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La Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, ha establecido que:

“… la audiencia preliminar, es la oportunidad procesal que tienen las partes, para denunciar
irregularidades de la investigación penal, vicios de la acusación fiscal, oponer excepciones, entre otros, por
cuanto es la fase del proceso, que tiene como finalidad, la depuración y el control del procedimiento penal
instaurado,todo esto, en atención al principio del control jurisdiccional, estipulado en el artículo 104 del
Código Orgánico Procesal Penal, donde se establece la obligación de los jueces, de velar por la regularidad
en el proceso…”. (Sentencia Nº 119, del 31 de marzo de 2009).

Sentencia Nº 535 de Sala de Casación Penal, Expediente Nº C04-0562 de fecha 11 de agosto de


2005

“A pesar de que los artículos 324 y 325 del Código Orgánico Procesal Penal se refieren a la decisión
que decrete el sobreseimiento como un ´auto´, por la naturaleza de esta decisión, en cuanto pone fin al
proceso e impide su continuación, con autoridad de cosa juzgada, debe equipararse a una sentencia
definitiva, debiéndose atender a los fines de su impugnación a las disposiciones que regulan la apelación
de sentencia definitiva, previstas en el Capítulo II, Título I del Libro Cuarto del Código Orgánico Procesal
Penal”.

Sentencia Nº 517 de Sala de Casación Penal, Expediente Nº C05-0295 de fecha 09 de agosto de


2005

“El sobreseimiento, es el pronunciamiento emitido por el órgano jurisdiccional competente que


excluye la posibilidad que el Ministerio Público presente la acusación. Éste es un dictamen con forma de
auto que en algunos casos puede tener efectos de verdadera sentencia: cuando tiene como fundamento
motivos relacionados con el fondo de la cuestión penal, como en el caso de que el hecho no sea típico o
cuando concurra una causa de justificación, inculpabilidad o de no punibilidad. El sobreseimiento tiene
eficacia con respecto a las personas sometidas al proceso, debiendo guardar en consecuencia una relación
estrecha con el contenido de la imputación, por lo tanto podría afirmarse que el valor del sobreseimiento
es el mismo al de una sentencia absolutoria firme y definitiva”.
Sentencia Nº 368 de Sala de Casación Penal, Expediente Nº C09-337 de fecha 10 de agosto de
2010

“... cuando el proceso penal se desarrolla en forma completa concluye con una sentencia definitiva,
que condena o absuelve al imputado. Pero no siempre el proceso llega a esa etapa final, sino que,
en muchas ocasiones, en consideración a causales de naturaleza sustancial expresamente previstas
en la ley, que hacen innecesaria su prosecución, se concluye anticipadamente, en forma definitiva.
La decisión judicial que detiene la marcha del proceso penal y le pone fin de esta manera, constituye
el sobreseimiento”.

Sentencia Nº 127 de Sala de Casación Penal, Expediente Nº C03-0091 de fecha 08 de abril de 2003

“Cuando el sobreseimiento de la causa es dictado como acto conclusivo, por alguno de los
supuestos establecidos en el artículo 318 del Código Orgánico Procesal Penal, es decir, cuando el hecho
objeto del proceso no se realizó o no puede atribuírsele al imputado; cuando el hecho imputado no es
típico o concurre una causa de justificación, inculpabilidad o de no punibilidad; cuando la acción se ha
extinguido o resulta acreditada la cosa juzgada; cuando a pesar de la falta de certeza, no exista
razonablemente la posibilidad de incorporar nuevos datos a la investigación, y no haya bases para solicitar
fundadamente el enjuiciamiento del imputado; y cuando así lo establezca expresamente este Código, el
sobreseimiento pone término al procedimiento y tiene autoridad de cosa juzgada, salvo, como ocurre en
el presente caso, cuando la acusación haya sido desestimada por defectos en su promoción o en su
ejercicio”.

Sentencia Nº 287 de Sala de Casación Penal, Expediente Nº C06-0403 de fecha 07 de junio de


2007

“...el verdadero enjuiciamiento sólo debe ser sufrido por el imputado cuando existan elementos
suficientes para ello, elementos que deben ser necesariamente determinados de que el hecho delictivo
existió y de que el imputado es el autor, de lo contrario, el juicio penal no podrá existir y ante la inexistencia
de relación jurídica material penal, tampoco existirán partes en sentido material... la fase de investigación
en el presente caso finalizó cuando el Ministerio Público decidió el sobreseimiento de la causa porque el
hecho denunciado no es punible, esto es, porque no existió delito alguno...”.
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/febrero/299-290208-07-1656.HTM

“Cuando el proceso penal se desarrolla en forma completa concluye con una sentencia definitiva,
que condena o absuelve al imputado. Pero no siempre el proceso llega a esta etapa final, sino que, en
muchas ocasiones, en consideración a causales de naturaleza sustancial expresamente previstas en la ley,
que hacen innecesaria su prosecución, se concluye anticipadamente, en forma definitiva. La decisión
judicial que detiene la marcha del proceso penal y le pone fin de esta manera, constituye el
sobreseimiento.

En nuestro sistema procesal penal, el sobreseimiento procede -artículo 318 del Código Orgánico
Procesal Penal- cuando:

1. El hecho objeto del proceso no se realizó o no puede atribuírsele al imputado;

2. El hecho imputado no es típico o concurre una causa de justificación, inculpabilidad o de no


punibilidad;

3. La acción penal se ha extinguido o resulta acreditada la cosa juzgada;

4. A pesar de la falta de certeza, no exista razonablemente la posibilidad de incorporar nuevos


datos a la investigación, y no haya bases para solicitar fundadamente el enjuiciamiento del imputado;

5. Así lo establezca expresamente dicho Código.

Y opera: a.- cuando terminado el procedimiento preparatorio, el Ministerio Público estime que
proceden una o varias de las causales señaladas precedentemente, en cuyo caso solicitará el
sobreseimiento al Juez de Control -artículo 320 del Código Orgánico Procesal Penal-; b.- al término de
la audiencia preliminar, si el juez de control considera igualmente que proceden una o varias de dichas
causales, salvo que estime que éstas, por su naturaleza, sólo pueden ser dilucidadas en el debate oral y
público -artículo 321- y c.- durante la etapa de juicio, el tribunal de juicio podrá dictar el sobreseimiento,
cuando se produzca una causa extintiva de la acción penal o resulte acreditada la cosa juzgada, y siempre
que no sea necesaria la celebración del debate para comprobarla -artículo 323- .

Respecto de la extinción de la acción penal -causal de sobreseimiento- esta Sala en sentencia


número 1118 del 25 de junio de 2001, asentó lo siguiente:

“El artículo 110 del Código Penal señala las causas de interrupción de la prescripción.

1) La primera de ellas es la sentencia condenatoria, que claro está al llegar al fin el proceso
mediante sentencia, mal puede correr prescripción alguna, ya que la acción quedó satisfecha.

2) Si el reo se fuga antes o durante el juicio, mediante la requisitoria librada contra el imputado;

3) El auto de detención o de citación para rendir indagatoria, figuras que actualmente no existen
en el Código Orgánico Procesal Penal, y las diligencias procesales que les sigan.

Dado que el Código Orgánico Procesal Penal señala que el proceso penal comienza en la fase
investigativa, la citación del imputado o su declaración como tal en dicha fase, que es equivalente a la
citación para rendir declaración, se convierte en actos interruptivos de la prescripción.

4) El desarrollo del proceso, que corresponde a las diligencias procesales que le siguen a la
citación para rendir declaración, como se señaló antes. Por lo que mientras el proceso se encuentre vivo,
la prescripción se va interrumpiendo, en forma sucesiva.

Todos estos actos interruptores hacen que comience a correr de nuevo la prescripción desde el
día de dichos actos.

El comentado artículo 110 del Código Penal, y debido a que el proceso penal, en caso de fallo
condenatorio restringe la libertad, garantiza al reo la extinción del proceso, si éste se prolongase por un
tiempo igual al de la prescripción de la acción, más la mitad del mismo, y siempre que la dilación judicial
ocurra sin culpa del reo. A esta extinción la llama el artículo 110, prescripción.

En realidad, la figura del artículo 110 comentado, no se trata de una prescripción, ya que la
prescripción es interruptible, y este término no puede interrumpirse. Más bien se trata de una forma de
extinción de la acción derivada de la dilación judicial. La fórmula también se aplica cuando la ley establece
un término de prescripción menor de un año, y si desde el día en que comenzó a correr la prescripción no
se dicta sentencia condenatoria en el término de un año, se tendrá por “prescrita” (extinguida) la acción
penal.

A juicio de esta Sala no se trata realmente de prescripciones, sino de extinciones de las acciones,
por decaimiento de las mismos, debido a la falta de impulso pleno del proceso, hasta el punto que
transcurre el tiempo y no se dictan sentencias definitivas.

Se trata de la prolongación del proceso por causas imputables al órgano jurisdiccional, ya que si
la dilación es atribuible al reo, el lapso extintivo no corre. Pero, a juicio de esta Sala, la prolongación puede
resultar del proceso que se paraliza, y por ello se prolonga sin culpa del reo, a quien no se le sentencia, lo
que puede causar la extinción de la acción.

En el proceso penal no existe la figura de la perención de la instancia. No puede pensarse en una


causa penal que se paralice (aunque podría suceder), y menos con el sistema del Código Orgánico Procesal
Penal, así el proceso penal comience en la fase investigativa, como lo señala el artículo 292 del Código
Orgánico Procesal Penal.

Es más, la disposición del artículo 110 del Código Penal bajo comentario, abarca procesos en
pleno desarrollo.

Estamos ante una figura que viene a proteger al reo de un proceso interminable, cuya dilación
no sea imputable a él por mal ejercicio o ejercicio abusivo de su derecho de defensa, por lo que realmente
no se trata ni de una prescripción, ni de una perención, sino de una fórmula diferente de extinción de la
acción, que opera ajena a la prescripción, ya que mientras el proceso se ha estado desenvolviendo, la
prescripción se ha ido interrumpiendo.
Ante tal figura extintiva de la acción, la cual, como todas las pérdidas de la acción, es causal de
sobreseimiento de la causa (numeral 3 del artículo 325 del Código Orgánico Procesal Penal), quien la
invoca no sólo debe alegar el transcurso del tiempo, sino aportar las pruebas que permitan al juez
ponderar si la dilación extraordinaria es o no culpa del reo, o de quienes con él conforman un litis
consorcio.

Durante la vigencia del Código de Enjuiciamiento Criminal, y al igual que hoy, los extremos
señalados se controlaban con el estudio del expediente y de la actitud procesal del o de los imputados,
para determinar en cuanto ellos habían concurrido a la dilación.

Si el meollo de la especial ‘prescripción’, extinción de la acción, se planteara ante un juez que no


tiene el expediente, como ocurre en el presente caso, el accionante tiene que aportar las pruebas que
demuestren que en la excesiva duración del juicio no ha intervenido la culpa del reo, y si ello no se hace,
el juez no puede resolver la señalada extinción de la acción.

Por otra parte, la prescripción es renunciable y por ello nunca opera de oficio, sino que debe ser
alegada por la parte. A pesar que técnicamente la Sala considera que la extinción de la acción bajo
comentario no es una prescripción, ella tampoco opera de oficio, y no consta en autos que en la causa
donde pudo tener lugar, se haya solicitado la extinción de la acción con base al artículo 110 del Código
Penal.

Por su parte, la Sala de Casación Penal ha mantenido criterio en torno al asunto, sentando lo
siguiente:

“La declaratoria de sobreseimiento, por prescripción de la acción penal, supone la previa


demostración del hecho punible que dio nacimiento a dicha acción. En otras palabras, para que pueda ser
decretada la prescripción de la acción penal es necesario la demostración de un concreto delito.
Esto se evidencia del contexto del artículo 108, ordinales 1º al 7º, del Código Penal, que establece
lapsos prescriptivos diferentes tomando en cuenta la pena correspondiente a cada delito. El artículo 109
ejusdem, en lo referente al comienzo de la prescripción, sostiene que, para los hechos punibles
consumados, el lapso prescriptivo comenzará a correr desde el día de la perpetración del delito,
estableciendo, igualmente, términos prescripcionales precisos para los delitos continuados o
permanentes y para los cometidos en grado de tentativa o frustración. Por otra parte, el artículo 113 del
mismo Código sustantivo prescribe que ‘la responsabilidad civil nacida de la penal no cesa porque se
extinga ésta o la pena, sino que durará como las demás obligaciones civiles con sujeción a las reglas del
derecho civil’.

Por otra parte, la comprobación del delito y la determinación del autor es indispensable en las
decisiones que declaran la prescripción de la acción penal, por cuanto si el tiempo transcurrido en cada
caso afecta el delito, deja abierta la posibilidad del ejercicio de la acción civil por hecho ilícito. Así lo ha
sostenido esta Sala en anteriores oportunidades: ‘Aun cuando la acción penal para perseguir los delitos
materia de la acusación del Ministerio Público y de la parte acusadora, pudiera estar prescrita, la
comprobación de tales hechos punibles es indispensable a los efectos de las reclamaciones civiles que
pudieran surgir como consecuencia de tales infracciones delictivas’ (Sent. Nº 554 del 29-11-02)”.

Se trata, conforme a ambos fallos, de la extinción de la acción penal, lo que no genera cosa juzgada
sobre el fondo del asunto.
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/tplen/septiembre/47-23910-2010-2009-00194.HTML

Sobre la desestimación de la denuncia, la Sala Constitucional de este Alto Tribunal de la República


Bolivariana de Venezuela, en la decisión N° 1.499, del 2 de agosto de 2006, expresó lo siguiente:
[Omissis]

Debe señalarse que conforme a la ley y de acuerdo a las exigencias de la lógica del proceso, la
denuncia por la supuesta comisión de un delito deberá ser “desestimada” y, por consiguiente, no habrá
lugar al inicio de la investigación ni a la “actividad penal” en que ésta consiste, cuando el hecho “no revista
carácter penal” o cuando la acción esté ‘evidentemente prescrita’ o cuando exista un obstáculo legal para
el desarrollo del proceso.

Un hecho no reviste carácter penal, entre otros supuestos, cuando no está previsto en la ley
como delito por carecer de los caracteres propios de la res iudicanda y, en consecuencia, sin necesidad
de actividad probatoria y a la solicitud del Ministerio Público, conforme al artículo 301 del Código Orgánico
Procesal Penal el Juez de Control emitirá un pronunciamiento in iure en el que establecerá que la situación
de hecho propuesta como denuncia no resultaría idónea para constituirse en materia de proceso; lo
mismo sucede con la prescripción, que es otro de los supuestos de extinción de la acción, en el cual -en
atención a las citadas normas de la ley-, puede ser apreciada de oficio y declarada por el Juez de Control
a instancia del Ministerio Público.

De lo anterior se desprende que el juez de control decretará la desestimación de la denuncia o de


la querella cuando estime, una vez observados los escritos libelares presentados ante su instancia, que de
su mera redacción no se aprecie que hay delito por cuanto el hecho narrado resulta atípico o porque aun
siéndolo, la acción para perseguirlo esté prescrita o porque en las actuaciones no conste acreditada la
superación prima facie del obstáculo legal (Resaltado de este fallo).

Así entonces, en criterio de la Sala Constitucional de este Tribunal Supremo de Justicia,


de acuerdo a las exigencias de la lógica del proceso penal de corte acusatorio, la denuncia por la supuesta
comisión de un delito deberá ser desestimada y, por consiguiente, no habrá lugar al inicio de la
investigación ni se producirá actividad penal, cuando la situación de hecho propuesta como denuncia no
resulta idónea para constituirse en materia del proceso; y en consecuencia, sin necesidad de actuación
probatoria, y a solicitud del Ministerio Público, se emitirá un pronunciamiento judicial in iure que
desestima la denuncia.

http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/agosto/1499-020806-04-3232.HTM

En el presente caso, la acción de amparo constitucional fue dirigida contra la decisión del 12 de
noviembre de 2004 dictada por la Sala Tercera de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas, mediante la cual se declaró la nulidad absoluta de la decisión dictada por
el Juzgado Vigésimo Segundo de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, el
13 de octubre del mismo año –que había declarado con lugar la solicitud de desestimación presentada
por el Ministerio Público y ordenado la devolución de las actuaciones a éste organismo a los fines de su
archivo- y mandó remitir las actuaciones a dicho Juzgado a los fines de que se celebrara una audiencia
para oír a las víctimas, de conformidad con lo dispuesto en el numeral 7 del artículo 120 del Código
Orgánico Procesal Penal, antes de decidir sobre la solicitud fiscal.
Según el Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales de Manuel Ossorio, desestimar es
entendido como “denegar o no recoger un juez o un tribunal las peticiones de una o ambas partes”.
(Editorial Heliasta, 1999, p. 245).
El Código Orgánico Procesal Penal en sus artículos 301 y 302, contempló dicha figura bajo los
mismos lineamientos del término arriba indicado, al señalar:
“Artículo 301. Desestimación. El Ministerio Público, dentro de los quince días siguientes a la
recepción de la denuncia o querella, solicitará al juez de control, mediante escrito motivado, su
desestimación, cuando el hecho no revista carácter penal o cuya acción está evidentemente prescrita, o
exista un obstáculo legal para el desarrollo del proceso.
Se procederá conforme a lo dispuesto en este artículo, si luego de iniciada la investigación se
determinare que los hechos objeto del proceso constituyen delito cuyo enjuiciamiento solo procede a
instancia de parte agraviada”.
“Artículo 302. Efectos. La decisión que ordena la desestimación, cuando se fundamente en la
existencia de un obstáculo legal para el desarrollo del proceso, no podrá ser modificada mientras que el
mismo se mantenga. El juez, al aceptar la desestimación, devolverá las actuaciones al Ministerio Público,
quien las archivará.
Si el juez rechaza la desestimación ordenará que prosiga la investigación.
La decisión que declare con lugar la desestimación será apelable por la víctima, se haya o no
querellado, debiendo interponerse el recurso dentro de los cinco días siguientes a la fecha de publicación
de la decisión”.

Debe señalarse que conforme a la ley y de acuerdo a las exigencias de la lógica del proceso,
la denuncia por la supuesta comisión de un delito deberá ser “desestimada” y, por consiguiente, no habrá
lugar al inicio de la investigación ni a la “actividad penal” en que ésta consiste, cuando el hecho “no revista
carácter penal” o cuando la acción esté “evidentemente prescrita” o cuando exista un obstáculo legal para
el desarrollo del proceso.
Un hecho no reviste carácter penal, entre otros supuestos, cuando no está previsto en la
ley como delito por carecer de los caracteres propios de la res iudicanda y, en consecuencia, sin necesidad
de actividad probatoria y a la solicitud del Ministerio Público, conforme al artículo 301 del Código Orgánico
Procesal Penal el Juez de Control emitirá un pronunciamiento in iure en el que establecerá que la situación
de hecho propuesta como denuncia no resultaría idónea para constituirse en materia de proceso; lo
mismo sucede con la prescripción, que es otro de los supuestos de extinción de la acción, en el cual –en
atención a las citadas normas de la ley-, puede ser apreciada de oficio y declarada por el Juez de Control
a instancia del Ministerio Público.
De lo anterior se desprende que el juez de control decretará la desestimación de la
denuncia o de la querella cuando estime, una vez observados los escritos libelares presentados ante su
instancia, que de su mera redacción no se aprecie que hay delito por cuanto el hecho narrado resulta
atípico o porque aun siéndolo, la acción para perseguirlo esté prescrita o porque en las actuaciones no
conste acreditada la superación prima facie del obstáculo legal.
Resulta evidente, que en los artículos trascritos supra, no se contempla que la decisión que
tome el juez, respecto de la solicitud de desestimación formulada por el Ministerio Público, deba ser
apreciada en consideración a los argumentos que expongan las partes en una audiencia especial para ello,
ya que resulta innecesario iniciar una suerte de debate probatorio en una parte tan primigenia del
proceso, cuando el Juez para el momento de decidir respecto a la procedencia o no de una denuncia, ya
tiene en su poder la exposición de los hechos por parte de la víctima (expuesta en el escrito libelar de su
denuncia) y la del Ministerio Público (quien solicitará en un escrito fundado la desestimación de la misma
en caso de considerarlo procedente), todo ello con la finalidad de evitar la activación del aparato judicial
y gastos innecesarios para el Estado (economía procesal).
Lo anterior, no es considerado como una lesión a los derechos constitucionales de las víctimas –
tal como lo afirmó la Sala Tercera de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, en su decisión del 12 de noviembre de 2004- por habérseles cercenado la
oportunidad para que éstas fueran oídas previamente, pues para ello el legislador determinó que el fallo
que declare con lugar la desestimación solicitada es apelable por las partes, lo que constituye una segunda
oportunidad de exponer los hechos denunciados; siendo conveniente señalar que, si bien el artículo 302
del Código Orgánico Procesal Penal, indica que dicho fallo será apelable por la víctima, no dispone
expresamente, que los denunciados no puedan ejercer recurso de apelación contra dicha decisión cuando
la misma les produzca un agravio (Vid. Sentencia de esta Sala Constitucional Nº 1210 del 14 de junio de
2005).
Es por ello, que esta Sala observa que la decisión de la Corte de Apelaciones arriba señalada, no
estuvo ajustada a derecho por cuanto no sólo no se pronunció en torno a la viabilidad o no de la denuncia
formulada por los ciudadanos Jesús Ramón Rodríguez y Alí de Jesús Marquina, sino porque creó un
procedimiento no establecido en el artículo 302 del Código Orgánico Procesal Penal, tal como la
celebración de una audiencia especial para desestimar la denuncia; motivo por el cual declara con lugar
la acción de amparo constitucional incoada, anula la decisión accionada y ordena la reposición de la causa
al estado de que una nueva Sala de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas conozca del recurso de apelación ejercido por los ciudadanos arriba indicados
contra la decisión del 13 de octubre de 2004 dictada por el Juzgado Vigésimo Segundo de Control de ese
Circuito Judicial Penal. Así se decide.
Finalmente, en torno a la solicitud formulada por la accionante ante esta Sala Constitucional
referente a que se emita un pronunciamiento en relación a la “función de manera inconstitucional” que
ejerce la Asociación de Fiscales del Ministerio Público, esta instancia considera que determinar la
viabilidad de la misma excede las funciones de esta Sala en el conocimiento de la presente acción de
amparo constitucional contra decisión judicial, y que la misma -al pretender la nulidad de la conformación
de una Asociación que fue creada aparentemente como una asociación civil sin fines de lucro- debe ser
ventilada a través de los procedimientos de nulidad contra el acto constitutivo de dicha asociación civil o
bien de su registro, según sea el caso.
http://aragua.tsj.gob.ve/DECISIONES/2017/MAYO/2351-8-FP12-S-2017-002101-
PJ0242017005532.HTML

http://aragua.tsj.gob.ve/DECISIONES/2017/ABRIL/2351-18-FP12-S-2017-002004-
PJ0242017004637.HTML

El presente procedimiento se inicia en virtud de denuncia interpuesta por la ciudadana GARCIA


BAZAN GRECIA LISSETH, plenamente identificada en autos, en fecha 16-03-2015 por ante ese órgano
receptor de Denuncia, más sin embargo concluida la fase de investigación en el presente asunto, la
vindicta pública fundamenta su solicitud en el hecho cierto, que desde el inicio de la investigación y hasta
la presente, no se logró incorporar elementos de convicción a la investigación no pudiéndose atribuir
delito alguno al supra referido ciudadano, circunstancias esta que una vez revisadas las actuaciones se
puede observar que habiendo concluido el lapso de investigación, no se incorporó ningún elementos de
convicción suficientes para solicitar fundadamente el enjuiciamiento de presunto agresor, en
consecuencia lo procedente y ajustado a derecho es DECRETAR EL SOBRESEIMIENTO DE LA PRESENTE
CAUSA, de conformidad con lo establecido en el artículo 300 numeral 4º del Código Orgánico Procesal
Penal. Y así se decide.

En virtud de lo anteriormente expuesto, este Tribunal advierte que en virtud que Ley Penal Adjetiva en su
artículo 300 faculta la emisión del respectivo pronunciamiento el cual en vista del Principio de Celeridad
Procesal debe emitirse sin mayores dilaciones, tal como establece el artículo 305 de la misma Ley Adjetiva
Penal, por cuanto de la revisión de las actas se evidencia que efectivamente no existen los elementos de
convicción suficiente que nos permita atribuir responsabilidad penal en este ilícito punible a persona
alguna, y no se puede atribuir responsabilidad alguna del presunto agresor.

http://corte-marcial.tsj.gob.ve/DECISIONES/2009/MARZO/2307-13-VP02-P-2007-002574-
VJ066200900000046.HTML

Ahora bien, vista la solicitud del Fiscal Décimo Octavo del Ministerio Público, de la Circunscripción
Judicial Penal del Estado Zulia, en la cual solicita el Sobreseimiento de la Causa de Conformidad con lo
establecido en el articulo 256 ordinal 4 del Código Orgánico Procesal Penal, por considerar que careciendo
de tipicidad los hechos que dieron origen a la presente investigación ya que no se aprecian elementos
materiales y objetivos en la presente causa, que corresponda al tipo penal puntualizado al momento de
poner a derecho a dicho imputado por ante le Juzgado de Control respectivo y visto los resultados del
Exámen Médico Legal, emanado del Departamento de Ciencias Forenses del Cuerpo de Investigaciones
Científicas Penales y Criminalisticas, en el cual se evidencia el siguiente resultado…, que al momento del
exámen sin lesiones traumáticas ni huellas de haberlo recibido; En consecuencia, considera este Tribunal
procedente en Derecho Declarar Con Lugar la solicitud de SOBRESEIMIENTO DE LA CAUSA, seguida contra
del ciudadano JOSVENY JOSE MOLERO ROJAS, por la presunta comisión de los delitos de VIOLENCIA FISICA
Y PSICOLOGICA previstos y sancionados en el articulo 17 Y 20 de la Ley Sobre la Violencia contra la Mujer
y la Familia, cometido en perjuicio de la ciudadana YOJANA JOSEFINA OCANDOP ABREU, por considerar
que a pesar de la falta de certeza, no existe razonablemente la posibilidad de incorporar nuevos datos a
la investigación, y no hay bases para solicitar fundamentalmente el enjuiciamiento del hecho investigado,
Todo de conformidad al articulo 256 ordinal 4 del Código Orgánico Procesal Penal .ASÍ SE DECIDE.

http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/febrero/77-23211-2011-09-0671.HTML

“Sobre este particular, debe afirmarse que si bien el artículo 108.8 del Código Orgánico Procesal
Penal le confiere al Ministerio Público la competencia de imputar al autor o partícipe del hecho punible,
no es menos cierto que el ordenamiento jurídico-procesal venezolano no hace uso del término “acto de
imputación formal” (entendido como aquél cuya práctica se realiza en la sede del Ministerio Público,
previa citación de la persona[s] investigada[s]), tal como lo hace el a quo constitucional. Asimismo, dicha
normativa no ha establecido alguna actuación distinta a la descrita en el encabezamiento del artículo 124
para calificar a un sujeto como imputado, y mucho menos exigido el cumplimiento de formas procesales
diferentes a las descritas en el texto de su artículo 131, como paso previo de la declaración del imputado.

Dicha norma adjetiva reza del siguiente modo:

“Artículo 131. Antes de comenzar la declaración se le impondrá al imputado o imputada del


precepto constitucional que lo exime de declarar en causa propia y, aun en caso de consentir a prestar
declaración, a no hacerlo bajo juramento y se le comunicará detalladamente cuál es el hecho que se le
atribuye, con todas las circunstancias de tiempo, lugar y modo de comisión, incluyendo aquéllas que son
de importancia para la calificación jurídica, las disposiciones legales que resulten aplicables y los datos
que la investigación arroja en su contra.

Se le instruirá también de que la declaración es un medio para su defensa y, por consiguiente, tiene
derecho a explicar todo cuanto sirva para desvirtuar las sospechas que sobre él o ella recaiga, y a solicitar
la práctica de diligencias que considere necesarias”.

Este último artículo de la ley adjetiva penal sólo consagra ciertas obligaciones que el Ministerio
Público debe cumplir previa a la declaración del imputado, a saber:

1. Imponerlo del precepto constitucional que lo exime de declarar en causa propia y en caso
de consentir prestar declaración, a no hacerlo bajo juramento.

2. Comunicarle detalladamente el hecho que se le atribuye, con las circunstancias de tiempo,


lugar y modo de comisión, incluyendo las de importancia para la calificación jurídica, las disposiciones
legales que resultaren aplicables y los datos que la investigación arroja en su contra.

3. Instruirlo respecto de que la declaración es un medio de defensa y, por consiguiente.

4. Informarle que tiene derecho a que se le explique todo cuanto sirviera para desvirtuar las
sospechas que sobre él recaiga, así como también a solicitar la práctica de diligencias que considerase
necesarias.

En cuanto a las actuaciones que generan el nacimiento de la condición de imputado en la


persona sometida al proceso penal, esta Sala, en sentencia nro. 1.935/2007, del 19 de octubre, estableció
que la audiencia de presentación prevista en el artículo 250 del Código Orgánico Procesal Penal -en la cual
el Juez debe analizar si concurren o no los requisitos para la procedencia de la referida medida privativa-
, aun y cuando no es un “acto formal de imputación” (ya que dicha audiencia se celebra ante un Juez y no
en la sede del Ministerio Público), sí constituye un acto de procedimiento que atribuye la cualidad de
imputado a los efectos del artículo 124 del Código Orgánico Procesal Penal, no siendo esencial que
ese “acto formal de imputación” se efectúe previamente a la referida audiencia de presentación.
En esta misma línea de criterio, esta Sala resolvió recientemente, ante un caso similar, lo
siguiente:

“… en virtud del principio de celeridad procesal y con el fin de evitar reposiciones inútiles,
corresponde a esta Sala pronunciarse en relación al alegato cuyo pronunciamiento omitió la sentencia
dictada por la Corte de Apelaciones accionada en amparo, relativo a la falta de imputación del ciudadano
Pedro Leonardo Carvallo Abad y en tal sentido observa que en sentencia N° 1636/2002 del 17 de julio,
esta Sala estableció que:
‘…Conforme al artículo 124 del Código Orgánico Procesal Penal, imputado es toda persona a quien
se le señala como autor o partícipe de un hecho punible, por un acto de procedimiento de las autoridades
encargadas de la persecución penal. No se requiere de un auto declarativo de la condición de imputado,
sino de cualquier actividad de investigación criminal, donde a una persona se la trata como presunto autor
o partícipe…’.
En armonía con el criterio transcrito, resulta claro para la Sala que en el presente caso el acto
de imputación fue satisfecho en la audiencia de presentación celebrada el 10 de marzo de 2008 ante el
Juzgado Vigésimo de Primera Instancia en Función de Control del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, siendo que, en dicha audiencia, el representante del Ministerio Público
comunicó al ciudadano Pedro Carvallo, los hechos que dieron origen a la causa penal seguida en su
contra, otorgando a tales hechos la correspondiente precalificación jurídica, todo ello en presencia de
sus defensores quienes igualmente han tenido a lo largo del proceso la posibilidad de realizar las
solicitudes que han considerado pertinentes, así como los de ejercer los recursos correspondientes, los
cuales se han oído y decidido oportunamente.
En razón de lo anterior, no se verifica para ésta Sala la violación de los derechos constitucionales
a la libertad personal y a la tutela judicial efectiva denunciados por el recurrente, toda vez que el ya
mencionado ciudadano ha estado asistido desde el inicio del proceso por sus defensores de confianza,
proponiendo las diligencias y las solicitudes que consideró pertinentes durante la fase de investigación,
fue oído tanto en el acto de presentación como en la audiencia preliminar celebrada el 6 de octubre de
2008, donde tuvo la oportunidad de oponerse a los medios de prueba presentados por el Ministerio
Público, así como de ofrecer los propios, razón por lo cual el presente amparo debió declararse
improcedente in limine litis” (Resaltado del presente fallo) (Sentencia nro. 1.062/2010, del 1 de
noviembre).
Entonces, del análisis detenido de estos hechos, a la luz de las normas y los criterios
jurisprudenciales antes reseñados, se evidencia que el acto de imputación de los ciudadanos Juan Carlos
Latosefki, Antonio Ramírez Sulbarán, Ernesto Belrone Taka, Alis del Valle Gallardo Torres y Richard
Alexander Viera fue satisfecho en la audiencia de presentación del 7 de noviembre; igualmente, los actos
de imputación correspondientes a los ciudadanos Nelson José Melgarejo Yapur y Oskaile María Briceño
Ferrer, quedaron configurados en las audiencias de presentación llevadas a cabo los días 16 y 22 de
noviembre de 2007, respectivamente, todo ello aun y cuando tales actos no hayan ocurrido en la sede del
Ministerio Público.

En efecto, en dichas audiencia el Fiscal del Ministerio Público les comunicó expresa y
detalladamente a los encartados el hecho que motorizó la persecución penal, y otorgó a tal hecho la
correspondiente precalificación jurídica (garantizando así el derecho ser notificados de los cargos por los
cuales se les investigaba), con todas las circunstancias de tiempo, lugar y modo de comisión, incluyendo
aquellas que eran de importancia para la calificación jurídica y los datos que la investigación arrojaba
hasta ese momento en su contra, todo ello en presencia de un Juzgado de Control, lo cual, a todas luces,
configura un acto de persecución penal que inequívocamente les atribuyó la condición de imputados,
generando los mismos efectos procesales de la denominada impropiamente “imputación
formal” realizable en la sede del Ministerio Público.

Entre tales efectos, se estuvo el surgimiento del derecho a la defensa en cabeza de los hoy
quejosos, es decir, la práctica de la imputación en las audiencias de presentación llevadas a cabo los días
7, 16 y 22 de noviembre de 2007, les habilitó para ejercer eficazmente el derecho a la defensa.
Concretamente, tuvieron la posibilidad de hacer uso -como efectivamente lo hicieron- de las facultades
contenidas propias al derecho a la defensa, consagrado en el artículo 49.1 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (y desarrolladas en el artículo 125 del Código Orgánico Procesal
Penal), cuyo contenido se traduce en la facultad de toda persona de intervenir en el proceso penal que
contra ella se haya incoado, así como también de llevar a cabo las actividades procesales necesarias para
evidenciar la falta de fundamento de la potestad penal que contra él ejerce el Estado, o cualquier
circunstancia que la excluya o la atenúe.”

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