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EL OFICIO DE ANTROPÓLOGO

Crítica de la razón (Inter) cultural


José Sánchez Parga

EL OFICIO DE ANTROPÓLOGO

Crítica de la razón (Inter) cultural

2010
EL OFICIO DE ANTROPÓLOGO
Crítica de la razón (Inter) cultural
José Sánchez Parga

1era. Edición: Centro Andino de Acción Popular –CAAP–

2da. Edición Ediciones Abya-Yala


2010 Av. 12 de Octubre 14-30 y Wilson
Casilla: 17-12-719
Teléfonos: 2506-247 / 2506-251
Fax: (593-2) 2 506-255 / 2 506-267
e-mail: editorial@abyayala.org
www.abyayala.org
Quito-Ecuador

Diagramación e Impresión: Ediciones ABYA-YALA


Quito-Ecuador

ISBN: 978-9978-22-865-4

Derechos Autor: 01255

Impreso en Quito - Ecuador, enero 2010


ÍNDICE

Capítulo I
EL OFICIO DE ANTROPÓLOGO ....................................................... 15
1. El concepto de “diferencia” ........................................................ 19
2. Elaboración histórica de la “diferencia”: de dato
a objeto teórico ........................................................................... 21
3. Elaboración teórica e intercultural de la “diferencia”............... 27
4. Agendas y urgencias actuales de la antropología ...................... 35

Capítulo II
LA INICIACIÓN O EL VIAJE ANTROPOLÓGICO........................... 47
1. Viaje sin límite de un rito de pasaje .......................................... 49
2. El retorno antropológico............................................................ 57
3. La cultura como recorrido ......................................................... 62

Capítulo III
DEL TRABAJO DE CAMPO AL CAMPO DE TRABAJO .................. 67
1. El campo de trabajo.................................................................... 69
2. El trabajo de campo en la propia sociedad ............................... 77
3. El diario de campo...................................................................... 83

Capítulo IV
LA OBSERVACIÓN................................................................................ 93
1. De la observación al conocimiento............................................ 97
2. Los campos de la observación.................................................... 103
3. La observación participante ....................................................... 107

Capítulo V
LA PALABRA: MÁS ALLÁ DE LA ENTREVISTA
Y LA INFORMACIÓN........................................................................... 119
1. La acción y la palabra ................................................................. 120
2. Comunicación e intercambio..................................................... 124
3. La violencia interrogatoria: contra la pregunta
y el cuestionario .......................................................................... 132
4. Para el antropólogo no existe informante cualificado.............. 138

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Capítulo VI
LA ESCUCHA ENTRE CULTURA E INCONSCIENTE..................... 149
1. Trabajo de la memoria de una teoría del olvido....................... 149
2. La escucha antropológica y psicoanalítica................................. 157
3. Escucha e intercambio entre silencio y palabra ........................ 166
4. La larga duración de la escucha ................................................. 175

Capítulo VII
LAS HISTORIAS Y LOS TIEMPOS DE LA ANTROPOLOGÍA......... 183
1. Los tiempos de la antropología: la historia estructural ............ 188
2. Vicisitudes temporales de la historia ......................................... 12
3. Tradición y memoria .................................................................. 199
4. Las historias de la antropología: de las mentalidades
a la oralidad ................................................................................ 207

Capítulo VIII
EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIAS SOCIALES:
LA ANTROPOLOGÍA ........................................................................... 219
1. El diferencial epistemológico de la antropología ...................... 222
2. Densidades epistemológicas de la antropología........................ 231
3. Nuevas reelaboraciones epistemológicas................................... 237

Capítulo XIX
¿SON APLICADAS LAS CIENCIAS SOCIALES?
EL CASO DE LA ANTROPOLOGÍA ........................................ 245
1. La tesis crítica de Mauss ............................................................. 246
2. La antropología aplicada y las aplicaciones
de la antropología ....................................................................... 252
3. Dificultades y riesgos de aplicación de las CCSS ...................... 258

Capítulo X
EL SÍNDROME MODERNO DE LA ETNICIDAD
VS. LA CULTURA .................................................................................. 265
1. La noción de etnia: su demoledora crítica weberiana .............. 269
2. Neo-etnicismos en la moderna sociedad global ....................... 272
3. La nueva antropología de la sociedad pos-societal
e hipértnica.................................................................................. 281
4. Crítica político-antropológica de la etnicidad .......................... 292

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Capítulo XI
IDENTIDAD Y ALTERIDAD ................................................................ 299
1. Obsesiones identitarias en la sociedad moderna ...................... 299
2. Factores críticos de la identidad................................................. 305
3. Autismo identitario o la insoportable levedad del “otro” ........ 313
4. Antropología y antropofagia ante la obsesión del “otro” ......... 322
5. Identidades étnicas y terrorismo................................................ 329
6. Equívocos de los derechos (colectivos) culturales .................... 338
7. La alteridad en la construcción de la identidad ........................ 346
a. Prevalencia conceptual de la alteridad................................... 346
b. Etnologías de la alteridad ....................................................... 351
c. Antropología de la alteridad................................................... 356

Capítulo XII
ANTROPOLOGÍA DE LA CULTURA:
LA INTERCULTURALIDAD ............................................................... 365
1. De la individualización humana a la diferencia cultural.......... 367
2. De la interculturalidad a la cultura en plural............................ 372
3. Crítica del multiculturalismo y otros errores culturales .......... 380
4. El antropólogo frente a la sociologización de la cultura .......... 384
5. Tampoco la cultura será, lo que hasta ahora había sido........... 393
a. La cultura y razón de mercado............................................... 393
b. Tecnología y devastación de la inteligencia........................... 397
c. Hacia una atrofia de la función imaginaria........................... 401
d. La incomunicación comunicacional hecha informática ...... 404
e. Desencantamiento (religioso) del mundo............................. 408

CONCLUSIÓN: ¿Podremos vivir juntos. Iguales y diferentes? ........... 415

BIBLIOGRAFÍA...................................................................................... 427

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PRESENTACIÓN

Hace algunos años, con ocasión de la presentación del libro An-


tropo-lógicas andinas (1997), editado por Abya-Yala, un compendio de
varios artículos del autor, propusimos que el eje articulador, desde
dónde se podía leer la sucesión de problemas planteados, se fundamen-
taba en la presencia de ese “otro” cuya descripción, más allá y además
de explicarla, nos permitía, remitiéndonos siempre a Levy Strauss, en-
tendernos a nosotros, a ese “otro” yo societal que se acercaba a lo dis-
tinto para entenderse y, diferenciándose, adquirir identidad y relacio-
narse socialmente. Tal proceso, reconocido como interculturalidad, ha
estado presente en la historia de la humanidad y en el desarrollo y
sobreviviencia de las culturas.
En este sentido, existimos porque el otro con su existencia, nos
da esa posibilidad, de manera que su presencia hace posible la nuestra,
y las otras. Esto nos habla de aprendizaje, de complejos procesos socie-
tales, políticos, históricamente aprehendibles, empíricamente observa-
bles.
Es ese encuentro entre distintos lo que caracteriza y explica a la
interculturalidad, más allá de definiciones mas bien politizadas, de
agregación de identidades territorializadas, nominadas como “pue-
blos”, en un constante juego de fuerzas, en este contexto el número y la
cobertura territorial sí importan, abstraen al otro como parte de una
realidad, en constante aprendizaje, aunque limitado y forzado por las
externalidades.
Quién es entonces ese otro, ese yo que intercomunica y produce
cultura; y, qué es cultura, concepto que tiene más de cincuenta defini-
ciones registradas, y al que se le ha asumido desde una arbitraria lectu-
ra de la versión bourdiniana, nociones determinadas por la función de
sus usos y asociaciones concretas, así, se concibe la existencia de una
“cultura empresarial, cultura del ahorro, cultura de la evasión de im-
puestos” y demás, segregándolos del hecho social que los produce, por

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ende abstrayendo que las diferencias, que primordialmente hacen la
cultura, se sintetizan, en el sentido hegeliano, en la sociedad que las
unifica. Esta desagregación y distanciamiento posibilitan la mercantili-
zación de todo sentimiento y forma de interrelación entre las personas,
un signo visible de estos oscuros tiempos.
Ambos conceptos, cultura y sociedad, son reexaminados en el li-
bro, en el contexto de las profundas transformaciones que el momento
de globalización, el término es aquí inequívoco, están produciendo en
los individuos-individualizados, cuya sociológica escapa a las interpre-
taciones sociológicas conocidas por lo que es posible describir una so-
ciedad pos-societal, en la que al parecer no se reconoce una entidad po-
lítica de interés común.
La antropología, fundamentada en la necesidad de explicar las
diferencias para, según el criterio inicialmente expuesto, proveer de
unificaciones identitarias, acusa los efectos de estos momentos en los
que la indiscriminada identidad mercantil logra volvernos objetos, y
como reacción se busca la comunidad que queremos, muy en boga en-
tre algunos filósofos sobre todo en Norteamérica, la cultura que se
adapte a esa definición y el espacio, ha temporizado, que las localice.
En realidad, esta “hipertrofia” conceptual de cultura-etnicidades,
está produciendo una arbitraria catalogación fragmentada de indivi-
dualidades, de distintas culturas, que al perder la razón de individuo en
sociedad, uno de los efectos de la modernidad, convirtiéndose en indi-
viduos-mercancía, por lo tanto, designables, escogibles y desechables,
como efecto de la globalización en curso, cae en el equívoco de repre-
sentar significantes irreductibles, culturas singularizadas, proclives al
enfrentamiento más que la gratuidad, el don, y la reciprocidad que dio
origen a la interculturalidad, proceso en permanente conflicto y cuya
resolución explica gran parte de la historia, en el entendido de que to-
da cultura es producto de relaciones de vínculos e intercambios.
Poder describir y explicar estas nuevas realidades es el reto de las
Ciencias Sociales, siempre lo ha sido y en particular de la antropología,
para lo cual requiere de interdisciplinariedades más amplias y profun-

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das, de “apropiarse” de las epistemes de otras áreas del saber que le son
similares, como es el caso del psicoanálisis. En la propuesta del autor de
este libro, el inconsciente moldea a la cultura de la misma forma en que
ésta hace con ese otro que llevamos dentro. El reconocimiento de las di-
ferencias nos hace ser, nos une entre iguales y con los otros.
Requiere además revisar sus métodos y técnicas, reveer la fun-
ción de la palabra, de la observación que le es tan preciada, releer los
signos, los significantes, traspuestos y trasladados a nuevos contextos,
sobre mentalidades largamente adheridas, todo ello, como se indica en
el acápite sobre agendas y urgencias actuales de la antropología, hacia
“reivindicar una competencia, que hoy menos que nunca se le recono-
ce”, en tanto “desde la antropología es posible una teoría de la cultura”.
Los apartados dedicados al trabajo de campo (III), a la observación
(IV), la palabra (V), la escucha (VI), aportan a la discusión de esta ne-
cesaria tarea de reforzamiento y readecuación de los métodos y técni-
cas propias de este campo del conocimiento, cuya base epistemológica
tiene también que ser repensada.
En las discusiones al interior del CAAP, ésta era la función pri-
mordial de las disciplinas antropológicas: reconocer al otro, no sólo co-
mo sujeto de diferenciación, u objeto de conocimiento, sino que tam-
bién como proveedor de nuestra propia identidad.
Como señalamos al inicio de esta presentación, mucho de lo ex-
puesto ha sido conversado y discutido al interior del CAAP, como fruto
de ello aparecieron varias publicaciones pero; sobre todo, tales debates
provienen de nuestras prácticas cotidianas, particularmente en las accio-
nes de intervención, en las que reconocemos a la participación no única-
mente como una verbalización de demandas y formulación de priorida-
des, generalmente sesgadas por las formas de poder localmente existen-
tes y de la visión que tienen de ese “otro”, el agente externo que ayuda, si-
no sustancialmente como una lectura, que naciendo de la escucha, en los
términos de este libro, indaga la palabra, adquiere conocimientos, lee
contextos y provoca respuestas. Aquí el énfasis no está en qué y cómo lo
hacemos bien, se ubica en por qué lo hacemos y cómo esto se correspon-
de con las institucionalidades y capacidades locales existentes, incluyen-

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do las intangibles, que proveen sentido a sus realidades e identidades,
siendo el conocimiento el eje de la organización de la acción.
Una primera aproximación a esta manera de ser, contemplada en
el objetivo fundacional del CAAP, apareció hacia 1981 en “Comunidad
Andina: Alternativas Políticas de Desarrollo”. Posteriormente, se publi-
caron varios trabajos, en la Serie Cuadernos de Discusión, actualmen-
te denominada Estudios y Análisis, que desde distintas áreas y discipli-
nas: historia, medicina, economía agraria, teorías del desarrollo, han
buscado impulsar el análisis y participar en el debate y conocimiento
de esas otras realidades, diferentes y al mismo tiempo nuestras.
En la revista “Ecuador Debate” hemos dedicado algunos de los
temas centrales a esta problemática. De la perseverante e importante
producción y una de las más reciente, Crisis en el Quilotoa: Mujer, cul-
tura y comunidad. Más de veinte años de constante reflexión sobre las
identidades y realidades de los pueblos indígenas en Ecuador.
Nos hemos beneficiado de la producción de José Sánchez Parga,
sus iniciativas y capacidades mantienen aquellas intuiciones provoca-
doras que alimentan un quehacer que se acerca a los treinta años, y so-
bre todo la profunda amistad y esa esperanza que nos une.
En los actuales tiempos globalizantes, de uso de conceptos y ter-
minologías que aportan más a la confrontación y confusión que al es-
clarecimiento, el antropólogo está urgido a reivin-dicar una competen-
cia que cada vez se le reconoce menos, en tanto sobre la cultura se opi-
na y se dicta cátedra, desde cualquier lugar, y lo que es lo peor, también
desde ninguno, en un mundo donde está en cuestión, según A. Tourai-
ne, si podemos vivir “juntos iguales y diferentes”, capítulo con el que
concluye este libro.
Tal es el oficio del antropólogo. “Aunque un oficio no se apren-
de, si no es con la práctica, pero tampoco ésta sola es suficiente para ini-
ciarse en un oficio como la antropología”.
Francisco Rhon Dávila
Director Ejecutivo CAAP

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INTRODUCCIÓN

Un oficio no se aprende si no es con la práctica, pero tampoco


ésta sola es suficiente para iniciarse en un oficio como la antropología.
El conocimiento de sí en cuanto ciencia, es necesario para la formación
del antropólogo, pero tampoco basta para pensar antropológicamente
la realidad, para desempeñarse como antropólogo con las competen-
cias suficientes para producir conocimientos específicamente antropo-
lógicos. Estos han sido los presupuestos que dieron lugar a esta racio-
nalización de la práctica y de la experiencia del antropólogo, y que con-
dujeron a todas las teorías particulares sobre el método antropológico:
partiendo de la fundamental predisposición del viaje (la metafórica
travesía de Tristes trópicos), que todo antropólogo emprende saliendo
de su propia cultura para entrar en alguna otra de la doble experiencia
del trabajo de campo, que lo transforma en la medida que éste va des-
cubriendo al otro en su cultura. Parte de esta transformación antropo-
lógica es la reconceptualización de los métodos y técnicas de la mirada
(observación), de la escucha y de la palabra del otro.

La racionalización de esta práctica ha conducido a redefinir la


específica epistemología antropológica (tan diferente de la sociología y
tan análoga al psicoanálisis): comprender y explicar los hechos y fenó-
menos culturales de una sociedad desde la cultura que los ha produci-
do: desde la subjetividad del otro. A diferencia de la sociología que tra-
ta de despojar los hechos sociales de la subjetividad con la que son re-
presentados para lograr un conocimiento objetivo de ellos, tan objeti-
vo como si fueran cosas, la antropología al igual que el psicoanálisis,
parte de la más objetiva representación de una cultura, lo que la hace
más diferente, para llegar a producir la comprensión y explicación más
subjetiva de dichos fenómenos culturales, al comprenderlos y explicar-
los desde el “otro”, la otra cultura que los ha producido. De esta mane-

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ra, el “otro” modifica el estatuto epistemológico de la mirada, de la es-
cucha y de la palabra en la producción del conocimiento antropoló-
gico.

Que la antropología no sea más que una teoría de la diferencia y


una práctica del “otro”, más que un punto de partida ha sido el resulta-
do de un largo desarrollo de la misma, tras haber pasado por la histo-
ria previa de la etnología, para transformar ésta, en cuanto ciencia de
los “otros” pueblos (ethné) en ciencia del hombre en cuanto alteridad;
poco importa quien sea este “otro” (sexo, edad, cultura, religión, etnia,
Dios o el inconsciente…). Esto mismo arroja una mejor comprensión
del otro aspecto o dimensión del objeto teórico de la antropología: la
cultura. Pero entendida ésta en cuanto diferencia, pues lo cultural sólo
es reconocible como “diferente” (categoría analítica), en cuanto “plu-
ral” pues no hay cultura que no sea plural, “la cultura en plural” (cate-
goría sintética), y en cuanto “intercultural” (categoría dinámico rela-
cional), ya que toda cultura es producto de interculturalidad, de víncu-
lo e intercambio. Es en razón de estas categorías de la cultura, que nun-
ca como hoy fue tan imperiosa la necesidad de que la cultura fuera rei-
vindicada como objeto específico de la antropología, cuando la ideolo-
gía, la sociología, la política y la economía la han convertido en refle-
xión de sus prácticas.

Por eso nunca tampoco como en la moderna sociedad global se


reveló con tanta evidencia y tanta urgencia el alcance ético y político de
la antropología (tan enfatizado desde siempre por Lévi-Strauss): una
teoría de la diferencia y una práctica del “otro”, cuando el gran desafío
histórico es si “podremos seguir viviendo juntos iguales y diferentes”
(A. Touraine).

Este libro con todas las experiencias acumuladas y resultados que


lo produjeron no hubiera sido posible sin el marco institucional del
CAAP (Centro Andino de Acción Popular), en cuyos trabajos y estu-
dios durante casi 24 años se gestaron y maduraron estas ideas; pero so-
bre todo está dedicado a Paco Rhon de cuyo talante crítico e inconfor-
mismo intelectual, tan valioso en tiempos de sumisiones y claudicacio-
nes mentales, tanto nos hemos beneficiado.

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