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UNIVERSIDAD DE ORIENTE

NÚCLEO DE BOLÍVAR

ESCUELA DE CIENCIAS DE LA SALUD

“DR. FRANCISCO VIRGILIO BATTISTINI CASALTA”

DEPARTAMENTO DE SALUD MENTAL

RELACIÓN ENTRE ANSIEDAD, DEPRESIÓN E INDICE DE


ACTIVIDAD LÚPICA EN PACIENTES QUE ACUDEN A LA UNIDAD
DE REUMATOLOGÍA DEL HOSPITAL “JULIO CRIOLLO RIVAS”

CIUDAD BOLÍVAR

Asesor: Trabajo de grado presentado por:

DRA. NORMA CONQUISTA Br. Marín Sánchez, María Virginia

Co-asesor (es): CI: 22701013

DRA. CARLOTA ACOSTA Br. Quintero Finol, Desiree Chiquinquirá

CI: 22701138

Ciudad Bolívar, julio, 2018


INDICE

Agradecimientos…………………………………………………………………………………. i

Dedicatoria....................................................................................................................... ii

Dedicatoria………... ...................................................................................................... .. iii

Resumen .................................................................................................................... ….. v

Introducción…………………………………………………………………………...…............ 2

Justificación………………………………………………………………………………………12

Objetivos………………………………………………………………………….……............... 13

Metodología……….…………………………………………………………………………….. 14

Resultados……………………………….………………………………................................. 19

Discusion………………………………..………………………………................................... 31

Conclusiones…………………………………………………………………………………….. 36

Recomendaciones…………………………………………………………………………….. .. 37

Referencias bibliográficas…………………………………………………………………...... 38

Anexos y/o Apéndices


2

INTRODUCCION

El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad crónica autoinmune que


afectan a diversos órganos, por la adherencia de diversos anticuerpos y complejos
inmunitarios. En la mayoría de los pacientes hay autoanticuerpos años antes de que
aparezca el primer signo clínico; las manifestaciones clínicas son heterogéneas. Noventa
por ciento de los pacientes corresponde a mujeres en edad reproductiva al momento del
diagnóstico, aunque son susceptibles las personas de cualquier género, edad y grupo
étnico. La prevalencia de lupus eritematoso sistémico (LES), en Estados Unidos es de 10
a 400 por cada 100.000 personas, según la raza y el género; la prevalencia más alta se
encuentra entre las mujeres de raza negra y la más baja entre los varones caucásicos
(Longo et al., 2012).

El LES es conocido desde hace más de cinco siglos, pero su denominación ha


sufrido diversas variaciones a lo largo de los años debido al mejor conocimiento e
individualización de la enfermedad. En las primeras descripciones de los siglos XV y XVI
se utilizaba el término “lupus” (lesión parecida a la mordedura de lobo) para referirse a
unas ulceraciones faciales que se extendían de forma progresiva y destructiva. En el año
1833, Biett individualizó estas lesiones cutáneas de otras parecidas (lupus tuberculoso) e
introdujo el término “eritema centrífugo”, que corresponde a la forma discoide de la
enfermedad. (Cervera et al., 2008)

Veinte años después, Hebra y Cazenave adoptaron por primera vez la


denominación “lupus eritematoso” y señalaron el predominio de la enfermedad en el sexo
femenino, así como la afección articular. Posteriormente, en 1872, Kaposi describió las
lesiones faciales “en vespertilio” (murciélago), características de la enfermedad, así como
la posibilidad de afectación sistémica grave. Entre 1895 y 1904, Jadassohn en Viena y
Osler en Baltimore describieron diversas complicaciones viscerales de la enfermedad y su
carácter crónico. (Cervera et al., 2008)

En 1935, Se realiza la descripción más completa de la enfermedad aparecida


hasta entonces, surge el concepto de LES como enfermedad progresiva y grave, en
ocasiones mortal, que afecta principalmente a las mujeres en edad fértil. Así se llega a
1948, año en el que tuvo lugar un avance de singular importancia: Hargraves describe la

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célula LE, uno de los elementos de mayor importancia en el diagnóstico de la


enfermedad. (Cervera et al., 2008)

Otro hito importante para el diagnóstico de la enfermedad lo constituyó la


determinación por Friou de los anticuerpos antinucleares (ANAs) mediante
inmunofluorescencia. A partir de los años 60 se empezaron a identificar los anticuerpos
dirigidos contra el DNA en pacientes con afección renal o con actividad clínica y en los
años 70 se reconocieron diversos anticuerpos dirigidos contra antígenos extraíbles del
núcleo (anti-ENA). La descripción en los años 80 de los anticuerpos antifosfolipídicos ha
aumentado el abanico de auto anticuerpos con interés clínico y patogénico que aparecen
en esta enfermedad. (Cervera et al., 2008).

El LES se ha reportado en todo el mundo, aunque estudios demuestran que su


prevalencia es mayor en Europa, América y Asia en comparación con Australia y África, lo
que indica que ciertas razas tienen más susceptibilidad genética para el desarrollo de la
enfermedad, como es el caso de la ascendencia africana que vive en los Estados Unidos,
las Islas del Caribe, el Reino Unido y Europa (Martinez et al., 2012).

Actualmente, se estima que hay cinco millones de personas que padecen LES en
todo el mundo. El LES suele comenzar entre los diecisiete a treinta y cinco años de edad,
con una relación mujer: hombre de 10:1, esta relación es menos marcada cuando la
enfermedad inicia en edad pediátrica o después de los 60 años. Más de la mitad de los
enfermos desarrollan daño permanente en diferentes órganos y sistemas. (Nucamendi et
al., 2013)

Entre las manifestaciones más frecuentes de la enfermedad, destacan, síntomas


constitucionales 80%-90%, afectación articular 80-95%, eritema malar 55%-65%, lupus
discoide 15-25%, afectación renal 25-42%, fenómeno de Raynaud 24-34%, serositis 36-
55%, (Jiménez, 2011).

En cuanto a los síntomas constitucionales, la astenia, anorexia y pérdida de peso


son frecuentes, y su presencia sugiere actividad de la enfermedad. La fiebre, aunque
puede estar presente al inicio o durante el curso de la enfermedad por actividad de ésta,
debe siempre alertar por la posibilidad de una infección concomitante. (Pedraz et al.,
2015).

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En un estudio realizado en Panamá sobre las manifestaciones clínicas en


pacientes con LES en Enero 2008 - Diciembre 2010, arrojaron que existe una variedad
amplia de presentaciones con las que debuta el LES, muchos estudios describen las
artralgias como el motivo más frecuente de consulta, lo que concuerda con el resultado de
esta serie de casos. Entre los signos y síntomas, la pérdida de peso y las artralgias
resultaron ser las manifestaciones más comunes. (Zúñiga et al., 2012)

En su patogenia intervienen diferentes factores genéticos, hormonales y


ambientales, que interaccionan dando lugar a una pérdida de la tolerancia del organismo
a sus propios constituyentes, lo que ocasiona la producción de autoanticuerpos, la
formación de complejos inmunes y finalmente la producción de daño tisular. Con
frecuencia se detectan factores desencadenantes, como la exposición a la luz ultravioleta,
las situaciones de estrés, infecciones o ciertos fármacos. (Pedraz et al., 2015).

Las hormonas juegan un papel importante en el LES, presentándose con mayor


incidencia en mujeres de edad reproductiva, manifiestan una agresión mayor durante los
ciclos menstruales, en los periodos post-parto y en la gestación. Los estrógenos causan la
pérdida de la tolerancia y facilitan la sobrevida de los linfocitos B autorreactivos y de
linfocitos T CD4. Estas hormonas in vitro, actúan en la reducción de apoptosis, de células
mononucleares de sangre periférica, reducción de niveles de TNF-a, activan las células
dendríticas (DC) y reducen el número de colonias de granulocitos y macrófagos. (Martinez
et al., 2012).

Es importante resaltar que la radiación ultravioleta es el factor ambiental más


ligado al LES y provoca exacerbación en el 70% de los pacientes al incrementar la
apoptosis de los queratinocitos y otras células, o al alterar el DNA y las proteínas
intracelulares de manera que se tornen antigénicas. El factor genético es importante pero
no suficiente para causar la enfermedad, la tasa de coincidencia en gemelos monocigotos
es de 25% aproximadamente y 2% en gemelos dicigotos, se han identificado diversos
genes en familias que tienen múltiples miembros con lupus, principalmente en el locus 8.
(Mejias, 2013)

Al ser el LES una enfermedad multisistémica, trae consigo afectación de múltiples


órganos y sistemas, incluyendo el cerebro, generando así manifestaciones psiquiátricas.
Las manifestaciones neuropsiquiátricas del LES son bien reconocidas. Hace más de cien

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años, el Dr. Moritz Kaposi describió que "cambios mentales" podían acompañar el curso
clínico de los pacientes con LES. Tradicionalmente, se han dividido en focales y
generalizadas, siendo las primeras relacionadas con lesiones isquémicas por vasculopatía
no necesariamente inflamatoria o trombosis, como ocurre con los estados de
hipercoagulabilidad, y las segundas a la acción de diferentes tipos de autoanticuerpos
antineuronales y otros. (León et al., 2012).

En el año 1999 el American College of Rheumatology (ACR) encargó a una


comisión ad hoc de expertos el desarrollo de una nomenclatura que uniformara y
estandarizara la descripción de los síndromes neuropsiquatricos (NP) en lupus. El Comité
describió un total de 19 síndromes psiquiátricos y neurológicos del sistema nervioso
central (SNC), periférico y autónomo que se observan en pacientes con LES. Estos son:
meningitis aséptica, enfermedad cerebro-vascular, síndrome desmielinizante, cefalea,
corea, mielopatía, convulsiones, delirium, trastorno de ansiedad, déficit cognitivo,
trastorno del ánimo, psicosis, lesión del nervio periférico, el síndrome Guillain-Barré,
trastornos autonómicos, mononeuropatía, miastenia gravis, neuropatía craneal y
plexopatía (León et al., 2012).

La prevalencia del lupus neuropsiquiátrico, varía del 37% a 95%. Asimismo, las
manifestaciones más prevalentes incluyen alteraciones cognitivas (55-80%), cefalea (24-
72%), trastornos de ánimo (14-57%), apoplejías (5-18%), convulsiones (6-51%),
polineuropatía (3-28%), ansiedad (7-24%) y psicosis (8%). De las alteraciones
psiquiátricas, destacan la depresión mayor, las alucinaciones auditivas y los trastornos de
ansiedad. (Aguilera et al., 2013).

En cuanto a su etiopatogenia se ha descrito que los autoanticuerpos Anti-P están


dirigidos contra tres antígenos ribosomales: P0, P1 y P2 que comparten un epítope común
de 22 aminoácidos en su carboxilo terminal. Se encuentran de 5% a 13% de los pacientes
con LES. Son específicos de LES, y se han relacionado con lupus neuropsiquiátrico,
(psicosis lúpica y trastornos depresivos), pero con una potencia predictiva débil. (León et
al., 2012).

Así mismo, la depresión es el segundo trastorno neuropsiquiátrico más frecuente,


con una prevalencia aproximada del 50%, puede corresponder a un trastorno primario
preexistente, una enfermedad iatrogénica (por corticoesteroides), una reacción a padecer

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una enfermedad crónica o una manifestación directa del LES sobre el SNC. La ansiedad
es bastante frecuente, posiblemente como reacción a la enfermedad. (Zúñiga y Valverde,
2012), siendo estas dos últimas manifestaciones psiquiátricas el centro de estudio de esta
investigación.

La depresión es definida como un grupo heterogéneo de trastornos afectivos


cuyas características son: un estado de ánimo bajo, disminución del disfrute, apatía y
pérdida de interés en el trabajo asociado a insomnio, anorexia e ideación suicida. La
palabra proviene del latín: premere, que significa “apretar, oprimir”; y deprimere, “empujar
hacia abajo”, lo cual ya indica cuál es el efecto que siente el paciente deprimido.
(Gutierrez et al., 2010).

Numerosos textos antiguos contienen descripciones de lo que hoy conocemos


como trastornos del estado de ánimo. Hipócrates fue el primero en definir la melancolía.
Galeno, en el siglo II, adhiriéndose a la patología humoral identifica tres formas de
melancolía: la cerebral, la corporal y la del tubo digestivo. A mediados del siglo XIX
durante el año 1820 surgieron cambios conceptuales donde el término de melancolía fue
finalmente sustituido por el de depresión, éste ya había sido popular en la medicina
cardiovascular para referirse a una disminución de las funciones. La palabra se usó
primero como depresión mental, pero poco después se abandonó el adjetivo mental.
(Berrios, G. E. 2013; Galli, E. 2013.)

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión afecta a


más 350 millones de personas alrededor del mundo, siendo más común en el sexo
femenino que en el masculino con una relación 2:1. Actualmente representa la cuarta
causa de incapacidad en el mundo y se estima que para el 2020, será la segunda causa
más frecuente en los países desarrollados. En Europa, representa más del 7% de la
mortalidad prematura y en centros de atención primaria en Estados Unidos, la prevalencia
de depresión está entre 5% y 9% en adultos, de los cuales el 50% no es reconocido
dentro de la evaluación. (Gómez et al., 2012).

De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entre los


trastornos mentales en América Latina y el Caribe, la depresión es la más común (5%),
seguida por los trastornos de ansiedad (3,4%).

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En un estudio realizado en Caracas, Venezuela sobre la epidemiología de la


ansiedad y depresión, se obtuvo que 1 de cada 5 pacientes (20,45 %) presentó depresión
y/o ansiedad, con prevalencia de 7,6 % para la depresión, esta correspondió en 1/4 de los
casos a desorden afectivo primario y, en los 3/4 restantes, a desorden adaptativo a
factores de estrés psicológico o depresión secundaria a enfermedades médicas
asociadas. Además es el segundo trastorno neuropsiquiátrico más frecuente en pacientes
con LES con una prevalencia aproximada del 50%. (Marsiglia, 2010; Tortós et al., 2012).

En Cuba, en el año 2010 se realizó un estudio titulado “Psiquiatría de enlace en


pacientes con afecciones reumatológicas” donde el diagnóstico reumatológico más
frecuente fue LES, siendo el trastorno depresivo el principal diagnostico psiquiátrico
asociado para un 48,6%. (Campos et al., 2013).

Debido al gran impacto en la salud de la depresión, se han tratado de investigar


los factores biológicos y ambientales que contribuyen a su origen, pero los estudios no
han encontrado una causa que explique la génesis del trastorno. Aunque muchas de las
hipótesis se encuentran interrelacionadas, por el momento no existe una explicación que
logre unificarlas, por lo que más bien pareciera que la depresión es un trastorno
heterogéneo. (Villa y González 2012).

Existen diversas hipótesis que se encarga de explicar la génesis de esta


enfermedad entre las que podemos mencionar:

Hipótesis de las monoaminas: Esta hipótesis, es la más antigua y propone que la


enfermedad se debe a una deficiencia de la actividad monoaminérgica cerebral (déficit en
la transmisión de serotonina, noradrenalina y dopamina en sitios cerebrales claves) y que
puede ser tratada con drogas que incrementen esta actividad, explicando de esta manera
los efectos benéficos de los antidepresivos tricíclicos y de los inhibidores de la mono-
aminoxidasa (MAO). (Sequeira, et al., 2009).

Hipótesis de la interacción herencia-medio ambiente: Esta teoría explica cómo las


diferencias individuales en términos de predisposición genética, interactúan con los
factores ambientales. El blanco de estas investigaciones son los genes relacionados con
la expresión del transportador de serotonina (5-HTT), se encontró que un polimorfismo en
la región promotora de este gen modula la influencia de los eventos estresantes

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cotidianos en la depresión. Los individuos con una o dos copias del alelo corto del 5-HTT
mostraron más síntomas depresivos con relación a eventos estresantes en comparación
con individuos con un solo alelo. Esto demuestra que la respuesta de un individuo a los
estímulos ambientales es moderada por la organización genética del mismo.
(Guadarrama et al., 2007).

El eje Hipotalámico-Hipofisario- Suprarrenal (HHS) y la respuesta al estrés. La


activación del eje por estrés regula funciones tales como el metabolismo y la inmunidad y,
al mismo tiempo, modifica el funcionamiento cerebral regulando la neurogénesis, el
tamaño de estructuras complejas como el hipocampo, la adquisición de recuerdos y la
evaluación emocional de eventos. Según lo anterior, la participación clave que tiene el eje
HHS en la respuesta al estrés y otros procesos relacionados, sugiere que su disfunción
podría contribuir significativamente en el desarrollo de trastornos psiquiátricos como la
depresión. (Sequeira Andrey, et al., 2009).

Hipótesis neurotrófica de la depresión: El factor neurotrófico derivado del cerebro es


una proteína dimérica abundante en el hipocampo y la corteza cerebral. De acuerdo con
esta hipótesis, la disminución en la expresión del factor neurotrófico puede contribuir a la
atrofia del hipocampo en respuesta al estrés en pacientes deprimidos e incremento del
factor neurotrófico derivado del cerebro que puede contribuir a la acción del tratamiento
antidepresivo. Además, el aumento en la atrofia celular en la corteza y las áreas límbicas
del cerebro, es consistente con la disminución de la actividad neurotrófica. (Armas
Castañeda Gabriela et al., 2010).

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la American


Psychiatric Association, en su quinta edición (DSM-V), establece que los criterios para el
diagnóstico del trastorno depresivo son:

A) Durante al menos dos semanas, presencia casi diaria de al menos cinco de los
siguientes síntomas, incluyendo necesariamente el 1 o el 2. Estos son:

1. Estado de ánimo deprimido.

2. Pérdida del placer o interés en cualquier actividad.

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3. Aumento o disminución de peso/apetito.

4. Insomnio o hipersomnia casi todos los días.

5. Agitación o enlentecimiento psicomotor (observable por parte de otros, no simplemente


la sensación subjetiva de inquietud o de enlentecimiento).

6. Fatiga o pérdida de energía.

7. Sentimientos excesivos de inutilidad o culpa.

8. Disminución de la capacidad de concentración o toma de decisiones. 9. Ideas


recurrentes de muerte o suicidio.

B) Interferencia de los síntomas con el funcionamiento cotidiano.

C) No debido a medicamentos, drogas o una condición médica general.

D) El episodio de depresión no se explica mejor por un otro trastorno especificado o no


especificado del espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.

E) Nunca ha habido un episodio maniaco o hipomaniaco. (González et al, 2015].

Es conocido que existe una fuerte comorbilidad entre los trastornos de ansiedad y
depresión, sin que llegue a establecerse con precisión cuál antecede o predispone al otro.
Datos registrados entre población clínica y población general, indican que alrededor de la
mitad de las personas con trastorno depresivo mayor cumple criterios diagnósticos para
uno o más trastornos de ansiedad. Por su parte, Bittner indica que padecer un trastorno
de ansiedad se constituye un importante factor de riesgo para desarrollar un trastorno
depresivo mayor en el futuro. (Agudelo et al., 2007).

La ansiedad puede definirse como una anticipación de un daño o desgracia futura,


acompañada de un sentimiento de disforia (desagradable) y/o de síntomas somáticos de
tensión. (Ibañez Martínez, 2015).

Es importante entender la ansiedad como una sensación o un estado emocional


normal ante determinadas situaciones, y que constituye una respuesta habitual a
diferentes circunstancias cotidianas estresantes. Tan sólo cuando sobrepasa cierta
intensidad o supera la capacidad adaptativa de la persona, es cuando la ansiedad se

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convierte en patológica, provocando malestar significativo con síntomas que afectan tanto
al plano físico, como al psicológico y conductual. (Fernández et al,.2012).

Esta fue introducida inicialmente bajo el término de neurosis por el psiquiatra


escocés William Cullen en 1769, donde se refería a una afección general del sistema
nervioso que cursaba sin fiebre ni afección local de algún órgano y que comprometía los
sentimientos y el movimiento. Las investigaciones clínicas y psicopatológicas de grandes
pensadores del tema como Pierre Janet, S. Freud, H. Ey y J.J. López Ibor o J. Lacan,
contribuyeron a conceptuar esa presentación del acontecer humano que gira entorno a la
experiencia de la angustia. La historia de los hoy llamados trastornos de ansiedad está
estrechamente vinculada al concepto clínico de neurosis; pero, como en otros casos de la
nomenclatura médica, el contenido original de este término no corresponde estrictamente
al uso que hasta hace pocos años se ha hecho de tal denominación. (Armenta et al.,
2014).

Posteriormente el DSM-III decide eliminar el término ‘neurosis’, y sustituirlo por el


de ‘trastornos de ansiedad’; desaparecía de este modo un concepto considerado como
‘clásico’ dentro del campo psicoanalítico, y se lo venía a sustituir por otro muy firmemente
ligado al ámbito de la orientación comportamental. (Del Barrio, 2009)

De acuerdo a la OMS, se estima que los trastornos de ansiedad afectan entre un


5% y un 7% de la población general, y que hasta un 29% de las personas sufrirá un
trastorno de ansiedad como mínimo una vez a lo largo de la vida.

En un estudio realizado en Caracas-Venezuela se obtuvo que, en una muestra de


1.159 pacientes, uno de cada 5 de ellos (20,45 %) presentó ansiedad; con una
prevalencia del 13,8 %. La ansiedad en 63,75 % de los casos correspondió al desorden
de ansiedad generalizada y en 36,25% al desorden psiquiátrico primario, especialmente al
desorden de pánico. Se ha informado que la incidencia de trastornos psiquiátricos tales
como confusión, ansiedad, disfunción cognitiva, trastorno del ánimo, psicosis, y el cambio
de personalidad alcanzan hasta el 35-60% de los pacientes con LES. (Ramos, 2012).

En los modelos actuales estos trastornos se relacionan estructuralmente con el


sistema límbico, coordinado por la amígdala (a través de receptores noradrenérgicos,

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benzodiacepínicos y serotoninérgicos) y el locus caeruleus (con efecto inhibitorio a través


de receptores GABA-benzodiacepínicos y serotoninérgicos y un efecto activador por el
péptido intestinal vasoactivo, la hormona liberadora de hormona adrenocorticotropa
(CRH), la sustancia P y la acetilcolina (ACh). La desregulación de la neurotransmisión
inhibitoria GABA y la hiperactivación del sistema noradrenérgico se ha documentado en
varios trastornos de ansiedad. La hiperactividad del sistema límbico observada en los
trastornos de ansiedad podría ser el resultado de un proceso de disminución de
neurotransmisión inhibitoria (GABA), de un proceso de aumento de la neurotransmisión
excitatoria (glutamato), o de una combinación de estos dos procesos. (Juárez, 2008).

Para el trastorno de ansiedad generalizada el DSM V plantea los siguientes criterios:

1. Ansiedad y preocupación excesivas (expectación aprensiva) durante más de 6 meses


(criterio A).
2. Dificultad para controlar esa preocupación (criterio B).
3. Junto a lo anterior aparecen, al menos, tres de los siguientes síntomas: inquietud, fatiga
precoz, dificultades para la concentración, irritabilidad, tensión muscular y trastornos del
sueño (criterio C).
4. La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos causan malestar clínicamente
significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
5. No se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un
medicamento) ni a otra afección médica (p. ejemplo hipertiroidismo).
6. La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental. (Arranz, 2017).

Actualmente existe una evidente co-dependencia entre depresión y ansiedad;


asociándose estas patologías tanto a limitaciones de la vida cotidiana, como a índices de
mortalidad cada día mayores. Además, representan los principales trastornos
psiquiátricos asociados al lupus eritematoso sistémico. A pesar de lo anterior, los estudios
sobre la incidencia de ansiedad y depresión en pacientes con LES son escasos en
Venezuela; por lo que es realmente importante ampliar este conocimiento y realizar un
estudio estimando el nivel de afectación que estos trastornos pueden tener sobre la
población de estudio, promoviendo intervenciones oportunas en los distintos niveles de
atención.

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JUSTIFICACIÓN

El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad inflamatoria, donde se afectan


múltiples órganos y sistemas, debido a una falla en el sistema inmunológico donde hay
una producción de anticuerpos anormales que reaccionan contra los tejidos del propio
organismo, generando una sintomatología clínica variable, siendo las manifestaciones
psiquiátricas predominantes en este grupo de pacientes.

Las manifestaciones psiquiátricas pueden ser generadas por la enfermedad en si


misma o por el proceso de adaptación de la misma, ya que el impacto de saberse
portador de una enfermedad crónica y limitante puede traer consigo variabilidad del
estado emocional, ira y frustración de la persona que la padece, así como también,
aplanamiento afectivo, cambios de su estilo de vida, negación de la enfermedad y
aislamiento social, lo que puede influir en el desarrollo y gravedad de la misma.

Dentro de este grupo de patologías se destaca la ansiedad y depresión como


patologías íntimamente relacionadas con él LES cuya incidencia y prevalencia han ido
aumentando a través del tiempo, estas juegan un papel fundamental en el estado de
salud del paciente, por este motivo actualmente son objeto de múltiples estudios debido a
la influencia y factor determinante que tienen en la evolución de la enfermedad.

En un estudio realizado en Colombia sobre calidad de vida relacionada con la


salud, factores psicológicos y fisiopatológicos en pacientes con diagnóstico de LES, se
obtuvo que los síntomas de ansiedad-depresión no fueron elevados pero se encontró que
la depresión con daño orgánico interfiere en la función social, la ansiedad afecta la
vitalidad y la ansiedad y la depresión impactan de manera significativa sobre la salud
mental, mientas que por otro lado, la depresión interfiere sobre el rol físico de los
pacientes con LES. (Ariza et al., 2010)

Los estudios sobre la ansiedad y depresión en pacientes con LES, son escasos en
Venezuela, tomando en cuenta el impacto que representan para la enfermedad, es de
vital importancia ampliar el conocimiento sobre este tema, motivo por el cual esta
investigación, se centrará en el estudio de ansiedad y depresión en pacientes con LES
que acuden a La Unidad Regional de Reumatología del Hospital “Julio Criollo Rivas” de
Ciudad Bolívar.

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OBJETIVOS

Objetivo general

Determinar la relación existente entre ansiedad, depresión e índice de actividad


lúpica en pacientes que acuden a la Unidad de Reumatología del Hospital “Julio Criollo
Rivas” de Ciudad Bolívar durante el período comprendido entre Abril y Septiembre del
2017.

Objetivos específicos

1. Caracterizar epidemiológicamente los pacientes en estudio.


2. Determinar los niveles de depresión de los pacientes según el inventario de
depresión de Beck.
3. Determinar los niveles de ansiedad de los pacientes según el inventario de
ansiedad de Beck.
4. Relacionar los niveles de ansiedad y depresión en pacientes con lupus
eritematoso sistémico.
5. Determinar el índice de actividad lúpica de los pacientes en estudio de acuerdo al
SLEDAI.
6. Relacionar la ansiedad y depresión con el tiempo de evolución de los pacientes
con lupus eritematoso sistémico.
7. Relacionar la ansiedad y depresión con el índice de actividad lúpica de los
pacientes con lupus eritematoso sistémico.
8. Vincular la relación existente entre la ansiedad y depresión con el estrato
socioeconómico de los pacientes en estudio.

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METODOLOGÍA

Tipo de estudio

De Campo, descriptivo, transversal.

Es un estudio de Campo ya que se realizará en el medio ambiente donde se


desarrolla el problema que se va a investigar apoyándose de información proveniente de
entrevista, cuestionario, encuesta y observaciones.

Por otra parte, es un estudio descriptivo, ya que se recoge información que narra
las situaciones tales y como son, sin manipulación del entorno, permitiendo conocer cómo
se distribuyen los eventos en un lugar y momento determinado, son estudios que permiten
obtener hipótesis que a su vez tienen gran valor epidemiológico.

Así mismo, es un estudio transversal ya que los datos se recogen en un momento


único, no se continúan en el tiempo. Su propósito es describir variables y analizar su
incidencia e interrelación en un momento dado. Es como tomar una fotografía de algo que
sucede. (Hernández et al., 2006).

Población
Todos los pacientes diagnosticados con lupus eritematoso sistémico que acudan a
consulta en la Unidad Regional de Reumatología del Hospital “Julio Criollo Rivas” de
Ciudad Bolívar (Hospital del Tórax).

Muestra

70 pacientes diagnosticados con lupus eritematoso sistémico que acudan a


consulta en la Unidad Regional de Reumatología del Hospital “Julio Criollo Rivas” de
Ciudad Bolívar (Hospital del Tórax).

Criterios de inclusión

Pacientes de sexo masculino y femenino en edades comprendidas entre 18-70 años.


Pacientes diagnosticados con LES en fase activa o inactiva de la enfermedad.

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Aquellos que se encuentren en control médico regular (2 o más consultas anuales) en la


Unidad Regional de Reumatología del Hospital “Julio Criollo Rivas” de Ciudad Bolívar.
Pacientes sin diagnóstico previo de ansiedad y depresión

Criterios de exclusión

Pacientes menores de 18 años y mayores de 70 años.


Aquellos que no se encuentren en control médico regular en la unidad Regional de
Reumatología.
Pacientes con diagnóstico previo de ansiedad y depresión.

Instrumento

Entrevista estandarizada con el fin de obtener datos de identificación personal del


paciente.

Se aplicó el SLEDAI conocido por sus siglas en inglés (Systemic Lupus


Erythematosus Disease Activity Index). Creado en 1992 por Bombardier y colaboradores
y posteriormente modificado por Gladman et al, en el año 2000, el cual se denominó
SLEDAI-2K; este se ha revisado y calificado como acertado para la evaluación de la
actividad lúpica.

Utiliza 24 parámetros clínicos y la puntuación va 0-105, a partir de hallazgos


positivos en la historia clínica, examen físico, pruebas de función de órganos específicos
y exámenes serológicos se genera un resultado.

Según la puntuación arrojada, se podrá conocer el nivel de actividad de la


enfermedad, clasificándose de la siguiente manera:

Inactividad: 0 - <2:
Actividad leve o en remisión: 2- <4
Actividad Moderada: >4- <8
Actividad Severa: >8

Inventario de Depresión de Beck, internacionalmente conocido por el acrónimo de


su nombre original en inglés BDI (Beck Depression Inventory), creado por el psiquiatra,
investigador y fundador de la Terapia Cognitiva, Aaron T. Beck. Existen tres versiones del

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BDI: la versión original publicada en 1961, la revisión de 1971 bajo el título de BDI-1A; y la
versión más reciente de 1996 BDI-II o segunda edición, adaptada al idioma español por
Sanz y colaboradores.

EL BDI-II es un cuestionario autoaplicado, conformado por 21 eslabones, cada


uno con 4 afirmaciones, las cuales recibirán una puntuación de 0-1-2-3 que reflejan el
estado anímico, los sentimientos de satisfacción personal, ideas suicidas, grado de
irritación, capacidad de tomas de decisiones, sueño, cansancio, apetito, sentimientos de
culpa interés por el sexo y preocupación por la salud personal, que ha experimentado el
paciente en las últimas semanas.

Según la puntuación arrojada, se podrá conocer el nivel de depresión del paciente,


clasificándose de la siguiente manera.

0 a 13: sin depresión


14 a 19: depresión leve
20 a 28: depresión moderada
29 a 63: depresión severa

Inventario de Ansiedad de Beck, internacionalmente conocido por el acrónimo de


su nombre original en inglés BAI (Beck AnxietyInventory) creado por Beck, Epstein, Brown
y Steer en 1988. Es un cuestionario autoaplicado el cual permite valorar los síntomas
somáticos de ansiedad que han estado presentes en el paciente en las últimas semanas y
en el momento actual. Está conformado por 21 preguntas cada ítem se puntúa de 0 a 3,
correspondiendo la puntuación 0 a "no", 1 a "leve", 2 a "moderado" y la puntuación 3 a
"bastante”, finalizado el cuestionario se realiza la sumatoria total y según la puntuación
arrojada se interpretan los resultado de la siguiente manera.

0 a 7 puntos nivel mínimo de ansiedad.


8 a 15 ansiedad leve.
16 a 25 moderada
26 a 63 severa

Se aplicó la Escala de Graffar (Modificada por Méndez Castellano). “En


Venezuela, desde 1981, se aplica el Método Graffar desarrollado en Francia y adaptado a
la realidad nacional por el Dr. Hernán Méndez Castellano”.

.
17

Clasifica a la población en estratos sociales y considera 4 variables:

1. Profesión del jefe de familia

2. Nivel de instrucción de la madre

3.-Principal fuente de ingreso de la familia

4. Condiciones de alojamiento.

Emplea una escala del 1 al 5 (1 para muy bueno y 5 para muy malo). El puntaje
obtenido en cada variable se suma y se obtiene un total, que puede ir desde cuatro hasta
20 (pobreza crítica), de acuerdo a la siguiente escala:

Estrato I: clase alta (4 a 6 puntos)


Estrato II: clase media alta (7 a 9 puntos)
Estrato III: clase media baja (10 a 12 puntos)
Estrato IV: pobreza relativa (13 a 16 puntos)
Estrato V: pobreza crítica (17 a 20 puntos)

.
18

Procedimiento

 Inicialmente se procedió a seleccionar la población a estudiar según los criterios


de inclusión y exclusión establecidos.
 Se ofreció la información necesaria sobre el estudio para obtener el
consentimiento de los pacientes para el mismo.
 Por medio de un formulario de recolección de datos, se procedió a recoger: datos
personales, información epidemiológica del paciente, tiempo de evolución y
diagnóstico de la enfermedad.
 Se aplicó el lupus erythematosus activity index (SLEDAI) para conocer el índice de
actividad lúpica, en los pacientes seleccionados para el estudio.
 Se manejó el método de cuestionarios, siendo dos los aplicados para el presente
estudio, estos están conformados por 3 partes: título, instrucciones y enunciados.
 Se aportó el conocimiento necesario requerido por el participante para el llenado
de los cuestionarios y le ofrecemos la oportunidad de plantear sus dudas sobre el
mismo si llegase a existir.
 Una vez finalizada la recolección de datos se procedió a llevar a cabo el plan de
tabulación y análisis de los datos obtenidos.

Procesamiento, análisis e interpretación de los datos.

Culminada la recolección de datos, producto de la aplicación de los instrumentos


de investigación, se procede a codificarlos y tabularlos mediante el programa Excel 2016,
que de su interpretación permite la elaboración y presentación de tablas de doble entrada
y gráficas estadísticas que reflejan los resultados siendo expresados en frecuencias y
porcentajes. Se utiliza medida de tendencia central y estadísticos como X2 para la
asociación de variables.

.
19

RESULTADOS

Tabla N° 1

Distribución de los pacientes con lupus eritematoso sistémico según datos


epidemiológicos el tiempo de diagnóstico de la enfermedad. Unidad de
Reumatología. Hospital “Julio Criollo Rivas”. Ciudad Bolívar, estado Bolívar.
Periodo: abril – septiembre del 2017.

Sexo n %

Femenino 66 94,29%
Masculino 4 5,71%

Estado civil n %

Soltero 37 52,86%
Casado 21 30,00%
Viudo 5 7,14%
Divorciado 7 10,00%
Estrato
n %
socioeconómico
Estrato I 1 1,43%

Estrato II 22 31,43%
Estrato III 27 38,57%
Estrato IV 19 27,14%
Estrato V 1 1,43%
Tiempo de
n %
evolución
<2 años 14 20,00%
2-5 años 19 27,14%
5-10 años 8 11,43%
>10 años 29 41,43%

Grupo etario n % Media D.E.

18 - 28 años 15 21,43% 22,80 3,189


29 - 39 años 18 25,71% 36,11 1,997
40 - 50 años 21 30,00% 45,19 3,010
51 - 61 años 11 15,71% 54,18 2,857
62 - 72 años 5 7,14% 65,40 2,702

Total 70 100% 40,91 12,716

.
20

La muestra en estudio estuvo conformada por 70 pacientes con lupus eritematoso


sistémico que acudieron a la Unidad de Reumatología del Hospital “Julio Criollo Rivas” en
Ciudad Bolívar, estado Bolívar durante el periodo: abril – septiembre del 2017, de ellos, la
mayoría, el 94,29% (n=66), fueron del sexo femenino mientras que al sexo masculino le
correspondió el 5,71% (n=4). En relación al estado civil, la mayoría, el 52,86% (n=37)
declararon ser solteros, el 30% (n=21) estaban casados, el 10% (n=7) estaban
divorciados y el 7,14% (n=5) eran viudos.

En relación al estrato socioeconómico de los pacientes según la escala de Graffar


modificada, se observa que la mayoría, el 38,57% (n=27), se encuentra en el Estrato III, le
siguen los pacientes clasificados en el Estrato II quienes representan el 31,43% (n=22),
en tercer lugar, están los pacientes del Estrato IV con el 27,14% (n=19) de los casos, por
último, se encuentran los pacientes del estrato I y Estrato V cada uno con el 1,43% (n=1).

Respecto al tiempo de evolución de la enfermedad, el grupo más numeroso lo


conformaron los pacientes que tenían más de 10 años quienes representaron el 41,43%
(n=29) de la muestra, el segundo grupo estaba formado por los pacientes que tenían entre
2 y 5 años de evolución con el 27,14% (n=19), le siguieron los pacientes con menos de 2
años con el 20% (n=14) y el grupo menos numeroso fueron los pacientes con tiempo de
evolución entre 5 y 10 años con un 11,43% (n=8) de la muestra.

La edad de los pacientes se encontró entre los 18 y 72 años con una media de
40,91 años y una desviación estándar de 12,716. Según el grupo etario, el mayor grupo lo
conformaron los pacientes que tenían entre 40 y 50 años representando un 30% (n=21)
de la muestra, en este grupo la media de la edad fue de 45,19 años con una desviación
estándar de 3,01, el segundo lugar lo ocuparon los pacientes con edades comprendidas
entre 29 y 39 años con un 25,71% (n=18) con media y desviación estándar de 36,11 y
1,997 años respectivamente, le siguieron los pacientes que tenían entre 18 y 28 años con
un 21,34% (n=15), con media de 22,80 años y desviación estándar de 3,189, en el cuarto
grupo estaban los pacientes con edades entre 51 y 61 años representando un 15,71%
(n=11) quienes tenían una media de 54,18 años y una desviación estándar de 2,857,
finalmente, el 7,14% de la muestra (n=5) tenían entre 62 y 72 años para quienes la media
se ubicó en 65,40 años con una desviación estándar de 2,702

.
21

Tabla 2

Distribución de los pacientes con lupus eritematoso sistémico según el nivel de


depresión. Unidad de Reumatología. Hospital “Julio Criollo Rivas”. Ciudad Bolívar,
estado Bolívar. Periodo: abril – septiembre del 2017.

Nivel de depresión n %

Sin depresión 44 62,86%

Depresión leve 11 15,71%


Depresión
7 10,00%
moderada
Depresión severa 8 11,43%

Total 70 100%

Al calcular el nivel de depresión de los pacientes utilizando el inventario de


depresión de Beck se obtiene que el 62,86% (n=44) de la muestra fue calificado sin
depresión, para el 15,71% (n=11) la depresión fue leve, para el 11,43% (n=8) de los
pacientes el nivel de depresión fue severa y el 10% (n=7) de los pacientes resultaron con
depresión moderada.

.
22

Tabla N° 3

Distribución de los pacientes con lupus eritematoso sistémico según el nivel de


ansiedad. Unidad de Reumatología. Hospital “Julio Criollo Rivas”. Ciudad Bolívar,
estado Bolívar. Periodo: abril – septiembre del 2017.

Nivel de ansiedad n %

Nivel mínimo 33 47,14%

Ansiedad leve 10 14,29%


Ansiedad
15 21,43%
moderada
Ansiedad severa 12 17,14%

Total 70 100%

En relación al nivel de ansiedad, el inventario de Beck arrojó como resultados que


el 47,14% (n=33) de la muestra resultó con un nivel mínimo de ansiedad, el 21,43%
(n=15) fue calificado con ansiedad moderada, para el 17,14% (n=12) la ansiedad fue
severa, y para el 14,29% (n=10) de los pacientes la ansiedad fue leve.

.
23

Tabla N° 4

Distribución de los pacientes con lupus eritematoso sistémico según los niveles de
depresión y de ansiedad. Unidad de Reumatología. Hospital “Julio Criollo Rivas”.
Ciudad Bolívar, estado Bolívar. Periodo: abril – septiembre del 2017.

Nivel de depresión
Depresión Depresión Depresión Total
Nivel de Sin depresión
leve moderada severa
ansiedad
n % n % n % n % n %
100,00
Nivel mínimo 33 – – – – – – 33 100%
%
Ansiedad leve 3 30,00% 4 40,00% 2 20,00% 1 10,00% 10 100%
Ansiedad
7 46,67% 4 26,67% 2 13,33% 2 13,33% 15 100%
moderada
Ansiedad severa 1 8,33% 3 25,00% 3 25,00% 5 41,67% 12 100%

Total 44 62,86% 11 15,71% 7 10,00% 8 11,43% 70 100%

X2 =55,1928, p valor < 0,000001.

En esta tabla se observa que de los 33 pacientes que resultaron con un nivel
mínimo de ansiedad, ninguno de ellos tenía depresión. Para los 10 pacientes con
ansiedad leve, la mayoría, 40% (n=4) resultaron con depresión leve seguidos del 30%
(n=3) que estaban sin depresión. En el caso de los 15 pacientes con ansiedad moderada,
la mayoría, 46,67% (n=7), resultaron sin depresión seguidos del 26,67% (n=4) quienes
fueron evaluados con depresión leve. Por último, para el caso de los 12 pacientes con
ansiedad severa, la mayoría de ellos, 41,67% (n=5), tenían depresión severa.

Al aplicar la prueba Chi cuadrado se encontró suficiente evidencia estadística para


asegurar que existe una relación de dependencia significativa entre los niveles de
ansiedad y depresión. (Valor del estadístico: 55,1928. Valor crítico: 16,919. p valor <
0,000001 (significativo). Grados de libertad: 9. Nivel de confianza: 95%).

.
24

Tabla N° 5

Distribución de los pacientes con lupus eritematoso sistémico según el índice de


actividad lúpica. Unidad de Reumatología. Hospital “Julio Criollo Rivas”. Ciudad
Bolívar, estado Bolívar. Periodo: abril – septiembre del 2017.

Índice de
n %
actividad lúpica

Inactividad 13 18,57%

Actividad leve 10 14,29%

Actividad moderada 9 12,86%

Actividad severa 38 54,29%

Total 70 100%

El 54,29% (n=38) de los pacientes en estudio resultaron con una actividad lúpica
severa según el instrumento SLEDAI, el 18,57% (n=13) de los pacientes no tenía
actividad lúpica, para el 14,29% la actividad lúpica fue leve y en el 12,86% (n=9) de los
casos la actividad fue moderada.

.
25

Tabla N° 6

Distribución de los pacientes con lupus eritematoso sistémico según el tiempo de


diagnóstico de la enfermedad y los niveles de depresión y de ansiedad. Unidad de
Reumatología. Hospital “Julio Criollo Rivas”. Ciudad Bolívar, estado Bolívar.
Periodo: abril – septiembre del 2017.

Nivel de depresión
Depresión Depresión Depresión Total
Sin depresión
Tiempo de leve moderada severa
evolución n % n % n % n % n %
<2 años 6 42,86% 3 21,43% 3 21,43% 2 14,29% 14 100%

2-5 años 10 52,63% 5 26,32% 2 10,53% 2 10,53% 19 100%


100,00
5-10 años 8 – – – – – – 8 100%
%
>10 años 20 68,97% 3 10,34% 2 6,90% 4 13,79% 29 100%

Total 44 62,86% 11 15,71% 7 10,00% 8 11,43% 70 100%

Nivel de ansiedad
Ansiedad Ansiedad Ansiedad Total
Nivel mínimo
Tiempo de leve moderada severa
evolución n % n % n % n % n %
<2 años 3 21,43% 2 14,29% 5 35,71% 4 28,57% 14 100%

2-5 años 8 42,11% 4 21,05% 4 21,05% 3 15,79% 19 100%

5-10 años 5 62,50% – – 2 25,00% 1 12,50% 8 100%

>10 años 17 58,62% 4 13,79% 4 13,79% 4 13,79% 29 100%

Total 33 47,14% 10 14,29% 15 21,43% 12 17,14% 70 100%

Depresión: X2 =12,8599, p valor = 0,169. Ansiedad: X2 = 9,7921, p valor = 0,3676.

En esta tabla se observa respecto a los niveles de depresión que


proporcionalmente, los pacientes que tienen menos de 2 años de evolución son los más
afectados con depresión severa (14,29%) seguidos del 13,79% de los pacientes con más
de 10 años de evolución. En el caso de la depresión moderada también son los pacientes

.
26

con menos de 2 años de evolución lo que resultaron con el mayor porcentaje (21,43%).
Para los pacientes que resultaron sin depresión, son los que tienen entre 5 y 10 años y los
que tienen más de 10 años de evolución los grupos con mayores porcentajes, 100% y
68,97% respectivamente.

Un comportamiento similar se observa respecto a la ansiedad. En el caso de la


ansiedad severa el mayor porcentaje lo obtuvieron los pacientes con menos de 2 años de
evolución (28,57%) seguidos de los pacientes que tenían entre 2 y 5 años (15,79%). Los
pacientes con menos de 2 años de evolución también fueron el grupo con mayor
porcentaje con depresión moderada (35,71%). Para los pacientes con un nivel mínimo de
ansiedad, los mayores porcentajes los tienen los pacientes con tiempo de evolución entre
5 y 10 años (62,50%) y los que tienen más de 10 años (58,62%).

Mediante la prueba Chi cuadrado se determinó que no existe una relación de


dependencia estadísticamente significativa del tiempo de evolución de la enfermedad con
los niveles de depresión (Valor del estadístico: 12,8599. Valor crítico: 16,919. p valor:
0,169 (no significativo). Grados de libertad: 9. Nivel de confianza: 95%), ni con los niveles
de ansiedad (Valor del estadístico: 9,7921. Valor crítico: 16,919. p valor: 0,3676 (no
significativo). Grados de libertad: 9. Nivel de confianza: 95%).

.
27

Tabla N° 7

Distribución de los pacientes con lupus eritematoso sistémico según el índice de


actividad lúpica y los niveles de depresión y de ansiedad. Unidad de Reumatología.
Hospital “Julio Criollo Rivas”. Ciudad Bolívar, estado Bolívar. Periodo: abril –
septiembre del 2017.

Nivel de depresión
Depresión Depresión Depresión Total
Índice de Sin depresión
leve moderada severa
actividad lúpica
n % n % n % n % n %
Inactividad 11 84,62% 1 7,69% 1 7,69% – – 13 100%

Actividad leve 8 80,00% 1 10,00% 1 10,00% – – 10 100%


Actividad
5 55,56% 3 33,33% – – 1 11,11% 9 100%
moderada
Actividad severa 20 52,63% 6 15,79% 5 13,16% 7 18,42% 38 100%

Total 44 62,86% 11 15,71% 7 10,00% 8 11,43% 70 100%

Nivel de ansiedad
Ansiedad Ansiedad Ansiedad Total
Índice de Nivel mínimo
leve moderada severa
actividad lúpica
n % n % n % n % n %
Inactividad 9 69,23% 1 7,69% 2 15,38% 1 7,69% 13 100%

Actividad leve 7 70,00% 1 10,00% 2 20,00% – – 10 100%


Actividad
5 55,56% 1 11,11% – – 3 33,33% 9 100%
moderada
Actividad severa 12 31,58% 7 18,42% 11 28,95% 8 21,05% 38 100%

Total 33 47,14% 10 14,29% 15 21,43% 12 17,14% 70 100%

Depresión: X2 =13,1445, p valor = 0,1562. Ansiedad: X2 = 16,2712, p valor = 0,0614.

En esta tabla, que relaciona el índice de actividad lúpica con la depresión y


ansiedad, se observa que la depresión severa solo está presente en los pacientes que
tienen actividad lúpica moderada (11,11%) y actividad severa (18,42%). Para los
pacientes con depresión moderada, el grupo con mayor porcentaje fueron los que tenían

.
28

actividad severa (13,16%). En el caso de los pacientes sin depresión, los mayores
porcentajes los obtuvieron los grupos de pacientes que tenían inactividad lúpica (84,62%)
y actividad leve (80%).

En relación a la ansiedad, los pacientes con mayores porcentajes en ansiedad


severa resultaron los que tenían actividad lúpica moderada (33,33%) y actividad lúpica
severa (21,05%). Para la ansiedad moderada, los pacientes con actividad lúpica severa
son los que obtuvieron el mayor porcentaje (28,95%). Igual que en caso de la depresión,
de los pacientes que reflejaron niveles mínimos de ansiedad, los mayores porcentajes los
obtuvieron quienes tenían actividad leve (70%) e inactividad lúpica (69,23%).

A través de la prueba Chi cuadrado se estableció que no existe relación de


dependencia estadísticamente significativa entre el índice de actividad lúpica y los niveles
de depresión (Valor del estadístico: 13,1445. Valor crítico: 16,919. p valor: 0,1562 (no
significativo). Grados de libertad: 9. Nivel de confianza: 95%) ni entre el índice de
actividad lúpica con los niveles de ansiedad (Valor del estadístico: 16,2712. Valor crítico:
16,919. p valor: 0,0614 (no significativo). Grados de libertad: 9. Nivel de confianza: 95%).

.
29

Tabla N° 8

Distribución de los pacientes con lupus eritematoso sistémico según el estrato


socioeconómico y los niveles de depresión y de ansiedad. Unidad de Reumatología.
Hospital “Julio Criollo Rivas”. Ciudad Bolívar, estado Bolívar. Periodo: abril –
septiembre del 2017.

Nivel de depresión
Depresión Depresión Depresión Total
Sin depresión
Estrato leve moderada severa
socioeconómico
n % n % n % n % n %
100,00
Estrato I – – – – – – 1 1 100%
%
Estrato II 14 63,64% 6 27,27% 1 4,55% 1 4,55% 22 100%

Estrato III 18 66,67% 2 7,41% 5 18,52% 2 7,41% 27 100%

Estrato IV 11 57,89% 3 15,79% 1 5,26% 4 21,05% 19 100%


100,00
Estrato V 1 – – – – – – 1 100%
%
Total 44 62,86% 11 15,71% 7 10,00% 8 11,43% 70 100%

Nivel de ansiedad
Ansiedad Ansiedad Ansiedad Total
Nivel mínimo
Estrato leve moderada severa
socioeconómico
n % n % n % n % n %
100,00
Estrato I – – – – 1 – – 1 100%
%
Estrato II 10 45,45% 2 9,09% 7 31,82% 3 13,64% 22 100%

Estrato III 15 55,56% 4 14,81% 4 14,81% 4 14,81% 27 100%

Estrato IV 8 42,11% 4 21,05% 2 10,53% 5 26,32% 19 100%


100,00
Estrato V – – – – 1 – – 1 100%
%
Total 33 47,14% 10 14,29% 15 21,43% 12 17,14% 70 100%

Depresión: X2 =14,1668, p valor = 0,2902. Ansiedad: X2 = 11,6188, p valor = 0,4768.

.
30

Al relacionar los niveles de ansiedad y depresión con el estrato socioeconómico se


observa que del grupo los pacientes con depresión severa los que obtuvieron,
proporcionalmente, mayores porcentajes fueron los del Estrato I (100%) y los pacientes
del Estrato IV (21,05%). En el caso de los pacientes con depresión moderada, los que
resultaron con el mayor porcentaje fueron los pacientes del Estrato III (18,52%). Para los
pacientes con depresión leve, los que obtuvieron el mayor porcentaje correspondieron a
los pacientes del Estrato II (27,27%) y para los pacientes sin depresión, los mayores
porcentajes se encontraron en el grupo del Estrato V (100%) seguidos de los pacientes
del estrato II (66,67%).

En el caso de los pacientes que presentaron ansiedad severa, los más afectados,
proporcionalmente, fueron los del Estrato IV (26,32%) seguidos de los pacientes del
Estrato III (13,81%) y por último los pacientes del Estrato II (13,64%). Para los pacientes
con ansiedad moderada, el 100% de los que pertenecían al Estrato I y V están en este
grupo al igual que el 31,82% de los pacientes del Estrato II. En el caso de los pacientes
con ansiedad leve, el mayor porcentaje lo obtuvieron los pacientes del Estrato IV (21,05%)
seguidos de los pacientes del Estrato III. En el grupo de pacientes con ansiedad mínima,
los que resultaron con el mayor porcentaje fueron los del Estrato III (55,56%) seguidos de
los pacientes del Estrato II (45,45%).

Se demostró, utilizando la prueba Chi cuadrado, que el estrato socioeconómico y


los niveles de depresión son variables independientes (Valor del estadístico: 14,1668.
Valor crítico: 21,0261. p valor: 0,2902 (no significativo). Grados de libertad: 12. Nivel de
confianza: 95%) al igual que el estrato socioeconómico y los niveles de ansiedad (Valor
del estadístico: 11,6188. Valor crítico: 21,0261. p valor: 0,4768 (no significativo). Grados
de libertad: 12. Nivel de confianza: 95%).

.
31

DISCUSIÓN

En el estudio presentado, se evaluaron 70 pacientes con lupus eritematoso


sistémico que acudieron a la Unidad de Reumatología del Hospital “Julio Criollo Rivas” en
Ciudad Bolívar, estado Bolívar durante el periodo: abril – septiembre del 2017, de ellos 66
fueron del sexo femenino mientras que al sexo masculino le correspondió 4. Esto coincide
con la mayoría de los estudios realizados sobre LES como el de Cairoli en 2015, quién
afirma que, el factor de riesgo más claramente asociado a su desarrollo es el género,
prevaleciendo ampliamente en la mujer, esto está relacionado, entre otras cosas, con
factores hormonales (niveles de estrógenos) y sus rápidas variaciones, hecho que queda
reflejado en la mayor frecuencia de inicio o recaída del LES durante la menarca,
menopausia, parto o puerperio.

En relación al estado civil, 52,86% (n=37) eran solteros, 30% (n=21) estaban
casados, el 10% (n=7) estaban divorciados y el 7,14% (n=5) eran viudos. Estos resultados
concuerdan con los obtenidos por Rostrán y Urroz en 2010, donde el mayor porcentaje
estuvo representado por los solteros en un 60%, seguido de casados 24% y menor
porcentaje para los divorciados(as) y viudos(as) con un 8%.

En relación a el estrato socioeconómico de los pacientes en estudio, a través de la


escala de Graffar modificada se observa que la mayoría, el 38,57% (n=27), se encuentra
en el estrato III, le siguen los pacientes clasificados en el estrato II quienes representan el
31,43% (n=22), en tercer lugar están los pacientes del estrato IV con el 27,14% (n=19),
por último se encuentran los pacientes del estrato I y estrato V cada uno con el 1,43%
(n=1). Una distribución similar de evidencia en una investigación realizada por García en
el 2016, donde ciento seis pacientes fueron incluidos en el estudio en cuanto al estrato
social de Graffar, 70.3 % y 21.8% pertenecían al estrato III y IV, respectivamente.

Por otra parte otro estudio efectuado en México que incluyo 146 pacientes
diagnosticados con LES contrastan con los resultados antes mencionado, porque según,
el índice de Graffar, el 18,9% corresponde al estrato I, el 52,5% estrado II y el 28,7% III.
(Mendoza, P, C et al. 2015). Por tal motivo el LES y el estrato socioeconómico no son
variables dependientes. Es una enfermedad que afecta sin distinción de estratos sociales.

.
32

Con respecto, al tiempo de evolución, el grupo más numeroso lo conformaron los


pacientes que tenían más de 10 años con la enfermedad. Esto coincide con lo propuesto
por Mendelson 2009, quien plantea que el tiempo diagnóstico puede oscilar entre 2 y 22
años. Esto se debe, entre otras cosas a que en ocasiones, es difícil conceptualizar la
enfermedad por sus múltiples y diferentes manifestaciones, que llevan a que pueda ser
confundida con algunas patologías de características similares como la enfermedad de
Jessner, Psoriasis, y fibromialgia con afectación cutánea. Por lo tanto, es posible pensar a
raíz de los datos obtenidos, que parte de la muestra obtuvo resultados de manera tardía.

De acuerdo a la edad, el mayor grupo lo conformaron los pacientes que tenían


entre 40 y 50 años, representando un 30% de la muestra (n=21), seguidos de los
pacientes con 29 y 39 años con un 25,71% (n=18). Este grupo etario se comporta de
forma similar a los reportados por Castellano y col. 2015 donde, de los pacientes
evaluados, el mayor rango de edad estuvo comprendido entre 40-50 años, seguido del
rango 29-39 años. Además, autores como Zamora y col. 2010 plantean resultados en la
misma dirección en lo que a LES se refiere

En relación a la depresión, el mayor porcentaje 15,71% (n=11) correspondió a un


nivel leve, mientras que para la ansiedad, el mayor grupo 21,43% (n=15) fue calificado
con ansiedad moderada. Estos resultados coinciden con un estudio realizado en
Colombia titulado “Manifestaciones neuropsiquiátricas y neuropsicológicas del lupus
eritematoso sistémico, 2018”, en cuyos hallazgos determinaron que los pacientes con LES
presentan mayores síntomas de depresión leve y ansiedad moderada. A pesar de que
estos autores indican de que la depresión y la ansiedad resultantes no son una
manifestación directa del LES, sí afirman que tienen influencia en el deterioro de las
funciones neuropsicológicas en aquellos individuos que desarrollan estos trastornos.

Al relacionar los niveles de ansiedad con los niveles de depresión, obtuvimos que
de los 33 pacientes que resultaron con un nivel mínimo de ansiedad, ninguno de ellos
tenía depresión. Para los 10 pacientes con ansiedad leve, la mayoría, 40% (n=4)
resultaron con depresión leve seguidos del 30% (n=3) que estaban sin depresión. En el
caso de los 15 pacientes con ansiedad moderada, la mayoría, 46,67% (n=7), resultaron
sin depresión seguidos del 26,67% (n=4) quienes fueron evaluados con depresión leve.
Por último, para el caso de los 12 pacientes con ansiedad severa, la mayoría de ellos,
41,67% (n=5), tenían depresión severa.

.
33

Esto se relaciona con los estudios de Banchen y col. 2009 cuyos resultados
sugieren que las tasas de trastornos depresivos y de ansiedad son elevadas en el lupus
eritematoso sistémico, y que la comorbilidad de ambos trastornos psiquiátricos es común
en esta población; además, sugieren que la presencia de estos síntomas están asociados,
más a la discapacidad física y el estrés de vivir con una enfermedad crónica y limitante
que a una complicación propia de la enfermedad.

De acuerdo al índice de actividad lúpica según el SLEDAI, el mayor porcentaje,


54,29% (n=38) correspondió con una actividad severa de la enfermedad; estos resultados
se correlacionan con un estudio realizado en Medellín-Colombia, donde se evaluaron 115
pacientes con LES, encontrando que la mayoría (55,6%) presentaron un índice de
actividad >8. Sin embargo, en investigaciones como las de Román et al. 2016, no se
hallaron pacientes con actividad severa de la enfermedad, lo cual difiere con el presente
estudio; más sí determinaron que la calidad de vida en este grupo de pacientes se
encuentra disminuida, tanto en su componente físico como mental.

El LES es una enfermedad cuya primera manifestación clínica puede afectar a


cualquier órgano, por lo que debemos tenerla presente ante una sintomatología
psiquiátrica como puede ser una depresión, esta puede aparecer en cualquier momento
de la evolución de la enfermedad; así lo demuestra los resultados obtenidos en el
presente estudio, donde la mayor incidencia se presentó en los dos primeros años de
diagnóstico de la enfermedad, es decir que el paciente podría incluso, debutar con dicha
patología psiquiatría, continuando en frecuencia los pacientes con más de 10 años de
diagnóstico. En el caso de la depresión moderada también son los pacientes con menos
de 2 años de diagnóstico lo que resultaron con el mayor porcentaje. Para los pacientes
que resultaron sin depresión, son los que tienen entre 5 y 10 años y los que tienen más de
10 años de diagnóstico los grupos con mayores porcentajes.

Un comportamiento similar se observa respecto a la ansiedad. En el caso de la


ansiedad severa el mayor porcentaje lo obtuvieron los pacientes con menos de 2 años de
diagnóstico seguidos de los pacientes que tenían entre 2 y 5 años Los pacientes con
menos de 2 años de diagnósticos también fueron el grupo con mayor porcentaje con
depresión moderada. Para los pacientes con un nivel mínimo de ansiedad, los mayores
porcentajes los tienen los pacientes con tiempo de diagnóstico entre 5 y 10 años y los que
tienen más de 10 años

.
34

Al relacionar la ansiedad y depresión con el índice de actividad lúpica, se demostró


que estadísticamente no existe una relación de dependencia significativa entre estas
variables. La ansiedad y depresión severa sólo se presentaron en los pacientes que
tenían actividad lúpica moderada y severa, para los pacientes con ansiedad y depresión
moderada, el grupo con mayor porcentaje fueron los que tenían actividad severa. En el
caso de aquellos sin depresión, los mayores porcentajes los obtuvieron los grupos de
pacientes que tenían inactividad lúpica y actividad leve y de los pacientes que reflejaron
niveles mínimos de ansiedad, los mayores porcentajes los obtuvieron quienes tenían
actividad leve (70%) e inactividad lúpica (69,23%).

Esto se relaciona con los estudios de Kheirandish et al. 2014, quienes no hallaron
una relación entre el índice de actividad lúpica y gravedad de la ansiedad o depresión.
Además Violante y col. 2012 determinaron que estos síntomas pueden o no estar
relacionados con la actividad de la enfermedad. La correlación entre SLEDAI y estados
comórbidos psiquiátricos ha sido un tema muy discutido y de mucha controversia, varios
estudios como el nuestro negaron una correlación significativa entre estas dos variables.;
sin embargo, es importante destacar que diversos autores apoyan la correlación directa
entre el índice de actividad lúpica y gravedad de los síntomas psiquiátrico

Son pocos los estudios que correlacionan el estrato socioeconómico con los
niveles de ansiedad y depresión en pacientes con lupus. En el presente estudio, se
determinó que estas son variables independientes entre sí. No obstante, en China 2013,
encontraron que los pacientes con estrato socioeconómico bajo presentaban con mayor
frecuencia trastornos de ansiedad y depresión. Además, las investigaciones realizadas
por Meszaros y col. 2012, basadas en la búsqueda de estudios sobre LES
neuropsiquiátrico de abril de 1999 a agosto de 2011, apoyan la idea de que pertenecer a
un menor estrato socioeconómico aumenta el riesgo de depresión, lo cual indica que
existe una relación inversamente proporcional entre estas variables.

Tras estos resultados podemos afirmar que existe una asociación entre la
ansiedad, la depresión y LES, esto además puede encontrarse influenciado por la
gravedad de la enfermedad, como fue expresado en los resultados obtenidos, destacando
que los pacientes con actividad lúpica severa, presentaban el mayor porcentaje de
depresión severa, igualmente de ansiedad moderada y severa. Partiendo del principio de
que el individuo es un ser biopsicosocial, es importante destacar que existieron factores
presentes en el momento del estudio como, los escases de los medicamentos e insumos

.
35

médicos, que conllevo a el paro de actividades médicas, así mismo, la escases de


alimentos, de producto de aseo personal, la inflación, el poco acceso al transporte público,
entre otras situaciones, que pudieron exacerbar las manifestaciones clínicas de los
pacientes. Tomando en cuenta que la ansiedad y depresión influye de manera importante
en la salud del paciente, urge la ejecución de medidas que permitan realizar un
diagnóstico oportuno y el tratamiento eficaz.

.
36

CONCLUSIONES

La mayoría de la muestra fue del sexo femenino con un 94,29%, de edades comprendidas
entre 40 y 50 años. Por último, 52,86% declararon ser solteros, de estrato
socioeconómico medio bajo con 38,57%.

Cerca del 50% de la muestra tenía más de 10 años con el diagnóstico de la enfermedad.

Un 62,86% de los pacientes evaluados fueron calificados sin depresión.

Correspondiente a la ansiedad, el 47,14% presentaron niveles mínimos

Para el índice de actividad lúpica, 38 de los pacientes en estudio (54,29%) resultaron con
una actividad lúpica severa

Se encontró, que existe una relación de dependencia significativa entre los niveles de
ansiedad y depresión.

El índice de actividad lúpica y el tiempo de evolución de la enfermedad, no representaron


un factor de riesgo para desarrollar un mayor grado de ansiedad y depresión.

Los niveles de ansiedad y depresión no fueron dependientes del estrato socioeconómico


del paciente.

.
37

RECOMENDACIONES

En todo paciente diagnosticado con lupus eritematoso sistémico, indagar sobre los
posibles síntomas de ansiedad y depresión a fin de proporcionarle el apoyo profesional y
multidisciplinario que requiere.

Es imprescindible, además del tratamiento médico farmacológico, promover el


empleo de la psicoterapia, la cual es un coadyuvante eficaz en el tratamiento de las
enfermedades crónicas y los trastornos emocionales asociados.

Fomentar este tipo de investigaciones a lo largo del territorio nacional, para estimar
de forma real y contextualizada la prevalencia de estos síntomas, generando intervención
y atención oportuna en los distintos niveles de atención.

Educar a los familiares sobre la importancia del apoyo emocional que requieren los
pacientes que padecen este tipo de enfermedades.

Mantener la consulta de psiquiatría en el servicio de Reumatología.

.
38

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.
ANEXOS

.
ANEXO 1

Inventario de Ansiedad de Beck (BAI)

En el cuestionario hay una lista de síntomas comunes de la ansiedad. Lea cada uno de los ítems atentamente, e indique cuanto le ha
afectado en la última semana incluyendo hoy:

En Levemente Moderadamente Severamente


absoluto

1 Torpe o entumecido.
2 Acalorado.

3 Con temblor en las piernas.

4 Incapaz de relajarse

5 Con temor a que ocurra lo peor.

6 Mareado, o que se le va la cabeza.

7 Con latidos del corazón fuertes y acelerados.

8 Inestable.

9 Atemorizado o asustado.

10 Nervioso.

En Levemente Moderadamente Severamente


absoluto

11 Con sensación de bloqueo.

12 Con temblores en las manos.

13 Inquieto, inseguro.

14 Con miedo a perder el control.

15 Con sensación de ahogo.

16 Con temor a morir.

17 Con miedo.

18 Con problemas digestivos.

19 Con desvanecimientos.

20 Con rubor facial.

En Levemente Moderadamente Severamente


absoluto

21 Con sudores, fríos o calientes.

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ANEXO 2

INVENTARIO DE DEPRESIÓN DE BECK (BDI-IA)

1. 0. No me siento triste.
1. Me siento triste.
2. Me siento triste continuamente y no puedo dejar de estarlo.
3. Estoy tan triste e infeliz que no puedo soportarlo.

2. 0. No me siento especialmente desanimado ante el futuro.


1. Me siento desanimado con respecto al futuro.
2. Siento que no tengo nada que esperar.
3. Siento que en el futuro no hay esperanza y que las cosas no pueden mejorar.

3. 0. No me siento fracasado.
1. Creo que he fracasado más que la mayoría de las personas.
2. Cuando miro hacia atrás, sólo veo fracaso tras fracaso
3. Creo que soy una persona totalmente fracasada.

4. 0. Las cosas me satisfacen tanto como antes


1. No disfruto de las cosas tanto como antes.
2. Ya no tengo una verdadera satisfacción de nada.
3. Estoy insatisfecho o aburrido de todo.

5. 0. No me siento especialmente culpable.


1. Me siento culpable en algunas ocasiones
2. Me siento culpable casi siempre.
3. Me siento culpable constantemente.

6. 0. No creo que este siendo castigado.


1. Siento que puedo ser castigado.
2. Espero ser castigado.
3. Siento que estoy siendo castigado.

7. 0. No me siento decepcionado de mí mismo.


1. Estoy decepcionado de mí mismo.
2. Me da vergüenza de mí mismo.
3. Me detesto.

8. 0. No me considero peor que cualquier otra persona.


1. Me critico por mis debilidades o errores.
2. Me culpo continuamente por mis errores.
3. Me culpo de todo lo malo que sucede.

9. 0. No tengo ningún pensamiento de suicidio


1. Pienso en suicidarme, pero no lo haría.
2. Me desearía suicidarme.
3. Me suicidaría si tuviese la oportunidad.

10. 0. No lloro más de lo de costumbre.


1. Ahora lloro más que antes.
2. Ahora lloro todo el tiempo.
3. Antes era capaz de llorar, pero ahora no puedo incluso aunque quiera.

.
11. 0. Las cosas no me irritan más que de costumbre.
1. Las cosas me irritan más que de costumbre
2. Estoy bastante irritado continuamente.
3. No me irrito absolutamente nada por las cosas que antes solían irritarme.

12. 0. No he perdido el interés por los demás.


1. Estoy menos interesado en los demás que antes.
2. He perdido casi todo el interés por otras personas.
3. He perdido todo mi interés por otras personas.

13. 0. Tomo decisiones más o menos como siempre lo he hecho.


1. Evito tomar decisiones más que antes.
2. Tomar decisiones me resulta mucho más difícil que antes.
3. Ya me es imposible tomar decisiones.

14. 0. No creo tener peor aspecto que antes


1. Me temo que ahora parezco viejo y menos atractivo
2. creo que se han producido cambios permanentes en mi aspecto que me hacen parecer poco
atractivo.
3. Creo que tengo un aspecto horrible.

15. 0. Puedo trabajar tan bien como antes.


1. Me cuesta más esfuerzo extra comenzar a hacer algo.
2. Tengo que obligarme mucho para hacer cualquier cosa.
3. No puedo hacer nada en absoluto.

16. 0. Puedo dormir tan bien como antes.


1. No puedo dormir tan bien como solía.
2. Me despierto una o dos horas más temprano que de costumbre y me cuesta mucho volver a
dormir.
3. Me despierto varias horas antes de lo que solía y no puedo volver a dormir.

17. 0. No me canso más que de costumbre.


1. Me canso más que antes.
2. Me canso cuando hago cualquier cosa.
3. Estoy demasiado cansado como para hacer algo.

18. 0. Mi apetito no es peor que de costumbre.


1. No tengo tan buen apetito como antes.
2. Mi apetito esta mucho peor ahora.
3. Ya no tengo apetito.

19. 0. Últimamente he perdido poco peso no he perdido nada


1. He rebajado más de 2 kilos.
2. He rebajado más de 4 kilos.
3. He rebajado más de 7 kilos.

20. 0. No me preocupo por mi salud más que de costumbre.


1. Estoy preocupado por problemas físicos como, por ejemplo, dolores, molestias estomacales
o estreñimiento.
2. Estoy preocupado por mis problemas físicos y me resulta difícil pensar en otra cosa.
3. Estoy tan preocupado por mis problemas físicos que no puedo pensar en ninguna otra cosa.

21. 0. No he observado cambio alguno reciente en mi interés por el sexo.

.
1. Estoy menos interesado por el sexo que antes.
2. Estoy mucho menos interesado en el sexo.
3. He perdido totalmente el interés en el sexo.
ANEXO 3

Puntuación SLEDAI Descriptor Definición


De comienzo reciente. Excluir causas infecciosas, metabólicas y
fármacos.
8 Convulsiones
Habilidad alterada para la función diaria debido a alteración grave en la
percepción de la realidad. Incluye alucinaciones, incoherencia, asociaciones
Psicosis ilógicas, contenido mental escaso, pensamiento ilógico, raro, desorganizado y
comportamiento catatónico. Excluir I. renal y fármacos
8

Función mental alterada con falta de orientación, memoria, u otras funciones


intelectuales, de comienzo rápido y manifestaciones clínicas fluctuantes. Incluye
Sdme orgánico- disminución del nivel de conciencia con capacidad reducida para focalizar, e
cerebral inhabilidad para mantener la atención en el medio, más, al menos dos de los
siguientes: alteración de la percepción, lenguaje incoherente, insomnio o mareo
matutino, o actividad psicomotora aumentada o disminuida. Excluir causas
8 infecciosas, metabólicas y fármacos..

Retinopatía lúpica. Incluye cuerpos citoides, hemorragias retinianas,


exudados serosos y hemorragias en la coroides, o neuritis óptica. Excluir
Alteraciones
8 HTA, infección o fármacos.
visuales
Alt. Pares De reciente comienzo, motor o sensitivo.
craneales
8
Grave, persistente; puede ser migrañosa pero no responde a
analgésicos narcóticos.
8 Cefalea lúpica
8 AVC De reciente comienzo. Excluir arteriosclerosis.

Ulceración, gangrena, nódulos dolorosos sensibles, infartos


periungueales, hemorragias en astilla o biopsia o angiografía que
8 Vasculitis confirme la vasculitis.

Debilidad proximal/dolor asociado a elevación de las CPK/aldolasa oEMG


sugestivo o miositis comprobada por biopsia.
4 Miositis
4 Artritis Más de dos articulaciones dolorosas y con signos inflamatorios.

4 Cilindros urinarios Cilindros hemáticos o granulosos.

4 Hematuria >5 hematíes/c. Excluir litiasis, infección u otras causas.

> 5 g/24 h. De reciente comienzo o aumento de la proteinuria ya


conocida en más de 0.5 g/24 h.
4 Proteinuria
4 Piuria > 5 leucocitos/c. Excluir infección.

2 Exantema nuevo Comienzo reciente o recurrente. Exantema inflamatorio.

2 Alopecia De comienzo reciente o recurrente. Pérdida difusa o en placas.

.
2 Ulceras bucales De comienzo reciente o recurrente. Ulceras bucales o nasales.

INDICE DE ACTIVIDAD DEL LUPUS ERITEMATOSO SISTEMICO.


SLEDAI (Systemic Lupus Erythematosus Disease Activity
Index, B o mb a r di e r e t a l 1 9 9 2 )

.
2 Pleuritis Dolor pleurítico con roce o derrame, o engrosamiento pleural.

Dolor pericárdico con al menos uno de los siguientes: roce, derrame, cambios
2 Pericarditis
electrocardiográficos o confirmación ecocardiográfica.

2 Complemento Descenso de CH50, C3, C4 por debajo del límite inferior del laboratorio.

2 Anti DNA > 25%. Técnica de Farr o por encima del valor habitual del laboratorio.

1 Fiebr > 38ºC. Excluir infección.


e
1 Trombopenia < 100.000 plaquetas/mm3.

1 Leucopenia < 3.000 células/mm3. Excluir fármacos.

PUNTUACION Nota: puntúa en la escala SLEDAI si el descriptor está presente en el día de la visita o 10 días
TOTAL antes.

.
APÉNDICES

.
APÉNDICE A

FICHA DE RECOLECCIÓN DE DATOS

DEPRESIÓN Y ANSIEDAD EN PACIENTES CON LUPUS ERITEMATOSO


SISTÉMICO QUE ACUDEN A LA UNIDAD DE REUMATOLOGÍA DEL
COMPLEJO HOSPITALARIO UNIVERSITARIO RUIZ Y PÁEZ

Nombre y Apellido ________________________________ N° de historia _____________

C.I: _____________ Sexo: F M Edad ________ Estado civil: s c v d c

Graffar: Estrato I II III IV V

Tiempo de Diagnóstico: < 2 años 2-5años 5-10 años >10años

Tiempo de Evolución de la Enfermedad: < 2 años 2-5años 5-10 años >10años

SLEDAI: ________Inactividad Actividad leve moderada severa

.
.

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