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TECNOLOGÍA DE LOS MATERIALES

UNIDAD 1:

Introducción al estudio de los materiales:

La ciencia de los Materiales es una disciplina que se encarga de estudiar cómo están formado los materiales y cuáles
son sus propiedades.

El estudio de los materiales se aborda de la siguiente manera:

1. Estudio de la estructura de los materiales: Se intenta comprender cómo están constituidos los materiales.
Para lograr esa comprensión, la estructura de los materiales se analiza desde los siguientes enfoques:
• Estructura Atómica: Se estudia cómo están formados los átomos que conforman los materiales.
• Estructura Cristalina: Los diversos átomos que forman al material se agrupan entre sí cuando el
material está en estado sólido. Dependiendo de la forma o patrón como se agrupen los átomos, se
tiene lo siguiente:
 Materiales cristalinos: Los átomos se agrupan siguiendo patrones de ordenamiento
definidos. A los conjuntos de átomos agrupados de manera regular y ordenada se les llama
cristales. A un material cuyos átomos forman cristales se le llama material cristalino.
 Materiales amorfos: Sus átomos no siguen ningún patrón cuando forman al material. Todos
los átomos se encuentran colocados al azar.
 Materiales semicristalinos: El material posee zonas cristalinas (los átomos están ordenados
siguiendo un patrón regular) y zonas amorfas (los átomos se encuentran colocados de
manera desordenada).
• Microestructura: Los materiales están formados por una gran cantidad de cristales y/o zonas
amorfas. Un material cristalino puede estar formado por varios cristales los cuales difieren entre si
en sus propiedades físicas. Al conjunto de cristales (o zonas amorfas) que presentan las mismas
características se les llama fases. La microestructura se define como el conjunto de fases que forman
el material.
2. Estudio de las propiedades de los materiales: Las propiedades de los materiales dependen principalmente
de su estructura atómica, su estructura cristalina y su microestructura. Las propiedades del material son
conceptos que permiten cuantificar el comportamiento o la reacción del material ante estímulos externos.
Las propiedades pueden clasificarse de la siguiente manera:
• Propiedades físicas: Ejemplos de propiedades físicas son el color (cómo se comporta el material ante
la luz visible), el peso (cómo se comporta el material ante la gravedad), la resistencia eléctrica (cómo
se comporta el material ante una corriente eléctrica), etc.
• Propiedades químicas: Describen cómo se comporta el material ante el contacto con sustancias
químicas. Para nuestro estudio, las propiedades químicas mas relevantes tienen que ver con la
corrosión y degradación de los materiales.
• Propiedades mecánicas: Describen como se comporta el material cuando se le aplican fuerzas
externas.
3. Estudio de la relación entre la estructura y sus propiedades: Las propiedades que posee un material
dependen generalmente de su estructura. Por ejemplo, el modulo de elasticidad de un material depende de
la forma como se comporta el enlace químico que une a sus átomos (estructura atómica). Ciertas propiedades
magnéticas de los materiales dependen de la estructura cristalina. Por ejemplo, el hierro con cierta
estructura cristalina es capaz de ser atraído por un imán (propiedad llamada magnetismo). El mismo hierro
(los mismos átomos) pero con una estructura cristalina diferente (un material puede tener varias estructuras
cristalinas totalmente distintas entre sí. A ese fenómeno se le llama polimorfismo) no puede ser atraído por
un imán (no posee magnetismo). Las propiedades mecánicas dependen directamente de la
microestructura que tenga el material.
4. Estudio del procesamiento de los materiales: Los materiales se utilizan para hacer cosas. Durante el proceso
de manufactura de esas cosas, es muy común cambiar la forma geométrica del material. Esos procesos de
cambio de geometría llevan asociados cambios en las propiedades de los materiales.
Por ejemplo, el proceso de laminado permite fabricar láminas metálicas. El proceso consiste en hacer pasa r
una pieza de metal de cierto espesor entre dos rodillos que giran. La distancia de separación entre los rodillos
giratorios es menor que el espesor de la pieza de tal forma que esta es aplastada al pasar por el espacio que
separa los rodillos, reduciéndose su espesor. El proceso de laminado se repite varias veces en una pieza hasta
convertirla en una lámina.

La estructura del material cambia a causa del proceso de laminado. Como resultado del laminado, la
resistencia del material (su habilidad para resistir fuerzas aplicadas) aumenta, pero a costa de reducir parte
de su ductilidad (su habilidad para seguir deformándose).

Material
En ingeniería, el material es una sustancia o compuesto químico con alguna propiedad útil, ya sea mecánica, térmica,
eléctrica, magnética, óptica, etc.

Estados de agregación de la materia


Los sistemas materiales pueden ser homogéneos o heterogéneos, estar formados por una única sustancia o por
varias, tener una única clase de átomos o varias. Pero también se pueden manifestar de varias formas, en lo que se
llaman estados de agregación. Los estados de agregación son las distintas formas en que se puede presentar la
materia.
1. Estado Sólido: El estado sólido se caracteriza por tener una forma y un volumen fijos que no puede ser
cambiado. Los átomos y moléculas que forman los sólidos están ordenadas en el espacio, formando lo que
se llama estructura cristalina. Esa estructura cristalina se manifiesta en el sólido haciendo que éste tenga
una forma geométrica. Esto no significa que las moléculas y átomos que forman los sólidos estén en reposo.
Debido a la temperatura, se están moviendo continuamente (como todos los átomos y moléculas). Pero los
átomos están enlazados por unas fuerzas que impiden que se muevan libremente y sólo pueden vibrar, pero
sin separarse demasiado de su posición, como si estuvieran unidas mediante un muelle que se encoje y
expande continuamente.
2. Estado Líquido: Un líquido es incompresible, de forma que su volumen no cambia. Pero al contrario que el
sólido, el líquido no tiene una forma fija, sino que se adapta al recipiente que lo contiene, manteniendo
siempre una superficie superior horizontal. En el líquido, los átomos y moléculas no están unidos tan
fuertemente como en el sólido. Por eso tienen más libertad de movimiento y, en lugar de vibrar en un sitio
fijo, se pueden desplazar y moverse, pero siempre se desplazan y mueven una molécula junto a otra, sin
separarse demasiado. En la superficie del líquido, las moléculas que lo forman se escapan al aire, el líquido
se evapora. Si el recipiente que contiene el líquido está cerrado, las moléculas que se han evaporado pueden
volver al líquido, y se establece así un equilibrio, de forma que el líquido no se pierde.
Si el recipiente está abierto, las moléculas que escapan del líquido al aire son arrastradas por éste y no
retornan al líquido, así que la masa líquida acaba por desaparecer. Es por esto que las ropas se secan y más
rápidamente cuanto más viento haya, ya que el viento ayuda a arrastrar las moléculas que se han evaporado.
La ebullición, el que un líquido hierva, es distinta de la evaporación. Mientras que la evaporación sólo afecta
a la superficie del líquido, la ebullición afecta a todo el líquido, en todo el líquido aparecen burbujas de gas
que escapan de forma tumultuosa.
3. Estado Gaseoso: Si los sólidos tienen una forma y un volumen fijos y los líquidos un volumen fijo y una forma
variable, los gases no tienen ni una forma fija ni un volumen fijo. Se adaptan al recipiente que los contiene y,
además, lo ocupan completamente. Si el recipiente que ocupa el gas es flexible o tiene una parte móvil,
resulta fácil modificar su forma y su volumen, alterando la forma y volumen del gas que hay en su interior.
En un gas, las moléculas no están unidas de ninguna forma. Si en el sólido sólo podían vibrar, permaneciendo
fijas en un sitio determinado, y en el líquido podían moverse pero sin separarse unas de otras, en el gas las
moléculas se mueven y desplazan libremente. El gas está formado por moléculas con mucho espacio vacío
entre ellas, espacio vacío por el que se mueven con absoluta libertad. Por eso su volumen no es fijo y se
pueden comprimir y dilatar. Comprimir simplemente disminuye el espacio vacío en el que se mueven las
moléculas del gas, y dilatarlo es aumentar ese espacio vacío.
4. Cambios de estados: Los estados de agregación no son fijos e inmutables. Dependen de la temperatura. Si
sacamos hielo del congelador, estará a -10 ó -20ºC. Empieza a calentarse, pero seguirá siendo hielo. Cuando
la temperatura alcance los 0 ºC empezará a fundirse, ya que 0 ºC es la temperatura de fusión del hielo, es el
punto de fusión. Tendremos entonces hielo y agua a 0 ºC. Mientras haya hielo y agua, la temperatura será de
0 ºC, por mucho que lo calentemos, porque mientras se produce el cambio de estado la temperatura
permanece fija. Una vez que se ha fundido todo el hielo, el agua, que estaba a 0 ºC empezará a subir de
temperatura otra vez y cuando llegue a 100 ºC empezará a hervir, ya que 100 ºC es la temperatura de
ebullición del agua, es su punto de ebullición. Puesto que se está produciendo un cambio de estado, la
temperatura no variará y mientras el agua hierva, permanecerá constante a 100 ºC. Cuando toda el agua haya
hervido y sólo tengamos vapor de agua, volverá a subir la temperatura por encima de los 100 ºC. Lo mismo
ocurrirá a la inversa. Si enfriamos el vapor de agua, cuando su temperatura alcance los 100 ºC empezará a
formar agua líquida y su temperatura no cambiará. Cuando todo el vapor se haya convertido en agua, volverá
a bajar la temperatura hasta llegar a 0 ºC, a la que empezará a aparecer hielo y que quedará fija. Cuando toda
el agua se haya convertido en hielo, volverá a bajar la temperatura. Es decir, mientras se produce un cambio
de estado la temperatura permanece fija y constante, siendo la misma tanto cuando enfriamos como cuando
calentamos, aunque cada sustancia cambiará de estado a una temperatura propia.
La mayoría de las sustancias, el agua entre ellas, al calentarse funden del estado sólido al líquido y ebullen
del estado líquido al gaseoso. Al enfriarse, por contra, condensan del estado gaseoso al líquido y solidifican
del estado líquido al sólido. Algunas sustancias, como el hielo seco pasan directamente del estado sólido al
gaseoso, subliman. Y al enfriar el gas condensan directamente al estado sólido, pero siempre permanece fija
la temperatura a la que cambian de estado.
Como el cambio de un estado de agregación se realiza a una temperatura fija e invariable, tanto al calentar
como al enfriar, esa temperatura recibe el nombre de punto de, y el nombre del cambio de estado. Así, la
temperatura a la que ebulle el agua, como el paso de líquido a gas se conoce como ebullición, se llama punto
de ebullición. La temperatura a la que el hielo seco se convierte en gas se llama punto de sublimación.

Enlaces Intramoleculares e Intermoleculares

Los átomos se unen estableciendo agrupaciones permanentes porque existen fuerzas atractivas entre ellos que los
mantienen unidos (enlaces iónico, covalente, metálico). Estas fuerzas atractivas que mantienen unidos a los átomos
o a los iones que forman las sustancias químicas (elementos y compuestos) de manera estable, de tal manera de
formar un enlace químico, se conocen como fuerzas intramoleculares.

Por otro lado, existen fuerzas entre las diferentes moléculas de un compuesto, estas fuerzas se conocen como
fuerzas intermoleculares. Las fuerzas intermoleculares son las responsables de que exista el estado líquido y sólido.
Entre las moléculas de un gas no existen fuerzas intermoleculares. Los puntos de ebullición de las sustancias reflejan
la magnitud de las fuerzas intermoleculares que actúan entre ellas. Para que una sustancia pase del estado líquido
al estado gaseoso se debe suministrar suficiente energía para superar las fuerzas de atracción entre las moléculas.
El mismo principio se aplica al punto de fusión de las sustancias.

Las fuerzas intermoleculares pueden ser de varios tipos:


• Fuerzas de Van der Waals
• Ión-Dipolo

Resumiendo, podemos decir que, Dentro de una molécula, los átomos están unidos mediante fuerzas
intramoleculares (enlaces iónicos, metálicos o covalentes, principalmente). Estas son las fuerzas que se deben
vencer para que se produzca un cambio químico. Son estas fuerzas, por tanto, las que determinan las propiedades
químicas de las sustancias. Sin embargo, existen otras fuerzas intermoleculares que actúan sobre distintas
moléculas o iones y que hacen que éstos se atraigan o se repelan. Estas fuerzas son las que determinan las
propiedades físicas de las sustancias como, por ejemplo, el estado de agregación, el punto de fusión y de ebullición,
la solubilidad, la tensión superficial, la densidad, etc. Por lo general son fuerzas débiles, pero, al ser muy numerosas,
su contribución es importante.

Enlace Metálico
Los enlaces metálicos son, como su nombre lo indica, un tipo de unión química que se produce únicamente entre los
átomos de un mismo elemento metálico. Gracias a este tipo de enlace los metales logran estructuras moleculares
sumamente compactas, sólidas y resistentes, dado que los núcleos de sus átomos se juntan a tal extremo, que
comparten sus electrones de valencia.
En el caso de los enlaces metálicos, lo que ocurre con los electrones es que abandonan sus órbitas acostumbradas
alrededor del núcleo atómico cuando éste se junta con otro, y permanecen alrededor ambos como una especie de
nube. De esta manera las cargas positivas y negativas mantienen su atracción, sujetando firmemente al conjunto
atómico y alcanzando márgenes importantes de dureza, compactación y durabilidad, que son típicas de los
metales en barra.
Podemos decir, pues, que el enlace metálico es un vínculo atómico muy fuerte y primario, exclusivo de átomos de
la misma especie, pero que nada tiene que ver con las formas de la aleación, las cuales no son más que formas de
mezclar físicamente dos o más metales, o un metal con otros elementos para combinar sus propiedades.
Tampoco debe confundirse a este tipo de enlaces con los enlaces iónicos (metal-no metal) o los covalentes (no
metal-no metal), si bien comparten con estos últimos ciertos rasgos funcionales, ya que los átomos involucrados
intercambian los electrones de su última capa orbital (capa de valencia).

Enlace Iónico

Se entiende por enlace iónico o enlace electrovalente a uno de los mecanismos de unión química, que se da
generalmente entre átomos metálicos y no metálicos, fusionados debido a la transferencia permanente
de electrones, y produciendo así una molécula cargada electromagnéticamente, conocida como ion.
La transferencia electrónica en el enlace iónico se da siempre desde los átomos metálicos hacia los no metálicos, o
en todo caso, desde los más electronegativos hacia los menos. Esto se debe a que la juntura se produce por atracción
entre partículas de distinto signo, cuya variación en el coeficiente de electronegatividad sea mayor o igual a 1,7 en la
escala de Pauling.
Conviene aclarar que si bien el enlace iónico se suele distinguir del covalente (consistente en un uso compartido de
pares electrónicos en la capa externa de ambos átomos), en realidad no existe un enlace iónico puro, sino que este
modelo consiste en una exageración del enlace covalente, útil para el estudio del comportamiento atómico en estos
casos. Pero siempre existe algún margen de covalencia en estas uniones.
Sin embargo, a diferencia de los enlaces covalentes que constituyen a menudo moléculas polares, los iones no
poseen un polo positivo y otro negativo, sino que en ellos predomina por entero una sola carga. Así,
tendremos cationes cuando se trate de una carga positiva (+) y tendremos aniones cuando se trate de una negativa
(-).

Enlace Covalente

Se llama enlace covalente a un tipo de enlace químico, que ocurre cuando dos átomos se enlazan para formar una
molécula, compartiendo electrones pertenecientes de su capa más superficial, alcanzando gracias a ello el conocido
“octeto estable” (conforme a la “regla del octeto” propuesto por Gilbert Newton Lewis sobre la estabilidad eléctrica
de los átomos). Los átomos así enlazados comparten un par (o más) de electrones, cuya órbita varía y se
denomina orbital molecular.

Los enlaces covalentes son distintos de los enlaces iónicos, en los que ocurre una transferencia de electrones y que
se dan entre elementos metálicos. Estos últimos, además, forman moléculas cargadas eléctricamente,
llamadas iones: cationes si tienen carga positiva, aniones si tienen carga negativa.

En cambio, ciertos enlaces covalentes (entre átomos diferentes) se caracterizan por una concentración de
electronegatividad en uno de los dos átomos juntados, dado que no atraen con la misma intensidad a la nube de
electrones a su alrededor.
Esto da como resultado un dipolo eléctrico, es decir, una molécula con carga positiva y negativa en sus
extremos, como una pila ordinaria: un polo positivo y otro negativo. Gracias a ello las moléculas covalentes se
juntan con otras semejantes y forman estructuras más complejas.

Estructura cristalina

La estructura cristalina se refiere al tamaño, la forma y la organización atómica dentro de la red de un material.

Red: Conjunto de puntos, conocidos como puntos de red, que están ordenados de acuerdo con un patrón que se repite
en forma idéntica.
Puntos de Red: Puntos que conforman la red cristalina. Lo que rodea a cada punto de red es idéntico en cualquier otra
parte del material.
Celda Unitaria: Es la subdivisión de la red cristalina que sigue conservando las características generales de toda la
red.

Sistema de cristalización
Estructura cúbica centrada
Formada por un átomo del metal en cada uno de los vértices de un cubo y un átomo en el centro. Los metales que
cristalizan en esta estructura son: hierro alfa, titanio, tungsteno, molibdeno, niobio, vanadio, cromo, circonio, talio,
sodio y potasio.
Estructura cúbica centrada en el cuerpo:
Cada átomo de la estructura está rodeado por ocho átomos adyacentes y los átomos de los vértices están en contacto
según las diagonales del cubo
Estructura cúbica centrada en las caras:
Cada átomo está rodeado por doce átomos adyacentes y los átomos de las caras están en contacto. Está constituida
por un átomo en cada vértice y un átomo en cada cara del cubo. Los metales que cristalizan en esta estructura son:
hierro gama, cobre, plata, platino, oro, plomo y níquel.
Estructura hexagonal compacta:
Esta estructura está determinada por un átomo en cada uno de los vértices de un prisma hexagonal, un átomo en las
bases del prisma y tres átomos dentro de la celda unitaria.
Cada átomo está rodeado por doce átomos y estos están en contacto según los lados de los hexágonos bases del
prisma hexagonal. Los metales que cristalizan en esta forma de estructura son: titanio, magnesio, cinc, berilio,
cobalto, circonio y cadmio.

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