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2000
Anatilde Idoyaga Molina / Liliana Ziaurriz
ELECTRA Y LAS IMPLICANCIAS DE LA VENGANZA.
UNA APROXIMACION CULTURAL Y PSICOLOGICA
A LA SOCIEDAD AQUEA
Mitológicas, Vol. 15
Centro Argentino de Etnología Americana
Buenos Aires, Argentina
pp. 89-109
http://redalyc.uaemex.mx
MITOLOGICAS, Vol. XV, Bs. As., pp. 89-109
Summary: This paper presents an approach of the myth of Electra from anthropological and psycho-
analytic perspectives. The authors point out that the revenge is the main subject of he myth and focus on
its social, legal and emotional sides, and on its mythic-religious background. Regarding the institution
of revenge, they explore the ideas of punishment, blame, responsibility, sacrifice and illness, and the
notions of individual, of person and of sib. They analyze the meanings of the revenge, taking into
account the cultural representations that support its practices and the psychic dimensions that it reveals.
*
Centro Argentino de Etnología Americana - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Argentina).
**
Asociación Psicoanalítica Argentina (Argentina).
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nes y filósofos (Eliade, 1972; Cassirer, 1971; que cae bajo la represión la inferimos a
Gusdorf, 1960). Coincidimos con el enfoque posteriori por la experiencia psicoanalítica.
estructural en cuanto a que el mito apunta a Finalmente, deseamos detenernos breve-
la reproducción social del grupo, a la vez que mente para justificar metodológicamente la
muestra la tensión entre naturaleza y cultu- posibilidad de tratar esta tragedia como mito.
ra. (Lévi Strauss,1964, 66, 68 y 71). Es un hecho conocido, que los mitos
Al preferir las posiciones de referencia no fundantes de los linajes griegos eran conme-
negamos los aportes más recientes tendien- morados periódicamente a través de su re-
tes a revelar la relación entre mito e historia, presentación ritual, ocasiones en que los
más concretamente la mitificación de la his- miembros de las unidades sociales invo-
toria e historificación del mito, comproba- lucradas tenían obligación de asistir y/o par-
ble cuando los relatos incorporan hechos his- ticipar. Con el correr del tiempo la acentua-
tóricos en su trama, tampoco dejamos de te- ción del logos puso en tela de juicio la ver-
ner presente que la situación de contacto con dad del mythos y, por ende, el interés por el
las sociedades occidentales (Turner, 1988) ritual, al que muchos preferían eludir, justi-
ocasiona no pocas veces la emergencia de ficando la ausencia mediante pago de un ca-
mitologías de contacto, que operan como non. Por otra parte, muchos de esos relatos
conciencia histórica y social y, a la vez, como anónimos fueron recogidos y seguramente
guías de acción en la resolución de los con- estereotipados por los literatos que los con-
flictos con los blancos, como lo han notado virtieron en obras de teatro, más especí-
numerosos autores (Bartolomé, 1976; Guss, ficamente en la tragedia. El rito fue convir-
1981; Hill, 1988; Idoyaga Molina, 1996; tiéndose en obra de teatro y simultáneamen-
Sahlins, 1981; Taussig, 1980; Turner, 1988; te fue profanizándose (Bourdin, 1994). Acep-
White, 1978). El problema para concretar tado este hecho, tenemos que la versión que
este tipo de aborde, en este caso particular, nos proponemos analizar no es exactamente
radica en la lejanía temporal del mundo grie- un mito, sino más bien la reelaboración de
go, que hace de dudoso resultado el intento un mito hecha por Sófocles con la finalidad
de verificar la integración de hechos históri- de ponerlo en escena, lo que introduce un
cos en el lenguaje simbólico del mito. sentido estético ausente en el ritual y en el
Desde una perspectiva psicoanalítica, es texto mítico primigenio y, consiguien-
relevante el carácter fundante y estructurante temente, da cabida a cambios de guión que
del mito en el sujeto. La impronta primera es imposible rastrear y conocer. No obstan-
del infans por los padres, le atribuirá todas te, como lo han notado numerosos autores
las maravillas y todos los bienes, será depo- (Bórmida, 1969/70; Eliade, 1972; Jensen,
sitario y ejecutor de sus ilusiones incumpli- 1966) cuando el mito deja de ser considera-
das, no conocerá los fracasos y los dolores do verdadero mantiene una trama, una es-
de la vida. El es His majesty the baby, el niño tructura narrativa reconocible, como sucede
maravilloso inmortal como una construcción con las tragedias de Sófocles y de otros céle-
de la fantasía inconsciente (Freud, 1979 a, bres autores y con anónimos cuentos que
original de 1914). Comienza así el origen fueran mitos otrora, tales como los cuentos
mismo de la novela familiar. Esta formación folklóricos recopilados por los Grimm. He-
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cho que nos brinda un primer soporte del oráculo y la visión de los miembros del
metodológico. En segundo término, tenemos linaje como mera parte de un todo, portador
presente que los análisis de Freud se basa- de un poder sagrado, entre otros aspectos.
ron sobre este tipo de materiales, es más, in- En lo atinente a la teatralización de la obra,
mortalizaron el mito de Edipo y el de Narci- cabe destacarse que originalmente fue un rito,
so. Finalmente, el análisis antropológico de que como muchas otras acciones, reedita el
manera creciente focaliza como mitos a he- mito, hace presente el tiempo originario, a
chos que tradicionalmente parecían pertene- un punto tal, que hasta puede pensarse que
cer a la esfera de lo profano, como las revo- los personajes son los seres míticos vivien-
luciones rusa, francesa y mexicana (Collin, do el drama aquí y ahora (Eliade, 1972;
1999; Legendrè, 1979), los discursos políti- Gusdorf, 1960). El tiempo del ritual es una
cos, el perfil de tal o cual personaje en el duración sagrada que toma a los integrantes
imaginario social, entre otros temas, mostran- y los transporta a una nueva dimensión, anu-
do la pertinencia del enfoque y la compleji- la la duración profana y, por ende, transgrede
dad de los hechos y de las representaciones el tiempo histórico-cronológico (Hubert y
sociales (Jacopin, 1993/94). Mauss, 1902), en cierto modo el participan-
La versión aquí analizada es la de Girard te del rito es contemporáneo a los hechos que
(1950), esta reúne obras de Sófocles y Es- acaecen. Esto es coherente con el pensamien-
quilo y cuenta con una introducción, en la to psicoanalítico, que considera como vigente
que el autor se explaya sobre el estilo de o eficaz psíquicamente a la realidad psíqui-
ambos literatos y el contexto histórico y so- ca exclusivamente, en el sentido de efecto
cial de la tragedia. sobre el sujeto. Asimismo, en términos de
En líneas generales, el relato muestra un “escena que toma” instala un presente en
mundo griego anterior al de Sófocles, un continuum con la escena original o con el
tiempo en que la textura del mito estaba pasado, recordemos que la desidentificación
imbricada en la vida cotidiana, en las rela- arranca al sujeto del tiempo eterno y lo ins-
ciones sociales y en las concepciones mora- cribe en un orden cambiante, con cortes, len-
les. Así, el orden jurídico centrado en la ven- guaje y una historia.1
ganza entendida como justa y necesaria, El elemento repetitivo es importante tam-
muestra la organización política y social del bién para el enfoque psicoanalítico. Los su-
genos, estructura previa a la polis y a los cam- cesos que han marcado fuertemente la vida
bios introducidos en la constitución de Ate- temprana del sujeto poseen una potencia
nas por Solón, Dracón y Clístenes. La vigen- repetitiva y emergen, una y otra vez,
cia de un sistema de creencias y de represen- presentificando las situaciones del pasado;
taciones culturales distintas a las sustenta- recordemos la afirmación de Freud (1979b,
das con el desarrollo de la filosofía es evi- original de 1914) respecto a la atemporalidad
dente en la fluida interacción de los huma- de los procesos inconscientes. Por lo tanto,
nos con los Dioses, el carácter de realidad los dramas consustanciales a los mitos cons-
atribuido a las imágenes oníricas, la titutivos del sujeto, y a su conflictiva pasio-
recurrencia a procedimientos rituales, la vi- nal serán “escenas que toman al sujeto”, ins-
sita a augures, la atención a los dictámenes talando un presente en continuum con la es-
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con los dioses. Realiza rituales y colma de un deber ineludible ejecutar al victimario o a
ofrendas a las deidades tutelares del linaje un pariente de este con similar acción.
de Agamenón, acciones de usurpación que La venganza es socialmente entendida
involucran un claro desequilibrio religioso y como justa y necesaria, puede afirmarse que
social. es una de las leyes del derecho consuetudi-
Según da cuenta, no el mito que estamos nario más tradicionales y generalizadas. Es
analizando sino otro de los episodios de este evidente en las sociedades indígenas, en gru-
ciclo (la Orestíada), tras dar muerte a su pos étnicos como los gitanos, en la mafia.
madre, Orestes pone en duda la legitimidad También es vigente en las sociedades histó-
del acto y cae en la locura, sólo después de ricas del Medio Oriente, como lo muestra el
que un tribunal falla a su favor recupera su código de Hamurabi y la ley del Talión del
salud. Muy otro es el decurso en Electra. Al ojo por ojo, diente por diente, sancionada en
ejecutarse la venganza, ella inmediatamente la Biblia. Lo mismo puede afirmarse para las
abandona su reclusión social, se casa con el sociedades medievales, recién en la baja edad
amigo que acompaña a Orestes en la realiza- media el derecho germano, admite la com-
ción del acto. La obra dramática propone un pensación del grupo agraviado mediante un
cese del ánimo melancólico. pago o Wehrgeld en reemplazo de la muer-
El tema central del relato es obviamente la te. (Kelsen, 1949; Mauss, 1972).
venganza y sus implicancias sociales e indi- La delegación del ejercicio de la ley y el
viduales. La venganza anhelada por Electra, deber de venganza en una autoridad políti-
entendida como justa compensación por la co-social se introduce en Grecia mediante las
mayoría los miembros del linaje, traicionada reformas a la constitución de Atenas, y ad-
por Clitemnestra y Crisótemis, ejecutada por quiere plena autonomía en el mundo roma-
Orestes, y sancionada por la ley, es el núcleo no. Por otra parte, el hecho de no castigar las
a partir del cual se desarrollan no sólo las ac- penas con el equivalente literal del daño su-
ciones sino también los perfiles de los perso- frido implica la intromisión de un orden sim-
najes que pugnan en torno a ella. Así, la ven- bólico entre el perjuicio y el acto punitivo, y
ganza se asocia a las nociones de castigo, cul- entre la víctima y el victimario. En otras pa-
pa, sacrifico, enfermedad, linaje, entidades que labras, en el sistema axiológico que nos plan-
conforman la persona, e implica relaciones con tea el mito la represalia requiere una muerte
los dioses y los muertos. simétrica, mientras que el pasaje por delega-
En las páginas que siguen intentamos ción al territorio de la justicia conlleva una
deconstruir los significados de la venganza institucionalización y el abandono de la ven-
en su contexto social, jurídico, mítico y emo- ganza personal.
cional, teniendo en cuenta las representacio- Cabe aclarar además que las representa-
nes culturales que les dan soporte y las di- ciones míticas sobre la justicia presentan una
mensiones psíquicas que se develan. forma de creencia y de certeza que le otor-
Desde una perspectiva jurídica, la muerte gan una fuerza eficaz. La justicia no es asu-
injusta requiere reparación, demanda ser re- mida como una metáfora o un deber ser sino
tribuida con otra muerte y, más allá de esto, que se conceptúa como una entidad indepen-
para los miembros del linaje del muerto es diente. Representación que se asocia a la idea
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que queda adherida al muerto. está muerto en varios sentidos: está social-
La venganza impone un tiempo de espera mente muerto porque no puede ocupar su
y Electra desplaza en él todas las gamas de lugar en el palacio, ni en la comunidad a la
las esperas femeninas. Además, la coagula- que pertenece, es un muerto de palabra
ción está condicionada y agravada porque –como se expresa en el mito– porque cuan-
queda sin rol social Huérfana, con la prosa- do habla no lo hace como Orestes sino como
pia menoscabada, humillada, resta suspen- el personaje que ha inventado, por lo cual
dida en esta pasión de venganza y le trans- carece de identidad; está físicamente muerto
curre un tiempo estéril. Ella no sigue el ca- para los que creen la mentira de su deceso,
mino de su madre: el de casarse y que el la que el mismo a hecho correr como parte
marido ejecute la venganza. de su ardid. Condenado al ostracismo,
Si coincidimos con los análisis estructu- Orestes esta muerto simbólicamente hablan-
rales, el mito muestra la capacidad de la cul- do. Al cumplir con el mandato de resarcir la
tura para transformar la naturaleza, de ello muerte de su padre mediante la eliminación
se deduce que la anulación sexual y de los victimarios y al ocupar el lugar que le
reproductiva de Electra no serían conductas toca en la casa de Agamenón, Orestes rena-
socialmente aceptables, sino por el contra- ce también en forma simbólica. Para la so-
rio, muestra de una actitud peligrosa, ciedad, Orestes sólo volverá a la vida me-
disgregadora de la familia, institución que diante la ejecución de la venganza. Ahora
garantiza la reproducción de los linajes y de bien, para que este renacer sea válido, es
la sociedad en su conjunto. Sin embargo, el necesario que la venganza sea pública, un
sacrificio de Electra como individuo tiene hecho social, compartido y aprobado. Es por
sentido pues la convierte en depositaria del ello que Orestes clama su victoria, indican-
recuerdo y recupera, así, su condición de ser do que la afrenta ha sido eliminada.
social como conciencia del drama aconteci- Esta actitud es distinta a la revancha anó-
do. Desde este punto de vista, el mito mues- nima del veneno, tan común en otros con-
tra la tensión entre dos fuerzas poderosas, el textos sociales e históricos. Podría pensarse
deseo de ser sujeto del propio destino y el que la última vía no es literalmente vengan-
deber de la venganza, el primero es un de- za por no ser un hecho dedicado a “la me-
seo individual si se quiere egoísta, el segun- moria de...,” y tampoco es la reivindicación
do es un deber social, que pone en juego el del ejecutante, como lo es para Orestes.
sentido del linaje, involucra a varias perso- El camino elegido por Orestes revela la
nas y al poder sagrado que en tanto comuni- axiología del mundo del mito, la cual admite
dad tiene todo grupo (van der Leeuw, 1964). la justificación del medio por el mero fin,
El accionar de Orestes evidencia que la como queda manifiesto en los consejos que
venganza no es ni buena ni mala, es simple- Apolo da a Orestes sobre la forma en que
mente necesaria, imborrable por el paso del debe planear la venganza: “Sin armas y con
tiempo se mantiene como cuenta pendiente, astucia”. Así, Orestes que ha convencido a
hasta que finalmente es honrada. Aquél que sus rivales de su muerte, exclama: “Muerto
no la concreta o la demora es un muerto so- simbólicamente alcanzo la gloria. Creo fir-
cial. Así, antes de tomar represalia Orestes memente que no hay acción mala si trae pro-
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ferente, Orestes sí tiene que vengar la afren- siones de los hombres se entrelazan con las
ta infligida a su grupo en virtud de que la acciones e intenciones de los dioses.
muerte de Agamenón lesiona a todos y cada Los seres míticos, si bien son la alteridad
uno de los miembros del linaje. Orestes por existencial por la carga de poder que los ha-
ser el único hijo varón de la víctima es so- bita, se inmiscuyen en la vida cotidiana, to-
cialmente el indicado y habilitado para ejer- man partido por unos y otros, aconsejan y
cer la venganza. Si consideramos además que engañan, auxilian y punen.9 En fin, los seres
la salud del individuo requiere del equilibrio humanos necesitan relacionarse con ellos
y la armonía entre todas las entidades, al le- para oír sus sugerencias, conocer sus desig-
sionar el yo comunitario en cualesquiera de nios, solicitar su auxilio, realizar ofrendas y
los miembros, cada uno de los individuos está rituales, en la práctica, para hacer posibles
lesionado, por eso Orestes está socialmente las más diversas actividades -tales como la
muerto y debe actuar para reparar esa lesión, caza, la navegación, la guerra, etc- cuya con-
no sólo por coerción del grupo o porque así creción exige el respeto de las interdicciones
lo indican los ejemplos míticos, sino tam- impuestas por las deidades, estas prescrip-
bién en virtud de su propia salud social, men- ciones, a su vez, son el soporte de un pacto
tal y física y aun hasta de su propio egoísmo. de reciprocidad entre los hombres y las dei-
Finalmente, la elección de la víctima dades que otorga a los primeros piezas de
compensatoria para el sacrificio revela otro caza, navegación fructífera y éxito en los
de los modos en que opera este yo comuni- enfren-tamientos bélicos, para seguir con la
tario, al mostrar la posibilidad de desplazar misma línea de ejemplos.
al violador del tabú por otro individuo del También es cotidiana la relación con los
linaje, lo que equivale a decir que los miem- muertos. En los sistemas de representacio-
bros de un linaje son intercambiables en di- nes de la mayoría de las sociedades siempre
versos contextos, incluidos los que involu- una entidad anímica sobrevive a la muerte o
cran la vida y la muerte. se genera a partir de esta. Los griegos no son
En la sociedad que nos describe el mito una excepción. Las almas de los muertos
es posible la interacción con los dioses, la continuaban su existencia en el Hades, se-
negociación y conjunción de intereses entre guían interactuando con los vivos y aun in-
humanos y personajes míticos. Así, Apolo teresándose en sus vicisitudes. En el caso de
aconseja a Orestes el modo en que ha de con- este mito, lo dicho se hace evidente en la
cretar la venganza, las Erinias lo acosan por conversación que mantiene Agamenón, ya
encontrar excesiva la muerte de su madre, desaparecido, con su esposa Clitemnestra, en
mientras que Apolo y Atenea lo apoyan y los temores que ésta experimenta ante la po-
colaboran en el triunfo obtenido en el tribu- sible revancha de los muertos y en la repeti-
nal del areópago. Electra se siente injusta- da idea de que los difuntos siguen estando
mente abandonada por los dioses, Júpiter, no presentes, aunque de un modo diferente. La
obstante, intenta ayudarla. Clitemnestra se importancia del familiar o antepasado difun-
comunica con el Sol y realiza los rituales to se aprecia en los rituales propiciatorios que
propiciatorios a los dioses tutelares del lina- realiza Orestes en la tumba de su padre, los
je de Agamenón. En fin, las acciones y deci- que avalan su éxito y le permiten moverse
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como en un ámbito propio. ción moral de las propias acciones, como des-
La interacción con las deidades y los muer- tino impuesto, como infelicidad, como ac-
tos acepta y aun exige otros mecanismos de ción moralmente buena y deseable, como
conocimiento tales como la experiencia imperiosa necesidad retributiva mas allá del
onírica, la visita al oráculo y la interpreta- paso del tiempo y del olvido, pero también
ción de los augurios. Ello nos permite afir- como odio excesivo y estéril. La conducta
mar, que la realidad descripta en el mito se de Electra, entonces, es ambivalente, por un
funda en una representación de la sociedad, lado parece reprochable pues al no conver-
la naturaleza y los seres que la habitan en tirse en madre descarta el rol de la mujer en
términos de poder. En otras palabras, las re- la reproducción social del grupo, mientras
presentaciones culturales sobre lo sagrado que, por otro, al insistir con los reproches
penetran la vida, la sociedad y el mundo. Las -especialmente a su madre- se convierte en
nociones de moira, el poder sagrado perso- conciencia moral, en conciencia de un orden
nal y de diké, el poder sagrado de orden cós- legal que necesitan los hombres y que ga-
mico, son fundamentales al respecto. rantiza la existencia de la sociedad humana,
La sociedad de los dioses es distinta a la la cual al incorporar el universo de normas -
de los hombres, las deidades son antojadizas que funda el mito- se define como diferente
y realizan sus deseos sin miramiento a nor- a la de los dioses. Cabe mencionar que los
mas. El mito de Electra, como cualquier otro mitos sancionan el orden humano separán-
mito, fija normas, valores y costumbres y, dolo de los órdenes de otras sociedades, fue-
por ende, define a la socialización de acuer- ran estas de deidades, de animales, etc.
do a tal marco como específicamente huma- Orestes encarna la necesidad de la ven-
na y como generadora de identidad frente a ganza, la muerte social de quien no la practi-
la alteridad de las figuras míticas. ca y, a través de sus conflictos con las Erinias,
El modelo jurídico y social que fundamen- se establece la primacía de la venganza de
ta este mito otorga un papel prominente a la sangre sobre otros deberes y obligaciones
noción de reciprocidad, en este punto se cen- parentales, presenta la represalia como un
tra la idea de la venganza de sangre como hecho incuestionable, que está más allá del
justa compensación. Desde una perspectiva olvido y del perdón.
axiológica, la reciprocidad prioriza el equi- Clitemnestra sintetiza al ser antisocial, es
librio social y cósmico, equilibrio que ha de cómplice de la muerte de su esposo, intenta
ser mantenido sin prestar atención a los me- eliminar a sus hijos, apoya la usurpación de
dios que se utilizan, por eso se avala la astu- la casa de Agamenón, realiza rituales que no
cia, el ardid y la negociación conveniente. le corresponden a los dioses tutelares, casti-
Si es posible aceptar que en las mitologías ga a Electra, hace de Crisótemis una malva-
a través de los personajes y sus acciones se da, justifica el odio a los hijos por el dolor
describen arquetipos que fijan el orden del que el parto ocasiona, se burla de los debe-
presente, Electra es expresión de la melan- res morales, entre ellos el respeto por el li-
colía y del daño que ésta acarrea como efec- naje, la familia y la necesidad de la vengan-
to de la venganza no consumada. La repara- za. Sus conductas perversas ponen en evi-
ción de la ofensa se presenta como justifica- dencia los peligros que asechan la reproduc-
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ción social del grupo. Simboliza la amenaza Entre los que figuran asesinar, eludir la ven-
de la naturaleza sobre la cultura, del triunfo ganza, olvidar la memoria de los muertos,
de un orden no humano en la sociedad de los traicionar al propio linaje, ofrendar a los dio-
hombres. ses tutelares de otra estirpe. Como contracara
Crisótemis al desligarse de la venganza y garantizan la pervivencia del orden: vengar
aceptar las condiciones de Egisto está rene- la muerte, salvaguardar la familia y el linaje,
gando de su filiación. Téngase presente que cumplir con los rituales de reciprocidad con
el carácter patrilineal de las genos determina los dioses y compensar la violación de tabúes.
automáticamente la adscripción al linaje pa-
terno, adscripción que define entre otros as-
pectos la construcción de las identidades Conclusiones
individual y social. Crisótemis transgrede las
normas a la manera de una perversión so- El mito de Electra muestra un mundo fun-
cial. Su traición es en cierto modo una auto- dado en la reciprocidad, en este caso el hin-
traición dado que en función de su yo comu- capié está puesto en la venganza como justa
nitario ella fue también lesionada con la compensación.
muerte de Agamenón, por eso Electra le su- Define lo necesario, lo bueno y lo malo,
giere que ha perdido el juicio. El comporta- lo justo y lo injusto en relación con la ven-
miento de Crisótemis la aparta de lo justo y ganza de sangre a través de las actitudes y
debido, por congraciarse con el asesino de los conceptos que expresan tanto los perso-
su padre; esto implica una suerte de soborno najes humanos como los dioses. Establece
moral, su silencio va en trueque a la vida tran- la venganza como un hecho ineludible, el
quila en el palacio. no concretarla equivale a la muerte social.
Egisto es un ser antisocial capaz de asesi- La venganza es un derecho y un deber que
nar, de usurpar posiciones sociales y de rea- prevalece frente a otros.
lizar ofrendas y rituales contrariando las nor- Si bien la idea de punición como vengan-
mas, por consiguiente, interactúa con los dio- za personal ha sido abandonada mediante la
ses en forma indebida. delegación del ejercicio del poder en la jus-
Sobre la base de lo expuesto puede afir- ticia, aún en la actualidad el Talión tiene vi-
marse que los personajes se dividen en dos gencia en el inconsciente de los individuos
grupos. Uno integrado por Orestes, Electra, de las sociedades occidentales.
el ayo y el coro, cuya conducta apunta a la La sociedad de los hombres es meramen-
reproducción social y el otro por Egisto, te uno de los ámbitos de interacción, los se-
Clitemnestra y Crisótemis, el mensaje del res humanos también se relacionan con los
mito expresado en los comportamientos de dioses y los muertos. Sin embargo, la socie-
estos últimos, plantea las amenazas que debe dad humana se define como un conjunto di-
enfrentar y superar la sociedad humana, para ferenciado, regido por reglas de intercambio
mantener sus valores y tradiciones y para y reciprocidad, por valores y costumbres
seguir reproduciéndose. Desde esta perspec- adecuadas en contraposición a la anárquica
tiva, indica cuáles son las actitudes y nocio- y antojadiza sociedad de los dioses.
nes disolventes del orden social y jurídico. Lo sagrado integra las representaciones del
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yo, de los nexos sociales, de los vínculos con institución propia del tiempo primigenio, que
las deidades y de la percepción del mundo por ser abolida en ese lapso queda fuera de
natural. Hecho que hace que las nociones de las prácticas humanas. No obstante, desde una
sujeto y de persona sean diferentes a las de perspectiva psicoanalítica no podemos dar a
las sociedades occidentales actuales. la reglamentación de los sacrificios un rango
En los personajes el responsable está en tal que excluya la participación del deseo y
otro territorio, en el divino o sagrado. Hay de la conflictiva individual y, por ende, es in-
un ámbito del destino o de los designios de evitable considerar las pasiones en juego. La
los dioses donde se diluye. sucesión y repetición transgeneracional de las
La prohibición del homicidio parece no inmolaciones de los hijos da a esta saga un
tener un carácter endopsíquico y no posee carácter transgeneracional. Constituye una
por lo tanto eficacia interdictora. Se teme la novela familiar.
sanción social y el castigo con la muerte, así La muerte es mucho más que un hecho
como la venganza del muerto. Es culpa biológico en virtud de que a) los principios
persecutoria, paranoide. anímicos sobreviven al deceso físico y b) se
El individuo está integrado por varias enti- puede estar muerto socialmente aunque físi-
dades: un cuerpo, una psique, un alma, un yo camente vivo. De ello se desprende, que la
comunitario o del linaje y un poder personal. muerte era representada como un cambio
La necesidad de la venganza de sangre tiene ontológico, en un caso desaparece el plano
soporte en el yo del linaje por tratarse del ele- corpóreo y el principio anímico continua la
mento constitutivo que aúna al sujeto con los existencia en el Hades, en la segunda circuns-
otros miembros de su estirpe. tancia el ser social muere y el individuo se
Electra es una figura ambivalente, mien- exilia en el plano terrestre. Cuando la muer-
tras inmola su ser femenino y cae en la me- te social no es una condena al ostracismo, es
lancolía (aspectos negativos), se convierte en posible recuperar la vida.
conciencia social e histórica de la tragedia Las experiencias oníricas poseen el mis-
acaecida a Agamenón y su linaje y, conse- mo nivel de realidad que las realizadas en
cuentemente, de la necesidad de la vengan- vela y pueden tener un carácter predictivo.
za (aspectos positivos). El futuro es además cognoscible a través de
El resto de los personajes se dividen en augures y oráculos, de modo que el destino
dos grupos, el de Orestes y su ayo muestra se presenta como una realidad prácticamen-
las conductas que apuntan a la reproducción te inexorable. Posibilidad ésta que plantea
social del grupo, el de Egisto, Clitemnestra una enorme diferencia en el modo en que el
y Crisótemis caracteriza a los seres antiso- individuo piensa y proyecta su existencia.
ciales, cuyas conductas marcan las amena- El concepto de enfermedad expresado en
zas que enfrenta el orden jurídico y social de el mito, tanto por el origen que se atribuye a
los Aqueos. los males como por el ámbito en que se ma-
El sacrificio ritual de humanos se inscribe nifiestan, incluye desequilibrios físicos, psí-
en las relaciones de reciprocidad con los dio- quicos, sociales y religioso-rituales. Este
ses, admite el desplazamiento del ser ofren- concepto de enfermedad es diverso e insufi-
dado entre los miembros de un linaje. Es una ciente respecto al concepto psicoanalítico.
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Para este último enfoque, un cuadro de me- aspectos salientes en relación con nues-
lancolía no podría remitir fácilmente por una tro análisis.
circunstancia “externa” y será necesario con-
siderar que quizá la satisfacción de la ven- 3. En otro episodio del ciclo mítico de la
ganza, la separa de la unión a muerte con el Orestíada se aclara que la Diosa
padre. Respecto de las consecuencias que Artemisa había resignado el sacrificio
pudieran devenirle de la intensa relación de de Ifigenia, quien aparece adulta tras
odio con su madre, los textos citados no apor- haber padecido un sin fin de peripecias.
tan datos. Sería previsible que repercutiera
en su condición femenina a futuro. 4. La potencia de acuerdo a van der Leeuw
La obra de Sófocles en tanto recoge un mito (1964) es el aspecto objetivo de lo sa-
tradicional pone en escena un mundo mítico, grado, se revela necesariamente como
sistemas de valores y de representaciones de un poder, poder que, por exceder el
la sociedad Aquea y por ende anteriores y di- mundo de las reglas, de lo cotidiano y
ferentes al mundo griego clásico. previsible, es extraño y eventualmente
peligroso. En este sentido evoca el
misterium tremendum planteado por
Notas Otto (1965) al describir lo numinoso.
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Resumen
Las autoras realizan un análisis antro-
pológico y psicoanálitico del mito de Electra.
El trabajo focaliza la venganza en sus dimen-
siones sociales, jurídicas y emocionales, así
como el soporte mítico religioso de esta ins-
titución. Así, se exploran en relación con el
tema de la venganza las ideas de castigo,
culpa, responsabilidad, sacrificio y enferme-
dad y las nociones de persona, sujeto y lina-
je. Las autoras focalizan las representacio-
nes culturales que dan soporte a los signifi-
cados y prácticas de la venganza y las di-
mensiones psíquicas que esta devela.