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Humberto Schiavoni
Jefe de Campaña de PRO
Institucionalidad fiscal
Es necesario acordar un régimen de coparticipación que garantice la
distribución de los recursos fiscales sujeto a reglas y no a la discrecionalidad del
gobierno de turno. Esto permitirá una relación más libre entre el Gobierno
Nacional y las provincias.
El régimen de coparticipación debe ser pragmático y simple. Se debe
respetar los criterios de distribución históricos y acordar la redistribución de la
recaudación incremental en base a nuevos coeficientes que tengan en cuenta,
por un lado, la solidaridad (necesidades básicas insatisfechas, población,
densidad, etc.); y, por otro lado, la eficiencia de la gestión provincial
(mejoramiento de la calidad educativa, de la salud, infraestructura, etc.) Se debe
incluir en la masa coparticipable todos los tributos excepto los correspondientes
al sistema de seguridad social y los derechos aduaneros, tal como lo fija la
Constitución Nacional.
Más allá del régimen de coparticipación, deben volver a regir las
instituciones. Uno de los instrumentos que permitió en las últimas décadas la
fuerte concentración de poder en manos del Gobierno Nacional fue la
delegación de facultades que corresponden al parlamento y el otorgamiento de
superpoderes.
La delegación de facultades prevista en el art. 76 de la Constitución
Nacional debe ser, por definición, de carácter restrictivo, limitada a algunas
materias, por un plazo determinado y en casos de emergencia. Los superpoderes
concedidos al Jefe de Gabinete para modificar partidas presupuestarias
contribuyeron a una mayor concentración de poderes en manos del Gobierno
Nacional.
De acuerdo al propio Poder Ejecutivo Nacional, hace varios años que la
Argentina ha salido de la situación de emergencia que justificó, al menos desde
la teoría, tanto la delegación de facultades como el otorgamiento de los
superpoderes. Este mecanismo permitió por ejemplo que la cartera de
Planificación Federal incrementara en el ejercicio pasado un 65% de los
recursos pautados. Gran parte de este incremento se destinó a obras en las
provincias de acuerdo a un sistema de premios y castigos políticos. Para volver a
recrear un federalismo real, deberán reconstituirse las instituciones federales.