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posmoderna
países diferentes.
Durante los seis años de existencia de su revista, Micic la usó para hacer
proliferar ideas que, pese a ser cosmopolitas y promover un arte que era
universal, seguían también, sin embargo, una agenda local, o sea,
nacional (y regional): Zenit promovía la idea del “tipo oriental-
metacósmico de superhombre” que tendrá “una relación superior con la
Sra. Europa”viii, y sus valores desgastados.
Las ideas de Micic – otra de las cuales era la designación del mencionado
superhombre como un “Genio-Bárbaro que rejuvenecerá a Europa” – son
reminiscencias no solamente de Nietzsche, sino también del ala “nacional”
del futurismo ruso (V.V. Khlebnikov, B.K. Livshits), el cual promulgaba (a
diferencia del futurismo cosmopolita del círculo de Mayakovski) la
negación de la cultura, la animalidad, el trogloditismo y la tradición eslava
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Cernigoj usó el último número de Tank para criticar a los artistas eslovenos
más tradicionalistas, como los hermanos expresionistas France y Tone
Kralj, y les desearon “perecer en esa pequeña y filistea Ljubljana”. Pero el
hecho es que sus opiniones eran mucho más moderadas, también quizás
debido a que él logró solamente un limitado reconocimiento público en
Trieste. Allí su mayor logro de vanguardia fue la participación de su grupo
(Stepancic, Giorgio Carmelich, Ivan Poljak, Zorko Lah, Josip Vlah) en la
exposición de arte, en 1927, en el pabellón de la ciudad. Después de eso,
su constructivismo empezó a declinar. Sin embargo, antes que eso
sucediera, Herwarth Walden dedicó el número de enero de 1928 de su
revista Der Sturm al “Junge Slowenische Kunst,” al “Joven Arte Esloveno” –
una frase que iba a resonar en 1984, cuando comenzó a existir la
organización “Neue Slowenische Kunst”, uniendo a diversos grupos
eslovenos postmodernos de vanguardia (tercera generación).
A diferencia de cualquier otro sitio en la antigua Yugoslavia, por lo menos
en Eslovenia la vanguardia llegó plenamente. Pero para que eso fuera
posible, el arte de vanguardia tenía que existir bajo condiciones diferentes
que en cualquier otro sitio en Yugoslavia, para no mencionar a la Unión
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de 1980, por lo que era mucho más difícil establecer una distancia entre la
ideología gobernante y la realidad social que esta representaba.
La ideología de la autogestión surgió en los primeros años de la década de
1970 como la ideología oficial que iba a convertirse en el “tercer camino”
yugoslavo, entre el socialismo de estilo soviético y el capitalismo
occidental. En sus inicios, el socialismo con autogestión recibió un fuerte
apoyo también entre los intelectuales, ya que prometía evitar las
deficiencias del sistema soviético, como la burocracia, el rígido sistema
estatal y el dogmatismo, así como la alienación y la explotación del
capitalismo. Esta fase de la idea de la autogestión terminó en la década de
1980, ya que su implementación requería una revisión completa de la
sociedad, incluyendo el nuevo vocabulario que estaba destinado a
designar a las instituciones y relaciones sociales de la autogestión. Lo que
comenzó como un proyecto político prometedor se convirtió en otro
socialismo local más.
libertad, la igualdad, la democracia, etc. Fue esa idea de una “vida mejor”
para la nación de uno (y para uno mismo) lo que condujo a las naciones
constitutivas a crear el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, como
fue una idea similar la que condujo al pueblo a abrazar el socialismo con
autogestión. Como la autogestión era un proceso y una “obra en curso”,
fue capaz de atraer un apoyo intelectual tan amplio que seguía
predominantemente al marxismo antropológico y “occidental”, y no a su
variedad “ortodoxa” soviética. En Yugoslavia la ideología oficial fue la
ideología y la teoría marxistas disidentes. Los intelectuales, como los que
pertenecían a los círculos Praxis de Zagreb y de Belgrado, no eran
“apparatchiks”, sino que se parecían a sus contrapartes occidentales
izquierdistas -– con la excepción de que frecuentemente tenían al Partido
de su lado. Bajo Tito ese mismo Estado financió, además, al cine y a la
producción teatral de vanguardia, al arte de vanguardia y a la música
modernista de vanguardia – así que ¿cómo un artista y un intelectual iba a
oponérsele (o a querer oponérsele), excepto asumiendo una postura
“disidente” y por lo tanto, básicamente conservadora, de promover las
ideas y los derechos “burgueses” (y con frecuencia nacionalistas), en lugar
de los verdaderos derechos sociales que surgen de un nuevo orden social
tal como lo designaban las ideas de la autogestión? Entonces se descubrió
otra manera de oponerse al sistema que ya no satisfacía las expectativas
iniciales, pero para hacer esto posible, era necesario el postmodernismo.
En su obra, los grupos Neue Slowenische Kunst copiaron todo, desde obras
nacionales e internacionales del pasado de cultura elevada y de masas,
hasta obras contemporáneas, en este aspecto siguiendo la tradición del
eclecticismo postmoderno, de la transvanguardia italiana y también de las
vanguardias tempranas con sus actividades multimedia. Obras de tipo
similar aparecieron también en otras partes de Yugoslavia. Figuras como
Goran Djordjevic o Raša Todosijevic en Belgrado (cuyas obras copiaron los
artistas eslovenos y de cuyos procedimientos se apropiaron)o Mladen
Stilinovic in Zagreb, fueron artistas que estuvieron relacionados con el
grupo esloveno Irwin.
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