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Aunque es cierto que algunas personas cuentan con más dotes naturales que otras,
la capacidad de dirigir es realmente un conjunto de habilidades y casi todas ellas
pueden aprenderse y mejorarse. Pero el proceso no ocurre de un día para otro. El
liderazgo tiene muchas facetas: respeto, experiencia, fuerza emocional, destreza,
disciplina, visión, ímpetu, sentido de la oportunidad, y la lista continúa. Como
podemos ver, muchos de los factores que entran en el juego en el liderazgo son
intangibles. Por eso los líderes necesitan madurar para ser efectivos. Al acercarme
a los cincuenta años, comencé a entender con claridad los múltiples aspectos del
liderazgo.
Ya sea que tengas o no una gran habilidad natural para el liderazgo, éste se
desarrollará y progresará, probablemente, de acuerdo con las siguientes cuatro
fases:
Fase 1: No sé lo que no sé
Fase 2: Sé que no sé
<<No será algo fácil>> agregué, <<pero en cinco años, veras el proceso a medida
que tu influencia aumenté. En diez años, desarrollarás una competencia que hará
tu liderazgo altamente efectivo. Y en veinte años, cuando tengas sólo treinta y
nueve, si has continuado aprendiendo, otros probablemente comenzarán a pedirte
que les enseñes. Brian, puedes ser un gran líder, pero no ocurrirá en un día.
Comienza a pagar el precio ahora>>.
Lo que era verdad respecto a Brian, también es verdad respecto de ti. Comienza a
desarrollar tu liderazgo hoy y algún día experimentarás los efectos de la Ley del
Proceso.
Uno puede ser bastante efectivo como líder cuando está en la fase 3, pero debe
pensar cada paso que da. Cuando llegas a la fase 4, tu capacidad para ser líder se
vuelve casi automática. En ese momento, la recompensa se vuelve inmensa. Pero
la única manera de llegar allí es obedecer a la Ley del Proceso.
El liderazgo se desarrolla día a día, no en un solo día: ésta en la realidad que dicta
la Ley del Proceso. Lo bueno es que nuestra capacidad de liderazgo no es estática.
Independientemente de dónde hemos comenzado, podemos mejorar. Esto es cierto
aun para aquellas personas que se han destacado en el escenario mundial del
liderazgo.
El ex campeón de pesos pesados Joe Frazier expreso: <<Se puede trazar un plan
de pelea o un plan de vida. Pero cuando comienza la acción, uno depende de sus
reflejos. Allí se manifiesta lo hecho>>. El boxeo es una buena analogía del
desarrollo del liderazgo, porque depende de la preparación diaria. Aun cuando una
persona posea talento natural, debe entrenarse para llegar a tener éxito.
UN HOMBRE DE ACCION
A los doce años, su padre le dijo: <<Posees la mente, pero no el cuerpo y , sin la
ayuda del cuerpo, la mente no puede ir tan lejos como debería. Debes desarrollar
tu cuerpo>>. Así lo hizo. Comenzó a dedicar tiempo cada día a desarrollar tanto su
cuerpo como su mente y lo hizo durante el resto de su vida.
Levantaba pesas, caminaba, esquiaba, remaba, montaba a caballo y boxeaba. En
la época en que se graduó en Harvard, ya se hallaba listo para abordar el mundo
de la política.
Roosevelt no llegó tampoco a ser un gran líder de un día para otro. Su camino hacia
la presidencia fue un lento y continuo crecimiento. Mientras servía en varios
puestos, desde jefe de policía de la ciudad de Nueva York hasta presidente de
Estados Unidos, siguió aprendiendo y creciendo. Vivió de acuerdo con la Ley del
Proceso.
Si deseas ser un líder, ten la certeza de que puedes lograrlo. Todo el mundo tiene
el potencial, pero requiere perseverancia. El liderazgo no se desarrolla en un día.
Lleva toda la vida.
Creo que pocas personas han logrado verdaderamente el éxito sin una familia
positiva que los apoye. Sin que importe lo grandes que sean los logros de las
personas, creo que les falta algo cuando trabajan sin el beneficio de estas relaciones
personales estrechas. Es cierto que algunas personas estás llamadas a permanecer
solteras, pero es poco común. Una buena familia ayuda a la mayoría de la gente a
saber su propósito, a desarrollar su potencial, a disfrutar del peregrinaje en el
camino con una intensidad que no es posible encontrar de otra manera.
Cuando se trata de sembrar las semillas para el bien de los demás, ¿quién podría
recibir mayores beneficios de uno que los propios integrantes de nuestra familia?
8
¿Cómo puedo dirigir y estar al servicio de las personas al mismo tiempo?
En una ocasión un hombre fue herido por una mina y, el entonces coronel, voló
hasta el lugar del hecho. Mientras el helicóptero evacuaba al soldado herido, otro
pisó una mina, que le provocó una seria herida en la pierna. El hombre cayó a tierra,
gimiendo de dolor. En ese momento se dieron cuenta de que la mina no había sido
una trampa solitaria, sino que se encontraban en medio de un campo minado.
Schwarzkopf pensó que el soldado herido podría sobrevivir e incluso que lograría
salvar su pierna, pero sólo si dejaba de revolcarse por el suelo. El debía llegar hasta
donde estaba el hombre e inmovilizarlo.
Empecé a avanzar por el campo minado, dando un paso a la vez, muy lentamente,
con los ojos clavados en el suelo, buscando cualquier prominencia delatora o
alambres que sobresalieran de la tierra. Las rodillas me temblaban tan fuertemente
que cada vez que daba un paso tenía que agarrarme la pierna con ambas manos
para calmarla antes de poder dar otro paso… Creo que tardé mil años en llegar
hasta donde estaba aquel muchacho.
Schwarzkopf, quien había sido luchador y pensaba más de cien kilos, se echó sobre
el herido y lo inmovilizó. Eso le salvó la vida. Con la ayuda de un equipo de
ingenieros sacó al herido y a los demás del campo minado.
Así como uno puede sentir cuando un trabajador no quiere servir a otros, también
puede detectar fácilmente cuando alguien no tiene el corazón listo para servir la
verdad es que los mejores líderes desean servir a los demás, y no a sí mismos.
Sólo los líderes seguros dan poder a otros. También es verdad que sólo las
personas seguras pueden exhibir una actitud de servicio.
Los líderes que sirven no se dejan limitar por el rango o la posición. Cuando el
coronel Schwarzkopf se vio en medio de ese campo minado, lo último en que pensó
fue en su rango. Era simplemente un individuo tratando de ayudar a otro. Ser líder
le daba un mayor sentido de obligación a servir.
Realiza actos pequeños. ¿Cuándo fue la última vez que tuviste gestos de
bondad hacia otros? Empieza con los que están más cerca de ti: tu esposa
o esposo, tus hijos, tus padres. Busca hoy mismo maneras de hacer por los
demás pequeñas cosas que muestran que te interesas por ellos.
Aprende a andar lentamente en medio de la multitud. Aprendí de mi padre
esta gran lección. La llamo andar con paso lento en medio de la multitud. La
próxima vez que asistas a alguna función con varios clientes, colegas o
empleados, proponte relacionarte con otros circulando entre ellos y hablando
con cada uno de ellos. Concéntrate en cada persona que encuentres.
Aprende su nombre si no lo sabes todavía. Proponte enterarte de las
necesidades, anhelos y deseos de cada uno. Después, procura hacer algo
benéfico a una media docena de ellos.
Es verdad que quienes serán grandes deben ser como los menores y siervos de
todos.
Si realmente deseas llegar a ser la clase de líder que las personas quieren seguir,
tendrás que resolver esta cuestión de la actitud de servir. Si tu postura es ser servido
en lugar se servir tendrás problemas. Es cierto que los que serán grandes deben
ser como el menor de todos.
Albert Schwarzkopf sabiamente dijo: <<No sé cuál será su destino, pero estoy
seguro de algo: aquellos que serán realmente felices son quienes han buscado y
encontrado cómo servir>>. Si quieres tener éxito al más alto nivel, estate dispuesto
a servir al nivel más bajo. Ésa es la mejor manera de construir las relaciones
personales.