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El trabajo de fin de grado y de máster

El trabajo de fin de grado y de


máster

Redacción, defensa y publicación


Iria da Cunha

Prólogo de Mª Teresa Cabré


Director de la colección Manuales (Lingüística y Traducción): Antoni Oliver

Diseño de la colección: Editorial UOC


Diseño de la cubierta: Natàlia Serrano

Primera edición en lengua castellana: mayo 2016


Primera edición digital: noviembre 2016

© Iria da Cunha, del texto

© Editorial UOC (Oberta UOC Publishing, SL), de esta edición, 2016


Rambla del Poblenou 156, 08018 Barcelona
http://www.editorialuoc.com

Realización editorial: Oberta UOC Publishing, SL


Maquetación: Sònia Poch Masfarré

ISBN: 978-84-9116-376-3

Ninguna parte de esta publicación, incluyendo el diseño general y de la cubierta, puede ser copiada,
reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico,
mecánico, óptico, de grabación, de fotocopia o por otros métodos, sin la autorización previa por escrito de los
titulares del copyright.
Autora

Iria da Cunha

Se licenció en Filología Hispánica en la Universidade de Santiago de Compostela en el 2001, y


se doctoró en Ciencias del Lenguaje y Lingüística Aplicada en la Universitat Pompeu Fabra
(UPF) en el 2008. Ha realizado estancias posdoctorales en varias universidades internacionales,
como la Université d’Avignon et des Pays de Vaucluse (UAPV), la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) y la Universidade de São Paulo (USP). En el 2012, se
reincorporó al Institut Universitari de Lingüística Aplicada (IULA) de la UPF con un contrato
de investigación Juan de la Cierva. En el 2015, se incorporó al Departamento de Filologías
Extranjeras y sus Lingüísticas en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
con un contrato de investigación Ramón y Cajal.

Actualmente es docente de diferentes materias de grado y posgrado relacionadas con el


discurso especializado, la terminología, la lingüística, y la creación de aplicaciones y recursos
lingüísticos en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), en la UPF y en la UNED. En estas
universidades, ha participado en proyectos de innovación docente y en la creación de
materiales docentes de varias asignaturas. También ha dirigido trabajos finales de grado y de
máster, proyectos de tesis doctorales y tesis de doctorado. Asimismo, ha participado como
miembro de varios tribunales de grado y posgrado.

Desde el 2001, es miembro del grupo de investigación IULATERM de la UPF y, desde el


2015, es miembro del grupo ACTUALing de la UNED. Hasta el 2015 ha participado en 16
proyectos de investigación nacionales e internacionales, y es autora o coautora de más de
sesenta publicaciones que incluyen artículos en revistas internacionales de alto impacto, otras
revistas indexadas, capítulos de libros de editoriales de prestigio, actas de congresos tanto
nacionales como internacionales, etc. Ha hecho ponencias en más de treinta congresos
alrededor del mundo (Estados Unidos, Canadá, Japón, India, Nepal, Grecia, Francia, Reino
Unido, México, Argentina, Cuba, etc.), y ha impartido conferencias y seminarios por invitación
en múltiples instituciones nacionales e internacionales.

Del 2010 al 2014 fue miembro del Comité Ejecutivo de la Red Iberoamericana de
Terminología. Ha sido miembro del Comité Científico y del Comité Organizador de varios
congresos internacionales y nacionales. Actualmente es miembro del Comité Editorial de
varias revistas científicas.
A Hugo y a Max
Prólogo. Redactar un proyecto,una capacidad adquirida
M. Teresa Cabré

Una de las tareas importantes que los estudiantes universitarios deben


aprender a realizar en el ámbito académico es la investigación. Ninguna carrera
de estudio puede permitirse que sus estudiantes acaben sin haber realizado un
proyecto. Para ello, los profesores deben proporcionarles las herramientas
necesarias para llevarlo a cabo.
Investigar supone indagar sobre un determinado tema, buscar y analizar sobre
determinado objeto. Pero este proceso de exploración no es un camino
totalmente abierto a la subjetividad personal, sino que debe acoplarse a un
determinado esquema, a un esquema que el método científico, sea inductivo o
deductivo, ha establecido. Solo siguiendo el proceso establecido se pueden
conseguir los resultados que un proyecto se propone lograr, coincidan o no con
las expectativas iniciales.
Así pues, aprender a investigar supone, en primer lugar, saber cómo se
selecciona un objeto de observación y se sitúa en un campo determinado. Una
vez centrado el objeto del proyecto de investigación, cabe aprender a observarlo.
La observación no es una operación sencilla, sino un camino que también hay
que aprender: el objeto que se va a observar se explora a partir del contexto en
el que aparece, distinguiéndolo de otros objetos y comparándolo con los objetos
que parecen ser el mismo. Solo así se pueden establecer las características
comunes a un mismo objeto y las que lo distinguen de otros, teniendo en cuenta
que hay propiedades inherentes que aparecen siempre asociadas al objeto, pero
otras que aparecen en función de las circunstancias en las que este objeto se
mueve.
Pero si un objeto hay que observarlo de modo que tengamos una visión
completa de este, deberemos seleccionar muestras de material en las que este
objeto aparezca. En un proyecto de tema lingüístico, por ejemplo, cuando
nuestro objeto de observación es, pongamos por caso, un conector discursivo,
estas muestras son fragmentos de discurso en las que este conector aparece. El
conjunto de estas muestras, que debe reunir algunas condiciones (entre ellas la
más importante es la de representatividad), solemos denominarlo corpus.
La observación de distintos ejemplares del mismo objeto permite inferir las
características comunes que comparten y las características diferentes que los
separan, así como observar sus comportamientos. Así, de constatar lo que
siempre permanece, se puede llegar a formular una o varias generalizaciones, que
es uno de los primeros peldaños del trabajo científico. Y del conjunto de
generalizaciones que pueden llegar a hacerse, podemos llegar a conclusiones
sobre uno o varios aspectos del objeto. Y así, una vez más, y sucesivamente
hasta llegar al final al que deseamos llegar.
Pero el dominio de la técnica de investigación no es visible si el estudiante no
domina las reglas expresivas que permiten hacerlo visible, es decir si no sabe
explicar oralmente y por escrito su proyecto de investigación.
La lingüística aplicada a la redacción de textos especializados es una de las
ramas del estudio de la lengua que enseña cómo estructurar y describir un
proyecto. Esta descripción, aplicada al proceso investigador, constituye un
género textual denominado proyecto de investigación, que se encuadra en el ámbito
de los géneros académicos.
Los géneros especializados por ámbitos de comunicación son convenciones
socio-pragmáticas que requieren ser aprendidas y que persiguen el objetivo de
producir textos que, además de ser informativos, sean estructural, cognitiva,
gramatical y estilísticamente adecuados. Sin estos cuatro tipos de condiciones, el
texto de presentación de un proyecto de investigación no podrá ser considerado
de calidad. Y tan importante es la calidad de la investigación como la calidad de
su presentación.
El género de proyecto de investigación debe poseer una estructura
determinada, normalmente uniforme aunque admita algunas variantes. Debe
iniciarse con la presentación del tema y su ubicación en un ámbito del
conocimiento, presentar los objetivos del trabajo, exponer el estado de
conocimiento de este, especificar los materiales y métodos y presentar los
resultados. Este esquema le da al texto adecuación estructural.
El proyecto debe ser, además, cognitivamente adecuado, en el sentido de que
debe presentar su contenido de manera precisa, y especificar muy nítidamente
cuál es el objeto de trabajo y a qué objetivos se propone llegar, siempre sobre la
base del nivel de conocimiento previo al que se haya llegado sobre el mismo
tema.
El proyecto debe ser, asimismo, gramaticalmente adecuado, en el sentido de
usar la lengua de redacción de manera correcta y presentar la terminología más
habitual sobre el tema y el proceso de investigación.
Finalmente, como todo texto especializado, el texto del proyecto debe ser
también estilísticamente adecuado, de manera que la redacción respete factores
como la precisión, la concisión y la sistematicidad, al lado de la objetividad y la
máxima distancia subjetiva en relación con los datos.
La habilidad de redactar un proyecto de investigación no es una destreza que
el estudiante posea de manera natural, sino que se adquiere mediante el
aprendizaje. El presente volumen se propone enseñar al estudiante las reglas
necesarias para redactar un proyecto de investigación y lo hace de manera clara,
didáctica y simple, pero al mismo tiempo estricta y rigurosa. Su autora es una
persona idónea para acompañar al estudiante por esta senda de aprendizaje, y no
solo porque ella también ha adquirido esta destreza y la ha puesto en práctica en
numerosos casos, sino porque su capacidad de reflexión sobre su propia
habilidad, junto con su competencia didáctica, ha dado pie a este libro tan útil y
necesario.
Introducción

La redacción y defensa de un trabajo de fin de grado o de fin de máster (TFG


y TFM, respectivamente) supone el punto final del camino hacia la consecución
de un grado académico en cualquier ámbito especializado (derecho, medicina,
economía, traducción, biología, química, tecnología, comunicación, etc.). Este
trabajo es uno de los elementos más relevantes a la hora de obtener la
calificación final del estudiante y, por lo tanto, redactarlo y defenderlo
adecuadamente es fundamental. En los diversos grados y másteres de las
universidades españolas, no se imparten suficientes asignaturas o cursos
destinados a esta cuestión y, por este motivo, muchos estudiantes se sienten
perdidos y desmotivados cuando llega el momento de elaborar su trabajo final,
llegando incluso a fracasar o a obtener una nota inferior a la esperada.
En este libro se ofrecen contenidos que ayudarán al estudiante (de cualquier
ámbito y especialidad) a tener éxito en la elaboración de un trabajo académico,
principalmente de final de grado o de máster. Estos contenidos también pueden
ser útiles para estudiantes de grado que deban realizar trabajos académicos de
asignaturas y también para estudiantes de doctorado. Sin embargo, debe tenerse
en cuenta que un trabajo de una asignatura no deberá pasar por todas las etapas
que aquí se mencionan, y una tesis de doctorado será mucho más completa,
extensa y compleja que los trabajos académicos que se analizan en este libro.
A partir de mi trayectoria académica, relacionada con la docencia y la
investigación sobre discurso especializado y géneros textuales, he recogido en
esta obra los aspectos que considero más relevantes para que el estudiante pueda
llegar al final de su camino adecuadamente. Además de explicar las cuestiones
formales básicas para redactar este tipo de trabajos, se detallan también las
etapas que incluye su proceso de elaboración, que van desde la selección del
tema y la asignación del director, hasta la defensa oral del trabajo y su posterior
publicación.
En el primer capítulo, se ubica este tipo de trabajos en el contexto de la
comunicación especializada, y se reflexiona sobre el emisor y los receptores del
trabajo académico, el mensaje que se quiere transmitir, el canal de comunicación,
los géneros textuales que se derivan del trabajo, etc. También se exponen
algunas cuestiones relevantes que el estudiante tendría que tener en cuenta antes
de empezar el trabajo, para lograr obtener el éxito académico.
En el segundo capítulo, se detallan las diferentes etapas incluidas en el proceso
de elaboración de un trabajo académico de fin de grado o de máster. Como ya
he mencionado, este proceso comienza con la selección del tema y la asignación
del director pero, a continuación, pasa por muchas otras, como son la
elaboración de un cronograma realista y adecuado; la delimitación de los
objetivos generales y/o específicos del trabajo; la revisión crítica de la literatura;
la preparación de la metodología que se utilizará; la realización del trabajo de
campo, del análisis o de los experimentos (en función del tipo de trabajo que se
realice); la obtención de resultados y conclusiones; la redacción del manuscrito
final; la defensa oral en caso de que sea un requisito para la obtención del título,
y la publicación del trabajo, si el estudiante considera pertinente realizarla (ya sea
en formato libro, artículo de revista o artículo para un congreso).
En el tercer capítulo, se ofrecen pautas y consejos para la redacción del trabajo
académico, que tienen que ver con diferentes elementos relevantes. Algunos de
estos elementos son el procesador de textos seleccionado para trabajar; el
formato del trabajo; la estructura y los contenidos prototípicos; la portada y el
título; el índice; el resumen (abstract) y las palabras clave (keywords); las tablas, las
figuras y los gráficos; los anexos, y los criterios de citación bibliográfica
estándares, tanto de las citas en el texto como de las referencias bibliográficas en
la sección de bibliografía. Asimismo, se incluye un apartado que ayudará a evitar
errores lingüísticos frecuentes.
El cuarto capítulo se centra en la defensa oral del trabajo académico.
Concretamente, se tratarán varios temas, como los sistemas de creación de
presentaciones, el formato de la presentación y la estructura y los contenidos
prototípicos. También en este capítulo se incluyen algunas indicaciones para
evitar errores lingüísticos frecuentes en las presentaciones orales y consejos
prácticos para el acto de la defensa.
El quinto capítulo se dedica a la publicación del trabajo académico. Como se
ha dicho, el estudiante puede decidir publicar su trabajo académico en formato
libro, como un artículo de revista o como un artículo para un congreso. Estos
tres géneros textuales tienen características diferentes que deben tenerse en
cuenta si quiere adaptarse el texto de un trabajo académico de fin de grado o de
máster a cualquiera de ellos. Además, en este capítulo se ofrecen indicaciones
para seleccionar la revista o el congreso más adecuados al trabajo, y para enviar
correctamente el artículo a los editores u organizadores del congreso (desde las
normas que deben seguir los autores y las plantillas empleadas para redactar
artículo, hasta las interfaces de envíos en línea). También se explica brevemente
qué son los índices de impacto de las revistas científicas, un tema clave y
polémico en la carrera académica universitaria.
Finalmente, se incluye una selección de bibliografía en la que se recogen obras
relacionadas con el tema de este libro, que pueden servir como apoyo al
estudiante en determinados aspectos.
Capítulo I
Cuestiones preliminares

Aunque este capítulo se titule «Cuestiones preliminares», el adjetivo preliminares


no debe llevar a confusión, ya que no por ser preliminares estas cuestiones son
menos importantes a la hora de realizar un trabajo académico, concretamente de
fin de grado o de fin de máster. En primer lugar, este capítulo es necesario para
ubicar este tipo de trabajos en el contexto de la comunicación especializada. En
segundo lugar, en este capítulo se exponen algunas cuestiones importantes que
el estudiante tiene que tener en cuenta antes de empezar el trabajo, para lograr
obtener el éxito académico (en inglés, academic success).

1. La comunicación especializada
Como se explica en Cabré (1992, 1999), la comunicación especializada tiene
ciertas particularidades que la distinguen de la comunicación general, según los
elementos del esquema comunicativo de Jakobson (1963). Estas particularidades
se refieren principalmente a tres elementos: el emisor, el mensaje y el receptor.
En primer lugar, el emisor ha de ser un especialista del domino o ámbito
especializado sobre el que trata el texto, como por ejemplo la medicina, la
economía, la lingüística, la informática, la química, el derecho, el teatro, el medio
ambiente, etc. El especialista puede serlo porque ha adquirido sus
conocimientos sobre el ámbito mediante una formación específica o porque ha
desempeñado una profesión durante un periodo temporal prolongado que avala
los conocimientos que ha adquirido sobre dicho ámbito. En el caso de un
trabajo académico, el estudiante debe situarse en el lugar del especialista como
emisor. En segundo lugar, en el caso de la comunicación especializada, el
mensaje es el mismo texto especializado (ya sea oral o escrito) que se transmite.
El estudiante no debe olvidar que un trabajo académico es un producto textual
que debe cumplir los requisitos que se esperan de este tipo de textos
especializados. En tercer lugar, en el contexto de la comunicación especializada,
el receptor puede ser de naturaleza diversa. Concretamente suelen mencionarse
tres tipologías de receptores posibles: otros especialistas o expertos del ámbito
especializado del que trata el texto, estudiantes o aprendices interesados en
aprender sobre dicho ámbito, o el público general o lego en la materia, que
simplemente tiene un interés puntual o esporádico sobre el ámbito, pero no
tiene formación sobre él. En el caso de los trabajos académicos, los receptores
principales serán otros especialistas del mismo ámbito (principalmente los
directores del trabajo, los miembros del tribunal que lo evaluará y otros
especialistas que investiguen sobre temas afines al del trabajo), y estudiantes que
se encuentren en la fase de elaboración de su propio trabajo académico de grado
o de fin de máster y necesiten adquirir información sobre dicho tema.
La elaboración de un trabajo académico o trabajo de investigación se sitúa,
pues, en el contexto de la comunicación especializada, en la cual se transmite un
conocimiento especializado por parte del estudiante (en su rol ahora de
especialista) en una situación formal. En este contexto, el trabajo académico se
materializa en varios productos textuales que serán evaluados por un tribunal y
que se corresponden con tres géneros textuales concretos que se transmiten
por canales de comunicación distintos (escrito u oral): el trabajo académico
escrito, la presentación oral para la defensa del trabajo y la presentación con
diapositivas que apoya la presentación oral de la defensa. Entendemos «género»
como una forma textual convencional reconocida socialmente, como podría ser
una noticia periodística, un editorial, una receta de cocina, un informe, una nota
clínica, una ley, etc. En muchos casos, existen géneros textuales que se
corresponden con ámbitos especializados determinados. Sería el caso, por
ejemplo, de una ley en el ámbito del derecho o de una nota clínica en el ámbito
de la medicina. En cambio, los géneros «trabajo académico escrito»,
«presentación oral para la defensa del trabajo académico» y «presentación escrita
con diapositivas para la defensa» trascienden el ámbito especializado, de la
misma manera que lo hacen otros géneros como el «artículo científico», la
«conferencia» o la «clase magistral». En otras palabras, la principal variación
entre diferentes trabajos académicos es el ámbito en el cual se circunscriben y el
tema concreto desarrollado, pero las características globales del género en sí (sea
escrito u oral) no son variables, es decir, deben seguirse unas pautas o criterios
determinados para su elaboración. Por ejemplo, es imprescindible que la
estructura de un trabajo académico incluya unos apartados prototípicos que a su
vez reflejen unos contenidos determinados, como son los objetivos del trabajo,
la metodología, los resultados, las conclusiones, etc. (este tema se trata con
detalle en el apartado 3 del capítulo 3). De todas maneras, es cierto que los
trabajos académicos que se realizan en algunos ámbitos especializados (como la
medicina o la informática, por ejemplo) pueden adquirir ciertas particularidades,
como se irá observando en los siguientes capítulos.
Como se indica en Seghezzi (2011), los textos especializados escritos y
orales tienen ciertas similitudes, pero también existen diferencias entre ellos. En
el caso de los tres géneros textuales (escrito y oral) en los que deriva un trabajo
académico, estos comparten la necesidad de planificación previa y el elevado
grado de formalidad que deben reflejar. En cuanto a las diferencias entre ambos,
en el caso del género escrito «trabajo académico» existe la posibilidad (más bien
la obligatoriedad) de revisión del texto final, mientras que en el género oral
«presentación para la defensa del trabajo académico», aunque las diapositivas
empleadas para realizar la presentación sí pueden (y deben) revisarse, el texto
oral se produce en tiempo real y, por lo tanto, no hay opción de revisión. Es por
este motivo que la presentación oral debe prepararse muy bien, de cara a no
cometer errores inoportunos. Asimismo, un trabajo académico escrito implica
un distanciamiento con el receptor del texto, lo cual debe traducirse en una
necesidad de claridad conceptual y en ausencia de ambigüedad, para que las
interpretaciones del lector sean las adecuadas. En cambio, en la defensa oral,
existe un contexto compartido entre el emisor (el estudiante) y el receptor (el
tribunal), en el cual incluso hay interacción entre ellos. Estas diferencias tienen
implicaciones importantes que deben tenerse en cuenta a la hora de elaborar un
trabajo académico.
La figura 1 muestra de manera esquemática al emisor, el mensaje y al receptor
de un trabajo académico contextualizado en la comunicación especializada.

Figura 1. Emisor, mensaje y receptor de un trabajo académico


2. Academic success
En este apartado se exponen algunas cuestiones importantes que el estudiante
debe tener en cuenta antes de empezar el trabajo, para lograr obtener el éxito
académico (en inglés, academic success). Me referiré a cuestiones muy diversas,
pero que son relevantes en el contexto de un trabajo académico y que están
relacionadas. En la figura 2 se observan de forma visual y esquemática estas
cuestiones a las que me refiero.

Figura 2. Cuestiones que el estudiante debe tener en cuenta para lograr el éxito académico
La realización de un trabajo académico de grado o de máster supone el punto
final de un proceso de formación largo. Por tanto, el estudiante suele estar
cansado y, en ocasiones, desmotivado. Habrá días en los que todo se verá
positivo y el trabajo será algo creativo y estimulante, pero, siendo realistas,
también habrá otros días en los que las ganas de tirarlo todo por la borda
aflorarán, ya sea por falta de tiempo, de interés, de motivación, etc. En estos
momentos tener una autoestima elevada (en cuanto al plano académico) es
fundamental. La seguridad en las capacidades de uno mismo para desarrollar
un trabajo determinado son determinantes en este proceso. El estudiante debe
estar convencido de que puede acabar su trabajo académico y poner todos sus
recursos para lograrlo. Es fundamental el esfuerzo del estudiante durante todo
el camino y la constancia de su trabajo día a día para no abandonar el trabajo.
Es importante también tener cierta estructuración mental, para poder gestionar
el tiempo adecuadamente y seguir un calendario realista y adecuado.
Sin embargo, para realizar un trabajo académico es necesario algo más que la
autoestima, la seguridad, el esfuerzo, la constancia y la estructuración: los
conocimientos sobre el tema son imprescindibles. Para adquirirlos el estudiante
debe saber cómo acceder a fuentes especializadas para obtener bibliografía
adecuada sobre el tema y, posteriormente, leer dichas referencias de manera
crítica, es decir, asimilando los contenidos y siendo capaz de aplicarlos al trabajo
académico planteado. Asimismo, aunque la autoestima es necesaria en ciertos
momentos del proceso de elaboración de un trabajo académico, también es
indispensable tener cierta capacidad de autocrítica durante todo el proceso. Es
normal equivocarse en algunas cuestiones, que pueden tener que ver con el
planteamiento de los objetivos, con la metodología seguida, con la
interpretación de resultados, etc. Es importante que el estudiante reconozca sus
propios errores o limitaciones, e intente ponerles remedio sin sentirse mal por
ello. En este proceso es normal que surjan infinidad de dudas. Es más, si no
surgen dudas, desconfiemos. Un trabajo académico supone, por ejemplo,
plantearse un tema, unos objetivos o una metodología, y es totalmente lógico
dudar inicialmente sobre todos estos aspectos. ¿Es pertinente el tema
propuesto? ¿Los objetivos están planteados de manera correcta? ¿La
metodología diseñada es adecuada para lograr los objetivos? Estas preguntas o
dudas son necesarias en una investigación y el estudiante debe saber
responderlas con un cierto grado de madurez. De todos modos, no ha de
olvidarse que en un trabajo académico es vital la supervisión por parte de un
director o tutor, quien debe ayudar al estudiante a resolver estas dudas. Sin
embargo, es cierto también que la función del director o tutor es guiar el
proceso de elaboración del trabajo académico, pero es el estudiante quien debe
realizarlo y el producto final es su responsabilidad. Otra de las funciones del
director o tutor es dar un «ultimátum» al estudiante cuando este no sea capaz
de cerrar el trabajo. Ha de tenerse en cuenta que en un trabajo de investigación
siempre quedarán cuestiones que al estudiante le gustaría abordar pero que no le
es posible tratar, ya sea por falta de tiempo (siempre existe un deadline para la
entrega y defensa del trabajo académico) o por la magnitud estipulada del trabajo
(normalmente la extensión máxima exigida por la institución académica no debe
superar un cierto número de páginas).
Asimismo, con respecto al planteamiento del trabajo académico, deben tenerse
en cuenta dos cuestiones fundamentales: la innovación y la creatividad. Un
trabajo académico debe ser innovador, en el sentido de que debe tratar un tema
nuevo o, al menos, algún aspecto nuevo de un tema ya tratado previamente.
Este aspecto innovador puede referirse, por ejemplo, a un objetivo diferente, a
una nueva metodología propuesta o a un nuevo marco teórico empleado para
alcanzar un objetivo determinado. Además, el estudiante no debe tener miedo
de ser creativo, tanto en el planteamiento del trabajo como en su propia
realización. La creatividad siempre está bien valorada por un tribunal y aporta un
valor añadido al trabajo.
En relación con el contenido del trabajo académico, si anteriormente me
refería a la estructuración mental para poder gestionar el tiempo adecuadamente,
ahora retomo el término, pero en esta ocasión para referirme a la
estructuración que debe reflejarse en el trabajo académico en sí. El trabajo
debe estar correctamente organizado y dividido en apartados coherentes que
sigan la estructura prototípica de este tipo de trabajos. Además, otra de las
características indispensables en un trabajo académico es la claridad. El
estudiante no ha de olvidar que el lector debe entender fácilmente todos los
contenidos del texto y, para ello, este debe estar redactado de una manera
concisa, precisa, clara, etc., es decir, siguiendo las características generales que
deben mantener los textos especializados.
Finalmente, una cuestión imprescindible para que la investigación llegue a
buen puerto es el sentimiento que el estudiante le pone a su trabajo académico.
Puede parecer un tópico, pero la realidad es que, cuando un estudiante está
motivado y contento con el tema de su trabajo, obtiene mejores resultados.
Estoy segura de que, con ilusión por la investigación y con la lectura de los
siguientes capítulos, cualquier estudiante logrará obtener el éxito académico.
Capítulo II
Las etapas del proceso de elaboración del trabajo
académico

En este capítulo se explican las diversas etapas que supone el proceso de


elaboración de un trabajo académico de fin de grado o de máster. Estas etapas
están relacionadas con diferentes elementos, como son: el tema y el director; el
cronograma; los objetivos; la revisión de la literatura; la metodología; el trabajo
de campo, el análisis o los experimentos; los resultados y las conclusiones; el
manuscrito final; la defensa oral, y la publicación. A continuación se tratará cada
una de las etapas por separado.

1. Selección del tema y asignación del director


La primera cuestión relevante sobre la que el estudiante debe reflexionar antes
de comenzar su investigación es la ubicación de su trabajo en un ámbito y
subámbito concretos. Por ejemplo, un estudiante del grado de Medicina tendrá
claro que su ámbito es la medicina, pero deberá seleccionar un subámbito
específico, como podría ser la medicina clínica o la oncología. Un estudiante del
grado de Lenguas Aplicadas podría seleccionar como ámbito general la
lingüística y como subámbito la lingüística computacional o la lexicografía. Una
vez el estudiante ha ubicado su investigación, debe seleccionar un tema
concreto sobre el que trabajar. En el caso de un estudiante que ha seleccionado
la medicina como ámbito y la medicina clínica como subámbito, un posible tema
sería la hipertensión; en el caso de un estudiante que ha seleccionado la
lingüística como ámbito y la lingüística computacional como subámbito, un
posible tema sería la traducción automática. Así, la elección del ámbito, del
subámbito y del tema debe realizarse desde lo más general a lo más específico.
La selección del tema y la asignación del director son cuestiones que
dependen de cada institución académica. Generalmente, existen dos vías. Por un
lado, el estudiante puede tener previamente un tema muy claro y definido sobre
el que quiere realizar su trabajo. En este caso, ha de encontrar o solicitar a los
responsables de su programa académico un profesor responsable, tutor o
director (el término depende de la institución académica pero, en todo caso, se
refiere a la figura del profesor o investigador responsable del trabajo académico
del estudiante; a partir de ahora, por una cuestión de economía lingüística, se
utilizará el término director). Idealmente, el director asignado debería ser
especialista en el tema propuesto por el estudiante o, al menos, en temas afines a
este. Por otro lado, quizás el estudiante no tiene en mente un tema concreto
sobre el cual investigar (aunque sí tenga claro el ámbito y el subámbito donde
ubicar su trabajo). En este caso, los directores disponibles en el programa
académico correspondiente suelen ofrecer una lista de temas posibles que se
adecuan a sus líneas de investigación o proyectos en curso. Una buena estrategia
es consultar las páginas web de estos profesores para conocer sus líneas de
investigación, sus proyectos de investigación pasados y en curso, los temas de
los trabajos académicos de sus estudiantes (de grado, de máster o de doctorado),
etc. Una vez revisadas las diferentes páginas web, se recomienda al estudiante
concertar citas personales con los profesores que investigan sobre temas que le
resulten interesantes, para tener una idea de las diferentes posibilidades
existentes. En general, cuanta más información previa se obtenga antes de
decidir el tema del trabajo, más sencilla resultará la elección final, que por
supuesto debe consensuarse con el director escogido. Como ya apuntaba en el
capítulo anterior, el tema del trabajo debe ser innovador e interesante, y debe
motivar tanto al estudiante como al director.
En algunas instituciones se permite contar con la figura del codirector. Este
puede ser un investigador vinculado a la misma institución a la cual está adscrito
el trabajo académico o puede ser un investigador de otra institución nacional o
internacional. La figura del codirector es más habitual en las tesis de doctorado y
no tanto en los trabajos académicos de fin de grado o de máster. No obstante,
puede ser que alguna institución permita contar con el apoyo de esta figura en
caso de ser necesaria por cuestiones académicas. Normalmente, la motivación de
una codirección se deriva de trabajos interdisciplinares que requieren el
conocimiento de especialistas en dos ámbitos diferentes. Por ejemplo, si un
estudiante realiza un trabajo sobre lingüística computacional, quizás necesite la
supervisión de un especialista en lingüística y de un especialista en informática; si
el trabajo plantea un estudio estadístico en el ámbito médico, quizás necesite un
especialista en estadística y un especialista en medicina.

2. Elaboración del cronograma


Ya se avanzaba en el capítulo anterior que el estudiante debe tener cierta
estructuración mental, para poder gestionar el tiempo adecuadamente, y seguir
un calendario realista y adecuado. Para ello, resulta muy útil elaborar un
calendario que incluya las diferentes tareas que se prevén realizar durante el
proceso de elaboración del trabajo académico.
Un recurso muy habitual empleado en la gestión de trabajos, orientado a esta
necesidad, es el diagrama de Gantt. Este tipo de diagrama consta de dos ejes.
Por un lado, consta de un eje vertical, que debe reflejar las diferentes tareas y
actividades que constituyen el trabajo que se va a realizar. Por otro lado, consta
de un eje horizontal, que debe incluir una previsión estimada del tiempo que
transcurrirá entre la fecha de inicio del trabajo y la fecha de su defensa. Esta
previsión puede realizarse en semanas, meses, trimestres, cuatrimestres,
semestres, etc., siempre dependiendo de las necesidades del proyecto y del
espacio temporal total del que se disponga. En el caso de un trabajo académico
de grado o de fin de máster, lo más habitual es realizar la previsión en meses.
Cada tarea y actividad debe asociarse con un período concreto dentro de esta
estimación temporal.
Para que un diagrama de Gantt sea efectivo, es muy importante saber detallar
las diferentes tareas y actividades de una manera coherente y realista. En un
trabajo académico, las tareas suelen corresponderse con las diferentes fases y
subfases de la metodología propuesta para el trabajo. Algunos ejemplos serían la
revisión de la bibliografía, el trabajo de campo (por ejemplo, a través de la
realización de encuestas), el análisis estadístico, etc. Las actividades tendrían que
ver más con cuestiones complementarias que pueden desarrollarse durante el
proceso de elaboración del trabajo, como la asistencia a congresos, seminarios u
otros eventos científicos; la redacción del manuscrito final de la tesis; la
preparación de las diapositivas para la defensa oral; la redacción de artículos
científicos o de divulgación derivados del trabajo académico, etc. En una
situación ideal, el estudiante debería ceñirse a este calendario, que él mismo debe
proponer pero que debe ser validado por el director del trabajo, quien
seguramente cuenta con una amplia experiencia en este tipo de estimaciones
temporales y que, por tanto, puede corroborar la adecuación inicial de la
propuesta. De todas maneras, también es cierto que pocas veces el estudiante
logra ceñirse totalmente al plan inicial, por diferentes motivos, como cambios no
previstos en los objetivos o en la metodología, dificultades en el análisis o en el
trabajo de campo, cuestiones personales, etc. En este caso, es importante no
bloquearse, ser realista y realizar los ajustes oportunos en el diagrama de Gannt,
siempre de manera consensuada con el director.
Las figuras 3, 4 y 5 muestran ejemplos de diagramas de Gantt extraídos de
proyectos de investigación de tesis doctorales de diferentes ámbitos presentados
en universidades españolas. El diagrama de Gantt realizado para la organización
del plan de un trabajo de final de grado o de máster no será tan completo y
detallado como los aquí ofrecidos, ya que su magnitud no es comparable a la de
una tesis doctoral. Sin embargo, constituyen ejemplos representativos que
pueden ayudar al estudiante a hacerse una idea preliminar.

Figura 3. Ejemplo de diagrama de Gantt extraído de un proyecto de tesis en el ámbito de la


administración y la dirección de empresas (Cano, 2009)

Figura 4. Ejemplo de diagrama de Gantt extraído de un proyecto de tesis en el ámbito de la


lingüística aplicada (Montané, 2007; se ha traducido el contenido original en catalán al
castellano)
2007

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Ampliación del corpus textual
Establecimiento del corpus terminológico (casos
normalizados)
Análisis de casos normalizados (factores de implantación)
Implementación de la base de datos

2008

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

Establecimiento del grado de implantación de los casos


normalizados
Análisis estadístico de los datos
Análisis cualitativo y cuantitativo de resultados
Propuesta de una metodología de seguimiento de la
implantación terminológica

2009

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

Redacción de la tesis doctoral


Defensa de la tesis doctoral

Figura 5. Ejemplo de diagrama de Gantt extraído de un proyecto de tesis en el ámbito de la


tecnología de la arquitectura, la edificación y el urbanismo (Genís, 2012)
3. Delimitación de los objetivos
Una de las etapas iniciales más relevantes en el proceso de elaboración de un
trabajo académico es la delimitación de los objetivos, que deben ser originales y
novedosos. Es muy importante comprobar exhaustivamente que ningún trabajo
de investigación previo se haya fijado antes los mismos objetivos. Por ello, la
etapa de revisión de la literatura, explicada en el apartado 4 del capítulo 2, es
clave. Después de esta revisión bibliográfica, quizás el estudiante se planteará
modificar los objetivos ligeramente o, directamente, replanteárselos en su
totalidad. Esta situación ocurre con mucha frecuencia y es habitual en el mundo
de la investigación. En este caso, el estudiante debe exponer claramente la
información a su director, para entre los dos tomar una decisión sobre la
reformulación de los objetivos.
Los objetivos pueden dividirse en generales y específicos. Esta
diferenciación no siempre se realiza y dependerá del tipo de trabajo. También
pueden incluirse únicamente varios objetivos generales. Es el estudiante quien
debe decidir si esta división es pertinente en su trabajo académico, siempre de
manera consensuada con su director.
La redacción de los objetivos (tanto generales como específicos) no es un
tema trivial, pues debe lograrse que sean precisos, concisos y reflejen realmente
los objetivos del trabajo, y no, por ejemplo, alguna de las fases de la metodología
(lo cual es un error frecuente). Una elección adecuada de los verbos iniciales que
incluyen los objetivos es también fundamental, así como también lo son las
unidades terminológicas seleccionadas. Dada la relevancia de este tema, el
apartado 3.2 del capítulo 3 se dedica íntegramente a la redacción de los
objetivos: se ofrecen pautas para su redacción y ejemplos ilustrativos extraídos
de trabajos académicos.
En las tesis de doctorado, además de delimitarse los objetivos, habitualmente
se incluyen unas hipótesis que suelen estar ligadas a los objetivos. Es decir, el
estudiante debe plantearse unas hipótesis de partida y, para validarlas, fijarse
unos objetivos concretos. Hay trabajos de carácter aplicado o tecnológico que
no tienen por qué incluir hipótesis, y, en cambio, existen otros trabajos de
carácter más teórico en los que la inclusión de hipótesis es fundamental. En el
caso de un trabajo académico de final de grado o de máster, no es estrictamente
necesario incluir hipótesis (aunque, si son realmente pertinentes y se explicitan,
el trabajo queda más completo), pero, en cualquier caso, los objetivos sí son
obligatorios.

4. Revisión de la literatura
La etapa de la revisión de la literatura en un trabajo académico es clave y sirve
para cubrir dos necesidades importantes del trabajo. Por un lado, como ya se
apuntaba en el apartado 3 del capítulo 2, es necesaria para realizar el estado de la
cuestión del trabajo y, por otro, si el trabajo requiere un marco teórico para
llevarse a cabo, esta será la etapa en la que se encontrará.
En relación con el estado de la cuestión, la revisión de las referencias
bibliográficas relacionadas directamente con el tema del trabajo académico es
fundamental para no repetir el trabajo ya realizado por otros. Si el estudiante no
lleva a cabo esta revisión bibliográfica de manera adecuada y exhaustiva, puede
darse cuenta al final del proceso de elaboración de su trabajo de que su
propuesta no es original y de que la investigación realizada ya había sido llevada
a cabo (total o parcialmente) por otros investigadores. El estudiante también
puede encontrarse en la (desagradable) situación de que sea el propio tribunal
que evalúa el trabajo el que le haga darse cuenta de ello el día de la defensa oral.
Así pues, esta etapa es útil para validar la adecuación de los objetivos planteados
en el trabajo académico.
Asimismo, esta revisión bibliográfica sirve para detectar vacíos en el
conocimiento. Quizás el estudiante tiene claros el ámbito, el subámbito y el tema
de su trabajo académico, pero no acaba de ser capaz de delimitar claramente los
objetivos de su investigación. Mediante una revisión y lectura exhaustiva de la
bibliografía existente relacionada con el tema propuesto, el estudiante puede
obtener información muy valiosa sobre las cuestiones que podría abordar y que
supondrían un avance en el conocimiento de un determinado ámbito. En otras
palabras, esta etapa es útil no solo para validar la adecuación de los objetivos
sino también para delimitar dichos objetivos.
Para realizar una revisión de la literatura de manera adecuada, en primer lugar,
el estudiante debe buscar las referencias bibliográficas que estén directamente
relacionadas con el tema de su trabajo académico. Estas referencias deben ser
textos especializados que se correspondan con diferentes géneros textuales,
como tesis doctorales, artículos científicos de revistas especializadas, artículos
científicos publicados en actas de congresos, libros o capítulos de libros sobre el
tema en cuestión, etc.
Para encontrar estas referencias, el estudiante puede acudir a diferentes
fuentes. Algunas fuentes de información muy útiles son:
• El buscador en línea Google Académico,1 que permite recuperar textos
especializados de cualquier ámbito y género textual, a partir de búsquedas
avanzadas en las que pueden utilizarse diversos parámetros. La figura 6
muestra la interfaz de búsqueda de este buscador especializado.

Figura 6. Captura de pantalla del sistema de búsqueda avanzada del buscador Google
Académico
• Las páginas web de las bibliotecas de las diferentes universidades
nacionales e internacionales. Para acceder a los documentos de estas
bibliotecas, suele ser necesario contar con un usuario y una clave de acceso.
Por tanto, se recomienda al estudiante consultar la biblioteca de la universidad
en la que tiene adscrito su trabajo académico. Si en la biblioteca no se
encuentra un documento concreto, siempre puede solicitarse a otra biblioteca
a través del préstamo interbibliotecario. Un ejemplo es la Biblioteca Virtual de
la Universitat Oberta de Catalunya (UOC),2 que contiene múltiples recursos y
servicios, y además cuenta con un sistema de búsqueda avanzada de
documentos (figura 7) que permite al usuario buscar textos a partir de
diferentes parámetros de búsqueda combinados.

Figura 7. Captura de pantalla del sistema de búsqueda avanzada de documentos de la


Biblioteca Virtual de la UOC

• Repositorios institucionales de universidades nacionales e internacionales,


que incluyen trabajos académicos de otros estudiantes (trabajos de asignaturas,
trabajos de final de grado o de máster, proyectos de tesis doctoral, etc.), que
normalmente no se encuentran en otros medios. Dos ejemplos son el e-
Repositori de la Universitat Pompeu Fabra (UPF),3 que incluye trabajos de fin
de grado, de máster y de algunas asignaturas, realizados por estudiantes de esta
universidad (figura 8), y el Portal de Trabajos académicos Universitat
Politècnica de Catalunya (UPC),4 que contiene trabajos académicos finales
(proyectos y trabajos de final de carrera, tesinas, etc.) elaborados por
estudiantes de esta universidad (figura 9).

Figura 8. Captura de pantalla de la página web del e-Repositori de la UPF

Figura 9. Captura de pantalla de la página web del Portal de Trabajos académicos UPC
• Repositorios cooperativos. Dos ejemplos representativos son Tesis
Doctorales en Red,5 que incluye tesis doctorales en formato digital leídas en
diferentes universidades españolas (figura 10), y RECERCAT (Dipòsit de la
Recerca de Catalunya),6 que incluye diferentes documentos generados en
universidades y centros de investigación de Cataluña, como artículos, trabajos
de investigación, trabajos de fin de máster, proyectos de fin de carrera,
ponencias de congresos, informes, documentos de trabajo, etc. (figura 11).

Figura 10. Captura de pantalla de la página web del repositorio cooperativo Tesis Doctorales
en Red
Figura 11. Captura de pantalla de la página web del repositorio cooperativo RECERCAT
Para buscar referencias bibliográficas en estos recursos en línea, es necesario
realizar búsquedas a través de palabras clave (keywords). Estas palabras clave
suelen corresponderse con las unidades terminológicas más representativas del
tema tratado en el trabajo académico. En el marco de la Teoría Comunicativa de
la Terminología (TCT) formulada por M. Teresa Cabré (Cabré, 1999), se explica
que las unidades terminológicas o términos son unidades léxicas que activan un
sentido preciso en un contexto especializado determinado. Son unidades que
vehiculan el conocimiento especializado en un determinado ámbito y, por tanto,
son especialmente útiles para realizar búsquedas bibliográficas. Los términos
pueden ser monoléxicos (si incluyen una única unidad léxica, como por ejemplo
«cáncer») o poliléxicos (si contienen más de una unidad léxica, como por
ejemplo «cáncer de mama» o «cáncer cerebral»). La tabla 1 incluye algunos
ejemplos de términos que son a su vez palabras clave extraídas de trabajos
académicos de diferentes ámbitos.

Tabla 1. Ejemplos de palabras clave extraídas de trabajos académicos de diferentes ámbitos


Palabra clave

Término Ámbito Fuente


monoléxico Término poliléxico

gestión de recursos
Ferreira
clúster planificación del trabajo aplicaciones Informática
(2010)
bioinformáticas

iPad dispositivos móviles Lisboa


Periodismo
maquetación periodismo en tabletas (2011)

satisfacción del cliente


CSS
satisfacción ciudadana
CzSS Publicidad y relaciones Busquets
marketing político
comunicación públicas (2008)
investigación de mercados
Perú
administración pública

Mediterráneo
sanciones
Boneta
Egipto Política Europea de Vecindad Política
(2011)
Túnez
Libia

tipología estructural
edificación
asientos diferenciales Chirino
sensibilidad Arquitectura
daño estructural (2011)
clustering
análisis estadístico

relativismo
psicología humanista Franco
virtud Psicología
Carl Rogers (2010)
persona

En el trabajo académico escrito, las palabras clave deben incluirse junto al


resumen del trabajo. En el apartado 6 del capítulo 3 se trata este tema con
detalle y se ofrecen recursos para seleccionar adecuadamente las palabras clave,
además de ejemplos ilustrativos.
En segundo lugar, una vez seleccionadas las referencias bibliográficas, el
estudiante debe realizar una lectura crítica de estas. Es decir, además de entender
el contenido del texto, debe tener la madurez necesaria para poder detectar los
puntos positivos y «aprovechables» de los trabajos revisados en relación con los
objetivos de su trabajo académico. Asimismo, debe ser capaz de detectar las
limitaciones o problemáticas de los trabajos analizados.
Con respecto al número de referencias que se deben tratar para realizar un
estado de la cuestión adecuado, es difícil ofrecer cifras concretas, pues depende
de cada trabajo. Sin embargo, podría decirse que, en el caso de un trabajo
académico de final de grado o de máster, el número de referencias analizadas
estaría entre diez y veinte. Lo importante no es leer y referenciar una gran
cantidad de publicaciones, sino saber elegirlas muy bien (siempre en relación con
el tema del trabajo) y saber analizarlas de manera crítica.
El producto final de esta etapa es el capítulo «Estado de la cuestión» que todo
trabajo académico debe incluir. En este capítulo debe reflejarse toda la
información recabada durante esta etapa, siempre teniendo en cuenta que un
estado de la cuestión no puede limitarse simplemente a resumir las referencias
leídas, sino que debe incluir un análisis crítico de estas. Una manera de hacerlo
es redactar un resumen de los contenidos principales de cada una de las lecturas
realizadas (los objetivos propuestos, la metodología aplicada, los resultados
obtenidos, etc.), junto con una valoración tanto de los logros más relevantes de
cada una como de las principales limitaciones detectadas. Es igualmente
importante relacionar el contenido de cada lectura con el trabajo académico que
se plantea.
En el blog divulgativo del especialista en comunicación de la UPF Lluís
Codina (Codina, 2015), titulado Información y Documentación. Análisis y Métodos, se
incluye una entrada muy interesante que ofrece información sobre el papel que
tienen los estados de la cuestión a la hora de convertir una buena tesis en una
tesis excelente. Aunque está dirigido principalmente a las tesis de doctorado,
mucha de la información en él recogida podría aplicarse a otros tipos de trabajos
académicos, como un trabajo de fin de grado o de máster. En este blog también
se ofrecen algunas referencias bibliográficas útiles de trabajos que se han
realizado en los últimos años sobre la elaboración de estados de la cuestión.
Recomiendo al estudiante que desee profundizar sobre este tema la lectura de las
siguientes referencias: Oliver (2012) y Ridley (2012), que son, respectivamente,
un manual y una guía muy completos sobre la revisión bibliográfica en los
trabajos de académicos, dirigidos específicamente a estudiantes. Para estudiantes
que deseen indagar incluso más sobre esta cuestión, sugiero la lectura de Boote y
Belle (2009), Booth, Papaioannou y Sutton (2013), Fink (2013) y Gray (2009).
En cuanto al marco teórico, en esta etapa debe realizarse una revisión
bibliográfica exhaustiva que permita al estudiante decidir cuáles serán las bases
teóricas (teorías, modelos, paradigmas, etc.) en las que sustentar su trabajo
académico. Es imprescindible que el estudiante justifique adecuadamente la
elección del marco teórico poniéndolo en relación con el trabajo que está
desarrollando.
No todos los trabajos académicos utilizan un marco teórico determinado, sino
que debe tenerse en cuenta el ámbito especializado en el que se enmarca la
investigación. Por ejemplo, en ámbitos tecnológicos no es indispensable contar
con un marco teórico, mientras que en ámbitos humanísticos suele ser habitual.
El hecho de emplear un marco teórico también depende de si el trabajo
académico que se plantea es de índole más aplicada (y, en este caso, quizás no es
necesario seguir un marco teórico concreto) o de índole más teórica.
Veamos algunos ejemplos de fragmentos de trabajos académicos de diferentes
ámbitos en los que se menciona expresamente el marco teórico del que parten,
ya sea para tomarlo como base o para realizar una crítica de este:

Esta tesis tiene por objeto analizar el tratamiento de la Teoría de la Relatividad en la


ciencia española, en concreto por los físicos, matemáticos y astrónomos.
(Ejemplo extraído de una tesis doctoral del ámbito de la física: Soler, 2009).

Las definiciones de competencia propuestas se nutren de las teorías de la Psicología


Industrial (o Psicología del Trabajo [...]), una rama de la disciplina psicológica especializada
en estudiar el comportamiento de las personas en el entorno laboral.
(Ejemplo extraído de un trabajo final de carrera del ámbito de la traducción: Kuznik, 2007).

Adoptamos los postulados teóricos y aplicados de la Teoría Comunicativa de la


Terminología (Cabré 1999, 2003 y 2008), que defiende la naturaleza lingüística de los
términos, la triple vertiente cognitiva, comunicativa y lingüística de la terminología y la
existencia de variación.
(Ejemplo extraído de una tesis doctoral del ámbito de la lingüística aplicada: Fernández,
2010).

La Psicología Humanista y la teoría de Carl Rogers [...]. En los puntos que a continuación
se exponen, pretendemos realizar un análisis del relativismo psicológico que se esconde tras
las propuestas de Rogers, particularmente por lo que se refiere a su valoración negativa de la
educación moral, especialmente en la familia.
(Ejemplo extraído de un trabajo final de carrera del ámbito de la psicología: Franco, 2010).

5. Preparación de la metodología
La preparación de la metodología es una etapa fundamental en el proceso de
elaboración de un trabajo académico. La metodología debe incluir los pasos,
etapas o fases que se seguirán en el trabajo para alcanzar los objetivos
propuestos y validar (en su caso) las hipótesis planteadas. La metodología debe
aportar también las técnicas, los métodos, las estrategias, las medidas, las
herramientas, los recursos, etc., empleados en el trabajo. Estos, por supuesto,
variarán en función del ámbito especializado en el que se enmarque el trabajo
académico.
El estudiante puede tomar una metodología existente, aplicada previamente en
otros trabajos similares del ámbito, y emplearla en su trabajo, o bien puede
plantear una metodología nueva adaptada específicamente a su trabajo. En
cualquiera de los dos casos, es necesario explicarla con detalle para que pueda
ser replicable, es decir, para que cualquier investigador pueda aplicarla en
trabajos futuros si lo necesita.
Veamos algunos ejemplos de fragmentos de trabajos académicos de distintos
ámbitos, en los que se explica parte de su metodología. En el siguiente trabajo
de final de carrera se emplea como recurso el CzSS (Citizen Satisfaction Survey)
para aplicarlo al marketing político:
[…] Para realizar un CzSS se pueden seguir las directrices trazadas en los estudios de CSS.
Primero debemos definir el universo de estudio y el tipo de información que se desea
obtener. Se incluirán todos aquellos aspectos de interés general que afecten a la vida política
y social, como por ejemplo: seguridad, vivienda o economía. Los aspectos a analizar,
llamados factores fidelizantes en los estudios de CSS, serán tanto aspectos generales de
interés ciudadano como aspectos específicos para cada población particular. […]
(Ejemplo extraído de un trabajo final de carrera del ámbito de la publicidad: Busquets,
2008).
A continuación se muestra un fragmento de un trabajo de fin de máster en el
que se explica con detalle la metodología para calcular el impacto ambiental de
diferentes tipologías de viviendas:
[…] El cálculo del impacto ambiental en emisiones de CO2 equivalente se dará mediante la
suma de los impactos ambientales asociados a la construcción, al uso y a la movilidad de
cada conjunto de viviendas de interés social seleccionadas. Cada uno de estos impactos
tendrá lugar con una multiplicación sencilla de los consumos anuales por sus respectivos
factores de emisión de CO2 equivalente.

Para el cálculo del impacto ambiental asociado a la construcción se deberá hacer una
multiplicación sencilla de las cantidades de materiales, en Kg, utilizados en la fase inicial de
construcción de las viviendas y de las infraestructuras y en la fase de mantenimiento, en las
reformas, por los correspondientes factores de emisión de CO2 equivalente de cada material,
en KgCO2eq/Kg. […]
(Ejemplo extraído de un trabajo de fin de máster del ámbito de la arquitectura: Martins,
2011).
Finalmente, en el siguiente ejemplo, se detallan y justifican los recursos
tecnológicos empleados para desarrollar e implementar geoservicios en un
parque natural, en el marco de un proyecto de fin de máster:

[…] La solución tomada para el sistema gestor de la base de datos ha sido el software de
PostgreSQL y su extensión espacial PostGIS porque, a pesar de que MySQL era el entorno
más conocido por los técnicos del parque, se ha considerado que era la solución que añadía
mejores funcionalidades y sobre todo porque es accesible desde un mayor número de
programas SIG gratuitos […].

La solución tomada para el servidor de mapas ha sido el software de GeoServer, porque a


pesar de que también la otra alternativa, MapServer, era el entorno más conocido por los
técnicos del parque ha sido definitiva la interfaz gráfica que ofrece Geoserver para la carga,
administración y actualización de los datos, lo cual facilita enormemente estas tareas y sobre
todo ahorra una cantidad importante de tiempo y esfuerzo puesto que en el caso de
MapServer dichas tareas se han de realizar mediante programación […].
(Ejemplo extraído de un trabajo de fin de máster del ámbito de la geografía: Salas, 2013).
Para realizar el trabajo, puede optarse por una metodología cuantitativa, una
metodología cualitativa o una combinación de ambas. La metodología
cuantitativa permite analizar los datos de manera numérica y está relacionada
con el ámbito de la estadística. En este tipo de investigación se recogen y
analizan datos cuantitativos sobre variables concretas, que se relacionan entre sí,
con el objetivo de generalizar y objetivar los resultados por medio de una
muestra representativa, a partir de la cual se puedan realizar inferencias a una
población global. En cambio, en la investigación cualitativa no se realiza una
cuantificación, sino una descripción de los fenómenos estudiados a través de
diferentes estrategias o técnicas, como podrían ser la observación o las
entrevistas. En palabras de Hurtado (2001, pág. 175), basadas en Noguerol
(1998):
Los métodos de investigación pueden ser cualitativos y cuantitativos. Los métodos
cualitativos se centran en la cualidad (naturaleza, esencia, interpretación), su objetivo es la
comprensión, la descripción y el descubrimiento (siendo generadores de hipótesis) y el
investigador efectúa análisis inductivos. El centro de interés de los métodos cuantitativos es
la cantidad (cuánto, cuántos), su objetivo es la predicción, el control, la descripción, la
confirmación y la comprobación de hipótesis, y se utilizan análisis deductivos mediante
métodos estadísticos.
Los métodos cuantitativos y cualitativos pueden ser complementarios en una
investigación. De hecho, esta combinación se da con mucha frecuencia hoy en
día. Para elegir un tipo de metodología, también debe tenerse en cuenta el
ámbito especializado en el cual se enmarca el trabajo. Hay ámbitos que
tradicionalmente emplean en mayor medida métodos cuantitativos (como la
ingeniería o las matemáticas) y otros que utilizan métodos cualitativos (como la
sociología o el derecho). También hay ámbitos que habitualmente combinan
ambos métodos. Por ejemplo, dentro del ámbito de la lingüística, en los
subámbitos de la lingüística computacional o de la lingüística forense, los
investigadores suelen aplicar ambos métodos en sus trabajos.
Para el estudiante interesado en profundizar en los métodos cualitativos y
cuantitativos en investigación en general, recomiendo la lectura de Cook y
Reichardt (2005). En este libro se ofrece un panorama muy completo de estos
dos tipos de métodos, con el objetivo de buscar su complementariedad, ya que,
como se ha mencionado, este es el punto de vista más actual hoy en día.
Para saber más sobre las diferencias y similitudes entre ambos métodos en
algunos ámbitos especializados concretos, sugiero la lectura de las siguientes
referencias, por orden cronológico: el trabajo clásico de Alvira (1983) en el
ámbito de la sociología; Calero (2000) en el ámbito de las ciencias sociales
aplicadas a la salud; Silvia (2005) en el ámbito de la enseñanza de lenguas;
González y Ruiz (2011) en el ámbito de las ciencias de la salud, y Rojo (2013) en
el ámbito de la traducción. Este último trabajo está específicamente dirigido a
estudiantes que estén realizando un trabajo de fin de grado, un trabajo de fin de
máster o una tesis doctoral en el ámbito de la traducción, ya que aporta
herramientas metodológicas tanto cualitativas como cuantitativas específicas de
este campo. Concretamente, en el capítulo 2 la autora explica diferentes tipos de
modelos cualitativos, para investigaciones cuyo objeto de estudio sea de tipo
teórico, teórico con aplicaciones prácticas, didáctico o profesional. En los
capítulos 3 y 4, en cambio, propone diversos modelos cuantitativos para realizar
investigaciones traductológicas empíricas o descriptivas, basadas por ejemplo en
corpus, encuestas y/o experimentos.
Una vez decidida la metodología empleada en el trabajo, es muy útil elaborar
una figura o esquema para ilustrarla, tanto para ayudar al estudiante a
interiorizarla como para ayudar al lector a entenderla. Veamos algunos ejemplos.
En la tabla 2 se incluye una tabla extraída de un trabajo de fin de grado en el
ámbito de la traducción, en donde se expone una metodología que previamente
había sido propuesta por otros autores. La figura muestra concretamente «la
organización en fases del procedimiento para identificar las competencias,
adaptada del método de Spencer, McClelland y Spencer (1994) a la
Traductología por Rothe-Neves (2005: 95)». Esta metodología incluye seis
etapas.

Tabla 2. Tabla que muestra una metodología existente (ejemplo extraído de Kuznik, 2007; se
ha realizado la traducción del contenido de la tabla al castellano, que originalmente estaba en
portugués)
Procedimientos para estudios de identificación de competencias

• Datos brutos: medidas de productividad


• Trabajos realizados: credenciales, indicaciones, publicaciones,
DEFINIR criterios de efectividad del etc.
1.
desempeño • Evaluación por pares
• Evaluación por funcionarios
• Evaluación por clientes
• Profesionales por encima de la media
2. IDENTIFICAR las muestras de criterio
• Profesionales en la media
• Entrevistas de eventos comportamentales (BEI)
• Paneles de especialistas
3. RECOPILAR datos • Cuestionarios
• Observación
• Otros
• Elementos del trabajo que debe hacerse
4. IDENTIFICAR tareas y requisitos • Características de la persona que hace bien el trabajo: «modelo
de competencia»
5. VALIDAR el modelo de competencia • Repetir el paso 3 en una segunda muestra
• Selección
• Entrenamiento
6. APLICAR la profesión
• Desarrollo
• Evaluación

En cambio, en la figura 12 se incluye una figura que muestra una nueva


metodología propuesta en un trabajo de investigación, para definir funciones
profesionales en el ámbito de los servicios de la salud. Esta metodología incluye
tres etapas.

Figura 12. Figura que muestra una metodología nueva (ejemplo extraído de Torres, 2008)

También puede darse el caso de que el estudiante se base en una metodología


existente, pero que realice ciertas modificaciones en función de sus objetivos.
Por ejemplo, en la figura 13, extraída de un artículo de revista científica derivado
de una tesis doctoral en el ámbito del urbanismo, los autores reflejan el proceso
metodológico que emplean para el desarrollo práctico de la calidad visual del
paisaje urbano, dividido en cuatro fases. Con respecto a la autoría de la
metodología, especifican la siguiente información: «Fuente: Elaboración propia a
partir de Steiner, 2008, p.11».
Figura 13. Figura que muestra una metodología adaptada en un trabajo de investigación
(ejemplo extraído de Briceno, Contreras y Owen, 2012)

6. Realización del trabajo de campo, análisis o


experimentos
Una vez establecida la metodología de trabajo, llega el momento de realizar el
trabajo en sí, ya sea por medio de trabajo de campo, de análisis y/o de
experimentos, en función de los objetivos del trabajo académico y del ámbito
especializado en el cual se enmarque. Esta es una de las etapas más largas,
tediosas y a la vez apasionantes en el proceso de elaboración de un trabajo
académico, ya que sin ella no podrían obtenerse los resultados de los cuales se
derivarán las aportaciones y conclusiones del trabajo. Es importante describir y
explicar detalladamente el trabajo de campo, los análisis y/o los experimentos
realizados en el trabajo académico, incluyendo incluso las dificultades
encontradas en el proceso.
Veamos algunos ejemplos de fragmentos de trabajos académicos de distintos
ámbitos en los que se explica el trabajo de campo, el análisis o los experimentos
realizados, respectivamente:
[…] La cuarta fase es la que comprende la realización del estudio, el trabajo de campo. Se
realiza a partir de un estudio aleatorio, estratificado mediante un muestreo estratificado
polietápico con rutas aleatorias, por entrevista personal mediante entrevistadores formados
para la ocasión. Las características del estudio serán: universo, muestra, margen de error […]
y, por último, la tabulación y análisis de la información. […]
(Ejemplo extraído de un trabajo final de carrera del ámbito de la publicidad: Busquets,
2008).

[…] Los casos de estudio anteriormente presentados pretenden ejemplificar parámetros y


conceptos lumínicos aplicados a cada plan de iluminación. A continuación señalaremos los
elementos urbanos intervenidos en cada caso y analizaremos los sistemas de iluminación
empleados y sus características, con el objetivo de determinar los principales elementos que
son consistentes en el desarrollo de los planes de luz de los cuatro casos de estudio y las
estrategias planteadas en cada caso de acuerdo a la intención de diseño. […]
(Ejemplo extraído de un trabajo de fin de máster del ámbito de la arquitectura: Santana,
2014).

[…] Hemos realizado la prueba sobre las 946 variantes validadas y los 13.936 contextos del
corpus. A fin de garantizar la fiabilidad del resultado hemos replicado el experimento 100
veces, ordenando cada vez los registros de forma aleatoria y aplicando el test binomial para
medir el efecto de la casualidad. […]
(Ejemplo extraído de una tesis doctoral del ámbito de la lingüística aplicada: Fernández,
2010).

7. Obtención de resultados y conclusiones


Una vez finalizado el trabajo de campo, los análisis y/o los experimentos, llega
el momento de obtener los resultados definitivos y extraer las conclusiones
derivadas de estos. En función del tipo de trabajo, de los objetivos iniciales
planteados y, especialmente, de la metodología aplicada, los resultados de un
trabajo académico pueden ser de dos tipos, no excluyentes entre ellos:
cualitativos y cuantitativos. Es obligatorio explicar ambos resultados en el
cuerpo de texto del trabajo académico, pero también es muy recomendable
incluir tablas o gráficos para mostrar los mismos resultados de manera más
visual. En el siguiente ejemplo, extraído de un trabajo de fin de máster del
ámbito de la salud, se explican los resultados en el cuerpo del texto de la manera
siguiente:
[…] En cuanto a la preocupación de los efectos nocivos del tabaco sobre su salud
contestaron estar muy y bastante preocupados en un 67% frente a un no mucho y en
absoluto de 33%., ver gráfico 2.
(Ejemplo extraído de Serrano, 2012).
Y a continuación se ofrece el gráfico que muestra la figura 14, junto a su
correspondiente título («Gráfico 2. Preocupación […]»).

Figura 14. Gráfico de resultados (ejemplo extraído de Serrano, 2012)

En el apartado 7 del capítulo 3 se incluye información sobre la elaboración de


tablas y gráficos, junto con más ejemplos que pueden ser útiles en esta etapa.
A partir de los resultados obtenidos, es indispensable realizar una
interpretación de estos. Es decir, no es suficiente con ofrecer listas o tablas de
resultados cualitativos y/o cuantitativos, sino que el estudiante debe tener la
madurez para ir más allá, interpretar lo que quieren decir y expresarlo de manera
clara en su trabajo. Veamos un ejemplo muy simple. En el siguiente fragmento,
extraído de una tesis doctoral del ámbito de la lingüística aplicada, se introduce
en el cuerpo del texto una tabla de resultados:
Una vez comparadas las preferencias denominativas entre lenguas para cada clase,
resumimos los resultados para el conjunto de clases (tabla 118). En la columna de la derecha,
indicamos si las diferencias en la distribución de los patrones son significativas entre los
subcorpus de gallego y francés. En la columna de la izquierda, indicamos si los resultados
por lenguas difieren con respecto a los resultados obtenidos para el corpus completo.
(Ejemplo extraído de Fernández, 2010).
Y a continuación se ofrece la tabla en cuestión, incluida en la figura 15.

Figura 15. Tabla de resultados (ejemplo extraído de Fernández, 2010)

Justo después, la autora resume los resultados principales que se incluyen en


dicha tabla, pero además realiza una interpretación de estos (destacada en negrita
en el fragmento siguiente):
La distribución de los patrones denominativos entre lenguas presenta diferencias
significativas en 6 de las 10 subclases analizadas. A pesar de ello, en 8 de 10 casos el patrón
denominativo más prominente coincide entre lenguas y coincide además con el resultado
obtenido para el corpus completo. Este dato podría indicar que, si bien la lengua
determina en cierta medida la elección denominativa, la clase conceptual ejerce una
mayor influencia en la configuración conceptual de las denominaciones.
(Ejemplo extraído de Fernández, 2010).
Precisamente, a partir de esta interpretación de resultados, se obtendrán las
conclusiones del trabajo académico. Es recomendable que las conclusiones
estén ligadas a los objetivos iniciales planteados en el trabajo (o, en su caso, las
hipótesis), para corroborar que, efectivamente, el estudiante ha logrado
alcanzarlos de la manera prevista. Esta información debería estar indicada de
manera explícita en el capítulo de conclusiones del trabajo académico, como por
ejemplo ocurre en los siguientes casos (en los que se ha destacado en negrita):
En relación con los objetivos que nos habíamos planteado, pensamos que estos han
sido cumplidos. Gracias a la investigación teórica realizada, hemos sentado las bases
conceptuales y metodológicas para nuestra investigación empírica futura.
(Ejemplo extraído de Kuznik, 2007).

Mediante el estudio tipológico y estadístico de las estructuras afectadas por los trabajos de
tunelación para la Línea 9 del metro de Barcelona, ubicadas en el tramo Sagrera-Carrer de
Mandri, se pudo cumplir el objetivo especifico de esta tesina final de máster,
clasificando y seleccionando las tipologías estructurales y de fachada representativas para los
edificios de algunos barrios de la ciudad de Barcelona.
(Ejemplo extraído de Chirino, 2011).

El proyecto se ha desarrollado satisfactoriamente y el resultado final cumple de forma


general con los objetivos inicialmente planteados tanto por parte de la alumna como de
los técnicos del parque, puesto que se ha conseguido la puesta en marcha del Geoservicio y
se ha implementado la aplicación web que permite a cualquier tipo de usuario explorar y
visualizar la información geográfica del parque.
(Ejemplo extraído de Salas, 2013).

A la vista de nuestros resultados, hemos confirmado nuestra hipótesis de investigación


acerca del papel de la lengua en la proyección del concepto especializado.
(Ejemplo extraído de Fernández, 2010).
En todos estos casos, a continuación se ofrece una justificación detallada de
las razones por las que los estudiantes consideran que los objetivos del trabajo
han sido cumplidos o las hipótesis han sido validadas.
También en esta etapa el estudiante debe plantearse cuáles son los aspectos
que han quedado pendientes o no ha podido abarcar, y las cuestiones
relacionadas con el trabajo que le gustaría tratar en el futuro o que deja abiertas
para que otros investigadores trabajen sobre ellas (las denominadas «líneas de
trabajo futuro»).
8. Redacción final del trabajo académico
Después de superar con éxito todas las etapas del proceso de elaboración de
un trabajo académico mencionadas hasta aquí, llega el momento de redactar el
trabajo final. Seguramente, el estudiante ya ha ido documentando o redactando
algunas partes por separado, pero es ahora cuando debe aunarse toda la
información en un único documento, estructurado de manera coherente y
redactado con precisión y claridad. El capítulo 3 se dedica íntegramente a la
redacción del manuscrito del trabajo académico. En él se tratan temas como el
procesador de textos seleccionado para trabajar; el formato del trabajo; la
estructura y los contenidos prototípicos; la portada y el título; el índice; el
resumen (abstract) y las palabras clave (keywords); las tablas, las figuras y los
gráficos; los anexos, y los criterios de citación bibliográfica estándares, tanto de
las citas en el texto como de las referencias bibliográficas en la sección de
bibliografía. Asimismo, se incluye una sección que ayudará a evitar errores
lingüísticos frecuentes.
Una vez redactado el trabajo, es importante llevar a cabo una etapa de
revisión final. Antes de realizar esta revisión, es recomendable, tal como indica
Garachana (2014), que pasen unos días, para dejar reposar las ideas y que el
tiempo transcurrido permita al estudiante acercarse al trabajo de una manera
más crítica. En esta etapa de revisión, el estudiante debe releer el manuscrito
desde el principio hasta el final, para evitar posibles incoherencias o
ambigüedades con respecto al contenido, al léxico, a la sintaxis, etc. Asimismo,
debe revisar cuidadosamente todos los aspectos formales del trabajo, tales como
los márgenes, los números de página, el tipo y tamaño de letra, etc. También
debe comprobar tanto que todas las referencias bibliográficas mencionadas en el
cuerpo del texto aparecen en la sección de bibliografía como que todas las
referencias de esta sección se hallan referenciadas en el manuscrito.
Una vez finalizada esta etapa de revisión, se recomienda realizar una impresión
previa (a doble cara, con papel reciclado, y en blanco y negro) para corroborar
que la paginación y la maquetación del trabajo son correctas. Confirmada esta
cuestión, ya se puede proceder a imprimir y encuadernar las copias necesarias
del trabajo definitivo.
9. Defensa oral del trabajo académico
En la mayor parte de las universidades españolas, uno de los requisitos para
obtener un título académico (ya sea de grado, de máster o de doctorado) es la
defensa oral del trabajo académico frente a un tribunal formado por profesores
y/o investigadores especialistas en el ámbito del trabajo. Como ya se avanzó en
el apartado 1 del capítulo 1, el trabajo académico se materializa en tres
productos textuales que serán evaluados por el tribunal: el trabajo académico
escrito, la presentación oral para la defensa del trabajo y la presentación con
diapositivas que apoya la presentación oral de la defensa. Cada miembro del
tribunal lee previamente el trabajo académico escrito, anota sus comentarios o
preguntas, y asigna mentalmente una calificación preliminar al trabajo. En el
acto de la defensa, el estudiante debe exponer su trabajo con la ayuda de una
presentación de diapositivas para que, a continuación, el tribunal ofrezca sus
reflexiones y realice preguntas concretas, que el estudiante debe responder de
manera clara y sin ambigüedades. La nota final que cada miembro del tribunal
asignará al estudiante el día de la defensa puede ser diferente a la calificación
preliminar asignada mentalmente. Todo dependerá de la calidad de la exposición
realizada por el estudiante y de la madurez demostrada al responder las
preguntas del tribunal. Es por este motivo que la presentación oral no debe
tomarse como un mero trámite, sino que debe prepararse concienzudamente.
El capítulo 4 se dedica íntegramente a la defensa del trabajo académico y, por
tanto, trata tanto el tema de la presentación oral para la defensa del trabajo,
como el tema de la presentación con diapositivas que apoya la presentación oral.
Concretamente, se trabajan aspectos como la selección del sistema de creación
de presentaciones, el formato de la presentación, y la estructura y los contenidos
prototípicos de la defensa de un trabajo académico. También en este capítulo se
incluyen algunas indicaciones para evitar errores lingüísticos frecuentes en las
presentaciones orales y consejos prácticos para el acto de la defensa.

10. Publicación del trabajo académico


Una vez defendido el trabajo académico con éxito, el estudiante puede
plantearse publicarlo en otro formato diferente al de trabajo académico en sí.
Existen diferentes opciones, que dependerán del tipo de trabajo, de la magnitud
que este tenga y de los intereses, ganas y/o recursos del estudiante. Por ejemplo,
una posibilidad es adaptar el contenido del trabajo académico para transformarlo
en un artículo de investigación o en un artículo de divulgación para alguna
revista de su ámbito. También podría enviarse en forma de artículo para
presentar oralmente en algún congreso nacional o internacional del ámbito, y
publicarlo posteriormente en las actas de dicho congreso. Otra opción, si el
trabajo tiene la magnitud necesaria y el estudiante cuenta con recursos
suficientes, es publicarlo en formato libro (con un ISBN).
El capítulo 5 se dedica a la publicación del trabajo académico. Se tratan las
características que deben tenerse en cuenta si quiere adaptarse el texto de un
trabajo académico de fin de grado o de máster a otro género textual (como los
mencionados). También se ofrecen indicaciones para seleccionar la revista o el
congreso más adecuados al trabajo, y para enviar correctamente el artículo a los
editores u organizadores del congreso (desde las normas que deben seguir los
autores y las plantillas empleadas para redactar el artículo, hasta las interfaces de
envíos en línea). Finalmente, se explica brevemente qué son los índices de
impacto de las revistas científicas, un tema clave y polémico en la carrera
académica universitaria.

1. http://scholar.google.es.

2. http://biblioteca.uoc.edu/es.

3. http://repositori.upf.edu.

4. https://upcommons.upc.edu/pfc.

5. http://www.tdx.cat.

6. http://www.recercat.cat.
Capítulo III
La redacción del trabajo académico

En este capítulo, se ofrecen pautas y consejos para redactar el trabajo


académico, relacionados con algunos elementos relevantes, como por ejemplo el
procesador de texto empleado en el trabajo; el formato; la estructura y los
contenidos; la portada y el título; el índice; el resumen (abstract) y las palabras
clave (keywords); las tablas, las figuras y los gráficos; los anexos, y los criterios de
citación bibliográfica. Asimismo, se incluye una sección que ayudará a evitar
errores lingüísticos frecuentes en este tipo de trabajos.

1. Procesadores de texto
Una de las primeras decisiones prácticas que debe tomar el estudiante a la hora
de redactar un trabajo académico es el procesador de texto que empleará. Las
opciones principales son las siguientes: a) Microsoft Office Word de Windows,
b) Writer del LibreOffice,1 c) Writer del OpenOffice2 y d) LaTeX. El
procesador Microsoft Office Word de Windows, aunque es de pago, se
emplea con mucha frecuencia desde hace años y es con el que más
familiarizados suelen estar los estudiantes. Sin embargo, en los últimos tiempos,
se están utilizando cada vez más los procesadores de texto del LibreOffice y del
OpenOffice, ya que tienen prácticamente las mismas funcionalidades y son de
código abierto. Pueden descargarse gratuitamente desde su página web en
cualquier ordenador y utilizarse desde Windows, Mac OS o Linux, entre otros
sistemas operativos.
Otra opción interesante es LaTeX, un sistema de composición de textos
escritos que está especialmente orientado a la generación de trabajos
académicos, artículos, libros, etc. Con este sistema se obtienen documentos con
una calidad tipográfica muy alta y, una vez se comprende su funcionamiento,
puede ahorrar mucho trabajo. Comenzar a trabajar con LaTeX desde cero
requiere un cierto esfuerzo de aprendizaje, ya que es necesario interiorizar
ciertos códigos. No obstante, una vez asimilados estos conceptos, merece la
pena, porque se obtienen unos resultados excelentes. Este sistema puede
utilizarse desde Windows, Mac OS y Linux. En la página web LaTeX fácil3 se
incluyen varias guías, información, paquetes y plantillas que pueden ayudar a los
estudiantes que quieran iniciarse en el uso de este sistema. También en la página
web de Wikilibros puede accederse a un Manual de LaTeX4 muy detallado.
Asimismo, recomiendo el manual de Valiente (1996) para aprender cómo
elaborar textos científicos con LaTeX.
Existen varios sistemas en línea que permiten editar y compilar textos en
LaTeX, como son ShareLatex5 y Overleaf6 (llamado WriteLatex antes del año
2014). Estos sistemas permiten elaborar documentos de manera colaborativa
entre varios autores, ofrecen diferentes plantillas y pueden utilizarse desde
cualquier ordenador. Es decir, con solo crear una cuenta gratuitamente (la
versión de pago incluye más espacio, pero las funcionalidades son las mismas),
pueden obtenerse documentos con una configuración idéntica desde cualquier
lugar, ya que el ambiente LaTeX que incorporan estos sistemas se ejecuta en sus
ordenadores en tiempo real. La figura 16 incluye un ejemplo de visualización de
un texto fuente en LaTeX (a la izquierda) y el texto generado en pdf (a la
derecha) en línea con Overleaf.

Figura 16. Ejemplo de visualización del texto fuente y el texto generado en LaTeX con
Overleaf
2. Formato
Una vez seleccionado el procesador de texto, el estudiante debe decidir el
formato de su trabajo académico. Antes de nada, debe comprobar si su
institución ofrece indicaciones al respecto. Hay algunas instituciones que ofrecen
una plantilla modelo para realizar el trabajo académico, pero normalmente, en
un trabajo de fin de grado o de fin de máster, se deja libertad al estudiante en
esta cuestión. Sin embargo, sí es habitual que se especifiquen algunos requisitos
en cuanto al tipo y el tamaño de letra, el interlineado, los márgenes y,
especialmente, el número de páginas. Saber la extensión con la que se cuenta
para realizar el trabajo es fundamental para poder estructurarlo adecuadamente y
realizar una previsión ajustada. Es importante fijarse si el número máximo de
páginas exigido incluye la bibliografía y los anexos, ya que esto puede cambiar
bastante la previsión de contenido.
En caso de que la institución no disponga de unos requisitos concretos en
relación con el formato del trabajo académico, el estudiante deberá tomar una
decisión al respecto. Una vez decidido el formato, es importante que este se
aplique en todo el trabajo de manera sistemática. Es decir, por ejemplo, si el
estudiante decide emplear un tipo de letra Arial, Times o Calibrí (que son los
más empleados y recomendables en trabajos académicos), debe utilizar el mismo
en todo el trabajo.
Es muy recomendable utilizar las funcionalidades de asignación de estilos
que se incluyen en los procesadores de texto. De esta manera, es más sencillo
garantizar la sistematicidad del formato en todo el trabajo. En el procesador
Microsoft Office Word de Windows, por ejemplo, la ruta que debe seguirse es:
Inicio > Estilos. En esta sección es posible determinar el estilo de los diferentes
fragmentos del trabajo académico (texto normal, títulos, citas, ejemplos, etc.).
En la figura 17, por ejemplo, se observa que, para el texto normal del trabajo, se
ha seleccionado un formato de letra Calibrí con un tamaño de 11 puntos,
justificado en ambos márgenes y con un interlineado de 1,5.

Figura 17. Ejemplo de asignación de estilos con el procesador de texto Microsoft Office
Word
El apartado 5 del capítulo 3 trata sobre la elaboración automática del índice y
allí se ofrece información sobre el estilo de los títulos y los subtítulos.
Otros elementos que tienen que ver con el formato del trabajo académico son
las notas. En trabajos académicos se recomienda que las notas se incluyan a pie
de página y no al final del trabajo, para favorecer la lectura del documento. En el
procesador Microsoft Office Word de Windows, por ejemplo, la ruta que debe
seguirse para insertar una nota es: Referencias > Insertar nota al pie.
Sobre el resaltado de algunas partes del texto en trabajos académicos, debe
evitarse el subrayado y la negrita en la medida de lo posible, en favor de la
cursiva. También debe evitarse el doble resaltado (por ejemplo, el empleo de la
negrita y de las comillas simultáneamente en una misma palabra o fragmento).

3. Estructura y contenidos
En este apartado se introducen dos temas de gran importancia en la
elaboración de un trabajo académico. En primer lugar, se explica la estructura
prototípica de un trabajo académico y los contenidos que habitualmente se
asocian a cada parte de la estructura. En segundo lugar, se ofrecen pautas y
recomendaciones para redactar los objetivos del trabajo adecuadamente.

3.1. Estructura y contenidos prototípicos


Normalmente, tal como ocurre con el formato del trabajo (apartado 2 del
capítulo 3), la institución en la que está inscrito el trabajo académico ofrece unas
pautas o indicaciones en relación con la estructura que este debe seguir, es decir,
especifica los apartados que el estudiante ha de incluir en su manuscrito. Antes
de comenzar a trabajar, el estudiante debe informarse sobre esta cuestión. Si la
institución exige seguir una estructura concreta, el estudiante debe ser coherente
con dicha estructura (que probablemente sea muy similar a la estructura que se
explica en este apartado). Si, por el contrario, la institución no ofrece unas
pautas determinadas sobre la estructura, el estudiante puede seguir la estructura
que aquí se explica; eso sí, siempre adaptándola al tipo de trabajo concreto que
esté realizando y a las especificidades del ámbito en el que se enmarque el
trabajo.
En la figura 18 se muestra a modo de ejemplo un fragmento de las
indicaciones para la redacción del trabajo de fin de máster del máster de
Lingüística teórica y aplicada de la UPF, en el que se especifica la estructura que
debe seguir el trabajo.7 Como puede observarse, se solicita la inclusión de
determinados apartados (Resumen, Introducción, Conclusión, etc.), pero se deja
cierta libertad en cuanto a otros, ya que se indica que en el cuerpo del trabajo se
pueden añadir los apartados que el estudiante considere oportunos.

Figura 18. Ejemplo de indicaciones sobre la estructura del trabajo de fin de máster ofrecidas
por el máster de Lingüística teórica y aplicada de la UPF
ORIENTACIONES PARA LA ELABORACIÓN Y PRESENTACIÓN DEL TRABAJO DE FIN DE MÁSTER
(de investigación y académico)

Es importante que incluyan los siguientes elementos, en el siguiente orden:


• Portada: título, autor, denominación del máster, director/a del TFM y fecha de entrega (vg. Formato
preestablecido en la web del MLTA)
• Resumen/abstract de una extensión máxima de 150 palabras, redactado en la misma lengua del
documento
• Lista de palabras clave (keywords) en inglés sobre el contenido del trabajo (con una extensión máxima
de 200 caracteres)
• Introducción
• Cuerpo del trabajo (con los apartados que se consideren oportunos)
• Conclusión
• Bibliografía
Sin embargo, cada programa académico tiene su propia manera de solicitar la
estructura del trabajo académico. En la figura 19 se incluyen las indicaciones
sobre la estructura del trabajo de fin de grado de Administración y Dirección de
Empresas de la UOC.8

Figura 19. Ejemplo de indicaciones sobre la estructura del trabajo de fin de grado ofrecidas
por el grado de Administración y Dirección de Empresas de la UOC
Administración y Dirección de Empresas. Trabajo final de grado
A. Presentación de un estudio del ámbito de la gestión contable y financiera, la gestión fiscal, la dirección
general, la empresa y los mercados globales, el análisis económico o de innovación empresarial. Este
trabajo se estructura alrededor de una pequeña investigación sobre un problema o cuestión económica
dentro de los campos descritos que implicará el trabajo de las siguientes unidades diferenciadas:
1. Análisis inicial sobre la pre-propuesta
En esta primera unidad, el estudiante, a partir de la pre-propuesta planteada, deberá avanzar en el
conocimiento teórico del ámbito elegido, mediante la recogida inicial de información y su análisis para la
elaboración de conclusiones sobre la hipótesis que quiere trabajar en el trabajo final. [..]
2. Análisis empírico de la propuesta
En la segunda unidad, el estudiante deberá realizar un análisis empírico, desde un punto de vista
cuantitativo y/o cualitativo, para abordar la hipótesis planteada. [...]
Datos para el análisis, valorar los datos, esbozar conclusiones, compararlas con el estado del arte de la
subdisciplina y aplicar el conocimiento adquirido al problema.
3. Elaboración de conclusiones
Finalmente, y basándose en el trabajo realizado en las unidades anteriores, el estudiante elaborará un
análisis de resultados, mostrará las conclusiones del trabajo final realizado y planteará posibles propuestas
de futuro con relación a la propuesta abordada. [...]
En la tabla 3 se incluyen los apartados prototípicos de la estructura de un
trabajo académico en la primera columna, junto con los contenidos que suelen
insertarse en cada uno de estos apartados.

Tabla 3. Apartados y contenidos prototípicos de la estructura de un trabajo académico


Apartados
Contenidos prototípicos
prototípicos

• Título.
• Datos académicos: nombre y logo de la institución, nombre del programa
académico, tipo de trabajo académico (de grado, de máster, etc.), nombre y
Portada
apellidos del autor, nombre y apellidos del director (y, en su caso, del
codirector), ciudad, fecha, etc.
(Más información en el apartado 4 del capítulo 3).
• Reconocimiento al apoyo de la institución académica, grupo de investigación,
Agradecimientos programa de estudios, becas recibidas, etc.
(opcional) • Reconocimiento al apoyo de personas concretas, tanto del ámbito académico
como del familiar o personal.

• Títulos de cada apartado numerados, con indicación de la página donde


Índice comienza cada uno.
(Más información en el apartado 5 del capítulo 3).

• Resumen en la lengua del trabajo que incluye los contenidos principales del
trabajo.
Resumen + abstract
• Abstract (resumen traducido al inglés).
(Más información en el apartado 6 del capítulo 3).

• Términos en la lengua del trabajo que mejor representan el tema tratado.


Palabras clave +
• Keywords (palabras clave equivalentes en inglés).
keywords
(Más información en el apartado 6 del capítulo 3).

• Contexto del trabajo.


• Motivación.
• Objetivos.
• Hipótesis o ideas de partida.
Introducción
• Aplicaciones posibles.
• Estructura del trabajo.
(Más información en el apartado 3 del capítulo 2 y en el apartado 3.2 del
capítulo 3).

• Síntesis crítica de los trabajos previos de otros autores relacionados con el tema
del trabajo:
– Explicación de sus propuestas, modelos, estrategias, etc.
Estado de la cuestión – Resultados positivos obtenidos.
– Limitaciones y carencias detectadas.
– Relación de estos trabajos con el que se está desarrollando.
(Más información en el apartado 4 del capítulo 2).

• Bases teóricas en las que se sustenta el trabajo (teorías, modelos, paradigmas,


etc.).
Marco teórico
• Justificación de la elección en relación con el trabajo que se está desarrollando.
(Más información en el apartado 4 del capítulo 2).

• Pasos/fases/etapas seguidos en el trabajo para alcanzar los objetivos.


Metodología • Técnicas/métodos/estrategias/medidas/herramientas/recursos empleados.
(Más información en el apartado 5 del capítulo 2).

• Explicación del análisis, descripción, experimentación, etc., realizados, con sus


Análisis y resultados,
correspondientes resultados (cualitativos y/o cuantitativos) y/o interpretación.
experimentación,
* Especialmente sujetos a variaciones en función del tipo de trabajo y del ámbito
interpretación de los
especializado.
resultados, etc.*
(Más información en el apartado 6 del capítulo 2).

• Principales conclusiones del trabajo ligadas con los objetivos i/o hipótesis,
Conclusiones y líneas
aspectos que han quedado pendientes y se prevé trabajar en el futuro.
de trabajo futuro
(Más información en el apartado 7 del capítulo 2).

• Referencias bibliográficas de todos los trabajos citados en el texto siguiendo


Bibliografía criterios de citación bibliográfica sistemáticos.
(Más información en el apartado 9 del capítulo 3).

• Contenidos que no se pueden insertar en el cuerpo del texto por ser demasiado
ANEXOS largos o secundarios, en formato papel o en CD-ROM.
(Más información en el apartado 8 del capítulo 3).
Estos apartados y contenidos están sujetos a variaciones posibles. Por un lado,
estas variaciones tienen que ver con el tipo de trabajo (trabajo de fin de grado,
trabajo de fin de máster, tesis doctoral, etc.). Por ejemplo, como ya se ha visto
en el apartado 3 del capítulo 2, no es estrictamente necesario que un trabajo de
fin de grado o de máster incluya hipótesis y, en cambio, una tesis de doctorado
sí suele incluirlas. Por otro lado, las posibles variaciones dependen del ámbito
especializado en el que se trabaje (traducción, ciencias de la salud, tecnología,
derecho, etc.). Por ejemplo, en un trabajo del ámbito de las ciencias de la salud
en que se haga un estudio de casos, seguramente se incluirá un apartado
específico con un título similar a «Materiales y métodos» o «Pacientes y
métodos», que contendrá diferentes subapartados muy recurrentes en este
ámbito (que tengan que ver, por ejemplo, con la población y la muestra, el
análisis estadístico, las implicaciones éticas, etc.). En el siguiente caso, extraído
del índice de un trabajo de fin de máster del ámbito de la salud, se observa un
ejemplo que ilustra esta situación:
2. Materiales y métodos
2.1. Diseño del estudio
2.2. Población de referencia y tamaño muestral
2.3. Variables
2.4. Análisis estadístico de los datos
2.5. Implicaciones éticas

(Ejemplo extraído de Serrano, 2012).


Otro ejemplo sería el ámbito del turismo. En la página web del grado de
Turismo de la UOC,9 por ejemplo, se explicita que el estudiante puede optar por
realizar un trabajo de fin de grado que suponga un trabajo de investigación o un
plan de empresa. En función de la modalidad elegida, se especifica que los
contenidos del trabajo serán diferentes. Si el estudiante decide realizar un trabajo
de investigación, los contenidos serán muy similares a los que muestra la tabla 3.
Sin embargo, si selecciona la modalidad de plan de empresa, los contenidos
deberán adaptarse a esta opción, tal como se indica en la figura 20.
Figura 20. Ejemplo de indicaciones sobre la estructura del trabajo de fin de grado
(modalidad de plan de empresa) ofrecidas por el grado de Turismo de la UOC

Grado en Turismo. Trabajo final de grado-Plan de empresa


1. Presentación del modelo de negocio en que el estudiante tiene que sintetizar su idea de negocio y su
modelo. Principalmente tiene que dar respuesta a qué hará (necesidad que satisface), a quién se dirigirá
(segmento de mercado) y cómo lo realizará (solución). En general, para llegar a este punto y si no se
tiene una idea previa, se desarrollarán técnicas de creatividad para que el estudiante pueda tener una
idea para realizar su plan de empresa.
2. Análisis del entorno general y específico (sector) donde operará la nueva empresa o proyecto
emprendedor en que se utilizarán varias herramientas de análisis que se han trabajo durante el
transcurso del Grado.
3. Análisis del mercado y plan de marketing
En que el estudiante tendrá que describir y cuantificar el segmento o segmentos de mercado a los que
se dirige así como comentar la estrategia de posicionamiento y establecer un plan de marketing
coherente con las necesidades del segmento y el análisis del entorno realizado.
4. Plan de operaciones
El plan de operaciones recoge todas aquellas decisiones relacionadas con la producción y distribución
del producto o servicio.
5. Organización y Recursos Humanos
En esta fase se trabajan todos aquellos aspectos relacionados con la organización (estructura
organizativa) y los recursos humanos necesarios para poder sacar adelante la idea de negocio
propuesta. Aspectos como el número de personas que trabajarán en la nueva empresa, su posición y
funciones, remuneración y perfil se tendrán que tener en cuenta.
6. Viabilidad económica: Plan económico-financiero
Todas las decisiones tomadas anteriormente se tienen que reflejar en un plan económico-financiero que
justifica cuantitativamente que la idea propuesta es viable y sostenible. Para poder confeccionar este
plan, el estudiante contará con un aplicativo web que le facilitará la confección de la previsión de la
cuenta de pérdidas y ganancias, el balance, y la previsión de tesorería.

El estudiante es el responsable último de la adopción de la estructura adecuada


al tipo de trabajo que debe realizar, y de seguir tanto las especificaciones
requeridas o habituales en su ámbito especializado como las indicaciones
ofrecidas por la institución en la que realiza el trabajo académico.
Como ya he ido avanzando, algunos de estos apartados prototípicos pueden
dividirse a su vez en subapartados. Por ejemplo, el apartado «Introducción»
podría dividirse en subapartados como «Contexto y motivación del trabajo»,
«Objetivos e hipótesis», «Aplicaciones» y «Estructura del trabajo». Es solo una
posibilidad, pues la decisión final debe tomarla el estudiante de manera
consensuada con el director de su trabajo. Cuanta mayor envergadura tenga un
trabajo académico (por ejemplo, una tesis doctoral), mayor número de apartados
y subapartados contendrá. Los trabajos de fin de grado o de fin de máster no
suelen dividirse en tantos subapartados, principalmente por una cuestión de
extensión.
La estructura prototípica de un trabajo académico incluye, por lo general, los
apartados mencionados en la tabla 3. Sin embargo, los títulos de los apartados (y
de los subapartados) pueden variar. Esta variación puede ser fruto, como ya se
ha visto, del ámbito especializado del trabajo. Sin embargo, también puede
existir variación en función de la creatividad del estudiante. Por ejemplo, el título
del apartado «Estado de la cuestión» puede ser directamente este, o puede
buscarse otro que refleje la temática de las referencias analizadas en el capítulo,
como por ejemplo:
Aplicaciones bioinformáticas
(Ejemplo extraído de Ferreira, 2010).

La evolución de los dispositivos móviles


(Ejemplo extraído de Lisboa, 2011).

Los aspectos profesionales como subcampo de estudio en Traductología


(Ejemplo extraído de Kuznik, 2007).

Problemática ambiental: las emisiones de gases del efecto invernadero y el cambio climático
(Ejemplo extraído de Martins, 2011).
Los apartados y los subapartados deben aparecer numerados correctamente de
manera consecutiva. En la figura 21 se muestra un ejemplo de numeración
correcta y de numeración incorrecta. En un trabajo académico, puede haber
varios niveles de subapartados, pero no se recomienda que la estructura sea muy
profunda, ya que se corre el riesgo de confundir al lector. En un trabajo de fin
de grado o de máster, se recomienda una profundidad máxima de tres niveles,
como se observa en la numeración correcta del apartado 2 de la figura 21. Un
error frecuente es crear un único subapartado dentro de un apartado, como
ocurre con los apartados 1.1. y 2.1.1. de la numeración incorrecta de la figura.
Los subapartados solo son pertinentes en caso de que haya un mínimo de dos al
mismo nivel, como sucede, por ejemplo, en los apartados 1.1. y 1.2. de la
numeración correcta reflejada en la figura.

Figura 21. Ejemplo de numeración correcta y de numeración incorrecta de los apartados


El apartado 5 del capítulo 3 trata sobre la elaboración automática del índice y
allí se ofrece más información sobre el tema de la numeración de los apartados.

3.2. La importancia de la redacción de los objetivos


En el apartado 3 del capítulo 2 ya se avanzó la importancia que tiene la
correcta delimitación de los objetivos en un trabajo académico, para que estos
sean originales y novedosos, y para no repetir el trabajo realizado previamente
por otros investigadores. En este apartado se ofrecen pautas para la redacción
de los objetivos, junto a ejemplos ilustrativos extraídos de trabajos de
investigación de diferentes universidades.
Como también se indicó en el apartado 3 del capítulo 2, en función del trabajo
académico que se esté realizando pueden incluirse objetivos generales y
objetivos específicos. Así, el autor tiene dos opciones. Por un lado, el trabajo
puede tener un único objetivo general o, si el autor considera que su trabajo
incluye varios objetivos que tienen la misma importancia, puede ofrecer una lista
de objetivos generales o principales que se encuentren al mismo nivel. Por otro
lado, si el autor considera que en su trabajo existe una diferencia entre la
relevancia o envergadura de los objetivos, puede optar por redactar uno o varios
objetivos generales o principales, y otros objetivos específicos a
continuación. Para ilustrar esta idea, se ofrecen algunos ejemplos. En los
siguientes trabajos de fin de máster del ámbito de la ingeniería eléctrica, del
ámbito de la astrofísica y del ámbito de la traducción y la interpretación,
respectivamente, se incluye un único objetivo general:

El objetivo de este trabajo de máster es realizar el modelado, simulación y desarrollo de una


plataforma de ensayos de un sistema de propulsión híbrido, formado por una pila de
combustible tipo PEM (pila de combustible de intercambio protónico, por sus siglas en
inglés) y baterías de plomo-ácido.
(Ejemplo extraído de Gauchía, 2008).

El objetivo de este trabajo es el de confeccionar una lista de probables estrellas jóvenes (i.e.,
en grupos cinemáticos jóvenes) con sistemas planetarios.
(Ejemplo extraído de Rojas, 2011).

Partiendo de los proyectos de formación en interpretación asistida por ordenador (CAIT en


inglés), el objetivo de este trabajo es formular una propuesta de plataforma CAIT, que
denominamos Interpretarium, que aúne las ventajas y supere las debilidades tanto tecnológicas
como pedagógicas de cada uno de los proyectos CAIT que han visto la luz estos últimos
años en el campo de la interpretación.
(Ejemplo extraído de Monbet, 2011).
En el siguiente caso, se observan dos objetivos que están redactados al mismo
nivel, extraídos de un trabajo de fin de máster del ámbito de la biblioteconomía
y la información digital:
La presente investigación persigue un doble objetivo:
1. Por un lado, realizar una revisión de cómo se ha venido planteando la gestión de los
documentos audiovisuales en un entorno analógico, para compararla con la gestión
documental digital, reflejando la evolución de la infraestructura del archivo (soportes en los
que se registran las imágenes, almacenamiento), de los sistemas de gestión, de los criterios
organizativos, del análisis documental y de la recuperación de las imágenes.
2. Por otro lado, examinar las ventajas y dificultades y en general, la incidencia que la nueva
tecnología digital y los nuevos modelos empresariales tienen sobre la documentación y los
documentalistas, tratando de identificar las futuras tendencias en la documentación
audiovisual y, haciendo hincapié en la necesidad de adaptación de los profesionales del
medio, a estos cambios.
(Ejemplo extraído de Noriega, 2014).
La lista de objetivos generales también puede ser más extensa, como ocurre en
el siguiente trabajo de fin de máster del ámbito de la formación de profesorado:
En este trabajo se pretende:
1. Explorar las posibilidades que ofrecen los dispositivos móviles para el aprendizaje en el
área de las Ciencias Sociales.
2. Promocionar el buen uso de las TIC que están presentes en la vida cotidiana del
alumnado, creando conciencia y hábitos de actuación ciudadana positiva adquiriendo una
cultura científica y tecnológica que permita un mejor aprendizaje.
3. Incluir el uso pedagógico de contenidos educativos digitales que complementen las
actividades de la enseñanza y el aprendizaje.
4. Impulsar el conocimiento territorial y espacial, mediante la correspondiente observación,
análisis y reflexión, para una correcta interpretación de la realidad, ayudados por las
tecnologías móviles.
5. Realizar un ejemplo concreto de aplicación de dispositivos móviles extrapolable a diversas
situaciones y niveles educativos.
6. Fomentar diversas competencias a través del empleo de los dispositivos móviles.
(Ejemplo extraído de Bernabé, 2013).
En cambio, en el ejemplo siguiente, extraído de un trabajo de fin de máster del
ámbito de la odontología, la autora incluye un único objetivo general y varios
objetivos específicos:
OBJETIVO GENERAL
Determinar si existen diferencias en la posición e inclinación de los incisivos en pacientes
con maloclusión esquelética de clase III tratados con cirugía ortognática o con ortodoncia de
camuflaje.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS
1. Determinar si existen parámetros cefalométricos estadísticamente significativos para las
diferentes medidas dentarias en el grupo I y grupo II antes y después del tratamiento.
2. Analizar si existen diferencias estadísticamente significativas entre el grupo I y grupo II
para las variables estudiadas antes o después del tratamiento, así como a lo largo del estudio.
3. Comparar los valores cefalométricos obtenidos a nivel de los incisivos superiores e
inferiores entre el grupo I y el grupo II antes y después del tratamiento.
(Ejemplo extraído de Ortega, 2014).
Esta estrategia es muy frecuente en trabajos académicos de todos los ámbitos
especializados. A continuación se ofrece otro ejemplo, extraído de un trabajo de
fin de máster del ámbito de los estudios feministas:
El objetivo general del TFM consiste en analizar el uso que la prensa diaria realiza de la
imagen del cuerpo de las mujeres como forma de control sobre sus comportamientos,
promoviendo la reproducción de estereotipos. […]
Además del objetivo general, los objetivos específicos más relevantes que nos planteamos
conseguir en el término de esta investigación son los siguientes:
• Revisar la Historia del Periodismo con una perspectiva feminista. Denunciar la
invisibilización de las mujeres en la profesión, bien como productoras bien protagonistas
de los hechos noticiosos.
• Periodismo como herramienta transmisora del patriarcado.
• Visibilizar cómo, a pesar de los inconvenientes, algunas mujeres desarrollaron la profesión,
llegando a editar y dirigir publicaciones.
• Analizar el género «prensa femenina» como forma de exclusión de las mujeres de la prensa
generalista de debate político.
• Comprender la responsabilidad de los medios de comunicación como transmisores de la
cultura.
• Observar la importancia histórica y actual que tienen en la transmisión de la imagen del
cuerpo de las mujeres.
• Analizar los grupos comunicativos de España y Costa Rica.
• Mostrar la violencia que desde la prensa escrita se ejerce sobre los cuerpos de las mujeres a
través de sus imágenes y sus textos, con los ejemplos de Karina Bolaños y Olvido
Hormigos.
• Construir una mirada feminista alejada de la visión masculina de los medios, donde las
mujeres se empoderen en el proceso de construcción de sus propios cuerpos.
(Ejemplo extraído de Tena, 2013).
Tanto los objetivos generales como los específicos deben ser concisos y
precisos. Por un lado, la concisión se refiere a la brevedad o economía
lingüística. Es más adecuada una redacción con un menor número de palabras,
pero que refleje exactamente el objetivo del trabajo, que una redacción con
demasiadas oraciones subordinadas, adjetivos o adverbios innecesarios,
información entre paréntesis, ejemplos, etc. Asimismo, cada objetivo debería
incluir una única oración. Por otro lado, la precisión tiene que ver con la
condición de exactitud. Un objetivo debe incluir únicamente la información
realmente necesaria para que el lector entienda qué se propone realizar el
investigador en su trabajo. Para ello, debe eliminarse toda información superflua
de los objetivos y toda aquella que pueda resultar ambigua.
Una elección adecuada de los verbos iniciales que incluyen los objetivos es
fundamental para lograr que estos sean precisos. Los verbos seleccionados
deben ayudar a especificar qué se ha hecho concretamente en el trabajo:
¿analizar?, ¿definir?, ¿diseñar?, ¿comprobar? Es indispensable una reflexión
preliminar por parte del estudiante para delimitar adecuadamente la contribución
que propone realizar en su trabajo. Esta reflexión le ayudará a escoger los verbos
correctos para la redacción de los objetivos. En la tabla 4 se incluyen algunos
verbos habituales en los objetivos de trabajos académicos, aunque existen
muchos otros y su elección siempre variará dependiendo del trabajo.

Tabla 4. Algunos verbos habituales incluidos en los objetivos de trabajos académicos


Algunos verbos habituales en los objetivos de trabajos académicos

analizar

contabilizar

contrastar

definir

desarrollar

describir

determinar

diseñar

establecer

estudiar

implementar

medir

realizar
Asimismo, se recomienda la redacción de los objetivos con verbos en
infinitivo, como puede observarse en los ejemplos de objetivos de trabajos
académicos mostrados hasta ahora: «realizar», «confeccionar», «formular»,
«examinar», «explorar», «promocionar», «incluir», «impulsar», «fomentar»,
«determinar», «analizar», «comparar», «revisar», «observar», «construir», etc.
Otro aspecto clave en la redacción de los objetivos es una selección adecuada
de los términos introducidos. Como se avanzó el apartado 4 del capítulo 2, los
términos son las unidades léxicas que vehiculan el conocimiento especializado
en un ámbito (Cabré, 1999) y, por lo tanto, los términos incluidos en los
objetivos son especialmente relevantes. Veamos el siguiente ejemplo de una tesis
doctoral del ámbito de la empresa y las ciencias sociales:
Nuestro objetivo general es comprobar si existen diferencias en las trasferencias realizadas
por los diferentes grupos competitivos de empresas de su estrategia a uno de sus principales
stakeholders –los clientes–, distinguiendo además si la transferencia de la estrategia es
distinta entre los e-clientes y los clientes off-line.
(Ejemplo extraído de Pelegrín, 2013).
Este objetivo incluye términos representativos (tanto en singular como en
plural) del ámbito y del tema de la tesis, como «transferencia», «grupo
competitivo», «empresa», «estrategia», «stakeholder», «cliente», «e-cliente» y
«cliente off-line». Estos son algunos de los términos clave del trabajo que
aparecerán en un gran número de ocasiones en el cuerpo del texto. Asimismo,
suele ser frecuente que algunos de los términos que se introducen en los
objetivos aparezcan también en el título del trabajo, como se verá en el apartado
4 del capítulo 3. En este caso, el trabajo se titula «Análisis comparativo de la
estrategia de los grupos competitivos: e-clientes vs. clientes off-line». De los
términos incluidos en el objetivo general, cuatro de ellos aparecen en el título:
«grupo competitivo», «estrategia», «e-cliente» y «cliente off-line».
Veamos otro ejemplo, en este caso de una tesis doctoral del ámbito de la
biología:
El principal objetivo planteado en esta Tesis Doctoral fue el de determinar los mecanismos
moleculares mediante los cuales PrPC podía estar ejerciendo una función neuroprotectura y
reguladora del ciclo celular.
(Ejemplo extraído de Carulla, 2013).
Este objetivo principal también incluye varios términos específicos del tema
que trata, como «mecanismo molecular», «PrPC», «función neuroprotectora y
reguladora» (unidad que en realidad puede desplegarse en dos términos
poliléxicos: «función neuroprotectora» y «función reguladora») y «ciclo celular».
Esta tesis se titula «La proteína priónica celular: análisis de su función
neuroprotectora y reguladora del ciclo celular». En este caso, dos de los términos
recogidos en el objetivo principal del trabajo se reflejan literalmente en el título
de la tesis: «función neuroprotectora y reguladora» y «ciclo celular». En este caso
aparece también un fenómeno habitual este tipo de trabajos. En el objetivo
observamos la abreviación «PrPC», que equivale al término poliléxico «proteína
priónica celular», que aparece en el título. Ambas unidades se refieren al mismo
concepto y, por este motivo, aparecen tanto en el objetivo como en el título,
aunque con formas diferentes. La razón es que en el título normalmente se
suelen evitar las abreviaciones, como las siglas o los acrónimos (a no ser que se
trate de unidades ya lexicalizadas, como «sida», que proviene originalmente de
«síndrome de inmunodeficiencia adquirida»). En cambio, en el cuerpo del
trabajo, la norma indica que, la primera vez que aparece un término poliléxico al
cual va asociado una abreviación, es obligatorio ofrecer el término completo y a
continuación su abreviación entre paréntesis. De esta manera, en el resto del
texto ya bastará con emplear únicamente la abreviación. Por ejemplo, en la
página 1 de la tesis de la cual se ha extraído el ejemplo anterior, se encuentra
mencionado el término «proteína priónica celular» por primera vez en el cuerpo
del texto:
Forma parte de una de las líneas de investigación del grupo, centrada en conocer el posible
rol fisiológico de la proteína priónica celular (PrPC) en el sistema nervioso central.
(Ejemplo extraído de Carulla, 2013).
Por este motivo el autor ya no incluye el término completo en el objetivo
principal del trabajo, sino que inserta directamente la abreviación «PrPC».
El autor de un trabajo académico puede ser creativo a la hora de redactar los
objetivos, pero habitualmente suelen seguirse unas estructuras concretas. La
introducción de los objetivos en un trabajo de este tipo suele ir precedida por
una entradilla, del tipo «El objetivo de este trabajo es». Esta fórmula tiene
múltiples variantes posibles, en función de varios factores, que tienen que ver
sobre todo con el número de objetivos, y su división entre generales y
específicos. Por ejemplo, si el trabajo incluye un objetivo general y varios
específicos, sería necesario introducir dos entradillas diferentes justo antes de
cada tipo de objetivo:
«El objetivo general de este trabajo es» [objetivo general 1]
«Los objetivos específicos de este trabajo son:»
• [objetivo específico 1]
• [objetivo específico 2]
• [objetivo específico 3]
• [objetivo específico n]
En caso de que hubiese más de un objetivo general, la entradilla debería
adaptarse a esta situación:
«Los objetivos generales de este trabajo son:»
• [objetivo general 1]
• [objetivo general 2]
• [objetivo general 3]
• [objetivo general n]
En la entradilla, los adjetivos «general» y «específico» podrían sustituirse por
otros, como por ejemplo «principal» o «particular». También el sustantivo
genérico «trabajo» podría reemplazarse por «trabajo académico», «trabajo de fin
de grado», «trabajo de fin de máster», «investigación», «tesis», etc., en función del
tipo de trabajo. Sobre la sintaxis de la fórmula, puede haber otras múltiples
alternativas, como «Este trabajo recoge los siguientes objetivos», «En este
trabajo se incluyen los objetivos siguientes», «Este trabajo persigue los objetivos
que se indican a continuación», etc.
Veamos algunos ejemplos de entradillas más elaboradas para los objetivos
específicos, en este caso de trabajos académicos de ámbitos tan diferentes como
la biología, los estudios feministas y la espeleología, respectivamente:
Alcanzar este objetivo implicaba dirigir o enfocar nuestra línea de investigación a objetivos
más específicos, los cuales se indican a continuación:
(Ejemplo extraído de Carulla, 2013).

Además del objetivo general, los objetivos específicos más relevantes que nos planteamos
conseguir en el término de esta investigación son los siguientes:
(Ejemplo extraído de Tena, 2013).

Las aplicaciones llevadas a cabo para el área del macizo de Cotiella se concretan en una serie
de objetivos específicos:
(Ejemplo extraído de Martín, 2012).
Cada uno de los objetivos generales y específicos indicados en los ejemplos
anteriores entre corchetes y en cursiva deben seguir los principios explicados
hasta ahora, es decir, han de ser precisos y concisos, deben constar de una única
oración, incluir verbos adecuados y en infinitivo, y mostrar términos que reflejen
el contenido especializado que se quiere transmitir.
La estructura más habitual que siguen los objetivos está formada por:
• Como ya se ha comentado, un verbo en infinitivo, que refleje cuál es la
acción que se realiza en el trabajo. Por ejemplo, «analizar», «diseñar».
• Un complemento directo (o varios), que debe incluir los términos clave
del trabajo. Para redactar este complemento directo, el estudiante debe
preguntarse: «¿Qué analizo?», «¿Qué diseño?», utilizando el verbo seleccionado
en el paso anterior.
• Complementos de modo, finalidad, etc. Estos complementos son
opcionales, pero suelen ser importantes para reflejar de manera sucinta
información sobre cómo se logrará el objetivo en cuestión o cuál es la
finalidad última de este. Algunas unidades que ayudan a reflejarlos son: «para»,
«por medio de», «mediante», «a través de», etc. Estos complementos también
suelen incluir términos clave del trabajo.
Dentro de la oración que incluye el objetivo puede darse la situación de que
haya dos frases coordinadas (con una conjunción como «y» que funcione como
nexo). En este caso, puede emplearse igualmente la estructura explicada en cada
una de las dos frases coordinadas.
La figura 22 incluye de forma esquemática la estructura prototípica que siguen
los objetivos de trabajos académicos.

Figura 22. Estructura prototípica de los objetivos de trabajos académicos


Veamos ahora algunos ejemplos. A continuación se muestran los objetivos
principales de dos trabajos académicos de ámbitos diferentes (biología y
psicología). En ambos se ha subrayado la entradilla, se ha destacado en negrita el
verbo principal en infinitivo y se han marcado en cursiva los complementos, que
incluyen términos prototípicos del ámbito y tema del trabajo.
El principal objetivo planteado en esta tesis doctoral fue el de determinar los mecanismos
moleculares mediante los cuales PrPC podía estar ejerciendo una función neuroprotectura y reguladora del
ciclo celular.
(Ejemplo extraído de Carulla, 2013).

El objetivo general de esta parte de la investigación es adaptar la versión española de la Escala


Barratt de Impulsividad de para niños de Cosi et al. (2008b) a las características culturales y lingüísticas
propias de los niños colombianos.
(Ejemplo extraído de Chahín, 2013).
En estos trabajos académicos pueden observarse también objetivos específicos
con diferentes grados de elaboración. En todos ellos se ha marcado el verbo
principal en infinitivo en negrita. En el ejemplo siguiente, se ha indicado el
complemento directo en cursiva, que en este caso se ha redactado de manera
sencilla e incluye varios términos del ámbito de la psicología, como por ejemplo
«impulsividad motora» o «impulsividad cognitiva».
Determinar la consistencia interna de las escalas impulsividad motora, impulsividad cognitiva e
impulsividad no planificadora.
(Ejemplo extraído de Chahín, 2013).
El objetivo específico siguiente, extraído del mismo trabajo, tiene una
estructura similar (de hecho, incluye el mismo verbo inicial, «determinar»), pero
en este caso el complemento directo está dividido en dos partes, unidas por la
conjunción «y», ya que el objetivo busca «determinar» dos aspectos relacionados
entre sí: «la relación existente entre las tres escalas (impulsividad motora,
impulsividad cognitiva e impulsividad no planificadora)» y «en qué casos esta es
positiva o negativa». De nuevo, este doble complemento directo incluye
términos propios del ámbito, como por ejemplo «escala», «impulsividad
motora», «positiva» o «negativa».
Determinar la relación existente entre las tres escalas (impulsividad motora, impulsividad cognitiva e
impulsividad no planificadora), y en qué casos esta es positiva o negativa.
(Ejemplo extraído de Chahín, 2013).
En el siguiente objetivo específico, además del verbo en infinitivo (en negrita)
y el complemento directo (en cursiva), se incluye al final de la oración un
complemento de finalidad que comienza con la preposición «para» (subrayado).
En este complemento de finalidad también se observan unidades
terminológicas, en este caso del ámbito de la biología, como por ejemplo «PrP»
o «proceso fisiológico».
Analizar los resultados de perfil de expresión génica descritos en diferentes modelos celulares y animales
para determinar la implicación de PrP en diferentes procesos fisiológicos.
(ejemplo extraído de Carulla, 2013)
Lo mismo ocurre en el ejemplo que se muestra a continuación, pero en este
caso el complemento no es de finalidad, sino de modo. Este complemento
comienza por la preposición «mediante» e incluye términos como «epilepsia del
lóbulo temporal» y «TLE».
Profundizar en el rol de PrPC como regulador de la transmisión sináptica y la excitabilidad neuronal
mediante modelos in vivo de epilepsia del lóbulo temporal (TLE).
(Ejemplo extraído de Carulla, 2013).
También puede darse el caso (menos frecuente) de que el complemento de
finalidad o de modo preceda al complemento directo, como ocurre a
continuación, donde el complemento de modo incluye la locución preposicional
«a través de»:

Contrastar a través del análisis confirmatorio si la solución factorial obtenida de la muestra


colombiana replica los cuatro factores propuestos por Buss y Perry (1992).
(Ejemplo extraído de Chahín, 2013).
En resumen, en este apartado se han ofrecido pautas para la redacción de los
objetivos de un trabajo académico, haciéndose hincapié en algunos conceptos
importantes que deben tenerse en cuenta, como la división entre objetivos
generales y específicos, la precisión y la concisión, la importancia de la elección
de los verbos y de los términos, y las estructuras prototípicas que suelen
emplearse. Si el estudiante tiene en cuenta estos aspectos, la redacción de los
objetivos, que supone una de las etapas clave en el proceso de elaboración de un
trabajo académico, supondrá menos esfuerzo y se convertirá en una tarea más
sencilla.

4. La portada y el título
La portada de un trabajo académico, que incluye, entre otros datos, su título,
es la primera información a la que accede un lector. Por ello, es importante
ofrecer una portada adecuada, y un título interesante, que llame la atención.
Habitualmente, la institución académica a la cual está adscrito el trabajo
académico del estudiante ofrece una plantilla de la portada o las pautas para
realizarla, que incluyen varios datos, como pueden ser: el nombre y el logo de la
institución, el nombre del programa académico, el tipo de trabajo académico (de
grado, de máster, etc.), el título del trabajo, el nombre y apellidos del autor, el
nombre y apellidos del director (y, en su caso, del codirector), la ciudad, la fecha,
etc. Estos datos pueden ser más o menos completos en función de la institución
y del tipo de trabajo.
Veamos algunos ejemplos. La figura 23 muestra la plantilla de la portada para
los trabajos de fin de grado de la Facultad de Derecho de la Universidad de
Alicante:10
Figura 23. Plantilla de la portada del trabajo de fin de grado de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Alicante

La figura 24 incluye la plantilla interactiva de la portada para los trabajos de fin


de máster del Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje de la UPF:11
Figura 24. Plantilla de la portada del trabajo de fin de máster del Departamento de
Traducción y Ciencias del Lenguaje de la UPF

Existen otras instituciones que no ofrecen una plantilla, sino que únicamente
indican los datos que el estudiante debe incluir en la portada. No obstante, hoy
en día, la mayor parte de las universidades o instituciones académicas disponen
de una plantilla específica que es obligatorio emplear.
Redactar el título de un trabajo académico no es una tarea fácil, ya que este
debe sintetizar la idea principal del trabajo (es decir, podría decirse que sería el
resumen más reducido posible del trabajo) y, a la vez, debe llamar la atención del
lector (esto es, ha de ser sugerente pero a la vez profesional). Normalmente, los
títulos de trabajos académicos son frases nominales y no suelen incluir verbos (o
al menos verbos conjugados), sino nominalizaciones verbales. Veamos algunos
ejemplos:
La aplicación de las TIG en el campo de la espeleología
(Ejemplo extraído de Martín, 2012).

Gestión de recursos en nodos multi-core de memoria compartida


(Ejemplo extraído de Ferreira, 2010).

Desarrollo, implementación y publicación de los geoservicios WMS y WFS del Parc Natural
de Collserola
(Ejemplo extraído de Salas, 2013).
En estos casos, los tres títulos son frases nominales, que incluyen a su vez
diferentes nominalizaciones verbales, como por ejemplo «aplicación», «gestión»,
«implementación» o «publicación».
En cuanto a la extensión del título, no hay un número de palabras predefinido.
Eso sí, no se recomiendan los títulos excesivamente largos, de más de veinte
palabras (a no ser que sea realmente necesario). La longitud a veces tiene que ver
con el ámbito en el que se circunscribe el trabajo académico, pero también
depende del estilo del autor. A continuación se ofrece un ejemplo de título muy
breve (6 palabras) y otro de un título largo (22 palabras):
Adaptación del CSS al marketing político
(Ejemplo extraído de Busquets, 2009).

La Política sancionadora de la Unión Europea en el Norte de África. Estudios de caso a la


luz de la Primavera Árabe
(Ejemplo extraído de Boneta, 2011).
Pueden seguirse múltiples estructuras para la redacción de un título. Por este
motivo, es difícil ofrecer unas pautas concretas en este sentido. La estructura
más sencilla es una única frase nominal larga, como en los casos siguientes:

Los dispositivos móviles en el aprendizaje de las ciencias sociales


(Ejemplo extraído de Bernabé, 2013).

Gestión de recursos en nodos multi-core de memoria compartida


(Ejemplo extraído de Ferreira, 2010).
Si en el título se quieren reflejar dos o más temas correlacionados entre sí, una
opción posible es unir frases nominales mediante una conjunción, como podría
ser «y»:

Periodismo y dispositivos móviles de lecto-escritura. Introducción al diseño de contenidos


para tabletas
(Ejemplo extraído de Lisboa, 2011).

Desarrollo, implementación y publicación de los geoservicios WMS y WFS del Parc Natural
de Collserola
(Ejemplo extraído de Salas, 2013).
Otra posibilidad es dividir el título en dos frases nominales separadas por un
punto, como ocurre en los títulos siguientes:
Política sancionadora de la Unión Europea en el Norte de África. Estudios de caso a la luz
de la Primavera Árabe
(Ejemplo extraído de Boneta, 2011).

Cuerpos construidos, cuerpos mediatizados. Imágenes y textos de España y Costa Rica


(Ejemplo extraído de Tena, 2013).
Esta división también puede realizarse mediante los dos puntos:
El futuro de los archivos audiovisuales en España: un reto para la documentación de los
programas de televisión
(Ejemplo extraído de Noriega, 2014).
Una estrategia muy productiva es redactar el título a partir del objetivo
principal del trabajo. En el apartado 3.2 del capítulo 3 se vio que muchos de los
términos incluidos en los objetivos del trabajo aparecen también en el propio
título. También pueden aparecer variantes sinonímicas de los términos,
hiperónimos, términos relacionados semánticamente, nominalizaciones de los
verbos incluidos en los objetivos, paráfrasis, etc. En las tablas 5, 6 y 7 se
muestran algunos ejemplos de objetivos principales extraídos de trabajos
académicos y su correlación con los títulos de dichos trabajos.

Tabla 5. Ejemplo de correlación entre el objetivo y el título de un trabajo de fin de máster en


el ámbito de la formación de profesorado
Explorar las posibilidades que ofrecen los dispositivos móviles para el aprendizaje en el área de
Objetivo
las ciencias sociales.

Título Los dispositivos móviles en el aprendizaje de las ciencias sociales

Fuente Bernabé (2013)

Correlación de elementos entre el título y el objetivo Tipo de correlación

dispositivos móviles ó dispositivos móviles términos exactos

aprendizaje ó aprendizaje términos exactos

área de las ciencias sociales ó ciencias sociales sinónimos

Tabla 6. Ejemplo de correlación entre el objetivo y el título de un trabajo de fin de máster en


el ámbito de la informática
El objetivo general de esta investigación es analizar el problema de la planificación de los
Objetivo
nodos de cómputo multi-thread, multi-core y multi-procesador de memoria compartida.

Título Gestión de recursos en nodos multi-core de memoria compartida

Fuente Ferreira (2010)

Tipo de
Correlación de elementos entre el título y el objetivo
correlación

términos
planificación ó gestión
relacionados

nodos de cómputo multi-thread, multi-core y multi-procesador ó hipónimos-


nodos multi-core hiperónimo

memoria compartida ó memoria compartida términos exactos

Tabla 7. Ejemplo de correlación entre el objetivo y el título de un trabajo de fin de máster en


el ámbito de la geografía
Diseñar e implementar los servicios de publicación en internet de la información geográfica
Objetivo del Parc Natural de la Serra de Collserola incorporándose así a la comunidad de entidades
públicas o privadas productoras de datos espaciales que publican su información geográfica.

Título Desarrollo, implementación y publicación de los geoservicios WMS y WFS del Parc Natural de
Collserola
Fuente Salas (2013)

Correlación de elementos entre el título y el objetivo Tipo de correlación

términos relacionados +
diseñar ó desarrollo
nominalización

implementar ó implementación nominalización

publican ó publicación nominalización

servicios de publicación en internet de la información geográfica


paráfrasis
ó geoservicios WMS y WFS

Parc Natural de la Serra de Collserola ó Parc Natural de


sinónimos
Collserola
Si el estudiante tiene dificultades para tomar una decisión final con respecto al
título de su trabajo académico, una estrategia es escribir todas las opciones en un
documento para después debatirlas con el director del trabajo y, entre ambos,
decidir cuál es el título «ganador».

5. Elaboración automática del índice


En el apartado 3.1 del capítulo 3 se explicó que, en un trabajo académico, los
apartados y los subapartados deben aparecer numerados correctamente de
manera consecutiva y que, concretamente en los trabajos de fin de grado o de
máster, no se recomienda una gradación mayor de tres niveles en la estructura
de apartados.
La información que debe aparecer obligatoriamente en un índice es la
siguiente:
• La palabra «Índice» (o algún sinónimo).
• La numeración de los apartados y los subapartados.
• El título de los apartados y los subapartados.
• El número de página donde empieza cada apartado y subapartado.
Hoy en día existen herramientas automáticas que facilitan la tarea de
elaboración del índice. Con cualquiera de los procesadores de textos
mencionados en el apartado 1 del capítulo 3 es posible crear índices
automáticamente, si se ha trabajado con estilos durante el proceso de
elaboración del texto (como se indicó en el apartado 2 del capítulo 3). Solo es
necesario marcar los títulos y los subtítulos de los diferentes apartados en el
texto con los estilos que ofrecen estos procesadores (aplicando el formato
deseado), para después realizar el índice de manera automática.
En el momento en que se desee generar el índice, es necesario situarse en el
punto del texto en donde se quiera insertar (se recomienda hacerlo cuando se
haya acabado el trabajo, para que los títulos de los apartados y los números de
página sean los definitivos). Debe seleccionarse el formato que se quiera dar al
índice, sobre todo en relación con los números de página y la profundidad de los
niveles. En la figura 25, por ejemplo, en el Office Word de Windows se ha
seleccionado mostrar los números de página y alinearlos a la derecha, e incluir
tres niveles en la estructura del índice.

Figura 25. Selección del formato del índice automático en el procesador de texto del Office
Word

El resultado obtenido debería ser similar al reflejado en la figura 26.


Figura 26. Ejemplo de índice automático realizado con el procesador de texto del Office
Word

En caso de que posteriormente se realice alguna modificación en el cuerpo del


texto del trabajo académico, es necesario actualizar el índice, para que los
números de página y los títulos se correspondan con la versión final del trabajo.

6. El resumen (abstract) y las palabras clave (keywords)


A lo largo de la historia se han ofrecido distintas definiciones del término
«resumen», muchas de las cuales aparecen recogidas en mi tesis doctoral (da
Cunha, 2008). En este apartado reproduzco algunas de ellas porque considero
que pueden resultar ilustrativas para el estudiante. Por ejemplo, van Dijk (1989,
pág. 71) define resumen en general como «la manifestación textual de la
macroestructura de un texto», entendiendo como macroestructura de un texto
«una representación abstracta de este que tiende a la aprehensión global de su
significado» (van Dijk, 1989, pág. 55). Para este mismo autor, resumir es la
operación por la que se abrevia el contenido de un documento y se le representa
por un cierto número de oraciones que expresan la sustancia (van Dijk, 1989).
Por su parte, Pinto Molina (1992) afirma que el resumen es un nuevo
documento representativo del original, que debe incluir todos los aspectos
destacados del documento original siguiendo el estilo y la ordenación del
documento original, y evitando cualquier apreciación y juicio crítico. Desde el
ámbito de la documentación, López Yepes (1977) indica que resumir supone
una técnica documental que nace de la ciencia moderna y cuyo resultado es el
resumen, es decir, un documento secundario que se desarrolla sobre un vehículo
informativo, como es la publicación de carácter científico. El American National
Standards Institute (ANSI) ofrece una definición técnica de resumen en el
ámbito científico: «an abbreviated, accurate representation of the contents of a
document, preferably prepared by its author(s) for publication with it».
Finalmente, la definición incluida en la norma ISO 214-1976 (E), equivalente a
la norma UNE 50-103-90, es la siguiente: «an abbreviated, accurate
representation of the contents of a document, without added interpretation or
criticism and without distinction as to who wrote the abstract».
El resumen de un trabajo académico tiene carácter científico y, por lo tanto,
partiendo de estas definiciones, se trata de un texto que refleja de manera fiel los
contenidos del texto original, pero de manera más breve y sucinta, y que es
preparado por el mismo autor del texto original para publicar conjuntamente.
Además, si el resumen debe seguir la macroestructura del texto original, la
estructura y los contenidos de ambos documentos deben ser muy similares.
Como ya se ha visto, en el caso de un trabajo académico, este incluye unos
contenidos prototípicos en un orden determinado, como motivación, objetivos,
estado de la cuestión, marco teórico, metodología, análisis, resultados y
conclusión. Así, el resumen de este género textual debe reflejar también los
contenidos principales del trabajo, de manera muy breve (quizás dos oraciones
para cada uno de estos contenidos) y en el mismo orden. Por ejemplo, una
posible estructura para un resumen de un trabajo de fin de grado o de fin de
máster sería:
• Una oración de motivación y contextualización en el ámbito y subámbito.
• Una oración con el objetivo (u objetivos).
• Breve explicación de la metodología (quizás no es suficiente con una
oración).
• Una oración o dos con los resultados principales.
• Una oración a modo de conclusión.
Todo depende también de la extensión del resumen. En trabajos académicos
de fin de grado o de máster, la extensión habitual fluctúa entre media página y
una página. Es importante que el estudiante consulte previamente si su
institución académica ofrece pautas en este sentido.
También es recomendable realizar el resumen cuando el trabajo esté finalizado
y revisado, para evitar realizar modificaciones innecesarias en este durante el
proceso de elaboración del trabajo académico.
Veamos algunos ejemplos de resúmenes extraídos de trabajos de fin de máster,
de los ámbitos de la arquitectura y de la traducción, respectivamente:
El siguiente Trabajo de Fin de Máster propone el desarrollo de un método de intervención
urbana en el que se propone la iluminación como elemento regenerador del espacio a través
de la implementación de planes de luz destinados a intervenir los elementos que componen
el espacio urbano creando una imagen nocturna característica de la ciudad y estableciendo
una relación entre el ciudadano y el espacio urbano. Se estudiarán antecedentes, ejemplos de
intervenciones realizadas en elementos urbanos y cómo la iluminación ha ido evolucionando
más allá de una necesidad de seguridad en horas nocturnas a un componente transformador
del espacio. Mediante el análisis de diversos casos de estudio comprobaremos la
implementación de los planes de luz y su impacto dentro de los espacios intervenidos para
finalmente plantear una propuesta dentro de un espacio marginado y determinar los
principales parámetros que concretan el papel de la luz como un elemento que valoriza y
caracteriza el paisaje de la ciudad.
(Ejemplo extraído de Santana, 2014).

Dentro del Espacio Europeo de Educación Superior, las nuevas tecnologías se han
convertido en la herramienta por excelencia del aprendizaje, como lo demuestra la
multiplicación de los campus virtuales. Los programas informáticos para la formación en
interpretación, si bien ofrecen cursos valiosos para la práctica, siguen siendo escasos y su
acceso muy restringido. El propósito de nuestro proyecto es proponer un dispositivo que
una todos los recursos necesarios para formarse en interpretación y saque mayor provecho
del desarrollo reciente de plataformas educativas. Así, planteamos la creación de
Interpretarium mediante la plataforma Moodle, cuyas funcionalidades permiten no sólo
subsanar las carencias de los proyectos anteriores sino también potenciar una enseñanza-
aprendizaje reflexiva y cooperativa en línea. El diseño de la versión test de Intepretarium
constituye el primer paso de un proceso de innovación docente para el que la colaboración
de sus usuarios (docentes, estudiantes y profesionales de la interpretación) es esencial.
(Ejemplo extraído de Monbet, 2011).
También debe tenerse en cuenta que, de la misma manera que hay
determinados ámbitos que solicitan apartados o contenidos específicos en los
trabajos académicos, también hay ámbitos que exigen ciertas particularidades en
los resúmenes de estos trabajos. El estudiante es el responsable de seguir las
pautas de elaboración de resúmenes adecuadas a su ámbito de investigación. Por
ejemplo, en el ámbito de la salud, el resumen suele dividirse en secciones, como
se observa en el siguiente caso, extraído de un trabajo de fin de máster:
Introducción
[…]
Objetivos
[…]
Material y métodos
[…]
Resultados
[…]
Discusión
[…]
Utilidad y aplicabilidad del estudio
[…]
Conclusión
[…]
(Ejemplo extraído de Serrano, 2012).
Para saber más sobre cómo escribir un buen resumen, recomiendo la lectura
de las recientes obras de Parodi, Ibáñez y Venegas (2014) y Bondi y Lorés
(2014).
En un trabajo académico, además del resumen en la lengua original del trabajo,
es habitual incluir un abstract, es decir, la traducción del resumen al inglés.
Actualmente, el inglés es la lengua de comunicación científica internacional y es
por este motivo que suele solicitarse la inclusión del abstract en trabajos
académicos, para fines de difusión e indexación. El estudiante debe confirmar si
su institución académica exige incluir el abstract en el trabajo. De todas maneras,
aunque no lo indique explícitamente, si es posible, es recomendable añadirlo.
Se sugiere también elaborar el abstract una vez el resumen en la lengua original
del trabajo esté finalizado y revisado, para no realizar modificaciones constantes.
También se recomienda, siempre que sea posible, la revisión del abstract por
alguna persona que domine el inglés. Algunas herramientas útiles que pueden
ayudar a realizar la traducción son:
• Diccionarios incluidos en WordReference:
http://www.wordreference.com.
• Traductor automático de Google: https://translate.google.es.
• Traductor automático LucySoftware: http://www.lucysoftware.com.
No debe olvidarse que los traductores automáticos aún tienen muchas
limitaciones y, en ningún caso, una traducción automática puede tomarse como
una traducción definitiva. Estos sistemas de traducción suponen solo una
herramienta de ayuda al estudiante y su resultado debe ser revisado
exhaustivamente por el autor del trabajo y/o por un revisor externo.
Veamos algunos ejemplos de abstracts de trabajos de fin de máster, del ámbito
de la astrofísica y la ingeniería eléctrica, respectivamente:
In this work we have conducted a detailed study of kinematics of stars with exoplanets. The
study focused on the stars with exoplanet confirmed by radial velocity and distance
determined by Hipparcos. We have collected all the necessary parameters for calculating the
Galactic space velocities (U, V, W), have identified the stars that are potential kinematics
members in young moving groups in the Galactic disk […] and, last, analysed their actual
membership and youth after gathering all available information in the literature (lithium,
abundance of lithium, rotation, magnetic activity).
(Ejemplo extraído de Rojas, 2011).

The current and future energetic situation is conditioned by the limited fossil fuel reserves.
This energetic situation affects specially the transportation sector, due to its higher energy
consumption. This fact, as well as the increasing environmental concern impulses the
research and development of alternative energy sources.
In the transportation sector, the internal combustion engine propelled by fossil fuel can be
substituted by electrochemical systems, such as the fuel cell, batteries or ultracapacitors. The
success for carrying out the implementation at large scale depends on the ability to solve
current problems of hydrogen storage and supply, cost and range.
In this Master Thesis, the dynamic model and simulation of a low temperature fuel cell PEM
and a lead acid battery VRLA is accomplished. The modelling of both systems can be
tackled from different points of view, such as fluid thermal, electrochemical, electric, etc.
due to the multi disciplinary nature of these technologies. In this thesis, an electric model
based on experimental work is presented for both systems. The tests carried out are current
interruption and electrochemical impedance spectroscopy tests.
Apart from the modelling and simulation of fuel cell and battery, a test bench for energy
sources is developed. This test bench is a hardware in the loop (HIL) simulation. This
methodology is extensively used in the aero spatial and automotive sectors to carry out test
on electronic control units or fault simulations, reducing cost, simplifying the installation
required and allowing a greater flexibility.
Therefore, a HIL simulation is performed, taking the battery as the hardware system and the
fuel cell and vehicle dynamics as the simulated systems. These two simulated systems
interact through power signals with the real battery as the simulation of these systems are
done through other equipments which simulate the behaviour of the fuel cell and the vehicle
dynamics.
(Ejemplo extraído de Gauchía, 2008).
Además del resumen y del abstract, en un trabajo académico suelen incluirse las
llamadas palabras clave. En el apartado 4 del capítulo 2 ya se avanzó que estas
palabras clave se corresponden con los términos más representativos del tema
tratado en el trabajo académico, que pueden ser tanto monoléxicos como
poliléxicos. En la tabla 1 se incluyeron asimismo algunas palabras clave de
trabajos académicos de ámbitos diferentes. No existe un número concreto de
palabras clave, pero suelen ofrecerse entre tres y seis, en función del trabajo.
Hay algunas instituciones académicas que solicitan un número concreto. El
estudiante debe informarse de ello.
De la misma manera que el resumen, las palabras clave deben seleccionarse al
finalizar el proceso de elaboración del trabajo académico, para que estas reflejen
adecuadamente el contenido definitivo de este. Una estrategia útil es extraerlas
del título o del objetivo (u objetivos) general del trabajo. Las palabras clave
deben aparecer también en el resumen. Veamos algunos ejemplos. En el
siguiente trabajo de fin de máster del ámbito de la arquitectura, las palabras clave
que acompañan al resumen coinciden con varios de los términos exactos que
aparecen en los objetivos (en negrita) o son términos relacionados
semánticamente (subrayados):

Palabras clave: Edificación, tipología estructural, asientos diferenciales, daño estructural,


sensibilidad, análisis estadístico, clustering.
Objetivos generales:
1. Clasificación y selección de las tipologías estructurales representativas de los edificios
de la ciudad de Barcelona.
2. Clasificación de los efectos producidos por los asientos, para cada uno de los tipos
representativos de edificios.
3. Desarrollo de modelos numéricos para la simulación del comportamiento de los edificios
ante asientos. Comprobación y validación de dichos modelos a partir datos reales.
4. Elaboración y ensayo de una herramienta predictiva del Nivel de afectación, mediante
redes neuronales. Comprobación y verificación con datos reales.
5. Clasificación de la sensibilidad de los distintos tipos de edificios ante asientos.
(Ejemplo extraído de Chirino, 2011).
En el siguiente trabajo de fin de grado, del ámbito de la publicidad y las
relaciones públicas, los dos términos principales del título aparecen a su vez
como palabras clave del trabajo:
Palabras clave: CSS, CzSS, satisfacción del cliente, satisfacción ciudadana, marketing
político, investigación de mercados, Administración pública, comunicación, Perú.
Título: Adaptación del CSS al marketing político
(Ejemplo extraído de Busquets, 2008).
En el caso de que se incluya el abstract en el trabajo académico, también es
necesario incluir las keywords, es decir, los términos equivalentes en inglés a las
palabras clave seleccionadas. Las keywords no son simplemente traducciones
literales de las palabras clave, sino que son las unidades terminológicas
empleadas en inglés para referirse a una misma realidad. Por este motivo, es
indispensable consultar bases de datos terminológicos o textos especializados
del ámbito, que permitan al estudiante seleccionar adecuadamente estas
unidades. Dos recursos son útiles para ello:
• La base de datos terminológicos multilingüe de la Unión Europea
(IATE): http://iate.europa.eu.
• La base de datos terminológicos multilingüe del centro de terminología de
la lengua catalana (TERMCAT): http://www.termcat.cat.
Las palabras clave en castellano deben incluirse con minúscula inicial (a no ser
que se trate de nombres propios o siglas), mientras que las keywords en inglés
pueden aparecer con mayúscula. Algunos ejemplos de keywords de trabajos
académicos del ámbito del periodismo, la informática y la formación del
profesorado son, respectivamente:
Keywords: iPad, design, mobile device, journalism in tablets.
(Ejemplo extraído de Lisboa, 2011).

Keywords: TIC, web, Social science, teenagers, interactive generation, digital age, tablets
smartphones, Apps.
(Ejemplo extraído de Bernabé, 2013).

Keywords: Resource Management, Scheduler, Cluster, Bioinformatics Applications.


(Ejemplo extraído de Ferreira, 2010).

7. Tablas, gráficos y figuras


En un trabajo académico es habitual añadir elementos visuales para ayudar al
lector a seguir el contenido del texto. Estos elementos pueden ser tablas,
gráficos, figuras e incluso fotografías. El tipo de elementos visuales incluidos en
un trabajo académico depende del ámbito especializado en el que este se
enmarca. Por ejemplo, en el ámbito de la arquitectura o del diseño suelen
incorporarse muchas figuras y fotografías, mientras que en el ámbito de la
economía o de las ciencias sociales es más habitual añadir tablas y gráficos.
Hay algunos apartados del trabajo académico en los que es más frecuente
incluir este tipo de elementos. Por ejemplo, son poco habituales en los apartados
de Introducción o Conclusiones, mientras que son muy frecuentes en los
apartados de Metodología (como ya se indicó en el apartado 5 del capítulo 2) y
de Resultados (como se vio en el apartado 7 del capítulo 2).
Con respecto a los elementos visuales en el apartado de la Metodología, estos
suelen ser tablas esquemáticas (tabla 2) o figuras, que pueden ser más o menos
complejas (por ejemplo, la figura 12 tiene un nivel de complejidad medio,
mientras que la figura 13 tiene un nivel de complejidad muy alto). La
complejidad depende de las fases y subfases de la metodología y de la
información que el estudiante considere pertinente añadir. Las figuras deben
ayudar al lector a entender el contenido del texto. No es mejor la figura más
compleja, sino la figura más clara e informativa.
En el apartado de Resultados es muy frecuente incluir tablas y gráficos que
reflejen los hallazgos del trabajo de campo, de los análisis y/o de los
experimentos del trabajo académico. Es obligatorio referenciar en el cuerpo del
texto cualquier tabla, figura, gráfico, etc., y también explicar los resultados. Es
decir, no basta con incluir los resultados en el interior de un elemento gráfico,
sino que hay que redactarlos (todos o, al menos, los más importantes). En el
apartado 7 del capítulo 2 se mostraron algunos ejemplos de explicaciones de
resultados en el cuerpo del trabajo, con sus correspondientes gráficos o tablas
(figuras 14 y 15).
Todas las tablas, gráficos, figuras y fotografías deben estar numeradas
consecutivamente y han de incluir un título representativo (normalmente debajo,
pero también puede ubicarse encima). Se recomienda que este título sea una
frase nominal y que no supere las dos líneas. El tamaño de letra del título suele
ser un punto o dos inferior al tamaño de la letra del cuerpo del texto. El punto
final en el título no es obligatorio, pero sí es obligatorio ser sistemático en todo
el trabajo.
Algunos ejemplos de títulos de figuras y de tablas de trabajos académicos de
ámbitos tan diferentes como la biblioteconomía, la traducción, la informática, la
astrofísica o la espeleología, que se corresponden con frases nominales, son,
respectivamente:
Figura 3. Esquema del sistema de archivo basado en librerías de cintas de Telecinco
(elaboración propia, basado en gráfico de José Ramón Luján)
(Ejemplo extraído de Noriega, 2014).

Figura 24. Dimensiones metodológicas de la investigación social (Bericat, 1998:62)


(Ejemplo extraído de Kuznik, 2007).

Figura 7. Esquema de un sistema multi-core con dos dominios de memoria


(Ejemplo extraído de Ferreira, 2010)
Tabla 2. Velocidades Radiales para estrellas Hipparcos con Exoplanetas
(Ejemplo extraído de Rojas, 2011).

Tabla 1. Características y procedencia de las capas de datos de información de partida


(Ejemplo extraído de Tena, 2013).
Las tablas pueden incluir contenido cualitativo o contenido cuantitativo,
en función de los resultados obtenidos, como ya se avanzó en el apartado 7 del
capítulo 2. Veamos un par de ejemplos de tablas, ambas extraídas de un trabajo
de fin de máster del ámbito de la arquitectura. La figura 27 muestra una tabla
cualitativa y la figura 28 una tabla cuantitativa. En ambos casos, el estudiante ha
ubicado los títulos encima de las tablas.

Figura 27. Ejemplo de tabla cualitativa (extraída de Chirino, 2011)

Figura 28. Ejemplo de tabla cuantitativa (extraída de Chirino, 2011)


Veamos ahora algunos ejemplos de figuras extraídas del mismo trabajo de fin
de máster. En la figura 29 se observa un diagrama que muestra el resultado de
uno de los experimentos realizados en el trabajo académico. En la figura 30 se
muestra un gráfico que refleja otro de los resultados obtenidos. En este caso, el
estudiante opta por ubicar los títulos de las figuras debajo y no encima.

Figura 29. Ejemplo de figura (extraída de Chirino, 2011)


Figura 30. Ejemplo de gráfico (extraído de Chirino, 2011)

Obtener diferentes tipos de gráficos a partir de tablas cuantitativas realizadas


en hojas de cálculo es muy sencillo. Por ejemplo, pueden realizarse con el
sistema Excel de Microsoft Office (Windows) o con el sistema Calc del
LibreOffice, que tienen funcionalidades muy similares. Grosso modo, los pasos
para realizar un gráfico en Excel son:
• Paso 1. Insertar los datos numéricos en un fichero Excel
• Paso 2. Seleccionar la tabla creada con el cursor
• Paso 3. Seleccionar el tipo de gráfico (Insertar > Gráficos): columna,
circular, barra, etc.
A continuación, el gráfico aparecerá automáticamente en el fichero de cálculo,
como puede verse en la figura 31.

Figura 31. Ejemplo de gráfico realizado a partir de una tabla en una hoja de cálculo Excel

Un último apunte con respecto a las imágenes: todas las tablas, figuras,
gráficos, fotografías, etc. que se extraigan de otras publicaciones tanto
electrónicas como en papel (trabajos académicos, libros, artículos, manuales,
etc.) o de Google Imágenes deben incluir su fuente correspondiente de manera
explícita. En caso contrario, el estudiante estará cometiendo un plagio.
8. Anexos
Los anexos son las páginas finales de un trabajo académico e incluyen
contenidos que, ya sea por su tamaño o por su menor relevancia, no son
susceptibles de ser incorporados en el cuerpo del texto. Los anexos deben
incluir un título representativo al inicio y su formato puede ser en papel o en
versión electrónica (por ejemplo, se pueden grabar en un CD-ROM). Algunos
contenidos que podrían aparecer en los anexos son, por ejemplo, textos que
forman parte de un corpus (en el ámbito de la lingüística o de la traducción),
planos (en el ámbito de la arquitectura), código de programación (en el ámbito
de la informática), fotografías o imágenes (en el ámbito del diseño), leyes (en el
ámbito del derecho), noticias de medios de comunicación (en el ámbito del
periodismo), etc.
Los anexos deben aparecer referenciados en el índice del trabajo. Veamos
algunos ejemplos de anexos de trabajos académicos del ámbito de la arquitectura
y de la salud:
ANEXO I. TABLA DE FRECUENCIAS GENERAL
ANEXO II. TABLA CONGLOMERADOS CLASIFICACIONES
ANEXO III. TABLA INVENTARIO GENERAL EDIFICACIONES (Incluido en CD)
ANEXO IV. BASE DE DATOS (Valores)
ANEXO V. BASE DE DATOS (Conglomerados)
(Ejemplo extraído de Chirino, 2011).

Anexo 1: Encuesta de recogida de datos FRCV


Anexo 2: IMC Clasificación
Anexo 3: Tablas
(Ejemplo extraído de Serrano, 2012).

9. Criterios de citación bibliográfica


Todo trabajo académico debe incluir un apartado de referencias bibliográficas.
En este apartado, es imprescindible referenciar todas las publicaciones
mencionadas en el cuerpo del texto. Asimismo, todas las referencias incluidas en
este apartado deberían aparecer mencionadas en el cuerpo del trabajo (a no ser
que se añada un subapartado de «Bibliografía consultada», que no tiene por qué
estar citada en el texto; sin embargo, habitualmente en trabajos de fin de grado o
de máster no se recomienda esta opción).
Para organizar el trabajo y ahorrar tiempo, se recomienda al estudiante
emplear un gestor de referencias bibliográficas. Se trata de herramientas que
permiten elaborar, mantener, organizar y compartir referencias bibliográficas de
cualquier género textual, como artículos de revista, libros, manuales, etc.
También permiten crear citas y listados de bibliografía en documentos de trabajo
con diferentes formatos de citación. Casi todas las universidades dan acceso a
sus estudiantes a algún gestor comercial, como por ejemplo el sistema Mendely12
o el sistema RefWorks13. Existen otros gestores de referencias bibliográficos de
código abierto, como Zotero14, que tienen las mismas funcionalidades. Si se
trabaja en LaTeX, será de utilidad el empleo de BibTeX15, una herramienta para
dar formato a listas de referencias, que facilita la realización de citas
bibliográficas mediante la separación de la información bibliográfica del cuerpo
del texto, mediante un fichero independiente que incluye las referencias y tiene
una extensión .bib.
El objetivo de los siguientes apartados no es ofrecer al estudiante una guía
exhaustiva de cómo realizar las referencias de su trabajo académico, ya que
existen multitud de publicaciones muy completas sobre este tema, sino ofrecer
algunas recomendaciones e información para realizar citaciones bibliográficas en
el cuerpo del texto y en el apartado de bibliografía, así como recursos y
materiales de consulta.

9.1. En el texto
En algunas instituciones académicas y en función del ámbito especializado del
trabajo, se utiliza un modelo concreto de citas bibliográficas. Por este motivo, el
estudiante debe informarse sobre las pautas de citación exigidas por su
institución o ámbito, tanto en el cuerpo del texto como en el apartado de
bibliografía. En el caso de que la institución no especifique esta cuestión, el
estudiante debe seleccionar un formato y emplearlo de manera sistemática en
todo el trabajo.
Algunas recomendaciones para realizar citas en el cuerpo del texto son:
• Siempre debe citarse al autor de una afirmación, idea, propuesta,
estrategia, metodología, etc., en caso de que se utilice en el trabajo académico.
En caso contrario, el estudiante estará cometiendo un plagio.
• Para citar en el cuerpo del texto, debe indicarse el autor o autores del
trabajo más el año entre paréntesis. Por ejemplo: García (2004); García, Pérez
y Sánchez (2004).
• Si hay más de tres autores de un trabajo suele incluirse únicamente el
primer autor más la indicación «et al.». Por ejemplo: García et al. (2004).
• Si se mencionan varios autores de trabajos diferentes, suelen incluirse
entre paréntesis separados por punto y coma. Por ejemplo: (Barratt, 1994;
Parker y Bagby, 1997).
• Si se realiza una cita literal, el texto citado debe aparecer entre comillas.
Asimismo, es obligatorio incluir el número de página en la cita, después del
año de publicación. Esta información se suele separar con un punto y coma o
dos puntos, o incluso con una coma y la abreviatura de página. Por ejemplo:
García (2004; 30), García (2004: 30) o García (2004, pág. 30), en función del
modelo de cita empleado. El siguiente ejemplo ilustra una cita literal en el
cuerpo del texto:
Según Hurtado Albir (Hurtado Albir, 2001:643) la traducción se puede definir como un
«proceso interpretativo y comunicativo que consiste en la reformulación de un texto con los
medios de otra lengua y que se desarrolla en un contexto social y con una finalidad
determinada».
(Ejemplo extraído de Kuznik, 2007).
• Si no se cita literalmente, sino que se realiza una reformulación o
paráfrasis de una idea de otro autor, el texto no debe aparecer entre comillas y
tampoco se incluye el número de página en la referencia, como ocurre en el
ejemplo siguiente.
A continuación, en los epígrafes que siguen, presentamos el modelo del proceso de
ejecución de las traducciones de Gouadec (2005) donde veremos el concepto de tarea como
operación en una secuencia productiva.
(Ejemplo extraído de Kuznik, 2007).
• Normalmente, las citas literales de menos de tres líneas aparecen
insertadas en el mismo párrafo. En cambio, las citas que superan las tres líneas
suelen separarse del texto principal con un salto de línea y destacarse con un
tamaño de letra, tipo de letra, interlineado o sangría diferente, como ocurre en
el siguiente ejemplo:
La definición de proceso de trabajo (productivo) que adoptamos en esta investigación es la
que proponen Verd et al. (2007) en el campo de la Sociología del Trabajo:
«De este modo, el concepto de proceso de trabajo por el que optamos lo entiende como (i)
un conjunto de interacciones (de diferente naturaleza, fácticas, cognitivas...), (ii) entre
sujetos sociales (individuos o grupos) e instrumentos, (iii) llevadas a cabo en una situación
determinada espacio-temporal y (iv) en contextos (de orden más o menos limitado desde
los más inmediatos hasta los más genéricos y de naturaleza diversa, económico,
organización productiva, etc.), (v) en vistas a la modificación material o simbólica de un
producto.» (Verd et al. 2007:150)
(Ejemplo extraído de Kuznik, 2007).

9.2. En la sección de bibliografía


En el blog de la bibliotecaria M.ª Luisa Álvarez titulado Infobiblio (Álvarez,
2012), se incluye una sección muy completa sobre los principales estilos de citas
bibliográficas, que recomiendo a cualquier estudiante interesado en el tema.
Aquí ofrezco un resumen de la información sobre estilos que aparece en este
blog especializado:
• Estilo Harvard referencing. La lista de referencias se incluye al final del
documento y se ubica a los autores por orden alfabético. Si un autor tiene
varias citas, sus referencias se ordenan cronológicamente. Este estilo de
citación se aplicó a la mayoría de los posteriores estilos bibliográficos, como
MLA y APA.
• Estilo Chicago (CMS) (CMOS). Usado especialmente en los ámbitos
de la historia, las ciencias sociales, el arte, la musicología y la literatura.
• Estilo Turabian. Usado especialmente en el ámbito de las humanidades.
• Estilo MLA. Es el estilo de la Modern Language Association. Usado
especialmente en el ámbito de las humanidades.
• Estilo Vancouver (URM). Usado especialmente por las principales
revistas del ámbito de la medicina.
• Estilo APA. Usado especialmente en el ámbito de la psicología y las
ciencias sociales.
• Estilo AMA. Es el estilo de la American Medical Association.
• Estilo ACS. Es el estilo de la American Chemical Society.
• Estilo IEEE. Usado especialmente en el ámbito de la ingeniería y de la
informática.
• Estilo CSE-CBE. Usado especialmente en el ámbito de la biología, la
biomedicina y la bioquímica.
• Estilo MHRA. Usado especialmente en el ámbito de las humanidades.
También en muchas universidades se ofrecen recursos y materiales sobre
criterios de citación de referencias bibliográficas. Un ejemplo es el Servei
Lingüístic de la UOC (en línea):
http://www.uoc.edu/serveilinguistic/home/index.html.
El estudiante debe seleccionar un estilo de citación y ser sistemático a la hora
de emplearlo en la redacción de sus citas bibliográficas. Asimismo, no debe
olvidar que, dentro de cada estilo, cada género textual tiene su propio formato
de citación. Es decir, no se cita del mismo modo un libro, un capítulo de libro,
un artículo de revista, un artículo de unas actas de un congreso, una tesis
doctoral, un trabajo de fin de grado o de máster, un informe, etc.

10. Errores lingüísticos frecuentes: recomendaciones


para evitarlos
A partir de mi experiencia como profesora de materias relacionadas con la
elaboración de textos especializados y como directora de trabajos académicos,
he realizado una selección de los errores más frecuentes que los estudiantes
suelen cometer en este tipo de trabajos. Así pues, el objetivo de este apartado no
es ofrecer una recopilación exhaustiva de normas de redacción, sino realizar una
selección de los errores más frecuentes que he encontrado en trabajos de
estudiantes y que pueden ser útiles para otros estudiantes que se encuentren en
el proceso de redacción de un trabajo académico, especialmente de fin de grado
o de máster. Para ilustrar cada recomendación, ofrezco varios ejemplos de
errores extraídos de trabajos académicos (anonimizados). Estos trabajos se
realizaron en el marco de la asignatura Gestión de Empresas Turísticas de la
Escuela de Turismo Sant Ignasi (ESADE) de la Universitat Ramon Llull en
Barcelona, durante tres años académicos en los que participé como profesora
invitada con la sesión «Saber escribir es saber comunicarse». La lista que se
ofrece a continuación incluye simplemente algunas recomendaciones, pero
existen muchas otras, que pueden consultarse en manuales de redacción
especializados. Para el estudiante interesado en mejorar sus habilidades en
escritura en general recomiendo las obras de Cassany (1989, 1995) y, para aquel
que quiera profundizar más sobre escritura académica, recomiendo
especialmente el manual de escritura académica y profesional de Montolío
(2014a, 2014b).
Antes de comenzar, sugiero al estudiante que durante el proceso de
elaboración de su trabajo académico utilice diccionarios, bases de datos
terminológicos, correctores automáticos, etc. Por ejemplo:
• Corrector ortográfico y gramatical incluido en el procesador de texto del
Word.
• Corrector ortográfico y gramatical LanguageTool:
https://www.languagetool.org.
• Diccionario de la Real Academia Española (DRAE):
http://buscon.rae.es/drae.
• Diccionario Clave: http://clave.librosvivos.net.
• Diccionarios incluidos en WordReference:
http://www.wordreference.com.
• Base de datos terminológicos multilingüe de la Unión Europea (IATE):
http://iate.europa.eu.
Un trabajo académico de cualquier tipo es a su vez un texto especializado y,
por tanto, debe cumplir las características globales de este tipo de textos:
precisión, concisión, sistematicidad, impersonalidad y objetividad (Cabré, 1999).
Las siguientes recomendaciones se encuentran en esta línea:
1. Mantener la coherencia con respecto al sujeto del trabajo. Este error es
muy frecuente en trabajos académicos: el estudiante combina de manera
aleatoria la primera persona del singular (por ejemplo, «yo») con la primera
persona del plural (por ejemplo, «nosotros»). Esto por supuesto tiene
repercusión en las formas verbales empleadas, que también aparecerán
combinadas aleatoriamente, como ocurre en los ejemplos siguientes:

En este trabajo presento una propuesta relacionada con la oferta hotelera en Barcelona.
Ofreceremos una panorámica de los hoteles vacacionales […].
En este hotel haremos que el cliente se sienta como en casa. […] En la propuesta
económica desgloso los gastos asociados al proyecto.
Para evitar este error, antes de comenzar a escribir el trabajo académico, el
estudiante debe reflexionar sobre qué posición adoptar en su trabajo:
a) El estudiante es el autor único del trabajo académico ð En este caso, deben
emplearse los verbos en primera persona del singular (por ejemplo, «analizo»,
«estudio»).
b) Aunque el estudiante es el autor principal del trabajo académico, por
deferencia a su/s director/es o por modestia académica, decide emplear el plural
mayestático ð En este caso, deben utilizarse los verbos en primera persona del
plural (por ejemplo, «analizamos», «estudiamos»).
Una vez adoptada una posición, esta debe conservarse a lo largo de todo el
trabajo de manera sistemática. No obstante, también puede combinarse la
opción elegida con formas verbales impersonales, muy habituales para favorecer
el tono impersonal que debe mantenerse en textos especializados (por ejemplo,
«se ha analizado», «se ha estudiado»).
2. Mantener la coherencia de los tiempos verbales. También es frecuente
observar en trabajos académicos que el estudiante no ha sido sistemático en
cuanto a los tiempos verbales, es decir, que ha combinado aleatoriamente
tiempos en presente, pasado o futuro. Veamos los ejemplos siguientes:
En este estudio se muestra un resumen de los principales factores que deben tenerse en
cuenta. Se ofrecerán también pautas para el diseño de nuevos planes de actuación.
En esta sección indicamos las características que el camping debería incluir. También
hemos destacado las limitaciones que hemos encontrado.
En el primer caso se observa una combinación de verbos en presente y futuro,
mientras que en el segundo caso la combinación se realiza entre un verbo en
presente y uno en pasado. Para evitar esta falta de sistematicidad, el estudiante
debe reflexionar antes de comenzar a redactar su trabajo académico sobre la
posición temporal que quiere adoptar. Si elige los tiempos en pasado, hace más
hincapié en el hecho de que el trabajo ya ha sido realizado y que ahora lo está
dejando por escrito. Si elige los tiempos en futuro, se pone más en la piel del
lector, que irá conociendo el trabajo a medida que vaya leyendo el texto. El
presente es el tiempo verbal más neutro y el más sencillo de utilizar en un
trabajo académico; por lo tanto es el que recomiendo. De todas maneras, la
posición temporal adoptada es un rasgo estilístico del autor sin mayores
consecuencias. Lo que es realmente relevante es que, una vez adoptada dicha
posición, se mantenga en todo el trabajo de manera coherente.
3. Evitar oraciones demasiado largas. A no ser que el estudiante sea un
experto en redacción, se recomienda no abusar de las frases subordinadas o
coordinadas dentro de una misma oración, ya que con mucha frecuencia se
inserta este tipo de frases de manera incorrecta. Esto genera oraciones largas e
incoherentes que provocan que el mensaje que se quiere transmitir no llegue al
receptor adecuadamente. En los ejemplos siguientes, de 63 y 41 palabras
respectivamente, se observa esta situación:
Se intenta crear un ambiente en el que todos puedan ganar, ya que los turistas que se
hospeden en los hoteles de la cercanía pueden visitar nuestras instalaciones y disfrutar de
nuestros servicios, así como turistas que deseen venir un fin de semana a disfrutar de
nuestros servicios pueden hacer uso de los servicios de los hoteles de la zona para mayor
comodidad.
Se entiende que Club Thalasso desarrollará un centro de última generación, para dar un
servicio único y exclusivo para dar un valor añadido a nuestro público objetivo, el cual está
enfocado a parejas, hombres y mujeres con un poder adquisitivo alto.
4. No separar el sujeto del verbo por signos de puntuación. La estructura
sintáctica más habitual en castellano es «sujeto + verbo + complementos» y es la
más recomendable en textos académicos. Sin embargo, uno de los errores más
frecuentes es separar el sujeto y el verbo por una coma. En los ejemplos
siguientes se ha marcado en negrita el sujeto y se ha marcado el verbo en
cursiva. Como puede observarse, entre ambos elementos se ha añadido una
coma, lo cual es incorrecto:

Los diferentes espacios gustosamente diseñados, tendrán un aire vanguardista dentro de


un entorno histórico-modernista [...].
Los 12.671 m2 de superficie que poseemos, nos permitirán crear un entorno idílico rodeado
de agradables zonas ajardinadas y con amplios espacios [...].
Un factor que añade valor a nuestro establecimiento, es el edificio en el que nos
localizamos.
5. Insertar la puntuación adecuadamente. Un error muy frecuente en este
sentido está relacionado con la ausencia o la inserción incorrecta de las comas.
Veamos los siguientes ejemplos:
Este club estará situado al lado de la zona comercial Diagonal Mar, y por lo tanto, muy
cercano a los hoteles de lujo situados por esta zona [...].
[...] por un lado, las vistas al mar, la playa, etc. y por el otro, las vistas a la ciudad
cosmopolita.
Resumiendo la misión del Nightlifecruise sería la creación de una ruta en crucero dedicada
a la fiesta nocturna por el Mediterráneo para un segmento específico.
Por otro lado, consideramos que para nuestra propuesta de establecimiento hotelero, la
calidad en el servicio no es suficiente.
Cuando se introduce un conector, como los que se han destacado en negrita
en los dos primeros ejemplos, es necesario insertar dos comas: una justo antes
del conector y otra justo después. Es decir, en estos casos, la puntuación
correcta sería: «[…] y, por lo tanto, […]» y «[…] y, por el otro, […]». Un caso
similar es el de los incisos. Cuando se incluyen incisos en una oración, es
necesario situarlos entre comas. En el tercer ejemplo es necesario insertar una
coma después del inciso marcado en negrita (por ejemplo, «Resumiendo, […]»)
para que la oración no lleve a confusión. En el cuarto ejemplo, como el inciso se
encuentra en el interior de una oración en vez de al inicio, es obligatorio ubicarlo
entre comas (por ejemplo, «[…], para nuestra propuesta de establecimiento
hotelero, […]).»
6. Utilizar los conectores adecuados. La inserción de conectores
discursivos es fundamental para mantener la coherencia y la cohesión del texto.
Sin embargo, si se insertan, debe hacerse de manera adecuada. En los siguientes
ejemplos se observan algunos fallos habituales (se han destacado los conectores
en negrita):

La posible competencia más cercana geográficamente es el Hotel Sansi Diputación de 4


estrellas. Por otro lado el competidor más importante es el Hotel Casa Fuster [...].
En primer lugar, nuestro establecimiento se encuentra en un espacio excepcional en la
ciudad. […] Por otro lado, consideramos que para nuestra propuesta de establecimiento
hotelero, la calidad en el servicio no es suficiente.
No es únicamente un lugar vacacional de sol y playa, es una combinación de productos y
servicios que diferencian nuestro camping del resto de la competencia, minimizando riesgos
y maximizando oportunidades.
Analizar los diferentes espacios del edificio con tal de ordenar, ubicar y diseñar las
diferentes estancias del futuro hotel […].
Los dos primeros errores tienen que ver con los conectores dobles. En el
primer caso, el estudiante ha insertado el conector «Por otro lado» en la segunda
oración, pero no ha insertado «Por un lado» en la primera, lo cual no es
adecuado, ya que este conector sirve para indicar una correlación entre dos
elementos y es necesario marcarlos explícitamente para mantener la coherencia
del texto. En el segundo caso, el estudiante sí ha incluido un marcador en cada
una de las oraciones para marcar esta correlación, pero no lo ha hecho
adecuadamente, ya que los dos marcadores introducidos, «En primer lugar» y
«Por otro lado», no se correlacionan entre ellos. La correlación adecuada sería
«En primer lugar» y «En segundo lugar», o bien «Por un lado» y «Por otro lado»
(dependiendo de si se quiere hacer más hincapié simplemente en un lista de
elementos o en una contraposición). En el tercer ejemplo, el estudiante ha
insertado en una misma oración dos oraciones con verbo principal pero las ha
unido simplemente por una coma, lo cual no es del todo adecuado. Y más
teniendo en cuenta que en la primera de ellas indica «No es únicamente […]».
En este caso, al inicio de la segunda oración sería conveniente insertar el
conector «sino que», para reflejar la correlación entre ambas oraciones (por
ejemplo, «No es únicamente […], sino que es […]»). Finalmente, en el cuarto
ejemplo, el estudiante buscaba reflejar una finalidad o un objetivo, pero ha
errado en el conector empleado, ya que «con tal de» no tiene esta función.
Debería haber empleado otro conector, como «para», «con el objetivo de», «con
la intención de», etc.
Para saber más sobre mecanismos de cohesión y conectores discursivos
recomiendo la lectura de Montolío (2001, 2014c) y Portolés (2001).
7. Mantener la coherencia en las correferencias. Las correferencias deben
mantener una concordancia en género y en número, ya que, de otra manera, el
resultado resulta incoherente, como ocurre en los ejemplos siguientes, en los que
se han destacado en negrita los elementos correlacionados inadecuadamente en
cada oración:
El resultado de esta idea dará lugar a un producto turístico ideal para gente joven, de 18 a 30
años, nacional e internacional, atraídos por la belleza de la Costa Brava, así como también
por la fiesta y la diversión.
Catamaranes a disposición de alquiler para nuestros clientes, lo que le permitirá cierta
privacidad.
Personas de nivel adquisitivo alto, nacional pero especialmente se esperan turistas
extranjeros.
8. Utilizar las preposiciones adecuadas. Otro error muy frecuente tiene
que ver con las preposiciones utilizadas en las oraciones. A continuación pueden
verse algunos ejemplos incorrectos:
Además, este complejo consta con una zona de restauración y comercios náuticos
destinados a las necesidades del cliente.
El Club Thalasso quiere crear un centro de Talasoterapia a primera línea de playa en la
ciudad de Barcelona.
Los objetivos generales y estratégicos de nuestra empresa con relación con el desarrollo de
este tipo de actividades [...].
En el primero, la preposición asociada al verbo «constar» es «de» y no «con».
En el segundo, la frase que introduce la preposición debe comenzar por «en»
(por ejemplo, «en primera línea de playa»), en vez de por «a». En el tercero, el
conector discursivo adecuado sería «en relación con» o «con relación a», pero
nunca «con relación con».
9. Evitar palabras o construcciones «literarias». En ocasiones, el estudiante
que se enfrenta al reto de escribir un trabajo académico incluye elementos que
no utiliza en su vida diaria, pensando que dan un toque más especializado o
literario a su texto. Sin embargo, esta estrategia no es muy conveniente, porque
puede llevar a casos que suenan extraños o que causen confusión al lector, como
ocurre en los ejemplos siguientes:

Encontrar un «hueco» en el mercado barcelonés, sin competir fuertemente con otros


establecimientos del mismo tipo, ya que Club Thalasso es el primero en Barcelona.
Aparte, se dispondrá primeramente de una nave tipo catamarán, para realizar excursiones
por la zona.
Los diferentes espacios gustosamente diseñados, tendrán un aire vanguardista dentro de un
entorno histórico-modernista [...].
Este camping será una propuesta vacacional diferente y de gran valor añadido que de bien
seguro que va a atraer a gran cantidad de público gay y gayfriendly.
10. Evitar el uso incorrecto o abusivo de las formas verbales en
gerundio. En castellano, el gerundio únicamente se puede utilizar en casos de
simultaneidad de dos acciones (por ejemplo, «Me ducho cantando»; es decir, «A
la vez que me ducho, canto»). Sin embargo, por influencia del inglés, donde el
gerundio se emplea en muchas otras situaciones, se ha observado una tendencia
de los estudiantes a usarlo con mucha frecuencia en funciones que no le
corresponden, como por ejemplo para indicar un resultado o la manera de
realizar una acción, o para sustituir una frase de relativo (por ejemplo,
«abarcando» en vez de «que abarca»), como se observa en los ejemplos
siguientes:
El producto se dirige a un segmento de mercado principalmente joven abarcando a clientes
entre los 18 y 28 años.
Será un público aficionado a salir de noche disfrutando de las discotecas y los locales con
más renombre en el momento actual.
El objetivo es crear una identidad propia, cuidando la estética de nuestro camping siendo
coherente con la arquitectura de los pueblos costeros del Mediterráneo.
Dar la máxima calidad de servicio a través de las más modernas y avanzadas instalaciones,
con los mejores profesionales del sector, personalizando todos los servicios que ofrecemos
e innovando en todo momento.
11. Mantener la sistematicidad en todos los elementos del texto. La
sistematicidad es uno de los rasgos clave en un texto especializado y debe
mantenerse en todos los elementos del texto. Aunque ya se ha mencionado la
sistematicidad en relación con el sujeto y los tiempos verbales del trabajo
académico, esta debe mantenerse también en cualquier otro elemento del texto,
como por ejemplo en la ortografía, las mayúsculas, la numeración, la puntuación,
etc. En los ejemplos siguientes se observan casos de falta de sistematicidad en
estos elementos, destacados en negrita:

Al estar situado en un lugar de gran afluencia hotelera, nuestros clientes serán tanto
residentes de Barcelona como turistas que vienen solo para desconectar y hacerse un
tratamiento de Talasoterapia. Club Thalasso es un centro dedicado exclusivamente a la
Thalasoterapia [...].
La posible competencia más cercana geográficamente es el hotel Sansi Diputación de 4
estrellas. Por otro lado el competidor más importante es el Hotel Casa Fuster [...].
[…] tours y excursiones, 1 supermercado y un parque infantil.
Los componentes principales de nuestro producto son:
• Atención personalizada y esmerada
• Entorno arquitectónico modernista, histórico y lujoso
• Paz y tranquilidad en espacios acogedores para un descanso físico y mental.
12. Evitar repeticiones en una misma oración o en oraciones contiguas.
En ocasiones es inevitable repetir ciertos elementos en una misma oración o en
oraciones muy próximas en el texto, especialmente si se trata de términos clave
en el ámbito que no tengan posibilidad de sustitución por un sinónimo. Sin
embargo, es recomendable evitar repeticiones innecesarias de conectores,
verbos, determinantes, etc., por medio de sinónimos o paráfrasis. En los
ejemplos siguientes se muestran casos en que las repeticiones (marcadas en
negrita) son innecesarias y se podrían haber evitado fácilmente:
Se intenta crear un ambiente en el que todos puedan ganar, ya que los turistas que se
hospeden en los hoteles de la cercanía pueden visitar nuestras instalaciones y disfrutar de
nuestros servicios, así como turistas que deseen venir un fin de semana a disfrutar de
nuestros servicios pueden hacer uso de los servicios de los hoteles de la zona para mayor
comodidad.
Por encima de todo es una empresa que busca mostrar una imagen joven y fresca, que
quiere por encima de todo la diversión del cliente.
Algunas de nuestras premisas principales para nuestra empresa son:
Se entiende que Club Thalasso desarrollará un centro de última generación, para dar un
servicio único y exclusivo para dar un valor añadido a nuestro público objetivo, el cual está
enfocado a parejas, hombres y mujeres con un poder adquisitivo alto.
13. Diferenciar entre «deber + tener» y «deber + de + tener». Es muy
habitual la confusión entre estas dos estructuras. La primera indica
obligatoriedad, mientras que la segunda refleja una suposición. En los siguientes
ejemplos se han seleccionado estructuras incorrectas:

El camping debe de tener las siguientes características: […].


En esta temporada, la ciudad debe tener unos 200.000 turistas aproximadamente […].
En el primer ejemplo, el estudiante quería hacer hincapié en unas
características específicas que necesitaba tener el camping detallado en su trabajo
académico; por tanto, la opción correcta sería «debe tener». En el segundo
ejemplo, el estudiante hace un cálculo aproximado de turistas en una temporada
determinada, es decir, realiza una suposición que nada tiene que ver con una
obligación; por tanto, la opción adecuada sería «debe de tener».
14. No cometer errores de acentuación o de ortografía. Aunque esta
recomendación parezca banal, es increíble la cantidad de errores de este tipo que
se encuentran en trabajos académicos. Es imprescindible que el estudiante revise
cuidadosamente estas cuestiones, que restan calidad al producto final de su
trabajo. Ya se han mostrado algunos recursos y herramientas para revisar el
texto, como los correctores ortográficos y gramaticales del procesador de textos
(Word, Writer, etc.) y del LanguageTool, pero es necesario tener en cuenta que
estos correctores no son capaces de corregirlo todo. Veamos algunos ejemplos:
Formula urbana
Va a atraer a gran cantidad de publico gay.
Nightlifecruise propone un recorrido por el mediterráneo haciendo escala en las ciudades
más famosas por su vida nocturna.
Hoteles en la costa Brava
En los cuatro casos destacados con negrita hay errores que un corrector
automático quizás no puede detectar, ya que esas palabras sí existen con esta
forma y pueden utilizarse en otros contextos. En los dos primeros, se trata de
casos de falta de acentuación. Son errores que se producen porque algunas
palabras pueden ser verbos o nombres en función del contexto: «formula»
(verbo) versus «fórmula» (nombre), y «publico» (verbo) versus «público» (nombre).
Los dos últimos ejemplos son casos de ausencia de mayúscula inicial. La
confusión proviene del hecho de ser palabras que pueden emplearse tanto en
mayúscula como en minúscula, en función del contexto: «mediterráneo»
(adjetivo) versus «Mediterráneo» (nombre propio), y «costa» (nombre común)
versus «Costa» (parte del nombre propio «Costa Brava»).
15. Restringir el uso de mayúscula inicial. Solo debe emplearse la
mayúscula inicial en palabras que realmente lo necesiten, como nombres propios
de personas, establecimientos, ciudades, países, ríos, técnicas, instituciones,
organismos, etc. Existe la tendencia entre algunos estudiantes de utilizar la
mayúscula inicial para destacar alguna palabra del texto, lo cual es incorrecto,
como ocurre en los ejemplos siguientes:

Al estar situado en un lugar de gran afluencia hotelera, nuestros clientes serán tanto
residentes de Barcelona como turistas que vienen sólo para desconectar y hacerse un
tratamiento de Talasoterapia.
Se trata de una fórmula Urbana.
Pueblo de Sitges, Playa, Golf, ambiente nocturno.
Camping Multiproducto con una segmentación de mercado muy concreta.
16. Acentuar las letras en mayúscula. En un trabajo académico, se
recomienda evitar fragmentos de texto escritos en mayúscula. De todas maneras,
en caso de hacerlo (por ejemplo, en los títulos de los apartados), estos deben
acentuarse normalmente, es decir, no pueden obviarse los acentos gráficos,
como ocurre en los ejemplos siguientes, marcados en negrita:
GESTION DE UNA EMPRESA TURISTICA
CONFLICTO Y FILOSOFIA DEL CAMPING
17. Asignar la misma categoría gramatical y el mismo tiempo verbal (en
caso de ser verbos) a todos los elementos de una lista. En un trabajo
académico suele haber multitud de listas y es muy frecuente que los estudiantes
olviden este principio básico. En los ejemplos siguientes se muestran casos
incorrectos y propuestas de solución:
Incorrecto:
Los objetivos generales y estratégicos del Club Thalasso son los siguientes:
Posicionamiento en el mercado
Lograr atraer al público objetivo
Conseguir fidelización de los clientes
Correcto:
Los objetivos generales y estratégicos del Club Thalasso son los siguientes:
Obtener posicionamiento en el mercado
Lograr atraer al público objetivo
Conseguir fidelización de los clientes

Incorrecto:
Los objetivos generales o estratégicos de Rainbow Sitges en relación con el desarrollo de un
camping en la costa mediterránea son los siguientes:
• Asegurará el éxito del lanzamiento del camping a corto plazo.
• Generar y retener el máximo valor posible en el menor plazo posible.
• Realizar una importante estrategia de Marketing [...].
• Asegurar un equilibrio y una rentabilidad a medio y largo plazo [...].
• Crear un destino vacacional (gay).
• Fidelización del cliente.
• Innovación en nuestros productos y servicios.

Correcto:
Los objetivos generales o estratégicos de Rainbow Sitges en relación con el desarrollo de un
camping en la costa mediterránea son los siguientes:
• Asegurar el éxito del lanzamiento del camping a corto plazo.
• Generar y retener el máximo valor posible en el menor plazo posible.
• Realizar una importante estrategia de Marketing [...].
• Asegurar un equilibrio y una rentabilidad a medio y largo plazo [...].
• Crear un destino vacacional (gay).
• Conseguir fidelización de clientes.
• Innovar en nuestros productos y servicios.

Incorrecto:
Planes de actuación previos para conseguir los objetivos:
• Analizar los diferentes espacios del edificio [...].
• Adecuación del edificio, reformas y acondicionamiento de los diferentes espacios
respetando la arquitectura del mismo.
• Elaboración de un proyecto técnico [...].
• Ofrecer servicios y espacios complementarios que generen valor añadido.
• Desarrollar actividades de promoción y publicidad.

Correcto:
Planes de actuación previos para conseguir los objetivos:
• Analizar los diferentes espacios del edificio [...].
• Llevar a cabo la adecuación del edificio, reformas y acondicionamiento de los diferentes
espacios respetando la arquitectura del mismo.
• Elaborar un proyecto técnico [...].
• Ofrecer servicios y espacios complementarios que generen valor añadido.
• Desarrollar actividades de promoción y publicidad.
18. Acentuar correctamente los pares «dónde/donde»,
«cuándo/cuando», «qué/que», «cómo/como», «sólo/solo», «éste/este»,
etc. Los correctores ortográficos también tienen dificultades para detectar si
estas palabras deben aparecer acentuadas, así que es importante que el estudiante
las revise en su trabajo final. «Dónde», «cuándo», «qué» y «cómo» solo se
acentúan en caso de interrogación (directa o indirecta). Aunque mucha gente
aún se resiste a seguir esta norma, según las indicaciones actuales de la Real
Academia Española, los pronombres «este», «ese», «estos», etc. solo deben
acentuarse en caso de que lleven a confusión entre el pronombre y el
determinante demostrativo. Lo mismo ocurre con «solo», que únicamente debe
acentuarse si en el texto puede existir algún tipo de confusión entre sus dos
significados (solamente versus sin compañía). En los ejemplos siguientes se
observan algunos casos de errores:
El local constará de un pequeño front-office para la atención al público y de un almacén dónde
se guardarán todas las herramientas que quieran ser alquiladas para las actividades.
Al estar situado en un lugar de gran afluencia hotelera, nuestros clientes serán tanto
residentes de Barcelona como turistas que vienen sólo para desconectar y hacerse un
tratamiento de talasoterapia.
Existen cuatro puntos de referencia importantes en el camping: el mar, su localización
cercana al pueblo de Sitges, las actividades de ocio y la imagen gay que éste tiene.
Considerando el producto que se ofrece a los clientes, se adaptarán los camarotes y las
instalaciones para mejorar el confort de éstos.
En resumen, es importante que el estudiante revise cuidadosamente la
redacción de su trabajo académico, para que los errores de forma no resten
calidad al producto final escrito. Para ello, es muy útil emplear herramientas y
recursos como diccionarios, traductores, correctores, etc., pero también seguir
las recomendaciones ofrecidas en este apartado, las normas básicas de redacción
en castellano y otras indicaciones incluidas en obras especializadas en redacción
académica. Es evidente que el contenido del trabajo es lo más importante pero,
sin duda, una redacción adecuada, fluida y sin errores le aportará un plus de
calidad, que ya se espera de antemano en trabajos académicos de fin de grado o
de fin de máster.

1. https://es.libreoffice.org.

2. https://www.openoffice.org.

3. http://nokyotsu.com/latex.

4. http://es.wikibooks.org/wiki/Manual_de_LaTeX.

5. https://es.sharelatex.com.

6. https://www.overleaf.com.

7. http://www.upf.edu/masterlinguistica/es/research.

8. http://estudios.uoc.edu/es/grados.

9. http://estudios.uoc.edu/es/grados.

10. http://derecho.ua.es/es/documentos/estudios/portada-tfg.docx.

11. http://www.upf.edu/dtcl/formacio/informacio/PORTADA_TFM.pdf.

12. http://www.mendeley.com.

13. https://www.refworks.com.

14. https://www.zotero.org.

15. http://es.wikipedia.org/wiki/BibTeX.
Capítulo IV
La defensa oral del trabajo académico

Como ya se avanzó en el apartado 9 del capítulo 2, en la mayor parte de


universidades españolas, uno de los requisitos para obtener un título académico
(ya sea de grado, de máster o de doctorado) es la defensa oral del trabajo
académico final frente a un tribunal formado por profesores y/o investigadores
especialistas en el ámbito del trabajo. Normalmente, este tribunal evalúa, por un
lado, el trabajo académico escrito y, por otro, la defensa oral, para otorgar una
calificación final al estudiante. En la defensa oral, el tribunal tiene en cuenta
tanto la presentación oral para la defensa del trabajo como la presentación con
diapositivas que apoya la presentación oral.
Este capítulo se centra, precisamente, en la defensa oral del trabajo académico.
Se tratan varios temas, como los sistemas de creación de presentaciones, el
formato de la presentación con diapositivas, las características básicas que deben
mantener dichas diapositivas, y la estructura y los contenidos prototípicos de la
presentación. También en este capítulo se incluyen algunas indicaciones para
evitar errores lingüísticos frecuentes en las presentaciones orales y consejos
prácticos para el acto de la defensa.

1. Sistemas de creación de presentaciones


La primera decisión que debe tomar el estudiante a la hora de preparar una
presentación de diapositivas para la defensa oral de su trabajo es el sistema
informático que utilizará. Las opciones principales son las siguientes: a)
Microsoft Office PowerPoint de Windows, b) Impress del LibreOffice,1 c)
Impress del OpenOffice2 y d) Prezi.3 Tal como ocurre en el caso de los
procesadores de texto, el Microsoft Office PowerPoint de Windows es el más
empleado, aun siendo de pago. No obstante, los sistemas de creación de
presentaciones del LibreOffice y del OpenOffice tienen prácticamente las
mismas funcionalidades, y son gratuitos y de código abierto, por lo que están
ganando cada vez más usuarios. Todos estos sistemas deben descargarse en el
ordenador para trabajar en local y disponen de diferentes plantillas.
En las figuras 32 y 33 se muestra la pantalla inicial del sistema de creación de
presentaciones de Windows y del LibreOffice, respectivamente. Como puede
observarse, el formato y la estructura son muy similares.

Figura 32. Pantalla principal del Microsoft Office PowerPoint de Windows

Figura 33. Pantalla principal del Impress del LibreOffice


Otra opción interesante es Prezi, un sistema de creación de diapositivas
menos tradicional y en línea, que ayuda a diseñar presentaciones más dinámicas,
originales y artísticas. Parte de la idea de que realizar una presentación es como
contar una historia e integra varias plantillas para ofrecer al usuario la posibilidad
de expresar sus ideas como una «metáfora visual». Permite mostrar la imagen
general de cada diapositiva para después hacer fijarse en los diferentes detalles
del contenido. Con respecto al acceso, dispone de varias modalidades en
función de diferentes factores, como el nivel de privacidad de las presentaciones
o el espacio de almacenamiento. Tiene una versión gratuita que permite realizar
presentaciones en línea y cuenta con 100 Mb de almacenamiento, con la única
condición de que la presentación sea visible públicamente. En la figura 34 se
muestra la pantalla de selección de plantillas del sistema Prezi.

Figura 34. Pantalla de selección de plantillas del sistema de creación de presentaciones Prezi
2. Formato de la presentación
Una vez seleccionado el sistema de creación de presentaciones, el estudiante
debe averiguar si su institución académica exige algún tipo de requisito con
respecto al formato de la presentación. En caso de que la institución no ofrezca
pautas en este sentido, el estudiante debe tomar decisiones al respecto.
En este apartado, me centraré sobre todo en los sistemas de creación de
presentaciones más tradicionales. En ellos, antes de comenzar a trabajar, es
fundamental crear un patrón de diapositivas, para determinar el formato de las
diapositivas en relación con varias cuestiones, como el tipo de letra, el
interlineado, los márgenes, el formato de los títulos de los apartados y los
subapartados, etc. Se pueden utilizar las plantillas predeterminadas incluidas en
estos sistemas, pero se recomienda al estudiante crear un formato propio para la
presentación de su trabajo académico, para diferenciarse de los demás.
Este patrón debe incluir, asimismo, los elementos fijos que el estudiante quiere
mantener en cada diapositiva, como por ejemplo:
• el fondo,
• el título del trabajo,
• los datos de la defensa (fecha y lugar),
• el logo o logos de su institución, programa académico, grupo de
investigación, etc.,
• el número de diapositiva.
El formato y los elementos agregados en el patrón de diapositivas se visualizan
automáticamente en todas las diapositivas creadas y no pueden eliminarse ni
modificarse desde las diapositivas individuales. Trabajar con un patrón de
diapositivas es muy útil para ahorrar tiempo y esfuerzo, y para mantener una
imagen corporativa y profesional en la presentación.
En las figuras 35 y 36 se muestra el patrón de diapositivas del sistema de
creación de presentaciones de Windows y del LibreOffice, respectivamente. De
nuevo, puede observarse que son muy similares.

Figura 35. Patrón de diapositivas del Microsoft Office PowerPoint de Windows


Figura 36. Patrón de diapositivas del Impress del LibreOffice

En cuanto al formato de las diapositivas, es recomendable evitar el tipo de


tipo de letra Times New Roman (que se usa con más frecuencia en el trabajo
escrito) y decantarse por tipos de letra más sencillos, como por ejemplo Arial o
Calibrí. Sobre el interlineado, ha de tenerse en cuenta que la información no
puede quedar demasiado junta, sino que el texto debe «respirar». En este
sentido, también es necesario dejar los márgenes pertinentes, tanto los laterales
como los superiores e inferiores.
El tamaño de los títulos de los apartados y los subapartados debe ser idéntico
en todas las diapositivas y debe tener un tamaño superior al cuerpo del texto. El
tamaño de la letra del cuerpo del texto también ha de ser constante en toda la
presentación, aunque, si hay varios niveles (como se observa en las figuras 35 y
36), este puede disminuir de manera proporcional. Con respecto al tamaño de
letra, es imprescindible garantizar la legibilidad al tribunal y al resto del público.
Por lo tanto, si se dispone de información sobre el aula en la que tendrá lugar el
acto de defensa, será de gran ayuda para determinar el tamaño de letra. Por regla
general, se recomienda un tamaño superior a los 30 puntos, tanto para garantizar
la visualización como para evitar introducir demasiado contenido en las
diapositivas, lo cual es un error muy frecuente.
En este tipo de presentaciones de trabajos académicos, la información suele
aparecer en forma de listas o esquemas. Es necesario que el formato de estos
elementos sea sistemático en todas las diapositivas. Por ejemplo, puede decidirse
que todos los elementos principales de una lista incluyan un punto y que los
elementos del segundo nivel de la lista contengan un guión (como se muestra en
las figuras 35 y 36).
En cuanto a los elementos fijos del patrón de diapositivas, en una
presentación de un trabajo académico, se recomienda utilizar un fondo discreto,
poco recargado y sin imágenes. De hecho, un simpe fondo blanco suele resultar
muy efectivo en este tipo de presentaciones académicas. El título debe ubicarse
en la parte superior (izquierda o derecha) de la diapositiva y debe coincidir
exactamente con el título del trabajo académico que se vaya a defender. También
se sugiere incluir los datos de la defensa (fecha y lugar), así como el logo o logos
de la institución, el programa académico, el grupo de investigación, etc. en el
cual se enmarca el trabajo. Estos últimos elementos pueden ubicarse en la parte
inferior de la diapositiva. Concretamente, los logos se sitúan habitualmente en
una de las esquinas inferiores. El tamaño de letra de los elementos del patrón de
diapositivas debe ser reducido (aunque legible por parte del público), para que
no interfieran con el texto de cada diapositiva individual.
Es necesario que las presentaciones incluyan el número de diapositivas. De
este modo, cuando los miembros del tribunal formulen sus preguntas, podrán
referirse explícitamente al número de la diapositiva sobre la cual quieren realizar
su aportación; así, para el estudiante será más fácil y rápido proyectar la
diapositiva y, de esta manera, agilizar el acto de presentación. También es muy
útil, tanto para el estudiante como para el público, que, además del número de
diapositiva individual, se indique el número total de diapositivas, para hacerse
una idea de la progresión temporal de la presentación. Por ejemplo, 1/15, 2/15,
3/15, etc., en caso de que el número total de diapositivas sea 15.

3. Estructura y contenidos
La presentación de diapositivas empleada en la defensa oral de un trabajo
académico debe incluir una estructura y unos contenidos muy similares a los del
trabajo académico escrito, ya que, precisamente, en este acto es donde se expone
el trabajo realizado para que el tribunal lo evalúe. Sin embargo, los contenidos
de la presentación de diapositivas deben reflejarse de una manera mucho más
sintética y esquemática en comparación con el trabajo escrito.
En la tabla 3 del apartado 3.1 del capítulo 3 se mostraron los apartados
prototípicos que debe contener el trabajo escrito. De estos, se enuncian a
continuación los que se recomienda incluir en la presentación de la defensa oral:
• Portada
• Índice
• Introducción
• Estado de la cuestión
• Marco teórico
• Metodología
• Análisis y resultados, Experimentación, Interpretación de los resultados,
etc.
• Conclusiones y líneas de trabajo futuro
Como puede observarse, se han dejado de lado apartados como los
agradecimientos, el resumen y el abstract, las palabras clave y las keywords, la
bibliografía y los anexos.
En el caso de la portada, que se corresponde con la diapositiva inicial de la
presentación, debe incluir el título del trabajo, el nombre y apellidos del
estudiante, el nombre y apellidos del director o directores del trabajo, el nombre
de la institución académica y del programa de estudios, etc.
En cuanto al índice, que suele mostrarse en la segunda diapositiva, debe estar
numerado y reflejar la estructura seguida en la presentación. Así como en el
trabajo escrito de fin de grado o de máster no se recomienda una profundidad
en la estructura de más de tres niveles, en la presentación oral no se recomienda,
de ser posible, una estructura mayor de dos niveles, ya que sería difícil de seguir
por parte del tribunal y del resto de público asistente al acto.
En cuanto al resto de apartados, pueden ocupar una o más diapositivas en
función de la cantidad de información que incluyan. La diapositiva en la que
comience un apartado o un subapartado debe incluir el título de este y su
numeración (que deben corresponderse con la información previamente
mostrada en el índice). De hecho, es recomendable que cada diapositiva
contenga un título para seguir mejor la estructura de la presentación.
Las diapositivas han de recoger la información correspondiente extraída del
trabajo académico escrito, pero solo la más relevante y necesaria para que pueda
entenderse la presentación. No es adecuado copiar párrafos literales del trabajo
escrito en las diapositivas, sino que debe reformularse la información para
adecuarla a una presentación de diapositivas. No debe olvidarse que las
diapositivas suponen simplemente una ayuda o herramienta visual para guiar o
apoyar la presentación oral del estudiante. Por eso, el estudiante tampoco puede
leer el contenido de las diapositivas de manera literal, ya que esto, con toda
seguridad, será penalizado por el tribunal. En este sentido, es importante no
sobrecargarlas de texto y utilizar, en la medida de lo posible, esquemas, listas,
imágenes, fotografías, gráficos, figuras, tablas, etc. Por supuesto, debe revisarse
que estos elementos visuales tengan la calidad suficiente para que no aparezcan
pixelados al proyectar las diapositivas en el acto de defensa. A diferencia del
trabajo académico escrito, no es necesario que estos elementos incluyan
numeración ni pies con títulos.
Con respecto al tiempo asignado para referirse a cada diapositiva, se sugiere
emplear dos minutos para cada una, aunque esto siempre depende de la
importancia o cantidad de contenido de la diapositiva. Por ejemplo, si el tiempo
asignado para la presentación oral del estudiante es de 30 minutos, no debería
emplear más de 15 diapositivas.
Los sistemas de creación de presentaciones suelen incluir una sección de
notas, donde el estudiante puede añadir información relacionada con cada una
de las diapositivas. Esta información no se proyectará, y resulta útil a la hora de
preparar y practicar la presentación.
En los sistemas de creación de presentaciones que se utilizan en local se
recomienda evitar las animaciones y transiciones de diapositivas muy
sofisticadas (excepto en casos imprescindibles), ya que en el momento del acto
de defensa pueden causar problemas inesperados. Las diapositivas pueden
incorporar sonido y vídeos en caso de ser necesario. En estos casos, es
necesario que el estudiante acuda previamente al aula para comprobar que estos
elementos se escuchan o se visualizan correctamente.
4. Errores lingüísticos frecuentes: consejos para evitarlos
Después de participar como miembro del tribunal de diferentes trabajos
académicos de fin de grado, máster y doctorado, y de mi experiencia como
directora de trabajos académicos en general, he observado algunas cuestiones
puntuales en las que los estudiantes suelen fallar. Recojo aquí algunas
recomendaciones que pueden ser de utilidad para evitar este tipo de errores
frecuentes y mejorar la presentación de diapositivas elaborada para la defensa
oral.
En general, los consejos y recursos lingüísticos recomendados para elaborar las
diapositivas para la defensa del trabajo son muy similares a los ofrecidos para el
trabajo académico escrito (apartado 10 del capítulo 3). Sin embargo, hay algunas
cuestiones que deben tenerse en cuenta específicamente en las diapositivas:
• Deben evitarse las oraciones de más de dos o tres líneas.
• Deben evitarse las oraciones subordinadas complejas.
• Deben priorizarse las frases nominales en vez de las oraciones.
• Deben evitarse los verbos, y priorizar los sustantivos y las
nominalizaciones.
• Deben evitarse los puntos finales.
• Deben evitarse los conectores discursivos.
• Como una presentación de este tipo contiene un gran número de listas, es
especialmente relevante la recomendación 17 del apartado 10 del capítulo 3:
asignar la misma categoría gramatical y el mismo tiempo verbal (en caso de ser
verbos) a todos los elementos de una lista.

5. Consejos prácticos para la defensa


En las universidades españolas, existen varios tipos de actos de defensa del
trabajo académico (tanto de grado como de máster). Sin embargo, en las
universidades de enseñanza presencial, el acto de defensa del trabajo académico
de grado o de máster suele ser público y tiene lugar en persona frente a un
tribunal. En la figura 37 se muestra a modo de ejemplo un fragmento de las
indicaciones para la defensa oral del trabajo de fin de máster del máster de
Lingüística teórica y aplicada de la UPF.4

Figura 37. Ejemplo de indicaciones sobre el acto de defensa del trabajo de fin de máster
ofrecidas por el máster de Lingüística teórica y aplicada de la UPF
ORIENTACIONES PARA LA ELABORACIÓN Y PRESENTACIÓN DEL TRABAJO DE FIN DE MÁSTER
(de investigación y académico)
6. ¿Cómo es y cuándo se realiza el acto de defensa?
El TFM se presenta en una defensa pública ante un tribunal compuesto por tres profesores doctores.
[…]
El acto de defensa no debe durar más de una hora, de la que un máximo de 20 minutos es para la
presentación oral por parte del estudiante. Una vez terminada la presentación, el tribunal puede formular
preguntas al estudiante y hacer observaciones sobre el TFM, que el estudiante debe responder de manera
adecuada. Al finalizar el debate, el tribunal delibera y acuerda una calificación, que se hace constar en el
acta correspondiente. La calificación del TFM, al igual que la de cualquier otra asignatura, se realiza
mediante una valoración cuantitativa del 0 al 10 (con un decimal) y el correspondiente equivalente
cualitativo (suspenso, aprobado, notable, sobresaliente).
En las universidades virtuales o en línea, en cambio, suele dejarse cierta
libertad en este sentido. En la figura 38, por ejemplo, se incluyen las indicaciones
sobre el acto de defensa del trabajo de fin de grado del grado de Criminología de
la UOC.5 En principio, se indica que la defensa del trabajo debe realizarse de
manera presencial en un acto público en el que el estudiante debe defender su
trabajo y, posteriormente, responder las preguntas tanto del tribunal como de
sus propios compañeros. Sin embargo, también se especifica (subrayado en la
figura 38) que, si el estudiante no puede realizar la defensa de su trabajo de
manera presencial por alguna razón justificada, puede solicitar hacerla mediante
una videoconferencia. Esta estrategia es habitual hoy en día, dados los actuales
avances tecnológicos, que permiten una interacción de manera virtual en caso de
ser necesario.

Figura 38. Ejemplo de indicaciones sobre el acto de defensa del trabajo de fin de grado
ofrecidas por el grado de Criminología de la UOC

Grado de Criminología UOC, Trabajo Final de Grado


METODOLOGÍA
El desarrollo del TFG está constituido por las siguientes etapas, que deberán ser validadas bien por el
consultor del aula bien por el director del TFG.
1) Elección del tema […]
2) Planificación del trabajo […]
3) Desarrollo del trabajo […]
4) Entrega y presentación escrita y oral: comunicarse de manera correcta la información, presentando
el trabajo de manera clara, estructurada y comprensible, expresando y justificando las motivaciones
personales que le han conducido a la selección del tema. Evidenciar y fundamentar sus aportaciones
principales señalando su interés y su importancia, ajustándose a los criterios establecidos para una
correcta comunicación de la información. El estudiante deberá dar respuesta a las cuestiones que le
pueda plantear el profesor ante el que presentará o las preguntas que formulen sus propios compañeros
en el marco del acto de defensa oral y público.
El director del TFG será la persona encargada de realizar el seguimiento del trabajo y guiar al estudiante
durante todo el proceso. Una vez finalizado, el director decidirá si el trabajo es considerado apto para
pasar a la fase de defensa oral. Los trabajos que sean considerados por los directores como no aptos para
pasar a la fase de defensa serán calificados con un suspenso. La evaluación de los TFG que sí pasan a la
fase de defensa se articulará en un 40% con la calificación del director del trabajo y en un 60% con la
calificación que uno de los profesores del Grado en Criminología efectuará en el acto de defensa oral y
público del TFG.
[…] Si por un motivo justificado un estudiante no puede hacer la defensa del trabajo presencialmente,
podrá solicitar que le sea admitido hacerlo por videoconferencia dentro del mismo plazo establecido
para el depósito del trabajo. […]

No obstante, cada programa académico tiene sus propias normas para la


defensa de los trabajos de fin de grado o de máster. Por ejemplo, en la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Nacional de Educación a
Distancia (UNED),6 otra de las universidades españolas no presenciales, no se
exige realizar una defensa oral del trabajo de fin de grado. En cambio, se solicita
que el estudiante elabore, de manera presencial, un ejercicio escrito para
justificar los aspectos fundamentales de su trabajo. La figura 39 incluye las
indicaciones ofrecidas al respecto por el programa académico.

Figura 39. Ejemplo de indicaciones sobre el acto de defensa del trabajo de fin de grado
ofrecidas por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED

NORMATIVA SOBRE LA REALIZACIÓN DE LOS TRABAJOS DE FIN DE GRADO EN LA


FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIOLOGÍA
7. PRESENTACIÓN Y DEFENSA
7.1 Como criterio general la decisión sobre la entrega y defensa (esta última tras ser autorizada por el
tutor académico) de los TFG corresponde al estudiante […].
7.2 Una vez finalizado el trabajo, el estudiante deberá enviarlo a su tutor académico para obtener, en
su caso, la autorización que le permita realizar el ejercicio de defensa.
7.3 La defensa de los TFG será escrita y consistirá en la realización de un ejercicio en el que el
estudiante tendrá la oportunidad de justificar los aspectos fundamentales del trabajo realizado. El
equipo docente se encargará de gestionar su inclusión para que se realice en las pruebas presenciales.
7.4 El ejercicio de defensa por escrito se llevará a cabo en las fechas establecidas en el calendario de
pruebas presenciales, funcionando a estos efectos como una asignatura más del plan de estudios. Su
valoración corresponderá al tutor académico.

Así, dada la diversidad de tipologías de actos de defensa del trabajo académico


en las universidades españolas (tanto de grado como de máster), es necesario
que el estudiante se informe previamente sobre este tema y prepare su defensa
concienzudamente sin perder de vista los requisitos exigidos en su institución
académica.
En cuanto a la defensa pública frente a un tribunal, que como ya se ha
comentado es la más frecuente en el contexto universitario, el estudiante debe
recordar que la producción oral se realiza en tiempo real y, por lo tanto, no hay
opción de revisión. Es por este motivo que la exposición oral debe prepararse
muy bien, para evitar nervios y errores inoportunos. En cambio, las diapositivas
que se emplean como apoyo a la presentación sí pueden y deben revisarse, ya
que el tribunal evaluará muy negativamente los errores detectados en ellas.
Asimismo, después de la exposición oral del estudiante, existirá una interacción
con el tribunal (e incluso en ocasiones con el público presente en el acto), en la
que el estudiante debe responder a las preguntas que se le formulen. Es
importante estar preparado para este momento. Una buena estrategia es elaborar
previamente un listado de preguntas posibles, con sus correspondientes
respuestas. Es cierto que muchas de las preguntas del tribunal no pueden
preverse con anticipación, pero muchas otras sí pueden intuirse y el estudiante
juega con ventaja si prepara de antemano posibles argumentaciones válidas que
justifiquen las decisiones tomadas en el trabajo o los resultados obtenidos.
El estudiante debe informarse previamente de la dinámica de la presentación
oral oficial, haciendo hincapié en los siguientes aspectos:
• Cuáles serán el día y la hora exactos del acto de defensa.
• En qué aula se realizará el evento.
• Cuál será la estructura del acto de defensa y el orden de los intervinientes.
• Cuánto tiempo debe durar la exposición oral del estudiante (suele exigirse
un mínimo y un máximo de minutos). Aunque siempre depende de la
institución académica en la que se presente el trabajo, normalmente, en el caso
de un trabajo de fin de grado, el tiempo exigido suele oscilar entre 10 y 15
minutos, y en un trabajo de fin de máster entre 20 y 30 minutos.
• Cuánto tiempo se ofrecerá para las preguntas del tribunal y las respuestas
del estudiante.
• Quiénes serán los miembros del tribunal y cuáles son sus ámbitos de
especialidad (para prever la orientación de posibles preguntas).
Con respecto a la evaluación, en el caso de los trabajos de fin de grado o de
máster, normalmente, la institución ofrece una rúbrica de evaluación a los
miembros del tribunal, es decir, una plantilla con las cuestiones que deben ser
observadas y el modo de evaluación. Sin embargo, el estudiante no suele tener
acceso a esta información. Algunos aspectos que suelen incluir las rúbricas de
los trabajos de fin de grado o de máster son:
• Exposición sintética de las ideas principales del trabajo académico.
• Utilización adecuada de los medios audiovisuales requeridos en la defensa
oral.
• Administración correcta del tiempo asignado para la exposición.
• Adecuación comunicativa y lingüística.
• Registro adecuado a la situación académica.
• Estructura adecuada a un trabajo académico.
• Comunicación verbal correcta.
• Respuestas maduras y coherentes a las preguntas formuladas por el
tribunal.
Finalmente, ofrezco aquí algunos consejos no estrictamente académicos
pero que suelen resultar de utilidad al estudiante:
• Practicar previamente la presentación oral varias veces. Puede practicarse
solo en casa delante del espejo, pero también es muy útil realizar la
presentación con público. Para ello puede servir la familia o amigos, y también
compañeros de la universidad (que además podrán hacer preguntas pertinentes
si han estudiado la misma especialidad). Estas pruebas previas servirán,
además de para evitar nervios el día de la defensa, para calcular el tiempo de la
presentación y ajustarlo al que exige la institución.
• Guardar la presentación de diapositivas tanto en el formato original (por
ejemplo, PowerPoint) como en formato pdf, para evitar posibles problemas de
desconfiguración en el ordenador que se empleará para realizar la defensa, que
suele ser el PC ubicado en la sala asignada para el acto (a no ser que el
estudiante lleve su propio ordenador portátil, lo cual también es posible en
algunas universidades).
• El día de la defensa hay que llevar la presentación de diapositivas en
diferentes soportes electrónicos, como por ejemplo en un lápiz USB, en un
disco externo, en algún sistema de almacenamiento en la nube (por ejemplo,
Dropbox), como adjunto en el correo electrónico, etc. Esto ayudará a evitar
posibles disgustos en caso de que falle alguno de estos soportes.
• Llevar materiales de apoyo impresos, como por ejemplo una copia de las
diapositivas con anotaciones que ayuden a explicar el contenido de cada
diapositiva o que ofrezcan información adicional que el estudiante solo
ofrecerá oralmente. Se recomienda imprimir seis diapositivas en cada cara (si
hay pocas anotaciones) o tres diapositivas (si hay muchas anotaciones), tal
como se muestra en la figura 40.

Figura 40. Ejemplo de impresión de diapositivas

• Llevar un botellín de agua para evitar la boca seca, en caso de que no lo


ofrezca la universidad.
• Llegar a la sala donde tendrá lugar el acto de defensa 20 minutos antes de
la hora establecida, para probar que la presentación de diapositivas se visualiza
correctamente en el ordenador asignado.
• Respirar, vocalizar, hacer pausas en los momentos necesarios y no hablar
excesivamente rápido ni despacio durante la exposición oral. Tiene que haber
energía y cierta gesticulación (sin exagerar) en la presentación.
• Antes de contestar las preguntas del tribunal, pensar la respuesta,
reflexionar unos segundos y no responder automáticamente lo primero que se
pase por la cabeza.
Si el estudiante sigue todas las recomendaciones, pautas y consejos ofrecidos
en este capítulo, estoy segura de que realizará una presentación oral excelente y
sabrá responder de manera adecuada las preguntas que se le formulen. En
definitiva, logrará defender su trabajo académico con éxito.

1. https://es.libreoffice.org.

2. https://www.openoffice.org.

3. http://prezi.com.

4. http://www.upf.edu/masterlinguistica/es/research.

5. http://estudios.uoc.edu/es/grados.

6. http://portal.uned.es.
Capítulo V
La publicación del trabajo académico

Este capítulo se dedica a la publicación del trabajo académico. Aunque no es


obligatorio para obtener el título de grado o de máster, si el estudiante está
satisfecho del resultado de su trabajo académico, puede decidir publicarlo como
un artículo de revista, como un artículo para un congreso o en formato libro.
Estos tres géneros textuales tienen características diferentes que deben tenerse
en cuenta para adaptar el texto de un trabajo académico de fin de grado o de
máster a cualquiera de ellos. Además, en este capítulo se ofrecen indicaciones
para seleccionar la revista o el congreso más adecuados al trabajo, y para enviar
correctamente el artículo a los editores de la revista o a los organizadores del
congreso. También se explica brevemente cuáles son los índices de impacto de
las revistas científicas, un tema clave y polémico en la carrera académica
universitaria.

1. Publicación como artículo de revista


Antes de nada, el estudiante debe pensar a qué tipo de revista quiere enviar su
trabajo. Las revistas especializadas pueden ser divulgativas o de investigación.
Hoy en día, ambos tipos de revistas se publican en formato electrónico, aunque
algunas de ellas todavía conservan la publicación en formato papel. Las revistas
tienen asignado un ISSN (International Standard Serial Number), es decir, un
número internacional que permite su identificación.
En el caso de los artículos de divulgación, el destinatario suele ser el público
en general o personas interesadas en el tema del artículo, pero que no
necesariamente han de contar con una formación previa en el ámbito. En estos
artículos el estilo es libre y depende del autor, no existe una estructura
predefinida de apartados, se incluye una gran cantidad de ejemplos para ilustrar
la información expuesta, se reformula la información constantemente mediante
paráfrasis, se introducen definiciones o explicaciones de términos, existe una
gran variación terminológica (sobre todo a través de sinónimos), se incorporan
fotos y/o gráficos sencillos pero a la vez atractivos, se utilizan metáforas y otros
recursos literarios, se ofrecen títulos llamativos que atraigan la atención del
lector, etc. En este tipo de artículos, no suelen requerirse resultados específicos
obtenidos de una investigación, ni tampoco una sección final de referencias
bibliográficas. Con respecto a la extensión, suelen ser breves, es decir,
habitualmente no superan las cuatro o cinco páginas, aunque esto siempre
depende de los requisitos exigidos por el medio de publicación correspondiente.
Las revistas de divulgación científica pueden ser interdisciplinares o específicas
de un ámbito especializado concreto. Con respecto a las primeras, algunos
ejemplos son:
• Investigación y Ciencia, la edición española de Scientific American, que publica
artículos de diferentes ámbitos científicos, como la psiquiatría, la astronomía,
la física cuántica, la farmacología, etc.: http://www.investigacionyciencia.es.
• Uciencia, de la Universidad de Málaga, que también publica artículos de
diferentes ámbitos, como las energías sostenibles, la arquitectura, las nuevas
tecnologías, la biodiversidad, etc.: http://www.uciencia.uma.es/Revista-
Uciencia.
Algunos ejemplos de revistas específicas de ámbitos especializados concretos
son:
• Iuris, en el ámbito del derecho: http://www.revistaiuris.com.
• Astronomía, en el ámbito de la astronomía: http://www.astronomia-
mag.com.
• Stilus, en el ámbito de la historia antigua: http://issuu.com/pastranar.
• El Trujamán, en el ámbito de la traducción:
http://cvc.cervantes.es/trujaman.
A modo de ejemplo, en la figura 41 se muestra un fragmento de un artículo de
divulgación extraído de la revista Iuris, en el que se exponen algunas
recomendaciones para mejorar la argumentación en textos jurídicos, por lo que
se trata de un texto que aúna dos ámbitos, la lingüística y el derecho. Aunque la
figura solo refleja la página inicial del artículo, es suficiente para observar
algunos elementos que permiten detectar que se trata de un artículo de
divulgación y no de investigación. Por ejemplo, el artículo incluye un título y una
entradilla, el lenguaje es sencillo, se incorporan referencias a nuestro día a día
(por ejemplo, la pareja o los hijos), se ofrecen ejemplos (por ejemplo,
argumentamos al poner una reclamación), se introducen definiciones de
términos (por ejemplo, la definición de «argumento» recogida en el DRAE), se
incluyen fotografías y elementos visuales, etc.

Figura 41. Ejemplo de un fragmento de un artículo de divulgación extraído de la revista Iuris

En cambio, en el caso de los artículos de investigación, los destinatarios son


expertos del ámbito interesados en obtener información sobre una investigación
realizada por otro especialista, que necesariamente contendrá datos y resultados.
Además, en estos artículos el estilo ya no es tan libre como en el caso de los
artículos de divulgación. Las revistas de investigación suelen solicitar a los
autores una estructura específica que incluye ciertos apartados, el objetivo del
trabajo, la metodología empleada, los resultados obtenidos, las conclusiones
extraídas, etc. Es lo que Swales (1990) denomina «estructura IMRD»
(introducción, métodos, resultados y discusión).
En algunos ámbitos, incluso, la estructura de los artículos de investigación
refleja algunas particularidades, de la misma forma que ocurre en los trabajos
académicos, como se vio en el apartado 3.1 del capítulo 3. Por ejemplo, en el
ámbito de las ciencias de la salud, el apartado relacionado con la metodología
suele titularse «Materiales y métodos» o «Pacientes y métodos», y debe incluir
información específica sobre los pacientes o materiales empleados en la
investigación, además de los métodos utilizados. La figura 42 refleja la estructura
textual de los artículos de investigación publicados en revistas médicas
españolas.

Figura 42. Estructura textual de los artículos de investigación publicados en revistas médicas
españolas (extraída de da Cunha, 2008)

Las revistas científicas también exigen la inclusión del resumen y/o el abstract,
y de las palabras clave y/o keywords en el artículo. Swales (1990) menciona que la
mayor parte de los resúmenes publicados en este tipo de revistas reflejan la
mencionada estructura IMRD. Por ejemplo, como se explica en da Cunha
(2008), en el caso de las directrices de publicación marcadas por la revista de
investigación Medicina Clínica,1 se indica explícitamente que el resumen que
acompaña al artículo debe adjuntarse en español y en inglés, y que el contenido
de ambos también debe dividirse en cuatro apartados y mantener la estructura
IMRD del texto original: Introducción, Pacientes y métodos, Resultados y
Discusión, para expresar de forma más breve pero con igual eficacia el proceso
lógico del pensamiento científico. En cada apartado debe mencionarse,
respectivamente, el problema motivo de la investigación, la manera de llevarla a
cabo, los resultados más destacados y las conclusiones que se derivan de los
resultados. En la figura 43 se muestra el resumen y el abstract de un artículo
científico de la revista Medicina Clínica (Pousada et al., 2015).

Figura 43. Resumen y abstract de un artículo científico de la revista Medicina Clínica

ESTUDIO DEL POLIMORFISMO K198N EN EL GEN EDN1 EN PACIENTES AFECTADOS


CON HIPERTENSIÓN ARTERIAL PULMONAR
K198N POLYMORPHISM IN THE EDN1 GENE IN PATIENTS WITH PULMONARY ARTERIAL
HYPERTENSION
RESUMEN
Fundamento y objetivo
En la hipertensión arterial pulmonar (HAP) se ha demostrado la asociación de un polimorfismo en el gen
de la endotelina (EDN1) con un incremento de la acción de esta proteína favoreciendo la aparición de
HAP. El objetivo de este estudio ha sido analizar el polimorfismo K198N del gen EDN1 en pacientes con
HAP, correlacionando los resultados con parámetros clínicos y hemodinámicos.
Pacientes y métodos
Se compararon 41 pacientes diagnosticados de HAP idiopática y asociada del grupo i con 50 individuos
sanos. Se utilizaron los métodos de reacción en cadena de la polimerasa y secuenciación directa para
estudiar el polimorfismo K198N. Se comparó la distribución de los genotipos y se correlacionaron con
parámetros clínicos, hemodinámicos y de respuesta terapéutica.

Resultados
El genotipo GG estaba presente en el 42% de los pacientes estudiados y en el 65% de los individuos
control. Los genotipos GT + TT aparecieron en el 58% de los pacientes y en el 35% de los controles. Las
diferencias fueron estadísticamente significativas (p = 0,032), siendo el riesgo relativo de desarrollar HAP
en portadores del alelo T de 2,51 (intervalo de confianza del
95% [IC 95%] 1,07-5,86). El análisis mediante el software PolyPhen definió el cambio K198N como
patogénico. No se encontraron diferencias significativas en aspectos clínicos ni en respuesta al
tratamiento a medio plazo en función del genotipo.
Conclusiones
El análisis genotípico para el polimorfismo K198N muestra diferencias estadísticamente significativas en
pacientes con HAP respecto a individuos sanos. Los portadores de al menos un alelo T presentan un
riesgo relativo significativamente mayor de padecer HAP.
ABSTRACT
Background and objective
In pulmonary arterial hypertension (PAH) an association with a polymorphism in the endothelin gene
(EDN1) has been described. The main objective of this study was to analyze the polymorphism K198N
in the gene EDN1 in patients with PAH, correlating the results with clinical and hemodynamic
parameters.
Patients and methods
We compared 41 patients diagnosed with idiopathic and associated PAH of group i with 50 healthy
controls. Polymerase chain reaction and direct sequencing were used to analyze the polymorphism
K198N. We compared the genotype distribution and searched for a correlation with clinical,
hemodynamic and therapeutic response.
Results
Genotype GG was present in 42% of patients in this study and 65% of controls. The GT + TT genotypes
appeared in 58% of patients and in 35% of controls. Statistically significant differences between patients
and controls (P =.032) were detected, with a relative risk in carriers of having the T allele of 2.51 (95%
CI 1.07 to 5.86). The analysis by PolyPhen software defined K198N change as pathogenic. No
significant differences in the response to treatment at medium term were found.
Conclusions
The genotype analysis of the EDN1 gene polymorphism shows statistically significant differences in
patients with PAH compared to healthy individuals. Individuals carrying at least one T allele exhibit a
higher relative significant risk to develop HAP.

En cambio, en otras revistas científicas, los requisitos sobre el resumen que


debe acompañar al artículo no son tan rígidos. Un ejemplo es la revista
Tradumática,2 del ámbito de las tecnologías de la traducción, que simplemente
indica en su página web que el artículo debe comenzar con un resumen de no
más de 50 palabras y que debe adjuntarse su traducción al inglés.
De la misma forma que en los trabajos de fin de grado o de fin de máster, en
los artículos de investigación siempre se exige un apartado final de bibliografía,
en donde deben citarse las referencias bibliográficas empleadas en el trabajo. En
el caso de las revistas, son estas quienes estipulan los criterios de citación
bibliográfica que debe emplear el autor (que suelen depender del ámbito
especializado en el que se enmarque la revista, como ya se comentó en el
apartado 9.2 del capítulo 3). En algunos casos, las revistas remiten a un estilo de
citación concreto. Por ejemplo, la Revista Española de Cardiología,3 del ámbito de la
medicina, exige el estilo Vancouver; la revista Debate Terminológico,4 del ámbito de
la terminología, solicita seguir las normas ISO 690 1987 (referencias
bibliográficas) e ISO 690-2 1997 (documentos electrónicos). En otros casos, la
revista ofrece sus propios criterios de citación bibliográfica (normalmente
acompañados de ejemplos), como ocurre en el caso de la revista Investigaciones
Europeas de Dirección y Economía de la Empresa,5 del ámbito de la economía (figura
44).

Figura 44. Criterios de citación bibliográfica de la revista Investigaciones Europeas de Dirección


y Economía de la Empresa
Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa
Normas de publicación
[…]
10. Al final del trabajo se debe incluir una sección de referencias bibliográficas que contendrá las obras
citadas en el texto ordenadas alfabéticamente por el apellido del autor, siguiendo cada una de ellas el
siguiente orden: apellidos e iniciales de los nombres de cada autor, año de publicación, título, editorial y
lugar de publicación (para libros); apellidos e iniciales de cada autor del capítulo o sección, año de
publicación, título del capítulo o sección, iniciales de los nombres y apellidos de cada autor del libro,
editorial, lugar de publicación y páginas (para contribuciones en libros); o apellidos e iniciales de los
nombres de cada autor, año de publicación, título, nombre de la revista, volumen y número de la
revista, y páginas (para artículos en revistas). En caso de que se citen varios trabajos del mismo autor y
año se deben marcar con las mismas letras que en el texto a continuación del año. Los títulos de libros,
revistas, etc. se deben destacar utilizando letra cursiva. Ejemplos:
Libros:
Guillén, M.F. y García-Canal, E. (2010). The new multinationals. Spanish firms in a global context.
Cambridge University Press, Cambridge.
Trabajos en libros colectivos:
Camisón, C. (2009a). Factores determinantes de la competitividad empresarial: revisión del estado de la
cuestión y propuesta de un modelo integrador. En: M. Menguzzato, (Ed.), La dirección de empresas ante
los retos del siglo XXI. Homenaje al profesor Juan José Renau Piqueras. Universidad de Valencia, Valencia,
pp. 47-59.
Artículos:
Bolívar-Cruz, A. y Hormiga, E. (2012). La influencia del proceso de migración en la percepción del riesgo
de crear una empresa, Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa, 18 (1), 69-85.
[…]

El estilo de los artículos de investigación también es diferente al de los


artículos de divulgación. Por ejemplo, la variación terminológica es menor (es
decir, el autor suele seleccionar un término y emplearlo a lo largo de todo el
artículo), aunque la frecuencia de aparición de siglas es mucho más alta; no
suelen incluirse ejemplos, sino datos; se incorporan tablas, gráficos y figuras de
gran complejidad con sus respectivos pies con títulos; se evitan los recursos
literarios; no suelen introducirse definiciones ni explicaciones de términos; no se
reformula la información, sino que se ofrece de una manera mucho más directa,
etc.
Para enviar un artículo a una revista deben seguirse tres pasos
fundamentales:
• Paso 1. Selección de la revista.
• Paso 2. Redacción del artículo siguiendo las normas de la revista
seleccionada.
• Paso 3. Envío del artículo.
A continuación profundizo en cada uno de estos tres pasos.
Paso 1. Selección de la revista.
Para seleccionar la revista más adecuada al trabajo, en primer lugar, como ya se
ha explicado, el estudiante debe decidir si quiere publicar su artículo en una
revista de divulgación o de investigación. En segundo lugar, debe realizar una
búsqueda de las revistas existentes que tengan relación con el ámbito de su
trabajo. Para ello, puede consultar bibliotecas, bases de datos, repositorios
bibliográficos, etc. En tercer lugar, debe revisar los criterios editoriales de las
revistas encontradas, para determinar las que mejor se adaptan al trabajo. Es
decir, no es suficiente con que la revista se enmarque en el ámbito general del
trabajo, sino que debe existir una correspondencia entre el tema específico del
trabajo y los temas priorizados por la revista. Por ejemplo, en la sección
«Objetivos y Alcance» (Aims & Scope), incluida en la página web la revista
Discourse Studies,6 del ámbito de los estudios del discurso, se especifica que su
foco está en las estructuras y estrategias empleadas en el discurso escrito y oral, y
que prestará especial atención a estudios lingüísticos multidisciplinares
relacionados con la lingüística, la antropología, la etnometodología, la psicología
social y cognitiva, la comunicación y el derecho. En la sección «Enfoque y
alcance» de la página web de la revista Procesamiento del Lenguaje Natural,7 del
ámbito de la lingüística computacional, se especifica que uno de sus focos es
«reflexionar y debatir en profundidad sobre temas concretos de máxima
actualidad tales como la extracción de información, la recuperación de
información o la evaluación de sistemas de procesamiento del lenguaje natural».
En cuanto a las revistas de investigación, un aspecto que puede ayudar en la
selección es el llamado factor o índice de impacto. Este factor de impacto mide
la importancia de las revistas científicas, y tiene una gran influencia en la
evaluación de su calidad y repercusión. El Instituto para la Información
Científica (Institute for Scientific Information [ISI]) calcula este factor para las revistas
que tiene registradas y lo publica en el Journal Citation Reports, perteneciente a la
empresa Thomson Reuters.8 Se calculan dos índices para las revistas indexadas
en su base de datos, en función de si tratan ámbitos relacionados con la ciencia
o con las ciencias sociales: JCR Science Edition y JCR Social Science Edition.
También existen otras bases de datos de revistas científicas con sus propios
factores o indicadores de impacto, que han surgido en los últimos años. Algunos
ejemplos son la base de datos internacional Scopus,9 la base de datos europea
ERIH (European Reference Index for the Humanities),10 la base de datos española
MIAR (Information Matrix for the Analysis of Journals)11 o la base de datos catalana
CARHUS+,12 entre otras.
La evaluación de las revistas de investigación mediante el factor de impacto es
un tema clave y polémico en el mundo científico, ya que existen voces críticas
que afirman que se ha convertido en un negocio. Un ejemplo es Randy
Schekman, un biólogo estadounidense ganador del premio Nobel de Medicina
en 2013. En ese mismo año publicó un artículo titulado «Por qué revistas como
Nature, Science y Cell hacen daño a la ciencia» (Schekman, 2013), donde reflexiona
sobre el papel de las revistas de investigación y el factor de impacto en el
contexto científico actual. A continuación reproduzco un fragmento de su
artículo, que se publicó traducido al español en el diario El País:
Estas revistas promocionan de forma agresiva sus marcas, de una manera que conduce más
a la venta de suscripciones que a fomentar las investigaciones más importantes. Al igual que
los diseñadores de moda que crean bolsos o trajes de edición limitada, saben que la escasez
hace que aumente la demanda, de modo que restringen artificialmente el número de artículos
que aceptan. Luego, estas marcas exclusivas se comercializan empleando un ardid llamado
«factor de impacto», una puntuación otorgada a cada revista que mide el número de veces
que los trabajos de investigación posteriores citan sus artículos. La teoría es que los mejores
artículos se citan con más frecuencia, de modo que las mejores publicaciones obtienen las
puntuaciones más altas. Pero se trata de una medida tremendamente viciada, que persigue
algo que se ha convertido en un fin en sí mismo, y es tan perjudicial para la ciencia como la
cultura de las primas lo es para la banca (Schekman, 2013).
En el caso de estudiantes de grado o de máster que no deseen continuar en el
ámbito académico y se decanten por una trayectoria de carácter profesional, este
tema no es especialmente relevante. Sin embargo, sí lo es en el caso de
estudiantes que tengan previsto realizar el doctorado y adentrarse en el mundo
de la investigación.
Paso 2. Redacción del artículo siguiendo las normas de la revista seleccionada.
Cada revista suele exigir un formato determinado para el envío de artículos.
Las revistas de divulgación suelen tener unos criterios más laxos, mientras que
las revistas de investigación requieren unas pautas más concretas en este sentido,
por ejemplo en relación con la extensión del texto, los apartados, el tipo y
tamaño de letra, el interlineado, los márgenes, las figuras, las tablas, etc. Este
formato puede explicitarse a través de unas normas detalladas que deben seguir
los autores o de una plantilla específica que debe emplearse como modelo para
elaborar el artículo. Veamos algunos ejemplos de ambos casos.
En la figura 45 se muestra un fragmento de las normas que solicita la Revista
Española de Cardiología para el envío de artículos y en la figura 46 se muestra la
primera página de la plantilla que la revista Procesamiento del Lenguaje Natural pone
a disposición de los autores para el envío de manuscritos.

Figura 45. Fragmento de las normas que la Revista Española de Cardiología exige a los autores
para el envío de artículos
NORMAS DE PUBLICACIÓN EN Revista Española de Cardiología
INSTRUCCIONES PARA LOS AUTORES
[…]
Todos los manuscritos se adecuarán a las normas de publicación. Se entiende que el autor de
correspondencia de la publicación se responsabiliza de la normativa y que el resto de los autores conoce,
participa y está de acuerdo con el contenido del manuscrito.
1. Artículos originales
Presentación del documento:
A doble espacio, con márgenes de 2,5 cm y páginas numeradas.
Tiene una extensión máxima de 5.000 palabras, contando desde la página frontal hasta el final y
excluyendo únicamente las tablas.
Consta de dos documentos: primera página y manuscrito.
El manuscrito sigue el siguiente orden: a) resumen estructurado en español y palabras clave; b) resumen
estructurado en inglés y palabras clave; c) cuadro de abreviaturas en español e inglés; d) texto; e)
bibliografía; f) pies de figuras; g) tablas (opcional), y h) figuras (opcional).
Primera página
Título completo en español e inglés (menos de 150 caracteres incluyendo espacios).
Nombre y apellido de los autores. Este tipo de artículos tiene un límite de diez autores. Para los artículos
multicéntricos, el Comité Editorial valorará individualmente esta limitación, previa petición y justificación
por parte de los autores.
Centro de procedencia (departamento, institución, ciudad y país) y fuente de financiación, en su caso.
Dirección postal completa del autor a quien debe dirigirse la correspondencia, teléfono, fax y dirección
electrónica.
Se especifica el número total de palabras del manuscrito (excluyendo únicamente las tablas).
Resumen estructurado […]
Texto […]
Bibliografía […]
Figuras
Las figuras correspondientes a gráficos y dibujos se envían en formato TIFF o JPEG preferentemente, con
una resolución no inferior a 300 dpi y utilizando el color negro para líneas y texto. Están ordenadas con
números arábigos de acuerdo con su orden de aparición en el texto.
Las gráficas, símbolos, letras, etc., son de tamaño suficiente para poderse identificar claramente al ser
reducidas. Los detalles especiales se señalan con flechas, utilizando para estos y para cualquier otro tipo
de símbolos el trazado de máximo contraste respecto a la figura.

Los pies de figuras se incluyen en hoja aparte. Al final se identifican las abreviaturas empleadas, por orden
alfabético.
Las figuras no incluyen datos que permitan conocer la procedencia del trabajo o la identidad del paciente.
Las fotografías de personas deben realizarse de manera que no sean identificables o se adjuntará el
consentimiento de su uso por parte de la persona fotografiada.
Tablas
Se numeran con números arábigos de acuerdo con su orden de aparición en el texto.
Cada tabla se escribirá a doble espacio en una hoja aparte.
Incluyen un título en su parte superior y en la parte inferior se describen las abreviaturas empleadas por
orden alfabético.
El contenido es autoexplicativo y los datos que incluyen no figuran en el texto ni en las figuras.
[…]

Figura 46. Primera página de la plantilla que la revista Procesamiento del Lenguaje Natural
ofrece a los autores para el envío de artículos

En este capítulo, como se ha visto, ofrezco principalmente ejemplos de


revistas españolas que solicitan los artículos en castellano. Sin embargo, no debe
olvidarse que, en la actualidad, el inglés es la lengua vehicular de la comunicación
científica internacional. Por este motivo, la mayor parte de revistas
internacionales únicamente publican artículos en inglés. Si algún estudiante está
interesado en publicar un artículo científico en esta lengua, le recomiendo el
libro de Norman (1999), en el que encontrará pautas y consejos muy útiles sobre
este tema.
Paso 3. Envío del artículo.
Una vez redactado el artículo siguiendo los requisitos solicitados por la revista
seleccionada, llega el momento de realizar el envío. Hoy en día, existen dos
opciones principales para hacerlo, que dependen de la revista. Por un lado, hay
revistas que simplemente solicitan el envío del manuscrito y de la información
asociada mediante un correo electrónico al editor. Sería el caso por ejemplo de la
revista Discourse Studies, que en su página web indica:
Papers should be sent by email only, in one file (including abstract, biographical note, figures, tables, and
appendices) preferably in WORD (formats .doc or .rtf), to the editor at the following address:
journals@discourses.org.
[Los artículos deben enviarse únicamente por correo electrónico, en un documento (que
incluya el resumen, una nota biográfica, figuras, tablas y anexos) preferiblemente en WORD
(formato .doc o .rtf) al editor a la siguiente dirección: journals@discourses.org.]
Por otro lado, la mayor parte de revistas utilizan diferentes interfaces
informáticas de envíos en línea. Por ejemplo, la revista Investigaciones Europeas de
Dirección y Economía de la Empresa utiliza la interfaz de Elsevier, como indica en su
página web:
Los trabajos deben enviarse a la revista a través del sistema de gestión editorial de Elsevier
(http://ees.elsevier.com/iedee). Para ello, los autores deben seguir las instrucciones del sis-
tema, disponibles en la misma web, y los artículos enviados deben cumplir los requisitos de
formato que se detallan a continuación.
También la Revista Española de Cardiología emplea la misma interfaz:

Los manuscritos para Rev. Esp. Cardiol. se enviarán a través de la página web
http://ees.elsevier.com/rec. Para enviar un manuscrito sólo tiene que entrar en dicha página
y seguir las instrucciones de la pantalla. En caso de duda, ponerse en contacto con
rec@revespcardiol.org.
En cambio, otras revistas como Tradumática o Debate Terminológico, que son de
acceso abierto, disponen de sus propios sistemas de envío electrónico integrados
en el Open Journal Systems, un programa de publicación de código abierto para la
gestión de revistas que el Public Knowledge Project desarrolla, financia y distribuye
de manera gratuita con la Licencia Pública general GNU.
Una vez enviado el artículo, este pasa por un proceso de evaluación llamado
«por pares» (peer review), en el que la revista asigna al menos a dos especialistas
sobre el tema del artículo para evaluarlo tanto cualitativa como
cuantitativamente. En función de la evaluación realizada por estos expertos, los
editores de la revista deciden si publicar el artículo o descartarlo. Este proceso
de evaluación es largo y suele demorarse unos meses, en función de la dinámica
de cada revista. En muchas ocasiones, los editores se ponen en contacto con el
autor para solicitarle que realice los cambios (mayores o menores) exigidos por
los evaluadores, quienes reevalúan el artículo una vez introducidos dichos
cambios. Este mecanismo favorece la calidad final de los artículos publicados,
pero también ralentiza el proceso de publicación en gran medida.

2. Publicación como artículo en un congreso


En el caso de los artículos enviados a congresos, simposios, jornadas,
workshops, etc., los organizadores pueden publicarlos mediante su recopilación en
unas actas de congreso, en un libro monográfico (en cuyo caso tendrá asignado
un ISBN [International Standard Book Number] para su identificación), en una
revista de investigación, etc. Puede publicarse el artículo completo, el resumen o
ambos. Es responsabilidad del estudiante informarse sobre la política de
publicación del evento al que planea enviar su trabajo.
Por lo general, los artículos enviados a este tipo de eventos científicos no son
de divulgación, sino únicamente de investigación. Así, del mismo modo que en
los artículos de investigación publicados en revistas científicas, los destinatarios
de los artículos presentados en congresos son expertos del ámbito y no el
público general. Por este motivo, ambos tipos de artículos comparten la mayor
parte de sus características en cuanto al estilo, la estructura IMRD, el resumen
y/o el abstract, las palabras clave y/o keywords, la bibliografía, etc.
Para enviar un artículo a un congreso deben seguirse los mismos tres pasos
que en el caso de las revistas:
• Paso 1. Selección del congreso.
• Paso 2. Redacción del artículo siguiendo las normas del congreso
seleccionado.
• Paso 3. Envío del artículo.
A continuación me refiero a algunos detalles que pueden variar en el caso de
los congresos.
Paso 1. Selección del congreso.
El estudiante puede decidir el congreso al que desea enviar su trabajo teniendo
en cuenta diferentes factores:
• Temática del congreso. Esta debe adaptarse a la del artículo
perfectamente para que sea aceptado.
• Calidad del congreso. A diferencia del caso de las revistas, no existen
bases de datos únicas con información sobre la calidad de los congresos. Sin
embargo, para algunos ámbitos especializados sí existen diferentes
clasificaciones. Por ejemplo, en el ámbito de la informática, se encuentra el
conocido «Ranking CORE»,13 una clasificación desarrollada por la Computing
Research and Education Association of Australasia (CORE).
• Internacionalidad. Puede tratarse de un congreso nacional o internacional,
lo cual tiene ciertas consecuencias. Por ejemplo, si se trata de un congreso
internacional, por lo general se desarrollará íntegramente en inglés. Por tanto,
el estudiante deberá realizar su presentación y contestar las preguntas que le
formulen en esta lengua, lo cual requiere una preparación previa adicional.
• Magnitud del evento. Puede tratarse de un congreso multitudinario con
diversas sesiones temáticas paralelas, de un congreso más reducido, de un
workshop con una temática muy específica, etc.
• Lugar de celebración. Quizás el país o ciudad donde tiene lugar el evento
puede tener alguna influencia en la decisión.
• Presencialidad. En la mayor parte de congresos se exige que el trabajo se
exponga de manera presencial, aunque en los últimos años están comenzando
a proliferar también los congresos en los que los trabajos pueden presentarse
virtualmente mediante videoconferencia.
• Modo de presentación del trabajo. Por lo general, existen dos modos
principales para presentar el trabajo de manera presencial. Por un lado, puede
realizarse una comunicación oral en una sala de conferencias o en un aula ante
el público del congreso. Esta comunicación suele dividirse en una exposición
oral de unos 20 minutos y una ronda de preguntas del público de unos 5-10
minutos. Por otro lado, puede presentarse el trabajo mediante un póster
científico, que muestre los aspectos principales de la investigación. En este
caso, el estudiante deberá estar al lado de su póster durante la llamada «sesión
de pósters» e interactuar con las personas interesadas en su trabajo de manera
más cercana: tendrá que explicarles brevemente el trabajo y responder a las
preguntas que le formulen. Los organizadores del congreso son quienes suelen
decidir el modo de presentación de los trabajos aceptados.
Algunos ejemplos de congresos de diferentes ámbitos son, entre muchos
otros:14
• En el ámbito del derecho, Congreso Internet, Derecho y Política:
http://edcp.uoc.edu/symposia.
• En el ámbito de la economía, Congreso Internacional de Economía Consciente:
http://www.economiaconsciente.org.
• En el ámbito de la medicina, Congreso Nacional de la Sociedad Española de
Medicina Interna (SEMI): http://www.congresosemi.org.
• En el ámbito de la informática, Congreso Español de Informática (CEDI):
http://www.congresocedi.es.
• En el ámbito de la lingüística computacional, Congreso de la Sociedad
Española para el Procesamiento del Lenguaje Natural (SEPLN):
http://www.sepln.org/category/congresos/.
• En el ámbito de la historia, Congreso Internacional de Historia Oral (IOHA):
http://www.ub.edu/historiaoral.barcelona2014/congreso.html.
• En el ámbito de la traducción, Congreso Internacional Traducción, Texto e
Interferencias: http://www.uco.es/congresotraduccion.
• En el ámbito de la arquitectura, Congreso Internacional Arquitectura Necesaria:
http://arquitecturaysociedad.org/congreso-arquitectura-necesaria.
• En el ámbito del teatro, Jornadas Navarras de Teatro Clásico:
http://www.unav.edu/congreso/jornadas-navarras-teatro-2014.
• En el ámbito de la terminología, Simposio Iberoamericano de terminología
RITerm: http://www.simposioriterm2014.com.
También existen congresos científicos dirigidos específicamente a estudiantes
de distintos ámbitos. Estos eventos suponen un foro excelente para exponer
artículos derivados de trabajos de fin de grado o de máster, e interactuar con
otros estudiantes y profesores del ámbito del trabajo. Algunos ejemplos son,
entre otros:
• En el ámbito de la historia, Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia
Contemporánea: http://historiabcn2015.net.
• En el ámbito de las matemáticas, Congreso de Jóvenes Investigadores de la Real
Sociedad Matemática Española (RSME): http://www.um.es/jovenesrsme2015.
• En el ámbito de la química, Simposio de Investigadores Jóvenes de la Real
Sociedad Española de Química (RSEQ): http://www.ehu.eus/es/web/xi-sij.
• En el ámbito de la lengua, Congreso Internacional de la Asociación de Jóvenes
Investigadores de Historiografía e Historia de la Lengua Española (AJIHLE):
http://ajihle.net.
Paso 2. Redacción del artículo siguiendo las normas del congreso
seleccionado.
Como en el caso de las revistas, cada congreso exige un formato concreto para
el envío de artículos, mediante unas normas o una plantilla. Es imprescindible
que el estudiante siga el formato solicitado. Una diferencia con respecto a las
revistas es la extensión del artículo, que en el caso de los congresos es inferior.
Algunos congresos permiten enviar tanto artículos largos (8-12 páginas) como
artículos cortos (4-5 páginas).
Paso 3. Envío del artículo.
Una vez redactado el artículo siguiendo los requisitos solicitados por el
congreso seleccionado, debe realizarse el envío. Como en el caso de las revistas,
existen dos posibilidades en función del congreso: envío por correo electrónico
convencional o mediante una interfaz en línea. En el segundo caso, el sistema
más utilizado actualmente es EasyChair15 (figura 47).

Figura 47. Pantalla inicial de la interfaz de envío de artículos a congresos EasyChair


En el caso de los congresos, el artículo también pasa por un proceso de
evaluación, similar al explicado para las revistas de investigación. Sin embargo,
la duración del proceso de evaluación suele ser inferior.

3. Publicación en formato libro


Publicar un libro derivado del trabajo de fin de grado o de máster es la opción
más complicada, aunque es factible si el trabajo tiene la magnitud y calidad
suficientes, especialmente en el caso de trabajos de fin de máster. Debido a su
tamaño y envergadura, es más habitual publicar un libro a partir de una tesis
doctoral. De todas maneras, creo conveniente ofrecer en este apartado alguna
información sobre el tema por si algún estudiante se decanta por esta opción.
En la actualidad, el mercado editorial es un mundo complicado. Las
editoriales realizan una selección muy rigurosa de los manuscritos, que muchas
veces se basa en criterios comerciales. Existen múltiples editoriales clásicas,
tanto nacionales como internacionales, que publican trabajos académicos y
científicos. Es el caso, por ejemplo, de las editoriales nacionales Alianza, Ariel o
Cátedra, y de las editoriales internacionales Springer, Peter Lang o John
Benjamins, entre muchas otras. También existen editoriales asociadas a
universidades que publican trabajos de este tipo. Algunos ejemplos relevantes
son la editorial de la Universidad de Granada, la editorial de la Universidad
Nacional de Educación a Distancia y la editorial de la Universitat Oberta de
Catalunya.
Del mismo modo que existen clasificaciones que evalúan la calidad de las
revistas científicas y de los congresos, también existen clasificaciones sobre las
editoriales. Un buen ejemplo es SPI-Scholarly Publishers Indicators,16 una
clasificación que ofrece indicadores sobre la relevancia de las editoriales
científicas nacionales e internacionales en ámbitos relacionados con las
humanidades y las ciencias sociales, como, por ejemplo, bellas artes,
antropología, biblioteconomía, comunicación, economía, educación, derecho,
filosofía, historia, filología, ciencias políticas, psicología, etc. En la figura 48 se
muestra una captura de pantalla de la sección en la que se evalúan las editoriales
nacionales e internacionales en el 2014.

Figura 48. Captura de pantalla de la sección de la clasificación SPI-Scholarly Publishers


Indicators en la que se evalúan editoriales nacionales e internacionales

El estudiante debe buscar la editorial que mejor se adapte a la temática de su


libro. Una opción interesante es comprobar si la universidad en la que se ha
realizado el trabajo académico dispone de editorial. Además, debe decidir si
prefiere publicarlo en formato papel o como libro electrónico (esta segunda
opción es mucho más económica). Entonces, debe ponerse en contacto con los
responsables de la editorial o editoriales seleccionadas para exponer su proyecto.
Habitualmente, los editores solicitan el envío del manuscrito completo por
correo electrónico, para leerlo y tomar una decisión sobre su posible
publicación.
A diferencia de los artículos redactados para enviar a revistas científicas o
congresos, en el caso de un libro, la extensión no suele suponer un problema.
No es necesario resumir la información, sino que puede ofrecerse todo el
contenido necesario. Asimismo, con el objetivo de hacerlo más accesible al
lector, el estudiante puede variar ligeramente la estructura y los apartados; puede
añadir, modificar o eliminar contenidos; puede cambiar el título; puede eliminar
el resumen y/o el abstract, y las palabras clave y/o keywords, etc. En cambio, otros
apartados como el índice y la bibliografía son indispensables. También es
habitual solicitar a algún especialista en el tema del libro que redacte un prólogo.
Con respecto a cuestiones de formato y maquetación, es la editorial quien tiene
la última palabra. También es responsabilidad de la editorial asignar un ISBN al
libro.
1. http://www.elsevier.es/es-revista-medicina-clinica-2.

2. http://revistes.uab.cat/tradumatica.

3. http://www.revespcardiol.org/es.

4. http://seer.ufrgs.br/riterm.

5. http://www.elsevier.es/es-revista-investigaciones-europeas-direccion-economia-
empresa-345.

6. http://dis.sagepub.com.

7. http://journal.sepln.org.

8. http://thomsonreuters.com/en.html.

9. http://www.scopus.com.

10. http://erihplus.nsd.no.

11. http://miar.ub.edu.
12. http://www10.gencat.net/agaur_web.

13. http://core.edu.au/index.php.

14. Se ofrece la URL de la página general de información del congreso o, en su defecto,


la URL de la última edición celebrada (última consulta: 09/04/2015).

15. http://wwww.easychair.org.

16. http://ilia.cchs.csic.es/SPI.
Capítulo VI
Reflexiones finales

La idea de este libro se ha ido gestando durante los más de diez años que llevo
en el ámbito de la investigación. En el año 2002, cuando tuve que realizar los
trabajos académicos de las asignaturas del máster de Ciencias del lenguaje y
lingüística aplicada en el que me matriculé en la UPF en Barcelona, me di cuenta
de que, durante la licenciatura en Filología Hispánica que había estudiado en la
Universidade de Santiago de Compostela, no había cursado ninguna asignatura
sobre la elaboración de trabajos académicos. Por tanto, a pesar de cursar la
asignatura obligatoria del máster sobre la metodología de la investigación y de
encontrar algunos recursos didácticos de apoyo que trataban cuestiones
puntuales sobre la elaboración de trabajos académicos, tuve que esforzarme
mucho para sacar adelante los trabajos solicitados por los profesores. Una vez
superado el máster, me encontré en la misma situación al enfrentarme a la
elaboración de mi proyecto de tesis doctoral (en aquel entonces, el llamado
Diploma de Estudios Avanzados). Poco a poco, con el transcurso de los años, y
a base de prueba y error (y también de mucha paciencia por parte de los
directores de mi trabajo, he de reconocer), fui aprendiendo e interiorizando la
metodología de elaboración de trabajos de investigación, lo que finalmente
derivó en la defensa de mi tesis doctoral en el año 2008.
Durante este período, tanto mis compañeros como yo comentábamos lo útil
que habría sido contar con más información o recursos sobre las etapas del
proceso de realización de una investigación de este tipo, sobre la elaboración de
un cronograma adecuado y realista para organizar el tiempo adecuadamente,
sobre el formato y las características del trabajo académico escrito, sobre la
redacción de los objetivos y las hipótesis de la investigación, sobre la defensa
oral del trabajo ante un tribunal, sobre las presentaciones con diapositivas para
presentar el trabajo (en la misma defensa, en seminarios, en congresos, etc.),
sobre las posibilidades de adaptación del trabajo académico para publicarlo en
otros foros (como en revistas de divulgación o de investigación, en congresos,
en workshops, etc.) y sobre otras muchas cuestiones relacionadas.
Durante los últimos años, he sido profesora en varias universidades de
asignaturas que tienen que ver con la elaboración de textos especializados, con
los géneros textuales, con la terminología, con los recursos informáticos
aplicados a la lengua, etc. Además, he tenido la oportunidad de dirigir (y
codirigir) diferentes trabajos académicos (tanto de grado y de máster, como de
doctorado), y de participar como miembro del tribunal de otros. En este
contexto, he podido observar de primera mano cómo los estudiantes tienen
exactamente los mismos problemas que yo tuve en su momento a la hora de
realizar trabajos académicos (ya sean trabajos de asignaturas, trabajos de fin de
grado, trabajos de fin de máster, proyectos de tesis o tesis doctorales).
En conversaciones informales en la universidad, muchos alumnos me han
confesado que se sienten perdidos cuando han de enfrentarse a un trabajo
académico, especialmente de fin de grado o de máster. Esto es así porque, en los
distintos grados y másteres de las universidades españolas, no se imparten
suficientes asignaturas o cursos destinados a esta cuestión. Y, precisamente, esta
cuestión es fundamental, ya que este tipo de trabajos suponen el punto final de
una trayectoria académica que lleva a la obtención de un título universitario. Con
esta idea en mente, durante el curso académico 2013-2014, impartí un curso de
verano intensivo en la UPF titulado «Cómo redactar y defender un trabajo
académico: las claves del éxito». El curso tuvo una gran aceptación por parte de
los estudiantes participantes (principalmente de grado y de máster), y muchos de
ellos me preguntaron si era posible disponer de los materiales y recursos
ofrecidos en el curso en forma de libro o manual. Es ahora en el 2016 cuando la
Editorial de la UOC me ha dado la oportunidad de publicar este libro,
colaboración que ha surgido a partir de la experiencia de diseñar e impartir la
asignatura «Trabajo de fin de máster» del máster de Traducción especializada de
la UOC, dirigido por el Dr. Antoni Oliver. Por tanto, esta es la principal
motivación del presente libro: servir de ayuda a estudiantes de cualquier ámbito
especializado del contexto universitario español actual que deban afrontar la
redacción, defensa y publicación de su trabajo académico, especialmente a
aquellos que se encuentren en el proceso de elaboración de su trabajo de fin de
grado o de fin de máster.
Existen otros recursos bibliográficos en castellano que pueden resultar
complementarios a este libro. Por ejemplo, la guía de Walker (2001) trata varias
cuestiones (como la selección del tema del trabajo o las fuentes bibliográficas,
principalmente) relacionadas con la redacción de trabajos de investigación en
general. El breve manual de Icart, Fuentelsaz y Pulpón (2001) presenta
recomendaciones específicas para la elaboración y presentación de proyectos de
tesis. El libro de Rigo y Genescà (2002) supone una fuente de información
interesante sobre las normas formales que suelen seguirse en tesis y trabajos de
investigación en general. El manual de Tolchinsky, Rubio y Escofet (2002)
incluye recomendaciones y consejos de diversa índole dirigidos a estudiantes que
quieran iniciarse en el mundo de la investigación. En el manual coordinado por
Pantoja (2009), cada capítulo ofrece de manera muy detallada algunos temas
concretos relevantes sobre la realización de tesinas, tesis y trabajos de
investigación (como documentación y búsqueda de información, aspectos
formales, análisis de datos cuantitativos, elaboración de cuestionarios, etc.),
redactados por parte de especialistas. Finalmente, la guía práctica para la
realización de los trabajos fin de grado y de fin de máster de la Universidad de
Murcia, coordinada por García y Martínez (2012), incluye muchos aspectos que
pueden extrapolarse a trabajos académicos de otras universidades españolas.
También algunas universidades o estudios específicos han publicado en línea
recursos o guías para ayudar a sus estudiantes a elaborar trabajos académicos, lo
cual considero una excelente práctica. Es el caso de la guía redactada por
Anduiza y Méndez (en línea) en el área de Ciencia Política y de la
Administración de la Universidad de Murcia; de las sugerencias para la
realización de trabajos académicos y científicos propuestas por Sánchez Herrera
(en línea) del Departamento de Sociología de la Universidad de La Laguna; o de
la guía de buenas prácticas para la elaboración de los trabajos de fin de grado de
los diferentes grados de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de
Cádiz, coordinada por Rodríguez-Piñeiro (2014).
Todas estas obras suponen, como he mencionado, un complemento al libro
que está en manos del estudiante ahora mismo, ya que toda información es
bienvenida a la hora de aprender a elaborar trabajos académicos. Cada una de
estas obras trata aspectos concretos que pueden resultar de utilidad a quien
desee iniciarse en el mundo de la investigación. Sin embargo, en los cinco
capítulos que conforman el contenido de este libro, se ha intentado mostrar el
proceso de elaboración de este tipo de trabajos como un todo, desde su
contextualización en la comunicación especializada y su ubicación en los géneros
textuales correspondientes, pasando por las diferentes etapas del proceso de
elaboración de un trabajo de final de grado o de máster y por la redacción del
trabajo académico escrito, hasta la defensa oral del trabajo frente a un tribunal y
su publicación en otros formatos. No se trata de una obra que se refiera
únicamente a aspectos formales (que también se explican, aunque no
exhaustivamente, ya que no pretende ser un manual de escritura científica), ni
trata de trabajos científicos en general, ni se centra en la elaboración de trabajos
académicos de especialidades o ámbitos concretos. Busca ser una obra clara y
didáctica que integra cuestiones generales de todo tipo relacionadas con el
proceso de elaboración de trabajos académicos de cualquier ámbito, centrada
especialmente en el trabajo de fin de grado y de fin de máster en el contexto
universitario actual. Por este motivo, junto con los contenidos teóricos, se han
ofrecido múltiples ejemplos extraídos de trabajos publicados en los últimos años
en varias instituciones académicas españolas, así como las referencias y los
recursos documentales y bibliográficos más actuales.
Así, espero que este libro haya sido de utilidad a todos los estudiantes que lo
hayan leído y haya logrado resolver (al menos) algunas de las dudas que yo tuve
en su momento. ¡Os deseo mucho éxito!
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