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La lengua española (como todas las demás) cuenta con una serie de recursos para que la comunicación, ya sea por la vía
oral o por la escrita, resulte efectiva, lo que en parte depende de que el receptor comprenda o decodifique correctamente
los mensajes.
La mayoría de las personas escolarizadas van adquiriendo los conocimientos léxicos y normativos básicos que rigen su
lengua, y logran construir las palabras y las oraciones al hablar y escribir de forma adecuada.
Sin embargo, siempre persisten algunos vicios del lenguaje, como pronunciar o escribir mal ciertas palabras, o emplear
vocablos impropios, porque se cree que tienen cierto significado y en verdad su significado es otro. A las palabras que caen
en esta categoría se las conoce como barbarismos.
Aquí se listan algunos barbarismos muy comunes a modo de ejemplo, con la correspondiente aclaración de cuál es la
palabra correcta:
Ejemplos
Neologismos
Los neologismos son aquellas palabras o giros que se introducen en una lengua a fuerza del uso, y también a las nuevas
acepciones que adquieren vocablos ya existentes. Por ejemplo: clickear, emoticón, navegador.
Como criterios de admisión de un neologismo, en general se pide que este sea un vocablo necesario, es decir, que no
exista otra palabra que exprese lo mismo, y que su sonoridad y construcción formal se adecue a las pautas del idioma al
que se incorpora. En este sentido, en ocasiones el neologismo va sufriendo algunas adaptaciones gráficas para
cumplimentar este requisito.
Ejemplos