El derecho indígena se diferencia del derecho consuetudinario por la integración de sus
componentes, como el de la naturaleza, la cual es un factor importante para los indígenas, por lo que buscan siempre incluirla y preservarla, mientras el derecho consuetudinario da una connotación de fosilización, es decir, no evoluciona ni mantiene dinámica con el tiempo, lo que provoca que no haya mejora para el indígena sino subordinación. El derecho indígena seria, pues, la integración completa de naturaleza y hombre viviendo en armonía y respeto, ajustados al cambio cultural sin perder la esencia nativa propia de ellos. Las características del derecho indígena comprenden la naturaleza oral, la cual señala que las normas indígenas son orales y no escritas, aunque antes de la conquista existía una norma jurídica, pero fue eliminada por la iglesia. También la orientación cosmológica, lo que indica que para los indígenas también existen causas y fuerzas ajenas al hombre que dan sentido a las reglas, como lo místico, lo moral. Por último, el carácter colectivista, que se caracteriza porque no se excluye al ser humano como sujeto de derecho, sino que se le atribuye, no por su calidad de seres humanos sino porque están dentro de una comunidad que tienen cultura e identidad propia; lo que dista del derecho positivo que está constituido por el individualismo liberal. La palabra indígena tiene un significado complejo y al cual se le atribuyen diferentes conceptos, como de subordinación, de manera peyorativa pero también se le atribuye la connotación de gente que sale adelante con sus propios medios, que lucha constantemente para lograr la verdadera igualdad. Según Jessop, la relativización de la escala implica la constante competencia que existe entre países para convertirse en ejes centrales, pero esto depende de la organización que tenga el país, de la integración total y del impulso que se le dé. Generalmente para ser potencia se tiene que impulsar la economía, por lo tanto, se tiene que impulsar a los agricultores, que en mayoría son indígenas, en pocas palabras son el motor de la economía. 2. El adultocentrismo y la heteronormatividad se relacionan porque son modelos condicionantes que se dan a través del tiempo, es decir, desde niños ya nos direccionan para ser adultos, nuestro fin es estudiar una carrera de provecho, ser personas jurídicas y ser padres de familia, la sociedad ya nos moldea para tener ese fin, como la heteronormatividad que por nuestro sexo ya tenemos costumbres impuestas como ser mujer implica tener hijos, o ser la esposa de alguien o ser hombre implica mantener el hogar, es como si todo ya estuviera planeado desde que nacemos. En relación a estos términos, los principios de Yogyakarta manifiestan los derechos que deben de tener las personas con una opción sexual diferente, desde el reconocimiento del nombre que deseen llevar según deseen y cualquier otra medida legislativa o administrativa que respete y defienda su identidad de género, que es el cómo te sientes contigo mismo, el cómo vives y cómo deseas vivir según o no tu sexo de nacimiento. Aunque en todos los países aún no se llega a ese nivel de desarrollo como en Argentina ya existen modelos que puedes ser aplicables para crear la igualdad entre todas las personas ya que todos pertenecemos a la raza humana y por tanto merecemos lo mismo.