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MITOLÓGICAS

Centro Argentino de Etnología Americana


caea@sinectis.com.ar
ISSN 0326-5676
ARGENTINA

2000
Anatilde Idoyaga Molina / Liliana Ziaurriz
ELECTRA Y LAS IMPLICANCIAS DE LA VENGANZA.
UNA APROXIMACION CULTURAL Y PSICOLOGICA
A LA SOCIEDAD AQUEA
Mitológicas, Vol. 15
Centro Argentino de Etnología Americana
Buenos Aires, Argentina
pp. 89-109

http://redalyc.uaemex.mx
MITOLOGICAS, Vol. XV, Bs. As., pp. 89-109

ELECTRA Y LAS IMPLICANCIAS DE LA VENGANZA. UNA APROXIMACION


CULTURAL Y PSICOLOGICA A LA SOCIEDAD AQUEA

Anatilde Idoyaga Molina* y Liliana Ziaurriz**

Summary: This paper presents an approach of the myth of Electra from anthropological and psycho-
analytic perspectives. The authors point out that the revenge is the main subject of he myth and focus on
its social, legal and emotional sides, and on its mythic-religious background. Regarding the institution
of revenge, they explore the ideas of punishment, blame, responsibility, sacrifice and illness, and the
notions of individual, of person and of sib. They analyze the meanings of the revenge, taking into
account the cultural representations that support its practices and the psychic dimensions that it reveals.

Introducción rácter transtemporal y metatemporal de los


episodios que, si bien sucedieron en el tiem-
Es nuestro interés en esta oportunidad rea- po originario, pueden hacerse presentes a tra-
lizar un análisis del mito de Electra, combi- vés del ritual, de la enunciación de fórmulas
nando enfoques antropológicos y psicoana- o de la simple narración de los sucesos. c) El
líticos. Intentamos mostrar que dicha pers- carácter sagrado, no pocas veces estos rela-
pectiva enriquece el estudio del hecho, pues tos son portadores de un poder que el hom-
aporta los contenidos sociales propios del bre puede manipular en su provecho hoy en
discurso antropológico a los aspectos indi- día. d) El carácter etiológico, los mitos dan
viduales preponderantemente inconscientes cuenta del origen de instituciones, reglas so-
que focaliza el psicoanálisis. Ambos enfo- ciales, valores morales, del cosmos, de los
ques tienen en común la preeminencia teóri- accidentes topográficos, de los rituales, de
ca que adjudican al mito y a la actividad los tabúes, etc. e) El carácter ejemplar, los
mitopoyética como primera organizadora mitos son el modelo arquetípico de las con-
para el individuo y para la cultura del ámbi- ductas de los hombres, tanto de lo que se debe
to de lo desconocido. hacer –por ejemplo, casarse con la prima cru-
En lo que hace a los aportes de la antro- zada- como de lo que no se puede hacer -
pología, tomamos especialmente en cuenta por ejemplo, respetar el tabú del incesto-. f)
los realizados por las corrientes herme- El carácter significante, los mitos son parte
néuticas, que focalizan representaciones de las representaciones culturales que brin-
culturales con el objeto de dar cuenta del dan sentido a las nociones de mundo y de
punto de vista de los nativos. Estas aproxi- sociedad como realidades organizadas y co-
maciones, partiendo del análisis de mitos que herentes (Leenhardt,1961; Cazeneuve, 1967;
están vivos en sociedades-otras, han puntua- Bórmida, 1969/70; Sullivan, 1981). Ideas
lizado entre sus atributos: a) El carácter de más o menos similares han orientado las in-
verdadero de los hechos narrados. b) El ca- vestigaciones de historiadores de las religio-

*
Centro Argentino de Etnología Americana - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Argentina).
**
Asociación Psicoanalítica Argentina (Argentina).
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nes y filósofos (Eliade, 1972; Cassirer, 1971; que cae bajo la represión la inferimos a
Gusdorf, 1960). Coincidimos con el enfoque posteriori por la experiencia psicoanalítica.
estructural en cuanto a que el mito apunta a Finalmente, deseamos detenernos breve-
la reproducción social del grupo, a la vez que mente para justificar metodológicamente la
muestra la tensión entre naturaleza y cultu- posibilidad de tratar esta tragedia como mito.
ra. (Lévi Strauss,1964, 66, 68 y 71). Es un hecho conocido, que los mitos
Al preferir las posiciones de referencia no fundantes de los linajes griegos eran conme-
negamos los aportes más recientes tendien- morados periódicamente a través de su re-
tes a revelar la relación entre mito e historia, presentación ritual, ocasiones en que los
más concretamente la mitificación de la his- miembros de las unidades sociales invo-
toria e historificación del mito, comproba- lucradas tenían obligación de asistir y/o par-
ble cuando los relatos incorporan hechos his- ticipar. Con el correr del tiempo la acentua-
tóricos en su trama, tampoco dejamos de te- ción del logos puso en tela de juicio la ver-
ner presente que la situación de contacto con dad del mythos y, por ende, el interés por el
las sociedades occidentales (Turner, 1988) ritual, al que muchos preferían eludir, justi-
ocasiona no pocas veces la emergencia de ficando la ausencia mediante pago de un ca-
mitologías de contacto, que operan como non. Por otra parte, muchos de esos relatos
conciencia histórica y social y, a la vez, como anónimos fueron recogidos y seguramente
guías de acción en la resolución de los con- estereotipados por los literatos que los con-
flictos con los blancos, como lo han notado virtieron en obras de teatro, más especí-
numerosos autores (Bartolomé, 1976; Guss, ficamente en la tragedia. El rito fue convir-
1981; Hill, 1988; Idoyaga Molina, 1996; tiéndose en obra de teatro y simultáneamen-
Sahlins, 1981; Taussig, 1980; Turner, 1988; te fue profanizándose (Bourdin, 1994). Acep-
White, 1978). El problema para concretar tado este hecho, tenemos que la versión que
este tipo de aborde, en este caso particular, nos proponemos analizar no es exactamente
radica en la lejanía temporal del mundo grie- un mito, sino más bien la reelaboración de
go, que hace de dudoso resultado el intento un mito hecha por Sófocles con la finalidad
de verificar la integración de hechos históri- de ponerlo en escena, lo que introduce un
cos en el lenguaje simbólico del mito. sentido estético ausente en el ritual y en el
Desde una perspectiva psicoanalítica, es texto mítico primigenio y, consiguien-
relevante el carácter fundante y estructurante temente, da cabida a cambios de guión que
del mito en el sujeto. La impronta primera es imposible rastrear y conocer. No obstan-
del infans por los padres, le atribuirá todas te, como lo han notado numerosos autores
las maravillas y todos los bienes, será depo- (Bórmida, 1969/70; Eliade, 1972; Jensen,
sitario y ejecutor de sus ilusiones incumpli- 1966) cuando el mito deja de ser considera-
das, no conocerá los fracasos y los dolores do verdadero mantiene una trama, una es-
de la vida. El es His majesty the baby, el niño tructura narrativa reconocible, como sucede
maravilloso inmortal como una construcción con las tragedias de Sófocles y de otros céle-
de la fantasía inconsciente (Freud, 1979 a, bres autores y con anónimos cuentos que
original de 1914). Comienza así el origen fueran mitos otrora, tales como los cuentos
mismo de la novela familiar. Esta formación folklóricos recopilados por los Grimm. He-
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cho que nos brinda un primer soporte del oráculo y la visión de los miembros del
metodológico. En segundo término, tenemos linaje como mera parte de un todo, portador
presente que los análisis de Freud se basa- de un poder sagrado, entre otros aspectos.
ron sobre este tipo de materiales, es más, in- En lo atinente a la teatralización de la obra,
mortalizaron el mito de Edipo y el de Narci- cabe destacarse que originalmente fue un rito,
so. Finalmente, el análisis antropológico de que como muchas otras acciones, reedita el
manera creciente focaliza como mitos a he- mito, hace presente el tiempo originario, a
chos que tradicionalmente parecían pertene- un punto tal, que hasta puede pensarse que
cer a la esfera de lo profano, como las revo- los personajes son los seres míticos vivien-
luciones rusa, francesa y mexicana (Collin, do el drama aquí y ahora (Eliade, 1972;
1999; Legendrè, 1979), los discursos políti- Gusdorf, 1960). El tiempo del ritual es una
cos, el perfil de tal o cual personaje en el duración sagrada que toma a los integrantes
imaginario social, entre otros temas, mostran- y los transporta a una nueva dimensión, anu-
do la pertinencia del enfoque y la compleji- la la duración profana y, por ende, transgrede
dad de los hechos y de las representaciones el tiempo histórico-cronológico (Hubert y
sociales (Jacopin, 1993/94). Mauss, 1902), en cierto modo el participan-
La versión aquí analizada es la de Girard te del rito es contemporáneo a los hechos que
(1950), esta reúne obras de Sófocles y Es- acaecen. Esto es coherente con el pensamien-
quilo y cuenta con una introducción, en la to psicoanalítico, que considera como vigente
que el autor se explaya sobre el estilo de o eficaz psíquicamente a la realidad psíqui-
ambos literatos y el contexto histórico y so- ca exclusivamente, en el sentido de efecto
cial de la tragedia. sobre el sujeto. Asimismo, en términos de
En líneas generales, el relato muestra un “escena que toma” instala un presente en
mundo griego anterior al de Sófocles, un continuum con la escena original o con el
tiempo en que la textura del mito estaba pasado, recordemos que la desidentificación
imbricada en la vida cotidiana, en las rela- arranca al sujeto del tiempo eterno y lo ins-
ciones sociales y en las concepciones mora- cribe en un orden cambiante, con cortes, len-
les. Así, el orden jurídico centrado en la ven- guaje y una historia.1
ganza entendida como justa y necesaria, El elemento repetitivo es importante tam-
muestra la organización política y social del bién para el enfoque psicoanalítico. Los su-
genos, estructura previa a la polis y a los cam- cesos que han marcado fuertemente la vida
bios introducidos en la constitución de Ate- temprana del sujeto poseen una potencia
nas por Solón, Dracón y Clístenes. La vigen- repetitiva y emergen, una y otra vez,
cia de un sistema de creencias y de represen- presentificando las situaciones del pasado;
taciones culturales distintas a las sustenta- recordemos la afirmación de Freud (1979b,
das con el desarrollo de la filosofía es evi- original de 1914) respecto a la atemporalidad
dente en la fluida interacción de los huma- de los procesos inconscientes. Por lo tanto,
nos con los Dioses, el carácter de realidad los dramas consustanciales a los mitos cons-
atribuido a las imágenes oníricas, la titutivos del sujeto, y a su conflictiva pasio-
recurrencia a procedimientos rituales, la vi- nal serán “escenas que toman al sujeto”, ins-
sita a augures, la atención a los dictámenes talando un presente en continuum con la es-
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cena original o con el pasado. Orestes se exilia lejos de su casa y su fa-


Lo expuesto nos permite afirmar que la re- milia, asistido sólo por su ayo. A través de
presentación de Electra tendía a reforzar la un ardid hace creer a Egisto y Clitemnestra
cohesión social del linaje, a construir la iden- que ha muerto, vuelve al palacio como ex-
tidad de los miembros del grupo, a preservar tranjero, ocultando su verdadera identidad y,
los valores tradicionales y a mantener el sis- aprovechando su anonimato, les da muerte,
tema de representaciones culturales de los no sin previamente visitar la tumba de su
Aqueos, es decir, era mucho más que lo que padre y cumplir con el ritual de libaciones
hoy definiríamos como una obra de teatro. que vendrá en su éxito.
Electra se niega a sumarse, como lo hace
su hermana Crisótomis, a la vida cotidiana
Entre la venganza y la locura - Entre el en el palacio y a aceptar las demandas de su
sujeto y el linaje madre pro reconocimiento de Egisto como
rey. Los continuos lamentos y los reproches
El mito narra los acontecimientos que si- directos a Clitemnestra son la memoria del
guieron a la muerte de Agamenón, tales como drama ocurrido con su padre y así una forma
la usurpación del trono, la venganza de de venganza, pero también una actitud que
Orestes y las peripecias sufridas por Electra.2 la pone en peligro. Su hermana Crisótemis
Asesinado Agamenón a manos de Egisto, con le recuerda que corre severos riesgos, indi-
la complicidad de Clitemnestra -esposa del cándole en una oportunidad que Egisto ha
primero y amante del segundo-, Orestes, hijo dispuesto recluirla en una caverna si no ceja
de Agamenón, es quien debe lavar la afrenta en sus denuncias y amenazas, Electra descree
infligida en su linaje dando muerte a Egisto de Orestes acusándolo de no cumplir con sus
y a Clitemnestra, su propia madre. Sin em- promesas. El estado emocional de Electra
bargo, un sin fin de inconvenientes demoran dominado por las quejas, la tristeza y la des-
la ejecución, (la misma procas-tinación que confianza da lugar a la intervención del coro,
acontece en el drama de Hamlet), dando lu- que, como las voces de la sabiduría le acon-
gar a las cavilaciones de su hermana Electra, sejan, no dejarse caer en la melancolía.
y a la instalación de un proceso calificado Clitemnestra pretende que la muerte de
por el coro como melancólico. Ella se niega Agamenón es, de su parte, una venganza justa
a aceptar el mandato del usurpador Egisto y necesaria. En sus diálogos con Electra, ar-
-ahora devenido rey en lugar de Agamenón- gumenta en su favor que en ocasión de que
tras haber desposado a Clitemnestra. Agamenón violara un tabú de caza y la diosa
El crimen de Agamenón hubiera sido con- Artemisa en represalia detuviera a los
tundente si, como se tenía planeado, se hu- Aqueos, su esposo no dudara en sacrificar a
biera asesinado también a Orestes, posibili- Ifigenia, hija de ambos, en reemplazo de
dad que se truncó por la intervención de quien estaba destinada para ello, que era la
Electra. Aniquilar la descendencia masculi- hija de Menelao.3 Sin embargo, a pesar de
na era vital para frustrar la venganza, pues la estas explicaciones, Clitemnestra está intran-
delegación de la misma se hace en los hijos quila y temerosa no sólo por la sombra de
varones. Orestes sino también por sus negociaciones
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con los dioses. Realiza rituales y colma de un deber ineludible ejecutar al victimario o a
ofrendas a las deidades tutelares del linaje un pariente de este con similar acción.
de Agamenón, acciones de usurpación que La venganza es socialmente entendida
involucran un claro desequilibrio religioso y como justa y necesaria, puede afirmarse que
social. es una de las leyes del derecho consuetudi-
Según da cuenta, no el mito que estamos nario más tradicionales y generalizadas. Es
analizando sino otro de los episodios de este evidente en las sociedades indígenas, en gru-
ciclo (la Orestíada), tras dar muerte a su pos étnicos como los gitanos, en la mafia.
madre, Orestes pone en duda la legitimidad También es vigente en las sociedades histó-
del acto y cae en la locura, sólo después de ricas del Medio Oriente, como lo muestra el
que un tribunal falla a su favor recupera su código de Hamurabi y la ley del Talión del
salud. Muy otro es el decurso en Electra. Al ojo por ojo, diente por diente, sancionada en
ejecutarse la venganza, ella inmediatamente la Biblia. Lo mismo puede afirmarse para las
abandona su reclusión social, se casa con el sociedades medievales, recién en la baja edad
amigo que acompaña a Orestes en la realiza- media el derecho germano, admite la com-
ción del acto. La obra dramática propone un pensación del grupo agraviado mediante un
cese del ánimo melancólico. pago o Wehrgeld en reemplazo de la muer-
El tema central del relato es obviamente la te. (Kelsen, 1949; Mauss, 1972).
venganza y sus implicancias sociales e indi- La delegación del ejercicio de la ley y el
viduales. La venganza anhelada por Electra, deber de venganza en una autoridad políti-
entendida como justa compensación por la co-social se introduce en Grecia mediante las
mayoría los miembros del linaje, traicionada reformas a la constitución de Atenas, y ad-
por Clitemnestra y Crisótemis, ejecutada por quiere plena autonomía en el mundo roma-
Orestes, y sancionada por la ley, es el núcleo no. Por otra parte, el hecho de no castigar las
a partir del cual se desarrollan no sólo las ac- penas con el equivalente literal del daño su-
ciones sino también los perfiles de los perso- frido implica la intromisión de un orden sim-
najes que pugnan en torno a ella. Así, la ven- bólico entre el perjuicio y el acto punitivo, y
ganza se asocia a las nociones de castigo, cul- entre la víctima y el victimario. En otras pa-
pa, sacrifico, enfermedad, linaje, entidades que labras, en el sistema axiológico que nos plan-
conforman la persona, e implica relaciones con tea el mito la represalia requiere una muerte
los dioses y los muertos. simétrica, mientras que el pasaje por delega-
En las páginas que siguen intentamos ción al territorio de la justicia conlleva una
deconstruir los significados de la venganza institucionalización y el abandono de la ven-
en su contexto social, jurídico, mítico y emo- ganza personal.
cional, teniendo en cuenta las representacio- Cabe aclarar además que las representa-
nes culturales que les dan soporte y las di- ciones míticas sobre la justicia presentan una
mensiones psíquicas que se develan. forma de creencia y de certeza que le otor-
Desde una perspectiva jurídica, la muerte gan una fuerza eficaz. La justicia no es asu-
injusta requiere reparación, demanda ser re- mida como una metáfora o un deber ser sino
tribuida con otra muerte y, más allá de esto, que se conceptúa como una entidad indepen-
para los miembros del linaje del muerto es diente. Representación que se asocia a la idea
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de un orden cósmico, a la acción de un po- ganza. Su soledad no es productiva, asume


der denominado diké, que se aplica con in- la conducta que sería propia de una esposa
dependencia de las intenciones de hombres, pero no de una hija, no es la espera de
héroes y dioses. Es una noción que alude a Penélope que resguarda eficazmente el lu-
lo sagrado y que se distingue de la de mana - gar de su marido, es una espera que agota y
la potencia generalizada- por ser un poder yerma su existencia, implica la renuncia a
particular, específico.4 formar una familia, a abandonar el hogar pa-
En cuanto al psiquismo individual, la exi- terno e integrarse al linaje de un esposo, vale
gencia de la venganza garantiza además que decir a asumir el comportamiento esperado
la propia muerte será compensada, que el para una mujer. Las contenedoras voces de
muerto no quedará humillado o borrado en la sabiduría le señalan: “No sea melancóli-
la memoria del Otro, que su existencia no ca”, pero Electra rechaza los consejos.
será irrisoria. Como han notado algunos au- En el territorio del duelo que se presenta
tores (Freud, 1979 c, original de 1919 y Rank, en Electra, ella se asume como portavoz de
1976), la repulsa a lo perecedero se avala la ira paterna (Freud, 1979 d, original de
mediante la construcción de la figuración 1917). Debemos entender aquí, que sote-
fantasmática de un doble, siempre inmortal. rradamente actúa el terror ominoso al muer-
El sujeto ilusiona imaginariamente su per- to (Freud, 1979 c) instalándose la obedien-
durabilidad en el psiquismo y en la memoria cia ciega a sus designios, en línea a compen-
del otro. (Carusso, 1982). sarlo de manera equivalente para aplacar su
La asunción de la fantasía vengativa en el venganza (Freud, 1979 e, original de 1914,
ámbito imaginario se organiza según esta ley y 1979 f, original de 1913).
taliónica, y se instala una escena de exclu- Es notorio que la sexualidad de Electra
sión para la sobrevida de los sujetos en pug- aparece por su ausencia, como dijimos pare-
na. La opción es a muerte. cería que duela un esposo muerto, llegando
Si bien es cierto que la venganza es en el incluso a llamar hijo a Orestes. Se borra en
mundo que el mito refiere necesaria y justa ella el territorio del amor, ámbito al que ten-
y, aún más, es deber ineludible y un manda- dría que abrirse como le insiste el coro. Su
to social para los miembros de un linaje, no erotismo parece anulado inmolado al muer-
es menos cierto que sólo los hombres son to quizás, y es en este aspecto en que hay un
aptos y adecuados para concretarla. Hecho paralelo entre Electra y Edipo, en cuanto des-
que eximiría a Electra de responsabilidad plazamiento de la líbido al nexo padre-hija y
social y de hacer del tema en cuestión el prin- madre-hijo, aún cuando esto no implica afir-
cipal y único motivo de su existencia. Sin mar una simetría entre ambas constelacio-
embargo, Electra se auto condena a suplicio nes libidinales.
al internarse en el camino de la melancolía Todo se presenta como si la problemática
que la lleva a la autodestrucción, Está sólo en Electra, se jugara fuertemente en la sexua-
habitada por el dolor de la pérdida del padre lidad, y esta libra de carne que entrega
y el odio en espera, femeninamente, sin hi- sacrificialmente, será el punto de la trama
jos ni amante, anula su capacidad repro- amorosa con su padre, donde se denuncia su
ductiva por celar el cumplimiento de la ven- deseo (Mijolla,1996). Es la mujer en ella la
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que queda adherida al muerto. está muerto en varios sentidos: está social-
La venganza impone un tiempo de espera mente muerto porque no puede ocupar su
y Electra desplaza en él todas las gamas de lugar en el palacio, ni en la comunidad a la
las esperas femeninas. Además, la coagula- que pertenece, es un muerto de palabra
ción está condicionada y agravada porque –como se expresa en el mito– porque cuan-
queda sin rol social Huérfana, con la prosa- do habla no lo hace como Orestes sino como
pia menoscabada, humillada, resta suspen- el personaje que ha inventado, por lo cual
dida en esta pasión de venganza y le trans- carece de identidad; está físicamente muerto
curre un tiempo estéril. Ella no sigue el ca- para los que creen la mentira de su deceso,
mino de su madre: el de casarse y que el la que el mismo a hecho correr como parte
marido ejecute la venganza. de su ardid. Condenado al ostracismo,
Si coincidimos con los análisis estructu- Orestes esta muerto simbólicamente hablan-
rales, el mito muestra la capacidad de la cul- do. Al cumplir con el mandato de resarcir la
tura para transformar la naturaleza, de ello muerte de su padre mediante la eliminación
se deduce que la anulación sexual y de los victimarios y al ocupar el lugar que le
reproductiva de Electra no serían conductas toca en la casa de Agamenón, Orestes rena-
socialmente aceptables, sino por el contra- ce también en forma simbólica. Para la so-
rio, muestra de una actitud peligrosa, ciedad, Orestes sólo volverá a la vida me-
disgregadora de la familia, institución que diante la ejecución de la venganza. Ahora
garantiza la reproducción de los linajes y de bien, para que este renacer sea válido, es
la sociedad en su conjunto. Sin embargo, el necesario que la venganza sea pública, un
sacrificio de Electra como individuo tiene hecho social, compartido y aprobado. Es por
sentido pues la convierte en depositaria del ello que Orestes clama su victoria, indican-
recuerdo y recupera, así, su condición de ser do que la afrenta ha sido eliminada.
social como conciencia del drama aconteci- Esta actitud es distinta a la revancha anó-
do. Desde este punto de vista, el mito mues- nima del veneno, tan común en otros con-
tra la tensión entre dos fuerzas poderosas, el textos sociales e históricos. Podría pensarse
deseo de ser sujeto del propio destino y el que la última vía no es literalmente vengan-
deber de la venganza, el primero es un de- za por no ser un hecho dedicado a “la me-
seo individual si se quiere egoísta, el segun- moria de...,” y tampoco es la reivindicación
do es un deber social, que pone en juego el del ejecutante, como lo es para Orestes.
sentido del linaje, involucra a varias perso- El camino elegido por Orestes revela la
nas y al poder sagrado que en tanto comuni- axiología del mundo del mito, la cual admite
dad tiene todo grupo (van der Leeuw, 1964). la justificación del medio por el mero fin,
El accionar de Orestes evidencia que la como queda manifiesto en los consejos que
venganza no es ni buena ni mala, es simple- Apolo da a Orestes sobre la forma en que
mente necesaria, imborrable por el paso del debe planear la venganza: “Sin armas y con
tiempo se mantiene como cuenta pendiente, astucia”. Así, Orestes que ha convencido a
hasta que finalmente es honrada. Aquél que sus rivales de su muerte, exclama: “Muerto
no la concreta o la demora es un muerto so- simbólicamente alcanzo la gloria. Creo fir-
cial. Así, antes de tomar represalia Orestes memente que no hay acción mala si trae pro-
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vecho”. El ardid, moralmente discutible un fuera del sujeto.


tiempo después en la misma sociedad grie- Es posible pensar que sólo desdoblándo-
ga, es en el mito un procedimiento válido, se, en escisión, puede Orestes asesinar a la
avalado por los dioses y héroes y a la vez madre. Clitemnestra queda desdoblada, al
una prueba de que la inteligencia supera a la convertirse de madre en la mujer sexual, la
fuerza. traidora, la que es esposa de Egisto. Mien-
La muerte de Clitemnestra a manos de tras que Orestes para detentar su filiación
Orestes nos introduce en el tema de la culpa, debe eliminar a quien ocupa el lugar del pa-
o mejor, de la culpa en relación con el dere- dre, la figura del padre aparece, así, también
cho y el deber de la venganza. Teniendo en desdoblada: el rival es Egisto y el protector
cuenta los valores de la sociedad Aquea, la Agamenón.
muerte del instigador y copartícipe -aunque Desde el punto de vista de las representa-
no ejecutante- del asesinato del padre es un ciones culturales ligadas al homicidio de
hecho aceptable e irreprochable. La magni- Clitemnestra, es claro que Orestes está auto-
tud del matricidio es tal que inevitablemente rizado a matar a Egisto mientras que la muerte
produce un descalabro emocional. Asimis- de la madre se encuentra en un límite legal-
mo socialmente el matricidio en este caso ad- mente borroso, que incluye opiniones encon-
mite dudas. tradas, pero que el mito se encarga de fijar.
Tras realizar la venganza Orestes es presa En efecto, las Erinias –las diosas de la ven-
de remordimientos: lo acosan las furias ganza– censuran la actuación de Orestes y
(Erinias) y llega el desenlace esperable; la lo acosan hasta causarle la locura, mientras
locura se abate sobre él. Orestes ya no se sien- que la mayoría de los dioses –entre ellos
te un ser humano como los otros, sufre el Apolo y Atenea– lo justifican. La confronta-
exilio interno de la rotura de sus lazos de ción entre el deber de ejecutar la venganza y
unión con los semejantes. Su condición la necesidad de punir al asesino de la madre
deviene para sí como la de un criminal, sien- es dirimida entre hombres y dioses y sus re-
te pertenecer a una categoría extrahumana; sultados expresados por el tribunal del
sólo lo excepcional le es deparable. areópago que exime a Orestes, pues consi-
Su retorno a la razón acontece con la ab- dera que sus obligaciones como miembro de
solución por el tribunal del areópago, influi- un linaje son indeclinables, incluso frente a
do por el favor de Apolo. En términos psico- la figura de la madre.
analíticos, los conflictos y remordimientos Dado el papel fundante del mito, este epi-
de Orestes dan cuenta de una subjetivación sodio es arquetípico sobre la pugna en cues-
de la culpa, vale decir que hay inscripción tión y establece la relevancia del linaje y de
de la culpa en el sujeto. Esta tendría una con- la venganza de sangre en el derecho Aqueo.
dición de anticipación cultural, porque en la Cabe aclarar aquí, que por tratarse de linajes
sociedad Aquea la red de representaciones patrilineales madre e hijos no pertenecen al
culturales de la responsabilidad quedaba tra- mismo grupo y que la adscripción a un lina-
mitada prevalentemente en el territorio de los je implica no sólo vínculos sociales sino
dioses. En este sentido el papel de las Erinias nexos de poder en cuanto sagrado.
aportaría a atribuir la culpa a un territorio Demuestra nuevamente una visión
ELECTRA Y LAS IMPLICANCIAS DE LA VENGANZA. UNA APROXIMACIÓN (...) 97

externada de la culpa, la acusación que de Orestes y augura la cercanía de la ven-


Electra le formula a Crisótemis, de estar loca ganza que él ejecutará como el retoño del
o de ser cobarde y malvada, al no cumplir padre asesinado.
con el mandato de la venganza del padre, que El contenido del sueño es pasible de otras
no apela a un sentimiento de culpa subjetivo interpretaciones. Bien puede pensarse tam-
en su hermana. bién que es un augurio que le indica nego-
El tema en cuestión es, además, factible ciar con los dioses y con su favor revertir el
de analizar a partir de los episodios que pro- negro destino que le aparece anunciado.
tagoniza Clitemnestra. Más allá de las expli- El sujeto del mito aparece como un sujeto
caciones que esta última da para justificar el compelido socialmente tanto por sus nexos
asesinato de Agamenón, no sufre de culpa con los dioses que le indican las conductas a
sino que tiene miedo a la venganza de los seguir –en forma personal y a través de los
muertos y miedo a los resultados de una ne- relatos arquetípicos– como por sus vínculos
gociación pendiente con los dioses. Esta con los hombres. Lo cual no implica una
negociación no es del todo decorosa, pues ausencia de conflictiva individual, dado que
ofrece rituales a los dioses tutelares del lina- aun en la interacción con los dioses los hom-
je de Agamenón, siendo vil y traidora con bres tratan de negociar y hacer prevalecer sus
los miembros de ese grupo los dioses podrían intereses y deseos así como aliviar temores
castigarla. Tanto ella como su hija Crisótemis y culpas.
rompen con compromisos éticos y jurídicos La complejidad de las interacciones que
en relación con la muerte de Agamenón y el operan sobre Orestes en relación con su ca-
deber de la venganza. En el caso de la madre rácter de persona, se hace evidente en su pre-
la falta es aún mas grave porque colabora sentación como muerto: está muerto social-
con la muerte de su marido y posteriormente mente pues no ocupa su lugar en el linaje
se desposa con el victimario. que le corresponde, ha asumido una falsa
La interdicción al homicidio tal como se identidad y no ha concretado la venganza.
plantea en el mito, en la figura de Clitem- Está físicamente muerto para los que creen
nestra, no parece tener un carácter endopsí- en el ardid, y está subjetivamente muerto por
quico sino que es presentada más bien como su identificación con el padre (Freud, 1979
miedo a la venganza del muerto. Psicoana- d) en su condición de doliente.
líticamente es una culpa a predominio El tema del sueño pone en claro algunas
persecutorio y no culpa depresiva, en esta úl- representaciones culturales sobre la experien-
tima prevalecería el pesar por daño al objeto cia onírica. Es evidente que posee el mismo
y el sentimiento conminatorio de repararlo. nivel de realidad que la vigilia, y es vehículo
Lo expuesto se corrobora por el análisis de comunicación con otros seres, especial-
del sueño de Clitemnestra con Agamenón El mente con los muertos, ya que con las dei-
hecho que aterra a Clitemnestra es que en dades es factible la interacción en estado de
las imágenes oníricas, Agamenón tomó su vigilia. Es además predictivo, pudiendo anun-
cetro y donde lo clavó inmediatamente flo- ciar sucesos venideros.
recieron fuertes retoños, lo que en términos Las actitudes de Electra y Clitemnestra res-
simbólicos figura la condición de estar vivo pecto de la venganza plantean las diferencias
98 ANATILDE IDOYAGA MOLINA Y LILIANA ZIAURRIZ

entre homicidio y sacrificio y, consi- gresión al tabú y la ruptura del equilibrio


guientemente, la legalidad de las represalias. mítico-religioso que exige el intercambio con
Es claro que existen importantes diferencias la deidad. Vale decir, mientras los humanos
en uno y otro caso. Clitemnestra pretende ven- se apropian de animales cumpliendo con cier-
gar la muerte sacrificial de Ifigenia, una de tas observancias rituales, cuando se rompe
sus hijas, que por ser ritual no debe ser venga- con estas observancias, los dioses se apro-
da. El sacrificio era inevitable por responder pian de humanos a través del ritual del sacri-
a una relación de reciprocidad con el mundo ficio, reestableciéndose el equilibrio entre
de los dioses, tema que en seguida analiza- hombres y dioses. De ello se desprende, que
mos. Por otra parte, el supuesto vengador, el sacrificio era un hecho moral, social y ju-
Egisto, no es socialmente apropiado para to- rídicamente aceptado, ineludible en ciertas
mar represalia por no pertenecer al linaje de circunstancias, fundamentado en el corpus
Ifigenia. Electra, por el contrario, clama por mítico-religioso y, por ende, nada tiene que
una venganza justa y espera que Orestes, un ver con el asesinato.
pariente apropiado, la ejecute, en tanto que Para el enfoque psicoanalítico el sacrifi-
Clitemnestra simula un derecho a la vengan- co ritual de Ifigenia, aceptado por Agamenón,
za y actúa transgrediendo los valores y tradi- es en realidad un filicidio. En efecto, la his-
ciones, Electra se adecua a las normas y al toria familiar de los Átridas es reiteradamente
sistema de creencias. Sacrifica su sexualidad filicida, presentando al menos un caso por
y su condición de mujer, pero asume el rol de generación.5 El mismo Agamenón anterior-
conciencia histórica del linaje. mente a su matrimonio con Clitemnestra eli-
Teniendo en cuenta las representaciones mina al esposo de ella, Tántalo, asesinando
culturales develadas en el mito, el sacrificio también al hijo de ambos. Luego está dis-
no es equiparable al asesinato, es una acción, puesto a inmolar a Ifigenia, mientras que
como otras tantas, a la que el sujeto se ve Clitemnestra intenta matar a Orestes. Repe-
compelido por designio de los dioses, pero tición filicida que constituye una novela fa-
además es la forma por la cual se mantiene miliar: celos, venganzas, ambiciones y lucha
un vínculo de contraprestación y reciproci- a muerte por el poder, nos muestran las pa-
dad entre la sociedad humana y la sociedad siones que movilizan a los personajes del
divina, que garantiza el equilibrio entre am- mito y que se asocian al filicidio y al sacrifi-
bas. En relación con el caso que nos ocupa, cio ritual.
Artemisa, Señora del bosque y de los anima- La compelición a la repetición es vigente
les, permite que los hombres a través de las no sólo en lo individual sino también en la
actividades cinegéticas cobren piezas de su historia familiar transgeneracional. Como ha
ámbito y sólo exige como contraprestación notado Freud, implica un funcionamiento
respeto al virtuoso cazador, requerimiento arrasante para el sujeto, puesto que trae una
que no observó Agamenón al hacer gala de y otra vez incoerciblemente las experiencias
su habilidad y pronunciar palabras ina- dolorosas de la temprana edad. Se trata de
propiadas. Para compensar la falta cometi- aquello que tuvo un rango de exceso para
da, los hombres deben ofrendar víctimas ese psiquismo inmaduro y que no pudo ser
sacrificiales que permiten expiar la tras- significado en su momento. En el mito que
ELECTRA Y LAS IMPLICANCIAS DE LA VENGANZA. UNA APROXIMACIÓN (...) 99

nos ocupa, la compelición a la repetición es to perdido cuya sombra recaerá en su yo, lo


arrasante para el funcionamiento de la fami- que explica el incremento para su llamativo
lia en virtud de la asunción que hacen sus rencor.
miembros de comportamientos disolventes y Atendiendo al texto de la obra, Electra su-
emocionalmente dañinos. pera su melancolía tras el cumplimiento de
La melancolía de Electra y la locura de la venganza. Surge una pregunta capital res-
Orestes develan importantes nociones sobre pecto al destino del duelo por su madre. Todo
el concepto de enfermedad de los Aqueos. En haría pensar que no podría ser sin consecuen-
el mito se considera exagerada la posición de cias, por ejemplo una infertilidad. Sin em-
Electra, quien “no debe autodestruirse”. El bargo, no se explicita este avatar. Queda ve-
coro le muestra lo excesivo de la ira y la ma- lada la ineludible rivalidad que habría teni-
nera en que a ella la perjudica. Más precisa- do con su madre6 y la importancia del triun-
mente, las voces de la sabiduría le recriminan fo sobre ella tras su asesinato, en donde se
fuertemente sumirse en la melancolía, aunque jugarían sus más pertinaces deseos. Toda esta
encuentran legitimo su deseo de venganza. temática no podría ser intrascendente para la
Melancolía que el personaje explica por la vida femenina de Electra. No obstante, hasta
injuria social no compensada. Sola y atormen- ahí el relato. Lo que queda claramente
tada, Electra no se percata de la ayuda de develado es que el cumplimiento de la ven-
Júpiter, desconfía y descree de la justicia hu- ganza produce efectos. Queda liberada del
mana y divina. El coro le hace notar que el mandato del muerto.
tiempo de los dioses no es el tiempo de nues- El enfoque antropológico, permite aproxi-
tros deseos, pero Electra en coherencia con marnos al concepto griego antiguo de dolen-
su melancolía, no cree y desespera aun de la cia. Este último incorpora las etiologías y
justicia de los dioses. manifestaciones sociales de la enfermedad,
Al no interactuar con las deidades y es- más allá de los niveles orgánico y emocio-
tando en conflicto con su núcleo social, nal. Un desequilibrio social, la venganza no
Electra pierde algo del equilibrio de los dos ejecutada, ocasiona la melancolía, la cual sólo
lugares, humano y divino, y ella queda como puede curarse en este esquema conceptual
por fuera de ambos órdenes. Carente de re- mediante la compensación social pertinente.
laciones de confianza, está sola y no tiene Estas ideas nos recuerdan a las concep-
con quien expresar sus dudas y descargar su ciones de los grupos étnicos y campesinos.
angustia. Por las disputas con su madre, es En las sociedades indígenas, como lo han
lateral a la red de relaciones sociales con los mostrado acabadamente los estudios antro-
hombres, y por su desconfianza hacia los pológicos, el mal es siempre originado por
dioses, es lateral a los nexos de interacción la acción intencional de un hombre o una
con las deidades. El coro asume el papel de deidad (Chaumeil, 1995) e implica la intro-
“buena madre” pero Electra lo desoye y se misión de una sustancia ajena al organismo
hunde en la melancolía. Hay un retiro a un que es la misma enfermedad, o bien el rapto
diálogo con un muerto. Desde la perspectiva de la o las entidades anímicas. En las socie-
psicoanalítica su condición de estar en due- dades mestizas y campesinas el origen de las
lo, implicará una identificación con el obje- dolencias se remite a desequilibrios o causas
100 ANATILDE IDOYAGA MOLINA Y LILIANA ZIAURRIZ

naturales, sociales, ambientales, religioso- Al preguntarnos como se puede concep-


rituales y a la desarmonía entre las entidades tuar el individuo en el mundo Aqueo, pare-
que integran la persona (Idoyaga Molina, ciera que el privilegio de la estirpe hace que
1999 y 2000).7 Es indiscutible el origen so- el yo esté incluido en el linaje. Vemos aquí
cial de la melancolía de Electra, como lo en acción y de manera expresada y aceptada
atestigua el propio mito al fundar la causa en en el lenguaje convencional, en los víncu-
la afrenta no resuelta y al consignar la recu- los, la interacción del mito y el sujeto. Ve-
peración inmediata del personaje una vez que mos también la vigencia del mito familiar.
se produjo la venganza. Es claro, que la en- Las representaciones culturales que hacen
fermedad se manifiesta -además de los nive- a la noción de persona parecen incluir un
les físico y emocional- en los planos social y cuerpo, una psique, un principio anímico que
religioso-ritual. Electra se aísla, carece de sobrevive a la muerte, un poder individual o
vínculos sociales efectivos, se niega a asu- moira y una entidad que implica al linaje y
mir los comportamientos esperables de una que, por ende, lo liga a los otros miembros
mujer. A la vez, descree de los dioses y cues- del grupo y le impone circunstancias que se
tiona sus designios, implicando, por ende, su entienden a partir de una suerte de yo comu-
dolencia, una ruptura en el campo de lo míti- nitario.8
co-religioso. Teniendo en cuenta que la noción de per-
El origen de la locura de Orestes se halla sona integra al menos cinco entidades, la
en la acción e intención de las deidades -las construcción de la identidad no es igual a las
Erinias- que lo acosan por haber dado muer- de las sociedades occidentales contemporá-
te a Clitemnestra, vale decir en desequilibrios neas, puesto que abarca una entidad de lina-
de orden social y religioso-ritual. Su terapéu- je y un poder del individuo. En cuanto a esa
tica requiere de acciones en los dos campos suerte de yo comunitario, que deviene de la
mencionados, el juicio del areópago y el res- adscripción al linaje, es posible sugerir que
cate ordálico que hace de Ifigenia de manos la formación de la identidad liga al indivi-
de los Taurides, donde corría peligro de ser duo con fuertes vínculos a otros yo, lo que
sacrificada. En síntesis, recupera la salud a indica que se deben asumir como persona-
través de acciones en los ámbitos social y les, circunstancias y experiencias que
ritual. Es ostensible que la teoría de enfer- “fácticamente” les acontecen a otros. Por esta
medad de los aqueos, es anterior y diferente razón la esterilidad se vive como una maldi-
a las formulaciones hipocráticas. ción, así como la responsabilidad y el deber
Cabe destacarse aquí, que tras el rescate de responder por la memoria del muerto cabe
de Ifigenia se prohíbe la realización de sa- a todos los miembros del linaje. Aclaremos
crificios humanos, los cuales quedan así que la esterilidad autoimpuesta por Electra
como propios del tiempo mítico y ajenos a no daña al linaje de su padre al cual su des-
la sociedad de los hombres. Se trata, enton- cendencia no hubiera pertenecido, según el
ces, de conductas que remiten a la alteridad modelo patrilineal de los griegos, sólo per-
existencial de los dioses y de los humanos judica a Electra en su condición de indivi-
primigenios, pero no a la realidad de la so- duo, de ahí que su padecer sea reprochado y
ciedad Aquea. desaprobado por la sabiduría. De modo di-
ELECTRA Y LAS IMPLICANCIAS DE LA VENGANZA. UNA APROXIMACIÓN (...) 101

ferente, Orestes sí tiene que vengar la afren- siones de los hombres se entrelazan con las
ta infligida a su grupo en virtud de que la acciones e intenciones de los dioses.
muerte de Agamenón lesiona a todos y cada Los seres míticos, si bien son la alteridad
uno de los miembros del linaje. Orestes por existencial por la carga de poder que los ha-
ser el único hijo varón de la víctima es so- bita, se inmiscuyen en la vida cotidiana, to-
cialmente el indicado y habilitado para ejer- man partido por unos y otros, aconsejan y
cer la venganza. Si consideramos además que engañan, auxilian y punen.9 En fin, los seres
la salud del individuo requiere del equilibrio humanos necesitan relacionarse con ellos
y la armonía entre todas las entidades, al le- para oír sus sugerencias, conocer sus desig-
sionar el yo comunitario en cualesquiera de nios, solicitar su auxilio, realizar ofrendas y
los miembros, cada uno de los individuos está rituales, en la práctica, para hacer posibles
lesionado, por eso Orestes está socialmente las más diversas actividades -tales como la
muerto y debe actuar para reparar esa lesión, caza, la navegación, la guerra, etc- cuya con-
no sólo por coerción del grupo o porque así creción exige el respeto de las interdicciones
lo indican los ejemplos míticos, sino tam- impuestas por las deidades, estas prescrip-
bién en virtud de su propia salud social, men- ciones, a su vez, son el soporte de un pacto
tal y física y aun hasta de su propio egoísmo. de reciprocidad entre los hombres y las dei-
Finalmente, la elección de la víctima dades que otorga a los primeros piezas de
compensatoria para el sacrificio revela otro caza, navegación fructífera y éxito en los
de los modos en que opera este yo comuni- enfren-tamientos bélicos, para seguir con la
tario, al mostrar la posibilidad de desplazar misma línea de ejemplos.
al violador del tabú por otro individuo del También es cotidiana la relación con los
linaje, lo que equivale a decir que los miem- muertos. En los sistemas de representacio-
bros de un linaje son intercambiables en di- nes de la mayoría de las sociedades siempre
versos contextos, incluidos los que involu- una entidad anímica sobrevive a la muerte o
cran la vida y la muerte. se genera a partir de esta. Los griegos no son
En la sociedad que nos describe el mito una excepción. Las almas de los muertos
es posible la interacción con los dioses, la continuaban su existencia en el Hades, se-
negociación y conjunción de intereses entre guían interactuando con los vivos y aun in-
humanos y personajes míticos. Así, Apolo teresándose en sus vicisitudes. En el caso de
aconseja a Orestes el modo en que ha de con- este mito, lo dicho se hace evidente en la
cretar la venganza, las Erinias lo acosan por conversación que mantiene Agamenón, ya
encontrar excesiva la muerte de su madre, desaparecido, con su esposa Clitemnestra, en
mientras que Apolo y Atenea lo apoyan y los temores que ésta experimenta ante la po-
colaboran en el triunfo obtenido en el tribu- sible revancha de los muertos y en la repeti-
nal del areópago. Electra se siente injusta- da idea de que los difuntos siguen estando
mente abandonada por los dioses, Júpiter, no presentes, aunque de un modo diferente. La
obstante, intenta ayudarla. Clitemnestra se importancia del familiar o antepasado difun-
comunica con el Sol y realiza los rituales to se aprecia en los rituales propiciatorios que
propiciatorios a los dioses tutelares del lina- realiza Orestes en la tumba de su padre, los
je de Agamenón. En fin, las acciones y deci- que avalan su éxito y le permiten moverse
102 ANATILDE IDOYAGA MOLINA Y LILIANA ZIAURRIZ

como en un ámbito propio. ción moral de las propias acciones, como des-
La interacción con las deidades y los muer- tino impuesto, como infelicidad, como ac-
tos acepta y aun exige otros mecanismos de ción moralmente buena y deseable, como
conocimiento tales como la experiencia imperiosa necesidad retributiva mas allá del
onírica, la visita al oráculo y la interpreta- paso del tiempo y del olvido, pero también
ción de los augurios. Ello nos permite afir- como odio excesivo y estéril. La conducta
mar, que la realidad descripta en el mito se de Electra, entonces, es ambivalente, por un
funda en una representación de la sociedad, lado parece reprochable pues al no conver-
la naturaleza y los seres que la habitan en tirse en madre descarta el rol de la mujer en
términos de poder. En otras palabras, las re- la reproducción social del grupo, mientras
presentaciones culturales sobre lo sagrado que, por otro, al insistir con los reproches
penetran la vida, la sociedad y el mundo. Las -especialmente a su madre- se convierte en
nociones de moira, el poder sagrado perso- conciencia moral, en conciencia de un orden
nal y de diké, el poder sagrado de orden cós- legal que necesitan los hombres y que ga-
mico, son fundamentales al respecto. rantiza la existencia de la sociedad humana,
La sociedad de los dioses es distinta a la la cual al incorporar el universo de normas -
de los hombres, las deidades son antojadizas que funda el mito- se define como diferente
y realizan sus deseos sin miramiento a nor- a la de los dioses. Cabe mencionar que los
mas. El mito de Electra, como cualquier otro mitos sancionan el orden humano separán-
mito, fija normas, valores y costumbres y, dolo de los órdenes de otras sociedades, fue-
por ende, define a la socialización de acuer- ran estas de deidades, de animales, etc.
do a tal marco como específicamente huma- Orestes encarna la necesidad de la ven-
na y como generadora de identidad frente a ganza, la muerte social de quien no la practi-
la alteridad de las figuras míticas. ca y, a través de sus conflictos con las Erinias,
El modelo jurídico y social que fundamen- se establece la primacía de la venganza de
ta este mito otorga un papel prominente a la sangre sobre otros deberes y obligaciones
noción de reciprocidad, en este punto se cen- parentales, presenta la represalia como un
tra la idea de la venganza de sangre como hecho incuestionable, que está más allá del
justa compensación. Desde una perspectiva olvido y del perdón.
axiológica, la reciprocidad prioriza el equi- Clitemnestra sintetiza al ser antisocial, es
librio social y cósmico, equilibrio que ha de cómplice de la muerte de su esposo, intenta
ser mantenido sin prestar atención a los me- eliminar a sus hijos, apoya la usurpación de
dios que se utilizan, por eso se avala la astu- la casa de Agamenón, realiza rituales que no
cia, el ardid y la negociación conveniente. le corresponden a los dioses tutelares, casti-
Si es posible aceptar que en las mitologías ga a Electra, hace de Crisótemis una malva-
a través de los personajes y sus acciones se da, justifica el odio a los hijos por el dolor
describen arquetipos que fijan el orden del que el parto ocasiona, se burla de los debe-
presente, Electra es expresión de la melan- res morales, entre ellos el respeto por el li-
colía y del daño que ésta acarrea como efec- naje, la familia y la necesidad de la vengan-
to de la venganza no consumada. La repara- za. Sus conductas perversas ponen en evi-
ción de la ofensa se presenta como justifica- dencia los peligros que asechan la reproduc-
ELECTRA Y LAS IMPLICANCIAS DE LA VENGANZA. UNA APROXIMACIÓN (...) 103

ción social del grupo. Simboliza la amenaza Entre los que figuran asesinar, eludir la ven-
de la naturaleza sobre la cultura, del triunfo ganza, olvidar la memoria de los muertos,
de un orden no humano en la sociedad de los traicionar al propio linaje, ofrendar a los dio-
hombres. ses tutelares de otra estirpe. Como contracara
Crisótemis al desligarse de la venganza y garantizan la pervivencia del orden: vengar
aceptar las condiciones de Egisto está rene- la muerte, salvaguardar la familia y el linaje,
gando de su filiación. Téngase presente que cumplir con los rituales de reciprocidad con
el carácter patrilineal de las genos determina los dioses y compensar la violación de tabúes.
automáticamente la adscripción al linaje pa-
terno, adscripción que define entre otros as-
pectos la construcción de las identidades Conclusiones
individual y social. Crisótemis transgrede las
normas a la manera de una perversión so- El mito de Electra muestra un mundo fun-
cial. Su traición es en cierto modo una auto- dado en la reciprocidad, en este caso el hin-
traición dado que en función de su yo comu- capié está puesto en la venganza como justa
nitario ella fue también lesionada con la compensación.
muerte de Agamenón, por eso Electra le su- Define lo necesario, lo bueno y lo malo,
giere que ha perdido el juicio. El comporta- lo justo y lo injusto en relación con la ven-
miento de Crisótemis la aparta de lo justo y ganza de sangre a través de las actitudes y
debido, por congraciarse con el asesino de los conceptos que expresan tanto los perso-
su padre; esto implica una suerte de soborno najes humanos como los dioses. Establece
moral, su silencio va en trueque a la vida tran- la venganza como un hecho ineludible, el
quila en el palacio. no concretarla equivale a la muerte social.
Egisto es un ser antisocial capaz de asesi- La venganza es un derecho y un deber que
nar, de usurpar posiciones sociales y de rea- prevalece frente a otros.
lizar ofrendas y rituales contrariando las nor- Si bien la idea de punición como vengan-
mas, por consiguiente, interactúa con los dio- za personal ha sido abandonada mediante la
ses en forma indebida. delegación del ejercicio del poder en la jus-
Sobre la base de lo expuesto puede afir- ticia, aún en la actualidad el Talión tiene vi-
marse que los personajes se dividen en dos gencia en el inconsciente de los individuos
grupos. Uno integrado por Orestes, Electra, de las sociedades occidentales.
el ayo y el coro, cuya conducta apunta a la La sociedad de los hombres es meramen-
reproducción social y el otro por Egisto, te uno de los ámbitos de interacción, los se-
Clitemnestra y Crisótemis, el mensaje del res humanos también se relacionan con los
mito expresado en los comportamientos de dioses y los muertos. Sin embargo, la socie-
estos últimos, plantea las amenazas que debe dad humana se define como un conjunto di-
enfrentar y superar la sociedad humana, para ferenciado, regido por reglas de intercambio
mantener sus valores y tradiciones y para y reciprocidad, por valores y costumbres
seguir reproduciéndose. Desde esta perspec- adecuadas en contraposición a la anárquica
tiva, indica cuáles son las actitudes y nocio- y antojadiza sociedad de los dioses.
nes disolventes del orden social y jurídico. Lo sagrado integra las representaciones del
104 ANATILDE IDOYAGA MOLINA Y LILIANA ZIAURRIZ

yo, de los nexos sociales, de los vínculos con institución propia del tiempo primigenio, que
las deidades y de la percepción del mundo por ser abolida en ese lapso queda fuera de
natural. Hecho que hace que las nociones de las prácticas humanas. No obstante, desde una
sujeto y de persona sean diferentes a las de perspectiva psicoanalítica no podemos dar a
las sociedades occidentales actuales. la reglamentación de los sacrificios un rango
En los personajes el responsable está en tal que excluya la participación del deseo y
otro territorio, en el divino o sagrado. Hay de la conflictiva individual y, por ende, es in-
un ámbito del destino o de los designios de evitable considerar las pasiones en juego. La
los dioses donde se diluye. sucesión y repetición transgeneracional de las
La prohibición del homicidio parece no inmolaciones de los hijos da a esta saga un
tener un carácter endopsíquico y no posee carácter transgeneracional. Constituye una
por lo tanto eficacia interdictora. Se teme la novela familiar.
sanción social y el castigo con la muerte, así La muerte es mucho más que un hecho
como la venganza del muerto. Es culpa biológico en virtud de que a) los principios
persecutoria, paranoide. anímicos sobreviven al deceso físico y b) se
El individuo está integrado por varias enti- puede estar muerto socialmente aunque físi-
dades: un cuerpo, una psique, un alma, un yo camente vivo. De ello se desprende, que la
comunitario o del linaje y un poder personal. muerte era representada como un cambio
La necesidad de la venganza de sangre tiene ontológico, en un caso desaparece el plano
soporte en el yo del linaje por tratarse del ele- corpóreo y el principio anímico continua la
mento constitutivo que aúna al sujeto con los existencia en el Hades, en la segunda circuns-
otros miembros de su estirpe. tancia el ser social muere y el individuo se
Electra es una figura ambivalente, mien- exilia en el plano terrestre. Cuando la muer-
tras inmola su ser femenino y cae en la me- te social no es una condena al ostracismo, es
lancolía (aspectos negativos), se convierte en posible recuperar la vida.
conciencia social e histórica de la tragedia Las experiencias oníricas poseen el mis-
acaecida a Agamenón y su linaje y, conse- mo nivel de realidad que las realizadas en
cuentemente, de la necesidad de la vengan- vela y pueden tener un carácter predictivo.
za (aspectos positivos). El futuro es además cognoscible a través de
El resto de los personajes se dividen en augures y oráculos, de modo que el destino
dos grupos, el de Orestes y su ayo muestra se presenta como una realidad prácticamen-
las conductas que apuntan a la reproducción te inexorable. Posibilidad ésta que plantea
social del grupo, el de Egisto, Clitemnestra una enorme diferencia en el modo en que el
y Crisótemis caracteriza a los seres antiso- individuo piensa y proyecta su existencia.
ciales, cuyas conductas marcan las amena- El concepto de enfermedad expresado en
zas que enfrenta el orden jurídico y social de el mito, tanto por el origen que se atribuye a
los Aqueos. los males como por el ámbito en que se ma-
El sacrificio ritual de humanos se inscribe nifiestan, incluye desequilibrios físicos, psí-
en las relaciones de reciprocidad con los dio- quicos, sociales y religioso-rituales. Este
ses, admite el desplazamiento del ser ofren- concepto de enfermedad es diverso e insufi-
dado entre los miembros de un linaje. Es una ciente respecto al concepto psicoanalítico.
ELECTRA Y LAS IMPLICANCIAS DE LA VENGANZA. UNA APROXIMACIÓN (...) 105

Para este último enfoque, un cuadro de me- aspectos salientes en relación con nues-
lancolía no podría remitir fácilmente por una tro análisis.
circunstancia “externa” y será necesario con-
siderar que quizá la satisfacción de la ven- 3. En otro episodio del ciclo mítico de la
ganza, la separa de la unión a muerte con el Orestíada se aclara que la Diosa
padre. Respecto de las consecuencias que Artemisa había resignado el sacrificio
pudieran devenirle de la intensa relación de de Ifigenia, quien aparece adulta tras
odio con su madre, los textos citados no apor- haber padecido un sin fin de peripecias.
tan datos. Sería previsible que repercutiera
en su condición femenina a futuro. 4. La potencia de acuerdo a van der Leeuw
La obra de Sófocles en tanto recoge un mito (1964) es el aspecto objetivo de lo sa-
tradicional pone en escena un mundo mítico, grado, se revela necesariamente como
sistemas de valores y de representaciones de un poder, poder que, por exceder el
la sociedad Aquea y por ende anteriores y di- mundo de las reglas, de lo cotidiano y
ferentes al mundo griego clásico. previsible, es extraño y eventualmente
peligroso. En este sentido evoca el
misterium tremendum planteado por
Notas Otto (1965) al describir lo numinoso.

1. La temporalidad en el psicoanálisis tie- 5. Desde el inicio aparece el filicidio,


ne también su complejidad. Los acompañado algunas veces de devora-
parámetros de tiempo y espacio se or- ción. Así, Tántalo ofreció a su hijo
ganizan desde el preconsciente, desde Pélope a los dioses, quien en rigor fue
el lenguaje. Lo inconsciente en cambio salvado por Mitilos. Agamenón asesi-
es atemporal y no se rige por la cronolo- na a Tántalo, esposo de Clitemnestra y
gía convencional, los contenidos son in- el último y único sobreviviente de los
dependientes del transcurrir, no se des- hijos de Tiestes. Atreo, hermano de
gastan por el tiempo y no se le pueden Tiestes fue quien mató a sus sobrinos,
aportar representaciones temporales. Por convidando incluso a Tiestes a alimen-
otra parte, los sucesos o producciones tarse con los cuerpos de sus hijos. Esta
importantes para el sujeto van sufrien- homicida y antropofágica rivalidad en-
do resignificaciones con su devenir, de tre Tieste y Atreo fue parte de la lucha
manera que a lo largo de la vida las si- por el poder de sucesión entre ellos. De
tuaciones de crisis otorgan sentido nue- ello se desprende que la historia fami-
vo a lo anteriormente vivido. liar de los Atridas repite el infantici-
dio-filicidio, así como la matanza del
2. Por razones de espacio no podemos in- esposo-rival, en la lucha por el poder.
cluir una versión completa de la obra,
la cual sugerimos revisar a quien no la 6. Melanie Klein (1977) centra la relación
haya leído. De todos modos, hacemos de Electra con la madre en la intensa
un breve resumen para refrescar los rivalidad femenina y envidia por su
106 ANATILDE IDOYAGA MOLINA Y LILIANA ZIAURRIZ

constelación edípica y por la potencia suelen también producir la locura e


fecunda materna. implicar desequilibrios entre las enti-
dades que conforman la persona. El
7. Se atribuyen a causas naturales males susto, dolencia muy difundida en toda
menores que se curan rápidamente en el área andina, es un claro ejemplo de
el contexto de la medicina casera, son las enfermedades que se originan en la
de origen social el ojeo, la envidia, la desarmonía entre las entidades que in-
brujería y la tirisia. El ojeo es la tegran el individuo, se explica como la
descompensación energética que pade- disociación de la entidad anímica y el
cen los seres débiles cuando una per- cuerpo, el alma queda atrapada en el
sona con poder los toca, los mira o pien- lugar en que se produjo el espanto, se
sa en ellos. La envidia es la enferme- manifiesta en el nivel orgánico y en el
dad que causa ese sentimiento en la de la persona como totalidad, puede
persona que es objeto de los malos de- además ocasionar la locura. De los
seos. El daño o brujería es la enferme- males mencionados los más graves son
dad producida por encargo a un espe- la brujería y algunos de los de origen
cialista en las técnicas del daño y moti- religioso-ritual. La terapéutica incluye
vada en celos, envidia, odio, resenti- siempre acciones rituales destinadas a
miento, deseos de venganza, etc. La tratar la enfermedad en todos y cada
tirisia es la enfermedad que padecen es- uno de los niveles en que se manifiesta
pecialmente los niños por la pérdida de (Idoyaga Molina, 1999 y 2000).
lazos sociales significantes como los
padres, cuando estos mueren o migran 8. Sobre tipos de almas -almas internas,
por razones laborales. Todas se mani- almas dobles, almas sombras, almas
fiestan en el nivel orgánico y en el so- semidespegadas, almas nombres, etc.-
cial, la brujería puede además ocasio- y poderes específicos -de individuo, de
nar la locura y la tirisia se evidencia en linaje, de casta, de profesiones, de or-
la tristeza, todas ellas se originan en los den cósmico, etc.- puede verse van der
desajustes de la interacción social. El Leeuw, 1964.
ambiente, a través de emanaciones, cau-
sa enfermedades a quien transita por 9. Sobre los dioses griegos puede verse
ámbitos inadecuados, especialmente si Otto, 1968.
lo hace en horas de calificación negati-
va. Se originan en el campo religioso-
ritual los males que causan las deida- Bibliografía
des cuando los hombres no realizan los
rituales pertinentes o muestran mez- Bartolomé, M.
quindad al hacerlo y cuando violan 1976 Mitología del contacto entre los
tabúes, lo hagan concientemente o no. Mataco: Una respuesta simbólica
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Resumen
Las autoras realizan un análisis antro-
pológico y psicoanálitico del mito de Electra.
El trabajo focaliza la venganza en sus dimen-
siones sociales, jurídicas y emocionales, así
como el soporte mítico religioso de esta ins-
titución. Así, se exploran en relación con el
tema de la venganza las ideas de castigo,
culpa, responsabilidad, sacrificio y enferme-
dad y las nociones de persona, sujeto y lina-
je. Las autoras focalizan las representacio-
nes culturales que dan soporte a los signifi-
cados y prácticas de la venganza y las di-
mensiones psíquicas que esta devela.

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