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Resumen Summary
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Revista de Educación
También hay otra diferencia FR2: ¿Qué lugar ocupan los estudios
importante de remarcar, los estudios culturales? ¿Cómo se ubican entre lo
poscoloniales son estudios y la opción decolonial y lo poscolonial?
decolonial es un proyecto político,
o sea que no se piensa únicamente ER2: Primero me gustaría señalar
como un campo de indagación. Los que yo no creo que haya que validar
estudios poscoloniales habitan en la o afirmar que una está bien y la otra
academia, el proyecto decolonial está está mal, sino que son dos énfasis
en la academia pero busca no estarlo, que responden a condiciones
o mejor dicho no sólo ser un asunto epistemológicas y políticas distintas,
de la academia ni fundamentalmente con autores diferentes y problemáticas
de la academia. Asimismo el proyecto diferenciadas. Pero la dos (lo decolonial
decolonial intenta trazar genealogías y poscolonial) y este es el terreno que
intelectuales alternativas que cuestionen comparten están descentrando Europa
el eurocentrismo, mientras que la teoría (esa Europa hiper-real) y las dos están
poscolonial no necesariamente lo hace. en esa epocabilidad de fragmentar
Si bien en los estudios poscoloniales o desestabilizar certezas que han
aparecen otros autores a los canónicos, constituido el pensamiento occidental
se trabaja desde el postestructuralismo contemporáneo. Los estudios
con una tradición más occidental culturales también allí se encuentran,
(incluso algunos de estos autores cuestionando al pensamiento positivista
son anteriores y ocupan lugar en la y cientificista, no se conciben como
academia desde los años noventa con simple productores de conocimiento
otro tipo de articulaciones). De modo que desconectado de su para qué, de
en la opción decolonial hay un énfasis las dimensiones políticas y éticas. Al
en pensar con otras voces y textos, igual que la opción decolonial no se
en lo que Walter Mignolo denomina circunscriben a la academia, lo que
“cambiar los términos y los contenidos no significa que los estudios culturales
de la conversación”. Entonces hay sean anti-académicos o anti-teóricos.
énfasis distintos en cómo se conversa, No son un llamado a abandonarles a los
por qué se conversar y para quién se positivistas (o la derecha) la academia y
conversa. En el giro decolonial existe un la teoría desde la falsa premisa populista
mayor énfasis en reivindicar lo indígena que el “verdadero conocimiento” está
y lo afrodescendiente, en discursos en otro lado o del ingenuo supuesto
o narrativas del “Abya Yala” más allá de que el ciego activismo ofrecerá
del eurocentrismo y la racialización todas las respuestas relevantes. Desde
occidental. Existen reivindicaciones que los estudios culturales la academia y
no son un asunto de “modernidades la teoría importan pero no sólo para
alternativas” sino que se trata de producir más conocimiento, sino para
“una alternativa a la modernidad”, en que, desde conocimientos situados,
conexión con el “buen vivir”. se potencien intervenciones políticas
sin que supongan una disolución de los diferente que alude a la racialización
lugares y articulaciones previas. Pues y jerarquización, el desconocimiento
la articulación racial de la negridad en (que algunos autores han denominado
la formación nacional colombiana se “invisibilización estereotípica”), pero
fue sedimentando durante el siglo XX, ese relato siempre incluyó a lo negro
hasta que en el último cuarto de siglo, y lo regionalizó. Lo negro está en una
precisamente en la “región negra” se región del país, hay una geografía de
destiló una inusitada articulación de la la raza y la historia siempre ha hablado
negridad en torno a la etnización (a partir de la gente negra. Hablado de manera
de los años ochenta en la parte norte de la estereotípica, reducido a la esclavitud,
región del Pacífico colombiano emergió aplanado y achatado en una serie de
un discurso y estrategia organizativa imaginarios racistas y desconocedores
que imaginó a los campesinos negros pero no es un asunto que aparezca
como un “grupo étnico”). Posteriormente ahora. En Colombia desde el giro al
en los años 2000 se amplió el sujeto multiculturalismo en los años noventa
histórico de uno que estaba centrado se han dado unas transformaciones
en comunidades rurales ribeñas de por lo menos en el imaginario político
la región del Pacífico hacia uno que, y en algunas esferas de lo que podría
bajo las imágenes de la diáspora y de ser la representación de la nación, en lo
unas experiencias de marginalización que lo negro ha empezado a pensarse
y discriminación racial, busca interpelar como una cultura distinta que quiebra y
a los afrodescendientes de los centros complejiza las narrativas fundacionales
urbanos y de otras regiones del país. de la colombianidad. Es cierto que
los lugares de la negridad (como la
FR7: ¿Y el contexto argentino? indianidad) en la construcción del relato
¿Qué diferencias podría pensar en y experiencias de la nación no sólo
comparación con Colombia? tienen sus particularidades en cada uno
de los países sino que también puede
ER7: Lo negro y lo afrodescendiente cambar con el tiempo en cada uno de
aparece en Argentina como algo externo, ellos.
como una extranjerización. En cambio
en Colombia tiene un lugar diferente. En FR8: Nuestra línea de trabajo
Argentina la nación produjo la negritud se concentra en la enseñanza
por extranjeridad, o sea que lo argentino de la historia de África y los
no es negro y cuando hay presencia afrodescendientes, más allá de
negra lo es en el pasado (que ya no lo es) nuestras consideraciones que dan
o se representa como otro- extranjero visibilidad a esfuerzos e intenciones
(sean uruguayos, latinoamericanos cambiantes, ¿Cómo podrías
o africanos que están llegando). En caracterizar al contexto colombiano
Colombia no actúa ese relato, existe uno en relación a estas enseñanzas?
Notas
1
Docente e investigador del Departamento de Ciencias de la Educación de la Facultad de
Humanidades (UNMdP), miembro del Programa Interdisciplinario sobre Estudios Descoloniales
(PIED) y del Grupo de Investigaciones en Educación y Estudios Culturales (GIEEC) del Centro
de Investigaciones Multidisciplinares en Educación (CIMED). Becario Doctoral de CONICET,
Doctorando en Humanidades y Artes con mención en Ciencias de la Educación (UNR). Su
área de trabajo está vinculada a la historia de la educación, las perspectivas descoloniales y
la enseñanza de la historia.
Franarg@hotmail.com
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Respetando la voz del entrevistado a lo largo de este texto aludimos al “giro decolonial”. En
nuestro caso solemos utilizar la palabra “descolonial” en el sentido más amplio posible y si
bien la disposición hacia el giro decolonial se despierta en nuestra comunidad a través del
Programa Modernidad/Colonialidad y el alcance de estos pensadores en el círculo académico
intelectual latinoamericano nuestra elección del prefijo des supone una toma de postura a
la vez agradecida e irreverente. Comulgamos con la elección de Catherine Walsh (2014)
cuando sostiene que prefiere el prefijo de porque no deberíamos pensar ingenuamente
que lo colonializado es dable de ser descolonizado en el sentido de revertido, sino que se
trata de un nuevo movimiento a partir de lo ya transformado. Sin embargo nos permitimos
diferir en la minusvalía o exclusión que propone para los legados europeos, ya que es un
lujo que no podemos permitiros en nuestros entornos de trabajo. Así, reconocemos que lo
descolonial no es sencillamente un des-hacer lo que se ha hecho durante siglos, pero a
la vez abogamos con ahínco por un relato de lo pedagógico que se funde sobre todos los
legados que tienen algo para decir sobre la opresión, la inequidad social y la injusticia (que es
material porque es también epistemológica y cognitiva). Sobre este posicionamiento puede
consultarse: PORTA, Luis; PROASI, Laura; RAMALLO, Francisco y YEDAIDE, María Marta
(2015) “Relatos y prácticas otras para la (re)fundación de una pedagogía descolonial en los
contextos inmediatos, la experiencia de problemática educativa (UNMDP)” En: I Jornadas de
Intercambio sobre Pedagogías del Sur. Facultad de Filosofía y Letras (UBA) Buenos Aires,
noviembre 2015.
Bibliografía