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“AÑO DEL BUEN SERVICIO AL CIUDADANO”

UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGIA

TEMA:

EL SUICIDIO

CURSO:

PSIOCOLOGÍA SOCIAL

Docente:

Sandro Urco Cáceres

Integrantes:

Pérez Alanya, Paola

Semestre: III

2017 – II

Ciclo:

Tercero

Huancayo – Perú

2017

1
Dedicatoria

Dedicamos esta monografía


a todos aquellos que no
creyeron en nosotros, a
nuestros padres por
brindarnos su apoyo
incondicional durante este
semestre académico y a los
que nos ayudaron con
nuestra investigación
también agradezco a dios por
estar siempre
acompañándome.

2
INDICE
CARATULA…………………………………………………………………………………………1
DEDICATORIA……………………………………………………………………………………..2
ÍNDICE………………………………………………………………………………………………3
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………………..4

CAPÍTULO I
(ASPECTOS GENERALES)
1.1. CONCEPTOS………………………………………………………………………………5
1.1.1. DEFINICIÓN ETIMOLÓGICA……………………………………………………
5
1.1.2. DEFINICIÓN ESENCIAL…………………………………………………………
5
1.1.3. DEFINICIÓN GENÉTICO-PSICOLÓGICA ……………………………...……..6
1.2. VISIÓN HISTÓRICA……………………………………………………………………….6
1.3. TÉRMINOS DE LA CONDUCTA SUICIDA……………………………………………..8
CAPITULO II
(TEORIAS DEL SUICIDIO)
2.1. TEORÍA EXPLICATIVAS
………………………………………………………………..11
2.1.1. TEORÍA BIOLÓGICA …………………………………………………………...11
2.1.2. TEORÍA GENÉTICA
…………………………………………………………….12
2.1.3. TEORÍA PSICOLÓGICA
………………………………………………………..13
2.1.4. TEORÍA SOCIOLÓGICA ……………………………………………………….13
CAPITULO III
(METODOS E INDICADORES)
3.1. FACTORES DE RIESGO DEL SUICIDIO …………………………………………….15
3.1.1. TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS …………………………………………….15
3.1.2. TRASTORNOS AFECTIVOS
…………………………………………………..16
3.1.3. ABUSO DE ALCOHOL Y OTRAS DROGAS …………………………………
16
3.1.4. ESQUIZOFRENIA ………………………………………………………………
17
3.1.5. TRASTORNOS DE PERSONALIDAD ………………………………………..18
3.1.6. FACTORES PSICOLÓGICOS …………………………………………………
18
3.1.7. FACTORES SOCIALES ………………………………………………………..19
3.1.8. FACTORES BIOLÓGICOS …………………………………………………….19
3.1.9. ENFERMEDADES MÉDICAS
………………………………………………….20
3.2. FACTORES DE PROTECCIÓN DEL SUICIDIO ……………………………………..20
3.2.1. FACTORES DE PROTECCIÓN EN LA NIÑEZ ………………………………
20
3.2.2. FACTORES DE PROTECCIÓN EN LA ADOLESCENCIA …………………21
3.2.3. FACTORES DE PROTECCIÓN EN LA TERCERA EDAD …………………21

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3.3. INDICADORES DE RIESGO
…………………………………………………………...22
CAPITULO IV
(PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN)
4.1. PREVENCIÓN DEL SUICIDIO ………………………………………………………...25
4.2. TRATAMIENTO DEL PACIENTE CON CONDUCTA AUTOLITICA ………………26
4.2.1. ABORDAJE TERAPÉUTICO …………………………………………………...27

CONCLUSIONES…………………………………………………………………………………29
BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………………………30

4
Introducción

En el siguiente trabajo a realizar hablaremos del suicidio, debido


que el tema es bastante amplio y complejo abordaremos los puntos
claves y de mayor importancia tales como: su definición, de cómo
poco a poco incrementa el riesgo de que más personas obtén por
el suicidio ya que los índices aumentan de una forma acelerada,
además sobre los pensamientos suicidas, los miles de motivos que
conducen a tal acto, como podemos evitarlo, como debemos actuar
ante una escena de suicidio, como actúa una persona cuando desea
quitarse su propia vida entre otras cosas, esto con el fin único de
evidenciar un problema grave que destruye de forma silenciosa y
aumenta considerablemente en nuestra sociedad, esperando
también lograr calar en la conciencia de las personas el daño que
produce a familiares, amigos y allegados un acto suicida. Esperando
que este trabajo logre un mayor entendimiento para en un
futuro poder evitar que cualquiera de nosotros sufra una pérdida
de un ser querido y logremos evidenciar un caso con anticipación e
intervenir de una forma correcta.

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CAPITULO I
(ASPECTOS GENERALES)
1.1. CONCEPTOS
1.1.1. DEFINICIÓN ETIMOLÓGICA

La palabra “suicidio”, etimológicamente, es una contracción de sui (de sí


mismo) y del radical cidium (muerte), de caedere, matar. Esta palabra es de
reciente creación, relativamente hablando, pues se debe al francés Desfontaines
en el siglo XVIII. El hecho que dicha palabra se expresaba antes con las frases:
“homicidio voluntario de sí mismo”, “asesinato de sí propio”, etc.

1.1.2. DEFINICIÓN ESENCIAL

El suicidio es la acción y efecto de quitarse, violenta y voluntariamente, la


vida. Se llama suicidio duplicado, cuando, para quitarse la vida, se comienza por
un procedimiento y, siendo insuficiente, se consuma por otro o por la repetición
del mismo. El suicidio doble tiene lugar cuando dos personas, de común
acuerdo, se dan juntas la muerte. Puede además, el suicidio ser consumado o
frustrado, según se siga o no la muerte, puesta la acción por el sujeto.

Entonces el suicidio es un fenómeno complejo que incluye componentes


biológicos, psicológicos, sociológicos, filosóficos, morales. Según la OMS en

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1970 identifico el acto suicida como un problema mayor de Salud Pública, ha
estado siempre ligado a la humanidad y sus costumbres.

El suicidio (del latín, etimología sui: sí mismo y caedere: matar) es


un hecho humano transcultural y universal, que ha estado presente en
todas las épocas desde el origen de la humanidad. Ha sido castigado y
perseguido en unas épocas y en otras ha sido tolerado, manteniendo
las distintas sociedades actitudes enormemente variables en
función de sus principios filosóficos, religiosos e intelectuales (Bobes
García, González Seijo y Saiz Martínez, 1997).

1.1.3. DEFINICIÓN GENÉTICO-PSICOLÓGICA

El suicidio, psicológicamente estudiado, puede considerarse como una


adulteración del instinto de conservación, innato y esencial a la naturaleza
humana. En los animales, el dolor, al cual sigue una acumulación de energías y
concentración de actividades, es la natural e inconsciente reacción contra un
daño sufrido; así obra en ellos el instinto de conservación que, a la par, los obliga
a repeler o evitar la causa de la perturbación sufrida.

En el hombre, esta inclinación, dirigida y moderada por la mente, ha sido


la motivación de las más levantadas acciones, de las más heroicas resistencias.
Pero, cuando el instinto de conservación, sustrayéndose a los dictámenes de la
inteligencia, se convierte en una pasión ciega, concreción del más repugnante
egoísmo, destruye, cuando no puede separarlos, los obstáculos que se oponen a
la realización de sus deseos ; y bajando de abismo en abismo, conviértase en
espíritu de asesinato, cuando el obstáculo es uno de nuestros semejantes, y
degenera, por último, en suicidio, cuando la valla que se opone a sus brutales
apetitos se encuentra en sí mismo. Y he ahí cómo el asesinato de sí propio se
explica, psicológicamente, por la adulteración del instinto de conservación
personal.

1.2. VISIÓN HISTÓRICA

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El suicidio es un fenómeno universal humano que ha venido dándose durante
todas las épocas históricas pero con distintos enfoques según la sociedad vivida.

En Oriente, se consideró por muchos siglos elogiable, tomándose como


referencia los suicidios masivos de los seguidores de “Confucio” (Pensador Chino
cuya doctrina recibe el nombre de “Confucianismo”; la esencia de sus enseñanzas
se condensa en la buena conducta en la vida).

En Grecia hubo la primera epidemia de suicidios en las mujeres jóvenes de


Mileto.

En la Roma Antigua el suicidio era considerado como un "deber" entre los


militares, políticos, corruptos... existían lugares específicamente diseñados para
este propósito.

Llegado el Cristianismo, se empezó a ver el suicidio con otros ojos. Según San
Agustín y Santo Tomás de Aquino, el suicidio era "pecado contra la Ley natural de
Dios" y "El hombre que se mata a sí mismo es un homicida". Estos escritores
emprendieron una cruzada contra los suicidas; entre otras consecuencias, una era
negarles sepultura en suelo santo. En la Edad Media, debido a la publicación de
un libro por J.W. Goethe en 1775, en el que el protagonista adolescente pone fin a
su vida disparándose en la cabeza; se desató una gama de suicidios entre los
adolescentes de esta era.

En Japón, el suicidio se entendía como el único medio digno del hombre para
superar una situación en la que su honor había quedado herido.

En la India, conocemos el suicidio de los secuaces de la secta brahamánica


llamada de los gimnosofistas; crimen rodeado de aparatosas solemnidades.

En China, sabemos del suicidio colectivo de quinientos filósofos de la escuela


de Confucio, provocado por el desespero que sufrieron al ver quemados por
mandato del emperador sus libros sagrados. En Armenia, el de Mitrídates
viéndose derrotado por los romanos, etc.

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En Africa, el asesinato de sí propio cometido por el anciano Sesostris
inconsolable por haber perdido la vista; el de Cleopatra; el de los generales
cartagineses Amílcar, Amilcón, Aníbal, cuando les fue adversa la suerte de las
armas, etc.

En el Romanticismo (siglo XIX), se hizo célebre el suicidio por razones de


amor no correspondido o imposible. Un ejemplo se narra en la obra de William
Shakespeare, escrita en 1597, “Romeo y Julieta”. Esta obra narra una tragedia en
la que dos enamorados sufren un amor imposible que les costará la vida.

En general, en épocas pasadas la mayoría de los suicidios estaban motivados,


más que por un odio a la vida o deseo de la muerte, por un impulso de encontrar
una solución rápida a un problema ético.

1.3. TÉRMINOS DE LA CONDUCTA SUICIDA

Es conveniente conocer y diferenciar entre:

o Conductas suicidas: Son todas aquellas conductas que se realizan con


objeto de llevar a cabo de una manera consciente o inconsciente una
acción suicida.
o Riesgo de suicidio: Es la posibilidad de que una persona atente
deliberadamente contra su vida.
o Suicidio consumado: Es el acto suicida que se ha llevado a cabo con éxito
y la persona acaba con su vida.
o Suicidio frustrado: Acto suicida que no ha conseguido el objetivo por
alguna circunstancia imprevista.
o Simulación suicida: Es el acto suicida que no cumple su objetivo, porque
hay fingimiento o presentación de algo como real, cuando no existía una
auténtica intención de consumar el acto.
o Ideación suicida: son aquellos pensamientos intrusivos y repetitivos sobre
la muerte autoinfringida, sobre las formas deseadas de morir y sobre los

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objetos, circunstancias y condiciones en que se propone morir, es decir,
son los pensamientos y planes para llevar a cabo un acto suicida.
o Gesto suicida: Es dar a entender con actos, que suelen tener algún
simbolismo sobre una acción suicida que se realizará.
o Amenaza suicida: Es dar a entender con palabras a sobre una acción
suicida que se realizará.
o Suicidio colectivo: La conducta suicida que llevan a cabo varias personas
a la vez. En este tipo de suicidios lo normal es que una persona del grupo
sea la inductora y el resto los dependientes. Los suicidios en grupo, tanto
si implican un gran número de personas como si sólo son dos (como un
par de enamorados o cónyuges), representan una forma extrema de
identificación con la otra persona. Los suicidios de grandes grupos de
gente tienden a ocurrir en sectas y en situaciones con una gran carga
emocional.
o Suicidio contagioso: A veces cuando se conoce el suicidio de un
personaje conocido de produce una aumento de la conducta suicida, lo
que se conoce como contagio o efecto imitación o “efecto Werther”
nombre del protagonista de la novela “Las desventuras del joven Werther”
de Johann Wolfgang von Goethe, entendido como la exposición al suicidio
o a conductas suicidas entre los miembros de la familia y el grupo de
amigos; también puede darse el contagio mediático, a través de las
noticias o reportajes de suicidios en los medios de comunicación cuando
dan una cobertura repetitiva y continua del suicidio, lo que tiende a inducir
a pensamientos suicidas, particularmente en los adolescentes
(OMS, 2000), como sucedió cuando Marylin
o Suicidio racional: Una persona que inmerso en una enfermedad crónica,
incapacitante, deterioro progresivo, toma la decisión de que suicidarse es
la solución a su sufrimiento.
o Intento de suicidio: Se engloban aquellos actos autolesivos deliberados
con diferente grado de intención de morir y de lesiones que no tienen un
final letal. Se ha afirmado que el intento de suicidio es el predictor del

10
suicidio, ya que entre un 10% y un 14 % de las personas que realizan
un intento de suicidio, cometerán suicidio posteriormente. De ahí se
deduce que cualquier persona que haya realizado un intento de suicidio
tiene un riesgo de suicidio unas 100 veces mayor que la población
general, durante el año siguiente al intento (Diekstra, 1993).
o El parasuicidio: Término introducido por Kreitman (1977) para referirse a
toda conducta autolesiva no mortal, sin considerar esencial en la definición
la intencionalidad hacia la muerte. Es decir, el parasuicidio o lesión
deliberada sería el conjunto de conductas donde el sujeto de forma
voluntaria e intencional se produce daño físico, cuya consecuencia es el
dolor, desfiguración o daño de alguna función y/o parte de su cuerpo, sin
la intención aparente de matarse. Forman parte del parasuicidio las
autolaceraciones (como cortes en las muñecas), los autoenvenenamientos
(ingestión medicamentosa) y las autoquemaduras.

Aunque en Estados Unidos se utiliza el término intento de suicidio mientras en


Europa se denomina parasuicidio o daño autofligido deliberado.

En los últimos años se ha empezado a distinguir entre conducta suicida mortal


y conducta suicida no mortal, diferenciación que parece más adecuada.

El comportamiento suicida es un continuum o gradación secuencial


que va desde la ideación en sus diferentes expresiones, pasando por las
amenazas, los gestos e intentos, hasta el suicidio propiamente dicho. La
presencia de cualquiera de estos indicadores (ideas, amenazas, gestos e
intentos) debe considerarse como un signo de riesgo (Hernández, 1997;
Pérez Barrero y Mosquera, 2002).

De todas formas, podríamos diferenciar en la conducta suicida tres niveles o


categorías: ideación suicida, tentativa de suicidio y suicidio.

11
CAPITULO II
(Teorías del suicidio)

El suicidio es un síndrome pluricausal, en el que intervienen factores sanitarios y


psicosociológicos de muy diversa índole, incluyendo creencias, cultura y filosofía
vital. La determinación biopsicosociocultural del suicidio, está hoy generalizada
en la compleja plurideterminación que revela que éste no es un problema
exclusivo del ámbito de la salud, los estudios epidemiológicos a nivel mundial lo
indican como un grave problema de la Salud Pública.

Aunque las causas del acto suicida son múltiples, se ha intentado explicar desde
diferentes postulados teóricos.

2.1. TEORÍA EXPLICATIVAS

En este apartado vamos a describir algunas de las teorías más relevantes


entorno al suicidio que intentan explicar este contradictorio comportamiento
humano de la autodestructividad.

2.1.1. TEORÍA BIOLÓGICA

Las personas que parecen tener cierta vulnerabilidad hacia el suicidio,


presentan un descenso en los niveles de serotonina en el cerebro. Las bases
neurobiológicas del suicidio no se han esclarecido del todo, aunque se han
enfocado particularmente hacia la disfunción del sistema serotonérgico. Estudios
indicaban que, en sujetos con intentos suicidas, se encuentran niveles reducidos
del ácido 5–hidroxiindol–acético, principal metabolito de la serotonina, en el

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líquido cefalorraquídeo, independientemente del diagnóstico psiquiátrico previo.
Más adelante, algunos estudios post–mortem han identificado alteraciones en los
receptores presinápticos y postsinápticos de la corteza prefrontal ventromedial.

Esta disfunción, al parecer, se asocia con alteraciones en los genes que


codifican la expresión de enzimas implicadas en la síntesis y metabolismo de la
serotonina, aunada a una alteración en la expresión genética de factores
neurotróficos derivados del cerebro, los cuales intervienen en la regulación
funcional de las neuronas serotonérgicas.

En conjunto, estas alteraciones se han relacionado con la vulnerabilidad o


la diátesis (disposición hacia la enfermedad que tiene como origen ciertos
aspectos genéticos, experiencias, enfermedades previas y hábitos de vida) para
el comportamiento suicida en individuos con predisposición a la conducta
violenta e impulsiva o autoagresiva. Además, confluye una hiperactividad del eje
hipotálamo–hipófisis–adrenal, confirmada por un incremento de la hormona
adrenocorticotrófica y una reducción del número de receptores para esta
hormona en la corteza prefrontal de suicidas. La corteza prefrontal desempeña
un papel fundamental en la regulación del estado de ánimo y se le ha implicado
tanto en la fisiopatología de los trastornos afectivos como en el suicidio

2.1.2. TEORÍA GENÉTICA

Casi la mitad de los pacientes en cuyas familias han existido suicidios


realizan un intento. El mecanismo hereditario de la conducta suicida podría incluir
la transmisión de la enfermedad psiquiátrica de base o la existencia de una
herencia del mismo comportamiento suicida.

Se ha comprobado a través de estudios familiares, gemelares y de


adopción la influencia de la herencia poligénica. Y diferentes estudios ha
mostrado que el riesgo de suicidio es más elevado en los individuos con
antecedentes familiares de suicidas. Se ha afirmado que la tendencia suicida se
decide en una zona del cromosoma 2.

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2.1.3. TEORÍA PSICOLÓGICA

Entonces en muchas ocasiones la persona que realiza un acto suicida


pone en juego su vida para que ésta cambie, ya que lo que puede ir buscando es
que su vida sea otra porque la vive está llena de su sufrimiento. Y estos
individuos se caracterizan por el aislamiento social, la presencia de una baja
autoestima, baja autoeficacia, pobre auto-concepto, sentimientos de abandono y
desesperanza, visión negativa de sí mismo y de su entorno así como niveles
elevados de impulsividad. Algunas interpretaciones:

a) Psicología cognitiva: Han hallado que es la desesperanza la que


está ligada a la consumación del suicidio, por tanto, su
tratamiento se encamina a corregir los pensamientos negativos e
infundir esperanza.
b) Psicoanálisis (Freud): Elaboró una interpretación sobre el tema, en
el que es Thanatos o instinto de muerte autodirigido, el que nos
induce a este tipo de comportamiento. El suicidio representa la
inconsciente dirigida hacia el objeto amado que ha sido
previamente introyectado, por regla general, de forma ambivalente.
c) Menninger (1938): El suicidio sería un homicidio invertido, el
resultado de la rabia o la ira contenida con otra persona, que se
dirige al interior o se utiliza como una excusa para el castigo. Se
distingue en toda idea suicida tres componentes: el deseo de matar,
el deseo de ser matado y el deseo de morir.
2.1.4. TEORÍA SOCIOLÓGICA

Durkheim, representante de la teoría sociocultural publicó en 1897 "El


suicidio", influyente monografía basada en un estudio de los tipos de suicidio de
acuerdo a las causas que lo generan, donde considera que los hechos sociales
deben ser estudiados como realidades exteriores al individuo. Así pues,
considera que no es el individuo quien se suicida, sino es la sociedad quien lo
hace a través de ciertos individuos. Esto se da por perturbaciones en la relación
individuo-sociedad. Determina 4 tipos de suicidio:

 Egoísta: Se da cuando se produce una desintegración de la estructura


social, produciendo un exceso de individualización.

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 Altruista: El yo no forma parte del individuo, se confunde con lo externo.
 Anónimo: Se da cuando hay una distorsión de los valores sociales,
llevando al sujeto a una falta de sentido de vida.
 Fatalista: Se da debido a una excesiva reglamentación, lo que limita
totalmente su futuro

15
CAPITULO III
(FACTORES E INDICADORES)

3.1. FACTORES DE RIESGO DEL SUICIDIO

Los factores de riesgo hacen referencia a las características individuales o


ambientales que aumentan la probabilidad de que una persona pueda cometer un
acto suicida. Unos factores pueden tener más peso que otros, y sobre todo la
combinación de varios factores de riesgo. En general se podría establecer que son
factores de riesgo:

 No tener ideales religiosos. Se han encontrada tasas menores de


suicidio en creyentes y practicantes frente a no creyentes.
 Vivir en zonas con aislamiento social (sobre todo en las zonas deprimidas
de las grandes ciudades, pero también en áreas rurales despobladas).
 Tener padres con trastorno psicótico o afectivo es un factor de riesgo
sobre todo para las mujeres.
 Tener padres que han realizado conducta suicida.

Padecer trastorno mental: En más del 90 % de los casos existe enfermedad


psiquiátrica concomitante, y son:

3.1.1. TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS

Según los resultados de distintos estudios, el 90% de las personas que se


suicidan pre trastorno psiquiátrico en el momento de su fallecimiento. Este es un
dato importante, pues supone la existencia de una causa potencialmente
tratable.

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Los trastornos psiquiátricos que con más frecuencia se asocian con el
suicidio son los trastornos afectivos y el alcoholismo. El riesgo es mayor en
aquellos que tienen antecedentes de ingreso psiquiátrico y en los que han
realizado intentos de suicidio previos.

3.1.2. TRASTORNOS AFECTIVOS

Es el diagnóstico psiquiátrico más frecuente en víctimas de suicidio (45-77


Se ha descrito que el 15% de los pacientes con trastornos afectivos fallecen por
esta causa. Es más probable que el suicidio se produzca al principio o al final de
un episodio depresivo. Parece que los pacientes deprimidos que se suicidan
presentan con mayor frecuencia insomnio y un elevado nivel de ansiedad. Este
hecho es importante porque estos síntomas pueden aliviarse con un tratamiento
adecuado.

En el caso del trastorno bipolar, el factor de riesgo serían las fases


depresivas, no las maníacas. Parece existir un riesgo elevado en las fases
mixtas, por la peligrosa combinación de una acentuada disforia y un alto grado
de energía y perturbación. En varios estudios se ha encontrado un mayor
porcentaje de intentos de suicidio en trastornos bipolares tipo II en comparación
con los del tipo I, lo que se ha atribuido, entre otras causas, a que estos
pacientes puedan pasar más fácilmente desapercibidos o bien a que no reciban
un tratamiento adecuado (p. ej., es menos frecuente en tratamiento con lítico.

3.1.3. ABUSO DE ALCOHOL Y OTRAS DROGAS

Es el segundo diagnóstico psiquiátrico más frecuente entre las víctimas de


suicidio. Aproximadamente los suicidas son alcohólicos. Lo habitual es el suicidio
produzca tras varios años de abuso de alcohol. Factores que potencian el riesgo
suicida son:

 Consumo de otras sustancias (politoxicómanos)


 Períodos posteriores al alta hospitalaria. afectivos (presentes

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 Trastornos psiquiátricos concomitantes, sobre todo trastornos del
suicidio) y tras hasta en dos terceras partes de estos pacientes en el
momento torno de personalidad (fundamentalmente antisocial y límite)
intoxicación

Además del riesgo suicida que conlleva la dependencia de alcohol, la aguda


en sí también aumenta este riesgo debido a la desinhibición que produce. El
intento de suicidio en estos pacientes presenta una serie de características
peculiares

 La ingesta etílica puede potenciar la acción de los fármacos ingeridos.


 La pérdida de conciencia parece justificarse a veces por el consumo
de que conllevaría un retraso en el diagnóstico.
 Durante el tratamiento puede aparecer un síndrome de abstinen
complicándose enormemente la evolución del paciente.

La tasa de suicidio en adictos a la heroína es 20 veces mayor que en la


población general. Factores que predisponen al suicidio son:

 Administración intravenosa
 Asociación con trastorno antisocial de la personalidad
 vida Impulsividad

3.1.4. ESQUIZOFRENIA

El 10% de estos pacientes fallecen por suicidio. La mayoría son varones


jóvenes, y el suicidio se produce frecuencia durante los primeros años de la
enfermedad, estando el paciente en remisión, sin síntomas psicóticos, pero con
sintomatología depresiva.

Una situación de alto riesgo son las fases psicóticas con alucinaciones
auditivas que les ordenan el suicidio, o con ideas delirantes de persecución que
les inducen a escapar Sin embargo, parece que esto se da sólo en un bajo
porcentaje de enfermos.

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Al igual que en otros trastornos, el riesgo aumenta en los períodos
posteriores a hospitalización. En ese momento se ha resuelto la fase psicótica y
el paciente es más consciente de su trastorno y de la realidad de la situación.
Hay que prestar atención a las autopercepciones del paciente, sus estrategias de
adaptación y los sistemas de apoyo sociofamiliar de los que dispone.

3.1.5. TRASTORNOS DE PERSONALIDAD

En estos trastornos se ha observado una mayor incidencia de suicidios


consumados sobre todo en los trastornos límite y antisocial. Factores
predisponentes que se dan en este tipo de pacientes son:

 Coexistencia con trastornos del Eje I, como alcoholismo o depresión.


 Problemas en las relaciones interpersonales y en el ajuste social. O
 Precipitación de acontecimientos vitales no deseables
 Dificultad para afrontar las situaciones estresantes.
 Impulsividad

Estos pacientes suponen un reto para el clínico pues, por sus


características, suelen tener conflictos no sólo con sus familiares sino también
con el personal médico.

Además, en ocasiones utilizan los intentos de suicidio como medio para


demandar atención o manipular a quienes les rodean. No obstante, también
estos casos deben ser valorados con precaución, pues pueden llegar a
desembocar en la muerte del paciente.

3.1.6. FACTORES PSICOLÓGICOS

La primera aproximación psicológica importante procede de Sigmund


Freud, quien consideraba el suicidio como la agresión dirigida contra un objeto
amado introyectado. Dudaba que el suicidio pudiera darse sin la existencia del
deseo, previamente reprimido de matar a alguien. Karl Menninger, basándose en
los conceptos de Freud, entiende el suicidio como un homicidio invertido,
resultado de la cólera del paciente hacia otra persona.
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Los suicidólogos contemporáneos que factor importante es la desesperanza
que se asocia con riesgo de suicidio a largo plazo. Esta no es específica de la
depresión sino que puede acompañar a la desmoralización en otros trastornos
(esquizofrenia, enfermedades médicas, etc.).

Al evaluar el riesgo suicida hay que explorar acontecimientos vitales


estresantes, así como los mecanismos de defensa y las pautas de afrontamiento
del paciente

3.1.7. FACTORES SOCIALES

El suicidio es un fenómeno universal. Las variaciones entre países reflejan


factores sociales y culturales (además de diferencias en los métodos utilizados
para notificar el suicidio). En líneas generales, los países árabes, los
latinoamericanos y los de la cuenca mediterránea presentan tasas de suicidio
más bajas

La primera aportación importante al estudio de estos factores la realizó


Durkheim Según él, el riesgo de suicidio varía de forma inversa al grado de
integración en la fami lia y en la sociedad en general. Esto podría servir para
explicar las tasas de suicidio más elevadas en inmigrantes, personas divorciadas
o zonas urbanas (con menor integración social que las rurales).

En las épocas de recesión económica aumenta el riesgo de suicidio,


mientras que en tiempos de guerra éste disminuye.

3.1.8. FACTORES BIOLÓGICOS


o Estudios neuroquímicos:
Los resultados más reproducidos en la investigación, tanto en estudios
cerebrales necrópsicos como en las determinaciones del ácido 5-hidro-
xiindolacético, metabolito de la serotonina, en el líquido cefalorraquídeo
(LCR) de pacientes con intentos de suicidio, muestran una disminución de
la actividad sero toninérgica. Los niveles bajos de 5-HIA se han relacionado,
además, con intentos de suicidio violentos.

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o Estudios genéticos.

Los gemelos monocigóticos presentan mayor concordancia para el


suicidio que los gemelos dicigóticos, lo cual apoyaría la existencia de
factores genéticos implicados en el suicidio. Además, hasta el 25% de los
pacientes con con- ductas autolíticas presentan antecedentes familiares de
suicidio.

3.1.9. ENFERMEDADES MÉDICAS

La enfermedad física es un factor de riesgo suicida. Varios son los factores


que pueden aumentar el riesgo de suicidio: el dolor, la alteración de la imagen
corporal, la incapacidad, la pérdida de independencia o el aislamiento social. La
mayoría de los pacientes con enfermedades orgánicas que se suicidan tienen un
trastorno psiquiátrico, generalmente un trastorno afectivo. Los cuadros
depresivos pueden deberse no solo alas limitaciones físicas y psicosociales, sino
también de la influencia fisiológica de la enfermedad sobre el estado de ánimo e
incluso a los tratamientos médicos utilizados

3.2. FACTORES DE PROTECCIÓN DEL SUICIDIO

Los factores de protección hacen referencia a aquellas características que


inhiben, reducen o atenúan la probabilidad de que la persona cometa un acto
suicida. En general se ha señalado que los factores protección frente al
suicidio son una familia estable, cohesionada y con canales de comunicación
abiertos, amistades profundas, valores sólidos y bien fundamentados, las
tradiciones que fomentan los vínculos con la red social y un sentido trascendente
de la vida.

3.2.1. FACTORES DE PROTECCIÓN EN LA NIÑEZ

Una familia estructurada y estable con un clima emocional y afectivo


con comprensión cariño y comunicación adecuada, fuertes lazos entre sus
miembros y con relaciones armónicas entre los padres.

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3.2.2. FACTORES DE PROTECCIÓN EN LA ADOLESCENCIA

La promoción de salud para prevenir esta conducta debe involucrar no


sólo a profesionales de la salud pública, sino a otras personas que se
relacionan, muchas veces durante mayor cantidad de tiempo, con los
adolescentes, como son: los familiares, los maestros y los propios
adolescentes.

Principalmente hay que promover los modos de vida saludables entre


ellos, como la práctica sistemática del deporte, una sexualidad responsable, no
hábitos tóxicos, desarrollar múltiples intereses que les permitan un uso
adecuado de su tiempo libre, entre otros.

La protección específica se haría sobre aquellos en desventaja


biopsicosocial, como los que hayan sido niños con riesgo suicida o los que en la
propia adolescencia hayan acumulado diversos factores de riesgo hasta ese
momento ausentes. Entre estos se encuentran los que hayan realizado una
tentativa de suicidio o un suicidio frustrado; los que presenten alteraciones
en su comportamiento sexual en forma de precocidad, promiscuidad,
abortos, embarazos no deseados u ocultos, masturbación compulsiva, que
hayan sido víctimas de abuso sexual, violación u otro delito de esta índole.

Con los adolescentes es conveniente que se disponga de un ambiente


familiar, de amistad y escolar de comprensión y apoyo. Y que tanto la familia
como la escuela orienten en las competencias, potencien la integración y la
interrelación, facilitando la adquisición de habilidades, fomentado la autoestima
y el autocontrol, capacitándoles para llegar a ser consecuentes con sus
principios, integrados en su grupo y responsables con los compañeros,
combinando diferentes técnicas tanto grupales como individuales.

3.2.3. FACTORES DE PROTECCIÓN EN LA TERCERA EDAD

Además de un entorno familiar donde se sientan queridas y respetadas,


las personas mayores pueden protegerse teniendo la posibilidad de participar
en un número mayor de actividades.
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La práctica de actividades, sean físicas, intelectuales o socioculturales,
tiene una influencia benéfica: frena el envejecimiento y permite vivir el período
de la vejez en las mejores condiciones posibles.

La realización de un plan de actividades:

 Actividades físicas (equilibrio, flexibilidad, destreza).


 Actividades cognitivas (grupos de palabras, talleres de memoria).
 Actividades de expresión y comunicación (juegos teatrales, juegos de
sociedad).
 Actividades socioculturales (exposiciones, paseos, descubrimientos).
 Actividades de artes plásticas (dibujos, modelado)
 Actividades domésticas (jardinería, cocina terapéutica).
 El fomento de las relaciones sociales: excursiones, viajes….y un
seguimiento médico adecuado.

3.3. INDICADORES DE RIESGO

Las personas con riesgo suicida realizan manifestaciones prodrómicas


del suicidio.

Los indicadores de riesgo pueden ser conscientes o inconscientes y, en


muchas ocasiones, es una señal de una persona que no es capaz de expresar lo
mal que se siente o una petición de ayuda, por eso es conveniente tener en
cuenta los indicadores de riesgo siguientes:

Verbalizar frases que indican un acto suicida como: "prefiero estar muerto”
"cuando me muera me echaréis de menos".
Escribir notas sobre el suicidio o la muerte.
Hacer testamento o donar o tirar pertenencias importantes.
Pasar bruscamente de un estado de ánimo a otro diferente.
Realizar conductas erráticas, sin objetivo alguno.
Visitar a amigos y familiares en plan de despedidas.
Acumular fármacos.
Hablar sobre el suicidio, incluso bromeando.
Sufrir una depresión mayor.

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Cambiar de hábitos alimenticios y del sueño.
Perder el interés en las actividades habituales.
Abandonar a los amigos y a la familia.
Aumentar el consumo de alcohol y de drogas.
Provocar situaciones de riesgo innecesarias.
Tener un comportamiento temerario.
Poner orden en los asuntos y regalar posesiones de valor.
Tener escaso o nulo apoyo de la familia
Tener sentimientos de culpabilidad
Haber sufrido abuso sexual o maltrato físico
Tener una historia familiar de suicidio o violencia.
Haber fallecido un amigo íntimo o un miembro de la familia.
Haberse divorciado o separado recientemente.
Tener fracaso escolar.
Haber perdido el trabajo o problemas laborales.
Autolesionarse.
Ser rígido, con pensamiento obsesivo, con poca capacidad de resolución de
problemas y un autoconcepto negativo.

Además toda persona ante de realizar un acto suicida evidencia una serie de
síntomas que constituyen el síndrome presuicidal, que consiste en un
retraimiento de los sentimientos y el intelecto, inhibición de la agresividad, la cual
ya no es dirigida hacia otras personas sino hacía sí y la existencia de fantasías
suicidas.

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CAPITULO IV
(PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN)

4.1. PREVENCIÓN DEL SUICIDIO

El suicidio es una causa de muerte que se puede prevenir, pues la mayoría de


las víctimas tienen un trastorno psiquiátrico por lo tanto, existe una causa
potencialmente tratable. En este sentido, una de las medidas más eficaces
consiste en mejorar la formación de los médicos de atención primaria en el
diagnóstico y tratamiento de los trastorno afectivos, que son más frecuentes en los
pacientes con suicidas. Además, deben saber discernir qué pacientes han de
remitir al psiquiatra, La evaluación del clínico sigue siendo la principal medida
preventiva.

Es importante conocer los factores de riesgo ya explicados, si existen


acontecimientos vitales estresantes y cuáles san los momentos evolutivos
cruciales como, por ejemplo las primeras 2 semanas de tratamiento en los cuadros
depresivos, y las apocas posteriores a un alta hospitalaria.

La prevención secundaria se llevarla a cabo en aquellos pacientes que ya han


realizado un intento de suicidio, para evitar que lo repitan. Esto requiere,
nuevamente, un diagnóstico y tratamiento adecuados. No hay que fiarse de que el
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paciente niegue la seriedad del intento y este nunca debe banalizarse, por
manipulativo que parezca.

4.2. TRATAMIENTO DEL PACIENTE CON CONDUCTA AUTOLITICA

En situación de crisis, ya sea por ideas de suicidio o por un intento autalitico,


se necesita una adecuada supervisión para evitar que el paciente tenga acceso a
métodos potencialmente letales.

Si se decide tratar de forma ambulatoria se requiere:

4. Supervisión por parte de la familia, que debe estar dispuesta a colaborar


5. Alianza terapéutica con el paciente, que debe aceptar la supervisión
familiar
6. Cautela al prescribir psicofarmacos, que han de ser controlados por algún
allegado.
7. Seguimiento por parte del psiquiatra que le corresponda antes de 72 horas

En caso de duda, es preferible ingresar al paciente. Lo mismo ocurre si no


existe apoyo familiar.

 Inestabilidad clínica: en ese caso debe hacerse en el hospital general,


garantizándose la asistencia psiquiátrica.
 Persistencia de la intención letal.
 Utilización de métodos violentos
 Psicopatología subyacente grave: depresión mayor, psicosis, etc.

Si es necesario para proteger la vida del paciente, se recurrirá a ingreso


involuntario. El tratamiento va dirigido al trastorno psiquiátrico subyacente. En
líneas generales, los antidepresivos de elección serian, al menos en régimen
ambulatorio, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).
Estos tienen un bajo índice de letalidad y actúan sobre el control de los impulsos.
En el caso de los pacientes esquizofrénicos pueden ser útiles los neurolépticos
depot, ya que no pueden utilizarse con fines autolíticos, y si existe un síndrome

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depresivo, que se asocia con riesgo de suicidio, habrá que añadir antidepresivos.
En cuanto al trastorno límite de personalidad, se ha descrito la utilidad de los
neurolépticos a dosis bajas para controlar los impulsos suicidas.

En lo que se refiere al tratamiento psicoterapéutico, la tarea más el


establecimiento de una alianza terapéutica con el paciente. No existe un
tratamiento para el suicidio, sino q se deben integrar elementos psicodinámicos y
cognitivo-conductuales. El objetivo de estos últimos es corregir las distorsiones
cognitivas del paciente y aumentar su capacidad para encontrar alternativas al
suicidio.

4.2.1. ABORDAJE TERAPÉUTICO

En este apartado abordaremos de una forma muy concisa de las


especificidades terapéuticas relativas a las tentativas de suicidio adolescente. El
gesto suicida se produce en un contexto dramático que, justificado o no, se
observa casi siempre; la enorme presión de la urgencia incita al entorno, sobre
todo a los médicos y personal médico implicados, a emprender una de estrategia
de urgencia como respuesta de este gesto. Esta estrategia suele adoptar el
carácter de un auténtico paso al acto que se eco del paso al acto suicida del
adolecente. Debe hacerse un incísao: sin duda, existe una urgencia real de
entrevistar al adolescente, pero no siempre se produce una urgencia de actuar,
de “hacer algo”. La única urgencia que se produce relación con el intento de
suicidio es una urgencia de escuchar, y precisamente para responder a esta
necesidad urgente de escuchar se han creado diversos servicios y centros para
adolescentes cuyo único, objetivo consiste en acoger al adolescente en un
momento urgente de necesidad y proponerle la posibilidad de efectuar una
entrevista clínica. Hay que señalar, asimismo, la existencia de centros de
atención telefónica.

A continuación distinguiremos entre las medidas terapéuticas inmediatas y


las medidas a medio y largo plazo.

1. Medidas terapéuticas inmediatas

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Representan la respuesta directa al gesto de suicidio. Su modalidad no
depende siempre del profesional, ya que éste se enfrenta a veces con el
hecho consumado, como sería el caso de una hospitalización nocturna en un
servicio de urgencias.
El objetivo esencial de medidas inmediatas es preservar el futuro físico y
psicológico del adolecente intentando planificar ci adro terapéutico necesario.
Es posible distinguir entre hospitalización, entrevista de urgencia con el
adolescente entrevista familiar.
2. Medidas a medio y largo plazo

Por mucho que las medidas inmediatas sean aceptadas por el adolecente
suicida y su familia, la planificación de un cuadro terapéutico duradero resulta
muy difícil y, a veces, solo una recaída permitirá establecer un proyecto
terapéutico a largo plazo. Este puede consistir en psicoterapia individual,
terapia familiar o ingreso en una de las diversas instituciones (hospital de día,
hogar de acogida, etc.).

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CONCLUSIONES

conforme el trabajo se realiza,nos damos ncuenhta que existe un elevado índice


de propencion al suicidio ,si bien el dato no es explicito,si analizamos el desarrollo
de las encuestas nos damos cuenta de que el índice esta entre un 15%a20%,dada
la actualidad del hecho es preocupante la situación de los jóvenes.

Se define como la acción de quitarse la vida de forma voluntaria.se entiende ala


distancia directamente querida dela propia vida, bien sea por un acto una omisión
voluntaria.se distingue de la destrucción indirecta de la vida que se da cuando la
muerte propia no procede de un acto cuyo único fin sea quitarse la vida, aunque
de ese acto resulte la muerte, en ese cao no hay suicidio, pues, la muerte propia
no es causada ni directamente querida por la gente, sino solo permitida. Esto se
puede dar en el caso que se exija el cumplimiento de obligaciones ineludibles aun
a riesgo de perder la propia vida.

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BIBLIOGRAFIA

MARCELLI D. y BRACONNIER A. Psicopatologia del adolecente. 2° edición. Edit.


Masson, S.A.

BARRERO PÉREZ. El suicidio y su prevención. Asociación Mundial de Psiquiatría,


Washington DC. 2010.

BOBES GARCÍA J.; GONZÁLEZ SEIJO J.; SAIZ MARTÍNEZ PA. (1997).
Prevención de las conductas suicidas y para suicidas. Barcelona. Editorial
Masson. Psiquiatría Médica.

LEONARDO A.ESLAVA. El suicidio y los factores indicadores de riesgo. Bogotá


Abril, 2007.

EMILE DURKHEIM. El suicidio, 1897. Libro II. Buenos Aires, Libertador, 2004

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