:,

The "time" by the clock is .

ahkying
(El reloj marca las ... )

1
t)
A long "time"
(Un largo período )
A short "time"
na

tawng
(Un rato)
The present "time " . ten
CAPÍTULO VI (La época actual)
Spring "time" . ta
DOS ENSAYOS SOBRE LA REPRESENTACIÓN (Estación de primavera)
SIMBÓLICA DEL TIEMPO The "time" has come . hkra
(Ha llegado el momento)
NOTA I NTRODUCTORIA In the "time" of Queen Victoria . lakhtak, aprat
Estos dos cortos ensayos aparecieron por primera vez en Ex- (En tiempos de la Reina Victoria)
plorations, publicación de la Universidad de Toronto . Las mo- \ At any "time" of life asak
dificaciones que ha sufrido el primero de ellos, "Cronus y Cro- (En cualquier momento de la vida)
nos" , se deben , en buena parte, a las sugerencias de M . I. Finley
i
! '
i
del Jesu s College (Cambridge) .

I. CRONUS y CRONOS
1 y la lista no es , por supuesto , exhaustiva. No creo que en nin-
El punto de partida de este ensayo es la palabra time, tal y
como existe en la lengua inglesa. Time es una palabra que se
utiliza en contextos muy diversos y que tiene un gran número
de sinónimos ; sin embargo, es de difícil traducción. En un dic-
cionario inglés-español la entrada time es tiempo, vez, hora,
edad, siglo, estación y muchos otros términos, sin que ninguno
de ellos sea un simple equivalente; tiempo quizá sea la palabra
más próxima al inglés time, pero "buen tiempo" no equivale
a lovely time.
Fuera de Europa, esta especie de ambigüedad se acentúa aún
más. Por ejemplo, la lengua de los kachin del norte de Birmania
no posee una palabra única que corresponda aproximadamente
al inglés time; en su lugar, existen numerosos equivalentes par-
ciales. Por ejemplo, en las expresiones siguientes el equivalente
gún caso un kachin considerara estas palabras como sinónimos .
Esto sugiere un problema interesante que nada tiene que
ver con la cuestión puramente filosófica de la naturaleza del
r tiempo . ¿Cómo es que disponemos de la categoría verbal" tiem-
po"? ¿ Cómo se articula con nuestras experiencias cotidianas?
1
1 Cierto que, en nuestro caso, equipados como estamos con
relojes , radios y observatorios astronómicos, ~ QO_ es un
factor dado en nuestra situación social; es un aspecto esen5ial
~e=n~e;tra~ ,~1dai__g_ue --;darr:?-;-j ~!- ~UP;1.:~~º :_ rero im~ginemos
que no tuv1eramos relo1es m astronomia c1ent1fica; ¿como pen-
saríamos entonces el tiempo? ¿Qué atributos evidentes pensa-
ríamos que posee? .
Quizá sea imposible contestar a una cuestión tan hipot~~-
ca; no obstante, y relojes aparte, me parece que ~uestr~ noc1on
1 moderna del tiempo recubre, por lo menos, dos tipos diferent_es
¡"
de experiencias que son lógicamente distintas Y aun contradic-
r \
1

kachin de la palabra time sería distinto en cada caso:

1
torias. . . , s·
1 ¡ E!! _.2_r_i~_<;r lugar tene~-9~ la noción de repet1c_1on: 1_emp~:
l j que pensamos en medir el tiempo evocamos un cierto upo
192 1~ 193
lJ R . A,

h li
metrónomo ; puede trat_arse del tictac de un reloj, del batir del
p_u lso o de la recurrenc1a de los días , de las lunas O de las esta-
ciones ; en cualquier caso , siempre hay algo que se repite .
En segundo lugar , tenemos la noción de no-repetición. Sabe-
mos que ~odos los seres vivient~s nacen, envejecen y ~ueren ;
e n cualqmer caso, el proceso es irreversible.
Cre~ _que todos los otros aspectos del tiempo , por ejemplo
la durac1on o la secuencia histórica , son derivados bastante sim-
ples de estas dos experiencias básicas :
a) Ciertos ~enómenos de la naturaleza se repiten .
b) El cambio de la vida es irreversible.
En la actualidad, nuestra perspectiva refinada tiende a acen-
tuar_el segundo de estos aspectos del tiempo . "El tiempo_ dice
W~itehe~d - no es otra cosa que la pura sucesión de épocas sin
fin (Whitehead, 1927 , p . 158). Todo lo que precisamos recono-
cer es que esta irreversibilidad del tiempo es psicológicamente
1:1-uy penosa. En efecto , en todo el mundo , los dogmas religiosos
tienden en gran parte a negar la "verdad" final de esta experien-
cia del sentido común.
Cierto que las religiones tienen maneras diversas de negar
la "realidad" de la muerte ; uno de los expedientes más utiliza-
dos es afumar simplemente que muerte y nacimiento son la mis-
ma cosa , que el nacimiento sigue a la muerte , de la misma forma
que la muerte sigue al nacimiento . Con esto parece negarse el
segundo aspecto del tiempo , al identificarlo con el primero.
Iré todavía más lejos . Me parece que , de no existir la reli-
gión, no tendríamos que intentar abarcar los dos aspectos d~l
tiempo en una sola categoría._ ~espués de t?d.o , los ac~n~ec~-
mientos repetitivos y no-repetitivos no son log1camente 1dent1-
cos . Si los tratamos a unos y a otros como aspectos de una
"cosa", el tiempo, no es porque ello sea racional, sino ~ causa
de los prejuicios religiosos. La idea del tiempo , como la idea_de
Dios es una de estas categorías que encontramos necesarias,
más ~or el hecho de ser animales sociales que en razó? 1e alg~
empírico que pueda surgir de nuestra experiencia obJetiva de
9 Parece que e n cierta::- SL--ciedades primitivas d pr'--'l:eso tem-
mundo (Année Sociologique, 5:248 ; Hubert Y Mauss , 19 o ).
194
' Podemos expresarlo de otra mane ra . En nuestra forma con-
1 vencional de pensar , la repet ición marca cada intervalo del tiem-
l po ; cada intervalo tiene u n principi o y un fin que son "la mi s-
ma cosa" : el t ictac de un reloj, 1a salida del sol , la luna nueva
~ el día de Año N uevo , etc.; pero cada intervalo de tiempo n~
'
es más que una sección de otro íntervalo de tiempo más am-
plio que, asimismo , empieza y termina en repetición .. . de tal
forma que si pensamos en estos térmi nos, debemos finalmente
1 suponer que el "tiempo mismo " ( cualquier cosa gue sea ) se re-
pite necesariamente . Empíricamente , tal parece ser el caso . Las
gentes tienden a pensar el tiempo como algo que finalmente se
repite : esto se aplica tanto a los aborígenes australianos como
a los antiguos griegos o a la astronomía matemática moderna
(Hoyle, 1950, p . 108). A mi entender, si pensamos de esta for-
ma, no es por la imposibilidad de pensar de otra manera, sino
porque tenemos una aversión psicológica (y, en consecuencia,
religiosa) a considerar la idea de la muerte o la idea del fin del
universo .
Creo que estas consideraciones pueden arrojar cierta luz so-
bre la representación del tiempo en la mitología y el ritual pri-
mitivos . Incluso nosotros mismos , al pensar el tiempo, estamos
excesivamente ligados a las formulaciones de los astrónomos .
Cuando no evocamos el tiempo b ajo la forma de un eje de coor-
denadas que une un pasado infini to con un futuro infinito lo 1
describimos como un círculo o un ciclo. Éstas son metáforas pu-
r~mente geométricas, aunqu e en la experiencia que tenemos del
tiempo
, .
nada haya de estrictamente ooeométrico . Sólo los mate-
maticos se inclinan normalmente a pensar la repe tición como
~ aspecto del movimiento circular. En una comunidad primi-
tiva las metáforas de la repetición son sin duda de un género
más doméstico : el vómito , las oscilaciones de h lanzadera de
una tejedora , el desarrollo de las actividades aorícolas o incluso
los intercambios rituales de una serie de marr~oni0s imerrel.1-
cionados . Cuando calificamos dichas secu encü s de "cíclic::is.,, po-
drían ser totalmente ajenas al pensamiento del pueblo en cues-
tión .
195
'
l
p o rnl n o es p erc ib ' l n 1 rcp--r '!lf"n ' •C" /,n
racion es Je é i.~ o en ubsn lu to con,o un r1 " ., , nn s 1Cle ru tl l h:aJ ' c<1t "' ,in~ ,lo
lante e n l· )')_o cns _i n o e x is te l u idcn c.l c . . "Uccs,o n ele <l 11 ..., m 11m , 1 n d rc.•t , k
. ,1 rrns1nu d1 recc i6 n o el e d . 1 ir siempre hacia ndc t ,crn t" '
e,r \ ,de , \ pir ru de d
;:r~1s1:10 círculo . An tes n\ contra:i~ a ~~: Ita inc.esanlcmentc a
_. enc1a coroo algo discontinuo , e ttempo entra en la ex la <.,rcci 1 cl1'sh:.J
s1ones r e p etidas , como una sec , co'.no una repetición de invcr A prime r , v, u, , m1 ftT'llt
polos opuesto s : el día y ] ~ hue ncta de oscilaciones ent re d . rimc. r lu~ i r he t rul ,do
q , 1 . .a noc e el in . oc; p rc nl <ubv ,ce ' n ,c~trll
u1a y a inundación , lo joven , ] _v~erno y el verano , la se- c.oncrctll Y •
En u?- esquema d e este ti o el y o v1e¡o , la vida y la muerte P orccc que , hn -;1 i e l inom,.nt
, 1 1 • ...,. ~ rr QCtO a
propia, todo pasado es . p '1 pasad o carece de " profundidad ~ Ja c,<ci lac1on ClC u c: mF ~, 1
o 1
pue sto a presente.
igua mente p asad .
o ; es , simplemente, lo más nbs tr ,e ro : el .1lrnn . T· ~ ,r de m.., en
Es la religión y 110 el .d •
punto d e vis ta• , e~ mu y P' ,ca.ble que s -~ r1~
'
h omb res a incluir
. ,
oposicio
sent1 o común la
,
. d
q ue m uce a los " ver ~ el tiem po e n un r ·l"J pero no ,... __,._.~,.
ca de tiempo. Día y noch nes -~n variad as bajo la categoría úni- un individ uo; p.1 r ,1 noc:ntrO'- In nlm:i son
mente similares más que e;nv1 1ª y ~uderte no son pares lógica- el tiempo . P e ro por c1cm¡, ln. p tr a ~ • .
. e senu o en que s d relojes , el t icm pn e ra u11 1 ubt;t r.,<:"CI n
contrarios. La religión los identific on un par e
muerte como en la noche de 1 . da, noshhace pensar en Ja
. . a v1 a, nos ace pensar que los
l. cebfan el alm..1 como una -. ,1hs lnnc1 • rr...llte.
médula de la col u m n..1 vc rtch r 11 Y de b s ~
~o "

acontec1mH~1:tos n~ repetitivos son en realidad repetitivos . una especie de e sc nc1a concentrad,, ele. K ~ - r....x-~nfrr-..o En :
. , La nocion segun la cual el proceso temporal es una oscila- momento d e la muerte , cu .i..n<lo el c:adá·.e e ~~o ~
c~on entre dos opuestos - entre el día y la noche o entre la tum ba , la m édula se coagulaba y s.c con.r~.b ::l .o:;: ~ t e : l t c
vida Y la muerte - implica la existencia de una tercera entidad viva. En el culto griego a los antcpas-ados . b .m:)O:':anc:t.a con-
1a " cosa " que ose il a, e l" yo ,, que en un momento se h alla en' cedida a la adoración de la scrp1 c n te no era 01)2 •¡:.,_~ m ..;ccr . .oa
la luz del día y en el momento siguiente en la oscuridad de la del totemismo : se pensaba , 1mplcmen.c que d nic:oc:-a.n:epnsa-
noche, el "alma" que en un momento dado se halla en, el cuer- do, bajo su forma ctónica , era un:l !-e:-p,e:nte ~,:¿ 311~.c-,11 . .?ar..i
po vivo y en otro momento en la tumba . En esta versión del los griegos , al menos para los del período p r ~ .anco ta ~ -
pensamiento animista , el cuerpo y la tumba son simplemente ladón del alma entr e b vidn y la rnu c-.c c;-.;i cor.:cem.d:1 d e _r....
residencias temporales y alternativas de la esencia vital , del forma totalmente ma terbl el almn e-:A ~a mc... AuLl ~ .l. a?.:?te-
alma. Platón, en el Fedón, utiliza expresamente esta metáfo~a : rial (en el cuerpo v iv o ), ya u na \.Cty tcnn: m:an:n..... en .1 t'~ ~-
se refiere al cuerpo humano como a la tumba del alma ( psykhe),- ba) (Onians, 195 l , Harrison, 19 2 2 .
En la muerte, el alma va desde este m~do al mundo subterra- Si es cierto , como he sugc:ndo . ~--e \o5 ~ne , co.c..:t..~mn :?S
lve del mundo subterraneo a este mundo . oscilaciones del tiempo por a1u ~~ .¿ con b ....d .:!...t:ru, e.nu:m.. ~
neo · al nacer vue d , el
N be . duda de que ésta es una i ea muy comun en
al igual que en otros pensa-
utilizaban una me táfo ra conct t:·a . En ~ -...um.!t..:.l:c-. ..:i_t:~~' t:, !.l.
o ca . . . . . metáfora d el coito !><Cxu ..d . Jcl fü.: ~ v c!c: -~rlu 0 "-"-'-= ..1 -~...: -. - ~
pensamien to religioso pnm~u~o_, Qu1·ero recalcar 1-,.,.i.:iguien-
r .
mientas re 1g1osos ~~n
os primmvos. ,v"f
. ña una concepción partr~ 1\ar de
sexu:il , e ntre d c iclo v b t 1~r, ..1 ..:un .1 • • u'-w ...orno ~ ~ ...:.. ....
tre este m undo y d ~unJo -.. ub· .:r.:,uk-. -'-'º _._¡ _ -: ••, i .3...-: ....! :=e
te: este tipo de amm1smo entra ecuencía de ello , lu mito- d ula y las sem.ill:i.s " "~-ct..i.!'-- . .:.,_, ;:--:i.._-. ...::n--::- • .:~ -:-e ..: . , '~- r :
. mpo v como cons b' ,
la natur aleza d e 1 t ie ' J' • 1 . carnación es tam ten , la mujer En un~i p~..1b r-.1 -:' .1..: 1....' -..:, _.l.!. pe- , ~. ..._•r ...., 0 ,'...t w ;:.-~..:x :--1
logía que justifica la creencia en a reen
1 -
196

i~agen del tiempo . En el acto de la copulación, el varón comu-
mca parte de su alma de vida a la mujer; en el parto la mujer
la .reproduce . Para el varón, el coito es una especie de muerte ,
mientras que par_a la rr.mjer lo es el parto. Por extraño que pue-
da parecer este simbolismo, está completamente de acuerdo con
los resultados de los psicoanalistas que han estudiado la cues-
tión desde un punto de vista totalmente diferente (Roheim
1930, pp . 20-26) . ' vu e (Frazer, 1915; Roscher, 1884; N'l
, ~reo que to~o esto aclara uno de los personajes más enig-
mat1cos de la mitología griega clásica, el de Cronus, padre de
Zeus . En De mundo, capítulo 7, Aristóteles declara que Cronus
( Kronos) es una representación simbólica de Cronos, el Tiempo
E terno ; y no cabe duda de que a esta asociación se debe la gua-
daña de nuestro venerable Padre el Tiempo (cf. Rose, 1928,
página 69, nota 1 ). Sin embargo, etimológicamente no existe
conexión íntima alguna entre krónos y khrónos, y parece impro-
bable que Aristóteles haya convertido un mal juego de palabras
en el fundamento de un gran problema teológico, si bien ésta
es la explicación que generalmente se aduce . Cualquiera que
haya podido ser la historia del culto a Cronus - sobre la que
nada sabemos - el hecho de que en un período dado Cronus
fuera considerad~ como un símbolo del tiempo implica, sin
duda alguna, la existencia de al~n rasgo, en el ~ersonaje _mi-
tológico de Cronus, que era apropiado para personificar al tiem-
po . Sin embargo, no es fácil compr_ender esto. Cronus _se nos
aparece como un personaje despreciable, que carece evidente-
mente de afinidades temporales .
e las narraciones que a él se refieren :
Resumamos b reveme nt ( •1)
de los Titanes, era hijo de Urano e1 c1e o
1 e ronus, rey hl' U l s de
de Gea (la tierra) . Cuando nacieron sus ¡os,b rano o 1 :
Y G p escapar a este em arazo pro on
volvió al vientre de ea. ara d - y éste castró a su
, e us con una gua ana,
gado, Gea armo a robn t, del falo cayó al mar y de la espuma
padre. La sangre que ro O . relaciona con las dos primeras narraciones? Es evidente que el
nació Afrodita (la fecu~didad un1v~rsal~.na Rea; a medida que
2 . Cronus tuvo h110s co_n su erm Cuando nació el más
iban naciendo, Cronus .:: los iba tra~;d¿°'l una piedra (fálica)
joven, Zeus, Rea engano a Cronus an o e
198
envuelta en un paño en lugar del recién nacido . Cronus tragó la
piedra en lugar del recién nacido . Zeus pudo así crecer. Cuando
Zeus llegó a la edad adulta, Cronus vomitó a los hijos que ha-
bía tragado : Hades, Poseidón, Bestia, Hera, Deméter y tam-
bién la piedra fálica, que se convirtió en objeto de culto ~n
Delfos. Zeus se rebeló entonces contra su padre y lo destrono;
según otra versión, lo castró. Una vez retirad~, Cronus se con-
. t''
10 n benefactor de los Campos Elíseos, pa1s de los muertos
benditos 1 sson, 1955 , pagi-
' ·
nas 510-517).
.3. Bajo el reinado de Cronus existían h~mbres, pero no
mujeres. La primera, Pandara, fue creada por ordenes .de Zeus.
La época de Cronus era una edad de oro, en la que rema~an la
felicidad y la abundancia: los campos daban sus cosechas sm ser
cultivados . No había querellas puesto que no había mujeres . La
edad en la que vivimos, la de Zeus, se acabará algún día Y vol-
verá el reino de Cronus. En este momento , los hombres de-
jarán de envejecerse : se rejuvenecerán. El tiempo se repe~á
a la inversa : los hombres nacerán de sus tumbas . Las muie-
res dejarán de ser necesarias y desaparecerán del mundo (Has-
tings, 1908).
4. Sabemos pocas cosas de los rituales que rodeaban a
Cronus . En Atenas, la fiesta más importante se denominaba
Kronia. Tenía lugar en el momento de la cosecha, durante el
primer mes del año, y parece haber sido una especie de Año
Nuevo . Se parecía en algún modo a las Saturnales romanas (el
Cronus griego y el Saturno romano fueron considerados más
tarde idénticos). Su rasgo más característico parece haber sido
una inversión ritual de los papeles : los señores servían a sus
esclavos, etc. (ver, en general, Nilsson, op. cit.).
¿Qué hay en todo esto que convierta a Cronus en un sím-
bolo apropiado del tiempo? La tercera narración contiene indu-
dablemente un terna que se refiere al tiempo; pero ¿cómo se
tiempo aquí implicado nada tiene que ver con el tiempo tal Y
como nosotros lo pensamos : un continuum sin fin entre el pa-
sado y el futuro . El tiempo de Cronus es una oscilación, un
199
r tiempo que transcurre en un sentido_ y -~espués en otro , . que
nace es tragado y vomitado; una oscilacion del padre hacia la
mad;e, de la madre hacia el padre, y así sucesivamente.
Ciertos aspectos de la narración encajan bastante bien con
1,
las ideas de Frazer y Jane Harrison sobre los Espíritus del Tri-
go y los Espíritus del Año ( eniautós daímon) (Frazer, op. cit.;
Harrison, 1912 ). Cronus, como el segador divino, corta el "gra-
no" del "tallo" para que la madre Tierra produzca su cosecha .
Además , al ser lógicamente la cosecha el fin de una secuencia
temporal, se concibe fácilmente, teniendo en cuenta la noción
de tiempo como una oscilación, que el paso del fin de año al
principio de año deba simbolizarse mediante una inversión de
los papeles sociales, ya que en el punto muerto de cada oscila-
ción todo se invierte. Aun así, la interpretación en términos
de magia de la vegetación y de simbolismo de la naturaleza no
nos lleva demasiado lejos . Frazer y Jane Harrison cuentan sus
Espíritus del Trigo y sus Espíritus del Año por docenas; inclu-
so si Cronus pertenece a la familia general, esto no explica por
qué Cronus, en lugar de cualquier otro, habría sido identificado
en particular como símbolo de la personificación del tiempo .
Mi explicación es de tipo más estructural. Frankel (1955)
ha mostrado que las primeras ideas griegas sobre el tiempo su-
frieron cambios considerables . En Homero khrónos designa pe-
ríodos de tiempo vacíos que se distinguen de los períodos de
actividad concebidos como días ( ephémeros) . En la época de
Píndaro, esta distinción verbal había desaparecido, pero la ten-
dencia a pensar el tiempo como "alternancia entre contrarios" ,
activos e inactivos, buenos y malos, persistía. Esta concepción
es evidente en Arquíloco (s . vn a. C.) Durante el período clá-
sico , sufrió nuevas modificaciones : en el lenguaje de la filosofía ,
el tiempo era una oscilación de la vitalidad entre dos polos
opuestos. Esta idea aparece claramente en la argumentación de
:lató? en el Fedón . Así las cosas , se sigue lógicamente que el
comienzo del tiempo" ha tenido lugar en un momento preci-
so en el que, a partir de una unidad inicial se han creado no
sólo los polos opuestos, sino también la vitalidad sexual que
200
l
oscila entre uno y otro polo : no sólo Dios y la Vir
., l E , . S
·
gen, smo
tamb ien e spmtu anto (cf. Cornford, 1926 ).
La mayor parte de los comentarios del mito de Cronus se
han limitado a señalar que Cronus separa el cielo de la tierra .
pero, en la ideología que estoy considerando, la creación dei
tiempo implica algo más . No basta con distinguir el elemento
masculino del elemento femenino; hay que postular la existen-
cia de un tercer elemento, móvil y vital, que oscila entre los dos
primeros . Parece claro que entre los griegos este tercer elemen-
to fue concebido bajo la forma expresa y concreta del semen
masculino. La lluvia es el semen de Zeus; el fuego lo es de
Hefesto ; las ofrendas a los muertos ( panspermía) consistían
en cestas de granos mezclados con emblemas fálicos (Harri-
son, 1912 ; 1922); Hermes, el mensajero de los d ioses, el que
conduce el alma ante Hades y se las vuelve a llevar, no es otra
cosa que un falo y una cabeza.
Este último elemento simbólico aparece en muchos sistemas
~~ológícos . La lógica parece clara. En las representaciones pie-
toncas. burdas, la presencia o ausencia del falo distingue lo
~asculmo de lo femenino; por consiguiente, si se representa el
t~e~po ,,como ~na ~ecuencia de 1?;ersión _de papeles, son "inte-
ligibles las historias de castracion relacionadas con la noción
de un falo embaucador que pasa de un lado a otro de la dico-
tomía. _Si ?e:nos de creer a Kerényi y Jung, existen explicacio-
nes"ps1colog1cas para el hecho de que el "mensajero de los dio-
ses sea en parte un payaso , en parte un impostor y en parte
un falo aislado (ver Radin, 1956, pp. 173-211), pero lo que aquí
~e pr~ocupa no es más que una cuestión de lógica simbólica.
~ -el;1em20 ~ .ncihe~c:omo._.una-alternancia entcmcesJos mi-
t?s sobre las inversion~ os sexos son re;t~S.entaci~es del
tiempo.
--1rct · de Cronus , esta serie de metáforas convierten
a o e1 mito
real":2ente a Cr_onus en el "creador del tiempo" . Cronus separa
e~ cielo de 1~ tierra ; pero , al mismo tiempo , separa el principio
vital ma~cu_hno que cae sobre el mar, se invierte y se convierte
en el_ principio femenino de la fecundidad . Lo sorprendente de
la primera narración, que a primera vista pare<:e una glosa inú-
201
 til contiene, como era de esperar, el tema verdaderamente cru-
ci;l. Lo mismo sucede con la segunda narración, en la que los
actos de Cronus, cuando traga y vomita, sirven para crear tres
categorías separadas : Zeus , el polo de oposición a Zeus y un
falo material. No es casualidad que los cinco hermanos(as) , do-
blemente nacidos, de Zeus sean las cinco deidades nombradas,
ya que cada una de ellas es el "contrario" de Zeus en relación
con uno de sus aspectos principales y reconocidos : las tres mu-
jeres son los tres aspectos de la feminidad, Hestia es la donce-
lla, Hera es la esposa y Deméter es la madre ; las tres se oponen
a Zeus en sus papeles de joven divino ( koúros) , marido divino,
padre divino e hijo divino (Dionisos ). Hades , señor del mundo
subterráneo y de la muerte, es el opuesto de Zeus , señor de la
claridad del día y de la vida ; Poseidón, que hace temblar la tie-
rra, es el dios del mar (agua salada), es el opuesto de Zeus , que
hace temblar el cielo (tonante) y es el dios de la lluvia y del
rocío .
r
El tema del niño tragado ( en todo o en parte) por su pa-
dre y al que se le concede un segundo nacimiento , surge en
otras partes de la mitología griega, por ejemplo en el caso de
Atenea y de Dionisos. Lo característico de la historia de Cronus
es que sirve para construir la imagen mitológica de la interre-
lación de los contrarios, tema que aparece en numerosas instan-
cias de la filosofía griega en su edad de oro . El texto siguiente
pertenece al Fedón :
-No cabe duda - dijo Sócrates - que hemos determinado el
principio siguiente: todas las cosas se producen así, los contrarios de
los contrarios.
-¡Ciertamente!
-¿Qué más puedes c rcirme? ¿No es verdad que en todo este
asunto hay algo todavía qu·:: poner de manifiesto, a saber, que entre
uno y otro de los dos contrarios se dan siempre dos tipos de gene-
ración, una que se origina en uno de los opuestos y que se dirige
hacia el otro, y otra que a su vez va en el sentido inverso, del segun-
do al primero?
Para hombres que pensaban en estos términos, "el comien-
zo" sería la creación de los contrarios, es decir, del var6n y la
202
L
hembra,_no ~orno hermana y hermano , sino como marido y es-
p_osa. M1 tesis es , pues , q_ue la filo sofía del Fedón está ya implí-
cita en los detalles sangrientos del mito de Cronus. El mito e 5
un mito de creación , no una historia de los comienzos del mun-
do, sino una historia de los comienzos del tiempo , de los co-
mienzos del devenir.
Aunque el clima pueda parecer poco familiar , este tema es
de cierto interés para algunos debates antropológicos ; por ejem-
plo, la teoría de Radcliffe-Brown sobre la identificación de las
generaciones alternativas, por la cual existe la tendencia de que
el abuelo y el nieto hagan "frente común" contra el padre inter-
puesto. O también el énfasis que Lévi-Strauss ha puesto en el
matrimonio como símbolo de alianza entre dos grupos opues tos
(Lévi-Strauss , 1945). Reducidas a su forma algebraica más abs-
tracta, estas ideas pueden representarse mediante un diagrama
como éste :
En Radcliffe-Brown, las A y las B opuestas, aunque rela-
cionadas , son las generaciones alternativas del linaje; en Lévi-
Strauss, las A y las B son los hombres de los grupos de paren-
tesco rivales que están aliados por el intercambio de mujeres.
Mi tesis ha sido que los griegos han tendido a conceptuali-
zar el proceso temporal como un zigzag del mismo tipo. Cronus
era asociado con la idea del tiempo porque, en un sentido es-
tructural, su mito representa una separación de A y de B y una
creación de la flecha inicial A ➔ B, comienzo de la vida que es
también comienzo de la muerte . Es curioso hacer notar que He-
ráclito definía "una generación" como un período de treinta
años, calculado "como el intervalo entre la procreación de un
hijo por su padre y la procreación de un hijo del hijo por el
203
lui1..' ~ . .1q111 d tnfcr\·:tlo es ,\ 1 _, U, - ~ 1\J ( l-'riinkcl, l (~55 , p1\g1
n.- , .::<i t-2412 )
N1., l.j\l lCI'\' J ,,r ,1 cnt~lhkr que 11..x los h.1s pueblos pri mitivl,s
p1cn, <-n d ltl'nl p{, ne1.'<' ~ttr1.11nctllc J e C$1:1 f\., rt ll :1: pcrn m, rnbr
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m ,rn1cnl l" . 11t· ncn un!I p.tl.1b r.1 . 1•1.,1,m . que litc r11 lmcntc tcndr!11
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111., h.b t,tn l t' :-M rrc111.kn t t' . pe r1.) r icnso qut: lus griegos lo h11-
lir1,rn c111enJ1d1.1 h1cn Pc.11<.: !1., pc csl.Í st·n t.1J .1 en su tel11r, In lnn-
: .11.-ft· 1,1 v.1 \ ,·1cnt·. h.1<:i,1 ,1Jcl.1ntc y hacin ,llrik tl mor y guerrn ,
~ucrr.1 , <1nH 1 r ,. ¿411c.: 1qe? Se puede: ndivin.1r sin c:onsu ltnr h
( >,!su.; p1.1 1 :-upt11:.::- ro , un rndJrro ; el tiempo de cunlquicr hom-
brt· r-. d aml,r d qu e hcKe mnrchll r el mundo, pero h,s mujeres
~1.m ltt r,, (¡ Je ll"fos los moles (Onians , op. cit ., se refiere a kai-
r ¡1.r FI J 1t1s griego de l., gue rrn, Ares , erJ el nmnnte de Afrodi-
"' · diosa Jd .1mo r)
l [. EL TI EMPO Y LAS NAR ICES POSTIZAS
1le nqu( el problernn , resum ido en pocas palabrns. E n el
mundo entero . los homb res mJrca n sus calendarios por medio
de fiesta~ . En nues tro sociedad aca bamos In se mana en domingo
y el nti c, con un b:u lc J e di sfroces . En otros calendarios , dicho
ripo de divisiones est án marcadas po r comport am ientos co mpn-
rt1bles . Ln vc1 riedod de comportamientos es más bien limitada,
aunque curi oss men te contradicto ria. La gente se vi ste de uni-
for me o con tru jes cómicos; comen aliment os especiales o ayu-
na n; se com portan de form a solemne y rígida o se entregan a
las mt\s desenfrenadas lice ncias .
Los rÍh'S de passage que sancion,rn el desarrollo social del
indi viduo - los ri tuales de nacirrüento, de pubertad, de matri-
mon io y de muerte - son a menudo similares . En es te caso
también nos encontramos con un atue ndo especial ( uniforme
elegn nre o disfr az cómico), una comida especial (Úes ta o ayuno )
Y un comport:1miento especial (sobried ad o licencia) . ¿Cuál es
lo rnzón de rodo ello?
20-!
¿ Po r qué tcndrínmos ([li t: dclim it·1t·
'
tt'etn¡)c ¡
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> LC es ta ·or-
mu? ¿Por qué tcnclrfn que pnrcccr •1r-,ro1)iado lle .
• • • L
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var sorn )reros
ele c?p11 t: n los entierros y fa lsos nnrices en los ani versa rios
révct!lom? 0
F rnzr r cxplicnba dichos comporta mientos co mo superviven-
c!ns de In mngia primi tiva. Qu íz1\ tenga razón, pero su cxplica-
c16n no es ndccu11dn. Pnrn cxplicn r un fe nómeno de orden uni-
vcrsnJ, no bnstn con hacer refe rencia a creenci as particul ares,
locnles y nrc:1icns .
El aspecto mÁs extrnño del tiemp o es, indudablemeote, que
poseamos tnl concepto. ExperirnCJ} tgrnos _!!1 ti emp o, pero no grn-
cins n nuestros sentidos. Ni lo vemos, ni lo tocamos, ni Jo ole-
mos, ni lo gustamos, ni aún menos lo oímos . ¿Cómo, entonces ?
De tres form as :
En primer l~gar, reconocemos la rt.PJ: tiCt9ll, Las gotas de
ngun que cae n del techo, no son todas una misma gota, si no que
son gotas diferentes. Sin embargo , para reconocerlas como di-
fer~ntes te nemos que, ante todo , distinguir y, por consiguiente,
defitúr intervalos de tiempo . Los intervalos de tiempo, las dura-
ciones, siempre empiezan y acaban con la "misma cosa" : un la-
tido del pulso, una campanada del reloj, un día de Año Nuevo.
En segundo lugar, reconocemos el envejecimiento, 1a entro-
pía. Todos los seres vivos nacen , envejecen y mueren . El enve-
jecimiento es el destino irreversible de todos nosotros. Pero
¿_no son el envejecimiento y el intervalo dos tipos de experien-
cias completamente diferentes? En realidad, creo que juntamos
estas dos experienci as y las describimos con una sola palabra :
" tiempo ", porque nos gustaría creer que, de alguna form a mís-
tica , el nacimiento y la muerte son, de hecho , la misma cosa .
Nuestra tercera experiencia del tiempo se refiere al ritmo
con el 9t.::_ transcurre. El ter¡;_eno es peligroso. H ay- buenas ra-
zones para pensar que el individuo biológico envejece a una
cadencia que disminuye continuamente si la comparamos con la
secuencia del tiempo estelar. La mayor parte de nosotros tene-
mos la impresión de que los diez primeros años de vida "dura-
ron mucho más" que la década febril de los cuarenta a los cin-
cue nta ; y esta impresión no es ilusoria. Los procesos biológicos,
205
 tales como .la cica1riz.1ción , se desarrollan de fo rma más rápida
- en términos de tiempo estelar - en la infancia que en la
edad madura . Pero, debido a que nuestras sensaciones están en-
granadas 1rnís C0 n los procesos biológicos que con las estrellas,
nos parece que el carro del tiempo va cada vez más de prisa .
Este curso irregular del tiempo biológico no es sólo un fenó-
meno de intuición personal ; puede observarse en todo el mun-
do orgánico que nos rodea. El crecimiento de las plantas es más
rápido al principio del ciclo vital que al final ; la maduración del
grano y la germinación de la semilla se desarrollan con ritmos
muy diferentes .
Estos hechos muestran que la regularidad del tiempo no es
parte intrínseca de la naturaleza ; es una noción ideada por el
hombre y que hemos proyectado sobre nuestro medio ambiente
con fines particulares. La mayor parte de los pueblos primitivos
no tienen la menor idea de que el curso de las estrellas pueda
proporcionar un cronómetro fijo susceptible de medir todos los
asuntos de la existencia. Por el contrario, es el paso del año, el
encadenamiento anual de las actividades económicas, lo que per-
mite medir el tiempo . En un sistema de este tipo, las estrellas
pueden bien parecer caprichosas, dado que el tiemp? biológico
es irregular. La lógica de la astrología no es un fatalismo extre-
i mo sino más bien la incertidumbre de lo que las estrellas nos
' deparar en el próximo golpe.
pueden
Pero nada existe, en el principio de la cosa o en la natura-
leza de nuestra experiencia, que sugiera que el tiemp~ deba ne-
cesariamente transcurrir a una velocidad constante, m tampoco
tenemos por qué concebir el curso temporal como a;go ~on~ta~-
te . Pero ¿por qué la velocidad del tiempo no podna d1sm1mur
e incluso detenerse o volver atrás?
Cierto que, desde un punto de vis!a ~strictamente científi-
co, sería estúpido pretender que el nac1m1ento Y la muerte son
la misma cosa, y, sin embargo, no cabe duda ~e que n~merosos
dogmas religiosos defienden esta idea. Ademas , la qmmera _de
que el nacimiento sigue a la muerte no se co~na a !as cree~c~as
sobre el más allá, sino que reaparece en el mismo ritual r ligio-
7
'
so. Pero no sólo surge en los rites de passage (donde el simbo-
206
Jismo es, a menudo, patente) síno tambi ,
. d 'fi . , en en gran parte de los
ntos e sac ri 1c10 de carácter <;acramental L
. .
¡· ·
· as genera 1zactones
propuestas orrgma!mente por Hubett y Maus5 Y por ,; G
• l'd an en-
nep tienen gran va I ez; el rito se desglosa en seccir .
. ból . mes. una
muerte
. b s1m
, . tea, un período de re tiro ritual y un renactm1en-
· ·
to SJm O1ico.
. Los riles_de passage, cuya misión es marcar las etapas del
ciclo de la vida humana , deben estar evidentemente relaciona-
dos con ,u~a f?rma de rep:esen tar o conceptualizar el tiempo.
Pero la unica imagen del tiempo que podría hacer lógicamente
plausible esta identificación del naci miento con la muerte, viene
dada por un concepto análogo al del péndulo . Se han ideado
toda suerte de metáforas para representar el tiempo . Van desde
el río de Heráclito hasta las esferas armónicas de Pitágoras . Se
puede pensar el tiempo como algo que siempre va hacia adelan-
te o como algo que va dando vueltas . T odo lo que quiero de-
cir es que, de hecho, mucha gente se imagina el tienmo como un
vaivén . •
Con un punto de vista pendular del tiempo, la secuencia de
los acontecimientos es discontinua; el tiempo es una sucesión
de períodos alternativos y de tiempos muertos. Los intervalos
no se distinguen como marcas sucesivas en una cinra, sino como
opuestos que se repiten, tic-tac, tic-tac. P or supuesto, nuestras
experiencias más elementales del paso del tiempo son precisa-
mente de este tipo : día-noche noche-día ; frío-caliente caliente-
frío ; seco-húmedo húmedo-seco . A pesar de la palabra "péndu -
lo" , esta metáfora no es muy elaborada · la esencia de la cues-
tión no reside en el péndulo, sino en la ' al ternancia. Estoy clis-
~ue~to a sostener que la idea de que el tiempo es una "discon-
trnmdad de contrastes repetidos " es, probablemente, la más ele-
mental y primitiva que pueda existir sobre el tiempo.
Todo esto es sociología durkheimiana ortodoxa. Para la gen-
te que no posee calendarios del tipo "Almanaque Náutico" , el
transcurso del año viene marcado por una sucesión de festivi-
dades. Cada festividad representa. para el auténtico durkheí-
miano, un tránsito temporal del orden normal-profano de la
existencia al orden anormal-sagrado , seguido de una rnelta al
207
primero. El curso general del tiem~o posee, pues, un modelo
que podríamos representar con el diagrama siguiente :
1 Quiero insistir sobre
-B
D - - - - - D----~► I1
1
1--D-..
1
~ Pcrícdo a escala t empo rai s~cular - - :
1
1 De hecho, creamos el tiempo al crear intervalos en la vida so-
Direcci ón -le l curso del t iem po- - - -
· --E n segundo lugar, no conviene olvidar que al igual que los
FIGURA 17
El curso del tiempo es hecho por el hombre . Las sociedades
( las "personas mo rales" en la terminología de Durkheim) que
participan en los ritos de fiestas ordenan el tiempo de esta for-
ma. Los ritos, en particular los ritos de sacrificio, son técnicas
para cambiar el stat us de la persona moral de lo profano a lo
sagrado o de lo sagrado a lo profano . Desde un punto de vista
<l urkheimiano, la secuencia to tal contiene cuatro fases di stintas
o "estados de la personal moral ":
Fase A. - El rito de sacralización o separación . La persona mo-
ral es transferida del mundo secular-profano al mundo sagrado ; la
persona "muere".
Fase B. - El estado marginal. La persona moral está en un a con-
dición sagrada , tiene el espíritu suspendido . El tiempo social ordina-
ri o se ha detenido.
Fase C. - El ri to de desacralízacióo o agregación. La persona
moral vuelve <le! mu ndo sagrado al mundo profano ; la persona "re-
nace" ; el tiempo secu lar reemprende su curso.
Fase D. - Es la fa se de la vida secular normal, el intervalo en-
tre las festividades sucesivas .
H as ta aquí Durkheim . Pero ¿qué hacemos con los sombre-
ros cómicos? Bien ; qu isiera llamar la atención sobre tres rasgos
del argumento teórico precedente .
208
J4
ciones que desernpenan
_
.
el hecho
las fe
. .de que , entre las d.1versas f un-
stividades
. ' una de las m,as impor-
•
tantes es ordenar el tiempo . El Intervalo que existe entre d
fiestas sucesivas del mismo tipo es un "período ", habitualmen~:
un período que tiene nombre, por ejemplo, " semana ", "año" .
Sin las fiestas, estos períodos no existirían y desaparecería el or-
den dentro de la vida social. Hablamos de medir el tiempo como
si el tiempo fuera un objeto concreto gue esperara ser medido .
cial. Ante; de esto no hay tiempo que pueda ser medido .
períodos seculares comienzan y terminan con fiest as, las fiestas
tienen también su principio y su fin. Si queremos apreciar de
forma precisa la función de las festividades para ordenar el tiem-
po, debemos considerar el sistema como un todo, y no cada
fiesta individualmente. Notemos, por ejemplo, cómo los cua-
renta días que separan el Carnaval (Martes Lardero) de Pascua
se encuentran también en los cuarenta días que existen entrt
Pascua y la Ascensión, o cómo el día de Año Nuevo está a mitad
de camino entre el día de Navidad y el día de los Reyes Magos .
Los historiadores nos dirán gue estos intervalos tan regulares
son puramente accidentales, pero ¿es la historia realmente tan
ingeniosa?
En tercer lugar está el asunto de las narices postizas, o, para
s~~ más académicos, la inversión de papeles . Si aceptamos el aná-
lisis durkheimiano de la estructura del ritual esbozado más arri-
ba , se si?ue que los rituales de la fase A y de la fase C deben
ser, en cierta medida, el inverso uno del otro . Además se!lÚn el
mis~o ?i~grama, la fase B debe ser, de alguna form~, el con-
trar10 log1co de la fase D . Pero la fase D no lo olvidemos no
es n:iás qu~ la vi~a. secular ordinaria. En ~ste caso, un com~or-
tarme~to ntual log1camente apropiado, para la fase B, será des-
empe?ar el papel de la vida normal de una forma invertida.
S1 consideramos ahora los tipos generales de comportamien-
t~ ~ue ~aliamos en realidad en las ocasiones rituales, podemos
distrnguir tres especies aparentemente contradictorias. Por un
lado , los comportamientos que sancionan el respeto a las for-
209
P. . A .
mas ; los hombr .
es se visten de nif
ta subray . u orme el at d das conjuntamente, forman un par de oposiciones contrastadas ,
cía 1 anlcon precisión las diferencia , d uen o y la etique-
. a as reg as morales es ri s e status y la obedien que corresponden , en mi diagrama , al contraste e n tre las fa-
t i_po de festividad son un dgur~sa y ?stensiva. Ejemplos de est -
01 1 om1ngo ingl, e
:es A y C . Por otro lado, 1a inversió1: de papeles corresponde a
0:?so , a procesión de la cor ., es , un matrimonio reli- 1a fase B y simboliza una transferencia compl~ta de lo . secular a
sionEde dipl?~s universitari~~~c1on , una ceremonia de canee- lo sagrado, en 1a que el tiempo norm al se ~et1ene, el t1~m?o sa-
n opos1c1on abierta con esto rado está invertido y 1a muerte se convierte en nac1m1ento .
tramos co n los grandes bailes de s_ comportamientos, nos encon- !ste simbolismo de 1a inversión de papeles se encuentra en el
fra nc~chelas. En ellas , el individ disfraces , las mascaradas y otras mundo entero porque tiene sentido lógico, independientemente
sonahdad social y su status ofi . ~o , en lugar de acentuar super- de las tradiciones folklóricas o de las creencias mágicas particu-
do se pone la másca ra y se ol ~~a ' ~rata de encubrirlos . El mun- lares .
ortodoxa . v1 an as reglas formales de la vida
Finalmente, en raras instancia
forma extrema de dive . , 1 s, nos encontramos con una
- rs1on en a que lo . .
nan papeles totalment s participantes desempe-
e opuestos a los q h b " 1m
tum 6 ran a desempeñar · 1 h b ~e a itua ente acos-
. , os om res actuan ·
m u¡e res como ho mbres 1 como mu1eres, 1as
res como señores los
, os reyes como mendig
'li . 1 ·d
os, os serv1 o-
, aco tos como obispo E 1 • .
de verdade ra o rgía 1 'd . l s. n ta es situaciones
te d . , a v1 a socia normal es invertida totalmen-
' con to . o t1 po de transgresiones como el incesto el adulterio
el tr,avdesltd1~mo , e l sacrilegio y la lese-majesté com; el orden na:
tura e ia.
Lla_memos a estos tres tipos de comportamiento ritual : 1 ),
formali?ad; 2 ), ma sca rada , y 3 ), inversión de papeles . Aunque
como tipos de comportamien to son conceptualmente distintos
e~ la prác tica están est rechamente asociados . Un rito que em~
pieza en la forma lid ad (por ejemplo , un matrimonio) acabará
sin duda en mascarada ; un rito que comienza por una masca-
rada (réveillon o carnava l ) finalizará sin duda en la formalidad .
En esta época puritana , la inversión expresa de las funciones
n o es muy común en nuestra sociedad , pero es bastante corrien-
te en la literatura etn ográfica y e n los estudios sobre la Europa
medieval. E s tos comportamientos se hallan asociados con los
fu nera les , con los ril es de passage (fu n erales simbólicos) o con
los fines de año ( po r ejemplo , en Europa , las Saturnales y la
Fiesta de los Locos ) .
.Mi tesis es , pues . que la fo rmalidad y la mascarada, toma-

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