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FAUSTO--SU PSICOLOGIA y

SU SIMBOLISMO
POR ENRIQUE O. ARAGON

Pensar y amar, amar y pensar--he aquí las dos principales h-


nalidades de la vida humana-, pero pensar no en lo absoluto. cul-
tivando la inteligencia pura, ni amar de un modo exclusivo. con el
aspecto de bestialidad.
Consagrar toda la existencia rindiendo sólo tributo a la razón.
sería tanto como admirar a un inmenso sol. pero con sus rayos
desprovistos de calor. Gran claridad, pero de un sol frío que mata-
ría la vida. De análoga manera. amar, pero sólo experimentando las
satisfacciones bajas de la carnalidad y concupiscencia. sería tanto
como aceptar un mundo de tinieblas, cálido en esencia. pero antro
infernal en que se agitarían los monstruos de la simple animalidad,
pero sin una luz que purihcase lo sensual.
Por eso los dioses paganos del Olimpo helénico amaban y tenían
pasiones como los hombres. acercándose a éstos y rebajando un
poco su profunda clarividencia; y por eso talTIbién los hombres en
el amor platónico idealizaron la voluptuosidad de Eros, acercándose
a lo celeste y agregando a ella el culto del •• nous •" que era el contacto
que tenían los griegos para aspirar a la inlTIortalidad.

He ahí al viejo doctor Fausto, encerrado en la torre del castillo y


ex convento de Maulbron. Los años pesan sobre los hombros del
caduco médico. que yace en su recinto. en medio del polvo que por
todas partes cubre libros y antiguos papiros en los que anidan las
arañas. Encuéntrase rodeado de multitud de animales y alimañas
disecados: sapos ponzoñosos que habitaron los pozos y cisternas de
Kafarnaum; cocodrilos de las márgenes del Nilo; serpientes vene-
nosas de la India que, como la cobra. aprovechando su baba, ésta
cura los ataques epilépticos; murciélagos desplegando sus aladas
mano,s como si se quitasen sus negras capas; esqueletos de vampiros.
que vivos, según la conseja. chupan la sangre de los niños; frascos
con piezas anatómicas conservadas. y retortas en el horno, con in-

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gredientes misteriosos. En el laboratorio hay hojas de Nepinthis.
cuya infusión. tomada. hace desaparecer el llanto; mandrágoras en-
vueltas en su sudario y arrancadas de bajo la horca ~ media noche:
ellas. se dice. que por su forma copiando las de Adán y Eva. tapizan
el paraíso terrenal; cicutas mortales. como la que bebió Sócrates;
estramonio que en fumigación cura el asma; adormideras de múlti-
ples variedades que con su opio fabrican mundos artificiales. llenos
de ilusiones. y en fin. yerbas locas para producir todos los delirios
desde el que causa el haschich hasta el que produce el beleño.
En su afán desmedido de conocimiento. el doctor Fausto adqui-
rió los secretos del ocultismo de Oriente. desde las teorías obscuras
de los Upanishads y los Puranahs. hasta las práctico-cabalísticas del
Zend.Avesta de Zoroastro y del libro de los muertos. de Clemente de
Alejandría. .. Descifró los jeroglíhcos egipcios y las inscripciones
mágicas caldeas; se inició en el Pitagorismo. del cual aprendió de
memoria sus versos dorados y los escritos de Apolonia de Thiemes.
y supo de la tabla de esmeralda de Hermes Trismegisto. base de la
alquimia primitiva. Transmutar los metales en oro y hacer éste po-
table. sacándolo de los crisoles para. como elíxir de larga vida. alcan-
zar la juventud perpetua; hallar la piedra filosofal. tremendo desi-
derátum que continuaron buscando con afán. en el siglo XIII. Roge-
rio Bacon y Raymundo Lulio; en los siglos XIV y XV. Nicolás Flam-
mel y Bico de la Mirandola. yen el XVI. Cornelio Agripa. Nostrada-
mus y Paracelso. este último de quien se decía que era el más loco
de los médicos y el más médico de los locos.
Como ellos. el doctor Fausto fue astrólogo y consultó seguido
las 12 casas del Zodíaco con sus signos correspondientes. interro-
gando en el espacio el destino fatal de los hombres; y como Hamlet.
preguntó también. según un cuadro de Dilacroix. su misterio a un
pobre cráneo exhumado del cementerio: "dime tú. osamenta hueca.
¿qué albergaste en tu interior? ¿materia? ¿alma? ¿odio? ¿amor? ¿y me
miras con tus órbitas huecas. teniendo más mirada que yo que te
examino?
Por eso en su pesimismo completo y al ser fallados todos 8US pla-
nes. Fausto. reducido casi a una piel rugosa como de momia pegada
a un mísero armazón. ser que nunca tuvo una sonrisa de mujer de-
dicada a él. ni tampoco una de sus manos que se posara sobre su
calenturienta frente para dulcificar su falso ascetismo científico.
exclamó. diciéndole a Wagner su discípulo: "¿Podría ser un perga-
mino la divina frente en que nuestra alma apagase su sed eterna?
,
corazon.
..
Nunca estaréis consolado si el consuelo no sale de vuestro propio

y al proferir tal máxima. Fausto. decepcionado. intenta el suicidio.


pero no por exceso de amor. como Werther. sino por falta del mismo.

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por defecto, y entonces, al rendir la jornada, sin que ninguna fibra de
su corazón se haya conmovido por el ardor que baja al cuerpo cuando
la boca besa, y sin tampoco poder en el tiempo desandar el camino
estéril e inútilmente recorrido, agrega Fausto al empuñar la copa
letal: "yo te saludo, redoma solitaria porque en el licor que guardas.
contienes en tus negr,as alas todas las fuerzas que dan la muerte. Sal
del estuche en que has estado oculta y permite que descuidando 10
artístico de la obra del orfebre que te cinceló, con la libación, al su-
cumbir, espere en el más allá la aurora de un día más bello ". Y cuan-
do la copa la intenta llevar a los labios, es interrumpido por el sonido
argentino de las campanas de las iglesias vecinas y por un coro de
ángeles. que festejan solemnemente el más grande suceso para la
cristiandad: la Pascua de Resurrección, o sea el ascenso del Señor a
los cielos, y con él. la gloria excelsa.
y sobrecogido suspende su intento, su conato de supresión de
sí mismo, pero para entregar su alma. en un momento de desespera-
ción, duda y arrebato, al espíritu demoníaco, ente rebelde a quien
invoca y que con el Ser Supremo ha hecho la apuesta de librar tre-
menda batalla en el mundo. aniquilando el bien para entronizar el
mal. Mefisto, que con su reto a Dios y como espíritu de negación, no
va sino a afirmar más 10 existente. La negación no puede definirse
sino por la afirmación de 10 que es 10 contrario. Ella puede ser traída
a la afirmación misma, porque negar que una cosa sea, es afirmar
que no es. y para ello supone necesariamente una idea anterior del
objeto sobre el cual recae y que ya es. pues no se puede negar 10 que
no se concibe, Satán, al negar el poderío de Dios. no va sino a con-
firmar la doctrina panteísta de su existencia en el universo entero.
Fausto, bajo la influencia de un maleficio resurge a la vida-se
rejuvenece-; gallardía y lozanía se entregan a su organismo. previo
pacto infernal. y la sangre comienza otra vez a circular con gran vi-
gor en sus arterias hechas eiásticas y dando agilidad a los miembros.
Transformado en apuesto doncel. adonis germánico con el aspecto de
un Sigfrido y con el porte de un príncipe, se busca para él entonces
a la doncella hermosa e ingenua que pueda realizar la dicha. y se
encuentra tal sortilegio en la Gretchen de las trenzas de oro y de los
ojos claros. en la Margarita rubia e hija del pueblo, en la admirable
criatura toda castidad y virtud y a quien, como ha dicho Paul de Saint
Victor, la pintura ha reproducido, en parangón con las vírgenes de
Rafael. sus sencillas posturas, de modo que si hay "la virgen de la
silla ", "la virgen del velo ", y "la virgen del jilguero", hay también
"Margarita en la rueca", "Margarita saliendo del templo'" "Mar-
garita en la fuente" y "Margarita en el jardín". Margarita, en fin, que
rivaliza con Beatriz y con Ofelia. sus hermanas gemelas en el arte,
pero a quienes supera en donosura y candidez, y es con ella con la
que, previa la seducción mediante las joyas tentadoras, ~e entrega

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Fausto al mayor deliquio. en que no sólo se unen 105 cuerpos. sino
comulgan las almas. Margarita. cándida por naturaleza. se entrega
como se entregan los inocentes cuando se les pide 10 que ,ellos juzgan
candor y pureza; el que ama ignora que amar es no !sólo gozar. sino
también sufrir: la felicidad se compra al precio del dolor.
I
y bien pronto Margarita sufre. siente en su vientre los primeros
síntomas de la maternid'ad. los primeros latidos del vástago que se
estremece y palpita. hijo concebido en horas inefables de suprema
aventura. pero sin que dicha aventura menne después de la caída
la predestinación de la pecadora trágica. que agrava su condición
tanto por la muerte de Valentín. el hermano sacrificado en defensa
del honor. como por el estrangulamiento llevado a cabo por ella del
producto de sus entrañas.
Entonces. en Alemania. las infanticidas eran condenadas a la de-
capitación. a la hoguera. o disminuyendo el castigo. amarradas se
las arrojaba al Rhin desde 10 alto de los puentes. para perecer ahoga-
das en las aguas profundas del río. que aun guarda en su fondo la
copa del rey de T ulé y en cuyas verdes ondas habitan todavía las
ninfas W oglinda. Welgunda y Floshilda.
A las infanticidas se las confundía con las hechiceras. que no
fueron en el siglo XVII menos de 80.000 las sujetadas a tOlmento.
Pobres rn.ujeres llevadas como heréticas al tribunal de la penitenciá
y sojuzgadas en virtud de las contiendas religiosas del Imperio y
después de 100 años que un monje agustino. Lutero. había hecho la
Reforma.
Margarita es conducida a la cárcel y el drama sigue implacable;
no sería tan profundamente impresionante si no estuviera salpicado
de vez en cuando por escenas cómicas unas y raras las otras.
Cómicas como la de la taberna de Auerbach. en Leipzig. en donde
el diablo. con Fausto. va a burlarse de los estudiantes que están be-
biendo al compás de la canción:

Bebamos. bebamos de todos los vinos,


Bebamos cual beben quinientos cochinos.

El diablo, como hábil prestidigitador. hace brotar {uego y vino


de las mesas. así como a causa de un aporte maldito trae racimos de
uvas que no hay que tocar. porque si no. desaparecen. pero los be-
bedores. impacientes y ebrios. no hacen caso del consejo; toman sus
cuchillos para cortarlos y en el acto se desvanece el encantamiento.
encontrándose Brander. Scibel y comparsa cogiéndose mutuamente
sus narices. para muti1arse también recíprocamente. mientras el
bribón provocador del hecho desaparece con su compañero envuelto
en humo.

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Como escena rara y espeluznante hay que citar, a su vez, la danza
de la noche del sábado. Figuraos una vasta landa en el claro del bos-
que, con un dolmen céltico en medio a guisa de altar, a donde se va
a celebrar la misa negra. Alrededor, viejas que queman perfuTIles
de plantas funerarias y desechos robados a las tumbas. En el centro,
Satán con su veste roja. Su forma es mitad de hOTIlbre y TIlitad de
macho cabrío, del cual tiene los cuernos y la barba; además, posee
una larga cola de buey; sus manos terminan en terribles garras, y de
sus pies, uno que es con el que cojea, tiene el casco de caballo, TIlien-
tras el otro posee el aspecto de una pata de ganso. A su alrededor,
brujas montadas en sendas escobas, hechiceras forTIladas en cadena
cerrada y mujeres de bellas formas mezcladas con siluetas de fi50-
nOTIlía espectral. monstruosas y grotescas: todo. todo gira, gira dando
gritos desordenados, TIlientras otros bailarines toman en la orgía si-
niestra una bebida de sabor nauseabundo y olor a TIladera podrida,
y todo, todo gira, gira, en ese baile del Walpurgis que se celebra en
el Broken. Aquelarre a la luz de la luna, interceptada frecuentemente
por las nubes y en que las sombras malignas de las tinieblas desfilan,
llenando el aire con sus blasfemiaS' y espumarajos sacrílegos, y todo,
todo gira, gira en frenesí macabro hasta que el gallo canta anuncian-
do el nuevo día.
Allá. a lo lejos, Margarita. en su calabozo, orando, y fuera, el ca-
dalso en espera de la ejecución final. Pero antes de la consumación
de la justicia fiera e iTIlpía. Mefisto y Fausto emprenden veloz ca-
balgata a través del espacio. salvando selvas y TIlontañas. valles y
precipicios. para abrir las puertas de la prisión y huír con la preciada
carga rescatada, antes que la luz asome en el aTIlanecer y cuando pa-
lidecen las estrellas. Y al llegar invocando la libertad deseada, sólo
tienf.;! Fausto el tiempo para recibir en su regazo a Margarita, quien
en éxtasis religioso muere, por lo que a la voz de su amante: "está
perdida", responde una voz de lo alto: "está salvada", mientras el
alTIla de ella beatíficamente se desprende, dirigiéndose hacia las re-
giones siderales, envuelta en el sutil vapor que como gasa la acom-
paña en su ascenso en estado de santidad. Al perdonar el T odopode-
roso a la arrepentida de sus culpas, •'Santa Margarita" profieren
los serafines y "Santa Margarita" profiere COTIlO eco el mundo. En
esta primera vez Satán ha perdido la partida.

El imperturbable Cronos, con el reloj de arena al lado, entrega a


los seres y a las cosas al más perfecto olvido, nivelándolas y como si
nunca hubieran existido. Ha borrado del pasado de Fausto toda
huella, todo recuerdo, toda añoranza, y ha substituído su pesimismo
por el optimismo más completo y por la más aTIlplia alegría del vivir.

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Con Belcebú por mentor. ahora es una especie de Merlín. dueño
de un palacio encantado en que como Señor no hay deseos que no
satisfaga ni orden de él que no se cumpla. Posee extensas y ricas
tierras. súbditos numerosos y poderío inmenso. Voluntad de poder y
de mando. para lo que cuenta con talismanes como los de Las MJ
y Una Noches. El ayuda a las huestes del emperador Carlos V e
inclina en los combates y en la guerra el triunfo a su favor. Hay
bancarrota en la Hacienda Pública. inventa el papel moneda. modo
fácil de resolver la cuestión. La tierra es árida. levanta cosechas: es
un páramo, la transforma su oasis. De paso por su antiguo laborato~
rio y vuelto a encontrar con Wagner, éste en su pedante soberbia lo
hace testigo de la fabricación más importante que pueda haber en
todos los tiempos: la fabricación de la vida y del hombre mismo en el
seno de una probeta.
Asiste al éxito (sic) más estupendo de la inteligencia, al combinar
substancias e ingredientes que en la masa de una mezcla cristalizan
noblemente, dando lugar no por el mecanismo antiguo. al nacimiento
sin padres conocidos ni efectivos del "homúnculus". ¡Y, sin embargo,
no hay bancarrota mayor! El "hominideo " es la parodia más ridícula de
la humanidad, histrión y bufón que va a acompañar a Fausto y a Me~
fisto en sus correrías, feto deforme y burlesco que para su insignih~
cante pequeñez los enanos son prodigio. El morirá bien pronto: qué
digo, ni llegó a nacer, vana y pura ilusión de los sentidos, porque la
ciencia no ha llegado nunca a anunciar ninguna arcilla o barro, sino
a ofrecer en su presunción académica con el aspecto de celdillas. lo
que no son celdillas. sino corpúsculos materiales y minúsculos que se
mueven mecánicamente, pero que no se muestran en el sentido es-
tricto del término, que no asimilan y que no poseen el hálito inefable
que los anima. Es más disculpable Pignuleón como artista, viendo
en delirio la transformación en carne del mármol de la estatua de
Galatea, que cinceló. Pero para los productos de la razón y del enten~
dimiento, para el racionalismo hlosóhco, hay un límite que nunca se
ha traspasado y una barrera que jamás se franqueará. sino que que~
dará agnóstica en esencia: el misterio, concepto metafísico y tras~
cendente de la generación.

Pero para los fracasos de la acción, vuelve a decir Astarot a Fausto


al oído, hay un remedio, ya lo sabes, es ei amor: pídelo y lo tendrás.
Para eso cuentas con tiempo y con dinero.
Fausto, en su perenne inquietud, solicita entonces la belleza anti~
gua más admirable, la hermosura clásica, arquetipo del arte e hija
de Tíndaro y de Leda, que ha sido cantada por Homero y que provocó

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la epopeya más grandiosa con la toma de Yllion. disputándosela.
pueblos y dioses. héroes y semidioses. Y viene Elena más bella que
la Sulamita de Salomón. del Cantar de los Cantares; más atractiva
que la Venus Astarté naciendo de la espuma del mar. y más subli-
me que aquella reina Cleopatra. que bebía las perlas en copa después
de disolverlas. "Mujer maravillosa a quien el himeneo y la escla-
vitud no alteran en lo más mínimo sus formas puras. ni sus líneas
siempre irreprochables que han quedado como módulos imperece-
deros de la b~lleza ideal. Mujer que desencadenó la guerra de Troya
y que al burlar a Menelao. el esposo ultrajado. dejó también sin gracia
las hguras más notables de su alcoba. quitándoles la vista. porque
al abandonar el domicilio conyugal, la mujer amada apagó los ojos
de las estatuas que lo decoraban. La pureza de su mirada daba luz
a las pupilas pétreas. al ausentarse ella. las esculturas volvieron a ser
ídolos ciegos."
y es Elena la que. uniendo el mundo antiguo con el moderno. llega
al tálamo soñado. con este nuevo Paris. siempre sediento e intranquilo.
que se llama Fausto.

y de las nupcias de Fausto y Elena. de Elena y Fausto, nació Eu-


forión. el maravilloso niño. que ligero como Ariel y prendado del
inhnito. sube en el espacio azul con la inspiración de su lira y con la
aureola del genio romántico que se desvanece en el éter impalpable
a donde lo sigue Elena. y la que a su vez de la flotante vestidura hace
alas que en seguida se esfuman y se pierden en rocío. como el vapor
de agua que se condensa en las flores en una plácida mañana.

Fausto queda solo y así permanece por algún tiempo. pero enve-
jeciendo rápidamente. Declinando, y en este ocaso de arrebol. mer-
mando sus energías. Ciega. pero conserva su luz interior. ¡Ah. si
volviera otra vez la juventud!. pero ¿para qué? porque si millares
de veces rejuveneciera. millares de veces volvería a la senectud ...
cumpliendo con su ciclo. Sin embargo. intenta... balbute y nada le res-
ponde. sólo Mehsto al lado. pendiente para llevarse su alma. que
por lo que toca al cuerpo. éste será entregado a los gusanos.

¡Pero milagro! a pesar de que en sus vastos dominios, ~~usto


no tiene una cruz. de más lejanos conhnes llega a su oído debilItado
el toque del carrillón de una ermita. que realiza el prodigio. Es la
llamada del Dios de misericordia que lo recibe en su seno. mientras
una lluvia de flores cae sobre sus despojos. Muere Fausto y es reci-
bido en lo alto por la intercesión de Margarita. que con las tres
más grandes pecadoras de la historia: María de Magdalena. la Sa-
maritana y María Egipciaca. han interpuesto sus plegarias ante el
Ser supremo: "Señor. perdónalo y recíbelo en tus esferas superiores."

y ante la aquiescencia. Margarita. la mujer penitente que pecó


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con él. es la misma mujer puri6cada que lo conduce ante el juicio
del Omnipotente. que con su amor abre los brazos a todos los seres..
y mie~tras se entona un hosanna de alegría. Satán. vencido por
segunda vez. huye con su falange al averno. El eterno femenino ha
operado la redención.

Fausto ha sido Goethe. y Goethe. el gran poeta lírico alemán ha


sido Fausto. A principios dei siglo XIX. se cierne sobre la Europa
entera como un consuelo. a pesar de las luchas de los ejércitos y de los
clarines de los soldados. el espíritu romántico de la época. de los treinta
primeros años del siglo. Lo mismo en Francia que en Inglaterra y
lo mismo en Italia que en Alemania; y Goethe. como representante
del romanticismo germánico. Goethe a semejanza de Don Juan
durante su última noche. pasa revista al eterno femenino: a sus he-
roínas sacadas de su vida real: Federica. que es Margarita. Elena.
Mignon. Carlota. Dorotea. Ifigenia. todas ellas que dieron valor a su
existencia.
Mujeres que me escuchá·is. sed el eterno femenino nuestro. pero
que cada una de vosotras sea una y sola Margarita. para un solo
y único Fausto. Evitemos la tragedia siendo constantes uno con otro.
Colocad siempre vuestras perfumadas flores entre las páginas del
libro de los hombres para aromatizar nuestra pobre sabiduría. y
vosotros. hombres. consagrad cada quien-vuestro saber a una sola
representante del eterno femenino. la patria misma. en prenda del
amor que nos une a ella y que de este consorcio espiritual resulte
el hijo fecundo que con su fe siempre estará pronto a conservar la
humanidad.

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