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Teísmo y Evolución
El debate entre ciencia y religión se podría decir que es una de las discusiones más antiguas
que ha se dado a lo largo de la historia. En las diferentes épocas las argumentaciones en
defensa o en contra de la uno u la otra ha generado, en diferentes escenarios, de forma
agresiva, una enemistad entre ellas. La ciencia con el uso de sus métodos científicos
verificables que explican los fenómenos del mundo cree tener una superioridad sobre la
religión, la cual enfoca su conocimiento en una creencia en un ser superior llamado Dios, y
que por medio de él se creó todo lo que conocemos en el mundo.
Richard Dawkins en su libro El relojero ciego, en los apartados uno y dos de su escrito afirma
que la los animales somos las cosas más complejas que hay en el universo, que el diseño
utilizado para los seres vivos tienen una explicación que se enmarca en la idea que todas las
especies tienen un fin o una meta en el universo. Los seres vivos como seres complejos
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poseen una estructura interna que no puede ser explicada como una totalidad, sino que se
debe explicar a partir de sus partes para llegar así al conjunto. Lo anterior obedece a que
nuestro autor ateo entiende por cosa compleja todos los seres vivos porque tienen una
estructura interna que no se puede comprenderse a partir de su conjunto, pues los seres vivos
están compuestos por varias partes que funcionan cada una de forma diferente, cada una de
estas partes conforma el conjunto del ser vivo. Por ello, Dawkins dice que “lo único que
podemos hacer es tratar de comprender algunos de los principios generales sobre el
funcionamiento de los seres vivos y el porqué de su existencia” (Dawkins, 1986, p. 23).
Asimismo, Dawkins deja claro que las cosas complejas poseen una cualidad u/o habilidad
específica, la cual es dada de antemano a cada ser vivo, pero no se podría decir que se
adquiere por el azar. Dawkins a lo que quiere apuntar es que “el diseñador [de las especies]
es la selección natural inconsciente, el relojero ciego” (Dawkins, 1986, p. 59). En últimas,
Dawkins pone la selección natural como el diseñador del universo y las especies no hecha al
azar y tampoco sin un fin, pero niega rotundamente que haya habido un diseño inteligente
guiado, pues la selección natural es un proceso ciego, inconsciente y automático, como ya lo
mencioné líneas arribas. Es así como se explica la existencia de la aparición de la vida.
Por otro lado, Alvin Plantinga expone en su pensamiento que el conflicto real entre ciencia
y religión no se enfoca en una confrontación entre la teoría de la evolución y la teoría
creacionista. Plantinga dice que la aleatoriedad en la evolución no significa que está in-
causada, ni imprevista o no causada por Dios, ya que las creaturas necesitan del entorno y
para adaptarse a él adecuadamente, las creaturas necesitan de las mutaciones genéticas, estas
variaciones perfectamente podrían ser causadas por Dios; en otras palabras, la creación hecho
por Dios pudo haber acontecido de muchas formas, Dios pudo valerse de la selección natural
de Darwin y crear un diseño inteligente de lo que existe.
Ahora bien, el conflicto está en que Dios creó el hombre a su imagen, es decir, Dios previó
que existiera una creatura de este tipo, parecida a su hacedor y tuviera conocimiento para
distinguir entre lo bueno, lo malo y estar en relación con un Dios. Plantinga enfoca su idea
en que Dios creó y orquestó el proceso con cierta idea o intención en la mente. Lo anterior
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difiere de la teoría de la evolución porque la evolución revela un universo sin diseño, o sea
todo a llegado a ser por medio de procesos darwinianos no guiados1.
Ahora bien, en el Génesis 1 se narra que la tierra en el principio todo era caos y oscuridad,
podríamos presuponer que ya existía algo en la creación y Dios actúa y participa como un
organizador del mundo y lo hace pensando en un fin de específico. A partir de la anterior
podríamos poner a Dios como el encargado del diseño inteligente del mundo.
Desde el campo de la teología podrimos decir que ésta no busca explicar el cómo del
surgimiento del mundo, sino de donde pertenece el mundo, este podría ser un argumento
bastante básico de cómo la teoría de la evolución no se opone la teoría creacionista. A partir
de esto, se puede pensar que Dios ha participado y se ha utilizado en su obra creadora la
evolución.
Ahora bien, considero que sí existe un conflicto entre teísmo y evolución puesto que, al negar
a Dios en el proceso de origen del universo y las especies, es negar la realidad de un diseño
inteligente que planeó la aparición del mundo con un fin y objetivo claro. Dawkins plantea
que los seres vivos compuesto surgen a partir de la selección natural que no puede ser
producto del azar, sin embargo, nuestro autor no reconoce la presencia de un diseño
inteligente en el origen y organización de estas especies compuesta. Esto se contrapone al
argumento presentado por Plantinga de que las especies y el mundo están, en su proceso
1
Plantinga, A. (2011) Where the Conflict Really Lies: Sience, Religion and Naturalism. Oxford University Press.
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evolutivo, impregnadas de la presencia de un diseño inteligente y poseen una finalidad
especifica. Lo anterior me lleva a creer que no se podría pensar que un relojero ciego haya
podido direccionar con cierta precisión y maestría un trabajo tan pulcro, con unas
características tan precisas que constituye a los seres vivos en seres compuesto y les permitió
desenvolverse, mantener supervivencia y continuar su existencia en su entorno natural y en
ciertos casos hostil.
La pregunta aquí sería, ¿Por qué supeditar el origen del universo y las especies a una suerte
de relojero ciego, inconsciente y automático que defina con cierta perfección la aparición de
las especies? Si se podría admitir la presencia de un Dios que interactúa en el mundo, al
parecer, de la mano de la acción evolutiva.
Bibliografía: