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El estado de delirio o el delirio del estado

Otomie Vale Nieves Ph. D.


Catedrática Asociada
Departamento de Psicología
UPR, Río Piedras

El Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM), de la Asociación Psiquiátrica


Estadounidense, define el delirio y las ideas delirantes como “creencias erróneas que
habitualmente implican una mala interpretación de las percepciones o las experiencias”
(DSM IV TR: 2002:335). Añade el Manual que “las ideas delirantes se califican como
extrañas si son claramente improbables e incomprensibles” (énfasis suplido). Propongo
que algunos eventos acaecidos en Puerto Rico durantes los últimos meses fácilmente
pueden ubicarse bajo esta categoría diagnóstica. En algunos aspectos son fenómenos que
aparecen improbables y siempre incomprensibles. La lista, desde luego, no es exhaustiva.

Idea delirante número uno: En declaraciones en los medios televisivos varios altos
funcionario del estado indican reiteradamente que en la nefasta tarde del día 30 de junio,
dentro y fuera del Capitolio fueron los manifestantes los que atacaron a la policía. Al
mismo tiempo, un video que era presentado mientras hacían las declaraciones mostraba
lo contario.

Idea delirante número dos: El presiente del Senado prohíbe la entrada de periodistas y
fotoperiodista a las galerías del Capitolio, mientras insiste en que vivimos en una
democracia. ¡Viva la democracia, viva la ley y el orden, viva el respeto por los derechos
constitucionales que amparan a la ciudadanía!

Idea delirante número tres: Frente al discurso de las profundas raíces democráticas que
nos deben caracterizar y de las cuales debemos estar muy orgullosos La Cámara de
Representantes (P. de la C. 2726) busca enmendar la Ley de la Universidad de Puerto
Rico “a los fines de establecer que toda toma de decisiones que se requiera mediante
asamblea de los diversos organismos que componen el sistema universitario se lleve a
cabo por voto directo y secreto de sus miembros, por correo regular o vía electrónica...”
Ya los miembros de la comunidad universitaria no podremos determinar los mecanismos
a utilizar para deliberar en nuestras asambleas. Es decir, la Cámara de Representante
determina cómo deben llevarse a cabo los procesos deliberativos en todos los cuerpos de
la Universidad de Puerto Rico. Mientras tanto, para que conste en record, dejan claro que
es la huelga universitaria la que los lleva a someter dicha enmienda!

Idea delirante número cuatro: Los altos funcionarios de la UPR hablaban de


“entendidos” y negaban que fueran acuerdos a los que se habían llegado en las
negociaciones con los estudiantes durante el proceso de huelga. Luego pagaban suntuosas
sumas de dinero en anuncios donde denunciaban que los estudiantes violaban los
acuerdos. Alegaban que eran los estudiantes los que deseaban prolongar el conflicto pero
el mismo se resolvió en menos de 72 horas, con la intervención de un mediador – con el
foro judicial de por medio- cuando la Junta en pleno aprobó lo que finalmente eran
acuerdos!

Idea delirante número cinco: El jefe de la policía declara orondamente a las cámaras de
televisión que en PR el crimen está bajando y que las muertes que se producen están
directamente vinculadas al trasiego de drogas. Implica el jefe que los que mueren
diariamente son traficantes de drogas o están relacionados con el “bajo mundo”. Sin
embargo, en Puerto Rico mueren decenas de mujeres a manos de sus parejas o ex parejas
y estas muertes no están vinculadas al trasiego de drogas. Dichas muertes aumentan más
cada día como demuestran las estadísticas.

Idea delirante número seis: En medio de un estribillo estridente de que este es un país
de ley y orden donde prevalece la democracia, el gobernador nombra cuatro nuevos
miembros a la Junta de Síndicos para que las decisiones sean tomadas sin controversia, es
decir hágase la plancha correspondiente.

Idea delirante número siete: Se destacan noticias en los diarios en los últimos dos días
sobre por qué no se aprobó el proyecto de ley encaminado a enmendar la ley que protege
el Karso. Queda presentada con toda normalidad y naturalidad la posible pugna de poder,
o mejor aún la incapacidad de lograr, sin reconocer la gran presión ciudadana, que un
proyecto tan nefasto se aprobara. Es decir, surge la alarma porque allí donde debe
ventilarse o al menos dialogar sobre las virtudes o debilidades de la enmienda de la ley,
ya que las vistas públicas brillaron por su ausencia, sencillamente “falló” la plancha,
“falló” la aprobación de la enmienda de la ley que el gobernador daba por hecha. ¡Ahora
se trata de encontrar al culpable!

Idea delirante número ocho: La Junta de Síndicos y el Presidente de la UPR insisten en


que su función es proteger los mejores intereses de la Universidad del Estado. Cada uno
de sus actos parece demostrar lo opuesto. En el caso de la acreditación de la Middle
States, dijeron que fue la huelga la que hizo que estuviera en moratoria cuando
verdaderamente fue que la agencia cuestionó los estándares de gobernabilidad y de
liderato porque la alta gerencia universitaria cambia a la par que cambia del gobierno de
turno erosionando la autonomía universitaria de manera letal. Otro tanto hicieron con las
ayudas financieras de las Becas Pell, incluso, llegaron a exhortar a los estudiantes de la
UPR a que se fueran a estudiar a otras universidades. ¡Ah las becas Pell! Pecado para
aquellos, que según el “análisis” de algunos flatulentos intelectuales, se atreven a
recibirlas mientras critican el estado, participan en la huelga y llevan a cabo protestas, se
dejan el pelo largo y sabe dios qué más. Sin embargo, en la mayoría de los casos, los que
reciben las becas son hijos e hijas de gente que aporta de forma sustancial, directa o
indirectamente al engroso y producción del capital estadounidense, desde su trabajo
hasta el consumo de la mercancía de sus grandes cadenas! ¡Además, parte de ese dinero
de las becas circula en el consumo de mercancías- libros, alquiler de vivienda, comida-
que le llega nuevamente a los dueños del capital! ¿O acaso son tan ingenuos para creer
que la todavía potencia mundial ha dado o dará algo a cambio de nada?!
Idea delirante número nueve: Modificar la ley que protege la zona kárstika del país
resulta en un avance para el pueblo de Puerto Rico, gaseoducto y carreteras son más
importantes que preservar el vital líquido del agua que se reduce sustancialmente tanto en
Puerto Rico como a nivel planetario. Sin embargo, muchos de los países del mundo,
incluyendo a Estados Unidos, hacen esfuerzos por preservar sus acuíferos mientras que el
Estado en PR insiste en lo contrario. Tampoco es posible considerar el transporte
colectivo porque la industria automotriz y todo lo que la alimenta tiene un poder violento.
¿Alguien se ha preguntado cuántos autos hay en PR, ha hecho el cálculo de la población
y por millas cuadradas? Por supuesto es un problema circular, necesitamos auto porque el
sistema público de transportación es ineficiente o inexistente!

Idea delirante número diez: El estado y sus “líderes” repiten sin cesar un estribillo
desempolvado de hace algunas décadas, verdadera alucinación: “las minorías socialistas e
independentistas y los sindicatos del país son las responsables de las manifestaciones de
pueblo que ocurren en la Isla, incluyendo la huelga de la UPR. ¡No se han enterado de la
realidad!! Alucinación magna!

Idea delirante número once: Un senador de un distrito del sur, que ha sido señalado por
varias “faltas” (entre las cuales estuvo contratar a una modelo- como siempre la que salió
perdiendo fue ella), declara en un diario que “doscientos pesos me bebí y comí yo ayer”
al referirse a que no había pagado unos permisos que tenían ese costo. Un senador puede
decir que engulló y bebió en una noche doscientos dólares, pagados por nosotros los
contribuyentes en medio de una crisis fiscal! Aún cuando alguien alegue que fue una
metáfora, aunque su morfología podría apoyarlo, es alucinante que alguien se exprese de
ese modo, impunemente refriéndose al dinero que le paga el contribuyente.

Idea delirante número doce: Escolta (emulando la modalidad del Senado con uno de
sus miembros), aplausos y vítores a un alcalde de un hermoso pueblo de la isla acusado
de actos lascivos. El patriarca aparece en escena flanqueado por sus seguidores y su
esposa. Todo parece excusar las imputaciones de “constante acoso sexual contra varias de
sus empleadas en forma de comentarios soeces y contacto físico inapropiado y no
deseado por las víctimas”. Hay excusas y justificaciones de su conducta entre las cuales
cabe destacar, “es su carácter cariñoso, los boricuas somos de tocar”, “es parte de nuestra
cultura tocar”, “es y ha sido un excelente alcalde”, “la gente hace eso por dinero
(inventarse acusaciones)”. ¡Una multa de cien módicos dólares por cada uno de los 14
cargos!! Para concluir el imputado tenía de su lado a Dios y a la familia, que siempre
sanean la escena!! Luego deploramos la violencia contra las mujeres, el maltrato
psicológico y físico y las tragedias de sus muertes! Pero no se logra el vínculo entre
unos eventos y otros.

Idea delirante número trece: Mensaje del gobernador: “hermanos y hermanas


puertorriqueños.... Lo hago plenamente consciente de la monumental responsabilidad
que Dios y la historia han querido depositar sobre nuestros hombros…el gobierno—igual
que la familia puertorriqueña lo ha hecho—tiene que ajustar su presupuesto a la
realidad... Un pueblo que quiere poner en las manos de padres y maestros la enseñanza de
sus hijos dándoles una educación de excelencia que les asegure su futuro…Un
pueblo…que desea proteger sus recursos y el medio ambiente de nuestra isla…En fin, un
pueblo que lucha por enaltecer sus valores y que reclama vivir en paz y armonía…
Gracias a Dios, HEMOS SALVADO LA CASA, Igual que lo has hecho tú, le toca al
gobierno ahora ajustar su estilo de vida para no gastar más de lo que recibe.. TODOS
JUNTOS vamos a compartir el fruto de nuestra recuperación económica y social…que ya
se empieza a sentir…” (énfasis del texto original). Nótese el artilugio de la hermandad, de
la idea de un pueblo (singular), de la familia (singular), de que hemos salvado la casa
(singular), de Dios y de la familia (singular). Imaginarios que se supone que nos unan,
que nos acerquen, idea de la proximidad, de que estamos muy cerca unos de otros. Se
produce una invisibilización de las profundas contradicciones y grietas que configuran a
“la familia puertorriqueña”, “al pueblo”. Nos referimos a las contradicciones de clase y
de acceso a los bienes y a las riquezas, a las asimetrías y a las contradicciones por género,
por edad, por raza, entre otras. Contradicciones que en momentos estratégicos y
puntuales nos permiten identificarnos a “nosotros” y hablar de “ellos” por lo cual, con los
cuidados y los resguardos correspondientes nos preguntamos, ¿Cuáles han sido los
ajustes de “ellos”? ¿Cómo comparan con los “nuestros”?

Idea delirante número catorce: Crisis, crisis, crisis, crisis por doquier (algo así dice
Joaquín Sabina). ¡Crisis en la UPR! Palabra mágica que nadie entiende a cabalidad, sobre
todo por la forma selectiva de su interpretación y de su aplicación. ¿Dónde radica el sin
sentido, la esquizofrenia? ¡Continúan sosteniendo una estructura presidencial
(administración central) que gasta cerca de 200 millones al año y anuncian que reducirán
sólo15% de los gastos de ésta!!! ¡Gran sacrificio!! ¡Crisis, crisis! Cuadro telefónico
nuevo (¿cuántos millones?) Tampoco solicitan, como se suponía, que no se aplicara la
Ley 7 a la UPR, y que, como consecuencia, se resustituya el dinero que hemos dejado de
recibir (cerca de $42 millones). ¡Crisis, crisis! ¿Dónde están las emisiones de deuda de
Cofina (nos quitaron cerca de $52 millones)? ¡Crisis, crisis! ¿Por qué no gestiona el
cobro de cerca $200 adeudados a la UPR? Ah! Perdón! Es más fácil exprimirnos a los
facultativos. Para nosotros, y sin tiempo aproximado para concluir, porque después de
todo son medidas cautelares ante una crisis fiscal: reducción del 50% del bono de
navidad; eliminación de obvención; cero sabáticas; no a las nuevas plazas; cero ascensos
salariales; condiciones miserables para los profesores por contrato (de doce a nueve
créditos, sin plan médico ni beneficio alguno); reducción de un 5% en cursos por
compensación; aumento en el cupo MINIMO por estudiante de Bachillerato a 30 y de 10
en graduados, afectando de forma nefasta los contenidos y evaluaciones de calidad que se
pueden ofrecer y amenazando de muerte a programas graduados que admiten menos de
diez estudiantes; problemas serios con el plan de retiro y con el plan médico; eliminación
de un 75 % de los empleados de la Casa Editorial de la UPR, entre otras. Hay que
preguntarse por qué el Presidente de la Universidad y la Junta de Síndicos no han hecho
gestión alguna para proteger verdaderamente a la Universidad cumpliendo con el deber
ministerial que tienen asignado.

Idea delirante número quince: El estado busca mitigar la violencia, se enfrasca en


campañas para apaciguarla, utiliza sus agencias. El mismo estado que utiliza la violencia
de forma descarnada tanto en el capitolio como en muchos de los eventos de la
universidad de PR durante el conflicto huelgario. Pero esa violencia se ve y se puede
denunciar. Aunque, como bien dijo Saramago, ¿cuántos ciegos se necesitan para hacer
una ceguera? Pero hay otra violencia más perniciosas, más aguda, que nos golpea más
fuerte, más insidiosa, es la violencia simbólica, la violencia psicológica, aquella que te
produce malestar y que no puedes identificar con precisión, aquella que
lamentablemente, en más ocasiones de las que deseamos, hace que la frustración y la
desesperanza se vierta contra quienes tenemos más cerca e identificamos (porque así son
socialmente identificados) como más vulnerables. Esa violencia simbólica queda
plasmada en los despidos de empleados públicos sin haber demostrado que se hizo un
análisis ponderado y que se tomaron otras medidas para lidiar con la crisis fiscal; en la
improvisación; en privilegiar ciertos sectores (una minoría) en detrimento de otros que
han sido minorizados y que somos la mayoría; en violentar las leyes sin que el peso de
éstas se vierta como se hace contra otros grupos; en el despliegue del lujo de la opulencia
y de los salarios extravagantes y proyectos extravagantes de muchos de quienes fueron
elegidos para “representar” al pueblo; en la falta de continuidad de un gobierno a otro de
proyectos valiosos porque el sello político partidista lo infesta todo; en desdeñar el valor
incalculable de nuestros suelos y nuestros recursos naturales.

No hay conclusión para los delirios, sólo la esperanza de que podamos identificarlos,
señalarlos y de maneras inéditas, con una micro-política del poder, ir resistiéndolos
cotidianamente, de a poquito... o de a muchos, aunque parte del deliro insista en que
somos pocos...!

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