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SOCIEDADES

DISOLUCIÓN, LIQUIDACIÓN Y PARTICIÓN DE


SOCIEDADES CIVILES y COMERCIALES.
DISOLUCIÓN DE CONTRA TOS ASOCIATIVOS *

Sara Raquel Anis de Funes


María de los A. Borelli de Morales
Susana Dia: Márque:
María T. Juáre: de Sobrecasas
María L. Miguel de Robles
Dora Trapani de Espeche**

SUMARIO:
Introducción.- Disolución: total y parcial. Ter-
minología. Causales de disolución. Situación de la sociedad
que continúa con sus actividades.- Liquidación y partición.
Aplicación de las reglas de sucesiones. Partición de ganancias y
pérdidas.- Disolución, liquidación y partición de sociedades
comerciales. Naturaleza jurídica de la sociedad en disolución y
liquidación. Causales de disolución. Liquidación. Partición.
Balance final y distribución: arto 109.- Disolución de contra-
tos asociativos. Contrato de colaboración empresaria. Unión
transitoria de empresas.- Partición Notarial.- Conclusiones.

Introducción

Para abordar el tema de la Partición de Sociedades hemos de


analizar antes la disolución societaria y sus distintas causales. Co-

(*) Aporte al Tema 2. "Ira Jornada Notarial del Foro del NOA". San Mi-
guel de Tucumán, 5, 6 y 7 de junio de 1997.
(**) Notarias.

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menzaremos encuadrándola dentro de la terminología correcta para
luego considerar las distintas clases de disolución y sus efectos,
tanto en las sociedades civiles como en las comerciales. Así estare-
mos en condiciones de encarar el tema de partición, distribución,
ejecución y registración, dándole el enfoque notarial que correspon-
de a la temática que nos ocupa.

Disolución: total y parcial. Terminología.

Refiriéndose al tema, LÓPEZDE ZA VALÍA dice que la expre-


sión disolución de sociedades consagradas por una larga tradición
es, en sí, equívoca y la equivocidad se incrementa cuando a ello se
agrega la distinción entre la disolución total y parcial.

La doctrina nacional distingue entre disolución total y par-


cial, y siendo correcta la distinción, la terminología es de una
época en que no se conceptualizaba a las sociedades como perso-
na jurídica. Porque cuando un contrato se disuelve, cabría imagi-
nar una disolución total y una parcial. Pero desde que aparece el
concepto de personalidad jurídica, la palabra disolución implica
que la sociedad misma queda disuelta, con lo que ya no es apro-
piado hablar de disolución parcial, ya que las personas jurídicas
no se disuelven parcialmente, y no hay partición entre los socios.
Tampoco hay partición entre la sociedad y el socio saliente, sólo
se desinteresa al socio. Incluso la palabra disolución total debe
ser tomada con reservas, porque no se opera la disolución de la
persona jurídica, que sigue en estado de liquidación. Sin embar-
go, puede ser tomada entendiendo que de la disolución total de-
riva que la personalidad jurídica entre en liquidación y se proce-
da a la partición con adjudicaciones en especie del fondo social
entre los que tengan derecho al mismo.

En cambio la llamada disolución parcial no es disolución de


la persona jurídica ni siquiera en ese sentido, solo implica la dismi-
nución del número de sus miembros, y por consiguiente no se pro-
cede a liquidar el patrimonio social sino a desinteresar al socio sa-

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liente o a sus sucesores como si se tratara de un acreedor. El socio
saliente no tiene derecho a recibir bienes sino que es desinteresado
en dinero del valor de su parte social.

A su vez en las normas derogadas del Código de Comercio se


hablaba de disolución total y parcial y a la vez de rescisión parcial,
lo que motivó las críticas de los comercialistas aduciendo que era
utilizada por el Código Civil como nulidad, y hoy la Ley 19.550
distingue entre resolución total y parcial, terminología que también
usan nuestro civilistas, pero esta también ha sido objetada porque
sugería el efecto retroactivo, proponiéndose el de resiliación, aun-
que este lenguaje es ajeno a nuestro derecho.

Para esta exposición emplearemos el término "disolución"


para la total y "reducción" para la parcial, en los términos del arto
1758 del Código Civil.

La disolución puede producirse de pleno derecho o bien de-


pendiente de actuación, tanto en la disolución total como en la re-
ducción. La disolución de pleno derecho se produce en los casos
establecidos por ley, mientras que la dependiente de actuación es
facultativa.

Causales de disolución

En materia civil las causas de disolución son:


a) Muerte de uno de los socios si la sociedad es de dos socios.
b) Muerte del administrador nombrado en el contrato, que
aunque no lo diga expresamente el Código sea socio.
e) Por la muerte del socio que pone su industria, si hubiera
uno solo o si tuviese el socio fallecido tal importancia personal que
su falta hiciera probable que la sociedad no pueda continuar con
buen éxito.
d) Vencimiento del plazo.

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e) Cumplimiento de la condición.

f) Conclusión de los negocios.

g) Otra causa es la prevista por el artículo 1767 del Código


Civil: salida de alguno de los socios, por renuncia, abandono de
hecho o incapacidad sobreviniente. En esos casos podrá haber re-
ducción, si solo eran dos socios, o disolución de ser más.

h) Agregamos el caso de la imposibilidad del objeto.


i) Por pérdida del capital social.

j) Pérdida de la cosa que constituye el fundo.

k) El caso del artículo 1774: cuando por un motivo que ten-


ga su origen en los socios, o en otra causa externa, como la guerra,
no pudiese continuar el negocio para el cual formada.

1) Artículo 1173: La sociedad se disolverá por incumpli-


miento cuando, no realizándose la prestación de uno de los socios
por cualquier causa que fuese, la sociedad se disolverá si todos los
otros socios no quisiesen continuarla, con exclusión del socio que
dejó de realizar la prestación a que se había obligado. En este caso
habrá exclusión.

11)Artículo 1775: La sociedad queda disuelta por sentencia


de disolución pasada en autoridad de cosa juzgada.

La disolución es facultativa cuando es pedida por uno de los


socios, es decir que requiere una declaración de voluntad.

Situación de la sociedad que continúa con sus actividades

LÓPEZDE ZA VALÍA. Cuando la sociedad no se disuelve, con-


tinúa existiendo la persona jurídica.

En el caso de Sucesión mortis causa, como los herederos del


fallecido no le suceden en la posición de socio, la liquidación par-

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cial consiste en desinteresados, dándoles el valor de lo que hubiere
correspondido al causante el día de su muerte.

Si bien el heredero no sucede al causante en la posición jurí-


dica de socio, puede recibir de aquel la facultad de incorporarse a
la sociedad, siempre que estuviere convenido en el contrato social.
Arts. 1761 y 1670 del Código Civil.

Algunos tratadistas consideran que es necesario la aceptación


de los demás socios, otros como López de Zavalía, sostienen que
esto privaría de todo valor a la cláusula contractual que prevea la
incorporación de herederos. Considera que este caso tiene un para-
lelismo con la cesión, y que pueden darse distintas variantes: a) la
del arto 1670, donde hay una cláusula del contrato que prevé la in-
corporación del heredero (artículo 1671, in fine), sobre la cesión,
donde no se requiere la aceptación de los demás socios, así tampo-
co debe requerírsela para el caso de la transmisión mortis causa. Lo
mismo podríamos decir del legatario previsto en el contrato consti-
tutivo. b) En sentido semejante, entran en paralelismo el arto 1670
y 1671, si no estuviera contemplada una cláusula contractual que
autorizara la cesión, se interpreta que si no estuviera contemplado
el legado, requerirá el consentimiento de los otros socios para in-
corporarse a la sociedad y no será necesario de haber estado previs-
ta. e) El tercer caso es el que resulta del 1761: sino estuviera auto-
rizado el derecho de incorporación, y solo tuviese el derecho a ser
desinteresado con una suma de dinero, el socio puede ofrecer incor-
porarse a la sociedad, pudiendo los restantes socios si les conviene
aceptar su incorporación.

Liquidación y partición

La disolución total de la sociedad abre el proceso de liquida-


ción. La disolución parcial o reducción, plantea problemas especiales.

Reglas aplicables: Para la disolución de las sociedades civi-


les se aplicarán las reglas de las sociedades comerciales (art.

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1777), siempre que fueren aplicables, como preveía Freitas en su
Esboco.

Mientras se considere a los socios como un estado de comu-


nidad, la liquidación se reducirá a un balance e inventario; el balan-
ce será de cuenta de los socios, estableciendo lo que éstos deben a
la comunidad y lo que la comunidad les debe, determinado, por
compensación, el saldo acreedor o deudor de la comunidad. El in-
ventario servirá para DETERMINAR los bienes que formarán la
masa y en las adjudicaciones en especie que se hagan, se desconta-
rá el saldo deudor del socio pues si el saldo fuera a favor del socio,
éste lo cobrará antes de las adjudicaciones. En cuanto a las obliga-
ciones con terceros, ni los créditos ni las deudas serán objeto de
partición. Los créditos se adjudican en lotes con cesión al adjudica-
tario de las acciones de los otros socios, igualmente se hará con las
deudas, pudiendo venderse bienes suficientes cuando algún socio lo
exija para pagarlas antes de la partición.

Dado el reconocimiento de la personalidad jurídica, ya no se


trata de un arreglo de cuentas entre los socios, sino que las relacio-
nes con los terceros es lo principal. La sociedad, ahora en liquida-
ción, procede a cobrar a sus deudores, paga a sus acreedores y re-
cién se procede a la división definitiva. No existiendo bienes la
sociedad exige a sus socios las contribuciones necesarias para ha-
cer frente a las acreencias sociales.

Entre los comercialistas la liquidación tiende a incluir la ena-


jenación de los bienes que no consistan en dinero. para pagar a los
socios su parte en dinero. La liquidación es una etapa preparatoria
de la división, lo que se explica para las sociedades comerciales
donde las adjudicaciones se hacen en dinero, pero las sociedades
civiles, ello no rige, puesto que las adjudicaciones pueden hacerse
en especie y en lugar de liquidación se valúan los bienes para la
formación correcta de los lotes.

Una vez disuelta la sociedad, para unos autores, los socios en-
tran en estado de comunidad, para otros la sociedad continúa por una

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ficción legal, hay quienes sostienen que se forma una nueva socie-
dad, todas partiendo de la base de extinción de la sociedad. Predomi-
na hoy la doctrina de la identidad: es la misma sociedad la que con-
tinúa restringiendo su actividad a los fines de la liquidación. Es la
que sigue la Ley 19.150 de S. "La sociedad en liquidación conserva
su personalidad a ese efecto". Los liquidadores continúan empleando
razón social con el aditamento "en liquidación" (art. 105 L.S.).

Aplicación de las reglas de las sucesiones

Por el arto 1788 el Código Civil "En la división de la socie-


dad se observará en todo lo que fuere aplicable, lo dispuesto en el
Libro IV de este Código, sobre división de herencias, no habiendo
en Título disposición en contrario".

Así las adjudicaciones son en especie, arto 3475 bis.

La partición tiene efectos declarativos (art. 3503). Para algu-


nos autores a la fecha de disolución de la sociedad, para otros a la
de la adquisición de la propiedad por ésta, adhieren a la posición de
los que dicen que los efectos de la partición, se retrotraen a la fe-
cha de la adquisición por la sociedad, ya que la sociedad es una
persona jurídica y ocupa una posición análoga a la del causante de
la sucesión. El efecto declarativo no borra lo acaecido todo el tiem-
po que el dominio perteneció a la sociedad.

Corresponde preguntarse si estas normas se aplican a la diso-


lución parcial o reducción.

López de Zavalía cita a Borda, considera que se admite hoy,


prácticamente sin discrepancias, que la parte del socio saliente debe
pagarse en dinero, salvo que los restantes prefieran el pago en especie
o que esta forma de liquidación se hubiere pactado en el contrato.

A su vez remite a la Ley de Sociedades (19.550), que trae en


el artículo 92 una regla generalizable para los supuestos de disolu-

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ción parcial, al acordar al socio excluido derecho a una suma de
dinero que represente el valor de su parte. Es, según López de Za-
valía, el espíritu del arto 1788 bis.

Partición de ganancias y pérdidas

Según el artículo 1778: "Las pérdidas y ganancias se repar-


tirán de conformidad con lo pactado. Si solo se hubiese pactado
la parte de cada uno en las ganancias, será igual su parte en las
pérdidas. A falta de convenio, la parte de cada socio en las ga-
nancias y pérdidas, será en proporción a lo que hubiera aportado
a la sociedad".

Para establecer las ganancias y pérdidas hay que tomar en


cuenta todas las operaciones durante la vida de la Sociedad, sin se-
parar los ejercicios, lo que no impide que haya distribuciones perió-
dicas de ganancias (art. 1755) pero deben computarse como provi-
sorias y a las resultas de la liquidación final.

Para reembolsar el capital, si es que queda activo que lo res-


palde y en la medida en que quede se computarán los valores. Los
bienes que entran, se subrogan a los que salieron, y solo después de
esa subrogación, podrá hablarse, por el excedente de ganancia.

Las pérdidas pueden de ser de tal magnitud que absorban el


activo social, y aún van más allá. Ese excedente es un déficit y los
liquidadores "están obligados a exigir de los socios las contribucio-
nes debidas".

Corresponde distinguir entre socios industriales y capitalistas:


Así, el socio industrial que participa en las ganancias, contribuye a
las pérdidas, perdiendo su trabajo (art. 1779). Pero no corre el ries-
go de perder más allá de su trabajo, por lo que en cuanto al déficit
lo que deba pagar a terceros (art. 1747, 1750 Y 1751) puede recu-
perarlo de sus coasociados capitalistas (art. 1752). No tendrá acción
de contribución sólo así se diera el caso de que todos fueran socios

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industriales. El socio industrial carece de derecho al capital social,
pues para los socios capitalistas, se sigue un criterio constante para
la distribución de ganancias, pérdidas, capital y déficit.

Entre los socios capitalistas hay que distinguir si se trata de


bienes aportados en capital o en uso y goce. El que aporta uso y
goce retira primero el bien aportado: doctrina arto 1706 C.C.

Si todos los socios fueren industriales, y hubiesen puesto


también capitales, la división se hará en partes iguales, sean o no
iguales los capitales puestos: arto 1785.

En caso de liquidación parcial el art. 1788 bis establece: "En


la liquidación parcial de la sociedad por fallecimiento o retiro de
algún socio, la parte del socio fallecido o saliente se determinará,
salvo estipulación en contrario del contrato social, computando los
valores reales del activo y el valor llave, si existiere".

Para la liquidación parcial se tienen en cuenta los valores rea-


les del activo no los valores inscriptos en los libros, sea a los fines
fiscales o para determinar el cálculo de las ganancias.

En cuanto a los métodos de valuación, se tomarán en cuenta


todos los factores que consideraría un comprador para la adquisi-
ción de la empresa en marcha pagando un precio mayor que el que
convendría para la suma de los elementos del activo o deducidas las
deudas que se hiciera cargo.

Disolución, liquidación y partición de sociedades comerciales

La disolución no es el fin sino que determina la etapa fi-


nal. Marca el momento en que se ha herido de muerte a la socie-
dad. Pero esta todavía vive y sobrevivirá un período más o me-
nos largo que es la etapa de la liquidación. Cámara expresa que
la disolución es el acto que detiene la existencia normal del co-
merciante colectivo, el momento en que pierde la aptitud que le

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confirieron los socios al crearla, y citando a Garrigues y Uria
expresa: es el acto jurídico que previa la verificación de alguna
de las causales previstas en la ley o en los estatutos, abre el pro-
ceso liquidatorio conducente a la extinción de la sociedad y del
contrato como persona jurídica y agrega que la disolución no
implica el fin de la sociedad ni la extinción de las relaciones ju-
rídicas, aunque libera a los socios de la obligación de contribuir
con la cooperación personal y económica de su objeto. Ulterior-
mente previve la organización social al solo efecto de su liquida-
ción, satisfaciendo a sus acreedores y repartiendo el saldo patri-
monial entre los socios. La disolución quita a la sociedad su
dinamismo transformando su actividad de producción en activi-
dad de liquidación. Esta adquiere un nuevo ritmo, no aspirando a
obtener ganancias a distribuir entre los socios, sino comenzando
una función introvertida de autoexamen y realización del fondo
social. Examinando lo que la L.S.e. denomina la liquidación y
disolución del ente y de la persona jurídica, así como también de
la última de las etapas que comprende este lapso, que es el de la
liquidación y distribución de los activos una vez satisfechos los
compromisos con los terceros. El contrato de Sociedad se extin-
gue cumplidos determinados supuestos. La personalidad jurídica
que el contrato de sociedad genera, necesita para extinguirse el
cumplimiento de etapas, ya que no rige solamente relaciones en-
tre las partes, sino que está llamado a regir relaciones frente a
terceros, siendo éste uno de los grandes objetivos. Encontrada o
determinada una causal de disolución, la extinción del sujeto co-
lectivo requiere el cumplimiento de dos requisitos previos: en
primer lugar la regularización total y definitiva de la situación
del ente frente a terceros, es decir que queden saldados los acti-
vos y pasivos originados en el desenvolvimiento de la sociedad;
y en segundo lugar la partición del activo neto resultante, en su
caso, o bien que quede determinada la responsabilidad de los so-
cios según el tipo social. En este último caso el art. 106 de la
L.S.C. establece que cuando los fondos sociales son insuficientes
para satisfacer las deudas, los liquidadores están obligados a exi-
gir de los socios las contribuciones debidas de acuerdo con el
tipo de sociedad o contrato constitutivo.

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La extinción del contrato de sociedad diversamente de lo que
ocurre con otro tipo de contratos, requiere un procedimiento previo
que comienza con la liquidación de los negocios sociales pendien-
tes y termina con la partición del activo remanente. Milberg.

En sentido contrario se sostiene que con la fórmula del arto


101 de la LSC el legislador ha querido simplemente, superando po-
lémicas desatadas durante la vigencia del Código de Comercio, se-
ñalar que la sociedad en liquidación, es la misma sociedad disuelta
y que su personalidad propia e independiente se mantiene durante
toda la etapa liquidatoria. Revisando posturas asumidas anterior-
mente, coincide con esta última manera de pensar, pues la inimpu-
tabilidad a la sociedad de los efectos de los actos exorbitantes de
los liquidadores, dejarían desprotegidos a los terceros, quienes de-
berían sufrir los perjuicios de esos actos, con la nefasta consecuen-
cia de verse privados de accionar contra la sociedad.

Alberto Verón enuncia las siguientes consecuencias: a) la so-


ciedad disuelta mantiene su personalidad jurídica hasta su comple-
ta liquidación; b) la sociedad disuelta puede no entrar en liquida-
ción, ej. en caso de fusión y escisión; e) se modifica el objeto
social, solo puede efectuar actividades tendientes a la realización
del activo y cancelación del pasivo; d) se altera el funcionamiento
de los órganos sociales en especial respecto a la administración; y
e) no modifica la posición de los acreedores sociales.

Naturaleza jurídica de la sociedad en disolución y


liquidación

El arto 101 de la LSC dice: "la Sociedad en liquidación


conserva su personalidad a ese efecto". Con ello ha querido sig-
nificarse que durante la etapa de liquidación la personalidad jurí-
dica de la sociedad, distinta a cada uno de sus socios, sigue exis-
tiendo aunque limitada a sus propios fines; aparece la figura del
liquidador que es el representante de la sociedad, siendo ésta ti-
tular de sus bienes. La interpretación del arto 101 ha dado lugar

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a diversas polémicas: por un lado se sostiene que la ley 19.550
al referirse a que la Sociedad conserva su personalidad" a ese
efecto, "está predicando que todo acto ajeno a la Sociedad, resul-
ta inoponible a la misma en la medida que ella como persona
independiente de sus socios solo responderá con su patrimonio
por las actuaciones de los liquidadores. Esa manera de pensar
coincide con la especial naturaleza de la personalidad jurídica de
las sociedades. Según fallo del Juzgado de Registro de la Instan-
cia de la Capital Federal del 4 de junio de 1980, la disolución
importa en el régimen societario vigente el pasaje al estado de
liquidación, parece evidente --en orden al consecuente problema
de la naturaleza de la sociedad en dicho estado- que la ley ha
adoptado el principio de la identidad, o dicho en otros términos,
la personalidad de la Sociedad en Liquidación se mantiene, im-
portando ello la personalidad del ente antes y después de la diso-
lución, hasta consumarse el fin del contrato con la cancelación de
la inscripción en el Registro Público de Comercio. Richard está
conteste con esta posición.

Para RICHARDla referencia a disolución, en derecho societa-


rio, lleva a acepciones distintas, según sea el sistema de derecho de
que se trate: en el anglosajón equivale al momento extintivo de la
sociedad; en el continental europeo --en el que se enrola la legis-
lación argentina- es un prius, como se señala a la etapa liquidato-
ria, esto es, un presupuesto de relaciones jurídicas que consiste en
el verificarse o acaecer de uno de los determinados supuestos que
preven la ley o el estatuto.

Para Benseñor la disolución es el acto o instante dentro


del iter societario que detiene el cumplimiento del objeto social
y hace ingresar a la entidad en la etapa de liquidación. Favier
Dubois (h) considera que es un momento o prius que determina
el pase del estado de plenitud del objeto social al estado de di-
solución.

Richard expresa que en el derecho anglosajón, el proceso


liquidativo viene primero y la disolución (por extinción) des-

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pués, y dentro del derecho continental se registra la misma es-
tructura de nuestra ley de sociedades: disolución primero y lue-
go liquidación.

Causales de disolución

La disolución es un acontecimiento motivado por diversas


causas, mientras que la liquidación es un procedimiento encamina-
do a la extinción de la sociedad, la disolución no pone fin a la vida
de la sociedad, sino que abre el camino a la etapa liquidatoria. La
disolución pone fin a la actividad dinámica y empresaria que la
misma desarrolla, subsistiendo la sociedad al solo efecto de la con-
clusión de sus relaciones pendientes y la realización de su activo.
Por eso es que acaecida la causal de disolución, los socios pierden
el derecho a percibir sus dividendos, a la espera del reembolso del
capital aportado.

La disolución es un hecho jurídico.

Hay casos en que se da disolución sin procedimiento de li-


quidación: fusión y escisión, se disuelven sin liquidarse (art. 82
y 88 L.S.C.).

Hay casos en que la sociedad entra en liquidación sin que


exista una causal de disolución: cuando hay declaración judicial de
nulidad de la sociedad (art. 16 a 22 LS).

La disolución no implica por sí la extinción de la sociedad,


sino que a partir de allí, empieza el proceso liquidatorio, donde la
sociedad subsiste limitada a los efectos de su liquidación y el giro
de la misma debe continuar, para finalizar los negocios pendientes
y concluir todas las relaciones jurídicas existentes. La disolución no
afecta el funcionamiento normal de los órganos sociales, la ley
19.550 a previsto el "principio de continuidad", el órgano de admi-
nistración mantiene interinamente sus funciones hasta que sea de-
signado el liquidador.

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Causales de disolución: Pueden ser: A) PLENO DERECHO Y
B) POTESTATIVAS.

A) PLENO DERECHO o LEGALES: cuando no es necesaria


una decisión de los socios para que se opere la disolución, ni tam-
poco es necesaria una comprobación del acaecimiento de la causal
disolutoria.

CASOS:
1) Vencimiento del plazo de duración (art. 94, inc. 2).
2) Declaración de la quiebra (inc. 6).
3) Reducción a uno del número de socios, si no se restituye
la pluralidad después de tres meses (inc. 8).
4) Sanción firme de cancelación de oferta pública o cotiza-
ción de sus acciones (inc. 9).
5) La resolución firme del retiro de autorización para funcio-
nar, cuando leyes especiales la impusieran en razón de su objeto
(inc. 10).
6) La notificación disolutoria fehaciente por un socio en una
sociedad irregular o de derecho (art. 22).
7) La no reducción del capital integrado mediante participa-
ciones recíprocas dentro del término de tres meses de efectuado el
aporte (art. 32).
8) La no regularización de la sociedad en comandita dentro
del plazo de tres meses, frente al fallecimiento, inhabilitación,
quiebra, concurso o incapacidad de todos los socios comandita-
dos (art. 140).

En estos casos la disolución opera de pleno derecho o ipso


iure. La apertura de la etapa liquidatoria se produce inmediatamen-
te, sin necesidad de declaración de los socios, aun en contra de su
voluntad y pese a la renuencia de los mismos en reconocerla o ad-
mitirla. Los administradores que no realicen los actos necesarios

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para iniciar la liquidación son responsables solidaria e ilimitada-
mente frente a terceros y los socios, sin perjuicios de la responsa-
bilidad de éstos (art. 99 LSC).

B) POTESTATIVAS o CONVENCIONALES: requieren una


expresa decisión de los socios para considerar disuelta la socie-
dad o una comprobación del suceso que ha producido la diso-
lución de la sociedad y hasta que ello no suceda, las facultades
de los administradores no varían y no se comprometen con la
responsabilidad amplia y solidaria (art. 99). Cualquiera de los
socios puede invocar el acaecimiento de la causal disolutoria
en sede judicial (art. 97), cuando la asamblea o reunión de so-
cios fuere remisa en declararla o considerare que no se ha pro-
ducido.

CASOS:
1) Voluntad disolutoria de los socios (art. 94, inc. 1). Los
socios pactan expresamente en el contrato las causales de diso-
lución.
2) Pérdida del capital social, que requerirá en principio la
elaboración de un balance o estados patrimoniales.
3) El agotamiento o imposibilidad de lograr el objeto social.
4) El cumplimiento de la condición a la que se subordinó la
constitución de la sociedad (art. 94, inc. 3 y 4).

Veamos algunos supuestos:

- DECISIÓNDE LOSSOCIOS(art. 94, inc. 1): Se da no sólo


cuando ha mediado acuerdo entre los socios, adoptado en asamblea,
con el quórum o mayoría necesaria, sino cuando hay conflictos en-
tre ellos, y todos demuestran la voluntad de disolverse o ésta surge
fehacientemente. Esto se da debido al carácter contractual del acto
constitutivo, ya que no puede obligarse a los socios a continuar aso-
ciados. HALPERIN.

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A veces los socios votan favorablemente disolución anticipa-
da de la sociedad, con un fin extrasocietario, por ejemplo cuando
van a formar otra sociedad, prescindiendo de alguno o varios de los
socios.
La disolución anticipada debe ser inscripta en el Registro PÚ-
blico de Comercio para tener efecto frente a terceros (art. 98 LSC).

- EXPIRACIÓNDEL TÉRMINOPOR EL CUALLA SOCIEDAD


SE CONSTITUYÓ: Según el art. 11, inc. 5 L.S.C. el contrato debe
tener un plazo y el art. 17 sanciona con la nulidad al contrato
constitutivo que no lo tenga, ya que es un requisito ESENCIAL
NO TIPIFICANTE del contrato. Para evitar la liquidación los socios
pueden optar: A) resolver la modificación del contrato social o
estatuto (art. 131, 1er párrafo; 160, párrafo 1 y 2; 224, in fine
LSC), pero la decisión y la inscripción en el Registro Público de
Comercio debe ser anterior al vencimiento del plazo de duración
(art. 95, inc. 1 y 2) o B) acordar la reconducción de la sociedad
(art. 95, párr. 3 y 4), decisión que puede ser tomada con poste-
rioridad al vencimiento de) plazo de duración de la sociedad. La
disolución en este caso no se inscribe en el Reg. Púb. de Co-
mercio.

- POR CUMPLIMIENTO DE LA CONDICIÓNA LA QUE SU-


BORDINÓLA EXISTENCIADE LA SOCIEDAD:Con esto el legisla-
dor parecería que supeditó la existencia de la sociedad a un he-
cho incierto o futuro, en contradicción con la determinación de
que tiene que llevar un plazo. Pero Nissen considera que se da,
cuando los socios fijan en el contrato, un plazo de duración
pero establecen una condición como causal de disolución antici-
pada.

- POR CONSECUCIÓN DELOBJETOPARAEL CUALSE FORMÓ


O PORIMPOSIBILIDAD SOBREVINIENTE DE LOGRARLO: Únicamente
cuando el objeto se limita a la realización de una o varias negocia-
ciones determinadas, individualizadas, finalizadas las mismas, la
sociedad entre en liquidación. Hay una imposibilidad total y defini-
tiva de alcanzar el objeto perseguido.

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- PÉRDIDADEL CAPITALSOCIAL:Nissen considera que debe-
ría haber dicho pérdida del patrimonio social (conjunto de bienes
con los cuales la sociedad hace frente a las deudas). Requiere deci-
sión de los socios, pues éstos pueden reintegrar el capital social to-
tal o parcialmente.

- POR QUIEBRA DE LA SOCIEDAD: La quiebra produce la


disolución de la sociedad. El proceso liquidatorio se lleva a
cabo, no por los órganos naturales, sino por el síndico de la
quiebra.

- POR FUSIÓN:Tanto en la fusión como en la absorción (sal-


vo el caso de las sociedades absorbentes) las sociedades intervinien-
tes se disuelven, sin liquidación.

- POR REDUCCIÓNA UNO DEL N° DE SOCIOS: No se admi-


te la sociedad de un solo socio (art. 98 inc. 8). Dentro de los
tres meses deben incorporarse más socios. En este lapso el socio
único es responsable solidaria e ilimitadamente, no así en el
caso de que el único socio pida de inmediato el trámite liquida-
torio.

- RETIRO DE LA OFERTAPÚBLICA:Tiende a proteger al in-


versor, que adquiere acciones que cotiza en bolsa. Sin embargo
pueden los socios por asamblea extraordinaria, continuar los ne-
gocios sociales, sin hacer oferta pública de sus acciones, sin per-
juicio de que los socios disidentes recedan, con el reembolso de
sus acciones.

- RESOLUCIÓN FIRME DEL RETIRO DE LA AUTORIZACIÓN


PARA FUNCIONAR:Cuando la existencia de la sociedad está suje-
ta a la autorización, para su admisión a un determinado sector
de la actividad empresarial. Su cancelación trae aparejada su di-
solución.

- DISOLUCIÓN JUDICIAL: Cuando es declarada judicial-


mente la sentencia y ésta tiene efecto retroactivo al día en que tuvo

147
lugar su causa generadora. Se da tanto, cuando la causal disoluto-
ria se opera de pleno derecho como cuando es potestativa. Ejem-
plos: cuando los socios ignoren la causal de disolución o cuando los
socios ignoren la causal de disolución o cuando los socios sean re-
misos en declararla, entonces cualquiera de los socios o accionistas
tiene el derecho a pedirla judicialmente (art. 97). Cuando la pidan
los socios deben acreditar el carácter de tal. Excepcionalmente la
Inspección General de Personas Jurídicas (art. 303) puede pedir la
disolución y liquidación, en los casos del artículo 94 inc. 3 a 5, 8 y
9 y la liquidación en el caso del inc. 2.

EFICACIARESPECTODE TERCEROS:Para que la disolución de


la sociedad produzca efecto respecto de terceros desde inscribirse
en el Registro Público de Comercio, previa publicación en su caso
(art. 98). Excepción el arto 11, inc. 5 de la L.S.C.
Los terceros no pueden demandar el cumplimiento de los ac-
tos ajenos a la liquidación, realizados por los administradores.

Liquidación

Es la última etapa de la sociedad, que continúa viviendo a


efectos de poder realizar todo su activo, pagar su pasivo y distribuir
el saldo final si lo hubiera, entre los socios. Villegas, al igual que
Nissen, dice que la sociedad conserva su personalidad jurídica, ya
que la liquidación no es un fenómeno instantáneo sino que ella se
desarrolla en un período de tiempo. Este principio está receptado en
el artículo 101 de la Ley de Sociedades Comerciales. Otras opinio-
nes la consideran como un proceso o espacio jurídico-económico,
agregando que la partición es el momento jurídico. Presenta una
doble faz: es un procedimiento (tiene etapas y plazos que cumplir)
y es un estado de la sociedad (es la sociedad misma pero sufre al-
gunas modificaciones). El objeto de la sociedad en liquidación es
realizar el activo, cancelar el pasivo y distribuir el remanente. El
representante legal no tiene que realizar el objeto social y obliga a
la sociedad sólo por actos que no sean notoriamente extraños a la
liquidación.

148
LIQUIDADOR:

1) El liquidador nombrado en el contrato.


2) Si no hay liquidador, le corresponde a los administradores
actuales, al momento de la causal de disolución.
3) Si no se da alguno de los dos supuestos anteriores, se con-
voca a asamblea o reunión de socios para nombrar liquidador, quién
será elegido por mayoría de votos, dentro de los 30 días, de haber
entrado en liquidación.
4) Si no se ponen de acuerdo o no se realiza, entonces es
nombrado judicialmente. Por lo general en este caso la designación
recae sobre una persona ajena a la sociedad.
S) También está la posibilidad que haya liquidador, porque
éste designado en el contrato, porque es el administrador, porque la
asamblea lo eligió, pero el liquidador no liquide, continúe con el
giro social o no haga nada, en ese caso la ley autoriza al socio a
pedir la designación judicial del liquidador.
La designación del liquidador debe inscribirse en el Registro
Público de Comercio. Excepción: cuando reciben su cargo por la
ley o cuando el liquidador es el mismo órgano de administración,
CNCom., Sala C, 21N1/74, ED, t. 57, p. 671.

DEBERES de los liquidadores: 1) confeccionar un inventario


y balance, dentro de 30 días, que pueden ser prorrogados por 120
días por los socios. Si vence el plazo y no hace el balance e inven-
tario pierde el derecho a la remuneración y puede ser removido (art.
103), 2) informar a los socios trimestralmente, sobre el estado de la
liquidación (art. 104).

FACULTADES: Los liquidadores están sujetos a las instruc-


ciones de los socios, so pena de incurrir en responsabilidad por los
daños y perjuicios causados por el incumplimiento (art. 105). Cuan-
do el liquidador es designado judicialmente, si los socios no se po-
nen de acuerdo las instrucciones las da el juez. Están facultados
para todo tipo de actos, a los efectos de realizar el activo y canee-

149
lar el pasivo, desarrollando la actividad necesaria para la conserva-
ción de los bienes sociales.

OBLIGACIONES y RESPONSABILIDADES: Es la de los ad-


ministradores (art. 108).

CESE DEL LIQUIDADOR: El judicial cesa con la cancela-


ción. Realizado el activo, pagado el pasivo, hay que realizar el lla-
mado balance final y el proyecto de distribución. Balance final es
un balance con pasivo cero; proyecto de distribución que dice que
el remanente se distribuye tanto a cada socio, tanto en concepto de
reembolso del capital como partición de utilidades finales si hubie-
re. Este balance está sujeto a la aprobación de los socios o del juez.
El liquidador judicial ejecuta la distribución o sea si se adjudicaron
inmuebles, él firmará las escrituras de los inmuebles a favor de los
socios y después de inscribir la cancelación en el Registro Público
de Comercio. ¿Cuándo cobra? En el balance final debe estar previs-
ta su remuneración.

Particián

PARTICIÓN PARCIAL: Art. 107. Si todas las obligacio-


nes sociales estuvieran suficientemente garantizadas, depositán-
dose la cantidad necesaria para su pago (art. 442 C. Com.), el
liquidador puede ya sea espontáneamente o a requerimiento de
los socios, efectuar distribuciones parciales. En las sociedades
por acciones sólo pueden pedirlo los accionistas que represen-
ten la décima parte del capital social y cualquier socio en las
restantes sociedades, dejándose a salvo la demanda judicial en
caso de negativa del liquidador a efectuar las distribuciones
parciales, acción que se tramita conforme el arto 15 de la
L.S.C. El acuerdo de distribución parcial, el liquidador debe
publicarlo en los términos del art. 2 de la ley 11.867 (cinco
días en el Boletín Oficial y en uno o más diarios del lugar de
la sede social, teniendo los terceros derecho a oponerse a la
partición parcial).

150
Balance final y distribución: arto 109.

BALANCE: debe tener:


1) Pasivo cancelado totalmente.
2) El producido de la enajenación y disposición de bienes
que integran el activo.
3) El reembolso del capital aportado por los socios.
4) Eventualmente el excedente o cuota liquidatoria, la que se
distribuirá conforme al contrato social o en ausencia de estipulación
en éste, en la proporción a la participación de cada socio de las ga-
nancias.

PARTICIÓN: la ley 19.550 no contiene normas específicas


para que los socios efectúen la partición de los bienes sociales y si
bien la cuota liquidatoria habitualmente se paga en dinero en efec-
tivo, nada impide que se distribuyan bienes sociales que han queda-
do como remanente, sin que sea forzoso reducirlos previamente en
su totalidad.

NORMAS APLICABLES: En la partición de sociedades la


doctrina dice que se APLICARÁ LAS NORMAS DE DIVISIÓN DE HE-
RENCIAS, salvo las disposiciones en contrario y en lo que resul-
te compatible (art. 3449 y siguientes del Código Civil) y en
caso de dudas sobre el valor de los bienes, se procederá a la ta-
sación de peritos, nombrados por las partes o por el juez. Tam-
bién los socios pueden licitar los bienes tomándolos por mayor
valor que el de la tasación. Pueden adquirirlos en condominio
los socios o adjudicarle la totalidad a uno, desinteresándolos a
los otros.
Cuando hay bienes aportados en uso y goce, debe aplicarse el
arto 49 de LSC, se debe asimilar al socio con cualquier tercero, dis-
poniendo de acción para separar el bien aportado del patrimonio
desde que la sociedad se disuelve. Los bienes se reciben en el esta-
do visto en que se encuentran, porque el dueño sufre los deterioros
ocasionados por la acción del tiempo.

151
Cuando los bienes fueron aportados en propiedad, los so-
cios no pueden solicitar la restitución del aporte, porque éste in-
tegra el patrimonio de la sociedad en forma definitiva. El art.
110 establece la obligación de la comunicación del balance y
plan de partición, a los socios, para que estos puedan, impugnar-
los si correspondiera.

APROBACIÓN DEL BALANCE FINAL y PROYECTO DE


DISTRIBUCIÓN: En los casos de sociedad colectiva, capital e
industria, comandita simple y sociedad de responsabilidad
limitada (no incluida en el supuesto del art. 299, inc. 2 LSC),
el arto 110 establece que dichos instrumentos deben ser sus-
criptos por los liquidadores y comunicados a los socios, quie-
nes pueden impugnarlos en los 15 días: de haber recibido la
comunicación. La impugnación debe ser hecha ante el mismo
órgano de liquidación. Cuando el socio no obtiene ninguna res-
puesta a su cuestionamiento o este ha sido rechazado puede
promover acción judicial que se tramitará en juicio sumario
(art. 15 LSC).
Sociedad de Responsabilidad Limitada (cuyo capital alcan-
ce el monte del 299), o Sociedades por acciones, el balance final
y proyecto de distribución deberán ser firmados también por el
órgano de fiscalización y sometidos a la aprobación de la asam-
blea de socios. Una vez aprobado por el órgano de gobierno de
la sociedad puede ser impugnado judicialmente (art. 251 a 254),
sólo pueden promover la acción judicial los socios disidentes o
ausentes, pero no los abstenidos y el plazo para promover la de-
manda es de 60 días a partir de la clausura de la asamblea de ac-
cionistas.

REGISTRACIÓN Y EJECUCIÓN DEL BALANCE FINAL:


Aprobados éstos documentos, los liquidadores deben agregarlos
al legajo de la sociedad en el Registro Público de Comercio y
proceder a su ejecución, abonar a cada socio la cuota que le co-
rresponda. La ley no habla de inscripción sino de agregación de
los mismos, por lo que no corresponde ejercer sobre ellos el
control de legalidad. Se nombra un conservador de libros, con

152
función de archivero. A partir de la cancelación, la sociedad está
formalmente extinguida (art. 112). Una vez inscripta la cancela-
ción, puede aparecer un acreedor ¿qué pasa?: Es nulo el balance
final de liquidación y el proyecto de distribución, y deben ser
rectificados.

Disolución de contratos asociativos

Causas:

CONTRATO DE COLABORACIÓN EMPRESARIA: Se pro-


duce por decisión de los participantes, por expiración del térmi-
no por el cual se constituyó o por la consecución del objeto para
el que se formó o por la imposibilidad sobreviviente de lograr-
lo, por reducción a uno del número de participantes, incapaci-
dad, muerte, disolución o quiebra de un participante, a menos
que el contrato prevea o que los demás participantes decidan por
unanimidad la continuación, por decisión firme de autoridad
competente que considere incursa a la agrupación en prácticas
restrictivas de la competencia y demás causales previstas en el
contrato (art. 375).
Según el arto 372 de L. de S.C. las contribuciones de los par-
ticipantes y los bienes que con ellas se adquieran, constituyen el
fondo común operativo de la agrupación. Durante el término esta-
blecido para su duración, se mantendrá indiviso este patrimonio so-
bre el que no pueden hacer valer su derecho los acreedores particu-
lares de los participantes.

Unión transitoria de empresas

Causas:

Se produce por las causales establecidas en el contrato. La


quiebra de cualquiera de los participantes o la incapacidad o
muerte de los empresarios individuales no produce la extinción

153
del contrato de Unión Transitoria, que continuará con los restan-
tes si éstos acordaran la forma de hacerse cargo de las prestacio-
nes (378 inc. 9 y 383).

EXCLUSIÓN

Sin perjuicio de lo establecido en el contrato cualquier parti-


cipante puede ser excluido por decisión unánime, cuando contra-
venga habitualmente sus obligaciones o perturbe el funcionamiento
de la agrupación (art. 376).
No son sujeto de derecho ni sociedad, no tienen fines de lu-
cro propio y las ventajas económicas recaen sobre los miembros de
la agrupación o Unión, no tienen patrimonio sino un fondo común
operativo.
No obstante no ser sujeto de derecho, cuando se disuelven
deben inscribirse en el Registro Público de Comercio a los efectos
de publicidad respecto de terceros y hacer efectivas las obligaciones
impositivas y laborales. Transcurrido el período de liquidación, pro-
duce los efectos de una sociedad irregular en cuanto a sus obliga-
ciones sociales.

Partición notarial

Las situaciones relacionales, a partir de la disolución so-


cietaria muestran matices diferenciales que justifican un trata-
miento que involucre la captación notarial del fenómeno. Me-
diante la legitimación el notario pretende confirmar que los
sujetos que intervienen puedan ejercer los actos comprometidos
con relación al objeto del contrato. La escritura mediante la cual
se produce la partición y adjudicación de los socios o accionis-
tas es una de las operaciones de mayor trascendencia en el pro-
ceso liquidatorio.
BENSEÑOR sostiene que en el supuesto de intervención
notarial le corresponde al notario componer la legitimación
invocada por quien dispone de la representación legal socie-
taria.

154
No existe dentro de la Ley 19.550 norma que permita sos-
tener que el liquidador para enajenar bienes inmuebles debe re-
querir autorización asamblearia o de la reunión de socios. La
registración de la disolución y del liquidador es meramente de-
clarativa (art. 98 -art. 60- Ley 19.550). La agregación del ba-
lance final y proyecto de distribución al legajo societario, no
acuerda el carácter de inscripción registral. Consiste tan solo en
una incorporación documental con fines publicitarios. La cancela-
ción de la inscripción registral concluye la existencia de la socie-
dad. El conservador de los libros y papeles, solamente tiene la
custodia y depósito de los documentos y libros sociales. No tie-
ne funciones representativas ni constituye órgano social. Sin em-
bargo cabe la apertura de la liquidación para su reanudación si se
detecta un remanente en el activo o pasivo. No deben constituir
obstáculo a la inmediata inscripción registral de los actos y docu-
mentos sociales entre ellos la cancelación, los requisitos fiscales
y previsionales. Los registros inmobiliarios carecen de atribucio-
nes para exigir con carácter previo a la inscripción, de actos
otorgados por sociedades disueltas o derivados de adjudicaciones
de bienes a los socios, que se acredite la registración de la diso-
lución en sede mercantil.

ESCRITURAS DE ADJUDICACIÓN: cuando se vayan ha


hacer las escrituras de adjudicación a los distintos socios el no-
tario tendrá que tener acreditado en principio que hubo una di-
solución, actuó un liquidador y sobre todo que existe un ba-
lance final y un acuerdo de distribución, que fueron aprobados
por los socios y depositados en el Registro Público de Comer-
cio. Con esto se presenta el liquidador ante el escribano y dice
que en virtud del acuerdo de distribución otorga escritura a
favor de...

Una vez ejecutatdo el acuerdo se presenta en el Registro PÚ-


blico de Comercio y se pide la Cancelación, se nombra un conser-
vador de libros, con función de archivero. A partir de la cancela-
ción de la sociedad está formalmente extinguida.

155
Conclusiones

- Se plantea la necesidad de una reforma legal que sim-


plifique la etapa liquidatoria, que se inicia con la disolución y
acaba con la cancelación de la matrícula en el Registro Público
de Comercio (art. 112), el tiempo de la liquidación debe ser más
breve, porque además del interés social está el interés del socio,
que desea percibir cuando antes el reembolso del capital y los
excedentes.

- Se debe permitir a la sociedad: 1) Abonar anticipadamen-


te deudas no vencidas, con el descuento correspondiente (art. 755
CC). 2) Transferir sus litigios a una institución financiera a través
de un contrato de fideicomiso por el cual se garanticen a la contra-
parte sus eventuales acreencias y terminado el pleito con resultado
favorable, se distribuya entre los ex-socios. 3) Enajenar junto con
su activo su pasivo, a través de un mecanismo de delegación per-
fecta de duda con garantía hacia los terceros, amplia publicidad y
oposición.

Bibliografía

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constituida con fondos propios" en R.N., N° 847, 1979, pág.
1989.
BENSEÑOR,Norberto. "Régimen y actuación de sociedades disuel-
tas" en R.N., N° 813, 1988, pág. 400 a 437.
LÓPEZDE ZAVALfA,Fernando. Contratos. Tomo V. Parte Especial
(4), E. Zavalía, 1995.
NISSEN,R. Ley de Sociedades Comerciales. T. 2, Bs. As., Abaco,
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Revista Notarial, N° 865, 1982. "La Sociendad en Liquidación y los
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156
SASOT,Betes y SASOT,M. Sociedades Anónimas. Constitución, mo-
dificación y extinción. Bs. As., Abaco, 1982.
"Sociedades Comerciales y Registración Mercantial. Disolución y
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ZALDÍVAR,E. "Partición parcial". Cuadernos de Derecho Societa-
rio, Bs. As., Abeledo Perrot, 1978, pág. 381 y sgts.

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