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El Consumo y la Identidad:

Un proceso de Autocreación*

Por Dr. Roberto Luna-Arocas


Dpto. Dirección de Empresas. Universidad de Valencia.

El consumo actual, se caracteriza por la utilización de los símbolos en la autocreación de la identidad


del individuo. Por ello, éstos símbolos, en común acuerdo entre los grupos sociales, permiten que el
consumidor cubra espacios personales que quisiera desarrollar. Esto es lo que se denomina discrepancia
del self. En el presente trabajo se utilizó una muestra de 600 consumidores de la Comunidad Valenciana
y los resultados muestran la relación entre la discrepancia personal percibida y el tipo de consumo que
se prefiere. De hecho, a mayor discrepancia entre lo que somos y lo que queremos ser, existe una mayor
tendencia a utilizar la simbología del consumo para “autoconstruirse”...
Palabras clave: consumo, identidad, consumo simbólico.

Individuals use product symbolism to self-create their own identities. Thus, symbols, shared between social
groups, let consumers pursue their personal gaps in the identity reconstruction. This is well known as self-
discrepancy. This work shows results concerning the main relationship between self-discrepancy and
consumptions preferences with a sample of 600 individuals from the Community of Valencia. As is shown
in the literature, as much as people has a big self-discrepancy, the more they will tend to use the
symbolism linked with products to enhance themselves.
Key words: consumption, identity, symbolic consumption.

1. LA IDENTIDAD FRAGMENTADA DEL través del comercio. Y al consumo rea- Según BOCOCK (1993) tanto Veblen
CONSUMIDOR lizado por esta clase lo denominó como Simmel proporcionaron un aná-
consumo conspicuo (conspicous lisis de los nuevos estilos de vida que

D
esde finales del siglo XIX y co- consumption). Dentro de esta misma emergían en el cambio de siglo, en
mienzos del siglo XX, ciertos perspectiva, SIMMEL (1858-1918) anali- un estilo de vida metropolitano o de
autores llamaron la atención zó la sociedad germana y los cambios «nuevos ricos» en los que el consumo
sobre un tipo de consumo basado más generados por la aparición de las nue- de productos atractivos como la ropa
en el elitismo y simbología social ex- vas ciudades. De este modo, SIMMEL o los adornos personales ocupaba un
cluyente que en la utilidad funcional (1903, p. 308) defendía que “el pro- papel central en sus patrones de con-
del mismo. Así, VEBLEN (1857-1929) blema más profundo de la vida mo- ducta.
analizó la sociedad norteamericana derna venía del reclamo del individuo
contemplando la generación de una para preservar la autonomía de su exis- Observador de este fenómeno, FLÜGEL
nueva clase ociosa que había conse- tencia ante las abrumadoras fuerzas so- (1930) analiza la realidad simbólica de
guido grandes cantidades de dinero a ciales». Observó también la incesante un producto concreto, la ropa. Su li-
necesidad de las clases sociales más bro “la psicología de la ropa” marca
* Esta investigación ha sido posible gracias a la sub-
altas por distinguirse del resto de gru- un primer paso en el análisis del con-
vención del trabajo de campo tanto de la UCE Co- pos sociales, generando unos estilos sumo simbólico aplicado. Su estudio
munidad Valenciana como de UIPEC, Unidad de propios entre los que, por ejemplo, relaciona el significado simbólico de
Investigación de Psicología Económica y del Con-
sumidor de la Universidad de Valencia. se incluye la ropa. la ropa con la identidad de las perso-

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Un proceso de Autocreación 6 Investigación y Marketing ■ Núm. 70
nas. De este modo establece que la del simbolismo en el consumo. Los cribir significados culturales diferen-
ropa “...nos da un sentido individuos están rodeados de símbo- tes e inconsistentes a un producto de-
incrementado de poder, un sentido de los que participan en todo tipo de ac- pendiendo del grado en que se com-
extensión de nuestra identidad (self) tos de comunicación interpersonal. Un parten en la imaginación colectiva”.
corporal....” (FLÜGEL, 1930, p.34). símbolo es algo que conlleva o repre- Por lo tanto, conforme aumenta nues-
senta algo más. Los antropólogos dis- tro nivel de vida, más tendemos tal y
En la actualidad, y ante tales plantea- tinguen entre los símbolos como dice WILKIE (1994) a buscar un
mientos, BOCOCK (1993) defiende que connotativos y los denotativos. A los estatus utilizando el consumo y las
en las formas de capitalismo occiden- primeros les llaman referentes, mien- posesiones materiales. Pero incluso
tal del s. XX el consumo se podría con- tras que a los segundos expresivos. Un esta definición se quedaría corta con
templar además de como proceso eco- símbolo por lo tanto es referente si el significado que conlleva el
nómico utilitario, como proceso alude directamente a un objeto tangi- postmodernismo. Éste iría más allá de
cargado de signos y símbolos sociales ble, y será expresivo si conlleva no las clases sociales y se introduciría di-
y culturales. Ello fomenta que la so- sólo el objeto sino también implica su rectamente en los conceptos de
cialización en tales contenidos tenga significado y emociones (ROBERTSON, psicografía de la literatura del consu-
consecuencias muy directas con las ZIELINSKI y WARD, 1984). Los productos midor.
necesidades y deseos de los ciudada- de consumo conllevan asociados sím-
nos-consumidores. Así también, bolos sociales que permiten que los En la literatura científica reciente,
BAUDRILLARD (1988) argumenta que son consumidores compren a veces más muchos autores han analizado la rela-
los deseos y no sólo las necesidades por la carga asociada que por el pro- ción entre el consumo y el self (BELK,
la base de este consumo. Incluso en ducto utilitario en sí. Así, DICHTER (1964, 1988; DITTMAR, 1992; ELLIOT, 1997; HOGG
periodos de recesión económica no p.vii) hace especial énfasis en el sig- y SAVOLAINEN, 1997; SCHOUTEN, 1991;
cesa este deseo de llegar a definirse nificado simbólico de los productos y SOLOMON, 1983). De ellos, algunos se
un estilo de vida determinado y ser su relación con nuestras motivaciones han centrado en la relación entre la
un tipo de persona establecido. profundas: “nuestras motivaciones bá- ropa y la imagen personal (DITTMAR,
sicas están en gran modo dirigidas por 1992; D ICHTER, 1964; FLÜGEL , 1930;
Por ello, ha habido a lo largo de los el mundo tangible en el que vivimos. SCHOUTEN, 1991). Otros han enfatizado
últimos años un debate muy marcado Pero no compramos simplemente los el papel de la identificación personal
sobre una nueva orientación denomi- aspectos utilitarios sino los significa- y su importancia en la identidad (KLEINE
nada postmodernismo y que en cierto dos simbólicos que conllevan”. De y KERNAN, 1993).
modo supera el tradicional sistema de acuerdo con este planteamiento, CAS-
clases como elemento clave de identi- TILLO (1987, p. 27) argumenta que “todo Pero sobre todo destacan los trabajos
dad personal, por un sistema más cen- producto no es sólo un objeto físico, elaborados tanto por Elliot como por
trado en el consumo. Conforme a ello, sino que también es un objeto simbó- Dittmar. ELLIOT (1994, 1997) ha anali-
Bocock plantea si esta identidad real- lico impregnado de significaciones zado la relación del postmodernismo
mente se ha desplazado a unas condi- culturales”. Y también BAUDRILLARD y la fragmentación de la identidad con
ciones que tal y como afirma BAUMAN (1981) habla de un consumo del sig- la compra adictiva. Por otro lado,
(1992) son más flexibles y flotan alre- nificado simbólico de los productos DITTMAR (1992, 1995) ha profundizado
dedor de un estado potencial más que como clave de nuestra sociedad ac- en las teorías de la identidad intentan-
actual. Ya BAUDRILLARD (1988) llama la tual. Ello es defendido por E LLIOT do explicar la compra por impulso a
atención sobre el hecho que el consu- (1994) a través del papel de la frag- través de las discrepancias del self de
mo ha despegado de un nivel simbó- mentación como manifestación clave los individuos.
lico casi etéreo o hiperreal por lo que de la postmodernidad. De este modo
es la idea de comprar tanto como el el consumidor se va construyendo su
acto de la compra lo que motiva a mu- propia identidad de modo fragmenta-
chas personas a trabajar. Eso es fun- rio, por lo que las funciones de los 2. LA CONDUCTA DE COMPRA
damentalmente debido a la separación productos varían según los significa- EMOCIONAL Y SIMBÓLICA
entre el significante y el significado, dos que les otorgan los consumido-
sugiriendo incluso que una condición res. Es lo que FIRAT (1992) ha denomi- Se puede entender la compra emocio-
de la postmodernidad es la patología nado la adquisición de autoimágenes nal como una compra hedónicamente
de la identidad personal que se mani- del momento que conforman una frag- compleja donde los elementos subje-
fiesta en una dependencia de expe- mentación del self. Así, tal y como tivos, simbólicos y estéticos conforman
riencias cargadas de afecto inmediato. ELLIOT (1994) argumenta “ el significa- una interacción individuo (self) - pro-
do simbólico de los productos no se ducto (símbolos) de intercambio. Aun-
Una de las características más relevan- mantiene fijo, sino que está flotando que la compra emocional se la ha re-
tes de nuestra vida actual es el papel libremente, cada individuo puede ads- lacionado con elementos patológicos

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o «irracionales» del consumidor, LUNA- valorar la importancia de la noción de consumo y la dimensión de la belleza
AROCAS y FIERRES (1998) mostraron re- autodiscrepancia entre el yo real y el con símbolos relacionados con la mar-
sultados de una muestra en la ciudad yo ideal. ca de los productos y la moda.
de Valencia donde el 53,2% de los in-
dividuos decían no poder evitar algún En el estudio de L U N A -A R O C A S y El objetivo del presente artículo es el
producto de consumo. Por lo tanto, la QUINTANILLA (1999) ocho variables de de corroborar los datos del estudio de
compra emocional o por impulso, se consumo fueron utilizadas: consumo LUNA-AROCAS y QUINTANILLA (1999) con
puede conceptuar como una compra de prestigio (2 ítems, α=0,76), consu- una muestra representativa de consu-
normal y cotidiana en la vida de los mo de nivel de vida (3 ítems, α=0,79), midores de la Comunidad Valenciana.
individuos, dándose diferencias según preferencia de marca (3 ítems, , Se prestará especial atención a las tres
los significados que aporten los pro- α=0,78), atracción por la moda (2 dimensiones del self anteriormente
ductos a las personas. Así, en este ítems, α=0,63), placer de compras (3 mencionadas: la socioeconómica, la
mismo estudio se mostraban resulta- ítems, α=0,80), impulso de posesividad emocional y la relacionada con la be-
dos que indicaban las diferencias de (2 ítems, α=0,91), impulsividad en el lleza personal.
genero que existen actualmente en el consumo (15 ítems, α=0,93) y consu-
consumo. Las mujeres tienen compras mo de novedad (3 ítems, α=0,84). Ade-
emocionales más relacionadas con más se creó la escala NSES (Need for
productos y servicios que tienen que self-enhancement Scale; 7 ítems) que 3. METODOLOGÍA
ver con su propia imagen. Por el con- mide la necesidad que tienen los indi-
trario, los hombres muestran una ma- viduos de mejorar en determinadas Muestra
yor variedad de compras emocionales áreas de nuestra vida (salud, peso,
al incluir también aparte de la ropa belleza, social, personal, emocional, y Un total de 600 consumidores contes-
otros productos como los relaciona- socioeconómica). La escala de medi- taron a las entrevistas personales que
dos con la música, con los accesorios da era de cuatro puntos desde «1. se realizaron durante el mes de Fe-
de coche, accesorios de informática y Como soy actualmente» hasta «4. Mu- brero de 1999. El margen de error es
del deporte. cho mejor de lo que soy actualmente». del 4,1% con un nivel de confianza
De tal modo que se averiguaba el ni- del 95,5% para p=q=50. El 20,2% te-
Este estudio refuerza la línea de in- vel de discrepancia entre el yo-real y nía entre 15 y 24 años, el 22,3% entre
vestigación que basa sus hipótesis en el yo-ideal en esas parcelas del self. 25 y 34 años, el 20% entre 35 y 44
la relación directa entre el consumo y Los resultados de este estudio mostra- años, el 9,2% entre 45 y 54 años, el
la autoexpresión de la identidad de ron cómo las discrepancias intelectua- 16,8% entre 55 y 64 años y el 11,5%
los individuos. Es decir, en la utiliza- les y personales tienden a suscitar un más de 64 años. El 60% fueron varo-
ción del consumo como lenguaje de consumo basado en el nivel de vida nes y el 40% mujeres. Con respecto al
comunicación tanto personal como social. Así también, las discrepancias estado civil el 37,2% eran solteros y el
social. De hecho, este lenguaje basa- socioeconómicas se manifiestan a tra- 49,3% casados. La actividad de los
do en la estructura del consumo per- vés del consumo de nivel de vida, pre- encuestados variaba desde empresa-
mite la multiplicidad de roles típica del ferencia de marca, placer de compras, rios (11,7%) hasta estudiantes (16,8%),
concepto del postmodernismo. impulsividad en el consumo y consu- con un 16,8% de empleados, un 9,8%
mo de novedad. Por otro lado, las dis- de trabajadores autónomos, un 3,5%
En 1999 LUNA-AROCAS y QUINTANILLA de- crepancias en la dimensión de la be- profesionales liberales, un 9 % de obre-
sarrollaron un estudio basado en las lleza se relacionan con la preferencia ros, un 9,3% de amas de casa, un 11,3%
hipótesis preliminares de D ITTMAR de marca y la atracción por la moda. jubilados y un 1,2% parados. El 55%
(1992) y otros autores como SCHOUTEN Y por último, las discrepancias emo- residen en Valencia y provincia, el
(1991) y HOGG y SAVOLAINEN (1997) don- cionales se manifiestan a través del 32,7% en Alicante y provincia y el
de se enfatizaba la relación entre el impulso de posesividad y la 12,3% en Castellón y provincia. Con
consumo y el self. De hecho, HOGG y impulsividad en el consumo. respecto al hábitat el 30% de los
S AVOLAINEN (1997) plantean un self encuestados eran de localidades su-
multidimensional derivado de situacio- Este estudio conecta claramente las periores a 100.000 habitantes y el 70%
nes diferentes y relacionado con ro- dimensiones del self con los estilos de localidades menores de 100.000
les, marcas y productos distintos. Ya preferenciales de consumo. De hecho, habitantes. Otra variable utilizada fue
en 1967 Grubb y Grathwohl afirma- parece de especial relevancia subra- el número de miembros del hogar,
ban que el consumo puede ser un ele- yar el papel de los aspectos siendo un 51,8% de hogares con 1 ó 2
mento que estimule y eleve el self si socioeconómicos en el consumo ac- miembros, un 45% entre 3 y 4 miem-
el simbolismo del producto se ajusta tual. Además, coherentemente, la di- bros y un 3,2% de más de 4 miem-
al autoconcepto. Esta idea preliminar, mensión emocional se manifiesta a tra- bros. El nivel de estudios de los
fue desarrollada por DITTMAR (1992) al vés de variables emocionales de encuestados es mayoritariamente sin

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graduado escolar o sólo con el gra- TABLA 1. Descriptivos y fiabilidad de las escalas de consumo
duado, con un 39,9%, siendo un 38,9%
Alpha Desviación
individuos con nivel máximo de COU Escalas de consumo Nº de ítems Cronbach Media Típica
o FPII, y un 21,2% universitarios.
1. Consumo de nivel de vida 5 .84 2,26 1,09
Otras variables que nos sirven para
2. Preferencia de marca 3 .84 3,53 1,45
definir la muestra a nivel de consumo
son las relacionadas con el número de 3. Consumo de exclusividad y moda 3 .76 2,68 1,29
televisores por hogar, posesión de or-
4. Placer de compras 3 .80 2,21 1,19
denador y conexión a Internet. Con
respecto al número de televisores tan 5. Impulso de posesividad 3 .80 1,96 1,09
sólo un 0,3% dijo no tener, siendo el
número de uno en el 34,3% de los 6. Impulsividad 7 .83 2,71 1,14
hogares, dos televisores en el 45,5% y
7. Consumo Estético 3 .65 2,41 1,11
tres o más en el 19,9%. Ordenador
tenía el 43,7% de los individuos, sien-
do el 56,3% los que no tenían. Así tam-
bién, acceso a Internet tiene el 12,6% Las variables utilizadas relacionadas individuos buscan tener lo que el resto
de los individuos. con el consumo fueron siete. La pri- no posee, y sintiéndose de algún
mera de ellas es la compra por im- modo muy diferentes a los demás.
pulso pura, es decir, la inevitabilidad Tanto el consumo social, como el con-
Método de comprar productos por parte de sumo de marcas como el de modas y
los consumidores. Dicha compra por exclusividad han sido mencionados
Se realizaron entrevistas personales impulso está presente al menos en en la literatura de modo reiterado
en la calle, siendo realizada tal la- un 56% de los individuos (VEBLEN, 1899; SIMMEL, 1903; FLÜGEL,
bor por una empresa de investiga- poblacionales tal y como demuestran 1930; LEVY, 1959, 1981; DICHTER, 1968;
ción de mercados subcontratada al estudios anteriores (LUNA -A ROCAS y SOLOMON, 1997 Y DITTMAR, 1992; entre
efecto. El tiempo medio de entrevis- FIERRES, 1998). Otra variables es el im- otros). Por último, se utilizó también
ta fue de 15 minutos. El trabajo de pulso de la posesividad, es decir, la la escala de consumo estético que
campo duró dos semanas. Se con- necesidad de sentir que los produc- pretende medir el consumo de pro-
trolaron variables como el sexo (aun- tos van a pertenecer al consumidor, ductos con una alta carga de percep-
que al final hubo un ligero mayor siendo uno de los índice claros del ción estética y de belleza que se in-
porcentaje de varones), edad, tama- materialismo en la sociedad de con- tegra en la expresión del consumidor
ño de hábitat, y Provincia de la Co- sumo actual (BELK, 1985). Una terce- de sí mismo, siendo éste el principal
munidad Valenciana. ra variable es el consumo social o elemento de motivación de compra.
consumo de nivel de vida. Esta varia- Las variables estéticas han sido repe-
ble explica la necesidad de consumir tidamente mencionadas en la litera-
Medidas determinados productos que son acor- tura por autores como HIRSCHMAN y
des con la posición social del indivi- HOLBROOK (1982 ).
Las medidas utilizadas han sido lleva- duo o que de alguna manera utiliza
das a estudios de consumo desde el el individuo para integrarse en un Ya en 1999 LUNA-AROCAS y QUINTANILLA
año 1995. Las propiedades determinado nivel social. Es muy ca- utilizaron la escala NSES (Need for Self-
psicométricas de las mismas pueden racterístico de los individuos que uti- enhancement Scale) donde se medía
encontrarse en estudios previos (LUNA- lizan esta variable el consumir la el nivel de discrepancia entre el yo
A R O C A S , 1995; L U N A -A R O C A S y simbología asociada a los productos real y el yo ideal en siete dimensiones
Q UINTANILLA , 1998; L UNA -A ROCAS y para construir su nivel social. Otra del autoconcepto. Para ello se utilizó
QUINTANILLA, 1999 a, LUNA-AROCAS y variable relacionada con la anterior una escala de cuatro puntos (1. Estoy
QUINTANILLA, 1999b). es la preferencia en el consumo de bien como soy, 2. Me gustaría ser algo
marcas, es decir, el comprar de modo mejor de cómo soy, 3. Me gustaría ser
Por otro lado, las escalas utilizadas de habitual marcas con determinada no- bastante mejor de cómo soy; y 4. Me
consumo obtuvieron buenos resulta- toriedad de tal modo que los símbo- gustaría ser mucho mejor de cómo soy)
dos de fiabilidad, depurando más aún los asociados a éstas pasan inmedia- que valoraba la discrepancia en cada
la escala original dada la tamente a asociarse al consumidor una de las áreas. Dada la efectividad
representatividad de la muestra y su que las posee. Una variable más es- de la misma para discriminar necesi-
posible utilización en otras investiga- pecífica es el consumo de productos dades personales de los individuos, se
ciones. de exclusividad y moda, donde los utilizó de nuevo en este estudio.

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Análisis FIGURA 1. Variables de consumo según el género

En el presente estudio se han utiliza- 5,00


do análisis de correlaciones así como
análisis de medias mediante la prue- 4,00
ba t diferenciando la alta y baja dis-
3,00
crepancia en la escala NSES. Así, las
puntuaciones medias en las escalas de 2,00
consumo definirán los patrones de
consumo (HOGG y MICHELL, 1996) de 1,00
Impulsividad Posesividad C.Social Placer Compra C.Marca C.Moda C.Estética
los individuos según sus carencias o
necesidades percibidas y relacionadas Varón 2,65 1,87 2,34 2,09 3,61 2,75 2,39
con el autoconcepto. Para el análisis Mujer 2,81 2,11 2,13 2,40 3,41 2,57 2,43
estadístico se utilizó el SPSS en su ver-
sión 8.

TABLA 2. Porcentaje de sujetos con alta y baja discrepancia

4. RESULTADOS Baja Discrepancia Yo real-Yo ideal Alta discrepancia Yo real-Yo ideal


Dimensión del self (% individuos) (% individuos)

Tres variables resultaron ser Socioeconómica (estatus, prestigio, dinero...) 56,5 43,5
significativamente diferentes al tomar
como variable de agrupación el géne- Dimensión intelectual 76,6 23,4
ro de los encuestados. Por los resulta- Nivel físico (peso, deportes, ..) 81,7 18,3
dos obtenidos, los hombres presentan
un mayor consumo social que la mu- Nivel físico (belleza y atractivo) 83,6 16,4
jeres, t(587)=2,282, p<.023. Sin embar-
Dimensión emocional 89 11
go, las mujeres obtuvieron una media
mayor en las variables de consumo Dimensión social 90,9 9,1
relacionadas con el impulso de
posesividad, t(432,815)=–2,534, Dimensión personal general 93,5 6,5
p<.012; y el placer de ir de compras,
t(587)=–3,028, p<.003.
FIGURA 2. Discrepancia en las distintas dimensiones del self.
El nivel de discrepancia en determi-
nadas dimensiones del self es bastan-
te alto. Así por ejemplo, la discrepan- Bajo NSES Alto NSES
cia entre lo que uno es y lo que le Dimensión personal general
gustaría ser en la dimensión Dimensión social
socioeconómica es del 43,5%. Es de-
Dimensión emocional
cir, casi uno de cada dos sujetos dice
Nivel físico (belleza y atractivo)
querer estar bastante o mucho mejor
Nivel físico (peso, deportes, ..)
socioeconómicamente (mayor presti-
Dimensión intelectual
gio, mejor estatus, más dinero, etc.).
Socioeconómica (estatus, prestigio, dinero...)
La siguiente dimensión en importan-
cia es la de la inteligencia, con un 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
23,4% de individuos con discrepancia
alta. Así también, en la dimensión físi-
ca es un 18,3% y en la de belleza un podemos ver, otras argumentaciones significativamente diferentes entre
16,4%. teóricas se pueden situar en este mo- grupos. La cuestión principal es qué
delo, como son la de la teoría de la variables son las que se relacionan
Tal y como se plantea bajo el modelo disonancia cognitiva o la teoría del con cada una de las dimensiones del
teórico de la teoría de la discrepancia, equilibrio. self que muestran discrepancias.
los sujetos con alta discrepancia ten-
derán a generar mecanismos Los resultados muestran que los su- Dimensión intelectual (23,4% con
conductuales para reducirla. Como jetos obtienen puntuaciones alta discrepancia del self ideal-real)

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TABLA 3. Resultados de diferencias de medias entre sujetos con alta y baja discrepancia del self según las variables de consumo. primeras impresiones visuales. Así, se
consumen imágenes y se convierten
Variables de consumo N (Alto/Bajo) Media/Des. Tip Media/Des. Tip Sig,
(Baja discrepancia) (Alta discrepancia) Prueba t las relaciones en relaciones visuales.
Los sujetos con alta discrepancia en
Intelectual Impulso de Posesividad 450/139 2,01 (1,11) 1,81 (1,04) .065 esta dimensión muestran valores
Consumo social 447/139 2,33 (1,08) 2,03 (1,09) .004
significativamente diferentes en varia-
Preferencia marca 449/139 3,47 (1,42) 3,78 (1,48) .026
bles de consumo como la impulsividad
Física Impusividad compra 473/109 2,65 (1,14) 2,98 (1,08) .007 en la compra, el consumo social o de
Placer en la compra 478/109 2,15 (1,10) 2,46 (1,50) .041 nivel de vida, el placer de la compra,
Preferencia marca 479/109 3,47 (1,45) 3,83 (1,37) .020
la atracción por la moda y el consumo
Atracción por la moda 469/109 2,63 (1,24) 2,92 (1,50) .062
Consumo estético 481/109 2,34 (1,08) 2,69 (1,19) .005 estético. A diferencia de la anterior
dimensión no se presenta la preferen-
Belleza física Impusividad compra 485/97 2,65 (1,15) 3,02 (1,01) .002 cia de marca y sí, sin embargo, se da
Consumo social /Nivel de vida 491/96 2,31 (1,10) 2,03 (1,00) .022
el consumo de nivel de vida o consu-
Placer en la compra 490/97 2,14 (1,17) 2,55 (1,24) .002
Atracción por la moda 481/97 2,63 (1,27) 2,94 (1,39) .032 mo social.
Consumo estético 493/97 2,37 (1,12) 2,58 (1,06) .084
Dimensión social (9,1% con alta
Social Impusividad compra 523/57 2,69 (1,14) 3,00 (1,01) .051
discrepancia del self ideal-real)
Impulso posesividad 529/57 1,93 (1,10) 2,25 (1,05) .041
Placer en la compra 528/57 2,16 (1,17) 2,67 (1,27) .002 Las personas que persiguen un ma-
Atracción por la moda 521/55 2,63 (1,27) 3,16 (1,44) .004 yor ajuste social y por lo tanto mues-
Consumo estético 531/57 2,34 (1,09) 3,02 (1,13) .000 tran discrepancias en el self social,
tienden a presentar un consumo im-
Personal Impusividad compra 543/39 2,68 (1,13) 3,28 (1,05) .001
Placer en la compra 548/39 2,17 (1,16) 2,75 (1,41) .016 pulsivo, posesivo, con placer en la
Atracción por la moda 539/39 2,62 (1,25) 3,55 (1,50) .000 compra, con atracción por la moda y
Consumo estético 551/39 2,38 (1,11) 2,79 (1,15) .024 con una preferencia por el consumo
estético.
Emocional Impusividad compra 517/65 2,66 (1,14) 3,04 (1,07) .012
Impulso posesividad 523/65 1,91 (1,09) 2,37 (0,99) .001
Placer en la compra 522/65 2,17 (1,16) 2,53 (1,33) .020 Dimensión personal general (6,5%
Atracción por la moda 513/65 2,61 (1,25) 3,26 (1,52) .001 con alta discrepancia del self ideal-
real)
Socioeconómico Impusividad compra 327/257 2,58 (1,18) 2,87 (1,05) .003
Consumo estético 331/259 2,32 (1,14) 2,52 (1,07) .027 Las personas que les gustaría ser me-
jor a nivel personal general, muestran
un consumo de impulsividad, con pla-
cer en la compra, atracción por la
La discrepancia en la autopercepción co no está conforme con su cuerpo y moda y una preferencia por el consu-
ideal y real sobre el valor intelectual estado físico-deportivo. Las variables mo estético.
de la persona se relaciona con varia- de consumo con diferencias significa-
bles de consumo como el impulso de tivas son la impulsividad en la com- Dimensión emocional (11% con
posesividad, el consumo social y la pra, el placer en la compra, la prefe- alta discrepancia del self ideal-real)
preferencia de marca. De tal modo que rencia de marca, la atracción por la Uno de cada diez encuestados plan-
los sujetos con una alta discrepancia moda y el consumo estético. Tal y teó el querer ser mejor
intelectual en el self tienden a presen- como podemos sintetizar, es una de emocionalmente (bastante o mucho)
tar un consumo mayor de marca y sím- las dimensiones del self que más va- de lo que era actualmente. La ex-
bolos sociales. Por otro lado, también riables de consumo afecta o de algu- presión de las emociones no es pre-
expresan una necesidad de poseer los na manera utiliza para la reducción de cisamente un punto fuerte de nues-
productos (piénsese por ejemplo en esa discrepancia personal. tra sociedad, más bien, las personas
el caso de los libros) para remarcar o aprende a ocultarlas o bien a utili-
confirmar el objetivo de la Dimensión belleza física (16,4% zar otros medios sustitutivos del len-
intelectualidad ideal. con alta discrepancia del self ideal- guaje emocional. El consumo por lo
real) tanto presenta esta alternativa a la
Dimensión física (18,3% con alta La persecución de la belleza ideal se comunicación emocional. El perfil
discrepancia del self ideal-real) ha convertido actualmente en una de de los sujetos con discrepancia emo-
El cuerpo desde el punto de vista físi- las metas más buscadas por los seres cional es el marcado por un consu-
co y en forma, es una de las asignatu- humanos. Esta discrepancia del self es mo de impulsividad, posesividad,
ras pendientes de muchas personas. normal en sociedades que favorecen placer en la compra y atracción por
En nuestro caso, casi uno de cada cin- la valoración de las personas por sus la moda.

El Consumo y la Identidad:
Investigación y Marketing ■ Núm. 70 13 Un proceso de Autocreación
Dimensión socio-económica curso general utilizado para reducir muestra discrepancias en dos áreas
(43,5% con alta discrepancia del la discrepancia al darse en cinco de máximo.
self ideal-real) siete dimensiones (salvo en la inte-
Casi uno de cada dos encuestados lectual y en la socioeconómica). Y del
manifestó una alta discrepancia en el mismo modo, el consumo estético se
área socioeconómica persona. Esta ca- muestra en cinco dimensiones del self, 5. CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN
racterísticas es de por sí normal en salvo en la intelectual y en la emo-
sociedades donde se presta especial cional. La sociedad de consumo actual fa-
valor al prestigio y nivel vorece la utilización de los produc-
socioeconómico. Así, dos variables Así también, tres dimensiones mues- tos de consumo o servicios, y más
diferencian a los sujetos con alta dis- tran una clara utilización de la com- concretamente de los significados
crepancia, la impulsividad en la com- pra por impulso de posesión, estas percibidos, como medio de construc-
pra y el consumo estético. son la dimensión intelectual, social y ción personal de la identidad. El con-
emocional. Con respecto al consumo cepto del self, como resultado de la
Por los resultados obtenidos, la com- social, son dos dimensiones del self internalización y constante
pra por impulso se relaciona con seis las afectadas: intelectual y belleza fí- reinterpretación de la interacción in-
de las siete dimensiones del self utili- sica. Dos dimensiones claramente va- dividuo-sociedad, es cada vez un ele-
zadas en la investigación. Es tal y como loradas socialmente y que en muchos mento activo más desintegrado. Así,
podemos concluir un mecanismo usual de los casos los sujetos se marcan las diversas dimensiones del mismo,
de compensar las discrepancias per- como estándares de relación social. se construyen a veces como partes
sonales y que se suele aplicar de modo La preferencia de marca se da en la independientes que afectan a una
más bien indiscriminado para compen- dimensión intelectual y en la dimen- unicidad global denominada
sar el área emocional de la discrepan- sión física. autoconcepto. Sin embargo, la prio-
cia percibida. ridad en la autoevaluación de deter-
Por otro lado, se calculó en número minadas dimensiones sobre otras, fa-
Otra de las variables de consumo más de áreas en las que los sujetos presen- vorece que los individuos centren sus
utilizadas y que discriminan en la dis- taban discrepancias. De tal modo, que estrategias de autorrealización me-
crepancia personal en alguna de las el 37,2% de los encuestados dijeron diante el consumo de símbolos del
áreas analizadas es el placer de ir de no mostrar discrepancias en ninguna mercado. Estos planteamientos de-
compras. Se obtuvieron diferencias de las dimensiones. fendidos por los científicos de la in-
significativas en dicha variable en cin- vestigación del consumidor (BELK,
co de siete de las dimensiones, tan Un 31,1% lo muestra discrepancias en 1988; MENTA y BELK, 1991; SCHOUTEN,
sólo la dimensión intelectual así como sólo un área, un 14,5% en dos, un 8,3% 1991; SOLOMON, 1983) han permitido
la socioeconómica no mostraron ser en tres, un 4,8% en cuatro, un 1,4% que la investigación actual se espe-
sensibles a ella. Así también, la atrac- en cinco, un 0,7% en seis y un 2% en cialice en la autocreación del self a
ción por la moda parece ser un re- siete. Así, si los agrupamos, el 82,8% través del consumo.

Los resultados de la investigación


Figura 3. Porcentaje de individuos con discrepancias de self altas muestran inicialmente la sensación de
discrepancia de los individuos entre
40 lo que les gustaría ser y lo que son.
De hecho, la principal hipótesis de este
artículo que afirma que a medida que
30 sentimos mayor discrepancia mayor
tendencia tenemos utilizar el consu-
mo para reducirla, se ven corrobora-
20 dos por la cantidad de diferencias sig-
nificativas encontradas. Los sujetos con
alta discrepancia del self, muestran una
10 mayor tendencia a utilizar el consumo
simbólico para reducirla. Cuatro varia-
bles del consumo parecen ser utiliza-
0 das de modo genérico en la construc-
,00 1,00 2,00 3,00 4,00 5,00 6,00 7,00
ción personal de nuestra identidad: la
Número de dimensiones del self con discrepancia alta compra por impulso, el placer de ir
de compras, la atracción por la moda

El Consumo y la Identidad:
Un proceso de Autocreación 14 Investigación y Marketing ■ Núm. 70
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