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124 WALTER BDITAMIN

LA OBRA DE ARTE EN LA ÉPOCA DE SU REPRODUCTIBILIDAD TÉCNICA 125

desarrollo de la humanidad en el momento en que los proble- Esta polaridad debe encontrar su lugar en la definición del
mas de la segunda naturaleza... * arte. El arte -así deberla formularse- es una propuesta de
mejoramiento dirigida a la naturaleza: un imitarla cuyo inte-
rior escondido es un "mostrarle cómo". El arte es, con otras
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palabras, una mimesis perfeccionada. En la mimesis dormi-
La importancia de la apariencia bella para la estética tradicio- tan, plegados estrechamente el uno dentro del otro, como las
nal tiene su base en una época de la percepción que hoy se hojas que germinan, los dos lados del arte: la apariencia y el
encamina a su término. La doctrina correspondiente alcanzó juego.
su última versión en el idealismo alemán. Pero ya en él mues-
tra rasgos epigonales. Su famosa fórmula según la cual la 25
belleza seria una apariencia [Schein] -manifestación [Er.schei-
nungj sensorial de una idea o manifestación sensorial de lo l,lor más ambiguos que sean los intereses que expresaban Le
verdadero- no sólo volvió tosca a la fórmula antigua sino Bon y otros con la Psicología de las masas, el pensamiento
que abandonó el fundamento de su experiencia. Éste se en- dialéctico no puede renunciar de ninguna manera, como lo
cuentra en el aura. Ni la envoltura ni el objeto envuelto es lo muestran las presentes consideraciones, al concepto de masa
bello; lo bello es el objeto en su envoltura -esta es la quin- y sustituirlo por el de clase. Se privarla así de uno de los
taesencia de la estética antigua-o Lo bello aparece [scheint] instrumentos necesarios para la exposición del devenir de las
a través de su envoltura, que no es otra cosa que el aura. Allí clases y de los procesos que lo acompañan. No sólo se da la
donde deja de aparecer, allí deja de ser bello. Esta es la for- formación de masas en el seno de las clases. Con mayor razón
ma auténtica de aquella antigua doctrina cuyos... t Lo que no podrla decirse que la formación de las clases tiene lugar en el
debe detener al observador de dirigir su mirada hacia atrás, seno de las masas. En su forma abstracta, esta afirmación es
hacia su origen, aunque no fuera más que para toparse allí sin duda vacía, y no se enriquece en contenido si se inserta en
con aquel concepto que se le contrapone polarrnente, que ha ella una masa cualquiera -la población de una ciudad o la
sido opacado por el concepto de apariencia y que sin embar- masa de los daltonianos-o Sólo en ciertos casos la formación
go ahora está llamado a presentarse a plena luz. Se trata del de clases en el seno de una masa es un proceso concreto e
concepto de juego. Apariencia y juego conforman una pola- importante por su contenido. En ciertas condiciones, el públi-
ridad estética. Como es sabido, Schiller en su Estética reserva- co de cine es una masa de este tipo. No tiene por sí misma
ba al juego un lugar definitivo, mientras la estética de Goethe una determinación fija en lo que respecta a su estructura de
clase, no es por lo tanto movilizable políticamente. Lo que no
está determinada por un interés apasionado en la apariencia.
excluye, sin embargo, que determinadas películas puedan
acrecentar o disminuir en ella una cierta disposición a ser
* Interrupción en el original.
t Interrupción en el original. movilizada políticamente. Algo que sucede a menudo de

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