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Acústica

La acústica es una rama de la física interdisciplinaria que estudia el sonido, infrasonido y


ultrasonido, es decir ondas mecánicas que se propagan a través de la materia (tanto sólida
como líquida o gaseosa) (no pueden propagarse en el vacío) por medio de modelos físicos
y matemáticos. A efectos prácticos, la acústica estudia la producción, transmisión,
almacenamiento, percepción o reproducción del sonido. La ingeniería acústica es la rama
de la ingeniería que trata de las aplicaciones tecnológicas de la acústica.
La acústica considera el sonido como una vibración que se propaga generalmente en el
aire a una velocidad de 343 m/s (aproximadamente 1 km cada 3 segundos), o 1235 km/h
en condiciones normales de presión y temperatura (1 atm y 20 °C).
La acústica tiene su origen en la Antigua Grecia y Roma, entre los siglos VI a. C. y I d. C.
Comenzó con la música, que se venía practicando como arte desde hacía miles de años,
pero no había sido estudiada de forma científica hasta que Pitágoras se interesó por la
naturaleza de los intervalos musicales. Quería saber por qué algunos intervalos sonaban
más bellos que otros, y llegó a respuestas en forma de proporciones numéricas.
Aristóteles (384 a 322 a. C.) comprobó que el sonido consistía en contracciones y
expansiones del aire «cayendo sobre y golpeando el aire próximo», una buena forma de
expresar la naturaleza del movimiento de las ondas. Alrededor del año 20 a. C., el
arquitecto e ingeniero romano Vitruvio escribió un tratado sobre las propiedades
acústicas de los teatros, incluyendo temas como la interferencia, los ecos y la
reverberación; esto supuso el comienzo de la acústica arquitectónica.

Velocidad del sonido


La velocidad del sonido es la dinámica de propagación de las ondas sonoras. En la
atmósfera terrestre es de 343,2 m/s (a 20 °C de temperatura, con 50 % de humedad y a
nivel del mar). La velocidad del sonido varía en función del medio en el que se transmite.
Dado que la velocidad del sonido varía según el medio, se utiliza el número Mach 1 para
indicarla. Así un cuerpo que se mueve en el aire a Mach 2 avanza a dos veces la velocidad
del sonido, independientemente de la presión del aire o su temperatura.
La velocidad o dinámica de propagación de la onda sonora depende de las características
del medio en el que se realiza dicha propagación y no de las características de la onda o de
la fuerza que la genera. Su propagación en un medio puede servir para estudiar algunas
propiedades de dicho medio de transmisión.
La velocidad del sonido varía dependiendo del medio a través del cual viajen las ondas
sonoras. La definición termodinámica de la velocidad del sonido, para cualquier medio, es:
Es decir la derivada parcial de la presión con respecto de la densidad a entropía constante.
La velocidad del sonido varía también ante los cambios de temperatura del medio. Esto se
debe a que un aumento de la temperatura se traduce en un aumento de la frecuencia con
que se producen las interacciones entre las partículas que transportan la vibración, y este
aumento de actividad hace aumentar la velocidad.
Por ejemplo, sobre una superficie nevada el sonido es capaz de desplazarse atravesando
grandes distancias. Esto es posible gracias a las refracciones producidas bajo la nieve, que
no es un medio uniforme. Cada capa de nieve tiene una temperatura diferente. Las más
profundas, donde no llega el sol, están más frías que las superficiales. En estas capas más
frías próximas al suelo, el sonido se propaga con menor velocidad.
En general, la velocidad del sonido es mayor en los sólidos que en los líquidos y en los
líquidos es mayor que en los gases. Esto se debe al mayor grado de cohesión que tienen
los enlaces atómicos o moleculares conforme más sólida es la materia.
La velocidad del sonido en el aire (a una temperatura de 20 °C) es de 343,2 m/s. Si
deseamos obtener la equivalencia en kilómetros por hora podemos determinarla
mediante la siguiente conversión física: Velocidad del sonido en el aire en km/h = (343,2
m/1 s) · (3600 s/1 h) · (1 km/1000 m) = 1235,5 km/h.
En el aire, a 0 °C, el sonido viaja a una velocidad de 331,5 m/s (por cada grado Celsius que
sube la temperatura, la velocidad del sonido aumenta en 0,6 m/s).
En el agua (a 25 °C) es de 1593 m/s.
En los tejidos es de 1540 m/s.
En la madera es de 3700 m/s.
En el hormigón es de 4000 m/s.
En el acero es de 6100 m/s.
En el aluminio es de 6400 m/s.

Características del sonido.


Cualquier sonido sencillo, como una nota musical, puede describirse en su totalidad
especificando tres características de su percepción: el tono, la intensidad y el timbre. Estas
características corresponden exactamente a tres características físicas: la frecuencia, la
amplitud y la composición armónica o forma de onda.
Intensidad (Depende de la amplitud)
Tono (Depende de la frecuencia)
Timbre (Depende de la forma de onda)

INTENSIDAD: La distancia a la que se puede oír un sonido depende de su intensidad, que


es el flujo medio de energía por unidad de área perpendicular a la dirección de
propagación. En el caso de ondas esféricas que se propagan desde una fuente puntual, la
intensidad es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia, suponiendo que no
se produzca ninguna pérdida de energía debido a la viscosidad, la conducción térmica u
otros efectos de absorción. Por ejemplo, en un medio perfectamente homogéneo, un
sonido será nueve veces más intenso a una distancia de 100 metros que a una distancia de
300 metros. En la propagación real del sonido en la atmósfera, los cambios de
propiedades físicas del aire como la temperatura, presión o humedad producen la
amortiguación y dispersión de las ondas sonoras, por lo que generalmente la ley del
inverso del cuadrado no se puede aplicar a las medidas directas de la intensidad del
sonido.

ALTURA O TONO: Cada sonido se caracteriza por su velocidad específica de vibración, que
impresiona de manera peculiar al sentido auditivo. Esta propiedad recibe el nombre de
tono. Los sonidos de mayor o menor frecuencia se denominan respectivamente, agudos o
graves; términos relativos, ya que entre los tonos diferentes un de ellos será siempre más
agudo que el otro y a la inversa.

TIMBRE: Si se toca el situado sobre el do central en un violín, un piano y un diapasón, con


la misma intensidad en los tres casos, los sonidos son idénticos en frecuencia y amplitud,
pero muy diferentes en timbre. De las tres fuentes, el diapasón es el que produce el tono
más sencillo, que en este caso está formado casi exclusivamente por vibraciones con
frecuencias de 440 hz. Debido a las propiedades acústicas del oído y las propiedades de
resonancia de su membrana vibrante, es dudoso que un tono puro llegue al mecanismo
interno del oído sin sufrir cambios. La componente principal de la nota producida por el
piano o el violín también tiene una frecuencia de 440 hz. Sin embargo, esas notas también
contienen componentes con frecuencias que son múltiplos exactos de 440 hz, los
llamados tonos secundarios, como 880, 1.320 o 1.760 hz. Las intensidades concretas de
esas otras componentes, los llamados armónicos, determinan el timbre de la nota.

RECEPCIÓN DEL SONIDO: FISIOLOGÍA DEL OÍDO HUMANO


El oído es el órgano receptor del sonido, el que recibe el movimiento ondulatorio que se
propaga por el aire y lo transmite al centro receptor, que es el cerebro, responsable final
de la conciencia del sonido. El oído se divide en tres partes: oído externo, medio e interno.

Oído externo: Cuando un objeto vibra, hace vibrar también al aire (partículas) que se
encuentra alrededor hasta llegar al pabellón auditivo (la oreja). La misión de este es dirigir
las ondas sonoras hacia el interior del oído mediante procesos de reflexión. Esta
penetración se realiza a través del conducto o canal auditivo externo. El pabellón auditivo
además de captar las vibraciones, también tiene como misión orientar a la persona que
recibe el sonido con respecto de la posición del foco emisor.

El oído medio: Tras el conducto auditivo, encontramos una membrana denominada


tímpano que vibra cuando incide la primera onda sonora. Tras esta se encuentra el oído
medio. En este, la velocidad de propagación cambia, ya que se pasa de un medio gaseoso
(aire) a uno sólido (tímpano). Cuando el tímpano entra en vibración gracias a su
elasticidad, trasmite su movimiento ondulatorio, por una parte, a una cadena de
huesecillos llamados martillo, yunque y estribo, y por otra parte, al aire que se encuentra
en esa cavidad, que a su vez se comunica con la faringe a través de la trompa de Eustaquio
(esta comunicación es la que justifica la recomendación que se hace a los artilleros de que
mantengan la boca abierta mientras están disparando). Al final de estos huesecillos se
encuentra otra membrana denominada ventana oval que comunica con el oído interno. El
resto de sonidos hacen vibrar a otra membrana que esta contigua a la oval y se denomina
ventana redonda.

Oído interno: Gracias a la ventana oval y la redonda, el sonido penetra en dos galerías con
forma de caracol, de ahí su nombre, el caracol. En la cavidad superior e inferior hay un
líquido llamado perilinfa. Ambas cavidades se encuentran separadas por una membrana
que contiene otro líquido llamado endolinfa y que posee unas células que constituye el
órgano de corti. La mayor parte de los sonidos entran por la ventana superior y pasan al
medio líquido. En este trayecto se ponen en vibración también el órgano de corti, y es
aquí donde se transforman las vibraciones en impulsos nerviosos que, conducidos por el
nervio auditivo, llegan finalmente al cerebro. Una vez que desemboca el impulso sonoro
en el cerebro, exactamente en el lóbulo temporal, concretamente en el fondo de la cisura
de Silvio, tiene lugar la sensación consciente de sonido.

Física y música.
El sonido es una sensación percibida por el oído al recibir variaciones de presión, las cuales
son generadas por movimientos vibratorios. Los sonidos se transmiten generalmente por
el aire de la atmósfera los cuales se propagan con mayor éxito en la Tierra debido a los
componentes de ésta como el oxígeno. Se sabe de igual manera, dijo, que en el aire se
propagan los sonidos graves y en la tierra o el suelo, los agudos.
En la música hay historia, arte, poesía, armonía y un sinfín de disciplinas, sin embargo la
Física y las Matemáticas son fundamentales para poder entender mejor porqué los
instrumentos musicales se escuchan diferentes entre sí.
“Los sonidos armoniosos los descubrieron los griegos al estudiar las longitudes de las
cuerdas musicales y con ello, la relación numérica que hacía agradable el sonido a los
oídos”
Al reproducir el sonido de una flauta y observar el amplificador de la imagen se revisaron
las ondas y se expuso que “el tono está relacionado con la frecuencia de la onda, los
humanos podemos escuchar 20 vibraciones por segundo en sonidos graves, en tanto que,
en sonidos agudos, escuchamos 20 mil vibraciones por segundo. Al sonido agradable para
nuestros oídos y que causan esa sensación de reposo lo llamamos intervalo consonante”,
dijo el investigador.
Efecto Doppler
El efecto Doppler, llamado así por el físico austriaco Christian Andreas Doppler, es el
cambio de frecuencia aparente de una onda producida por el movimiento relativo de la
fuente respecto a su observador.
Hay ejemplos cotidianos del efecto Doppler en los que la velocidad a la que se mueve el
objeto que emite las ondas es comparable a la velocidad de propagación de esas ondas. La
velocidad de una ambulancia (50 km/h) puede parecer insignificante respecto a la
velocidad del sonido al nivel del mar (unos 1235 km/h), sin embargo, se trata de
aproximadamente un 4 % de la velocidad del sonido, fracción suficientemente grande
como para provocar que se aprecie claramente el cambio del sonido de la sirena desde un
tono más agudo a uno más grave, justo en el momento en que el vehículo pasa al lado del
observador.
En el caso del espectro visible de la radiación electromagnética, si el objeto se aleja, su luz
se desplaza a longitudes de onda más largas, produciéndose un corrimiento hacia el rojo.
Si el objeto se acerca, su luz presenta una longitud de onda más corta, desplazándose
hacia el azul. Esta desviación hacia el rojo o el azul es muy leve incluso para velocidades
elevadas, como las velocidades relativas entre estrellas o entre galaxias, y el ojo humano
no puede captarlo, solamente medirlo indirectamente utilizando instrumentos de
precisión como espectrómetros. Si el objeto emisor se moviera a fracciones significativas
de la velocidad de la luz, sí sería apreciable de forma directa la variación de longitud de
onda.

La voz humana.
La voz humana es producida en la laringe, cuya parte esencial, la glotis, constituye el
verdadero órgano de fonación humano. El aire procedente de los pulmones, es forzado
durante la espiración a través de la glotis, haciendo vibrar los dos pares de cuerdas
vocales, que se asemejan a dos lengüetas dobles membranáceas. Las cavidades de la
cabeza, relacionadas con el sistema respiratorio y nasofaríngeo, actúan como
resonadores.
El aparato de fonación puede ser controlado conscientemente por quien habla o canta. La
variación de la intensidad depende de la fuerza de la espiración. En el hombre las cuerdas
vocales son algo más largas y más gruesas que en la mujer y el niño, por lo que produce
sonidos más graves. La extensión de las voces es aproximadamente de dos octavas para
cada voz.

Voz hablada
Aunque el tono y la intensidad del habla están determinados principalmente por la vibración de
las cuerdas vocales, su espectro está fuertemente determinado por las resonancias del tracto
vocal. Los picos que aparecen en el espectro sonoro de las vocales, independientemente del tono,
se denominan formantes. Aparecen como envolventes que modifican las amplitudes de los
armónicos de la fuente sonora.
Las vocales se producen como sonidos y cada una tiene su espectro propio: la A y la U tiene
fundamental y tercer armónico fuertes, segundo y cuarto débiles; la E y la O, más o menos lo
contrario, fundamental y tercer armónico débiles, segundo y cuarto fuertes; la I tiene los primeros
armónicos débiles y el quinto y sexto fuertes. Las consonantes se clasifican más bien como ruidos y
son de dos clases: silenciosas, en que no intervienen las cuerdas vocales, y habladas en que sí
toman parte. La mayoría de las consonantes se originan algo bruscamente, por lo que contienen
armónicos transitorios.
1. La voz humana se produce en:
-la faringe
-la nariz
-la laringe
-los pulmones

2. En el aparato respiratorio, el aire


-es convertido en sonido
-adquiere el timbre
-es caracterizado
-es almacenado y circula

3. La variación de la intensidad sonora de la voz humana depende de:


-la fuerza de la espiración
-la longitud de las cuerdas vocales
-la fuerza de la aspiración
-el grosor de las cuerdas vocales

4. Para cada voz, la extensión aproximada de frecuencias es de


-cuatro octavas
-dos octavas
-una octava
-tres octavas

5. Las consonantes son


-siempre silenciosas
-carentes de armónicos transitorios
-siempre habladas
-silenciosas o habladas.
El oído humano.
El oído es uno de los sentidos de los seres vivos y permite percibir los sonidos (audición),
también se encarga de mantener el equilibrio lo que hace posible caminar sin caerse. El
oído se divide en tres partes para facilitar su descripción: oído externo, oído medio y oído
interno.
La percepción del sonido es un fenómeno complejo que se desarrolla en varias etapas. En
primer lugar se realiza la captación de las ondas sonoras gracias a la membrana del
tímpano. En segundo lugar la señal mecánica recogida por el tímpano debe transformarse
en impulsos nerviosos, proceso que ocurre en el oído interno. En tercer lugar los impulsos
nerviosos a través del nervio auditivo son enviados al cerebro para ser procesados en la
corteza cerebral.
El espectro auditivo, es decir la gama de frecuencias que el oído puede percibir, es
variable dependiendo de la especie animal. El ser humano puede detectar sonidos de
entre 0 y 140 decibelios con un rango de frecuencias comprendido entre 40 y 20 000
hercios. Las ballenas pueden percibir infrasonidos con una frecuencia inferior a 40 hercios.
Algunos animales carnívoros como el perro son capaces de detectar ultrasonidos con una
frecuencia superior a 20 000 hercios que un humano es incapaz de oír.

Oído externo
El oído externo está formado por dos partes: El pabellón auricular, el conducto auditivo
externo.
El pabellón auricular está formado por cartílago recubierto de piel, sus porciones más
importantes son el hélix y el lóbulo de la oreja.
El conducto auditivo externo mide alrededor de 2.5 cm de longitud y se extiende desde el
pabellón auricular hasta el tímpano, en este trayecto atraviesa el hueso temporal del
cráneo. Contiene pelos y glándulas ceruminosas que producen el cerumen, ello dificulta el
ingreso de cuerpos extraños o polvo a través del conducto.

Oído medio
El oído medio es una cavidad llena de aire que está separada por el tímpano del conducto
auditivo externo y entra en comunicación con el oído interno a través de dos pequeños
orificios: la ventana oval y la ventana redonda. En el interior del oído medio se encuentra
una cadena de huesecillos unidos entre sí por articulaciones de tipo sinovial, son los
huesos más pequeños del cuerpo y reciben el nombre de martillo, yunque y estribo. El
oído medio está conectado con la nasofaringe por un conducto de reducidas dimensiones
que se llama trompa faringotimpánica o trompa de Eustaquio.
El tímpano o membrana timpánica es de aspecto transparente y separa a la cavidad
timpánica del conducto auditivo externo. Tiene forma oval y un diámetro de alrededor de
1 cm. En la membrana timpánica se diferencian dos porciones; la Pars Tensis o porción
estriada y la Pars Laxus o porción laxa. Se compone de tres capas:

Capa intermedia: compuesta por un tejido fibroconectivo conformado en semitotalidad a


la membrana timpánica, compuesta por colágena además de fibras elásticas y
fibroblastos.

Estrato córneo: es piel que recubre la superficie exterior de la membrana timpánica


careciendo de pelos y glándulas, compuesta por epidermis que se posa sobre una capa de
tejido conectivo subepidermiana.

Mucosa: reviste a la superficie interior de la capa intermedia de tejido conectivo, con un


epitelio de características plano simple.

La cavidad timpánica es un pequeño espacio lleno de aire que está ubicado en el hueso
temporal, en su interior se encuentra una cadena de huesecillos que transmiten las
vibraciones generadas en el tímpano al oído interno. Está recubierta por mucosa y una
lámina epitelial de tipo plano simple en su parte posterior, pero en el anterior se aprecia
un epitelio de tipo cilíndrico ciliado pseudoestratificado con células caliciformes. La
cavidad timpánica, también llamada caja timpánica, está formada por 6 paredes, una
externa que corresponde a la membrana timpánica, una pared interna que está en
relación con el promontorio, una pared posterior que comunica con la mastoides, una
pared anterior que comunica a través de la trompa de Eustaquio con la nasofaringe, una
pared superior o techo y una inferior relacionada con la vena yugular, todos estos detalles
son importantes en la cirugía de oído medio.
Los huesecillos del oído son tres diminutos huesos denominados martillo, yunque y
estribo, en algunos textos se citan cuatro huesos al considerar la apófisis lenticular del
yunque como hueso independiente. Las vibraciones generadas en el tímpano se
transmiten mediante la cadena de huesecillos desde la membrana timpánica hasta la
ventana oval. En la ventana oval la cabeza del estribo presiona sobre el fluido contenido
en el oído interno; de esta forma el tímpano y la cadena de huesecillos actúan como un
mecanismo que transforma las vibraciones del aire en vibraciones del fluido.7
La trompa de Eustaquio pone en comunicación la cavidad timpánica con la nasofaringe,
mide en el ser humano adulto unos 4 cm de largo. Se compone de una porción ósea y otra
cartilaginosa, posee una lámina epitelial compuesta por epitelio nasofaríngeo o epitelio
cilíndrico ciliado pseudoestratificado con abundantes células caliciformes. Sirve para
igualar la presión a ambos lados del tímpano.
Oído interno
El oído interno o laberinto está ubicado en el seno del hueso temporal del cráneo. Existe
un laberinto óseo y un laberinto membranoso. El laberinto óseo no es más que la cápsula
ósea que rodea al laberinto membranoso, y este último consiste en un sistema de
conductos huecos que contiene en su interior un líquido que se llama endolinfa. En el
espacio que queda entre el laberinto óseo y el laberinto membranoso se encuentra la
perilinfa.
El oído interno se divide en dos porciones diferenciadas. La primera está destinada al
mantenimiento del equilibrio y se encuentra formada por el vestíbulo y los conductos
semicirculares. La segunda tiene como función la audición y está constituida por la coclea
o caracol. El vestíbulo se divide en dos sectores que se llaman utrículo y sáculo, mientras
que la cóclea o caracol contiene el órgano de Corti responsable de transformar la energía
mecánica de las ondas sonoras en impulsos eléctricos que posteriormente se transmiten
al cerebro a través del nervio auditivo o nervio vestíbulococlear.
Los conductos semicirculares, son tres pequeños conductos arqueados con forma de
semicírculo situados en planos espaciales diferentes. Los canales semicirculares parten del
vestíbulo y tienen la función de contribuir al mantenimiento del equilibrio de la cabeza y el
cuerpo.
La cóclea o caracol es un conducto con forma espiral que recibe su nombre por recordar la
concha de un caracol. Se divide en tres porciones:
Conducto coclear, también llamado rampa media. Está lleno de un líquido que se llama
endolinfa.
Rampa vestibular. Termina en la ventana oval y está llena de un líquido llamado perilinfa.
Rampa timpánica. Termina en la ventana redonda y también está llena de perilinfa.
Estas porciones están separadas unas de otras por dos membranas. La membrana
vestibular o de Reissner sirve de separación entre el conducto coclear y la rampa
vestibular, mientras que la membrana basilar sirve de separación entre el conducto
coclear y la rampa timpánica. A lo largo de la membrana basilar se encuentra el órgano de
Corti que contiene alrededor de 16 000 células con cilios que constituyen los receptores
de la audición.
El conducto coclear está lleno de un líquido que se llama endolinfa rico en K (161 mmol/l)
y pobre en Na (1 mmol/l) y en calcio (0.02 mmol/l). La rampa timpánica y vestibular
contiene otro líquido diferente que se llama perilinfa cuyas concentraciones iónicas son
las inversas, es rico en Na y pobre en K.
La membrana vestibular es tan delgada, que no dificulta el paso de las vibraciones sonoras
desde la rampa vestibular a la rampa media. Por lo tanto en cuanto a transmisión del
sonido, la rampa vestibular y media se consideran como una única cámara. La importancia
de la membrana vestibular depende de que conserve la endolinfa en la rampa media
necesaria para el normal funcionamiento de las células ciliadas.

Óptica
La óptica (del latín medieval opticus, relativo a la visión, proveniente del griego clásico
ὀπτικός, optikós) es la rama de la física que involucra el estudio del comportamiento y las
propiedades de la luz, incluidas sus interacciones con la materia, así como la construcción
de instrumentos que se sirven de ella o la detectan. La óptica generalmente describe el
comportamiento de la luz visible, de la radiación ultravioleta y de la radiación infrarroja. Al
ser una radiación electromagnética, otras formas de radiación del mismo tipo como los
rayos X, las microondas y las ondas de radio muestran propiedades similares.
La mayoría de los fenómenos ópticos pueden explicarse utilizando la descripción
electrodinámica clásica de la luz. Sin embargo, la óptica práctica generalmente utiliza
modelos simplificados. El más común de estos modelos, la óptica geométrica, trata la luz
como una colección de rayos que viajan en línea recta y se desvían cuando atraviesan o se
reflejan en las superficies. La óptica física es un modelo de la luz más completo, que
incluye efectos ondulatorios como la difracción y la interferencia, que no se pueden
abordar mediante la óptica geométrica.

La naturaleza del sonido.


El sonido es el resultado de una perturbación que se propaga en un medio elástico. Por
ejemplo cuando en alguna región del aire se produce una perturbación de presión, por
ejemplo en la forma de una compresión, dicha región tiende a expandirse hacia las
regiones vecinas. Esto produce a su vez una compresión en dichas regiones, que volverán
a expandirse creando una compresión más lejos todavía. Este proceso se desarrolla en
forma continua haciendo que la perturbación original se propague a través del aire
alcanzando en algún momento la posición que ocupa algún receptor (por ejemplo un
micrófono o un oído). El exceso de presión característico de la perturbación descripta se
denomina presión sonora.
Este tipo de movimiento en el cual no es el medio en si mismo sino alguna perturbación lo
que se desplaza se denomina onda. Existen muchos otros tipos de ondas, tales como las
ondas de radio, la luz, la radiación del calor, las ondas sobre la superficie de un lago, los
tsunamis, los movimientos sísmicos, etc. Cuando la onda tiene lugar en un medio líquido o
gaseoso se denomina onda acústica. Cuando resulta audible, se llama onda sonora.
Una cuestión importante relativa a las ondas es que en las mismas hay algunas
características o cualidades que se mantienen prácticamente constantes a lo largo del
camino de propagación de las mismas. Entre estas características se encuentra la forma de
onda y la energía total (siempre y cuando el medio sea no disipativo).
Las ondas acústicas viajan habitualmente a velocidad constante, que depende del medio y
de las condiciones ambientales tales como la temperatura. A temperatura ambiente la
velocidad del sonido en el aire es c = 345 m/s.
Esto significa que para recorrer una distancia de 345 m el sonido demora 1 s. En el agua el
sonido viaja más de 4 veces más rápido que en el aire. Cuando hay gradientes de
temperatura (variaciones de temperatura entre dos zonas), tal como sucede entre puntos
distantes algunos cientos de metros, o que se encuentran a diferentes alturas, el camino
que sigue el sonido es curvilíneo en lugar de recto. Esta es la razón por la cual nuestra
percepción se confunde al intentar determinar auditivamente por dónde está pasando un
avión.

La velocidad de la luz.
La velocidad de la luz en el vacío es por definición una constante universal de valor 299
792 458 m/s (aproximadamente 186 282,397 millas/s)23(suele aproximarse a 3·108 m/s),
o lo que es lo mismo 9,46·1015 m/año; la segunda cifra es la usada para definir la unidad
de longitud llamada año luz. Se simboliza con la letra c, proveniente del latín celéritās (en
español celeridad o rapidez).
El valor de la velocidad de la luz en el vacío fue incluido oficialmente en el Sistema
Internacional de Unidades como constante el 21 de octubre de 1983,4 pasando así el
metro a ser una unidad derivada de esta constante.
La rapidez a través de un medio que no sea el "vacío" depende de su permitividad
eléctrica, de su permeabilidad magnética, y otras características electromagnéticas. En
medios materiales, esta velocidad es inferior a "c" y queda codificada en el índice de
Refracción. En modificaciones del vacío más sutiles, como espacios curvos, efecto Casimir,
poblaciones térmicas o presencia de campos externos, la velocidad de la luz depende de la
densidad de energía de ese vacío.

Difracción de la luz.
En general la difracción ocurre cuando las ondas pasan a través de pequeñas aberturas,
alrededor de obstáculos o por bordes afilados. Cuando un objeto opaco se encuentra
entre la fuente puntual de luz y una pantalla como se muestra en la imagen superior, la
frontera entre las regiones sombreadas e iluminada sobre la pantalla no está definida.
Una inspección cuidadosa de la frotera muestra que una pequeña cantidad de luz se
desvía hacia la región sombreada. La región fuera de la sombra contiene bandas alteradas
brillantes y oscuras, donde la intensidad de la primera banda es más brillante que la
región de iluminación uniforme.

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