You are on page 1of 18

Comprensión de la Realidad Nacional: Eloy Reverón

El pasado lleva consigo un índice temporal


mediante el cual queda remitido a la redención.
Walter Benjamin

La comprensión implica la presencia de una idea nítida de lo que


expresa o sucede y el descubrimiento del sentido profundo de
aquello que acontece en nuestro derredor. Cuando esa comprensión
es enfocada sobre el plano de la realidad nacional nos permite tomar
un atajo con respecto a toda la carga filosófica que implica utilizar la
palabra realidad. Tomar un atajo no significa que debemos omitir el
sentido filosófico de la realidad como tema de nuestra competencia,
sino tener en cuenta que existe una tradición compleja en cuanto a
pensamiento filosófico en torno a la idea de realidad.

En la presente echamos una pincelada muy general a la


conformación de un mundo como el de hoy en medio de la tormenta
en que se encuentra inmersa Venezuela, una tormenta que genera
realidades desde hace mucho más de medio milenio en que
Venezuela y la América toda entra en el concierto de la historia de
las relaciones entre los diferentes países y continentes que hoy lucen
pequeños dentro de esta red identificada como Internet en los
tiempos de la "Parcela Global" donde la invención de la
realidad deambula inadvertida.

Realidad Nacional
La comprensión de la Realidad Nacional requiere de un ejercicio de
agudeza intelectual y de una visión amplia de los momentos
primordiales de donde surgen las grandes fuerzas históricas que
actúan como factores dinámicos las cuales reúnen las condiciones
que generan los cambios del rumbo histórico de la humanidad que
se remontan al papel hegemónico que han asumido las Naciones
Estados de la Modernidad, con respecto a otro grupo de naciones
entre las cuales se halla Venezuela. Para ampliar sobre este tema
podemos recomendar la lectura de un título escrito por Enrique
Dussel, La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas Latinoamericanas.
Edgardo Lander (comp.) CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos Aires, Argentina.
Julio de 2000. p. 246.

Foto Eloy Reverón, Celarg, 2009

Por el motivo señalado este ejercicio para definir la realidad histórica


del presente requiere de una ubicación hermenéutica que nos
visualice en el lugar periférico que ocupamos dentro del mapa
geopolítico mundial, en la periferia, en un continente de naciones
separadas por la colonialidad del poder (Sobre el concepto de colonialidad del poder,
de Aníbal Quijano: “Colonialidad y modernidad/racionalidad”, en Perú Indígena, vol. 13, no. 29, Lima,
que sigue asumiendo su carácter de dominador que ha sabido
1992)
adaptar sus formas, aunque en esencia no cambia aunque sean
diferentes sus actores.
No podemos entender ni explicar la realidad nacional sin referirnos
aunque sea mencionando el origen de un paso aunque sea rasante
por los orígenes ideológicos de la hegemonía de la cultura occidental
sobre el gran dilema del centro contra la periferia y su relación de
dominación colonial contra la resistencia liberadora. Apenas en el
marco de los doscientos años atrás, cuando se produce la
emancipación política y militar contra la dominación impuesta por el
imperio español sobre las sociedades coloniales que había
implantado en este lado del océano Atlántico tan solo tres siglos
atrás.

Para el diseño de una teoría


(Explicación) de nuestra realidad histórica desde el momento primordial
de la dialéctica de la dominación colonial contra la resistencia
liberadora que hemos identificado como (TBH) Teoría Bolivariana de
la Historia, para interpretar desde una perspectiva filosófica
periférica, vale decir, desde nosotros mismos, hemos subsumido los
principios de la cosmovisión expuestos en la obra del filósofo
venezolano José Manuel Briceño Guerrero (1928-2014) (Para detalles
sobre la vinculación de la filosofía de JMBG con la TBH de Eloy Reverón hacer click sobre subrayado azul)
Realidad Histórica Venezolana 1830

Venezuela emerge como Nación Estado después de dos décadas


de guerras civiles y de la participación protagónica de los
venezolanos y legionarios británicos en el proceso de expulsión de
los ejércitos y gobiernos de ocupación que habían mantenido en
América desde la instalación de los primeros colonos arribados al
Caribe Insular desde el primer viaje de Cristóbal Colón. Lo que para
nosotros había significado la gesta emancipadora de la tutela
imperial, para los británicos está registrado como un esfuerzo
sostenido desde los tiempos de Francis Bacon (1561-1626); algo tan
simple como un plan geopolítico sostenido durante siglos hasta
socavar las bases del imperio rival español y verlo desmembrado
antes de comenzar la tercera década del siglo XIX.

Para el objeto de estudio que nos ocupa, el de la Realidad Histórica


del presente en una región de la América del Sur, específicamente
en una Nación llamada Venezuela, la República Bolivariana de
Venezuela; y porque todos esos planos de ubicación, mundial,
continental, regional y nacional son dimensiones desde las cuales
ejercen sus influjos las diferentes variables que conforman la
realidad histórica.

Podemos pensar en un ejemplo de realidad histórico política


concreta. Para los efectos de una reflexión en torno a una realidad
histórica del presente. Hemos pensado en los comienzos de la IV
República. Digamos que un antes y un después de
la Constitución de Valencia 1830.

Esta realidad histórico política, más allá de los enfoques y en la


forma como la lean los historiadores. Existe algo concreto que
aunque los libros no lo digan o lo subrayen. Un Estado llamado Gran
Colombia tuvo a su servicio un ejército que expulsó al ejército de
ocupación del imperio más poderoso del mundo. Que estaba en
decadencia vale. Pero contó con el apoyo militar y económico de una
potencia en ascenso que venía a España como a un rival, pero que
además, Inglaterra tenía un objetivo histórico definido por siglos
como un plan o proyecto para contribuir a desmembrar al Estado
español.
Fraccionados fuimos presa fácil de los nuevos imperios en ascenso

Antes que responder a estas preguntas, ampliemos la vista hacia el


horizonte histórico y pensemos sobre la mente que formó la
modernidad, la idea de una historia concebida como una cadena de
hechos sucesivos donde alternan causas y consecuencias. Como un
mecanismo en orden cronológico. Una explicación donde las
variables económicas, sociales, políticas y en el mejor de los casos
incluyendo a las variables culturales, observadas por separado. Pero
sobre todo donde la historia es mal apreciada como un pasado
empolvado por los años de olvido. En su lugar proponemos advertir
la resonancia de nuestro pasado como proceso. Valoremos el
significado que adquiere dentro del mismo proceso de liberación y
apreciemos como los actores del presente se mueven con los
mismos intereses del pasado, como si el tiempo no hubiese
transcurrido en ese aspecto.
Ahora queda espacio para responder. ¿Somos el mismo país? Los
testigos de aquella Venezuela de 1830 son nuestros antepasados
en seis generaciones. Más o tal vez menos. Podríamos pensar en
otra realidad histórica nacional.

Entonces alguien comentaba que fuimos muy ingenuos y que hoy


parecemos otro tanto ingenuos. La dificultad principal es que hemos
sido catalogados dentro de la división internacional del trabajo como
productores exportadores de materia prima y compradores de
productos elaborados. Hemos jugado ese rol dentro del mismo
proceso de formación del capitalismo. Pero la independencia
económica exige un paso previo, que dejemos de pensar como
colonizados. Para eso se requiere de una revolución cultural.
Cuando nos dicen "El sueño del Libertador" está detrás aquella
ideología de sus enemigos que lo inmortalizaron en la historia como
a un Quijote soñador, un loco constructor de utopías. Reducen su
proyecto histórico que espera la continuidad de una estrategia
integradora que haga posible la fortaleza de una América Meridional
integrada por los intereses comunes. Esa ideología es proyectada
desde los intereses de las fuerzas de dominio colonial que operan
desde la modernidad temprana, como el proyecto de Francis Bacon,
arrebatar las colonias españolas, desintegrar al Imperio Español y
disponer de centros de acopio de las materias primas que requería
el desarrollo industrial.
En pocas palabras la verdadera conquista no está tanto en el dominio del territorio sino en adueñarse de las rutas marítimas.

Es necesario pensar la historia como un todo inseparable donde todo


acontecer fluye en cambio constante. Para este fin se requiere
anotar en cada neurona acudiendo a los automatismos de la red
mental de información. La clave del éxito está en un cambio de
paradigma y una metodología adecuada a semejante necesidad.

Pero la comprensión de la realidad histórica entendida no solo como


lo que ha sucedido sino como correa de transmisión con lo que está
sucediendo como historia en el mismo presente que estamos
viviendo es una premisa, pero falta algo que forma parte de la
realidad que estamos viviendo, porque lo que estamos estudiando
es la historia un conflicto, entendemos por necesidad aquella frase
repetida hasta el cansancio: “Con una visión fantasiosa de la historia,
no podemos tener una visión real del presente”. Aún con todo lo
expresado debemos también aclarar que vamos más allá del
historicismo entendido como lo explicaron los historiadores desde
finales del siglo XIX y principios del XX: consideraban partir de la
premisa de que el conocimiento del pasado es posible partiendo del
hecho de que la historia es resultado de acciones conscientemente
producidas y que los documentos históricos daban respuesta a
preguntas formuladas en el presente como si el razonamiento fuera
homogéneo y existiera permanencia del significado en los vestigios
materiales. La clave del sentido de la historia está en el presente
entendido como última fase del desarrollo histórico logrando
apropiarse del sentido de los vestigios del pasado.
Observemos el sentido de las dos láminas que reproducimos para la
reflexión y el debate.

¿Qué tanto han cambiado las perspectivas de los intereses coloniales?

En esos días cuando lo que quedaba de la Gran Colombia era


reconocido como Venezuela, Nueva Granada, Ecuador, Perú y
Bolivia; España reconocía la Independencia de Venezuela, ya los
ingleses habían enviado mineros y misioneros evangélicos para
establecer el contacto con la Indianidad y establecer la ocupación de
esta rivera del Esequibo Vibrador.
Esta realidad de Venezuela acosada internamente desde afuera con
cómplices internos no es ajena a lo que sucedía en los inicios de la
República de Venezuela. Hoy es más compleja porque los intereses
foráneos son más diversos. Los intereses de los múltiples actores
que se mueven dentro del conflicto llevan sus propios conflictos en
paralelo.

Vemos el escándalo diplomático en torno a la incursión del Barco de


la Exxon Mobil, explorando como en antaño. Después de semejante
hallazgo el Primer Ministro Guyanés es destituido. Pero estamos
seguros que no fue por el escándalo diplomático. Las petroleras
británicas, BP y la Shell que rivalizan con Exxon y Mobil deben estar
también detrás de esos ricos yacimientos. Queda otra rival PDVSA,
Venezuela tendría opción de explotar esos yacimientos en conjunto
con los Nuestros que los avecinan. Pero una PDVSA arrodillada a
los intereses foráneos es la que necesitan quienes pretenden
desconocer la legitimidad del Gobierno venezolano.
Esto apenas es un aspecto de los múltiples asuntos y actores que
se deben revisar a la hora de redactar una realidad nacional con
eventos que le amenazan cambiar el rumbo de un día para otro.

La pregunta del presente: ¿Hay imperios que decaen y otros que ascienden?

El proceso de desintegración del imperio español seguirá avanzando


durante el resto del siglo XIX, mientras los anglosajones continúan
desarrollando la revolución industrial. En este ambiente donde el
sistema-mundo produce un despegue civilizatorio que por primera
vez dejará atrás al Valle del Yangzé y a Indostán. Europa los deja
atrás en un proceso de aceleración técnico instrumental que yendo
Inglaterra y Escocia la vanguardia y luego Francia y el resto de
Europa a finales del siglo XVIII. Subrayamos la idea de una realidad
histórica que nos advierte que Europa no siempre fue el centro del
mundo político y económico y que su hegemonía económica, militar,
política y cultural sobre el mundo, es de corta data y que
corresponderá a la Ilustración producir una filosofía política que sólo
con Hegel alcanzará el esplendor definitivo al Eurocentrismo.
Hoy vemos como China retoma el proyectos histórico de la Ruta de
la Seda. Pensemos un instante la dimensión de lo que fue China
antes de todo este ruido de la modernidad y la postmodernidad.

Hasta 1520 cuando los turcos tomaron Constantinopla Europa era


periferia de este comercio internacional. Hoy China se aproxima a
ser de nuevo la primera economía del mundo. sin agredir ni invadir
más que produciendo y haciendo negocios. Detrás de eso que suena
tan simple existe un plan geopolítico comercial. Una labor de
hormiga y el respaldo de sus haberes en oro.
Si pensamos en lo que fue el tránsito a la Modernidad, lo que había
sido este mundo periférico mientras Oriente escribía poemas con
tinta e imprimía sobre papel, se orientaba con la brújula y jugaba con
artificios de pólvora. En Europa tiraban flechas y lanzaban piedras
con catapultas. Suena grotesco y hasta inverosímil para muchos,
pero no cuesta mucho sacar cuentas y revisar una historia integrada.

De manera que hay hitos históricos, acontecimientos que desbordan


los vasos de los factores dinámicos que la impulsan. Mientras los
otomanos les cierran el paso hacia el contacto directo con el
comercio. Europa importa talentos, se nutre de conocimiento y
cultura hasta que encuentra una gallina de los huevos de oro en un
territorio que bautizó América buscando una ruta comercial alterna
al paso cerrado por los otomanos.
Así comienza nuestra realidad política al incorporarnos al
mundo

Es cierto que en 36 horas nos queda tiempo apenas para la


ubicación hermenéutica que conciba la historia como el
conflicto entre las fuerzas del dominio colonial, que vistas
desde donde se habían asumido como metrópolis, porque
en la medida que avanza el tiempo histórico, los países de
la periferia asumen una relación de subordinación rebelde,
conscientes de su fuerza de resistencia liberadora.
Por eso nos queda la alternativa de hacer de este espacio
académico, un laboratorio, un lugar donde adquirir técnicas
que nos permitan reducir los hitos históricos, que nos
permitan, ordenar el disco duro para interpretar los
procesos. Concebir nuestra historia como una ecuación
donde se confrontan los vectores de la fuerza de dominio
colonial contra los vectores de la resistencia liberadora.
Dijimos que la matemática nos había enseñado a visualizar
la realidad histórica de manera simplificada, reducida a su
más simple forma de expresar. Una realidad histórica
concreta también podemos acudir a los símbolos. Incluso ir
al momento primordial de la historia de nuestra América, en
la Isla de Quisqueya, la Reina de los Mares. Una ecuación,
donde el mar representa al signo igual, o las flechas que
nos advierten que del otro lado vinen las fuerzas de
dominación cultural, mental, religiosa, económica y que de
este lado se encuentran las fuerzas de resistencia
liberadora.
Con los cuatro principios que el doctor José Manuel Briceño
Guerrero estableció un cuerpo filosófico para la
interpretación del criollo, mantuano, representados con
símbolos en una de las láminas que preceden. No fueron
representados de manera casual. Tiene toda una
intencionalidad teórica porque nos permite establecer
relación dialéctica entre estos principios constitutivos de la
cosmovisión o weltanschauung. Al cruzar el Atlántico, vale
decir, a este lado de la ecuación.
Esos mismos principios que allá lo constituyeron, al venir
con su señorío, en nombre de la Corona, bendito por la
Cruz, y racionalizado con los mapas y cartas de
navegación, fundando cada cuartel, cada Real Audiencia,
cada catedral y cada Universidad. Se han transformado, en
este lado de la ecuación, nada menos y nada más que en
vectores de la fuerza de dominio colonial que los solemos
representar de esta manera:

Fuente: http://reveroneloy.blogspot.com/2019/02/comprension-de-la-realidad-nacional_3.html

You might also like