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Pensamientos encaminados a encontrar la fe en Cristo


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Dudas de fé ?….. Quién no las tiene a veces ?… Hasta Sta. Teresa de Jesús
tuvo sus “noches oscuras”; y está en los cielos. A la fé no se llega ni por la
ciencia ni por la razón; solo “mirando” al Crucifijo y meditando; y
rezando ante el y/o a la Madre del Crucificado, nuestra Madre. No hay
otro camino.
Dudas,… al pensar en los miles de millones de seres que no han tenido o no
tienen la oportunidad de saber nada de Cristo ni de su palabra; ejemplos
muchísimos: en los países del Islam no puedes exhibir un Evangelio ni otro
signo cristiano: un rosario o una cruz que sean muy visibles; los requisan.
En la China Continental, su régimen solo admite a su “Iglesia Patriótica”.
¿Queremos entender el porqué de nuestro privilegio?; ya estamos
entrando
en el “terreno” de Dios; la soberbia se está adueñando de nosotros. Sin
humildad nada podemos hacer.…con ella hay caminos basados en esa
Cruz.

Sólo encontrarás la auténtica Paz y la verdadera Felicidad, si, en tu vida,


te ciñes estrictamente al Evangelio en TODOS tus actos y actitudes. Esto,
ya de por sí, nos infunde fe, y demuestra que solo por esos senderos hemos
de movernos minuto a minuto, si queremos lograr los antedichos objetivos.
Tan solo ajustándonos al “Sermón de la Montaña” los podríamos alcanzar.
Pero además, la ratificación de Cristo con su humillación y terrible
muerte, son definitivos: Una persona capaz de enseñar una Doctrina de
tan sublime belleza y concordancia, y refrendarla así (entre otras cosas
pudo desdecirse ante Pilatos y “evitarlo”), ni es un loco ni nos quiere
engañar. Es evidente.

Hay “ayudas”, como contemplar la Sábana Santa o la imagen de la Virgen


de Guadalupe, los prodigios de Fátima y Lourdes, escudriñar el Universo,
pero no nos llevan definitivamente a la auténtica y firme fe, naturalmente,
porque Dios está por encima de todo eso, al que se llega por amor a Cristo,
y ni por la ciencia ni por la razón que, como decimos, algo pueden ayudar.
Ni siquiera a veces por la misma Iglesia que componemos pobres
pecadores

Si alguien nos dice que, conociendo la Doctrina de Cristo y dejándola a un


lado, o tomando de ella solo lo que “le conviene” es así completamente
feliz, no le creas, porque una de dos: o es tonto o pretende engañarnos….
Dios es Amor. Y solo por el amor a Cristo (Hijo de Dios al que conocemos)
llegamos a la fe. Arrójate a los brazos de Cristo y háblale sin parar. Haz
todo por El, pues EL dio su vida de forma espantosa por nosotros…¿Quién
es más digno de confianza ?. Nadie. Si te fijas, la necedad, el egoismo, las
prisas, y, el total “relativismo” y sus “justificaciones forzadas” llevan a la
infelicidad.

Precisamente por este relativismo, hoy tan en boga, incluso en gobiernos, y


jefes de estado (aborto,…etc), todo se puede justificar…hasta con ”quien
repudia a su cónyuge, salvo caso de infidelidad, que le incita al adulterio”.

Para buscar la fe, no te apoyes en los hombres, sino en Dios y su Ley.


Y puesto que a Dios-Padre no le conocemos ni podemos conocerle hasta
alcanzar la santidad, ahí está el Nuevo Testamento. Pídele fe a su Hijo; y
para llegar mejor a El, reza a María y embriágate de su humildad y paz.

He aquí algunas “recetas caseras”: Asiste a Misa diariamente y comulga,


pero si tu trabajo no te lo permite, entonces reza el Rosario. Y si tampoco
puedes durante el día, hazlo por la noche ya en la cama; no te preocupes si
te duermes; no te preocupes si no te concentras en lo que dices, piensa en el
correspondiente misterio: esto sí que es fácil…… y te duermes cuando sea.
Escucha Radio María que la puedes sintonizar en varias frecuencias de
om, fm.1,fm.2, y oc (para Hispano-América); por ejemplo con fm en
96.9,...etc. Nunca sintonices la llamada “tele-basura”...tienes canales
ejemplares, entre otros: EWTN (en Imagenio dial 184 ; y en ONO dial 160
gratis las 24 horas Así te acercarás a Dios y si lo haces con absoluta
humildad aumentará tu fe

En estos tiempos, como en mayor o menor grado ha ocurrido con relativa


frecuencia en otros pasados, muchas personas, sin formación o madurez,
justifican su agnosticismo al indebido comportamiento de los que
formamos parte de la Iglesia. Craso o malévolo error, aunque se tratase de
sus mas altas jerarquías. Aquélla está compuesta por seres humanos con
sus errores y hasta corrupciones y no debemos juzgarles, solo Dios puede:
¿lo haríamos nosotros mejor relativamente a los “talentos“ recibidos?.
Habría que verlo. En todo caso, se trata de pronunciamientos simplistas; y
el que esté libre….

Hay que desterrar el relativismo en cualquier situación (matrimonio, vida,


familia, enseñanza, política,…etc.); con el relativismo en la mano, todo
vale.
Lo que debe prevalecer es el Evangelio, intentando siempre seguir a Cristo.
Ej.: el(la) que repudia a su esposa(o), salvo infidelidad, le incita al
adulterio La vida se inicia en la concepción; a partir de ahí el aborto es
asesinato, etc

Como decíamos, ni la ciencia ni la razón nos llevan a Dios; si así fuera


seríamos como El. Nos lleva la confianza en Cristo crucificado que, como
Verbo y hombre a la vez, es el único que puede conducir a los hombres
desde su miseria mortal a su felicidad inmortal. Un reciente chiste de El
Roto en un diario de tirada nacional, me hizo sonreír. En su aparente
ingenuidad planteaba una de las preguntas que han perseguido al hombre
desde su aparición sobre la Tierra: “Si el Universo ha salido de la Nada,
“Quién creó la Nada ?”….. No puedo negar que, a veces, dudo de cuantos
elementos componen mi esquema mental; que hay veces que me abandona
la confianza y temo perderme en el camino; en esos momentos recuerdo la
frase de Max Plant: “el primer sorbo de la ciencia nos puede conducir al
ateismo, pero, en lo más profundo de la copa, se haya Dios“.
Como humanos, “sentimos vivamente” que la pérdida de un ser querido,
no nos permite admitir su desaparición total: esto repugna a la mente;
algo estaría mal hecho, y esto nos hace sentirnos “estafados” por el
Universo. Su
“espíritu” sigue intacto en nosotros si cumplimos con la Ley de Dios;
cierto.

Ello nos dice que las sendas del amor a Dios y al prójimo, nos llevan a la
fe; incluso con esta afirmación en sí ¿no podríamos incurrir en soberbia ?;
está falta de algo: de la humildad, que nos lleva a la paz interior;
contemplando el crucifijo que, meditando y rezando sin parar, repara uno
en quien es la única Verdad, el único Camino, y donde está la auténtica
Vida, pidiendo fe en actitud de absoluta humildad pues él ya dijo “Sin mí
nada podeis hacer”.

A la fe no se puede llegar por la razón y, por tanto, tampoco por la ciencia;


solo por el amor y el espíritu que nos hace a imagen y semejanza de Dios; a
partir de su vida terrenal, sería de necios no confiar plenamente en Cristo;
y llegaremos a tener trato con Dios rezando con humildad “a ciegas”, para
dejar de estar ciegos, toda la vida sin dejarnos aturdir por agentes externos

En el silencio, pensando en Cristo, vendrá a nosotros la fe; sus frutos serán


la caridad, el servicio a los demás con continuo olvido de sí mismo, y la
Paz. Oración confiada y humilde ante el crucifijo, porque Dios es pura
sencillez.

Al hilo de lo que precede, mediante profunda meditación, nos damos


cuenta de que el espacio y el tiempo son parámetros “ficticios” o
“auxiliares“; solo el espíritu está, y queda en el amor, prevaleciendo sobre
aquéllos. Puede ser la consecuencia de que el hombre fuese “hecho a
imagen y semejanza de Dios”… en lo tocante a su capacidad infinita de
amar, aunque no la usemos.
En suma, arrojémonos ciegamente a los brazos de Cristo y la fe vendrá
sola
si nos mantenemos dentro del Evangelio sin subterfugios ni relativismos.
Pero, al menos seamos prácticos. La esperanza matemática de alcanzar un
bien, es el producto de la probabilidad de que exista ese bien por la cuantía
de dicho bien: La primera no podemos decir que es cero ni que es uno. En
el peor de los casos, supongamos que es 0,000000000000.…..000000.….…01
pero el valor del bien en este caso es infinito. Multipliquemos ¿Qué
sucede?

Cristo lo es todo y no posee nada; el mundo del amor, la caridad, lo pequeñ


es el mundo preferido por Dios; así, se hace cercano al humilde, al pobre y
al que sufre. En verdad que la escala de valores querida por Dios,
contrasta
con la escala de valores establecida por el hombre; se ve en el Evangelio
cuyo contenido nada o muy poco tiene que ver con las prioridades
humanas
reflejadas en medios de comunicación y en la misma calle; es curioso que
en Navidad todos los grandes almacenes, restaurantes, clubs..etc,
abarrotados, y ante el Santísimo Sacramento...prácticamente nadie. Que
paradoja: están celebrando su cumpleaños y le dejan casi solo; se busca
espectacularidad, y nadie ve su grandeza en su asombrosa humildad….. Y
El sigue esperando y acogiendo a quienes le buscan con sinceridad,
humildad, y persistencia.

¿Ha existido alguien con una Doctrina de semejante belleza, coherencia, y


sublimidad que, ya de por sí, con su fuente inagotable de normas de
conducta, nos pueda llevar a la felicidad y la paz ?. Y que a la vez haya
sido capaz de refrendarla dejándose llevar solo sin seguidores en esos
momentos al espantoso tormento y muerte que sufrió ?…“No tengais
miedo“ nos decía Juan Pablo II. Seamos sensatos como Pedro: ¿a donde
voy a ir Señor? solo tu tienes palabras de vida eterna. Después de su
pasión y muerte, decimos: “solo tu tienes palabras convincentes de vida
eterna”. Y sus palabras no son “para una época” como pretenden algunos
que, de forma insidiosa, quieren rebajar la naturaleza y misión de
Cristo…..sus palabras eran tan revolucionarias e incómodas entonces para
aquellos, como lo siguen siendo ahora. El lo dijo:“el cielo y la tierra
pasarán mas mis palabras no pasarán”
Detractores del Cristianismo y de los cristianos, se detienen sin excepción
ante el galileo: IMPOSIBLE CRITICARLO SIN DESPRESTIGIARSE.
Su extraña autoridad gastada en anunciar a los oprimidos las
bienaventuranza y obras de misericordia; que se rodeaba de todos con
inmensa preferencia por pobres y marginados, creador de parábolas de
indecible compasión, perdón y humilde servicio, que iba por aldeas
haciendo el bien y predicand
la ternura de un Dios bien distinto del bélico, vengativo y autoritario al
que los judíos rendían culto (este “cambio” en Dios es por la venida de
Cristo?)

El eterno, y muchas veces incomprensible, silencio de Dios se interrumpe


por una vez. Quienes siguieron al profeta en vida entrevieron en su
persona cómo la invisibilidad divina se materializaba en él. Sufrimos las
heridas de la vida, pero ¡realmente Dios enjugará algún dia las lágrimas de
nuestros ojos¡. El galileo no sobrevuela olímpicamente las deficiencias
estructurales del mundo, porque experimentó hasta el extremo, el absurdo
del existir humano: condenado por los hombres por blasfemo y
abandonado de Dios, esta ejemplaridad azotada y coronada de espinas,
que contempla desde la cruz el fracaso de su misión, suelta un grito
desgarrado que la comunidad cristiana primitiva no olvidará jamás. Y así,
en la noche de los tiempos, , cuando la nube del horror le impide (a Él
también) ver al Padre, el ejemplo de su confianza incondicional en El es
tan sobrehumano que hace a Dios, en medio de la desolación, aún más
visible a los ojos de los hombres.

El mundo sigue estando mal hecho y ninguna teodicea explica


convincentemente el dolor inocente y gratuito que lo inunda. Dios no
intervino para salvar al buen galileo ni tampoco alterará el curso de la
historia por nosotros. Ni dogmas, ni magisterios, ni teologías, ni ritos, ni
sacrificios, logran conjurar esta negatividad excesiva. Pero ahora nos es
dado contemplar con esperanza una ejemplaridad aún más excesiva, que
personifica una posibilidad suprema de lo humano tan perfecta, tan
radical
y sobreabundante, que sugiere un plus sobre lo humano (un plus que
recibiría tras la pascua diferentes títulos: Hijo, Mesías, Señor). No más
dilema: es creíble, es verosímil, no contradice el sentido común, que una
ejemplaridad de esta magnitud contenga una IMAGEN VISIBLE DEL
DIOS INVISIBLE. Comparándose con ella, el hombre percibe la
vertiginosa distancia que lo separa del modelo y, avergonzado por su
vulgaridad, abrumado, siente la necesidad de limpiar su corazón de la
negrura que lo espesa. Y solo en ese momento “toda ciencia
trascendiendo“, se le manifiesta por fín el Dios oculto, pues, como dijo el
galileo cierto día, “bienaventurados los limpios de corazón porque ellos
verán a Dios”(Mt 5,8)

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