa.
riese varon , fuese impura siete dias, y en el dia oc
* , º
tavo se circuncidàse el niño: despues empleándose
Motivos todavia en lavarse y purificarse, se abstuviese de en
de la Pu trar en el templo, treinta y tres dias: los quales cum
rificacion
plidos ofreciese su hijo con algunos dones al Señor.
y su ins
j1 llclQn,
Pero, ¿quièn no advierte desde el mismo principio de
esta sentencia libre: enteramente à la Madre del Se
ñor
EN LA PuRIricacioN DE LA VIRGEN MARIA. 173
ñor de este precepto? ¿Piensas que habiendo de decir
Moysès que la muger que pariese un varon fuese im
pura, no temiò incurrir en crimen de blasfemia con
tra la Madre del Señor, y que por eso previno, ba
La Ma
biendo usado del matrimbnio? Porque si no hubiera pre
dre del
visto que sin usar del matrimonio y sin conocer va Señor ne
ron habia de parir la Virgen, ¿què necesidad tenia estaba su
de hacer mencion de esto? Es claro pues, que esta jeta à la
ley no comprendia à la Madre del Señor, que sin ley de la
obra de varon concibió, y parió su hijo, como es purifica
cion.
taba predicho por Jeremias que habia de hacer Dios
una cosa nueva sobre la tierra. ¿Preguntas que cosa
nueva? Una muger, dice, rodeard d un varon. No de Hier.
32 -
3 r.
otro varon recibirà un varon, no segun la ley hu
mana concebirá un hombre, sino que encerrara un
varon entre sus intactas y virginales entrañas: de tal
suerte que entrando y saliendo el Señor, segun otro Ezech.44
Propheta dice, permanecerà, cerrada perpetuamente
la puerta oriental. -

2 ¿Piensas que no podia quexarse y decir: que ne


cesidad tengo yo de purificacion? ¿Por què me hè de
abstener yo de la entrada en el templo, cuyo vien
tre ignorando varon fuè hecho templo del Espíritu
Santo? ¿Por què no hè de entrar en el templo, siendo
yo quien pariò al Señor del templo ? Nada hubo en
esta concepcion, nada en este parto que fuese impu
ro, nada hubo ilicito, nada que necesitáseo de puri
ficarse: siendo este niño la fuente de la pureza, y el
que há venido à hacer la purificacion de los delitos.
¿Què tiene que purificar en mi la ceremonia legal,
habièndome hecho purísima en el mismo parto in
maculado? Verdaderamente , Vírgen bienaventurada,
verdaderamente no teneis motivo, ni hay en vos ne
cesidad de purificacion. Pero ¿acaso vuestro hijo te
nia necesidad de circuncision? Sed pues entre las mu
geres como una de ellas, porque asi tambien es vues
tro hijo entre los niños. Quiso ser circuncidado, ¿y no
quer
174 SERMon II. DE S. BERNARDo ABAp.
querra mas bien ser ofrecido? Ofreced vuestro Hijo,
Vírgen sagrada, y presentad al Señor el fruto ben
dito de vuestro vientre. Ofreced para nuestra recon
ciliacion la victima santa y agradable à Dios: Por
todos modos aceptarà Dios Padre la nueva ofrenda y
Math. 3. preciosísima victima, de la qual dice el mismo: Es
19. te es mi bijo amado , en quien he tenido mis compla
cencias. Pero esta ofrenda, Hermanos mios, parece
bastante delicada , puesto que solamente es presenta
do el niño al Señor, despues es redimido con las aves,
y luego llevado. Tiempo vendrà en que no será ofre
cido en el templo, ni entre los brazos de Simeon, si
no fuera de la Ciudad, y entre los brazos de la cruz.
Cotejo é
trela ofréVendrà tiempo en que no será redimido con lo age
da de hoy no, sino que redimirà á otros con su sangre propia,
y la de la porque Dios Padre le hà enviado por redencion á su
CIllZs
pueblo. Aquel será sacrificio de la tarde, èste es de
la mañana: èste es mas gustoso, pero aquel serà mas
lleno: èste en el tiempo de su nacimiento , aquel en
la plenitud de la edad. Sin embargo, de uno y otro
sai.53.7. puedes entender lo que predijo el Propheta: Fue ofre
cido porque el mismo quiso; pues aun ahora fuè ofre
cido, no porque tenia necesidad, no porque estaba
bajo del edicto de la ley, sino porque quiso: y en la
cruz igualmente fuè ofrecido, no porque lo mereció,
no porque el Judio pudo, sino porque èl mismo qui
so. Yo os ofrecerè voluntariamente un sacrificio , Se
ñor, porque voluntariamente fuisteis ofrecido por mi
salud , no por vuestra necesidad.
3 Pero ¿què ofreceremos nosotros, Hermanos mios,
Pebemos ò què le volverèmos por todos los bienes que nos hà
ofrecer à hecho? El ofreció por nosotros la victima mas precio
Dios lo q. sa que tuvo, y que no puede haber otra mas precio
50IlQSe sa : hagamos tambien nosotros lo que podamos, ofre
ciendole lo mejor que tenemos, que somos nosotros
mismos. El se ofreció á si mismo: tu quièn eres que
dudas afrecerte? ¡0 si yo tuviera la dicha de que se
- dig
*

EN LA PuRnfucAcroN DE LA VIRGEN MARIA. 175


dignara recibir mi ofrenda Magestad tan grande. Dos
cosas cortas tengo, Señor, que son el cuerpo y el
alma : Ojalà que os la pueda ofrecer en sacrificio de
alabanza! Mejor es para mi , y mucho mas útil y glo
rioso ofrecerme à vos que dejarme para mi mismo.
Porque en mi mismo se turba mi alma, y mi espíritu
se alegrarà en vos, si sinceramente es ofrecido. El
Judio , Hermanos mios, ofrecla victimas muertas al
Señor, que habia de morir: mas ahora ya: Vivo yo,
dice el Señor, no quiero la muerte del pecador, si - Ezech.33
l Ie
no que se convierta y viva. No quiere Dios mi muer
te: ¿y no le ofrecerè yo gustosamente mi vida? Esta
es una victima pacifica, victima agradable à Dios,
victima viva. En la ofrenda del Señor se lee que hu Tres con.
bo tres personas; y en la nuestra igualmente tres co diciones
sas pide el Señor. Estuvo alli Joseph esposo de la Ma que debe
dre del Señor, que era reputado padre de él: estaba tener nu
estra ofré
tambien la Vírgen Madre, y el niño Jesus que era el da,
ofrecido. Haya pues en nuestra ofrenda tambien una
constancia varonil, haya la continencia del cuerpo,
haya una conciencia humilde. Haya una varonil cons.
tancia en el propósito de perseverar, haya una virgi
ºnal pureza en la castidad, haya en la conciencia una
sencillez y humildad propia de un niño. Amen.

exº-e-º-es-esº- º e-e-º-->»o
a6. de Re
EN EL NACIMIENTO IeOa

De sAN victo R coNFEso R.


SER MON PRIMERO.
A vida de Victor, y su esclarecida gloria,
La no tanto excita à la gloria, como á la
virtud á los que tienen un recto corazon. No es cier
ta
176 SERMoN I. DE S. Br RNARDo ABAD.
tamente de un ànimo recto sino del perverso, buscar
antes la gloria, que exercitar la virtud, y querer ser
coronado, sin haber legitimamente combatido. En va
Ps, 26. z no es , dice, que os levanteis antes de la luz. Asi es:
en vano aspira á la cumbre de la gloria, el que no
esclareció antes en la virtud. En vano salen al encuen
tro del Esposo las virgines fatuas, cuyas lamparas se
apagan: por eso mas fatuas, porque se glorian de
unas làmparas vacias , no teniendo el aceyte de la
virtud. Estè lejos de mi gloriarme sino en la gloria
de aquellos, à quienes dando el parabien el Prophe
Ps.88, 16.
ta dice : Señor, en la luz de vuestro rostro andardn,
y en vuestro nombre se alegrarán todo el dia, y por
vuestra justicia serán ensalzados. Y añade. Porque
Vana es
d vos se debe la gloria de su virtud. Hermosamen
la gloria te no alaba la gloria de ellos, sino su virtud. Porque
sin la vir la gloria que es sin virtud , viene sin ser debida, se
tud. desea sin tiempo, se capta con mucho peligro. La
virtud es el escalon para la gloria; la virtud es la ma
dre de la gloria. Engañosa es la gloria , y vana la
hermosura que ella no pariò. Solo á ella se debe la
gloria por derecho, y se la tributa con seguridad.
2 Ni virtud ni gloria falta á San Victor: pero en
què modo y con que órden concurrieron en èl am .
bas cosas, es lo que nos importa considerar. Peleó
con esfuerzo, venció animosamente : y asi en fin fuè
En los
s ant o s
coronado de gloria y de honor. ¿Cómo habia de que
hay co dar sin gloria un guerrero fuerte, un vencedor, hu
sas para milde? Aunque tampoco en los dias de su virtud es
admirary tuvo sin gloria, siendo admirable en signos y porten
hay otras tos. Tenemos, Amantisimos, en la vida de Victor que
para imi admirar juntamente, y que imitar con prqvecho nues
fa,
tro. Yo admiro que dió vino en el yermo no una vid,
sino una fuente. Yo admiro y me pasmo de que in
fante todavia en el vientre de su madre fue espanto
à los demonios espantosos, como conocido ya por
ellos, y, designado por su propio nombre. No es º:
---
re
EN EL NacIMIENTo pE S. Vicror CoNFEsoR. 177
bre vacio el nombre de Victor, puesto que la fuga Milagros
de los enemigos, y su forzada confesion le concedén de S. Vic
tOI.
la victoria aun siendo infante. ¿Quièn no admirarà tam
bien que un ladron fuese cogido por el demonio, y
que otra vez este hombre fuese librado del demonio?
¿Quièn no reputara digno de toda admiracion , que
un hombre rodeado de la carne mortal, abrièndose
los Cielos fixa los ojos de la carne en la soberana luz,
y vè visiones de Dios; que ademas, es recreado con
cantos angèlicos e instruido por el divino oràculo?
Estas y otras semejantes cosas veneramos en este va
ron santo, no las imitamos. Con razon verdaderamen
te; pues sin peligro de la salud pueden dejar de ha
cerse, y sin peligro de la salud no pueden desearse.
Con mas seguridad sin duda se pueden imitar las mas
sólidas que las mas sublimes, y aquellas que huelan mas
á virtud, y à gloria menos.
3 Procuremos por tanto conformarnos á èl en las
costumbres, ya que no podamos , asemejarnos en las
maravillas, aunque queramos. Imitemos en este va Hemosde
ron el alimento sobrio, el afecto devoto; imitemos la imitar à
mansedumbre de su espíritu, la castidad de su cuer los Stos.
po, la guarda de la boca, la pureza del alma: apren en la vir
tud, no é
damos de él à poner freno à la ira y modo á la len los mila
gua, à dormir poco, à, orar mucho, à amonestarnos grosa
à nosotros mismos en psalmos, himnos, y canticos es
pirituales; à juntar las noches con los dias, y ocu
parlos en las divinas alabanzas. Imitemos las gracias
mas excelentes. Aprendamos de èl que fuè manso y
humilde de corazon. Imitemos digo, su liberalidad
con los pobres, su agrado con los huespedes, su pa
ciencia con los pecadores, su benignidad para todos:
porque estas son sus gracias mas excelentes. Estas co
sas son el modelo que debemos imprimir en noso
tros: mientras que en los milagros està la gloria, de
cuyo deseo debemos abstenernos. Aquellas nos ale
gren, estos nos edifiquen; aquellas nos amonesten, es
Z tOS
r78 sermos I, pr S. BeRNARno Asab,
tos nos animen. Disfrutemos el convite, Amantísi
mos ; pues hemos sido llamados á la mesa de un
rico, abundante de panes, y colmada de delicias.
¿Por ventura no serà rico el que nos alimenta COn SUS
exemplos , nos protege con sus meritos, nos alegra
con sus milagrosº Rico verdaderamente: en cuyo so
lemne convite hoy se congregan los Angeles, y jun
tamente los hombres: estos para hallar su refeccion,
aquellos sus delicias; estos para aprovechar, aquellos
para alegrarse. Aquel cuya vida está llena de bie
nes, ¿què es sino mesa de manjares? Ni con todo eso.
se ponen todos para todos , sino para que tome cada
uno lo que viere que le es útil y conveniente.
4. Y yo ciertamente tomare el consejo saludable
de considerar cuidadosamente las cosas que me po
nen delante : y tendrè la precaucion de tomar las mias,
La vida y de no tocar en las agenas. No alargarè mi mano,
de los Sá
tos es CO
à la gloria de los milagros: no sea que si atentäre
lo que de arriba no hè recibido ; pierda con razon
mo una
mesa lle tambien lo que al parecer habia ya recibido. No le
na de má vanto con el los ojos a registrar los celestiales secre
jares. tos, no sea que oprimido de la gloria resurta con
fundido, refugiandome tarde al consejo del sabio que
Eccli. s. dice: No busques lo que esta sobre ti , y no trates
z 1.
de penetrar lo que sobrepasa tus fuerzas. Traen à la
mesa el vino nuevo de las aguas que se volvieron ro
xas à su oracion: no lo toco porque sè que no se
pone para mi, que no puedo igualmente mudar los
elementos, ni trocar las naturalezas de las cosas. Mi
ro tambien en la mesa de Victor que oyó cantar à
los Angeles. ¿Querrè yo por ventura que se me mues
tren a mi tambien los soberanos cantores, ô sino aque
llos músicos del Apocalipse, tañendo en sus arpas?
Apoc. 14. Aun viviendo en el cuerpo mortal tiene imperio y po.
2e
der contra el demonio, y desatado de los lazos del
cuerpo, desata el cuerpo de un aprisionado. Manja
res son, pero no mios; gustosos y sabrosos son ver
da
EN ELNAcIMIENTo Dr. S. Vrcros Consesor. 179
daderamente; pero no los tocaré si quiera, porque no
tenga yo pobre , de donde pueda volver otros seme
jantes. Mas si miro con cuidado , he ahi delante de
los ojos en la mesa del Santo la discrecion y recti
tud del juicio, el vigor de la disciplina, el espejo de
la santidad , la forma de la vida, la divisa de la vir
tud. Estas cosas si que las tomo yo sin presuncion,
y saludablemente las consumo; y si no lo hago, se
me pediran con rigor.
5 , Escucha todavia que cosas juzgarè con razon
que hàn puesto para mí. Si me ofrecieres de la mesa
de este rico el pan de dolor y el vino de la compun
cion , lo tomarè sin peligro yo que soy un pobre y
menesteroso. Me servirán a mi de pan las lagrimas Psal.4,4
mias por el dia y por la noche, y mezclarè con el
llanto mi bebida. Esta es mi parte para mi, que hè Ps. 1 o 1.9,
cometido cosas dignas de dolor. No tendrè pesar, co
mo pienso, de este manjar, porque quien añadió la
ciencia, añadió tambien el dolor. Si igualmente se pre
sentaren los exemplos de templanza, de prudencia ó
de fortaleza, estos tomarè sin dudar nada, sabiendo
que es preciso que yo prepare otros tales. Que esto Virtudes
se pone para mi, y que de mi lo han de repetir, no há de pe
lo dudo. ¿Por ventura han de . exigir de nosotros sig dir de no
nos y prodigios, para que los preparemos y corres sotros, no
pondamos con el rico? Hermanos mios , estos son va milagrosa
sos para honor del que nos convida, no son manja
res de pobres. Tu pues que estas con vidado, conside
ra con diligencia què pone para ti y què pone para
èl. Porque no todo lo que se presenta en la mesa, se
pone para ti. ¿Qué , si diesen à beber en un vaso de
oro. No se pone para ti el vaso, sino la bebida: to
ma la bebida, y deja el oro. De tal suerte pues el
Padre de familias comunica á sus domèsticos los exem.
plos de buenas obras, y rectitud de costumbres, que
reserva para si la prerrogativa en los milagros. Con
todo eso en estos, y en aquellos debe ser glorificado
*- Z 2 - aquel
18o SERMoN l. De S. BERNARDo ABAD.
aquel Señor de cuya mano viene la gracia de vivir
santamente, y de quien es la virtud de hacer pro
digios; el qual en la Trinidad perfecta vive y rey
na Dios por los siglos de los siglos. Amen.
coro oro oro oro ororosxo oro o exo oro ororos
EN EL NACIMIENTO

DE SAN VICTOR CONFESOR.

SERMON SEGUNDO,
1 A Legraos, Amantisimos, en el Señor, pues
* \, entre los demàs beneficios de su piedad
concedió un hombre al mundo, con cuyo exemplo se
salvasen muchos. Alegraos, os digo otra vez, por
que sacado de este mundo se acercò à Dios, para que
Los Stos. por su intercesion se salven muchos mas. Tiene de
que nos
instruye
entre los hombres à quien condonar los pecados de
aró có sus los hombres el piadoso y misericordioso Señor: tie
virtudes ne tiempo y lugar de interceder el piadoso y mise
nos cóvi ricordioso abogado; verdaderamente lugar quieto y
dā ahora tiempo desocupado. Fuè visto en la tierra para ser
-à la glo vir de exemplo, fuè llevado al Cielo para servir de
l3,
patrocinio: aqui instruye para la vida, alli convida
à la gloria. El que incitó para el trabajo , se hizo
mediador para el reyno. Buen mediador que no pi
diendo ya nada para si, todo lo desea trasladar à no
sotros, asi el afecto con que ora, como el fruto de
su oracion. Porque ¿qué buscara para si, quando de
nada necesita ? Dios le conserva y vivifica, y le ha
ce bienaventurado en la gloria: nada le faltarà ya es
tando colocado en el lugar de amenos y abundantes
pastos. Esto es el dia del glorios o tránsito, el dia
de la alegria de su corazon; llenèmonos de gozo y
- - - ale
EN EL NAcIMIENTo DE S. VIcToRCoNFEsor. 181
alegrèmonos en èl. Ya entró en la potencia del Se
ñor: celebremos que es ahora mas poderoso para
salvar.
2 Hoy Victor dejado el cuerpo, del qual solo pa.
recia era detenido para no entrar en la gloria, tanto
mas ligero quanto mas expedito penetró en el lugar
santo, consiguiendo una gloria igual à la de los San
tos. Hoy desde el último y humilde lugar, que ha
bia elegido por consejo del Salvador, sube mas ar
riba el verdadero amigo, llamándole el supremo Pa
dre de familias, y tiene gloria en presencia de los
que estàn sentados à la mesa. Hoy habiendo despre
ciado al mundo, y triunfado del príncipe del mun
do, sube sobre el mundo verdaderamente vencedor,
recibiendo de la mano del Señor la corona de la vic
toria; pero sube con una inmensa riqueza de mèri
tos, esclarecido en triunfos, glorioso en milagros. Ya Elogio,ci.y
descrip
descansa el soldado lleno de servicios, y despues de on elegá
los trabajos y sudores de la sagrada milicia es feliz te y tier
mente colocado, y es coronado sublimemente. Su al na de la
ma descansarà en los bienes. ¿Preguntas donde Con bienaven
Abrahan, Isaac, y Jacob , en el reyno de los Cie tu ranzas
los. Con tales y en tal lugar está sentada; está sen
tada excelsa y resplandeciente; está sentada gozosa
y dando à Dios alabanzas: està sentada descansando
èntre delicias y adornada de sus joyas, rodeada de
manzanas, fortalecida con flores: està sentada , repi
to, libre de cuidados para si , rebosando en delicias,
abundando en ocio, y descanso para contemplar en
la sabiduria. La que estuvo sentada, y llorò sôbre los
rios de Babilonia, està ahora sentada junto à la fuen
te de la vida, y es su estancia ya junto al torrente
de los deleytes, cuyo ímpetu alegra à la ciudad de
Dios. Halló para si la fuente de los huertos, el pozo
de aguas vivas, y con la Samaritana bebe del agua
de la sabiduria que dā salud, para no tener eterna
mente sed. La dàn del fruto de sus manos, y la ala
- ban
I82 SERMoN II. DE S. BFRNARDo ABAD,
ban en las puertas sus propias obras, y se gloría en
el testimonio de su conciencia. De su conciencia , di
go, no de otro. Esta sentada en medio de los Ange
les, siendo digna verdaderamente de su compañia,
puesto que arde en su amor, resplandece en su pu
reza, es hermoseada con su castidad. Está sentado
entre los Apòstoles el varon de una gracia apostóli
ca: no tiene porque retirarse del coro de los Prophe
tas, quien glorificó y llevó en su cuerpo al que ellos
predijeron. Ni juzga, que debe ser repelido de los
victoriosos coros de los Martires nuestro Victor, pues
to que con un duro y prolongado martirio sacrificó
la victima viviente de su cuerpo.
3 Està sentado el veterano Soldado, quieto ya en
la suavidad y seguridad merecida; seguro à la ver
Los Stos.
dad para si, pero solicito por nosotros. Porque no se
estàn se
desnudò de las entrañas de piedad , quando se desnu
guros por
si en el dô de la corrupcion de la carne: ni de tal suerte se
Cielo, y vistió la estola de la gloria, que se vistiese junta
solicitos mente del olvido de nuestra miseria, y de su mise
por noso ricordia. No es la tierra del olvido la que habita el
OSe
alma de Victor; no es la tierra del trabajo, para que
estè ocupado en ella: no es finalmente la tierra sino
del Cielo. ¿Por ventura la habitacion celestial ó pri
va de memoria, ô despoja de la piedad à las almas
que recibe? Hermanos mios, la anchura del Cielo di
lata los corazones, no los estrecha: alegra los àni
mos, no los enagena, no constriñe los afectos, sino
que los extiende. En la luz de Dios se serena la me
moria, no se obscurece: en la luz de Dios se apren
de lo que no se sabe, no se olvida lo que se sabe.
Hebr. 1, . Aquellos espiritus soberanos que desde el principio
4• del mundo habitan en los Cielos, ¿acaso por què ha
bitan en los Cielos, desprecian la tierra, y no mas
bien la visitan y frequentan? Todos son espiritus que
tienen el lugar de ministros siendo enviados à exer
cer su ministerio en favor de aquellos que deben ser

los
EN ELNAcIMIENTo DES. VIcToR CoNFEsor. 183
los herederos de la salud. ¿Què diremos pues? Vie
nen los Angeles, y socorren à los hombres: ¿y los
que son de nosotros nos desconoceràn, y no sabrân
compadecerse de nosotros en las mismas cosas que
Los Stos.
ellos padecieron? Los que ignoran el dolor, sin em
se compa
bargo sienten nuestros dolores, ¿y aquellos que lle decen de
garon alli despues de haber pasado por grandes aflic nOSOtrOS,
ciones, no reconoceràn ya aquellos mismos trabajos
en que se hallaron ellos? Yo sé quien dijo: Me estáin Ps. 1 41.8
aguardando los 5ustos, hasta que me deis la recom
pensa. Justo es Victor: sin duda está aguardando Gen. 4o.
nuestra recompensa tambien. No es aquel copero de 2. 3•
Pharaon que retuvo solo para si la gracia que halló,
olvidado enteramente de su Propheta y juntamente
concautivo. Ministro de Christo es Victor, á Christo
sigue. No esta el Señor olvidado de sus promesas,
ni al compañero de su pasion negó la compañia del
reyno. No serà el discipulo contra el Maestro: no
puede Victor hacer cosa alguna, sino lo que viere ha
cer à su Maestro. Las obras que este hizo las hizo
aquel tambien.
4 Ya habiendo entrado en los Cielos, que antes
tambien con ojos dichosos habia mirado abiertos, no
teniendo ahora velo que cubra sus ojos contempla la
gloria de Dios, absorto en tanta luz à la verdad, pe
ro no olvidado del clamor de los pobres. Dichosa
vista, pues por ella es transformado en la misma ima
gen de Dios, adelantando de claridad en claridad,
como por la iluminacion del Espíritu del Señor. Sien Visitas
tiene de
q.
do todavia niño para la pelea, pero grande para la los Ange
victoria, no habiendo salido de las entrañas de su les S. Vic
madre, y ya echando los demonios fuera, viviendo tOs.

Victor entre los pecadores, con aumento de virtudes


y de mèritos fuè trasladado al soberano parayso. O. Fué for
midable à
varon de especialísima santidad! ¡antes Santo que na los demo
cido; antes Victor en la obra que en el nombre! To nios.
davia encerrado en el vientre de su madre, triunfó
del
184 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD:
del enemigo. ¡O santidad à los mismos Angeles ve
nerable: pues con igual cuidado , aunque con volun
tad desigual, huyen de ella los malos, y la reveren
cian los buenos. Ni podrè facilmente decir qual sea
prueba mas grañde de la santidad de este varon, si
el respecto de estos, ó el pavor de aquellos. En fin
habitando en la tierra con el cuerpo y en los Cielos
con el ânimo, ya oia unas voces à los Angeles que
familiarmente le participaban algunas nuevas, ya
otras escuchaba los hermosos cânticos lenos de ine
fable suavidad de los Espiritus soberanos. Verdade
ramente, ö Victor, tu alma es una de aquellas pie
dras preciosas que en la cruz te se aparecieron. Ver
daderamente estaba clavada en la cruz, pues engas
tada en la divina gloria, se transformó en la misma
imagen de la claridad que hallò. Estiende su seno al
vencedor el mismo Señor que le habia dado su espí
ritu, quando peleaba. ¡O alma victoriosa que vo
lando por encima como una ave, te libraste de los
lazos del mundo! Mira à las almas incautas enredadas
en ellos, peligrando en ellos, y haz que seamos libra
dos por tu patrocinio.
5 ¡O Soldado lleno de mèritos, que has trocado
ya los duros trabajos de la christiana milicia en el
Oracion
afectuosa
descanso de la felicidad angèlica! pon tus ojos en es
à S. Vic tes dèbiles y floxos conmilitones tuyos, que èntre las
Ore enemigas espadas y asaltos de las espírituales mali
cias nos ocupamos en tus alabanzas. ¡O vencedor es
clarecido que de la tierra y del Cielo triunfaste glo
riosamente, despreciando noblemente soberbio la glo
ria de aquella, y arrebatando piadosamente violento
los reynos de èste! mira desde el Cielo à los prisio
neros de la tierra, y sea la corona de tus triunfos ex
perimentar nosotros, que tambien para nosotros has
vencido. Porque si tu nombre viene de la verdad de
su sentido, se verà perfecta la verdad de tu nombre,
consiguiendo tus mèritos y patrocinio nuestra liber
EN EL NAcIMIENTo DE S. VIctor Confesor. 185
tad. Y sin duda falta algo a la significacion de él,
mientras que nosotros, que somos tuyos , no sornos
librados. Què cosa tan piadosa, què dulce, què suave,
en este lugar de afliccion, y en este cuerpo de muer
te cantar tus alabanzas , reyerenciarte y suplicarte. --

Tu nombre y tu memoria es panal que destila en la


boca de los cautivos; miel y leche se halla debajo de
la lengua de los que se deleytan en tu memoria. Ea
pues luchador fuerte, dulce patrono, fiel abogado, le
vàntate para nuestro socorro: para que nosótros nos
alegremos de nuestra libertad, y tu te alegres de tu
victoria. Padre omnipotente, contra vos hemos peca
do, haciendonos hijos agenos, pero nos acercamos à
vos en la proteccion de Victor, que pues pudo ven
cer su concupiscencia, vencerà tambien vuestra ira,
y nos restituirà poderosamente à la gracia. O vence
dor Jesus, à vos os alabamos en nuestro Victor, por
que conocemos que vos sois quien hà vencido en èl.
Concededle, Jesus piadosisimo, que de tal manera se
alegre de su victoria en vos, que nunca se olvide de
nosotros. Haced, Hijo de Dios, que se acuerde sietn
pre de nosotros en vuestra presencia, que en vuestro
tremendo juicio tome en si, y haga ¿ nosotros
nuestra causa, vos que con el Padre y el Espíritu San
to vivis y reynais por todos * los, siglos
Amen. f .
de
º
los
...
siglos.

exº º * --es-ese ee º 4 se e»o


EN EL NACIMIENTo
o , ri o ro zº y
.... de
y Marzo.

-,
DE SAN BENiro ABAD, , ,

SER MO N. - a º

a r"Odas las veces que os miro juntos, Herma-"


nos mios, para oir la palabra de salud, un
- - - Aa C
186 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
temor grande ocupa mi corazon, recelando que algu
no acaso la reciba poco dignamente, y no como me
rece ser oida la palabra de Dios. Porque se que la
tierra que ha sido regada muchas veces con las llu
Hebr,6, 2 vias del Cielo, sino dà fruto, serà reprobada, y es
tá amenazada- de la maldicion de su Señor. Yo ver
daderamente si pudiera, mas quisiera daros bendicio
nes que maldiciones: y ojalà que la misma bendicion
del Padre celestial mas bien que la mia (la qual sin
embargo, por dignacion suya, recibis de mi boca)
permanezca para yosotros bendicion siempre, y que
no pueda mudarse en maldicion. - -

2 Celebramos hoy el nacimiento de nuestro Pa


dre y San Benito ; y por èl y de èl se os debe segun
la costumbre el Sermon : Cuyo, dulcisimo nombre de
be ser apreciado y honrado de vosotros con todo go
zo; pues èl es nuestro Capitan, èl nuestro Maestro,
èl nuestro Legislador. Yo tambien me deleyto en su
memoria ; aunque no sin rubor me atrevo à pronun
ciar el nombre de este, bienaventurado Padre. Ten
go de su imitacion en compañia de , vosotros, la re
MAodestia
de S. Ber
nuncia y abdicacion del siglo, y la profesion de la
nardo. vida monàstica; pero privativamente sin vosotros par-,
ticipo con èl del titulo de Abad. Abad fuè , y yo lo
soy tambien. ¡O Abad y Abad uno mismo es el nom
bre de ambos, pero en el uno solamente se halla, la
-.
sombra de un nombre grande. Uno mismo es el mi
nisterio: pero ay de mi, qué diferentes son los mi
nistros, què diferente la misma administracion! ¡Ay
3, . . de mi bienaventurado Benito, si estuviere tan lejos
...;. de vos en lo futuro, como me hallo lejos de las hue
llas de vuestra santidad en lo presente. Pero no hay
necesidad de perorar estas cosas délante de vosotros:
sè que hablo con los que saben de mi; solo os suplico
que alivieis con vuestra, compasion este pudor y te
mor mio.
- s-
- , , , ,
- )
º-
e

3 Sin embargo, ya que han puesto sobre mi el


- º* - - -

CU11
EN EL NacrMIENTope S. Benrro ABAD. 18y
cuidado del ministerio, aunque no tengo conmigo que
pueda poner delante de vosotros, pedirè al bienaven
turado Benito tres panes con que poder sustentaros.
Su santidad pues os alimente, su justicia, y su pie
dad. Acordaos , Amantísimos, que no todos los que
se hallaron en la procesion del Señor, tendierón por
el suelo sus vestidos en obsequio suyo. En aquella
procesion, digo, que concediendolo el Señor, hemos
de celebrar muy presto, quando viniendo à padecer,
y sentado sobre un asnillo, salieron a recibirle los
pueblos, no todos tendian sus vestidos en el camino,
sino que algunos cortaban los ramos de los àrboles.
No era esto cosa muy grande: lo que graciosamen
te habian tomado, graciosamente lo daban. Con to
do eso, ni ellos estuvieron enteramente ociosos , ni se
lee, que fuesen excluidos de la procesion. Hermanos
\mios, que sois el piadoso jumento de Christo, pudien
do decir con el Propheta : Me bice como un jumento Ps.72.aa
en vuestra presencia ; y con todo eso no estoy ale
jado de vos: Vosotros en quienes Christo esta sen
tadospuesto que el alma del justo es la silla de la sa
bidua, y el Apósto predica a christo fortaleza de 2. Cor. «
14e -

Dios, y sabiduria de Dios; ya que no tengo vesti


dos que poner à vuestros pies, tentarè à lo menos
cortar ramos de los àrboles; à fin de que, aunque con
..., »
cosa tan tenue, no falte mi ministerio á procesion tan 2a 1
grande. : : -
- a al ºb
4 Arbol fuè el bienaventurado San Benito, gran -- º
de y fructifero, como el ārbol que fuè plantado jun
to à las corrientes de las aguas. ¿En dónde estàn las
corrientes de las aguas Ciertamente en los valles: por
que por en medio de los valles pasaron las aguas.
¿Quièn no vè tambien que los arroyos se desvian de la Psal. 1, 3.
altura de los montes, y que se inclinan siempre hà
cía en medio de la humildad de los valles? Así ver s. Benito
daderamente, asl Dios resiste à los soberbios, y dá. àrbol fr
su gracia à los humildes. Fija aqui con seguridad el uótiferos
Aa 2 pie
r88 SERMoN DE S. BeRNARDo ABAD.
pie qualquiera que eres jumento de Christo; estriva
Jae, 4. 6. sobre este ramo, camina por la senda del valle. Sin
duda en el monte fuè, donde escogió asiento, para si
la serpiente antigua, mordiendo las uñas del cava
llo, para que el que vá, montado en èl , caiga hàcia
tras: así con mejor consejo escogeràs el valle para
caminar, y tambien para plantar. Porque ni solemos
elegir las montañas para plantar los árboles, siendo
por lo comun aridas y pedrejosas. En los valles està
lo sustancioso de la tierra: aqui adelantan las plan
tas, aquinace la espiga llena, y aqui se dà el fruto
Pºº4, 4 centesimo, segun lo que esta escrito: º los valles
abundardn de trigo. Oyes que por todas partes se ala
ba el valle, que por todas partes se ensalza la humil
dad. Desea pues ser plantado donde estàn las corrien
tes de las aguas; porque alli està la abundancia de la
gracia espiritual; y las aguas que estàn sôbre los Cie
los alaban el nombre del Señor : esto es, las celes-,
tiales vendiciones hacen que sea alabado, Mantengà
monos en el valle, Carísimos, y mantengämonos plan-.
tados, para que no nos sequemos. No nos dejemos
Eccl mover de qualquiera viento, segun lo que esta escri
4e º to: Si el espiritu de aquel que tiene la potestad se
levanta sobre ti , no dejes tu lugar. Porque ninguna
La humil tentacion prevalecerà contra vosotros , si no anduvie-.
dad esta reis en pensamientos remontados, y en designios só-.
mas libre bre vuestras fuerzas: permaneciendo mas bien, array
º º gados firmemente, y fundados en la humildad. Plan
º tado de este modo junto à las corrientes de las aguas,
este Santo Confesor del Señor diò su fruto en su
tiempo. - - - - º -

5. Hay unos que no dan fruto: hay otros que le


Diferécia,
¿ dan, pero no suyo: y algunos hay tambien que aun
boles es- que le dan suyo, no le dan en su tiempo. Hay àrbo
pirituales les, repito, que son infructiferos como las encinas, y
el olmo, y otras plantas, silvestres: ninguno planta
estos en su huerto, porque no dan fruto; y si le dan,
O
EN EL NAcrMIENTo DE S. BENITo AB Ap. 189
no es aproposito para comida de los hombres, sino
Arboles
de los puercos. Tales son los hijos de este siglo que infructuo
pasan la vida en comidas y bebidas excesivas, en de SOS,
sordenados convites , en torpes tratos è impurezas.
Esto es comida de puercos, que se prohiben comer Deut. 14.
al verdadero Judio , esto es, à los Christianos que no
deben tener apego ninguno à estas cosas. Porque asi
como la carne del puerco, quando se come, se juu Porque se
ta à nuestra carne, de suerte que ya es una misma prohibió
carne con ella; así el transgresor de los preceptos del à los Ju
dios co
Señor, junta à si mismo los espíritus inmundos, y n62I COSa.
unièndose à ellos, se hace con ellos un demonio. Así de puer
se prohibe ofrecer en los sacrificios aquel animal, por COe

significarse en èl los sucios è inmundos espíritus, que


huyendo de la limpieza, y complaciendose solo en las
suciedades, se deleytan en estàr siempre envueltos en
el cieno de los crímines y vicios. Por lo qual, como Math. 5.
3e
se refiere en el Evangelio , siendo arrojada de un
hombre aquella maldita legion, pide para nuevo do
micilio suyo los puercos como animales que se ase
mejan, y no se lo niegan. Para estos llevan fruto los
àrboles infructiferos, à cuya rayz parece estàr puesta
el acha ya. - -

6 Los àrboles que dan fruto , mas no suyo, son los Arboles
hipócritas; los quales como Simon Cirineo llevan una fru élife
cruz que no es suya: careciendo ellos de una inten IOSe

cion pura y religiosa son alquilados; y por el amor de


la gloria que apetecen, son compelidos à hacer aque
llo mismo , que no aman. Ya en esta expresion: En Psal. r. 3.
el tiempo suyo ; son reprendidos los que quieren fruc En tiem.
tificar antes de tiempo. ¿No tememos que se pierdan po que es
tambien las intempestivas flores de nuestros árboles, o portuno
quando comienzan à romper mas antes de lo que con se ha de
venia º A este modo hay algunos, cuyos frutos por lo p rocurar
el prove
mismo que son tan prontos, son menos prósperos. Es cho delos
tos son los que en el principio de su con version pre de nàs, y
sumen luego fructificar para otros, apresurandose con node otro
ITa. modo.
I 9o SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
tra el precepto de la ley á poner al arado el pri
mogènito de la baca, y à esquilar los primogènitos
de la oveja. ¿Quèreis saber que cuidadosamente evi
tó esto este Santo Maestro nuestro? Pongo delante de
vosotros este ramo tambien: tres años permaneció in
cognito á los hombres, y solo de Dios conocido. Mu
cho fruto hizo verdaderamente; bien lo sabeis; pe
ro en su tiempo. No creia que fuese tiempo de fruc
tificar, quando fuè acometido de tentacion tan vehe
mente de la carne, que casi estuvo para rendirse y
dejar el desierto. Ni quiero dejaros de presentar es
S. Benito
e St u V o
te ramo, aunque algo aspero por las puntas de las es
o cult o pinas en que se arrojó el mismo en obsequio del Se -
ties años. ñor: sin embargo, es útil por todos modos, útil pa
ra el jumento del Señor á causa de las hoyas de las
tentaciones, para que no cayga en ellas consintiendo
en el pecado , sino que mas bien resista, y obre va
ronilmente, y aguarde al Señor, y no pierda la es
peranza. Fija pues aqui el pie, jumento de Christo, y
aprende à no ceder por mucho que la tentacion in
sista, y à creer que no por eso estas desamparado del
Señor, sino mas bien acuerdate de que está escritos
Ps. 49, 15 Invòcame en el dia de la tribulacion, yo te sacare de
ella, y tu me honrards.
7 No creia el Bienaventurado Benito, como habia
comenzado à decir, que fuese tiempo de fructificar,
quando era acometido de tan recias tentaciones; pero
vino el tiempo, y diò entonces oportunamente el fru
Tres fru to. Fruto suyo son aquellas tres cosas que arriba to
tos de S,
què; su santidad, su justicia, y su piedad. Sus mila
Benito. gros prueban la santidad, su doctrina la piedad, su
vida la justicia. Ves ya, ô jumento de Christo, unos
ramos verdes en sus hojas, hermosos en sus flores, y
cargados de fruto: estriva sôbre ellos, y harás rectos
tus pasos. Pero ¿à què fin pongo delante de ti sus mi
lagros? ¿Acaso para que quieras tambien hacerlos?
De ningun modo: sino para que estrives sôbre ellos:
- A eS
-

EN EL NAcIMIENTo DE S. BENITo ABAD. 191


es decir, para que tengas confianza, y te alegres de
haber sido colocado bajo de tal Pastor, y de haber
merecido tener un patrono tan esclarecido. Verdade
ramente es muy poderoso en el Cielo, quien en la
tierra pudo tanto: ni se puede dudar que segun la
grandeza de la gracia que tuvo en esta vida, es tam
bien la grandeza de la gloria à que hà sido ensalza
do. A proporcion de la corpulencia de las rayces sa
len robustos y crecidos los ramos: y segun dicen,
otras tantas ramas hermosean á un árbol como son
las rayces en que estriva. Así aunque nosotros no los A que fin
tengamos propios, nos deben servir de dulce consue nos pro
lo los milagros de nuestro Abogado. Su doctrina nos ponen los
instruye y dirige nuestros pasos al camino de la paz. milagros
La justicia de su vida enteramente nos aníma y for de l os
Santos.
talece , para que tanto mas nos encendamos en el de
seo de hacer lo que enseñó, quanto estamos mas
ciertos, de que el no hizo otras cosas, que las que El exen
enseñó. Instruccion viva y eficaz. es el exemplo de plo es ins
las obras, pues hace muy persuasible lo que se dice, truccion
eficaz.
quando muestra factible lo que se persuade. -

8 De esta manera pues su santidad nos aníma, su


piedad nos instruye, su justicia nos conforta. ¡Què pie
dad tan grande, no solo haber sido útil para los pre
sentes, sino haber procurado el bien de los venideros!
No solamente para los que existian entonces, llevó
frutos este àrbol, sino que hasta el dia de hoy, per
severa y crece su fruto. Amado de Dios y de los hom
bres sin duda ; de quien no solo la presencia estuvo
en bendicion, como en otros muchos amados de Dios
solo porque solo de Dios eran conocidos, sino la me
moria permanece en bendicion tambien. Hasta el dia
de hoy està alimentando el rebaño del Señor con un S. Benito
triplicado fruto, como en tripicada prueba y testi alimenta
aun el dia
monio del amor de Dios. Le alimenta con su vida, le de hoy el
alimenta con su doctrina, le alimenta con su interce rebaño de
sion. Valeos de tantos socorros, Carisimos, incesan el Señor,
LC
192 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
De res
temente, y fructificad vosotros tambien , porque de
modos le
alimenta.
vosotros se exige, de vosotros esperan que vayais y
traigas fruto. ¿Desde dónde habeis de ir? Ciertamen
Eccl. 18, te desde vosotros mismos, como está escrito: Apdr
3o. tate de tu propia voluntad. Y tambien leemos del Se
Math. 13, ñor que salió à sembrar su simiente. Repara que tam
3 bien aqui tenemos su simiente , como antes su fruto.
lmitemos à este Señor tambien, Hermanos mios, por
que para esto vino, para darnos la forma de vida, y en
señarnos el camino de la gloria.
Christo 9 Acaso es tambien àrbol el Señor, y debemos
misterio igualmente tomar de èl algunos ramos para ponerlos
so àrbol.
à vuestros pies: mas no acaso, sino verdaderamente es
àrbol el Señor y planta celestial, aunque plantada en
la tierra, como està escrito: La verdad nació de la
Ps.84, s tierra, y la justicia nos mirò desde el Cielo. Un ramo
suyo pues pongo delante de vosotros, y es, que asi
como el se abatió , abrigueis estos mismos sentimien
tos en vosotros: mas no tanto le pongo yo, como el
Apòstol en quien habeis leido: Estad en la misma
Phil. . 3. disposicion , y en los mismos sentimientos en que estu
vo 3esu Christo, que teniendo la forma y naturaleza
de Dios , no pensó que fuese para el una usurpaciona
ser igual d Dios, sino que el mismo se abatió to
mando la forma y naturaleza de siervo, haciendose
semejante d los hombres y siendo reconocido por bom
Debemos bre en todo lo que apareció en su exterior. Asi pues
imitar la Carísimos, abatios, humillaos, sembraos, perdeos à
humildad vosotros mismos. Sembrad el cuerpo animal, y resu
de Chris
tO.
citarà cuerpo espíritual. Perded vuestras vidas, y las
guardareis asi para la vida eterna. Querèis saber de
2. Cor.3. ¿ modo lo hizo el mismo Apòstol, que lo enseñó?
13 ea que seamos transportados como fuera de noso
tros mismos , esto es , para Dios: sea que nosotros
nos templemos, esto es, para vosotros. ¿Y para ti què?.
Ps.3o, 3. -
2 o , dice, me hice como un vaso perdido. BIEN se
PIERDE quien nada hace por si, sino que toda su in-º
: ten
EN EL NAcrMIENTo DES. BENITo ABAD. 193
tencion , todo su deseo se dirige al agrado de Dios,
y a la utilidad de sus hermanos. Infeliz el que en la Galat.8.8
carne siembra , parque de la carne segard corruccion.
Se halla escrito en otra parte: Dichosos los que siem Isai.
2Oe
32.
bran sobre todas las aguas. ¿Cómo sobre todas las
aguas? ¿Tambien por ventura sobre las aguas, de que
dice la Escritura: 2” las aguas que estan sobre el Ps. 143.4.
Cielo alaban el nombre del Señor; las quales son las
virtudes angèlicas, y los pueblos celestiales? Asi es
ciertamente: Porque nos han hecho expečidiculo para 1. Cor. 4.
el mundo, para los Angeles, y para los hombres. 9.
Io Sembremos pues para los hombres el buen exem
plo por las obras manifiestas: sembremos para los An Que es lo
geles un gozo grande por los secretos suspiros, y otros que debe
InOS Sem
afectos semejantes, que ellos solos conocen: porque brar noso
tienen particular gozo, los Angeles de Dios en un so tIOSº.
lo pecador que baga penitencia. Por eso dice el Apos
tol : Obrad lo bueno no solo delante de Dios, sino de
lante de los bombres. Porque de Dios somos conocidos
enteramente, dijo delante de Dios, esto es, delante
de aquellos que asisten siempre en la presencia de su
rostro; pues les agrada mucho à ellos, quando nos
ven orar ocultamente , o repasar devotamente un psal
mo, ô hacer otra cosa semejante. Sembrad de este mor
do, Carisimos , fructificad de este modo. Sembrad tam Misterio
bien vosotros, porque igualmente muchos antes de vo SOS SeITI
bradores.
sotros han sembrado : fructificad, porque sembraron
para vosotros. ¡O linage de Adan, quàntos quàntos
hàn sembrado en ti, y què simiente tan preciosa Què
infelizmente pereceràs, y con quanta razon; si se per
diere en ti tanta simiente, y, al mismo tiempo el tra
bajo de los sembradores! ¡A què desolacion te entre
garà el Labrador, si se malogran en ti todas estas
cosas! Sembró en nuestra tierra toda la Trinidad , sem
braron los Angeles, y juntamente los Apòstoles: sem 1, Dios.
braron los Martires, los Confesores, y las Virgines.
Sembrò Dios Padre, por produjº su corazon la 3.-
194 SERMoN DE S. BERNAR Do ABAD.
labra buena, y el Señor derramó su bendicion, y nues
tra tierra dió su fruto. Sembrò tambien el Hijo pnes
Math. 13. èl es quien salió para sembrar su simiente: porque
el Padre no salió, sino que el Hijo procedió del Pa
dre y vino al mundo: para que así el mismo que era
en el corazon del Padre pensamiento de paz, se hi
ciese nufestra paz en el vientre de la Madre. Sembrò
igualmente el Espíritu Santo, porque el vino tambien
y se vieron parecer como lenguas de fuego , que se
difundieron sobre los discipulos. Asi sembró toda la
Trinidad ; el Padre la paz desde el Cielo, el Hijo la
verdad, el Espíritu Santo el amor.
12 Los Angeles sembraron tambien, quando ca
2. Los yendo los demas ellos se mantuvieron firmes en el
Angeles. obsequio de Dios. Decia aquel lucero de la maña
na, no ya nuncio de la luz sino de las tinieblas, y
Isai. 14. mas propiamente lucero de la tarde : Me sentare en
3• el monte del testamento; sere semejante al Altisimo.
O insolente, ô imprudente: Milares de millares le
Dan 7. 1o sirven, y diez veces cien mil asisten delante de el:
¿y tu te sentarás? Los Cherubines esta han en pie,
dice el Propheta, y no sentados: ¿què has trabajado
tu para sentarte ya? Todos los Angeles tienen lugar
de ministros, siendo enviados para exercer su minis
terio en favor de aquellos que deben ser herederos
de la salud : ¿y tu te sentaràs ? ¿Què has sembrado
que ya quieres coger? No es esto tuyo, no es esto
tuyo, sino de aquellos para quienes està preparado
por el Padre. ¿Por què les tienes envidia Verdade
ramente estos son los que se han de sentár; estos
mismos gusanillos de la tierra , vuelvo à decir, se
1. Cor 6.
sentarán para juzgar, y tu no solamente no estaràs
3.
asi, sino que estarás en pie para ser juzgado. ¿No
Ps, 12 5.6. sabeis, dice el Apòstol , que hemos de juzgar a los
mismos Angeles? Los mismos ciertamente que iban
y lloraban echando sus simientes, quando vengan,
Vendrán llenos de gozo trayendo los manojos de su
C0 -
EN EL NAcIMIENTo DE S. BENITo ABAB. 195
cosecha. Dos manojos son los que buscas tu , el del Para quié
honor, y el del descanso. Anhelas al asiento y à la està reser
vado el
altura: pero no serà asi , impío, no serà asi ; no co honor, y
geràs porque no has sembrado. Los que sembraron el el descan
trabajo y el abatimiento, cogeràn el honor, y jun SOe
tamente el descanso. En vez de su duplicada confu
sion y rubor en que vivieron, poseeràn despues en su Isai.61.7,
tierra una doble recompensa. Por eso y decia uno de
ellos: Mirad mi humildad y mi trabajo. Y hoy tam Ps. 24.18.
bien habeis oido lo que prometia el Señor, y decia
à sus discipulos: Os sentareis sobre doce sillas para Math.
48.
19.
juzgar á las doce Tribus de Israel. Ve ahi el descan
so del asiento y el honor del juicio. Ni aun el mis
mo Señor quiso llegar á esto sino por la humildad
y el trabajo. Asi fuè condenado a una muerte torpí
sima, demandado con tormentos y llenado de opro
brios : verdaderamente para que el enemigo se llene de
confusion, y juntamente todos los que le imitan y sa
den fuera del verdadero camino. Este mismo, este
mismo es, malvado, el que se ha de sentar en la si
lla de su magéstad, semejante al Altísimo, y tambien
Coaltisimo. Esto sin duda pensaban los Angeles, que
cayendo el maligno, no consintieron a su apostasia,
dejändonos exemplo, para que como ellos escogieron
servir y ministrar, lo hagamos así nosotros. Aquellos Los q. an
pues que huyen del trabajo, y captan el honor, sepan helā à los
que imitan al que buscó el descanso y la elevacion: y honoresy
si su culpa no es bastante para asustarnos , ā lo me rehusá el
nos asüstenos su castigo. Pues todo le salió al reves, trabajo se
hacen se
de suerte que se verifica, que este dragon fuè for mejantes
mado, para ser vurlado; y està preparado para el fuego al diabloa
eterno. A fin de que evitemos un mal tan grande, sem.
braron los Angeles para nosotros la prudencia , pues
cayendo los demás, ellos la conservaron enteramente.
13 Esta misma prudencia sembraron tambien pa 3. Los
ra nosotros los Apostoles, quando retirandose los que A p o sto
seguian la sabiduria de este mundo, que es necedad les.
Bb 2 pa
196 SERMoN DR S. BERN ARDo ABAD.
para con Dios, y la prudencia de la carne que trae
la muerte y es enemiga de èl; no se desviaron del Se
ñor. Escandalizados aquellos oyendo hablar del Sacra
mento de su carne y de su sangre, ya no andaban
despues en su compañia: pero los discipulos pregun
Johan. 6. tados si ellos tambien querian irse, respondieron: ; A
69. quien iremos , Señor, nosotros? Vos teneis palabras
de vida eterna. Es menester, Hermanos, mios, que
imitemos esta prudencia, porque aun ahora sucede,
que muchos andan con Jesus, hasta que se llega à
comer su carne y beber su sangre, esto es, mientras
no se llega á participar de su pasion, (pues esto sig
nifican aquellas palabras del Señor, y el mismo Sa
cramento) pero, desde aquel punto se escandalizan, y
se vuelven atras, diciendo : Duras son estas palabras.
Seamos nosotros prudentes como los Apòstoles, y di
gamos: ¿A quien iremos , Señor, nosotros? Vor te
neis palabras de vida eterna, No, nos apartarémos de
vos: vos nos dareis la vida. No solo vive el bombre
con el pan, sino con toda palabra que procede de la
boca de Dios. No solo el mundo tiene deleytes, sino.
que en vuestras palabras se hallan otros muchos ma
Psal. r 18,
yores. Por lo qual dice el Propheta: ¡Que dulces son
IO3.
para mi vuestras palabras ! Ellas lo son mucho mas
que es la miel para mi boca. ¿A quien pues iremos,
Señor, nosotros? IVos teneis palabras de vida eterna;
y ellas valen mas que quanto el mundo puede ofrecer.
No solo la misma vida sino la promesa de la vida y
la expectacion de los Justos, es alegria ; y alegria tan
grande, que quanto, el mundo aprecia no se puede
comparar con ella. Esta es la prudencia que sembra
ron para nosotros, los Apòstoles Santos. Los Màrtires,
4. Los como es manifiesto , sembraron la fortaleza : los Con
Confeso
res, Mar. fesores la justicia de que nunca se apartaron en su vi
tires , y da. La misma diferencia hay èntre los Màrtires, y
Virgines. Confesores que èntre Pedro dexando á un tiempo to
das las cosas, y èntre Abrahan distribuyendo en bue
1OS
EN EL NAcrMIENTo DES. BENITo ABAD. 197
Todos es
nos usos los haberes de este mundo. Aquellos habien -
toS sen -
do vivido poco llenaron el curso de una larga vida; braró pa
estos supieron tolerar en si mismos largos y diversos 3 Tl OSO -
martirios. Es bien claro, que las Virgines Santas sem trosla pru
braron la templanza, pues supieron pisar valerosamen dencia, la
te la lascivia. fortaleza,
lajusticia,
y la tem
cree se e-e-e ese oe e º e-e-ee e», planza.

EN LA FIESTA DE LA ANUNCIACION
2 $. de
DE LA BIENAVENTURADA vIRGEN MARIA. Marzo.

SER MON PRIMERO.


Sóbre las palabras del Psalmo: Para ¿ habite la Ps.84.1o.
gloria en nuestra tierra , la misericordia y la ver
dad mutuamente vinieron d encontrarse, y se die
ron el beso la justicia y la paz.
I. Ara que habite la gloria en nuestra tier
ra, la misericordia y la verdad mutua
mente vinieron d encontrarse, y se dieron el beso la
2 • Cor. I•
justicia y la paz. La materia de nuestro gozo, dice I 2,
el Apòstol , es el testimonio de nuestra conciencia. Luc. 18.
No es, este testimonio como el de aquel Phariseo , que ll •
con un pensamiento falso y engañoso hablaba à favor
de sí mismo, no siendo su testimonio verdadero: sino
que es, el mismo que dà el espiritu de Dios à nuestro En tres
espíritu. En tres, cosas, à mi parecer, consiste este cosas có
testimonio. Porque en primer lugar, debes creer que siste el
tes timo
no puedes recibir el perdon de los pecados, sino por nio de la
la misericordia de Dios: despues, que nada puedes e oncien
hacer que sea, bueno, si igualmente no te biene de su cia.
mano: ultimamente , que con ningunos mèritos puedes
conseguir la gloria, si el mismo no te la dà graciosa
IIl CIl
198 SER MoN I. DE S. BERNARDo ABAD.
Joo. 14,4 mente. Porque quién puede hacer limpio al que està
concebido de sangre inmunda, sino el que solo es lim
pio A la verdad lo que està hecho, no puede menos
de haber sido hecho, pero no imputàndolo Lºios se
rà como sino se hubiera hecho. Esto consideraba el
Ps. 31. 2. Propheta, quando decia : Dichoso el hombre d quien
Dios no hd imputado pecado alguno. En quanto á las
buenas obras, es enteramente cierto que ninguno las
puede hacer con sus propias fuerzas : porque si no pu
El h6bre
do mantenerse firme nuestra naturaleza estando sana,
dejado à ¿quanto menos podrá levantarse por si misma estando
si mismo, corrompida. Todas las cosas en quanto està de par
al punto te de ellas, caminan à su origen, y estàn siempre hā
camina à
cia alli mas propensas. Asi nosotros que fuimos cria
la nada q.
dos de la nada, es constante que dejados à nosotros
es el pe
cado. mismos nos inclinamos siempre hàcia la nada del pe
cado. -

2 Por lo que pertenece à la vida eterna , sabemos


Nuestros que los trabajos de la vida presente no tienen pro
m e ritos porcion con la gloria que serà descubierta en nosotros
SO Il Ilul3.-
algun dia, ni aunque un hombre los tolerase todos.
vo favor
de Dios, Ni son tales los mèritos de los hombres que por de
recho se les deba la vida eterna, ni Dios si no se la
diese, les haría injuria. Porque, sin contar que todos
los mèritos de los hombres son dones de Dios, y asi
el hombre por ellos se hace mas deudor de Dios que
Dios del Hombre; ¿què son todos los mèritos para
gloria tan grande & En fin, ¿quièn es mayor que el
Propheta de quien el mismo Dios dio un testimonio
1. Reg 13 tan insigne diciendo: He hallado un hombre segun mi
4. corazon Sin embargo, el tambien tuvo necesidad de
Psal. 1 42, decir à Dios: No entreis, Señor, en juicio con vues
31 • tro siervo. Ninguno pues se engañe, porque si lo
quiere pensar bien, hallarà que ni con diez mil pue
de salir al encuentro dquien viene d el con veinte
ni l. -

3 Con todo eso no bastan enteramente estas cosas,


de
EN LA ANUNcr AcroN DE LA VIRGEN MARIA. 19o
de que hemos hablado, sino que antes se deben re
putar como el principio y fundamento de nuestra fe.
Por tanto si crees que no pueden ser borrados tus
pecados sino por aquel Señor contra quien pecaste y
en quien no cae pecado, bien haces; pero debes aña
dir a esto la confianza de que èl mismo te perdonarà
los pecados. Este es el testimonio que dá en tu cora.
zon el Espíritu Santo, diciendo: Te se han perdona Rom, 3.
do tus pecados. Asi juzga el Apòstol que el hombre
se justifica graciosamente por la fe. Igualmente en
quanto à los mèritos, si crees que no se pueden te
ner sino por él, no es bastante , hasta que el Espiritu
de verdad te dè testimonio de que los tienes por èl.
De este mismo modo tambien acerca de la vida eter
na, es necesario que tengas el testimonio del espiritu
de que has de llegar á ella con el favor divino. El
mismo pues condona los pecados, da los mèritos, y
despues tambien confiere los premios.
A la pa
4 Estos testimonios son dignos de la mayor fè. Por sion del
que acerca del perdon de los pecados es el mas po Señor se
deroso argumento la Pasion de Christo. La voz de su ha de arri
sangre se alentó mucho mas que la voz de la sangre buir e I
de Abel clamando en los corazones de los escogidos perdó de
por la remision de todos los pecados. Por nuestros losdos.
peca -
pºcados fue entregado; ni hay duda en que es mas Nuestras
poderos y eficaz su muerte para el bien , que nues b u en as
tros pecados para el mal. No menos es eficaz argu obras àsu
IeSUlrreC
mento para mi en quanto à las buenas obras su Resur cion.
reccion; porque resucitó por nuestra justificacion. Rom. 4.
Respecto de la esperanza del prenio eterno, es tes 25 .
timonio su Ascension , pues ascendió por nuestra glo A su as
rificacion. Estas tres cosas tienes en los psalmos, di een si5 nu
ciendo el Propheta: Dicho ro el hombre a quien el estra glo.
rificacion
Señor “no imputó pecado alguno. Y en otra parte: Di
choro el hombre que tiene de vos el auxilio. Y tam Ps. 3 1. 2.
bien: Dichoso el que escogisteis y tomásteis d vues Ps.83. 6.
tro servicio; el habitard en los atrios de vuestra ca Ps.64, 4.
J2 .
2OO SERMoN I. DE S. BERNARDo ABAD.
sa. Esta es la gloria verdadera, esta la gloria que
habita, porque viene de aquel Señor que habita en
nuestros corazones por la fe. Mas los hijos de Adan
buscando la gloria unos de otros, no querian la glo
ria que viene de solo Dios; y asi siguiendo la glo
ria que fluye por lo exterior, tenian la gloria no en si
mismos, sino mas antes en otros.
5 ¿Quèreis saber de donde tenga el hombre la glo
ria que habita? Dirèlo brebemente; porque la inten
cion me lleva al sentido espiritual de las palabras del
Propheta: y aun este solo me habia propuesto investi
gar con algun cuidado; pero me dejè ir à lo moral
con ocasion del texto del Apòstol sobre la gloria in
terior y testimonio de la conciencia que ocurrió a pri
Como ha
mera vista. Esta gloria pues, habitarà tambien aqui
bitarà en
el hóbre
en nuestra tierra , si la misericordia y la verdad mu
una glo tuamente se encontraren, y si se dieren el beso amis
yia verda tosamente la justicia y la paz. Asi es necesario que á
dera aun la misericordia que se anticipa y nos previene , salga
en CSt3.
à encontrar la verdad de nuestra confesion , y en lo
vida,
demàs sigamos la santidad y la paz, sin las quales
ninguno verà à Dios. Porque, quando el hombre se
compunge, ya la misericordia se adelanta y le pre
p, Reg 12
viene, pero de ningun modo entrará hasta que la ver.
3• dad de la confesion salga al encuentro. Peque contra
el Señor, dice el mismo David al Propheta Nathan
siendo reprendido de su adulterio y homicidio. Tam
º Esto es, bien el Señor ha transferido * tu pecado, le dice el
hā perdo Propheta. Sin duda aqui se encontraron mutuamente
nado. la misericordia y la verdad. Y esto es, para que te
apartes de lo malo. Mas ya para que obres lo bueno,
debes cantar en el timpano y en el coro, de suerte
que la mortificacion misma de tu cuerpo, y los fru
tos de la penitencia, y obras de justicia se hagan en
èl espiritu de concordia y unidad, (porque la unidad
de espiritu es el enlace de la perfeccion) ni te des
vies a la diestra, ni à la siniestra, porque hay algu
nos,
EN LA ANUNc1AcIoN DE LA VIRGEN MARIA. 2or
nos, cuya diestra está llena de maldad. Aquel Pha-Luc, 18
riseo de quien mas arriba hicimos mencion , no era
como los demàs hombres, sino que el mismo se da
ba (como dijimos) una aprobacion y testimonio que
no era verdadero. Pero qualquiera que sea aquel en
quien la misericordia y la verdad se encontraren mu
tuamente, y se dieren el beso amistosamente la jus
ticia y la paz, gloríese sin temor ninguno: pero glo
ríese en el que le dà testimonio, que es el Espiritu de
verdad sin duda.
6 Para que habite la gloria en nuestra tierra, la
misericordia y la verdad mutuamente se encontraron,
y se dieron el beso la justicia y la paz. Si la gloria -

del padre es el hijo sabio , no habiendo otro mas sa - , -


--

bio, que la misma Sabiduria, es claro que es la glo


ria del Padre Christo fortaleza de Dios y sabiduria Hebr. 1, t
de Dios. Pues, por quanto de muchos y varios mo
dos se habia predicho de èl en los Prophetas que se
ria visto en la tierra, y que viviria entre los hombres,
en que manera haya sido hecho esto, y se hayan cum
plido las cosas que estaban predichas por los Prophe
tas; y asi haya habitado la gloria en nuestra tierra,
lo indica el Propheta eon estas palabras ; como si mas
claramente dijera: Para que el Verbo se hiciera carne,
y habitāra entre nosotros, la misericordia y la verdad Ps.84. r.
mutuamente vinieron d encontrarse, y se dieron el be
so la justicia y la paz. Misterio grande, Hermanos
mios, y digno de ser considerado con la mayor dili
gencia , sino faltàse la inteligencia para penetrar su
prufundidad, y à la misma inteligencia tambien no la El hôºre
faltasen palabras. Sin embargo dirè lo que alcanzo, desde su
aunque sea muy poco , porque si de este modo puedo c e a ion
dar ocasion al sabio de saber mas. Me parece, que fue ador-
nado de
-

veo, Amantisimos, cubierto al primer hombre desde las qua


su creacion con estas quatro virtudes , y adornado (se tro V 1rt ll
des de q•
gun lo que dice el Propheta) con el vestido de la sa habla el
lud. Porque la perfeccion e integridad de la salud con Psalmo,
Cc SlS
2o2 SERMoN I. De S. BERNARDo ABAD.
siste en estas quatro virtudes, ni sin todas ellas pue
de darse, especialmente no pudiendo ser virtudes estan
r. La mi do separadas unas de otras. Habia pues recibido el hom
se ricor
dia. bre la misericordia como una guardia y oriada que
habia de ir delante de èl y tambien seguirle , y que
igualmente le debia proteger y amparar en todas par
tes. Ved ahi que ayo puso Dios á su pàrvulo y que
page señaló al hombre recien nacido. Pero tenia ne
a. La ver cesidad de un maestro, como noble y racional cria
dad. tura , que no se habia de guardar como una bestia,
sino que se debia educar como un pàrvulo. Para este
magisterio ninguno era mas apropósito que la Verdad
misma, que le llevaria despues al conocimiento de la
3. La jus Suma Verdad. Mas entretanto, para que el hombre
ticia.
no fuese sabio para hacer lo malo, y esto mismo se
le atribuyese à pecado, como á quien sabia lo bueno
y no lo hacia , recibió tambien la justicia para ser re
gido de ella. Todavia le añadió la mano benignisima
4. La paz. del Criador la paz, en que reposàse, y se deleytàse:
una paz duplicada verdaderamente, de suerte que ni
sintiese en su interior guerra ninguna, ni por fuera
temor alguno: que es decir, que ni su carne comba
tia contra el espiritu, ni le infundia terror ninguna cria
tura. Asi tambien puso libremente nombre a todas las
bestias, y la serpiente misma porque no se atrevió
á acometerle con violencia, lo hizo mas antes con
fraude. ¿Què le faltaba a quien custodiaba la miseri
cordia, enseñaba la verdad, regia la justicia, recrea
ba la paz? -

7 ¡Mas ay! Este hombre por una gran desdicha y


Luc.
3 o.
0,
necedad suya, bajô de Jerusalen à Jericó: cayó en
Fué des manos de los ladrones; y segun leemos , lo primero
pojado de que hicieron, fué despojarle de sus vestidos. ¿No es
ellas por taba despojado el que viniendo el Señor, se queja de
el pecado. que se halla desnudo ? Ni podia volver à vestirse , ö
à tomar los vestidos que le habian quitado, sin que
Christo perdiese los suyos. Porque asi como no podia
SCI
EN LA ANUNcrAcroN DE LA VIRGEN MARIA. 2o.3
ser vivificado en el alma sino interviniendo la muerte
corporal de Christo, asi ni podia volver à vestirse,
sin que Christo fuese tambien despojado. Y mira si
por estas quatro partes del vestido, que habia perdi
do el primero y viejo hombre no fueron divididos en -

otras tantas los vestidos del segundo, y nuevo hom • º


bre. ¿Preguntas acaso que significa la túnica inconsü
til que no se divide, sino que se dà por suerte? Yo elQuedo é
la ima
juzgo que en ella se significa la divina imagen que gen de
no siendo cosida y ajustada, sino innata è impresa Dios pe
en la naturaleza misma, no puede partirse, ni divi ro perdió
la se ne
dirse. Porque à la imagen y semejanza de Dios fuè
hecho el hombre; consistiendo la imagen, en la li janza.
bertad de su arbitrio, y la semejanza en las virtudes.
La semejanza sin duda pereció, pero el hombre pasa
en la imagen: en el infierno mismo, podrá ella que
marse, pero no consumirse; podrá habrasarse, pero
no borrarse. La imagen pues no se parte, sino que vie
ne por suerte, y à aqualquiera. parte que vaya el al
ma, alli estará juntamente con ella. No es asi la se
mejanza; pues ó permanece en la virtud del alma, ö
si esta peca, se trueca miserablemente, comparandose
entonces el hombre à las bestias irracionales.
8 Pero porque dijimos que habia sido despojado
el hombre de las quatro virtudes, conviene que diga.
mos en què modo fué despojado de cada una. Perdió Quando
fuè des no
el hombre la justicia quando Eva obedeciò à la voz jado de
de la serpiente, y Adan à la voz de la muger prefi dichas via
riendola à la divina. Quedaba todavia algun arbitrio tudes.
que les podia valer; y esto mismo les insinuaba el Se
ñor en aquel cargo y residencia que les hizo despues
de su culpa: pero le , desecharon dejando ir su cora
zon a palabras de maficia para alegar escusas de su pe
cado. El primer oficio de la justicia es no pecar; el Dos of
segundo es condenar el pecado por la penitencia. Per cios ó par
tes de la
dió el hombre la misericordia , quando de tal modo
justicia.
se encendió Eva en su deseo, que ni tuvo compasion
- - Cc 2 de
uo SERMon I, pE S. Be RNARDo ARA n.
de si misma, ni de su esposo, ni de sus hijos que ha.
bían de nacer , entregàndolos à todos juntos a una mal
dicion terrible, y à la necesidad de la muerte. Adan
tambien expuso à la muger por cuya causa habia pe
cado, à la divina indignacion, como queriendo detràs
Gen.3. 6. de su espalda evitar la saeta de la ira de Dios. Við la
muger que el drbol era hermoso para la vista , y que
su fruto era suave para comer: y habia oido de la
serpiente que serian como Dioses. Con dificultad se
rompe una cuerda triplicada , de curiosidad , de de
leyte, y de vanidad. Esto solo tiene el mundo, con
cupiscencia de la carne , concupiscencia de los ojos,
y soberbia de la vida. Embelesada y atraida por es
tas cosas desechó de si toda misericordia esta madre
cruel. Adan tambien que se habia apiadado antes con
tanta imprudencia de la muger para pecar en compa
ñia de ella, no quiso tener de ella misericordia, quan
do lo dictaba la prudencia; sufriendo por ella la pe
na. Fuè igualmente privada la muger de la verdad,
primeramente torciendo y pervirtiendo lo que habia
Gen. 3• 6. oido : Morireis ciertamente, y diciendo: No sea aca
so que moramas : despues creyendo à la serpiente que
enteramente lo negaba y decia: De ningun modo mo
rireis. De esta misma manera fuè privado Adan de
la verdad, quando tuvo verguenza de confesarla, po
niendose à tejer las hojas, que es decir, el velo de
pretextos y escusas ; pues la misma Verdad hà dicho:
Luc.9.26. Si alguno tuviere verguenza de mi delante de los bom
bres, tendre yo verguenza de el delante de mi Padre.
Al punto tambien perdieron la paz, porque no tie
nen paz los impios, dice el Señor. ¿Por ventura no en
contraron en sus miembros una ley contraria à la era
razon, los que por la primera vez comenzaron à te
Gen 3 ro. ner pudor de su desnudez? 2 o temi, dice, porque es.
taba desnudo. No temias así poco antes , miserable,
no temias asi: no buscabas las hojas, aunque estabas
desnudo en el cuerpo como ahora.
Des
En LA ANuNemacros pE LA Vir GEN MARIA. 2os
9 Desde entonces (para proseguir la parāboa del
Propheta que dice que ellas mutuamente vinieron a
encontrarse , y que se reconciliaron en el beso de
amistad) parece haber nacido una grave contienda
èntre las virtudes. La verdad y la justicia afligian al Disputa
hombre miserable: la paz y la misericordia no toman delas vir
tudes en
do parte en este zelo, juzgaban que mas bien se le presencia
debia perdonar. Tienen estas dos entre si la conéxion de Dios
de hermanas de leche , asi como tambien las prime d es pues
ras. De esto sucedió que perseverando aquellas en pe. del peca
dir venganza, y afligiendo por todas partes al hom do.
bre delinqiiente, y juntando à las molestias presentes
las amenazas del futuro suplicio; se retiraron estas al
corazon del Padre, volviendose al Señor que las ha
bia dado: porque quando todo se veia lleno de aflic
cion, él solo meditaba pensamientos de paz. No ce
saba la paz, la misericordia no le daba silencio, si
no que golpeando con piadoso susurro á sus paterna
les entrañas, decian: ¿Nos desechard Dios para siem Ps, 76.8.
pre 3 podrd resolverse á no sernos jamás favorable?
¿Se olvidará Dios de tener misericordia, 3 su co
ler a detendrá el curso de sus piedades? Aunque en
mucho y largo tiempo pareció que no se daba por en
tendido el Padre de las misericordias, para satisfacer
entretanto al zelo de la justicia y de la verdad; sin
embargo no fue infructuosa la importunidad de las su
plicantes, sino que fueron oidas en el tiempo opor
tuno. - 2 o , ....ipº o
ro Tal vez se puede decir que instándole ellas, las
diò esta respuesta : hasta quàndo duraràn vuestros
ruegos Soy deudor tambien de vuestras hermanas la
justicia y la verdad à quienes veis dispuestas para ha
cer venganza en las naciones. Llamense, vengan y con * --

ferenciemos sobre este asunto. Se apresuran los nun


cios celestiales, y luego que vieron la miseria de los
hombres y la plaga cruel, lloraban amargamente, co Isai.33.7.
mo habla el Propheta, los nuncios de la paz. ¿Quiènes
II13S
2o6 SERMoN I. DE S. BeRNARDo AB Ap.
mas fielmente buscarian y rogarian lo que condujese
à la paz, que los Angeles de la paz? Por deliberacion
comun subió la verdad al dia señalado, pero subió
hasta las nubes: no todavia brillante, sino algo obs
cura y anublada con el zelo de indignacion , y suce
Ps, 35. 6. dió lo que el Propheta dice: Señor, en el Cielo estd
vuestra misericordia , y vuestra verdad llega basta
las nubes. En medio residia el Padre de las luces , y
una y otra alegaba lo que juzgaba mas conveniente.
¿Quièn te parece que mereció asistir à este coloquio,
para que pueda decirnos lo que pasó? ¿Quièn lo oyó,
y nos lo podrà contar? Tal vez son cosas inefables, y
no es permitido al hombre hablarlas. Con todo eso, la
suma de toda la controversia parece haber sido esta.
Necesita de conmiseracion la criatura racional, dice
la misericordia , porque se hà hecho mísera y mise
rable en gran manera. Llegó el tiempo de tener mi
sericordia de ella, porque ya pasó el tiempo. Con
tra esto decia la verdad : es menester, Señor, que se
cumpla la palabra que vos pronunciasteis. Es preciso
que muera enteramente Adan con todos los que esta
ban con el el dia en que gustó en su transgresion la
manzana vedada. ¿Para què, dice la misericordia, pa
ra què Padre, me habeis engendrado, si tan presto
he de perecer? Sabe la verdad misma que vuestra mi
sericordia pereció y se reduce à la nada, si alguna
vez, no haceis misericordia. Igualmente, por el con
trario decia la otra tambien: quién ignora que si el
transgresor evita la sentencia de muerte que està pro
mulgada, perecerà, Señor, y no permanecerá ya eters
namente vuestra verdad? * -

- 1 Pero he ahi que uno de los Cherubines sugie


re, que, sean enviadas- al Rey Salomoa; porque al Hi-,
Johan. 5. jo», dice, se le bd, dado toda la potestad de juzgar.
22 -
Así tambien en presencia de este se encontraron mu
tuamente la misericordia y la verdad, repitiendo las
mismas razones de sus quejas. Confieso, dice la ver
dad,
EN LA ANUNcIA croN DE LA VIRGEN MARIA. 2o.7
dad, que la misericordia tiene un buen zelo, pero oja,
là que fuera arreglado à la prudencia. Mas ahora ¿con
què razon juzga que se haya de perdonar mas antes
al transgresor, que á su propia hermana? Y tu, dice
la misericordia, ni al uno ni al otro perdonas, sino que
te enardeces con tanta indignacion contra el transgre
sor, que envuelves en ella à tu hermana juntamente.
¿Què mal te hè hecho yo? Si tienes algo contra mi,
dimelo: sino ¿por què me persigues? ¡Grande contro
versia, Hermanos mios, y disputa sobremanera intrin
cada! ¿Quièn no diria entonces: mejor seria para noso
tros que este hombre no hubiera nacido Asi era, Aman.
tisimos , asi era: no parecia en que modo se podrian
conservar juntamente la misericordia y la verdad pa
ra el hombre Y como añadiese la verdad que resal
taba contra el Juez la injuria de su parte, y agravio
que se la hacia , alegando que en todo caso se debia
precaver que no fuese frustrada la sentencia del Padre,
y que por ninguna ocasion quedàse sin efecto su pa
labra viva y eficaz; dejad os ruego , dice la paz, de
jad semejantes palabras: no nos es decente tal alterca
cion; no parecen bien las contiendas entre las vir
tudes. -

- 12 El Juez inclinándose, con el dedo escribia en


la tierra. Las palabras de la Escritura que leyô la paz
en los oidos de todos (porque ella estaba sentada mas Sentècia
cerca de èl) eran estas: esta dice, yo perecí, si Adan del Juez.
no muere: y esta dice, yo perecl, si no consigue mise
ricordia. HAGAsE LA MUERTe BUENA, y, una y otra
tendrà lo que pide. Todos se pasmaron en las pala
bras de la Sabiduria, y en un arbitrio que era compo
sicion y sentencia al mismo tiempo; pues era mani
esto que no se las dejaba ocasion alguna de quejas,
con tal que se pudiese hacer lo que una y otra pre
tendia: esto es que muriese el hombre, y juntamente
consiguiese misericordia. Pero ¿como (dicen ellas) se
podrà hacer esto? La muerte es cruelisima y º.
gu1 -
2o8 SERMoN I. De S. BERNARDo ABAD.
guisima: la muerte infunde a los mismos oidos susto y
horror. ¿En què modo podrà hacerse buena La muer
te, dice el Juez, de los pecadores es pèsima, pero la
muerte de los Santos puede hacerse preciosa. ¿Por ven
tura no serà preciosa, si ella fuere la puerta de la vi
da, la entrada de la gloria ? Si , dicen, preciosa se
rà entonces. Mas ¿cómo se harà esto? Se podrà hacer,
dice, si alguno muriere por caridad , y ese mismo no
deba nada a la muerte. Porque no podrà la muerte
detener al inocente, sino que serà agugereada como
Job, 4o. està escrito, la quijada de Leviathan, y se destrui
l 9. rà la pared que mediaba, y se quitarà aquel chaos
grande que estaba fijado entre la muerte y la vida.
Sin duda la caridad fuerte como la muerte, antes
bien, mas fuerte que la muerte, si entràre en el atrio
de aquel fuerte armado , le atarà y saquearà todas sus
alhajas, y en su mismo transito harà del profundo del
mar camino para que pasen los librados.
13 Pareció buena la propuesta como que era fiel
Aproba y digna de toda acepcion. Pero ¿en dónde se podrà
cion dela
sentencia
encontrar aquel inocente que quiera morir, no por
deuda, sino por voluntad, no por sus demèritos, sino
Buscá un por su beneplàcito Rodea la verdad toda la tierra, y
Redétor. ninguno se halla libre de mancha, ni aun el niño cu
ya vida es de un solo dia sobre la tierra. La miseri
cordia tambien registra todo el Cielo, y aun en los
Angeles mismos encuentra, no dirè la maldad, pero
una caridad menor que la que se busca. Sin duda es
ta victoria estaba reservada para aquel Señor, cuya
caridad fuè la mayor de todas, pues puso su vida
por unos siervos inútiles è indignos. Porque, aunque
èl mismo ya no nos llama siervos, esto mismo es
efecto de un amor inmenso, y de una insigne digna
cion. Mas nosotros, aunque hiciésemos enteramente
Lue. 17. quanto nos han mandado, ¿què otra cosa deberiamos
18.
decir sino que eramos unos siervos inútiles? Pero
iquien presumiria proponerle esto Vuelven al dia se
ld -
EN LA ANuNcr Aeron de LA VIRGEN MARIA. ao9
iñalado la verdad y la misericordia muy congojadas
por no haber encontrado lo que tanto deseaban.
14 Entonces la paz consolandolas à parte: vosotras, Dios solo
podia ha
las dice, nada sabeis, ni discurris. No hay quien ha cer lo pro
ga este bien , no hay uno siquiera : El que dió el con puesto
sejo, el mismo dé el auxilio. Entendió el Rey lo que le
queria decir en esto, y dijo asi Pesame de baber he Gen6.7.
cbo al hombre. Pena tengo, dice, á mi me toca tolerar
la pena y hacer penitencia por el hombre que yo criè. Se dispo
Entonces pues dijo: Vedme abi, yo vengo: no puede ne y pre

pasar este caliz sin que yo le beba. Y llamando al pun para la


Encarna
to al Angel Gabriel, anda, le dice , di à la hija de cion.
Sion: Mira que biene tu Rey. Se adelantaron al Rey Zach.9.9
que habia de venir la misericordia y la verdad, co
mo està escrito : La misericordiay la verdad irdin de Ps84.ia.
- -

lante de vuestro rostro. La justicia le prepara el tro-"


no segun el Propheta que dice: La justicia y el juicio
son la preparacion de vuestra silla. La paz viene con
el Rey para que se vea que es fiel el Propheta a que
dice: Habrd paz en nuestra tierra, quando viniere.
De ahi es, que habiendo nacido el Señor, cantaba
el coro de los Angeles diciendo: Paz sea en la tier
ra d los bombres de vuema voluntad. Entonces tam
bien la justicia y la paz que parecian estar discordes
no poco , se dieron el beso amistosamente. La pri
mera justicia que venia de la ley y si es que era jus
ticia, no tenia el beso, sino mas antes aguijon, opri
miendo mas con el temor que atrayendo por el amor.
Pero ni tuvo eficacia para la reconcilíacion» como la
tiene ahora la presente justicia , que viene por la fè
en Jesu Christo. Porque ¿en què consistia que ni Abra
han, ni Moyses, ni los demàs justos de aquel tiempo
podian recibir en su muerte la paz de la bienaventu
ranza, ni entrar en el reyno de la paz, sino en que
de ningun modo la justicia y la paz se habian dado
el beso todavia? Por eso, Amantisimos, debemos amar
y seguir la justicia con "¿fervoroso zelo, pues la jus
1
a Io SERMoN I. DE S. BERNARno ABAD.
ticia y la paz se han dado el beso, y han estableci
do entre si un pacto indisoluble de amistad: de suer
.te, que qualquiera que traiga consigo el testimonio
- de la justicia, serà recibido con placentero rostro y
alegres abrazos por la paz, dormiendo ya y descansan
do en su regazo dulcemente,

se e* - es º es º e-º-e-º- es
EN LA ANUNCIAcioN
DE LA BIENAVENTURADA vIRGEN MARIA,
. .

.ºr Llama
se Septi
SERMON SEGUNDO.
forme el
Es piritu s. Del Septiforme º Espiritu en Christo.
-

Santo por
... los siete Y, E? presente solemnidad de la Anuncia
dones q. . . . . . . La cion, del Señor, Hermanos mios, como que
... reparte a presenta. à la vista la sencilla historia de nuestra re
las almas
paracion una llanura amenísima. Se encarga una nue
Suma del va embajada al Angel San Gabriel , y una Virgen que
Misterio. profesa una nueva virtud, es honrada con los obse
quios de una nueva salutacion. Se aparta de las, mu
geres, la maldicion antigua , y la nueva Madre reci
be una bendicion nueva. Se halla llena de gracia la
que ignora la concupiscencia, à fin de que viniendo
sobre ella el Espíritu Santo para un hijo la misma
que se desdeña de admitir varon. Entra à nosotros el
antidoto de la salud por la puerta misma, por donde
entrando el veneno de la serpiente habia ocupado el
La Encar taniverso del linage humano. Inumerables flores seme
nacion es
jantes à estas es facil coger de estos hermosos prados:
ú abismo
de miseri
pero yo miro en medio un abismo de una profundidad
cordia. remible. Abismo inexcrutable es verdaderamente el
Misterio de la Encarnacion del Señor, abismo impe:
- 162 -
EN LA ANÚNcIAcroN f5E LA VIRGEN MAArA. ar r
netrable , el Verbo se bizo carne, y babitó entre no-s
sotros. ¿Quièn le podrá investigar, quièn podrà llegar
à èl, quièn le comprenderà? El pozo es profundo y yo
no tengo en que pueda sacar agua. Sin embargo, sue
le algunas veces humedecer el vapor que exála, los
lienzos puestos sobre la boca de un pozo. Asi aunque
recelo penetrar adentro, conociendo bien mi propia
flaqueza, con todo eso repetidas veces sôbre la boca
de este pozo, Señor, estiendo à vos mis manos, por
que mi alma està como una tierra sin agua en vues
tra presencia. Y ahora si subiendo de abajo la nie
bla hà embebido en si algo de ella mi tenue pensa
miento; esto poco, Hermanos mios, procurarè comu
nicarlo à vosotros sin envidia; como exprimiendo el
lienzo, ô derramando sobre vosotros las pequeñas go
tas del celestial rocio.
-"
2 Pregunto pues, ¿por què razon encarnó el Hijo,
y no el Padre ó el Espiritu Santo, siendo no solo igual Porque
la gloria de toda la Trinidad sino una y la misma su écarnò el
sustancia tambien? Pero ¿quièn conoció los designios Hijo y no
el Padre
del Señor, ö quièn ha sido su consejero º Altísimo ni el Espi
misterio es este , ni conviene que temerariamente pre ritu Stoa
cipitemos nuestro parecer sóbre esto. Con todo eso, « º
parece que ni la Encarnacion del Padre ni la del Espl . . . . ...-
... . . . . .
ritu Santo hubiera evitado el inconveniente de la con
fusion en la pluralidad de hijos, debiendo llamarse uno
hijo de Dios, y otro hijo del hombre. Parece tam
bien muy congruente que el que era Hijo se hiciera
hijo para que no hubiera equivocacion aun en el nom
bre. En fin, esto mismo es la gloria de nuestra Vir
gen, esto la singular prerrogativa de Maria, que me
reció tener uno y un mismo Hijo comun con el Padre:
la qual gloria no tendria, como es constante, si el
Hijo no hubiera encarnado. Ni à nosotros se nos po
dria dar de otro modo igual ocasion de esperar la sa
lud, y la herencia eterna; porque hecho Primogènito
entre muchos hermanos el que era Unigèuito del Pa
-- Dd 2 dre,
212 SERMon II. Dz S. BERNARno AB ap.
dre, llamarà sin duda à la herencia , à los que lla-.
mó à la adopcion: , pues los que son hermanos son
coherederos tambien, Jesu Christo pues asi como con
un misterio, inefable juntò en una persona la sustan
cia de Dios y la del hombre, asi tambien usando de
un altísimo, consejo, en la reconciliacion, no se apar
tó de una equidad prudente dando. à uno y à otro lo
que convenia, honor à Dios, y misericordia al hom
bre. Bellísima forma de composicion entre el Señor
ofendido y el siervo, reo. es hacer, que ni por el ze
lo de honrar al Señor sea oprimido. el siervo, con una
sentencia algo mas dura, ni tampoco condescendiendo.
con èl inmoderadamente sea defraudado, el Señor en.
el honor debido.
3 Escucha pues y observa la distribucion que ha
cen los Angeles en el nacimiento de este Mediador:
Luc. 2. 14. Gloria , dicen , sea d Dios en las alturas; y en la
tierra paz d los bombres de buena voluntad: En fin
- -
para guardar esta distribucion, no, faltó à Christo re
, ,
, -
conciliadora fiel, ni el espíritu de temor con que mos
tràra sigmpre reverencia al Padre, siempre defiriese
Los siete
dones del á, è y siempre buscàse su gloria : ni el espíritu de
Es piritu piedad, con que misericordiosamente se compadeciese
Santo en de los hombres. Por lo mismo tuvo tambien, como ne
Christo, cesario el espiritu de ciencia, por el qual se hiciese
la distribucion, del esplritu de temor y de piedad sin
confusion alguna. Y advierte que, en aquel pecado de
nuestros primeros padres fueron tres los autores, pe
ro, manifiestamente faltaron à los tres tres. cosas. Ha
1.Tim. 2. blo, de Eva, del diablo, y de Adan. No tuvo Eva
14.
ciencia, pues como dice el Apòstol , fue seducida
para gometer el pecado. Seguramente esta no faltó án
la serpiente, pues, se describe como la mas astuta èn
tre todos los animales; pero no, tuvo, el maligno pie
dad, puesto que fuè homicida desde el principio. Tal
vez Adan parecerà piadoso no queriendo contristar
a la muger, pero desamparò el temor de Dios, obe
-
-- - de-.
EN LA ANuNcracioN DE LA VIRGEN MARIA. 213
deciendo antes à su voz que à la divina. Ojalà que mas
bien hubiera prevalecido en èl el espíritu de temor, Isai. 1, 3.
como expresamente se lee de Christo que le llenó no El temor
el espíritu de piedad , sino el de temor; porque en de Dios se
todo, y por todo debe preferirse el temor de Dios à. debe pre
la piedad con los próximos, y èl solo es el que de ferir à la
be ocupar todo, el hombre. En estas tres cosas pues, compasió
que son el temor, la piedad, y la ciencia, reconcilio, có el pro
ximo.
los hombres con Dios nuestro Mediador: porque en
el consejo y en la fortaleza los librò del poder del
Con que
enemigo. Privó al enemigo, con el consejo de su virtudes
antiguo, derecho, dàndole potestad para que echa nos redi
se sus manos en el inocente: con la fortaleza preva mióChris
to.
leció, contra èl, para que no pudiera retener à los re
dimidos, quando volvió de los infiernos, vencedor, y
la vida de todos resucitó, con èl. -

4. Nos sustenta à màs de esto con el pan de vi


da y de entendimiento, y nos dá à beber de la agua
de la sabiduria que dā salud. Porque la inteligencia
de las cosas espírituales è invisibles es verdadero, pan
del alma, que corrobora nuestro corazon, y nos for-,
talece para toda obra buena en todo gènero de exer-r
cicios espírituales. El hombre carnal que no, percibe 2
las cosas que son del Espíritu de Dios, sino que le
parecen necedad, gima y dlore diciendo: Se bd secado ; Ps. to 1.5.
mi corazan porque me alvide de comer mi pan. Mira,
que verdad tan pura y perfecta es, º que nada le sir-,
ve al hombre ganar todo el mundo, si èl pierde su
alma. Pero, ¿quándo; percibirà el avaro esto? En vano,
trabaja, qualquiera : que pretenda, persuadirselo... ¿Por
què esto? Porque le parece necedad. ¿Què, cosa mas ,
verdadera, que ser suave el yugo de Christo? Pon
esto, delante de un hombre mundano, yo verás, como
lo reputa piedra antes que pan. Y ciertamente: con
la inteligencia de esta verdad interior vive el alma,
y este es el manjar espiritual: No solo con el pan vi
ve el hombre, sino con toda la palabra que procede
pº de
214 - SERMoN II. De S. Be RNARDo ABAD.
Las ver de la boca de Dios. Sin embargo MIENTRAs que LAs
¿ yERDAD no te sepa, con dificultad se pasará hasta lo
¿º, interior. Mas quando comenzares á sentir deleyte en
pi¿. ella, ya no es manjar, sino bebida, y sin dificultad
duas, des entrarà en el alma, para que asi el rnanjar espiritual
pues faci diduria
les.
de la inteligencia se padèciendo
; no sea que digiera consequedad
la bebidalosde miem
la sa
bros del hombre interior, esto es, sus afectos, sirva
mas de carga que de provecho.
º
* 5 De todas las cosas pues, que eran necesarias pa
ra salvar los pueblos, ninguna absolutamente faltó al
Isai. 1.
Salvador. Porque èl es de quien anticipadamente can
Ie tô Isaias: Saldrá una vara de la rayz de }ese, y
de su rayz subird una flor, y descansard sobre ella
el espiritu del Señor, el espiritu de sabiduria y de
entendimiento, el espiritu de consejo y de fortaleza,
el espiritu de ciencia y de piedad , y la llenard el es
piritu del temor del Señor. Observa con cuidado que
dijo que esta flor subiria, no de la vara, sino de la rayz.
Porque si la nueva carne de Christo hubiera sido cria
Se confu da de la nada en la Virgen, (como algunos pensaron) .
a una he no se podria decir que la flor habia subido de la rayz
xegia. sino de la vara à lo màs. Mas ahora en decirse que
... c"
subió de la rayz; se hace manifiesto que tuvo una ma
teria comun con los demàs hombres desde el principio.
En decir, que descansaria sôbre el el Espiritu, se de
clara que ninguna contradicion habria en èl. En no
sotros, porque no es del todo superior el espiritu, no
descansa: combatiendo sin duda la carne contra el es
píritu y el espíritu contra la carne : del qual comba- ,
te nos libre aquel Señor en quien nada semejante hu
bo, el nuevo hombre y verdadero hombre, que tomò
et verdadero origen de nuestra carne, pero no tomó
el envegecido cebo de la concupiscencia. -

- . . .. . . . . . . . 2 -
- º a se re. ,, , , , , , , , , ; . . . . . .
s" º se a "... a, a cv. . . . . . .
-- EN
. . . . . ..
-
2 15

»oooºoooooooooooº
, , o« . . . . . .
-

:, , , , EN LA ANUNCIACION - -

DE LA BIENAVENTURADA vIRGEN MARIA.


i

SERMONº TERCERO.
De Susana, y de la Bienaventurada Virgen Maria.
I Q? rico sois en misericordia, què mag .
nifico en justicia, que dadivoso en gra º.

- cia, Señor Dios nuestro! No hay quien


sea semejante à Vos, larguisimo Bienhechor, justi
simo Remunerador, piadosisimo Libertador. Gracio
samente mirais à los humildes, rectamente juzgais á
los inocentes, misericordiosamente salvais á los peca
- dores tambien. Estas, Amantisimos, son las delicias
que sobre la mesa de este rico. Padre de familias, en
los textos de las Escrituras santas, si con cuidado lo
advertis, se nos ponen en mas copia , que lo acos
tumbrado. Esta abundancia nos ofrece el santo tiern
po de la Quaresma, y el sacratisimo dia de la Anun
ciacion, que han concurrido juntamente. Porque hoy revo,
r
en nuestros oídos absuelve la clemencia del Redentor
.V.
à una muger cogida en adulterio : hoy librò de la
muerte à la inocente Susana : hoy llena tambien á la
Bienaventurada Virgen de los singulares dones de su
bendicion graciosa. Grande convite en que nos po
men delante á un tiempo mismo la misericordia, la
-
" -
º jus
-
º -
- (a) Este Sermon se predicó el año de 1 so; pues se celebró ta
Anunciacion el Sabado de la Dominica, tercera de Quaresma, en
aue se lee la historia de Susana, V li uger adºl;
tera. oria de Saianº, y el vaogeliº de la masa ada
2 r6 SERMoN III. DE S. BERNARDo ABAD.
Manjar justicia, y la gracia! ¿Por ventura no es la misericor
del al ma
son la mi dia manjar del hombre? ¿Enteramente saludable y efi
se ricor caz para su remedio? ¿No es la justicia pan del co
dia, la jus razon? Y pan que en gran manera le conforta, como
ticia, y la alimento sólido para nutrirle. En fin, bienaventurados
gracia. , los que tiemen , hambre de ella, porque ellos serdin bar.
tos. ¿No es alimento del alma la gracia de su Dios?
Math. 5.6 Dulcísimo alimento ciertamente, y que tiene toda sua
vidad y deleyte del gusto: antes bien juntando en si
todas estas propiedades, no solo deleyta, sino que for
talece y sana.
2 Lleguèmonos, Hermanos mios, à esta mesa, y
de cada manjar tomemos por lo menos un poco: En
Johan. 8. la ley mando Mºyses apedrear d tales mugeres , di
5• cen los pecadores de una pecadora, los Phariseos de
una adúltera. Pero aquel habló segun la dureza de
vuestro corazon de piedra. Mas Jesus se inclinó. Se
ñor, inclinad vuestros Cielos y bajad. Inclinose y pro
penso á da misericerdia, (porque èl no era de un co
2 razoa judaico) escribia con el dedó, no ya en la pie
dra, sino en la tierra. Ni hizo esto una vez sola, si
no que aqui tenemos dos escrituras, asi como en Moy
sès dos tablas. Y acaso se puede decir que escribien
-do la verdad y la gracia, y volviendo à escribirlas
las dejó impresas en la tierra segun lo que dice el
Apòstol San Juan: La ley fue dada por Moyses, y
Johan. 1.
7.
fue traida la gracia y la verdad por 3esu Christo.
En fin mira si se puede decir que habia leido en la
tabla de la verdad, lo que le sirvió para confutar a
los Phariseos: El gue entre vosotros está sin pecado
sea el primero que tire contra ella la piedra. Pala
bra brebe pero viva y eficaz, y mas penetrante que
una espada de dos filos. Que gravemente fueron tras
pasados con esta palabra los corazones de pedernal,
con que vehemencia con esta piedrecita fueron que
brantadas las frentes de piedra, lo prueba el rubor de
su confusion, y huida clandestina. Merecia ciertamen
te
EN LA ANuNcIAcon or LA VIRGEN MARIA. 2 17
te la adúltera ser apedreada , pero dispongase à exe . .

cutar el castigo, el que no se halle merecedor de ser


castigado tambien; atrèvase à exigir venganza con.
tra la pecadora , el que de ningun modo merece su
frirla. De otra suerte, siendo el mas vecino que to
dos de si mismo, comience por si execute primero
en sí la sentencia y exerza la justicia. Esto decia la
Verdad. - .

Pero aun esto es poco: pues aunque esta Ver


dad refuta à los acusadores, todavia no absuelve à la
culpada. Escriba otra vez, escriba la gracia, lea y
escuchemos: Muger, ¿ninguno te hd condenado? Nin
guno Señor. Ni yo te he de condenar; anda y no quie
ras pecar otra vez, ¡O voz de misericordia, ö eco de Psal. 149.
saludable alegria! Haced que sea oida de mi por la II º
mañana vuestra misericordia, porque en Vos Señor he
puesto mi esperanza. Sol. A LA EsPERANZA verdadera La verda
mente alcanza en vos lugar para la misericordia, ni dera espe
ráza nos
poneis el aceyte de la clemencia , sino en el vaso de hace ca
la confianza. Pero hay una confianza infiel, y solo ca paces de
be en ella la maldicion : y es la que se halla en el la divina
hombre, quando peca en la esperanza del perdon. miserigos
Mas ni debe llamarse confianza, sino insensibilidad dia.

y disimulacion permiciosa. Porque ¿qué confianza es . Cófianza


la de aquel que no atiende à su peligro? Es la con falsa.
fianza consuelo , y no necesita consuelo, el que se
aplaude à si mismo de haber obrado mal, y se ale
gra en cosas pèsimas. Roguemos, Hermanos mios,
que se nos responda à nosotros quantas maldades y
pecados tenemos : deseemos que nos muestren nues
tros crimenes y delitos. Exáminemos nuestros caminos
y nuestras aficiones , pensemos en todos nuestros pe
ligros con vigilante atencion. Diga cada uno lleno de
pavor: 7 o ire d las puertas del infierno; para que ya
no respiremos, sino en la misericordia de Dios. La
v ERDADERA coNFIANZA DEL HoMBRE consiste en no
presumir en si mismo, y ¿ no apoyarse sino en
e
Pg.S
* 218 SERMoN II. DE S. BERNARDo As Ab.
ual sea Esta, repito, es la confianza verdadera, á la qual no
º solida, se niega la misericordia, testificando el Propheta que
y verda
dera espe Dios tiene placer en los que le temen, y en los que
a 1Z3. esperan en su misericordia. A la verdad, no tenemos
pocos motivos: en nosotros de temor: en èl de con
fianza. Suave y manso es, de copiosa misericordia, ma
yor que nuestra malicia y muy grande para perdonar.
Creamos à lo menos à los enemigos , pues no hallaron
en èl otra cosa de que tomar ocasion , para formarle
una calumnia. Se compadecerá, dicen ellos, de la pe
cadora, ni permitirá que habiendosela presentado la
den la muerte: asi serà tenido por enemigo manifies
to de la ley, absolviendo à quien la ley condena. Con
tra vosotros Phariseos se vuelve la invencion de vues
tra malignidad. Mucho desconfiais de vuestra causa,
quando tan cautelosamente huís del juicio. Sin duda
queda absuelta sin injuria de la ley, la que queda sin
acusador. - - -

4 Mas consideremos, Hermanos mios, adonde van


desde aqui los Phariseos. ¿No veis dos viejos (porque
Johan,8. de los viejos comenzaron d salir) que se esconden en
9. el huerto de Joaquin? A su muger Susana buscan: si
gamoslos, porque estàn llenos de un malvado pensa
Dan. 13. miento contra ella. Consiente con nosotros, dicen los
viejos, dicen los Phariseos, dicen los lobos, que po
co antes intentaron en vano tragar otra aunque per
dida oveja : Con siente y condesciende d nuestra pasion
por ti. O hombres envejecidos en lo malo, una vez
acusais el adulterio, y otra vez persuadis el adulte
rio. Pero esta es toda vuestra justicia, y lo que en pu
blico reprendeis, lo haceis vosotros en lo secreto. Por
eso fuísteis saliendo uno tras otro, luego que aquel
Señor a quien esta patente lo mas oculto, hirió tan
fuertemente vuestras conciencias diciendo: El que en
Johan, 8. tre vosotros esta sin pecado , ese sea el primero que
7.
Math. 5. tire la piedra contra ella. Con razon dice la Verdad
-A 0, à los discipulos: Si no fuere mas abundante vuestra
• jus
-

EN LA ANUNcrAcroN DE LA VIRGEN MARIA. 2r9


justicia que la de los Escribas y Pbariseos, no entra.
reis en el reyno de los Cielos. De otra suerte, añaden,
diremos contra ti un testimonio. Raza de Canaan y
no de Judà; tampoco mandó esto Moysès en la ley.
¿Por ventura el que decretó que se apedreàse à la adül
tera , mandô que se acusàse à la honesta? ¿Por ven
tura el que mandó que la adñltera fuese muerta con
piedras, mandó tambien dar testimonio contra la ino- Deut., 19
cente? Antes, asi igualmente que de la adúltera, man 16.
dó que el testigo falso no quedase sin castigo. Pero
vosotros que os gloriais en la ley, por la transgresion Prov. 19.
de la ley deshonrais à Dios, - 9.
5 Dió un gemido Susana , y dijo: por todas par.
tes me cercan angustias. Porque por todas partes veo
la muerte: por aqui la corporal, por alli la espiritual.
Si bago lo que vosotros deseais, yo soy muerta en el
alma, si no lo bago, no me escapare de vuestras manos.
De vuestras manos, Phariseos, ni està libre la adúlte
ra ni la casta : no evita vuestras acusaciones ni el san
to ni el pecador. Disimulais vuestros pecados, quan
do encontrais los agenos : de otra suerte, si acaso al
guno no tiene delito propio, le imputais el vuestro.
Pero ¿qué hará Susana entre la muerte y la muerte, es
decir, del alma y del cuerpo, por todas partes estre
chada? Mejor es para mi, dice, no haciendo esto
caer en las manos de los hombres, que desamparar
la ley de mi Dios. Sabia ella, que cosa tan horrible
es, caer en manos de Dios vivo. Los hombres a la Math. tes
l 8.
verdad, despues de haber muerto al cuerpo, nada
pueden hacer al alma, pero aquel Señor se debe te
mer, que tiene potestad de arrojar el cuerpo y el al
ma al infierno. ¿Cómo tarda la familia de Joaquin? Dè
se priesa à entrar por el postigo; porque se està oyen
do ruido en el huerto: ruido ciertamente de unos lo -
bos fieros, y de una ovejilla que vala èntre ellos. Pe
ro no permite que traguen à la inocente, el que con
tanta dignacion sacó de sus mismas fauces, aun a
- 2 quien
22o SERMoN IM. DE S. BERNARDo ABAD.
quien no merecia ser librada. Por eso con razon, aun.
siendo llevada à la muerte tenia su corazon una fir
me confianza en el Señor, à quien de tal modo habia
temido, que habia despreciado todo temor humano,
y había preferido su ley à su misma vida y fama.
Porque no se babia dicho jamds cosa semejante de
Su runa. Sus Padres tambien eran justos, y su ma
rido el mas bonrado de todos los 5udios. Con razon
pues consiguió del justo. Juez la merecida venganza
de los impios, la que con tanta ansia tuvo hambre
de la justicia, que por ella despreció la muerte del
cuerpo, el oprobrio de su linage y el llanto inconso
lable de sus amigos.
6 Nosotros tambien, Hermanos mios, si hemos
Que nece oido à Christo: Ni yo te condenarè; sino queremos
saria esla
paciencia pecar contra èl, si deseamos vivir piadosamente en
à los que Christo, es preciso que toleremos la persecucion, y
viven en no volvamos mal por mal, ni maldicion por maldi
la piedad. cion. Porque EL QUE No coNSERVARE LA PACIENCIA,
perderà, la justicia es decir, perderà la vida, es de
cir, perderá su alma. A mi está reservada la vengan
Rom. 12.
19.
za, y yo soy quien la he de executar. Asi es entera
mente; èl mismo la harà; pero si tu dejas para él la
venganza, si no le usurpas la potestad de juzgar, si
no vuelves daños à los que à ti te los hubieren hecho.
Harà juicio, pero à favor del que tolera la injuria;
segun equidad juzgarà, pero à favor de los mansos
de la tierra. Ya à vosotros (si yo no me engaño) se os
hace molesto que tarden las delicias. No os admireis:
son delicias. No cargarán aun á los que estàn hartos,
ni aun los que las eructan podràn fastidiarse de ellas.
Luc. 1. 7 . Fue enviado el Angel Gabriel por Dios á una
Ciudad de Galilea, llamada Nazareth. ¿Te admiras
Se explí de que la pequeña Ciudad de Nazareth sea ilustrada
cä las cir
C Ll nStan.-
con un Embajador de tan grande Rey, y con una em.
cias de la bajada de tanto momento? En esta ciudad se oculta
Anuncia un tesoro grande, se oculta digo, pero a los hombres,
tion. InO.
EN LA ANUNCIAcroN DE LA VIRGEN MARIA. 22 r
no à Dios. ¿Por ventura no es el tesoro de Dios Ma
ria 2 En qualquiera parte que ella estuviere , està su Maria es
el tesoro
corazon. Sus ojos están puestos en ella; en todas par
tes mira la humildad de su sierva. ¿Sabe al Cielo el de Dios.
Unigénito de Dios Padre? Pues si sabe al Cielo, tam
bien sabe à Nazareth. ¿Què mucho que conozca su
patria? El Cielo le toca por el Padre; Nazareth por la
Madre: asi como segun testifica èl mismo, es hijo de
David , y al mismo tiempo Señor. El Cielo suprema Ps. 1 13.
es para el Señor, mas d los hijos de los bombres les 26.
dió la tierra. Uno y otro pues es preciso que le to
que por posesion suya, porque no solo es Señor sino
hijo del hombre. Escucha todavia de que manera ha
ce suya propia la tierra como hijo del hombre, y la
comunica tambien como Esposo: Las flores, dice, han Cant. a.
2•
aparecido sðbre nuestra tierra. Ni disuena de esto el
interpretarse flor Nazareth. Ama la patria de las flo
res la flor de la rayz de Jesè, y gustosamente se ali
menta èntre las azuzenas la flor del campo, y la azu
zena de los valles. Tres gracias hacen estimables à
las flores: la hermosura, el buen olor, y la esperan
za del fruto. Y à ti Dios te reputarà flor, y en ti ten
drà mucho placer, si no te faltare la hermosura de
una conducta honesta , ni la fragancia de la buena
opinion, ni el deseo vivo de la recompensa eterna: pues
la vida eterna es el fruto del espiritu.
8. No temas Maria , porque hallaste la gracia en
los ojor de Dios. ¿Quänta gracia? Una gracia llena, Gracia de
una gracia singular. ¿Singular ó general? Una y otra la Virgen
sin duda; pues es gracia llena; y por lo mismo que es singular,
general es singular: puesto que esta misma gracia ge-, y generaí
neral la recibiste singularmente. Tanto mas singular
es, vuelvo à decir, quanto mas general, porque tu
sola hallaste la gracia sobre todas: es singular, por
que tu sola hallaste esta plenitud: es general, porque
de esta plenitud reciben todos. Bendita eres entre to Luc, 1, 28
das las mugeres, y bendito es el fruto de tu vientre.
Sin
222 SERMoN III. DE S. BERNARno Ar AD.
Singularmente à la verdad es fruto de tu vientre ; pe
ro por medio de ti llegó á las almas de todos. Asl
Judic. 6. ciertamente asi en otro tiempo todo el rocio estuvo
37.
en el vellocino, y todo en la era ; pero en ninguna
parte de la era todo como en el vellocino. En ti solo
aquel Rey rico y riquisimo se abatió, el excelso se hu
millo, el inmenso se abrebió, y se puso un poco mas
abajo de los Angeles; encarnó en fin el verdadero.
Dios è Hijo de Dios. Pero, ¿con què intento? Sin duda
con el fin de que con su pobreza seamos todos enri
quecidos, con su humildad ensalzados, con su abati
miento engrandecidos, y juntandonos à Dios por su
encarnacion comenzemos a ser un mismo espiritu
con él. -

9 Pero ¿què dirèmos, Hermanos mios? ¿En què


vaso con especialidad se hà de echar esta gracia? Si
la confianza como arriba dijimos, es vaso capaz de la
misericordia, y la paciencia de la justicia, ¿què vaso
podrèmos presentar que sea depósito digno de la gra
cia Balsamo purísimo es, y requiere un solidisimo
La humil vaso. ¿Y quál es tan puro, quäl es tan sólido, como
dad nos la humildad de corazon? Por eso justamente dà la gra
hace dig cia Dios à los humildes: por eso justamente miró la
nos y ca humildad de su sierva. ¿Preguntas en què estuvo su
paces de mèrito? Verdaderamente en que no ocupó su ánimo
la gracia. humilde ningun mérito humano, para que de este mo

Quatro
do no se impidiese que entràse libremente en èl la
j m p edi. plenitud de la divina gracia. A esta mísma humildad
métos de debemos subir nosotros por diversos grados. Porque
la gracia, en primer lugar, el corazon del hombre à quien to
V davia le deleyta pecar, y no hà mudado su misera
ble costumbre en mejor proposito, esta impedido por
sus propios vicios para que quepa en el la gracia.
Despues tambien, quando ya propone corregir sus
costumbres, y no repetir jamàs sus primeras culpas,
los mismos pecados pasados, aunque parezca que de
algun modo estan cortados ya, mientras que perma

EN LA ANUNcrAcroN DE LAVrRGEN MARIA. 223
necen en èl, no dejan entrar à la gracia. Quedan pues
y permanecen hasta que sean lavados en la confesion,
hasta que sean quitados con dignos frutos de peniten
cia. Pero ay de ti, si acaso te sigue la ingratitud,
mas perniciosa que los mismos pecados y vicios. Por
que ¿què cosa mas claramente contraria à la gracia?
Nos entibiamos con el decurso del tiempo, se resfria
poco à poco la caridad, crece la maldad, para que
asi acabemos en la carne, los que habiamos comen
zado en espíritu. De ahi es, que conocemos poco los
bienes, que Dios nos ha hecho, siendo a un tiempo
mismo indevotos è ingratos. Abandonamos el temor
de Dios, dejamos la religiosa soledad, haciendonos
habladores, curiosos, decidores , detractores tambien
y murmuradores, gastando el tiempo en frivolas k
chanzas, huyendo del trabajo y de la regular disci
plina, todas las veces que se puede hacer sin nota:
como si por eso fuera tambien sin culpa. ¿Què nos
admiramos pues, de que nos falte la gracia, siendo
Colos. 3»
-rechazada por tantos obstàculos Mas ya si alguno à 16.
-fin de que, segun habla el Apòstol, la palabra de
Christo que es la palabra de la gracia, habite en èl,
, se muestra agradecido á Dios: si es devoto , si es so
licito, si es fervoroso, de espíritu, guàrdese de fiar en
sus mèritos, y de fundarse en sus obras. De otra
suerte tampoco entrará la gracia en esta alma. Sin
duda està llena, y no encuentra en ella lugar la
gracia.
1 o ¿Pusisteis atencion en aquel Phariseo que es Luc. 18.
taba orando? No era ladron , no era injusto, no era I 3,
adültero. ¿Estaba acaso sin frutos de penitencia? Dos
veces ayunaba à la semana, daba el diezmo de to cia Arrogan
y va
do lo que poseia. Sospechais que fuese ingrato. Es na presú
cuchad lo que dice : O Dios gracias os doy. Pero cion del
no estaba desocupado, no estaba vacio , no era humil Ph ariseo
de sino soberbio. Porque no procurò saber lo que le q u ando
oraba.
faltaba, sino que exägerò sus mèritos: no era adº
lla
224 SERMoN III. DE S. BERNARno ABAp.
lla sólida plenitud , sino hinchazon. Asi volviò va
cio por haber fingido la plenitud. Aquel Publicano que
se habia humillado y abatido, porque tuvo cuidado
de presentar un vaso desocupado llevó consigo ma
yor gracia. Nosotros pues , Hermanos mios , si de
seamos hallar la gracia , abstengamonos de los vi
cios en lo adelante de tal suerte, que hagamos tam
bien digna penitencia de los pecados que hemos co
metido: igualmente seamos cuidadosos en mostrarnos
con Dios devotos y humildes con toda verdad. El
mira à semejantes almas agradablemente con aque
Sap.4. 15. lla vista piadosa de que habla el Sabio: La gracia,
y misericordia de Dios estd sôbre sus Santos, y sus
miradas favorables sobre sus escogidos. Y quiza por
eso quatro veces hace que se vuelva el alma que el
Cant. 6. mira, diciendola: Vitelvete, viuelvete, Sunamite, vuel
El 2 s.
vete, vitelvete, para que te miremos : para que no
persista ni en la costumbre de pecar, ni en la con
ciencia de pecado, ni tampoco en la tibieza, y tor
peza de la ingratitud, ö en la ceguedad de la alti
vez. De los quales quatro peligros se digne apar
tarnos y sacarnos aquel Señor, que para nosotros fuè
hecho por Dios Padre justicia , y redencion, Jesu
Christo Señor nuestro, que con el Padre y el Es
píritu Santo vive y reyda Dios por infinitos siglos de
los siglos. Amen.
. -

EN
225

EN LA NATIVIDAD 24.de Ju
nio.

DE sAN JUAN B AUTIsTA,


SE R.M.O.N.
De la antorcha que arde de tres modos, y luce
igualmente.
I Ejos estè de estas juntas, Hermanos, aque
lla increpacion del Propheta que reprueba
los conventiculos de los Judios, y dice: Iniquas son
vuestras juntas. Estas juntas sin duda no son iniquas, Isai. 1,13.
sino fijamente santas, religiosas, llenas de gracia , y
dignas de bendicion; puesto que os juntais á oir al
Señor: os juntäis à alabarle , ā orar y á adorarle. Sa
grada es una y otra junta, agradable a Dios, fre
qüentada por los Angeles. EstAD PUEs con “REvEREN
Con quá
cra, Hermanos, estad con solicitud y devocion del to respe
alma: especialmente en el lugar de la oracion , y en to debe
èsta Escuela de Christo , y Auditòrio espiritual. No mos estàr
querais considerar, Amantísimos, las cosas que se ven, en las jun
y son temporales, sino mas antes las eternas que no tas y con
curécias
se ven: juzgad segun la fè, no segun el semblante; sagradas,
pues es digno de temerse terriblemente uno y otro
lugar; NI SE HA DE cREER que està en ellos mayor nú
- mero de hombres que de Angeles. EsTA PATENTE en
ambas partes la puerta del Cielo, está levantada aque
lla escala , ascienden y descienden los Angeles sóbre
el hijo del hombre. Verdaderamente Gigante es este
hijo del hombre; el Cielo es su silla , y la tierra es
, tarima de sus pies. Elevôse su magnificencia sobre
los Cielos : con todo eso está con nosotros hasta la
Ff - COIl
226 SERMoN DE S. BERNARDo ABAB.
consumacion del siglo. Ascienden y descienden pues
los Angeles Santos hàcia Dios, porque la cabeza y
el cuerpo son un solo Christo.
y -
2 Pero ni donde estuviere la cabeza , sino donde
estuviere el cuerpo, alli se juntaràn las àguilas, aun
que no puede separarse la cabeza del cuerpo. Final
Math. 18, mente èl mismo dice: En donde dos ó tres fueren
3Oa
congregados en mi nombre, en medio de ellos estoy
yo. Mas dirà alguno acaso: ¿dónde està ahora Chris.
to? Muèstranos à Christo y nos basta. ¿Què volveis
hàcia todas partes ligeramente los ojos? ¿Por ventu
ra os haveis juntado aqui para ver , y no mas bien
para oir? El Señor Dios me abrió d mi el oido,
dice el Propheta, Mi oido abrió para que oiga yo
lo que él hable; no iluminò los ojos, para que vea yo
su rostro. G ciertamente, abrió para mi su oido, pe
ro no descubrió su rostro. Detrás de la pared està,
oye, y es oido: pero todavia no aparece: oye à los
que oran, enseña à los que escuchan. ¿Acaso buscais
la experiència de aquel que habla en mi, que es Chris
to??'o, dice, soy el que hdblo justicia. ¿Què mu
cho que hable por la boca que èl mismo fabricó?
¿Què mucho que üse á su arbitrio, el Artifice de su
instrumento? No solamente los oidos de estos , sino
tambien mis làbios abrid, Señor pues que yo no pro
hibirè hablar à mis lábios, Señor; vos -lo sabèis.
Bien haceis todas las cosas, á los sordos haceis oir, y
à los mudos hablar. - -

3 Oid pues, Hermanos, lo que hábla de Juan, cu


ya Natividad se celebra
con solemnidad hoy. El era,
Johan. 5. dice, antorcha ardiente y luciente. Testimonio gran
35 • de , Hermanos mios : puesto que es grande aquel en
cuyo favor se dà, pero mayor el mismo que le dà.
El era , dice, antorcha ardiente y luciente. Porque el
y lucir solamente, es vano; el arder solamente, es po
"
co: arder y lucir es lo perfecto. Escucha lo que di
ce la Escritura; El sabio permanece como el gol,fe.-
.
el
*. - = - -,
EN LA NATrvIDAD DE S. JuAN BAUTrsTA. 237
necio se muda como la luna. Pues, porque resplan "Eccl. 17.
dece la luna sin ardor; ahora se vè llena, ahora pe- º **
queña, ahora como sino fuera nada. La luz prestada Quan ins
nunca permanece en un mismo estado, sino que cre- ¿
ce, mengua , se extenua, se aniquila , y totalmente que apre
desaparece. Así los que pusieron su estimacion en age- cian los
nos labios, ya son pequeños, ya grandes, ya nada; jºiciº dº
segun que agradare à las lenguas de los aduladores, orº.
ò vituperarlos ô alabarlos. Mas el esplendor del sol”
es ígneo, y quanto mas fuertemente hierbe , tanto
mas lucido se manifiesta à los ojos. De este modo el El fervor
ardor intérno del Sabio luce fuera : y si no se le per- se debe
miten ambas cosas, escoge mas bien el arder, para preferir al
que su Padre que lo esta viendo en lo oculto, le recom-esplendos
pense. ¡Ay de nosotros, Hermanos, si solamente lu
cinos. A la verdad lucimos y somos magníficádos de
los hombres: pero yo en poquisimo tengo el que sea º
juzgado por el humano dia. Porque el que me juzga
es el Señor, el qual exige de todos el fervor, pero ,
no del mismo modo el esplendor. Fuego, dice, vine º º
d echar en la tierra: ¿y que quiero sino que se en -º 49.
cienda? Esto sin duda es el º mandato coman, esto lo
que se exige de todos, y si sucede que falta, no se .
admite escusa alguna. - - - -

4 Pero singularmente se dice à los Apòstoles, y


a los Apóstolicos varones: Resplandezca la luz vues-º Math. s.
tra delante de los bombres, como a quienes estaban 16.- -
-

encendidos y vivamente encendidos, ya quienes no


se temia de qualquiera soplo, ô irhpetu de los vien
tos. Tambien se dijo á San Juan; pero aquellos lo Preroga
oyen por la oreja, Juan es enseñado como Ángel en tiva de S.
espiritu. Ciertamente tanto mas próximo estaba a Juan.
Dios quanto esta mas vecina lá voz al Verbo, a el 2
qual no convenia intimarle su voluntad por ninguna :
otra voz que mediase y sonàse fuera. Pues no la pre- ardiente.
dicacion, sino la inspiracion enseñó a Juan, a quien
llenó el Espiritu en el mismo vientre de su madre.”
Ff2 - Ver.
228 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
Verdaderamente ardiente, y vivamente encendido , à
quien de tal modo previno la celestial llama , que ya
sentia la venida de Christo, quando no podia sentir. J

se todavia, à si mismo. Aquel nuevo fuego, que po


co antes bajado del Cielo, por la boca de Gabriel ha
bia entrado en el oido de la Virgen, otra vez por la
boca de la Virgen, y el oido de la madre entró en
el pärvulo: para llenar desde esta hora el Espíritu
Santo este vaso de su eleccion, y preparar à Chris
to Señor la antorcha. Fuè pues ya entonces antorcha
- ardiente, pero entretanto todavia bajo de la medida,
hasta que se pusiese sobre el candelero , y alumbrà
se à todos los que estaban en la casa del Señor. En
aquel tiempo solamente pudo iluminar,su medida; y
solo lucir para la madre por entonces, revelândola el
grande Sacramento de la piedad de Dios con el mis
4ue. 1.43, mo, movimiento de su nuevo gozo. ¿De dónde d mi,
dice, esta dicha, que la Madre de mi Señor ven
- -
ga á mi? ¿Quièn te dijo que era la Madre del Señor,
muger santa? ¿De què me has conocido? Luego que
º sanó, en mis oidas la vgz de tu salutacion, dice, sal
tó de gozo el infante en, mi vientre,
5 Ya entonces, pues, iluminò la medida , bajo de
la qual se ocultaba: pero á quién no, se ocultaba de
bajo de la medida la ardiente antorcha, que habia
- . ... de ilustrar poco, despues el universo con nuevos es
... plendores. El era, dice, antorcha, ardiente y lucien
Johan. 5. te. No dice luciente y ardiente, porque el esplendor
35. de Juana vino del fervor, no el fervor del esplendor.
Hay quienes no por eso, lucen porque arden, sino que
tº mas antes, hierven por lucir; pero, estos fijamente no.
"... hierven con el espíritu de caridad, sino con la afi
º cion de la vanidad. ¿Queréis, saber como, ardió Juan

y lució? Yo juzgo que se puede hallar en èl, lo uno y


lo otro triplicado, es à saber, el ardor y el esplen
dor. Porque ardia en si mismo con la fuerte austeri
dad de, su vida; para con Christo con un intimo y
"... , - - le
EN LA NATrvrDAD DE S. JuAN BAurrsTA. 229
lleno fervor de devocion: para con los prôgimos pe- Fervor y
cadores con la constancia de una libre increpacion. º Plºdo
Igualmente lució (por decirlo brebemente) con el exem. ¿?
plo, con el dedo, con la palabra; mostrândose à si modos,
mismo para la imitacion , mostrando el astro mayor
que estaba oculto para la remision de los pecados; y
alumbrando tambien las mismas tinieblas nuestras, co
mo està escrito: Porque vos iluminais mi antorcha, Ps. 17.29.
Señor; Dios mio alumbrad mis tinieblas; sin duda
para la enmienda de los pecados.
6 Considera pues un hombre prometido por el
oràculo Angèlico, concebido por milagro, santifica
do en el vientre, y admira en este nuevo hombre
el nuevo fervor de la penitencia. Teniendo, dice el 1 Tim.6.
Apòstol, vestido y comida, estemos contentos con es- 8.
to. Esta es la perfeccion Apostólica: pero Juan aun
esto despreció. En fin escucha al Señor en el Evan
gèlio: l/ino, dice, 5uan Bautista que ni comia, ni Mr.
bebia; sin duda ni vestia. Porque así como la lan- Reprede
gosta no es comida, sino acaso de algunos animales á los Re
irracionales: así ni el pelo de camello es vestido hu-, ligiosos
mano. ¿Cómo dejaste, camello, tus pelos? Ojala que delicados
mas antes hubieras, dejado la giba! ¿Cómo vosotros.
irracionales fieras y sabandijas del desierto, buscais ºº.7”
las comidas delicadas? Juan, hombre Santo, enviado sa

por Dios, aun tambien Angel de Dios, como dice el -

Padre: Mira que envio d mi Angel delante de ti; ,


Juan pues mayor que ninguno entre los nacidos, de Abusos e
mugeres, castiga asi su cuerpo inocentisimo, así le la ºbra
extenua, así le aflige y vosotros os, apresurais á ves- cion de es
tiros de delicado lino y de púrpura , y à comer es- te dia.
plendidamente. Ay! Este es todo el honor del pre- .
sente dia , esta es toda la reverencia del Bautista; es-.
ta es toda la alegria otro tiempo prophetizada de su
nacimiento? ¿De quièn haceis memoria en vuestros
cultos, hombres delicados? ¿De quièn celebràis el na
cimiento ¿No es acaso de aquel que estuvo en el de
- - S162 -
23o SERMoN DE S. BERNARDo ABA p.
sierto con un vestido el mas āspero, constimido del
hambre? ¿Què salisteis à ver al desierto, hijos de Ba
bilonia? ¿una caña agitada del viento? ¿Qué pues: ¿un
hombre vestido con delicadeza? ¿alimentado con re
galos? En esto consiste toda vuestra celebridad: en
seguir el aura del favor popular, en la gloria de los
vestidos, y deleyte de los manjares. ¿Pero que tie
... , nen todas estas cosas con Juan Porque mi Juan hizo
así, ni pudo jamàs deleytarse en tales cosas.
7 Muchos, dice el Angel, se alegrardn en su na
Luc, 1.14 cimiento. Esto es cierto: muchos se alegran en su nº
cimiento: y aun para los mismos paganos (como he
mos oido) es alegre y solemne. Ellos celebran lo que
.e ignoran, pero no lo debian hacer así los Christianos. ,
Mas ahora estos tambien se alegran en el nacimien-.
ºººººº to del Bienaventurado San Juan Bautista: ojala que sea
ºº de su natividad, no de la vanidad. Porque, que es
sino vanidad de vanidades todo lo que està debajo
del sol ? ¿O què otra cosa mas tiene el hombre de
todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol?
* - Hermanos, de bajo del sol està todo lo que se vè con
los ojos, todo lo que se vè estàr expuesto à esta luz
corporea. ¿Y què es esto, sino un vapor que aparece
por tiempo muy brebe? ¿Què es esto, sino heno, y
Jacob. 4 flor del heno? Toda carne es beno , dice el Señor, y
¿" " toda su gloria como la fior del heno. Se secò el beno,
Isai.4o.6. y la flor cayó : mas la palabra del Señor permane
Math.4.4 ce para siempre. Trabajemos en esta palabra, Her
manos; en la qual podremos vivir, y alegrarnos
Luc4. 4.a eternamente. Obremos no la comida que perece, sino
la que permanece para eterna vida. ¿Quäl es esta? No
Deut 8, 3 vive el hombre con solo el pan, sino en toda la pala
bra que procede de la boca de Dios. Sembremos en
esta palabra, Carísimos, sembremos en el espiritu,
porque los que siembran en la carne, solo tienen que
segar de ella la corrupcion. Alegrémonos interior
mente, no debajo del sol, sino como dice el Após-.
* » - . - - tol,
EN LA NATrvIDAD DE S. JUAN BAUTrsta. 23 r
tol , como tristes, por la humildad y gravedad , mas
2. Cor. 6.
siempre gozosos por la interna consolacion. Alegrè
I O»
monos , Amantísimos, en la natividad del Bienaven
turado Juan, y alegrèmonos de la misma natividad.
8 Abundante es la causa de alegria para nosotros
en su memoria, y por muchos modos es materia de
nuestros gozos. Era èl antorcha ardiente y luciente,
y quisieron los Judiós saltar de gozo en su luz; pero Dos moti
èl mas antes se alegraba en el fervor de la devocion, vos de ale
se alegraba à la voz del Esposo como amigo que era gra. .
del Esposo: en lo uno y en lo otro nos debemos ale
- grar nosotros: en lo uno ciertamente congratulando
le à el mismo, en . lo otro congratulàndonos à noso
.tros. Puesto que ardía para si, y para nosotros lucia.
Alegrèmonos en su fervor para imitarle; alegrèmo
- nos tambien en su luz , pero no parando alli, sino pa
-ra que veamos en su luz la luz, la luz verdadera, la -
- qual no es el mismo, sino aquel Señor, de quien el
-viene à dàr testimonio. IVino }uan, dice el Señor, Math, r r.
que ni comia , ni bebia. Incentívo de fervor es esto 18.
- para ini, y materia de humildad. Porque ¿quièn hay
de nosotros, Hermanos, que mirando la penitencia :

- de Juan, presuma, no digo engrandecer, sino repu :


tar de 3lgun momento la suya ? ¿Quièn se atreverá a
- quejarse en sus trabajos, y decir, bastante es lo que La peni
- padezco; no digo demasiado Porque ¿que homici San tencia de
Juan -

dios, que sacrilegios, qué delitos castigaba Juan en nos debe


si mismo Encendāmonos para hacer penitencia, Her excitar à
manos, preguntenos à nuestras conciencias, y ani imitarle,
memo los a exigir la venganza de nosotros mismos,
y para que podamos evadir el horrendo juicio de Dios
vivo. Y todo lo que el fervor tiene de menos, súpla
lo la humildad de una confesion pura: porque fiel es
- Dios, y si confesáremos nuestras iniquidades, si ex
pusieremos nuestras miserias, sino escusàremos nues
tras flº quezas , nos perdonarà nuestros pecados.
.9 De aqui ya mira tambien el fervor de Juan... ..."
- pa
232 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
para con los delitos de los prógimos. Porque este es
el órden justo y conforme à razon; que te acuerdes
Ps. 18. 13.
que debes comenzar por ti mismo. Limpiadme, dice,
de mis culpas ocultas, y perdonad á vuestro siervo
las agenas. Raza de vivoras, dice Juan, ¿quien os
Luc.3.7. enseñó que podeis huir de la ira futura? ¿LDe quánto
fervor del alma juzgas que proceden estas centellas,
mas bien carbones desoladores?" A este modo no per
Zelo de
donando á los Phariseos, les dice: No querais decir,
San Juan que tenemos por Padre d Abrahan; porque es pode
en COrre roso Dios para suscitar hijos de Abrahan de estas
gir à los piedras. Pero esto pareceria poco, si se intimidàse à
impios. la vista del poderoso , y no arguyese con toda la li
bertad del espíritu al rey pecador , cruel y sobèrbio,
saliendo à esto mismo con una vehemencia sagrada
del desierto ; si se moviera à lo menos con sus cari
cias, ô con el mismo terror de la muerte. Temia , di
Marc. 6,
ce, Herodes d }uan, y habiendole oido, hacia mu
2 o.
chas cosas, y le escuchaba con gusto. Mas èl ni por
esto disimulândole nada : MVo te es licito , dice , el
tenerla. A un atado y metido en la cärcel no me
Inculca à nos firmemente se mantuvo en la verdad, y murió
los Reli por la verdad no menos dichosamente. Hierba en no
giosos el sotros tambien , Carl sinos, este zelo ; hierba el amor
zelo por de la justicia, el ô dio de la iniquidad. Ninguno, Her
la disci
manos, adule los vicios, ninguno disimule los peca
plina. dos. Ninguno diga: ¿por ventura soy yo, guarda de
mi hermano? Ninguno, en quanto está de su parte,
lo llève con paciencia quando vea que se menoscaba
el órden , y que se disminuye la observància. Porque
es consentir el callar, quando puedes reprender; y
sabemos que està reservada la misma pena para los
que hacen el mal, que para los que lo consienten.
to Pero yá acerca de la humilde y por todos mo
Luc. 1.44 dos fervorosisima devocion de Juan para con el Se
ñor, que hablarèmos? De aqui pues saltó de alegria
Math. 3. ,
4.
en el vientre de aqui se llenó de pavor en el Jordan
ha
EN LA NATrvIDAD DE S. JUAN BAUTrsTA. 233
habiendole de bautizar: de aqui no solo negaba que Marc. 1,7
fuese él Christo, como le juzgaban, sino que nega
ba que fuese èl digno de desatar siquiera la correa
de su calzado : de aqui como amigo del Esposo se go. Luc, 1.44
zaba à la voz del Esposo: de aqui confesaba que ha Johan. 3.
bia recibido èl por gracia la gracia, pero que Chris -34- ,
to no habia recibido con medida el Espíritu, sino
la plenitud , de la qual recibiesen todos. ¿No estards Ps 61. I•

sugeta d Dios, alma mia ? Porque no serè yo an


torcha ardiente , si con todo el corazon, con toda
el alma, con todas mis fuerzas no amo al Señor Dios
mio. Puesto que sola es la caridad, la que enciende
para la salud; sola la que infunde è inflama aquel a Thesal,
espíritu , que nos prohiben extinguir. Tienes yà co 5. 9.
mo ardió Juan ; y al mismo tiempo como en esto
mismo tambien luciò, si lo has advertido bien, es
tà indicado; pues ni pudieras conocer su ardor, sino
hubiera lucido. -

1 I Luciò pues, como hice mencion arriba, con


el exemplo, con el dedo, con la palabra: declarán
-

dose á si mismo con sus obras, à Christo con el ín -

dice , ā nosotros para nosotros mismos con la pala


bra. Tu niño serás llamado Propheta del Altisimo, Luc. 1,76
dice su padre, pues irds delante del Señor para apa
rejar sus caminos, y para dar la ciencia de la sa
lud d su pueblo. Para dar, dice, no la salud (puesto
que ni èl era la luz) sino la ciencia de la salud, dan
do testimonio de la luz. La ciencia de la salud, di
ce , para remision de los pecados. ¿Puede acaso el
sàbio tener en poco la ciencia de la salud? Pero pon
gamos que todavia no ha venido Juan, que todavia ..."
--,
-
no nos hà dado noticia de Christo. ¿En donde busca
rèmos la salud? Yo he cometido un pecado grande,
que no se puede borrar con la sangre de los toros, ó Christo
cabritos, pues no se deleyta el Altisimo en los holo es el Au
càustos. Mi memoria està inficionada de la hez de tor de nu
esta horrura; no hay nabaja que pueda raer esta piel, eSta Sa

--, Gg por lud.


234 SERMóN DE S. BERNARDo ABAD.
porque embebió en si toda la hez. Si me olvidàre de
mi pecado, soy necio, é ingrato: si permanece en mi
memoria, me acusara él eternamente. ¿Què harè pues?
lrè a Juan y oiré la voz de alegria, el eco de mise
ricordia, la expresion de la grácia, la palabra del
Johan. z perdon y de la paz. Ve abi, dice , el cordero de Dios,
29.
ve ahi quien quita los pecados del mundo. Y en otra
Johan. 3
parte : El que tiene Esposa , dice, Esposo es. Mues
29, tra pues , que vino Dios, que vino el Esposo, que
vino el Cordero. Por ser Dios, cierto es que puede
perdonar los pecados; pero si querrà ô no , está to
Christo dabia en duda. Verdaderamente tambien quiere, por
vino co que es Esposo, porque es amable. Y Juan tambien
mo Dios, es amigo del Esposo, puesto que el Esposo no sabe
como Es:
poso, y co
tener sino amigos. Y aunque quiere una Esposa glo
mo Cor riosa que no tenga mancha ni arruga, ni cosa seme
dero. jante: con todo eso no la busca tal, (porque ¿dónde
la encontraria?) sino que la hace tal él mismo , y tal
se la presenta asl mismo. Escucha en fin lo que dice
por el Propheta: IVulgarmente se dice: ¿acaso si la
Jer. 3 1. muger dormiere con otro varon, volverd d su primer
varon? Mas tu bas fornicado con muchos amantes:
vuelvete con todo eso d mi, y yo te recibire. Mira
lo que puede, mira lo que quiere.
12 Pero tu acaso temeràs de aquella purgacion
que viene à hacer de los delitos, no sea que usando
de ustion , y sajadura hiera hasta los huesos , y aun
hasta las medülas de los huesos, y te cause un dolor
mas grave que la muerte. Escucha : Cordero es; en
mansedumbre viene con lana y leche, justificando al
Terent. impío con sola su palabra. ¿Què cosa hay segun el
Cómico mas fácil que un dicho? Solamente decid una
Math,8.8 palabra, y será sanado mi criado. ¿Por què pues va
cilarèmos ya, Hermanos, y no nos llegarèmos con to
da confianza al trono de la gloria? Demos gracias a
Juan, y por medio de èl pase mos a Christo, porque
como dice él mismo, d el le conviene crecer, y d mi
- dir
EN LA NATrvIDAD DE S. JUAN BAUTrsTA. 235
disminuirme. ¿Cómo disminuirse? En el esplendor sin
duda , no en el fervor. Retiró sus rayos, recogiôse à
si mismo, para no ser como aquel que pone à la vis.
ta todo su espíritu. A el , dice, le conviene crecer, Johan. 3.
pues èl no puede ser agotado; de cuya plenitud reci. 3º
ben todos: mas à mi disminuirme, pues me han dado º,,
el espíritu con medida : y siempre debo trabajar mas
en poder arder, que en lucir, Precedi al Sol como es .
trella de la mañana: es necesario ocultarme, nacido
ya el Sol. No tengo yo mas que un poco de aceyte con
que ungirme : quiero tenerle mas seguro en el vaso,
que en la lámpara.

«e-º-e-º-e-e-ºe-oe-e-eº º se º»º
EN LA viGILIA DE Los AposToLEs ºººº
IM1Oa

SA N PED R O, Y SAN PA BLO.

SERM o N. :

De los tres auxilios que recibimos de los Santos. .

- 1 TDNN las Vigilias de los Santos es necesario que :


vèle el hombre espiritual, que desea cele- -

brar sus fiestas en espíritu y verdad. Pues unas son Cómo se


las vigilias de los carnales; otras son las vigilias de deben ce
los espirituales. Aquellos preparan adornos mas luci-lebra º
dos, y mesas mas delicadas; y acaso en las mismas ¿
vigilias hacen obras de tinieblas, se alegran quando ¿.
hàn hecho el mal, y se regocijan en cosas pèsimas. des,
No habeis aprendido, no, à obsequiar de este modo
á Christo, vosotros, que le habeis seguido, que por
èl lo dejasteis todo, que debeis atender con ojos vi- ,

gilantes al nombre de vigilias. Porque para esto se


celebran las vigilias Pº: que nosotros despertemos.
32 S1
236 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
si acaso dormitamos en algun pecado ó negligencia,
y nos anticipemos en confesion à la presencia de los
Santos. No lo hacen asi los hijos de este siglo, no lo
hacen asi, los quales son poderosos para beber vino,
y valientes para embriagarse; que se dormieron en
m. Thes.5 sus crímines y delitos. Pero no ignoreis una cosa : los
7• que están embriagados, por la noche estàn embriaga
dos: y los que duermen por la noche duermen; y en
vano suena para ellos el nombre de las vigilias san
tas, queriendo ellos mas bien dormir, que velar. Mas
vosotros no sois hijos de la noche, ni de las tinieblas,
sino de la luz y del dia , para que no os preocupen
los dias del nacimiento de los Santos, y os hallen des
prevenidos. *º - -

Tres co-- 2 Tres cosas pues son las que debemos considerar
sas prin con diligencia en las festividades de los Santos; el
cipalmen auxilio del Santo, su exemplo, y nuestra confusion.
te se debé El auxilio suyo, reflexionando que el que fué podero
cósiderar so en la tierra, es mas poderoso en los Cielos ante el
en las fies
tas de los rostro del Señor Dios suyo. Pues, si quando todavia
Santos. vivia aqui, tuvo misericordia de los pecadores, y oró
por ellos: ahora tanto mas quanto mas verdaderamen
1. Su am te conoce nuestras miserias, ora por nosotros al Pa
paro 3. y dre: porque aquella dichosa patria no inmutó su ca
oracion. ridad sino que la aumentò. Ni por haberse hecho en
teramente incapaz de padecer, se hà hecho incapaz
2. Su exé.
plo.
de compadecerse; sino que ahora mas bien se viste
las entrañas de misericordia, quando asiste ante la
«, º , º
fuente de la misericordia. Hay tambien otra causa que
-
* -- ... impele mas á los Santos para que estèn solicitos por
-

...,
-
t. A r < nosotros, porque segun la voz del Apòstol, Dios pro
vee à nuestro favor, que ellos no reciban el comple
mento de su dicha sin nosotros, como dice el Santo
Ps, 141.8, David : 4 mi me aguardan los 5ustos, hasta que me
deis la recompensa. Debemos atender tambien a su
exemplo, porque mientras fuè visto en la tierra, y
converso con los hombres, no declinó a la diestra,
EN LA VIGILIA DE S. PEDRo y S.PAELo. 237
à la siniestra: sino que fuè siempre por el camino real
hasta venir à aquel Señor que dice: 'o soy camino, Johan. 14
verdad , y vida. Mirad la humildad de sus obras, la
autoridad de sus palabras, y entonces vereis, como
asi con el exemplo como con la palabra lució èntre
los hombres: vereis quales son las huellas que dejó,
para que caminemos por ellas, y no erremos. Verda
deramente, segun el Propheta: La senda del justo Isai. 26.7
es rebla, retia es la calle del justo para andar.
3 Pero tambien con diligente atencion miremos
nuestra confusion; porque aquel hombre fuè semejan
te à nosotros, pasible , formado del mismo barro de
que nosotros somos formados. ¿En què consiste pues,
3. Nues
que creemos no solo dificil sino imposible hacer las tra confu
obras que èl hizo, y seguir sus pisadas? Confundàmo sion à vis
nos , Hermanos, y temblemos à esta voz, por si aca ta de sus
so èsta confusion nos trae la gloria , por si acaso este exemplos
temor engendra en nosotros la gracia. Hombres fue
ron estos que nos precedieron, y que tan admirable
mente procedieron por los caminos de la vida, que
apenas podemos creer que fueron hombres. Asi pues
en la solemnidad de los Santos debemos alegrarnos, y
confundirnos: alegrarnos, porque van delante de no
sotros nuestros patronos; confundirnos, porque no po
demos imitarlos. Asi siempre nuestro gozo en este
valle de làgrimas debe sazonarse con el pan de las là
grimas, para que siempre ocñpe el llanto no solo lo
ültimo, sino los principios del gozo: puesto que, aun
que es grande la materia de los gozos, pero es gran
dísima la de los dolores. Me acorde de Dios, clama
el Justo, y me deleyte: pero tambien al punto aña Ps, 76. 4»
de: Desfalleció mi espiritu , fui sturbado , y no hable,
4 Mas si, debemos pensar estas cosas en las vigi
lias de cada uno de los Santos, ¿què harèmos en la
solemnidad de los Santos y Sumos Apòstoles? Háblo de
San Pedro y San Pablo. Bastaria la festividad de uno
solo para infundir alegria a toda la tierra: pero se jun
LO
238 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
tò la de ambos para colmo de los gozos, para que asi
como se amaron en la vida , asi tambien en la muer
Elogio de te no estén separados. ¿Què cosa mas poderosa que
S. Pedro, ellos mientras estuvieron en la tierra º puesto que al
y S. Pablo
uno se entregaron las llaves del Reyno de los Cie
los , al otro el magisterio de las gentes: el uno à Ana
nias y Saphira mata con el aliento de su boca : el
otro dà todo lo que dà en persona de Christo : y quan
do enferma, entonces se hace mas fuerte y podero
so. ¿Quánto mas poderosos seràn en los Cielos, los que
fueron en la tierra tan poderosos? ¿Y quiénes nos deja
ron mayores exemplos, que estos, que en el hambre
y la sed, en el frio y la desnudez, y todas las demàs
1,0or, 1 r cosas que cuenta San Pablo, fueron afligidos conti
27. nuamente, y por fin subieron por el dichoso martirio
Hebr. 1 I, à los Reynos celestiales? Verdaderamente queda para
36. nosotros el rubor de la confusion, y apenas nos atre
veremos à mirarlos, por no decir à imitarlos. Supli
quemosles pues à ellos, que nos hagan propicio a su
amigo, y à nuestro Juez, quien es Dios bendito por
los siglos. Amen. -

a 9, de Ju. EN LA PIESTA DE LOS APOSTOLES - º

nio.

s AN PE D Ro, Y sAN PABLo.


...
s
". SERMON PRIMERo.
De tres especies de custodia que tienen los Apósto
leº sobre nosotros, y de tres grados de nuestro
modo de vivir.
AManeció para nosotros la solemnidad glo
riosa, que los esclarecidos Màrtires , los
- Ca
EN LA FIE sTA DE S. PEDRo, y S. PABLo. 239
Capitanes de los Màrtires, los Príncipes de los Apos. S Pedro y
S. Pas; o
toles, consagraron con su ilustre muerte. Estos son los dos lu
Pedro , y Pablo , los dos grandes luminares que colo m in a res
co Dios en el cuerpo de su lglesia , y como duplica del müdo
da lumbre de sus ojos. Estos me han dado á mi pa 5llS IIl 3.62S

ra maestros y mediadores, à quienes me pueda yo en tros y me


d ladores
tregar seguramente, porque me hicieron manifiestos
los caminos de la vida, y mediando ellos podrè subir
á aquel Mediador, que vino à pacificar por su san
gre las cosas que estàn en el Cielo, y las que estàn
en la tierra. El es purisimo en una y otra naturaleza;
no hizo pecado, ni en su boca se encontró dolo. ¿Co
mo pues me atrevere à llegar á èl yo, que soy un pe
cador que le he ofendido sobre manera, que hè pe
cado sobre el número de la arena de la mar, no pu
diendo ser èl mas puro , ni yo mas impuro? De te
mer es , no caiga en manos de Dios vivo , si presu
miere acercarme, ó llegarme á èl; entre quien y en -
tre mi hay tanta diferencia, quanta distancia hay en
tre lo bueno y lo malo. Por eso Dios me diò à mi Uno, y
estos hombres, que fuesen hombres, y pecadores, y otro fue
ron peca
grandísimos pecadores: que en si mismos y de si mis. dores.
mos aprendiesen, como deberian tener misericordia de
otros. Porque siendo reos ellos de grandes crímenes,
facilmente perdonarán los grandes crimenes, y en la
medida que à ellos se les midió, nos mediràn à noso
tros. Cometió el Apòstol San Pedro un grande peca
do: y acaso el mayor de todos ; y tan prontisima co
mo facilisimamente consiguió el perdon, y de tal suer
te que nada perdio de la singularidad de su primacia.
Pero Pablo tambien , que contra las mismas entrañas
de la Iglesia naciente tan singular como incompara
blemente se encrueleció, es traido à la fè por la voz
del mismo Hijo de Dios: y en lugar de tantos males,
fuè llenado de tantos bienes que fuè hecho vaso de , º ),
eleccion para llevar su nombre delante de las gentes,
de los Reyes, y de los hijos de Israel: digno vaso, y
«. lle
24o SERMoN I. DE S. BERNARDo ABAD.
lleno de celestiales manjares; del qual el sano puede
tomar el sustento, y el enfermo medicina.
2 Tales Pastores y Doctores convenia se diesen al
linage humano, que no solo fuesen dulces, y podero
Dotes de
los Pasto
sos, sino sabios tambien. Dulces para que me reci
res que se
biesen à mi blanda y misericordiosamente; poderosos
hallan en para que me protegiesen valerosamente: sabios para
estos San que me guiasen al camino y por el camino, que và à
tOS, la Ciudad. ¿Què cosa mas dulce que Pedro , el qual
llama á si tan dulcemente à los pecadores , como tes
Act. 9.14. tifican las Actas de los Apostoles, y toda la serie de
sus Cartas? ¿Què cosa mas poderosa que èl, à quièn
Math. 14.
29.
obedeció la tierra, quando restituyó los muertos, y
el mar se dejó pisar de sus plantas: que tocó y der
Aót,8.2o. ribó con el aliento de su boca á Simon Mago en el
* ayre: que recibió las llaves del Reyno de los Cielos
con tanta singularidad, que precede la sentencia de
Pedro à la sentencia del Cielo? En fin : Todo lo que
Math. 16. atares sobre la tierra , dice, serd atado tambien en
l 9, los Cielos , y todo lo que desatares sobre la tierra,
sera desatado tambien en los Cielos. ¿Què cosa mas
sabia que èl, à quien no la carne y la sangre, sino
el Padre que està en los Cielos reveló con tanta lar
gueza aquella sabiduria, que es de los Cielos? Gus
a.Cor. 1z
tosisimamente sigo à Pablo , que en fuerza de su ex
Rom. 8.
cesiva dulzura llora à los que pecaron , y no hicie
38. ron penitencia : que es mas fuerte que todo principa
a.Cor. 12. do, y potestad; que trajo la sabiduria y medúla de los
4. sagrados sentidos en tanta abundancia, no del prime
ro , no del segundo , sino del tercer Cielo.
3 Estos son nuestros Maestros, los quales apren
dieron plenamente los caminos de la vida del Maes
Que nos tro de todos, y nos enseñan hasta el dia de hoy. ¿Què
en señan
nos enseñaron pues, ö què nos enseñan los Apostoles
los Após Santos. No la arte de pescar, no la de hacer tiendas,
toles.
ü otra semejante à estas; no à leer à Platon, no á
manejar, las sutilezas de Aristóteles, no a aprender
SCIl
EN LA FresTA DE S. PEDRo, y S. PABLô. 24r
siempre, y nunca llegar à la ciencia de la verdad. .
ME ENsEÑARoN A vIvIR. ¿Piensas que es poco el sa La cien
cia de vi
ber vivir º Cosa grande es; ô mas bien grandisima. vir bié es
No vive el que se infla con la soberbia, el que se en la princi
sucia con la lujuria, el que con las demàs pestes se pal.
inficiona : porque no es esto vivir, sino confundir la
vida, y acercarse hasta las puertas de la muerte. La La buena
buena vida pues la juzgo yo, el padecer males, y ha-, vida en
que con
cer bienes, y perseverar asi hasta la muerte. Dicese siste.
vulgarmente, que el que bien se alimenta, bien vi
ve. Pero se desmintió a si misma la iniquidad: por
que no vive bien sino quien hace lo bueno. -

4 Mas juzgo, que tu, que te hallas en congrega


cion , vives bien, si vives ordenadamente , sociable
mente , y humildemente; ordenadamente para ti, so
ciablemente para el prôgimo, humildemente para
Dios. Ordenadamente; de modo que en toda tu con
ducta seas solicito de observar y medir tus acciones
delante de Dios, y delante del prógimo; guardàndor 3

te à ti del pecado, y à èl del escándalo. Sociable-2 En la c8.


mente, procurando ser amado y amar; mostràndote gregaci
blando y afable: soportando no solo con paciencia, si-, se debe vi
no con gusto las enfermedades de tus hermanos, asl vir có or.
de las costumbres como de los cuerpos. Humildemen den, con
atencion,
te, de suerte que habiendo hecho todo esto, procu-, y amor al
res alejar de ti el espíritu de vanidad, que suele na-, bien de la
cer de tales cosas y por mas que le sientas, negar-e sociedad,
le el consentimiento. Asi tambien en padecer el mal, y con hu
por ser él de tres modos , es preciso que apliques tu mildad.
una triplicada providencia. Porque hay mal, que pa-.
deces de ti mismo; del prôgimo, y de Dios. El pri-, paEldece,que
mero es la austeridad de la penitencia: el segundo lab n e cesitá
vejacion de la agena malicia; el tercero el azote: de de t r es
la correccion divina. En lo que padeces de ti, debes precaucio
IleSe
sacrificarlo voluntariamente: en lo que padeces del
prôgimo, lo debes sufrir pacientemente : en lo que o. - .
padeces de Dios, debes renº sin queja, y con ac C100
242 SERMóN I. DE S. BERNARDo ABAD. :º
Ps, 1o6,4. cion de gracias. No hacen asi muchos hijos de Adan,
- r
que caminaron errantes en la soledad; y en una tierra
-iv e, cio
a : El 17
sin agua. Erraron ciertamente, y yerran el camino de
-2. Ll la verdad , los que apartándose à la soledad de la so
-3 berbia, no quieren tener una vida, sociable; cuya sin
gularidad no admite compañia. Pero tambien erraron
ser en un terreno, sin agua; porque con ninguna lluvia de
a y
lägrimas compungidosº, habitan en la tierra estèril,
- . ... 2 ... p.
• - «e
y ärida con una perpetua secura. Por reso no encon
traron el camino de la ciudad que debian habitar: por
que envejecidos en la tierra agena, se mancharon con
los muertos, y fueron contados con aquellos que es
tán en el infierno. • - "...
- 5. No era asi aquel solitario , de quien dice Jere
"Thren. 3. mias: Bueno es para el varan el haber llevado el yu
27.
go. desde su adolescencia. Sentarase salitario , y ca
llard, parque se levantó sobre ti mismo. Aquellos an
Conside dubieron errantes, èste se sentarà. Aquellos siempre
r a ciones yerran en su corazon: mas éste no se sienta, sino que
de un buá, se sentarà solitario , quando tubiere «el honor de la sin
solitario.
iv , , , z
gularidad,á saber, la insignia de aquella potestad ju
dicial, que poseeràndoso. Santos en su tierra, quando
ao o» ºiv
b
tendrán la alegrias sempiterna. Callarà tambien , esto
to. 31
es, juzgarà con otranquilidad, asiocomo el Señor de
l. 1, 3 º los exèrcitos juzga como tranquilidad todas º las cosas.
se nº d ¿Por què? Porque serieudnto sobre si mismo, esto es,
. Le pinoz siendon el joven, y siptiendo los ardores de la delezna
ir . . oo , ble edad tomó la persona de anciano, dejando lo que
.E., liI
era , recibiendo lo que no era. Levantöre , dice , sobre
s: i
si; porque no mira asi, sino à aquel Señor que esta só
º º o f, q bre èl. Se sentarä , y callarà tambien ahora, no aten
4. Jizeo u r diendo al estrepito del mundo, al estrèpito de los pensa
a o a 1 b mientos carnales, al estrèpito de las diabólicas suges
o viºsºs tiones. Dichosa el almas que no escucha estas lenguas,
- -
aunque las oiga: pero mas dichosa aquella (si es que
- a.Cora.6
hay alguna) à quien enteramente no la hablan Esta es
la sabiduria, que habla el Apóstol entre los perfectos,
CC º 11 que
EN LA FresT A DE S. PEDRo, y S. PAELo. 2.43
3.,
que esta escondida en un misterio, y que ningun Prinº
cipe de este mundo hà conocido. De este modo me
enseñaron los Apòstoles à vivir, y á subir. Gracias os
doy, Señor Jesus, que habeis escondido estas cosas a o
los sabios y prudentes, y las habeis revelado à estos
parvulos que os han seguido á vos, y han dejado to
das las cosas por vuestro nombre. o , ; ; ...
- - ". • 2 --- .

. .. . . . . . . .. . . . . . ) r
EN LA FIESTA DE LOS,APOSTOLES, ...;..., ;
* * - • « . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3", 2
S AN PED RCD, Y, S.A. N. PA B LO.
: : se der, Lorod, e a: , , rio o2 2 o
11: , , , y
SERMONSEGUNDO: a »
«. º º n---, cº: -; ; . . y o:...: -: o".5
r TDNStos Santos cuyo martirio se celebra , hoy aozo
o:o
a
i
3, . . . Ta solemnemente,o muchos motivos nos die e, o zoz
ron para hablar de ellos, yo mucha materia tambien: - o 2 eo
Pero yo temo una cosa; y es que suceda, que oidas zon.c.
tantas veces las palabras de salud comienzen à ser de
sestimadas por nosotros como palabras. Porque la pa La palaº
bra de Di
labra de un hombre es una cosa vil y volàtil, de nin
gun vulto, de ningunopeso, de ninguno precio, 2 y de aospie
quáuo,
cio.
ninguna solidez. Al ayre azota, y, por eso se llama merece tí
palabra, atendida la expresion latina que la significa: - 23 . . 3
y como la hoja que arrebata el vienta, se desaparece í.
ella tambien , y no hay quien lo considere. Ninguno
de vosotrós, Heiñanos; recibaeasi mas bien, ningu
no de vosotros desprecie así la palabra de eDios. Por-o
que eyo os digo de verdad: Bg Eno HuerEzázsrdo PARA,
El , si aquel hombre no la hubiera oido. Frutos de vi
da son las palabras de Dios, no hojas , y si soñ hojas, - 3 º zo

de oro son. Portanto no osean tenidas en poco, no se v 2 bri


zs, 12 ,
moso pasen.jpóralto; no se nos vuelen por encima del ofr. .»º 103
nosotros, Coged hasta los mismás fragmentos, no se -sa 3 ºcí
-i- Hh 2 pier
244 SERMóN II. DE S. BERNARDo ABAD,
Hebr6.8. pierdan. Porque la tierra que hubiere recibido muchas
veces la lluvia que viene de arriba , y no diere fruto,
es tierra rèproba, y està próxima à la maldicion. Así
Luc, 13.6 tambien si aquella estèril higuera que se lee en el
Evangelio, despues que el labrador cavàre al rededor
de ella, y echäre basura, se halláre no menos estè
ril todavia; ¿acaso ya no se habrà de poner la acha
à la rayz de este àrbol?
... 2 . . Y yo no dudo deciros à vosotros; si hallare me
nos bien en los seculares el Señor, mayor paciencia
ha de tener en ellos, que en nosotros; para quienes ha
segregado la lluvia voluntaria de los consuelos celes
tiáles: à quienes no ha faltado ni la escarda de la dis
Dios se ciplina, ni el abono de la pobreza y abatimiento. ¿Aca
oféde mu so nº son basuras las abominaciones de los Egipcios,
cho mas que inmolamos al Señor Dios nuestro? Basuras cierta
delos Re mente viles al aspecto, pero útiles para el fruto. No
ligiosos deseche esta fealdad el que desea la fecundidad, pues
infructuo
sos quede
to que de un deforme monton de basuras que se lleva
los secu al campo, saldrà un hermoso cümulo de manojos, que
lares, se traerá del campo. Por tanto no se envilezca para
vosotros esta vileza preciosa; sino mas bien reputad
Eleganté el improperio de Christo por mas precioso que los te
tropolò soros de Egipto. Pero a un teniendo el muladar terre
gia en que no nosotros, no nosifalta tampoco la lluvia celestial:
se explica:
la agricul, la qualo es la devocion de las oraciones, la rumia
tura espi gustosa de losºpsalmos, la dulce meditacion, y la
situal. consolacion de las Escrituras divinas. Finalmente, llu
via estámbien que recibis por mi boca , si alguna
vez del rio, cuyo impetu alegra la Ciudad de Dios, y
del torrente de su delicia, sucede que destilan algu
mas gotas sèbre vosotros, quando y de estas cosas os
hablamos. - , , , , , , , , ,
Los Pre 3 Pero tengo necesidad de cabar al rededor algu
lados, y nas veces, supuesto que me pusieron por guarda y
Pastores
¿ COInO labrador en las viñas, Ay! Yo que no hè cultivado la
Qs guar mia, ni la he guardado, con a todo eso tengo la nece
S1
EN LA FresTA DE S. PEDRo, y S. PABro. 24s
sidad , mientras ocupo este puesto, de cavar al rede das, y cul
dor, y de aplicar la basura. Molesto es sin duda esto; tivadores
de las vi
pero no me atrevo à dejarlo de hacer; pues sè que mu fias.
cho mas hà de dañar la acha, que la azada, y el fue
go que el estiercol. Asi pues, es preciso algunas veces
arguir è increpar: ni ignoro que es estiercol la palabra
de increpacion, la palabra de improperio, y que si la
necesidad no lo escusa , es menos decente tambien al
que la profiere. Pero ¿què harèmos, que aunque vemos
á algunos encrasarse con esta basura, otros como que
son apedreados, y endurecidos con ella? Porque de
aqui se escribió: Con el estiercol de los bueyes será Eccl. 2. Se
apedreado el perezoso. ¿Acaso no se encrasa el que re Re

prendido, recibe la increpacion benignamente, res


ponde con mansedumbre; y procura con gusto enmen
darse? Esta es llanamente una saludable y fecunda gro
sura; que el Justo me corrija en misericordia, y me
increpe, mas el aceyte de los pecadores no engruese
mi cabeza. Porque de aquella grosura que engendra el º r
aceyte de los pecadores, brotan con mas abundancia º
las espinas y abrojos , y toda rayz de amargura arro
ja mas copiosamente. Así pues el que llama miseri Las repré
siones se
cordia à la increpacion de los justos, bastante indica deben re
de què modo debe recibirse, con què ànimo tan be cibir be
nigno, con què interior tan devoto, y en quànta es nignamé
tigma se la debe tener. Recibiendola así nosotros, se e. a s

rà una grosura saludable, y no fértil de vicios como


el aceyte de los pecadores, sino de aquel fruto que se -

gun el Apòstol tenemos ahora para santificacion. ¿Què


harèmos contigo, perezoso, que á esta misericordia
te irritas mas, y te exasperas? ¿Por ventura no espar Ron. 6.
oibuena basura en tu campo? Pues ¿cómo tiene pie 21 - -
dras? Pero tu hombre enemigo (porque el que ama la Ps, 1o. 6.
iniquidad aborrece su alma) tu hombre enemigo, re
pito, has hecho esto: pues prosiguiendo no en dese
char, sino en excusar tu desidia, perviertes y true
cas la basura, en piedras para ti; y de donde debias
245 Ser Mon II. De S. BERNARDe ABAD.
ser encrasado, eres apedreado. Sean dichas estas co
sas, Hermanos, para que conozcais , quan benigna
mente se debe oir, quan devotamente se debe reci
bir, quan solicitamente se debe conservar todo lo que
pertenece á la salud de las almas: y no como pala
bras de hombres, sino (lo que verdaderamente es) co
mo palabra de Dios, ya que sea palabra de consola
cion la que se oye , ya que sea de amonestacion, ya
que sea tambien de increpacion. He excedido, lo con.
fieso, olvidado casi de la misma festividad: pero (co
mo juzgo) no se os imputarà á necedad à vosotros,
• -
si firmemente se fijan en el animo las cosas que ois
teis. º a

4. Y ahora ya acerca de la solemnidad procure


mos decir algo, aunque sea brebemente. Se celebra
el dia festivo de los Apòstoles de Christo, à quienes
sè que debemos nosotros mucho honor: pero si pode
mos exhibirles alguno que sea digno de ellos, lo dudo
Ps, 138. bastante. Porque sôbre manera han sido honrados vues
I 7.
tros Anigos, ó Dios; sobre manera ha sido confirma
- ... , , - do el principado de ellos. ¿Què pues? Si puestos to
- «..." y - «,
davia en la tierra, lo podian todo, no ciertamente en
si, sino en Christó: ¿qué no podràn viviendo hoy en la
Hoy se eterna felicidad con el mismo? Siendo aun mortales y
celebra la que habian de morir, parecia que tenian el imperio de
muerted la vida y de la muerte , dando muerte con sola la pa
los Após fabra a los vivos, y resucitando a los muertos : ¿quam
toles.
to mas ahora , que fueron honrados, se habrà confor
tado sobremanera el principado de ellos? Pero ¿qué di,
go; Hermanos? ¿Por ventura quando se celebra hoy la
..? - c. dichosa memoria de los Apòstoles, se hace la solem
Porque el ne commemoracion del nacimiento, ó cónversión de
nacimien ellos, ó de su vida, o de sus milagros"Nó es, Her
to de San
Juan es
manos, esta solemnidad de su humano nacimiento,
mas cele así como poco ha celebrasteis el dia del nacimiento de
brado que San Juan. Pues este es honrado naciendo, porque na.
Sll IIlle -
te,
cio santificado. Finalmente, en San Juan solamen
- - te,
EN LA Frest A DE S. PEDRo, y S. PAbro. 247
te, es mas celebre la natividad que la pasion; porque
aunque padeció por Christo, quando murió por la ver
dad y la justicia; pero con mas evidencia nació por
èl , siendo , es à saber, un hombre enviado por Diós,
que nació y vino al mundo, para dar testimonio de
la verdad. Mas ni hoy hacemos particular mencion de Johan. 1.
7.
la conversion de los Apóstoles, ó de sus milagros; asi
como en otros determinados dias trae la Iglesia à la
memoria con festivos, gozos la conversion del uno, y
la liberacion del otro de la carcel, executada por un
Angel. Veneramos pues con especialidad hoy la muer
te, la cosa que al juicio humano causa mas horror en
tre los hombres. . .. .

5 Considerad, Hermanos, el juicio de la Iglesia


Santa, la qual juzga no segun el semblante, sino se
gun la fè. Porque ella hace memoria de la muerte de
los Apóstoles en la principal solemnidad de ellos. Hoy Por que
fuè crucificado Pedro, hoy fuè degollado Pablo. Esta ce l ebra.
es la causa de la festividad de hoy, esta es la materia mosla mu.
de los presentes gozos. Celebrando pues sobre esto un erte delos
dia festivo y alegre, sin duda la Iglesia tiene el espi Santos.
ritu del esposo, el espiritu del Señor, en cuya pre
sencia (como tienes en el psalmo) es preciosa la muer
te de los Santos. Porque quântos creemos que estu
vieron presentes quando padecian los Apostoles, los
quales de ningun modo tendrian, envidia de su precio
sa muerte? Pareció que, morian, à los ojos de los in
sipientes, y se reputó afliccion la salida de ellos; y
así ciertamente, fueron vistos à los ojos de los insi
pientes morir. Mas yo veo, dice el Propheta, que
sobremanera ban sido honrados vuestros Amigos, Dios
mio, sabremaneraq ha sido confortado el principado
de ellos. Hermanos, los Amigos de Dios parece à los Eccl.7.4o
ojos de los insipientes que mueren: pero en los ojos - .
de los sabios se juzga mas bien que duermen. En fin,
Lâzaro, dormia, porque era amigo; y quando el die
re à sus amados el sueño, entrara a gozar de la he
rencia del Señor, Pro
248 SERMoN II. De S. BERNARDo ABAD.
6 Procuremos, Hermanos, vivir la vida de los Jus.
tos; pero deseemos mucho mas morir con la muerte
de ellos. Porque la Sabiduria prefiere los novisimos de
los Justos, juzgandonos segun entonces nos encontráre.
Es necesario enteramente que el fin de la vida presen
te tenga coherencia con el principio de la futura: ni
es alli tolerable la desemejanza. Pues, así como , si
alguno quiere (por explicarme de este modo) coser
juntamente , ö atar dos cintas, cuidando poco de las
demàs partes, dispone uniformemente las puntas que
se han de unir , para que no estèn desiguales entre si
mismas; asi os digo á vosotros: por mas que la con
ducta haya sido espiritual, si fuere carnal nuestra con
sumacion, ya no quadra totalmente con aquella vída
espiritual; ni la carne y la sangre podràn poseer el
Reyno de Dios. Hijo, dice el Sabio, acuerdate de tus
movisimos, y no pecards. Sin duda, porque este recuer
do principalisimamente hace al hombre timorato: el
temor expele al pecado, y no dá entrada à la negli
gencia.
Deut. 32. 7 De aqui es que Moysès dice de algunos: ¡Ojala
29. que supiesen, y entendiesen, y proveyesen los novisi
mos. En las quales palabras ciertamente , veo que se
Suma y nos encargan tres cosas: la sabiduria, la inteligencia,
compen
dio de la la providencia. Y juzgo que ellas se pueden asignar a
vida es tres tiempos, para que se reforme en nosotros como
piritual. una imagen de la eternidad, disponiendo lo presente
por la sabiduria, juzgando lo pasado por la inteligen
cia, proveyendo lo último por la precaucion. Esta es
la suma de la vida espiritual, esta la forma de todo
espiritual exercicio; que dispongamos sabiamente nues
- -
tras cosas presentes , repasemos lo pasado en la amar
gura de nuestra alma , y proveamos tambien à lo fu
Tib.2, 12, turo solicitamente. Sobria, y justa, y piadosamente
vivamos en este siglo, dice el Apòstol, de modo, es
á saber , que respecto de lo presente se observe la so
briedad; que se rediman los tiempos pasados , que se
- - 10$
EN LA FresTA DE S. PEDRo, y S. PABLo. 249
nos fueron sin fruto de salud, con justa satisfaccion;
que opongamos el escudo de la piedad à los peligros
que nos amenazan para lo futuro. Porque sola es la Como de
bemos to
piedad la que vale para todas las cosas, la qual es el mar pre
culto de Dios humilde y devoto: ni de otra suerte po caucion y
demos proveer à nuestros novisimos , sino es que re premedi
flexionando con solicito pensamiento todos los peligros tar los no
que parecen amenazarnos , aprendamos à desconfiar visimos.

enteramente de nuestra industria , y mucho mas de


nuestros mèritos , y encomendarnos á sola la protec
cion divina con un piadoso afecto del alma , y con el
efecto de una piadosa intencion hàcia èl mismo , de
quien es toda dàdiva óptima, y don perfecto, la con
sumacion feliz, y la muerte preciosa.
8 Tienes en el Evangelio tambien estas tres cosas
recomendadas por la palabra del Señor: Bienaventu Math. 5. 3
rados, dice, los pobres, bienaventurados los mansos,
bien aventurados los que lloran. Bienaventurados los
que saben las cosas futuras, y con un cierto sabor in
terno nacido del deseo de las cosas celestiales dese
chan lo presente. Bienaventurados los que proveen los
novisimos, recibiendo con mansedumbre la palabra
sembrada en ellos, que puede salvar sus almas, y ca
minan con la piedad del corazon á la futura herencia.
Bienaventurados los que llegando à entender su ante
rior error, lavan su lecho con continuas lägrimas. ¿Ves
lo que desea el Varon Santo, lo que desea alcanzar pa
ra aquellos por quienes ora? ¡Ojald , dice , supiesen, Deut. 3.
y entendiesen, y proveyesen los movisimos! Como si 29.
mas claramente dijera: ¡Ojalà hubiera en ellos espiri
tu de sabiduria, de inteligencia, y de consejo! ¡Ojalà
se encuentre en nosotros esto, Hermanos; para que
dispongamos suavemente todas nuestras cosas por la
sabiduria, condenemos los pecados pasados por el en
tendimiento, y proveamos à lo futuro por el consejo!
Ojalà sepamos para el gobierno de la vida presente:
ojalà entendamos para la enmienda de la pasada: oja
li là
-
25o SERMoN II. DE S. BERNARDo An Ap.
là que con una fe devota para Dios, proveamos lo
futuro, para que por su misericordia tengamos una
Tres mer
dios de
consumacion feliz. En esto consiste aquella triplicada
n ll e Stra
cuerda con que somos llevados á la salud, en una
salud, conducta de vida ordenada, en un juicio recto, y en
una fè devota.

0%xxxxxxxxxxsx0xxxxoxo oro orozos


EN LA FIESTA DE Los ApostoLEs

sas PEDRo, y sAN PA BLo.


SERMONTERCERO.
Sobre la leccion del libro de la Sabiduria: Estos son
unos - varones de misericordia , &c.

r (NON razon, Hermanos mios, aplica nuestra


Madre la Iglesia á los Santos Apóstoles, lo
que se lee en el libro de la Sabiduria: Estos son unos
Eccl, 44.
IO,
varones de misericordia , cuyas buenas obras no ca
yeron en el olvido , los bienes que dejaron d su poste
ridad, permanecen en ella. Son, pues estos varones de
Porque misericordia, ô porque consiguieron misericordia, ó
los Stos.
A p osto porque están llenos de misericordia, o porque nos fue
les só hó. ron dados à nosotros por Dios misericordiosamente.
bres de Y mira primeramente, que misericordia consiguieron
misericor ellos. Preguntale à Pablo de si mismo, ô mas bien,
dia.
escucha lo que espontaneamente confiesa èl de si mis
1.Tim. r. mo: lo que fui blasfemo, y perseguidor, e iniquo; pe
I 3. ro be conseguido misericordia. ¿Quièn no oyó quan
Admira
ble mise
tos males causó à los Santos en Jerusalèn? Ni solo en
ricordia Jerusalèn, sino que por toda la Judea era llevado por
de Dios las riendas de un loco furor, para despedazar en la
con San tierra los miembros de Christo. En fin, montado iba
Pablo. • 4. CIl
EN LA Fres rA pr S. Pep Ro, y S. PABro. 25 r
en esta furia, pero fuè prevenido por la gracia de Dios. Aét. 9. 1
iba respirando amenazas y muertes contra los disci
pulos del Señor, y fué hecho discipulo del Señor,
mostràndole tambien quanto convenia que padeciese
por su nombre. Iba exhalando por todo el cuerpo cruel
ponzoña, y subitamente fuè hecho vaso de eleccion,
¿ de modo que ya su corazon eructaba la palabra buena,
la palabra piadosa, y decia: Señor, ¿que quereis que
haga? Esta sin duda, esta fuè una mutacion que hizo a.
la diestra del Excelso. Por tanto justamente decia: Pa. Tim. r.
) labra fiel y digna de todo aprecio: el Señor jesus vi- º *
- no d bacer salvos d los pecadores, de los quales el
primero soy yo. Recibid pues, Hermanos mios, del
Bienaventurado Pablo esta confianza y consuelo, para
que convertidos ya à Dios , no os atormente demasia- . . . . , ,,
do la memoria de los pasados delitos, sino que sola- . . ... , ,
2 . mnente os humille como á èl mismo le humillaba. 7 o
say, dice, el minimo de los Apóstoles, que no soy dig- eras
do de ser llamado Apòstol, porque persegui d la Igle
sia de Dios. Asi tambien nosotros humillemonos ba
0 jo la poderosa mano de Dios, y tengamos confianza,
3. porque igualmente nosotros hemos conseguido mise
- ricordia, hemos sido lavados, hemos sido santifica -
2- dos. Y esto sea entendido de todos nosotros; porque
.. todos pecamos, y necesitamos de la gloria de Dios.
0 2 Pero en San Pedro tengo otra cosa que poneros :
3. delante, tanto mas preciosa, quanto mas rara, y tanto
C, mas sublime, quanto mas singular. Porque pecò Pablo,
0 pero hizo esto en su ignorancia antes de tener la fe de
¿, Christo y de su 1glesia. Pedro quando pecò tenia los Grande
s- ojos abiertos. Ciertamente alli donde abundó el de- misericor a "
¿- lito, sobreabundó tambien la gracia. Porque de es- dia de Bi
1. tos que pecan antes que conozcan a Dios; antes que ¿ S.
hayan experimentado sus misericordias; antes que ha
yan llevado el yugo suave y la carga leve; antes que
hayan recibido la gracia de la devocion, y los con
suelos del Espiritu Santo; de estos , vuelvo à decir
Ii 2 CS
252 SERMoN III. De S. BeRNARDo ABAD,
es copiosa la redencion. Y tales fuimos todos nosotros.
Los que PERo DE AQUELLos que despues de su conversion se
d es pues enredan en pecados y vicios, ingratos á la gracia que
de su có han recibido , y despues de haber echado la mano al
v er sion
Otra Vez
arado miran atràs, haciendose tibios y carnales; ô.
se pervier
despues de haber conocido el camino de la verdad,
ten , rara retroceden hechos apóstatas manifiestos; de estos ta
vez vuel les repito, hallaràs muy pocos que despues de esto.
ven en si. vuelvan al antiguo estado, sino que mas antes man
chados ya una vez, se mancharàn todavia mas. Sô
Thren.4. bre los quales llora el Propheta asi : ¿Cómo se há os
I• •
curecido el oro, cómo se ha mudado su color antes.
tan bello? ¿?” los que se criaban en vestidos de pur
pura, cómo abrazaron la basura?
Con todo 3 Ni con todo eso, si hay alguno que sea de es
eSO nO Se tos, desperamos de èl , con tal que èl quiera levantar
ha de des se luego. Porque quanto mas tiempo permaneciere en
perar de este mal estado, tanto mas dificultosamente saldrà-.
su cóver
sion.
Bienaventurado el que coja y quebrante los pàrvulos
de Babilonia en la piedra; pues si crecieren, apenas.
podràn ser vencidos. Amados hijos mios , esto os di
go para que no pequeis. Mas si alguno pecare, tene
mos abogado, para el Padre: el qual puede lo que de
ningun modo, podemos nosotros : con tal que el que
cayó , no añada para mal suyo, el caer mas profun-.
El exem damente, sino, que mas antes quiera levantarse, con
plar de la fiando que no se le negarà el perdon, si de corazon
pe niten confesare sus pecados. Porque, si Pedro de quien ha
cia de S. blamos, despues de caída tan grave volvió à tanta
Pedro ani
ma à los
eminencia de santidad, ¿quién en lo adelante despera
pecado
rà, como precisamente èl, quiera salir de sus pecados?
res, Atiende à lo que está escrito: Saliendose fuera lloró
Math.26. amargamente. En su salida, entiende tu la confesion de
75. la boca, en el llanto amargo, la compuncion del cora
zon. Y observa que entonces, por la primera vez se
\ - -

acordó de la palabra que habia pronunciado Jesus: en


tonces por la primera vez tuvo en el corazon aquella
- pa
EN LA FresTA DE S. PepRo, y S. PABLo. 253
palabra, con que habia sido predicha su flaqueza,
quando se desvaneció su temeridad presumida. A y de
ti , que despues de la caida te nos MUEsTRAs MAS FUER Abomina
bles l o s
Te! ¿Cómo eres tan inflexible para daño tuyo Mas an COInturna
tes inclinate, para que seas levantado mejor , y no es ces des
torves que sea quebrantado lo que està torcido, para pues dela.
que pueda mejor solidarse. ¿Què te enojas del gallo, caida.
que hace ruido Enojate mas bien contigo mismo.
Una lluvia voluntaria , dice el. Propheta , destinareis, Ps.67.1o.
ó Dios , para vuestra heredad, y ella enfermó. Buena
enfermedad la que se destina para la heredad, que no
aparta de sl al mèdico. Pues á los endurecidos como
un vaso de barro, los quebrantarà con vara de hierro:
2” la heredad, dice, enfermó, pero vos la fortale
cisteir.
4 Habeis oido la misericordia que consiguieron
nuestros Apóstoles , para que ya ninguno de vosotros.
Palabras
se confunda mas de lo que sea necesario, sôbre los pe de cósue
cados pasados, compungido en el aposento de su con lo que di .
ciencia. ¿Què pues? ¿Pecaste acaso en el siglo? ¿Por ce S. Ber
ventura mas que Pablo? ¿Pero si tambien en la misma nardo à.
religion: por ventura mas que Pedro? Sin embargo ellos los Reli
haciendo penitencia en todo su corazon, no solo con giosos.
siguieron la salud, sino la santidad: aun tambien al
canzaron el ministerio de la salud, y el magisterio de
la santidad. Tu pues haz de la misma manera, por
que por ti, dice la Escritura que son estos varones de
misericordia ; sin duda por la mucha misericordia que
merecieron conseguir.
5 Puedes tambien sin inconveniente entender aqui, Los Após
que los Apòstoles fueron varones de misericordia , por toles s e
que estuvieron llenos de misericordia, ö porque fueron deben lla
dados misericordiosamente á la universal Iglesia. Pues mar horn
sabemos que estos hombres ni vivieron para si, ni pa bres d e
misericor
ra si murieron , sino para aquel Señor que murió por dia y ca
ellos: mas bien para todos nosotros por el. Pero ¿quán ridad pa
to nos aprovechará su piedad y justicia, quando, co ra nOSO
IIlO IIOS,
254 SERMoN III. DE S. BERNARpo ABAD.
mo se hà mostrado, nos han aprovechado tanto sus
.
mismos pecados? A nuestro provecho conspira su vi
da , su doctrina , y aun su muerte misma: porque nos
Quatro dieron estos Bienaventurados Apòstoles en su conver
b i e n es
Il OSCOITill
sion la continencia, en su predicacion la sabiduria, en
nican. su pasion la paciencia. Hasta hoy no cesan de dar
nos llenos de misericordia sobre estas tres cosas otra
mas, que es el fruto de sus santas oraciones. Aunque
tambien en su misma vida tienes otra cosa que con
tar, es à saber , la confianza que nos dieron en la os
tension de los milagros. ¿Y quièn contarà los muchos
beneficios que nos han venido por ellos Bien pues di
ce la Escritura : Que son unos varones de misericordia.
Y añadio : Cuyas buenas obras no cayeron en el olvido.
Tres pe 6 ¿Quières que ni tus obras vengan al olvido? Guàr
ligros de
In u e Stra date de tres generos de peligro, y floreceràn para
virtud. siempre delante del Señor. Pues tienes escrito: Porque
Apoc. 3. eres tibio, comenzare á vomitarte de mi boca. Tie
1 6.
nes escrito: Si se apartare el justo de su justicia,
Ezech. 18&c. de todas sus justicias no me acordare. Tienes es
24.
Math. 7.
crito, que se dirà à algunos en el juicio: No os co
23. nozco; a aquellos, sin duda, que recibieron ya su re
Que vir compensa. Con que toda justicia tibia, toda justicia
tud esta transitoria , toda justicia vendicta estarà en olvido de
1à en ol lante de Dios. Pero no asi las justicias (a) de los San
vido de
lante de tos Apóstoles; lo qual se ve por lo que se sigue: Los
Dios. bienes que dejaron d su posteridad permanecen en ella.
Deut. 8. Duran hasta hoy en nosotros las huellas de los Apòs
toles; y su religion , porque es de Dios, no puede des
hacerse. Los vestidos del pueblo Israelitico quarenta
años perseveraron enteros en el desierto: mucho mas
duraràn los vestidos de los Apòstoles, que estuvieron
puestos sobre el jumentillo del Salvador. A su pos-,
fe

(a) Aqui segun el uso frequente de la Escritura, y nombrada


mente en los textos de Ezequiel , y de la Sabiduria citados en es
te lugar, por justicia se entiende toda obra de virtud.
EN LA Fres rA DE S. PEn Ro, y S.PAbLo. 255
feridad, dice. ¿Quäl es su posteridad? Porque seguida
mente se añade : Una nacion santa son los hijos de Gen. 38.8
sus hijos. Una misma cosa son verdadera mente la pos
Deut. 2 5 .
teridad y los hijos. Os acordais creo (pues hablo con
5•
los que tienen noticia de la ley) os acordais, repito,
del mandato legal, para que el hermano que sôbre
vive suscite hijos al hermano difunto sin ellos. ¿Quièn
sin posteridad? Singularmente , dice, soy yo basta que Psal. 14o.
pase. Y por eso dice resucitando: Anda, di á mis I O,
ermanos; como si dijera : hermanos son, hagan lo Johan. o
que corresponde à los hermanos. Ellos pues nos en 17.
Somos la
gendraron por el Evangelio, pero con todo eso no p o steri
para si , sino para Christo, porque nos engendraron dad delos
por el Evangelio de Christo. De ahi es , que llevó á A p osto
mal San Pablo, que algunos se nombrasen de quienes les.
habian sido engendrados por el Evangelio, indignan 1. Cor. 1.
l 3•
dose contra los que decian: 2 o soy de Pablo, yo de
Cephas, yo de Apolo, queriendo mas bien que todos
se hiciesen de Christo, y se llamasen de Christo. Asi
pues, somos posteridad de los Apòstoles por la pre
dicacion, pero por la adopcion, y la herencia de
Christo, y tambien hijos de los hijos de los Apóstoles.

ge-4--º-º-e-ºe-ºe-4.- º se ese º»<><>e e-bºx 1 5. de


Agosto.
. EN LA ASUNCION
De s mesavesuraba vinces MARIA.

SERMON PRIMERO.
De los dos recibimientos, de Christo, es d saber,
y de Maria.
I. Ubiendo hoy à los Cielos la Virgen glorio
sa colmo sin duda los gozos de los Ciuda Luc, 1.4.
danos celestiales con copiosos aumentos. Porque ella
CS
256 SERMoN I. DE S. BERNARDo ABAD.
es la que à la voz de su salutacion hace saltar de go
zo aun aquellos mismos que encierran todavia las ma
Gozo de ternas entrañas. Y si el alma de un pàrvulo aun no na
los mora
dores del cido se derritió en castos afectos, luego que habló Ma
Cielo en ria: ¿quäl pensamos seria el gozo de los exèrcitos ce
la asunci lestiales, quando merecieron oir su voz, ver su ros
on de la tro, y gozar de su dichosa presencia? Mas nosotros,
Virgen. Carisimos, ¿què ocasion tenemos de solemnidad en su
Asuncion, què causa de alegria, què materia de gozo?
Con la presencia de Maria se ilustraba todo el orbe,
de tal suerte., que aun la misma patria celestial brilla
mas lucidamente, iluminada con el resplandor de la
làmpara virginal. Por eso con razon resuena en las
alturas la accion de gracias, y la voz de alabanza:
pero para nosotros mas parece debido el llanto que
el aplauso. Porque, ¿no es por ventura consiguiente,
que quanto de su presencia se alegra el Cielo, otro
tanto llore su ausencia este nuestro inferior mundo? Sin
embargo, cesen nuestras quejas, porque tampoco no
sotros tenemos aqui ciudad permanente , sino que bus
camos aquella, à la qual Maria bendita llega hoy. Y
si estamos señalados por ciudadanos suyos-, razon es
verdaderamente, aun en el destierro, aun sobre la ri
vera de los rios de Babilonia , acordarnos de ella , to
mar parte en sus gozos, y participar de su alegria;
especialmente de aquella alegria que con impetu tan
copioso baña hoy la ciudad de Dios; para que tam
Nuestra bien percibamos nosotros mismos las gotas que desti
Abogada lan sôbre la tierra. Nos precedió nuestra Reyna, nos
la Virgen precedió, y tan gloriosamente fuè recibida, que con
và delan fiadamente siguen a su Señora los siervecillos claman
te de no
sotros al
do: Traednos en pos de vos; en el olor de vuestros un
Cielo, guentos correremos. Envió delante nuestra peregrina
cion a su Abogada , que como Madre del Juez, y ma
dre de misericordia, tratara los negocios de nuestra
salud devota y eficazmente.
2 Un precioso regalo envió al Cielo nuestra tierra
hoy,
EN LA AsuncroN DE LA VragEN MARIA. 257
Dulce co
hoy, para que dando y recibiendo se unan en trato fe m er cio
liz de amistades lo humano a lo divino, lo terreno à lo
hoy entre s
celestial , lo sumo à lo infimo. Porque allà ascendió el el Cielo, »
fruto sublime de la tierra, de donde descienden las y la tier-,
preciosisimas dadivas, y los dones perfectos. Subiendo Ià,

pues à lo alto la Virgen bienaventurada darà ella mis


ma tambien dones á los hombres. ¿Cómo no daria? Ni
la falta facultad, ni voluntad. Reyna de los Cielos es,
misericordiosa es; finalmente , Madre es del Unigè
mito Hijo de Dios. Nada puede ensalzar mas la gran
deza de su potestad, ö de su piedad: sino que acaso
ô no se crea que el Hijo de Dios homra à su Madre; ð
pueda dudar alguno que pasasen enteramente á un afec.
to estable de caridad las entrañas de Maria, en las
quales la misma Caridad que procede de Dios des
cansó corporalmente nueve meses.
3 Y estas cosas ciertamente las hè dicho por no
sotros, Hermanos mios, sabiendo que es dificultoso que
en pobreza tanta se pueda hallar aquella caridad per
fecta, que no busca la propia conveniencia. Mas con
todo eso, sin hablar ahora de los beneficios, que con
seguimos por su glorificacion, si la amamos, nos ale
grarèmos sin duda, porque va al Hijo. Sin duda, re
Gloria de
pito, la daremos el parabien, à no ser que (lejos estè la Asun
de nosotros) nos mostremos del todo ingratos a la in cion de
ventora de la gracia. Por aquel Señor, á quien ella Matias
recibió primero entràndo en el castillo de este mun
do, es recibida hoy entrando ella en la santa ciudad.
Pero, ¿con quânto honorte parece, con quânto gozo,
con quânta gloria? Nt EN LArrEaRA hubo dugar mas
diguo que el templo del vientre virginal , en el qual
recibió Maria al Hijo de Dios; ni le hay en los Cie . . . . . ..."

los que el solio real, en que subiirñó hoy á Maria el


Hijo de Maria, Feliz uno y otro recibimiento, inefa
ble el uno y el otro, porque uno y otro son inexcogi
tables. ¿A que fin pues se recita hoy en las Iglesías
de Christo aquella leccionel
k
Evangelio , en
- -
que y se
Cl
*

e 58 SERMon , rr S. BERNARno An An,


Razon de
la buena
entiende à la muger bendita entre las mugeres , que
aplicació
recibio al Salvador? Creo que à fin de que este recibi
del Evan. miento que celebramos, se pueda conocer de alguu.
gelio à es modo por aquel; ó mas bien, a fin. de que segun la
ta festivi inestimable gloria de aquel, se conozca tambien que
dad. esta gloria es inestimable. Porque, ¿quièn aunque pue
da hablar con las lenguas; de los hombres, y de los
Angeles, serà capaz de explicar, de que modo sobre
viniendo el Espíritu Santo, haciendo sombra la virtud
del Altisimo, se hizo carne el Verbo de Dios, por quien
fueron hechas todas las cosas; y el Señor de la Ma
gestad, que no cabe en el universo de las criaturas,
se encerró. à si mismo hecho hombre dentro de las
virginales entrañas? s

4 Pero, ¿y quièn serà suficiente para pensar siquie.


ra quan gloriosa iria hoy la Reyna del mundo, y con,
quànto afecto de devocion saldria toda la multitud de
los exèrcitos celestiales à su encuentro? ¿Con què càn
ticos seria , acompañada hasta el treno de la gloria;
con què semblante tan placido; con què rostro tan se
reno; con què alegres abrazos seria recibida del Hi
jo, y ensalzada sôbre toda criatura, con aquel honor
que Madre tan grande merecia, con aquella gloria.
que era digna de tan grande Hijo Felices enteramen
te los besos que imprimia en: sus labios, quando ma
maba, y quando le acariciaba la Madre en su virgi
nal regazo. Mas ¿por ventura no, los juzgaremos mas
felices, los que de la boca del que està sentado à la
diestra del Padre, recibió hoy en la salutacion dicho
sa, quando subia al trono de la gloria cantando el can
La gene tico de la Esposa, y diciendo: Bereme, con el beso de
racion de su boca? ¿Quièn referirà la generacion de Christo y
Christo y la Asuncion de Maria? Porque quanto mayor gracia
la Asun alcanzò en la tierra sobre todos los demàs otro tanto
cion dela
Virgé só mas obtiene tambien en los Cielos de gloria singular.
inexplica Y si el ojo no vió, ni el oido oyó, ni cupo en el co
bles.
razon, del hombre, lo que tiene Dios preparado a los
- - , que
EN LA AsuNcroN DE LA VIRGEN MARIA. 259
que le aman: lo que preparó a la que le engendrò;
y (lo que es cierto para todos) à la que le amó mas
que todos , ¿quièn lo hablarà? Dichosa por tanto Ma
ria, y de muchos modos dichosa , ö recibiendo al
Salvador , ó siendo ella recibida del Salvador; en lo
uno y en lo otro es admirable la dignidad de la Vir
gen Madre; en lo uno y en lo otro es amable la dig
nacion de la Magestad. Entró , dice , 3esus en un Luc. 1o.
castillo, y una muger le recibió en su casa. Pero mas 38.
bien nos debemos ocupar en las alabanzas , pues se
debe emplear este dia en elogios festivos. Y porque
nos ofrecen copiosa, materia las palabras de esta lec
cion del Evangelio , mañana tambien, concurriendo
nosotros juntamente, será comunicado sin envidia lo
que nos fuere, dado de arriba , para que en la memo
ría de tan grande Virgen no solo se excite la devo
cion, sino que tambien sean edificadas nuestras cos
tumbres, para aprovechamiento de la conducta de nues
tra vida; en alabanza y gloria de su Hijo Señor nues
tro, que es sobre todas cosas Dios, bendito por los
siglos. Amen. - , , , r

sssessissississsssssos».
- - . - . . . .. 2, .
•. . . EN LA ASUNCION , , , ,

DE LA BIENAvENTURADA vRGEN MARIA.


SERMON SEGUNDO, º “o , , - ; ' - ... , ,

sobre el modo de limpiar, de adornar, y de llenar la -

... casa,

1 AWtró 5esus en un castillo, y una muger Luc. 16.


-- A llamada Marta le recibió en su casa. Bas 38. ...,
tante oportunamente me parece puedo, usurpar aqui la . . . .. - 1

Kk 2 pro
26o SERMoN H. De S. BERNARDo ABAD.
Baruch.3 profetica exclamacion. ¡O Israel que grande es la ca.
24
sa del Señor , y que grande el lugar de su posesion!
¿Por ventura no es grande , quando en su compara
cion se llama castillo la espaciosisima latitud de esta
tierra? ¿Por ventura no es grande, aquella patria y
region inestimable, quando viniendo de ella el Salva
dor, y entrando en el orbe de la tierra, se dice que
entra en un castillo? Sino que quizà piense alguno que
se debe entender ser otra cosa este castillo que aquel
atrio del fuerte armado principe de este mundo, cu
yos despojos vino à saquear el que era mas fuerte.
-Apresuremonos , Hermanos mios, à entrar en aquella
amplitud de la bienaventuranza, en donde ninguno es
trecha a otro, para que podamos comprender con to-,
dos los Santos, qual sea la longitud y latitud, la su
-blimidad y lo profundo. Ni desperemos de esta, su
—puesto que el mismo habitador de la celestial patria,
y tambien su Criador no rehusa las estrecheces de nues
-tro pequeño castillo. . . . . . . . . . . . . . .
2 Pero, ¿què decimos, haber entrado en un casti
llo 2 Tambien entrò en el estrechisimo retrete del vien
tre virginal. Finalmente , y una muger le recibió en
su casa. Feliz muger la que mereció recibir, no ya
á los Exploradores de Jericò, sino mas antes al mis
mo despojado fortísimo de aquel recio, que verdade
ramente se muda como la luna; no à los legados de
Jesus hijo de Navè, sino mas bien al verdadero Je
sus Hijo de Dios. Feliz muger, vuelvo á decir, cu
ya casa habiendo recibido al Salvador, se halló lim
pia a la verdad, pero seguramente no vacia. Porque
¿quièn dirà que està vacia la que saluda el Angel lle
Maria so
na de gracia? Ni solo esto, sino que todavia afirma
b rellena
tambien que sôbrevendrà en ella el Espíritu Santo. ¿A
de gracia que juzgas, sino à llenarla mas todavia? ¿A què sino
•para difü a que viniendo el Espiritu se haga llena para si, y
dirla -en -sobreviniendo èl mismo, para nosotros tambien se ha
nosotros, ga sobrellena, y sobrerrebose para nosotros Ojala
- . flu
EN LA AsUNcroN DE LA VIRGEN MARIA. 26 r
fluyan en nosotros aquellas aromas, es à saber, aque
llos dones. de gracias, para que todos recibamos de
tanta plenitud. Sio duda , esta misma es nuestra me
diadora, esta misma es por quien recibimos, ô Dios,
vuestra misericordia: esta misma es por quien tam Exposici
on misti
bien nosotros recibimos al Señor Jesus en nuestras ca, cadel cas
sas. Porque tambien cada uno de nosotros tiene su ca tillo.
sa y su castillo; y la Sabiduría llama à las puertas
de cada uno; si alguno la abriere, entrará , y cenara
a
con èl. Hay un proverbio vulgar que anda en la bo
ca, y mucho mas en el corazon de muchos: buen cas -

tillo, dicen, guarda, el que guardare su cuerpo. Sin 3 *-

embargo, el Sabie no dice asi sino mas antes: Con Prov. 4.


toda diligencia guarda tu cºra8on , parque de el pro 23 º
cede la vida. • ,,

Mas sea asi, y Gedamos à la multitud: guarde Que guar


da de nu
dun buen castillo el que guardare su cuerpo. Lo que eStIO Cu
necesitamos saber es, que custodia se debe aplicar erpo me
a este castillo. Te parecera por ventura, que ha guar ece agro
dado bien aquella alma el castillo de su cuerpo, cu-tarse
y- º
yos miembros, como haciendo conjuracion, entrega
ron su dominio à su enemigo? Porque hay quienes con Isai, 6.
5.”
el infierno hicieron alianza, y concertaron pacto con Deut.32.
la muerte. Se dejó sumergir, dice, el amada en las 15. r?

comidas regaladas , y recalcitrà, encrasado , llena y Y: " ..., m


, r: 1
dilatado, Esta puntualmente es la custodia que es ala -n: iiii
bada por los pecadores en los deseos de su carne. ¿Què
os parece, Hermanos? ¿Se deberá ceder en esta par
te, tambien à la multitud? De ningun modo. Mas bi
preguntaremos a Pablo comó a capitan valeroso de la ctº 2
espiritual milicia. Decidnos Apóstol Santo, ¿quäl es ..: ,
la custodia de vuestro castillo: 2:o, dice, asi corró,
o 1. Cor, 9.
no como d una cosa incierta: asi peleo, no como azo a 6. . .
tando al ayre, Castigo pues mi cuerpo, y le reduzco
a servidumbre, no sea acaso, que habiendo predicado
a los demas yo, mismo me haga reproba; y en otro lu
gar: No reyne, dice, el pecado en vuestro cuerpo "¿
- (7
262 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD.
tal para obedecer a sus concupiscencias. Util custodia
Rom. 6, por cierto, y dichosa el alma, que guarda asi su cuer
I 4. po, para que nunca le conquiste el enemigo. Hubo pues
tiempo en que habia sugetado a su tiranía aquel im
pío este mi castillo, imperando á todos sus miembros
arbitrariamente. Quanto daño hizo en aquel tiempo, lo
indica la presente desolacion, y miseria. A y! ni dejó
en èl el muro de la continencia , ni el antemural de
la paciencia. Exterminó las viñas, segô las mieses,
Daños q, desarraygó los àrboles : y aun tambien estos mismos
trae el pe ojos mios robaban mi alma. En fin sino fuera porque
cado al
cuerpo y el Señor me ayudò , poco faltaba para caer en el in
fierno mi alma. Hablo del inferior infierno , en donde
• - ninguna confesion hay ya, y de donde a ninguno se
le permite salir. " -

4 Con todo eso aun entonces ni carcel, ni infierno


...
la faltaba à mi alma. Presa desde el mismo principio
- "
- ) y de la conjuracion, y traicion pèsima, nó en otra par
. . te que en la casa propía fuè entregada à la guardia
Describe de los carceleros, Ni fuè entregada a otros verdugos
S. Bernar
que à los de su propia familia. Era pues su carcel la
do la cār
cel del pe conciencia, los verdugos eran la razon y la memoria, .
. . cador, y y estos ciertamente crueles, austeros, y desapiadados;
sus ver pero mucho menos que los que rugian preparados pa
dugos; y
tambié el
ºra devorarla, a quienes ya estaba para ser entrega
infierno. da. Mas benditó sea Dios, que no me entregó como
presa á los dientes de ellos. Bendito el Señor, repito,
que visitó , è hizo la redencion. Porque quando el ene
migo aceleraba el entregarla a la carcel inferior, y
Nuestra abrasar el mismo castillo con perpetuo fuego, para que
libertad asi se diese el justo pago á los perjuros miembros, so
por Chris brevinò el que es mas fuerte. Entró Jesus en el casti
O» º llo, el qual atando al fuerte , saqueó sus despojos, pa
ra que se hiciesen vasos de honor, los que habian si
do hasta entonces vasos de ignominia. Quebranto las
puertas de bronce, é hizo pedázos los cerrojos de hier
ro, sacando al prísionero de la casa de la carcel, y de
la
EN LA AsuNcroN DE LA VIRGEN MARIA. 263
la sombra de la muerte. Ciertamente su salida fué en
la confesion. Puesto que esta misma es la escoba con
que limpiada la carcel, y adornada con los juncos her
mosamente verdes de las pràcticas regulares, de car so: ; . . c.
cel volviò à ser casa. Tiene asi la muiger ya su casa, - , -,
tiene donde recibir.á aquel Señor à quien està obliga
da por tantos beneficios. De otra suerte ay de ella si
rehusa recibirle , sino le detiene, sino le obliga à que
darse consigo, porque ya se acerea la noche. Porque
volviendo el que antes habia sido echado de ella , en
cuentra la casa limpia, y adornada, pero desocupada
y vacia. -

5 Queda ciertamente desamparada y desierta su


No basta
casa à la muger que se descuidó en conservarla hospe à los Re
dage digno del Salvador. ¿Cómo, dices? ¿Podrà aca l igiosos
so aquella casa limpia ya por la confesion de los an el cult
teriores delitos, y adornada con la observancia de las exterior
pràcticas regulares, juzgarse todavia indigna de la ha sin el in
terior.
bitacion de la gracia, y de la entrada del Salvador? as. -. -

Podra sin duda , si solamente limpia en la superficie, - º, s

y alfombrada (como se hà dicho) con verdes juncos, x ... .


- , , ,,º
interiormente està llena de lodo. Porque ¿quièn pien
... . . .
sa que se haya de hospedar el Señor con los blanquea»
dos sepulcros de los muertos, que por defuera: pare
cen lustrosos, y en su interior, estàn llenos de inmun
dicia y, podredumbre? Demos que alguna vez., como
deleytado de la misma superficie, comience casi á
poner un pie en ella concediendo la gracia primera
de su visitacion à semejante alma. ¿Por ventura no se
volverà atràs luego con indignacion? ¿Por ventura no
huirà clamando: Me be metido en el ciena del profun»
do, donde no hay substancia alguna? Porque lo extes
rior de la virtud sin la verdad de ella, es como una
qualidad, no substancia. Ni puede sostener su entrada
la tenue superficie de la exterior conducta: porque pe.
netra todas las cosas, y en lo intimo, de los corazones
està su habitacion. Y si de ningun modo habita el Es
pi
264 SERMoN II. de S. BEanARDo ABA p.
piritu Santo, que es maestro de la verdadera ciencia,
en un cuerpo manifiestamente sugeto a los pecados;
sin duda mo solo se desvia del hombre fingido, sino que
Los peca huye y se aleja de él. ¿Es acaso otra cosa que una exe
dos se há
de arran crable ficcion, que solamente raygas el pecado por la
car de ra superficie, y en lo interior no le desarraygues? Está
yZ. cierto, de que brotara mas abundantemente, y de que
entrará el huesped maligno, que habia sido echado
antes en la limpia , pero vacia casa con otros siete mas
malos que él. El perro que vuelve al vómito, serà
mas aborrecible que antes: y se harà de muchos mo
dos hijo del infierno el que despues de la indulgencia
de sus delitos, cayere de nuevo en las mismas sucieda
des, como el puerco lavado en el rebolcadero del
cieno. - º *

6 - ¿Quières ver una casa limpia, adornada , y va


Amuchos cia? MIRA A UN HoMBRE que confesó y dejó los pe
engaña el cados manifiestos aun antes del juicio , y ahora mueve
cuidado solas las manos à las obras de los mandatos, con un
que poné
en arre corazon totalmente àrido, llevado de la costumbre,
glar el ex llananente como la becerra de Ephrain, que está acos
terior so
tumbrada, y gusta del trillo. De las cosas exteriores
lamente.
que valen para poco, ni una jota se le pasa, ni un
apice: pero se traga un carmelio, y cuela un mosqui
to. Porque en El corazoN es siervo de la propia vo
huntad, adora la avaricia, antiela à la gloria, aspira
con ansia al honor, fomentando todos estos vicios d
alguno de ellos en su interior: y se desmiente à si mis
ma la iniquidad, pero no es burlado Dios. Veras algu
na vez de tal suerte paliado a este hombre, que llega
8o , aseducirse aun á si mismo , no atendiendo enteramente
al gusano que està paciendo y destruyendo su interior.
Osee.7.9. Quèdade pues la superficie , y juzga que todas sus co
sas estan sanas. Comieron, dice el Propheta, los age
nos su fuerza, y lo ignoro. El dice: rico soy, y de
nada necesito: siendo pobre, y misero, y miserable.
Apoc, 3. Pórque en llegando la ocasion veràs brotar la materia
17.
que
EN LA AsUNcroN DE LA VIRGEN MARIA. 263
-
que estaba oculta en la úlcera, y el ärbol cortado, y
no extirpado dilatarse en mas densa maleza. Si que
remos evitar semejante peligro, es necesario que apli
quemos la acha a la rayz de los arboles, no á las
ramas. No se halle en nosotros solamente la exerci
tacion corporal, la qual para poco vale ; sino hallese
la piedad que es útil para todo, y el exercicio es
piritual.
7 Una muger llamada Marta, le , recibió en su Oficiosde
casa, y esta tenia una hermana, cuyo nombre era Maria, de
Maria. Hermanas son, y deben vivir en compañía, Marta, y
Esta se ocupa en el ministerio de la casa, aquella de Làzaro
está atenta à las palabras del Señor. A Marta toca el
ornato de la casa, pero à Maria el llenarla. Pues que
ella se ocupa con el Señor, para no ser casa desocu
pada. ¿Pero à quièn asignaremos el limpiar la casa?
Porque si encontrâremos tambien esto , serà la casa
en que el Señor es recibido, limpia, adornada, y no
vacia. Demos este cuidado à Làzaro, si á vosotros
tambien os parece asi: puesto que por el derecho de
hermano le es comun esta casa con las hermanas. Hà ePrepara
ion dela
blo de aquel Läzaro, à quien ya de quatro dias di casa espi
funto, y hediendo ya , resucita de entre los muertos ritual.
la voz de la virtud : de suerte que parece con bastan
te congruencia mostrar en si la imagen de un peniten
te. Entre pues el Salvador, y visite freqiientemente
esta casa que limpia Lazaro penitente, adorna Marta,
y llena Maria dedicada à la interior contemplacion.
8 Mas acaso preguntará alguno con mayor curio Santífica
cion de
sidad , por què en la presente leccion del Evangelio no M a r i a
se hace mencion alguna de Lázaro. Juzgo à la verdad In 25 ex (e
que ni esto disuena de la similitud que se propone for lente que
mar. Queriendo el Espíritu que se entendiese aqui la las demàs
casa Virginal, calló , no fuera de proposito, la peni
tencia, la qual sin duda acompaña al mal. Porque -º

esté muy lejos el decir, que esta casa haya tenido ja


màs algo de propia inmundicia, para que por consi
Ll guien
266 SERMoN II. De S. BERNARDo ABAD.
No tuvo
d el it o
guiente fuese precisa en ella la escoba de Läzaro. Pe
propio. ro, si es que contrajo de sus Padres la original man
cha: la piedad christiana nos prohibe creer, que fue
se menos santificada en el vientre que Jeremias, ô
que fuese menos llena del Espiritu Santo que Juan: pues
ni seria honrada en su nacimiento con festivas alaban
zas, sino naciera santa. Ultimamente constando por
todos modos, que sola la gracia hizo limpia à María
del contàgio original, puesto que tambien ahora en el
bautismo la gracia sola lava esta mancha, como en
otro tiempo la rala la piedra de la circuncision ; si,
como enteramente debe la piedad creer , no tuvo Ma
ria delito propio, no menos estuvo lejos de su inocen
Luc. 1.56 tisimo corazon la penitencia. Asista pues Läzaro con
En la Vir aquellos, cuyas conciencias es necesario limpiar de las
gen seha obras muertas, apàrtese èntre los llagados que duermen
llan à un en los sepulcros, para que en el aposento virginal se
tiempo la hallen Marta y Maria solamente. Ella misma es la
a étividad
que asistiò á Isabel estando en cinta y llena de dias
de Marta,
y el sosie con humilde cuidado por el espacio como de tres me
go de Ma ses; ella misma es la que conservaba en su memoria
ria. las cosas que se decian de su hijo, repasàndolas en
Luca. 19 Sll COTaZOne

9. A nadie pues le haga fuerza que la muger que


recibe al Señor, no se llame Maria sino Marta, por
que en esta única y suprema Maria, se hallan à un
tiempo la oficiosa diligencia de Marta, y el ôcio na
da ocioso de Maria. Ciertamente toda la gloria de la
hija del Rey está por dentro: pero con todo eso es
tá cubierta al rededor con variedad de colores en fim
brias de oro. No es del número de las Virgines fa
tuas es virgen prudente ; lámpara tiene, pero lleva
aceyte en el vaso. Se os ha olvidado acaso aquella
Math. 25
J 3º
evangelica parabola que refiere como a las virgines
fatuas se las estorbó la entrada de las bodas? Estaba
eeramente su casa limpia, pues ellas eran virgines;
estaba adornada, porque todas juntamente, esto es, las
* = fa
EN LA AsuNcroN DE LA VIRGEN MARra. 267
fatuas y las prudentes, adornaron sus làmparas; pero
estaba vacía, porque no echaron aceyte en sus vasos. *
De aqui es que no se digna el celestial Esposo de ser
recibido en sus casas, ni de admitirlas á ellas à las
bodas. No asi aquella muger fuerte, que quebrantó
la cabeza de la serpiente: pues tienes despues de mu-.
chas cosas en sus alabanzas, que no se apagará por Prov. 3 r.
la noche su antorcha. Para ignominia de las Virgines l 3•
fatuas se dice esto , que viniendo à media noche el
Esposo, tarde se quejan y dicen ; Que se apagan nues- Math. 25
tras lámparas. Pasó pues adelante la Virgen glorio
sa, cuya ardentisimalàmpara fuè un asombro para
los mismos Angeles de luz, de modo que decian: ¿Quien Cant.69,
es esta que camina como la aurora que se levanta;
hermosa como la luna, escogida como el solº Porque
mas claramente que las demás brillaba , aquella à
quien había llenado del aceyte de la gracia sobre
todos sus participantes, Christo Jesus, Hijo suyo, Se
ñor nuestro, -

exº-e-ºe-º EN LA AsUNcioN
DE LA BIENAVENTURADA vRGEN MARIA.

SERMONTERCERO.
De Maria , Marta 2 Jy Lazaro.
- Eº: 3fesus en un cariº, y anamuger
Lue. 1o.
llamada Marta le recibió en su casa. ¿En
30,
què consiste, Hermanos, que de dos hermanas sola
mente se lee de la una, que recibiò al Señor, y de
aquella misma que parece la inferior? Porque Maria
escogió la mejor parte, testigo el mismo a quien re
Ll 2 ci
268 SERMoN II. De S. BERNARDo ABAD.
El princi cibió Marta. Pero parece que Marta naciò primero, y
pio de nu se sabe que el principio de la salud es mas propio
eStra Sa
lud porla de la accion, que de la contemplacion. Alaba Chris
accion. to à Maria, pero es recibido de Marta. Ama Jacob à
Rachel, pero de introducen ignorandolo el á Lia. Si
Gen. 29. se queja del fraude, oirà que no es costumbre que las
a 3. mas jóbenes se casen primero. Mas si poneis la con
sideracion en esta casa de barro, facil serà conocer,
como en ella mas bien recibe al Señor Marta que Ma
1. Cor. 6. ria. Pues lo que dice el Apòstol : Glorificad y llevad
º
3 *

á Christo en vuestro cuerpo , à Marta se dice, no a


º .-
Maria. A saber es: aquella hace uso del cuerpo como
-

de un instrumento suyo, quando el cuerpo para esta


Sap 9, 15s es mas antes impedimento. En fin el cuerpo, dice, que
se corrompe, abate al alma, y deprime la habitacion
terrena al espiritu que piensa muchas cosas. ¿Por ven
tura no tambien al que las obra? Marta pues recibe
en su casa al Salvador en la tierra; María mas bien
piensa como serà ella recibida por el Señor en aquella
casa no fabricada por las manos, sino eterna en los
Cielos. Con todo eso acaso parecerà que tambien ella
recibió al Señor, pero en espiritu; pues es espiritu
el Señor. *,

2 Esta, dice, (Marta sin duda) tenia una herma


na por nombre Maria : la qual tambien sentada jun
to d los pies de jesus, oia su palabra. Ved ya que
una y otra recíbierdn a Verbo, esta en el espíritu,
aquélla en la carne. Marta pues andaba solicita en
preprarar lo necesario. La qual se puso delante de
el y dijo: ¿Señor no considerdis que mi hermana me
bá dejado servir d mi sola? ¿Piensas que en la casa
... , , r en que se recibe à Christo, se oirà la palabra de
5ichosa murmuracion?. DichosA cAsA, y sIEMPRE BIENAvEN
a q u élla TURADA coNGREGAcroN es aquella, en la que Marta
Religion
en q. Mar
se queja de Maria. Porque envidiar Maria à Marta
ta se que ENTERAMENTE Es mNDIGNo, enteramente es ilicito. Y
xa de Ma sino ¿en que parte lees tu, que se queje Maria de que
ria. * y - -. SUl
EN LA AsuNcroN DE LA VIRGEN MARIA. 269
su hermana la há dejado sola empleändose en la con
templacion de Dios? Jamàs suceda, jamás suceda que
et que està ocupado en la contemplacion de las co
sas de Dios, aspire à la vida tumultuosa de los Her
manos oficiales. Marta siempre se parezca à si misma
insuficiente, y poco idónea, y desee mas bien que se
encomienden a otros los cargos que ella administra.
-
Mas 3esus la respondió: Marta Marta , solicita *

estas , y te turbas en muchisimas cosas. Mira la pre María tie


ne por su
rogativa de Maria (a) en tener al Señor en todas las Abogado
causas por Abogado. Se indigna el Pharisèo, la her à Christo
mana se queja, hasta los discipulos murmuran: en to
das partes calla Maria, y Christo habla à favor de
ella. Maria escogió, dice, la mejor parte, la qual
no se la quitard eternamente. Esta es aquella sola co
sa que es necesaria: esta es aquella una cosa, que el
Propheta buscaba cuidadosamente : Una cosa , dice, Ps. 26. 4
pedi al Señor, esta buscare.
3 Pero ¿cómo es, Hermanos, el decirse que Ma Qual es
ria escogiô, la mejor parte ? ¿Cómo tendrá verdad, la mejor
aquelio que solemos proferir contra ella, si alguna vez. parte.
acaso quiere juzgar la turbacion de Marta en su ad
Eccli, 4 t.
ministracion, y su desigualdad: Mejor es la iniquidad 24.
del varon que una muger que hace bien? ¿Cómo val
drà tambien aquello: Si alguno, me ministrdre d mi, Johan.41
1 6.
le honrard mi Padre? ¿Y aquello: El que es mayor, Math. o
entre vosotros, serdministro vuestra? Ultimamente, 26.
¿qué consuelo es para la que està trabajando, el en
salzar, como para satirizarla à ella, la parte de su
hermana? Una de dos cosas pienso yo, o que Maria
es alabada en su eleccion, porque la parte misma,
quanto està en nosotros, debe ser elegida de todos;
-

(a) Aqui S. Bernardo no reconoce sino una sola Maria, como


tambien en el Sermon de la Dominica 6. despues de Pentecostes, y
en el Sermon 4. de la Dedicacion; pero en el Sernon 12. y 13 so
bre los Caatares està dudoso sobre esto. -- -

-
27o SERMoN II. bE S. BERNARDo AB AD.
Elogio, y mas bien, que debe decirse, que no la faltó lo uno ni
reCOrnen

dacion de
lo otro, ni que precipitó ella su parecer para esco
la vid a ger una de las dos partes determinadamente, sino
mixta de que estuvo dispuesta a lo uno y à lo otro segun la
aéliva, y obediencia del Maestro. Porque ¿quièn es fiel como Da
contépla vid entrando, y saliendo, y caminando al impèrio del
tiva.
Rey Finalmente, aparejado, dice, esta mi corazon,
1. Reg.22 aparejado esta mi corazon; no una vez solamente, si
1 4. no dos veces, para ocuparme en vos, y para ministrar
Ps. 56.8. à los progimos. Esta fijamente es la parte óptima, que
no sera quitada: ésta es el alma óptima, que no se mu
1. Tim. 3 darà , á qualquiera parte que la llamares. El que
13.
bien ministrare, dice , buen grado adquiere. Aca
so mejor el que se ocupare bien en la contemplacion
de Dios; pero óptimo aquel que es perfecto en lo uno
y lo otro. Todavia digo una cosa; pero solo suponien
do que fuera permitido sospechar esto de Marta. ¿No
parece acaso que la reputó ociosa, quando pidió que
se la diesen por ayuda de ella? Pero es carnal, y to
talmente no percibe las cosas del Espiritu de Dios, el
que acaso redarguya à quien està ocupado en la con
templacion de Dios sòbre esta ocupacion. Escuche pues
que esta es la parte óptima que permanece eternamente.
Por ventura no parece en algun modo ruda aquella al
ma, que agena enteramente de la contemplacion divina,
entràre en aquella region, en donde esto solo es el
empleo de todos, el único estudio, y la misma vida.
4. Pero consideremos, Hermanos, como en esta
nuestra casa hà distribuido la ordenacion de la cari
dad estas tres cosas, la administracion de Marta , la
Varios contemplacion de Maria, la penitencia de Lázaro. Tie
grados y ne todas estas cosas qualquiera alma que es perfecta:
es t a dos pero mas parece pertenecer á cada uno cada una de
de una ca
estas cosas; de modo que unos se empleen en la santa
sa religio contemplacion, otros estèn dedicados à la administra
$3.
cion por sus hermanos, otros repasen en la amargura
de su alma sus años, como los llagados que duermen
GIl
EN LA AsuNcroN DE LA VIRGEN MAP 1A. 271
en los sepulcros. Asi ciertamente, asi es necesario, que
Maria sienta piadosa y sublimemente de su Dios; Mar.
ta benigna y misericordiosamente de su prógimo; Lā
zaro miserable y humildemente de si mismo. Cada uno
considere el grado en que se halla. Si se ballaren en Ezech. 14
14 -
esta ciudad Noe, Daniel , fob , ellos con su justicia
serán librados , dice el Señor, pero no librardn el
bijo o la bija. A ninguno adulamos nosotros: ojalá que
ninguno tampoco se engañe à si mismo. Aquellos à
quienes ningun gobierno se hà confiado, ninguna ad
ministracion se les hà encargado, enteramente debe
ràn sentarse ô junto à los pies de Jesus con Maria, ô
ciertamente con Làzaro dentro de las cercas del se
pulcro. ¿Què mucho que Marta se turbe acerca de mu
chisimas cosas, estando ella sollcita por muchos? Pe
ro á ti a quien no incumbe esta precision, una de dos
cosas te es necesaria: ô no turbarte en modo alguno,
sino antes bien deleytarte en el Señor: ô sino puedes
todavia esto, turbarte no acerca de muchas cosas, si
no (como el Propheta dice de si) acerca de ti mismo.
5 Otra vez lo digo, porque alguno no busque escu
º sa en la ignorancia. Es preciso, Hermanos, a quien en Ps. 41,7
- nada pertenece el fabricar ô regir èntre las ondas del
Que debé
-díluvio el arca de Noe, ô que seas varon de deseos, hacer los
-como era Daniel; ð con el bienaventurado Job, va Religio
ron de dolores, y que sabe de enfermedades. De otra sos no é
suerte temo que estando tibio y provocándole à nau pleados é
las cosas
seas te empiece a vomitar de su boca aquel Señor que e AtenaSe
desea encontrarte, ó calido con la consideracion de èl,
y encendido con el fuego de la caridad; ô frio con el Aviso
solo conocimiento de el mismo, y apagando con el provecho
agua de la compuncion los dardos inflamados del dia so à los
blo. Pero la misma Marta tambien debe ser amones q se exer
citan en
tada, que lo que principalmente se desea en los admi. la vida
nistradores es que cada uno sea fiel. Y sera fiel, si ni activa
busca el interes propio, sino el servicio de Jesu Chris
ºto, para que su intencion sea pura; ni hace su volun
- tad,
272 SERMoN III. DE S. BERNARDo ABAD.
tad, sino la del Señor, para que su accion sea orde
nada. Porque hay algunos cuyo ojo no es sencillo, y
tienen aca su recompensa. Hay quienes son llevados
de los propios movimientos del ânimo, y están conta
minadas todas las cosas que ofrecen, por hallarse en
estas sus voluntades propias. Vèn ahora conmigo al càn
tico nupcial, y consideremos como el Esposo , quan
do llama a la Esposa, ni omite alguna de estas cosas,
Cant. 2.
I Oe
ni añade a ellas otra alguna. Levántate, dice, date
priesa , amiga mia , hermosa mia, paloma mia, y ven.
¿Acaso no es amiga la que atenta à los intereses del
Señor, pone fielmente tambien la misma vida por èl?
Porque todas las veces que por uno de estos sus pe
queñuelos intermite la ocupacion espiritual, tantas ve
ces pone espiritualmente por èl su vida. ¿Acaso no es
hermosa la que à rostro descubierto especulando la
gloria del Señor, es transformada en la misma ima
gen de claridad en claridad , como por el Espíritu
del Señor ? ¿Acaso no es paloma la que llora y gime
en los agugeros de la piedra, en las cavernas de la cer
ca, como sepultada bajo de la piedra?
Los Pre 6 Una muger, dice , llamada Marta le recibió en
- lados tie su casa. Cierto es que tienen el lugar de esta los her
nen el ofi manos oficiales , ā quienes la providencia de la cari
ci o de dad fraternal diputo a varias administraciones. Ojalá
Marta. que yo tambien merezca ser hallado fiel entre los ad
ministradores. Porque, ¿à quiènes parece se debe adap
tar mas convenientemente lo que dice el Señor: Mar.
ta Marta solicita estds, que à los Prelados , si es
que ellos presiden en digna solicitud ¿O quièn es
turbado acerca de muchisimas cosas sino aquel a quien
incumbe la solicitud de María que contempla, de La
zaro que hace penitencia, y aun de aquellos tambien
con quienes parte sus cargas? Mira á Marta solicita,
mira a Marta turbada acerca de muchisimas cosas.
Hablo del Apóstol , quien amonestando a los Prelados
acerca de su solicitud, tiene el mismo la solicitud de
tQ
EN LA Ast, NcroN DE LA VIRGEN MARrA. 273
todas las Iglesias. ¿Quièn enferma èntre vosotros, di * Cor. r
29.
ce, y yo no enfermo? ¿Quièn es escandalizado, y yo
no soy abrasado. Reciba pues en su casa al Señor Mar
ta, à la qual es à saber, està encargado el cuidado
de la casa. Ella es la mediadora, para obtener la gra.
cia juntamente para si, y para sus subditos , reciba la
gracia, como està escrito: Reciban los montes la paz
para el pueblo, y las montañas la justicia. Reciban la Ps. 71. 3 y.
tambien los demàs coadjutores suyos, cada uno segun - ,
-
"-
la qualidad de su ministerio: reciban a Christo, sir
van à Christo, ministrenle en los miembros suyos:
aquel en los hermanos enfermos, éste en los po
bres, el otro en los huespedes y peregrinos.
7 Estando los quales solicitos en el ministerio co
mun, vea Maria como persevera en un santo repôso, Prevenci
y considera que el Señor es suave. Vea , repito , con on ütil à
que corazon tan devoto, con que ànimo tan tranqui los conté
lo está sentada à los pies de Jesus, miràndole siem plativos,
pre delante de si, y recibiendo las palabras de la bo
ca de aquel Señor, cuyo aspecto es deleytable, y el
lenguage dulce. Porque està derramada en sus labios
la gracia, y es hermoso sobre todos los hijos de los
hombres, y aun tambien sôbre toda la gloria de los
Angeles. Alegrate, y dà gracias, Maria, porque es
cogiste la mejor parte. Dichosos o los ojos que ven lo
que tu ves, y las orejas que merecen oir lo que tu
oyes. Dichosa ciertamente que percibes el eco dul
ce de su susurro en el silencio , en el quak sin duda
es bueno para el hombre, aguardar al Señor. Se sen
cilla, no solamente sin dolo, y disimulo, sino, sin multi
tud de ocupaciones tambien, para que tu conversacion
sea con aquel Señor, cuya voz esa dulce, y hermoso
su rostro. Guardate de una cosa, y es, de abundar en
tu sentido, y querer saber mas que lo que conviene
saber; no sea que siguiendo la luz, tropiezes en las
tinieblas, burlândose de ti el demonio de medio dia,
del qual no pertenece tratar en este hugar. Pero, ¿adôn
MIn de
274 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD.
- de se fuè Lázaro? ¿En dónde le habeis puesto? Hàblo
à las hermanas, que sepultaron à su hermano con la
predicacion y el ministerio, con el exemplo y la ora
cion. ¿En dónde pues le pusisteis? Escondido està en
la cavada tierra, yace bajo de la lápida, no se en
cuentra facilmente. Por eso no serà fuera de propò
sito reservar para el difunto de quatro dias el Ser
mon quarto, para que, à exemplo del Salvador, oyendo
Johan. II. nosotros: Mirad que aquel á quien amdis, está en
3s
fermo; tambien nos quedemos aqui este dia.

ºrº º e-ºe ese º es e-e-e-4-4->e ºxx


EN LA ASUNcioN
DE LA RENAVENTURADA vºces MARIA.
SERMON QUARTO. º

De los quatro dias de Edzaro, y del elogio de la


s - Virgen.
- I.- Tra para toda carne de hablar, quan
tº. La do es llevada al Cielo la Madre del Ver
bo encarnado; ni debe cesar en sus alabanzas la hu
mana mortalidad, quando sola la naturaleza del hom
bre es ensalzada sobre los Espíritus inmortales en la
Virgen. Mas, ni permite la devocion callar de su glo
fia, ni puede mi pensamiento estèril concebir cosa
que sea digna, ni la puede idàr à luz mi lenguage
inculto. De aqui es, que aun los mismos principes de
la Corte celestial á la consideracion de tanta novedad
Cant,8.5.
claman no sin admiracion: ¿Quien es esta, que sube
del desierto rebosando en delicias? Como si mas cla
ramente dijeran: ¡Quán grande es èsta ó de dónde
pudo tener, subiendo sin duda del desierto, tanta afluen.
2 ... - Clal
En LA A su NcroN DE LA VragEN MARrA. 275
cia de delicias. Porque ni se encuentran delicias igua- Los An
les aun en nosotros , ā quienes en la ciudad de Dios seles, ad
alegra el ímpetu del rio; y que bebemos en el tor- ¿:
rente del deleyte en la presencia de la gloria. ¿Quien ¿ a
es esta que de debajo del sol , en donde nada hay sino Asunció
trabajo y dolor, y afliccion de espiritu, sube rebo- dela Vir
sando en delicias espirituales? ¿Què mucho que haya gºn.
llamado yo delicias al honor de la Virginidad con el
don de la fecundidad, á la distinguida divisa de la
humildad, al panal de la caridad que destila , à las
entrañas de piedad, à la plenitud de la gràcía, a la
prerogativa de la singular gloria? Subiendo pues del
desierto la Reyna del mundo aun para los Angeles
santos, como canta la Iglesia: Se hizo hermosa y
suave en sus delicias. Sin embargo dejen de admirar mirable
- - - -
ºº• A

las delicias de este desierto, porque el Señor dió su ¿¿


bendicion, y la tierra nuestra dió su fruto. ¿Què se censo de
admiran de que suba Maria de la tierra desierta rebo- Ch isto
sando en delicias Admiren mas bien a Christo bajan- de Cielo,
do pobre de la plenitud del Reyno celestial. Porqué o,
mucho mas digno parece de maravilla , que e Hijo a: aq
de Dios se minòre algo respecto de los Angeles, que
el ser ensalzada la Madre de Dios sóbre los Angeles.
El anonadarse el Señor de la magestad fue para lle
narnos à nosotros: las miserias de èl son las delicias
del mundo. Finalmente, siendo rico se hizo pobre c.
por nosotros, para que con su pobreza fuesemos en-ººººº,
riquecidos. Sobre estó tambien la ignominia de la cruz º ¿.
se hizo la gloria de los creyentes, ºzº º? 3
2 Pero todavia hacia el monumento se apresura
nuestra Vida, para sacar del monumento al muerto de Conside
quatro dias : y sobre quien (si vuestra caridad se acuer. raciones:
da bien) se os debe hoy el Sermon; esto es; a Láza-¿
ro busca, para ser el buscado y hallado de Lazaro. :
Porque en esto está la caridad, no en que nosotros sepulcro.
hayamos amado a Dios y sine en que el mismo nos
amò primero. Ea pues, Señor, buscadº a quien ámáis,
- 3 Mm 2 - pa
276 SERMoN IV. DE S. BERNARno ABAn.
para hacerle à èl amante de vos, y diligente en bus
caros. Preguntad en donde le han puesto: pues que
yace encerrado, atado, y cargado. Yace en el tümu
lo de la conciencia, està preso con los lazos de la
disciplina, està apretado como con una piedra sóbre
puesta à èl, y es oprimido con la carga de la peni
tencia, especialmente porque le falta por ahora el amor
fuerte como la muerte, y la caridad que lo sostiene
todo, y en todas estas cosas ya huele mal, Señor:
pues ya està de quatro dias. Creo que ya vuelan de
lante los ingènios de muchos, para entender què Lá
Ezech. 8. zaro sea éste de quien háblo: aquel sin duda que muer
8. to poco há al pecado, cavó para si mismo la pared
à fin de ver las muchas, y malas abominaciones de
su perverso
Jerem. a 5 pheta è inescr utable corazon, y segun otro Pro
r entró en la piedra, escondido
, se en la cavada
tierra à vista del furor del Señor.
... , , , 3 ¿Mas que significa esto: Señor, ya huele mal,
¿,
Cotejo él, pues está
tre Láza-
quatr
deament
pront e,oeste Acaso
dias?fetòr. , y no enten
estos, derào qual
quatr dias.
¿ o juzgo el primer dia el del temor, en el qual, escla
reciendo en nuestros corazones, morimos al pecado,
y en algun modo, nos sepultamos en nuestras con
ciencias. El segundo, (sino me engaño) se pasa en el
del combate. A acome
Los qua- trabajoconve la verdad, enfuert principios
los ement
tro dias de la rsion, suele ter mas e la
de un pe... tentacion de la mala costumbre; y apenas se pueden
¿?
CIte, V
extinguir
cero pareclos
e ser el sdelinfla
dardo mados
dolor del enemi
, quand o unogo. Ela ter
repas sus
anos en la amargura de su alma; y no trabaja tanto
..., o 3 ep evitar lo que està por venir, como llora con mu
e chisimas lagrimas lo pasado. ¿Te admiras de que he
a a llamado dias à estos Tales eran debidos a una sepul-,
ºtura; únos días de niebla, y de obscuridad, dias de:
ºllanto y de amargura. Siguese el día del pudor, no
"" desemejante de los tres ; quando ya se cubre de hor
rible confusion esta lamentable alma, considerando .
e" º "-

- l . . a ni. atCIl
EN LA AsuNcroN DE LA VIRGEN MARIA. 277
atentisimamente en que y quanto hà delinquido, y
mirando con los ojos del corazon las denegridas ima- -

genes de sus pecados. Semejante alma nada disimula,


sino que todo lo juzga, todo lo agrava, todo lo exa- -

gera: no se perdona à si , hecha duro juez contra si


misma. Enojo útil ciertamente, y crueldad digna de
misericordia, que facilmente se concilia la divina gra
cia, quando el alma se llena del zelo por Dios aun con
tra ella misma. Sin embargo, Läzaro, sal afuera; no Bódad ín
te detengas algo mas de tiempo en tanto hedor. La car- finita de
ne que huele mal, está proxima à la podredumbre: y #a
el que se confunde con alguna mayor intension, y se a:
consume, està cerca de desesperar. Por tanto, Lázaro, dor.
sal afuera. Un abismo llama a otro abismo: el abismo
de luz y de misericordia, al abismo de miseria, y de
tinieblas. Mayor es la bondad de Dios, que tu iniqui
dad, y donde abunda el delito, hace sobreabundar la
gracia. Lazaro, dice, ven afuera. Como si dijera mas
claramente: ¿Hasta quàndo te detiene la obscuridad de
tu conciencia? ¿Quanto tiempo te compungiràs en tu
retrete con un corazon pesado? Ven afuera, anda , res
pira en la luz de mis misericordias. Porque esto es lo
que leiste en el Propheta: Enfrenare tu boca con mi Isai.489.
alabanza , para que no perezcas. Con mas evidencia
otro Propheta dice de si : Para conmigo mismos se bd Ps, 4.7
turbado, mi alma, por eso me acordarè de vos. " .
4. Pero ya que nos da à entender en lo qúe dice:
Quitad la piedra, . . y despues de un poco, desatadle?"
¿Por ventura despues de la visita de la gracia que le
trajo el consuelo, cesarà de hacer penitencia, porque
se acercó el Reyno de los Cielos; ó desecharà la en-lo
señanza, dando acaso lugar á que el Señoro se enóge,
y perezca el fuera del camino de la justicia. De ninººººº,
gun 1 manera haga esto. Q litese la piedra, pero per- ¿
manezca la penitencia , no ya apremiando y cargando, sucitado.
sino antes corroborando y confirmando la mente vigo-o , , ,
rosa y robusta ; siendo ya su comida, lo que antes no n.
S3- ... , "
278 SERMon IV. De S. Be RNARDo ABAp.
sabia; sin duda, el hacer la voluntad del Señor. Así
ya la disciplina no constriñe al que se halla libre, se
Tim. 1. gun aquello: No hay puesta ley para los justos ; sino
9. que le rige como voluntario , y le dirige al camino de
la paz. Acerca de esta suscitacion de Lázaro mas cla
P
S. I 5, 1O,
ramente canta el Propheta: No dejaréis mi alma en el
2 -

infierno, porque, como me acuerdo haber dicho en el


segundo dia de esta festividad, es como un infierno,
y cárcel del alma la conciencia rea. Ni permitireis,
que vuestre santo (no santo de si mismo, sino vuestro,
à quien vos mismo santificäis) vea la corrupcion. Por
que estaba proximo à la corrupcion el muerto de qua-.
tro dias, que ya comenzaba à oler mal. Estaba ya cer
ca de deshacerse enteramente , y de que viniendo al
profundo de los males, despreciase esto mismo el im
plo; pero prevenido por la voz de virtud y vivificado.
por ella, da gracias diciendo: Me bicisteis manifies.
tos los caminos de la vida, me llenareis de alegria con
vuestro rostro. Porque llamasteis mi atencion à la con
templacion de èl mismo, y sacästeis del infierno mi al
ma, quando se congojaba sôbre mi mi espiritu, miran
do el semblante demasiado abominable de la concien
- cia propia. Clamo, dice, con grande voz: Lázaro,
-
ven afuera; con grande voz ciertamente, no tanto
elevada en el sonido, quanto magnífica en la piedad
y virtud.
s Mas adónde hemos venido? Seguiamos à la Vir.
gen que subia sóbre los Cielos: y vedahi, que hemos
descendido con Lázaro al abismo. Del esplendor de la
virtud al hedor de un muerto de quatro dias, inclinan
dose por si misma, se resbaló la oracion. ¿Por què es
. ... to , sino porque èramos llevados del peso própio, y
Que cosa, nos llevaba tras si una materia tanto mas copiosa sin
¿? duda, quanto mas familiar: Confieso mi impericia, no
delas ala. oculto la propia pusilanimidad. No hay cosa á la ver
¿e dad que mas me deleyte, pero ni hay cosa tampoco
laadre.
Virgen que mas me aterre, que hablar de la gloria de la Vir
gen
EN LA AsuNcroN DE LA VIRGEN MAR 1A. 279
gen Madre. Porque, sin hablar ahora del inefable pri
vilegio de sus mèritos, y prerogativa enteramente
singular, con tanto afecto de devocion la aman (como
es justo) todos, la honran , la respetan, que aunque
todos emprendan hablar de ella ; sin embargo todo
lo que se dice de lo que es indecible, por lo mismo
que se pudo decir, es menos grato, agrada menos, y
menos se acepta. ¿Y què mucho que dè poco gusto
todo lo que de una gloria ineomprensible puede com
prender la mente humana Porque ved aqui; si ala
bäre yo en ella la Virginidad, otras muchas Virgines
se ofrecen despues de ella. Si predicáre su humildad, Math, 1 1.
se encontrarán acaso, aunque sean pocos, quienes en 29.
señandolos su hijo, se hicieron mansos y humildes de
-corazon. Si quisiere engrandecer la muchedumbre de Que cosa
su misericordia, hay algunos varones de misericordia, seala mas
y tambien mugeres. Una cosa hay en que ni se vió digna
a dmirar
de
tener primera semejante, ni otra que la siguiese, po se en.., la
seyendo ella sola los gozos de madre con el honor de Vigen.
la Virginidad. Ea parte óptima, dice, escogió para
si Maria. La óptima ciertamente: porque es buena la
fecundidad conyugal, pero mejor la castidad virginal:
mas de todos modos es óptima la fecundidad virginal,
è la virginidad fecunda. Privilegio es de María, no
se darà à otro, porque no se le quitarà a ella. Singu
lar es, pero por conseqüencia se ve que es inde cible,
pues así como nadie le puede alcanzar, así nadie le * -
puede explicar. ¿Què serà, si añades tambien, de
quien es madre? ¿Què lengua podrà ya, aunque sea
angèlica, ensalzar con dignas alabanzas à la Virgen
Madre? ¿Pero Madre , no de qualquiera, sino de Dios?
Duplicada novedad, duplicada prerogativa, duplicado
milagro, pero que por todos modos concuerda digna
y aptisimamente. Porque ni fuè decente a la Virgen
otro hijo, ni à Dios otro parto.
6 Sin embargo, si lo miras con cuidado, no pre
cisamente estas, sino tambien todas las demás viº.
CS2
28o SERMoN IV. DE S. BERNARDo ABAD.
Sus virtu.
des, que parecian ser comunes, hallaràs que fueron
des espe en Maria singulares. Porque, ¿què pureza, aunque sea
ciales.
la Angélica, se atreverà à compararse con aquella Vir
ginidad, que fuè digna de ser hecha sagrario del Es
1. Su pu píritu Santo, y habitacion del Hijo de Dios? Si juz
eZ3l» gamos del precio de las cosas por lo raro de ellas, sin
duda la que propuso la primera observar en la tierra
Luc, 1.34 una vida angélica, es sobre todos. ¿Cómo , dice, se ha
rd esto? porque yo no conozco varon. Propósito in
moble de virginidad, que ni prometiendo el Angel un
hijo, titubeó en modo alguno. ¿Cómo , dice, se ha
rd esto? Puesto que no ha de ser del mismo modo,
que suele hacerse en los demàs. Yo absolutamente no
conozco, varon, ni con desèo de hijo, ni con esperan
za de sucesion. . . . . º

7. Pero ¿quàn grande y quàn preciosa la virtud de


la humildad con tanta pureza, con inocencia tanta,
con una conciencia enteramente sin delito, mas bien
a. Su hu con tanta plenitud de gracia? ¿De dónde en ti la hu
mildad,
mildad, y tanta humildad, ö bienaventurada? Digna
ciertamente de que la miràse el Señor, de que el Rey
deseàse su hermosura, y de que con su olor suavisi
mo, fuese atraído desde aquel eterno repôso del pa
terno seno. Mira pues quan manifiestamente concuer
dan entre si el cântico de nuestra Virgen, y el cánti
co nupcial: sin duda su vientre fuè tàlamo del espo
Luc. 1.34
so. Escucha à Maria en el Evangelio: Miró, dice, la
humildad de su sierva. Escucha à la misma en el càn
Cant. 1. tico de los Esposos: Quando el Rey estaba en su re
1 Ie poso, mi nardo dió su olor. El nardo es una yerba hu
milde, y limpia el pecho, para que sea claro, que
en el nombre del nardo se designa la humildad, cu
yo olor y hermosura encontro la gracia delante de
3. Su mi Dios. Calle vuestra misericordia, ô bienaventurada Vir
se ricor gen, si hay alguno, que habiendoos invocado en sus
dia,
necesidades, se acuerda que le habeis faltado. Noso
tros i siervecillos vuestros os congratulamos à la ver
- dad
EN LA AsUNcroN DE LA VrRo EN MARIA. 28 r
dad en las demàs virtudes: pero en èsta mas bien á
nosotros mismos. Alabamos su virginidad, admiramos
su humildad : pero la misericordia sabe mas dulcemen
te à los miserables , abrazamos con mas amor su mi
sericordia, nos acordamos de ella mas veces, y la in
vocamos con mas freqüencia. Porque esta es la que
obtuvo la salud de todo el mundo, èsta la que logrò
la reparacion de todos. Es constante que ella estuvo
solícita á favor de todo el linage humano, pues la
dijo el Angel: No temas , Maria , has ballado la Luc. 1.3o
gracia, sin duda la gracia que buscabas. ¿Quièn po
drà investigar pues, ô bendita, la longitud , y lati
tud, la sublimidad, y lo profundo de vuestra miseri
cordia? Porque su longitud subviene hasta la ultima
hora à los que la invocan Su latitud llena el orbe
de la tierra , para que tambien toda la tierra estè
llena de misericordia. Asi tambien la sublimidad de
ella halló la restauracion de la ciudad celestial, y su
profundo obtuvo la redencion para los que estaban
sentados en las tinieblas y en la sombra de la muer
te. Por vos se llenò el Cielo, se evacuó el infierno, se
instauraron las ruinas de la celestial Jerusalen, se díô
la vida que habian perdido, à los miserables que la
aguardaban. A èste modo su potentisima y piadosi
sima caridad està llena de afecto para compadecerse,
y de efecto para dàr el amparo; en ambas cosas igual
mente rica. -

8 A esta fuente pues se apresure sedienta nuestra


alma: à este cúmulo de misericordia recurra con to
da solicitud nuestra miseria. Ved ya con que afectos Invoca
os hemos acompañado, subiendo vos al Hijo, y os cion à la
hemos seguido a lo menos de lejos, Virgen bendita. Virgen.
: Sea en lo adelante cuidado de vuestra piedad hacer
manifiesta al mundo la misma gracia qué hallasteis
con Dios; alcanzando perdon para los reos, remedio
para los enfermos, fortaleza para los dèbiles de co
". razon, consuelo para los igidos,
Il
amparo y libertad
pa
282 SERMoN IV. DE S. BERNARDo ABAD.
para los que peligran, por vuestros santos ruegos. Y
en este dia tambien de solemnidad y alegria, à los sier
vecillos que invocan entre alabanzas el dulcisimo nom
bre de María, per vos, ô Reyna piadosa , dè los do
nes de su gracia Jesu Christo hijo vuestro, Señor nues
tro, quien es sobre todas cosas Dios bendito por los
siglos. Amen. .
éSSSSSSSSS sSs SSSSSSSSSS).
EN EL DOMINGO.

DENTRO DE LA OCTAVA DE LA ASUNCION

DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARIA.

SE R MIO N.
Sôbre las doce prerogativas de la Bienaventurada Vir
gen Maria , por las palabras del Apocalipse : Un por
fento grande apareció en el Cielo; una Muger esta
ba cubierta con el sol, y la luna d sus pies , y en
su cabeza tenia una corona de doce estrellas.

Uchisimo daño , Amantísimos, nos cau


saron un varon y una muger: pero, gra
cias à Dios, igualmente por un varon y por una mu
ger se restaura todo ; y no sin grande aumento de
gracias. Porque no fuè el don como habia sido el de
lito: sino que excede à la estimacion del daño la
grandeza del beneficio. Asi, el prudentisimo y clemen
tisimo Artifice no quebrantó lo que estaba hendido,
sino que lo rehizo mas utilmente por todos modos,
formando, es á saber, un nuevo Adan del viejo, y
transfundiendo a Eva en Maria. Y ciertamente podía
bastar Christo, pues aun ahora toda nuestra suficien
. C13
EN EL Do M. DE LA OcTAvA DE LA AsUNcroN. 283
cia es de èl; pero no era bueno para nosotros, que es Uno, y
OtIO SexO
tuviese el hombre solo. Mucho mas conveniente era
coóperan
que asistiese á nuestra reparacion uno y otro séxo, no à nuestra
habiendo faltado para nuestra corrupcion ni el uno, ni renº 5
el otro. Fiel y poderoso mediador de Dios y de los
hombres es el hombre Christo Jesus, pero respetan
en el los hombres una divina magestad. Parece estàr
la humanidad absorbida en la Deidad, no porque se
haya mudado la substancia, sino porque sus afectos á.

estàn divinizados. No se le canta à él sola la miseri


cordia, sino que tambien se le canta igualmente el
juicio : porque aunque aprendió de lo que padecio la
compasion , para hacerse misericordioso, con todo eso
tiene la potestad de juez al mismo tiempo. En fil,
nuestro Dios es un fuego que consume. ¿Qué mucho
que tema el pecador llegarse, no sea, que al modo
que desaparece la cera à la presencia del fuego, asi Deut. 41
perezca èl à la presencia de Dios? 24. -

2 Ya no parecerà estàr demàs la muger bendita. Hebr. 12.


èntre las mugeres: se hallara verdaderamente que tie 29.
ne lugar en nuestra reconciliacion. Porque nos es pre
ciso un mediador para este mediador, ni hay otro mas
útil à nosotros que Maria. Mediadora demasiado cruel Maria es
la media
Eva, por quien la serpiente antigua infundiò en el dora para
varon mismo el pestifero veneno! ¡Pero fiel Maria, que nue StrO
presentó el antídoto de la salud à los varones y à las Mediador
mugeres! Aquella fuè instrumento de la seduccion , ès
ta de la propiciacion: aquella sugeriò la prevarica
cion , èsta introdujo la redencion. ¿Què rezela llegar Oposició
à Maria la fragilidad humana? Nada hay en ella aus y deseme
tero, nada hay terrible : toda es suave, ofreciendo à janza en"
treMaria,
todos leche y lana. Revuelve con cuidado toda la sè y Eva.
rie de la evangélica historia: y si acaso algo de du
reza , ó de reprehension desabrida; si aun la señal,
finalmente, de alguna indignacion aunque leve , se en
contrare en Maria, tenla en lo adelante por sospecho
sa, y rezela el llegarte à ella. Pero si mas bien, (como
Nn 2 e$
284 SeRMoN DE S. BERNARD o ABAD.
es asi en la verdad) encontràres las cosas que perte -
necen á ella llenas de piedad y de misericordia, lle
nas de mansedumbre y de gracia; dà las gracias à
aquel Señor, que con una benignisima misericordia pro
veyó para ti tal mediadora , que nada puede haber
Quan sua en ella sospechoso. En fin, ella se hizo un todo para to
ve y bené dos; à los sàbios y à los ignorantes con una copio
fica sea la
sisima caridad se hizo deudora. A todos abre el se
Virgé pa
ra todos. no de la misericordia; para que todos reciban de su
plenitud, redencion el cautivo, curacion el enfermo,
consuelo el afligido, el pecador perdon, el justo gra
cia, el Angel alegria ; en fin toda la Trinidad gloria,
la persona del Hijo la substancia de la carne huma
na, para que no haya quien se esconda de su calor.
3 ¿No juzgas pues, que esta misma es aquella mu
Maria se ger vestida del sol? Porque, aunque la misma serie de
compara la vision prophètica demuestre que se debe entender
al sol.
de la presente Iglesia; pero esto mismo seguramente
- parece que se puede atribuir sin inconveniente à Ma
rla. Sin duda ella es la que se vistiò como de otro sol.
Porque, asi como aquel nace indiferentemente sobre
los buenos y los malos, asi tambien esta Señora no
exámina los mèritos antecedentes, sino que se presen
ta exórable para todos, y para todos clementisima;
en fin, se apiada de las necesidades de todos con un
amplisimo afecto. Tambien todo defecto està debajo
de ella, y supera todo lo que hay de fragilidad y de
corrupcion con una sublimidad excelentisima, en que
excede y sòbrepasa las demàs criaturas; de modo que
con razon se dice, que la luna està debajo de sus pies.
De otra suerte no pareceria que deciamos una cosa
muy grande, si dijeramos que esta luna estaba deba
En què jo de los pies, de quien es ilicito dudar, que fuè en
modo es salzada sobre todos los coros de los Angeles, sobre
tà la luna los Querubines tambien, y los Serafines. Suele desig
debajo de narse en la luna no solo el defecto de la corrupcion,
sus pies,
sino la necedad del entendimiento, y algunas veces
ta IIl
EN EL DoM. DE LA OcTAvA DE LA AsuNcroN. 285
tambien la Iglesia del tiempo presente; aquello cier
tamente por su mutabilidad, y la Iglesia por el es
plendor, que recibe de otra parte. Mas una y otra lu
na (por decirlo asi) congruentisimamente està debajo
de los pies de Maria: pero de diferente modo, pues
to que el necio se muda como la luna, el sabio perma Eccl. 17.
nece como el sol. En el sol es el fervor, y el esplen I s
dor estable; en la luna hay solamente el esplendor, y
éste enteramente mudable è incierto, que nunca per
El fervor
manece en el mismo estado. Con razon pues se pro
y esplen
pone a Maria cubierta con el sol, la qual penetrò el dor de la
abismo profundisimo de la divina sabiduria mas allà Virgé es
de lo que se puede creer, de suerte que, en quanto estable.
permite la condicion de criatura sin la union personal,
parece estàr sumergida en aquella inacesible luz. Con Isai. 6. 6.
este fuego se purifican los labios del Propheta, con
este fuego se encienden los Serafines. Pero de muy di
ferente modo mereció Maria no el ser tocada de èl
ligeramente, sino mas bien ser cubierta con èl por
todas partes, ser bañada al rededor, y como encer
rada en el mismo fuego. Candidisimo es à la verdad,
pero y tambien calidísimo el vestido de esta muger;
de quien todas las cosas se vèn tan excelentemente
iluminadas, que no es licito sospechar haya en ella
nada, no digo tenebroso, pero ni obscuro en algun
modo siquiera, ô menos lucido; ni tampoco algo que
sea tibio, ó no lleno de fervor.
4 Igualmente toda necedad está muy debajo de
sus pies, para que por todos modos no se cuente Ma
ría en el número de las mugeres nècias, mi en el co
legio de las Virgines fatuas. Antes bien aquel único
necio, y principe de toda la necedad, que mudado ver
daderamente como la luna, perdió la sabiduria en su
hermosura, bajo de los pies de Maria conculcado y
quebrantado, padece una miserable esclavitud. Sin du Gen 3, 15
da ella es aquella muger prometida otro tiempo por
Dios, para quebrantar la cabeza de la antigua ser
puen
286 SERMoN DE S. BeRNARDo ABAD.
piente con el pie de la virtud : a cuyo calcañal puso
asechanzas en muchos ardides de su astucia, pero en
vano. Puesto que ella sola quebrantò toda la herèti
Varias he ca perversidad. Uno decia que no habia concebido à
regias có Christo de la substancia de su carne : otro silvaba que
tra la Vir. no habia parido al niño, sino que le habia hallado:
gen, -
otro blasfemaba, que à lo menos despues del parto
habia sido conocida de varon: otro no sufriendo que la
llamasen Madre de Dios, reprendia impiisimamente
aquel nombre grande Theötocos , que significa la que
parió à Dios. Pero fueron quebrantados los que po
nian las asechanzas, fueron conculcados los engaña
dores, fueron confutados los usurpadores, y la llaman
bienaventurada todas las generaciones. Finalmente,
luego que parió, puso asechanzas el dragon por me
dio de Herodes, para apoderarse del Hijo que nacia,
y devorarle, porque habia enemistades entre la gene
racion de la muger, y del dragon.
5 Mas ya, si parece que mas bien se debe entender
la Iglesia en el nombre de luna, por quanto no resplan.
Johan. y 5 dece de suyo, sino por aquel Señor que dice: Sin mi
5•
nada podeis hacer: tienes evidentemente expresada
aqui aquella mediadora, que poco hà te recomenda
Apoc. 12. bamos. Una muger, dice, cubierta del sol, y la luna
M• debajo de sus pies. Abrazemos las plantas de Maria,
Hermanos mios, y postremonos con devotisimas sü
plicas à aquellos pies bienaventurados. Tengämosla y
no la dejemos, hasta que nos bendíga: porque es po
derosa. Ciertamente el vellocino que media entre el ro
cio y la era , y la muger entre el sol y la luna, es
Maria es Maria colocada entre Christo y la Iglesia. Pero acaso
tà coloca no admiras tanto el velocino cubierto del rocio , co
da entre
Christo y mo la muger cubierta del sol. Pues, aunque es gran
lalglesia. de sin duda la familiaridad, pero es admirable por to
dos modos la vecindad del sol y de la muger. Porque
¿cómo en fervor tan vehemente puede subsistir natu
raleza tan fragil Justamente te admiras, Moysès san
to,
EN EL DoM. DE LA OcTAvA DE LA AsuNcroN. 287
to, y deseas mirar con mas curiosidad. Pero quita
el calzado de tus pies, y deja los paños de los pen
samientos carnales, si deseas acercarte. JVoy, dice , y Exod. 3.
vere esta grande vision. Grande vision ciertamente, 8.
una zarza ardiendo sin quemarse : grande portento,
una muger que queda ilesa, estando cubierta con el sol. La zarza
No es naturaleza de la zarza, estando cubierta por que ardia
todas partes de llama , permanecer con todo eso sin y n o se
m. quemarse : no es poder de muger el sostener un sol quemaba,
que la cubre. No es de virtud humana, pero ni de la figura de
Angèlica segurameate: es necesaria otra mas sublime. la Virgen.
El Espiritu Santo, dice, sobrevendrd en ti. Y como Luc. 1.35
-si respondiese ella: Dios es espíritu, y nuestro Dios
es un fuego que consume: La Virtud, dice, no la mia,
no la tuya, sino la del Altisimo te hard sombra. No
es maravilla pues, que debajo de tal sombra sostenga
tambien un a muger vestido tal. - -

6 Una muger, dice, cubierta con el sol. Sin du


da cubierta de luz como de un vestido. No lo perci
be acaso el carnal: sin duda es cosa espiritual; nece
-dad le parece. No parecia asi al Apòstol, quien de
cia : IVestid os del Señor 3esu Christo. ¡Quän fami
liar de el fuisteis hecha , Señora quán próxima , mas
bien, quàn íntima merecisteis ser hecha , quánta gra
cia hallasteis en Dios! En voso està; y vos en èl: à
èl le vestis, y sois vestida por èl. Le vestis con la
substancia de la carne, y el os viste con la gloria de
la magestad suya. Vestis al sol de una nube, y sois
vestida vos misma de un sol. Porque una cosa nueva
hizo Dios sobre la tierra, y fue que una muger ro
dease a un varon, que no es otro que Christo, de
quien se dice: He abi un varon , Oriente es su nom
bre: una cosa nueva hizo tambien en el Cielo, y fuè
que apareciese una muger cubierta con el sol. Final
mente, ella le coronó, y mereció tambien ser corona
da por èl. Salid hijas de Sion, y ved al Rey Salo
mon en la diadema, con que le coronó su Madre. Pe
- IO
233 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
Pero esto para otro tiempo. Entre tanto , entrad mas
antes y ved à la Reyna en la diadema, con que la
coronó su Hijo.
Apoc. 1 t. 7 En su cabeza , dice, tenia una corona de doce
8.
estrellas. Digna sin duda de ser coronada con estre
llas aquella, cuya cabeza, brillando mucho mas lucida
mente que ellas, mas bien las adornarà , que serà por
ellas adornada. ¿Què mucho que coronen los astros à
quien viste el sol Como en los dias de primavera, dice,
la rodeaban las flores de los rosales, y las azuzenas de
los valles. Sin duda la mano izquierda del esposo está
puesta bajo de su cabeza, y ya su diestra la abra
za. ¿Quièn apreciarà estas piedras? ¿Quièn dará nom
bre à estas estrellas, con que està fabricada la dia
dema real de Maria? Sôbre la capacidad del hom
bre es där idèa de esta corona, y explicar su com
posicion. Con todo eso nosotros segun nuestra corte
dad, absteniendonos del peligroso exàmen de los se
cretos, podremos acaso sin inconveniente entender en
estas doce estrellas doce prerogativas de gracias, con
que Maria singularmente està adornada. Porque se en
cuentran en Maria prerogativas del Cielo, prerogati
vas del cuerpo, y prerogativas del corazon; y si es
te ternàrio se multiplica por quatro, tenemos quizà
las doce estrellas con que la real diadema de Maria
Doce pri resplandece sóbre todos, Para mi brilla un singular
vil egios resplandor, lo primero, en la generacion de Maria,
de la gra. lo segundo en la salutacion del Angel, lo tercero en
cia en Ma la venida del Espíritu Santo sôbre ella, lo quarto en
ria,
la indecible concepcion del Hijo de Dios. Asi, en es
tas mismas cosas tambien resplandece un soberano ho
- nor por haber sido ella la primicèria de la virginidad,
por haber sido fecunda sin corrupcion, por haber es
tado en cinta sinopresion, por haber parido sin do
lor. No menos tambien con un especial resplandor bri
llan en Maria la mansedumbre del pudor, la devocion
de la humildad, la magnanimidad de la fe, el marti
T1O
EN EL Dow. DE LA OcrAvA DE LA Asu NcroN. 289
rio del corazon. Cuidado vuestro serà mirar con ma
yor diligencia cada una de estas cosas. Nosotros ha
bremos satisfecho, al parecer, si pudieremos indicar
las brebemente.
8 ¿Què es pues lo que brilla comparable con las
estrellas en la generacion de María? Sin duda el ser 1. En su
nacida de Reyes, el ser de la sangre de Abrahan, el generaci
S, ser de la generosa prosàpia de David. Si esto parece Ols

l, poco, añade que se sabe fuè concedida por el Cielo à


21. aquella generacion por el privilegio singular de san
0. tidad; que mucho antes fuè prometida por Dios á
estos mismos Padres; que fuè prefigurada con miste.
l riosos prodígios; que fuè prenunciada con oràculos
prophèticos. Porque à esta misma señalaba anticipa Num. 17.
II.
damente la vara sacerdotal, quando floreció sin rayz; Jud, 6.37
á èsta el vellocino de Gedeon , quando en medio de
CC la era seca se humedeció ; à èsta la puerta oriental Ezech.44
le
05, en la vision de Ezequiel, la qual para ninguno estu
vo patente jamàs. Esta era finalmente, la que Isaías
mas claramente que todos, ya la prometia como vara
que habia de nacer de la rayz de Jesé, ya mas ma Isai. 11. 1
nifiestamente como Virgen que habia de parir. Con
razon se escribe , que este prodigio grande habia apa
recido en el Cielo, pues se sabe haber sido prome
tido tanto antes por el Cielo. El Señor dice: El mis Isai7. 14
mo os dard un prodigio. Ved que concebird una Vir
gen. Grande prodigio dió à la verdad, porque tam
bien es grande el que le dió. ¿En què vista no re
verbera con la mayor vehemència el brillo resplan
deciente de esta prerogativa? Ya en haber sido salu s. En la
dada por el Angel tan reverente y obsequiosamente, salutació
que podia parecer que la miraba ya ensalzada en el del Angel
sólio real sôbre todos los órdenes de los esquadrones
celestiales, y que casi iba a adorar a una muger, el
que solía hasta entonces ser adorado gustosamente por
los hombres ; se nos recomienda el excelentísimo mè
rito de nuestra Virgen, y su grácia singular.
Oo NO
29o SERMoN DE S. BERNARDo AE Ab.
9 No menos resplandece aquel nuevo modo de con
cepcion, por el qual, no en la iniquidad como las
demàs mugeres, sino sobreviniendo el Espíritu Santo,
3. y 4.
sola Maria concibió , y de sola la santificacion. Pues
En haber el haber engendrado ella al verdadero Dios y verda
la cubier dero Hijo de Dios, para que uno mismo fuese Hijo
to con su de Dios y del hombre , y uno absolutamente Dios y
sombra;y hombre naciese de Maria, abismo es de luz: ni di
en el nue
vo modo rè facilmente, que aun la vista del Angel no se ofus
con q.có que á la vehenencia de este resplandor. En lo de
cibió al màs, evidentemente ilustra la virginidad de su cuerpo
V e rb o el propósito de la virginidad, y principalmente la no
Eterno,
vedad del mismo propósito: puesto que, elevàndose
en la libertad de espiritu sôbre los decretos de la ley
de Moysès, ofreció à Dios con voto la inmaculada
santidad de cuerpo y de espíritu juntamente. Prueba
la inviolable firmeza de su propósito el haber respon
dido tan constantemente al Angel que la prometia un
hijo: ¿Cómo se bard esto?, porque yo no conozco va
ron. Acaso por eso se turbó en sus palabras, y pen
saba que salutacion sería ésta, porque habia oido que
la llamaban bendita èntre las mugeres , la que siem
pre deseaba ser bendita èntre las Virgines. Y desde
aquel punto ciertamente pensaba què salutacion sería
. esta, porque ya parecia ser sospechosa. Mas luego
que en la promesa de un hijo aparecia el peligro ma
5. El pro nifiesto de la virginidad , ya no pudo disimular mas,
pósito de ni dejar de decir: ¿Cómo se hard esto º porque yo no
virgini conozco varon. Por tanto, con razon mereció aquella
dad nue bendicion, y no perdió èsta: para que así sea mucho
vo y fir mas gloriosa la virginidad por la fecundidad , y la fe
misimo,
cundidad por la virginidad, y parezcan ilustrarse mu
Luc. f. 34 tuamente estos dos astros con sus rayos. Pues el ser vir
6. Su fe.-
gen cosa grande es : pero ser virgen Madre, por to
dos modos es mucho mas. Con razon tambien sola
cundidad
sin cor ella no sintió aquel molestisimo tédio, con que todas
rupcion. las mugeres preñadas son afligidas, pues ella sola con
- - ci
EN EL DoM. DE LA OcTAvA DE LA AsUNcroN. 29 r
cibió sin libidinoso deleyte. Por lo qual en el misma
principio de su concepcion , quando principalmente
son afligidas miserablemente las demàs mugeres, Ma
ria con toda presteza sube à las montañas para asis
tir á Isabel. Subió tambien á Belen, estàndo ya cer
cano el parto , llevando aquel preciosisimo depósito,
llevando aquel peso dulce, llevando à quien la lle
vaba. Asi tambien en el mismo parto, de quànto es 7. Su pre
plendor es, el haber dado à luz con un gozo nuevo ñado sin
la nueva prole , siendo sola ella èntre las mugeres gravamé,
agena de la comun maldicion, y del dolor de las que 8. Su par
paren. Si el precio de las cosas se hà de juzgar por to sin da
lo raro de ellas, nada se puede hallar mas raro, que lor.
èstas. Puesto que en todas ellas ni se vió tener pri
mera semejante, ni segunda. De todo esto, si fielmen
te lo miramos , sin duda concebimos admiracion; pe
ro y veneracion tambien, devocion , y consolacion.
1 o Mas lo que todavia resta considerar, pide imi
tacion. No es para nosotros el ser antes del nacimiento Estas cos
prometidos prodigiosamente de tantos y tan varios Sas no só
modos, ni el ser prenunciados desde el Cielo: mas imitables
para no
ni tampoco el ser honrados por el Archàngel Gabriel sotros; pe
con los obsequios de tan nueva salutacion. Mucho me ro lo son
nos nos comunica las otras dos cosas à nosotros : cier las q. se
tamente su secreto es para si. Porque sola ella es de Siguen.
quien se dice: Lo que en ella hd nacido, es del Es Math. r.
piritu Santo: sola ella es, à quien se dice: Lo Santo, 1 O•

que nacerd de ti, se llamard Hijo de Dios. Sean Luc, 1.35


ofrecidas al Rey las vírgines; pero despues de ella, ,
porque ella sola reserva para si la primacia. Mucho
mas; ella sola concibiò al hijo sin corrupcion, le lle
vò sin opresion, le pariò sin dolor. Asi, nada de esto
se exige de nosotros: pero ciertamente se exige algo.
Porque ¿ por ventura, si tambien nos faltáre à noso
tros la mansedumbre del pudor, si nos faltàre la hu
mildad del corazon , si la magnanimidad de la fè, si
la compasion del animº sura
O 2
nuestra negligéncia
la
292 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
la singularidad de estos dones? Agraciada piedra en la
diadema, estrella resplandeciente en la cabeza, es el
rubor en el semblante del hombre vergonzoso. ¿Pien
sa acaso alguno que careció de esta gracia , la que fuè
9. Su pu llena de gracia? Vergonzosa fuè Maria: del Evangé
dor.
lio probamos esto. Porque, en dónde se vè que fuese
alguna vez loquâz, en dónde se vè que fuese presun
Math. 12,
tuosa? Solicitando hablar al hijo se estaba afuera, ni
46. con la autoridad que tenia de madre, interrumpió el
sermon , ö se entró por la habitacion , en que el hi
jo estaba hablando. En toda la sèrie finalmente de los
quatro Evangèlios (si bien me acuerdo) no se oye ha
No se lee blar à María sino quatro veces. La primera al Angel,
q: la Vir pero quando ya una y dos veces la habia èl hablado: la
gen ha segunda à Isabel, quando la voz de su salutacion hi
blase mas
q. quatro
zo saltar de gozo a Juan en el vientre, y magnifican
VCC625,
do entonces lsabel à María, cuidó ella mas bien de
Luc. 1.34 magnificar al Señor: la tercera al Hijo, quando era ya
Luc. 1.46 de doce años, porque ella misma y su padre le habian
Luc. 1.48 buscado llenos de dolor: la quarta en las bodas al Hi
Johan. 2.
3•
jo, y a los ministros. Y estas palabras sin duda fue
ron indice ciertísimo de su congènita manse dumbre,
y vergüenza virginal. Puesto que reputando suyo el
empacho de otros, no pudo sufrir, no pudo disimu
lar que les faltaba vino, A la verdad, luego que fuè
increpada por el Hijo, como mansa y humilde de co
razon, no respondió, mas ni con todo eso desperó,
avisando a los ministros que hiciesen lo que él les
dijese.
1 I ¿Por ventura no se lee desde el princípio, que
vinieron los pastores y encontraron la primera de to
Luc 2. 16 dos à Maria? Hallaron, dice el Evangelista, d Ma
Maria ob ria, y d 5oseph, y al Infante puesto en el pesebre.
se rvado Asi tambien los Magos, si haces memoria, no sin
ya cuida
dosa del
Maria su Madre encontraron al Niño; y quando in
silencio, trodujo en el templo del Señor al Señor del templo,
muchas eosas ciertamente oyó à Simeon, asi de èl,
CO
EN EL DoM. De LA OctAvA DE LA AsuNcroN. 293
como de si misma, siendo tarda siempre para hablar, Math. a.
lls
y veloz para oir. 2" sin duda Maria conservaba to
das estas palabras , contempldndolas en su corazon: Luc 2.34
Luc. v. 19
pero en todas estas cosas no hallaràs, que aun del
mismo Misterio de la Encarnacion del Señor habla
se una palabra. A y de nosotros que tenemos el espí
ritu en las narices! A y que sacamos afuera todo el
espiritu, y que, segun lo del Cómico, llenos de hen
diduras nos derramamos por todas partes. ¿Quäntas Te rent.
veces, en fin, oyô Maria à su Hijo, no solo hablando
à las turbas en paràbolas, sino descubriendo aparte à
los Discipulos el misterio del reyno de Dios, viòle
haciendo prodigios, viòle pendiente en la cruz, viò
le espirando, viòle quando resucitó , viòle tambien
ascendiendo à los Cielos: pero en todo esto ¿ quântas
veces se menciona haber sido oida la voz de esta po
derosísima Virgen, quántas el eco de esta castísima
Tórtola? Ultimamente, lees en los actos de los Apòsto
les, que volviendo del Monte Olivete perseveraban
unanimemente en la oracion. ¿Quiènes? Si acaso estu
vo alli María, sea nombrada la primera, puesto que
sôbre todos es, así por la prerogativa del Hijo , como
por el privilègio de su santidad. Pedro y Andres, di
ce; Santiago y 5uan, y los demàs que se siguen. To
-
dos estos persevera han unanimemente juntamente con Humil
las mugeres, y con Maria Madre de 3esus. Pues que dad de la
se portaba ella como la última de las mugeres, para Virgen.
que se pusiese la última º de todos ? º Verdaderamente
todavia eran carnales los Discipulos, a los quales aun
no se habia dado el espiritu, porque aun Jesus no ha
bia sido gorificado, quando entre ellos se suscitó la
contencion sobre la primacía: humillándose Maria,
quanto mayor era, ño solo en todas las cosas, sino
mas que todos. Con razon fuè hecha la última pri
mera , pues que siendo la primera, se hacia la últi
ma. Con razon fuè hecha Señora de todos, la que se
portaba como sierva de todos. Con razon, en fin y fue
en
294 SERMo N DE S. BER NARDo ABAD.
La me
destia es
ensalzada sobre los Angeles, la que con una inefable
mansedumbre se abatia à si misma debajo de las viu
propiisi
ma de los das y penitentes, y aun debajo de aquela, de quien
bu en os habian sido lanzados siete demonios. Ruegoos, hijos
Monges. amados, imitad esta virtud , si amäis à Maria : si an
helâis á agradarla, imitad su modestia. NADA DIce
TAMBIEN AL HoMBRE: nada es tan conveniente al chris
tiano, y nada es tan decente al Monge especialmente.
12 Y sin duda que bastante claramente se
1o.Su ex. deja ver en la Virgen por esta misma mansedumbre
ce l ente
humildad
la virtud de la humildad con la mayor brillantez. Ver
daderamente, colaétäneas son la mansedumbre y la hu
Math. 1 r mildad, confederadas mas intimamente en aquel Se
39, ñor que decia: Aprended de mi, que soy manso y hu.
milde de corazon. Porque, asi como la altivez es ma
dre de la presuncion, así la verdadera mansedumbre
no procede sino de la verdadera humildad. Mas, ni so
lo en el silencio de Maria se recomienda su humil
dad, sino que resuena mas evidentemente en sus pa
Luc. 1.35 labras. Habia oido: Lo santo que nacerá de ti, se lla
mard Hijo de Dios : y no responde otra cosa, sino
que es la sierva de el. De aqui, llega la visita à Isabel,
y al punto se la revela à esta por el espiritu la singu
lar gloria de la Virgen. Finalmente, admiraba la per
2Luc, 1.35 sona de quien venia, diciendo: ¿De dónde d mi esto,
que venga d mi casa la Madre de mi Señor? Ensal
zaba tambien la voz de quien la saludaba , añadiendo:
Luego que sonó la voz de tu salutacion en mis oidos,
saltó de gozo el infante en mi vientre. Y alababa la fè
de quien habia creido, diciendo : Bienaventurada tu
que has creido, porque en ti seran cumplidas las co
sas, que por el Señor. te se ban dicho. Grandes elo
gios sin duda :, pero tambien su devota humildad, no
queriendo retener nada para sí, mas antes lo atribuye
todo á aquel Señor, cuyos beneficios se alababan en
ella. Tu, dice, engrandeces à la Madre del Señor: pe
Luc, 1.47 fo mi alma engrandece al Señor. Dices que à mi voz
-2 sal
EN EL DoM. DE LA OcTAvA DE LA AsuNcioN. 295
saltó de gozo el pärvulo: pero mi espiritu se llenó de
gozo en Dios, que es mi salud : y el mismo tambien,
como amigo del espòso, se llena de gozo à la voz del
esposo. Bienaventurada me llamas porque hè creido: La Vir
pero la causa de mi fe y de mi dicha es haberme mi gen refie
re à Dios
rado la piedad suprema, para que, mas bien, por eso sus ala
me llamen bienaventurada las naciones todas, porque banzas, a
mirò Dios à una sierva pequeña y humilde.
13 Sin embargo, juzgamos acaso, Hermanos, que
Santa Isabel erràse en lo que por el Espiritu Santo ha
e blaba? De ningun modo. Bienaventurada ciertamente
aquella á quien mirò Dios, y bienaventurada la que
creyô ; porque su fè fuè el fruto grande, que produjo
en ella la vista de Dios. Pues, por un inefable artificio
del Espiritu Santo, a tanta humildad se juntó tanta
magnanimidad en el retrete del corazon virginal, pa
ra que (como dijimos antes de la integridad y fecun 11. La
didad) se hagan igualmente estas dos estrellas mas cla magnani
ras por la mutua correspondencia, porque, ni humildad midad
su fè.
de

tan grande disminuye la magnanimidad, ni tan gran


de magnanimidad minora la humildad: sino que, sien
do en su estimacion tan humilde, era no menos mag
nànima en la creéncia de la promesa; de suerte que
º aunque no se reputaba à si misma otra cosa que una
pequeña sierva, de ningun modo dudaba que habia
sido escogida para este incomprensible misterio , pa
ra este comercio admirable, para este sacramento
inescrutable, y creia que habia de ser luego verda
dera Madre del que es Dios y hombre. Esto causa
La humi
en los corazones de los escogidos la excelència de la dad no
divina gracia, es à saber, que ni la humildad los ha hace pusi
ga pusilanimes, ni la magnanimidad arrogantes; sino länimes,
que antes bien se ayuden mutuamente, para que no ni la mag
n a n 1 T. 1.-
solamente ninguna altivez se introduzca por la mag dad arro.
nanimidad, sino que por ella principalmente crezca
gantes.
la humildad; hacièndose ellos mucho mas timoratos,
y de ningun modo ingratos al Dador de los dones y - no i
pa .
296 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
para que reciprocamente no tenga entrada alguna la
pusilanimidad con ocasion de la humildad : sino que,
quanto menos suele presumir cada uno de su propia
virtud aun en las cosas mínimas , tanto mas en qua
lesquiera cosas grandes cònfie de la virtud divina.
y 2. El 14. El Martirio de la Virgen ciertamente (que én
Martirio
tre las estrellas de su diadema , si os acordàis , nom
del cora
ZOIle bramos la duodècima) està expresado, asi en la pro
phecia de Simeon , como en la história de la pasion
Luc. 2.34 del Señor. Esta puesto este, dice Simeon del pár
vulo Jesus, como blanco , al qual contradecirdn: y d tu
misma alma (decia à Maria) traspasard la espada.
Verdaderamente, ò Madre bienaventurada, traspasó
tu alma la espada. Ni pudiera ella penetrar el cuer
po de tu hijo sin traspasarla. Y ciertamente , despues
que espiró aquel tu Jesus (de todos sin duda, pero
especialmente tuyo) no tocó su alma la lanza cruel,
que abrió (no perdonandole aun muerto , à quien ya
no podia dañar) su costado, pero traspasó segura
mente tu alma. El alma suya ya no estaba alli; pe
ro la tuya ciertamente no se podia de alli arrancar.
Tu alma pues traspasó la fuerza del dolor, para que
no sin razon mas que Màrtir te prediquemos, ha
biendo sido en ti mayor el afecto de compasion, que
pudiera ser el sentido de la pasion corporal.
15 ¿Acaso no fuè para ti mas que espada aque
lla palabra, que traspasaba en la realidad el alma, y
que llegaba hasta la division del alma y del espiritu:
Johan. 19 Muger, mira tu hijo? ¡O que trueque! Te entregan
16. à Juan en lugar de Jesus, el siervo en lugar del Se
Dolor y ñor, el Discípulo en lugar del Maestro, el hijo del
afliccion
de Maria
Zebedeo en lugar del Hijo de Dios, un hombre puro
en la pa -
en lugar del Dios verdadero! ¿Cómo no traspasaría tu
sió de su afectuosisima alma el oir esto, quando quiebra nuestros
Hijo, pechos, aunque de piedra, aunque de hierro, sola la
memoria de ello? No os admirèis, Hermanos, de que
Rom. r. sea llamada Maria Màrtir en el alma. Admírese el que
3 r. IO
En el Dom. De la Octava DE LA Asuncion. 297
no se acuerde haber oido à Pablo contar entre los
mayores crimenes de los gentiles, el haber vivide sin
tener afecto. Lejos estuvo esto de las entrañas de Ma
ria, lejos estè tambien esto de sus humildes siervos.
Mas acaso dira alguno: ¿Por ¿? no habia sabi
do anticipadamente que su Hijo habia de morir? Yº sin
alguna duda. ¿Por ventura no esperaba, que luego ha
bía de resucitar? Y con la mayor confianza. Despues
de esto, ¿se dolió de verle crucificado? Y en gran ma
nera. De otra suerte, ¿quièn eres tu , hermano, ô què
sabiduria es la tuya , que admiras mas à Maria com
paciente, que al Hijo de Maria paciente. El pudo
morir en el cuerpo, y María no pudo morir juntamien
Súplica à
te en el corazon? Hizolo aquello una caridad, que na
la Virge l
die la tuvo mayor: tambien hizo esto una caridad,
que despues de aquella no tuvo otra semejante. Ya
Madre de misericordia , postrada humildementes à .:
vuestros pies la luna * os ruega con devotisimas s
º Estoes,
plicas, pues estàis constituida mediadora para con la Iglesi
Dios, por aquel mismó sincerísimo afecto de vuestra
alma: que en vuestra luz llegue a ver la luz, y aleañ
ze la gràcia del verdadero sol por vuestra interce
sion: à quien verdaderamente amè mas que à todos
os adornó vistiendoes la gala de la gloria, y penien
do en vuestra cabeza la corona de hermosura. Llena
estàis de gracias, llena del celestial rocle, sustentada
en el amado, y rebosando delícias Alimentadº hby,
Señora, a vuestros pobres: los mismos cachorrillos
tambien coman de las miajas; ni solamente al ni
ño de Abrahan, sino tambien à sus camellos dad
los de beber de vuestra copiosa hídria: porque vos -

verdaderamente sois aquella doncella anticipadamente rº


elegida, y preparada para el Hijo del Altísimo, el
¿ sobre todas cosas Dios bendito por los siglos.
II16 le - .
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298

ge es º e ºrº e 4-e-oe-e-º-es º º e-ºxa


- EN LA NATIVIDAD

De sep DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARIA,


atiembre.

- -
SERMo N.
Del Aqüedubio.
C - - - º.

- r, Uando el Cielo tiene ya la presència de la


- -

es º
-

, ,
- - Q
, ,
Virgen fecunda, la tierra venera su me
mòria. Alli, pues se halla la exhibicion de
todo bien, aqui el, recuerdo: alli. la saciedad, aqui
una tenue prueba de las primícias: alli la cosa, y aqui
el nombre. Señor, dice, puestro nombre permanece
para, siempre, y vuestra memoria de o generacion en
generacion. Esta generacion y generacion no es de
Angeles. à la verdad, sino de hombres. ¿Quières sa
ber que su nombre, y su memoria está en nosotros, y
Math. 6. su presència en las alturas. Asi dice, baréis oracion;
9º Padre nuestro, que estàis, en los Cielos, santificado
sea vuestro nombre, Fiel oracion, cuyas principios
nos avisan de la divina adopcion, y de la terrena pe
regrinacion para que sabiendo que mientras no esta
mos en el Cielo, estamos alejados del Señor, y fue
ra de nuestra pâtria; gimamos dentro de nosotros mis
mos, aguardando la adopcion de hijos, sin duda la
presència del Padre. Por tanto expresamente habla de
Thren. 4. Christo, el Propheta, diciendo: Espiritu delante de no
2O, fotros Christo Señor, bajo, de su sombra viviremos
entre las gentes, Pues èntre las celestiales bienaven
turanzas no se vive en la sombra, sino mas bien en
Ps, 1094 el esplendor. En los esplendores de los Santos, dice,
de mi seno te engendre antes del lucero. Pero esto sin
duda el Padre. q Mas
En la NAtrvrDAD DE LA VIRGEN MARIA. 299 .
2 Mas la Madre no le engendrò al mismo en el es
plendor, sino en la sombra; pero no en otra sombra que
con la que el Altísimo la cubrió. Justamente por eso
canta la Iglesia, mo aquella Iglesia de los Santos, que
está en las alturas, y en el esplendor , sino la que peº
regrina todavia en la tierra: Debajo de la sombra de Cantº 3.
aquel que habia deseado me sente, y su fruto es dul
re á mi garganta. Habia pedido que se la mostráse
ha luz del medio dia en donde el Espòso apacienta:
pero fuè reprimida en su desèo , y en lugar de la
plenitud de la luz recibió la sombra, en lugar de la
saciedad el gusto. Finalmente no dice, Debajo de la
sombra de aquel, la qual habia deseado, sino, Deba
jo de la sombra de aquel, que yo habia deseado me
sentè. Pues no habia deseado la sombra de él , sino
ciertamente el medio dia de el mismo, la luz llena de
quien es luz llena. r su fruto, dice, dulce á mi gar
ganta, como si dijera, d mi gusto. ¿Hasta quando no
me perdonäis, ni me dejäis que tràgue mi saliva?
¿Hasta quándo durara esta sentència : Gustad y ved,
que es suave el Señor? Yº sin duda suave es al gus ... - vo
o1
to, y dulce a la garganta, de modo que justamente
tambien por esto prorumpió la Esposa en voz de accion
de grácias y de alabanza.
3 ¿Pero quándo se dirá: Comed amigos, y bebed
e inebriad-os, Amantisimos? Los justos, dice el Pro Cant. 5.14
pheta, coman en el convite, pero delante de Dios; no
en la sombra ciertamente. Y de sí mismo dice: Sere Ps. 67. 3s
saciado , quando apareciere vuestra gloria. Tambien
el Señor dice a los Apóstoles: Vos sois los que per 3 s:
manecisteis conmigo en más tentaciones, y yo dispon Ps - ta
go para vosotros, asi como mi Padre le dispuso pa Luc. 22.
rami, el reyno, para que comais y bebais söbre mi
mesa. En dónde en mi reyno, dice. Dichoso aquel
que comerà el pan en el reyno de Dios. Sea pues vues
tro nombre santificado, por el qual de algun modo -3
ahora estàis, Señor, en nosotros, habitando por la
Pp 2 fè
3oo SeRMoN DE S. BERNARDo AB AD.
fe en nuestros corazones, pues que ya hà sido invo
cado sobre nosotros vuestro nombre. Venganos vues
tro reyno. Venga ciertamente lo que es perfecto, y sea
acabado lo que es en parte. Teneis, dice el Apóstol,
por fruto de vuestras obras la santificacion, pero se
Rom. 6, ra su fin la vida eterna. La vida eterna es fuente in
21 º
deficiente que riega toda la superficie del paray so. Ni
solo la riega, sino que la embriaga, como fuente de
los huertos, poza de aguas vivas que corren con ím
petu desde el Líbano, y el ímpetu del rio alegra la
ciudad de Dios. Pero ¿quièn es la fuente de la vida,
Colos, 3.
sino Christo Señor? Quando Cbristo apareciere que es
4.
vuestra vida , entonces tambien aparecereis vosotror
con el en la gloria. A la verdad la misma plenitud
se anonadó à si misma para hacerse para nosotros
Christo justicia, y santificacion, y remision: no apareciendo
es fuente todavia vida, ô gloria, ô bienaventuranza. Corrió la
de vida fuente hasta nosotros, y se difundieron las aguas en
para no
SOtrOS,
las plazas, aunque no beba el ageno de ellas. Des
cendió por un Aqiieducto aquella vena celestial, no
Prov.
16. 5s.
ofreciendo con todo, esp la copia de una fuente, sino
infundiendo en nuestros, àridos corazones las gotas de
la gràcia: á unos ciertamente mas, à otros menos.
El Aqüeducto sin duda llèno està , para que los de
Hisºn de la plenitud, pero no la misma ple
nitud. . . . . . . . . . . . . . . . . . ...
4. Ya habeis advertido, sino me engaño , quien
quiero decir que es este Aqüeducto , que recibiendo
, la plenitud de la misma fuente del corazon del Pa
Ma ia es dre, nos la franqueó a nosotros, sino del modo que
el "Aque es en simisma, a lo menos segun podiamos nosotros
duéto,
• l participar de ella. Sabeis pues, à quien se dijo: Dios
U te salve llena de gracia. ¿Mas, acaso admiramos que
se pudiese encontrar de que se formáse tal y tan gran.
de Aqüeducto, cuya cumbre, es asaber, al modo de
Gen. 18.
aquella escala que vió el Patriarca Jacob, tocase en
A1 . los Cielos; mas bien, sobrepasase tambien los Cielos,
y
EN LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARIA. 3o 1
y pudiese llegar a aquella vivisima fuente de las aguas
que estàn sobre los Cielos? Se admiraba tambien Sa.
lomon, y al modo del que despera decia: ¿Quien ha Prov. 3 1.
O,
llard una muger fuerte? A la verdad, por eso falta
ron tanto tiempo al género humano, las corrientes de
la grácia, porque todavia no estaba interpuesto es
te deseable Aqüeducto, de que hablamos ahora. Ni te El ascen
admiraràs de que fuese aguardado largo tiempo, si so de es
te acuerdas, quantos años trabajo Noe varon, justo te Aque
en la fábrica del arca, en la qual, unas pocas almas, duóto.
esto es, ocho almas, se salvaron, y esto para tiempo
bastante corto., -

5 Pero ¿cómo llegó este nuestro Aqüeducto à aque


lla fuente tan sublime? ¿Cómo juzgas, sino con la ve
hemencia del desèo, sino con el fervor de la devo
cion, sino con la pureza de la oracion, como està es
crito: La oracion del justo penetra los Cielos? ¿Y
quièn es justo , sino es Maria justa, de quien , na
I. Por el
ció para nosotros, el Sol de justicia? ¿Cómo pues lle fervor de
gó ella á tocar aquella magestad inacesible, sino lla la devo
mando , pidiendo, buscando?. Finalmente halló lo que cion,
buscaba aquella à quien se dijo: Encontraste la gra
cia delante de Dios. ¿Què? ¿Está llena de gràcia, y
3. todavia halla la gràcia Digna es por cierto de ha
llar lo que busca, pues no, la basta la propia pleni
tud, ni puede estar contenta con el bien suyo; sino Eccl. 24.
que así como està escrito : El que me bebe, tendrd 29.
Maria no
sed todavia; pide el poder rebosar para salud del
està para
universo. El Espiritu Santo, dice, sobrevendrá en si s o la
ti , y en ; tanta copia, en tanta plenitud infundirá en llena de
ti aquel balsamo precioso, que se derramarà copio gracias,
samente por todas partes. Así, es : ya lo sentimos, ya sino para
n OS OtrOS
se alegran nuestros rostros en el óleo. Ya clamamos: tambien.
Aceyte derramado es tu nombre, y tu memoria per
manece de generacion en generacion. Mas esto cier Cant. 1.a.
tamente no es en vano, y si, el aceyte se derrama,
no por eso perece. Por esto sin duda tambien las vír
, gl"
302 SERMoN DE S. BerNARDo ABAD.
gines, esto es, las almas todavia pärvulas, aman al
Espóso y mo poco; y no solo recibió la barba aquel
ungüento que descendia de la cabeza , sino tambien
las mismas fimbrias del vestido le recibieron.
6 Mira , hombre, el consejo de Dios, reconoce
el consejo de la sabiduria , el consejo de la piedad.
Habiendo de regar toda la era con el rocio celestial,
humedeció primero todo el vellocino: habiendo de
redimir todo el linage humano, puso todo el precio
en Maria. ¿Con què fin hizo èsto? Quizá para que Eva
fuese dísculpada por la Hija, y cesàse la queja del
hombre contra la muger para siempre. No digas ya
Gen.3.12 jamás, Adan: La muger que me disteis , me dio del
drbol vedado; di mas bien: La muger que me disteis,
me hà dado á comer del fruto bendito. Consejo pia
dosisimo sin duda; pero no es esto todo acaso, y hay
otro todavia oculto. Verdad es lo que se hà dicho,
pero aun es poco (sino me engaño) a vuestros deseos.
Dulzura de leche es ; se sacará acaso, si con mas
fuerza apretamos , la crasitud de la manteca tambien.
Contemplad pues mas altamente, con quanto afecto
de devocion quiso fuese honrada Marla por nosotros
aquel Señor, que puso en ella toda la plenitud del
bien: para que consiguientemente , si en nosotros hay
algo de esperanza, algo de grácia , algo de salud,
..;..- " conozcamos que redunda de aquella que subió rebosan
do en delicias. Huerto es ciertamente de delicias, que
* 5, no solamente inspiró viniendo, sino que agitó dulce
. -.
mente con sus soberanos soplos aquel Austro divino
sôbreviniendo en ella, para que por todas partes flu
yan y se difundan sus aromas , los dones, es à saber,
de las gràcias. Quita este cuerpo solar que ilumina
al mundo : ¿ córno podrà haber dia? Quita à Marla,
esta estrella del mar, del mar sin duda grande y es
pacioso : ¿què quedará, sino obscuridad que todo lo
ofusque, sombra de la muerte todo, y densisimas ti
nieblas? -- - . - . . . ...- -

3 Con
EN LANATIvrDAn DE LA VIRGEN MARIA. 3o3
Con todo lo intimo pues de nuestros corazones, Con quan
con todos los afectos de las entrañas, y con todos los to afecto
de bemos
votos y deseos veneremos à esta Marla, porque ésta es invocar y
la voluntad de aquel Señor que quiso que todo lo tuvie venerar à
ramos por María. Esta es, repito, su voluntad, pero la Virgen.
para bien nuestro. Puesto que, mirando en todo y por
todo al bien de los miserables, consuela nuestro te
mor, excita la fè, fortalece la esperanza, aleja la des
confianza, anima la pusilanimidad. Rezelabas acercar
te al Padre, y aterrado, con solo oir su voz, huias
à esconderte entre las ojas: èl te diò á Jesus por
mediador. ¿Què no conseguirà tal Hijo de Padre tal?
Será oido sin duda por su respeto: pues el Padre ama
al Hijo. Mas rezelas acaso llegarte tambien á él. Her
mano tuyo es, tu carne es, tentado en todas las co
sas sin pecado para hacerse misericordioso. Este Her
mano te diô, María. Pero por ventura en èl tambien
miras con temblor su magestad divina, porque aun
que se hizo hombre, con todo eso, permaneció Dios.
¿Quières tener un abogado igualmente para con el?
Pues recurre à Maria. Porque se halla la humanidad
pura en Maria, no solo, pura de toda contaminacion, -

sino pura por la singularidad de naturaleza. Ni lo di Ella es


nlle Stra
go dudando: serà ella oida tambien por su respeto.
Abogada
Oirà sin duda el Hijo à la Madre, y oirà el Padre deláte de
al Hijo. Hijos amados, èsta es la escàla de los peca su Hijo.
dores, èsta es mi mayor confianza , esta es toda la
razon de la esperanza mia. ¿Què pues? ¿Podrà acaso
el Hijo ó repeler, ö padecer el repulsa? ¿No oir, ó
no ser oido podrà el Hijo? Ni uno ni otro sin duda,
1:
Halli ste , dice el, Angel, la gracia en Dios. Dicho o. c h
2, samente. Siempre ella encontrarà la gràcia, y sola Luc. 1.30
la gràcia es de lo que necesitamos. La prudente Vir del º
gen no buscaba sabiduria, como Salomón, no ri
quezas, no honores, no poder , sino gràcia. A la
yerdad, sola es la gràcia por lo que nos salvamos.
8 ¿Què deseamos nosotros, Hermanos, ºrarse LlS
304 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
Busquèmos la gracia, y busquémosla por María: por
que encuentra lo que busca, y no puede ser frustra
da. Busquemos la gràcia, pero la gràcia en Dios: pues
en los hombres es la grácia falàz. Busquen otros el
Por me mèrito: nosotros procuremos cuidadosamente hallar la
dio de la
Virgé he
gracia. ¿Qué pues? ¿Por ventura no es gràcia el estar
m o s de aqui? Verdaderamente misericordia del Señor es, que
buscar la no hemos sido consumidos nosotros. ¿Y quiènes noso
gràcia de tros? Nosotros perjuros, nosotros adúlteros, nosotros
Dios. hómicídas, nosotros ladrones , la basura sin duda del
mundo. Consultad vuestras concièncias, Hermanos, y
Que pen ved, que dónde abundó el delito, sòbreabundó tam
s a m iétos
deben te bien la grácia. María no alèga el mèrito, sino que
ner los busca la gràcia. En fin, en tanto grado confia en la
Mo n ges gràcia, y no presume de sí altamente, que se rezèla
acerca de
su vocaci
de la misma salutacion del Angel. Maria, dice, pen
OIle
sdba, que salutación seria esta. Sin duda, se repu
taba ella indigna de la salutacion del Angel. Y aca
so meditaba dentro de si misma tales cósas, ¿De dón.
de à mi èstor, que el Angel de mi Señor vènga à mi?
No tèmas María; no te admires de que venga el An
La virgi gel: aun viene tambien otro mayor que el Angel. No
nidad es te admíres del Angel del Señor : el Señor del Angel
vida an està contigo. Ultimamente, ¿què mucho que vèas à
gélica. un Angel, vivièndo tu ya angelicamente? ¿Què mu
--'t ,
cho visite el Angel à una compañera de su vida? ¿Què
mucho que salüde à la ciudadana de los Santos, y
familiar del Señor? Angèlica vida es ciertamente la
virginidad ; y los que no se casan, ni son casados, se
ràn oomo los Angeles de Dios.
El segun
do ascéso 9 ¿No ves, como no menos de este modo tambien
del Aque nuestro. Aqüeducto sube à la fuente; ni ya con sola la
duóto fuè oracion penetra los Cielos, sino igualmente con la in
por la in corrupcion, la qual hace a uno próximo à Díos, co
corrupció mo dice el Sabio? Era Virgen santa en el cuerpo, y
Sap.6.2o. en el espiritu, y ella podia decir con especialidad:
Phil, 3.1 o Nuestro trdto es en los Cielos. Santa èra, repito, en
el
EN LA NATrvIDAD DE LA VrRGEN MARIA. 3os
el cuerpo y en el espíritu, para que nada dudes aca
so acerca de este Aqüeducto. Sublime es en gran
manera, pero no menos permanece enterisimo. Huer
to cerrado es , fuente sellada, templo del Señor, sa
grario del Espíritu Santo. No es Vírgen fätua, pues
no solo tiene aceyte, sino que tiene repuesta en el
vaso, la plenitud de èl. En su corazon dispuso los as
censos, subiendo con la conducta de su vida santa
(como dijimos ya) y con la oracion juntamente. Fi
nalmente, fuè à las montañas con mucha priesa , y
saludò à Isabel; y permaneciò en su asisténcia como
tres meses, de suerte que ya entonces podia decir la
Madre à la madre lo que tanto despues dijo el Hijo
al hijo: Deja abora , asi es decente que cumplamos Math. 3.
nosotros toda justicia: Sin duda subiendo à las mon 15.
tañas el mismo cuya justícia es como los montes de El tercer
Dios. El tercero ascenso de la Virgen fuè éste, para ascésofuè
que con dificultad se rompiese la cuerda tres veces por la hur
doblada. Herbia pues la caridad en buscar la gràcia, mildad
resplandecia en el cuerpo la virginidad, y sobresalia
la humildad en el obsequio. Pues si todo aquel que
se humilla serà ensalzado, ¿què cosa mas sublime que
esta humildad? Se admiraba Isabèl de su venida, y
decía: De dónde d mi esto, que la Madre de mi Señor Luc, 1.42
venga d mi Pero ya admirese mucho mas de que
ella tambien al modo ciertamente de su Hijo, no vi
f no à ser servida, sino á servir. Con razon por tanto
aquel cantór divino, cantando mucho antes en admi
Cant.6,8
racion de la misma, decia: ¿Quien es esta que sube
como la aurora quando se levanta, hermosa como la
luna, escogida como el sol, terrible como un exercito
ordenado en sus esquadrones? Sube ciertamente sôbre
el linage humano, sube hasta los Angeles, pero à
estos tambien los sôbrepasa , y se eleva sôbre toda
criatura celestial. Sin duda sôbre los Angeles es for
zoso que reciba ella aquella agua viva que hà de diº
fundir à los hombres. -

Qq ¿C3
3o6 SER MoN DE S. BER Na RDo AEAD.
ro ¿Cómo, dice, se hard esto? porque yo no co
mozco varon. Verdaderamente santa en el cuerpo y ea
el espiritu, teniendo no solo la integridad de la car
ne, sino el propósito de la integridad. Mas respon
dièndo el Angel, dijo: El Espiritu Santo sobreven
drd en ti, y la virtud del Altisimo te hard sombra.
No me pregüntes à mi, dice; sôbre mi es , y no ten.
dre yo poder para esto. El Espiritu Santo; no el An
gèlico, sobrevendrà en ti, y la virtud del Altísimo
te harâ sonbra, no yo. No te pares aun èntre los An
geles , Virgen santa: algo mas sublime està lo que
la tierra sedienta espèra que se la dè à beber por mi
nisterio tuyo. Un poco que les pases à ellos, hallaràs
à quien ama tu alma. Un poco, repito; no porque no
sea superior à ellos incomparablemente, sino porque
-
nada encontraràs que médie èntre èl, y ellos. Pasa
pues las Virtudes y las Dominaciones, los Querubi
nes tambien y los Seraphines , para que llegues à
sai. 6.3. aquel, de quien reciprocamente estàn clamando: San
to, Santo, Santo, Señor Dios de los exercitos. Pues
lo Santo que nacerd de ti se llamard hijo de Dios.
Fuente es de la sabiduria el Verbo del Padre en las.
alturas. Este Verbo por medio de ti se harà carne;
Johan. 14 para que aquel que dice: 2'o estoy en el Padre, y el
Padre en mi, diga igualmente: Porque yo procedi de
1O,
Dios, y vine. En el principio, dice, era el lZerbo.
Ya brota la fuente: pero por ahora, solamente en si
misma. Finalmente, y el verbo era en Dios, habitan
do ciertamente una luz inacesible : y decia el Señor
Jerem, 29 desde el principio: 1 o medito pensamientos de paz,
M - y no de aficcion. Pero en vos està vuestro pensamien
to, y lo que pensais, lo ignoramos nosotros. Porque
áquièn habia conocido los designios del Señor, ö quièn
era su consejero? Descendió pues el pensamiento de la
paz à la obra de la paz; el Verbo se hizo carne, y
habíta ya en nosotros. Habíta por la fe en nuestros
corazones, habíta en nuestra2 memoria, habita en nues
•-, , O
* - º*
EN LANATrvrDAD DE LA VIRGEN MARIA. 3o7
tro pensamiento, y desciende hasta la misma imagi
nacion. Porque ¿què pensaría antes el hombre de
Dios, sino que acaso fabricàse un idolo en su co
razon? º - --
11 Incomprensible era, è inacesible, invisible, è
inexcogitable enteramente. Mas ahora quiso ser com.
prendido, quiso ser visto, quiso que pudiesemos pen
sar en el. ¿De que modo, dices? Echado en el pese
bre, reposando en el virginal regazo, predicando en el
monte, pernoctàndo en la oracion; ô estando pendien
te en la cruz, ponièndose pālido en la muerte, libre
èntre los muertos, y mandando en el infierno; ô tam
bien resucitando al tercero dia, y mostrando à los
Apòstoles los sitios de los clavos , insignias de su
victoria; ultimamente subiendo à lo secreto de los
Cielos á vista de los mismos. ¿Què cosa de èstas no
se piensa verdadera, piadosa, y santamente? Qual
quiera de èstas cosas que yo piense, pienso à mi Dios,
y por todas las cosas èl mismo es mi Dios. El me
ditar pues estas cosas lo llame sabiduria, y juzgue
por prudencia el pronunciar incesantemente la memo
ria de èsta suavidad, que en estos dulces frutos pro
dujo la vara sacerdotal copiosamente, la qual reci
biendola Marla en las alturas, la difundiò con la ma
yor abundáncia en nosotros. La recibió sin duda en
las alturas, y sòbre los Angeles, la que recibió al
verbo del mismo corazon del Padre, segun està es
critos. El dia anuncia al dia la palabra. Verdadera Psal, a8. R.
mente es dia el Padre, pues es dia del dia la salud
de Dios. ¿Acaso no es tambien dia Marla? Y escla
recido. Resplandeciente dia es sin duda la que proce
dió como la aurora quando se levanta, hermosa como
la luna, escogida como el sol. . . A
. . . . . - ---- -

12 Contempla pues, como llegô hasta los Ange


les por la plenitud de grácia , y sobre los Angeles
sóbreviniendo en ella el Espiritu Santo. Hay º en los
Angeles caridad, hay pureza, hay humildad. ¿Quál
* -- Qq 2 de
3oa . SeRMoN DE S. BERNARno ABAp.
de éstas cosas no resplandeciò en Maria? Pero esto se
demostró antes, del modo que por nosotros pudo de
mostrarse: prosigamos en ver su excelencia singular.
¿A quièn de los Angeles, se dijo alguna vez: El Es
piritu Santo sobrevendrá en ti, y la virtud del Al
tisimo te hard rombra : 2” por eso lo Santo que na
Se mues aerd de ti, se llamard. Hijo de Dios? Finalmente la
tra la ex
celéciade
verdad naciò de la tierra, no de la criatura angeli
Maria sò.
ca : ni tomó la naturaleza de los Angeles para sal
bre todos varios, sino que tomó la carne de Abrahan para redi
los Ange smir sus hijos. Cosa grande es para el Angel el ser
les. ministro del Señor; pero otra cosa mas sublíme me
reciò María, que es ser Madre del Señor. Asi la
fecundidad de la Virgen es una glòria sôbreeminen
te; siendo ella tanto mas excelente que los : Angeles,
quanto con mayor diferència en comparacion de los
que son ministros, recibiò ella el nombre de Madre.
A ella la encontrò la gràcia llena de gràcia , para
que fervorosa en la caridad, en la virginidad inte
gra, en la humildad devota, se hiciese igualmente
preñada sin conocer varon, y pariese sin el dolor de
Luc, 1.35 la muger. Esto es poco: lo que nació de ella se lla
ma Santo, y es hijo de Dios.
13 En lo demàs, Hermanos, debemos procurar
nosotros con el mayorícuidado, que aquella Palábra,
que saliò de la boca del Padre para nosotros por me.
dio de la Virgen, no se vuelva vacia : sino que por
medio de la Virgen igualmente volvamos grácia por
gràcia. Mientras suspiramos á la presència, lleve to
-da muestra atencion la memoria , y sean restituidas à
su origen las corrientes de la gràcia, para que fluyan
mas, copiosamente. De otra suerte , sino vuelven à la
fuente, se secan; y siendo infieles en lo poco, no me
recemos recibir lo que es màximo. Poco es cierta
mente la memòria en comparacion de la presència,
poco en comparacion de lo que deseamos, pero gran
ide cosa es respecto de lo que merecemos: inferior es
º, TCS
EN LA NATIvrDAD DE LA VIRGEN MARIA. 3o9
respecto del desèo, pero no menos es sòbre el mèri
to. Sabiamente por tanto la Esposa aun por esto poco,
se congratüla à si misma no poco. Puesto que, ha
biendo dicho: Muestrame en donde apacientas , en Cant. 1.6.
donde reposas en al medio dia: recibiendo lo poco en La alabā
vez de lo inmenso , y en vez del pasto de medio dia
za y gra
gustando el sacrificio de la tarde, sin embargo de ta inetIIO
ningun modo, como suele suceder , se queja, ö se ría de Di
contrista; sino que dà grácias, y en todo se mues os se de
tra mas devota. Sabe ella que si fuere fiel en la som be frequé
mien
bra de la memoria, obtendrá sin duda la luz de la tar tras se di.
presencia. Asi los que haceis memoria del Señor, no lata su
callèis y no le dèis silèncio. A la verdad, los que tie presencia
nen presente al Señor, no necesitan de exhortacion,
y lo que dice otro Propheta : Alaba 3erusalen al Se Ps. 147. 1.
-ñor, alaba á tu Dios, Sion, mas bien es congratu
lacion que amonestacion. Los que caminan en la fè,
necesitan de amonestacion para que no callen, y no
le dèn silencio à èl. Pues habla y habla la paz para
su pueblo, y sòbre sus Santos, y para aquellos que
se vuelven al corazon. Con todo eso: Con el Santo Ps. 17.26.
sereis santo, y con el varon inocente sereis inocen
te : y oirà al que à él le oye, y hablarà al que à èl
le habla. De otra suerte le habràs dado silencio, si
-tu callas. ¿Pero si tu callas de què? De la alabanza.
AWo calleis, dice, (a) y no le deis silencio, hasta que
establezca , y basta que ponga d }erusalen alahanza
en la tierra. La alabanza de Jerusalen es gustosa y
hermosa alabanza. Sino que acaso juzguemos que los
ciudadanos de Jerusalen se deleytan de las alabanzas
mutuas, y que se engañan recíprocamente con la va
nidad. -

14 Hägase vuestra voluntad, ó Padre, asl en la


t162 -

(a) No enmudezcais, y no permanezcais en silencio en su pre


sencia, hasta que asegure, y haga à Jerusalen objeto de alabanza
de toda la tierra. Saci.
31 o SERMoN DE S. BERNARDo AEAD.
tierra como en el Cielo, para que la alabanza de Je
rusalen se establezca en la tierra. Pero, ¿que sucede
ahora? ¿ No busca el Angel glória de otro angèl en Je
rusalen, y el hombre desea ser alabado del hombre
en la tierra º Exécrable perversidad! pero sea esta
de aquellos, que tienen ignorancia de Dios, que es
tán olvidados del Señor Dios suyo. Vosotros, que os
acordàis del Señor, no callèis en su alabanza, hasta
que sea establecida y cumplida en la tierra. Hay un
silèncio irreprensible, mas bien loable. Hay tambien
Thren. 3 palabras que no son buenas. De otra suerte no diría
a7. el Propheta que era bueno aguardar en el silencio la
salud de Dios. Bueno es el silencio en la jactancia,
Buenos y bueno en la blasfemia, bueno en la murmuracion, y
laudables
tres espe
detraccion. Pero se halla tambien quien exásperado
cies de si por la magnitud del trabajo, y peso del dia , murmu
lencio. ra en su corazon; y juzga a aquellos que velan por
su alma como que han de dar cuenta de ella. Clamor
es: pero sòbre todo silencio este clamor del corazon
-
endurecido hace callar la voz de la palabra, que èl
no sufre oir. Otro por la pusilanimidad de espiritu
desmaya en la esperanza: y ésta es la pèsima palabra
de blasfèmia, que ni en este siglo ni en el futuro se
perdona. Otro tercero anda en cosas grandes y ma
ravillosas sòbre si, diciendo: nuestra mano es excel
sa, pensando que es algo, no siendo nada. ¿Què ha
blarà a éste aquel Señor que habla la paz? Dice pues;
rico soy y de nadie necesito. Por cierto sentencia es
Luc.6.24 de la verdad: A y de vosotros ricos, porque teneis
aqui vuestra consolacion. Y por el contrario: Bien
Math. 5.5 aventura dos , dice, los que lloran, porque ellos se
rdn consolados. Càlle pues en nosotros la lengua mal
diciente, la lengua blasfema , la lengua que habla
cosas grandes: porque es bueno aguardar en este tri
plicado silencio la salud de Dios, para que asi digas:
1. Reg. 3. Hablad, Señor, porque vuestro siervo escucha. Se
1 O.
mejantes voces no se dirigen à èl, sino contra èl, co
ImO "
EN LA NATIvrDAD DE LA VIRGEN MARIA. 31 r
Exod. 16.
umo dice el Legislador à los murmuradores: No es con 8.
era mi vuestra murmuracion, sino contra el Señor.
15 Mas de tal suerte has de callar en estas cosas, Tres es
que no enmudezcas del todo, para no darle à èl si pecies de
lencio. Hablale contra la jactancia en la confesion, p a labras
para que alcanzes perdon de lo pasado. Häblale con buenas y
laudables
tra la murmuracion en la accion de gràcias, para que tambien.
halles mas abundante gràcia en lo presente Häblale
contra la desconfianza en la oracion, para que con
sigas tambien la gloria en lo futuro. Confiesa, repi
to, lo pasado , y da gràcias por lo presente, y en lo
adelante ora con mas cuidado por lo futuro: para
que el tambien no calle en la remision, en la dona
cion de sus gràcias, ni en sus promesas. No calles,
digo, y no le des a el silencio. Habla para que tam Cant. 2
bien hābe él , y púeda decir: Mi amado es para mi, 16.
y yo para el. Voz gustosa, y dulce palabra. Sin du
da no es èsta voz de murmuracion, sino que es voz
de tòrtola. Y no digas: ¿Cómo cantaremos el cdntico Psal. 136,
del Señor en la tierra agena? No se reputarà agena
ya, diciendo de ella el Esposo: La voz de la tórto Cant. a,
l2•
la se hd oido en nuestra tierra. Habia pues oido que Cant. 2e
decia: Cogednos las zorras pequeñas ; y por eso aca
so prorrumpió en la voz de gozo, diciendo: Mi ama El amor
do es para mi , y yo para el. Sin duda voz de tòrto de Dios
la, que, con una castidad: singular, persevera para para con
su consorte asi vivo, como muerto, para que asi ni los hom
la muerte, ni la vida la sepàre de la caridad de Chris. bres, que
constäte,
to. Mira pues si hubo algo que pudiese apartar al y fuerte.
amado de la amada , para que no perseveräse para
ella, aun pecando , y estando a partada de èl. Porfia
ban envueltas èntre si las nubes en ofuscar los rayos,
para que separasen nuestras iniquidades èntre nosotros
y Dios: pero desplegó su fervor el sol, y lo disipò
todo. De otra suerte , ¿quändo hubieras tu vuelto á èl,
si èl no hubiera perseverado para ti, si èl no hubie Cant, 6,
ra clamado: Vuelvete, vuelvete, Sunamite, vuelvete, I2.
vuel
312 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
vuelvete, para que te miremos Se pues tu tambien
no menos perseverante, de modo que por ningunos cas
tigos, por ningunos trabajos te apartes.
16 Lucha con el Angel, para que no seas venci
do: porque el reyno de los Cielos padece fuerza, y
los valerosos le arrebatan. ¿Por ventura no es lucha:
Cant. 3,
Mi amado es para mi , y yo para el? Hizo El MA
6.
Math.
NIF IEsto su amor; experimente tambien el tuyo. En
muchas cosas pues te tienta el Señor Dios tuyo. Se
desvia muchas veces, aparta su rostro; pero no en su
ira. Esto es prueba, no reprobacion. Te sufrió el ama
do, sufre tu al amado, sostèn al Señor, obra varonil
mente. No LE v1. NcIERon à èl tus pecados : a ti tam
bien no te superen sus castigos, y alcanzaras la ben
dicion. Mas ¿quàndo? Al tiempo de la aurora, quan
do ya esclarezca el dia, quando estableciere á Jeru
Gen. 32. salen la alabanza en la tierra. Ve abi, dice, que un
2 5º varon luchaba con 3acob hasta la mañana. Haced
que sea oida de mi en la mañana vuestra misericor
dia, porque en vos, Señor, hè esperado. No callarè,
ni os darè silencio hasta la mañana : ojalà que ni
tampoco ayuno. Ciertamente Señor, os dígnàis tam
bien ser alimentado; pero èntre las azucenas. Mi ama
Cant. 2. do es para mi, y yo para el, que se alimenta entre
16.
las azucenas. Ya arriba si te acuerdas, se expresó
Cant. 2.
a 1. evidentemente en el mismo cantico, que la aparicion
de las flores acompaña el oido de la voz de la tórto
la. Pero atiende que parece indicar el sítio , no el
sustento: y no explica de que cosas se alimenta, si
no éntre que cosas. Acaso pues no se alimenta con el
manjar, sino con la compañia de las azucenas: ni co
me azucenas, sino que anda èntre ellas. Sin duda mas
bien por el olor, que por el sabor agradan las azu
cenas; y son mas aproposito para la vista que para
la comida.
17 Asi pues se alimenta èntre las azucenas, has
ra que esclarezca el dia, y á la belleza de las flores
Se
EN LA NATIvrDAD DE LA VIRGEN MARIA. 313
se siga la abundancia de los frutos. Porque ahora es
tiempo de flores, no de frutos, pues tenemos aqui
sola la esperanza y no lo que esperamos: y caminan
do por la fè no por la vista clara, nos congratulamos
mas en la expectacion que en la experiencia. Consi
dera ultimamente la delicadeza de la flor, y acuer
date de las palabras que dice el Apòstol, que te 2. Cor, 4
nemos este tesoro en vasos de barro. ¿Quäntos peli 7.

gros pues se ven amenazar à las flores? ¿Quán facil


mente con los aguijones de las espinas es traspasada
la azucena? Con razon por tanto canta el amado: Co. Cant. 2. z.
mo la azucena entre las espinas, asi es mi Amiga
entre las bijas. ¿Acaso no era azucena èntre espinas
el que decia: Con los que aborrecen la paz, era yo Ps. r 96.
La singu
pacifico? Sin embargo, aunque el justo florece como la ridad
la azucena , no se alimenta el esposo en la azucena, desagra
ni tiene su complacència en la singularidad. Escucha da àChris
to.
en fin al que mora èntre las azucenas: En donde dos
Math. 18
o tres, dice, fueren congregados en mi nombre, alli de
estoy yo en medio de ellos. Ama siempre lo que es
tà en medio Jesus, los lugares apartados los reprue
ba siempre el hijo del hombre, siendo el mediador
de Dios y de los hombres. Mi amado es para mi, y
yo para el. Procuremos tener azucenas, Hermanos, dè
monos priesa à arrancar de rayz las espinas y los
abrojos, y à sembrar azucenas: por si alguna vez
acaso se digna el amado descender à apacentarnos
tambien à nosotros.
18 En Maria sin duda se alimentaba, y mas abun
dantemente por la multitud de azucenas. ¿No son aca
so azucenas el decòro de la virginidad, la inslgnia
de la humildad, la sobreeminencia de la caridad? Tam
bien nosotros tendremos azucenas, aunque muy infe-.
- riores; pero ni aun èntre èstas se desdeñarà de ali
mentarse el espóso: con tal que à estas acciones de
grácias, de que hemos hablado antes, dè lüstre la
alegria de la devocion, ar la oracion de candor la
-- R - pu
—r

314 - Slamos DE S. BERNARDo AB ap.


pureza de intencion, y la misericordia de bancura à
saíº, º la confesion, como esta escrito: Si fueren vuestros
pecados como la es carlata se volveran blancos como
la nieve; y si fueren rojos como el carme si, seran blan
cos como la lana. Pero sea lo que quiera aquello que
¿ dispones ofrecer, acuèrdate de encomendario a Ma
¿¿- ria, para que vuelva la grácia por la misma madre
cer a D- por donde corrió, al Dador de la gràcia. Ni le fal
os enco- taba a Dios poder para infundir la gracia, aun sin
ºndalo este Aqüeducto, como èl quisiera: pero quise proveer
*º a tu bien este conducto. Acaso tus manos estaban, o
llenas de sangre, ó manchadas con dádivas, porque
no las habias sacudido de todo don. Por eso aquello
poco que deseas ofrecer, procura entregarlo a aque
llas graciosísimas, y dignisimas de todo, aprècio ma
nos de María para que sea ofrecido, sino quieres su
frir repulsa. Sin duda candidísimas azucenas son, ni
se quejarà aquel amante de las azucenas de no haber
encontrado entre azucenas, todo lo que él hallâre èn
tre las manos de María. A men.

ge e»<-e-º-e--><e-oe-e-e-º-e-4-e-º)
29 de, -
EN LA FIESTA DE SAN MIGUEL.
Se ptiem

º" sERMoN PRIMERO.


De los oficios de los Angeles para con nosotros, y
de muestra reverencia para con ellos.
. ... - - -

Tres mo- 1 TT A memòria de los Angeles se celebra hoy,


L, y exigís el Sermon debido º por tanta so"
Angeles lemnidad. Pero que hablaran de los espíritus ange
¿n de licos unos viles gusanos? Creemos ciertamente y te
nosotros, nemos una fè indubitable de que bienaventurados en
la divina presencia y vistaa de Dios se alegran sin Cl
fin
EN LA FIESTA DE SAN MIGUEL. 3r 5
,
en los bienes del Señor, que ni el ojo vió , ni el oido
oyó, ni subieron al corazon del hombre. ¿Què habla Excelen
rà pues un hombre á los hombres de unas cosas, que cia de los
ni èl mismo es suficiente para pensarlas, ni ellos tam Angeles
poco para oirla s? A la verdad, si de la abundáncia del
Caridad
corazon habla la boca, es preciso igualmente que cà
y digna
lle la lengua por la escasez de pensamientos. Sin em cion que
bargo, si es mucho para nosotros el hablar de aquella uSan COn.
claridad y glòria por la qual en si mismos, mas bien, nOSOtrOSs.
en su Dios sôbre exceden enteramente los Angeles
Santos a nuestros corazones: hablèmos de aquella grà
cia y caridad que muestran con nosotros. Porque en ->
los Espíritus soberanos no solo se halla una dignidad
admirable, sino tambien una dignacion amable. Es
justo pues , Hermanos, que no comprendiendo noso
tros su glòria , tanto mas estimemos la misericórdia,
de que es constante que no menos abundan los domès
ticos de Dios, los ciudadanos del Cielo, los prínci
pes del Paraiso. Testifica en fin el mismo. Apòstol,
que arrebatado al tercer Cielo, mereció entrar en
aquella bienaventurada Corte, y saber sus secretos:
Que todos son espiritus destinados al ministerio, y Hebr. II.
enviados d el por aquellos que perciben la herencia de I 4e
la salud.
2 Ni esto parezca à alguno increible: supuesto que
el mismo Criador y Rey de los Angeles vino no à
ser servido, sino à ministrar, y dar su vida por mu
chos. ¿Por què pues despreciarà alguno el ministèrio
de los Angeles, en el qual les precede aquel Señor,
à quien en las alturas con todo anhelo y felicidad mi
nistran ellos? Si tambien dudas de esto, ciertamente
quien lo vió, dió testimônio diciendo: Millares de Dan.7, ro
millares le servian, y diez veces cien mil millares
le asistian. Otro Propheta tambien hablando al Pa
dre de el Hijo dice: Le minordsteis algo respecto de Psal, 8.6.
los Angeles. Asi ciertamente, asi es decente que ven
za tambien en la humildad, el que vencia en la su
-- Rr 2 bli
316 SERMoN I. DE S. BERNARDe ABAD.
Christo, blimidad; y que sea tanto menor que los Angeles,
y los An quanto inferior es el ministèrio à que se dedicó: sien
geles vi do èl mismo tanto mas excelente , quanto mas diferen
nieron à
ministrar temente, respecto de ellos heredó el nombre de Hijo de
¿pero en Dios. ¿Mas acaso preguntaràs en què parece inferior
què està á los Angeles, quando vino à ministrar , supuesto que
la diferé
cia de su
(como dijimos mas arriba) ellos tambien son enviados
ministe
al ministerio? Sin duda en que no solo ministrò, sino
rio? que fuè ministrado, y era uno solo el mismo que mi
nistraba, y que era ministrado. Justamente por tanto
la Esposa en los cânticos de los cânticos: He abi, di
Cant. 2.8 ce, que viene este saltando en los montes , y sòbre
pasando las colinas. Pues ministrando salta èntre los
Angeles; pero ministrado sobrepasa a los mismos. Mi.
nistran los Angeles, pero de lo ageno, ofreciendo à
Dios las obras buenas, no suyas sino nuestras, y con
duciendonos sus gràcias á nosotros. Por lo qual dicien
SApoc8.4 do la Escritura : Que subió el humo de las aromas
en la presencia del Señor de mano del Angel; dijo
cuidadosamente antes, que le babian sido dados mu
chos inciensos. Porque nuestros sudores, no los suyos,
nuestras lägrimas, no las suyas ofrecen à Dios; à no
sotros tambien nos vuelven los dones de Dios, no los
suyos. -

Porque 3 No así aquel Ministro mas sublime que todos,


estàn soli pero igualmente mas humilde que todos, que se ofre
citos por ció à si mismo en sacrificio de alabanza; y que ofre
In OSOtIOS
ciendo al Padre su vida, nos ministra à nosotros has
los Ange
les. ta hoy su carne. Por causa pues de este tan grande
Ministro no es maravilla ninguna, que con buena vo
luntad, y -aun gustosamente nos ministren à nosotros
los Angeles Santos; Pues ellos nos aman à tosotros,
porque Christo nos amò, Dícese ciertamente en un
adàgio vulgar: Quien bien quiere al amo, bien quie
re à su perro. Nosotros, ô bienaventurados Angeles,
cachorrillos somos de aquel Señor que amäis vosotros
"con tanto afecto: cachorrillos, repito, que deseamos
Se
EN LA FIESTA DE SAN MIGUEL. 31
ser saciados de las miajas que caen de la mesa de
nuestros Señores , que sois vosotros. Y esto hè dicho,
Hermanos , para que en lo adelante tengais mucho ma
yor confianza con los Angeles bienaventurados, y por
conseqüencia con mas familiaridad invoquèis su auxi
lio en todas vuestras necesidades: y tambien para que
procurèis vivir en su presència mas dignamente, y con
ciliaros mas y mas su gràcia , captar su benevolència,
é implorar su clemència. Por esto juzgo necesario ex
poner tambien à vuestra caridad otras causas, las qua
les igualmente hacen cuidadosos de nuestra flaqueza a
los mismos Angeles bienaventurados: sin congoja su
ya à la verdad, pero no sin utilidad nuestra; ni pa
ra detrimento de su felicidad, sino para aumento de
nuestra salud. -

4. Consta sin duda, que como dotadas de razon,


y capaces de bienaventuranza las almas humanas (si
nos atrevemos á decirlo) son parientas de la naturale
za angèlica : ni es decente á vosotros, ó bienaventura
dos espíritus desdeñar contra el precepto de la ley
à vuestra espècie, la qual debeis visitar, aunque ella
(como vos mismo lo veís) haya caido en mucha vi
leza. Pero ni pensamos que vosotros, ciudadanos celes.
tiales, os deley tèis en la desolacion de vuestra ciudad,
y en la ruina de los muros que mirais medio caidos
vosotros mismos. Si deseàis su instauracion, (como es
razon) repetid con freqüencia, os ruego, ante el tro
no de la glória las palabras de súplica, diciendo : Ha
ced benignamente, Señor, en vuestra buena voluntad
con Sion , para que sean edificados los muros de 3e
rusalen. Si amáis la hermosura de la casa de LDios,
mas bien, porque la amäis verdaderamente, experi
menten vuestro zelo las vivas y racionales piedras, las
quales solas pueden coedificarse con vosotros para su
instauracion. Esta es, Amantisimos, la triplicada cuer
eda, con la qual desde la excelsa habitacion de los
Cie
318 SERMon 1. DE S. Ben NAR po Ae AD.
Cielos es traida para consolarnos, para visitarnos, pa
ra ayudarnos la sóbreeminente caridad de los Ange
les, por nosotros, por Dios, por si mismos. Por Dios
ciertamente , cuyas entrañas tan grandes de misericor
dia para con nosotros ellos mismos (como es justo) imi
tan tambien. Por nosotros, en quienes sin duda tienen
compasion de su própia semejanza. Por si mismos, cu
yas ordenes aguardan con todo el deseo, que seràn
instaurados de nosotros. Pues en la boca de los pär
vulos, que ahora se alimentan de leche, y no de só
lido manjar todavia, se hà de perficionar aquella ala
banza de la magestad divina, cuyas primícias tenièn
dolas ya los espíritus angèlicos, gozan ciertamente de
la deleytacion bienaventurada: pero tanto mas ansio
samente nos aguardan, quanto son estimulados de la
expectacion y deseo de la consumacion de ella.
Con quá 5 Siendo esto asi, pensad quanta solicitud nece
to escrü
pulo de
sitamos tener tambien nosotros, Amantísimos, para ex
bem o s hibirnos dignos de la compañia y visita de los Ange
guardar les; y de tal modo vivamos en su presencia, que no
nos de ha ofendamos jamàs sus santos ojos. Porque ay de no
Cer COSa.
sotros, si alguna vez provocados por nuestros peca
que pue
da ofen. dos y negligèncias nos juzgáren indignos de su pre
der à los sencia y de su visita, y tuvieremos ya necesidad de
Angeles. llorar tambien, y de decir con el Propheta : Mis ami
Ps.37.12. gos , y mis allegados se acercaron , y estuvieron con
tra mi, y los que estaban junto á mi, se pusieron le
jos , y hacian fuerza los aus buscaban mi alma; ale
jados aquellos, cuya presencia podia ampararnos, y
arrojar al enemigo. Pues si nos es tan necesària la fa
miliaridad que se dignan tener con nosotros los An
Que vir geles, nos debemos guardar de ofenderlos, y debemos
tudes, y exercitarnos en aquellas cosas, en que sabemos que
ocupacio.
nes só en
tienen ellos gusto. Hay muchisimas cosas que les agra
n. O SOtrOS
dan, y les da gusto encontrarlas en nosotros : como
a grada es la sobriedad, la castidad, la pobreza voluntaria, los
bles à los freqüentes gemidos al Cielo, y las oraciones con lá
Angeles. gri
EN LA FIESTA DE SAN MIGUE L. 3l 9
grimas, y atencion del corazon. Pero sobre todas es
tas cosas la union y la paz exigen de nosotros los La union
Angeles de la paz. ¿Què mucho que principalmente y la Paz,
se deleyten en estas cosas, pues ellas representan una ¿
cierta forma de la ciudad suya en nosotros , para que ¿
admiren ellos una nueva Jerusalen en la tierra? Digo Ps, 1 a 1.3.
pues, que asi como las partes todas de aquella Ciu
dad tienen èntre sí la mas perfecta union, asi nosotros
igualmente sintamos una misma cosa, una misma co- La discor
sa digamos todos, y no haya cismas èntre nosotros: dº, y ºs:
sino mas bien todos juntamente seamos un cuerpo en ¿
Christo, y cada uno los miembros de otro mutua- ¿n.
II162Inte. -

6 Pero por el contrário nada les ofende tanto, y


les provoca á indignacion , como las disensiones y
escàndalos, si acaso llegan á encontrarse en nosotros.
Oigamos pues què habla á los de, Corintho San Pa
blo: ; Habiendo entre vosotros envidia, y contencion, 1. Cor. 3.
no es claro que sois carnales, y que vuestra conduc- 3.
ta muestra bien que sois hombres? En la carta tam
bien del Apòstol San Judas lee mos así: Estos son los Judae. 1.
que asi mismos se apartan, animales, que no tienen º"
espiritu. Es ver como el ahma del hombre vivifica
todos los miembros unidos entre si. Separa pues qual
quiera de ellos de la union de los demàs, y vè si en
adelante le darà vida. Asi es todo aquel que dice Ana 1. Cor. ra
tema a Jesus: lo qual ninguno lo dice en el , espiritu -4-
de Dios, porque Anatema es separacion. Asi es, di
go, todo aquel que se aparta de la union; ni dudes
- que se aparta de èl el espiritu de la vida. Justamen
te pues à los contenciosos, y que se separan à sí mis
mos , los llaman los Apòstoles carnales, y animales,
que no tienen espiritu. Asi dicen aquellos Santos , y
bienaventurados Espiritus, luego que encuentran escàn. ..
dalos y disensiones: ¿Què tenemos nosotros con esta ge
neracion que no tiene espíritu? Porque si en ella estu- -
viera el espíritu, por el sin duda se difundiria la ca
-. T1 « y
32o Sermon I. De S. BERNARno ABAD.
ridad, y no se romperia la union. No permanecere
mos con estos hombres para siempre, porque son car
ne. Porque què concordia puede haber entre la luz
y las tinieblas? Nosotros del reyno de la paz y de la
union somos, y esperabamos que estos hombres habian
de venir à esta misma union y paz. ¿Mas ahora en
que modo convendràn con nosotros, los que discuer
dan entre si mismos? Bien veis que congruente es à es
ta solemnidad la leccion evangèlica, que tanto terror
infunde sôbre el escàndalo de los pàrvulos, supuesto
que en gran manera disgustan á los Angeles los escàn
Math. 18. dalos: El que escandalizdre d uno de estos pequeñue
6.
los: duro es lo que se sigue. Pero ya pasa de la ho
ra; y tenemos que ir à celebrar las Misas. Pidoos que
no tengais por molesta la dilacion, la qual podrà no
ser inútil, si proseguimos con mas diligencia el pre
sente capitulo en otro Sermon.

(e-9 «»«» é» e»e»«»«»see»e»«»«»«» e» e») .


EN LA FIESTA DE SAN MIGUEL.

SERMON SEGUNDO.
Sôbre las palabras del Evangelio: El que escan
dalizdre á uno de estos pequeñuelos que creen
en mi, &c.

1 TTAbeis oido, Hermanos carlsimos, resonar


la leccion evangèlica bastante terriblemen
te contra aquellos, que escandalizan a los párvulos. La
verdad à ninguno lisongea, à ninguno adula, à nin
Math. 18. guno engaña, denunciando abiertamente , que Ay del
7. hombre por quien viene el escandalo. Bueno era para
Math. 16. el, si este bombre no hubiera nacido. Si a la verdad
2.4. no hubiera nuevamente nacido, sino hubiera nacido
º a pa
EN LA FIEsTA DE SAN MIGUEL. 32 r
para la vida, sino hubiera nacido del espiritu, aquel
que despues acaba en la carne. Le conviene (si hay
alguno) al que suscita escàndalos en esta casa, en es
ta congregacion santa, y agradable à Dios, y muy
Los Re
grata a sus Angeles y por ellos freqüientada, que sea
-colgada una piedra de las que hace mover un asno, ligiosos
que exci
à su cuello, y en vez del suave yugo, y carga lige tan escàn
ra del Salvador puesta la pesada piedra de los deseos dalos en
terrenos en sus hombros, sea sumergido en lo profun los Mo
nasterios
do de este mar grande y espacioso, el qual sin du
que peca
da es el siglo perverso. Porque MENos con DENAcron do t a n
TENDRIA en perecer en el siglo , que en el Monas en O rme
terio. Preciso es que perezca el hombre que no tie COneten a
ne caridad, aunque llegue à entregar su cuerpo de
suerte que arda. Y esto hè dicho yo, Hermanos, no
porque sienta menos bien de vosotros, ô porque se
vea reynar en vosotros este malísimo vicio; sino pa
ra que en aquella misma caridad, unanimidad , y paz
en que os manteneis en el Señor, procureis cuidado La union
samente perseverar, y abundar mas."Porque quál es y unani
midad es
mi esperanza, mi gozo, y corona de gloria? ¿Por ven la gloria
tura no es la unidad y unanimidad vuestra, en la que de los Re"
me gozo de veros á vosotros amantes de la fraterni ligiososa
dad , y sòbre todas cosas que y teneis en vosotros mis
mos una reciproca caridad, la quai es el vinculo de
la perfeccion Por tanto, ruegoos, Carlsimos, man
teneos asi en el Señor. Porque en esto conocerán los
hombres, y aun tambien los Angeles de Dios, que 4
-

sois discipulos de Christo en que tengais amor unos •º.


COI. OtrOS, 3 o o ... C. c., o
Obstàcu
2 En fin si teneis en la memoria aquellas tres cau lºs ºrte
sas de la caridad y solicitud de los Angeles para con puede en
nosotros, las quales os explicamos en el Sermon pre contraré
cedente, puede tambien de aqui recomendarse mag nosotros
nificamente la utilidad del amor fraternal. Porque fā el amor
cil es de advertir, que al hombre, que no patma a su cuida
que tiené
prójimo, ninguna smºs aquellas que hemos di los Ange
S cho, les,
322 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD.
oho, le favorece. ¿Por ventura serènos amados de los
Angeles por causa de Christo, si conocen por la es
casez del amor mütuo , que de ninguna manera so
mos discípulos suyos? ¿Por ventura serèmos amados
de ellos por nosotros mismos, esto es, por la seme
janza de la naturaleza espiritual , si hallan que no
amamos à los consortes de nuestra humana naturale
za; por mejor decir , si de las mismas contiendas que
hay entre nosotros se deja ver que somos mas antes
carnales, que espirituales? ¿Por ventura, finalmente,
nos amaràn por si mismos , y por la instauracion de
su ciudad que se ha de hacer de nosotros, si (lo que
no suceda) aquella sola cosa con la que solamente nos
podemos unir y coedificar con ellos, la qual es la li
ga de la caridad, llegáse à faltar? ¿Cómo esperarāa
que han de ser reedificados de nosotros los eternos mu
ros de aquella Ciudad , si conocen, si ven que no so
mos piedras vivas, que puedan ajustarse entre si mis.
mas: sino mas antes polvo que arroja el viento de só
bre la tierra; que el soplo de una sola palabra le ex
cita à formarse en torbellino, y el aura levisima de
qualquiera sospecha le derrama y esparce? Y bäste
haber dicho esto sôbre lo que el Señor dice : Si al
Math. 18
6,
guno escandalizdre d: uno de estos pequeñuelos. Pues
yo creo que con mayor cuidado en lo adelante os guar
darèis de esta tan ma lisima peste: .
3 ¿Mas ya ā qúien no hara fuerza lo que en el
Math. 18, Evangelio se sigue: Si tu ojo, te escandaliza , saca
9. le? ¿Por ventura nos amonesta que nos saquemos este
-
• ojo corporal, ó que nos cortemos una de estas ma
nos, y uno de los pies igualmente? Estè lejos de no
* Hay dos sotros este pensamiento enteramente carnal, y dema
escànda
los ; uno siado ridiculo. Mas bien, despues que nos espantò con
interno y bastante aspereza sôbre evitar los escándalos exterio
otro ex res la palabra divina, eomo oisteis, nos da consejo
tCInO,
sôbre lo que debemos executar nosotros respecto del
escándalo que padecemos interiormente, hallando la
. 2 ley
-

EN LA FIESTA DE SAN MIGUEL. 323


El inter
ley contraria en nuestros miembros. El conoce nuestro no puede
barro, y que no tan facilmente se puede evitar por su ceder
nosotros semejante escándalo. Por cierto podemos sa de tres
ber por la cotidiana experiencia, que de tres modos modos
sucede hacerse este escandalo. Algunas veces està en
nosotros el ojo sencillo de la intencion espiritual, y que
mas bien se debe llamar de la gràcia , que nuestro;
pero nos escandaliza nuestro ojo, y que verdaderamen
te viene de nosotros, quando nuestra voluntad entro
mete importunamente otra menos casta intencion. Pe Daños de
ro tenemos ya sobre esto el consejo saludable del Sal la volan
vador: Sácale, dice, y echale de ti. Se harà esto, si: tad pro
pia.
no consientes, si la desechas, si resistes. A este mo
do se hà de entender lo que dice de la mano y del
pie. Porque quando estando nosotros empleados en
obras buenas, intenta la voluntad propia llevarnos à
otras, es nuestra mano la que entonces nos escandalí
za; pero debe ser cortada y echada de nosotros, de
modo que no la demos el consentimiento.
4. Asi tambien deseando aprovechar en la santa
conducta de nuestro estado, y subir por los grados
de aquella escala que apareció à Jacob, y segun lo
que dice el Psalmista, ir de virtud en virtud, muchas Ps. 83, 6.
veces padecemos escàndalo del pie de nuestra pusila
nimidad y negligència, el qual ciertamente intenta
mas antes bajar , y caminar mas º despàcio; pero es
preciso cortarle, para que el pie de la gràcia, que es
tà en el camino recto, pueda correr sin tropiezo, sin
escándalo, sin impedimento. Mas lo que dice: Que Math, 18,
es mejor para nosotros entrar en la vida con un ojo, 9,
o mano, 3 pie, que ir, teniendo dos , al infierno: esto
nota á aquellos que siguen su voluntad igualmente
siendo buena que siendo mala, y entran por dos ca
minos siguiendo ahora lo bueno , ahora lo malo, se
gun que varian los desèos suyos. A los quales con ra- .
zon serla mas útil adherir à la gràcia en todas las eo
sas, y quando impide la voluntad própia, cortarla, y
Ss 2 de -
324 SERMoN II. De S. BERNARDo An AD.
arrojarla de si mismos. Sucede tambien que exercita
dos por mucho tiempo en cortar nuestra própia vo
luntad, en algun modo la domamos para que apren
da ya à no ensoberbecerse , sino que mas antes sin
ningun escàndalo, ô contradicion estè sugeta a Dios
nuestra alma; ni haya ya necesidad de echar fuera
nuestro ojo, el qual sin duda adhiriendo al ojo senci
llo se hizo el tambien sencillo, ô seguramente no es
ya otro ojo, sino uno con el, testigo el Apóstol, quien
dice, que el que se junta d Dios , se bace un espi
ritu con el. Lo que se hà dicho del ojo, se há de
entender igualmente de la mano y del pie. Aquel pues
cuya voluntad con el afecto y con el desèo se une à
la gràcia , de suerte, que ni desea hacer cosas malas,
ni las menos buenas, ni menos bien, que la gràcia le
sugiere : ese sin duda es varon perfecto. Mas esta
Quien
sea per
paz mas bien pertenece à la felicidad: el cortar los
feóto. escàndalos, y la viétòria de las tentaciones, á la for
taleza: aquello, digo , es propio de la gloria, esto de
la virtud.

. . .
ºrº º e-º-º-º
1. de No
viembre. EN LA FIESTA DE ToDos Los sANTos.
SERMo N PRIMERO.
- * --
Sôbre la leccion Evangelica: viendo 3fesus d las
turbas subió d un monte, &c.

a "T". A presente festividad de todos los Santos,


- digna es de celebrarse con toda devocion.
A la verdad, si parece grande, y lo es, la solemnidad
de San Pedro, ô de San Esteban, ô de qualquiera otro
de los demas: ¿quān grande será esta, la qual no es
de uno solamente, sino de todos? Pero no ignorais,
, -- - Her-
EN LA Fr EsTA DE Topos los SAN ros. 3 º5
Hermanos, que tienen costumbre los secula es de pre
parar para si en los dias festivos festivos convites: y
quanto mas esclarecida fuere la solemnidad , tanto mas
esplendidos son sus banquetes. ¿Què pues? ¿Por ventu
ra no se deben buscar tambien las delicias del cora
zon para aquellos que se vuelven al corazon, y no se
deben comparar las cosas espirituales, con las espiri
tuales? Por eso ya està aparejado, Hermanos, nuestro
convite, ya està todo cocido, y llegó el tiempo de
sentarse à la mesa. Razon es pues que primero se sā
cie el alma: porque èsta es la porcion mejor sin duda
y sin comparacion: especialmente siendo manifiesto
que las solemnidades de los Santos pertenecen mas a
las almas que à los cuerpos: y que las almas aceptan
mas lo que es propio de las almas, como conjuntas
respecto de ellas por un como natural parentesco. De
las quales por tanto tambien, estos Santos se compa
decen mas, por tanto desean mas los bienes conve
nientes à las almas, y se deleytan mas de la refec
cion de ellas, porque ellos tambien fueron como no
sotros pasibles, y ellos mismos lloraron las molèstias
de esta peregrinacion , y miserable destierro: y ellos
mismos experimentaron la grave carga de este cuer
po, los tumultos del siglo, y las tentaciones del ene
migo. Asi no hay duda alguna en que les sea mucho
mas grata, y mucho mas acepta aquella festividad, en
la que se pone toda la atencion en los convites y man
jares de las almas, que pueda ser aquella que cele.
bran los seculares cuidando de su carne en los deseo
de los deleytes. - -
S. Bernar.
r" 2 Sin embargo, ¿de dónde podrèmos tener noso do dispo
tros el pan de las almas en una tierra desierta, en el ne un có
lugar del horror, y de una basta soledad? ¿De dón. vite espi
de tendrémos nosotros el manjar espiritual debajo del ritual à
sus Mon
sol, en dónde nada hay, sino trabajo, y dolor , y ges.
afliccion del espiritu? Pero yo sè quièn dijo : Pedid, Math.7.7
y recibireis, y tambien: Si vos, siendo malos, sabeis Luc. 1 1.
dar 3•
326 SF RMo N l. DE S. BER N. A RDo A R Ar»,
dar a vuestros hijos dadivas buenas: quanto mas
vuestro Padre celestial , desde el Cielo dard un espi
ritu bueno á los que se le piden? Ni ignoro con quan
ta instancia mendigando toda esta noche y dia, habeis
Somos pedido que os den el pan vivo del Cielo, no aquel
unos mé que fortalece el cuerpo , sino el que confirma el cora
digos pu zon del hombre ; Pues, que seamos nosotros convida
estos à la
dos no me atrevo à decirlo; mendigos somos que vi
puertadel vimos de la prebenda º de Dios; mendigos, repito,
Rey su
premo.
echados delante de la puerta del Rey riquisimo, lle.
nos de úlceras, y deseosos de hartarnos, mas bien, de
* Esto es
de la li
sustentarnos tambien con las miajas que caen de la me
OS 1 3. sa de nuestros Señores, cuya solemnidad celebramos
diaria de hoy. Sin duda rebosan en delícias, y reciben una me
bida à su dida buena, y llena, y que rebosa. Confiamos que ha
misericor brà quien nos dè tambien à nosotros: pues hay un
diosa pro caos grande , y una distància grande sobremanera
videncia.
èntre la liberalidad y benignidad de Dios, y la cruel
V. Serm. dad del rico avaro. Por tanto nuestro Padre nos dió
de D o n
Humber
hoy el pan (porque siendo Padre de misericórdias, es
RO, necesario que sea al mismo tiempo Padre de los mi
serables) diònos, repito, el pan del Cielo, y manjares
en abundáncia: de los quales ojalá que sea yo coci
nero fiel, ojalà que mi alma sea cocina aproposito.
3 Para preparar pues vuestros platos, toda esta
noche tomó calor mi corazon dentro de mi , y en mi
meditacion ar 1 o el fuego: aquel sin duda que el Se
ñor Jesus eco en la tierra, y quiso que se encendie
se vivamente. Pues es necesario que la espiritual co
mida, tenga cocina v fuego espiritual. Resta ya que
distribuya lo que tengo dispuesto: pero vosotros con
siderad mas al Señor que lo da , que al ministro que
lo distribuye. Porque yo en quanto á lo que tengo por
mi mismo, nada otra cosa soy que un consiervo vues
º ra
tro , que con vosotros juntamente, para mi y para
vosotros (como sabe el mismo Señor) mendígo el pan
del Cielo, y el alimento de la vida. Por tanto no soy
yo
EN LA FresTA DE Todos Los SANros. 327
yo quien os lo dà, sino vuestro Padre mismo es quien
os dà el pan vivo desde el Cielo. El mismo os apa.
cienta con obras y palabras, aun tambien con la car
ne de su hijo, la qual es comida verdaderamente. Por
que acerca de las obras leo: Mi comida es el bacer la Johan. 4.
34.
voluntad de mi Padre: y acerca de las palabras, que
no vive el hombre con solo el pan, sino en toda la Deut.8. 3
palabra que procede de la boca de Dios. Asi ahora Este dia
hemos de alimentarnos de sus hechos y de sus pala comulgar
bras: habiendo de recibir tambien despues de esto el ban los
inmaculado Sacramento del cuerpo del Señor en la Monges.
sacrosanta mesa del altar, con el favor suyo.
4 Leemos en el Evangèlio hoy, que viendo 3e Math.5, r
sus las turbas se subió d un monte. De las ciudades
La suavi
pues y castillos seguian al Señor, quando predicaba, dad de
los pueblos: cuyas almas salvaba, y sanaba los cuer Christo
pos; y enamorados de su trato y de su aspecto jun atrae àles
tamente, se llegaban à èl: cuya voz sin duda era hombres.
suave, y su rostro hermoso , como està escrito: Her. Ps, 44.3.
moso mas que todos los hijos de los bombres , derra
mada estd la grdcia en vuestros labios, Tal es el que
nosotros seguimos, à quien nos hemos juntado, todo
èl es amable, y no solo los pueblos, sino los mismos
Angeles desean mirar en èl. ¿Què cosa mas suave os -

pondrèmos delante? Ciertamente estas son las delícias


de los Angeles. Gustad por tanto y ved quan suave
es el Señor. A esta suavidad, à este sabor, a esta sa Las per
biduria , que verdaderamente es traida de lo oculto, fecciones
no puede ser comparado todo lo que se desèa. ¿Què de todas
las cria
pues? ¿Admiras en el sol el esplendor, en la flor la turas. Se
pulcritud , en el pan el sabor, en la tierra la fecun - hallá en
didad ? Pues todas estas cosas fueron dadas por Dios; - Dios con
ni hay duda que reservaria para si mucho mas, que mas emi
haya dado à las criaturas. nencia.
5. Ya ni reputemos por cosa ociosa el haber su -
bido al monte, lo que ciertamente estaba predicho
tanto antes, clamandó el Propheta como de lejos:
º
s: é?
- - .
328 SERMoN I. De S. BERNARDo ABAD.
Isai. 4o.9. he sobre el monte excelso tu que evangelizas a Sion;
eleva con fortaleza tu voz tu que evangelizas a je
rusalen. En la qual subida , si vosotros no hallais otra
cosa mas propia, yo juzgo que debe entenderse aque
llo que en el principio de los Actos de los Apòstoles
menciona San Lucas diciendo: Primeramente hable de
Aét. 1. .
todas las cosas, ó Theópbilo, que jesus comenzó á
Christo hacer, y enseñar. Sin duda no segun la costumbre
obró , y de los Fariseos, que ataban cargas grandes, è inca
enseñó. paces de llevarse, y las pohian en los hombros de los
hombres, mas ellos no querian moverlas con su dedo.
¿Por ventura no es este un pan bueno del alma, y que
confirma muchisimo el corazon del hombre? Confia
damente os sigo, Señor, à qualquiera parte que va
yais, y seguramente ando por el camino de vuestros
mandamientos, sabiendo que antes fuísteis por èl vos
mismo. Seguramente, repito, corro por el camino de
vuestros mandamientos , supuesto que conozco, que
*
• L. vuestra salida desde el Cielo sñmo fuè para correr
por este camino, y que fuè por este camino vues
tra vuelta a lo sñmo de él. No puedo, Hermanos,
ahora masticar à este modo cada cosa: sed vosotros
como animales limpios y que rumian, para que su
Prev. 1 1, ceda lo que está escrito: El tesoro deseable reposa
20»
en la boca del sabio. Porque obliga á ceñir, y cor
tar las palabras así la brebedad de la hora, como la
grandeza de la materia.
6 , Viendo }esus las turbas, se subió d un monte.
Viendolas con una mirada de piedad, porque eran co
La con mo ovejas errantes, sin tener pastor. ¿Qué significa.
ducta de rà, que antes que comenzase à enseñar , se subió al
Jos Pre monte, siño que en esto mismo enseñó la necesidad
dicadores
debe diri
que tienen los Predicadores de la palabra de Dios de
girse à lo
caminar con los deseos del alma, y una santa con
alto de ducta a las cosas subilmes, y de subir al monte de
las virtu “las virtudes 9” habiendose sentado, se llegaron a el
des. sus discipulos. "Habiendose sentado, dice. ¿De otra
- Slle
EN LA FresTA DE ropos Los SANros. 329
suerte quien podria llegarse a aquel excelso gigante?
Benignísimamente por todos modos se inclinó , y se
abatió hasta sentarse , de suerte que puede decir al
Padre: Tu conociste mi asiento, y mi elevacion. Sen Ps. I sº,
tòse pues, para que se acerquen a aquel Señor, à quien
estando en pie ni los Angeles mismos podrian alcanzar,
aun los publicanos y pecadores; y para que se acerque
Marla Magdalena, y se acerque el Ladron desde la rav,
cruz. Y habiendose sentado, se llegaron a el sus dis. "
cipulos. Se llegaron no tanto con el movimiento de ; «, r

los pies, como con el afecto del corazon, y la imita


cion de sus virtudes. Bien se dice haberse llegado, no
las turbas, no qualquiera del pueblo, sino los discipu (". .
los : a fin de que, asl como se lee haber sido dado el
testamento viejo en el monte Sina , subiendo solo Moy Exod.
4.
24.
ses , y aguardando abajo el pueblo ; así tambien ahora
recibiesen los montes la paz para el pueblo, y los co
llados la justicia; y como en unas ciertas tinieblas y
en lo oculto se dijera à los Apòstoles, lo que despues
habian de decir ellos en la luz; y oyeran al oido lo
que habían de predicar despues sobre los tejados. Por
ló qual tambien se sigue: " , , ,,
7 ?” abriendo su boca , los enseñaba. Abriò ahora
su boca el que habia abierto primero las bocas de los
Prophetas. De ahi es lo que se lee en el Psalmo:
Mis labios abrireis, Señor, y mi boca anunciard vues-, Ps 5o, 17.
tra alabanza. Mas ahora aquel Señor, que de muchos
y vàrios modos habia hablado en los Prophetas, ha
blò al fin con su misma boca, como si dijera : Ved
que ya estoy presente el mismo que otras veces os ba
blaba. Bienaventurados los que oyeron hablar en la car
ne à la sabiduria : bienaventurados los que oyeron las º
palabras de la Palabra de Dios, que salieron de su
misma boca. Sin embargo, lo que ellos oyeron, toda
vía està reservado para nosotros: porque tambien no
sotros podemos oirlo, aunque no de él mismo. Abrien-º
do su boca los enseñaba , diciendo; Bienaventurardos los ºMath a
p9
33o -SERMeN , pE 8, BEANARpo ABAB,
pobres de espiritu. Verdaderamente se abrió la baea
de aquel Señor en quien estàn depositados todos los
tesoros de la ciència - y sabiduria de Dios. Y verda
. . . ... cr deramente esta doctrina es de aquel que en el Apo
Apoca 1. calipse, dice: Ved abi que hago nuevas todas las co
5• sas; de aquel que por el Propheta habia dicho antes:
P5.77, 1. Abrire mi boca, pronunciaré cosas escondidas desde
la constitucion del mundo. Porque ¿què cosa mas es
Bienaven condida, que, el ser bienaventurada la pobreza? Sin
tu r a dos
embargo, quien habla es la Verdad, que ni puede
los pobr
es : pero
ser engañada, ni engañar; y ella misma es quien dice,
que po que son bienaventurados los pobres de espiritu. ¿Y con
bres sean todo eso, insensatos hijos de , Adan, buscàis asi las ri
G$t95, quezas, deseáis las riquezas todavia, quando ya la bien.
... , , zº aventuranza de los pobres està divinalmente recomenda.
da, quando ya se ha predicado al mundo, y se hà crei
do por los hombres? Büsquelas el Pagano, que vive sia.
Dios: búsquelas el Judio, que recibió las terrenas pro
mesas: pero, ¿con què vergüenza, mas bien, con que al
ma busca el Christiano las riquezas, despues que Chris,
to publicó bienaventurados à los pobres. ¿Hasta quàndo
hijos agenos, hasta quàndo hablarà vuestra boca la
vanidad, llamando bienaventurado al pueblo que tie
ne estas cosas, estas cosas visibles, estas cosas pre
sentes, quando el hijo de Dios abriendo su boca
• - habló la verdad, declarando que son bienaventurados,
*ºs º ITICOS,
los pobres, y pronunciando un triste ay para los
- - =

8 Pero atiende con cuidado que no nombra los po,


bres sin alguna restriccion , por los que son pobres,
¿? no por una voluntad loable , sino por una
necesid d miserable. Espero verdaderamente, que les
aprovecharâ para con la misericordia de la divina bon:
dad esta misma misèria de su afliccion: pero sé que
el Señor en este lugar no habló de estos, sino de aqueº
llos que pueden decir con el Propheta ; Voluntaria.
Ps; 3. 8, mente cs sacrificaré, Con todo eso, ni toda pobreZ4
EN LA Fresta Dr ronos Los Sanros. 331
za voluntaria tiene alabanza para con Dios: pues que
de los Philosophos tambien se lee, que dejaron todas
sus cosas, para poder emplearse mas libremente en el
estudio de la vanidad, estando libres de los cuidadós
del mundo, y no quisieron abundar en los haberes ter
renos, para abundar mas en su sentido. A estos dis
tingue el decirse, de espiritu, esto es de espiritual
voluntad. Bienaventurados, pues, los pobres de espi
ritu, es decir, con una intencion espíritual, con un
espiritual deseo, por solo el beneplàcito de Dios, y la
salud de las almas: Porque de ellos es el Reyno de los
Cielos. Pero, ¿quièn es el que así habla, el que asi de
clara bienaventurados a los pobres, el que así les en
riquece? ¿Te parece, que podra ser verdad esto? Sin , a o
duda lo sera: porque es veraz y poderoso el que lo a, ºr
promete. Si murmura el enemigo, se le respondera:
¿Por ventura no me es llcito a mi hacer lo que quie- -
ro? ¿Què, tu ojo es malo, porque yo soy bueno. Si tu º "
con justicia fuiste humillado, ¿por que quisiste ensal
zarte contra mi: ¿Por ventura los que se humillan por
mi, no seran con razon ensalzados. Y verdaderamen
te, Hermanos, si aquel infeliz fué arrojado del Cielo,
porque codiciò la elevacion, anheló à la áltura, so
licitó presuntuoso la sublimidad: ¿no es consiguiente
que sean bienaventurados, los que voluntariamente se
abaten asi mismos a la humildad de la pobreza y que
segun la sentència del Salvador, sea de ellos el Reyno
de los Cielos, que perdió el? Y atiende quan sabia
mente ordenó las cosas la Sabiduria, oponiendo con
tra el pecado primero, el primer remedio. Como si
mas claramente dijera: ¿Quières alcanzar el Cielo, que
perdió el Angel soberbio, que confió en su virtud, y
en la muchedumbre de sus riquezas º Abraza la vi-” ".

leza de la pobreza, y será tuyo. Siguese: ...


9 Bienaventurados los mansos , porque ellos po- Bienaven
seerda la tierra. Què bien Asi convenia , recomen-¿
dada ya la pobreza, que se predicase tambien la man- º los man,
- Tt 2 - SC- SOS,
332 SERMoN I. De S. BERNARDo ABAD.
sedumbre: porque para los que dejan todas las cosas
suele ser la primera tentacion de las molestias del cuer.
po, y de la aficcion de la carne, á que no estaban
acostumbrados. Pero, ¿qué aprovechara la pobreza, si
(lo que no suceda) el pobre viene a parar en la mur.
muracion , haciéndose enojoso, e impaciente de la dis
ciplina Què bellamente tambien despues de la pro
mesa del reyno, se da como en arras otro reyno me
nor, para que, como dice la Escritura: Tengamos la
a. Tím. 4. promesa de esta vida presente, y al mismo tiempo
8.
de la futura , y de la exhibicion de los favores pre
sentes se haga firme a expectacion de los bienes fu
turos! Bienaventurados los mansos , porque ellos po
seeran la tierra, Por esta tierra entiendo yo nuestro
Con el
nóbre de cuerpo; al qual si desea el alma poseerle , si quiere
tierra en reynar sobre sus miembros, es necesario que ella sea
tiende el mansa, y estè sugeta à su superior: porque tal halla
“cuerpo, ra ella a su inferior, qual se portàre ella misma con
su Superior. Porque se arma la criatura para vengar
la injúría de su Criador. Y por eso sepa el alma, que
experimenta su carne rebelde contra si, que ella tam
bien se halla menos sugeta de lo que era razon, a las
potestades superiores. Hágase ella mansa y humillese
bajo la poderosa mano del Altisimo; estè sugeta d
Dios, y juntamente a los Prelados a quienes debe
obedecer, como a quienes tienen el lugar de Dios y
luego encontrarà , ā, su cuerpo sugeto, y humilde,
Porque la Verdad es quien dice : Bienaventurados los
mansos, porque ellos poseerán la tierra. Y mira si
contra la herida del segundo pecado, no procede es
ta segunda medicina. Pues despues de la ruina de la
prevaricacion del Angel, la primera que pecò fuè Eva,
agitada de la inquietud de su espiritu, y desechando
el yugo suave y la carga leve de la prohibicion del
Señor: porque no quiso aguardar á recibir de la mano
, sº '
del Señor, de la que habia recibido las demás, cosas,
º la perfeccion tambien de la bienaventuranza sino C0*
que
EN LA FIEsTA DE ToDos Los SANTos. 333
cometió el atentado de querer arrebatarla antes de tiem.
po por consejo de la Serpiente. Por eso perdió el pa
rayso , aquella tierra de delicias : por eso encontró en
su cuerpo una contrària ley. Mlas ya acaso á esta voz
del Señor te enciendes en el desèo de la mansedum
bre, y te quejas de la aspereza de tu corazon, y de
ciertos movimientos brutales, y de tina fiereza indomi.
ta. Atiende pues lo que se sigue:
1 o Biénaventurados los que lloran, porque ellos Bienaven
tu rados
serdn consolados. Al cavallo indômiro doman los gol los que
pes: al alma cruel la contricion de espiritu, y freqüen lloran.
cia de lägrimas. Asi en todas tus obras acuèrdate de
tus novísimos: no permitas en ninguua manera que se
alejen de los ojos de tu corazon el horror de la muer
te, el tremendo riesgo del júicio, el miedo del infier
no encendido. Piensa la miseria de tu peregrinacíon, Copiosa
repasa tus años en la amargura de tu alma: medita los m a t eria
g de la vida humana, medita la fragilidad prô que
excita
nos
a
pia: y si perseveras en tales pensamientos, yo te pro llorar.
meto que sentiràs muy poco todo lo que al exterior es
molesto, ocupado con todo tu corazon en la molestia
interior. Pero ni permitirà Dios que estès sin conso
lacion, porque es Padre de misericordias, y Dios de
todo consuelo y se cumplirà enteramente lo qne pro
mete la Verdad: Bienaventurados los que lloran, por
que ellos serdn consolados. Concuerda tambien con es
ta sentència aquello que en Salomon leiste: Mejor es Eccl.7.3.
ir d la casa del llanto, que d la casa del convite.
Por tanto, bienaventurada serias, Eva , si despues de la
culpa buscáras el consuelo de las agrimas, y obten
drías mas presto el perdon , entregändote à la peni
tencia. Mas ahora buscaste el miserable consuelo de Perverso
otra calda semejante en tu varon, y has inficionado consuelo
con un veneno pèsimo, es decir, con un mahísimo ví. el de Eva,
cio toda la posteridad tuya: de suerte que hasta el dia de s pues
de la tris
de hoy la perdicion de uno la reputa otro su consue te caida.
lo. Miserable consuelo por todos modos el de Eva, y
el
334 SERMoN I. De S. BERNARDo AEAD.
el de aquellos que imitan esta miseria! Pero, bien.
aventurados los que lloran, porque ellos serdn conso
lados. ¿Mas què otra cosa es esta consolacion, que aque
lla grácia de devocion, que procede de la esperanza
del perdon, y aquella deleytacion suavisima de lo bue.
no, y el gústo aunque pequeño de la sabiduria, con
lo que por ahora el benigno Señor refrigèra el alma
afligida? Este gusto no es otra cosa que un estimulo
del desèo, y un incentivo del amor, como esta escri
Eccli 4. to: Los que me comen , tendrdn todavia hambre, y los
19.
que me beben, todavia tendrdn sed. Por eso al punto
se añade:
1 Bienaventurados los que tienen bambre y sed
de la justicia, porque ellos seran bartos. El que tie:
ne hambre, tenga mas hañmbre; y el que desèa , desee
mucho mas : porque quanto pueda desear, TANTo HA
DE REcIBIR. Antes bien , no segun la imperfeccion
del deseo y medida suya; porque à la verdad hasta
que lo tenga perfectamente, no podrà perfectamente
desearlo; pero tampoco lo podrà tener perfectamente,
hasta que perfectamente lo desée ; sino que ha de re
cibir una medida buena, llena, remecida, y que re
bòse. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
la justicia, porque ellos serdin hartos. Al paladar en
fermo del corazon , y al alma achacosa todavia les
parece ser la justicia una cosa dura , é insipida; pero
los que la han gustado, esos mismos son los que saben
quan bienaventurados son los que tienen hambre de ella,
porque ellos seràn hartos. ¡O verdaderamente feliz, y
gloriosa hartura! ¡O convite santo! ¡O banquetes de
seables. En donde ciertamente no podrà haber ansie
dad ninguna, y ningun fastidio puede tener lugar, pues
habra una suma saciedad, y un desèo sümo. Bienaven
turados los que tienen hambre y sed de la justicia,
Le faltó porque ellos serdn bartos. Creo que estas palabras
à Adan la proceden tambien contra Adan, el qual parece haber
verdade tenido alguna porcion de la justícia en haberse comº
pa
EN LA FresTA DE Tonos Los SANTos. 335
nadecido de la muger pero si hubiera tenido ham ra ham
bre de la
bre de la justícia, sin uda hubiera cuidado de dar
lo que debia , no solo á la muger , sino mucho mas justicia.
al Criador, Debia ciertamente à la muger la compa
sion y la enseñanza, como à inferior. Pues la cabeza Ephes. 5.
de la muger es el varon. Mas debia à Dios la suge 33 -
cion y obediencia. Pero, ¿què pensamos, Hermanos?
¿Quántos - hasta hoy juzgan gravemente de aquel he
cho, y sin embargo le imitan neciamente. Se indig Quienes
nan contra Adan, porque obedeció á la voz de su son los
muger mas que à la de Dios; y ellos mismos cada que imi
tá à Adá.
dia à su Eva, es decir, à su carne, la obedecen mas
que á Dios. Hermanos, si vieramos presente à Adan
puesto en aquellànce ahora, y que subiendo vàrios
pensamientos à su corazon, se hallaba apretado y em
barazado entre el ruego de la muger, y el precepto
del Criador: ¿No le darlamos voces; diciendo: guār
date, miserable, mira no lo hagas: està engañada la
muger, no condesciendas con ella? ¿Por què, pues, to
das las veces que nos acomete una semejante tenta-,
cion, no nos exhortamos à èste modo à nosotros mis-,
mos? Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
la justicia, porque ellos serán bartos. Pero, ¿què
puede ser toda nuestra justicia delante de Dios? ¿Por
ventura no serà reputada segun el Profeta, como un
paña de una menstruora? ¿y si con rigor se juzgàre,
no se hallará injusta toda nuestra justicia, y que la,
falta el debido peso? ¿Què sera, pues de los pecados,
quando ni la misma justícia podrà responder por si?
Por tanto clamando vivamente con el Propheta: Na Ps. 142. R.
entreis en juicio , Señor, con vuestro siervo; recur-,
ramos con toda humildad à la misericordia , la qual
sola puede salvar nuestras almas, y pensemos cuidado
samente lo que se sigue: . Bienaven
I2 Bienaventurados los misericordiosos, porque tu r a dos
ellos alcanzardn misericórdia. Atiende como lo uno y los mise
la otro comprende brebemente en una palabra Zacheo ricordio
di. SQSº.
N
336 SERMron T. pE S. BERNAR po ABAD,
Luc, 9.8
diciendo : La mitad de mis bienes doy d los pobres, y
si he defraudado d alguno, le vuelvo quatro veces d5.
blado. Ves quanta hambre de la justícia tiene este,
Justicia,
y miseri á quien no le basta volver con igual medida, sino que
cordia de vuelve quadruplicado. Tambien es misericordia gran
Zacheo, de el dar á los pobres, como lo hace, la mitad de
sus bienes. Sin embargo, no callarè lo que siento. Ha
blarà mi boca la alabanza del Señor: del Señor cier
tamente, no la vuestra. Puesto que, no à vosotros, sino
à su nombre doy la glòria. Zacheo sin duda, cuya
alabanza està en el Evangèlio, la mitad de sus bie.
nes dio à los pobres: pero yo veo aqui muchos Za
cheos, que nada dejaron para si de todas las cosas,
¿Quièn me escribirà à mi este Evangelio de estos Za
cheos, ó mas bien de estos Pedros, que confiadamen
Math, 19. te pueden decir al Señor: Ved, que nosotros bemos de:
jado todas las cosas, y os bemos seguido? Pero estº
escrito yà en el Evangelio eterno, en el libro de la
vida està escrito y sellado. Bienaventurados los mite.
ricordiosos, porque ellos aleanzardn misericòrdia. Mas
Inhumil ya tambien , Hermanos, èsta sentència toca la cruel
dad de
Adan pa dad de Adan, que nos parecia antes haber pecado por
ra con la el amor de la muger. Ea pues, ò Adan, nosotros sa
muger. bemos, que ella es hueso de tus huesos, y carne de
º -
tu carne, y que has pecado por el amor que la te
nias. Veamos ahora quanto la amas. El Señor viene
con una espada de fuego à la venganza de la preva
ricacion: ponte delante exponiéndote al riesgo por ella,
y di: Señor, la muger es mas fragil, la muger ha
v. - º
sido engañada: mia es la iniquidad, mio es el pecado,
contra mi solo proceda la venganza. Mas no habla asi:
Gen.3. 1 La muger, dice, que me disteis , me diò del drbol y
comi. ¡O perversidad rehusas recibir por ella la pena,
y no rehusaste admitir la culpa! ¿Cómo, ay dolor lo
has confundido todo, siendo perniciosamente miseriº
cordioso, quando debias ser severo: y mas permicio,
samente cruel, quando convenia tener misericordia
Pues
EN LA FIEsTA er roDos Los SANTos. 337.
Pues de ningun modo debiste delinquir por ella, pero
debias satisfacer por ella con un ànimo gustoso. Asia
pues conviene, Hermanos, que se haga; que nunca;
el hombre pèque por otro, lo qual es justicia : y gus
tosamente llève los pecados de otros sobre si, lo qual
es misericordia. Bienaventuradºs los que tienen ham
bre y sed de la justicia , porque ellos serán hartos.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos al
canzardn misericordia. Siguese: -- ( *
Bienaven
13 Biena venturados los limpios de corazon, porque tu r ados
ellos verdn d Dios. Bienaventurados ciertamente, y en los limpi
teramente bienaventurados, los que veràn à aquel , en os de co
quien desean mirar los Angeles, à quien ver es la vi razon. .
da eterna. A vos dixo mi córazon , mis ojos os han
buscado: vuestro rostro, Señor, buscare. Porque que
hay para mi en el Cielo, y fuera de vos que he que
rido yo sobre la tierra? Desmayó mi carne, y mi co
razon, ó Dios que sois Dios de mi corazon, y mi suer
te para siempre. ¿Quàndo me llenarèis de alegria con
vuestro rostro? ¡Ay de mi por la inmundicia de mi
corazon por cuyo impedimento, ho merezco todavia,
ser admitido à aquella dichosa vision. ¿Con quânta so Los ojos
del alma
licitud, Hermanos, con quánta aplicacion se debe tra se deben
bajar, pº poder limpiar les ojos, con que se ha de ver
limpiar
a Dios? Y yo ciertamente hállo que me mancho con de tres
tres generos de inmundicia; con la concupiscència de m anchas
la carne, con la concupiscència de la glòria temporal, para ver
à Dios.
y con la memoria de los pasados delitos. Porque hay --
- -

en el alma ciertos movimientos de unos y otros desèos, -

los quales ni con la razon, ni con las fuerzas puedo apa i. . . . 4


gar, mientras que estoy en este siglo malo, y me ha
llo atado en este cuerpo de muerte. Sin embargo con es La oració
el reme
tra estas inmundícias opongo el remedio de la oracion; dio cótrº
y por eso como lós ojos de los siervos estàn en las los movi
manos de sus Señores, así nuestros ojos miran al Se mientos
ñor Dios nuestro, hasta que se apiade de nosotros; el malos de
qual solo es límpio, y puede hacer limpio al que es la concur
piscencia
VV. COIn
338 SERMoN I. DE S. BERNARDo ABAD,
concebido de sangre in munda. A este modo tambien
contra la memoria de los pecados se instituyó el re
medio de la Confesion; y todo se lava en la confesion.
La cenfe Ve ahi, estas son las cosas que limpian los ojos del
sion con
corazon, la Oracion, y la Confesion. Por cierto hien
tra el pe
eado. aventurados los limpios de corazon, porque ellos verán
d Dios. Le veràn sin duda en el fia cara á cara: le
verán ahora tambien , pero como por espejo , y en
Unos pe enigma: ahora conocen por parte , habiendo de cono
can espe. cer despues perfectamente. Todo aquel pues, en cuya
rando de conciencia vive aun encerrado el pecado, ö peca en
sordena
damente,
la esperanza, y de tal modo siente de Dios como si
y otros
los pecados le desagradasen muy poco: ô peca en la
por la des desperacion, teniendo à Dios por inmisericordioso. De
peracion. los quales al uno y al otro se dice con razon : Pensaste
Ps.49. * 1. iniquamente, que yo sere semejante d ti: porque ni uno
ni otro vè à Dios, sino que la iniquidad se desmiente
à si misma , formandose un idolo en lo que no es el ,
mismo. Pero bienaventurados los limpios de corazona.-
porque ellos solos ven à Dios, ellos solos sienten de
èl en bondad: como verdaderamente es bueno, de tal,
suerte, que ninguno es bueno, sino èl. Bienaventura
dos los limpios de corazon, porque ellos verdn d Dios.
Miserables , por tanto Adan, y Eva, que volviendose á
las palabras de malícia para buscar escusas en los pe
cados, quando rehusan limpiarse con la confesion , per
manecen con el corazon inmundo, y son echados de la
presencia del Señor. Siguese:
Sienaven 14 Bienaventurados los pacificos, porque serdn lla
t u r ados
mados hijos de Dios. Con razon seràn llamados con el
los pacifi nombre del hijo, los que cumplieren la obra del hijo.
sos, -
Pues èl mismo es, por quien reconciliados tenemos paz
con Dios; el mismo es, quien pacificó en su sangre
La recon. las cosas que estàn en los Cielos, y las que estàn só
ciliacion
bre la tierra, siendo mediador de Dios y de los hom
con Dios bres, el hombre Christo Jesus. Y atiende como en las
de q. mo
dos se ha tres primeras cosas sin duda alguna se reconcília el al
Ce, , º IIl l
EN LA FrestA DE Tonos Los SANTos. 339
ma consigo misma, en las dos que se siguen, con el *

prójimo, en la sexta con Dios, y en la sèptima recon-.


cília tambien à otros el hombre, como recibido ya à
la gràcia del Señor, y favorecido con su dichosa fa-o -

miliaridad. Porque con la pobreza, con la mansedum


bre, con el llanto se renueva en el alma una cierta
semejanza, è imagen de la eternidad, que abraza to
dos los tiempos, mereciendo con la pobreza lo futuro,
vindicando para sí con la mansedumbre lo presente, y
recuperando tambien con el llanto de la penitencia lo
pasado, como està escrito: Repasare delante de vos Isai. 38.
5•
todos mis años en la amargura de mi alma. A la ver
dad, por la justicia y misericórdia convenimos per
fectamente con el prôjimo, no haciendo con ellos por
la justícía, todo lo que no quisieramos que se hiciese.
con nosotros : y haciendo à los hombres por la miseri
còrdia, todo lo que queremos, que otros hagan para
nosotros. Reconciliados ya con nosotros, reconciliados
tambien con el prójimo, confiadamente por la limpieza
de corazon nos reconciliamos con Dios. Bienaventura
dos aquellos que no siendo ingratos por su reconcilia
cion, y siendo solicitos piadosamente por sus herma
nos, hacen diligencia, en quanto alcanzanº, de reconcl
liarlos tambien a ellos consigo mismos, y con Dios.
Porque ¿de què alabanzas juzgas digno, y con quànto
afecto se debe estimar aquel Monge, que viviendo sin
queja èntre sus hermanos, precave con toda solicitud,
que no haya en èl cosa que tengan los demàs que su
portarla: y todo lo que en los demàs es oneroso, lo
lleva él pacientisimamente; que los escàndalos de ca
da uno los reputa suyos : que habla coh el Apòstol:
¿Quién es escandalizado, y yo no me abraso? ¿quien 1.Cor. I a
enferma, y yo no enfermo? Bienaventurador los pacifi 25.
cos, porque ellos seran llamados hijos de Dios. No es Mrth.5.9
Dios de disension , sino de paz; y por eso à los hijos
de la paz, es razon llamarlos tambien hijos de Dios.
- 15 Ya la octava bienaventuranza que es la que se
- - VV 2 si
340 SERMoN I. DE S. BERNARno AaAD.
Pocos só sigue, es la prerogativa de los Màrtires: y para imi
los que tar su constancia no parece haber, ya en nosotros ni
q u i eren
p a decer oportunidad, ni valor. Se honra ahora mas la justicia,
persecu quanto es en lo exterior y ningunos, ô pocos pade
cion. cen persecucion por ella. Sin embargo, dichosos, si es
que hay algunos , porque de ellos es el Reyno de los
Cielos; en donde ya nadie los perseguirà. Pero, si tam
bien en nosotros se multiplicàre la tribulacion, enton -
ces igualmente debe multiplicarse el gozo, fixando la
vista no en las incomodidades y molèstias que se vèn,
sino en los prèmios que no se vèn. Pues las cosas que
se vèn , son temporales; mas las que no se vèn, son eter
nas. Bienaventurados , dice , seréis, quando os aborre
cieren los hombres, y quando os separaren y desecharen,
y dijeren todo mal contra vosotros mintiendo por causa
mia. Alegraos en aquel dia , y llenaos de gôzo ; por
que asi vuestra recompensa es copiosa en los Cielos;
La misma mucho mas copiosa que haya sido el trabajo en la tier
P Omesa ra, ¿Pero què querra decír, el haberse hecho la mis
se hace à
lospobres
ma promesa á los pobres que à los Màrtires, sino que
que à los verdaderamente es un gènero de martirio la pobreza
Màrtires, voluntaria? Bienaventurado el hombre que no corrió tras
el oro, y no puso su esperanza en los tesoros del di-.
Eccli. 3 1. nero. ¿Quien es este, y le alabaremos, porque bi hecho
cosas admirables en su vida. ¿Què cosa es mas digma
de admirar, ó què martirio hay mas penoso, que el
tener hambre èntre los abundantes manjares, helarse
de frio entre muchos y preciosos vestidos, estár opri
mido de la pobreza èntre las riquezas que ofrece el
mundo, que ostenta el maligno, que desea nuestro mis
mo apetito? ¿Acaso con razon no sera coronado el que
, , , ).
combatiere de este modo, desechando al mundo que
º -
promete, burlandose del enemigo que tienta , y (o que
es mas glorioso) triunfando de si mismo, y crucifican
do la concupiscencia, que alhagueña le incita? Final
mente por eso á los pobres, y juntamente a los Mar
tires se promete el Reyuo de los Cielos, porque por
Y la
EN LA FiestA DE Tones Los SANTos. . 341
la pobreza se compra sin duda, pero en la pasion por
Christo se percibe sin dilacion alguna.
-
-

-
... º , )

«e- es e-e-o-e-º-es-e-e-es-e-e-e-e-»º
EN LA FIESTA DE TODos Los SANTos.

SERMON sEGUNDo.
Del estado de los Santos antes de la resur
reccibn. -

, , ,-

- I VElebrando hoy, Amantisfrños, la memória


- festiva y dignisima de toda devocion de
todos los Santos, juzgo por conveniente predicarà
vuestra caridad un Sermon , ayudāndome el Espiritu
Santo, acerca de su comun felicidad, en la qual go
zan ya de un bienaventurado descànso, y de la futura
consumacion que aguardan ; de tal suerte à la verdad . .. ...:
que no siguire yo en el las congeturas de mi propia opiº
nion, sino la autoridad de los divinos libros; para que
no parezca que profetízo de mi propio corazon, sino
que, en quanto pudiere, desèo fundarme en los testimo
nios de las Escrituras, Tres utilidades, con el favor
del Señor, podrà traer este Sermon, siendo su fin que
habiendo conocido, aunque no sea mas que en parte,"
la feliz recompensa de los Santos, procuremos en lo
adelate con mayor solicitud seguir sus huellas, y sus
pirar con desèo mas fervoroso a la compañia de ellos,
y enconendarnos tambien con mas afectuosa devocion”
à su patrocinio. Fiel Sermon y digno de toda acep
cion serà, si á quienes rendimos una solemne vene
racion, les seguimos tambien en una conducta de vi
da semejante á la suya: si nos apresuramos con todo
anhelo a la bienaventuranza de aquellos, que noso
tros publicamos felicísimos: si nos amparaa tambien
los

-g"
342 SERMoN II. De S. Br RNARno ABAD.
los patrocinios, de quienes nos deleytan los elógios.
Quá fruc No es poco fructuosa no, la festiva memoria de los
tuosamé
te. Se Ce
Santos, expeliendo ella la debilidad, la tibieza, y el
lebranlas error: pues por su intercesion se ayuda nuestra fla
fiestas de queza, se excita la tibieza nuestra con la considera
los Stos. cion de su bienaventuranza : y aun tambien nuestra
ignorancia con sus exemplos es instruida. Por tanto
no dudando que estarèis ya perfectamente instruidos,
para imitar los exemplos de los Santos por la lec
cion del santo Evangelio de hoy , y por el mismo
Sermon del Señor, habièndose erigido sin duda delan
te de vuestros ojos aquella escala , por la que subió el
coro universo de los Santos, que hoy celebramos; ni
ignorando tampoco , que en implorar sus sufrágios
habeis empleado con devocion religiosa todo el tiem
pocasi de la noche y de este dia ; ya acerca de sur
bienaventuranza tentarè hablar algo , aunque sea po
co; aquello que nos diere el mismo, que ya magnifi
ca y glorifica á los que primero llamó y justificó.
Ps. 1 y 4.7. 2 Leemos en el Propheta : Vuelvete alma mia d
tu descanso, porque el Señor te bd colmado de bie
nes, porque sacó mi alma de la muerte, mis ojos de
las lagrimas, mis pies de la caida; y en otro Psal
Ps. 12 3.7. mo: Nuestra alma como un pájaro fue libertada del
lazo de los cazadores. Igualmente me parece haber
hallado en la sèrie de las divinas Escrituras otras mu
chas semejantes palabras de hombres, que se alegran
no sin mucha admiracion de haber sido libertados;
palabras de una seguridad perfecta, y de una inmen
sa felicidad, voz de accion de gràcias y alegria, la
que à mi modo de entender de ningun modo convie
ne à estos que todavia habitan en casas de barro, y
que comen su pan en el sudor de su rostro. Porque
¿quién de ellos se gloriarà de que tiene el corazon
casto? ¿Quièn se atreverà a gloriarse de que ya està
el lazo deshecho, de que los pies estàn libres ya de
la caida, reclamando ciertamente el Apòstol, y di
CCl
EN LA FIEsTA DE Topos Los SANTos. 343
ciendo: El que esta en pie, mire no caiga? Por lo que 1 Cor, to.
tambien de si mismo dice: Infeliz bombre yo, ¿quien
me librard del cuerpo de esta muerte? Y en otro lu Rom. 24.
7.
gar: Hermanos , dice, yo no juzgo que be llegado á s

conseguir el objeto adonde dirijo mis pasos. ” todo a

la que hago entre tanto es , que olvidado de lo que Phil.3. 1 3


queda atrás, y extendiendome d lo que está delante
de mi, siga á la palma, &c. Y tambien : 'o, dice,
de tal modo corro, no como d una cosa incierta; de
tal modo peleo, na como azotando al ayre ; sino que
castigo mi cuerpo, y le sugeto d la servidumbre, no
sea acaso que habiendo predicado d otros, me haga re
probo yo mismo. Esta verdaderamente es la trompeta
de la milicia, èstas las palabras de un Capitan animo
so, que pelea valerosamente. Pues las de arriba cier
tamente mas parecen própias del que triunfa ya, ô sin
duda, de quien todavia no triunfa , pero vuelve con la
victòria de la batalla , y aguarda el dia de un gran
triunfo con alegre y segura conciència. -

3 ¿Què dice pues vuelto de la batalla el soldado


fuerte, el siervo fiel? Vuelvete ya, dice, alma mia d
tu descanso. Porque, quando militabas bajo el estan En esta
darte del Señor en el cuerpo de muerte, ningun des. vida n
cänso habia, asi por la fatiga del combate, como por hay des
cànso al
el riesgo del èxito incierto todavia. Por aqui inquie guno,
taba el tumulto de las tentaciones, por alli ponia en
mas grave cuidado el miedo de quedar vencido. Sin
embargo, Hermanos, aun entonces tenia glòria el sol
dado de Christo , aunque no tenia descanso. Puesto
- - .
que dice aquel generoso, y fortísimo soldado, de quien
poco ha hicimos mencion: Esta es nuestra gloria, 2. Cor. R.
El 2 ,
el testimonio de nuestra conciencia. El qual testimo en -

nio no juzgo que se deba entender de tal suerte, que


pertenezca à la conciencia atestiguar à favor de si
misma. Porque no el que dà testimonio à favor de si
mismo, es por eso ya verdaderamente estimable, si
fio aquel ā quien Dios dá testimonio. Asi el testimo
IllQ
344 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD.
Qual sea nio, en que se gloría el Apostol, no es el que de si
el testi
monio de
misma da la conciencia, sino el que habla el Espl
la conojé ritu de verdad en ella , dando testimonio a nuestro es
cia. piritu, de que somos hijos de Dios. Es pues testimo
1. Cor. 1 o mio de la conciencia, no porque ella le dè, sino por
18. que le recibe. Porque, quando aplaude la verdad, quan
do atestigua la justicia , sin duda es la voz de Dios
que aprueba, y del Espiritu Santo que testifica ; al
modo que si à un soldado que combate varonilmen
te, su Rey por cuyo amor y honor pelèa, asistiendo
de cerca, le aplaudiera con rostro alegre, alabara sus
generosos hechos, le repitiera que ya estaba próxima
la victória, y le prometiera los premios ya prepara
dos, y una eterna corona. En el qual testimonio se
gloría sin duda el exercitado y valiente soldado; pe
ro de ningun modo descansa, sino que pelea mucho
mas fuerte y varonilmente. Asi pues mientras que mi
litan , se alegran ciertamente los escogidos de Dios,
pero solamemte de las primícias del Espiritu, que no
solo ayuda su flaqueza con la virtud suya, sino que
consuela su pusilanimidad con su testimonio. Por lo
Rom, 14. que tambien este Apòstol, de quien hablabamos: No.
17.
es el reyno de Dios, dice, comida y bebida, sino jus
ticia, y paz, y gozo en el Espiritu Santo.
4 Mas consumado ya el tiempo de su milicia, tie
nen gozo tambien los Santos aun en su espíritu, hasta
que llègue aquel dia, en que merezcan entrar en el go
zo de su Señor, para tener gozo igualmente en su
cuerpo. Porque asi tienes en el Psalmo: Sellada estd
Psal 47. sôbre nosotros la luz de vuestro rostro, Señor, dis
, :
teis d mi corazon la alegria. ¿De què? Sin duda de lo
Prov. 3 1. que se sigue : Por el fruto del pan , del vino, y acey
3 . te suyo. Oyô pues esta alma la voz del que decia:
Dadla del fruto de sus manos , y alaben la en las
puertas sus obras. Por lo qual tambien le mandan
A poc. 14. escribir en el Apocalipse à San Juan, que son bien
l 3• aventurados los muertos que mueren en el Señor. ¿Por
qEè
EN LA FresTA DE Todos cos SANTos. 345
què bienaventurados? Porque desde ahora ya dice el
Espiritu, que deseans en de sus trabajos. De donde
tambien en el mismo Psalmo, de que hablamos poco
antes, á las palabras que pasimos arriba, se añadió:
En paz dormire y descansare. Y acerca de las obras Ps. 4. ro.
Apoc. 14.
tenemos en el Apocalipse : Sus obras les siguen d ellos. 13-.
¿A què fin les siguen, sino para alabarlos en las puer s
tas ? ¿A que fin les siguen, sino para que se multipli - º --- l
quen por el fruto de ellas, y recibiendo del fruto de • --- º --

sus manos engorden aquellos becerros, que sabemos


por el testimonio del Propheta, que serán puestos so Ps, 5o, 2o.
bre el altar del Señor, quando se reedificaren los mu
ros de Jerusalen: Entre tanto, que estàn ellos bajo
del altar y no sôbre èl , nos lo enseña el rmismo, cu
yos testimonios se hicieron creibles sobremanera ; el
qual, como escribe en el Apocalipse, oyô tambien las Apoc.6.9
voces de ellos bájo del mismo altar. Todavia pues es,
tà sellada sobre ellos la luz del rostro del Señor: y
aunque no llena, con todo eso tienen mucha alegria
en su corazon, hasta que llegue aquel dia, en que les
llenarà de alegria con su rostro. Entretanto, "repito,
se vuelven aquellas almas à su descanso , hasta que
venga el dia en que mereceràn entrar en el descan
so del Señor. Todavia las alaban sus obras en las
puertas, hasta que llegue el tiempo en qué tendra
cada uno la alabanza de Dios. Veis , Hermanos, quah
unas son las escrituras, y como con el fnismo senti
do, y casi con las mismas palabras hablan de la bien
aventuranza de las almas,
5 Pero ninguno de vosotros sospeche, que serà po.
co grande el descanso, ô la alegria de aquellos, que
libres enteramente de toda molestia, repasan sus años
en la dulzura de su alma: se gozan por los días en
que fueron humillados , por los años en que vieron los
males: consideran con gustosa admiracion, y con un
admirable gusto los peligros que evadieron, los tra
bajos que toleraron, los combates que vencieron: y
- Xx por
346 SERMoN II, DR S. BERNARno ARAD.
por todo esto con una cierta è indubitable fè aguardan
la bienaventurada esperanza, y la venida de la glória
del gran Dios, y Salvador suyo, que resucitarà y re
formarâ sus cuerpos configurandonos à la claridad de su
cuerpo propio.
6 ¡Quänta es su felicidad! ¡quàn inmensa su ale
Tres go gria! porque sin duda se alegran con un triplicado go
zos delos
Bienaven zo, que nace de la memoria de su anterior virtud,
Rurados. del logro del presente descanso, y de la segura expec.
tacion de la consumacion futura. Acerca de esta con
sumacion tenemos la voz de ellos en el Psalmo, del que
poco hà hablamos , al fin de èl. Dice pues cada al
ma de aquellas, á quienes ya se concedió llegar à es
Ps, 4, 1o. te descanso: En paz dormire, y descansaré ; porque
vos , Señor, me habeis colocado singularmente en la
esperanza. Singularmente, digo , en la esperanza, no
ya èntre la esperanza y el miedo, donde antes no sin
solicitud y muchlsima ansiedad fluctuaba. Asi tambiea
acerca del presente descanso de los Santos tenemos es
crito en otro Psalmo: Vuelvete alma mia á tu descdn
so, porque, te bd hecho bien el Señor. Bien, repito,
hizo, aunque no optimamente todavia. Finalmente es
-cucha tu, quan bien lo hizo: Porque sacó mi alma de
la muerte, mis ojos de las lagrimas, mis pies de la
eaida ; esto es, me librò enteramente de todo peca
do, y de la pena del pecado; del temor tambien y
del peligro de recaer. Este es el lecho suavisimo del
alma, que con ningunas lägrimas tiene ya que lavar,
ò regar, quando Dios limpiará todas las lägrimas de
sus ojos. Este es el aposento , en que ya no se com
punge, ni se vuelve en su afliccion, quando la tras
pasa la espina. Puesto que salió de aquella tierra que
brotaba espinas y abrojos. Este sin duda es el lecho
del alma , que de ningun modo se mulle ya en su en
fermedad: porque todas las cosas de enfermedad pa
saron á un tiempo. Esto es, repito, el suavísimo y sa
ludable descànso del alma, la conciencia límpia, quie
• - 1 - - - º *.
EN LA Fres rA DE ropos Los SA NTos. 347
Lecho
ta, y segura. Sea pues para el alma bienaventura del alma.
da, colohon la pureza de su conciencia, almohada la
tranquilidad, cobertor su seguridad, para que entre
tanto duerma deleytablemente en este lecho, y des
canse dichosamente.
7 Acerca de la memòria de la anterior virtud tie
nes manifiestamente en el Psalmo ciento veinte y tres
las palabras, de que hice mencion mas arriba. Consi
deran pues y repasan con mucha admiracion, de quan
tos lazos, de quantos peligros fueron librades con el
divino auxilio, y llenos de gôzo en el Señor dicen:
Si el Señor no hubiera estado con nosotros, diga Is
rael ahora , si el Señor no hubiera estado con nosotros, Ps, 123.1.
quando contra nosotros se levantaban los hombres, qui. -
zd nos bubieran tragado vivos. Nuestra alma tras
pasó el torrente, quizd bubiera pasado nuestra alma
por un agua de donde na hubiera podido salir. Y aña
den: Bendito el Señor, que no nos did por presa d los - -

dientes de ellos. Tambien las palabras, que, instando ya C l.

el tiempo de su muerte, hablaba el Apòstol, aplicadas


á aquel estado en que ahora felizmente descansa, pa
recen convenirle ¿a mucho mejor: ahóra dice ya
mas seguramente : 7 o he combatido bien, acabe mº 2.Tim. 4,
earrera, guarde la fe: en lo demds nada me resta 5s
sino esperar la corona de justicia, que me esta re
servada, y que el Señor justo juez me dard en aquel
dia. Estos son, os digo Hermanos, estos son todos
los negocios de los Santos, esto la comida, esto el
sueño de ellos: y por eso quiso el Espiritu Santo que
se escribiesen estas palabras que hemos mencionado,
y otras semejantes, para que por ellas llegäsemos á
entender nosotros en algun modo el estado suyo.
8 Pero muy diferentemente son éllos penetrados
de afectos en semejantes meditaciones, y mucho mas
se deleytan que pueda percibir nuestro pensamiento,
º explicar muestra oracion. Escucha pues como tra
baja el Propheta incúlcando y multiplicando palabras,
Xx 2 sin
348 SERMoN II. De S. BERNARDo AaAD.
sin poder con todo eso asl, engrandecer lo que inten
Ps,3o. 1o. ta. Qudn grande es, dice, la muchedumbre de vues
tra dulzura, Señor, que escondisteis y reservisteis
para los que os temen! Pero ¿què añadió? Vos la ha
beis hecho, dice, plena y perfecta para aquellos que
esperan en vos, en la presencia de los hijos de los
bombres. Es pues la muchedumbre de dulzura que es.
tà escondida, grande sin duda, y muy grande, pero
todavia no perfecta: porque se hà de perficionar en
lo manifiesto, no en lo escondido, quando no descan
saràn los Santos bájo del altar, sino que residiràn co
mo jueces sôbre los tronos. Son admitidas pues al des
canso al punto las almas santas desnudas ya de sus
Ps. 141.8. cuerpos: mas à la plena glòria del reyno no así. Me
aguardan á mi los justos, dice el Propheta , quando
todavia estaba detenido en la càrcel del cuerpo, basta
que me deis la recompensa. Y la voz divina dice a las
almas santas que pedian la resurreccion de sus cuerpos
Apoc. 6. Esperad un poco de tiempo, hasta que se llene el ni
IIs mero de vuestros, hermanos. Mas ya debe darse final
Sermon; pues nos llama la solemnidad de las Misas,
que todavia se han de celebrar. Lo que falta pues,
acerca de la misma matèria, reservèmoslo para otro
Sermon. - ,
.
- , ,, , , , , , y, y - ) . . . . . ...

ese º 4 se ee
... 1 o
º1 4, , se, ,e-e-º-e-seº
, ,, º
zoºo o ,
EN LA FESTIVIDAD DE Los SANTos.

sERMONTERCERO,
como las almas Santas estaran sin mancha, ni
...
1. H. , , , , , , , , , , arruga.

IL, que se dijo en el Sermon precedente, que


-
me engaño, por lo

sonn:tres los estados de las x.almas sanías el prime


EN LA FesTrvIDAD DE Los SANTos. 349
es à saber en el cuerpo corruptible, el segundo sin el
cuerpo, el tercero en el cuerpo ya glorificado. El pri Tres esta
mero en la míticia , el segundo en el descanso , el dos delas
almas sá
tercero en la bienaventuranza consumada: el prime taS.
ro finalmente en los tabernàculos, el segundo en los
âtrios, el tercero en la casa de Dios. Qudn amables Ps. 23. r.
son vuestros taberndiculos, Señor de las virtudes! Sin
embargo, mucho mas deseables son los ātrios, segun
lo que añade : Mi alma desea ardientemente estar en
los átrios del Señor, y se desmaya d la fuerza del
ardor de este deseo. Pero, porque aun en los mismos La plena
âtrios , (como oyes) hay algun defecto, bienaventura y consu
dos enteramente los que habitan , Señor, en vuestra mada fe.
licidad de
casa. Yo me hé regocijado ciertamente en que se me los Stos.
hà dicho , Hermanos, que iremos á: la casa del Señor. quãdo se
Y si preguntais de donde tan confiadamente presumo rà.
esto: sin duda de que ya muchos de èntre nosotros,
están en los àtrios, aguardando hasta que reciban sus
cuerpos, hasta que se llene el número de sus herma
nos. Pues en aquella beatisima casa ni sin nosotros en
traràn, ni sin sus cuerpos, esto es, ni losº Santos sinº
la plebe, ni los Espiritus sin la carne. Nº es decente
que se dè la bienaventuranza entera, hästa que el .
hombre, à quien se hà de dar , estè entero; ni que se
dè la perfeccion à la Iglèsia, quando todavia es im
perfecta. Por eso, quando pedian la resurreccion de los
cuerpos, como dijimos yà en el Sermon anterior, re
cibieron la divina respuesta, que decia: Esperad un Apoc. 6.
II e
poco de tiempo, hasta que se cumpla el niumero de vues
tros hermanos. Con todo eso recibieron ya cada uno
sus estola ; ero no se vestiràn con dobles ropas, has-º
ta que nosotros igualmente nos vistamos; como de los
Patriarchas y Prophetas dice el Apòstol: Praveyendo Hebr. 11,
Dios por un particular favor que quiso hacernos, que 49.
no recibiesen sin nosotros el cumplimiento, y consuma
cion de su dicha. La estola primera rla -
es la misma feli
cidad, y descanso de
J..- º
las almas
* - ¿?... .. de que hemos hablado:
*.
35o SERMon III. DE S. BERNARDo ABAD.
do: la segunda es la inmortalidad y glòria de los cuer.
Apoc. 6. pos. Por lo qual dicen tambien: Vindicad, Señor, la

sangre de vuestros Santos que bá sido derramada; no
como anhelando a la vindicta, ó con zelo de la ven
ganza própia ; sino con el desèo de la resurreccion y
glorificacion de los cuerpos suyos, la qual fijamente
no dudan que se hà de dilatar hasta el dia del juicio.
2 Mas de dónde á ti èsto, o mísera, ö fea, o
fètida carne , de dónde à ti esto? Las almas Santas,
las que señaló Dios con su propia imagen, te desean;
las que redimió con su própia sangre, te aguardan; y
sin ti no puede completarse su alegria, perficionarse
su gloria , consumarse su bienaventuranza. De tal suer
te està vivo en ellas este natural deseo, que aun to
davia toda su afeccion no camina libremente a Dios,
sino que se dobla en algun modo, y hace arruga, quan
do se inclina por el desèo de ti. (a) Por lo que el bien
a VCIl

(a) Quando un Autor constantemente en todas las ocasiones


que se han ofrecido, ha explicado en términes los mas claros, y
decisivos su sentencia, una ley de equidad obvia à todos, està dic
tando, que si alguna vez se explica sóbre el mismo objeto en expre
siones que aparezcan dificiles, y menos claras, se le deba entender
con respeto siempre à su frequente modo de explicarse sobre el mis
mo punto en otras ocasiones: especialmente si con ocasion de ex
plicar algun lugar sublime, y de dificil inteligencia de la escritura,
usa de alguna frase que por si sola, y à primera vista parece con
traponerse à su modo de pensar declarado por el Autor antes, y des
s
pues en expresiones claras, y llanas. Por esta sola regla tan llena de
justicia, a nadie deberà mover escrupulo la doétrina que da S.Ber
nardo sobre el estado de las almas de los Santos despues de esta vi-,
da. Se ha declarado el en mil partes en los terminos mas ciertos, y
expresos, confesando que estàn en el Cielo, que asisten ante el ros-,
tro del Señor, y que se gozan en su presencia. Ni solo esto: ha he-.
cho con frequencia las mas vivas descripciones de aquel sublime fe-.
licisimº estado de las almas, y las mas elegantes, mas propias pin
turas de la gloria que en presencia del rostro de Dios las hace bien
aventuadas para siempre, como se ve en los Sermones de s Victor,
de S. Martin, de S. Benito, y se puede decir, que en casi todos los
sermones de los Santos, y en muchos de Tiempo, diciendo abier
ta
EN LA Frstrvro An or Los SANTos. 351
aventurado San Juan que nos declaró por el Espíritu
muchas cosas de aquel estado, en que felizmente descan
san las almas bienaventuradas: Sin mancha, dice , es Apoc. 14
tan delante del trono de Dios. Sin mancha, repito, pe 5.
ro no sin arruga, hasta que venga aquel dia, quando
Christo harâ presentarse delante de si mismo la lgle
- Si3

tamente Serm. 19. de Divers. despues de haber expuesto que gozan


ya con Christo de todas las bendiciones espirituales y celestiales,
que con los ojos desnudos (por decirlo asi) estan mirando la esencia
de la Divinidad. Asi por lo que dice en este lugar, y en el Sermon
antecedente-, y siguiente, y tambien en el Sermon 4. de la Dedica
cion, solo dà à entender la grandeaa del desèo que tienen las almas
por unirse a sus cuerpos, y la gloria acidental, que lograràn en es
ta reunion; pues aunque este desèo ni las inquiete, ni las aflija, por
que la grandeza de la gloria que les llena, pone à una distancia in
mensa de ellas todo disgusto, es conatural en ellas, y vehemente,
y que no perderà su viveza hasta que en la resurreccion le lleve à
si, y embeba totalmente la consumacion su gloria.Creyeron con
razon algunos Padres, que la vision beatifica en todos sus efectos
tiene el atraerse, y llevarse todas las afecciones del hombre: esto
mismo dice aqui S. Bernardo, y como esto no sucederà à las almas
sino despues de la reunion de los cuerpos, pues por ahora està en
ellas vivo, y en gran vehemencia este desèo mismo, de ahi es que
aunque supone, que gozan de la vista clara de Dios, no las con
cede por ahora el goce de todos sus apetecibles, y preciosos efectos.
- Esto se percibirà mejor, si advertimos que S. Bernardo va sir
guiendo los profundos, y misteriosos textos del Apocalipsis, cuya
sagrada obscuridad, por explicarne asi, no quiere el Santo desen
volver del todo, por conservar su misma magestad, no corriendo tor
do el velo à fin de que dè mas golpe para el respeto aquel sagrado
altar bajo del qual viò S. Juan las almas santas. Quiero decir, que
S. Bernardo quiso usar de unas frases semejantes en la profundidad
y en las misteriosas figuras à las que emplea la misma Escritura en
esta materia: y por lo mismo se ve que, para entender su modo de
pensar acerca del estado de las a mas santas libres del cuerpo, se ha
de tomar lo que dice aqui con relacion à lo que en tantas partes tier
ne declarado en términos propios, y claros. Desde el Serm. a. en la
y Vigilia de la Natividad se hace claro con toda evidencia, que jamàs
entendió el Santo los textos del Apocalipsis, que aqui explica, de
modo que negase à las almas santas antes del juicio, final la vision
beatifica. En esto siempre habló en el mismº sentida que el Apostol,
- quan
352 SERMoN III. De S. BERNARDo ABAD.
Quando sia gloriosa, sin tener mancha, ni arruga. En estos
estarà la
pues que todavia militan, ni sin mancha sin duda es
Iglesia
sin man tà la Iglesia: porque ninguno està límpio de mancha,
cha ni ar ni aun el infante, cuya vida es de un dia sobre la tier
ruga. ra: la qual vida, testifica el bienaventurado Job, que es
Job. 7. I• milicia. Pero en los que descansan bajo del Altar de
Dios, ya està sin mancha la Iglesia, como tienes en el
-
Psal
• -

quando dijo, que habia Dios proveido á nuestro favor que los Santos
no fueran consumados sin nosotros. V. Serm. 2. en la Vigilia de la
Natividad num. 5.
Esto es lo que han pensado hombres doétisimos de este mo
do de hablar del Santo, y lo que sin duda se apoya sobre graves
fundamentos. Pudierase decir tambien que en aquellos tiempos no
estaba todavia en clara luz la doétrina Cathólica que enseña, que
1as almas de los Santos libres del cuerpo gozan de la vision beatifica.
Ciertamente S. Bernardo estuvo muy distante po solo de la opinion
que siguió , ô à que diò ocasion Origenes, siho tambien de la de
Juan XXIH, y sus sequaces. S. Bernardo en estos mismos Sermones
a las almas de los Santos las reconoce cóhocadas en el Cielo, admi
tidas en la compañia de los Angeles, llenas de luz y de gozo, ocu
padas en la voz de accion de gracias, despues de haber dicho en
otras partes que gozan de una gloria, y felicidad igual à la de los
Angeles. En fin expresamente dice, que no es su àmimo, que su mo
do de pensar en estos Sermones acerca del estado de las almas san -
tas no deba ceder, sià otro alguno pareciere otra cosa. Por todo es
to se debe creer que S. Bernardo trata aqui particularmente de la
gloria acidental, que se aumentarà à los Santos “despues de la re
surreccion de sus cuerpos, dejando siempre salva la gloria esencia 1
de que ya gozan lo que se hace mas claro cotejando el modo con
que en diferentes lugares explica el Santo el texto del Apocalipsis,
el que se ha tocado del Apòstol Hebr. 1 1.4o. pues siempre decla
a que en la reunion de los cuerpos recibiràn los Santos la perfec
cion , y consumacion de su gloria , que es lo mismo , que el au
mento, y plenitud de la glória acidental. " 2.

* Al fin, lo que pone fuera de toda duda, que S. Bernardo no


1habla aqui de la bienaventuranza esencial, y que la supone con to
da certeza en las almas de los Justos, es lo que dice el Santo en el
Sermon 78. de Divers. Pues alli distingue igualmente tabernaculos,
âtrios, casa : pero clara y expresamente en términtos propios dice,
que tierren ya la bienaventuranza eterña estas mismas almas, que él
coloca en los misteriosos ātrios, º
EN LA FestrvrDAD DE Los SANros. 353
Psalmo: Señor, ¿quien habitara en vuestro taberndcu PS. 4. 4a

lo, ö quien descansard en vuestro santo monte? El que


entra , dice , sin mancha. Este pues descansarà en el
monte del Señor, porque entró sin mancha: mas el que
estuviere sin arruga , º serà ensalzado sobre el monte.
Pero si quieres saber quando estaran sin arruga las al
mas Santas, y quando seràn extendidos los Cielos, co
mo una piel, que se dilata enteramente , de modo, que
ni la mas mínima arruga se encuentra en ella: entonces r
sera sin duda quando ya seguiràn al Cordero a qual º-
quiera parte que vaya. Verdaderamente es preciso que
se dilaten y extiendan aquellas almas de quienes ha
de ser seguido el Cordero. ¿Adónde llega pues? Alcan
za ciertamente de un fin à otro fin fuertemente, y dis
pone suavemente todas las cosas. º
- 3 - ¿Quières saber todavia adónde và el Cordero, y
adonde tienen necesidad las almas bienaventuradas de
seguirle En todas las cosas busque el descánso. Es
te es à la verdad el descànso del Señor, no entre
cortado , no restríngido á una cosa determinada: por
que en todas las cosas se alegra, en todas se deley.
ta, en todas busca el descàñso y le halla. Pues las
El descā
cosas buenas le agradan en si mismas , y no menos se so perfec
deleyta en la buena ordenacion de los males. Ama la to de los
misericórdia y el juicio : ni solo se complace asi mis Stos. sera
mo en la glória de los buenos, sino tambien en los el gozo q.
mismos suplicios de los impíos, por quanto son jus tendràn é.
tos. ¿Què pues? ¿Piensas que podrá el alma humana todas las
entrar en èste gozo de su Señor, y en èste su des cosas.
cánso, para que ella igualmente se delèyte en todas
las cosas; ni ya con alguna particular afeccion se en
coja haciendo arruga , sino que päse ella àun cierto
afecto general y divino? Podrá sin duda , si fuere ha
llada fiel sobre las pocas cosas que recibió en el tiem
po de su “milícia, esto es, sobre los miembros, sóbre , -

los sentidos , sobre sus apetitos que recibió para re


girlos, probándose en todo
r Yyesto quan fiel haya sido Sul.
a
35 SERMoN III, pE S, BERNARpe A a Ap,
Quien es su Señor. Sepa, pues, el siervo de Christe poseer eu,
siervo fiel
vaso en santificacion; glorifique y llève à Dios, en su
cuerpo: y no hay duda que colocarà sôbre lo mucho,
el Señor liberal y rico, al siervo fiel en, lo poco. So
bre mucho, ciertamente, porque le constituira señor
de su casa , y príncipe de toda su posesion, Nios pa
rezca esto increible, Hermanos, como si fuera sola
mente pensamiento de mi mismo: porque la verdad
misma lo promete manifiestamente, de cuya promesa
Math. 14
46. de ningun modo es, licito dudar. Bienaventurado aquel
siervo, dice , al qual viniendo su Señor le hallaire
obrando de este modo. De verdad os digo , que le co
locard sobre todos los bienes, suyos. Entonces, pues,
el siervo fiel es constituido sobre todos los bienes de
su Señor, quando merece entrar, en su gôzo, y en
lo adelante alegrarse con él en todas las cosas, go
a. Cor. 6. zarse de todas, en todas deleytarse, Porque el que se
17v. junta d Dios, testigo el Apòstol , se hace un espirir
tu con el ; y su voluntad, juntàndose enteramente à la
voluntad divina, se hace una con ella, de suerte que
nada que sea contràrio à ella se halla ya en todas las
criaturas; sino que todas las cosas se hacen, ô, mas
bien permanecen segun su arbítrio,
4. Esta es pues, la bienaventurada, esperanza que
aguardan las almas Santas; y aunque se emplean en
Las al accion de gràcias por èsta felicidad, en la que ya des
mas de los cansan; con todo eso oran todavia, y claman à Dios
Bienavé
tu r ados por aquella consumacion que aguardau. Por lo qual
oran por asi como dijimos que estàn ciertamente, sin mancha
la consu de vejez, pero no sin la arruga de algun encogimien
mació de to: asi ya parece que hàn llegado á la accion de grà.
su gloria. cias , pero todavia no à, la voz de alabanza : porque
es razon que àun Señor infinitamente perfecto le ala
ben los que son , ya perfectos, para que él sea alaba
Todavia do con su heredad, quando ya no solamente le alaba
no las es ran ellos mismos, sino que cada uno tendra alaban
muy pro za de Dios. De donde el Propheta tambien parece ha
-
ber
- EN LA FESTIVIDAD DE Los SANTos, 355
ber usado expresamente del verbo de futuro, dicien pia la voz
de alabā
do: Bienaventurados los que habitan en vuestra casa, Za,
Señor, por los siglos de los siglos os alabarán. Y el
Bienaventurado San Juan en el Apocalipse no oyô voz Ps.83. 5.
de alabanza, sino mas antes voz de súplica. Pues ha Apoc. 6.
llas escrito así: Bajo del Altar de Dios oi las voces lQe
de los que habian sido muertos. ¿Què voces? Vindi
cad, Señor, la sangre de vuestros Santos, que há si
do derramada. Voz de ruego, no de alabanza es ès
ta. ¿Mas hasta quàndo rodeamos de lejos este Altar,
y tememos acercarnos à èl ? Desèa, sino me engáño,
vuestra caridad oir el Sacramento de este Altár, y
saber su sagrado y secreto mistèrio. Pero, ¿quièn soy
yo para que con facilidad me atreva à entrar impe
tuosamente, qual escudriñador temeràrio en el retre
te de los Santos? Como si yo no hubiera leido, que Prov.25s
el escudriñador de la magestad sera oprimido por la 27
gloria. Sin embargo , pausemos aqui hoy , si os pla
ce, por si acaso llamando nosotros se dignan mani
festarnos el mistèrio de aquel Altar las almas Santas,
que le habitan, no a la verdad, por nuestro mèrito,
sino por aquel que nos amò , y nos lavó de nuestros
pecados en su sängre: reconocièndonos ellas èntres los
ciudadanos y domèsticos de Dios, y no juzgando que
debamos ser desechados como huèspedes y advene
dizos, de aquella secreta habita cion. -
356 - -

«e-º-eº. --º º-esº e º e-e-º-oo.


, , , ,
EN LA FESTIVIDAD
DE TODOS LOS SANTOS,
SERMON QUARTO.
Del Seno de Abrahaº, y del Altar, bajo del qual
el Bienaventurada San $uan oyó d las almas de los
Santos; y de las siete panes , de los que se lee que
quedaron otras tantas es puertas.
I Abièndose hecho mencion por incidència
Apoc69 de aquel celeste Altar, bajo del qual el
Bienaventurado San Juan oyó las voces de los San
tos, diferimos hablar de él (como juzgo harâ memo
ria, vuestra caridad) para que precediendo la oracion,
se nos franqueāse mas segura entrada à tan sagrado,
y tan secreto aposento. Tiempo es ya de decir aque
Qual sea
el miste llo que se nos hà dado á, conocer acerca de èl, pe
rio del Al. ro sin perjuicio à la verdad de lo que diferentemen
tar d el te acaso fuere revelado à alguno. Lo primero pues,
Apocalip que pueda excitar la atencion es , què querrá signifi
sis.
car, el decir San Juan que oyó las voces de las al
mas Santas debajo del Altar de Dios, siendo asi que
Luc. 16. hablando el Salvador en el Evangèlio del alma de Lā
22. zaro, no debajo del Altar de Dios, sino al seno de
Abrahan, dice que fue llevada por los Angeles. Ni
Job. 14. el Santo Job, como aparece , de ningun modo se
I 3. atrevió a aspirar al Altar de Dios, qúando decia:
¿Quien me dard, que en el infierno me ampareis, y me
escondais hasta que pdse vuestro furor, y me deter
mineis tiempo en que os acordeis de mi Pero ya Her
- - IInd
EN LA FE sTIvIDAD DE ToDos Los SANTos. 257
manos , habia venido aquel tiempo que pedia el San
to Job; ya habia venido el tiempo de acordarse, ya
habia llegado el tiempo de tener misericordia , quan
do oyô San Juan las voces de los Santos bajo del Al
tar de Dios. Porque hasta que viniera aquel desea
do, que borráse con su sangre la escritura de nues
tra condenacion , y apagando la espada de llamas
abriese a los creyentes los Reynos de los Cielos, en
teramente à ninguno de los Santos se franqueaba la
entrada en elos: pero les habia Dios proveido en
el mismo (a) infierno un lugar de descanso y refri
gerio , fijando un chaos grande èntre aquellas almas,
y las de los impíos. Pues aunque unas y otras esta
ban en tinieblas, no estaban unas y otras en penas,
sino que eran atormentados los impíos, pero los jus
tos eran consolados. Que estuviesen en tinieblas, lo
sabemos por el testimonio del Santo Job, quien de Job, to.
cia tambien de si mismo , que habia de ir àun lugar
tenebroso, y cubierto de la obscuridad de la muerte.
A éste lugar pues, obscuro sin duda, pero quieto,
llama el Señor seno de Abrahan : por el motivo, se
gun yo pienso, de haber muerto èl en la fè y expec
tacion del Salvador. Porque tan manifiestamente fuè
probada, y aprobada la fè de Abrahan, que fuè el
primero, que mereció recibir la promesa de la futura
Encarnacion de Christo. Bajando pues à èste lugar
el Salvador hizo pedazos las puertas de bronce, y que
brantó los cerrojos de hierro, y sacando de la casa
de la cárcel los prisioneros, los quales estaban à la
verdad sentados, esto es descansando, pero en tinie
blas y sombra de la muerte , ya entonces los colocó Què obró
bajo del Altar de Dios, escondièndolos en su taber el Señor
descendi,
näculo en el dia de los males, y protegièndolos en endo al
lo escondido de su tabernàculo, hasta que llègue el Limbo.
L162IIl

(a) S. Agustin es de contrario parecer, lib. 12, de Gen, ad litt.


y juzga, que los antiguos Justos tenían diferente lugar.
358 SERMoN IV. De S. BernAR po ABAD.
tiempo en que cumplido el número de sus Hermanos
ya , pasen adelante, y perciban el reyno que les esta
preparado desde el origen del mundo. Mas ya si qui
zá en alguna parte se llama tambien seno de Abra
han el descänso presente de los Santos , es cierto ha
berse tomado del Evangèlio èsta costumbre: aunque
nadie debe dudar, que es muy diferente éste seno que
aquel; como que aquel estaba en tinieblas, este en
mucha luz, aquel en el infierno, èste en el Cielo.
Sin embargo no sin congruencia parece decirse aua
ahora que los hijos de los Patriarchas son recibidos
en el seno paterno , quando desde èste siglo merecen
pasar a su compañia.
Este al 2 A la verdad el mismo Altar, del qual hemos
tar es la de tener el Sermon, yo en quanto alcânzo, no juzgo
h u mani ser otra cosa que el cuerpo mismo del Señor Salva
dad d e dor. Creo que tambien yo sobre esto tengo el sen
Christo.
tido de èl, especialmente oyèndole que promete en
el Evangèlio: En qualquiera parte que este el cuer
Luc. 17, po, alli se congregardn tambien las águilas. Ahora
17.
pues descansan felizmente los Santos bajo de la hu
manidad de Christo , en la qual ciertamente desean
mirar los mismos Angeles, hasta que venga el tiem
po quando ya no serán colocados bajo del Altar, si
no que seràn ensalzados sóbre èl. ¿Pero què dije? ¿Por
ventura alguno, no dirè de los hombres , sino aun
de los Angeles podrá , no superar , pero ni alcanzar
à la gloria de la humanidad de Christo ? ¿De què
modo pues he dicho yo que serán ensalzados sôbre
el Altar los que ahora felizmente descansan bajo de
èl? Con la vision sin duda y contemplacion , no con
* ,,
la preferencia. Pues se mostrarà à nosotros el Hijo .
(como tiene prometido) asi mismo, no en la forma de
Johan. 4 siervo, sino en la forma de Dios. Nos mostrarà tam
bien al Padre, y al Espiritu Santo, sin cuya vista
ciertamente nada nos bastaria; porque esta es la vi
da eterna, que conozcamos al Padre verdadero Dios,
y
EN LA Festivin Ap pE Tonos Los SANTos, 3 se
y à Jesu Christo a quien envió , y en ellos (lo que
no tiene duda) tambien al Espíritu de ambos. Pasan
do pues, èl nos ministrarà las nuevas sin duda , y has
ta aquel tiempo nunca experimentadas delicias de su Johan, 17
manifiesta contemplacion. De donde tambien San Juan
en su carta: Ahora , dice, somos hijos de Dios, pe Johan. t.
ro todavia no apareció lo que seremos. Y añade: Mas 3•
sabemos que quando apareciere , ser emos semejantes
d, el , porque le veremos como el es. Oye en fin à la
Esposa en el Cântico de los Cânticos hablar confia
damente , y mirala colocada con la esperanza ya só
bre el Altar. Su izquierda (sin duda la del Esposo) Cant. 2.6,
está bajo de mi cabeza, y su diestra me abrazard.
Transciende pues, el alma bienaventurada la Encar
nacion y humanidad de Christo, la qual con razon
se llama su izquierda; para contemplar mas subli
memente su divinidad y magestad, que no sin con
gruència se llama su diestra.
3 De tres modos, Hermanos, gozarèmos de Dios Tres mo,
dos de la
en aquella eterna, y perfecta bienaventuranza: vien fruició de
dole a el en todas las criaturas, teniéndole en noso Dios que
tros mismos, y (lo que es inefablemente mas gusto compren
so y dichoso que todo esto) conociendo tambien la dela bien
misma Trinidad en si misma, y contemplando aquella aventurā
gloria ¿? alguno con los ojos limpios del co za perfeo.
razon. En esto pues estarà la vida eterna y perfecta, ta.
en que conozcamos al Padre, y al Hijo , juntamente
con el Espíritu Santo, y veamos à Dios, como èl En que
es ; esto es, no solo como està en nosotros ó en las cósiste la
demàs criaturas., sino como està en si mismo. LDe bienaven
donde, aquellas dos cosas que dijimos antes , pare turâza de
cen ser como adyacentes, y como la corteza del tri la vid a .
eterna.
go: pero este conocimiento es la suma de la bien
aventuranza, la medula del trigo, la substància del
Psal 47
grano, con que sin duda es saciada la Ciudad San 14.
ta de Jerusalen. Sin embargo, quanto es grande aque
lla bienaventuranza, tanto està escondida à nuestros
- º « ojos:
s

36o SeRMoN IV. DE S. BERNARDo ABAD.


ojos : porque ni el ojo vió, ni el oido oyó , ni subió
a l corazon del hombre, quanta claridad , quanta sua
vidad, quanto gusto nos aguarda en aquel conoci
miento. Esta es la paz de Dios, que excede todo sen
tido: ¿quânto mas todo nuestro discurso? Lo que no
se hà concedido pues à ninguno experimentar , nin
Luc6.38 guno lo intènte explicar. Una medida llena, dice el
Señor, colmada , remecida , y que rebose pondrdn en
vuestros senos. Llena con la universidad de las cria
turas ; colmada en nuestro hombre interior; reme
cida, en el exterior ; rebos ando , en Dios mismo. Alli
esta el colmo de la felicidad, alli la sobreeminente
gloria, allí la bienaventuranza que sobrerebosa.
4 Como serà visto Dios en las criaturas, y como
le tendrènos en nosotros , lo podemos à lo menos en
Como se
hà de ver
parte congeturar por las mismas primicias del Es -
à Dios enpíritu , que hemos recibido ya. Mas aquel conoci
las cria miento de èl en si mismo enteramente es incognito
turas. para nosotros: admirable se hizo , es tan alto, que
no podemos alcanzarle. Podemos entender de algun
modo como serà visto en las criaturas; puesto que
.
aun ahora se vé en ellas: de donde tambien los Phi
*
losophos, testigo el Apòstol , por estas cosas criadas
... vieron las perfecciones invisibles de Dios. Pero por
Rom. 8. mas que uno se adelänte en mirar con el entendimien
2O.
to quan poderosisima , quan prudentisima , quan be
nignisimamente aquella magestad eterna hizo todas
las cosas, las rige todas, y las ordena todas, abso
lutamente comprende muy poco respecto de lo que
es en la realidad. Vendrà tiempo, quando ya (como
dijinos en el Sermon precedente) seguirèmos al Cor
dero adonde quiera que vaya, y le alcanzarèmos en
todas las criaturas, para que nos gocemos en todas,
en lo qual consiste el gozo del Señor Dios nuestro
Nos alegrarenos á la verdad en todas las cosas, pe
ro el motivo de nuestro gozo no será otro que èl
mismo, asi como el igual Inente no se goza de otra
cosa, que de si mismo. Co
EN LA FesTrvIDAD DE Todos Los SANTos. 36r
5. Como tendrèmos á Dios en nosotros, lo pode
mos tambien percibir por lo menos en parte. Cons
ta que la - naturaleza de las almas es de tres maneras.
De donde es que los Sabios de este mundo enseñaron
que el alma humana era racional, irascible, y con
cupiscible: la qual triplicada facultad del alma en
seña tambien la misma naturaleza, y la experiencia Como las
tres poté.
cotidiana. Por cierto así como pertenecen à nuestra cias d el
facultad racional la ciència è ignorância, como hà alma se
bito , y privacion; asi à la facultad concupiscible lle naràn
pertenecen el desèo, y el desprecio; y à la que se de Dios.
llama irascible la alegria , y juntamente la ira. Lle
narà pues Dios nuestra facultad racional con la luz
de la ciència, de modo que enteramente nada nos
faltarà en las ciencias todas. Llenarà la facultad con
cupiscible con la fuente de la justicia, para que por
todos modos la deseemos, y nos llenemos de ella en
teramente , como està escrito: Bienaventurados los Math. 5.6
que bdn hambre y sed de la justicia , porque ellos"
serdin bartos. Porque ninguna otra cosa fuera de la
justicia puede llenar el desèo del alma, y ninguna
otra cosa puede hacerla dichosa. Asi quando llena
re Dios de la justicia nuestra facultad concupiscible, aventurā
todo lo que debe desechar el alma, lo desecharà; to za del hó
do lo que debe desear, lo desearà; y de todas las co bre é quâ
sas aquello apetecerá mas, que fuere mas digno de t o à el
apetecerse. Finalmente, con razon atribuimos la jus alma,
tícia à nuestra facultad concupiscible, pues que se
gun elka obràre deseando, ô rehusando , somos re
putados justos ó injustos. Quando ya llenàre Dios lo
que en nosotros se llama facultad irascible, tendrè
s mos la perfecta tranquilidad, y nos llenarèmos de la
paz divina experimentando un gusto y alegria suma.
Y mira tu si en èstas tres cosas, en lo que toca al al
ma, no consiste la bienaventura nza perfecta: quan
do ya la ciència no inflarà por la justícia : no con
tristará ya por la regiº, para que cese aquel ¿.
.42 Ver
y
-

362 SrRMoN IV, DR S. BRRNARDo ABAD.


Eccli, r.
l 8,
vèrbio: El que añade la ciencia , añade tambien el
dolor: quando la justícia ni serà indiscreta por la cièn
cia, ni onerosa por la alegria : quando la alegria ni
será intempestiva por la ciència, ni impura por la
justicia. ”
6 Pero en todas estas cosas nada recibió todavia

Ps,7 t. 19.
este nuestro hombre exterior. A fin pues de que ha
bite tambien la gloria en nuestra tierra, y se llène,
como dice otro Propheta , toda la tierra de la ma
Bienaven gestad del Señor, se hàn de buscar para él quatro
tuázadel cosas , estando èl compuesto de quatro elementos , co
- hombre é mo es constante. Ni te admires de que parece necesi
quanto al tar de mas cosas el que es mas miserable, habien
cu 2rp0 • do tambien leido tu en el psalmo , que dice el Prophe
ta: De vos tuvo sed mi alma, y de qudntos modos
Ps. 62.2.
mi cuerpo tambien sintió el ardor de esta sed! Tenga
pues nuestra tierra la inmortalidad, ni tema ya el ser
reducida nuevamente á polvo; porque resucitando
nuestro cuerpo , ya no muere , no le dominarà la
Los qua
tro dotes muerte jamàs. Pero ¿què serviria , si sucediese aca
del cuer so, vivir eternamente en las misèrias, y enfermeda
po glorio des de esta pasibilidad, en la que es afligido incen
S(?, santemente este cuerpo corruptible , y aunque no una
vez, pero siempre muere sin duda? Tendrà ciertamente
algun dia una entera impasibilidad tambien ; pues
de los humores desordenados dicen, que proceden el
dolor, y la enfermedad. Pero ya igualmente desèa
nuestro cuerpo la ligereza segun aquella porcion del
ayre que tiene , para no sentir molèstia aun en su pro
pio peso. Tanta pues se debe creer que será la leve
dad, y agilidad de los cuerpos bienaventurados, que
podràn, si quieren, sin tardanza, ni dificultad algu
na seguir en todo aun la misma velocidad de nues
tros pensamientos. ¿ Què falta mas para la perfecta
bienaventuranza de los cuerpos? Sola la hermosura.
Habiéndola de tener perfectísima, no sin razon la po
demos asignar a aquella parte que tenemos del fue
gos
EN LA FE sTrvIDAD DE ToDos Los SANTos. 363
go; Puesto que aguardamos al Salvador, como di- Phil.3, º
ce el Apòstol , quien reformard nuestro cuerpo aba
tido y humillado configurándole con el cuerpo de su
claridad, cumpliendo lo que el prometio, que res
plandecerdn los 5ustos como el sol en el reyno del Math 3.
Padre de ellos. Asi pues llenarà Dios nuestras almas, º
quando habrà en ellas una ciència perfecta , una per
fecta justicia, una perfecta alegría. Asi se llenara to
da la tierra de la magestad del Señor , quando el
cuerpo serà incorruptible, impasible, àgil, configu
rado finalmente con el cuerpo de su claridad. Y mi- Math. 15.
ra no sean quizà estos aquellos siete panes, con que 38.
se lee que sació el Señor quatro mil hombres , de
los quales los Apóstoles llevaron para guardar otras
tantas espuertas llenas. Porque ahora nos alimenta
mos con estos panes, quando en gustosa meditacion
rumiamos aquella bienaventurada esperanza, hasta que
venga el tiempo en que gozandonos no de la espe
ranza, sino de la cosa misma, y de su cumplimien
to, merezcamos recíbir como unas espuertas llenas
por cada pan.

4 º «» «»-3» e-s» 黫» «» e» «»«» «»«» «» e «è»9ie


EN LA FIESTA DE ToDos Los SANTos.

SERMON QUINTO.
I Estivo dia para nosotros, y que tiene lugar
- entre las principales Solemnidades, es la
Solemnidad de hoy. ¿ Què decimos pues ¿de qué
Apòstol es, de què Màrtir, de què Santo ? No es
de alguno singularmente, sino igualmente de todos;
pues que todos sabemos que se llama, y es la festi
vidad de todos los Santos la que celebramos hoy. De
todos, repito, asi celestes, como terrenos: porque hay
Zz 2 San
364 SERMoN V. De S. BERNARDo ABAD.
Santos del Cielo, y Santos de la tierra : y aun de es
tos que son de la tierra , unos en la tierra todavia,
algunos en el Cielo ya. Se celebra pues la fiesta de
La solem
nidad de
todos estos comunmente, pero quizà no uniformemen
hoy tam
te. Ni esto es maravilla, quando ni la Santidad de
bié es de ellos es uniforme, sino que èntre Santos y Santos hay
los Stos. su distancia , y esa no pequeña. Ni lo digo preci
q. hay en samente porque uno sea mas Santo que otro, (por
la tie ra.
que èsta es mas bien distancia de quantidad, que de
qualidad) sino porque hallamos que no solo mas y
menos, sino tambien de distinto y diferente modo
se llaman , y con verdad se llaman Santos. Y acaso
èntre los Angeles y los hombres se podia asignar ès
ta diversidad de santidad , y juntamente de celebri
Motivos
dad; pues no parece que se puedan honrar como
para hon
triunfantes, los que se sabe que nunca pelearon. Sin
rar à los embargo, por otro modo deben ser honrados ellos
Angeles mismos tambien, como Amigos vuestros, ó Dios, à
Santos. cuya voluntad sin duda adhirieron siempre, con tan
ta facilidad ciertamenne, como felicidad. A no ser
que se crea que pelearon, por haber perseverado va
ronilmente, pecando los otros, no yendo con el con
cilio de los implos, sino diciendo cada uno : Bueno
es para mi juntarme d Dios. Se debe celebrar en
ellos , pues, la grácia que les previno en bendicion
de dulzura: se debe honrar la benignidad de Dios,
no trayèndolos á penitència , sino retrayèndolos de
todas las cosas à que seria debida la penitència , no
sacàndoles de la tentacion, sino guardàndolos de la
tentacion.
2 Otro gènero de santidad ciertamente, y dig
no de ser honrado de un modo particular aparece
rà en èstos que vinieron de la tribulacion grande, y
De los blanquearon sus vestidos en la sangre del cordero: los
S a n t os quales despues de muchos combates triunfan ya co
Ul nOS SOn
triunfan
ronados en el Cielo, porque pelearon legitimamente.
res, ¿Hay todabia otro tercero gènero de Santos? Le hay,
- pe
EN LA FresTA BE Todos Los SANTos. 365
pero oculto. Porque hay Santos que todabia militan,
todabia pelean; corren todabia ; aun no han llega Otros mi
do a conseguir. Acaso parecerá que temerariamen litantes.
te hè llamado Santos á estos; pero se que uno de
ellos no recelò decir à Dios: Guardad mi alma, por Ps.85. 2
que soy Santo. Asi tambien el Apóstol sabedor de
jos divinos secretos, dice mas claramente : Sabemos
Rom. 8,
que d los que aman d Dios todas las cosas coopeº 2.6.
ran d su bien , d estos que segun el propósito del
Señor fueron llamados para ser Santos. Esta es sin
duda la diversidad en la aplicacion del nombre de
santidad, que unos se llaman ya Santos , segun la
consumación; otros segun la sola predestinacion to
davia. Está escondida pues en Dios esta santidad:
està cerrada, y se celebra en algun modo secreta Ecles. 9.
mente. Verdaderamente no sabe el hombre, si es dig l.
no de amor, 3 de odio, sino que se reserva todo en
su incertidumbre para lo futuro. Sea asi la celebri Antes de
dad de estos Santos en el corazon de Dios, porque la muerte
nadie de
el Señor sabe quienes son suyos, y èl conoce los que be llamar
escogió desde el principio. Sea tambien para con se bien
aquellos Espiritus destinados, y enviados al ministe a Vent lla
rio por aquellos que perciben la herencia de la sa do.
lud: a nosotros se nos prohibe alabar en su vida al
hombre. Porque ¿cómo sería segura la alabanza en
donde ni la misma vida es segura ? No será corona-. 2.Tim. a.
nado, sino el que peledre legitimamente, dice aque - 5•

lla trompeta celestial. Y escucha la ley del comba


te de la boca del mismo Legislador : El que per
Math. 1o.
severdre hasta el fin, este será salvo. No sabes quien
há de perseverar, no sabes quien ha de pelear le
gitimamente, no sabes quien ha de recibir la co
rona.
3 Alaba la virtud de aquellos, cuya victoria es
cierta ya: ensalza con devotos elògios à aquellos,
en cuyas coronas con seguridad puedes gozarte en su
compañia. Cantamos esta noche à los Santos dicien
do:
366 SERMoN V. De S. BERNARºco AB a D.
Ps.33. Io. do: Temed al Señor todos los Sant os suyos: pero
no à èstos. No exhortabamos, repito, à los que per
Los debé
siépre te
severaron hasta el fin, à que temiesen , porque es
mer mié
crito està : la no habrd temor en nuestros terminos.
tras dura Mlas antes deciamos esto à aquellos Santos, à quie
la vida. nes es precisa multiplicada guardia por la muche
Ehpes, 6. dumbre de peligros. Puesto que no es su lucha pre
“1 2. cisamente contra la carne y la sangre, sino contra
los principados tambien y potestades, contra los prin
cipes del mundo de estas tinieblas, contra los espiri
La bien
aventurá
tus de malícia , que estàn esparcidos en el ayre. Ne
za de los cesitan verdaderamente de guardia los que en tan
mortales tas maneras no solo de cerca , sino de lejos son aco
consiste é metidos. Y en donde hay tantas pelèas por fuera, no
temer à deben faltar temores por dentro , por lo que con ra
Dios. zon se dice á èstos: Temed al Señor todos sus San
Ps. 33, o, tos : ToDA NUESTRA BIENAvENTURANZA por ahora
Prov. 28. es temer à Dios, diciendo la Escritura: Bienaven
4 turado el varon que siempre está medroso. Y tambien
Ps. 127.1. el Psalmista dice: Bienaventurados todos los que te
men d Dios , los que andan en sus caminºs. Pero muy
diferentemente son bienaventurados aquellos en quie
nes ya la perfecta caridad echó fuera al temor , mi
ya temen andando en los caminos, sino que mas bien
se empléan en la alabanza habitando en la casa, co
Rs. 83.5
... mo dice el mismo: Bienaventurados los que habitan,
Señor, , en vuestra casa; por los siglos de los siglos
os alabardn. NUESTRA FELIcIDAD PUEs , y nuestra
festividad por ahora consiste en el temor de Dios:
la de ellos mas bien en el gozo y la alabanza.
4 De ahi es que son alabados seguramente los
hombres que no viven ya con vida suya, sino con la
A los Sā de Dios , pues que sin duda la vida de los hombres
tos q es
tàn en el
es tentacion. Hay como una duplicada. seguridad en
Ciclo se esta alabanza : o mas bien quiza parecerà, (si lo ad
les alaba vertimos con cuidado) que la una se comprende en
con segu la otra. Pues no hay porque recelemos alabar à los
ridad.
- que
EN LA FIEsTA DE rodes Los SANTos. 367
que verdaderisima y ciertisisimamente son loables:
no hay porque dudemos glorificar à los que de tal
suerte estàn absortos en la gloria , que enteramente
no pueden envanecerse con nuestra alabanza. Porque
no tiene por donde entrar la vanidad en donde todo
lo ocupó ya la verdad. Pero ¿què glòria, diràs, pue.
den tener los Santos. Porque ni cada uno se glorifica
àsi mismo, por estàr escrito: No te alabe tu boca: Prov, 7.
2.
ui se alaban mutuamente los unos á los otros, pues
to que atentos, y extendidos en la alabanza del Cria La alabá
dor, en quien sin duda està colocada toda su bien
za y glo
aventuranza, nunca pueden ocuparse en reciprocas ria de los
alabanzas, diciendo el Propheta, como arriba tam Stos. de
bien hicimos mencion: Bienaventurados , Señor, los döde pro
que habitan en vuestra casa ; por los siglos de los venga.
siglos os a lahardn. Sin embargo, no me determíno Ps.83. 5.
ã creer que es en faltos de glòria los Santos, espe
cialmente por aquello que dice el Apòstol : Este tra a.17.
Cor. 4.
bajo tan momentaneo, y leve de nuestra tribulacion,
abra en nosotros un peso eterno de gloria incompa
rable y sublime. Y el Propheta: Visitadnos en vues Ps. 1o.5.4-
tra salud, para que nos veamos colmados de los bie
nes de vuestros Escogidos, para que nos alegremos
en la alegria de vues tra gente, para que seiis ala
bado con vuestra beredad. No dice pues: para que
seàis alabado por vuestra heredad, sino con vuestra
heredad; para que se entienda que serà la alabanza
comun. Pero si la misma heredad alaba al Señor, oy
gamos del Apòstol, quien es el que alaba à la here
dad. Entonces , dice, cada uno tendrd alabanza. ¿De 2. Cor. 4
quièn De Dios. Grande loador, y alabanza digna de
ser deseada con la mayor vehemencia. FELIz con
MUTACION de alabanza, quando no solo es cosa di
chosa el alabar, sino el ser alabado.
5 ¿De que pues podràn servir à los Santos estas
nuestras alabanzas, de que esta nuestra glorificacion,
de què esta nuestra misma solemnidad? ¿A què fin
ofre
368 SERMoN V. DE S. BERNARDo ABAD.
El alabar ofrecemos terrenos honores à los que segun la veràz
à los San
tos es in
promesa del Hijo, honra el Padre celestial? ¿Què
te rès nu pueden contribuir à su dicha nuestros elogios: Lle
eStrO, nos estàn. Enteramente es asi , Amantisimos; no ne
cesitan los Santos de nuestros honores, ni con nues -
tra devocion se les aumenta nada. Verdaderamente,
el celebrar nosotros su memória, nos importa á no
Excita en sotros, no à ellos. ¿Querèis saber quánto nos importa?
n. O 5OtrOS
Yo siento que se inflama en mi por este recuerdo
tres gène nn deseo vehemente, y este deseo es de tres modos.
ros de de
S62O, Vulgarmente se dice: lo que el ojo no vè, el cora
zon no siente. El ojo mio es mi memòria; y el pen
sar en los Santos en algun modo es verlos. Así sin
duda nuestra porcion estd en la tierra de los vivien
tes, ni es pequeña porcion à la verdad: con tal que
à la memoria acompañe el afecto. Asl, repito, nues
tro tráto està en los Cielos: sin embargo no así el
nuestro, como el de ellos. Pues la substància de ellos
està alli; pero de nosotros solo estàn los deseos: ellos
estàn alli por la presencia, nosotros por la memòria.
el deseo ¿Quàndo nosotros tambien serèmos añadidos à nues
de estàr é tros Padres? ¿quàndo esencialmente serèmos presen
su compa tados à ellos? Este pues es el primer desèo que la me.
fia. moria de los Santos ô excita, ó mas bien incita en
nosotros; de gozar, es à saber, de su compañia tan
deseable, de merecer ser conciudadanos, y compa
ñeros de casa y mesa de los bienaventurados Espiri.
tus, de ser unidos al congreso de los Patriarchas, à
los esquadrones de los Prophetas, al senado de los
Apòstoles, à los exèrcitos numerosos de los Màrti
res, à los colègios de los Confesores, á los coros de
las Vírgines; de agregarnos finalmente , y congratu
larnos en la comunion de los Santos todos.
6 Los recuerdos pues de cada uno de ellos, co
mo otras tantas centellas de fuego , mas bien cono
ardentisimas hachas encienden los ànimos devotos,
para que anhelen sedientos á verlos y abrazarlos: de
Sue
EN LA FIE sTA DE Todos Los SANTos. 369
suerte, que muchas veces juzgan hallarse èntre ellos,
vibrando con toda el ânsia y vehemencia sus corazo
nes, ya hàcia todos juntamente , ya hàoia èstos, y
ya hàcia aquellos. De otra suerte, ¿què negligencia
es esta, què pereza , mas bien, què locura es, que
no procuramos vivamente con freqüentes suspiros, con
un ferventisimo afecto arraricar de aqui los corazo
nes, y flecharlos hasta aquellos esquadrones tan fe
lices? ¡Ay de nosotros por la dureza de nuestro co Rom, s.
31 •
razon! ¡Ay de nosotros por el pecado de las gentes,
de las quales refiere el Apòstol que no tuvieron afec
to! Nos aguarda aquella lglesia de los primeros es
cogidos , y no hacemos caso : nos desean los Santos,
y desatendemos: nos esperan los Justos, y nosotros
disimulamos. Despertemos , Hermanos, alguna vez:
resucitemos con Christo, busquemos las cosas que
a, ro
estàn arrib y nuest gusto sea de las cosas que
Si el vi
están arriba. Deseemos a los que nos desean, apre vir aca é
surèmonos hàcia aquellos que nos aguardan, antici b u en a
pèmonos con el desèo à aquellos que nos esperan. union los
H. er ma
Ved ahi que en esta nuestra vida comun y sociedad na
nos, es co
da hay de seguridad, nada de perfeccion, nada de sa tá gra
descanso: y sin embargo aqui tambien, quân bue ta, ¿quān
mo, y quan gustoso es habitar los hermanos unidos to mas se
entre si. Porque rodo lo que ocurre de moléstia ô rà en el
interior, ö exterior, con la misma compañia sin du Cielo?
da de hermanos tan verdaderos, con los quales tene
mos una alma y un corazon en Dios, se hace mas
tolerable. ¿Quänto mas dulce será, quânto mas de Quanto
m e rece
leytable, quànto mas bienaventurada aquella union, ser desea.
en donde niaguda sospecha podrà haber, ocasion nin da la feli
guna de disensior, en donde una perfecta caridad cidad de
unirà a todos en alianza indisoluble? Desuerte , que las Stos.
asi como el Padre y el Hijo son una cosa, asi no
sotros seremos una cosa en eltos, º
7 No solamente hemos de desear la compañia
de los Satos, sino su felicidad tambien , de modo
- Aaa que
37o , Siamen y, Br S. Banan po A a An,
que aspiremos con fervorosísimos afectos a la glòria,
de quienes deseamos la presencia. Ni es dañosa és
ta ambicion, ni la pretension de aquella gloria en
Ps, r 23. modo alguno es peligrosa. Pues el decir: No d no .
sotros, Señor, no d nosotros , sino á vuestro nombre
dad la gloria, es voz que corresponde á este tiem
Luc. 2 . 14 po, quando aun los mismos Angeles claman: Glo
ria d Dios en las alturas , y en la tierra paz d los
Johan.2o hombres de buena voluntad. No quierass tocarmº, di
17..
ce, porque todavia no he suvido d mi Padre. Esta
es palabra de la Glòria. Ciertamente el hijo sábio
es la glòria del Padre. No quieras, pues, dice la Glo
ri 1 , no quieras tocarme. No quieras por ahora bus
car glòria ; mas antes hüyela: y mira no ine toques
de ningun modo, hasta que lleguemos al Padre en
donde toda gloria serà, segura. Alli será alabada mi
* --
alma en el Señor; oygànlo los mansos, y alegrense.
Cant. 8. ¿Por ventura no parece haber oido al que decia : No.
-, quieras tocarme, pues todavia no be subido d mi Pa
a i - dre, la que en el Cântico clama: Huye amado mio,
---, “, buye? Esto es pues lo que mencionamos arriba: Mo
, d no rotros , Señor , no d nosotros, sino d vuestro
nombre dad la gloria. De donde tambien en el himno
Del Him. cantamos nosotros hoy: Dad la paz d vuestros, siera
¿ de los vos , y haced que nosotros tambien os demos gloria
a tires.
: - -
por todos los siglos: segun la distribucion de los Ana
geles sin duda. , ,

Aquino 8 Por ser pues tentacion la vida del hombre sor.


ha de bus bre la tierra, con razon no debe buscar en la tierra
car el hó. el hombre la gloria, sino la paz; paz con Dios, paz.
brela glo con el prójimo, paz en si mismo. 2 guarda de los
ria , sino hombres! ¿por que me pusisteis contrarioid vos , y be
la paz.
sido hecho pesado para mi mismo? Vecina lucha sin
Job,7. to. duda, intestina sedicion, guerra no civil, sino do
mèstica, es desear el espíritu contra la carne , y la
carne contra el espiritu, ¿De dónde esto sino porque
me pusisteis contrario à Vos? Porque vos visii
- - tad.
EN LA FrEsTA DE Tonos Los SANTos. 37r
tad verdadera, vos la vida, vos la gloria, vos la suº Donde es
contratio
ficiència, vos la bienaventuranza : y yo pobre, y mí el hóbre
sero y miserable, confuso y humillado hasta no mas, à Dios.
muerto por el pecado , vendido bàjo del pecado. En
fin, vos perfecto y santo deleyte, y descanso de los
Espiritus bienaventurados, me pusisteis desde el prin
cipio contra Eden (que significa deleyte) en el tra
bájo sin duda y en la angüstia. Con todo eso decis
Vos: Convertid os d mi en todo vuestro corazon. Es Joel.2.13
claro, que estamos apartados , pues nos exhortàis à var
que volvamos: es claro que somos contràrios, pues
nos llamäis para que nos convirtamos. ¿Mas como?
En el ayiuno, dice, en el lamento , y en el llanto. Co
sa maravillosa! ¿Pues què, acaso lo pasàis vos en el
ayuno, vivis en el llanto, habitàis en el lamento? Le
jos estàis vos de todas éstas cosas: lejos sobre mane
ra estàn estas cosas de vos. Vuestro reyno sin duda
està en Jerusalen , à la qual saciàis de la flor del pan:
ni alli hay llanto, ó clamor, ni tampoco dolor algu
no, sino mas bien accion de gracias, y voz de ala
banza. Los 5ustos, dice , coman en el combite en Psal.67.3
la presencia de Dios, y deleytense en alegria y gozo.
¿Como pues en el ayúno, en el llanto, y lamento nos
volveremos á èl? Acaso el justo le hallarà à èl en
la alegria y el gôzo; ¿pero el que todavia no es jus-.
to, no le hallará sino en el ayuno, en el llanto , y
en el lamento. Asi es ciertamente: pero éste serà aquel
justo que mereció ya su vista, no el que vive todavia
por la fe. Por cierto lo que dice el Señor: Con el es Ps 9o. 15
toy en la tribulacion, pertenece á aquel que cami-:
na por la fè, no a aquel que ya llego á ver su ros º 2 . A
tro. Verdaderamente una sola cabeza es respecto de De dife-,
ambos, pero no se muestra à todos los miembros de rente mo
un modo mismo. Porque à unos se muestra la cabe- do se mu-.
za àspera con las espinas inclinada en la cruz , para estra Di
que se humillen ellos igualmente, y se espinen y las-, Stos.
º a q.lºs"
à
timen. A otros aparece gloriosa, para ser glorifica"". nOSOtIOS,
Aaa 2 dos
372 SERMoN V, DE S. BERNARDo ABAD,
elos por ella, para que se gloríen en ella misma, he
chos semejantes à aquel Señor que miran como es en
si mismo. -

9 Este pues es el segundo desèo que por la me


mòria de los Santos se inflama en nosotros , por el
qual anhelamos á que como à ellos apareció ya , asl
tambien aparezca à nosotros Christo nuestra vida, y
nosotros igualmente aparezcamos con èl en la gloria.
Entretanto sin duda, no como es, sino como se hizo
por nosotros , se nos representa nuestra Cabeza , no
coronada de gloria, sino rodeada de las espinas de
Cant. 3. nuestros pecados, diciendo la Escritura: Salid bijas
de Sion, y ved al Rey Salomon en la diadema con
que le coronó su madre. ¡O, Rey! ¡O. diadema! Ver
daderamente la Sinagôga es esta madre, que no mos.
trandose madre, sino madrastra , corono a nuestre
Rey con una corona de espinas. VER GUENzA dè se
guir la gloria los miembros, á quienes se muestra
tan sin gloria su Cabeza, no teniendo aspecto, ni her
mosura, ni cosa semejante. Verdaderamente èste es
*.
-
- -
Salomon, el qual nombre interpretado significa no
el que beatifica ô glorifica , sino el Pacifico, y que
Luc, 2.14 trae la paz ; esto sin duda por ahora: para que en
todo se apruebe aquel angèlico cântico en que dieron
à las tierras paz, y gloria á los Cielos. Vergüenza
dè bájo de una Cabeza atravesada con espinas ha
cerse miembro delicado, puesto que toda púrpura por
ahora no tanto, le sirve de honor como de irrision.
Con todo eso se vé en muchas partes no sin mucha
ambicion y exceso de comidas honrarse el presente
Abusos é
dia. ¿Honrarse dirè, ô deshonrarse? Veànlo los que
el modo hacen esto. De ellos es esta celebridad y no de los
de cele Santos; lo que à ellos agrada hacen, no lo que à.
brar las los Santos. Llegarà el tiempo en que vendrà Chris
fiestas de to, ni ya se anunciarà su muerte, para que sepamos
los Stes.
, º -,
que tambien nosotros estamos muertos, y nuestra vi
rº-
da està escondida con èl. Aparecerá la Cabeza glo
- .
- . . . . TIO
EN LA FIEsTA DE Todos Los SANTos. . 373
riosa, y con ella resplandeceràn los miembros glo
rificados, quando es à saber, reformara nuestro cuer
po humillado configurandole à la gloria de la Cabe
za , que es él mismo. Anhelemos pues à esta gloria
con toda, ambicion , y con segura ambicion, no sea
acaso que tambien oygamos mosotros: Buscdis la glo Johan. 5.
44.
ria unos de otros, y no, quereis la gloria que viene
de solo Dios. -
El tercer
1o. A la verdad, para que podamos esperarla, y deseo de
aspirar-à tanta dicha, en gran manera debemos de be ser de
sear los sufrágios de los Santos: à fin de que lo que: conseguir
no alcanza nuestra posibilidad, se nos dè por su in lainterce
tercesion. Tened misericºrdia de mi, tened miseri sió de los
Stos.
còrdia de mi , d lo menos vosotror amigos mios. Vo Job, 19.
sotros mismos sabèis nuestro pelígro, conocéis nues a 8.
tro barro.: conoceis nuestra, ignoráncia, y los enga I.- 22Ol
ños de los enemigos: sabèis sus impetuosos asaltos, y de nues
nuestra fragilidad. Hàblo à vosotros que os vísteis en tra confi
la misma tentacion; que superàsteis los mismos. con-s anzas pa
flictos, y evadisteis: los mismos lazos: que, aprendis ra alcan
zar la in
teis la compasion de lo mismo que padecísteis. Con-. tercesion
fio verdaderamente de los Angeles, que ni ellos se de los Sá
desdeñaràn, tampoco de visitar su especie; princi te).S.
palmente porque està escrito: Visitards d tu especie, Job,5. a 4
y no pecards. Sin embargo, aunque jüzgo que puedo
esperar mucho de ellos por la semejanza de la espi-,
ritual substància y forma racional, con todo, eso me
parece que puedo usar de mas confianza para con aque
llos, que conozco ser mis, consortes en la misma hu
manidad ; siendo esto alguna razon para que ellos con ,
mas familiaridad y especialidad tengan misericòrdia
de quien es hueso. de sus huesos, y carne de su
Canc, -

Finalmente pasando. de este mundo, al Padre,


nos dejaron sus santas prendas. Puesto que èntre no
sotros fueron sepultados en paz sus cuerpos; cuyos
nombres viviràn para siempre, esto es, cuya gloria
Ja
374 SERMoN. V. DE S. BERNARDo ABAD.
Segunda. jamas se sepulta. Lejos estè, lejos estè de vosotras,
almas Santas, aquella crueldad del Copèro de Pha
raon propia de un Egipcio, que restituido à su pri
Gen. 4o. mer grado, al punto se olvidé del Santo Joseph , que
1 4.
quedaba en la càrcel. Porque no eran miembros de
una misma cabeza, ni tenia parte alguna. el fiel con
Tercera. el infiel, ni habia mas sociedad éntre un Israelita, y
un Egípcio, que èntre la luz y las tiniebiss. Se in.
, ;
terpreta tinieblas el Egipto; mas Israel se interpreta
el que ve a Dios: y por tanto en qualquiera parte,
donde se hallaba Israel , habia luz. No se pudo olvi
dar así nuestro Jesus del Ladron crucificado con él:
hizose sin duda lo que se prometió: el mismo dia en
que padeció con èl, reynò con èl. Nosotres tambien, ,
siao sonos miembros de la misma cabeza, de la que
sea tambien los Santos, ¿por què motivo con tan so
lemnes votos, y con tanto afecto les congratulamos
z, Cor, 12 hoy? Pero el que dijo: Si es glorificado un miembro,
16. todos los miembros se gozan juntamente, igualmente
- .
tambien dice esto; Pero, si padece un miembro, todos:
º
las miembros padecerdnjuntamente. Esta es pues nues.
tra correspondencia con ellos ; que nosotros lés con
gratulemos, y ellos se compadezcan de nosotros: no
Quarta. sotros con una devota meditacion reynemos en ellos,.
y ellos militen en nosotros y por nosotros con su pia.
dosa intervencion. Ni hay porque dudemos de su pia
dosa solicitud para con nosotros , supuesto que no:
habiendo de ser consumados sin nosotros, como mas
arriba tambien hicimos mencion, nos aguardan hasta
que se nos dè la recompensa: ä fin de que, es à sa
ber, en aquel último dia grande de festividad con
curran juntamente. todos los miembros para formar
un varon perfecto con su excelsa Cabeza, y sea ala
bado con su heredad Jesu Christo Señor nuestro, quien
es sobre todas las cosas bendito, y loable, y glorioso
por los siglos. Amen. - -


-
- ? -5 - -

EN
- 37s
se º e-e ese e-ºe-e-e-º º e-ºe e»º
EN EL TRANsito
5 de No
viembre.
DE SAN MALACHIAS OBISPO.
SERMON PRIMERO.
I, EL Cielo, Amantisimos, se os ha desti
- nado hoy una bendicion copiosa: y no
distribuirla fielmente sería para vosotros perjudicial,
y peligroso para mi; à, quien ciertamente parece es
tar encargado este ministerio. Temo pues vuestro da. Thren. 4.
ño , temo mi condenacion, si acaso me dijeren: Los 4.
parvulos pidieron pan, y no hubo quien se lo diese.
Se pues quan necesaria es para vosotros la consola
cion, que viene del Cielo; quienes como es constan
te renunciasteis varonilmente à los deleytes carnales, S. Mafa.
y delicias mundanas. Ninguno dude que há sido un chias vi
celestial beneficio, y determinacion del consejo so-, no à Ga
raval.
berano, que el Obispo Malachias muriese hoy entre
vosotros y tuviese entre nosotros, la deseada sepultua
ra, Porque no cayendo en la tierra, aun una hoja del
arbol sin la voluntad divina, ¿quièa será tan rudo, que
no advierta evidentemente en la venida, y en el tràn: -
sito de este varon bienaventurado un consejo entera lºs -
mente grande de la piedad soberana. Desde los fines e, E1.
de la tierra vino, para dejaraqui la tierra, apresuran - - er c.)
do, su viage p9r otra, causa, ciertamente, aunque sa - 3

bemos que habia deseado muchisimo esto, por la es y


pecial caridad que para nosotros tenia. En su cami
no tuvo muchos impedimentos, ni se le permitió pa
sar la mar hasta que se acercase el tiempo de su con r
sumacion, y aquel termino que no psair rºseus
-
374 SERMoN. V. DE S. BeRNARDo ABAD.
Segunda. jamas se sepulta. Lejos estè, lejos estè de vosotras,
almas Santas, aquella crueldad del Copèro de Pha
raon propia de un Egipcio, que restituido à su pri
Gen. 4o. mer grado, al punto se olvidò del Santo Joseph , que
1 4.
quedaba en la càrcel. Porque no eran miembros de
una misma cabeza, ni tenia parte alguna el fiel con
Tercera. el infiel, ni habia mas sociedad éntre un Israelita, y
un Egípcio, que èntre la luz y las tinieblas. Se in.
*
terpreta tinieblas el Egipto; mas Israel se interpreta
el que vè à Dios: y por tanto en qualquiera parte:
donde se hallaba Israel , habia luz. No se pudo olvi
dar así nuestro Jesus del Ladron crucificado con é':
hizose sin duda lo que se prometio: el mismo dia en
que padeció con èl, reynò con èl. Nosotres tambien, .
siao sonos miembros de la misma cabeza, de la que
sea tambien los Santos, ¿por què motivo con tan so-:
lemnes votos, y con tanto afecto les congratulamos
1. Cor. 12 hoy? Pero el que dijo: Si es glorificado un miembro,
16. º todos los miembros se gozan juntamente, igualmente
- -
tambien dice esto; Pero, si padece un miembro, todos:
-
las miembros padecerdnjuntamente. Esta es pues nues.
tra correspondencia con ellos; que nosotros lés con
gratulemos , y ellos se compadezcan de nosotros : no
Quarta. sotros con una devota meditacion reynemos en ellos,
y ellos militen en nosotros y por nosotros con su pia
dosa intervencion. Ni hay porque dudemos de su pia
dosa solicitud para con nosotros , supuesto que no :
habiendo de ser consumados sin nosotros, como mas
arriba tambien hicimos mencion, nos aguardan hasta
que, se nos dè la recompensa: ä, fin de que, es à sa
ber, en aquel último dia grande de festividad con
curran juntamente. todos los miembros para formar ,
un varon perfecto con su excelsa Cabeza, y sea ala
bado con su heredad Jesu Christo Señor nuestro, quien
es sobre todas las cosas bendito, y loable, y glorioso
por los siglos. Amen.
- - , . Lº: 5.
EN
375

gke, «» «» º «» e «»«» º «» e» o «» e» «»e» «»).


EN EL TR ANSITO
5 de No
viembre.
DE SAN MALACHIAS OBISPO.
SERMON PRIMERO.
I, EL Cielo, Amantisimos, se os ha desti
- - nado hoy una bendicion copiosa: y no
distribuirla fielmente sería para vosotros perjudicial,
y peligroso para mi; a quien ciertamente parece es
tar encargado este ministerio. Temo pues vuestro da.
ño, temo mi condenacion, si acaso me dijeren: Los Thren. 4
4.
parvulos pidieron pan, y no hubo quien se lo diese.
Se pues quan necesaria es para vosotros la consolar.
cion, que viene del Cielo; quienes como es constan
te renunciasteis varonilmente à los deleytes carnales, S. Mafa.
y delicias mundanas. Ninguno dude que há sido un chias vi
celestial beneficio, y determinacion del consejo so no à Gia
raval.
berano, que el Obispo Malachias muriese hoy entre
vosotros, y tuviese entre nosotros, la deseada sepultua
ra, Porque no cayendo en la tierra, aun una hoja del
arbol sin la, yoluntad divina, ¿quièa será tan rudo, que
no advierta evidentemente en la venida, y en el tràn: -
sito de este varon bienaventurado un consejor entera les --->
mente, grande de la piedad soberana? Desde los fines e, ri.
de la tierra vinQ, para dejar aqui la tierra» apresuran - - 1 c)
-

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bemos que habia deseado muchisimo esto, por la es - -

pecial caridad que para nosotros tenia. En su cami


no tuvo muchos impedimentos, ni se le permitió pa
sar la mar hasta que se acercase el tiempo, de su con
sumacion, y aquel termino que no
-¿
Estº rºseus
76 SeRMoN I. De S. BERNARDo ABAD.
Al qual ciertamente llegando con tantas fatigas à nues
tra Casa, le recibímos como à un Angel de Dios, por
el respeto de su santidad; y el tambien segun su man
sedumbre y humildad altamente radicada en èl, nos
recibio con un afecto devoto, mucho mas de lo que
nosotros mereciamos. Despues se mantuvo èntre no
sotros unos pocos dias con buena salud, mientras que
daba tiempo à que llegaran los compañeros, que es
taban dispersados en lnglaterra, impidiendo al hom
bre de Dios la vana sospecha de aquel Rey. Ya ha
bièndose juntado todos con él, disponia el viage á
la Curia Romana, con cuyo designio habia venido:
uando subitamente asaltado de la enfermedad, sin
tió al punto que mas antes era llamado al celèstial
palacio, proveyendo Dios por un especial efecto de
su piedad en favor nuestro, que no saliendo de èntre
nosotros , no fuese consumado en otra parte.
2 Ninguna señal en el, no digo de muerte, pero
ni de enfermedad grave aparecia a los Medicos: con
todo eso el regocijado en su espiritu, decia que era
Sabe an enteramente preciso, que en este año saliese Mala
tes su mu
chias de esta vida. Se trabajó en lo contrario, ya con
erte.
devotas súplicas á Dios, ya con todos los modos que
pudimos: pero prevalecieron sus mèritos para que se
le diese el desèo de sú corazon, y no fuese privado
del deleyte de su volúntad: asi pues decia, que de
este modo todo concurria a llenar sus desèos, habien
Fuè se do elegido con especialidad este sitio inspirandoselo
pultadoel la divina clemencia, y deseando tambien ya mucho
dia de la antes, que fuese el dia de su sepultura aquel, en que
Comme se celebra la general memòria de todos los fieles. Otra
moracion
de los fie
circunstancia º tambien colmò estos nuestros gozos,
les difun pues disponiendolo Dios asi, habiamos elegido noso
tos. tros el mismo dia para traer los huesos de nuestros
hermanos del cementerio antiguo , y colocarlos aqui.
Y ciertamente quando los traiatmos y cantabamos co
mo es costumbre, decia el varon Santo, que se de
ley
EN EL TRANsrro DE S. MALAcHIAs OBrspo. 377
leytaba muchisimo de aquel canto: y no mucho des
pues se siguió tambien èl, soporado en un sueño sua
visimo y felicisimo. Damos gracias à Dios por todas
sus disposiciones, porque quiso , siendo nosotros in
dignos de eso, honrarnos con la presencia de su muer
te bienaventurada, porque quiso enriquecer à sus po
bres con el tesoro preciosisimo de su cuerpo, y por
que siendo nosotros dèbiles quiso sustentarnos con es
ta columna de su Iglesia. Una de dos cosas verda
deramente prueba esta distincion , que para nues
tro bien se hà hecho con nosotros , ô que es agra
dable à Dios, ô que Dios le quiere hacer agradable el
lugar, al qual desde los fines de la tierra trajo a un
varon de tanta santidad para morir, y ser sepulta
do en èl.
3 Sin embargo, la caridad misma de este bien
aventurado Padre nos compèle à condolernos afec
tuosisimamente de aquel pueblo, y à tener horror de
la crueldad de la muerte, que no recelò dar estoca.
Bien se
da tan fiera a aquella Iglesia. Cruel à la verdad è
llama cru
inexorable muerte, que maltrató tanta multitud de el la mu
hombres, hiriendo á uno solo: ciega è impròvida, erte que
que ató la lengua de Malachias , impidió sus pasos, nOS a re
hizo caer sus manos, cerró sus ojos. Aquellos ojos batô à Ma
devotos, digo, que con piadosisimos llantos acostum lachias.

braban reconciliar la divina grácia à los pecadores:


aquellas limpisimas manos que habian amado siem
pre el exercitarse en laboriosas y humildes obras, que
tantas veces ofrecian por los pecadores el saludable
sacrificio del cuerpo del Señor; y sin ira, y conten
cion se elevaban en la oracion al Cielo, que se sa
be hicieron tantos beneficios à los enfermos, y res
plandecieron con varios prodigios: aquellos hermosos
pasos tambieu, de quien e vangelizaba la paz , de
quien evangelizaba los bienes; aquellos pies que tan
tas veces se fatigaron en el empleo de la piedad;
aquellas plantas dignas de ser seguidas con devotos
Bbb be
378 SERMoN l. Ds S. BRRNARDo ABAD.
besos; aquellos labios santos del Sacerdote, que guar
daban la ciencia; la boca del justo que meditaba la
sabiduria; y la lengua de quien hablando la justicia,
y tambien la misericordia solia curar tantas llagas de
las almas. Ni es maravilla, Hermanos, que sea iniqua
la muerte, pues la engendró la iniquidad: que sea
inconsiderada, quando se sabe que la parió la seduc
cion. Nada hay que admirar, repito, si hiere sin
discrecion la que tiene su origen de la prevaricacion
si es cruel y fâtua la que salió de la falàcia de la an
tigua serpiente, y de la insipiencia de la muger. ¿Pe
Tampoco ro què nos quejamos de que se atreviò á embestir a
perdonóà Malachias, fiel miembro de Christo à la verdad, quan
Christo.
do tambien à la misma Cabeza de Malachias , y jun
tamente de todos los escogidos , invadió furibunda?
Invadió sin duda al que estaba libre, pero ella no se
evadió libre. Tropezó en la vida la muerte, y cerrò
dentro de si à la muerte la vida; y fuè absorbida por
la vida la muerte. Tragändose el anzuelo, por alli
comenzò à ser presa, por donde pareció que pren
dia ella. -

4. Mas acaso dirà alguno: ¿en què modo se vè su.


perada la muerte por la Cabeza, quando con tanta
libertad todavia se embrabece contra los miembros?
En què ¿Si la muerte fuè muerta, cómo matô. á, Malachias?
modo fuè
v en cida ¿Si està vencida , cómo todavia prevalece contra to
por Chris dos, y no hay hombre que viva, y no vea la muerte?
to la mu Vencida verdaderamente está la muerte, obra del dia
erte,
blo, y pena del pecado; vencido esta el pecado, cau
sa, de la muerte: vencido està tambien el maligno
mismo, autor del pecado y de la muerte. Ni sola
Que dere mente están estos vencidos , sino juzgados ya , y
ch o hà condenados. Està definida ya la sentencia, pero to
quedadoà davia. no està promulgada. En fin està yà aparejado
la muerte
y al día el fuego para el diablo, aunque todavia no haya si
blo cötra do precipitado en el fuego; por un poco de tiempo
los hom se le deja exercitar su malignidad. Como martillo
bres, del
EN EL TR ANstTo DE S. MALAciIAs OB1spo. 379
del celestial Artífice se hà hecho el martillo de to
da la tierra: quebranta los Escogidos para utilidad de
ellos, hace pedazos los réprobos para su condena
cion. Qual es pues el padre de familias , tales son
sus domesticos, el pecado, es á saber, y la muerte.
Porque aunque no se dúde que juntamente con Chris
to fuè clavado en su cruz el pecado, con todo eso
todavia se le permitia entre tanto, no a la verdad
reynar, pero si habitar aun en el mismo Apòstol vi
viendo. Miento sino dice él mismo : 7 a no ôhro yo Rom. 7.
aquello, sino el pecado que habita en mi. Así igual 17.
mente la muerte misma de ningun modo se vè obli
gada à ausentarse , pero se la precisa á no dañar.
Mas llegarà tiempo en que se dirà : ¿En dónde, muer
te, está tu victoria? Y esta misma enemiga cierta
mente serà destruida la última. Pero ahora disponien
dolo el mismo que tiene el imperio de la vida y la
muerte, y refrena al mar mismo en los tèrminos fi
jos de sus orillas, aun la muerte es un sueño de re
frigerio para los amados del Señor, testificàndolo el
Propheta que dice: Quando diere d sus amados el
sueño, gozarán de la herencia del Señor. Pèsima es Ps. 126.3.
sin duda la muerte de los pecadores , cuyo nacimien
to es malo, y su vida peor: Pero es preciosa la muer Psal. 1 15s
te de los Santos. Preciosa ciertamente, como fin de 15s
los trabajos, como consumacion de la victória, co
mo puerta de la vida, como entrada de una seguri
dad perfecta.
5 Demos pues el parabien, demos el parabien,
Hermanos , à nuestro Padre: por que es cosa piadosa
llorar á Malachias difunto, y es cosa mas piadosa
congratular à Malachias que vive. ¿Por ventura no
vive? Y dichosamente. Verdaderamente pareció que
moria á los ojos de los insipientes, pero èl està en la
paz. En fin conciudadano ya de los Santos, y domès
tico del Señor , canta y da gracias, diciendo: Pa Ps.65. 12,
samos por el fuego , y el agua, y nos sacdsteis al
Bbb 2 7"e-
38o SERMoN l. De S. Br RNARDo ABAD,
refrigerio. Pasó sin duda varonilmente , y traspasò.
dichosamente. Verdadero Hebreo celebró la Pasqua
en espiritu, y pasando nos decia: con ansia hè desea-,
do comer esta Pasqua entre vosotros. Paso por el
fuego y por el agua, aquel que ni las cosas tristes,
pudieron derribar, ni las suaves pudieron detener.
Hay bajo de nosotros un lugar que todo èl le reser.
va para si el fuego, de suerte que ni una pequeña
gota de agua del dedo de Lazaro pudo conseguir
alli aquel miserable rico. Está igualmente arriba la
Ciudad de Dios, á la qual alegra el ímpetu, del rio,
el torrente del deleyte, y aquel caliz tan esclarecido
que embriaga. En este medio à la verdad està la
ciencia de lo bueno y de lo malo, y aqui es donde
se puede experimentar asi el deleyte, como la tribu
lacion. La infeliz Eva nos trajo à estas alternativas.
Aqui ciertamente hay dia, y hay noche: pues en el
infierno solamente hay noche, y , en el Cielo sola.
mente dia. Por tanto bienaventurada el alma que tras
pasó lo uno y lo otro, no deteniendose en el deleyte, ni
desfalleciendo en la tribulacion.
Lo que 6 De las muchas y magnificas acciones de este
hizo San varon pienso referiros brebemente una, en la qual se
Malachi
ás por su
ve quan valerosamente traspasó el fuego y el agua.
Iglesia, La silla metropolitana de aquel grande Patrício, Apòs.
tol de los de Hibernia se la apropiaba à si una fami
lia tirànica, constituyendo los Arzobispos por el ór
den de la sucesion, y poseyendo por herencia el
Santuario de Dios. Instado pues de los fieles nuestro
Malachias para que se opusiese à tantos males; po
niendo su vida en sus manos, llegó intrèpido, tomó el
Arzobispado, exponiendose à riesgo tan manifiesto,
por dár fin à tan grande delito. Entre los peligros
gobernó la Iglesia: despues, de cesar los peligros al
punto ordenò canonicamente otro que le sucediese.
Pues èl habia recibido el Arzobispado con la con
dicion de que despues que cesando la furia de la per
S62
EN EL TRAN sITo DE S. MALAcHIAs OBrspo. 38 r
secucion se pudiese elegir otro con seguridad, se le
habia de permitir volverse a su propia silla: en don.
de sin rentas eclesiasticas ni seculares habitando en
las religiosas congregaciones, que él mismo habia
fundado , siendo entre ellos como uno de ellos, vi-,
vió hasta este tiempo sin propiedad alguna. Asi al ,
hombre de Dios purificó, no aniquiló , el incendio.
de la tribulacion , (pues era oro) asi ni el deleyte le
detuvo , o le ablando: ni llevado de la curiosidad de
ver se parò en el camino, olvidado de su propia pe
regrinacion,
7 ¿Quièn de vosotros, Hermanos, no desearà vi.
vamente imitar su santidad, si es que hay alguno Dos co
que se atreva aun solamente esperarlo Creo pues, que sas hicie
con mas gusto oyreis si acaso lo podemos explicar, ron Sto à
S. Mala
que es lo que hízo Santo à Malachias. Mas porque
chias.
no parezca quizâ menos apreciable nuestro testimo
nio , oid la Escritura que dice: En la fe y manse Eccl, 45.
dumbre suya le hizo Santo. Con la fè pisaba al mun 4.
do, testificando San Juan: Esta es la victória que
vence al mundo, nuestra fe. En el espiritu de manse
dumbre toleraba con ánimo tranquilo qualesquiera co
sas duras y adversas. Por una parte despues de Chris
to pisaba los mares con la fè, para no ser detenido
por los deleytes: por otra parte en su paciencia poseia,
su alma, para no ser rendido por las molèstias. Por
que de èstas dos cosas tienes en el psalmo, que cae Psal.9o.7
rān à tu lado mil, y diez mil à tu derecha; porque Mas der
à muchos mas derriban las falàcias de la prosperidad, riba la
que los golpes de la adversidad. Asi ninguno de no prosperi
sotros, Carisimos, prendado de la llana superficie del dad que
camino mas suave, juzgue aquel camino de la mar la adver
sidad.
mas cómodo para si. Este campo tiene grandes mon
tes, invisibles ciertamente, pero mas peligrosos por
lo mismo. Mas trabajoso tal vez se presenta el ca
mino èntre lo empinado de los montes, y lo àspero
de las rocas: pero los experimentados le hallan mu
cho
332 SERMoN I. DE S. BERNARDo ABAD.
cho mas seguro y deleytable. Sin embargo, en am
bas partes reconocia que habia trabajo, en ambas pe
a. Cor. 6.
ligro, aquel que decia : Por las armas de la justi
7. cia d la diestra y á la siniestra , para que con mu
cho motivo dèmos el parabien à los que pasaron por
el fuego y el agua, y fueron sacados al refrigerio.
¿Queréis oir el refrigerio? ¡Ojala que en vosotros ha
blāse otro pues que yo no puedo eructar lo que no
hè gustado.
8 Con todo eso me parece à mi, que à cerca de
Pt. 114.7. este refrigerio oygo hoy à Malachias decir: Vuel
vete alma mia d tu descanso, porque el Señor te bi
zo bien ; porque sacò mi alma de la muerte, mis ojos
de las lagrimas, mis pies de la caida. En las quales
palabras oid brevemente , lo que yo entiendo: por
que ya se va acabando el dia, y se hà dilatado el
Sermon mas de lo que esperaba, pues contra mi vo
luntad me desvío de la dulzura del nombre paterno, y
temiendo la lengua callar à Malachias se recela de
dar fin al discurso. Muerte del alma, Hermanos mios,
Ezech. 13 es el pecado : Si acaso no habeis olvidado lo que ha
4• beis leido en el Propheta : El alma que pecare, ella
misma morird. Tres parabienes pues corresponden à
Tres pa un hombre librado ya de todo pecado, del trabajo y
r a bienes del peligro. Porque desde este punto , ni se dice ya
que se dá que el pecado habíta en el , ni se le intima el llanto de
à losStos,
la penitencia, ni se le previene que se guàrde en lo
adelante de peligro alguno. Dejó ya Elias la capa: no
tiene ya que temer; no tiene ya que recelar que le tóque
la adúltera, mucho menos que le detenga por fuerza.
Subió ya en el carro: no hay que temer ya que caiga;
sube suavemente, no trabajando con el propio vuelo, si
no sentado en el ligèro carro. A este refrigèrio, Aman
tisimos , corramos nosotros con toda el ânsia del cora
zon al olor de los unguentos de este bienaventurado
Padre nuestro, que parecio haber excitado nuestra
tibieza hoy à un desèo ferventisimo. Corramos, re
p
EN EL TRANsrro DE S. MALAchIAs Oºrspo. 383
pito, tras èl, clamando a èl repetidas veces: traed
nos en pos de vos; y con el afecto del corazon, y
aprovechamiento de nuestra vida dando gracias al Om.
nipotente , que a unos indignos siervecillos suyos a
quienes faltaban mèritos propios, quiso que à lo me
nos no les faltasen los mèritos agenos.

Cºxxxeºxxxxxxísxo exoxxo oroxxos


LDE SAN MALACHIAS OBISPO.

SER MON SEGUNDO.


I S claro , Amantísimos, que mientras per
manecemos en este cuerpo, estamos ale
jados del Señor y fuera de nuestra pátria : y por es
to mas bien nos intima llanto que gozo este destier
ro miserable, y el conocimiento de nuestros delitos.
Con todo eso, porque somos amonestados por la bo 2. Cor. 5,
ca del Apòstol à que nos alegremos con aquellos que 6
se alegran, el tiempo y la causa piden, que nos ex
citenos à una entera alegria. Porque, si verdadera
mente, como sintió el Propheta, se gozan los justos Psal.67.2
en la presencia de Dios, se goza, sin duda Malachias,
que en sus dias agradó a Dios, y fuè hallado justo.
En santidad y justicia ministró delante de èl; agra
dó à Dios el ministèrio, y agradó tambien el minis
tto. ¿Què mucho que agradase? Plantó el Evangelio
sin ocasionar gastos, llenó del Evangelio la pâtria,
domò especialmente la barbárie fiera de sus Hiber
nieses; sugetó al suave yugo de Christo en la espa
da del espíritu las naciones estrangeras, restituyen
dole à èl su herencia hasta los extremos de la tierra.
¡O ministèrio fructuoso! ¡O ministro fiel!. ¿Por ventu
ra no fué cumplida al Hijo por el la paterna pro
mesa? ¿Por ventura no miraba antes à èste el Padre,
quan
384 SERMoN II. De S. BERNARDo ABAD.
Ps, 2, 3. quando decia al hijo : Te dare las gentes por heren
eia tuya , y por posesion tuya los terminos de la tier
ra? ¡Quán gustoso recibia el Salvador lo que habia
comprado, y habia comprado con el precio de su
sangre, con la ignominia de la cruz , con el horror
de la pasion! ¡Quān gustoso lo recibia de las manos
de Malachias, porque graciosamente ministraba! Asi
en el ministro sin duda era grato el oficio gratuito;
en el ministèrio era agradable la conversion de los
pecadores. Grata era, repito, y agradable en el mi
nistro la sencillez del ojo, y en el ministerio la sa
lud del pueblo.
2 Aunque en el caso que hubiera sido menor el
efecto de su ministèrio, no menos con todo eso à Ma
-lachias y à sus obras hubiera mirado con razon aquel
Señor de quien es amiga la pureza , y familiar la
Dios juz sencillez: de cuya justicia es própio pensar de la obra
ga las ob.
ras por la por la intencion, y por la calidad del ojo juzgar del
intenció. estado de todo el cuerpo. Mas ahora grandes son las
obras del Señor, y proporcionadas à todas las volun.
tades, y ocupaciones de Malachias: grandes y mu
chas son, y buenas en gran manera, aunque mejores
La cièn por el buen origen de su casta intencion. ¿Què obra
cia debe de piedad se le pasó a Malachias? Pobre era para si,
regir el pero rico para los pobres: Padre de los huerfanos fuè,
zelo.
marido de las viudas , patrono de los oprimidos. Da
ba con alegria, pedia raras veces, recibia con pu
dor. En reformar la paz entre los que discordaban fuè
su mayor cuidado, y fuè mucha su eficacia. ¿Quién
fue igualmente piadoso para compadecerse, pronto
para socorrer, líbre para corregir? Porque por una
parte era verdaderamente zeloso, y por otra no le
faltaba la ciencia que rige al zelo mismo. Y siendo
el enfermo con los enfermos, era igualmente podero
so con los poderosos, resistia à los soberbios, casti
gaba a los tiranos, hecho maestro de Reyes y de
Principes. El mismo es, quien orando quitó la vis
tal
- DE S. MALAcHIAs OBIs Po. 385
ta al Rey que obraba mal, y se la restituyo ha
biendose humillado. El mismo es, quien à los vio
ladores de la paz que habia hecho, entregados al
espiritu de error, les frustró sus intentos del mal que
pensaban hacer, y de nuevo les obligó a la paz, que
dando confusos ellos, y asombrados de lo que les
habia sucedido. El mismo es, à quien contra otros
infractores igualmente del pacto que habian hecho,
obsequiosisimamente asistió un rio, haciendo vanos Un arro
yo subita
con un modo maravilloso los conatos de los impíos, mente cre
interponiendose él mismo. No habia lluvias, no ave ce hasta
nidas de aguas, no copia de nubes, no liquidacion h a c er se
de nieves : quando de repente se hizo un rio grande rio cauda
el que era un arroyo: y el rio corria, y se inchaba loso. " -
inundando, y negando enteramente el paso à los que
querian executar el mal.
, 3 ¿Quäntas cosas hemos oido, y hemos sabido
del zelo de este varon y de la vindicta que se exe
cutó en sus enemigos, siendo èl con todo eso suave
y manso, y de mucha misericordia para todos los
que padecian mecesidad? Como unico padre de todos
vivia para todos: fomentaba à todos, como la ga
llina fomenta sus pollos, y bâjo el cubierto de sus
a las les protegia. No se discernia el séxo, no la
edad, no la condicion, ö la persona : à ninguno fal
taba, extendiendo à todos el regazo de su piedad.
De qualquiera tribulacion que clamasen à el, la re
putaba propia solo que en la suya era paciente, en
la agena compaciente, y aun nuchas veces impa
ciente. Puesto que algunas veces llèno de zelo, por
otros se enojaba con otros, para mirar por el bien y
salud de todos , libertando à los pobres, y reprimien
do a los fuertes. Así pues se airaba, pero para no pe
car no airandose, segun aquello del psalmo: Air dos, Psal. 4, 5
y no querais pecar. No le dominaba a èl la ira, si
no èl dominaba à su animo: Era dueño de si mismo:
y a la verdad el vencedor de si mismo no podia ser
Ccc Ven
386 , SRAMoN II. Dx S, BxRNARno An An,
Cerno usa vencido de la ira. Su IRA esTABA EN su MANo, Lla
ba de la mada venia , saliendo , no rompiendo : no arrebatada
ira S. Ma
lachias, de su impetu, sino regida á su arbítrio. No se en
cendia con ella, sino que usaba de ella. Grande fuè.
en èl asi en regir ô reprimir este como los demàs
movimientos de uno y otro hombre suyo, interior, y
exterior, el cuidado de una exacta mesura , y mucha
su circuspeccion. Porque no de tal modo atendia à
todos, que así solo se desamparäse, ô solo asi excep
Como cui tuàse de aquel cuidado general. Era tambien cuida
daba d e, doso de si mismo: guardabase tambien ási mismo:
los demàs de tal suerte en fin era todo suyo , y todo de todos,
sin descui
darse con
que ni la caridad en nada le impedia, ô embarazaba
sigo mis para velar sobre si mismo, ni el bien prôpio le es
IIl Oe torbaba mirar por la utilidad comun. Si vieras á es
te hombre sumergido en los negocios, y ocupado en
los cuidados, dirias que habia nacido para la patria,
no para si: si le vieras solo y habitando consigo,
pensarias que vivia solamente para Dios, y, para si.
4. Sin turbacion obraba en las turbaciones: sin
òcio pasaba el tiempo que daba al ôcio. ¿Cómo es
Como se taria ocioso, quando se exercitaba en los justos pre
p o r taba ceptos del Señor? Pues aunque tenia tiempo libre de
entre los
las necesidades de los pueblos, pero nunca tiempo de
afanes, y socupado de las meditaciones santas, del exercicio de
C4) ITRO en
el ócio. orar, del ocio mismo de contemplar. La conversa
cion para èl en el tiempo del ocio, ö muy grave, ó
ninguna. Su aspecto, o atento vivamente á lo que
hacia, ó bajo, y reprimido dentro de si. Sin duda
(lo que no mediana alabanza se reputa entre los Sà
bios) sus ojos estaban en su cabeza, no yèndose à
Eccl.2.14 otra parte jamás, sino quando obedecian á la virtud.
Su risa ô indicando caridad , ö provocando á ella:
Su risa pero ella misma rara tambien. Verdaderamente se
qual era. asomaba algunas veces en su semblante , pero nunca
rompia impetuosamente: con tal ayre y gracia anun
ciaba la alegria del corazon, que no disminuia la
agra"
De S. MAL. Acrras Oerspo. 387
agradable compostura de su rostro, sino que la au
mentaba. Tan modesta, que no pudiese dar sospe
cha de levedad: pero alguna con todo eso, y de tal
modo que bastàse à conservar libre su alegre sem
blante de todo lunar ó nube de tristeza. ¡O emplèo
perfecto! ¡O pingüe holocausto! ¡O grato obsèquio
por el ânimo, y por la mano! ¡Què olor tan bueno
para Dios en las oraciones suyas, quando estaba ocio
so! ¡Què buen olor para los hombres en sus sudores,
quando estaba ocupado
5 Por tales cosas pues amado de Dios, y de los
hombres, no sin razon es recibido hoy Malachias en
la compañia de los Angeles, consiguiendo en la rea
lidad lo que se llamaba en su nombre. Y sin duda Los Stos.
antes, Angel era no menos en la pureza que en el luego que
mueré só
nombre: pero ahora se cumple mas felizmente en admitidos
èl la interpretacion del nombre glorioso, quando con en la con
los Angeles goza de igual glòria y felicidad. Dèmos pañia de
pues el parabien, Hermanos, dèmos el parabien á losAnge
lºs.
nuestro Padre, como es razon, porque es cosa pia
dosa llorar à Malachias difunto, y es mas piadosa
congratular á Malachias que vive. ¿Por ventura no
vive? Y felizmente. Sin duda pareció à los ojos de
los insipientes que moria; pero èl se halla en la paz.
En fin conciudadano ya de los Santos, y domèstico r

de Dios, canta y da gràcias juntamente diciendo: * , y

Pasamos por el fuego, y por el agua , y nos sacds


teis al refrigèrio. Pasó ciertamente varonilmente, y Psésia,
traspasó dichosamente. Verdadero Hebrèo celebró la
Pusqua en espíritu, y pasando nos decia : con ànsia
hè deseado comer esta Pasqua èntre vosotros. Pasó
por el fuego y el agua, à quien no pudieron rendir
las cosas tristes , ni detener las suaves. Alegrè
monos de que nuestro Angel sube à sus ciudadanos, Quanto
bien nos
llevando embajada por los hijos de la cautividad,
procuran.
conciliándonos los corazones de los Bienaventurados, los Stos.
dàndoles parte de las ànsias de los miserables. Ale en el Cie
Coc 2 grè lo.
388 SRAMoN ll, Dr. S. BrRNARno ARAD.
grèmonos, repito, y gozèmonos porque ya aquella ce
lestial Curia tiene de èntre nosotros quien cuide de
nosotros; quien proteja con sus mèritos à los que ins
truyó con sus exemplos, y fortaleció con sus mi
lagros.
6 El Pontifice Santo , que en espiritu de humil
dad habia presentado tantas veces en el Cielo las vic
timas pacíficas, hoy por si mismo entró al altar de
Dios, siendo èl viétima y Sacerdote. Trasladándose
el Sacerdote ; el rito del sacrificio se mudó con me
joras; ya se secó la fuente de las lägrimas , y en
gôzo y alegria se hace el holocausto. Bendito el Se
ñor Dios de Malachias, que con el ministerio de un
Pontifice tan grande visitó su plebe, y ahora habien
dole llevado à la Ciudad Santa, no cesa de consolar
nuestro cautiverio con el recuerdo de tanta suavidad.
Gozese en el Señor el Espiritu de Malachias, porque
aliviado ya del pèso de la mole corpórea, ninguna
materia ô impura ô terrena le sirve de embarazo,
.

para que con toda ligereza y vivacidad pasando to


da corpórea, e incorpórea criatura, camíne todo él
a Dios, y juntandose à èl , sea con él un Espiritu
eterna Inente. -

7 A esta casa la es decente la santidad, en la qual


Invocaci" se freqüenta la memòria de santidad tan grande. O
on à San Malachias Santo, guardadla en santidad y justicia,
Malachi apiadado de nosotros, que èntre tantas y tan grandes
as. - miserias anunciamos la rmemória de la abundancia de
tu suavidad. Grande es sôbre ti la disposicion de la
piedad divina, que te hizo pequeño en tus ojos, y
grande en los suyos: que hizo por ti grandes cosas
salvando tu pâtria: y te hizo á ti cosas grandes in
Festivi troduciéndote en su glòria. Tu festividad, que con
dad de S.
Maachi
razon se celebra votiva a tus virtudes, sea por tus
4S, mèritos, y ruegos saludable para nosotros. La glória
de tu santidad , que por nosotros se recuerda , y se
continua por los Angeles, entonces serà para noso
- . -a" , ITOS
y Dr S. MALAcRIAs OBrspo. 389
tros dignamente gustosa, si fuere tambien fructuosa.
Permitasenos , trasladàndote tu, retener algunas reli
quias de les frutos de tu Espíritu, de los quales su
bes cargado, pues nos congregamos hoy en tu deli
ciosísimo coavite. r , cº” º
8 Sed para nosotros, te pedimos , Malachias San
to, otro Moysès, u otro Elias, repartiendonos tam
bien tu á nosotros de tu Espíritu; puesto que en el
espiritu y virtud de ellos veniste tu. Tu vida es ley
de vida y de enseñanza: la muerte tuya puerto de la Elogios
de S. Ma.
muerte, y puerta de la vida: tu memòria , dulzura lachias.
de suavidad , y de gràcias : tu presència , corona de
glòria en la mano del Señor Dios tuyo. ¡O Oliva fruc
tifera en la casa de Dios! ¡O Acèyte de alegria, que
unge, y luce, fomentando con beneficios , resplande
ciendo con milagros hacednos participantes de aque
lla luz y suavidad de que gozàis. ¡O Azucena odorí
fera que eternamente brota, y florece delante de Dios,
y esparce por todas partes vivífico olor de suavidad:
de quien èntre nosotros permanece en bendicion la
memòria, y èntre los Ciudadanos del Cielo està en
honor la presencia ! Haced que los que los celebra
mos , no seamos frustrados de la participacion de tan
ta plenitud. ¡O luminar grande , y luz que luce en las
tinieblas, iluminando con los rayos de prodigios , y
de mèritos hasta el horror de la càrcel, y llenando
de alegria la Ciudad! Ahuyentad de nuestros co
razones las tinieblas de los vicios con los esplen
dores de las virtudes. ¡O estrella de la mañana tanto
mas clara que las demás, quanto mas vecina al dia,
y mas semejante al sol dignaos ir delante de noso
tros, para que nosotros tambien caminemos en la luz,
como hijos de la luz, y no de las tinieblas. ¡O auro
ra que esclarece sobre la tierra, pero luz del medio
dia que baña las altas plagas del Cielo! recibidnos à
la compañia de aquella luz, con la qual iluminado
brillais largamente fuera , y ardeis suavemente den
s tro,
39o SERMoN II. De S. BERNARDo ABAD.
tro, concedièndonos tanto bien nuestro Señor Jesu
Christo, que con el Padre, y el Espíritu Santo reyna
Dios por tedos los siglos de los siglos. Amen.
s s -

cre e-ºe-e-ee e-e-e-e-es-e-e-e-exº


a 1 de No EN LA FIESTA DE s. MARTIN oBISPo.
viembre,

º
.
. -
-
º SER MO N. -
-
- : -

De los exemplos de la obediencia.


I , Ienso, que aguarda de nosotros un Sermon
asl esta vuestra concurrencia, como la ve
nida de estas ilustres personas, que nos congratula
mos se hallen aqui de tan lejos. A la verdad , con
mas güsto les oiria yo à ellos: pero porque eligen,
mas bien, exigen que háble yo , ya que no se me per
mite oirles, es preciso obedecerles. Y sin duda vivo
Sermon es tanta mansedumbre suya, puesto que sien
do mas Santos. en mèritos, superiores en dignidad,
mas ricos en sabiduria se han dignado no solo venir à
Alaba la visitarnos, sino á oirnos. Eficaz enseñanza, y doc
humildad
de su s
trina digna de todo, aprecio. Porque no nos amo
oyentes.
nestan con la palabra , y la lengua , sino con la
obra y la verdad à ser imitadores suyos, como son
ellos de Christo; y à aprender, como ellos sin duda
aprendieron de èl mismo, á ser mansos y humildes
Luc. 1 39 de corazon. Así María fué á visitar à Isabel , la Vir
gen à la casada , la Señora à la sierva, la Madre del
Juez á la madre del Precursor, la Madre de Dios à
Math.3.3 la madre de un siervecillo. Ash tambien el mismo
Jesus despues fuè à Juan, y fuè para ser bautizado,
como à quien era decente cumplir toda justicia. Vo
sotros tambien, Reverendos Padres, no escogèis el
peor partido, pues mas prontos estàis à escuchar que
* - d
EN LA FresTA DE S. MARTrN Oerspo. 39 r
à hablur, aun èntre aquellos urismos que necesitaban
mas de vuestros documentos. Nosotros ciertamente,
ya que no podemos cumplir toda justícia , procurarè
mos mostraros á lo menos alguna, no ignorando ser
justo, que obedezca un inferior à los Superiores.
2 ¿Pero de que hablarèmos? El que es de la tier Johan, 3.
ra , de la tierra habla , dice aquella voz del que cla 31 º
ma. Habemos pues de la tierra, porque de la tierra
subsistianos, y en la tierra. Asi oid , terrigenas è hi
jos de los hombres: con vosotros y de vosotros ha En la tier
lamos. En la tierra nacemos, en la tierra moramos, a naCe•
en la tierra morinos, volviendonos à la misma tier mos y mo
ra de que fuimos formados. Estrecha es nuestra en - rimos.
trada aqui, la detencion brebe, y sola la muerte cier
k
ta. Todo Adan es obligado a cargar con la sentència º
-

que mereció. Dilatóse en gran manera, se multiplicó


y llenó la tierra. Sin embargo, que quiera que no
quiera, por mas que recalcítre, todo el universo lle
va aun aquella sentencia que oyô: Tierra, dice, eres, Gen.3.12
y en tierra te bas de volver. Sentencia grave sin du
da, pero no sin un grande temperamento de mlseri
còrdia: dura en gran manera, pero si piensas los mè
ritos, llena de indulgència. Puesto que, no menos jus
tamente se hubiera podido decir al que pecaba: tierra
eres, y desde ahora irás debajo de la tierra. Justo se
ría aun entonces. el Señor justo y loable sobremane
ra. Digno sin duda seria de ser alabado, pero no
sería yo digno de alabar. De otra suerte, entonces
tambien no menos verdaderamente diria yo, si es que
Psal. 118
lo pudiera decir: 5usto sois Señor, y recio vuestro
juicio. Pero no os confesarà el infierno, ni la muer 137

te os alabarà: mas nosotros que vivimos bendecimos


al Señor. Perdonàsteis pues à vuestra criatura, perdo
nàsteis à la glòria de vuestro nombre , no permitien.
do de ningun modo que el que descendia de Jerusa
lèn se alejäse hasta Jericó. Habiendo sido dejado me
dio vivo todavia en el camino , puedo medio
*
al ll(º-
392 SERMoN DE S. BerNARno ABAn.
luego que todo yo viviere, entônces todo yo rompe
rè en alabanzas, y diràn todos mis huesos : ¿Señor,
quien es semejante d Vos? Por esto sin duda habien
dosos airado os acordàsteis de la misericordia, no
condenando al hombre en el lugar de la perdicion,
sino humillandole en el lugar de la afliccion. ¿Qué te
resientes, hombre? ¿Qué te quejas de una sentencia al
go, mas dura?. Hècho tu de la tierra fuiste condenado
à la tierra, para que la misma sea tu patria que fue tu
matèria.
3 Pero quisíera oir, diràs, eres espíritu, y en es
«... vº piritu, te has de volver. Porque tambien soy espiritu,
º.en lo que toca al alma, ni dudo que es la mas noble
porcion de mi mismo. He oido a la verdad al Apostol
a Cor. 3. decir: Que el Señor es Espiritu, y al Señor misino:
Que es Espiritu Dios. Ni solo es Espiritu, sino Pa
Johan. 4.
dre de los Espiritus. ¿Por què pues me detiene la
madre de la carne, por ser yo en parte carne; y no
me recibe el Padre de los Espiritus, siendo yo en par
te espíritu? Sè, sè , que lo causa esto, no tanto la
substància de la naturaleza, como la culpa. Pues así
Eph.2.14 como los espíritus pecadores estàn detenidos en este
espàcio mèdio del ayre èntre el Cielo y la tierra;
por lo qual tambien se llaman potestades aèreas: así
nuestros pecados sepáran èntre Dios y nosotros, èntre
el criador y Padre de los Espíritus, y la criatura es
piritual. Arrastrò á su region el cuerpo al alma, y he
ahi que prevaleciendo èl, oprime à la que es pere
grina alli. Hizose el talento de plómo ciertamente;
- ,
pero no por otra causa sino porque està sentada la ini
quidad sobre èl. Porque el cuerpo abate al alma, pe
Sap.9. 5 ro es el cuerpo que se corrompe: mas él se corrom
Rom. 8. pe, y aun tambien, testigo el Apóstol , està muerto
I O.
por el pecado. Así pues aunque en algun modo sea
cielo tambien el hombre, semejante sin duda a los
Espíritus celestiales en la substancia, y en la forma;
en la substancia, porque es espíritual ; en la forma,
por
EN LA FIEstA DE S. MARTIN OBIspo. 393
porque es racional: sinembargo, de ninguna mane
ra bastan estas dos cosas à levantarle , para que me
rezca oir, eielo eres , y en cielo te has de volver.
En vano se gloriarà de la libertad de arbitrio, que Porque é
el hóbre
se halla en el alma: el es llevado cautivo en la ley la porció
del pecado, que està en la carne. Porque, aunque ce lestial
acaso pareciese que una cuerda duplicada pudiese pre que tiene
valecer à otra igualmente duplicada, de modo que á no predo
rnina à la
quien exige para si la tierra como con dos derechos, (CIIC na,
es a saber, como pâtria juntamente y materia ; no me
nos por las dos semejanzas, de que se hà hablado,
esto es de la substáncia y de la forma, le recibiese
tambien el Cielo como celestial: pero habièndose ya
triplicado aquella cuerda inferior, y que tira hacia
abajo, juntandosela ciertameute el pecado, no se rom
pera, á no ser que por la otra parte acuda tambien
la gracia. A la verdad, luego que ella asistiere, no
hay que dudar, que facilmente serà rota esta pesada Quan ne
cuerda de iniquidad , con que somos arrastrados, ó c es à ria
mas bien, que arrastramos nosotros. Pues esta gracia n. O S CS

se interpone entre Dios y nosotros, no separàndonos, a qui la


sino reparandonos y juntandonos. gràcia.
4 Asi iré al monte de la grácia y à los collados
de las misericórdias, cuyos tesoros todos oygo que
estàn depositados en Christo, lrè al que está lleno de
gracia y de verdad, por si recibo algo de aquella
plenitud, mas bien por si soy recibido en aquella ple
nitud : para salir al encuentro juntamente con los de
mas miembros alguna vez, en la medida de la edad
de la plenitud, de Christo. Puesto que ninguno sube Johan.
13• .
3.
al Cielo , sino, el que descendió del Cielo. Fidelisi
mo sin duda y benignísimo Mediador, el qual no se
paró ciertamente, sino que hizo ambas cosas, una, des
haciendo la pared de la cerca que mediaba, condo
nandonos todos los delitos, borrando la escritura del
decreto que habia contra nosotros, que nos era con Colos, a.
traria: y la deshizo clavándola en la cruz, y despo e
- Ddd jan
394 SERMoN pE S, BERN A R po A a Ap,
jando los principados y potestades, pasó confiadamen
te, triunfando en lo público de ellos, y pacificando
por su sangre las cosas que estàn en el Cielo, y las que
estàn sobre la tierra, Por esta salud verdaderamente
que habia de obrar en medio de la tierra, no puso lue
go al hombre bájo de la tierra, como habia mereci
do pecando ; sino en la tierra. Así podemos respirar
nosotros , y de ningun modo debemos desperar, unien
tras que permanecemos en la tierra, y podemos mi
rar al Cielo y recibir las óptimas dàdivas, y perfec
tos dones del Padre de las luces, del Padre de los Es
Porque el piritus, del Padre de las misericordias. Por tanto hi
hóbre tie
ne recto
zo al hombre recto , aun en el cuerpo mismo, y dió,
el cuerpo. al hombre un rostro sublime , siendo así que todos los
demas animales miran inclinados a la tierra, para
que levantando à las estrellas el rostro, suspíre hàcia
aquel lugar en donde mira tan dichosa y perenne
II la ISIOT),

5 ¿Por ventura no es un vehementisimo incenti


vo de amor, y un estimulo de un desèo ardentisimo,
mirando nosotros piadosa y fielmente , la vista mis
ma de aquella lucidlsima region? No son las estrellas
del Cielo semejantes à los terrónes de la tierra. No
poca distància hay entre el esplendor del sol, y la
opacidad de este suelo. Con todo eso, quizá tambien
aqui se ven algunas cosas hermosas, pero en su ge
nero: y estas mismas estàn por todas partes mezcla
das con las que no son hermosas, como el oro en el
lodo, la piedra preciosa en el muladar, la azucena
entre las espinas. Mas tu toda eres hermosa, patria
mia, y no hay mancha en ti : toda hermosa, sin
contar lo que se oculta dentro. ¿Què es aquello? Sin
duda aquellos bienaventurados Espíritus Angélicos, y
las mismas almas de los Santos, que ya merecieron
entrar en el lugar del tabernáculo admirable hasta la
casa de Dios. Porque, asi como hay cuerpos celestes,
y cuerpos terrenos, pero es muy diferente la gloria
de
EN LA FIEsTA DE S. MARTIN OBrspo. 395
de los celestes que de los terrenos; asi tambien hay
Espíritus celestes, y terrestres, ni hay menor distàn
cia à la verdad entre ellos. Angeles, Archangeles,
Virtudes , Principados , Potestades , Dominaciones,
Tronos, Querubines, y Serafines. Bien sè los nom
bres, y quizá es esto todo lo que sé. Porque , ¿què
mas podrè yo que hè nacido de la tierra, percibir de Los órde
nes delos
las cosas celestiales, y un hombre carnal de las es
Angeles,
pirituales, y divinas? Con todo eso aunque ignóro lo y sus n6
que se oculta en estos tantos vocablos, pero sè cier bres está
tisimamente que alguna cosa grande y admirable es llenos de
tà cerrada, y sella da bajo de tanta magestad de pa misterios
labras. No sin causa se llama Cielo; por cierto, un no
sè que grande y excelente se encubre en èl: se en
cubre, repito , pero con todo eso no se niega à la fe
enteramente. Se nos concede en la tierra ver la mis
ma hermosura exterior del Cielo, no el llegarnos á
ella: tambien aunque no se concede comprender la
interior gloria de sus secretos, se concede à lo me
nos oir de ella. Vemos la pâtria , pero la saludamos
de lejos: olemos aquellas delícias, no las gustamos.
6 Verdaderamente no sin motivo el Unigénito que
está en el seno del Padre, él mismo nos refiere, por
la fe sin duda, en esta region de la sombra de la
muerte que habitamos, la gloria de los Espiritus Ce.
lestiales, pero la de los cuerpos la manifiesta por la
vista. Qye, dice , hija y ve. Y así se hizo. ¿Pero à Ps44. 11
què fin esto? Inclina, dice, tu oido, y olvida tu pue
blo, y la casa de tu Padre. Quiere que nosotros de
pongamos la contumàcia , que aprendamos la obe
diencia , que tomèmos la doctrina. Quiere tambien,
que nos olvidemos de lo que queda atrás, que des
preciemos las cosas que estàn bajo de nosotros, que
desechemos las costumbres terrenas, y vicios, que
guste mos las cosas celestiales, que busquemos las que
están arriba, y anhelemos à las que están delante de
nosotros. Quiere tambien que esta criatura noble de
Ddd 2 sèe
396 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
sèe aquella tan grande hermosura de su casa , para ,
que se transforme en la misma imagen de claridad en
claridad, como por el Espiritu del Señór; y consi
guientemente desee tambien el Rey su hermosura es
piritual. Pero acaso diràs ; ¿en què modo el ver y el
oir me pueden excitar à inclinar el oido , y obede
cer; aunque sea manifiesto que excitan el desèo?
A la verdad , debes considerar como toda es
ta gloria de los cuerpos celestes obedece incesante
mente à las divinas leyes, ni exceden jaunäs en tan
continuos movimientos la raya de los tiempos, que les
Recomié está señalada, ni traspasan los terminos de los sitios,
da la obe que les estàn determinados. Tambien debes oir, que
diécia por los mismos Espíritus tan sublimes tienen oficio de mi
los exen nistros , y son enviados à un ministerio de la mayor
plos que dignacion , por no llamarle ministerio indigno de ellos:
dá de ella
los Cielos mas de ningun modo jüzgo hallarás en las escrituras
y los An" que alguno de ellos jamas ô contradixese al que le
geles. enviaba, ô se enojase aun ligeramente con aquellos
mismos tan inferiores à si , por cuya causa, eran en
viados al ministerio. Sí lo adviertes con cuidado, to
dos estos son exemplos de obediencia, tanto mas apre.
ciables sin duda, quanto son en materia mas digna.
Mas conozco que al oir esto, murmura entre si mismo
el sentido del hombre, y su pensamiento inclinado
:
siempre al mal. ¿Què me propones, tu, dice, la obe
diencia de los celestiales elementos? Como si en ellos
hubiera sentido alguno ô deliberacion alguna de la
razon, y mas bien, en vez de moverse, no fueran
movidos ellos. ¿Pero què alabas la obediencia aun de
los Angeles mismos? A la verdad, sienten los Ange.
les, pero solo cosas deleytables; siendo sin duda obe
dientes al Criador, mas con una voluntad tan feliz co
mo facil. ¿Qué mucho que obedezcan? Siempre estàn
viendo el rostro del Padre, y el verle es bienaventu
ranza perfecta, eterna gloria, delicia suma.
8 Poned delante de nosotros, Señor, los Patriar
- C3S
EN LA Fi es TA DE S. MARTIN OBIseo. 397.
cas y Prophetas, estos varones obedientes á vuestros
preceptos, obedientes de voluntad, obedientes tam
bien contra la propia voluntad. Està hecho. Se nos
exhibe (pasando en silencio los demás por , no ser Exemplo
largo) se nos exhibe , repito, Abrahan saliendo de su de Abra.
tierra al mandato del Señor, echando de su casa a la han. , ,
criada, y á su hijo , aun. dispuesto tambien à sacri- e
ficar a su carisimo hijo Isaac. Que podra cavilar aqui º
la astucia humana? ¿Acaso responderà., que aparecien
dose a el Dios de muchos y varios modos, admitia.
su hospedaje, tomaba parte en su convite, le anima-,
ba con sus coloquios, le instruia con sus consejos, le
daba hijos, le ilustraba con ¿ le colmaba de
riquezas? ¿Qué diràs, quando se presente Christo he-semplo
cho obediente al Padre hasta la muerte, pero muerte? ¿
de cruz º Micho, dice, por todos modos. Porque ¿
¿quando al Unigénito del Padre, quando, a. Christo,
Virtud de Dios, y Sabiduria de Dios presumiria yo s
imitar?
to, quisoFue ofrecidocomo
padeció, porque el quiso,
quien quando y quan
era verdadero hom- a

bre sin duda, pero no menos verdadero, Dios. Ni aun ... ".
quiero tampoco me alegues la misma obediencia de
los Apóstoles: quienes ciertamente consta, vieron con
sus ojos segun la prophètica promesa a su Preceptor, ,
y oyeron con sus oidos la voz de quien les amones
taba Por lo que escribiendo uno de ellos dice con la
1. Johans,
mayor expresion: Lo que oimos , lo que vimos con. • sº
nuestros ojos , lo que miramos .. y trataron nuestras
manos acerca de la Palabra de la vida. ¿Que mucho ..., n, :
que dejasen todas las cosas: ¿Què muchó, que para o ".
todas las cosas siguiesen la presència de tan grande • º
magestad??Què no haria yo, si se me diese la mis
ma oportunidad? Pero no lo hizo asi con todas las
demas naciones, no lo hizo ciertamente así con las
que precedieron, ni con las que se siguieron. Porque
, " " - º ºrº - -
así como muchos Reyes desearon verle y no le vie
ron; asi no menos llegaron ya los dias, en los que de
See
398 SERMon De S. BERNARDo ABAD.
seemos ver aquel dia único del Hijo del hombre, y
con todo eso no lo merezcamos.
9 Oportunamente pues sèa puesto delante San Mar
tin, para que sea quitada de delante toda ocasion de
pecados. Hoy èl, siendo semejante en todo a nosotros,
y sin duda sensible y pasible; pero y tambien vivien
Obedien
cia de S.
do mucho despues de aquellos tiempos de las visio
Martin, nes de los Patriarcas, y Prophetas, siendo igualmen
te puro hombre, no teniendo nada de la naturaleza
de la divinidad, pero creyendo en aquel Señor que
no vió; llèno del fruto de la obediencia , y rico de
virtudes, dejó el suelo, y ascendíò al Cielo, entre
gando à la tierra, lo que tenia de la tierra; dirigien
do el Espiritu al Padre de los Espiritus, á quien sir
vió fielmente en el espíritu de adopcion. No fuè ce
leste cuerpo, ni tampoco Espíritu celeste: animal ra
cional fuè, aun tambien mortal, nacido de la tierra,
è hijo del hombre. En la tierra nació, en la tierra fue
educado, en la tierra fuè exercitado y probado, en
la tierra fuè tambien consumado, Ni era Patriarca,
mi alguno de los Prophetas, de quienes dice la Ver
Math. I , dad en el Evangèlio : La ley, y los Prophetas bas
l 3• ta 5uan. Mucho mas seguramente no era el Chris
to, pero con todo eso estaba Christo en el , no de
otra suerte sin duda, que por la fe.
1 o A la verdad , de este modo aun ahora cerca
Dent.3o. esta la palabra en tu corazon, y en tu boca : con
14. tal que la busques con recto corazon precisamente. Sin
duda esta palabra de que habla Moysès, es la pala
Rom. 1o. bra de la fe, por interpretarlo así el Apòstol. Por lo
8.
qual tambien en otra parte dice el Apòstol mismo:
Hebr. 13. jesu Christo, era ayer, y es boy, y será para siem
8
pre. Entiende tu el dia de ayer desde el principio del
De diver
so modo
siglo hasta la Ascension del Señor; el dia de hoy des
està Chr de allí hasta la consumacion del siglo; el decirse pa
isto res ra siempre despues de la cornun resurreccion de to
peto de dos. A ninguno de estos falta Christo; á ninguno
todos pre - fal
EN LA FIF sTA DE S. MARTIN Osrºpo, 399
falta Jesus a ninguno falta la uncion; à ninguno la sa sente , y
lud. A los Patriarcas y Prophetas fuè mostrado en vi tmanifies
Oe
sion, a los Apòstoles en la humanidad, á San Mar
tin en la fe, a los Angeles ya en su rostro. El qual
rostro verdaderamente, tambien prometió mostrar a
todos los escogidos él mismo, mas no hoy, sino pa
ra siempre. En fin, ya habia pasado el dia de ayer,
ya habia esclarecido este nuestro dia de hoy, quan
do decian los Apóstoles; Aunque conocimos á Chris s. Cor. 5.
to segun la carne, mas ahora ya no le conocemos de 16.
este modo. Con todo eso parece haberse guardado
algo de las carnes del cordero para esta mañana: pe
ro lo que resta, ciertamente ya se entrega al fuego:
por quanto, es à saber, hasta hoy se nos exhibe la
misma carne a nosotros, pero espiritualmente, no car
nalmente sin duda.
1 . Ni hay razon para quejarnos de que se nega
ron à este nuestro tiempo aquellas apariciones que
fueron hechas à los Padres del antiguo testamento, ô
la presencia de su carne que fuè exhibida a los Após-.
toles. Porque se harà claro à los que fielmente lo con
sideran, que ni lo uno ni lo otro falta. Porque se nos Presecía
presenta aun ahora la VERDADERA suBTANcLA de su de Chris
to en la
carne, sin duda en el Sacramento. Hay tambien re Euchaxis,
velaciones, pero en espíritu y virtud; para que se vea tia.
que al tiempo de la grácia, que es ahora, nada le fal
ta en gènero alguno de gràcia. Finalmente ni el ojo
vió , ni el oido oyô , ni subió al corazon del hombre
lo que preparó. Dios à los que le aman; pero à noso
tros o reveló por su Espiritu. Ni te admires de que
les hizo apariciones carnales à los que aguardaban su
carnal advenimiento. Mas à nosotros tanto mas nece
saria nos es una gracia mas eficaz, y mas digna re
velacion , quanto sin duda mas excelentes son las co
sas que aguardamos.
12 Asi (como dijimos tambien arriba) este Mar
tin no fue Christo, pero tuvo en si a Christo: no co
IIMQ,
400 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
mo los Angeles en la presencia de la magestad; no
como los Apóstoles en la vista de la humanidad; no
como otros tiempos habló en vision a sus Santos; si
no como hoy tambien le tiene la lglesia : en la fè,
y en los Sacramentos: No era luz, sino, antorcha,
ciertamente ardiente y luciente, se dijo ue San Juan.
Pero si a éste os pusiere yo delante, pienso que di
reis: el màximo de los hombres es , mas que Pro
pheta es, aun es el Angel de Dios Padre, como èl
Johan. 5. mismo testifica. Ve abi que envio a mi Angel, &c.
35 « San Martin tambien era antorcha ardiente y lucien
te: nadie pues tenga vergüenza de imitar a éste a lo
menos; pero de imitarle en lo que es imitable, no
en lo que se muestra admirable. A la mesa de un ri
Luc.7. 17 co te sientas hoy: considera cuidadosamente las co
sas que te ponen delante. Distingue entre los manja
En los
res, y los vasos de los manjares. Aquellos te mandan
Stos unas que tomes, no èstos. Rico es este Martin, rico en me
COSaS SOn ritos, rico en milagros, rico en virtudes , rico en
para imi portentos. Considera pues diligentemente las cosas que
tar, Otras te ponen delante, quales, es à saber, para la admi
para ad racion, y quales para la imitacion. O, seguramen
... mirar.
Prov. a 3. te, porque en la Escritura se sigue: Que es razon
• que tu prepares otras tales: considera diligentemen
Segun la te lo que te ponen delante, y en que. Resucitó Mar
Versió de tin tres muertos, quantos ciertamente habia leido que
los setéta
habia resucitado el Salvador. Dió vista à los ciegos,
oido à los sordos, habla a los mudos , a los cojos la
Milagros
de S. Mar facilidad de andar, á los àridos la salud. Evadió los
tin. peligros con la virtud divina, rebatió las llamas po
niendo delante su cuerpo propio, abatió a la tierra la
mole de una màchina sacrilega con una columna igual
que descendia del Cielo, límpió con un beso a un
leproso, curo con acèyte á un paralitico, venció a
los demônios, vió a los Angeles, previó los futuros.
-13, Pero verdaderamente éstas cosas, y las demàs
semejantes maravillas altisimas que hizo, que mucho
las
EN LA FIssTA DE S. MARTIN OBrspo. 4or
las llàme yo unos admirables vasos de este rico de
mazizo oro, resplandecientes con piedras, por la ma
tèria y por la obra igualmente preciosos? No quieras Los mila
gros
buscar en ellos el sabor, sino admira el esplendor. los Stos. ¿
Brílle en tales cosas nuestra antorcha , para que en su son testi
luz veamos nosotros la luz, la qual ciertamente, pura mônio de
como es en si misma, todavia no puedes mirar. No la gloria
es pues èste luz, pero es quien dà testimonio de la de Dios.
luz; y aparezca à ti por ahora glorioso Dios en su
Santo, mientras que no alcanzas a la glória de èl,
como es en si mismo. Sin embargo, no juzgues que
se hallen adornadas las làmparas de Martin, pero va
clas: no es Virgen fatua, tiene aceyte en los vasos.
Tiene vino en las redomas , tiene dentro de estas fuen
tes còpia de manjares, delícias espírituales ciertamen
te: para que no solo vean y se admiren, sino que
coman los pobres, y se sàcien: y en aquellas à la
verdad alaben al Señor, mas en estas vivan sus cora
zones. De otra suerte, ¿como os alabaràn, Señor, los
La alabá.
muertos? Para que sea pues gustosa y hermosa la za de los
alabanza en la admiracion, vivan tambien por la imi Stos debe
tacion ; y para que con mas ànsia tomen las delicias, acópañar
contemplen tambien con mayor curiosidad las mismas se de su
riquezas. Asi ciertamente debemos proceder con al imitacion,
ternativos afectos entre el esplendor y el fervor de
esta antorcha, para que se nos haga apreciable lo
uno por lo otro, y por la mútua comparacion nos
parezcan ambas cosas mas agradables. Porque fuè.
humilde y pobre de espíritu este Martin , como evi
dentisimamente lo prueba. el efecto de la divina grà
cia, pues verdaderamente no hubiera dado Dios tan
ta, sino à quien era tan humilde.-
14. Mas para poner à vuestra vista algunos indí
cios de sus virtudes , aunque pocos , pobre de espíri
tu le conoció el bienaventurado Hilàrio, quando in
tentando darle el oficio del Diaconado, y no consi
Eee - guien
402 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
Rumil guiendolo de èl, porque clamaba que era indigno:
dad y po le mandó que fuese Exorcista: en lo qual pareciese
breza de
5. Martin tener algun lugar el desprecio, sabiendo seguramente
que de ningun modo repudiaria èl una órden mas hu
milde. Pobre fuè , desaliñado en el vestido, sin asèo
en el cabello, despreciable en el rostro: las quales co
sas aunque en su eleccion habian sido objetadas por
* Sulpi algunos malèvolos, con todo eso en el Obispado mis
cio en la mo como se escribe de èl, * enteramente nos las mu
vidade S. dó. Finalmente, porque fuè verdaderamente Martin
Martin.
pobre de espiritu , pobre y pequeño mereció llamar
Cap. 7. se. Mas escucha su mansedumbre , escribiendo así
Su man aquel su Sulpício: ,Tanta paciencia habià llegado a
sedumbre , tener contra todas las injürias, que siendo sumo
,, Sacerdote, impunemente era ofendido, aun de los
,, infimos Clèrigos: ni por esto jamàs los echó de su
, lugar, ô los desechó de su caridad en quanto estu
,, vo de su parte.“Lo qual juzgo que todos vosotros
Su olvido os acordàis haberse mostrado manifiestamente en su
de las in
conducta con Bricio. A este escogió, entre todos por
jurias, y sucesor suyo, y le previno acerca de la mucha ad
su bene
v o lencia versidad que habia de suceder despues: ultimamente
con Bri - le hizo Santo en su fè y mansedumbre, que fuè tan
cio. grande en esto , que él mismo habia escuchado la
respuesta que habia dado á un hombre, que pregun
taba por el Santo, en estos terminos injuriosos: si bus
cas aquel desvariado, mirale alli lejos , y repara co
mo segun su costumbre está mirando al Cielo, como
un loco. Freqüentemente el hombre de Dios, como
quien despreciaba la tierra, miraba a l. Cielo. Sabia
sin duda que para esto habia recibido (como arriba
dijimos) una recta estatura en el mismo cuerpo: sabía
que estaba alli su tesoro, sabía que alli estaba sentado
à la diestra del Padre Jesu Christo, sabia que nunca
habia de alcanzar lo que deseaba , hasta que llega -.
se alli, Por lo qual no es mucho que no, atendiese à .
que le llamaban loco en la tierra, aquel cuyo trato
cier
EN LA FIEsrA ps S. MARTrN OBIseo. 403
clertamente estaba en los Cielos, y cuyos ojos esta
ban en su cabeza, A la verdad tambien acostumbra
ban subir allà sus lägrimas desde su megilla, de las
quales abundaba tanto, que solia llorar aun por los
pecados de aquellos, que hablaban mal de sus ac
ciones. º

15 Quanta hambre tuvo de la justicia, està pro


bado, ya en todas las demàs acciones suyas, ya es
pecialmente en la persecucion de la idolatria, en la
destruccion de los templos, en la ruina de las està
tuas, en la desolacion de los bosques consagrados à Su zelo,
los falsos Dioses. En lo que tambien no dudò expo y sed dela
justicia.
nerse alguna vez al riesgo, con el fin de quitar la
ocasion de tan grande delito. El haberle experimen Su cari
tado misericordioso, el Salvador mismo se gloriaba dad y miº
èntre los Angeles; ostentando la mitad de la vestidu se ricor
dia có los
ra que le habia dado. Ojalà que tambien se digne
hombres,
mostrar con nosotros miserables delante del sumo
Juez, en cuyo tabernàculo admirable ya entrò , aque
lla misericórdia , con la que libertò aun los que es
taban destinados à la muerte , y sentenciados à va
rios tormentos, por quienes se escribe de èl, que es
tuvo postrado delante de la puerta del Juez de la tier Su pureza
ra la mitad de la noche. Porque ¿cómo no le oirá yamor de
ahora, el que aun hizo entonces que fuese oido? Por la Concos
cierto la limpieza de su corazon la indica con la ma dia.
yor claridad aun precisamente aquel hecho, de que
no fuè confundido hablando al enemigo en la puerta.
,, Nada encontrarás en mi , * funesto; el seno de Abra * Otros,
,, han me recibirà." Consumados felizmente sus tra Q u e me
pueda ser
bajos en las obras de los pacíficos, aunque no ignora vir de có
ba el fin de sus dias, con todo eso fuè adonde es fusion.
taban los Clèrigos discordes, entre los quales refor
mada la paz, descansó en la paz èl mismo.
16 Pero seria largo de contar las persecuciones
que sufrió por la justicia; como intrèpido èl delante
de Juliano Augusto en la Ciudad de Vormes, y mas
Eee 2 COIS
4o4 SE AMoN DE S. BRRNARDo A a AD.
Su pacien constante con el mismo terror que querian causarle,
cia en las
persecu
fuè puesto en la cárcel, para ponerle desarmado de
ciones, lante de los bàrbaros al otro dia : como cerca de los
Alpes bajo de la acha, que vibraba un ladron contra
su cabeza, estuvo segurisimo: como habièndole per
seguido en Milan el Arriano Auxèncio , y ofendido:
le con injürias, al fin le echô de la Ciudad: como
tambien en otra parte antes, combatiendo acerrimi
mente contra la perfidia de los Sacerdotes , fuè ator
mentado con suplicios, azotado publicamente con va
ras , y compelido à salir tambien de alli: como tam
bien en la demolicion de un templo, acometiendole
empuñada la espada un gentil, presentó al que le
iba á herir la cerviz desnuda, hasta que levantando
èl su mano para dar el golpe, cayó hàeia tras: co
mo le quiso herir otro con un cuchillo, pero cayen
do el hierro de entre sus manos desapareció dere
pente, Por todas estas cosas no hay duda que de mu
chos modos es coronado el que, aunque à la verdad
no fuè Màrtir alguna vez por el efecto de una pasion
consumada, pero fuè tantas veces Màrtir por el afec
No hacé to de una voluntad devotisima. Comed ya Amigos,
Stos. los y bebed, y embriagad-os , Carisimos. Puesto que ash
milagros, se vive, y en tales cosas està la vida de vuestro es
sino las.
vistudes. piritu. Sino que acaso publíque bienaventurados la pa
labra divina, á los que resucitan muertos, dan vist
á los ciegos, sanan a los enfermos, limpian à los le
prosos, curan à los para liticos, imperan à los demo
nios, anuncian los futuros, resplandecen con mila
gros; y no mas bien, à los pobres de espiritu, à los
mansos, á los que lloran, à los que tienen hambre y
sed de la justicia, à los misericordiosos, à los lium
pios de corazon, a los pacificos, á los que padecen
persecucion por la justicia.
17 Perdonadme , Hermanos; algun tanto hè pasa
do mas allà del exemplo de la obediencia, el qual.
solo segua el órden propuesto debianos, mostrar en
San
EN LA FresTA DE S. MARTIN Ourspo. 4o5
San Martin. A la verdad, algo nos detenemos, pero Admina
como pienso, bueno, es estarnos aqui algo mas tarde ble obe
diencia y,
pues venimos á hablar hoy de San Martin. ,Señor, resignaci
y dice, si todavia soy necesario à vuestro pueblo, no on de San
, rehuso el trabajo, hagase vuestra voluntad. “¡O Martin.
verdaderamente alma Santisima! ¡O caridad inestima. Sulpic. en
la carta
ble! ¡O obediencia singular! Un buen còmbâte has pe tercera à
leado, consumaste la carrera , guard ºste la fè; en lo Bassul.
demàs te esta reservada la corona de justícia que te
darà hoy el Señor justo Juez; y todavia dices: no
rehüso el trabajo , hägase vuestra voluntad. Ofrecis.
te sin duda a Isaac; degollaste a aquel único hijo que
amas, en quanto està de tu parte sacrificaste el sin
gular gozo tuyo con devocion piadosa, estando dis
puesto à volver otra vez à los peligros, a renovar
los combates , a sufrir de nuevo el trabajo, á soste
ner a tribulacion, à prolongar la tentacion, á tólerar
sobre esto todavia la dilacion de aquella tan grande
licidad, y por tanto tiempo deseada compañia de
los Espirítus bienaventurados, y á volvérte desde la
misma entrada de la gloria à las aflicciones de esta
mortalidad, ultimamente (lo que es mas que todo) a
estàr alejado mas largo tiempo de tu Christo, si él
lo quisiere así: ni seguramente puede haber dudá en
que merece mas gràcia el que se muestra pronto y
dispuesto aun antes del mandatos que quief deséa obe.
decer despues del mandato. Grande ciertamiente es
vuestra obediencia, Angeles Santos : pero, lo que me
atreverè à decir, no llevàndolo à mal vosotros , no
sè si entre vosotros se hallarà alguno dispuesto a ser
enviado alguna vez à ministerio tal , que sea preciso
no ver el rostro del Padre. Cosa grande es, ô Pedro,
el haber dejado todas las cosas para seguir a Chris
to: pero te se oyó decir en el monte, en que delan
te de vosotros se transfigurð: Señor, bueno es estar.
Math. 17.
nos aqui, bagamos aqui tres taberndculos. No es es
to; si todavia soy necesario à vuestro pueblo, no re
* hú.
--º

4o6 SERMoN pE S. BERNARDo ABAD.


hiiso el trabajo. A parejado està tu corazon, ó Mar
tin, aparejado está tu corazon, ó à permanecer en el
cuerpo, ô à ser desatado, y estàr con Christo.
18 Grande cosa es tambien la seguridad en la
muerte horrenda; grande perfeccion se vè en desear
la vista de Christo, y en desearla tan fervorosa y sin
gularmente : pero es mucho mas por todos modos,
que no temiendo tu morir, mas bien deseando con
tanto anhelo la presencia del Señor, no rehusas vivir
tambien, y tolerar una expectacion molestisima. ¿Ea
què otra cosa pues, pudiera no obedecer aquel que
puesto en tan grave punto clamaba tan devotamente:
Hagase vuestra voluntadº Esta pues sea nuestra por
cion, Hermanos, en el convite de hoy, consideremos
diligentemente esta obediencia que ponen delante de
nosotros en la mesa de este pobre, mas bien , de es
te rico ya, reconociendo que esta misma es la que
exigen de nosotros, esta misma es la que conviene
que nosotros preparemos; de modo que cada uno de
Psal. 118, nosotros diga : Aparejado estoy, y no estoy turbado,
.6e,
para guardar vuestros mandamientos. Ni solamente
por una vez, ô solo en parte : sino aparejado esta mi
corazon, ó Dios, aparejado està mi corazon ; apa
rejado para ambas cosas, y sin poner limítes en na
da à las disposiciones - vuestras. Acaso deséo esto con
especialidad , y con ansia ; pero ni rehuso aquello con
todo eso: como fuere voluntad del Cielo, así se haga.
Deseo el descànso, pero no rehüso el trabajo, hagase
vuestra voluntad.

- - EN
-

407
e» º «» e» «» e» º «»se» e» e «»«»«» «» e»«»).
EN EL DIA DES. CLFMENTE PAPA Y MARTIR.
23 de No
viembre,
SER MO N.
De las tres aguas.
- Reciosa es delante del Señor, la muerte de
sus Santos. Oiga el pecador, y enòjese;. Ps. 15.6
brame con sus dientes y deshàgase. Fuè cogido en
su astucia, cayó en la hoya que èt hízo, cayó en el
lazo que tendió. Porque por la envidia del diablo en
trò la muerte en el orbe de la tierra :- pero ve ahi
que se ha hecho preciosa-la muerte de los Santos.
Escucha pues, enemigo de la vida, atiende autor de
la muerte. ¿Què vale ya tu astücia, tu sagacidad què
daña? Antes bien , para que te duelas mas , aun coo
peran al bien todas las cosas respecto de aquellos que
segun el propositos de -Dios fueron llamados para serº
Rom. 8.
Santos. Porque ni de otra suerte, que con la misma
muerte del cuerpo (la qual es efecto de tu obra) triun
fo. de ti el Bienaventurado Mártir, cuya solemnidad Los Stos.
celebramos. Hizo pues de la necesidad virtud-, con por medio
mutô. la pena del pecado en mèrito de -la gloría: se de la mu»
mostró fiel en lo poco, para hallarse digno de ser erte mis
constituido sóbre mucho. Poco era, y enteramente º ma triun
fá del dia
poco todo lo que habia recibido antes aquella bien blo.
aventurada... alma, respecto de esta gloria , que me
reció con la pasion presente. Puesto que toda la de Todoslos
leytacion de este mundo , toda su gloria, todo quan bienes de
to en . él se desèa, enteramente es poco en compa esta vida
racion de aquella gloria, de aquella felicidad, de só vanos
en compa
aquella bienaventuranza: si es que atín se puede lla racion de
mar poco, y no mas antes nada , y vapor que apa los futu
- - ... º º - re Oe
4o8 Srr Mon Dx S. BERNARDo Ana D.
rece por brebisimo tiempo. Habia re ibido el Bien
aventurado Clemente un linage noble, amplias pose.
siones , una grande herencia, ciencia tambien muy
grande, de suerte que era tenido por el mejor Phi
losopho de aquel tiempo. Habia recibido todas estas
cosas del Señor pues tambien son dones de Dios,
aun estas cosas. Asi se mostró fiel á aquel Señor que
se las habia dado, quando por su amor las despreció
todas , haciendo abandôno de todas, y juzgandolas co
mo estiercol, para ganar a Christo.
2. Pero acaso aun entonces murmura el Enemigo
Job, a. 4 diciendo: Piel por piel, y todo lo que tiene el hom
bre dard por su vida. ¿Què pues? ¿Juzgas que en la
misma vida del cuerpo, que recibio del Señor y se ha
Los Stos. llarà infiel, prefiriendo ésta à lo menos à èlº Ve ahi,
detodo se
despren que tienes potestad: acometele por tus ministros, pa
den por ra que por ambas partes se vea estrechado, teniendo
Dios, necesidad de separarse ô del Señor , o del cuerpo.
Busca varios y crueles generos de formentos: pero
sabe que fabricas corona à nuestro Màrtir. Porque,
asi como despreció los mismos adornos y socorros de
esta vida, asi la desprecia tambien ella misma. To
do el cuerpo te expone para la muerte; y te maldice
en tu cara, y con su sagrada boca blasfema de tus ido
los, aun entre tus tormentos ensalza libremente à su
Señor Dios, y le confiesa ingenuamente. Así sera co
ronado, porque legitimamente peleó, venció fielmen
te, ni pudo ser separado de la caridad de Christo
con los alhagos de esta vida, ni con el horror de la
muerte. Dinos, te pido, alma santa , que de este mo
do exponias tu cuerpo à los suplicios; dinos, ¿le ama
bas, o no le amabas? Sin duda le amaba, dice. Pues
to que ninguno jamás, tuvo ödio á su carne. Amabala
yo pues; pero la amaba poco , como à sierva que era,
y amaba mucho mas al Señor Dios. Y para que fue
se prueba del amor la execucion de la obra; abra
- zaba, gustosamente tambien por su gloria la misma
* - muerte del cuerpo. ¿Que
EN EL DIA DE S. CLEMENrR PAPA y MARTIR. 4o9
3 ¿Què decimos á esto , Hermanos, nosotros? Da.
mos el parabien à un Màrtir , pero y a su gloria no es
sin nuestra confusion. Ved ahi que el Bienaventurado
Clemente era hombre semejante à nosotros, pasible,
rodeado de la misma flaqueza, y pegado á su carne
Quan dis.
con el mismo vínculo del natural afecto. Si èl pues tanteS eS
glorificó de este modo a Christo, y recibió el caliz tamos de
de la salud; ¿qué dämos nosotros al Señor por todas tener el
las cosas que el nos ha dado? Ciertamente con la mis zelo,y fer
ma imagen nos adornó, con la misma sangre nos re bor de los
Miàrtires.
dimió , y nos llamó a una misma herencia incorrup
tible, è incontaminada, eterna, conservada en los Cie
los... ¿Cómo pues no podemos tambien nosotros con el
Bienaventurado Clemnente beber, el caliz de Christo?
Mas acaso responden algunos: podriamos, sino faltā
se la oportunidad: pero ya cesó el tiempo de la per
secucion. Confieso, que no creo mucho à los que di
cen esto. ¿Què pues? ¿CADA DrA cEDEIs à la punzada
Segura
de una aguja, y juzgais que podiais resistir vosotros mente nO
à la punta de la espada ? Probad en los conflictos pe sufriria
queños , quan varonilm ente podeis permanecer en el m o s, el
mayor combate. Ved que no se dice à vosotros: Sa martirio,
crificad à los idolos, y vivid; ô sino quereis esto , es qu ando
preciso que moràis con diversos suplícios. Sabe el Se alleva
p en a s
mos
ñor nuestro barro, y no nos dà combate tan fuerte. con pacié
Al Bienaventurado Clemente diò un fuerte combate cia cosas
para que venciese , y aprendiese que la mas podero q. só muy
sa de todas las cosas es la sabiduria. leves.
a.

4 ¿Mas vuestro combate qual es, Hermanos mios?


Cada dia se os sugiere en vuestros corazones: que
branta las cosas de tu órden, quexate , murmura,
obra mas remisamente, finge flaqueza, responde al
que te habló acaso con alguna dureza, para que sa
Flojedad
tisfagas tu desèo; ni se dice á alguno : sino hicieres de los Re
estas cosas, morirás; sino quando mucho , con difi ligiosos
cultad y trabajo resistiràs á tu ànimo. ¿Y quién se imperfec
ria capaz de sufrir tanto? Porque esto es lo que acos tos. . .
- Fff ill IIl
41 o SERMoN DE S. BERNARDo ABAD,
tumbramos oir en lo interior, esto lo que acostum
bramos responder à los que nos exhortan, ö sea al
hombre en lo exterior, ô sea al Espiritu Santo en lo
interior. Si peligramos pues en un tal combate, si
apenas resistimos, si nos rendimos tambien algunas
veces: ¿què hariamos en aquel combate tan grande?
Si cede nuestra flaqueza á unos fràgiles juncos, ¿cò
mo resistiria à los dardos?. Veis como estamos redu
cidos à nada, y como suelen hacer las mugeres, ó
los niños, alabamos á otros, que pelean, y nosotros
mismos no podemos pelear. Sin embargo , ¿què hace
mos: Todos ciertamente estamos llamados à las bo
das del cordero, y no es llcito aparecer vacíos en su
presencia, Consideremos pues diligentemente las co
sas que nos ponen delante, porque es preciso que pre
paremos nosotros otras -tales. Considerò el Bienaven
turado Clemente que le habia sido puesto vino à èl por
el Señor, y el tambien, porque era rico, igualmente
llevó vino à aquellas bodas con la efusion de su pro
pia sangre. Pero nosotros somos pobres , y no tene
mos vino, Señor. Mas èl dice : Llena d las bidrias
Johan. 2. de agua. ¿Què tambien será recibida el agua, si la
7.
llevaremos? Sin duda serà recibida, Porque tambien
Prov. 2 3. esta misma juntamente con el vino. hallará que se nos
1- pone à nosotros, el que segun. el aviso del Sábio con
sideràre diligentemente las cosas que se le ponen de
lante por aquel sin duda, que vino, no en agua sola -
mente, sino en agua y sangre. Pues el que lo vió dió
testimonio, de que abierto el costado del Señor muer
to ya en la cruz, salió sangre y agua.
5 Asi tambien nosotros, Hermanos, para mostrar
nos fieles à nuestro Dios , sino tenemos el martirio
Que gè de sangre (porque martirio es testimonio) busquemos
rero de á lo menos el testimonio del agua, y ni aun èste cier
m a rtirio
tamente despreciarà Dios. Tres son pues los que dan
de bemos
pr ocurar
testimonio en la tierra, el Espiritu, el agua, y la
para nq sangre. Dichosos los que tiene n este triplicado tesi
6Qtros. - - Il Q -
EN EL prA DES. CLEMENTE PAPA y MARTrR. 4r r
monio, porque la cuerda triplicada con dificultad se Eccl. 4.
rompe. Nosotros, sino tenemos el testimonio de la º"
sangre, á lo menos tengamos el espiritu, y el agua:
porque sin el espiritu ni la sangre, ni el agua sera
bastante. Antes bien si el mismo espl ritu se halla sin
la sangre y el agua, es suficiente su testimonio: por
que es Espiritu de verdad , y ni la sangre ni el agua
aprovechan nada por si mismos, sino que es el espí
ritu quien testifica en ellos. Con todo eso pienso que
apenas, ô de ningun modo se halla el espiritu sin la
sangre, ó el agua. Por tanto, Carisimos, busquemos
agua á lo menos, nosotros que no tenemos la sangre.
Y porque arriba hicimos mencion de las hidrias, bus
quemos las dos ô tres medidas que las hidrias hacian.
Pues Christo nos pone delante à nosotros tres aguas,
y será perfecto aquel que se halláre entre nosotros,
que pueda tener como èl mismo tres medidas. Asi
por esto se pone con distincion, dos medidas ó tres,
para que se sepa que dos à lo menos son necesarias;
y que la tercera no se exigirá de todos.
6 Recibe pues tu las tres aguas, que te pone de
lante el Salvador. Llora sobre Lâzaro , y sobre la Ciu- T
dad de Jerusalén; y esta es la primera agua. Suda ¿?
instando ya la hora de la pasion; y esta es la segun- agua del
da agua, que mana no solo de los ojos, sino de to- Salvador.
do el cuerpo juntamente. Mas èsta es roja, y de un
color sanguíneo, segun esta escrito: r se hizo su su. Lue *º.
dor como de gotas de sangre que corre hasta la tier- 44
ra. Ya la tercera agua es la que dijimos antes que La agua
mano de su costado juntamente con la sangre. Asi tu ¿ ¿
tambien tendràs esta agua, si riegas con tus lágri- es tábien
-mas el lecho de tu conciencia, y con el dolor de la de tres
compuncion borras las manchas de los pecados pasa- maneras.
dos. Tienes la segunda agua, si con el sudor de tu
rostro comes de tu pan, y con el trabajo de la pe
nitencia castigas tu cuerpo, y apagas las llamas de
la concupiscencia. Es pues de color sanguineo, ô por
Fff 2 el
412 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
el trabajo, ô por el mismo fuego de la concupiscen
cia que ella apaga. Mas ya si puedes adelantar hasta
la gracia de devocion, te daràn à beber el agua de
la sabiduria saludable; y el Espiritu de Christo que
es dulce sobre la miel, se harâ en ti fuente de água que
El agua brota hasta la vida eterna. Y acuerdate que esta es
de la de
voció flu
el agua que sale del costado de quien duerme,
ye sin mo y fluye sin molestia alguna. Porque es preciso que
lestia. estè muerto ya para el mundo el que quiere deley
tarse en esta gracia. Asi , por repetirlo brebemente,
la primera limpia la conciencia de los delitos pasa
dos; la segunda para que evites los daños futuros,
extingue la concupiscencia; la tercera, si mereces
llegar à ella, sàcia al alma sedienta.

ee-ºe-ee e º es e-e- º e-e-e»,


a 9 de No
viembre.
EN LA VIGILIA DE s. ANDRES APOSTOL.
SER MO N.
Como debemos prevenir con ayunos las solemnidades
de los Santos.

Porque A autoridad de los Padres estableció que


pr e cede l. La las fiestas principales de los Santos fuesen
el ayuno
à las fies antecedidas con votivos ayunos : utilmente sin duda,
tas prin y no en vano para nosotros, si hay quien lo advier
cipales, ta. Porque contrahemos todos los dias muchos pe
cados, y en muchas cosas faltamos todos: ni entera
mente es seguro entrar à, celebrar las festividades sa
Causa 1.
gradas, y especialmente las que son principales, sin
preceder la purificacion de la abstinencia, con la qual
nos haremos mas dignos y mas capaces de los go
zos espirituales. Así el Justo en el principio de sus
palabras se hace acusador de si mismo; ni comien
- - Zä
EN LA VIGILIA DE S. ANDREs APosToL. 413
za las alabanzas agenas, sino por la reprension pro
pia. Mas si tiembla, tambien el Justo aunque dili
gente en prevenir à aquel Señor, que està dispuesto
à juzgar las justicias mismas: ¿que hacemos nosotros,
cuyos pecados todavia no se hallan juzgados y cu
biertos? Se debe temer muchísimo que se hallen ser
aquellos pecados manifiestos, aun antes del juicio. Si
ni el Justo presume sin una cierta modestia y verguen
za llegarse à las alabanzas de los Santos: ¿quânto mas:
preciso será que el pecador, en cuya boca no es: Ps.49. 16.
hermosa la alabanza, tema siempre aquella voz: Por
que tu cuentas mis justicias? O aquella : ¿Amigo co Math. 22

mo entraste aqui, no teniendo la vestidura nupcial? l2s

Bienaventurados por tanto los que estàn solícitos, de --


conservar en todo tiempo inmaculada su estola, quie
ro decir la gloria de su conciència, y de mostrarla
siempre hermosa. Pero porque son pocos los que de
este modo guardan con toda diligencia su corazon:
y mas pocos (si es que se encuentran, aun mas po
cos) los que le conservan en toda santidad: es nece
sario limpiar con la freqüente abstinencia las man
chas que contrahemos, particularmente quando lle
ga à celebrarse qualquiera solemnidad principal.
2 Ni es solamente preparacion para la próxima
celebridad la observacion del ayuno que la precede; Causa 2.
es tambien una cierta amonestacion , y no poca doc
trina. Aprendemos por esto mismo, qual sea el cami.
no verdadero de la eterna festividad. ¿Por què pues,
anticipamos los ayunos à las solemnidades , sino por
que es preciso que por muchas tribulaciones entremos
en el rey no de Dios? Así, es, indigno de la solemne
alegria el que no observa la establecida abstinencia
de la vigilia. Sin duda, repito, si es que rehusas afli.
gir tu alma en la vigilia , con razon eres juzgado in
digno del descanso y gozo festivo. Es todo el tiem-, , ,
po de la penitencia presente, una cierta vigilia de , ,
... ... ºº
la solemnidad grande, y del sabatismo eterno, que
a aguar
4 4 SF RMoN pE S. BERNARpo ABAp.
aguardamos. Ni te quejaràs de que la vigilia sea al
go larga, si atiendes a la eternidad de la festividad,
Porque, aunque acostumbren tener la preparacion de
un dia las solemnidades de un dia, sin embargo de
ser aquella eterna, no la exige eterna. ¿Pero adonde
nos arrebata la gustosa memoria de aquella felicidad?
Puesto que con este nombre, mas freqiiente y mas
dignamente quizā se nombra aquella festividad. Vol
vamos á lo que tenemos entre manos.
La causa pues del ayuno de hoy, y de la so
lennidad y alegria que aguardamos , es la dichosa
pasion de San Andres Apostol. Porque es puesto en
--
razon que ya que no podemos estàr pendientes con
Ayuno é èl, ayuuemos con el á lo menos. ¿Y quièn dudarà
la vigilia que estando el pendiente dos dias en la cruz ayunò
de S.An
dres, tambien? Tomemos parte, aunque sea en poco, en su
pasion, y ya que no estè mos clavados con èl en el
patíbulo, estemos afligidos juntamente con el por el
ayuno: para que, apiadàndose tambien Dios de no
sotros, seamos participantes de su corona ; y compa
ñeros al presente tambien de sus gozos espirituales.
¿Cómo no nos regocijaremos en la memoria del triun.
fo de aquel, que en la misma presencia de su suplí
cio, sabemos que se regocijo con tanta vehemencia?
¿Por ventura podrá no ser alègre aquella festividad,
en la que hasta la misma cruz està llena de gozo?
Pues tambien solemos llamar festivo á lo que es ale
gre; y la cruz se llama así, atendida la expresion
º Crucia latina, * por el tormento, ô ciertamente se llama asi
tllS, el tormento por la cruz. ¿Con quánto gozo pues del
mundo universe se debe celebrar milagro de tanta
novedad, y tan magnifica obra de la divina virtud?
Era San Andres hombre semejante à nosotros, pasi
ble, y con tan vehemente ardor de espiritu tenia sed
Anhelo de la cruz, se regocijaba con gozo tan inaudito des.
de S. A n de los siglos, habiendo desde lejos visto el patíbulo
dres à la
CIluz,
que estaba aparejado para èl. , O cruz, dice, mucho
-
tiem
EN LAVIGILIA DE S. ANDREs APostol. 415
, tiempo ha deseada, y preparada ya al ànimo que
,, por ti anhela! seguro y alegre vengo à ti , con tal .
, que tu tambien gozosa me recibas.“¿No veis que
no cabe en si por lo grande de su gozo? Con tal,
dice, que tu tambien gozosa. ¿Pues qué, tan grande
es el gozo que se ha de gozar tambien la misma cruz,
ni ha de tener precisamente algo de alegria, sino que
todo lo que tenga ha de ser alegria? ¿Q. dirà alguno, , ,, ,
que es menos contra la costumbre, sobre la razon, º
mas allà, de la naturaleza , regocijarse la cruz, que " " " º
el crucificado? A aquella la negó la naturaleza todo ºrº
sentido de alegria 3. à éste si ella llega a prevale
cer, le disipa todo gozo, y le trae el dolor., Aman
..,, te tuyo, dice, fui siempre , y deseè abrazarte."
Hermanos, este es fuego que centellea, no lengua
que habla; y si es lengua, de fuego es ciertamente.
Carbones son de aquel fuego que desde lo exceso
habia Christo enviado á sus huesos. ¡Y ojalà que sean
para nosotros carbones desoladores, que consuman y
abrasen todo lo que hay en nosotros de afeccion car
nal! ¿Què centellas son estas , y de quanto fuego in
-terior salen, resplandeciendo?
... 4 Sin duda, Bienaventurado Andrès, grano, de
mostaza es la fè tuya, que luego que se comenzó à
moler, comenzò à sacar de si tan inesperado fervor.
¿Què fuera, si se moliese un poco mas: ¿Què ánimo
podria sostener aquel fervor, què oido aquellas pala
bras. Mientras que amenazaba poco Egeas , el gra- La fè de
no de mostaza parecia despreciable todavia. Estaba S.Andrés
entero , no sabiamos lo que se ocultaba dentro. , , El ¿
, Señor, dice, me envió á esta provincia, en la qual de mosta.
, le he adquirido un pueblo no pequeño." Llègue el za.
almirez de la con minacion; ya tendrà, un sabor mu
cho mas acre, y hablarà mas constantemente. Juz
ga amedrentarle. Egeas amenazando con el suplício
de la cruz; pero no sucede así. Se enciende mas
oyendo esto, y clama libremente. “Si me asustāra d
7) º «
416 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
, del patibulo de la cruz, no predicaria la gloria
.., de la cruz.“ Mas luego que mirò el leño, que es
taba dispuesto para el , desde aquel punto ya, en
cendiendose todo, aplaudia y celebraba a aquella ama.
da suya, la saludaba obsequiosisimamente, la reci
-bia devotisimamente, magnificamente la ensalzaba,
y se gloriaba en el elogio de ella, clamando mas
afecto que con la voz. “¡Salve cruz preciosa,
Saluda à- con elrecibiste
sioso à la , que hermosura, y pulcritud de los miern
¿" , bros del Señor! Salve cruz, que fuiste consagra
,, da en el Cuerpo de Christo, y adornada de sus
, miembros como de margaritas.“Con razon por tan
to veneran al amante de la cruz todos los que son
siervos de la cruz, pero justamente exige mayor de
vocion de aquellos, que propusieron con especialidad
llevar su cruz. A vosotros, y de vosotros digo esto,
Hermanos mios, quienes no con oido sordo habeis
Luc. 14. oido aquella trompeta evangèlica : El que no lleva
27. acuestas su cruz, y me sigue, no puede ser disci
pulo mio. Estad aparejados à aplicar toda la dili
gencia del alma à esta solemnidad, y à celebrarla
con un grande corazon; porque un tesoro muy gran
de de consolacion y de exhortacion juntamente està
depositado en ella, si hay quien cave, y busque.

coooooooooooºoooooooooooº.
EN LA FIESTA DE S. ANDRES APOSTOL.
3o de No

" SER MON PRIMERO.


De tres generos de peces que hay en el mar, en el rio,
y en el estanque.
I Elebrando ho y el glorioso triunfo del Bien
aventurado San Andres , nos regocijamos
y deleytamos en las palabras de gracia, que salian
de
EN LA FIEsTA DE S. ANDREs APoster... 417
de su boca. Ni podia tener lugar la tristeza, quando
con tanta vehemencia se alegraba él mismo. Ningu
no de nosotros se compadeció del que asi padecia:
ninguno se atreviò á llorar a quien asi se alegraba.
De otra suerte no importunamente nos podria decir
èl mismo, lo que el Salvador llevando acuestas la
cruz dijo à las que le seguian, y lloraban: Hijas de Luc. 23.
a 8.
3erusalen, no querais llorar sobre mi , sino llorad
sobre vosotras mismas. Finalmente siendo llevado à
la cruz el Bienaventurado San Andres, el pueblo que
se dolia de que un Santo y justo fuese injustamente
condenado , quiso estorvar que fuese atormentado;
pero el mismo con los ruegos de la mayor instan
cia les detuvo, para no dejar de este modo de ser
coronado, mas bien, para no dejar de padecer. Por
que deseaba ser desatado , y estar con Christo, pe
ro en la cruz que siempre habia amado; deseaba en
trar en el rey no , pero por el patíbulo. ¿Què la dice,
pues, à aquella su amada? “Por ti , la dice, me re
,, ciba el que por ti me redimió.“Con que asl, si le
amamos, gocemonos con èl, no solo por ser corona
do, sino tambien por ser crucificado : porque le dió
Dios el deséo de su alma, y puso en su cabeza una
corona de piedras preciosas. Sin embargo, quando
le damos el parabien de que merezca gozar ya del
abrazo de la cruz tanto tiempo deseada, sería cosa
maravillosa, que no admiràsemos el gozo de aquel
á quien damos el parabien.
2 Porque mientras que celebrando las vigilias de
esta noche, nos deleytabamos cantando en las palabras La cruz
de tanto regocijo, piensas que no habria entre nosotros es precio
quien discurriria consigo mismo , y diria: ¿què quie sa, ama
re decir esto, ô de dónde tan nueva alegria? ¿Cier ble, y gus
tamente tambien la cruz es preciosa, y la cruz pue tOS2 e
de ser amada , y tiene gozo la cruz? Asi es, Herma
nos mios. Si hubiere quien coja, siempre el leño de
la cruz brota la vida, fructifica el gozo, destila el
- Ggg acey
413 SERMoN I. DE S. BERNARDo ABAp.
aceyte de la alegria, suda el bálsamo de espirituales
gracias. No es àrbol silvestre; àrbol de vida es para
los que llegan à èl. Arbol fructifero , ārbol salutífero
es: De otra suerte, ¿cómo ocuparia èl la tierra del Se
ñor? Häblo de aquel terron preciosisimo, en que es
tà clavado con las rayces de los clavos. Sino fuese
mas precioso que todos juntos , mas fructuoso que to
dos, nunca se plantaria en aquel huerto, ni se permi
tiria que ocupàse aquella viña. En fin, ¿què maravi
lla que diese á la cruz suavidad quien se la dio al fue
go tambien? ¿O cómo se juzga la cruz insipida, quin
do sabe à dulce la misma llama? ¿Porque, a que le
sabia à Lorenzo aquel fuego, quando se reia de los
verdugos, y se burlaba del Juez? ¿Qué dirèmos a es
to, Hermanos? ¿Por què no nos sabe tambien a noso
tros la tribulacion que es por Christo, y no gustamos
aquel escondido manà? Si asi fuese , estaria entera
mente vencido el diablo, ni tendria absolutamente que
traer contra nosotros. Esto solo nos bastaria contra la
dôble malicia del enemigo, -

3 Porque aquel iniquisimo, como astutísimo, ca


Quales zador de los hombres, que solo tiene sed de la sangre
sean Los
lazos con de las almas, tiene lazos, y tiene tambien dardos. Con
q. el ene tra unos dirige los dardos de qualquiera maliciosa su
migo eo gestion: y con ellos hiere á muchos, cuya paciencia
mun quie es delicada. A otros solicita enredar en los deleytes:
re coger y en estos ciertamente incluye una multitud copiosa
à los hó.
bres. de los que andan arrastrando por la tierra , ô revole
teando junto à ella. HAYA PUEs Gozo EN LA TRIBULA
cIoN, y yā no tiene el enemigo con que nos enre
de , no tiene con que nos derribe: estamos librados
del lazo de los cazadores, igualmente tambien de
El amor
la palabra àspera. Porque NADA APRov EcHARA EL
de la cruz
nos pone
ENEMIGo en aquel, aquien deleyta la cruz de Chris
en segu to: y el hijo de la iniquidad no llegarà à dañarle, si
ridad có para exasperar su ánimo, tentase introducir en el qual.
tra ellos. quiera amargura. No cuida de las delícias, el que se
- - , apa
EN LA FresTA DE S. ANDRrs Apostol. 419
apacienta con el ayuno: mucho menos puede murmu
rar por aquello, en que se deleyta tambien. Sin duda
puso su refugio altísimo, en donde ni se puede temer
la trampa del enemigo, ni la saeta: no solo esto, si
no que es un pez puro, que tiene escamas, y alas
juntamente. Por cierto, asi como en vano se echa la
red à los ojos de los que estàn vestidos de plumas,
asi en vano se arroja el dardo en las escamas, de los
que estàn armados de cotas. Por determinacion de la Levit. 1.
l O.
ley aquellos peces se juzgaban puros, que se mueven
con aletas, y estàn cubiertos con escamas : ó que es
tèn en la mar, ó en el rio, ô tambien en el estan Deut. 14.
9.
que. Tiene pues èste mar grande y espacioso peces Peces mis
puros, y dignos de la mesa del Señor: porque de aque ticos,tres
llos que andan, así por septrage , como por el trato especies.
y acciones en la anchura del siglo, dejó para si mu
1. En el
chos millares, los quales trae la red apostólica, pa
IIlas
ra que quando sea sacada à la orilla, sean separados
de los malos. En donde tambien sin duda estarà sen
tado èste nuestro pescador de hombres, que ahora
arrastra tras de si toda la Acaya. Tiene tambien el 2. En los
rio peces puros, y son todos aquellos que son halla rios.
dos administradores fieles. Puesto que es rio tambien
el orden de los predicadores , no permaneciendo en
un mismo lugar, sino extendiendose , y corriendo pa
ra regar diversas tierras. Hay igualmente en los es
tanques peces puros, que sirven en los claustros a 3. En los
Dios en espiritu y en verdad. Con razon se compa estáques,
ran los Monasterios a los estanques , en donde encar esto es, é
celados de algun modo los peces, no tienen libertad los Mo
nasteriosa
de vaguear, a fin de que estén siempre prontos pa
ra los convites espirituales, diciendo cada uno dentro
de si : ¿quándo vendrà quien me lleve Todos los dias,
en que ahora milíto, estoy aguardando que llegue mi
IIlll tal CI Ol. -

4 Ciertamente, como dijimos arriba haciendo men


cion de la ley , que sea en la mar, ô en el rio, ö en
Ggg 2 el
-
42o SERMoN I. De S. BERNARDo ABAD.
el estanque, aquellos peces son puros que tienen esca
mas y aletas. Son pues muchas las escamas, pero de
ellas se hace como una cota sola: porque una es la vir
tud de la paciencia, aunque parezca que en cada tri
bulacion mostramos distinta paciencia. Mas ya, así
Las ale como las escamas se refieren à la paciencia, así no sin
tas y es
CandS Cl
congruencia parece que las aletas se pueden referir
los peces à la alegria del ânimo. Porque la alegria eleva y sos.-
puros que tiene , de modo que parece que dà unos saltos hàcia
signifiqué lo alto, qualquiera que se alegra. Sin duda, para que
tengamos dos aletas, debemos buscar para nosotros
una duplicada alegria. Y acaso por esto enseña el Após
Dos gène tol (pues que èl verdaderamente tenia alas, con las
ros de ale quales fuè arrebatado hasta el tercer Cielo, y voló
gria.
tambien al parayso) no solo ed gloriarse en la espe
Rom.5.3. ranza, sino tambien d gloriarse en las tribulaciones.
Enteramente vuela en lo sublime, sea quien quiera
aquel , ā quien no solo la expectacion de los bienes
futuros, sino tambien la misma prueba de los presen
tes males le deleyta, de modo que llega á gloriarse en
ella. Tal hallamos à este Bienaventurado Apóstol, tal
le admiramos, tal con razon le ensalzamos.
5 Por lo que se pueden distinguir tres grados
aqui: de los que comienzan, de los que adelantan, y
Eccl, 1.16, de los perfectos. Porque el principio de la sabiduria
es el temor del Señor; el mèdio es la esperanza; la
caridad es la plenitud. En fin oye del Apòstol: Que la
Rom. 13, plenitud de la ley es la caridad. El que comienza
I O,
Tres gra ya por el temor, sostiene pacientemente la cruz de
dos delos Christo: el que adelanta en la esperanza, la lleva gus
que sigué tosamente: pero el que es consumado en la caridad,
la cruz. la abraza ya ardientemente. Solo es èste pues el que
puede decir: porque siempre a mante tuyo fui , y he
deseado abrazarte. Lejos està esta voz de aquel , que
à la verdad la sostiene, pero enteramente desearia, si
pudiera ser, no haber llegado à este tiempo, Final
mente (sino, parezco temerario) lejos está de aquella
VOZ
EN LA FIESTA DE S.ANDR es A PosToL. 421
voz: Padre, si puede ser, pase de mi este cailiz. ¿Què Math. 6.
diremos pues? Ciertamente habia subido sôbre el as - 39.
nillo, para que ni aun este se dejäse a los enemigos.
Reconozco sin duda en el Capitan de la batalla el
temblor de los pusilànimes, reconozco en el mèdico
la voz del enfermo, reconozco la gallina que enfer
ma con los pollos: considéro la caridad, la piedad me
pasma, la dignacion me asombra. El misericordioso
Señor no tomó para si el robusto afecto del Bien
aventurado Andres; porque no es necesario el mèdi.
co á los sanos, sino á los enfermos. Si acaso esta
dignacion escandaliza à alguno, ciertamente merece
oir: ¿Por ventura es malo tu ojo , porque yo soy bue Math. 9.
no? A èste el olor de vida le sirve de muerte. I 2,

6 / ¿Què cosa grande hubiera sido , Señor, Jesus,


si llegandose la hora por la qual habiais venido, os
mantuvierais intrépido, como quien teniais la potes
tad de poner vuestra vida, y ninguno os la quitaba?
¿Acaso no fué mucho mas glorioso, supuesto que to
do esto se executaba por nosotros, que no solo la
pasion del cuerpo, sino tambien la afeccion del co
razon hiciese por nosotros: y à quienes vivificaba vues.
tra muerte, hiciese igualmente vuestro susto robus
tos , vuestra tristeza alegres, vuestro tédio animo
sos, vuestra turbacion quietos, vuestra desolacion con
solados? Leo ciertamente en la resurreccion de Lâza
ro, que temblo en el espiritu, y se turbó d si mismo. Johan,
33•
11
(a) Pero sea entretanto, que á si mismo se turbó : no
por necesidad de su condicion , sino por el benepla
cito de su voluntad. Mas ahora ya escücho algo mas.
Pues de tal modo prevaleció aquèl amor, que es fuer
te como la muerte, que confortó a Christo el Angel
de Dios. Quièn á quien Oye al Evangelista: Aparecio, Luc, 1 a.
dice, un Angel confortandole d el. ¿A quièn èl? Sin 43.
du

(a) Otros traducen: Se commovió en el espiritu, y se turbo d si


mismo. En que no aparece diferencia.
422 SF RMon , DE S. BERNARDo ABAD.
duda a el que habiendo de nacer estuvo patente et
Christo cerrado vientre de la Virgen, à cuyo imperio se
quiso ser convirtió el agua en vino; a cuyo tacto fuè ahuyen
conforta
do por el tada la lepra: bajo cuyas plantas se mantuvo sólido
Angel, y el mar, à cuya voz resucitaron los muertos: finalmen
por què. te à el que lleva todas las cosas en la palabra de su
virtud; por quien todas las cosas fueron hechas, por
quien subsiste el universo , y tambien el Angel mis
nio. ¿Y que dirè? ¿A quién èl? Menos me detendria,
sino fuera èl enteramente indecible. Confortando pues
à aquel, cuya magestud ni aun en el mismo confor
tador podia caber.
7 ¿Ruegote , Angel, me digas à quien consuelas?
¿Ignorabas acaso quien era aquel a quien venias à
consolar? Ciertamente consolador es, ciertamente pa
* Pard raclito * es ; de otra suerte no diría a los Apóstoles
clito sig que habia de ser enviado otro para clito por el Padre,
nifica có
solador. si el tambien no fuera paraclito. En fin reconozco en
esto mismo un para clito màximo, un paràclito benig
Johan. 14 nisimo, que está cerca de aquellos, cuyo corazon
16. està atribulado. No despèro, Señor, ya , aunque me
parezca molesta la tribulacion que padezco, aunque
soy pusilânime, aunque desèo que sea trasladado el
càliz de mi. No despero, repito, con tal que añada
tambien yo : Con todo eso no como yo quiero, sino
como quieres tu. De esto mismo tambien aprendi à
recurrir no al consuelo carnal o caduco, sino al An
gelico, sino al espiritual, sino al celeste. Asi cier
tamente, con tal que no murmure: (pues que esto me
separaría de vos entera mente, sino volviera sobre mi
con la mayor celeridad) no rehúso ser consolado, aun
que tengo necesidad tambien de consuelo. ¿Què pues?
¿Conozco la voz mia en el Salvador, y desperarè de
la salud! Ciertamente en la paciencia mia poseerè mi
al ma. -

8 Sin embargo quiero adelantar, si puedo, ni quie


ro estar contento luego, por haber conseguido la sa
lud.
EN LA FIEsTA pE S.ANDREs Apostol. 423
lud. El que teme á Dios, dice el Sabio, hard cosas Eccli. 5.
buenas. Pero es poco: pues està escrito: Desviate de
lo malo, y baz el bien : busca la paz, y siguela. No Ps.36, 27,
El 2.gra
QUIERAs con TENTAR TE con la salud: busca la paz; do es de
no sea que tambien la salud estè para ti en peligro. los q.lle
Oye pues al Angel alegrarse y cantar quando nació V a n la
a quel Señor que fuè hecho nuestra paz: Paz sea en CuZ Con
la tierra d los hombres de buena voluntad. ¿Quäl es gusto.
Luc, 2.14
la voluntad buena, sino la ordenada? ¿Quäl es èsta, Qual sea
dices? Verdaderamente la que es conforme à la razon la buena
que dice: No tienen proporcion las aflicciones de este voluntad
tiempo respecio de la futura gloria , que será descu Rom. 8.
bierta en nosotros. Si empezaste à sentir esto, no hay 18.
duda que gustosamente llevaràs la cruz del Señor, y
Psal. 18
diràs: Dispuesto estoy, y no estoy turbado para guar 6o.
dar vuestros mandamientos.
9 Pero si quieres ser perfecto, una cosa todavia El 3.gra,
te es necesaria. ¿Quál es ésta, dices? Sin duda el go. do es de
zo en el Espiritu Santo. Pues el que es reprimido con los q. lle
el temor, y es paciente: y el que es llevado con el V a n la
motivo de la esperanza , y es benèvolo; sino fuere CIllZ COn
tambien fervoroso de espíritu, facilmente podrá res alegria.
balar. Por cierto, la caridad que se difunde por el
espíritu, es paciente y es benigna; y (lo que es mas)
jamàs se acaba. En fin en el primer mandato, que se
dió à nuestros padres, si lo consideras con cuidado,
puede parecer que Eva fuè paciente, y Adan benè
voio. Pero, porque uno y otro, cayó, se hace clàro,
que ni ella, ni èl estaban en un grado fijo. Vió la Gen, 3.6.
muger el drbol, dice la Escritura, que era hermoso
a la vista, y suave para comer. ¿No te parece que
apenas contiene ya su mano. Así luego que fuè pre
guntada por la serpiente , mira si manifiestamente no
suenan sus palabras, que la habia sido molesto el man
dato. De todo drbol, dice, del parayso comemos , mas Gen. 3.6.
del drbol de la ciencia del bien y del mal nos dijo que
no comiesemos. No dice, asi es la voluntad del Cria
dor;
424 SERMoN I. De S. BERNARDo ABAD.
La caida dor; porque es así, él lo sabe; à nosotros nos basta
de nues
tros pri
obedecer, porque nuestra vida està en su voluntad.
meros Pa Asi , facilmente fuè seducida la muger, ya para creer
dres pro à la promesa, ya para consentir à la persuasion. Mas
cedió de el varon no fuè seducido, sino subvertido por el amor
su incóns
de la muger. Porque desearia siempre guardar el man
tancia, y dato, que él conocia serles útil, si la muger no le
falta de
caridad.” persuadiera otra cosa. Ni pareció haber tenido el di
1.Tim. 4. ficultad en observar el mandato; pero la que era bue
14. na voluntad, no tuvo fortaleza, porque no tuvo fervor.
1 o Es fuerte como la muerte, no la paciencia, ó
la esperanza , sino el amor: no el temor, o la razon,
sino el espiritu de fortaleza. Dice la paciencia: es pre
Cant. l. .6 ciso que se obre así; porque es estimulada del temor.
Dice la buena voluntad: asi conviene, y asi se ha de
Diferécia
hacer; porque es atrahida de la razon de la esperan
de estos za. Pero la caridad que es inflamada por el espiritu,
tres gra ni dice , asi es preciso, ni asi conviene; sino así lo
dos.
quiero, así lo anhelo, asi lo desèo con vehemencia.
Veis quanta es la sublimidad, veis quanta es la se
guridad, y quanta la suavidad de la caridad. Feliz
el alma que á este estado de caridad llegare! Ni de
Poder y bemos desperar nosotros ciertamente ; supuesto que
e fi c acia por esto especialmente se celebra la memoria de aquel
de la ca
ridad.
que llegó a éste grado, para que no solo invoquemos
su auxilió, sino que tambien seamos excitados por su
exemplo. Mas digo: aun de nosotros me parece que
veo yo algunos en este grado. Si dices que el Bien
aventurado Andrès es Apóstol, y que tu no puedes
por ser pequeño, seguir sus huellas, dète verguenza
el no imitar a lo menos á los que se hallan contigo.
Adelan NINGUNo de repente se hace sumo: ascendiendo, no
tamos y volando se llega a agarrar lo sumo de la escala. Su
sub imos banos pues, con la meditacion y oracion , como con
por la me dos pies. Porque la meditacion enseña, lo que falta:
ditacó y la oracion alcanza, que no falte: aquella muestra el
Ora C Ol.
camino, esta nos lleva: con la meditacion en fin co
10
EN LA FIEsTA DE S.ANDREs Apostol. 425
nocemos los peligros que nos amenazan, con la ora
cion los eva dimos, haciendonos èste favor nuestro Se
ñor Jesu Christo, que con el Padre, y el Espíritu
Santo vive y reyna por los siglos de los siglos. Amen.
{3é33é3é?é????é3é3és?é3é??é3é???é3é??é),
EN LA FIESTA DE S, ANDRES APOSTOL.

SERMON SEGUND O.
De los quatro extremos de la Cruz. -

OY se celèbra la solemnidad del Bienayen


turado Andres Apóstol , y si con piado
sa solicitud la meditamos, hallarèmos en ella muchas La mone
da de la
cosas, que edifiquen nuestras almas; puesto que en el obediécia .
mismo principio de su conversion nos da un exem
plo grande de perfecta obediencia. El qual sin duda
siendo necesario a los Chrístianos todos, sin embargo
le debèmos recibir nosotros con mas aprecio; quie
nes con especialidad por la misma profesion nuestra
somos deudores de la obediencia. Sábio cambiador es,
ò por mejor decir la misma Sabiduria es , à quien
debemos entregar precisamente esta moneda de la obe obedien
diencia: ni la recibirá sin que la halle cabal y sin cia vicie
falsedad alguna. Por cierto, si disputamos, si juz S&s

gamos, y en èste precepto obedecemos, pero no en el


otro : està quebrada la moneda: no la recibirà Chris.
to, á quien le debemos no una moneda quebrada, si
no entera. Porque todos prometimos una obediencia
absoluta, y sin excepcion alguna. Mas si alguno obe
dece à la verdad, pero disimuladamente y solo à la
vista , murmurando en lo oculto: falsa es la moneda
de éste, plomo tiene y no plata , y està sentada la
iniquidad sobre el talento - de plomo. Dolosamente
Hhh obra
426 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD,
obra, pero a la vista de Dios, porque Dios no es
burlado.
2 ¿Quières oir la forma de una perfecta obedien
Math. 4• cia , Vió el Señor, dice el Evangelista, d Pedrº y
18.
Andres que ecbdban la red al mar; y les dijo: venid
en pos de mi, hare que seais pescadores de hombres.
Exemplo Hare, dice, pescadores de unos pescadores, mas bien
de perfec predicadores. Y ellos al punto sin juzgar nada, ni
ta obedié dudar, no poniendo solicitud alguna sobre de que ha
cia en S. bian de vivir, no considerando tampoco en que mo
Pedro, y do unos hombres rudos y sin letras podrian hacerse
San An
drès. predicadores; no preguntando en fin nada, sin deten
cion alguna dejando las redes y la nave le siguieron.
Conoced, Hermanos, que por vosotros estàn escritas
estas cosas, y por vosotros se refieren cada año en
la lglesia: para que aprendiendo una verdadera for
ma de obediencia, purifiqueis vuestros corazones en
la obediencia de la caridad. Esta es sin dificultad al
guna la que sola hace recomendable la moneda de
la obediencia; èsta es la plata probada y purificada
a. Cor. 9. de ella. Porque sola la caridad es la que hace a la
7. obediencia grata y aceptable a Dios. Puesto que Dios
1.Cor. 3 ama al que dd con alegria. Y tambien: Si entregare,
3. dice, mi cuerpo de suerte que arda, pero no tuviere
caridad, nada me aprovecha.
-r 5, 3. Queréis que tambien de la misma pasion de es
te Bienaventurado Apòstol , la qual celebramos hoy,
-9i, y so
hablemos algo para alabanza de Christo y edificacion
Ardor de vuestra ? Habeis oido ciertamente, como habiendo
S. Andres
à la cruz. llegado el Bienaventurado Andrès al lugar en que es
taba la cruz aparejada, fue confortado en el Señor, y
por el Espíritu que juntamente con los demàs Após-.
toles, habia recibido en lenguas de fuego, hablaba pa
labras verdaderamente de fuego. Viendo pues de lejos
preparada la cruz, de ningun modo (como parece
exigia, la mortal flaqueza) se puso pālido, su rostro,
de ningun modo se helo su sangre; no se erizaron
sicº i SllS
EN LA FIEsTA pE S. ANDREs APosTor.42 y
sus cabellos, ô se pegó, à las fauces su voz; no tem
blo el cuerpo, no se turbó su mente, no se retiró, co
mo suele, el entendimiento. De la abundancia del co
razon hablo su boca, y la caridad que en el corazon
herbia, despedia como unas centellas ardentisimas en
la voz. Porque ¿què decia el Bienaventurado Andres
mirando, como hè dicho de lejos la cruz, que le es
Saluca
taba dispuesta? , O cruz , dijo, mucho tiempo há de
, seada, y yā preparada al ánimo que por ti anhe la cruz.à
gozoso
,, laba Seguro y gozoso vèngo à ti; con tal que tu
v, tambien regocijandote me recibas. à mi, que soy
,, discipulo de aquel que estuvo de ti pendiente: por
..., que siempre fuí amante tuyo, y he deseado abra
3, zarte.“¿Yo os ruego , Hermanos, es hombre el que
habla estas cosas?. ¿O por ventura no es hombre, si
no Angel, ö alguna otra nueva criatura? Hombre es
sin duda semejante à nosotros , pasible. Puesto que el
ser el pasible lo testifica la misma pasion, en cuya
proximidad, sale èl fuera de si con tanto gozo. ¿De
dónde pues en un hombre este gozo nuevo, y esta
alegria hasta a aqui jamàs oida? ¿De dónde en tanta
fragilidad tanta constancia? ¿De dónde en un hombre
una mente tan espiritual, una caridad tan fervorosa,
un ànimo tan robusto? Estè lejos de nosotros creer
que tanta virtud le viene de si mismo. Don perfec—
to es, que desciende del Padre de las luces, de
aquel ciertamente que solo hace maravillas grandes.
4. Sin duda el Espíritu era , Amantisimos , quien -

De don
ayudaba su flaqueza, por el qual se difundia en su
corazon la caridad fuerte como la muerte, mas bien de prové.
ga la lan
aun mas fuerte que la muerte. O si nosotros tambien guidezé
fueramos participantes de él. Porque ved ahi que se las cosas
nos hace molesto el trabajo de la penitencia ; la aflic espiritua
les.
cion del cuerpo pesada, y la abstinencia onerosa: en
las vigilias dormíta nuestra alma por el tèdio, no por
otra causa ciertamente que por la pobreza de espl
ritu. Pues si le hubiera en nosotros, sin duda ayuda
Hhh 2 ría
423 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD,
ría èl nuestra flaqueza: y asi como hizo al Bien
aventurado Andres la cruz y la muerte misma, no
solo no molesta, sino deseable y deleytable por todos
modos, asi tambien nos haria à nosotros dulce y
Eccli. 24. suave nuestro trabajo y penitencia. Porque mi es pi
7. tu, dice el Señor, es dulce sobre la miel, de ma
nera que aunque amarguísima, no puede prevalecer
sobre su dulzura la amargura de la muerte. ¿Qué no
templará aquella dulzura, que aun á la misma muer
te la hace dulcísima? ¿Què aspereza podra resistirá
aquella uncion, que hace a la muerte tambien sua
visima? Quando diere, dice, d sus amados el sueño,
Ps. 126.3 gozardn de la herencia del Señor. ¿Què molestia no
expelerà aquel gozo, que hace que la muerte mis
ma, sea alegrisima? Busquemos èste espíritu, Herma
nos: con toda solicitud trabajemos para merecer te
ner este espíritu, ô mas bien para que èste mismo
que ya tenemos, le tengamos mas abundantemente.
Rom. 8. Porque qualquiera que no tiene el Espiritu de Chris
I 5.
to, ese no es de èl. Pero nosotros no hemos recibi
do el espiritu de èste mundo, sino el Espiritu que es
de Dios, para que sepamos las cosas que Dios nos ha
El desèo dado. Las obras de salud y vida dan testimonio de
de mayor su presencia, las quales de ningun modo podriamos
gracia es hacer, sino nos asistiese el Espiritu del Salvador, el
un testi
monio de qual vivifica nuestras almas. Pidamos pues, que mul
la presen tiplique Dios en nosotros sus dones, y aumente el
cia de Di espiritu; el mismo Señor, que nos dió y a las primi
os en no cias de el. PorQUE NINGUNTEsTIMoNIo enteramen
SOtrOS,
te hay mas cierto de la presencia de Dios, que el
desèo de mayor gracia; puesto que èl dice: Los que
me comen todavia tendráin hambre; y los que me be
ben todavia tendrdn sed. -

S Mas acaso las conciencias de muchos nos res


ponden ya deseamos ciertamente èste espiritu, que
de este modo ayude nuestra flaqueza: mas no le po
demos hallar. Y yo digo: por eso no le hallais, por
-- º - que
-
EN LA FIESTA DE S. ANDRES APosto L. 429
e no le buscais : por eso no le recibis, porque no Porque
m u chas
le pedis. Pedis y no recibis, porque pedis negligente VeCeS n ()
mente. Porque nada otra cosa aguarda, nada otra co Son oidos
sa solicita Dios, sino el ser buscado con desvelo y los que
con deséo. Finalmente, ¿quàndo negará à los que pi OI.31,

den, el que aun à los que no piden provoca y ex


horta á que pidan? ¿Si vosotros , dice, siendo malos, Math. 7.
sabeis dar buenas dádivas d vuestros hijos: quanto
mas vuestro Padre celestial desde el Cielo dard un es
piritu bueno d los que le piden Pedid pues, Carisi
mos, y pedid sin intermision, pedid sin vacilar; y
en todas vuestras obras invocad la presència y auxi
lio de èste dulcisimo y suavisimo Espiritu. Y noso Cada uno
tros, Hermanos, tenemos necesidad de llevar nues debe lle
tra cruz juntamente con el Bienaventurado Andres, V3 I S ll

mas bien juntamente con aquel à quièn siguió èl , que CIUlZ.

es el Señor Salvador. Pues , por eso se alegraba tan


to, por eso se regocijaba, porque no solo parecia mo
rir por èl , sino tambien con èl, y llegaba el tiem
po de ser ingerido en la semejanza de su muerte , pa
ra que padeciendo con él, reynase igualmente con él.
Para que nosotros juntamente seamos con el crucifi
cados, con los oidos atentos del corazon oigamos la
voz del que dice: El que quiere venir en pos de mi, Luc.923
nieguese d si mismo, y lleve su cruz, y sigame: co
mo si dijera : el que me, desèa , se desprecie asi
mismo: el que quiere hacer mi voluntad, aprenda à
quebrantar la suya.
6 Mas al momento se levantan guerras, luego Se deben
luego se arman contra nosotros los enemigos. Armè tomar las
monos nosotros tambien contra ellos: imitemos las ar. armas có
mas de nuestro Rey, llevando nosotros tambien nues tra n 1162S

tra cruz, en la qual triunfemos de nuestros enemigos. tro enemi


Oye pues, que prometió el Psalmista, mas bien el go.
Espíritu Santo por su boca: Con el escudo, dice , te
rodeard su verdad; sin duda que es la verdad del Psal.9o,5
Altísimo; pues que de el hablaba, como manifiesta
IIl CIn
43o SF R Mon I. DE S. B a RN ARDo ABAD.
m nte indícan las palabras antecedentes del Psalmo
mismo. ¿A que fin , Hermanos, somos rodeados con
el escudo, sino porque de todas partes nos rodean
guerras. Finalmente atiende qual es el motivo de que
Necesi te circunde con el escudo. Con el escudo, dice, te
dad de ar
rodeard su verdad. ¿Para que pues? No temerás, dice,
mas espi
rituales. del temor no iurno; de la saeta que vuela en el dia,
del negocio que anda en las tinieblas, del impetu, y
drinonio del medio dia. ¿No ves quan necesario es que
rodee con el escudo la verdad, á quien de tal ma
Quatro nera rodean los dardos del enemigo? Porque por la
tentacio parte inferior se levanta el temor nocturno , por la
Il CS, siniestra vuela la saeta en el dia , por la diestra an
da el negocio tenebroso: y para que nada este va
cio, acomete el demonio meridiano por la parte su
perior. Mas nosotros miseros y miserables, estando
cercanas tantas serpientes, y volando por todas par
tes flechas de fuego, acometiendo por todos lados los
enemigos, con todo eso con una perniciosa seguridad
La segu y negligencia nos adormecemos, nos entorpecemos en
r id a d
a qu i es el ócio, nos divertimos en vanidades y chanzas, es
nociva. tando tan perezosos para los exercicios èspirituales,
como si ya fuera paz y seguridad , y no milicia la
vida del hombre sobre la tierra. Esto es, os aseguro,
Carísimos, lo que fuertemente me aterra, lo que en
teralmente traspasa mi alma con la espada de un te
Inor amarguisimo : que entre tantos peligros nos ha
lle nos, menos timoratos, menos exercitados , menos
solícitos de lo que era necesario. Porque UNA DE Dos
cosas prueba esta negligencia nuestra, o que ente
ramente estamos entregados a los enemigos, y no lo
sabe mos; ó ciertamente que, si entre estas cosas nos
conservamos, somos demasiadamente ingratos a aquel
Señor que nos defiende. Quanto peligro trayga qual
quiera cosa de estas, bastante manifieto es. Por tanto
ruegoos, Amantisimos, despiertenos la misma vigi
lante malicia de los enemigos; y su maligna instan
Cld
EN LA FresTA DE S.ANDREs Apostol. 43r
cia con la qual tan solicitos, tan diligentes buscan
nuestra perdicion, nos haga tambien a nosotros cui
dadosos y circunspectos para que obrenos en temor
y temblor nuestra misma salud.
Ved ahi pues como en la cruz està nuestra sa
lud: con solo fijarnos en ella varonilmente. La pa 1.8.Cor. . .
labra de la cruz, dice el Apòstol , para los que pe
recen es necedad , mas para los que son hechos sal
vos, esto es , para nosotros , es virtud de Dios. Ella Los qua
misma es el escudo con que soinos rodeados, para tIO extre
que sus quatro extremos rebatan quatro diferentes mos dela
dardos de los enemigos. Sea pues el extremo infe CruZ eX
rior contra el temor nocturno , esto es, contra la pu plicados
m is tica
silanimidad, la qual procede de la afliccion de la car. mente có
ne , para que procuremos castigar varonilmente èste tra qua
cuerpo que està debajo de nosotros, y sugetarle á la trO tenta
servidumbre. Mas, si alguno en nuestra cara nos mal ciones.
dice, si álguno abiertamente nos quiere persuadir lo
malo, vuela en el dia la saeta , y esta á la siniestra;
sin embargo, debe ser recibida con el siniestro ex -- a «
-

tremo de la cruz. Pero, si adüla, si al modo de quien


aconseja nuestro bien, nos brinda con el veneno de la
murmuracion fraterna , é intenta sembrar el odio, si
en fin quiere persuadir una cosa iniqua como si fue
ra buena, éste está para mi à la diestra: pero es Ju
das, con el beso me entrega , y es necesario reba
tir con el extremo derecho de la cruz el negocio que
anda en tinieblas. Mas ve ahi al demonio del medio Se debe
huir prin
dia, conviene à saber, al espiritu de soberbia, el cipalmera
qual sin duda en el esplendor mayor de las virtudes te de la
suele acometer mas reciamente. Quan perniciosa pues soberbia.
sea esta soberbia, procuramos persuadiros muchas
veces. Principio de todo pecado , y causa de toda
perdicion es la soberbia. Por tanto qualquiera que seas
el que procuras obrar tu salud , acuèrdate de tener
contra ella el extremo de la cruz sobre tu cabeza; pa
ra que no te eleves con soberbia, no se ensalce tu co
- - º «»
432 SERMoN II. DE S. BERNARDo ABAD,
razon, no andes en cosas grandes, ni en cosas mara
viliosas sobre ti: sino que aquellos dardos que vienen
de lo alto, los reciba el extremo de la cruz que es
tá sobre tu cabeza levantado. A la verdad, este so
le es, en donde se escribe el titulo de la salud y jun
tamente del reyno: porque solo el que se humilla me
rece ser salvado y ensalzado. -

8 Ya para repetirlo brebemente, los quatro ex


tremos de esta cruz son la continencia, la paciencia,
la prudencia, y la humildad. Dichosa el alma que
en esta cruz se gloria, y que triunfa en esta cruz; con
tal que persevere en ella, y por ningunas tentaciones
pueda ser derribada! Ore pues qualquiera que esta
en esta cruz, óre con el bienaventurado Andrès a su
Señor, y Maestro, que no permita que sea depuesto
El ene
de la cruz. Porque ¿à què no se atrevera aquel ma
migo po
ne ase ligno, que no presumirá tentar aquel impio? Lo que
chanzas àintentaba hacer con las manos de Egeas respecto del
la perse Discipulo, habia pensado hacer con las lenguas de
verancia. los Judíos respecto del Maestro. Mas en el uno y en
el otro pesándole ya tarde de lo que habia hecho,
hubo de retirarse vencido, y confuso. ¡Ojala que igual
mente se retire tambien de nosotros, venciendo aquel
mismo que en si, y en el discipulo triunfo! El mis
mo haga que merezcamos nosotros tambien ser con
Se debe sumados felizmente en esta nuestra cruz de peniten
morir en
la cruz.
cia, tal qual ella sea, que por su nombre tomamos;
el qual es sobre todas cosas Dios bendito por los si
glos. Amen.

EN
433

Ke» «e»«»é» «» º «» «»se» é, º «» º «» º «èº «»).


EN LA MUERTE

DE D. HUMBERTO MONGE CLAREVALENSE.

SER MO N.
I Urió Humberto siervo del Señor, siervo
.. devoto , siervo fiel, Vosotros mismos vis
teis como la noche pasada espiró entre nuestras ma
nos, como uno de los gusanillos de la tierra, Le fa
tigó por estos tres dias la muerte, y le deshizo -en
tre sus fáuces, para saciarse de la sangre que apete
cia sedienta. Ea, ya hizo lo que ella pudo, mató el
cuerpo, y ved ahi que está ya depositado en el co
razon de la tierra. Separó de nosotros un dulce amigo,
un prudente consejero, un fuerte auxiliar. Ni à mi ni
à vosotros perdonó la insaciable homicída , pero mu
cho menos a mi. ¿De este modo sepàras, muerte
amarga? ¡O bestia cruel! ¡O amargura amarguisima!
¡O terror y horror de los hijos de Adan! ¿Què has La potes.
hecho? Mataste. ¿Pero què? Solo el cuerpo ciertamen tad de la
In U1 e te
te: porque al alma nada puedes hacerla. Vuela ella à solo se ex
su Criador, a quien tan ardientemente habia desea tiende al
do, tan fuertemente habia seguido todos los dias de c u er po,
—su vida. Mas tambien el cuerpo mismo que te parece no al al
tienes ya por tuyo, te se ha de quitar, quando tu ul IInde

tima enemiga seràs destruida y seràs absorbida por la


victoria. Volverás sin duda, volveràs alguna vez és
te cuerpo, a quien para señal de tu venida habias lle
nado el dia de ayer de salibas y abominaciones , y de
tantas asquerosidades è inmundicias, alegrandote y
alabandote de haber prendido tambien à este en tus
Iii la
SERMoN DE S. BERN ARDo ABAD.
lazos. Vendra el Unigènito del Padre con grande po
testad y magestad, à buscar à Humberto, y à confi
gurar aquel mismo cadavèrico cuerpo con su cuer
po glorioso. ¿Mas tu qué harás entonces? Verdadera
Jerem. 17
mente (està escrito en Jeremias) en el último de los
1- dias quedaràs por necia, y viviendo, para siempre
Jon. 3• Humberto, moriràs para siempre tu. Vomitó la bèstia
marina al Propheta que habia tragado; y tu volverás
à Humberto, á quien te parece haber encerrado en
tu vientre vastísimo. -

2 En lo demás , Hermanos, èste siervo de Díos


os exhibió un Sermon de obra en toda forma de san
tidad, el qual Sermon le hizo èl largo y grande. Lar
La vida go, en quanto à lo dilatado de la vida; grande, en
de los An
cianos es
quanto à la sublimidad de la misma. No es menes
un sermó ter que abra yo mas mi boca-, si reteneis bien su
eficaz. Sermon , si le imprimistèis en vuestros corazones. Cin
cuenta años, y mas viviò en el servicio de aquel Se
ñor á quien servirle es reynar:- porque desde su ni
fiez fuè colocado en el Santuario de Dios. Con noso
Cincuen tros vivió treinta años desde el mismo principio casi
ta afios de este Monasterio, no solo sin queja , sino con gra
vivió en
la Orden
cia: por lo qual su memòria serà en bendicion para
nosotros, y para la generacion que se hà de seguir.
Como pasajero y peregrino pasó èste camino y èsta
vida, tomando quanto menos pudo, de las cosas del
mundo, como quien sabía que no era de èste mun
do. No tenia aqui ciudad permanente, como ni tam
poco la tenian sus Padres : y estendiendose à las co
sas que estàn adelante seguia à la palma de la divi
na vocacion. Nada tiene el mundo, que con justicia
pueda repetir en él, ô de èl; porque ni el mundo
le agradó a él, ni èl al mundo. Tomó de sus ha
beres quanto mas parcamente pudo: y hubiera toma
do menos , sino le hubiera obligado la obediencia.
Estaba contento teniendo la comida y el vestido, no
con superfluidad, sino segun la necesidad: pero aun
- - la
EN LA Muerte DE D. HuMBERro MoNGE. 435
la misma necesidad la reputaba muchas veces por su La manse
dumbre y
perfluidad. Pocos dias hà, si bien me acuerdo, ha humildad
blando los dos uno con otro, dijo que èl era preben
dado (a) de èste Monasterio , y que era alimentado en
la casa de Dios como un hombre de ninguna utilidad.
Porque era verdaderamente manso y humilde de co
razon, y aunque florecia en las demàs virtudes, con
todo eso poseia con especialidad la gracia de la man
sedumbre. Por eso se mostraba à todos afable y ama
ble , como lo era en gran manera. -º

3 Sin embargo , en todas éstas cosas quan mode


rada haya sido su boca y su lengua, lo habèis co
nocido plenisimamente todos vosotros, quíenes vis
teis por tanto tiempo su conducta, y oisteis su con
versacion. ¿Quièn jamàs oyó de su boca sonido de El sílèn
detraccion, palabra de chanza, expresion de gloria, cio.
voz de envidia? ¿Quièn le halló vez alguna o juz
gando à otros, ô consintiendo al que los juzgäse?
¿Quièn le pudo oir jamas hablando cosas inútiles?
Mas bien , ¿quièn no temió ser oido de èl, si acaso La madu
hablaba tales cosas? - Ciertamente guardaba sus ca rez y nin
guna ri
minos solicitamente para no delinquir en su lengua: Sa.
sabiendo, que el que no ofende con su lengua, este Jacob. 3.
es perfecto varon. Lejos está de ti, ö Humberto, aquel 2.

ay del Evangelio: Ay de vosotros qua abora reis, Luc.6. 25


porque vosotros llorareis, ¿Por ventura alguno de vo Su vigilá
sotros le hallò reyendo, aun èntre muchos que reye cia, è in
sen Serenaba si su semblante por causa de los cir dustria,
Su fervor
custantes, para no hacerse molesto: pero, si os acor aun é las
dais bien, no prorrumpia en entera risa. Por cierto, enferme
quanto, haya sido su fervor los dias y las noches en dades.
la obra de Diosº no solo lo, visteis , sino que lo ad * Expre
lii 2 mi sion con
que S. Be
, (a) Se llamaban prebendados tambien los pobres, que recibian nito é su
de la caridad de otros limosna diària para su sustentó. Asi dice el Regla
bla
ha
del
mismo San Bernardo Sermon r en la Fiesta de todos los Santos:
oficio di
Mendigos somos que vivimos de la prebenda de Dios, - º
vino.
r
436 SeaMon Dr S. BERNARDo AB AD.
mirasteis hasta el dia de su muerte. Puesto que ha
biendo llegado casi á una edad decrèpita, cansado y
quebrantado ademas de las incomodidades de la ve
jez, con tantas y tan grandes enfermedades, que mu
chos de vosotros no ignoran ; con todo eso era, co
mo suele decirse, su ánimo vencedor de los años, y
Su conti que no sabia ceder à la enfermedad. Finalmente , en
nuació al
oficio di
los frios y en los calores subiendo y bajando por los
vino, montes y valles, seguia el trabajo de los jóvenes, de
modo que era para todos admiracion y pàsmo. Si
alguna vez le detenia yo conmigo para tomar su
consejo en la multitud de negocios, perseveraba tris.
te y mustio hasta que se le permitia volver à vues
tra compañia. Rarisima vez se le viò faltar à las so
lemnes vigilias, à las quales no pocas veces se an
ticipaba èl : rarísima vez faltó en las demás horas
al coro: y esto solamente en tal necesidad, que al
punto se sintiese acometido de una enfermedad de
suyo mortal.
4 . Con no usar apenas de los comunes alimentos
en el refectorio, si acaso le ponian delante alguna
otra cosa, ô no la tomaba, ô con tanto disgusto la
tomaba, que sóbre èsto molestaba muchas veces
nuestra Comunidad. Habia determinado beber siem
... = •
pre agua, si con todas las fuerzas no hubiera yo re
Su sobrie sistido. Si le obligaban alguna vez à beber vino, tan
dad yabs demasiadamente le cargaba de agua, que mas era vi.
tinencia. no por el color que por el sabor. Apenas vez algu
na compelièndole la obediencia, entrò en la enferme.
ria; apenas habiendo entrado, pudo ser alli deteni
do. Confieso que en esta parte era menos obediente,
porque èl me oprimia à mi con el peso de su auto
ridad. Yo le alabo, pero en esto no le alabo: pues
como vosotros sabeis, perseveró no poco terco en
semejantes cosas. Creo que si èl hà sufrido alguna co
sa triste, la ha sufrido por haberse arreglado poco a
nuestro parecer en orden à la necesidad de su cuer
po.
EN LA MUERTE DE D. HUMRERTo MoNGE., 437
Su discre
po. ¿Pero qual era en los consejos el Puro sin duda,
y discreto: lo qual sé yo tanto mejor quanto mas ve ció é dar
consejos,
ces he tocado su pecho. No solo yo se esto: sabelo y remedi
tambien toda esta Comunidad. ¿Quièn en fin acome os para
tido de muchas, ô de grandes tentaciones, no oyó las tenta
de su boca así la raiz de la tentacion , como el re ciones.
medio de ella? Porque de tal suerte discurria por to
dos los àngulos de la conciencia enferma, que pu
diera creer el que se confesaba, que lo habia visto
todo, y que á todo habia estado presente.
5 ¿Mas quânta era su caridad? De tal modo se
habia vestido las entrañas de piedad, que à todos es
cusaba, por todos intercedia, sin saberlo aquellos à
cuyo favor hablaba, no haciendo acepcion de perso Su cari
nas, sino de necesidades. Era pues de corazon hu dad para
milde, en la conversacion dulce, animoso en la obra, los d e-"
fervoroso en la caridad fiel en lo que se le encomen màs.
daba, circunspecto y discreto en el consejo. Era com
Su cons.
puesto sobre todos los hombres que haya yo visto tancia.
en estos tiempos: perseverando el mismo en todo
tiempo, y hora. Verdaderamente puso sus plantas en . . .

las sendas del Señor Jesus, ni retiró el pie hasta con.


sumar el curso de su camino. El fuè pobre , tam
bien fuè pobre éste. Vivió aquel en trabajos, y vi
vió en muchos trabajos, éste. Aquel fuè erucificado,
y éste fuè clavado en grandes y muchas cruces, lle
vò en su cuerpo las señales de las llagas del Señor
Jesis, cumpliendo tambien en su carne lo que fal
taba de las pasiones de Christo. Aquel resucitó , y
este resucitará. Aquel subió al Cielo, y se espera
que éste tambien subirà. Habiendo de subir sin du
da , quando el Rey de la gloria descenderá por no
sotros asi como habia ascendido antes, para hacer
manifiesta su potència: no siendo cosa de menor ex
celencia descender por el ayre, que haber subido an
tes por el ayre. Porque asi otro tiempo los Angeles
Act. 1.12.
lo predijeron: Este jesus que separándose de voso
ro 3
438 SERMoN Dr S. BERNARDo ABAb,
tros se hd subido al Cielo, vendrd del mismo mo
Eccli I • do que le habeis visto subir ahora. No a labes al
39... . hombre en su vida, dice la Escritura por el moti
-
vo de no ser segura la alabanza, sino despues de la
muerte. Esto mismo observè yo cuidadosamente res
pecto de èl, no abriendo mi boca para alabarle, mien
tras que vivia: porque acaso no incurriese mos yo en
la nota de adulacion , ô él en la culpa de vanidad.
Desde ahora ya no hay que temer lo uno, ni lo otro:
ni yo le veo à èl, ni èl quizà me oye à- mi. Mas
aunque lo oyga, no se mueve con las palabras de
los hombres, fijandose mas fuerte, y mas felizmente
en la Palabra de Dios. Nada aprovecharâ el ene
-- º tº. migo en él, y el instigador de la vanidad no llega
s - rà a dañarle. 3 º
6 Ved ya delante de vos, Padre dulcisimo, aque
Apòstro lla fuente de pureza , ā que anhelabas sediento con
phe de S.tanto ardor del ânimo: ved como ya estais sumergi
Bernardo
à Húber. do en aquel abismo de la piedad divina, de quien
to, y la tan devotamente solias anunciar la memoria de la abun"
Imentació dancia de su suavidad. ¿Porque, quièn era tan devo
de su mu
GIte,
to predicador de la piedad divina, quièn era tan cui
dadoso elogiador de la pureza humana , quièn aman
te tan afectuoso de ambas cosas? ¿O a quièn alguna
vez hablasteis cinco palabras, en las quales no resos,
nase la pureza verdadera, en las quales no se oyese
la santa piedad de Dios? No me duelo pues sobre ti,
à quien dió Dios el desèo de tu alma: mas antes
llòro que me han quitado à mi un fiel consejero, un
grande auxilio, un varon concòrde con mi alma , un
hombre segun mi corazon. En mi hàn recaido todos
estos males. A mi pasaron vuestras iras, Señor Jesus,
y vuestros terrores me hàn conturbado. Habeis ale
jado de mi al amigo , y al prójimo, y sacando de la
misería a mis conocidos, me dejasteis à mi en las
miserias. Me quitästeis los Hermanos por la carne,
mas hermanos. aun en el espíritu, hombres sabios en
Vues
EN LA MUERTE DE D. HUMBearo MoNGE. 439
, vuestros negocios, y en los negocios seculares que
son segun vos. Os llevāsteis de aqui otros muchos,
que llevaban mi carga, esta carga, grande, que pu
sisteis sobre mi. Uno y casi solo me habia quedado
Humberto de tantos estrechos amigos mios y coadju
tores , tanto mas suave amigo, quanto mas antiguo:
y tambien os le llevāsteis, porque era vuéstro. Yo,
ua yo solo soy dejado para los trabajos, yo muero en
cada uno de ellos, y habèis echado sobre mi todas
vuestras olas. Ojalà, que aquien azotäis, deis la muer
te de una vez, y no guardèis à un hombre misera
ble para tantas y tan grandes muertes. Sin embargo,
no contradigo à las palabras del Santo :: el que co
menzó, el mismo me quebrante; y éste sea mi con
suelo, que afligiendo me con dolor, no se contenga.
Yo, estoy dispuesto à los azotes, por si acaso el pia
doso Padre conmuta los azotes en beneficios. Por lo,
que tambien mis palabras no estàn llenas de queja,
sino de dolor. No llòro à Humberto, (puesto que no
debe ser, llorado el que fuè llamado à la mesa del
rico) "sino que lloro sobre mi, y sobre vosotros, so
bre èsta casa, y sobre los demàs hermanos nuestros,
los quales todos esperaban los consejos de su boca.
Así el Savador llevando su cruz, como un ladron
lleva su lazo , habiendo visto à las, mugeres que le
habian, seguido desde Galilèa, lamentarse sobre èl,
vuelto à ellas, las dijo:. Hijar, de 3erusalen no quer Luc. 23-.
rais llorar sobre mi, sino llorad sobre vosotras mis 28.
Luc. 22.
mas , y sobre vuestros hijos. Pues que estas cosas 37.
que pasan por mi, fin . tienen. Las cosas que veis me
preparan son temporales, las que no yeis son, eter
nas. Si son temporales, son transitorias: si son tran
sitorias, son tambien mortales: y el solo argumento
de que pasan y mueren, es que se pueden ver. Cosas
temporales : fueron las
- ---" s.
que miramos
- -ni —c N -l
en la muerte
- ri: ade
ra
unberto eternidades.
perpetuas peyº logra el gozo y la alegría par
- - Asi,
440 SERMoN DE S. BERNARDo ABAD.
Asl, no hemos de llorar nosotros à quien no
tiene ya llanto, ni dolor. Pero ni por nosotros á quie
nes fue quitado, nos hemos de quejar, mas bien de
mos gracias porque se nos concedió tanto tiempo.
Pues, como yo juzgo , han pasado diez años (a) que
Intercesi
no vivio sino para nosotros, y por nosotros: y aquí
on de los
Santos. está mi temor, de que por eso há sido trasladado,
porque no eramos dignos ya de su compañia. Sin
embargo, ¿quièn sabe si ha sido llevado, para que
con sus súplicas nos proteja delante del Padre? Oja
lá sea asi. Porque, si era tanta su caridad quando
estaba con nosotros, que todas las cosas que tocan
a las urgèncias corporales, con mas gusto me las
cedia à mi que asi , ¿quánto mas bien ahora que es
tà allegado à la Suma Caridad que es Dios , será ma
yor para mi su gracia , y caridad? Mas acaso ahora
conoce mas plenamente la verdad respecto de mi, y
de mi conducta; y no se compadece, como solia, si.
no que, como yo recèlo, se indigna. Pero si tambien
por nuestros pecados nos le quitó Dios, ojalá que
alcânce èl, que misericordiosamente esto mismo se
nos perdóne , para no padecer pena sobre pena.
8 En lo demás, Hermanos, os digo, que si si
guierais sus huellas, no tan facilmente caeríais en
pensamientos vanos, en palabras ociosas , en pasa
tiempos y chanzas: porque en estas cosas perdeis mu
cho así de vuestra vida, como de vuestro tiempo.
Vuela el tiempo siendo irrevocable : y quando pen
sàis que os librais de un trabajo que en si es corti
simo, íncurris en otro mayor. Porque debeis saber,
que despues de ésta vida en el lugar del purgatorio
- .” , - - cien
. .. . -

(a) El Abad Humberto se retiró à Claraval año de 1 138. Si sobre


vivió alli un decenio, se debe asignar su muerte al año 1148. y no
al de 1145. en que la señala, Manrique. El mismo Manrique pone
su ¿º
tlcIIl De,
dia en 7. de Diciembre; y chalemoto en el 7 de Sep
-
EN LA MURRTE DE D. HUMRERTo MoNGE, 441
cien veces doblado se ha de volver lo que aqui ha
bia sido omitido por negligencia , pagando hasta el
ültimo quadrante. Yo bien se que es duro para el
hombre disoluto el tomar la enseñanza , para el ha
blador sufrir el silencio, y permanecer estable pa
ra el que acostumbra vaguear : pero mas duro, y
mucho mas duro será haber de tolerar aquellas fu
turas molestias. Tambien èste hombre, que està se
pultado aqui sostuvo en el principio (como yo mis
mo supe) muchas tentaciones sobre èstas cosas, pe
ro peleó con mucho valor y fatiga , y venció : y asl
como entonces era düro para èl sostener el combâte
en las tentaciones, asi ahora le sería mas düro el
volver a aquellas inútiles ocupaciones del tiempo, por
que la buena costumbre se habia hecho en el natu
raleza. Exercitaos vosotros en èsta doctrina, y aten
ded al exemplo que visteis en èl, y habeis oido, pa
ra que lleguèis à aquel Señor à quien el llegó, que
es Dios bendito por los siglos. Amen.

«e»<><><>ee e-e-ee-e-e-º-º-e-e-ºxºs
EN LA DEDICACION DE LA IGLESIA.

SER MON PRIMERO.


De cinco misterios de la Dedicacion.

I A festividad de hoy, Hermanos, tanto ma


yor devocion debe excitar, en nosotros,
quanto nos es mas familiar. Porque à la verdad, las
demàs solemnidades nos son comunes con las demàs
lglesias; pero ésta de tal modo nos es própia, que
es necesario que ô por nosotros sea celebrada, o no.
lo sea por ninguno. Nuestra es, porque es de nues
tra Iglesia; y todavia esKkk
-
mas nuestra, porque es de
nQ"
442 SERMoN H. De S. BERNARno ARAD.
La festi nosotros mismos. Os admirais quizá, y os avergon.
vidad de
la Dedi
zais de que se celebren fiestas de vosotros ; pero no
cació de querais, haceros como el caballo y el mulo, que no
la Iglesia tienen entendimiento. Porque ¿què pudieron tener de
O eStan santidad, èstas paredes, para que celebremos su so
to del té lemnidad? Tienen sin duda santidad, pero por nues.
plo mate tros cuerpos. ¿Dudarà por ventura alguno que son sans
rial como
del nues.tos vuestros cuerpos, los quales son templo del Es
tro espi píritu Santo, para que sepa cada uno poseer el va
ritual. so suyo en santificacion? Asi pues santas son las al
mas por el Espiritu que habita en vosotros: santos
son los cuerpos por las almas: santa es tambien la
casa por los cuerpos. Todavia ciertamente estaba de
tenida en la carne corruptible, y en el cuerpo de pe
cado en que tambien habia sometido el grave cri
Ps. 55. 2• men de adulterio el alma de aquel que decia : Guar
dad mi alma, parque soy Santo. Admirable es ver-,
daderamente Dios en sus Santos, no solo en los ce
lestiales, sino en los terrenos tambien. En ambas par
tes tiene Santos, y en unos y otros es admirable, bea
tificando aquellos, y santificando à estos. -
2 ¿Buscáis acaso experimento de esta Santidad de
que hablamos, y deseàis que se os muestren algunos
milagros de estos Santos? Muchos de vosotros cierta
mente salieron varonilmente de los pecados y vicies
en que se habian podrido como los jumentos en su
estiercol, y resisten valerosamente cada dia á los que
les impugnan, segun el Apòstol, quien hablando de
Hebr. 1 1. los Santos dice: Convalecieron de la enfermedad, se
34. hicieron fuertes en la guerra. ¿Què cosa mas mara
villosa , que aquel que antes apenas por dos dias po
dia contenerse de la luxiria, de la demasia del vino,
de glotonerias, y embriagueces, de las disoluciones,
e impudicieías, y de los demàs semejantes y deseme
jantes vicios, se contenga de ellos ahora muchos años,
y todo el espacio de su vida? ¿Què mayor milagro
8ue el que tantos jóvenes, tantos mozos, tantos no
"... . - -

----
- - bles
EN LA DE DIca cron pr la al EstA, 443
bles, en fin todos los que veo aqui , estèn como pre En que
se ha de
sos en una carcel abierta sin prisiones, detenidos con con ocer,
solo el temor de Dios; que perseveren en tanta aflic si alguqo
cion de penitencia, mas allà del poder humano, so es hóbre
bre la naturaleza, contra la costumbre? Vosotros mis espiritual
mos veis , como yo creo , quantos milagros podia
mos hallar, si fuera permitido escudriñar en parti
culár la salida de Egipto de cada uno, y el camino
del desierto, esto es , la renuncia cion del siglo, la
entreda del Monasterio, su modo de vivir en él. ¿Què
son estas cosas, sino argumentos manifiestos del Es
piritu Santo que habita en vosotros Pues los movi
mientos vitales del cuerpo prueban que el alma ha
bita en èl, y la vida espiritual prueba que habita el
Espiritu en el alma. Aquello se distingue por la vis
ta y el oido; esto por la caridad y humildad y las
demàs virtudes. -

3 Vuestra es pues, Hermanos carisimos, vuestra


es la festividad de hoy. Vosotros habèis sido dedica
dos al Señor, èl os hà escogido y tomado por cosa
prôpia: A vuestro cuidado, dice el Propheta, está Psal. 9.14
dejado el pobre, vos sereis la ayuda del huerfano.
Que bien trocasteis, Amantisimos, todo lo que pudis Los que
dejaró to
teis tener en el siglo , quando dejando ahora todas das las co
esas cosas, habeis merecido ser cosa propia del Au sas han
tor del siglo, y tener por posesion propia à aquel que dado
Señor que sin duda es la porcion y heredad de los al cuida
suyos. Puesto que, no, como dijeron los hijos de ini do de Di
quidad: Es bienaventurado el pueblo que tiene estas OS. -
Psal. 1434.
cosas , conviene à saber, las cosas temporales que ha l 3
bia mencionado antes, sus despensas tan llenas que
es preciso desocupar las unas en las otras , sus ove
jas fecundas, y cosas semejantes; no, vuelvo à decir,
es bienaventurado el pueblo que tiene estas cosas, si Los Reli
no que es bienaventurado el pueblo que tiene al Se gicsos só
ñor por su Dios. Ved pues sino es razon que celebre cosa pro º
mos por dia festivo aquel, en que nos tomó por su pia de Di
- ---
Kkk 2.
---- -
yos
444 SERMeN I. DE S. BERNARDo ABAD.
yos propios, y se posesionó de nosotros por medio
de sus ministros y vicàrios, para que suceda como
èl mismo ya otro tiempo habia prometido diciendo:
Zach.2.3. o en media de ellos sere, su Dios: y nosotros sea
mos su pueblo y ovejas de su pasto. Pues, quando
èsta casa por manos de los Pontifices fuè dedicada al
Señor, se hizo esto sin duda por nosotros, no solo
por los que entonces estuvimos presentes, sino por
todos los que hasta el fin del siglo, han de militar en
el servicio del Señor en èste lugar.
4. Por tanto es necesario que se cumpla en noso
Cinco ce
tros espiritualmente, todo lo que visiblemente se exe
1 emonias cutó en las paredes. Y si lo quereis saber, éstas son
de la De sin duda las cosas, que se hicieron: la aspersion, la
dicacion inscripcion , la uncion, la, iluminacion , la bendi
aplicadas cion. Estas cosas à la verdad hicieron los Pontífices
à la ins
en èsta casa visible: éstas mismas Christo asistien
trucció de
In ll eSIraS
do Pontifice de los futuros bienes obra invisiblemen
costúbres te cada dia, en nosotros. Porque en primer lugar , nos
rocía con el hisopo, para que nos limpiemos, nos la
Cant.8.5. vemos, nos blanqueemos, y se diga de nosotros: ¿Quien
-
es esta, que asciende blanqueada? Nos lava, digo,
en la confesion , nos lava , en la llüvia , de lágrimas,
nos lava en el sudor de la , penitencia : y nos lava
e mas con aquella agua preciosisima, que manò de la
1 La as fuente de la piedad, esto es, de su costado. Nos ro
persion, cia con el hisopo, que es yerba , humilde y purga
tiva del pecho; con el agua de la sabiduria saludable,
que es el temor de Dios, principio de la sabiduria y
fuente de vida; mezclando tambien el condimento de
la sal, para que no sea el temor insipido faltandole
la esperanza y la devocion. Mas no solo es esto, si
2 La ins. no que tambien escribe con el dedo de Dios en el
cripcion.
qual arrojaba los demonios, sin duda alguna en el
Espiritu Santo. Escribe, repito , su ley, no ya en la
piedra, sino, en las carnales tablas del corazon, cun.
- piendo la prophetica promesa en la que ofreció que
*- , , vº

- - qui
EN LA DE DIcAcioN DE LA IGLEsIA, 445
Ezech. 1 t
quitaria el corazon lapideo, y daria un corazon de
carne, esto es , un corazon no duro, no obstinado, 19.

no judaico; sino, piadoso, sino, manso, sino trata


ble, sino devoto. Bienaventurado aquel d quien vos
instruyereis, Señor, y le enseñareis acerca de vues Ps.39, 12.
tra ley. Bienaventurados , vuelvo à decir, los que son Psal, 1 o r.
enseñados, y se acuerdan de sus mandatos, pero pa 18.
ra executarlos. De otra suerte, al que sabe lo bue Jacob.4.
no y no lo, hace , de pecado le sirve ; y : el sier 17.
vo que sabe la voluntad de su Señor, y no la hace, se Luc. 12.
47.
rd azotado con muchos golpes. .
5. Por lo qual es necesario que la uncion de la
grácia espiritual ayüde nuestra flaqueza. untando con
la gràcia, de su devocion las cruces de estas obser 3 La un
vàncias, y diversas penitencias; porque no es po cion.
sible seguir a Christo sin cruz; ¿y quièn podrà sos
tener la aspereza de la cruz sin uncion? De aqui es,
que muchos tienen. horror y huyen de la penitencia
viendo ciertamente la cruz, pero no igualmente la
uncion. Vosotros, que lo habèis experimentado, vo
sotros mismos sabèis, que verdaderamente està un
gida nuestra cruz, y que por la gràcia del Espiritu
Santo que nos ayuda es suave, y deleytable nuestra
penitencia, y por decirlo asi, es dulcisima nuestra 4 La ilu
minacion
amargura. Mas . despues que precedió la uncion de es
ta gràcia, ya Christo no pone su antorcha bâjo de
la medida , sino sôbre el candelero: porque es tiem Math.
16.
5.
po de que luzca nuestra luz delante de los hombres,
y vean nuestras obras buenas, y glorifiquen a nues
tro Padre que està en los Cielos.
6. La bendicion à la verdad la aguardamos no
sotros en el fin ; quando abrirà su mano, y llenará à
todo animal de bendicion. En las quatro cosas de que 5 La ben
dicion.
hablabamos antes, estàn los mèritos; en la bendicion
los premios. En la bendicion se cumplirá toda la gra La casa
cia de la santificacion, quando pasarèmos ya à una de Dios
casa no hecha por las manos, sino eterna en los Cie se con po
• los. ne de An
446 SRRMoN I. De S, BRANARpo ABAD,
geles , y los. Esta misma es la que se construye de piedras
hombres.
vivas , conviene á saber, de los Angeles, y de los º
hombres. Aun tiempo mismo pues se ha de hacer el
edificio, y la dedicacion misma se há de completar.
Sin duda las vigas, y las piedras separadas no hacen
la casa, ni en ellas pudiera habitar alguno, pero la
union sola hace la casa. Así la union perfecta de los
celestiales Espiritus, continuada sin division alguna
en si misma, ofrece una entera y con gruente habita
cion à Dios, a la qual beatifica inefablemente la glo
ria de la magestad que reside alli. Porque ¿quièn sa
bria todos los consejos de los Reyes, ô quièn conoce
ria todos sus dichos ô hechos , como los postes y pa
redes del palacio, sino les faltàse el sentido de inte
ligéncia? Así aquellas piedras vivas y racionales de la
celestial curia están presentes à los divinos consejos,
saben los mistèrios de la Trinidad, y oyen las pala
Psal.83.5 bras inefables que no es permitido á los hombres ha
blar. ¡Bienaventurados los que habitan en vuestra ca
sa, Señor! por los siglos de los siglos os alabardn.
Puesto que quanto mas ven, mas entienden, mas co
nocen; tanto mas aman, tanto mas alaban , tanto mas
admiran.
7 Pero, por quanto dijimos ya , que aquella ca
sa estaba unida en si misma, y perfectamente enla
zada, resta que de algun modo expliquemos èsta mis
Isai 41.7. ma union , y conexion. Leemos en Isaias: Bueno es
asegurar con liga. Con una duplicada liga pues, que
se forma de un conocimiento pleno, y de un amor
Las pie perfecto, se juntan entre si aquellas piedras. Porque
dras vi.
con tanto mayor amor se unen èntre si reciprocamen
vas de la
casa de
te, quanto estàn mas vecinos à la caridad misma, que
ios con es Dios. Pero ni les puede separar mutuamente sos
que liga pecha alguna, en donde nada enteramente que pueda
de b a n haber en otro, permite que se oculte à alguno el rá
linirse. yo de la verdad, que penetra todas las cosas. Porque
y . Cer, 6. si quien esta allegado d Dios, es un espiritu con el,
- 17... . . - no
EN LA DE DIcAcroN DE LA IgLE sTA. 447
no hay duda alguna que los bienaventurados Espí
ritus, que se allegan á el perfectamente, penetran igual.
mente con èl, y en èl todas las cosas. Si desèas lle
gar à èsta casa, así anhele y desfallezca tu alma à
los ātrios del Señor, como clama el Propheta:
Una cosa pedi al Señor, esta buscare, que es que Ps.26, 4.
yo habite en la casa del Señor, todos los dias de mi
vida. Imita igualmente al mismo Propheta, el qual
como juró al Señor, hizo voto al Dios de $acob, si Ps. 131.2.
yo entráre en el tabernaculo de mi casa , &c. Pero
acerca de esto hemos de tratar en otro Sermon, lo
que el mismo Señor se dignàre darnos à entender.

K33é333.é3:3é3é?é3é3és}é???é3é3é??????é3éxéé).
EN LA DE DICACION DE LA IGLESIA.

SERMON SEGUND O.
De como debemos concordar con nosotros mismos , y
con los demds.-

.. I, N, otro tiempo el glorioso Rey, y Prophe


. ta Santo del Señor , David comenzó á mo
verse de un religioso, pensamiento, juzgando por co
sa indigna que no tuviese casa alguna en la tierra el
Señor de los exèrcitos: y , que èl habitáse una casa 2. Reg. 7.
propia de la dignidad real. Esto mismo , Hermanos, 2
es razon que nosotros tambien fiel , y varoailmen 1. Par. 17. º

te lo llevemos á efecto. Pues el haber sido reser


vada èsta obra para Salomon, no obstante que habia
agradado a Dios, el pensamiento del Propheta , pen Debemos
de de otra razon, que acaso necesitaba de una dis edificar 5
eusion mas prolíja. Mas ya tu, alma , verdaderamen In O SOtrOS
mismos ú
te habitas en una sublime casa que fabricó Dios pa
templo à
ra ti. Hablo de este cuerpo, que de tal modo le or Dios.
- - , ga"
443 SRRMoN II. DE S. BrRNARDo ABAD.
ganizò , le dispuso, le adornò, le ordenó, para que
gloriosa y deleytablemente habitāras en él. Pero y
tambien al mismo cuerpo le hizo una casa excelsa,
acomodadísima , y hermosa. Digo esto de este mun
do sensible, y habitable. ¿No juzgas pues cosa indig
na, que el haya hecho casa para ti, y que tu no ha
gas diligencia alguna de edificarle un templo: Tie
nes à la verdad casa todavia; pero està cierto de que
en brebe se ha de caer: y si tu antes no previenes otra,
serà expuesta á la lluvia , al viento y al frio. Ay! ¿à
la vista (a) de aquel frio quièn sostendrá? Dichosa
por ranto, y muy dichosa el alma, que puede decir:
a.Cor. 5. I
Sabemos que si esta nuestra casa terrestre en que ha
bitamos se disuelve , Dios nos dard en el Cielo otra
casa que no estard becha por manos de hombre y
durard eternamente. Por tanto ya , ö alma, no dès
sueño à tus ojos, ni permitas dormitar á tus pesta
Ps. 13 1.3 ñas, hasta que encuentres el lugar para el Señor, y
el tabernàculo para el Dios de Jacob.
2 ¿Pero què pensamos, Hermanos? ¿En dónde se
halla el lugar de èste edificio, ô quièn podrà ser el
Architecto? Pues èste visible templo por nosotros sin
duda se hizo para habitacion nuestra : porque no ha
bita el Altisimo en casas que han hecho las manos.
¿Què tèmplo pues edificarèmos para aquel Señor que
Jer.23.24 dice, y con verdad dice: ¿El Cielo y la tierra lle
no yo? Me atribularia en gran manera, y se congo
jaria sôbre mi mi Espíritu, sino fuera que lè oygo a
Johan. 4 èl mismo decir de uno: }'o y el Padre vendremos d
23• el, y haremos en el mansion. Así, ya sè en donde
debe ser preparada la casa para èl , porque en na
da cabe , sino en su imagen. El alma es capaz de èl,
la qual ciertamente fuè criada a su imagen. Por lo
que date priesa, adorna tu tálamo Sion , porque se
ha complacido el Señor en ti , y será habitada tu tier
-

- º,
ra,
-

(a) ¿Quién podà sostener el estremo rigor de su frio?


EN LA DEDrcAcroN DE LA IGLEsIA. 449
ra. Regocijate mucho, hija de Sion: tu Dios há de
habitar en ti. Di con Maria: Ved ahi la sierva del Luc, 1.38
Señor, bdgase para mi segun tu palabra. Di segun
las palabras de la Bienaventurada Isabel: ¿?” de dónde Luc, 1.38
d mi esta dicha, que venga la magestad de mi Se
ñor d mi? ¡Quänta benignidad de Dios, quânta dig
nacion, quanta dignidad, quânta gloria de las almas,
que el Señor de todas las cosas, y que de nada tie
ne indigència, mande que se haga templo para èl
en ellas! -

3 Asi, Hermanos, con todo el deseo, y con dig Como de


na accion de gràcias trabajemos en edificarle tèmplo bemos edi
en nosotros: primeramente cuidadosos de que habíte ficar este
en cada uno , despues de esto en todos juntamente: templo.
porque ni desdeña èl à cada uno en particular, ni à
Math. I z
todos juntos. En primer lugar pues , procure cada uno 25.
no discordar de si mismo: porque todo reyno en sí Lo 1, ten
dividido, serà desolado, y una casa caerà sobre otra cu i dado
casa: ni entrarà Christo en donde estuvieren las pa de no dis
redes inclinadas, y los muros desplomados. Porque, cordar de
ti mismo.
¿por ventura no quiere el alma tener la casa de su
cuerpo entera; y es necesario que se salga de ella,
si fueren separados los miembros unos de otros. Vea
pues tambien ella, si desèa que habite Christo por En que
la fe en su corazon , esto es en si misma; y evite cósista la
cuidadosamente, que sus miembros díscorden de si có cordia
mismos, estó es, su razon, su voluntad, y su memò. con sigo
mismo.
ria. Asi estè la razon sin error, para que concuerde
bien con la voluntad: porque la voluntad ama á la ra.
zon que no tiene error. Este tambien la voluntad sin
iniquidad; porque la razon aprueba una voluntad que
sea tal. De otra suerte, si el alma se condena à si mis
ma por la malicia de la voluntad en aquello mismo
ue por la razon tiene por bueno, es ya una guerra
intestina, y una peligrosa discòrdia; porque seme
jante razon està censurando à la voluntad, y la acu
sa, la juzga, y la condena. Por lo qual dice el Señor
en
4so SERMoN II. De S. BeRN ARno ABAD.
Math. 5. en el Evangelio : Consiente y acuerda con tu adver
25. sario, quando estais en el camino con el , no sea aca
so que tu adversario te extregue a l 5uez, y el juez
te entregue d los verdugos , y seas puesto en la cair
eel. Estè igualmente la memoria sin mancha, para que
no què de en ella pecado alguno que no se borre con.
la confesion pura, y los frutos dignos de penitencia.
De otra suerte, à la conciencia en que se encubre el
pecado, la aborrece la voluntad, y la abomina la .
razon. Por tanto buena habitacion prepara à Dios
aquel de quien ni la razon està engañada, ni la vo
luntad pervertidá, ni la memoria manchada.
4 Hallandose ya cada uno en esta disposicion , es.
necesario tambien que todos nosotros nos unamos, y
conglutinemos, por una mútua caridad sin duda, la
Lo 2.cui qual es vinculo de perfeccion. A la verdad, en esta
da de que
pormedio vida no se puede tener conocimiento perfecto: aca
de la cari so ni tampoco es conveniente tener le. En la casa ce
dad estès lestial el conocimiento es nutrimento del amor, pe
unido al
ro aqui podia ser detrimento. Porque ¿quièn se glo
Projimo.
riarà de que tiene casto el corazon? Por tanto era
fácil, que fuese confundido el que era conocido , y
que fuese ofendido el que conocia. Alli serà gustoso
el conocimiento en donde ya no habrà mancha. Aque
lla casa pues está unida mas firmemente, como que
hà de permanecer por toda la eternidad : èsta, co
mo que es tabernàculo de combatientes, està menos
perfectamente unida. Aquella sin duda es casa de ale
gria, ésta de milícia: aquella casa de alabanza, ès
ta de oracion. Esta, repito, es la ciudad de nuestra
fortaleza, aquella es la ciudad de nuestro descänso,
Asi, si fueremos aqui victoriosos , serèmos alli glo
riosos, teniendo en vez de morrion la diadema, en
vez de la espada el cetro y la palma, la vestidura
dorada en vez del escudo, y en vez del peto la es
tola de gôzo. Entretanto à la verdad parece mas pro
vechoso el estàr oprimido, que el ser muerto; y el
SOS
EN LA DEDICAcroN DE LA IGLE sTA, 45 r
sostener el peso del escudo, y de la cota, que ser
herido con los dardos de fuego del maligno: de los
quales con su proteccion soberana nos guarde el que
es bendito por los siglos. A men.
¿e»<><» «»<» «» e»«»<>«prº- º «» «» º «» º»),
EN LA DED ICACION DE LA IGLESIA.

SER MON TERCERO.


De los tres aparatos que tenemor, para hacer la
guardia y defender el castillo de Dios.
- º.

I STA easa, Hermanos, es un castillo del


Rey eterno, pero sitiado por los enemi Un casti
gos. Asi, todos quantos hemos jurado seguir sus ar llo espiriº
mas , y nos hemos alistado en su milicia, reconoz tual. .
- camos que tenemos necesidad de tres aparatos para
la custodia de éste castillo: es à saber, de alcazar,
de armas , y de alimentos. ¿Quäl es pues el alcazar? Isai 26. r.
La ciudad de nuestra fortaleza es Sion, dice el Pro
pheta, el Salvador mismo será en ella su muralla y Muro de
su baluarte. La muralla es la continencia , el baluar la contin
te la paciencia. Buen muro el de la continencia, el mencia,
qual de tal suerte circunda , y ciñe al rededor por to
das partes, que ni por las ventanas de los ojos, ni por
los demás sentidos se permite la entrada à la muerte.
Buen baluarte el de la paciencia, que sostiene los pri Ante mu
ral de la
meros impetus de los enemigos, para que nos man paciéxia.
tengamos varonilmente entre las muchas tentaciones,
y perseveremos siempre inalterables. Puesto que es el
único remedio, quando la continencia es acometida,
y en algun modo vacila , el poner delante la pacien
cia, y por mas que se encienda el sentido del peca
do, negar enteramente el consentimiento. En ves
Lll 2 ¿ rº
452 SERMoN III. DE S. BERNARDo ABAD.
Lue. 2 I. tra paciencia, dice, poseereis vuestras almas. Se
19.
pone pues en su ciudad el Salvador por muro y an
temural, hecho para nosotros por Dios Padre justi
cia, y paciencia para el Propheta , como el mismo
Psal.7o.5 dice: Porque vos sois Señor mi paciencia. Se pone
como muro , vuelvo á decir, en la conducta de nues
tra vida, y por antemural en la tolerancia de los
trabajos, haciendo que nos abstengamos de todos
los deleytes de la carne y del presente siglo, y que
suframos fuertemente todo lo adverso.
2 Conviene tambien preparar las armas, pero ar
mas espirituales, poderosas para Dios, no solo para
Armas es.
resistir, sino para impugnar, y destruir valerosamen
pirituales
te al enemigo : lº estid-os vosotros, dice el Apóstol,
la armadura de Dios, &c. Porque ¿que juzgamos,
Hermanos? Pesada es à la verdad para nosotros la
tentacion del enemigo, pero mucho mas pesada es
Municio para èl nuestra oracion. Nos molesta su iniquidad y
nes sagra astucia: pero mucho mas le atormenta á él nuestra
das q. só sencillez y misericordia. No sufre nuestra humildad;
de tres con nuestra caridad se abrasa, està en un tormento
Inodos,
-
con nuestra mansedumbre y obediencia. Mas ya, ni
º -

podemos ser apretados por hambre, para ser compe


lidos à entregar el castillo à los enemigos: porque à
Amòs. 8.
Dios las gracias, no cae sobre nosotros aquella ter
M .e
rible conminacion del Propheta, mas bien, del Se
ñor por el Propheta, es á saber, de hambre y de
sed; no del pan y del agua, sino de la palabra de
Math, 4, Dios. Porque asi tenemos escrito: No vive el hombre
4. en solo el pan, sino en toda palabra que procede de
Deut.8.3 la boca de Dios. Asi, no nos faltan, alimentos à no
sotros : quienes freqüentemente oimos Sermones, y con
mas freqiiencia las lecciones sagradas ; y alguna vez
gustamos tambien las delicias de la devocion espiri
tual, como cachorrillos que comen de las miajas que
caen de la mesa de sus Señores: hablo de aquellos
convidados celestiales, que se llenan de la abundancia
de
EN LA DE DIcAcroN DE LA IGLEs A. 453
de la casa de Dios. Tenemos igualmente el pan de
las lägrimas, que aunque menos suave, sin embargo
confirma grandemente el corazon. Tenemos ademàs el
pan de la obediencia , de que habla el Señor á los
Discipulos: Mi comida es, dice, el hacer la voluntad
de mi Padre. Sobre todo tenemos el pan vivo del
Cielo, el cuerpo del Señor Salvador, en cuya forta
leza ciertamente es abatida, toda la fortaleza, de la
parte adversa.
De este modo pues está guarnecida la fortale
za del castillo del Señor, de suerte que nada hay que
temer, con tal que queramos obrar fiel y valerosa
mente: èsto es , con tal que no seamos traydores, ni
Debemos
cobardes, ni ociosos. Traydores son ciertamente todos cócebir el
los que en este castillo del Señor intentan introducir mayor ho
à los enemigos, quales son los murmuradores, abor rror à la
recibles para Dios, que siembran discordias , y fo. traycióde
mentan escändalos éntre los hermanos. Porque así co étregar el
castillo.
mo en la paz se hizo, el lugar del Señor, así es ma
nifiesto que se hace el lugar al diablo en la discor
dia, No os, admireis, Hermanos, si parece que háblo
con alguna dureza: porque la verdad á ninguno adu
la. Sepa que enteramente es traydor, si alguno (lo que
no suceda) intenta, introducir qualesquiera vicios en
esta casa, y hacer el templo de Dios. cueva de los de
monios. Gracias á Dios, no encontramos muchos de
Quienes
estos aqui. Pero, sin embargo , acaso hallamos algu son tray
na vez algunos, que hablan con los enemigos, y es dores.
tablecen pacto con la muerte, esto es , que tratan,
(quanto es de su parte) de disminuir la disciplina de la Quienes
órden, entibiar el fervor, turbar la paz, ofender la seā tray
dores à la
caridad. Guardè monos , nosotros de ellos, quanto po-e religion.
danos: como està escrito de unos: }e sus pues no se Johan. 2.
fiaba de ellos. De verdad os digo , que aunque aho a 4a
ra se les tolere, sufriràn presto un grave juicio, si con
mayor presteza no se enmendaren , asi como ellos in
tenta a hacer un daño grave. ¿Què pues, Hermano?
- ¿Guar
454 SERMoN III. De S. BERNAR po ABA p.
¿Guardas fidelidad con las obras a la vanidad, á la
tibieza , o a otros qualesquiera vicios, y mientes á.
Dios por la tonsura Un bellisimo Castillo has quita
do à Christo, si entregares a sus enemigos a Cla
raval. Bellísimos reditos y preciosos en sus ojos reci
be de aqui todos los años; y la mucha presa que qui
ta a sus enemigos, suele ponerla en este lugar de su
alcazar, y tiene mucha confianza en su fortaleza. Ve
ahi pues los que redimió del poder del enemigo , y.
les congregó de las regiones, del oriente del sol, y de
Claravā1 su ocaso, del aquilon , y del mar. ¿A que suplictos juz
Castillo gas serà entregado, a què suplicios , vuelvo a decir,
de Jesu te parece sera expuesto, despues que fuere cogida
Christo, (pues que ni esconderse ni huirse puede) el tray dor
de este Castillo? No será condenado ciertamente à la
muerte comun de los demás, sino que es preciso que
muera con exquisitos tormentos. Pero no me detengo
por ahora mas en èsto: confio que de aqui adelante
nos guardarèmos mejor de traycion tan execrable,
procurando con mayor solicitud no atraher, sino
repeler los vicios de qualquier especie que sean, ô
carnales, o seculares, para que no merezcamos incur
rir en la nota ô la pena de traydores.
4 En segundo lugar se debe tambien precaver,
que alguno acaso vencido por la pusilaninidad, hu
Como evi ya de la guarnicion, temblando, y espantado en don
taremos la de no hay que temer: y reputandose con loca temeri
traycion. dad seguro, en donde es sumo el peligro. Porque à
las enemigas manos, à las enemigas espadas se ex
pone, qualquiera que huye, como sino supiera que
aquellos enemigos totalmente carecen de misericordia,
siendo à la verdad crueles con los agenos, pero mu
cho mas crueles con los suyos, como quienes son crue
lisinos consigo mismos.
5 Ya pues, dirè brebemente algo acerca del ter
cer peligro, porque mientras busco, deseoso en gran
manera de vuestra salud, (como es justo) diversos re
InQ -
EN LA DE DIcAcroN DE LA IGLes IA. 4SS
medios para las diversas enfermedades de las costum
Censura
bres, pasó ya la hora alguntanto. ¿Què aprovecha:
à los tibi
rà, que no quieras entregar el Castilo, ni dejarle os y flo
tampoco, si permaneces en el ocioso y desidioso? Por XOS.
tanto con todo el ánimo, con toda la virtud, Aman.-
tísimos, trabajemos en mantener y defender el Cas
tillo de nuestro Señor y Rey, que han puesto à nues
tro cuidado, estàndo solicitos contra las astucias del
- enemigo , y aparejados contra todas sus maquinacio
Jac. 4.7.
nes, segun, està escrito: Resistid al diablo, y huird
de vosotros. Mas porque sabemos quien dijo: A no Ps. 26. le.
ser que el Señor guardaire la Ciudad, en vano vela
el que la guarda, humillèmonos bajo la mano pode
rosa del Altísino , encomendandonos à nosotros mis
mos y à esta casa con toda la devocion à su mise
ricordia, para que el mismo nos guarde de todas las
asechanzas de los enemigos, para alabanza, y glo
ria de su nombre, el qual es, bendito por los siglos.
A men..

º 3---><>< es es ese esº e esº, a


EN LA DEDICACION DE LA IGLESIA.

SERMION QUARTO.
De tres mansiones.

I ON voivas alabanzas celebramos este dia,


- - y le honramos con festivos gozos. Mas,
si ni corresponde a los Religiosos, ni es decente à los
Sabios el ignorar que es lo que veneran, ó no saber
lo que celebran: debemos investigar nosotros, en me
moria de que Santo, ö Santos se hace esto. Pero ni
juzgo yo , que puedo prometer esto por mi mismo;
hable primero otro, cuyo testimonio sea mayor, y pa=
- TC. -
456 SERMoN IV. De S. BERNARDo ABAD. -

rezca mas creible. Admirais acaso, a que fin deci


mos en el principio de nuestra oracion estas cosas,
ofreciendose mas manifiestamente a vuestra vista la
presente Iglesia, cuya Dedicacion aniversaria se ce
Santidad lebra. ¿Por que debemos recelar llamar santas á unas
de nues
paredes, que santificaron con tantos misterios las sa
tras lgle gradas manos de los Obispos? Desde entonces tam
sias.
bien y en lo adelante se sabe resuena alli la repeti
eion de lecciones santas, se perciben los devotos su
surros de las santas oraciones, se honra la dichosa
presencia de santas reliquias, vela en fin infatigable
la guardia de los Santos Espíritus. Diràs acaso : las
demas cosas à la verdad son evidentes; ¿pero quien
se gloriara de haber visto las centinelas Angélicas.
Aunque quiza no lo ves, hay quien lo ve, el mismo
sin duda que las envia. ¿Quién es este? El mismo que
Isai.62.6.
por el Propheta dice: Sobre tus muros, 3erusalen, he
puesto guardias. Hay ciertamente arriba una Jeru
salen, que es libre, y es nuestra madre: pero de
ningun modo creerè que hayan sido puestos guardias
sobre sus muros, quando en sus alabanzas canta el
Ps, 147. Propheta: El que estableció hasta en tus confines la
14 . paz. Mas si tu no juzgas suficiente esto, prosigue
oyendo lo que se sigue en el testimonio precedente:
Todo el dia, dice, y toda la noche perpetuamente no
callardn. Pues es fácil advertir , aun por esto solo,
Apoc. 2 r
25.
que no es èsta aqurella Jerusalèn, de la que leiste: Sus
puertas no se cerrardin por el dia: pues no habrá no
cóe en ella. Aquella Jerusalen pues ni padece mu
taciones, ni necesita de guardias: a nuestros dias y
noches si que es necesario, que se deputen guardias,
Sobre tus muros, 5 erusalen, he puesto guardias.
2 Benigno sois, Señor, ni podeis contentaros con
esta fragil proteccion de nuestros muros, sino que á
los mismos hombres que son prelados de los hombres,
sobreponeis tambien la custodia de los Angeles, para
que defiendan los muros, y a los que están dentro del
äm
EN LA DEDIcAcioN DE LA IGLEsIA., 457 ,
La guarº
ämbito de ellos. Asi, ö Padre, porque así agrada à dia de los
vuestros ojos , y asi es necesario à nosotros. Porque es Angeles
insuficiente nuestra administracion, à no ser que con ampara y
nosotros y por nosotros envieis al ministerio aquellos defiédelas
Espiritus destinados por vos á èsto, para que perci Iglesias.
bamos la herencia de la salud. ¿Què importa pues que
no veamos el obsequio, si experimentamos el auxilio?
¿Qué importa que no merezcamos su aspecto, si per
cibimos el efecto? Ciertamente aprendemos aun de es
to solo, que las cosas invisibles se deben preferir à
las visibles; porque las cosas que se ven, son tempo
rales; las que no se ven, etermas. Finalmente, en las
cosas invisibles està la causa de las visibles, para que
segun lo que dice el Apóstol: Las cosas invisibles de 2. Cor. 4
18.
Dios por las cosas que están hechas, sean entendi Rom. 1,
das de la criatura visible. De este modo sin duda 1o.
en otro tiempo confutò a los Judios que blasfemaban
al Santo de Dios sobre la invisible remision de los
pecados, con el signo visible de la sanidad corporal:
Para que sepais que el hijo del bombre tiene en la Marc, *¿
tierra potestad de perdonar los pecados, dijo en "l Oe
*
tonces al paralitico: levantate, toma tu lecho , y ve
te d tu casa. -

3 Asi tambien el Fariseo que murmuraba contra


el mèdico que obraba la salud, y que estaba censu
rando à la enferma que era sanada, le convenció con
indicios manifiestos , contando los obsequios de la mu
ger. Erraba el que tenia horror de ella, como si fue.
ra todavia pecadora, la que asida à las divinas plan
tas, las regaba con sus llantos, las enjugaba con sus
cabellos, las apretaba con sus besos , y las ungia con
unguentos. ¿Pues quièn harâ mencion de los crimenes
que ya estàn borrados, quien censurarà à la que to
ca ya al Señor, quièn juzgarà pecadora à la que
quando llora las culpas cometidas, aborrece la ini
quidad ; quando besa los pies del Señor, ama la jus
ticia; y sucesivamente quando los enjuga con los ca
- MImm be
458 SERMoN IV. DE S. BERNARDo ABAD.
Ya nó es bellos, exhibe la humildad; y quando con el un
muger pe
eadora qu
guento los unge, muestra la mansedumbre? ¿Por ven
ando es tura es posible que reyne el pecado en un ànimo con
penitente. trito, y en un espiritu que gime; ô la mucha caridad.
no cubre la muchedumbre de pecados? Se la perdo
Luc,7,47 naron muchos pecados , porque amò, mucho. Con razon.
por esto no se llamarà ya pecadora, ö fariseo, segun
tu sentencia, sino discipula santa de Christo, de quien
tambien aprendió en tan brebe tiempo à ser mansa y
humilde de corazon. Sin duda esto es lo que en el
Prov, 12
Propheta leiste, pero acaso despreciaste: l'uelve los
7.
impios , y yd no parecerdn mas. Asi Carisimos, así,
tambien si aquel antiguo acusador de los hermanos os.
!. impropera con vuestros pecados pasados, en los qua
les vosotros mismos os avergonzais, escuchad al Após
s. cor. 6 tol que os consuela magnificamente, y dice: Esto fuis
1 I• teis d la verdad; pero ya estáis lavados: pero ya es-.
Rom, 6, tais santificados: y aquello: Ahora el fruto de vues
tras buenas obras es vuestra santificacion , pero su
fin es la vida eterna. Y esplicandose mas claramente,
Cor. 3• dice: El templo de Dios es santo; el qual sois va
I7
sofrof, - - - - - . -

4. Sin duda èl mismo es, à cuyo respeto reserva-,


mos la primera voz en el principio de èste Sermon,
quando preguntabamos quienes eran los Santos cuya
Perque
santidad aplaudiamos con solemne devocion. Porque,
motivo se aunque haga que estas paredes se llamen y sean san
debe hon tas la consagracion de los Obispos, la freqüencia de
sar la sā las escrituras, la instancia de las oraciones, las reli
tidad del quias de los Santos, la visita de los Angeles: con to
templo. do eso de ningun modo se ha de creer que es honrada.
por si la santidad de ellas, siendo cierto que ni por
si se santifican. Antes bien , es santa la casa por los
cuerpos, los cuerpos por las almas, las almas por el.
Espíritu que habita en ellas. Ni düde sobre èsto al
guno, haciéndose para nosotros, visible el signo de su,
gracia invisible en bien nuestro, Digo esto, porque
- -
-
•- - º « la al
EN LA DEDrcAcIoN DE LA IGLEstA. 459
tambien vosotros mismos al modo del paralitico evan
gelico os levantàis; porque este lecho del cuerpo en
que yaciais enfermos, le llevais tan facilmente; por
que caminais ultimamente a vuestra casa ; á aquella
casa ciertamente, de la que os alegrais, diciendo con
el Prapheta: Iremos d la casa del Señor. ¡O casa ad Ps. 1 a 1. R
mirable, y digna de ser preferida à los amados taber
nàculos, y a los atrios deseables! ¡Qudn amables son
vuestros taberndculos, Señor Dios de las virtudes! Psal.35.2
mi alma desea ardientemente estar en los ditrios del
Señor; y está casi desmayada por el ardor de este
deseo. Pero mucho mas bienaventurados son los que
babitan en vuestra casa, Señor! por los siglos de los
siglos os alabardn. Què cosas tan gloriosas han di
cho de ti, Ciudad de Dios! En los tabernaculos pues
està el gemido de la penitencia, en los atrios el gus Distingu
to de la alegria; en ti la saciedad de la gloria. Esta ense, tres
lnfima casa à la verdad es de oracion, la de enme másiones,
dio es de expectacion, tu de accion de gracias, y infima, me
alabanza. Dichoso por tanto el que aqui se desviare dia, y su
del mal , que es la culpa , è hiciere el bien; para que premas
se libre ali del mal que es la pena, y en ti reciba el
bien. Aqui sin duda estàn las primicias del Espíritu,
alli las riquezas, en ti la plenitud: en donde pondràn
en nuestros senos aquella medida buena, llena, reme
eida, y que rebosa-Aqui en fin se hacen los hombres Quales
santos , allí seguros, en ti bienaventurados. Estas pues só las pri
son las primicias del Espiritu que se dan anticipada micias del
mente por ahora a los que militan la santidad en la Espiritu.
conducta de la vida, la piedad en la intencion , la for
taleza en el combâte. En la santidad de la conducta"
entiende tu los frutos de penitencia , y todos los exer
cicios corporales de los divinos mandatos. Y porque La inten
estas cosas, si el ojo no fuere sencillo, no pueden ser cion sea
pura , y
sencillas, necesariamente se exige la piedad de la in piadosas
tencion, y la pureza del corazon, no sea que èntre à
lo insensible la ambicion del honor, ó el apetito de la
" - MInm 2 ala
46o SERMoN IV. DE S. BERNARpo ABAp.
alabanza: sino que solo se desèe aquel Señor que so
lo llena el desèo, y vuelva al origen de su propia
fuente toda la gracia que hemos recibido. Mas acuer
date que sola la pérseverancia èntre todas es coro
nada: y que no se puede lograr tan facilmente entre
tantos riesgos, sino obtienes en tan multíplicada lu
cha , multiplicada virtud. Esto es en los tabernà
culos. - -

5 Por cierto, en los átrios, que reciben, à los que


salen de esta vida despues de los molestos conflictos
para recrearlos en su amena alegria, se dan ya las ri
Atrios de
las almas
quezas del Espíritu, el descanso de los trabajos , la
libres ya seguridad de los cuidados, la paz de los enemigos.
del cuer Puesto que desde ahora ya dice el misma. Espíritu,
po. que solia prohibir con tanto fervor el ôcio hasta aquel
punto, è intimar fatigas, que descansen de sus traba
V. Serm. jos. Les pondrà lejos de los cuidados, y les eximirà de
a , de to
dos los
toda solicitud, el mismo que al presente pone los con
Santos, y sejos en su alma, y hace que se turbe ahora, andando.
sus notas,º da ya laacerca
solícita de muchas cosas. Igualmente alcanza
victoria darà el dormir en paz suavemen
te en Dios, el mismo que mientras que todavía bra
ma el leon rugiente, excita à las vigilias, y arma
para la pélea. Sin embargo, en estas cosas, como
ya tocamos mas arriba, mas bien se halla la libe
racion del mal, que la remuneracion del bien, pe
ro la dura experiencia de nuestra necesidad nos obli
ga à reputar la ausencia del mal colmo del bien: asl
como la conciencia reputa por plenitud de santidad,
el estàr libre de graves delitos. De esto es facil ad
vertir, quan; lejos estamos del sumo bien, pues tene
mos por justícia el carecer de culpa, y por bienaven
turanza el carecer, de miseria.
6 Pero esté lejos de todos el pensar que à este
modo es la abundáncia de aquella casa , y el torren
te de deleyte, y todas las demás cosas, que ni el
ojo vió, ni el oido oyó, ni subieron al corazona del
- -
* - - hom
EN LA DE DIcAcroN DE LA IGLESIA. 46 t
hombre, que preparó Dios para los que le anal. No
quieras pues oir, ö hombre, lo que no oyó el oido
del hombre; ni preguntes al hombre lo que ni el ojo
humano ve, ni en el ânimo cabe. Mis, por no callar Tres bie
nes de la
enteramente acerca de esto: saludando desde lejos es
felicidad
ta nuestra pâtria; nos parece como oler una triplica futura.
da promesa , conviene à saber, de potencia , de Inag
nificencia , y de gloria. Pues hombre era, e hijo de
este cautiverío él que decia:..., Entrare en las poten Ps,7o. 16.
eias del Señor. Pero nosotros podemos saber que co
sa sea carecer de flaqueza, como quienes estamos cir
cundados de ella; mas que sea el ser vestido de for
taleza, y entrar en la potencia; ni solo en la potencia,
sino en mucha potencia, y acaso tambien en la omº
nipotencia, no lo podemos saber por ahora. Clama.
tambien un testigo fiel, que á los que justificó, tam Ro m. 8.
bien los magnificó. Pero la magnificencia, ésta espeº 30.
cialmente, que es razon proceda de aquella grande
za que ni tiene fin, mi número, ojala se permita à.
nuestra pequeñez el aguardarla; porque no es posi Solo es
ble apreciarla ni concebirla. Mas ya ni de la promesa. Segura la
de la gloria hay que recelar, ö tener sospecha: feliz. gloriaque
y confiadamente entonces te saciarás de gloria, de cu es p era -
yo apetito por ahora te apartan con tantas conmina mos en el
ciones. Entonces pues tendrà cada uno de Dios-la. Cielo.
alabanza , segura ciertamente y sempiterna, libre
igualmente de fin y de riesgo; y como està escrito:
Alabanza gustosa y hermosa. Ea Hermanos, milite Ps. 146, 1.
mos entre tanto varonilmente en los tabernàculos, pa
ra que despues suavemente descansemos, en los átrios,
para que por último nos gloriemos. sublimemente en
la casa, quando este trabajo momentâneo y leve de
nuestra tribulacion sobremanera en las alturas obrarà
en nosotros un peso eterno de glòria, y quando serè
mos alabados en el Señor todo el dia, en la verdad sin.
duda , no en la vanidad... .
462

EN LA DEDICACION DE LA IGLESIA.

S E R MO N Q UINTO,
º De dos sonsideraciones de si mismo.

OY tambien , Herrmanos , celebramos una


solemnidad, y solemnidad esclarecida. Es
to à la verdad facilmente lo digo: mas si proseguis
preguntando de que Santo, eso acàso ya no lo dirè
tan facilmente. Porque todas las veces que se celebra
la memoria de algun Apòstol, de algun Màrtir , ö
Confesor, no es dificultoso explicar de quien es la
solemnidad; como por exemplo de San Pedro , del
glorioso Estéban, ode nuestro Santo Padre Benito, ô
de alguno de los demàs grandes principes de la gran
de Cüria celestial. Mas ahora de ninguno de estos se
celebra la solemnidad ; y sin embargo se celebra al
guna: ni solo alguna, sino una no pequeña. Y si lo
quereis oir, se celebra la festividad de la casa de
Dios, del tèmplo de, Dios, de la Ciudada del Rey
eterno, de la Esposa de Christo. Ninguno duda cier.
tamente que es santa la Esposa del Santo de los San
tos, y dignisima de celebrarse con todo honor. ¿Mas
por ventura dudarà alguno que sea Santa la casa de
Psal.91.; Dios, de la qual se lee: A vuestra casa es decente
Psal.64.6 la santidad? Asl tambien, Santo es su templo, admi
rable en la equidad: y San Juan testifica que vió èl
Apoc. a 1 mismo la Ciudad Santa: Vi , dice, la Ciudad San -
2.
ta, la nueva 5 erusalen que viniendo de Dios des
cendia del Cielo, preparada como una Esposa que
se adorna para su varón. En las quales palabras à la
verdad, comenzè ya à declarar lo que todavia, e:
* --
- C
EN LA DEDIcAcro N DE LA IGLEsIA. 453
fieso, queria yo callar. Digo pues, que la misma es -
posa que es ciudad , ella misma es templo y casa
tambien. Ni èsto es de admirar, especialmente quan
do tambien es uno mismo el que se digna, mostrarse
para ella esposo, y Rey, Dios, y Padre de familias.
2 Con todo eso , aun no juzgo que se os hd sa
tisfecho, hasta que mas claramente entendàis que co
sa sea la que há merecido llamarse y ser tambien ca
sa de este Padre de familias, templo de Dios, ciudad
de èste Rey, y finalmente esposa de este Esposo tan
glorioso. Mas yo verdaderamente, tengo no poco re
cèlo de hablar, lo que siento acerca de esto, no su
ceda (lo que Dios no permita) que alguno de voso
tros lo escüche ó menos fielmente, ó menos humil.
demente: no suceda que acaso alguno salga de este - c"
auditorio, ö envanecido por la grandeza de glória, Dos con
ó incrèdulo por la pusilanimidad de su espíritu. De sideracio
sèo siempre que vosotros seais fieles y humildes, por neS res
que lo uno y lo otro es sobremanera necesario para peóto de
la salud; puesto que solo à los humildes dà la gràcia n osotros
el mismo Señor à quien sin la fè es imposible agradar. m is mos,
una de hu.
Deséo pues, y de todos, modos desèo, que procurèis millacion
mostrâros à èl como pàrvulos y grandes, mas bien, y otra de
(para que os admirèis mas) como nada, y algo, y aun. elevacion
tambien algo que sea grande. Porque, sin un ànimo.
grande no podrèis lograr aquellos bienes tan grandes, Math. 18.
ó hacer fuerza al Reyno de los Cielos: del mismo mo 3•
do que no podrèis entrar en el mismo Reyno de los
Cielos , sino os convirtièreis, e hicièreis como unos,
párvulos. No soy hombre de sentido profundo, ni pue
do eruétaros lo que no hè gustado. Con todo eso, dirès
lo que algunas veces siento que pasa en mi, para que
si alguno acaso lo juzgàse util, lo imite. Porque otro,
tiempo se me pudo persuadir, que tuviese piedad de Eccli. 3e..
24«
mi alma, para agradar desde entonces à mi Dios,
freqiientemente pongo la consideracion en ella , mas,
ojala que esto pudiera ser una vez y siempre. Hubo,
11eIll
464 SERMoN V. De S. BERNARDo ABAD.
tiempo en que de ninguna manera tenia gusto en ha
cer esto, sin duda por que poco (si es que poco, y
no mas antes de ningun modo) la amába yo a ella.
Porque ¿en què modo ama uno à aquel, de quien ama
la muerte. Y si , como es cierto é indubitabe , la ini
quidad es muerte del alma, es claro por conseqüen
Psal, 1 o 6 cia, que es absoluta la sentencia de que aquel que
ama la iniquidad aborrece d su alma. La aborrecia
pues , y la aborreciera todavia, sino me hubiera da
do este princípio tal qual es de su amor el mismo,
que la habia amado primero.
3 Por beneficio pues del mismo Señor poniendo
la atencion en ella algunas veces, me parece à mi,
lo confieso, hallar como dos cosas contrarias. Si la
Conside miro segun la realidad, como ella es en sí, y de si,
ració que
nos debe nada puedo pensar con mas verdad, sino que està re
hu millar ducida a la nada. ¿Què es menester ahora contar una
es la de a una sus misèrias, quan cargada estè de pecados,
las mise ofuscada con tinieblas, implicada en deleytes, pron
rias del al ta a los alhagos de las concupiscencías, expuesta á
IAds -

las pasiones, llena de ilusiones, inclinada à lo malo


siempre, proclíve à todo vicio, por último llena de
toda confusion è ignominia? Ciertamente, si aun to.
das nuestras justícias miradas à la luz de la verdad,
son como un paño de una menstruosa: ¿quäles serán.
Isai 646. reputadas despues las injusticias? Si la luz que hay en
nosotros es tinieblas; ¿quán grandes serán las mis
Todo el mas tinieblas? Fàcil es à cada uno de nosotros , si
hó bre es examina todas sus cosas mas plenamente y sin disi
pobre, y mulo, y si las juzga sin acepcion de persona, el
nada.
atestar en todo à la , apostólica verdad, y clamar li
bremente: El que juzga que el es algo, no siendo
Gal. 6 3. nada , se engaña á si mismo. ¿Quien es el bombre,
Job.7.17. para merecer que vos le mireis como una cosa gran
de , dice la fiel y devota confesion , o por que os dig.
ndis aplicar d el vuestro corazon? ¿Què mas? Sin du
da se hizo semejante a la vanidad el hombre, à la
ld
EN LA DEDrcAcroN DE LA IGLrsrA. 46s
nada està reducido el hombre, y nada es el hombre.
¿Sin embargo, cómo es enteramente nada aquel à quien
Dios magnifica? ¿Cómo es nada aquel à quièn se hà
allegado el corazon Divino?
4 Respiremos Hermanos, y si en nuestros cora
zones somos nada , acaso en el corazon de Dios pue
de ocultarse otra cosa acerca de nosotros. ¡O Padre
de misericordias! ¡O Padre de los miserables. ¿Por què
llegäis à ellos vuestro corazon? Sè, sè que donde es
tà vuestro tesoro, alli está vuestro corazon. ¿Cómo
pues somos nada , si somos vuestro tesoro? Toda las
gentes, como si no fueran , así son delante de vos,
y como la nada, y lo vacío seràn reputadas, Verda
deramente asi es delante de vos, pero no asi dentro
de vos. Asi es en el juício de vuestra verdad, pero
no así en el afecto de vuestra piedad. Sin duda llu
màis à las cosas que no son , como à las que son.
Con que à un mismo tiempo no son , pues à las que
no son llaniis : y son, puesto que las llaniis. Por
que, aunque no sean en quanto à sí, sin embargo
son para con vos; ciertamente, segun dice el Após
tol : No por las obras de justicia, sino por el que Rom, 3.l Oe
: llama. Así verdaderamente, así consoláis en vuestra
piedad à quien humillàsteis en vuestra verdad, para
que se desahôgue magnificamente en vuestras entra
ñas el que con razon se estrechaba en las suyas. Por Ps,a 4. o.
cierto, todos vuestros caminos son misericordia y
verdad para los que buscan vuestro testamento, y
vuestros testimonios; testamento sin duda de piedad,
y testimonios de la verdad. - -

5 Lee , hombre, en tu corazon , lee dentro de ti


mismo, acerca de ti mismo los testimônios de la ver.
Conside
dad: y te juzgarás indigno aun de esta luz comun. racion de
Lee en el corazon de Dios el testamento que se hizo la elevaci
firme en la sangre del Mediador, y hallarás, que on y gran
otra cosa tan diferente parece , poseer tu con la es deza del
peranza, de lo que tienes en la realidad. ¿Que es el hombre
Nnn bom -
466 SERMoNV. nº S. Br RNA RDo AB A p.
Job.7. 17. ho nóre , dice , para merecer que vos le mire is como
d un cora grande? ¿Grande es ciertamente, pero
en el, pues que fuè engrandecido por el? ¿O cómo
no es grande en el , teniendo tan grande cuidado el
1. Petr.5. del hombre? Porque el tiene cuidado de nosotros , di
7.
Ps. 39.18.
ce el Apostol San Pedro. Y el Propheta : l'o puºs
mendigo say y pobre, el Señor esta solicizo de mi.
Artificiosa conexion sin duda de una y otro conside
racion , en que ascendiendo y descendiendo junta
mente como en un mismo momento, se mi ô ási po
bre y mendigo, y á Dios solicito por él. Cosa de los
Angeles es esta, ascender y descender al mismo tiem
Johan, 8. po: /Vereis, dice, d los Angeles que ascienden y des
3 a cienden sobre el hijo del bombre. Puesto que, ni hay
sucesion alguna, ô alternativa en sus ascensos y des
censos. Aun tiempo mismo son enviados al ministè
rio por aquellos que perciben la herència de la sa
lud, y asisten ante el rostro de la magestad: pro
veyendo Dios misericordiosamente, que por una par
te nosotros tengamos el consuelo, y por otra ellos
no tengan tribulacion alguna. De otra suerte ¿quán
do sufririan con igualdad de ànimo el ser apartados.
por nosotros, aun por un poco tiempo, de aquel ros
tro de glòria en quien desean mirar siempre? En fin,
oye à la Verdad misma en el Evangelio: Los Ange
Math. 18. les de ellos, sin duda de los pärvulos, en los Cie
LOa los siempre ven la cara del Padre: estando deputa
dos, conviene saber, de tal modo á la guarda de los
parvulos, que en ninguna manera estèn privados de
su bienaventuranza. De aqui es que el Bienaventura
Apoc. a r do San Juan vio a la Santa Ciudad de Jerusalèn des
Qa
cendiendo, mas no la pudo ver estando quieta. Y ad
vierte que dijo, que descendia, no que caia. Porque
cayo otro tiempo una parte no pequeña de aquella.
Ciudad, pero la que de ningun modo era santa , su
cediendo su gravisima caida, por haberse hecho ene
miga de toda santidad:
- ES
EN LA DE DICAcroN DE LA IGLESIA. 467
6 Esta ruina, y caida terrible no pudo verla San
Juan porque todavia no existia; pero viola el Verbo
que era en el principio, viòla el Principio, que de -
cia a los Apóstoles: Veia yo a Satanás caer del Pºº º
Cielo como un reldmpago. Asi pues, aquella parte 18.
que cayó, há de ser reparada por Dios, quando lle
nara las ruinas, y reedificarà los muros de Jerusalen,
mas no de aquellos mismos que cayeron. Pero, ésta;
que aparecio descendiendo ya estaba preparada , co-, Apos, as
mo añadió èl mismo: Preparada por Dios. Porque. º ...
el descender los Angeles y no caer, lo hace la divi
na preparacion: por quanto há sido preparada sin
duda por Dios así su voluntad, como su facultad.
Por lo que testifica el Apòstol, no solo que son es- Hebr, 1.
píritus destinados al ministèrio, sino que son envia-, 14.
dos al ministerio. ¿Què mucho envie los Angeles pa-,
ra bien de aquellos, por quienes tambien quiso el ser
enviado del Padre? ¿Què mucho que por ellos inclíne
los Cielos, quando por ellos mismos se inclinó tam-,
bien el Rey de los Cielos, de tal modo que con el
dedo escribia en la tierra? Señor, inclinad vuestros
Cielos, (esto es poco) y bajad tambien. ¿Què mas so
bre esto. Lo que intenta, es hacer, que asciendan
tambien con èl los mismos con quienes condesciende.
Pero, como dijimos, el ascenso, y descenso angeli-, o
co carece de vicisitud, o sueesión: mas a nosotros, º º º"
nos es preciso andar ya por aqui, ya por ºalli: por-.
que ni puede ser el estàr arriba mucho tiempo , ni es
conveniente detenerse espacio largo abajo. Ascienden, ºsº ºº
dice, hasta los Cielos, y descienden hasta los abis- ""
mos: su alma se consumia en los males. ¿Por què es- e.
to? Porque à la verdad el alma de ellos por ahora ,
mas se consume en los males, que se deleyta en los ,
bienes; pues al parecer tienen los males en la reali
dad, pero los bienes solo en la esperanza. ¿Quien Math 19
podrd ser salvo? dicen, los Discípulos al Salvador, Y, 25.
el responde: 2 á los bombres esto es imposible, pero, -

Nnn 2 no
468 SERMoN. V. DE S. BERNARDo A B AD.
no es d Dios. Esta es toda nuestra confianza, ésta es
nuestra üaica consolacion,, esta es, la razon toda de
nuestra, esperanza.
7 ¿Pero estando, ya ciertos de la posibilidad , que
Rom. 1 1.
decimos de la voluntad? ¿Quièn sabe, si es digno de
34.
amor, o de odio ¿Quien conocio los designios del
Señor, ó quièn hà sido su consejero? Aqui ya cier
tamente es necesario que la fe nos subvenga, aqui es
preciso que la verdad nos socorra : para que lo que
Dos con .
acerca de nosotros se oculta en el corazon del Padre,
sideracio se nos revele por su Espiritu, y testificandolo per
nes del suada al nuestro que somos hijos de Dios. Mas lo
hombre. persuada llamando, y justificando gratuitamente por
m. De la la fè, en las quales dos cosas sin duda se halla co
verdad, mo un transito medio desde la predestinacion eterna
á la glorificacion futura. Por eso, à la verdad juzga
mos que de aquellas dos consideraciones, se puede lla
mar la una de juicio y de verdad; y la otra, no sin
Que dife congruencia, de fe y de piedad. Ni te admiraràs de
rencia de
naturale
que en las qualidades humanas se hallen cosas tan de
zas , de semejantes, si adviertes con cuidado, quanta diversi
costübres dad de naturalezas se hà juntado en su misma subs
y de afec tancia. Porque, ¿què cosa mas sublime que el Espi
ros se ha ritu de vida? ¿Què cosa mas humilde que el barro
lla en el
de la tierra? La qual coherencia en el hombre de
hondre, cosas tan incoherentes verdaderamente, juzgo que no
se ocultó á los mismos Säbios del mundo, quando
definian al hombre , animal racional mortal. Admi
rable union sin duda de la razon y de la muerte, pas
mosa sociedad del discernimiento y de la corrupcion.
Así sin disputa, asl en las costumbres, asi en las obras,
así en las aficiones de los hombres se halla no menor,
sino acaso mayor contrariedad: de modo que si mi
rares aparte toda la malícia como en si es; y reci
procamente consideràres por menor todo lo bueno
que parece haber alli, juzgaràs que enteramente es
un milagro el haberse unido cosas tan opuestas. De
- aquí
EN LA DE DrcAcioN DE LA IGL EsrA. 469
aqui es, que el hombre ahora merece ser llamado
Bar-yôna , º ahora Satanas. No os admirèis de èsto. * Hijo de
Acordaos por el Evangelio, á quien se dijo (y lo, uno la palo
ITl 3.
y lo otro con verdad, porque lo uno y lo otro fuè di
cho por la Verdad) primeramente sin duda: Bien Math. 16.
aventurado, eres Simon Barryôna; y no, mucho des 17.
pues: retirate de mi Satanas. Uno pues era lo uno Math, 16.
23, s

y lo otro, aunque no de uno lo uno y lo otro. Porque


aquello era del Padre, esto del hombre, pero el mis.
mo era lo uno y lo otro. ¿De dónde Bar-yôna? De
que no la carne y la sangre, sino el Padre fuè quien La con
sideració
le habia revelado lo que èl dijo. ¿De què Satanas? De es de la
que tuvo gusto de las cosas que son de los hombres, piedad y
y no de las que son de Dios. Ya, si nosotros en una glorifica--
y otra consideracion miràremos, cuidadosamente lo, cion.
que somos, mas bien, en la una quan, nada somos,
y en la otra quan engrandecidos: como por quienes
tiene solicitud tan grande Magestad, y hà aplicado
su corazon, para con nosotros; juzgo que está tem
plada ya nuestra gloria: acaso està mas aumentada,
pero consolidada, para que nos gloriemos en el Se .
ñor, no en nosotros; quienes solamente podemos res
pirar, para poder decir: si determinare salvarnos, al
punto serèmos librados..
8. Despues de esto ya , deteniendonos un poco en
aquella superior atalaya, busquemos la casa de Dios,
busquemos el templo, busquemos la ciudad, busque
mos tambien la Esposa. No estoy olvidado , pero no,
puedo decirlo sin miedo y reverencia: nosotros so El hom
mos todo èsto. Nosotros , vuelvo à decir, lo somos, , bre q. no
reCOn OCe.
pero en el corazon de Dios; nosotros lo somos, pero sumiseria
R¿ la dignacion suya, no por la dignidad nuestra. no parti
o usurpe lo que es de Dios para que no llegue el cipa dela
hombre a magnificarse à si mismo; de otra suerte, misericor
haciendo Dios lo que á èl le corresponde hacer, hu dia divir.
I18,
millarà al que se ensalza. Mas si nosotros con una
pueril animosidad queremos salvarnos sin que nada
IlOS,
4-o SERMon V. DE S. B = RN AR Do ABAD.
nos Cueste, justamente no nos salvaremos. Excluye la
con miseracio o el disimulo de la miseria , ni tiene lu
gar la dignacion en donde hubiere la presuncion de
la dignidad; pero la humilde confesion de las mise
rias excita la compasion. A la verdad, esta sola ha
ce, que el mismo como un rico Padre de familias nos
alitnente en la hambre, y bajo de su ampàro nos ha
Math. a 1. llemos abundantes de panes. Y, por tanto seámos su
I 3.
Como
casa, a la qual nunca falta el alimento de vida. Y
se a mos
acuerdate que él mismo declara, que su casa es casa
templo de de oracion: porque esto tambien parece quadrar bien.
IDios. con el testimonio del Propheta , que afirma , que he
Psal.79 6 mos de ser sustentados por Dios, sin duda en las ora
ciones, con el pan de las lägrimas, y que en las lā
grimas hemos de recibir la bebida. Pero segun el
Propheta mismo, como hicimos tambien mas arriba
Psal. 9 1.5 mencion, a esta casa la es decente la santidad: á fin,
conviene à saber, de que à las lágrimas de la pe
nitencia acompañe la pureza de conciencia, y que la
misma que es casa ya , se haga luego templo de Dios
Levit, r I. tambien. Sed Santos, dice, porque soy Santo yo el
44. Señor Dios vuestro. Y el Apòstol : ¿No sabeis que
1. Cor.6. vuestros cuerpos son templo del Espiritu Santo, y
19. que el Espiritu Santo habita en vosotros? Si alguno
violare el templo de Dios , Dios le perderd.
9 3M as acaso es suficiente aun la santidad mis
maº Tambien la paz es necesaria, testigo el Após
Hebr. 12.
tol , que dice: Seguid la paz con todos, y la san
14.
tidad, sin la qual ninguno verd d Dios. Esta es la
que hace habitar a los hermanos en compañia con
- º -
unas mismas costumbres edificando sin duda para
- 1 ,
nuestro Rey verdadero Pacifico una nueva ciudad,
que se llame Jerusalen, que significa vision de la
Como paz. Porque donde sin el concierto de la paz, sin la
se a m o 3 .
tambié la
observancia de la ley , sin disciplina, y règimen se
C u dad hallāre congredada sin cabeza una multitud, no se
del Rey la mara pueblo, sino turba: no es ciudad, sino con
CV 3 l. O , - . fu
EN r. A DE DICAcroN DE LA IGI. Esta. 47 r
fusion; retrata en si á Babilonia, nada tiene de fe
rusalen. ¿Pero como parecerá que se pueda hacer que
un Rey tan grande pase a Esposo, y que la ciudad
sea promovida à- Esposa? Sola puede hacer èsto la
que nada hay que no pueda; esta es, la caridad fuer
te como la muerte. ¿Cómo no elevará facilmente à Como
Seanos é
èsta, la que ya inclinó à aquel? Sin embargo, en es fin la Es.
ta parte no ha de ser consultada por ti aquella pri posa del
mera consideracion de ti mismo, de que ya habla Es p o s o
mos : aqui principalisimamente se exercita la mag celestial.
nanimidad de la fè. Finalmente èl mismo tambien di
ce: To te he desposado conmigo en la fe, te he des. Ose z. 19.
posado en el juicio, y en la justicia : (has de enten
der la justicia suya, no la tuya) te he desposado en
misericordias, y en piedades. Si èl no ha hecho lo
que un Esposo, sino há amado como Esposo, si co
mo Esposo no hà zelado, no quieras determinarte a
juzgarte Esposa.
1 o Así, Harmanos mios, si por la abundante re
feccion se prueba que somos la casa del gran Padre
de famílias, si por la santificacion se prueba que so
mos templo de Dios, ciudad del Rey Sumo por la
comunion de la vida sociable, esposa del Esposo in
mortal por la caridad : pienso que ya no tengo que
recelar en decir, que es nuestra la solemnidad. Ni
os admirèis que se haga esta celebridad en la tierra, ,
quando se hace tambien en los Cielos. Sin duda, que Levit. 15.
I O,
si (como dice la Verdad misma, y no puede menos,
de ser verdadero) sobre un pecador que hace peni
tencia hay gozo en los Cielos, para los Angeles de
Dios tambien: no se puede dudar que tengan hoy
ellos un gôzo multiplicado sobre tantos pecadores que
hacen penitencia. ¿Queréis oir mas todavia?. Tambien ,.F.dr s.
es gozo del Señor nuestra fortaleza. Regocijemonos Q,

pues con los Angeles de Dios, alegrémonos con Dios,


y hágase en accion de grácias la presente solemni
dad; porque que nto nos es mas domèstica, tanto nºs
debe ser para nosotros devota. EN
472
º «» «e»e» «» e» º «»se, «è e» º «» «e-->e-->).
EN LA DEDICACION DE LA IGLESIA.

SERMION SEXTO.
De la reverencia que se debe d los lugares sa
grados.
Elebridad domèstica es para nosotros la
dedicacion de nuestra casa, pero mucho
mas domèstica es la dedicacion de nosotros mismos.
Puesto que, nuestra fuè aquella aspersion , nuestra
La dedi
cacion de
aquella bendicion, nuestra la consagracion , que ce
la Iglesia lebrada por las manos de los Santos Pontifices, tam
es por las bien hoy por su annual alternativa se trae à la memò
almas. ria con votivas alabanzas. ¿Por ventura tiene Dios
cuidado de las piedras? No son las paredes, sino los
hombres los que dicen: El mismo tiene cuidado de
Petr. 5» nosotros. Un hombre era Jacob , y dormiendo vió
7 -
los Angeles que descendian y ascendian. Esto es po
co; tambien testificó que estaba alli el Señor de los
Angeles, diciendo: Verdaderamente el Señor está en
Gen. 28.
16. este lugar, y yo no lo sabia. Admira pues la grácia,
y se asombra de la magnitud de la dignacion. ¿Quän
to mas terrible es éste lugar? ¿Quanto mas evidente,
y ciertamente esta el Señor en èste lugar. En donde
ciertamente no ya dos ó tres, sino tantos perseveran
congregados en su nombre. Ninguno dèje de saberlo,
ninguno de vosotros lo ignóre ya ; puesto que no he
s.Cor. a. mos recibido el Espiritu de este mundo, sino el Es
l2 º píritu que es de Dios, para que sepamos las cosas que
Dios nos ha dado. Terrible lugar sin duda y digno
de toda reverencia el que habitan varones fieles: el
que freqüentan los Santos Angeles: el que tambien
el Señor mismo se digna ennoblecer con su presencia.
Por
EN LA DE DrcAeroN DE LA IGLEsrA. 473
2. Porque ¿cómo tan grande Patriarca podia ig
nora r , que no habia lugar, en que no estuviese Dios?
Pero a caso admiró que hubiese otra cosa, quando
dice: l7 erdaderamente esta el Señor en este lugar.
Alli verdaderamente está, y verdaderamente està co En que
modo se
mo Señor, en donde en nombre suyo se congregan dice que
los Angeles y los hombres juntamente. Porque, aun el Señor
que estè en todo lugar, pues no se ciñe por lugar nin està espe
guno, con todo eso expresamente decimos: Padre ci al méte
nuestro que estaiis en los Cielos; porque diversamen en algun
te, y con un cierto modo particular se muestra pre lugar.
sente alli, no siendo el à la verdad diverso, sino dis
tinguiendo las cosas diversas. Está pues en todo lu
gar, conteniendo todas las cosas universalmente, y dis
poniendo todas las cosas, pero con todo eso de muy —
diferente modo. En los hombres malos està hacien
do beneficios, y disimulando: en los escogidos obran
do, y guardando: en los Cielos apacentando, y re
posando: en los infiernos arguyendo, y condenando.
Hace que su sol nazca tambien sobre los malos: pe
ro donde por ahora está la disimulacion de los ma
los, en algun modo no està la verdad. Asi, si es li
cito decirlo, en los impíos está en disimulacion, en
los justos en verdad, en los Angeles en felicidad; en
los del infierno en su fiereza. ¿Os suena cosa dura el
haber dicho yo su fiereza? Mas yo su ira temo y su
furor. Señor, no me arguydis en vuestro furor , &c. Psal.6.2.
Verdaderamente, dice, el Señor está en este lugar.
En donde llueve pues sobre los justos, y los injustos,
es Padre, y Padre de misericordias, que aguarda
los hombres á penitencia. En donde condena à los
obstinados , es Juez: y es cosa horrenda caer en las Hebr. 2.
manos de Dios vivo. En donde reposa, es Esposo, y 3 .
dichosa el alma que introdujere en su retrete.
3 Pero en éste lugar verdaderamente es Señor; si
es que nosotros le servimos en espíritu, y en verdad.
Porque no era verdaderamente Señor en aquellos, a
- Ooo quie
474 SERMoN VI. De S. BERNARDo AB Ap.
Lue846 quienes decia: ¿Qué me llamdis, Señor, Señor; y no
Gen, s. 15 haceis lo que digo? Testifican las sagradas letras que
fuè puesto otro tiempo el primer Adan en el parayso,
para que trabajàse, y le guardàse. Asi el segundo
Adan en la lglesia de los Santos, en la congregacion.
de los suyos, en el huerto de delicias (puesto que sus
delicias son estàr con los hijos de los hombres) así,
vuelvo á decir, tambien el mismo Señor està en èste
lugar, para obrar, y para guardarle. De otra suerte,
Ps, 1 a 6, r asl como, sino edificare el Señor la casa, en vano
trabajan los que la edifican; asi no menos, si el Se
ñor no guarddre la Ciudad, en vano vela el que la
guarda. Por cierto, que estèn en èste lugar los An
geles ascendiendo y descendiendo, lo manifiesta la
Gen. 28. vision misma del Patriarca: estàn ascendiendo para
2.
ver el rostro del Padre, y descendiendo para cuidar.
Quan
gráde re de nuestro bien. ¿Què pues? ¿Cómo debemos noso
ve rencia tros estàr aqui ; con quânta reverencia debemos asis
se debe à tir en èste lugar, en el qual esta Dios obrando y guar
los sagradando, y los Angeles ascendiendo y descendiendo? Sin
dos luga duda nos conviene estàr en la penitència, y en la
IeSe
expectacion. Esto es pues olvidar las cosas que estàn
detras, ignorar, reprobar, repasar aquellos años en
la amargura de nuestra alma, y en lo demàs con el
pensamiento, y con el ânsia juntamente extendernos
à las cosas de adelante. A Esto vENIMos, PARA Es
To Nos han puesto aqui. Esto es lo que se exige de
nosotros; la penitencia de los pecados pasados, y la
expectacion de los prèmios futuros.
475

ke, e» e «pe é»e se é, e» «» e»«» º «» º «» º «» e» e») #

IND ICE
DE LAS COSAS MAS NOTABLES
contenidas en este segundo Tomo.
A de los Judios, 157.
Ambiciosos. Siguen al diablo,
JAdopcion. Divina de los Chris 66. Son reprendidos, 68.
tianos, 34. Amor. De Christo por nosotros,
Aguas. Tres del Salvador, y 57. -

tres tambíen del hombre, aira, Caida de los Angeles


4 II . soberbios, 42. Su singulari
Alma. Del hombre tiene cierto dad, id. Testimonio del Cie
parentesco con el Angel, lo para discernir los Angeles
317. Toda ella no es mas que buenos de los malos, 4 I.
entendimiento, memoria , y Anunciacion. En la del Señor
voluntad, 93. La union del se consideran tres circunstan
alma y del cuerpo es simbo cias , 22o.
lo de la paz y concordia, Apariciones. De Christo, 33.
319. Como se llenaràn de En ellas se designan los siete
Dios las tres potencias del dones del Espiritu Santo, id.
alma, 361. Como ella se por Apostoles. De ellos nos vienen
täre en obsequio de Dios, ex. quatro bienes, 254. Fueron
perimentará igualmente res purificados por Christo sus
pecto de si misma a su cuer afectos por grados, 58. ¿Por
po, 332. La bienaventuran que no pudieron recibir el
za del alma consiste en tres Espiritu Sto. estando Chris
cosas, 359. Las almas san to presente? 59. ¿Por qué sen
tas oran por la consumacion tian la ausencia de Christo?
de su gloria, 354. Impedir 58. ¿Por què se llaman hom
la salud de las almas es ma bres misericordiosos ? 253.
yor pecado que el sacrilegio Nos enseñaron à vivir, 24r.
Ooo 2 So
476 -

Somos prosapia de los Apos. Bienaventuranza. En que con


toles, 255. sista, 359. Sus bienes por lo
Arbol. chisto es ärbol miste que toca al alma, 349. Por lo
rioso, 192. Arboles fructife que toca al cuerpo, id. Toda
ros, è infructíferos, 189. Di nuestra bienaventuranza en
ferencia entre los ärboles es— esta vida es temer à Dios,
pírituales , 183. 366. Gozo triplicado de los
Arder. Es mejor que lucir, 227. Bienaventurados en el Cielo,
Lucir solamente es vano, ar 353. Elogios del alma bien
der solamente es poco; arder aventurada , 18 I. Estado fe
y lucír es lo perfecto, 226. liz de los Bienaventurados en
Armas. Espirituales con que se el Cielo, id.
combate contra el enemigo, Bien. Conocerlo y quererlo es
IIO. . . . -

la perfecta religion, y la re
Aromas. Del corazon la com ligiosa perfeccion, 59.
pasion fraternal, el zelo de la Bon dad. De Dios en la repa
justícia, y la discrecion de racion del hombre, 98.
espíritus, 2 I. De quien las he
- mos de comprar, 22. Tres
aromas de la mano, 25. Se
deben comprar con la mone Carga. De los beneficios de
da de la sugecion, 26. Tres Dios , I I8.
aromas de la lengua, 23. Se Caridad. Es vida de la fè, 18.
han de comprar con la mo Castillo. El espiritual necesita
neda de la confesion, 24. de tres municiones, 45 r.
Arrogantes. La magnanimidad Christo. Es muro y baluarte,
no hace arrogantes, ni la hu. 45 I. Vino como Dios , como
- midad pusilanimes, 295. esposo, y como cordero, 234.
Ascension. La de Christo es la Claraval. Es un castillo de
consumacion de las demàs Christo, 454.
festividades, 5o. Sus elogios, Comunion. De la Pascua , 16.
id. Compasion. Fraternal se encar
ga, 2o. -

Compuncion. Del corazon es


«S. Benito. Estuvo oculto tres obra de la fè que obra por la
años, 19o. Se compara á un caridad, 49.
arbol fructifero que dà tres Conciencia. Càrcel è infierno es
frutos, id. la.
477
la conciencia rèa, 262. ce por las almas, 442. Los
Concordia. Y union son muy cinco ritos de la Dedicacion
agradables à los Angeles, aplicados à las costumbres,
319. Excelencias de la con 444.
cordia, y vida comun, 86. Deleytacion. Santa se aparta del
Confesion. En ella se lava todo, corazon que ocupan
renos consuelos, 6 I. los ter e
14. Quan acepta es à Dios,
263. Delicado. Son reprendidos los
Congregacion. Dichosa en la Religiosos delicados , 231.
que Marta se queja de Ma Debe avergonzarse el hom
ria , 268. -
bre de hacerse miembro de
Consejo. Es lepra el consejo licado bajo de una Cabeza
propio, 3o. - coronada de espinas, 372.
Contemplacion. De la gloria se Discordia. Quanto desagrada á
recomienda mucho, 7 1. Util los Angeles, 31 9.
aviso à los contemplativos, Discrecion. Se recomienda mu
273. cho, 2 I.
Contumacer. Los que lo son des
pues de la caida, son abomi
nables, 253. Egipto. Se significa por la hija
Conversion. Del hombre, 44. Es de Pharaon, 37. -

un milagro grande, 442. Los Exemplo. Es la palabra mas vi.


recien convertidos padecen va y eficaz, 25. - -

fuertes tentaciones, 276. Esterior. No deben apetecer


Corazon. Su paz completa se re los Monges los oficios este
serva para el Cielo, 79. riores, 27 r. a
Cuerpo. Dotes del cuerpo glo
rioso, 362. -
- y .
Cruz. En la de Christo resplan. Fervor. Triplicado en San Juan
decen quatro virtudes, 3. Sus Bautista, 229.
quatro extremos hemos de Fiestas. Las de los Santos exci
oponer a quatro tentaciones, tan en nosotros tres gèneros
418. Tres grados de los que de deseos, 363. Tres cosas
llevan la cruz, 42o. debemos considerar en ellas,
236. Tres frutos de su cele
bracion , 341. Cono se han
Dedicacion. De la Iglesia se ha de celebrar sus vigilias, 235.
San
478
Inconstancia. Se debe huir de
G. ella, 1 17.
S. Geronino. Es nuestro inter Ingratitud. Grave pecado, 118.
prete . 1 42. Intercesion. De los Santos, 184.
Gozo. En la tribulacion nos li Ira. Como usaba de ella S. Ma
bra de los lazos del diablo, lachias, 386.
" 418. Israel. Significa el que vé à
Gracia. Su necesidad , 393. Dios, 374.
Gratitud. A ella están obliga
dos todos, pero en especial
los Religiosos, 1 19. 3fačtancia. Es lepra, 28.
Gusto. El de la sabiduria exci
tativo del desèo , y el incen
tivo de amor, 334. -
L
Läzaro. Cotejado con un peca
H dor penitente, 276.
Aecho. Del alma, 347.
Habitacion. Digna de Dios es
aquel de quien ni la razon es M
tà engañada, ni la voluntad
pervertida, ni la memoria Magestad. Se llenarà toda la
manchada, 45o. tierra de la magestad de
Herodes. Se compàra con Pha Dios, 131.
raon, 37. S. Malachias. Su elogio, 389.
Honor. Los que anhelan al ho Es lo mismo que Angel, 376,
nor, y huyen del trabajo, son y 387. Su dominio sobre la
semejantes al diablo, 195. pasion de la ira, 385.
fHumberto. Abad Igniacense, Mansedumbre. Es combatida
su elogio, 433 y sig. de tres modos, 164. Su co
Humildad. Designada por el nexion con la humildad, 294.
nardo, 28o. -
Maria. Virgen es el tesoro de
Hys opo. Yerba humilde, 444. Dios, 22 I. Estrella de la mar,
287. Varias figuras de la Vir.
gen en el testamento viejo,
289. Se compàra al sol, 287.
folitacion. De los Santos en las La luna està debajo de sus
virtudes, no en los milagros, pies, 286. Es la obra grande
179. de
479
de los siglos, 97. Dignidad Monges. Dios los tomò por pro
de Maria, su gracia, y exce pios, 443. Felicidad de los
lencia, 308. Exhortacion à su perfectos, y miseria de los reº
culto, 3o3. y 284. Maria her misos y tibios, 6o. -

mana de Lâzaro, tiene por Muerte. En ella misma triunfan


Abogado a Christo, 269. Ofi. los Santos del diablo, 407.
cios de Maria, de Marta, y Moyses. Figura de Christo, 37.
de Làzaro, 269. -

sº,
S. Martin. Sus virtudes, 398. y
sig. Obediencia. Su merito,395. y
Martires. Y pobres tienen una 425.
misma promesa, 34o. Oficio. Los Monges no deben
Martirio. Espiritual, 38. Mar apetecer oficios exteriores,
tirio del corazon de Maria, 263. Que deben hacer los
296. Religiosos esentos de oficios,
Meditacion. Del Evangelio se 265. -

encarga a todos, 1 14. De la Ojos. Los del corazon se lim


pasion de Christo, 3o7. Con pian con la oracion, y confe-.
la meditacion. y oracion su sion, 337.
bimos, 424. Oracion. Su necesidad, id.
Memoria. Es nuestra vista, 368.
Mendigos. Somos mendigos que P
estamos à la puerta de la mi
a 226. Pan. Del alma, 452. Tres panes,
facia de merecer del amigo, 46.
Consiste en tres cosas: en Pascua. Significa transito, 14.
aborrecer los pecados pasa Paz. Representa en la tierra al
dos, en despreciar los bienes Cielo, 321. Quanto agrada à
presentes , y en desear los fulos Angeles , 32o.
turos, 126. Pecador. Su cárcel y verdugos,
S. Miguel. Sus elogios, 314. 262. Estado del pecador con
Milagro. Es grande la conver vertido, 26. Quatro dias del
sion de un pecador, 442. pecador que se arrepiente,
Miserias. Del mundo, y sus pe 276.
ligros, 79. Pentecostes. Comercio del Cie
Moderación. En corregir, 23. lo y la tierra en este dia, 89.
Modestia. Que propia de los Perseverancia. En la cruz, y
Monges, 294. penitencia, 8. Pe
48o.
Pezes misticos. Tres generos de Resurreccion. Indicios de la es
ellos, 419. piritual, 17. -

Predestinacion.Sus indicios, 44. Risa. Como era en San Mala


Prelados. Deben juntar la vida chias, 386.
activa à la contemplativa,
265.
S
Q Sagrados lugares. Quanto res
uietud. No la hay en esta vi peto se les debe, 472.
da llena y perfecta, 343. Salomon. Se interpreta pacífi
co, 372.
R. Santos. Su intercesion, 373.
Signos. Y portentos, que en el
Religien. Los que introducen en Evangelio se apropian à los
ella la relajacion, son como creyentes, 49.
traidores, 453. Su gloria es Silencio. Tres bienes suyos,
la union, y unanimidad, 32 1. 31o.
Palabras de consuelo á los
Religiosos , 253. Diferencia
V
de los fervorosos, y de los ti Virtud. Contencion de las vir
bios, 86. De donde viene su tudes despues del pecado,
tibieza, id. 205. 4.

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