ETICA

PROFESIONAL
PASTORAL

IGLESIA DE DIOS
(7o. DIA) A. R.

REPUBLICA MEXICANA

ETICA PROFESIONAL PASTORAL ETICA PROFESIONAL PASTORAL

 CONTENIDO

Sección
Página

ETICA PROFESIONAL PASTORAL........................................5

¿QUE ES LA ETICA PROFESIONAL?.....................................6

ETICA EN EL TRABAJO..........................................................7

ETICA HACIA LOS CONGREGANTES..................................9

ETICA EN LAS VISITAS.........................................................11

ETICA CON LOS COMPAÑEROS DEL MINISTERIO.........12

ETICA CON EL MANEJO DEL DINERO..............................14

ETICA CON LA FAMILIA......................................................15

ETICA CON LAS PERSONAS NO CONVERTIDAS............16

RECOMENDACIONES FINALES..........................................17

ETICA PROFESIONAL PASTORAL ETICA PROFESIONAL PASTORAL 3

 ETICA PROFESIONAL PASTORAL

Sin duda que en más de una ocasión usted ha escuchado decir: «no tiene
ética» o «faltó a la ética», ambas expresiones se refieren al momento
cuando un pastor ha hecho algo que afecta a sí mismo, a otra persona
o al ministerio.

Los pastores como servidores públicos también tenemos un Código de

Ética que, si bien no está descrito en la Biblia como una lista sobre lo
que debemos o no hacer, nos dice que nuestra actitud hacia el prójimo
debe ser tal que sólo se procure su bienestar.

Los pastores no tenemos que inventar una moral propia, pero sí debe-
mos hacer uso de un sano criterio para aplicar la voluntad de Dios a las
distintas esferas de nuestra vida privada, social y profesional.

La ética cristiana es antecedente indispensable de la ética pastoral ya

que están muy relacionadas.

Los principios y normas generales de nuestra fe deben ser guiados por el

Espíritu de Dios, y cada pastor debe saber cumplir libre y con amoroso
entusiasmo tales deberes.

Lo bueno y lo malo debe estar regido por las normas divinas; de lo con-
trario, lo bueno será lo que uno mismo estima como tal en determinado
momento, y lo malo será aquello que no interesa. Si de esta manera
estuviera regida nuestra conducta, haríamos más mal que bien; de allí
que es necesario contar con un Código Ético que nos guíe en la delicada
labor pastoral.

Ética es la ciencia que se ocupa de los deberes morales del hombre.

Bíblicamente, la obligación moral del hombre se funda en su relación
de criatura respecto al Creador Soberano.

« Esto es lo que pido en oración: que el amor de ustedes abunde cada

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vez más en conocimiento y buen juicio, para que disciernan lo que es
mejor, y sean puros e irreprochables para el día de Cristo Jesús. Llenos
del fruto de justicia que se produce por medio de Jesucristo, para gloria
y alabanza de Dios» (Filipenses 1:9-11).
¿QUÉ ES LA ÉTICA PROFESIONAL?
«La ética profesional es el compromiso que adquiere el hombre de res-
petar a sus semejantes, en el trato de la profesión que ejerce». (Nérici)
Todos los que formamos parte del ministerio pastoral debemos esforzar-
nos por entender el compromiso que el Señor nos otorgó y realizarlo de
la mejor manera, estando conscientes que el respeto a nuestro prójimo
es algo más que dirigirnos a él con cierta cortesía. Respetar a nuestro
prójimo nos lleva a:
1. Servirles con amor y esfuerzo brindándoles lo mejor de nosotros.
2. Estar al día en los conocimientos y técnicas para ofrecerles la
mejor enseñanza y consejos.
3. Establecer o mantener estrecho y permanente contacto con el Señor
para siempre tener el ánimo, fortaleza y espiritualidad necesarias
para ministrar.
4. Planear a conciencia nuestras labores, para así mostrarles que las
actividades espirituales que haremos con ellos las consideramos
tan importantes al grado de haberlas previsto en un máximo de
detalles.
5. Aceptarlos como son y, a partir de allí, cariñosamente ayudarlos
a superar sus flaquezas y adquirir virtudes.
6. Reconocer sus cualidades alentándolos a ponerlas al servicio de
los demás.
7. Ser discretos con sus defectos.
8. Mostrarnos tal como somos, sin que esto dé la imagen de cinismo,
sino transparencia en nuestra conducta.
9. Interesarnos por sus necesidades, procurando ayudar a suplirlas.
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10. Ayudarlos a crecer espiritualmente.
11. Vivir de tal manera que nuestro estilo de vida sea ejemplo y mo-
tivación.
12. Resolver conflictos sin dejarnos llevar por simpatías, lisonjas o
presiones.
13. Pensar en ellos como seres individuales.
14. Ofrecerles nuestro amor a través de una disposición constante.
15. Hacerles notar que ellos son el templo de Dios y por lo tanto más
importantes que un edificio o algún aparato o mueble.
16. Que sin mucho esfuerzo ellos perciban que les servimos y no que
los utilizamos.
Una equivocada comprensión de lo que significa «respetar», lleva a
algunos a permanecer ajenos a lo que les sucede a otros y a las decisio-
nes que toman. Ellos deben estar seguros que tienen en nosotros una
sincera cooperación en la construcción de las metas que se han fijado.
«Ningún soldado que quiera agradar a su superior se enreda en cues-
tiones civiles. Así mismo, el atleta no recibe la corona de vencedor si
no compite según el reglamento» (2 Timoteo 2:4-5).
ETICA EN EL TRABAJO
1. Aunque los pastores profesionales o de tiempo completo no
estamos sujetos a un horario ni tenemos quien supervise lo que
hacemos durante cada día, nuestro compromiso con el Señor y con
su iglesia nos debe llevar a dar lo mejor de nosotros en tiempo y
esfuerzo, ya que de no hacerlo llegará el momento en que la iglesia
perciba la falta de calidad y buenos resultados, ocasionando el
desánimo o la deserción.
2. Debemos equilibrar el tiempo entre estudio, devoción personal,
servicio a la iglesia, y atención a nuestra familia.
3. Los pastores de tiempo parcial deben procurar que el tiempo que
dediquen a la iglesia sea bien aprovechado.
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4. Aún cuando se trate de su día libre, el pastor debe atender de
manera amable y oportuna toda solicitud urgente o imprevista
que requiera de su pronta intervención.
5. Siempre, y aún estando en casa, el pastor debe vestir con propiedad
y pulcritud para causar una agradable impresión a quien le visite
y brindar su pronta intervención cuando sea solicitado.
6. Las necesidades humanas siempre tendrán prioridad sobre las
necesidades o trabajos materiales.
7. Siempre que represente a la Iglesia, y más aún ante personas
ajenas a la misma, debe vestir pulcramente.
8. Cuando esté ausente de casa notifique a su familia el lugar donde
puede ser localizado en caso de ser requerida su presencia. Y si
sale fuera de la ciudad lo debe notificar a su Sobreveedor.
9. Cuando algún asunto personal le haga dedicar un tiempo conside-
rable; procure reponerlo realizando algunos de los trabajos pas-
torales que puedan hacerse por la noche o muy de mañana (como
estudiar, preparar sermones, hacer cartas, elaborar programas o
planes de trabajo, etcétera).
10. Cuando sea removido como pastor procure dejar todo en orden y
sin ningún pendiente, además de compartir con el pastor entrante
toda información que facilite su desempeño.
11. Cuando por conveniencia de la obra la Administración decida
cambiarlo de lugar, trate este asunto directamente con los Admi-
nistradores y nunca con la Congregación; menos aún, exprese su
inconformidad ante ella ni la ponga en contra de la Administración.
12. Si alguna ocasión considera que es objeto de mal trato por parte
de la iglesia o la Administración, evite comentarlo con su familia
y lo hágalo directamente con la instancia correspondiente.
13. Cuando en su ministrar se realice algo sobresaliente o digno de
encomio proceda con sencillez y modestia dando crédito al Señor
y a quienes hicieron posible tal logro, evitando enaltecer su propia
persona.
14. Ponga todo su esfuerzo para ofrecer a la iglesia un servicio que
satisfaga las necesidades espirituales de todos los creyentes y los
motive a entregar sus vidas al Señor por el ejemplo pastoral.
15. Siempre haga su trabajo con alegría sin que ésto dé la impresión
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de ser irresponsable, desidioso o falto de seriedad.
ETICA HACIA LOS CONGREGANTES
1. Las palabras, conducta y desempeño pastoral deben hacer notar
a los creyentes que ellos son importantes para el pastor.
2. El pastor debe tratar a la iglesia con amor y comprensión, nunca
avergonzar a alguno.
3. Cuando algún congregante solicite sus servicios los ofrecerá con
amabilidad y cortesía, y en caso de no poder hacer lo que le so-
licitan debe evitar decir algo como: «haber si puedo» «si tengo
tiempo voy». Debe abstenerse de hacer algunas expresiones de
enfado o indiferencia.
4. Si algún congregante se disculpa por no haber cumplido con un
compromiso, debe aceptarlo sin hacer comentarios irónicos o
sarcásticos; como tampoco agredir verbalmente, sino tener una
palabra comprensiva y motivadora que inspire confianza.
5. El pastor debe guardar hermetismo y discreción absoluta ante las
confidencias de sus congregantes.
6. Jamás el pastor debe hacer comentarios o bromas obscenas.
7. Nunca hará bromas o chistes de los defectos físicos o de la con-
dición de alguna persona respecto a: obesidad, soltería, estatura,
falta de conocimientos, embarazo, falta de hijos, vejez, familias
numerosas, por su forma de comer, etc.
8. Cuide de dar atención selectiva de los juicios imparciales y no
dejarse influir por la posición económica, sexo, edad, grado de
amistad, familiaridad o apariencia física.
9. Siempre sea amigable sin rayar en la vulgaridad y menos aún
perder el respeto y dignidad de su cargo.
10. Cuando sea necesario amonestar o llamar la atención a algún
congregante debe hacerlo de manera personal, amorosa y discreta,
y si se persiste en la mala conducta seguirá las recomendaciones
dadas por el Señor en Mateo 18:15-20.
11. Su espiritualidad y razón bíblica, y no la imposición o autoritaris-
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 mo, serán las herramientas que utilice para que los congregantes
sigan sus instrucciones sin constantes fricciones.
12. Siempre que no cumpla con una promesa o compromiso debe
ofrecer de manera sincera, atenta y oportuna una disculpa y ex-
plicación a la persona o personas afectadas.
13. Nunca haga comentarios desfavorables o negativos de algún her-
mano frente a otro, no importa cuanta confianza le tenga.
14. Jamás se una a un comentario adverso hacia otra persona, en
lugar de ello exhorte a quien lo hace a hablar directamente con el
afectado y a orar en su favor.
15. No se comprometa a hacer algo que de antemano usted sabe que
no podrá cumplirlo.
16. Admita su falta de conocimiento en alguna área y no trate de dar
la impresión de que usted todo lo sabe o lo puede todo.
17. Cuando alguna actividad se frustre o no tenga los resultados espera-
dos, evite echar culpas, y en lugar de ello asuma la responsabilidad
de manera sincera animando a quienes participaron a volverlo
hacer con mayor empeño y haciendo los ajustes necesarios.
18. Procure mantener buenas y afectuosas relaciones con todos, desde
niños hasta ancianos, cuidando no perder el respeto hacia otros ni
hacia si mismo.
19. Nunca abuse de la confianza o cariño que le brinde algún congre-
gante con actitudes como: solicitarle que él pague lo que usted
consume, retener por mucho tiempo algún objeto prestado, visi-
tarlo con frecuencia, estar en su casa hasta muy noche, solicitar
constantemente su ayuda al grado de interferir en sus actividades
personales, indicarle de manera impositiva lo que debe hacer.
20. Ni las amenazas ni la manipulación ni el abuso o el chantaje serán
herramientas de su trabajo pastoral o comunitario.
ETICA EN LAS VISITAS
1. Salvo casos especiales, procure hacer las visitas fuera de los hora-
rios de comida, también muy temprano o muy avanzada la noche.
2. Cuando vaya a tratar un asunto delicado y personal que requiera
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discreción absoluta, cite a la persona en la oficina pastoral o en
el templo. Proceda de la misma manera cuando se trate de hablar
a solas con una persona de sexo femenino.
3. No convierta las visitas pastorales en visitas de carácter social,
aproveche toda oportunidad para dar un consejo bíblico y orar en
el hogar.
4. Evite que su labor espiritual en la familia visitada se diluya con
otra clase de pláticas posteriores u otras actividades como ver la
televisión o la video. (Las visitas de convivencia deberán progra-
marse en días distintos a las visitas de carácter espiritual).
5. Cuando visite a un enfermo:
- Confórtelo y aconséjele a depositar en el Señor todos sus temores.
- Exprésele amorosamente su pesar y ofrezca sus servicios.
- Ore por él y recuérdele la siempre amorosa presencia del Señor.
- Lea alguna selección bíblica.
- Dé una ofrenda económica personal y a nombre de la iglesia, en
lugar de decir: «si algo necesita por favor dígamelo».
- Procure visitar diariamente al enfermo y a la familia de él.
- Manténgase atento e informado sobre la evolución del enfermo.
- Absténgase de dar recetas.
- Sea prudente en cuanto a la duración de la visita, considere que
el enfermo puede necesitar alguna atención que requiera cierta
intimidad o satisfacer una necesidad fisiológica.
- Evite hacer preguntas como: «¿de qué está enfermo? ¿de qué lo
operaron? ¿qué tan grave es? ¿qué médico lo está atendiendo?
¿atienden bien aquí?». Y cualquier otra pregunta ociosa o que
sólo satisfaga la curiosidad.
- Nunca haga comentarios comparativos como: «así estaba un
amigo y como no lo atendieron a tiempo no quedó bien» «en este
hospital hay muy malos médicos» «no te ves muy bien» «yo sé de
un medicamento mejor que el que estás tomando».
- No haga pronósticos como: «estoy seguro que se aliviará» «ten
confianza Dios te va a sanar» «está muy mal, no creo que se
alivie» «prepárense porque es posible que no amanezca».
- No olvide ministrar a la familia del enfermo y mantenerse cerca de
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 ellos, además de animar y exhortar a la iglesia para que también
se mantengan cerca de ellos y colaboren en todo.
- Las decisiones con respecto al enfermo deberán ser tomadas por
los familiares, usted únicamente ofrezca asesoría espiritual y si
lo considera necesario, ofrezca alguna opinión pero nunca como
una orden ni decisión final.
ETICA CON LOS COMPAÑEROS DEL MINISTERIO
1. Esfuércese por amar a todos.
2. Procure compartir sus bienes, experiencia y servicio de manera
desinteresada.
3. Evite comparar su trabajo o persona con otro compañero.
4. Cuando alguno de ellos le invite a participar en alguna actividad
en la que usted no esté de acuerdo, debe expresar su punto de
vista con bondad y franqueza en lugar de negarse diciendo: «no
tengo tiempo» «haber si puedo» «no puedo, es que tengo otro
compromiso».
5. Cuando se percate de alguna anomalía en la conducta o función de
un compañero, antes de denunciarlo, confróntelo de manera firme
y amorosa haciéndole notar la inconveniencia de su proceder.
6. Si después de hacer lo anterior él no está dispuesto a modificar su
conducta o se muestra en rebeldía, entonces notifíquelo oportu-
namente a una autoridad competente de nuestra Iglesia.
7. No haga comentarios o bromas que denigren a los Administradores
de nuestra Iglesia, menos frente a la congregación. Aún cuando
haya verdad en lo que usted señala.
8. Toda crítica o sugerencia debe hacerla directamente con los res-
ponsables y con quienes tengan la autoridad para corregir en caso
de ser necesario.
9. Cuando usted haga una crítica o sugerencia y considere que ar-
bitrariamente se ignora, no lo comente con otras personas, agote
las instancias administrativas.
10. No haga nada a espaldas de un compañero en un área donde él sea
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responsable.
11. No intervenga en asuntos de otra congregación, si no cuenta con
el consentimiento del pastor responsable, a menos que se trate de
una urgencia.
12. Evite discutir con otro compañero frente a algún congregante. En
lugar de ello hable con él calmadamente e invítelo a platicar en
privado.
13. Sea discreto con las fallas de algún compañero sin que esto se
convierta en consentimiento o tratar de encubrir.
14. Ninguno de nosotros somos ajenos a la vida y ministerio de otro
compañero; y por lo tanto, tenemos el compromiso de ayudar,
aconsejar, exhortar, reprender y en último caso denunciar.
15. No caiga en la trampa de buscar o disfrutar el elogio o admiración
cuando sea a costa de menospreciar o denigrar a otro compañero.
16. Si usted no se ha comprometido u ofrecido ayuda, no es correcto
que haga una denuncia sólo por obtener beneficio personal o ganar
aprecio.
17. No haga comentarios y menos aún bromas que enfaticen los de-
fectos o carencias de otros ministros o pastores aunque éstos no
sean de nuestra Organización.
18. Las inconformidades a un plan de trabajo o alguna actividad en
particular manifiéstelas con los directamente responsables, en
lugar de comentarlo entre compañeros.
19. Siempre tenga en cuenta que en la iglesia, los rangos son de
función y servicio y no para cometer abusos o atropellos. Por lo
tanto, los subalternos no están a nuestro servicio incondicional ni
en deuda con nosotros sino son compañeros co-iguales y hermanos
en Cristo.
20. Los ministros con un nombramiento administrativo superior al
nuestro, deben ser tratados con respeto y amor colaborando con
ellos para su adecuado desempeño, haciéndoles notar amorosa-
mente cuando no sea así, y también reconociendo y apreciando
cuando su esfuerzo y calidad por servir sean notorios.
ETICA CON EL MANEJO DEL DINERO
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1. Evite suspicacias no asumiendo el control financiero de la iglesia.
2. Haga gastos sólo en la medida de sus posibilidades económicas.
3. No trate de impresionar haciendo gastos ostentosos e innecesarios
o acudiendo a lugares fuera de su alcance económico.
4. No compre bienes cuyo costo lo ponga en apuros económicos.
5. Administre prudentemente sus gastos, llevando un Control deta-
llado personal, para que a fin de quincena no dé una impresión de
miseria o lástima o tenga que pedir prestado.
6. No haga comentarios ni insinuaciones ante congregantes o per-
sonas ajenas a la iglesia sobre lo que le gustaría poseer con la
intención de obtener de ellos lo que desea.
7. Cuando por un caso fortuito tenga la necesidad de endeudarse
esfuércese por cumplir puntualmente con los pagos, y cuando no
le sea posible, notifíquelo personalmente ofreciendo disculpas a
la persona con quien contrajo la deuda.
8. Todo dinero que solicite a la tesorería local debe ser respaldado
por un recibo o comprobante de gastos correspondiente.
9. En todo asunto de finanzas proceda con responsabilidad, claridad
y puntualidad.
10. Siempre tenga presente que el dinero de la iglesia debe ser mane-
jado en base a un presupuesto y todo gasto se ajustará al mismo,
salvo aquellos imprevistos que deberán ser justificados razona-
blemente.
11. Cuando surja alguna necesidad personal expóngala ante el Consejo
local y si es necesario ante la iglesia, antes de actuar por sí mismo,
utilizando el dinero de la iglesia.
12. Cuando obtenga algún producto o asista a algún evento organizado
por la iglesia y que requiera de un pago económico, debe cubrirlo
o hablar con los organizadores para obtener alguna concesión para
usted o su familia, en lugar de abusar o imponer su influencia.
13. Si usted no cuenta con los bienes que respalden ser aval de otra
persona o congregante, no se comprometa, y menos cuando no
conozca completamente a la persona que le solicita como fiado.
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ETICA CON LA FAMILIA
1. La familia del pastor, por su cercanía y trato frecuente, es el primer
lugar donde el pastor debe poner en práctica su conocimiento y
espiritualidad.
2. Sus palabras y ejemplo siempre serán fuente de motivación e
inspiración espiritual.
3. Motive a su familia para que se constituyan en un ejemplo de
obediencia y trabajo.
4. Invite a su familia a orar a favor de los congregantes sin que
ello signifique relatar en detalle los problemas que ellos tengan,
procurando discreción absoluta.
5. Evite comentar con su familia acerca de los momentos o actitudes
desagradables que algún congregante o compañero del ministerio
haya tenido con él.
6. Eduque a su familia de tal manera que ellos no intervengan en las
pláticas o asuntos de carácter pastoral.
7. Esfuércese porque su familia se sienta orgullosa de su labor pastoral
por el tiempo y responsabilidad con que realice su trabajo.
8. Desaliente amorosamente toda acción de enojo o rebeldía que
pudiera surgir en su familia a causa de inconformidades o maltrato
sufrido.
9. Juzgue rectamente toda situación donde esté implicado algún
miembro de su familia a fin de no causar malestar en ninguna de
las partes involucradas.
10. Cuando alguna situación demande llamar la atención o aplicar
disciplina, hágalo en casa con discreción y amor cristiano.
11. Cuando por su causa se produzca malestar en algún miembro de
la familia, debe ofrecer disculpas y resarcir en lo posible .
12. Evite poner de ejemplo a su esposa o hijos, pero sí cuide de re-
conocer y elogiar el buen desempeño que alguno de ellos tenga
en su labor como congregante al igual que el resto de la iglesia.
13. A menos que sea un grupo demasiado pequeño evite poner en
cargos directivos, de enseñanza, o financieros, únicamente a
ETICA PROFESIONAL PASTORAL 15
 miembros de su familia.
14. Enseñe a su familia que cada uno de ellos tiene los mismos de-
rechos y obligaciones de los demás miembros de la iglesia y que
el ser familia directa del pastor no les da ninguna prerrogativa,
salvo aquella que de manera espontánea y amorosa alguien quiera
brindarles y sin que esto se convierta en una regla, mostrándose
agradecidos cuando se tenga esta clase de atención para con ellos.
15. Evite hablar mal de su esposa o hijos siendo el primero en acon-
sejarlos y procurar que sean ejemplo de buena conducta. Sólo
comente acerca de ellos cuando sea necesario buscar ayuda en
otro compañero pastor, lo cual hará con discreción y amor
ETICA CON LAS PERSONAS NO CONVERTIDAS
1. Siempre trate a las personas no convertidas con toda amabilidad
evitando aún hablar mal de ellos o hacer alguna condenación.
2. Distíngase en su calle o vecindario por ser una persona atenta,
pacífica y servicial.
3. Promueva acciones a favor de sus vecinos en su comunidad.
4. Procure permanecer atento a sus necesidades, colaborando en la
medida de lo posible.
5. Evite toda discusión acalorada, más aún sobre temas religiosos.
6. Cuando sea invitado a participar en alguna actividad, en donde no
sea lo más adecuado, discúlpese con toda atención.
7. Evite hacer señalamientos de manera áspera o con sorna de las
costumbres religiosas distintas a las propias.
8. Respete las ceremonias y prácticas de los demás.
9. Respete la intimidad de los demás no haciendo alguna actividad
que cause incomodidad o molestia, evitando las pláticas o música
estridente.
RECOMENDACIONES FINALES
16 ETICA PROFESIONAL PASTORAL
Desde luego que no están aquí todos los señalamientos y recomendacio-
nes que debemos tomar en cuenta para realizar mejor nuestra función
pastoral, sino solamente las más comunes desde la experiencia.
Finalmente señalaremos algunas directrices bíblicas para que basados
en ellas procuremos proceder de la mejor manera en las situaciones que
no se han señalado antes.
1. Imitemos a Dios. (Efesios 5:1).
2. Aprendamos de Jesucristo. (Mateo 11:29).
3. Imitemos a los líderes exitosos y santos Hebreos. (13:7 y 6:12).
4. Dejemos con nuestro actuar un camino y ejemplo a otros.
(1 Tesalonicenses 4:12).
5. Procuremos hacer todo aquello que edifique a la iglesia. (1 Co-
rintios 10:23).
6. Prefiramos el bienestar de otros antes que el nuestro. (1 Corintios
10:24).
7. Hagamos todo aquello que glorifique al Señor. (1 Corintios 10:31).
8. Hagamos todo aquello que promueva la paz. (Romanos 12: 18).
9. No digamos nada torpe. (Efesios 4:29).
10. Tratemos a todos con bondad y misericordia. (Efesios 4:32).
11. Hagamos todo en el nombre del Señor y aquellas cosas por las
cuales podamos dar gracias a Dios. (Colosenses 3:17).
12. Todo lo que hagamos que sea para agradar al Señor. (Colocenses
3:23).
13. No paguemos a los demás con la misma moneda. (1 Tesalonicenses
5:15).
14. No pidamos hacer aquello que nosotros no estemos dispuestos a
hacer. (Tito 2:7).
15. Hagamos con los demás lo que deseamos que se haga con nosotros.
(Mateo 7:12).
«Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes
que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu
Santo. Por mi parte, hermanos míos, estoy seguro de que ustedes mismos
ETICA PROFESIONAL PASTORAL 17
rebosan de bondad, abundan en conocimiento y están capacitados para
instruirse unos a otros. Así que, hermanos, sigan firmes y manténganse
fieles a las enseñanzas que, oralmente o por carta, les hemos transmitido»
(Romanos 15:13-14, NVI)

«Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos
amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una buena esperanza,
los anime y les fortalezca el corazón, para que tanto en palabra como
en obra hagan todo lo que sea bueno» (2 Tesalonicenses 2:15-17, NVI).

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