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Alfried Längle
Dr. en Medicina y Dr. en Filosofía
Sociedad Internacional de Análisis
Existencial y Logoterapia, Viena
Resumen
Desde un punto de vista existencial, la motivación esencialmente involucra la
persona (con su habilidad específica de decidirse) en su mundo. Por ello, la
motivación puede ser definida como un proceso en movimiento dialógico desde el
presente, haciendo realidad las metas e intenciones. Desde esta perspectiva, la
motivación es una expresión (muchas veces inconsciente) de la intención humana
de llegar a ser, de situarse en la existencia. Este proceso se desarrolla de acuerdo
a los temas fundamentales de la existencia. Por ello, la motivación está
fundamentalmente relacionada con la estructura de la existencia, la cual modela la
sustancia de la motivación. Operacionalmente, la motivación conecta con el poder
(espiritual o noético) de la persona, como es descripto en el Análisis Existencial
Personal (AEP).
Contenido
Involucrar en el sentido de comprometer la persona, incluirla en los procesos sociales y de la
vida, hacerla participar en la vida e integrarla en su vida. (Nota de la traductora)
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Trabajo leído en el Congreso INPM, en Moscú, junio 12 de 2002.
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1. Qué hace a la motivación?
2. La voluntad de sentido de Frankl
3. La pregunta actual por el sentido
4. El paradigma existencial
5. Concepto existencial de Motivación
6. Las cuatro condiciones fundamentales para una existencia plena
7. El mundo, tratando con condiciones y posibilidades
8. La vida, tratando con relaciones y emociones
9. Siendo uno mismo, tratando con unicidad y consciencia
10. El sentido, tratando con el llegar-a-ser, el futuro y el compromiso
11. Referencias.
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Para Frankl, nosotros estamos verdaderamente motivados por tendencias
biológicas y sociales, pero en primer término y más profundamente por nuestra
personal “voluntad de sentido”. Esto significa que cada persona está movida,
fundamentalmente, por un esfuerzo espiritual para lograr un entendimiento más
profundo de las experiencias propias o actividades. Esta fuerza motivacional es
considerada como resultado directo de la esencia de la “naturaleza” humana. El
esfuerzo espiritual, así como la voluntad de sentido, está enraizada en la
dimensión espiritual (= dimensión noética o personal).
De acuerdo con la teoría de FRANKL (1973, XVII; 1959, 672) esta dimensión
espiritual está marcada por los tres potenciales humanos básicos 2:”espiritualidad
psicológica” 3, libertad y responsabilidad. La cuestión del sentido y el proceso de
la motivación primaria puede ser, por lo tanto, entendida como necesidades
concomitantes en esta dimensión. Básicamente ellas consisten en el desafío
creado por nuestra libertad.
Paradójicamente, la libertad trae consigo una compulsión por elegir- ser libres
significa que estamos obligados a elegir-. Un prerequisito para hacer una elección
real es la comprensión de ambos aspectos: el contenido y el contexto en el cual la
decisión debe ser hecha. La meta intencional de la voluntad surge desde este
horizonte, y si es adoptado por la individualidad, se vuelve un valor,
probablemente el valor más alto, en la situación dada. Estos son los elementos
constitutivos del sentido existencial: El valor más grande (el más alto o el más
profundo) en la situación dada que puede ser previsto y entendido para ser
alcanzado por sus habilidades. Así, la motivación primera de Frankl resulta ser
una consecuencia inmediata de la realización del voluntad personal, la expresión
humana de libertad.
Frankl desarrolló su concepto logoterapéutico de motivación en una época que
estaba dominada por determinismo, reduccionismo, subjetivismo y monadología,
a todos ellos los que combatió fervorosamente. En lugar de exponer estas ideas
que eran típicas de su educación, Frankl pudo trascender estas tendencias; los
logros personales y científicos de Frankl constituyen una evidencia de ello. Él
alcanzó esta integración, especialmente, con respecto al los conceptos de sentido
y auto-trascendencia –ambas piedras fundamentales de su antropología. Sin
embargo, desde algún punto de vista, Frankl podría haber adoptado un
pensamiento individualista, retrotrayendo y reduciendo el concepto de motivación
existencial al concepto de voluntad. Incluso reforzando su concepto motivacional
llamándolo “voluntad” de sentido. Frankl mismo explicaba esta decisión de
llamarlo “voluntad” para significar su intención de formular un contrapeso para la
“voluntad de poder” de Nietzsche. Haciendo esto, Frankl reemplazó el valor
instrumental de “poder” por un valor más espiritual de “sentido”. Más adelante, en
el punto 4, traeremos estas observaciones para una conclusión, describiendo un
concepto que hemos formulado desde una posición existencial.
2
Frankl también los llama “existenciales”, en referencia a la terminología de Heidegger,
Existentialien
3
“Espiritualidad psicológica” captura el sentido de la situación y activa el potencial de la persona
para ser libre. - La responsabilidad, por otra parte, también está relacionada con la libertad- se
impone a sí mismo sólo allí cuando los seres humanos son libres. – Mirando desde estos aspectos
prácticos, la libertad se revela como el factor decisivo de la dimensión espiritual. –La importancia
de la libertad explica porque es más frecuentemente tratada en teorías filosóficas y psicológicas,
que el sentido y la responsabilidad.
3
3. La pregunta actual por el sentido
4. El paradigma existencial
4
japoneses llaman “aida” (Kimura 1982; 1995, 103 ss.). Esta necesidad espiritual
de comunicación y diálogo también aparece en numerosos desórdenes de la
personalidad relacionados con la pérdida de uno mismo -no hay “yo” sin un “tú”,
como Buber y Frankl han explicado-. Ser uno mismo como persona significa estar
en comunicación - estar en una continua comunicación interpersonal e
intercambio interpersonal de contenidos y valores-. Significa tener bien afinado
[como un instrumento musical] lo externo con la realidad interior y viceversa,
coordinando lo propio con el sentido objetivo de la situación. La motivación es
comprendida como enlazada en este continuo fluir que se establece naturalmente
entre la persona y su mundo. Ambos están conectados de manera inseparable e
interrelacionados, en una acción recíproca ininterrumpida. O como Heidegger lo
ha definido: ser una persona, “Dasein” significa estar en-el-mundo, en relación
con la “otredad”.
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la integración del nuevo valor y de la persona dentro de un contexto mas
amplio (sentido).
De acuerdo a nuestra opinión, omitir a la persona en el proceso motivacional,
pierde el objetivo principal de la motivación humana, centrándose en una suerte
de reflexión o reacción, pero no en la “acción” misma. Cualquier acto está definido
como un acto decidido y es, por ello, voluntario y libre.
Visto desde este punto de vista, la noción de ‘estar en-el-mundo’ provee el piso
sobre el cual las fuerzas personales son activadas. Esto sucede por una
perspectiva de encuentro, con alguna forma de otredad o con uno mismo.
Pasemos ahora a considerar una mirada más cercana de las cuatro motivaciones
fundamentales para una existencia plena (4 MFE).
4
En el original en francés Vis-à-vis que significan mano a mano (Nota de la traductora).
6
En la primera parte hemos hablado de un punto crucial de la motivación, que
atañe al potencial dialogal del sujeto. Esta pro-vocación o respuesta puede ser
considerada como el punto inicial para cualquier motivación. La necesidad y la
habilidad para dialogar, son vistas como la dinámica esencial de la persona (con
consecuencias potenciales para la libertad y la voluntad). Este diálogo (con el
mundo y con uno mismo) es un prerequisito para el desarrollo de la motivación.
Hemos señalado que, por esta razón, no existe motivación sin cognición,
conformidad, poner en armonía, consentimiento interno y sentido. El concepto de
libertad motivacional -definido como el movimiento de una persona hacia un acto
libre dentro del mundo- debe tener en cuenta la estructura de la voluntad. La
voluntad humana está relacionada, fundamentalmente, con la estructura de la
existencia, la cual a su vez modela sustancialmente la motivación. Esta
provocación al diálogo y la relación con la estructura fundamental de la existencia
constituye la hipótesis central de este trabajo.
Una mirada más de cerca revela que, este concepto de motivación implica una
confrontación dialogal con los hechos dados de nuestra existencia. Toda
precondición de existencia puede ser contabilizada en cuatro estructuras
fundamentales, que son las “piedras fundamentales de la existencia”:
La primera condición surge del simple hecho que estoy ahí, que estoy en el
mundo. Pero ¿puedo hacer frente a esto? ¿lo comprendo realmente? Estoy ahí, y
como dice un dicho alemán del siglo 12: “si no sé de dónde vengo, ni sé hacia
dónde voy, me gustaría saber por qué estoy tan contento?” Estoy aquí, aquí estoy,
¿cómo puede ser posible esto? Aparentemente cuestionar este hecho tan
evidente conduce a uno a grandes profundidades, si uno es capaz de permitirse
esa exploración. Y, si realmente pienso en ello, me doy cuenta que no puedo
comprender, verdaderamente, este hecho. Mi existencia aparece como una isla
en medio de un mar de ignorancia y vinculaciones que me superan. La actitud
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más adecuada y tradicional hacia lo incomprensible es el asombro. Básicamente,
sólo puedo estar asombrado por el hecho de estar aquí.
Sin embargo, yo estoy aquí, lo cual me lleva a la cuestión fundamental de la
existencia: yo soy, pero ¿puedo ser? Para tener una versión más práctica de esta
pregunta, sólo necesito aplicarla a mi propia situación. Es ese caso, puedo
preguntarme a mí mismo: ¿Puedo pretender mi lugar en este mundo, bajo estas
condiciones dadas y con las posibilidades que tengo? Una respuesta positiva a
esta pregunta demanda tres cosas: Protección, espacio y apoyo (sostén). ¿Me
gusta la protección, el hecho de ser aceptado? ¿Me siento como en casa en algún
lugar? ¿Dispongo del espacio suficiente para poder ser aquí? ¿Dónde encuentro
apoyo en mi vida? Si estas condiciones para la existencia no fueran encontradas,
el resultado puede ser inquietud y intranquilidad, inseguridad y miedo (cf.
LÄNGLE 1996). Pero si realmente tengo estas tres cosas, podré creer en el
mundo y tener confianza en mí mismo, incluso fe en Dios. La suma de estas
experiencias de confianza constituye la Confianza Fundamental, la confianza en
cualquier cosa que considere como último y soporte final en mi vida.
Pero, para estar aquí, no es suficiente con encontrar protección, espacio y
soporte, también necesito arraigarme en estas condiciones, para decidirme a su
favor, para aceptarlas. Mi parte activa en estas condiciones para estar ahí, es
aceptar lo positivo y resistir lo negativo. Aceptar significa estar listo para ocupar el
espacio, confiar en el soporte y creer en la protección; en resumen, ‘estar ahí’ y no
tener que huir. Resistir significa tener la fuerza necesaria para persistir a pesar de
lo que es difícil, amenazante, invariable o que no se puede cambiar. La vida me
impone ciertas condiciones, y el mundo tiene sus leyes, las que sólo puedo
aceptar. Esta idea está expresada en la palabra ‘sujeto’ 5 en el sentido de ‘estar
sujetado o depender de’. Por otro lado, estas condiciones son fidedignas, sólidas
y constantes. Sólo es posible aceptarlas como dadas, dejarlas ser, si también yo
puedo ser al mismo tiempo. Por ello, aceptar significa dejar que cada uno sea, ya
que hay espacio suficiente para mí, las circunstancias no me amenazan más. Los
seres humanos se procuran el espacio que necesitan, con su habilidad para
tolerar y aceptar las condiciones. Si este no fuera el caso, las fuerzas
psicodinámicas se hacen cargo de la orientación en la forma de reacciones de
doping, con el objetivo de asegurar la vida (LÄNGLE 1998ª)
Una vez que uno tiene el espacio en el mundo, uno puede llenarlo con la vida.
Simplemente con estar, no es suficiente. Queremos que nuestra existencia sea
buena, ya que es más que un mero hecho. Tiene una “dimensión pathica6” que
significa que las cosas no suceden meramente, sino que nosotros las
experimentamos y las sufrimos o nos agradan. Estar vivo significa llorar y reír,
experimentar alegría y sufrimiento, ir en busca de cosas placenteras o no tanto,
ser afortunado o no y experimentar valor y disvalor. Experimentamos la felicidad
en la misma medida y profundidad que el sufrimiento. La amplitud de la
emocionalidad es igual en ambas direcciones, nos guste o no.
5
Sujeto del latín sub-iectus (Nota de la traductora)
6
Del griego pathos (παθoς) capaz de mover y agitar el ánimo infundiéndole afectos
vehementes, y con particularidad dolor, tristeza o melancolía. (Nota de la traductora)
8
De modo que, estoy confrontado con la pregunta fundamental de la vida: Yo estoy
vivo, ¿pero me gusta este hecho? No sólo el esfuerzo y el sufrimiento pueden
quitar el gusto por la vida. También una vida superficial y la propia negligencia en
el estilo de vida puede hacer que ésta se vuelva muy pesada. Para apoderarse de
la vida, para amarla, se necesitan tres cosas: Relaciones, tiempo e intimidad.
Para verificar la presencia de la vida en la propia situación, podemos hacernos las
siguientes preguntas: ¿Tengo relaciones en las que experimento cercanía, en las
cuales invierto tiempo y que me dan sentido de comunidad? ¿Para qué cosas
invierto tiempo? ¿Dispongo de mi tiempo para cosas valiosas, que valen la pena?
Tomarse el tiempo para algo significa desprenderse de una parte de la propia
vida, para invertirla en algo o alguien. ¿Siento cercanía y la mantengo hacia:
cosas, plantas, animales, personas?¿Me permito a mí mismo acercarme a otra
persona? Si las relaciones, la cercanía y el tiempo están ausentes, surge el
anhelo, luego la falta de calidez y finalmente la depresión. Pero si estas tres
condiciones se cumplen, puedo experimentarme a mí mismo siendo en armonía
con el mundo y conmigo mismo, y puedo sentir la profundidad de la vida. Nuestra
experiencia de todo y todos los valores, está formada por este valor fundamental,
que colorea las emociones, afecta y representa nuestro criterio, para todo aquello
que podamos sentir que tiene valor. Nuestra teoría de la emoción y la teoría de los
valores, se refieren a este aspecto fundamental de nuestra existencia.
Además, no es suficiente con experimentar -experienciar- relaciones, tiempo e
intimidad. Mi propio consentimiento, mi participación activa son requeridas. Me
apodero de la vida (carpe diem 7), me comprometo con ella, cuando soy capaz de
volverme hacia: otras personas, cosas o animales, o un trabajo intelectual o hacia
mí mismo; cuando voy hacia el encuentro, cuando tengo cercanía y contacto. Si
me vuelvo hacia una pérdida, surge la aflicción. Ese ‘volverme hacia’ podría hacer
que la vida reverbere dentro de mí. Si la vida hace que me mueva más
libremente, mi consentimiento para sentirme conmovido (en mis emociones) es un
prerequisito.
9
equidad y reconocimiento. Uno puede verificar la presencia de estas tres piedras
fundamentales de la existencia, preguntándose: ¿Quién me acepta realmente?
¿quién me considera único y respeta los límites que pongo? ¿La gente me hace
justicia? ¿Cuáles son las cosas por las que soy reconocido? ¿para qué cosas me
aprecio a mí mismo? Si estas experiencias se perdieran, podría aparecer la
soledad, la histeria (desorden histriónico), así como la necesidad de esconderse
en la vergüenza. Si, por otro lado, experiencio estas cualidades, me encontraré
conmigo mismo, encontraré mi autenticidad, mi desahogo y respeto por mí
mismo. La suma de estas experiencias construye mi propio valer, el valor más
profundo que me identifica a mí mismo como el núcleo: mi autoestima.
Para poder ser uno mismo, no es suficiente con prestar atención solamente a la
atención, equidad y reconocimiento. También tengo que decirme “sí a mí mismo”.
Esto requiere mi participación activa: considerar a los demás, encontrarme con
ellos y, al mismo tiempo, defenderme y rechazar todo aquello que no se
corresponda conmigo. Encuentro y pesar 8 son las dos maneras, por medio de las
que podemos vivir nuestra autenticidad, sin terminar en soledad. EL encuentro
representa el puente necesario hacia el otro, la causa que me lleva a descubrir,
tanto la esencia del otro como la mía, el ‘Yo en el Tú’. Por ello, participo en mi
propio reconocimiento, alcanzando mi propia aceptación.
8
Pesar (del lat. pesare) significa determinar el peso -o más propiamente- la masa de algo por
medio de la balanza o de otro instrumento equivalente. Equivale a examinar con atención o
considerar con prudencia las razones de algo para hacer juicio de ello. También dicho o hecho que
causa sentimiento o disgusto y arrepentimiento o dolor de otra cosa mal hecha. (Nota de la
traductora)
10
frecuentemente- resultar en una adicción o tendencias suicidas. Si, por el
contrario, se cumplen estas condiciones, seré capaz de dedicación y acción y,
finalmente, mi propia forma de creencia religiosa. La suma de estas experiencias.
agregadas al sentido de la vida, conduce al sentido de plenitud.
No es suficiente con tener un campo de acción, o con tener un lugar dentro de un
contexto y saber de valores para ser realizados en el futuro. Una actitud
fenomenológica es necesaria, a la cual nos referimos al principio. Esta actitud de
apertura representa el acceso existencial al sentido en la vida: la habilidad de
‘negociar’ con las demandas me pone en cada situación. (FRANKL 1973, XV, 62).
¿Cómo puedo aceptar el reto de este momento, y cómo debo responder a él? El
resultado válido no es sólo aquello que yo puedo esperar de la vida, sino, en
conformidad con la estructura dialogadle la existencia, es igualmente importante
que es lo que la vida quiere de mí. Y qué espera de mí el momento, y qué es lo
que yo podría o debería hacer, tanto para los demás como para mí mismo. Mi
parte activa en esta actitud de apertura consiste en abrirme en un acuerdo con la
situación, para examinar si lo que estoy haciendo es realmente para otros, para
mí, para el futuro, para mi entorno. Si actúo en consecuencia, mi existencia será
plena.
Hay un relato que Frankl solía contar y que ilustra, de manera muy simple, la
importancia del sentido ontológico para comprender la vida (cf. LÄNGLE 2002,
60ff) Con esta breve historia voy a concluir esta presentación.
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vio a otro hombre, quien también estaba cortando piedras. Se detuvo y le formuló la
misma pregunta. “Estoy cortando piedras angulares”, fue la respuesta. Meneando su
cabeza nuestro hombre continuó su viaje. Después de un rato encontró a un tercer
hombre, sentado en medio del polvo y cortando piedras, como habían estado haciendo
los anteriores. Resueltamente el viajero caminó hacia él y le preguntó: “¿También usted
está cortando piedras angulares?” El hombre levantó los ojos y lo miró, se limpió el sudor
de su frente en sus ropas y le dijo: “Estoy construyendo una catedral”
11. Referencias
Frankl VE (1973) The doctor and the soul. From Psychotheraphy to Logotherapy.
New York: Random House.
Kimura B (1982) The phenomenology of the between: on the problem of the basic
disturbance in schizophrenia. In: de Koning et al (Eds) Phenomenology and
Psychiatry. London, 173-185.
Längle A (1992a) Was bewegt den Menschen? Die existentielle Motivation der
Person. Vortag bei Jahrestagung der GLE in Zug/Schweiz, Published (1999) Die
existentielle Motivation der Person. In: Existenzanalyse 16, 3, 18-29.
Längle A (1992b) Ist Kultur machbar? Die Bedüsfnisse des heutigen Menschen
und die Erwachsenenbildung. In: Kongreband “Kulturträger im Dorf”, Bozen:
Auton. Provinz, Assessorat für Unterricht und Kultur. 65-73.
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Längle A (1994c) Personal Existencial Analysis. In: Psychotherapy East and West.
Integration of Psychotherapies. Seoul: Korean Academy of Psychotherapists 1995,
348-364.
Längle A (1996) Der Mensch auf der Suche nach Halt. Existenzanalyse der Angst.
In: Existenzanalyse 13, 2, 4-12.
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