Amor que transforma.

“Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.”

Filipenses 1:21.
Narrador: Saulo // Pablo.

(Preámbulo)
Han escuchado más de una vez este versículo, ¿no? Filipenses. 1:21, pues téngalo presente
porque más adelante lo usaremos.
(Introducción)
Es un poco interesante y más que interesante, es algo intrigante observar el cómo se
mueve la sociedad hoy en día, como las personas salen a la calle creyendo algo que,
sinceramente, puede ser cierto o no, mayormente es falso, lo que nos rodea, lo que
vemos más actualmente, lo que más resuena ante las personalidades que integran
nuestro círculo social solamente es una pantalla de imágenes falaces, efímeras y muy
seguidamente prejuiciadas. Entonces nos movemos ante una serie de cosas momentáneas
y de gran renombre. Vivimos caminando en la línea que la sociedad nos pinta más bonito.

(Narración 1ra Persona, Pablo)

Esto es lo mismo que ocurría en mi caso, yo soy, en lo personal, un poco excéntrico y con
una pequeña chispa brillantez, recubierta de sarcasmo; me gusta mucho el indagar, el
inquirir y el saber sobre temas varios.
Quizá podrás identificarte con mi pensar, porque ya se está poniendo de moda el ver
quién sabe más, o el hablar de cosas que nadie sabe o nadie domina del todo. O bien,
puedes estar en boca de todos sabiendo demasiado, o teniendo muchas personas de
influencia atrás o a lado tuyo. Porque si algo es claro, es que en estos días la política y las
palancas son parte de nuestro día a día, al punto de encontrarlas donde sea en el: trabajo,
el estudio y en la misma casa.
Yo vengo a decirles que mi historia no es muy distinta a la de ustedes, les vengo a
mencionar de forma muy simple, la manera en que yo llegué a mi punto crítico, a mi
punto de inflexión, o mejor conocido a un punto de no retorno.
(Verdad tentativa)
(Porque si de algo podemos estar seguros es que viviendo en la condición en que estamos,
y a como nos desenvolvemos; la vida, nuestra vida solamente va en una sola dirección, una
dirección deplorable y poco deseable, todos vamos corriendo y riendo a carcajadas a
encontrarnos con la muerte.) Romanos 6:23
Regresando a lo que quería decirles, mi nombre es Saúl Omar, pero escrito podría verse
como Saúl (punto) O. ¿Se acuerdan que hablamos de lo que está pasando en la sociedad
hoy en día? ¿Qué piensan ustedes sobre lo que pasa, todos están bien en lo que creen? (el
clima, la ciencia, la filosofía, la música) A mí me da mucho coraje las personas que son de
mente cerrada, las personas que no entienden por más que se les intenta explicar las
cosas con peras y manzanas. Son gente obstinada y muy terca las cuales no me gusta
congeniar con ellas en lo más mínimo. Son Repudiables, por así decirlo, pero parece ser
que aún entre esa clase de personas existen raros casos de unidad, es como una plaga de
los “mente cerrada”. Yo tuve que dedicarme a lidiar con ellos, día a día, mes tras mes.
Intenté decirles con toda la información que se tenía que debían cambiar, pero, ¡no!, los
“mente cerrada” se consideran incluso más allá que una persona normal, viviendo una
vida de mojigatos o, dicho de otra forma, fingimientos y normatividades exageradas.
Parece que se rigen en algo tan ilógico que, el solo hecho de verlos o pensar en ellos causa
risa.
(Verdad tentativa)
Porque no me dejarás mentir que es más fácil reírte de los demás, a que se rían de ti y de
tu vida. Todos concordamos en eso, a nadie le gusta ser burlado o menospreciado a menos
que valga la pena por lo que se luche, ¿no?) Mateo 10:22.
((A nadie le gustaría amanecer y al momento en que sale a la calle verse acosado por un
grupo de señoras que te ven y se ríen de ti sin disimular, o percatarte de que toda la
escuela te queda viendo como bicho raro cuando entras por la puerta, o llegar con tus
típicos amigos con que siempre la pasas genial, y al momento de saludarlos te quedes con
la mano en el aire porque nadie te contesta el saludo y nadie, siquiera, te voltea a ver.))

A mí, me gustaba mi vida, tenía amigos buenos, de esos amigos y conocidos que te dan
ganas de ir presumiendo ante las personas que se creen más que tú. Gente de influencia
pues, para que me entiendas, yo podía hacer lo que quisiera si iba en nombre de ellos,
eran como que parte del gobierno sin ser exactamente el gobierno. Tenía la vida deseada
de cualquier ser humano en esta tierra, es más, tenía a mis propios subordinados, los
cuales hacían mis tareas y trabajos que a mí me daba pereza realizar. Técnicamente era
una vida de lo más jugosa. Llena de lo que debería estar llena y con la remuneración
necesaria y más que necesaria para vivir. ¿A poco no está tentadora mi vida?
Y ahí, en el clímax, en el punto álgido de mi vida, pude tocar suelo sin saber que me estaba
hundiendo y sin tener miedo a lo que afrontaba, porque no sabía lo que era vivir hasta ese
día. Supe que había llegado al límite, que había llegado a mi punto crucial de vida, cuando
lo imposible tomó lugar presencial ante mis ojos, pude ser testigo de algo que era ilógico e
irreal, o al menos lo era hasta antes de verlo por mí mismo.
Cuando escuché que se me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Me di cuenta que
todo lo que tenía, todo lo que era, todo lo que me rodeaba, no era más que una buena
treta, era una excelente mentira lo que yo había adoptado como vida diaria. Había llegado
al punto de aceptar y promover la extinción de la vida humana por complacer a los que
consideraba importantes para mí, había dejado de ver las cosas a como son por estar
cegado en el momento en que vivía, por estar bien con la sociedad y había vivido con mi
fanática ideología que YO todo lo podía, YO todo lo sabía, y que todo era perfecto.
¿No te suena familiar eso?
Quizá estamos viviendo de la misma forma, quizá tenemos miedo a que la gente sepa que
realmente confiamos en un Dios, en un Dios que la gente de afuera no acepta como real.
Quizá no quieres pasar de ser el chico o chica divertido(a) al chico(a) religioso, quizá no
quieras perder amistades por hablarles de tu Dios, quizá estás demasiado cansado de
escuchar lo mismo dentro de la iglesia, quizá llevas toda una vida en la iglesia y ya no le
encuentras sentido o atracción a ella, y solo buscas encontrar algo nuevo y “divertido”
fuera de ella.
Quisiera decirte, no te preocupes, anda vive, haz y deshaz todo lo que quieras. Pero no
quisiera que llegues a ese punto de no retorno, a ese momento de sofocación social,
donde no te encuentres más que contigo mismo y un final trágico o un laberinto sin salida.
Quisiera, ayudarte a saltar ese paso, quisiera que encuentres a Dios, a ese Dios que ha
dado todo por ti y por los que conoces y más aprecias. ¿Recuerdas esa promesa? Porque
de tal manera… Juan 3:16
¿Qué tanto harías tú por alguien que solamente se la pasa insultándote, ignorándote y
riéndose de ti? ¿Le darías un brazo tuyo? ¿Le darías un ojo?
Dios aun conociendo tu vida y la mía, sabiendo lo malos e ingratos que hemos sido con Él,
decidió regalarnos un amor, un amor forrado y cargado de salvación y gracia. Porque si Él
pudo cambiar a un excéntrico y asesino perseguidor de personas, Él puede transformarte
mediante su amor puro y perfecto.
Ahora te pregunto: ¿Te gustaría aceptar ese amor incondicional que puede transformarlo
todo? ¿Quisiera aceptarlo y aplicarlo en tu vida? No respondas, que al final no eres lo que
dices sino eres… lo que haces. Espero decidas bien para vernos pronto en la nueva
Jerusalén.