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Sankt-Paul-Insel
ATLAS
DE

ISLAS
REMOTAS
DE

Judith Schalansky

Cincuenta islas
en las que nunca estuve
y a las que nunca iré

T R A D U C C IÓ N DE

Isa bel G. Gamero

CRÍTICA
Título original:
Atlas der Abgelegenen Inseln.
Fünfzig Inseln, aufdenen ich nie war und niemals sein werde.

Judith Schalansky (Greifswald, antigua RDA, 1980) es una escritora, diseñadora gráfica y
editora alemana. Estudió Historia del Arte en la Universidad de Berlín y Diseño de la Com u­
nicación en la FH Potsdam. Novelista reconocida, ganadora de un prem io como diseñadora
gráfica y gran aficionada a los atlas desde pequeña, ha trabajado en este libro durante años,
creando su propio atlas de los lugares más solitarios del mundo.
Estas islas son tan poco accesibles que hasta finales de los años noventa más personas habían
puesto el pie en la luna que en la isla de Pedro I en el Antártico.

Diseño de portada: Judith Schalansky

© Judith Schalansky, por el libro, los textos y el diseño gráfico


© Isabel G. Gamero, por la traducción
Maquetación: Juan José Junquera
La presente edición ha sido licenciada a Ediciones Culturales Paidós por los propietarios de
los derechos mundiales en español, Capitán S w in gy N órdica Libros (Madrid)

Derechos exclusivos en español para Latinoam érica

© 2015, Ediciones Culturales Paidós, S.A. de C.V.


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Prim era edición: ju n io de 2015


ISBN: 978- 607- 8406- 98-2

Impreso en los talleres de L itográfica Ingram ex, S.A. de C.V.


Centeno núm. 162- 1, colonia Granjas Esm eralda, M éxico, D.F.
Impreso y hecho en M éxico - P rin ted a n d made in México
índice

TIER RA OCÉANO PACÍFICO


A LA VISTA
In tro d u cció n / N ap u ka
R apa Iti
PREFACIO R obinson C rusoe 74
El P araíso es u n a isla, Howland
el In fiern o tam bién 11 Isla M acq u arie
F an g ata u fa
OCÉANO A tlasov
GLACIAL ÁRTICO T aon gi 84
Isla N orfolk
Soledad 26 P ukap u k a
Isla del Oso 28 Isla de las A n típod as
Isla R odolfo 30 F lorean a
B añaba 94
OCÉANO Isla Cam pbell
ATLÁNTICO P in gelap
Isla de P ascua
San ta K ild a 34 P itca irn
A scen sión 36 Sem isopochnoi
B rava 38 C lip p erto n
A nnobón/Año Bueno 40 R aoul
San ta H elena 42 S ocorro 1 1o
T rin id ad 44 Iw o Jim a
Isla B ouvet 46 San Jorge
T ristá n de A cu ñ a 48 T ik o p ia 11 tí
T h u le Sur 50 P agan a 118
Isla de los Cocos
OCÉANO Takuu 122
ÍNDICO
OCÉANO ANTARTICO
San Pablo 54
Islas K e e lin g d e l Sur 56 L a u ría 126
Posesión 5« Isla D ecep ción
D iego G arcía 60 Isla de F ra n k lin
Á m sterdam 62 Pedro I
N avidad 64
T ro m elin 66 GLOSARIO 154

ÍNDICE ONOMÁSTICO
TIERRA A LA VISTA
INTROD UCCIÓN
Introducción

E s t e a t l a s es, com o t o d o s l o s a t l a s , el resultado de un viaje de aventuras y


descubrim ientos. Todo com enzó hace tres años en la sala cartográfica de la Bi­
blioteca Estatal de B erlín, m ientras cam inaba alrededor de un globo terráqueo
del tam año de un hombre e iba leyendo los nom bres de los m inúsculos pedazos
de tierra que aparecían dispersos sobre la inm ensidad del océano. Su lejanía y mi
descon ocim ien to supusieron una invitación para com enzar a investigar.
Cada una de estas islas me resultaba un m isterio y una prom esa, com o aque­
llos espacios en blanco que en los mapas antiguos señalaban los lím ites del m u n ­
do conocido. Tenía la im presión de que el m undo aún no había sido descubierto
por com pleto, com o si nadie hubiera cruzado los mares rodeando toda la esfera
terrestre. Me sen tía casi como si me hubiera enrolado en un barco con la esp e­
ranza de ser la prim era persona en avistar una tierra desconocida o desem barcar
en una isla nunca antes hollada; y tendría además la oportunidad de escribir so­
bre mis descubrim ientos en los atlas de la posteridad. Pero en realidad ha pasado
m ucho tiem po desde la época de los descubrim ientos, ya se han acabado aquellos
días cuando en cada viaje alrededor del m undo se encontraban nuevas islas y se
bautizaban sus costas. La única posibilidad que me quedaba era em prender mi
propio viaje en la B iblioteca, im pulsada por el deseo de encontrar mi propia isla
en mapas antiguos y raros, y en las crónicas de los prim eros descubridores de
lugares rem otos. No me guiaba n ingún afán colon ialista, tan solo pretendía su ­
perar mi nostalgia por aquellos tiem pos de aventuras.
En mi im aginación, estas islas eran un lugar paradisíaco y utópico; repre­
sentaban además una aspiración, com partida probablem ente por todos los h u ­
manos: la de encontrar el lugar p erfecto, lejos del m undanal ruido, un espacio
único para recuperar la tranquilidad, encontrarse a uno m ism o y poder con cen ­
trarse, por fin , en lo que verdaderam ente im porta.

S in e m b a rg o , en mi v i a j e no encontré n ingún escenario idílico que calm ara mi


agitada existencia; todo lo contrario, en ocasiones deseé no haber descubierto
algunos de estos lugares inquietantes y desolados, donde solo abundaban hechos
terribles y com pletam ente desdichados. M ientras descubría y redactaba, una a
una, esas som brías historias, com encé a beber ingentes litros de jugo de naran­
ja para p revenir el escorbuto que tanto había afectado a los m arineros protago­
nistas de algunos de estos relatos; y aunque en un prim er m om ento m e sen tía
bastante deprim ida, acabé sintiénd om e extrañam ente cóm oda y disfrutando de
cada una de las historias.
Me sen tía como ante una de esas pinturas del Juicio Final que cautivan la
m irada del espectador con sus tortuosas representaciones del Infierno, repletas
Introducción

de bestias aterradoras y de descripciones m inuciosam ente detalladas de crueles


técnicas de tortura. Sin duda este libro no m uestra el Jardín de las Delicias; el
Paraíso puede parecer idílico, pero no resulta nada interesante.

P r e g u n t a r s o b r e l a v e r a c id a d de estos relatos no es p ertin en te, ya que no se


le puede dar una respuesta defin itiva. No he inventado ni un solo hecho de estas
páginas, sino que los he encontrado todos ellos en narraciones de otros. D escu ­
brí estas historias y las h ice m ías, com o hacían los antiguos m arinos con las tie ­
rras recién descubiertas. Puedo asegurar que he investigado todos los textos que
com ponen el libro y corroborado en d istin tas fuentes cada detalle; pero aun así,
no resulta posible saber con certeza si todo sucedió exactam ente com o es narra­
do, porque la realidad de una isla no se puede reducir a sus coordenadas g eo ­
gráficas y su historia, sino que hay que ten er en cuenta tam bién todo lo que se
ha proyectado o im aginado sobre ellas. Investigar con m étodos de verificación
cien tífica lo que sucedió en cada una de estas islas no será nunca su ficien te, pero
siem pre nos quedan recursos literarios.
Este atlas no es, por lo tanto, un m anual de geografía, sino un proyecto p o é­
tico; y parto de la sigu ien te prem isa: una vez que resulta posible viajar alrededor
de todo el globo terráqueo, solo nos queda un reto: perm anecer en casa y d escu ­
brirlo desde allí.

J U D IT H S C H A L A N S K Y

Berlín, ju n io de 2011
PREFACIO
EL PARAISO E S UNA ISLA ,
EL IN FIERN O TAM BIÉN
‘Prefacio

L a g r a n m a y o r ía d e l o s n iñ o s apasionados por los atlas nunca ha viajado al


extranjero durante su infancia, o al m enos ese fue m i caso. Crecí entre las pá­
ginas de un atlas y en mi clase había una chica en cuyo pasaporte constaba que
había nacido en H elsinki. Esto era inconcebible para mí: H -e -I -s-i-n -k -i. Estas
ocho letras significaban para m í la llave hacia un nuevo m undo desconocido. In­
cluso hoy en día me asombran y extrañan los alem anes nacidos en Nairobi o Los
A ngeles, por poner un ejem plo, y no puedo dejar de preguntarles por sus vidas
y pedirles que me cu en ten sus historias más extrañas; m e interesan tanto como
si provinieran de la Atlántida, T hule o El Dorado. Sé, por supuesto, que Nairobi
y Los Angeles existen , que son au ténticas ciudades que aparecen en los mapas;
pero el hecho de que alguien haya estado en esos lugares o incluso haya nacido
allí me sigue resultando em ocionante.
Probablem ente m e atraían tanto los atlas porque con sus líneas, colores y
nombres reem plazaban los lugares reales que no podía visitar; pero segu í sin ­
tiendo esta atracción incluso cuando todo em pezaba a cambiar: las fronteras fís i­
cas y em ocionales de m i país natal desaparecieron de los mapas y podíam os viajar
librem ente por el mundo.
A ntes del cam bio ya m e había acostum b rad o a viajar con el dedo ín d ice
sobre un alta s, su su rran d o n om bres de p a íses ex tra n jero s, en la co n q u ista de
tierra s lejan as d esd e la sala de esta r de m is padres. Mi p rim er atlas se lla m a ­
ba E l A tla s p a r a todo e l m undo y, com o todos los d em ás, estaba co m p r o m eti­
do con una clara id e o lo g ía . M ostraba su p rop ia im agen del m u n do, con una
ev id en cia in c u e stio n a b le y a doble p á g in a , con el tam año su fic ie n te para que
cada una de las rep ú b licas alem an as ocupara una p ágin a d ife r e n te . E ntre
ella s no había n in g ú n m u ro, n in g ú n te ló n de acero, sin o solo un p lie g u e b la n ­
co, b rilla n te y cegad or que en m arcab a cada p ágin a y resu ltab a to ta lm en te
irreb asab le.
En los mapas escolares de la Alem ania del Este se señalaba el carácter pro­
visional de la República Dem ocrática Alem ana con una línea d iscontinua, que
enm arcaba un territorio designado con las m isteriosas siglas SBZ \Sowjetische
B esatzungszone, territorio ocupado por los so v iético s]. Aunque solo me di cuenta
de esta d iferencia más adelante, cuando tuve que m em orizar el nombre de ríos y
m ontañas de mi país natal, que aparecían representados con el doble de su tam a­
ño acostum brado.
Desde ese m om ento desconfío de los mapas políticos, donde cada país queda
recortado como una silueta de color sobre el mar azul. Estos mapas enseguida se
vuelven obsoletos y no dan m uchos más datos, aparte de quién gobierna cada m an­
cha de color.
Prefacio

Los mapas resultan mucho más inform ativos cuando no segm entan la tierra en
distintas naciones, sino que superan e ignoran las fronteras creadas por los hu­
m anos. En los mapas topográficos las masas de tierra van cam biando sus colores
brillantes, sin cortes abruptos, desde el verde oscuro de las p lan icies, pasando
por el m arrón rojizo de las m ontañas y hasta llegar al blanco glacial de las zonas
polares; y los mares se extiend en por su parte, en todos los tonos posibles de azul,
ajenos al curso de la historia.
Por supuesto que estos mapas, con su inclem ente gen eralización, apaci­
guan el carácter agreste de la naturaleza, por reducir la m ultiplicidad de la de
la au tén tica geografía, reem plazarla con signos convencionales y decidir si unos
cuantos árboles con stitu yen o no un bosque, o si m erece la pena señalar un rastro
de huellas hum anas como un sendero o un cam ino. De este modo las autopistas
en los mapas se extiend en con una am plitud contradictoria; una ciudad alem ana
de un m illón de habitantes es representada con el m ism o icono que una ciudad
china, una bahía ártica brilla con el m ism o azul que una pacífica, porque ambas
tien en la m ism a profundidad, y los prim eros icebergs que se levantaron sobre el
mar perm anecen ignorados.
Los mapas son al m ism o tiem po abstractos y concretos y, pese a su objeti­
vidad, com pletam ente m edida y calculada, no pueden m ostrar la realidad, sino
solo su propia interpretación de la m ism a, en ocasiones bastante tem eraria.

L as lí n e a s d e l o s mapas dem uestran ser auténticas artistas de la transform a­


ción; con su fría estructura m atem ática recortan m eridianos y paralelos, sin
ten er consideración alguna por la d iferencia entre tierra y mar; convierten ade­
más m ontañas, valles y fosas m arinas en meras líneas de altura; y procuran, con
la ayuda de tonos oscuros y sombras, que la Tierra m antenga su corporalidad.
Pero, más allá de esta frialdad, recorrer un mapa con el dedo índ ice p u e­
de ser entendido como un gesto erótico; esto me resultó m eridianam ente claro
cuando en la B iblioteca Estatal de Berlín me encontré por prim era vez un atlas
en relieve. Era un globo terráqueo con todas sus curvas rugosas, sus alturas y
sus profundidades, y, por prim era vez, todas sus su perficies se h icieron obsce­
nam ente tangibles para m í, desde la insondable Fosa de las M arianas hasta las
inalcanzables cim as del Himalaya.
Un globo terráqueo representa la Tierra con más fidelidad que una colección
de mapas en un atlas y por esto mismo puede despertar el espíritu viajero de los más
jóvenes. La forma esférica de la Tierra resulta además tan maravillosa como pro­
blemática; su perpetuo m ovim iento es ilim itado e irrefrenable, no distingue arriba
de abajo ni principio de fin, y la mitad de su superficie perm anece siem pre oculta.
‘P refacio

En cam bio, en l o s a t l a s , la Tierra parece tan p lan ay alcanzable como la im agen


que durante tanto tiem po se tuvo de ella, antes de que los exploradores d escu ­
brieran y dieran nom bres a todos los espacios en blanco de los mapas y nos sal­
varan de los inquietantes m onstruos m arinos y otras aterradoras criaturas que
poblaban sus m árgenes. Al final, aquel ingente con tin en te deseado del Polo Sur
del planeta tam bién fue condenado a desaparecer y su nombre se reveló como
doblem ente falso: Terra au stralis incógnita, porque ¿si no se conoce una tierra,
cómo puede recibir un nombre?
P retender hacer visible el m undo entero en una única representación bi-
dim ensional presenta problem as, que incluso en nuestros días no han sido solu ­
cionados de form a satisfactoria. Todas las representaciones m uestran la Tierra
distorsionada: o bien las distancias no se ajustan a la realidad, o bien los extrem os
quedan deform ados y no se corresponden con su verdadera extensión. Si se dibu­
ja un mapa que represente adecuadam ente los extrem os, los con tin en tes no van
a estar proporcionados: África, el segundo con tin en te en exten sión , va a parecer
que tien e el m ism o tam año que G roenlandia, la isla más grande del m undo, que
en realidad es catorce veces m enor que ese con tin en te. Resulta im posible por lo
tanto representar la su perficie curva de la Tierra en un único plano que m an­
tenga la m ism a proporción a lo largo y a lo ancho, en el centro y en los extrem os.
Todos los mapas establecen un pacto de ficción que convierte la cartografía en un
arte que oscila entre la abstracción que anula los detalles y el desdibujam iento
estético del m undo. Pero en O ccidente se ha tendido a representar el m undo, d is­
tribuido de norte a sur y para que pueda ser percibido desde arriba, com o lo haría
un dios. Esta representación del m undo, hip otéticam ente objetiva y sostenida
aparentem ente en evidencias cien tíficas, reclam a su veracidad y su ex clu siv i­
dad. Y no dudamos en denom inar «el mapa del m undo» a esta representación,
como si solam ente pudiera ser así, com o si no existiera un sistem a solar o un u n i­
verso más allá de estos lím ites. ¡Pero por supuesto que debe llam arse «mapa del
m undo», no se le va a llam ar «invención del mundo»!

H a ce un p a r d e a ñ o s, mi profesora de topografía me enseñó un enorm e libro


que guardaba en una gran cartoteca. Ya había visto con anterioridad algunos m a­
pas de su colección: álbumes h istóricos, plagados de historias p oéticas, acuarelas
del país de Jauja, repletas de salchichas, pasteles y ribetes de colores; tam bién
había visto una antigua enciclopedia m iscelánea, de form ato apaisado y d istri­
buida por entregas: se trataba de un com pendio de todo el conocim iento posible,
con el título más prom etedor que n ingún libro pueda tener: Te lo contaré todo. El
contenido no era para menos: en solo un tom o se podía leer una descripción de
'Prefacio

distintas formas de llevar la barba a la moda, ju sto después de una página entera
dedicada a m uestras de dentaduras hum anas, y la historia de los concilios e c u ­
m énicos estaba seguida del listado de los atentados más im portantes de la m o­
dernidad, insólita com binación que perm itía que el ladillo de esa página fuera la
m aravillosa inscripción: «con cilios/aten tad os».
Pero en el m om ento en que ella puso ante mis ojos esas lám inas sedosas, algo
arrugadas y encuadernadas en papel de mármol azul, el Te lo contaré todo quedó
eclipsado. Cada una de las páginas de este atlas, quebradizas y am arillentas, e s­
taba cubierta de innum erables figuras geom étricas: cruces y recuadros, sim ples,
dobles o triples; líneas continuas y discontinuas y todo tipo de letras, redondas,
cursivas y com pletam ente decoradas; iconos, abreviaturas, flechas y sím bolos, to ­
dos ellos dibujados con finos trazos de carboncillo y coloreados con acuarela. Cada
uno de los protagonistas de este relato cartográfico tenía rasgos propios, que los
individualizaban y estaban descritos, uno a uno, en el índice con detalles m in u ­
ciosos; a pesar de que las líneas blancas y negras creaban amplios m árgenes y del
tam año a escala. En algunas ocasiones el trazo de la pluma resultaba algo tosco,
pero en otros casos era tan perfecto que no parecía hecho a mano. Como revelaba
el títu lo, escrito en versalitas profusam ente decoradas, este volum en era el com ­
pendio de una serie de ilustraciones topográficas de aprendices de cartografía
francesa entre 1887 y 1889.
En el interior de la sobrecubierta descubrí una pequeña hoja de papel su el­
ta. Era el mapa de una isla, que incluía además un tram pantojo en la esquina
inferior derecha; no tenía escala ni leyenda. En el centro de esta isla muda y anó­
nim a se alzaba un gran m acizo m ontañoso, pintado con acuarela marrón; en sus
valles había pequeños lagos y los ríos serpenteaban en su travesía hacia el mar,
apenas insinuado por el contorno azul que enmarcaba la orilla.
Im aginé que un joven aprendiz de cartografía habría ensayado sus prim eros
trazos en esta isla, antes de atreverse a dibujar la tierra firm e; y de repente me
resultó m eridianam ente claro que las islas no son más que pequeños con tin en tes,
y que los con tin en tes, por lo tanto, no son nada más que islas muy muy grandes.
Este pedazo de tierra de claros contornos era perfecto, pero al m ism o tiem po ha­
bía sido olvidado com pletam ente, como la hoja suelta en la que fue dibujado; había
perdido todos sus vínculos con tierra firm e, el resto del m undo sim plem ente se
había esfum ado. Nunca he vuelto a ver una isla tan solitaria.

E n r e a l i d a d , e x i s t e n m u ch as i s l a s que están tan lejos del país al cual p er­


ten ecen que ni siquiera aparecen en los mapas nacionales. La gran m ayoría es
ignorada, pero en ocasiones se les reserva un lugar dentro de un rectángulo en
1-Prefacio

un lado del mapa: atrapadas en su m arco, am algamadas en una de las esquinas,


con su propia escala, pero sin inform ación sobre su ubicación real. Se convierten
así en notas al pie de la tierra firm e, en un conocim iento docto, incuestionable
pero p rescindible, que me resulta mucho más interesante que todo el conjunto
continental.
Preguntar si una isla, por ejem plo la ;.sn , está lejos, resu l­
ta relativo; sus habitantes, los Rapa N ui, llam aron a su hogar Te Pit o Te H enua,
que se puede traducir como «el om bligo del m undo». Dada la form a esférica e ili­
m itada de la Tierra, cualquier lugar puede ser considerado el centro del mundo.
Solo desde tierra firm e resulta posible pensar que esta isla, creada por vol­
canes ahora extin tos, se encuentra lejos. Solo desde el punto de vista continental
se puede creer que el hecho de que una isla se en cu en tre a varias sem anas de viaje
en barco de la tierra más cercana la convierte en un paraíso. Solo para los que v i­
ven en el con tin en te todo trozo de tierra rodeado de agua por todos lados resulta
el lugar perfecto para proyectar experim entos utópicos y paraísos terrenales: al
sur del A tlántico se encuentra 4 . , donde en el siglo xix sie ­
te fam ilias vivieron en concordia m icrocom unista bajo el sistem a patriarcal de
W illiam Glass. En la otra punta del planeta, en las Galápagos, el doctor R itter, un
d entista berlinés hastiado de la civilización y de las crisis económ icas m undiales
fundó en 1929 y allí renunció a todo lo que consideraba super-
flu o, vestim en ta incluida. Y el norteam ericano Robert Dean Frisbie se mudó en
los años vein te del pasado siglo a un atolón del Pacífico, , donde,
siguiendo un m otivo clásico de la literatura de los Mares del Sur, se escandalizó
y envidió la liberalidad de costum bres de los isleños. Estas islas parecen en con ­
trarse en su estado prim igenio, invariado desde sus in icios, paraísos previos al
pecado original, puros, sin sen tim ien to de pudor ni de culpa.

La f a s c in a c ió n p o r l u g a r e s r e m o to s llevó al m arinero californiano George


Hugh B anning, a com ienzos del siglo xx, a enrolarse com o grum ete para navegar
por el Pacífico, empujado por el inconfesable deseo de que su barco naufragara;
no le importaba dónde sucediera el naufragio, m ientras fu era lejos, en un lugar
dejado de la m ano de Dios, rodeado de agua p o r todas p a rtes. En principio tuvo
mala suerte y escribió desilusionado: Solo hacemos escalas en islas «ta n interesan­
tes» como Oahu y Tahití, donde envoltorios de chicles y e l acento am ericano resultan
casi tan frecuentes como las cáscaras de p lá ta n o en e l suelo y e l susurro d e l viento
entre los palm erales. Más tarde tuvo buena suerte por fin y se enroló en una ex­
pedición por aguas m exicanas en uno de los prim eros yates de diésel propulsados
por electricidad. En este viaje llegó a , de Baja California, donde
‘P refacio

tuvo la certeza de que no recibiría m uchas visitas, ya que no había absolutam ente
nada allí, como todos le dijeron cuando in sistió en quedarse. Cuando le p regu n ­
taron por su fecha estim ada de regreso, para ir por él y devolverlo a tierra firm e,
respondió: N unca, nunca, y esto es lo bello.
Otras expediciones atraídas por la belleza de la nada fueron las que trataron
de navegar por los hielos eternos ( ), para estudiar la rotunda
nada de los puntos polares. Aunque en realidad, en estos viajes al Polo Norte las
distintas naciones descubrieron un nuevo m undo, rico en vegetación y nuevas
m aterias prim as, que m otivó m uchos en fren tam ien tos. La atracción por la nada
condujo a los más aventureros a una isla en la Antártida en la que nunca había lo­
grado desem barcar nadie ( ). Otro reto inalcanzable, ofensa para
el orgullo de los hom bres, quienes querían dejar su huella ahí y al m ism o tiem ­
po asegurarse un lugar destacado en los anaqueles de la historia universal. Tres
expediciones enteras fueron vencidas por esta isla com pletam ente congelada; la
prim era que logró desem barcar allí lo hizo en 1929, ciento ocho años después de
su descubrim iento, y hasta los años noventa más hombres han pisado la Luna que
esta isla.

M u c h a s i s l a s r e m o ta s son doblem ente inalcanzables: la travesía para llegar


hasta ellas es larga y com plicada, en ocasiones resulta im posible desem barcar en
sus costas, otras veces esto se logra con peligro mortal; pero incluso cuando se
consigue llegar a tierra sin perder la vida, la isla, durante tanto tiem po p ersegu i­
da, suele estar desierta y no ofrece nada de interés, como era de esperar. Los cua­
dernos de bitácora de distintas expediciones corroboran esto: el ten ien te Charles
W ilkes anotó que la ;, ' no ofrece interés p a r a los visita n tes. Y
el capitán James Douglas describió así este m ism o lugar: E sta isla es el lu gar m ás
miserable que n adie h aya p o d id o im a g in a rp a ra e l exilio de unos esclavos cautivos.
Anatole Bouquet de la Grye fue conciso al describir su prim era im presión de la
: triste. Y George Hugh B anning, el ya m encionado am ante de
las islas solitarias, se refirió a 1 de esta manera: A n te todo resulta
desoladora, ta n to que me recuerda a un cúmulo de p a ja quemado, medio apagado
p o r la lluvia, cuyas llam as carecen de la fu e rza p a r a volver a arder y se extingue en
silencio sobre un charco de agua mortecino.

L a m a y o r p a r t e d e e s t o s v i a j e s de aven tu ras está condenada al fracaso de


antem ano; un esfu erzo ex cesiv o , y en ocasion es hasta disparatado, p uede ob­
ten er com o resultad o la más m ísera de las nadas. Por ejem plo, la A cadém ie
Fran^aise des S cien ces en vió dos exp ed icion es muy costosas al lado opuesto
1"Prefacio

del m undo, la , en 1874, para observar el trán sito de Ve­


nus, el a co n tecim ien to astronóm ico del siglo, que acabó cubierto por en orm es
n ubarrones.
Para distraer la atención de fracasos com o este, los cien tíficos dedican m u­
cho tiem po a m edir cada rincón de cada isla o a buscar ejem plares de las esp e­
cies locales, cuyo listado, inventariado en largas tablas, aum enta con creces los
apéndices de los cuadernos de navegación y ju stifica parte de los gastos. Cada
isla supone un m otivo de regocijo para los investigadores, es un laboratorio n a­
tural concentrado, donde no resulta n ecesario delim itar con grandes esfuerzos
el objeto de estudio; la totalidad investigada perm anece accesible, calculable y
com pletam ente alcanzable, apenas a unos kilóm etros a la redonda y lim itada por
el mar, hasta que la flora y fauna locales son arrasadas por las especies invasivas
o los habitantes se contagian de las enferm edades de los exploradores, descono­
cidas hasta el m om ento.

N o r e s u l t a e x t r a ñ o q u e a l g u n o s v i a j e r o s que llegan a una isla sientan una


enorme angustia y, ante las evidentes lim itaciones de estos lugares, se obsesio­
nen con la terrible posibilidad de quedar sitiados en ellas para siem pre y tener
que perm anecer hasta el final de sus días en ese solitario espacio, sin nada más
que hacer que enfrentarse a su propia existencia.
En este sentido, las rocas negras de s . ; !c ii se convirtieron en
el lugar de exilio y m uerte de Napoleón, y la verde y fértil ¡k ;
dejó de ser un paraíso exuberante para convertirse en la colonia p en iten ciaria
más tem ida de todo el Im perio B ritánico. Y los esclavos supervivientes del n au­
fragio del Utile se sintieron libres en la dim inuta isla , pero esta
h ip otética libertad recuperada, que no llegaba a m edir un kilóm etro cuadrado,
rápidam ente se convirtió en una lucha descarnada por la vida.
Las islas lejanas son por naturaleza una cárcel perfecta, circundada por el
muro m onótono e irrebasable del mar, tenazm ente presente. Resultan especial­
m ente convenientes para este fin las islas que se encuentran más apartadas de las
rutas com erciales que unen, como si fuera un cordón um bilical, a las colonias de
ultramar con tierra firm e. En sus tierras se puede abandonar y olvidar todo lo que
resulta poco deseable, repulsivo y odioso para la civilización. En este confinam ien­
to, terribles enferm edades pueden expandirse sin obstáculos, como las m isteriosas
m uertes de niños en , y extrañas costum bres pueden imperar,
como las prácticas deleznables, pero aparentem ente n ecesarias, de in fanticidio
que se dan en . Crím enes horrendos com o violaciones ( - C1i
), asesinatos ( ) y canibalism o ( )
‘Prefacio

parecen ser p rácticam ente inevitables en el estado de excepción que crean las
islas. E incluso en nuestros días, existen territorios gobernados por leyes que
causan repulsa a nuestro sentido del derecho, como puede verse con claridad en
el escándalo sexual sucedido en , donde sigue viviendo la peque­
ña comunidad de descendientes de los amotinados del Bounty: en 2004, la mitad de
varones residentes en la isla fue acusada de haber violado regularm ente a mujeres
y niños durante décadas. Los acusados adujeron en su defensa que sus costumbres
centenarias estaban perm itidas por derecho consuetudinario, ya que sus antepa­
sados ya habían realizado prácticas de ese tipo con tahitianas menores de edad. El
paraíso puede ser una isla, pero el infierno tam bién lo es.

La v i d a e n e s t o s p e q u e ñ o s l u g a r e s solo es p acífica en contadas o ca sio n es,


ya que la d ictadura de un tiran o solitario que im pone un régim en de terror
resu lta más fr ecu en te en las islas que la utopía de una com unidad com p leta­
m ente ig u a lita ria. En p rin cip io, las islas fu eron en tend idas com o colon ias n a ­
tu ra les, que estaban ahí, esperando ser conquistadas; por m otivos com o este
fu e posib le que un farero m exicano se coronara a sí m ism o rey de ion
<j y una tim adora au stríaca fuera proclam ada em peratriz de las G alápagos
en + Flore ma
Estos pequeños con tin en tes con stitu yen m undos en m iniatura donde, por
encontrarse tan lejos y apartados del dom inio público, resulta posible vulnerar
los derechos hum anos ( -! >i ), hacer explotar bombas nucleares
( ) o p erm itir catástrofes ecológicas, sin hacer nada por rem e­
diarlas ( 100 ).
En los con fin es de este mundo ilim itado ya no quedan jardines del edén; por
el contrario, los hom bres, que cada vez se expanden más por el m undo, se han
convertido en aquellos m onstruos que sus antepasados, los aventureros y d escu ­
bridores, trataban de elim inar de los mapas.

N o o b s t a n t e , l o s s u c e so s mas t e r r i b l e s siguen siendo los que poseen más


potencial literario, y las islas suponen un em plazam iento p erfecto para su d e­
sarrollo. M ientras el carácter absurdo de la realidad se diluye y relativiza en la
inm ensidad de tierra firm e, en las islas se concentra y se vuelve prácticam en ­
te incuestionable: una isla es un espacio teatral; todo lo que sucede en ellas está
p rácticam ente condenado a con vertirse en leyenda, en tragicom edias de tierras
rem otas o en m otivo de inspiración literaria. Estos relatos con stitu yen un gén e­
ro único porque verdad y m ito no pueden separarse ya: la realidad se ficcionaliza
y la ficción se torna real.
‘Prefacio

A n t i g u a m e n t e l o s n a v e g a n t e s eran alabados por sus d escubrim ientos y e n ­


tendidos casi com o poderosos creadores; los trataban no solo com o si hubiesen
descubierto nuevos m undos, sino com o si ellos m ism os los hubiesen forjado. Los
nom bres desem peñan un papel muy im portante en este m om ento creativo; pa­
rece com o si al nom brar un lugar se le dotara de existen cia. Por m edio del bau­
tizo, se sella un vínculo inseparable entre descubridor y tierra descubierta, y
estas islas, su pu estam en te sin dueños, pasan a p erten ecer de modo legítim o a
aquellos que las avistan desde lejos, les dan nom bre o habitan en ellas durante
una tem porada.
La expresión Scribere necesse est, vivere non est se aplica a todos estos casos:
parece que solo haya sucedido realm ente lo que es nombrado y queda por escrito.
Además, quien clava la bandera nacional en el suelo de una tierra nueva se ase­
gura de que su nación pasa a dom inar ese territorio con todas las de la ley; poco
después los investigadores calculan y apuntan las coordenadas de la isla, carto-
grafían la tierra y designan los accidentes geográficos con nombres de su len ­
gua natal. El hecho de que N oruega haya sido el único país en elaborar un mapa
actualizado de la isla le concede tácitam en te la posesión de esta
isla, aunque según el Tratado A ntártico n in gú n país puede reivindicar derechos
de propiedad sobre este con tin en te. Los cartógrafos siguen a los descubridores
y, al dar nom bres nuevos, estas tierras parecen nacer por segunda vez. Cada te ­
rritorio recién descubierto recibe al m ism o tiem po nombre y un nuevo dueño; y
cada acto de conquista se vuelve a repetir cuando se dibuja su mapa. Solo cuando
un territorio es m inuciosam ente estudiado, catalogado y m edido, puede co n si­
derarse que existe en realidad; por todo ello, cabe considerar que todos los mapas
son el resultado y la práctica de la violen cia colonial.

La r e a l i d a d f í s i c a d e c a d a i s l a converge en ocasiones con el mapa que la re­


presenta, y entonces ya no resulta posible separarlos, como le sucedió a August
Gissler, quien se dejó arrastrar por d istin tos mapas del tesoro y excavó durante
años la superficie com pleta de la a finales del siglo xix
en la búsqueda de oro. Las prom esas que le hacían los mapas resultaron al final
más valiosas y reales que los tesoros que nunca encontró. Otro mapa inspiró la
novela de Robert Louis Stevenson, quien sostuvo: La fo rm a de la isla hizo volar
m i im aginación de m anera extraordinaria. Tenía p u erto s que me hechizaron con
sus sortilegios y, casi con la conciencia de esta r pred estin a d o p a r a esta tarea, decidí
nom brar a m i creación La Isla d e l Tesoro.
Este títu lo no solo se ha convertido en el representante por antonom asia de
todo un género literario, sino que acabó integrándose en los atlas reales, ya que
'■'Prefacio

en 1970 se cambió el nombre a una isla del archipiélago chileno Juan Fernán­
dez, solo para atraer turistas. En ella, antiguam ente llamada Isla Más a Tierra,
Alexander Selkirt protagonizó su propia robinsonada a v a n t la lettre, pero hoy en
día esta isla no lleva el nombre de este aventurero, sino el de su encarnación lite ­
raria: ; y para com plicar más el asunto, a cien to sesenta
kilóm etros al este, se encuentra la isla Alejandro Selkirk, aunque este nunca pu ­
siera un pie ahí.
Aunque en los mapas no se le dé im portancia al horizonte, en realidad este
tien e un inm enso poder sobre las islas, ya que día a día, con su agónica m onoto­
nía, corta el campo visual que se puede observar desde tierra y abre la p osib ili­
dad de que quizás, en cualquier m om ento, com o un inesperado deus ex m ach ina,
em erja un barco, repleto de víveres o de prom esas de regreso, apenas perfilado
en la línea distante y azul del horizonte.
Por otro lado, los descubridores se vengan de los territorios que no cu m ­
plieron sus expectativas por m edio de los nuevos nom bres que dan a esas tierras;
así, Fernando de Magallanes en 1521 y John Byron en 1765 llamaron respectiva­
mente Islas de la D ecepción a unos pequeños atolones de las Tuam oto. El p rim e­
ro por no haber encontrado en esa tierra baldía ni una sola gota del agua potable
que tanto necesitaban , ni absolutam ente nada para comer; el segundo porque los
pocos habitantes de la isla, hoy d esierta, fu eron inexplicab lem ente h ostiles con
los recién llegados. M uchos nom bres proceden de narraciones m íticas o fabulo­
sas, por ejem plo en fluye el río E stigia y la capital de
se llama Edimburgo de los Siete M ares, aunque los que viven allí
la llam an sim plem ente «el asentam iento»: ¿acaso podría llam arse de otro modo
el único espacio habitado que hay en un radio de 2 400 kilóm etros a la redonda?
Las denom inaciones geográficas reflejan los sen tim ien tos de sus habitantes
y tam bién los de los que, habiendo nacido en otro sitio, vivieron allí mucho tiem ­
po; en este atlas he utilizado sobre todo los nom bres creados por este segundo
grupo, por aquellos que se vieron obligados a vivir largas tem poradas en islas muy
lejanas; por ejem plo los trabajadores destinados en llam aron
«virgen» a uno de los cabos de esta isla, «pechos» a dos de sus volcanes y otro crá­
ter fue oficialm ente bautizado com o «Venus». Toda la orografía de esta isla se ha
convertido en un póster erótico, en un su stitu to de las m ujeres que nunca fueron
allí. Esta isla supone al m ism o tiem po un lugar real y su reflejo m etafórico.

L os c a r t ó g r a f o s deberían reivindicar su oficio como un verdadero arte poético


y los atlas como un género literario de belleza m áxim a; en d efinitiva, su arte es
i'Prefacio

digno m erecedor de la prim era denom inación que recibieron los mapas: Thea-
trum orbis terrarum [Teatro del m undo].
Los mapas pueden o bien despertar ansias por viajar y con ocer países n u e­
vos, o bien apaciguar este deseo, esp ecialm en te cuando la satisfactoria exp e­
rien cia estética de recorrer un mapa con ojos y dedos logra reem plazar el viaje
real. Pero con su ltar un atlas supone m ucho más que cualquier viaje: todo el que
abre sus páginas no se con ten ta solo con observar lugares exóticos y aislados,
sino que desea traer el m undo en tero ante sí, de una vez y sin lim itacion es. El
anhelo por viajar p revalecerá sobre los atlas y siem pre será m ayor que la sa tis­
facción alcanzada al cum plir el objetivo deseado. D esearía que cualquier atlas
fuera más valorado, hoy y siem p re, que la guía de viajes más com pleta.

J U D IT H S C H A L A N S K Y
Océano Glacial~4rtico
77° 29’ N
íS S o l e d a d (Rusia)
82° 30’ O
N ORUEGO Ensomheden [Soledad] | RUSO Ostrow Ujedinenija [Isla de la R eclusión]
2 o k m ¡ | D esh abitada

300 km

j — >Sewernaja Sem lja

330 km

j — >N ovaya Sem lja

660 km

/ —* Isla R odolfo (30)

6 de agosto de 1878 d escu bierta por Edvard Holm Johannesen

/
Inicios de los años 30 hallazgo de vértebras de p lesiosauro

Soledad se e n cu en tra en el Polo N orte, en el cen tro del M ar de K a ra . L a isla h ace hon or
a su nom bre: es fr ía y desolada, en in v iern o se b lin d a de bloques de hielo; la te m p era tu ra
m edia anual es de 16 grad os bajo cero y en veran o apenas su p era los cero grados. A quí
no viv e n ad ie, una a n tig u a estación p o la r se d esm oron a sobre la n ieve; e d ificio s aban d o­
nados, con vistas a pan tan os helad os, d orm itan en los fiord os. E n esta isla se en con tró
una v é rteb ra de un a b estia de un tiem p o que no es el n u estro; un p a r de años después,
un sub m arino alem án bom bardeó la estació n m eteorológica, d estrozan do v a rio s c o b er­
tizos y m atan d o a todos los trab ajad ores. A ta c a r Soledad fu e una de las ú ltim as m ision es
de ese d estacam en to alem án , de nom bre Operación M aravilla. D u ran te la G u erra F ría
el cen tro m eteorológico fu e reco n stru id o y se c o n v irtió en una de las estacion es polares
más gran d es de toda la U n ión S o vié tica . U n m a rin ero , proced en te de T rom so, d escu b rió
y b a u tizó esta isla hace ya m ucho tiem p o, pero ese p rim e r nom bre ha sido olvidado. Los
rusos la llam aro n Isla de la R eclu sió n , pero quienes v isita n la isla hoy en día ya no son p r i­
sion eros, sino erem ita s que q u ieren p asar un año gélid o y silen cioso en Soledad, hasta r e ­
g re sa r a tie r r a firm e con vertid os en santos. Los vív eres se co n serv a n cu b ierto s de hielo
en b a rra cas verd es de m adera, igu a l de congelad os que los b aróm etros y los resta n tes in s­
tru m en to s usados p ara m ed ir la d ire cc ió n del v ie n to , la rad ia ció n del h ielo o la a ltitu d
de las nubes; el p lu v ió m etro está en terrad o bajo un a g ra n cap a de n ieve. En un a p ared ,
reve stid a con papel con dibujos de p alm eras fa lsas, c u elga un retra to de un barbudo L e-
n in . E n un cu ad ern o están m eticu lo sa m en te anotadas todas las ta reas de m an ten im ien to
realizad as p o r los m ecá n ico s, así com o los n iveles de a ceite y gaso lin a de la ú n ica m áquina
del lu gar. L a ú ltim a en trad a que se co n serv a , e sc rita con ro tu lad o r rojo, se sale de los
m árgen es del cu ad ern o y sostien e lo sigu ien te: 23 de noviembre de 1996. H oy llegó la orden
de evacuación. E l depósito de agua se está vaciando, generador desconectado. L a estación
está... L a ú ltim a p alab ra es ilegib le. B ien ven idos a Soledad.
Océano Glacial~4rtico I-Mar de ‘S arents

9
7 4» 2 6 ’ N
19 “ 0 3 ’ O I s l a . d . 6 l O S O A rchipiélago de Spitsbergen (Noruega) m ]
0
N O R U E G O B ja rn t/a
178 km 1 | 9 h abitan tes

220 km

/ — >Spitsbergen

390 km

/ — ♦Noruega

2160 km

/ — ►Santa K ild a (34)

10 dejunio de 1596descubierta por Willem Barents y Jacob van Heemskerk 1920 anexionada a Noruega

.................. - .............. - t 1 - " ...................~


1898 reivindicada como parte de Alemania por Theodor Lerner

El 30 de ju n io de 1908, pese a ser un día llu vioso , el b aróm etro a lcan za su cota m ás alta; a
las dos de la m añana, hora local, siete o rn itó lo gos, cu atro ta x id e rm ista s y un a rm ero que
via ja n a bordo del va p o r Strauss d esem barcan en el m u elle su r de la Isla del Oso. El barón
Hans de B erlep sch , fu n d a d o r de la Socied ad P ro tecto ra de los P ájaros, p e rm a n e ce alerta
en la cu b ie rta , lleva colgados unos gem elos en el cu ello , adem ás de su blasón, que o sten ­
ta cin co papagayos y fu e otorgad o po r la g ra cia de B arbarossa. En silen cio , escu ch a con
a ten ció n en la oscu rid ad , in ten tan d o d istin g u ir el can to de los pájaros que h asta en ton ces
solo con o cía p o r libros. A la m añana sig u ie n te ya han cazad o fu lm ares y aras alib lan cas,
una c ría de g a rza b lan ca y un en orm e gavió n n egro. En la p laya, bandadas de gavio tas h i­
perb óreas revo lo tean po r todos lados, los co leccio n ista s atrap an un pu ñ ado de c ría s , aún
cu b ie rta s de plu m ón grisá ce o , y se las llevan a b ordo, dos p a ra c ria rla s en c a u tiv e rio , las
resta n tes para m atarlas y d esp lu m arlas. U nas aras tordas observan a los re c ié n llegados
desde los a can tilad os. U no de ellos m ata a un gavió n n egro de g ra n tam añ o, au nqu e al
ex a m in a rlo de c e rca resu lta ser una pequ eñ a g a v io ta a rgén tea; otro go lp ea un colim bo
rojizo . T ie r ra ad en tro , sigu e el rastro de un págalo de cola ala rga d a y acab an en con tran d o
algunos patos n egro n es, que h u yen po r un lago helado. E n los ban cales de un arroyo d is­
p aran a una hem bra de lav an d era, m ien tra s una p a reja de escriban os hu yen volando con
ta n ta a g ita ció n que revelan el em p lazam ien to de su nido, por d esg ra cia aún vacío. U na
p a reja de gavio ta s á rtica s tra ta de d esv iar la a ten ció n de los o rn itó lo gos, se alzan en vu elo
p ara e v ita r que en cu en tre n su n id o, pero al fin los in vestig a d o res lo caliza n el escon d ite
de los huevos en una hondonada m usgosa; son de color o cre , salpicados de m anchas c e tr i­
nas y están p e rfe cta m e n te cam u flad os bajo una capa de b rezo verd e oliva. El barón de los
p ájaros reco ge cu a tro huevos en teros y uno roto, los en vu elve en un pañ u elo de bolsillo y
se los lleva al barco. Los otros exp lo rad ores d escu b ren unas alcas tord as que vu elan ju n to
a las a lib lan ca s, d escerra ja n varios tiro s y un ejem p lar de colorid o plu m aje se desplom a
sobre el agua. El via je ha valid o la pena, ya tie n e n su ficien tes evid en cia s de la ex iste n cia
de la isla. Los co leccio n ista s están satisfech os y, m ien tras recu en tan su b o tín , una b an d a­
da de gavio ta s d evora los restos de una b allen a en la p laya.
K ordkapp
K app O/sen
A
K a p p /-'órsberg

E s tació n M e te o ro ló g ic a
H erw ig h am n a
(o d el p u e rto de H e rw ig )

Tunheim

K a p p D unér

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Océano G lacialártico

Isla Rodolfo Franz-Joseph L a n d (Rusia)


T a m b ién con o cida com o Isla d el P ríncipe Rodolfo Coronado | RUSO Ostrow Rudolfa

297 km 1 | D esh abitada

560 km

j — »Sewernaja Sem lja

590 km

/ — >Spitsb ergen

1 770 km

/ — *Isla del Oso (28)

A b ril de 1874 descubierta por Julius Payer y Cari Weyprecht durante la Expedición Austrohúngara al Polo Norte

El trin e o avan za en d ire cc ió n n orte a cin cu en ta grados bajo cero , p o rta tre in ta libras de
ca rn e de oso y tra ta de a lca n za r la sig u ie n te latitu d . Las patas en sa n g ren ta d as de los p e ­
rros á rtico s co lo rean la n ieve y trozos del g la c ia r se ilu m in an y c ru je n bajo el sol. El p a isa ­
j e es b ald ío, c a rece p o r com pleto de v e g e ta ció n y es tan b lan co com o sus rep rese n ta cio n e s
en los m apas. C ada v ez quedan m enos lu ga res po r d escu b rir en el orbe te rr e s tr e , algunos
de ellos esp eran a ser nom brados c e rca de aqu í, en los con fin es del m undo: una tie r r a de
n ad ie sin puntos card in a les. El polo silen cioso que o rien ta la b rú ju la es in alcan zab le: el
en igm a del Paso del N oroeste sigu e sin resolverse; el sueño de un m ar a b ierto , c a ld e a ­
do p o r la C o rrien te del G olfo, un can al n avegab le que con d u zca hasta las Indias aún está
p o r cu m plir. D ejan atrás el trin e o , m ald u erm en en una g r ie ta del g la c ia r y avan zan a
p ie h a cia el n orte. L a ex p ed ició n está d irig id a por el te n ien te Ju liu s Payer, p rim e r h om ­
bre que logró esca la r m ás de tre in ta cim as alpinas y com an dante en tie r r a de esta m isión;
pero aquí no hay tie r r a que va lga . A u n qu e todas las islas de este a rch ip iéla go recié n d es­
cu b ie rto hayan recibid o un nuevo nom bre, R odolfo no es más que un gra n trozo de hielo
vacío. El te n ien te P ayer no duda a la hora de n om brar, avan za in can sab le, b au tizan do cada
isla, cada g la c ia r y cada salien te rocoso con nom bres de los am ores de su ju v e n tu d , de sus
m ecen as, am igos y a rch id u q u es, e in clu so del hijo de Sissí. In ten ta tr a e r su h ogar a esta
tie r r a de hielo: rem em orando los nom bres de los padres de la tie r r a , en el nom bre de los
padres de la tie rra . L a b rú ju la a n u n cia que ya se han superado los 82 grados de la titu d
n orte; el te n ien te d ibu ja una n u eva lín ea en su m apa m udo, pero en rea lid a d , en la tie r r a ,
no hay más que un a g ra n cap a de n ie ve , in d ife re n te a los m apas. P or la ta rd e a lcan zan la
o tra orilla de la isla, llam ad a igu a l que el P rín cip e C oronado, pero ante ellos no se e x tie n ­
de n in gú n m ar n avegab le, sino solo una inm ensa su p erfic ie v a c ía , rib etead a de hielo; en
el h orizo n te resp lan d ecen m on tañas de nubes. El te n ien te d ibu ja por ú ltim a vez tenu es
lín eas sobre el papel: Cabo F elder, Cabo S h erard -O sb o rn y la p u n ta su r de la Isla P ete r-
m ann; cla va la b an d era del Im p erio A u stro h ú n g aro en el suelo rocoso y su m erge en un
a rr e c ife un m en saje d en tro de una botella. P alabras helad as, in fo rm a ció n p ara via jero s
del futuro.- Cabo Fligely, 12 de a b r il de 1874, 82o 5 ’. Último p u n to alcanzable en dirección
norte. H asta a q u í y no más allá.
M j^ r h g tU

5"
S a n ta K ild a

A ñ o B ueno

AseonsiíÁ

S a n ta H elena
T r in id a d
B H

T r is tá n d,' A cu ñ a

■vWsS^-
34 Océano A tlántico
57 ° 49
8o 35 o Santa Kilda (Reino Unido)
IN G L É S S t K ilda | G A É L IC O H iort o H irta
8.5 k m 2 | D esh abitada

6o km

j —*Isla de H arris H ébrid as E x te rio re s

160 km

/ — >Escocia

4 490 km

j — >Brava (38)

Década de 1850 ola migratoria hacia Australia 1930 evacuación


/
'A
/ , /
¡826/27 epidemia de viruela 1891 último caso de tétanos neonatal

Santa K ild a, no estás en esta tie r r a , tu nom bre no es m ás que el silbido de los pájaros que
m alviven en los acan tilad os de esta roca, ú ltim o co n fín de In g la te rra , el p u n to más d is­
ta n te de las Islas H ébridas; solo se puede lleg a r h asta aquí cuando el vie n to n oro este sopla
de fo rm a con tin u ad a. El ú n ico p u eblo que p erm an ece de pie está form ad o por d ieciséis
casu ch as, tres cob ertizos y u n a iglesia; en el cem en terio y ace el fu tu ro de la isla: todos
los niños n acen sanos, pero en su c u a rta o q u in ta noche se n iegan a re c ib ir alim en to s,
sus llan tos se escu ch an en todo el pueblo. A l sexto d ía, sus palad ares se vu e lven rígid os
y sus ga rga n tas se ato ran , tan to que les resu lta im posible in g e r ir nada. Sus m úsculos se
r e tu e rc e n y sus m andíbulas cu elg a n sin fu erza s; m iran al e x te rio r atón itos y no pueden
d ejar de b ostezar, sus labios agrieta d o s d ibu jan ex tra ñ a s m uecas. Dos te rcio s de los recién
n acid os, esp ecialm en te los va ro n e s, m u eren en tre el séptim o y el noveno día; algunos se
van an tes, otros después: el m ás jo v e n fa lle ció a los cu atro días y tan solo uno logró lleg a r
a su vigésim o segu n do día. A lgu nos lo a trib u y en a la a lim e n ta ció n , a la ca rn e u n tu osa de
los fu lm ares y al arom a a alm izcle de sus hu evos, que da su avid ad a la p iel de los isleñ os,
pero a g ria la leche m atern a. O tros opinan que está en la sa n g re , d eb ilitad a p o r la en d oga-
m ia. Y p o r ú ltim o , otros sostien en que los niños se ahogan con el hum o de los braseros de
tu rb a que ca lien ta n las h a b ita cio n es, que se in to x ica n con el cin c de los tejados o quizás
po r el sebo rosado con el cu al se en cien d en las lám p aras de aceite. Los varon es de Santa
K ild a rezan en su su rro s y a trib u y en las m u ertes a los d esign ios del T odopoderoso, pero
estas son las palabras de hom bres piadosos; las m u jeres, sin em b a rg o ... T antos em barazos
y tan pocos niños que sob revivan al octavo día de la en ferm ed ad . El 22 de ju n io de 1876
un a m u jer esp era en la cu b ie rta de un b arco , reg resa al h ogar después de m ucho tiem po;
com o todas las h abitan tes de San ta K ild a, su p iel es b lan ca, sus m ejillas ro jiza s, sus ojos
in ten sam en te claros y sus d ien tes blan cos com o el m arfil; acaba de tr a e r un n iñ o al m u n ­
do, p ero no en esta isla. El v ie n to sopla en d ire cc ió n n oro este y la m ar está en calm a; desde
h ace v a ria s horas desde la costa se puede v e r cóm o sostien e a su r e c ié n n acido en sus b r a ­
zos, p ro tegién d o lo del a ire salado.
S ta c Lee fíORERAY

• ^
OÜM G oban
Ditin Stac L n e n is h

0 7 ■
* 3 4 S km
Océano^dtlán tico

Ascensión (Reino Unido)


P O R T U G U É S Ascensáo \ IN G L É S Ascensión Isla n d
91 km 2 | 1 1 0 0 h abitan tes

1 560 km
/ — ♦Costa de M arfil

2250 km

j —>Brasil

2 210 km

/ — ♦Trinidad (44)

20 de mayo de 1503 (Día de la Ascensión)


descubierta de nuevo por Alfonso de Albuquerque 1960-1961 construcción de la estación de seguim iento de misiles
,J r M /

/ /
25 de marzo de 1501 descubierta por Joáo da Nova 15 de diciembre de 1899 instalación
de la prim era línea de cable submarino

E n esta isla todo ap u n ta h a cia el cielo: los c u a re n ta y cu atro volcanes de crá te re s d o rm i­


dos y cu b ierto s de cen iza s, los bosques de la rgu ísim a s antenas y el rad a r del sa télite , con
form a de plato sopero. Todos estos a rte facto s esp ían al co n tin en te , perm an ecen atentos
tratan d o de escu ch a r al m undo, al u n iv erso , al esp acio in fin ito . Se tra ta de una regió n
y erm a , com puesta de capas de lava so lid ifica d a, tan inh ósp ita com o un asteroid e. La ig le ­
sia de Santa M a ría , b lan ca y fr ía , se lev an ta al p ie de una colin a p o lv o rien ta, esp eran d o ya
sin fu erzas al J u icio Final. A unque m uchas personas trab ajan aqu í, n ad ie viv e en la isla;
no se pued e o b ligar a n ad ie a p e rm a n e ce r m ucho tiem po en esta tie r r a b aldía. A scen sión
solo es un lu g a r de trab ajo p ara te le g ra fista s y esp ías, un p un to in term ed io p ara co n e cta r
el cable que une el subsuelo a tlá n tico con tie r r a firm e . La N ASA in staló aquí va rio s de
sus rad a res, con stru yó un a estació n de seg u im ien to de m isiles in tern a cio n a le s y e s p a r­
ció altas antenas b rillan tes sobre toda la su p e rfic ie , que p a recen en orm es pelotas de g o lf
que ce rca n los vo lcan es. El 22 de en ero de 1960, el A tla s d esp ega desde F lo rid a , pero a
su regreso va a a tra v e sa r la a tm ó sfe ra en las in m ed ia cio n es de A scen sión . R ich a rd A ria ,
té cn ico de la em p resa C able and W ireless, ob serva el cielo desde la C olin a R oja. N ada
su ced e, solo log ra e n tre v e r la O sa M ayor en el azu l p rofu n d o del cielo. M ed ia h ora m ás
ta rd e , sig u e sin p asar nad a, h asta qu e, de rep e n te , dos relám p agos verd es irru m p e n en
la a tm ó sfe ra a n te sus ojos. ¡Ya está aquí! El m isil se a d en tra en la tie r r a com o un rayo
torn aso lad o que ilu m in a toda la isla; p rim ero es de color verd e in ten so , a co n tin u a ció n
a m arillo , in m ed ia ta m en te d espués rojo y n aran ja y, p o r ú ltim o , verd e o tra vez. Los haces
de colores suben y bajan h asta e x tin g u irse , llu eve n frag m en to s de fu sib les en rojo viv o ,
ascuas resp la n d e cien te s que en cien d en el h o rizo n te y b rilla n p o r d oquier. T rozos de m e­
ta l can d en tes se su m ergen en el m ar, cam bian d o de color: p rim ero son rojo pálid o, lu ego
b erm elló n , p a ra aca b ar ex tin g u ié n d o se en tonos bu rd eos m ortecin o s. T ras esto, rein a la
o scu rid a d , pero de rep en te un inm enso y p rofu n d o estru en d o a scien d e desde el m ar h a s­
ta el cielo , seguid o de una exp lo sión en so rd eced o ra, de un tru en o que resu en a d u ran te
más de m inuto y m edio. A l fin a l, todo re g re sa a la n orm alid ad y la voz de unos a m e ric a ­
nos q u ieb ra la noche: Chúpense esa, ru so s...! L a c a r re ra esp a cia l acab a de co m en zar en
A scen sión .
N o r th P o in t

Pt/ramid Com fort Jess


fírokvn Tocth
Point Cove
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Sisters
Georgetown Peak
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C athcrine • Crtos
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Tw o Boats R oatsw ain fíir d
Village is la n d
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M c A rth u r Poin t • D ark sehoo! .
Shtpo Cráter Spoon
C ráter

Round Hill
P o r th n d • S 22
Point South
*> . G annet H il¡

° 1 2 3 4 S
38 Océano^tlántico
14° 5
20
24° 42 Brava Isla s bajo e l Viento (Cabo Verde)
P O R TU G U É S Brava
64 k m 1 ¡ 6 804 h abitan tes

20 km

/ — >Fogo

780 km

/ — ►Dakar

2 760 km

/ — ►Ascensión (36)

Circo-1460 descubierta por unos marinos portugueses

I r . , . r . . r , , , r , . . r , . , r

/57J prim er asentamiento colonial /£<?<? erupción de un volcán en la isla vecina, Fogo

E sta isla es un c o ra zó n que late in tra n q u ilo , el v ie n to la p ro te g e de la a m en a za d o ra


m on tañ a de fu eg o que se le v a n ta en la isla de al lad o. A q u í, en el b ord e e x te rio r d el a r ­
ch ip ié la g o , las n ubes c u e lg a n a m u y p o ca d is ta n c ia de la tie r r a y p o r ello llu e v e con m ás
fr e c u e n c ia que en las re sta n te s islas, aco sad as siem p re p o r v ie n to del d e sie rto . P erlas
de ro cío h u m ed e ce n las hojas de a lm e n d ro s, d a tile ra s y c o c o te ra s, así com o los p é ta ­
los de lo b elia s, h ib isco s, b u g a n v illa s y todo tip o de p la n ta s e x u b e ra n te s en co n s ta n te
flo r a c ió n . E sta isla es un c o ra zó n su rca d o p o r ven as de ria c h u e lo s y fo r ta le c id o p o r
un a r e s is te n te m u sc u la tu ra de m o n tañ as y s ie r ra s . P a lp ita su a ve m en te al com pás de
la tr is te m o m a , late sin d escan so con a n tig u a s ca n cio n e s en cla v e m en or, en ton an d o
un lam en to sobre el c a r á c te r a b su rd o de la v id a y la in e v ita b ilid a d del d e stin o , que se
co n su m a rá sin rem ed io u n a y o tra v e z. En el a ire flo ta la n o sta lg ia p o r un pasado p e r ­
d ido en un a tie r r a rem o ta e irr e c u p e ra b le . E n tod a la isla la te u n a m ism a p u lsió n , la de
e n c o n tra r un n u evo h o g a r que no esté en n in g ú n lado ni p e rte n e zc a a n ad ie. Los isleñ os
en to n a n un c an to sobre o tra tie r r a de h a b ita n tes d escon ocid o s; todos los h a b ita n tes de
B ra v a son d escen d ien tes de du eñ os de p la n ta c io n e s y e sc la v is ta s, de m ig ra n te s c a u t i­
vos o lib e ra d o s, son hom b res con ojos a zu les y p iel n eg ra . Las m elodías se han forjad o
en un oscuro tem po, adaptán dose al tenso arco de una h eren cia no q u erid a. Por ello las
g u ita rra s laten con un ritm o de cu a tro cu arto s, casi com o un co n tra b a jo , y se aco m p a­
ñan del sín cop e p u n tu ad o del cavanquinho, y a lgu n as veces h asta p o r un vio lín . Se can tan
can cio n es que se resp ira n en las tab ern as y se b ailan en los tu g u rio s del m alecón: ¿Quién
te acompaña en este largo viaje?/ ¿Quién te acompaña en este largo viaje? ¡¡ E ste viaje hacia
Sao Tomé // Sodade, sodade / S o d a d e/E n m i tierra de Sao N icolau // Cuando me escribas / Y o
te escribiré¡¡ Cuando me olvides/ Yo te olvidaré. j¡ Sodade, sodade/ Sodade. E n m i tierra de
Sao N icolau H H asta e l día en que regreses. Dos te rcio s de los isleños ya no viv en en esta
tie r r a h u é rfa n a .
Ilhéu Grande
Ilh fu de Cima

n .H É u s d o r o m no

Pon (a Ponta do Incensó


da Vaca
ü
Ilh é u da streta
Furna P onta J a lu n g a

i ^ á < ' ^ É l $1
ta Bárbara

Pon ta M in hato
N .S .d o Monti
V v . '- 'm
Ponta d a Costa

Ponta de
R ei Fernando

Ponta de Morca

Ponta Pa^anha

Ponía
N h ó M a r tin ho

0 1 -2 3 4 i
Océano^ítlán tico

Annobón /A ño Bueno (Guinea E cuatorial)


P O R T U G U É S A n o B o m [B u en año] | FA d ’a m b u Pagalu [G allo gran d e]

17 km 2 | 5 008 h ab itan tes V

190 km

/ — >Santo Tom é

610 km

/ — >Malabo

5 580 km

•••/— >T ro m e lin (66)

1470 descubierta por Diego Ramírez de la Díaz

f r r
/
1968 pasa a formar parte de Guinea Ecuatorial

El 26 de sep tiem b re de 2003 en la estación de radio 3COV, a p esar del m al tiem p o y de


que aún no se han activad o las fre c u e n c ia s m ás b ajas, p ron to se estab lecen va rio s co n ­
tactos. C uanto más se baja la señ al, m ayor es la am p litu d de onda y se recib en m ás señales
ru id o sas, m ezclad as con in te rfe re n c ia s . Los m ilitares los in terru m p e n una vez al día
con m uchas p reg u n tas y siem p re q u ieren v e r lo que están escrib ien d o, pese a que todos
los rad ioaficion ad os se han com prom etid o ante las au torid ad es locales a no p re sta r a te n ­
ción a cu estio n es p o lítica s ni relig io sa s, sino solo esta r p en d ien tes de las com u n icacion es
tra n sfro n te riza s. C ada p a rticip a n te ha recib id o un perm iso esp ecial del M in isterio de
T ran sp o rte y C o m u n ica cio n es, p a ra m overse lib rem en te por la isla d u ra n te dos sem anas,
y una a u to riza ció n tem p oral de c a r á c te r ex clu sivo , p ara trasp a sar la fro n te ra con sus r e ­
cep tores. A las diez de la m añana del 4 de o ctu b re la m isión es in terru m p id a de modo
abrupto y sin n in gú n tip o de ex p licació n . Los o ficiales al m ando ord en an el cese in m e­
diato de todas las em ision es y la r e tira d a de todas las antenas; los rad ioaficion ad os solo
tien en tres horas p a ra d esm a n telar la estación y ese m ism o día los m on tan en un avión
de m erca n cía s ruso que los lleva h asta M alabo. No p u ed en llev a r consigo n in gú n m a te­
ria l fo to g rá fic o y las llam adas te le fó n ica s con sus fa m ilia re s no dejan de en tre c o rta rse .
D J9ZB y EA5FO recib en a u to riza ció n p ara aband onar el país dos días m ás ta rd e , pero
E A 5B YP y E A 5YN son d etenid os. El 10 de octu b re se les p e rm ite por fin re g re sa r a su h o­
gar: Sentim os p rofundam ente que no hayam os logrado cum plir e l objetivo de esta misión y
estamos m uy agradecidos p o r la ayuda que nos han proporcionado tanto asociaciones y clu­
bes, com oparticulares; tam bién agradecemos la am abilidad y e l buen trato de los habitantes
de Annobón. Nos resulta imposible, p o r desgracia, dar a conocer los detalles de lo sucedido,
p a ra a síp oder dejar abierta la p o sib ilid a d de retomar esta m isión en un fu tu ro . Les rogamos
comprensión ante la compleja y delicada situación en la que todos nos hemos visto envueltos;
no abandonamos, sin embargo, la esperanza de volver a p o n er en marcha la estación 3COV,
tan p ron to como las circunstancias sean las propicias. R oger. C am bio y corto.
Ocea n o-4tlán tico

Santa Helena (Reino u n ido)


IN G L É S S a in t Helena
122 k m 2 | 4 255 h abitan tes

1 850 km
¡ — «Angola

3 290 km
/ — * Brasil

2 ojo km
j — >Annobón (40)

15 de octubre de 1815 llegada de Napoleón

22 de mayo de 1502 descubierta por Joao da Nova 5 de mayo de 1821 m uerte de Napoleón

¡Una fra g a ta no es suficiente! Se in d ig n an los b on ap artistas y ex ig e n llev a r una flo ta e n ­


tera . A l fin a l, les recu erd a n todo lo que p e rd iero n en W aterloo. La m isión no está d i­
rig id a po r el viejo b arq u ero C aro n te, sino por el jo ve n p rín cip e de J o in ville. El co rtejo
fú n eb re se com pone de un co m isaria d o rea l, un sa cerd o te, un m éd ico, u n c e rra je ro y un
d ibujan te; la escolta o fic ia l se com pleta con algu nos fieles segu id ores y los siervo s en el
exilio. Todos ellos se ech an a la m ar, p a ra b u sca r el cad á ver del hom bre que E u rop a e n ­
te ra p reten d ió m a n ten er lo m ás lejos posible. La fra g a ta Belle P oule es p in tad a en tera de
n egro a p rop ósito p ara este via je h a cia la isla de la m u erte. Siem pre se le d ieron m al las
islas, N apoleón no gan ó ni una sola b atalla m arin a. ¡P érfid a Albión! E n la isla no le faltab a
lib e rta d , sino pod er y au to rid a d p a ra lo g ra r re to rn a r al te atro del m undo. V igilad o por
un reg im ien to , m a lv ivía en un altip lan o a la m erced de los v ie n to s, rodeado del círcu lo
de sus tra id o res m ás leales. Su ú n ica posibilid ad era h a cerse el m á rtir y se acom pañaba
de fieles d iscíp u los que escrib ía n evan gelio s en su n om bre, m ien tras él fin g ía ser P ro m e­
teo en cad en ado en las rocas n egras de la costa y escu chaba el eco de sus h isto ria s de un
pasado m arch ito. A las doce de la n och e en pu n to unos soldados b ritá n ico s fo rza ro n las
rejas de la p risió n y los tres esclavos se p o straro n sobre el suelo. A la lu z de las an torchas
lev an ta ro n las cu atro p lanch as de caoba, plom o, ébano y estañ o que com ponían el ataúd;
ab rieron la ú ltim a con extrem o cu idad o y el d octor re tiró el su d ario del rostro. A h í y a c ía ,
en su u n ifo rm e de la G u a rd ia Im p eria l, con todas sus con d eco ra cio n es sobre el pecho y
el casco reposan do al lado de su p ie rn a d erecha; p a recía d orm ido, silen cioso y tran q u ilo ,
con su n a riz d efo rm e, su barba o scu ra, casi azu lad a y las uñas m uy b lan cas y m uy largas.
Un cu erp o seco y m om ificad o. Los que fo rza ro n las rejas e in terru m p ie ro n el silen cio de
la m u erte están en shock, sus fieles le llo ra n . B ajo una llu v ia in clem en te , cu a re n ta y tres
hom bres portan el sa rcó fa go hasta la c a lle, lo colocan sobre un c a rru a je y lo cu b ren con
un paño v io le ta , bordado con abejas doradas y un a en orm e N m ayú scu la. T res días más
ta rd e , el 18 de octu b re de 1840, levan anclas: el em p erad or reg resa al hogar.
R u tterm ilk
P oint P o in t

B anks P oim

Jam csto w n

I I icks ha II P oint
Black P oint

fforse P asture
P oint
'F .R O U S
V .4 1 N
Egg Isla n d

Range R ough Rock


Fiat Rock
IDCrfi
South

O íd J o a n
P o in t

Wh i te B ir d Is la n d

Casile Rock P oint


Speery Isla n d
Robcrt Rock

° 1 * 3 4 J
/— /— /— / — /— /
44 Océano^Jtlán tico
20" 30’ S
Zo
29” 20’ O Trinidad Trindade y M artim Vaz (Brasil)
PO R T U G U É S I/ha da Trindade
i o km ' | 32 h abitan tes

1140 km

/ — »Victoria

/ 450 km

/ — ♦Río de Jan eiro

2 540 km

/ — ♦Santa H elen a (42)

1890-1836 ocupación británica

/
18 de mayo de 1502 descubierta por Vasco de Gama

E ste lu g a r es un d esa stre to p ográfico ; el a rch ip iéla go en tero está esp arcido de modo a rb i­
tra rio sobre el océan o, el suelo es escarp ad o, resb alad izo y h ostil. Con fr e c u e n c ia a lg u ien
sale a d ar un paseo y d esap arece sin d ejar rastro algu n o , sin re g re sa r n u n ca m ás, a rr a s­
trad o quizás po r las olas de m ás de un m etro de a ltu ra o aplastado tal vez p o r un d esp re n ­
d im ien to o prob ab lem en te despeñado en uno de los n um erosos crá te re s que a g rieta n la
isla. En el cem en terio , c ru ces sin láp id a recu erd a n a todos los d esaparecid o s. E ste lu ga r
no fu e cread o p a ra los hom bres. El m ediodía del 6 de en ero de 1958, poco antes de que
la ex p ed ició n a bordo del A lm ira n te Saldanha lev ara a n clas, A lm iro B arau n a , uno de los
c iviles de la flo ta , salió a tom ar unas ú ltim as fo to g ra fía s en la costa su r de T rin id ad . A las
doce y cu arto un p equeño objeto b rillan te ap a reció en el cielo, m oviéndose h a cia la isla en
d ire cc ió n del cabo C rista de G alo, volan do en círcu lo s con una tra y e cto ria que record aba
la de un m u rciéla go . El d isco vo lad or b rillab a con ton alidades m etálicas y estaba ro d ea ­
do p o r una n eblin a fo sfo re sce n te y verd osa. C om pletam en te atón itos, los o ficiales y m a ri­
neros a bordo no d ejaban de señ a la r el punto b rillan te; B arau n a tard ó tr e in ta segundos en
rea ccio n a r, cogió su cám a ra , en focó y d isparó dos veces; ju sto en ton ces el objeto se ocultó
tras la C olin a del D esejado. Unos segundos m ás ta rd e vo lvió a a p a re ce r, sobrevolan do la
isla con una cla ra tra y e cto ria c irc u la r. B rillab a con m ás fu e rz a y daba la im p resión de e s­
ta r m ucho más c e rca que antes. E n el p u en te de m ando rein ab a el caos; B arau n a se dio de
b ru ces con la m u ltitu d n erv io sa , pero aun así logró sa ca r cu atro fotos m ás, y diez se g u n ­
dos después el m isterioso objeto d esap areció d etrás de un cú m u lo de n ubes, esta v e z p ara
siem p re. L as fotos de B a ra u n a están so b reex p u e sta s, en cu a tro de ellas pu ed e ve rse el
d isco volan d o en d ife re n te s p o sicio n es; p o r el an illo que lo rod ea re c u e rd a a un S a tu r ­
no ach atad o. Las dos fotos que no sa lie ro n , a cau sa del a je tre o del b arco , no m u estra n
nad a m ás que la b aran d a de la b ord a, algo de a gu a y las oscu ras ro ca s de la co sta , que se
a d e n tra con sus a filad os escollos h a cia el m ar, d ista n te y som b ría, com o si p e rte n e c ie ra
a otro m undo.
P onía da N orte
Ponía Cris i a de Galo

Ponía do Valado

M onum ento

llh a da /tachada Ponía de Pedra

Parcel
das 7'aríaruyas

Ponía dos
Cinco Farilhoes
46 Océa no~dtlán tico

ST-S¡ IslaBouvet (N oruega) f . ^


N O R U E G O Bouvetoya \ IN G L É S a n tig u a m e n te L in d sa y o Liverpool Isla n d
49 km ! | D esh abitada

2 510 km

/ —>Cabo de Buena E sp era n za

1170 km

/-—♦Antártida

1910 km

/ — >Tristán de A c u ñ a (48)

1 de enero de 1739 avistada por Jean-Baptiste Charles Bouvet de Lozier 27 defebrero de 1930 anexionada a Noruega

10 de diciembre de 1825 desembarco de George Norris

A l su r de Ciudad del Cabo en d ire cc ió n su r el m ar se ex tien d e en toda su am plitu d ; esta r e ­


gió n aún no ha sido exp lo rad a po r los o cean ó grafo s; una vez traspasad o el Cabo de las A g u ­
ja s , se acaban todas las c erteza s. P in tado de b lan co tro p ic a l, el Valdivia v ir a h a cia el sur,
tom ando un rum bo h acia m ares que no han sido n avegados desde hace m ás de c in cu en ta
años. L a c a rta de n av ega ció n in g lesa que g u ía el barco solo m u estra una gra n s u p e rfi­
cie v a c ía , sin d escrib ir, y una an otación in segu ra: a cin cu en ta y cu atro grad os de latitu d
su r se p ued e e n c o n tra r un pequeño a rch ip iéla g o , avistad o po r B ou vet en su via je desde el
co n tin en te en d ire cc ió n sur. C ook no logró lo ca liza rlo , tam poco Ross, ni M oore; tan solo
un p a r de cap itan es de b allen eros a firm a n haber visto las islas, au nque no logran p o n e r­
se de a cu erd o sobre su lo caliza ció n ex a cta. Los n iveles del b aróm etro se d esp lom an , el
vien to sopla con m ucha fu e rz a , alca n za el grad o d iez de la escala B e a u fo rt, obligando a la
nave a p o n erse al p airo. El cielo se o scu rece y a p a recen los pájaros que a n u n cia n to rm e n ­
ta: albatros c o lo r cen iza , de cab eza n eg ra y m irad a b lan ca, p a recen vam p iros que a cech an
el b arco con su vu elo silen cioso y fan tasm al. El b arco queda a m erced del oleaje, es z a ­
ran d eado de un lado a otro con ta n ta v io le n c ia que los m atraces del lab o rato rio se caen
de sus e sta n te ría s, rom pién d ose en m il pedazos. El m otor del b arco no deja de r u g ir y los
iceb erg s que se escon d en en la n iebla le responden con un frío eco; tras una larga n oche,
el Valdivia logra lleg a r al lu g a r donde, segú n el m apa del a lm ira n te , d eb erían e n co n tra rse
las tres islas: B ou vet, L in d say y L iverp oo l. U na ráp id a reso n an cia m a rin a in d ica que hay
tie rra s su m ergid as y el re fle jo del sol sobre el h orizo n te cre a el espejism o de tie r r a firm e ,
pero no se tra ta m ás que de un a c o rd illera de nubes y no hay rastro de las islas. Días
después, el m ediodía del 25 de n oviem b re de 1898, ap a rece ante ellos el ic e b e rg m ás g r a n ­
de, b rilla n te y m ajestuoso que n u n ca hayan visto. A las tres y m edia de la tard e el p rim er
o ficia l grita : ¡L as Bouvet están delante de nosotros! P ero la m anch a b orrosa que ap arece
a n te sus ojos, a unas siete m illas m a rin as, v a ad qu irien d o cad a vez p e rfile s m ás claros y al
fin a l no son tres islas, sino una sola escarp ad a m on tañ a en todo su esp len dor, form ad a por
abruptos cortes de h ielo y g la c ia re s que se in clin a n h a cia el m ar; se tra ta de una a greste
tie r r a de n ie ve a m erced de los vien to s. A q u í está, p o r fin , la Isla B ou vet, b u scad a en vano
po r tres ex p ed icio n es, ilo calizab le d u ra n te seten ta y cin co años.
Océano A tlán tico

Tristán de Acuña (Reino Unido)


104 k m 2 I 264 h abitan tes

2 770 km

/ — ►Cabo de Buena Esperanza

3 340 km

/ — >Río de Janeiro

2 690 km

/ — »T h u le Sur (50)

7 de noviembre de 1817 William Glass firma el pacto de convivencia


/

/
1506descubierta por Tristán de Acuña
/
1961-1963 evacuación por erupción volcanica

Las rebeliones estallan en los barcos, las utopías se persigu en en las islas. Creer que otro
m undo es posible es un modo de consolarse ante la triste realidad; de nada más que esto
tra ta n los dos libros que van a estar sin excep ción en todas las bibliotecas de los burgue­
ses ilu strad os que se p recien de serlo: La B iblia y La Isla Felsenburg. Aunque el paraíso
te rren al esté lejos, el rein o de los cielos resu lta más alcanzable que esta isla literaria, si­
tu ad a, según su au tor, J u lián Schnabel, al su r del A tlán tico. Felsenburg es una república
donde solo v iv en hom bres ju sto s, el m odelo de un mundo mejor; la ley que rige esta tierra
de cim as nevadas es sen cilla aunque osada: todos sus habitantes son iguales, todo perte­
n ece a todos y p rev alece un sistem a de p a triarcad o irrefu table. Todos los matrimonios
son m on ógam osy felices. Las n u eve tribu s que habitan allí se intercam bian víveres; árbo­
les fru ta le s y viñ edos cre ce n po r doquier. E n el in terio r de la isla hay túneles secretos que
con d u cen hasta g ru ta s subm arinas y hay una cascada. Solo se perm ite que permanezcan
en la isla buenas personas; los recié n llegados son seleccionados de un modo muy especial:
cada vez que hay un n au frag io , los que hayan tenido m al com portam iento en tierra firme
y no se a rrep ie n ta n se ahogarán en las aguas am argas del m ar; pero las buenas personas
que logren lleg a r vivas a la isla y q u ieran perm an ecer allí deberán narrar su vida, como
si fu era la h isto ria de un extrañ o. Los buenos n arrad ores son siem pre los mejores utopis­
tas. E n to n ces, se les dará la oportunidad de un nuevo com ienzo, de sentar las bases para
una vid a m ejor; un n uevo yo es siem pre posible. Quién necesita Felsenburg, piensa Arno
S ch m id t, que está con ven cid o de haber logrado una vida m ejor en Tristán de Acuña. En
esta isla, cien años después de la pu b licación de la novela de Schnabel, vivió el patriarca
W illiam Glass con sus segu id ores, en el m odesto Estado m icrocom unista de Tristán, tal y
com o Schnabel había au gu rad o. A rno Schm idt d esearía con vertirse en mejor persona en
F elsen b urg, pero tam bién q u erría p oseer un pedazo de tie rra de esa isla lejana: ¿Acaso no
p od ría n concederme e l derecho de establecerme a llí como colono, a mí, un hombre que viene
de m uy lejos y que está vivamente interesado en esta isla?¿Nopodría tener unos veinte acres,
ju n t o a la modesta estación de radio, y una p eq u eñ a chabola hecha de latas? Yo m is m o pongo
e l dinero p a ra la travesía. Pero Schm idt p erm an ece en su páram o. En Tristán de Acuna
no cre ce n viñ ed os, y la isla de F elsen bu rg tod avía no ha sido dibujada en ningún mapa.
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S to n yh il! P o in t

5 km
Océano A tlántico

Thule Sur Isla s Sándw ich d el Sur (Reino Unido)


IN G L É S Southern Thule
36 k m ! | D esh abitada

740 km

/ — ♦Georgia Sur

1400 km

/ — ♦Antártida

960 km

/ —->Lauría (126)

■?/ de enero de 1775 descubierta por James Cook

......- - - - - .......... ^ ...............


1976-1982 ocupación argentina

¿Dónde está T hu le? En la p a rte e x te rio r de todas las fro n tera s, en el C írcu lo P olar, j u s ­
to antes del fin del m undo n avegab le. E sta isla es el ú ltim o lu g a r con ocid o de los m apas,
situ ad a en el pun to más al su r del sur, donde el agu a es tan p ro fu n d a y oscu ra que nadie
desea v ia ja r hasta a llí, y a solo una jo rn a d a de via je de la regió n donde todos los m ares
co n flu y en . Sin em b argo, el c a p itá n Jam es Cook ha viajad o dos veces h asta T h u le porqu e
debe cu m p lir la m isión de d e sc u b rir la tie r r a a u stra l, el ú ltim o co n tin en te que queda por
d ib u jar en los m apas. Según cu en ta n los m arin os, se tra ta de unas inm ensas tie r r a s , de
clim a cálid o , rica s en todo tip o de y acim ien to s n atu ra les y habitadas por hom bres c iv ili­
zados: todos hablan de estas tie r r a s , pero n ad ie las conoce. En en ero de I 775>el cap itán
C ook za rp a a bordo de su Resolution po r c u a rta ve z, ad en trán d ose de n uevo en el O céano
G lacial A n tá rtic o en d ire cc ió n sur. P ero , al ig u a l que en ocasion es a n te rio re s, inm ensos
bloques de h ielo flo ta n en el m ar, am en azan a su n ave y le ob ligan a v ira r. L a trip u la c ió n
en tera re sp ira a liv ia d a cu an d o retom an el ru m bo h a cia el n orte y d ejan v a ria s m illas
atrás el p a ralelo sesen ta. Los m a rin ero s y a han su frid o b astan te la n iebla h ú m ed a y la
te m p e ra tu ra c o rta n te ; están agotad os por tra b a ja r día y noch e en los m ástiles helad os,
pasando un fr ío a tro z que les p ro d u ce co n stan tes d olores, reu m as e in icio s de c o n g e la ­
ción; algun o s se desp lom an p o r ago tam ien to tras jo rn a d a s de trab a jo in in terru m p id o .
De rep e n te , su rge ante ellos un tro zo de tie r r a que no ap arece en n in gú n mapa: se trata
de una su p e rfic ie h elad a, con acan tilad os oscu ros y p rofu n d as hondonadas; sobre la isla
sob revuelan corm o ran es n egros y bajo ella se lev an ta n olas en crespadas. Las m ontañas
están cu b ie rta s po r densas nubes; tan solo una cu m bre n evad a, de al m enos dos m illas de
a ltu ra , sobresale en tre los cú m u lo s y se r e c o rta sobre el h orizo n te. C inco m illas m arin as
más ad elan te a vista n m ás m ontañas: es la costa su r de esta tie r r a y erm a, qu izás la cim a
más sep ten trio n a l del c o n tin en te buscado. Lo ú n ico que saben con c e rte za sobre esta isla
es que no les va a r e su lta r de g ra n u tilid ad ; no se tra ta más que de un pedazo de tie r r a h os­
til, cu b ie rto de ru in a s de h ielo y p ied ras que n u n ca se van a d erre tir, un esp acio g r is, frío y
am enazador. E n esta regió n h ela d a, la n atu ra le za está siem p re cond enad a a p e rm a n e ce r
en las som bras. A quí está T h u le , el otro extrem o del m undo conocido.
Sttlam ander
P oint

B E L L IN G S H A U S E N
I SLAND

C O O K rsr.AND
Océano Indico
38° 4 3 ’ S
77" 3 1 ’ E San Pablo (Francia) \ .
FR A N C ÉS í le S a in t-P a u l
7 k m 2 1 D esh abitada

3 oio km

/ —*A n tá rtid a

/ o,v -n w i oi/o 4 ooo 4 290 km

/ — »Sudáfrica

j \ 2 260 km

/ — »Isla de la Posesión (58)

19 de abril de 1618 avistada por Harwick Claesz de Hillegom


r /

/ , ' ' ' /


1559 mencionada en un mapa portugués 24 de octubre de 1892 anexionada a Francia

El 18 de ju lio de 1871 el n avio postal in glés H M S Megaera e n calla en un b an cal de gu ija rro s
a la en trad a de un c rá te r de la Isla de San Pablo; la trip u la ció n del b arco lo g ra lle g a r a sa l­
vo hasta la o rilla , donde se en c u en tra n a dos fran ceses que les dan una cálid a b ien ven ida;
n aciero n en la Isla de B ou rbon y no saben ni una sola palabra de in glés. U no de ellos se
au to d en o m in a e l Gobernador, tie n e unos tr e in ta años y está algo tu llid o . El o tro , que se
p re se n ta com o e l S ú b d ito , debe de ser c in c o años m en or y tie n e un a c o n s titu c ió n fís ic a
fo rm id a b le , es un a lp in ista n ato que no tem e e s c a la r las cu m b res m ás altas y e s c a rp a ­
das de la isla. E ste ú ltim o en señ a la isla con a m ab ilid a d a los n á u fra g o s, m ie n tra s que e l
Gobernador se a ga za p a en un a ch o za c o n s tru id a en la a p e r tu r a de un c rá te r. E l Súbdito
no d eja de r e fe r ir s e al otro h a b ita n te de la isla com o un hom bre bueno, m uy m uy bue­
no-, m ien tra s que e l Gobernador d e sc rib e a su su b o rd in ad o com o un hom bre m alísim o,
malo, requetem alo. N u n ca o tra s dos p erso n a s ta n d istin ta s han en caja d o ta n b ien ; v iv e n
ju n to s en la m in ú s cu la ch oza de m a d e ra y tie n e n un a p eq u eñ a b ib lio te ca solo de lib ros
en fr a n c é s. Son un a p a re ja in se p a ra b le desde tiem p o s in m e m o ria les; su ú n ic a ta re a es
v ig ila r los c u a tro p equ eñ os botes que rep o san en las c u en ca s a n egad as de los c rá te re s
y c o n tro la r los b a llen ero s que p a sa n , p o r un su eld o de c u a r e n ta fra n co s al m es; au n q u e
p r á c tic a m e n te no v ie n e n ad ie a la isla , situ a d a en u n a zon a de fre c u e n te s to rm en ta s y
n ieb la s im p e n etra b le s. Los ú n icos an im ales com estib les que viv en en la isla, re la ta e l
Súbdito, son patos, ratas y gatos salvajes; y ap arte de unas lech u gas cu n e ra s que saben a
esp in a cas, solo c re ce n m usgos, helechos y otros yerbajos. U n a vez al año, gran d es b a n ­
dadas de p in gü in os llega n a la isla p a ra aovar en la escasa v e g e ta ció n que c re ce en tre las
rocas; adem ás hay en orm es p ájaros de p e ch era b la n ca , lom o g ris, ojos rosa b rilla n te y una
coro la de p lum as doradas en la cab eza, son m ansos y con fiad os, p ero su ca rn e es in co m e s­
tib le. H ace tiem p o un m ulato solía v iv ir con los dos fran ceses; se d ice que el bueno y el
m alo, más que m alo, lo asesin aron y se lo co m iero n , y que escon d ieron sus restos en la
cab añ a que e l Gobernador vigilo, día tras día.
o t 2 3 4 ¡
Océano índico
12° 10’ S
96° 52’ E Islas Keelingdel Sur (Australia)
T a m b ién Islas S ur de los Cocos | IN G L E S South Kecling Islands o South Cocos Islands

1 3 .i k m 1 | 596 h abitan tes

/110 km

/ — ♦Java

2 100 km

/ — ^Australia

960 km

j —>Navidad (64)

1826-1831 conflictos entre los dos primeros pobladores, Alexander Haré y John Clunies-Ross

.. ............................................................................ ;
1609 probablemente descubiertas por William K eeling 1978 Australia compra las islas a la familia Clunies-Ross

El H M S B ea g le ha atracad o doce días en la lag u n a, un p a c ífic o rem anso de agu a de oleaje


espum oso y rodeado de a rre c ife s. C h arles D arw in exp lo ra la isla, reco p ila ejem p lares de
flo ra y fa u n a y hace in fo rm es sobre la d iversid ad n atu ral: ha d escu b ierto v e in te esp ecies,
d iecin u e ve gén ero s y d ieciséis fa m ilia s d istin tas de p lan tas, todas ellas d escen d ien tes de
una m ism a sem illa d escon ocid a, p rob ab lem en te tra íd a aquí po r el m ar. E sta tie r r a está
com puesta en su totalid ad por fo rm acio n es de coral; po r todos lados p u lu la n can grejos
erm itañ os que carg a n sobre sus cap arazon es m ejillones y otros b ivalvos, p rob ab lem en ­
te robados en playas cerca n a s. El 4 de abril de 1836 el m ar se en c u e n tra e x tra o rd in a ­
ria m en te tran q u ilo , po r lo que D arw in se a rrie sg a a va d ea r la b a rre ra e x te rio r de rocas
m u ertas hasta a lca n za r las p ared es de corales vivos, azotados po r el oleaje de a lta m ar. A hí
m ism o, en el lím ite en tre la tie r r a y el m ar, flo re c e todo tip o de corales jó v e n e s, c ria tu ra s
torn asolad as y m aravillas a cu á ticas que se van secando, poco a poco, por efecto del a ire y
del sol. D ía y n oche pu ed en en co n tra rse allí estos resp la n d ecien tes anim alillos vegetales
que fo rm an u rdim b res y se en reja n para no ser a rrastra d os por la fu erza de las olas. U na
vez, hace m ucho tiem p o, los corales a lca n za ro n la cim a de un vo lcán y lo cu b riero n por
com pleto, m u rien d o cu an do este se hun dió en las profu n d id ad es del océano. E n la su p e r­
fic ie solo quedó un esqu eleto de cal donde se asen taron las sig u ie n tes g e n e ra cio n e s de c o ­
rales; restos de m ontañas caídas se d ep ositaro n sobre este su stra to y rem ansos de aren a,
a rra stra d a por el v ie n to , sed im en taro n p o r aquí y po r allá. L a isla se form ó len ta m en te,
g ra cia s al trab ajo in can sab le, co n stru c to r y v iv o del coral. C ada atolón es el m ausoleo de
una isla que yace bajo la su p e rfic ie m a rin a, una m a ra villa n a tu ra l m ás sublim e que las
p irám id es, cread a solo po r estos pequeños y quebradizos an im ales. C uando el Beagle se
a leja de la L ag u n a , D arw in escribe.- M e siento alegre p o r haber visitado estas islas: algunas
de estas form aciones de corales son sin duda las creaciones más excelsas d e l mundo. Años
después lleg a rá a la sig u ie n te con clu sión : E l árbol de la vida debería estar hecho de corales.
H O R S B l rR G H I S L A N I)
(Pulo L u arj

Possesifon P oint .
D IR E C T IO N IS L A X I)
(P ule TikusJ

P P IS O N IS L A N D
(Pulo Bras)

T u r k R ce f

H O M E IS L A N D

PuhAm pang

Pulo B lukok Pu/o W 'a-idat


Ujong Tanjong Pulo K am bang
Pulo Chcplok

Pulo P anda ng

Pulo S ip u t
W E S T IS L A N D Pulo J a m b a ta n
Pulo Labu
( Pulo P anjang) Ujong Pulo D ekat

Tanjong
Pulo A'arnbing Pugi Ujong P u lo ja u

Pulo Blan
K lapa T uju M adar SO U TH I S L A N D
( Pulo A ta s )

° * -2 3 4 5
z — /— / — / — /— /
58 Océano índico
4 6 ° 24
5 1 ° 45 ■l Posesión Isla s Crozet (Francia) lT \
FRANCÉS lie de la Possession, antigu am en te lie de la Prise de Possession [Isla de la Tom a de Posesión]
150 km* | 26-45 h abitan tes

2 150 km

/ — ♦Antártida

2 370 km

/ — >M adagascar

3 640 km

/ — >Bou vet (46)

1964 apertura de la estación de investigación

24 de enero de 1772 descubierta por Marc-Joseph Marión du Fresne

En 1962 los fra n ce se s b a u tiza ro n la p rim e ra m isión al n orte de un m acizo m on tañoso con
el nom bre del m ayor h a ced o r de sueños que su n ació n jam á s haya ten id o. A ctu a lm en te
un a de las c o rd illera s m ás escarp ad as de la Isla P osesión y un c rá te r de la c a ra o c u lta de
la lu n a se llam an J u lio Verne; dos polos m uy d ista n tes, que él p o d ría h ab er co n ectad o en
uno de sus via jes e x tra o rd in a rio s. E ste n o stá lgico del pasado y p r o fe ta del p o rv e n ir aunó
tiem p os in m e m o ria les y fu tu ro s , cerca n o s y rem oto s, en un m ism o esp acio que pod ía
ser fá cilm e n te re c o rrid o con sus in g en iosas m áqu in as, tan b ien en sam bladas com o la
tra m a de sus relato s. Sus novelas son una v is ita g u ia d a p o r la fe r ia de las m aravillas del
m undo, son gab in etes de cu riosid ad es n atu ra les p ara a v en tu rero s p o ten cia les y tien en el
b rillo de las su p erficies m etálicas de las m áquin as p o r in v en ta r, en soñ ación d iu rn a para
uso co tid ian o , atlas d om éstico , p a ra v ia ja r sin sa lir de casa. Sus héroes son jó ve n e s que
h acen de su vid a un v ia je p ara tr a ta r de reso lv er los en igm as del u n iv erso , po r m edio de la
ad q u isició n de con o cim ien tos de en ciclop ed ias; pero tam bién el d octor F ergu sson , quien
sostuvo: Yo no busco ningún camino, e l camino me busca a m í, y el C ap itán N em o, am ante
apasionado de los m ares. Los viajes a la Luna, al cen tro de la T ierra o alrededor del m undo
sa tisfa ce n la cu rio sid a d más in saciab le, pero son segu ros y siem p re acaban bien. Unos
k iló m etros al sur del M onte Julio V erne flu y e el río E stig ia , que n ace en un lago p erd id o
y desem boca en el m ar que se ex tie n d e hasta la A n tá rtid a . E ste desolado y rem oto a r ­
c h ip iélago es tan d ifíc il de a lca n za r que se p o d ría in clu so p en sa r que la m ejor m an era de
n a v eg a r hasta ahí es d ejarse lle v a r a la d eriv a , ser a rrastra d o po r los vien to s del oeste que
p ierd en a los b arcos en tre Á fr ic a y A u stra lia , para n a u fra g a r en uno de los acan tilad os de
la isla, donde la nave se rom perá en m il pedazos al ch o ca r co n tra las rocas de basalto y los
escollos dentados de la orilla. P ero la isla m isteriosa de V erne se en c u e n tra m uy lejos de
aquí, ilo calizab le en m edio del O céano P a c ífico , y Posesión no es lu g a r p a ra robinsonadas.
Pointe Sombre

P o in te lia s se Cap d e la M eu rth e

Cap d e P A ntarh

'Anguillas
M ptotde
l'A h a c tíe
4*<i • Cap C hivau d

# # A JVl,0 1 R E S
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• 8>t r.fs fíet
ftauquíne ,/ A T £ ¿ V J S A A A’£ / .

C O V t.fS O É S 7í
PorMAlfVod
Aütrr. O E S fíjy y .v j ms& M o n i Branca

934 •
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P lc d u
fojxa rin

Poin te du
fí ottgain v i lie

C ap d u C a li te n i
Roc/tcrs

° 1 2 3 4 5
6o Océano índico
7° 18 ’ S
72 ° 24 ’ E Diego García Archipiélago de Chagos (Reino Unido)
27 k m 1 I 3 700 h abitan tes

780 km

j —>Maldivas

1780 km

/ — >La In dia

2 710 km

/ — >Islas K e e lin g d e l Sur (56)

1967-1973 reasentamiento de los chagosianos


/

/ ............. ....' .... .................................................................................. !


Circa 1500 descubierta por unos marinos portugueses A partir de 2000 batallas legales por el derecho de regreso

Los h a b ita n tes de Chagos p e rd iero n su h ogar, su vid a en un m odesto p a ra íso , h ace m ás
de c u a re n ta años y a h ora esp eran a ser rep a triad o s en los su b u rb ios de P ort L o u is. Se
tr a ta de un pueblo a q u ien no le co n ced en el d erech o de serlo, por lo que su ced ió lo que
siem p re sucede: in ju stic ia s, crím en es y abusos de pod er c o lo n ia l, trap os su cios en m i­
tad de un océano crista lin o : la co ro n a b ritá n ic a co n ced ió la in d e p en d en cia a M a u ricio
a cam bio de tres m illo n es de lib ras y este a rch ip iéla go ; poco d esp u és, a rren d ó esta isla
al país m ás poderoso d el p la n e ta , p o r un p erío d o in ic ia l de c in c u e n ta años y al m ódico
p recio de un d ólar al año, todo ello en nom bre de la fra te rn id a d en tre n acion es. Y desde
en to n ces pued e e n c o n tra rse un a base m ilita r en m itad del O céan o ín d ic o . Es una de las
lo c a liza cio n e s m ás secreta s del m u n do, p ero se a n u n cia casi com o si fu e ra un d estin o
soñado p a ra tu rista s o ccid e n ta les: E sta espectacular isla a l este de A frica Ecuatorial\ que
se p u e d e conocer en un tragecto de autobús de apenas trein ta m inutos, p osee todos los ele­
mentos p a r a cum plir las expectativas d e l viajero más exigente. La tem peratura d e l m ar
siem pre está cálida, las brisas tropicales p erm iten hacer s u r fe n sus p la g a s, se p u ed en p e s ­
carpeces espada de más de doscientas libras o incluso ju g u e te a r con m illones depeces de co­
lores brillantes m ientras se bucea. A dem ás de varios clubes g un campo de g o lf la isla posee
un p a b elló n deportivo, una galería de arte, un p eq u eñ o economato d ondepuede comprar de
todo, una biblioteca e incluso servicio de correos, dos bancos g una p eq u eñ a capilla. N uestro
lema es: Una isla, un equipo, una m isión. P ero ¿algu ien re c u e rd a a las m ás de q u in ie n ­
tas fa m ilia s exp u lsad as de a llí y d eclarad a s trab a ja d o res ileg a les en el co n tin en te? La
d ip lo m a cia b ritá n ic a a se g u ra p o r el c o n tra rio que la isla siem p re estu vo d esh ab itad a.
El atolón rec u erd a a dos ín d ices extend id os en form a de una V m ayú scu la, un a enorm e
señal de v ic to ria en m itad del océano; pero ¿victoria para quién? Los chagosianos lu ch an
po r ob ten er p asaporte b ritá n ic o , p le itea n para que sus quejas pu ed an ser presen tad as en
los trib u n ale s y no dejan de r e iv in d ic a r su d erech o de regreso a la isla; pero de n uevo les
han d en egado todas estas dem andas. Isabel II ha vu elto a ren o va r el a cu erd o , la reliq u ia
de tiem pos colon iales, en realid ad . El hogar de los chagosianos sigu e sien do una zona p r o ­
hib id a, una base m ilita r a érea y m a rin a, pu n to estra té g ico p ara op eracion es de d efensa.
Su nom bre: Camp Justice.
62 Océano Indico
37° 50’ S
77° 33’ E Ámsterdam (Francia) $ .
F R AN C ÉS l ie A m sterdam , tam b ién Nouvelle A m sterdam

58 k m 1 I 25 habitantes

4 290 km

/ — >Sudáfrica

/ 000 200.' 3 370 km

/ —^Australia

90 km

' / — ►San Pablo (54)

18 de marzo de 1522 avistada por Juan Sebastián Elcano 1949 construcción de la estación meteorológica
/,- iv j uk'O ^ /-<■•» tlioo r jo o j 2000

1633 bautizada por Anthonie van Diemen Diciembre 1997-Febrero 1998 estancia de Alfred van C leef
como su barco NieuwAmsterdam

Lo que más desea A lfred van C le e f es perm an ecer aquí, en la isla que lleva el nom bre de su
ciudad n atal, del ú n ico lu g a r donde puede sen tirse com o en casa. El viaje hasta Á m sterdam
duró unas dos sem anas; los trám ites para lo g ra r el perm iso de acceso a la isla, ocho años.
N adie puede v iv ir aqu í, por ello el perso n al de la estación de in v estig a ció n va ro ta n ­
do p e rió d icam en te. A lgu n os hom bres p erm a n ecen en la isla tan solo un p a r de m eses, la
m ayoría m edio año. En la p laya, las focas m acho aúllan y los lobos m arinos lu ch an por
las hem bras que están a punto de llegar; el ven ced o r ocu pará el m ejor lu g a r de la costa
p ara el apaream ien to. En Á m sterdam no hay n in gú n bote. ¿A dónde p od ría llevar? E sta
isla es un pedazo de F ra n cia extraviad o en el m ar, una cru z en m edio de una g ra n nada
azu l, o al m enos así queda rep resen tad a en los m apas que d ecoran las paredes de la estación
m eteorológica, colgados en tre un p a r de cu adros de albatros y varios pósteres con chicas
desnudas. E n el com ed or Gran Gaviota el je fe de esta sección da un d iscu rso después de
c e n a r; L a incom unicación no existe, incluso a q u í en Am sterdam somos im portantes p ie za s
de una compleja m aquinaria: enviamos y recibimos señales que definen quiénes somos. Es
un soñ ador, un m éd ico y un soldado p ro fe sio n a l, po r ese ord en . Su desp ach o es la ú n i­
ca h a b ita ció n sin p ó steres eró tico s en las p a red es. E n un cajón de su e s c rito rio puede
e n c o n tra rse el re g istro del estado c iv il de todos los tra b a ja d o res, las colu m n as va cías
d esvelan que n in gu n o se ha casad o, ni ha ten id o hijos. Todo el que p e rm a n e zca m ás de
un año en Á m sterd am debe ser exam in ad o p o r un m éd ico, en viad o p o r la c a p ita l, p ara
c om p rob ar cóm o so b relleva la fa lta de lib e rta d y el aisla m ien to en este en to rn o e x c lu ­
siva m en te m ascu lin o. N in g u n a m u jer ha estado aquí m ás de dos días segu id os. Por la
noche los trabajad ores se reú n en en la pequeña sala de cine de la e stación y ven p elícu las de
su enorm e colección de porno. Cada uno se sien ta en una fila d istin ta y n u n ca m iran hacia
a trá s, los altavoces se llenan de jad eos y gem idos. A lfred van C le e f p erm an ece en el ex te­
rior; el cielo está cu bierto de estrellas y el a ire resu lta cargado y espeso por el olor a lm izcla ­
do de los toros m arinos. A ntes de acostarse en su tien d a, Van C le e f anota en un cuaderno:
N ada es más liberador que la soledad elegida.
P o in tc
Goodcnough

P o in te de M artin de Vivics
...
Lx Recherche
:+\ Cra tere A n ien n e lli

Cratére Vónus

l'r a tr r t
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S u p (r ie u r * , j .
V E U SA N T r s b c u lm tn ,
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P e in te de/ Cano n'Xn
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P o in tc
Vlam ing

0 1 -* J 4 5
64 Océano índico

SI Navidad
10° 3 0 ’ S
105“ 38’ E (Australia)
IN G L E S Christmas Isla n d

135 k m 2 | 1 420 h abitan tes

350 km

/ — >Java

2 590 km

/ —>Perth

4 120 km

/ — ♦Ámsterdam (62)

25 de diciembre de 1643 descubierta por Willyam Mynors

1989 aparición de la primera supercolonia de hormigas araña

L a estación de las llu vias los sed u ce p ara que abandonen sus nidos. C ada m es de n o viem ­
b re , cien to v e in te m illones de can grejos a lcan zan su m adu rez sexu al e in ic ia n su tra v esía
h acia el m ar; un en orm e tap iz rojo se ex tien d e sobre toda la isla. Paso a paso, superan do
todos los ob stáculos, avan zan sobre el asfalto y los a rcen es, se cu elan po r los resq u icios de
las p u e rta s, escalan m uros y p ared es rocosas. L ig era m e n te ladeados, a rra stra n sus c a p a ­
razon es rojizos con sus dos fu erte s pin zas y sus ocho escu álid as patas, siem p re en d ire c ­
ción al m ar; una vez allí d ep ositarán sus hu evas de color n egro en m itad del oleaje, ju sto
antes de la lu n a n u eva. No todos lo g ra n c u m p lir esta m isión , sus en em igos a cech a n por
todos lados, p ero los c an grejo s no saben dónde o cu án d o los a ta ca rá n . Las h orm igas a ra ­
ña am arilla s sim p lem en te a p a re cie ro n un d ía, es p rob ab le que las tr a je r a un v isita n te de
la isla, de m odo in a d ve rtid o . E sta esp ecie in v aso ra no m ide m ás de c u a tro m ilím e tro s,
p ero su e jé rc ito resu lta co m p letam en te an iq u ila d o r. Las d istin ta s colon ias de h orm igas
c o n v ive n de m odo p a c ífic o y sus rein a s han firm a d o un pacto fa tíd ico : todas ju n ta s han
c o n stitu id o un a g ra n co lo n ia u n id a, una fu e rz a om in osa, todo un im p erio. Las m ás de
tre sc ie n ta s rein a s d irig e n un p e lig ro so e jé rc ito de trab a ja d o res de patas larga s y f le x i­
b les, pequeños tron cos a m arillos y cabezas n egra s. C o n stru y en sus nidos p o r todos la ­
dos, en árb oles hu ecos y en p ro fu n d as h en d id u ra s de la tie r r a , y alm a cen an pequ eños
in secto s p ara p ro d u c ir el n é c ta r m eloso con el cu al alim en ta n a sus larva s. Se m u even
con un a velo cid a d fr e n é tic a , cam b ian d o de rum bo cad a dos o tres segu n d o s, bu scan do
siem p re un a n u eva d ire cc ió n , y están p e rm a n e n tem en te p rep ara d a s p a ra el com bate.
Sus v íc tim a s son las cría s del p ájaro bobo y del ra b ih o rca d o , y tam b ién los ca n g rejo s r o ji­
zos que se d irig e n al m ar. Las h orm igas a ra ñ a ro cía n sus cap arazo n es con ácid o fó rm ico
y los c an grejo s p ie rd en la v ista , su rojo b rilla n te se apaga y m u eren a los tres d ías. La Isla
N avid ad está en g u e rra .
Silvcr City

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The Settlement
S m ith P oint
Drum site
N o rth w est Point
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South P oint

° * 3 4 i
Océano Indico

Tromelin Isla s dispersas (Francia)


FR AN CES íle des Sables [Isla de A rena]

0.8 km 1 | 4 h abitan tes

430 km

j — *M adagascar

550 km

f —>M auricio

2 160 km

/ — ♦Diego G arcía (60)

IJ22 descubierta por Briand de la Feuillée

/
/
31 dejulio de 1761 naufragio del Utile

El 17 de n oviem b re de 1760 el U tile, un b arco de la C om pañía M erca n te de las Indias


O rie n ta les, zarp ó de B ayon a, al sudoeste de F ra n cia , rum bo a las Islas M ascareñ as. Su
ca p itá n , Jean de la F arg u e, h izo una p arad a en M ad agascar p a ra rep o sta r v ív e re s, y a d e­
m ás, co n tra ria n d o las órden es del G obernador, se llevó a sesen ta esclavos a b ordo, para
ven d erlos ju n to a las dem ás m erca n cía s en la Isla de F ra n cia , hoy con o cid a com o M a u ri­
cio. D u ra n te el tra y e cto , una g ra n torm en ta a rra stró al Utile lejos de su rum bo, ch ocaron
co n tra unos escollos y la nave se rom pió en m il pedazos en los acan tilad os de una d im i­
n u ta isla, apenas un a lín ea de p laya de unos dos kiló m etros de largo y och ocien tos m etros
de ancho, donde solo c re cía n dos o tres p alm eras y cocoteros. Se llam aba la Isla de A ren a.
L a g ra n m ayo ría de los que no se ah ogaron se en con trab an gra vem en te h erid os, eran más
som bras que hom bres y no ta rd a ro n en m orir. Los su p erv ivien te s sanos com en zaron a
c o n s tru ir una balsa con los restos del n a u fra g io , y dos m eses después la n ave estaba lista
p a ra zarp ar. Los m arin ero s fran ce ses se h iciero n a la m ar con la p rom esa de re g re sa r con
ayu d a, eran cien to vein tid ós hom bres sobre una balsa de m adera y n u n ca más se volvió
a saber de ellos. Todos los esclavos se q u ed aron en la isla y se d eclararo n lib res, pero su
lib e rta d no abarcaba m ás de un p a r de kiló m etros a la redonda. E n rea lid a d , estaban tan
presos com o an tes, esclavos solo de su p rop ia vo lu n tad de su p erv ive n cia . E n cen d iero n
un a fo g a ta , ex cav aro n un pozo, rem en d aron sus harapos con plum as y se alim en tab an de
aves a cu á tic a s, to rtu g as y cru stáceo s. M uchos de ellos se sen tían tan desesperados que
se d ejaron a rr a s tra r por las co rrien tes m a rin as, flotan d o sobre unos tron cos de m adera,
en d ire cc ió n a n in g u n a p a rte. E se d estin o les p a re c ía m ejor que p e rm a n e ce r presos en
este m in ú scu lo y desam parado pedazo de tie rra ; aband onaron sus esp eran zas y su vid a,
m ien tra s los dem ás co n tin u a b a n v ig ila n d o la h ogu era. El fu eg o p erm a n eció en cen d id o
d u ra n te q u in ce años; de los sesen ta esclavos ya solo quedaban siete m u jeres y un n iño de
pech o. El 29 de n oviem b re de 1776 un b arco llegó a la isla, se tratab a de la co rb eta D a u -
p h in e , que rescató a los n áu frag o s a bordo y los llevó h asta la Isla de F ra n cia . No d ejaron
nada en la Isla de A ren a , tan solo restos de m adera carb o n izad a de la h og u era sem p itern a
y el nom bre de su salvad or, un o fic ia l de la m a rin a real fra n ce sa y cap itán de la corbeta: el
cab allero de T rom elin .
N a p iik a

P a n g a ta u fa

Is la d e la s A n típ o d a s

3
Is la C am pbell
7O Océano Pacífico
14 ° 10
4 1 ° 14 o Napuka Isla s de la Decepción (Polinesia Francesa)
T a m b ién llam ada Pukaroa, a n tigu a m e n te Wytoohee

8 k m 2 | 277 h ab itan tes

20 km

¡ — >Tepoto N orte

ro,h' 3 990 km

/ —* H aw ai

920 km

/ — *F an gatau fa (80)

Finales de enero de 1521 probablemente descubierta por M agallanes

1977 apertura del aeropuerto

C uando el 28 de n oviem b re de 1520 p o r fin lo g ra ro n a lca n za r el océano y tom aron rum bo


n oro este, el cap itán g e n e ra l F ernand o de M agallan es an u n ció que n e c e sita ría n al m e­
nos un m es m ás p a ra lleg a r a las Islas de las E sp ecia s, pero ya nadie creyó sus palabras.
D u ran te largas sem anas no habían avistad o n i un solo tro zo de tie r r a , el océano estaba
p erp etu a m en te en calm a y po r ello lo llam aro n M are Pacifico. E ra com o si se h u b ieran
ab ierto las p u ertas del cielo y n av eg a ran d ire ctam en te h a cia la etern id ad . Poco tiem po
d esp ués, la b rú ju la d eja ría de te n e r fu erza s p a ra a p u n tar al n orte y no habría su ficien te
com id a p ara toda la trip u la ció n : las galletas no era n m ás que m igas, cu b ie rta s de cagadas
de rató n y de gu san os, y el agu a potable era un caldo p u tre fa c to y a m arillen to . P ara no
m o rir de ham bre se a lim en ta ro n de serrín y del cu ero con el que se en vu elv e los m ástiles
p a ra p ro te ge rlo s de las heladas. T en ían que m ojar los pedazos de cu ero , duros com o una
p ie d ra , d u ra n te cu atro o cin co días en el m ar p a ra lo g ra r ablan d arlo, lu ego lo asaban en
carbó n y se los trag a b a n a la fu e rza . C uando d escu b riero n que h abía ratas a b ordo, c o ­
m en zó la c a c e ría . P or un ejem p lar fa m élico se llegó a p a g ar m edio doblón de oro; uno de
los m arin ero s se en co n tra b a tan desesperad o que en gu lló una ra ta cru d a , en tera , y otros
dos se e n za rza ro n en tal p elea po r otro ejem p lar, que uno de ellos acabó m atando al otro
a hach azos. Según la ley, el hom icid a debía ser d escu a rtiza d o , pero n ad ie ten ía fu erza s
p ara cu m p lir la sen te n cia, por lo que lo estra n g u la ro n y lo a rro jaro n p o r la borda. Cada
vez que m oría un m a rin ero , M agallan es se ap resu rab a a en vo lv er el cad á ver con una lona
y lan za rlo al m ar, antes de que sus hom bres c o m etie ra n can ibalism o. E n e fe cto , los su ­
p e rv iv ie n te s m irab an a los cad áveres fresco s con ta n ta avid ez que h asta les sangrab an
las en cías. Cuando p o r fin , c in c u e n ta días d esp u és, avista ro n tie r r a , no e n co n tra ro n
n in g ú n lu g a r p a ra fo n d ea r el an cla y los m arin ero s que llega ro n a la isla en botes no e n ­
c o n tra ro n nada p a ra calm a r su ham bre ni su sed; por eso la llam aro n Isla de la Decepción
y co n tin u a ro n su v ia je. El escrib an o del b arco , A n ton io P ig a fe tta , anotó: E sto y convencido
de que nadie osará emprender de nuevo un viaje tan desesperado como este.
° ‘ 1 i 4 S
2 Océano‘Pacífico
2 7 ° 36
14 4 ° 20 o R a p alti Isla s A ustrales (Polinesia Francesa)
T a m b ién con o cida com o Rapa | IN G L E S a n tigu a m e n te Oparo Isla n d

40 k m 1 | 482 h abitan tes

1180 km

¡ — «Haití

2 iw 3 620 km

/ — »N u e va Z elan d a

1140 km

/ — >Pitcairn (102)

1791 avistada por George Vancouver

/
/
2 6 de mayo de 1998 muerte de M arc Liblin a la edad de cincuenta años

En una pequeña ciu dad en una lad era de los V osgos, un ch ico de d ieciséis años es v is ita ­
do en sueños de form a r e c u rre n te p o r a lg u ien que le en señ a un idiom a co m pletam en te
d escon ocido. P ron to el jo v e n M arc L ib lin habla esa len gu a con flu id e z, au nque sigu e sin
saber de dónde v ie n e ese idiom a o in clu so si rea lm en te e xiste. Es un ch ico s o lita rio , hijo
ú n ico , sup erd o tad o y está sed ien to de n uevos co n o cim ien to s. E n su ju v e n tu d se a lim e n ­
tó más de libros que de pan . Con tr e in ta y tre s años es un vagab u n d o que v iv e al m argen
de la sociedad en B re ta ñ a , donde llam a la a ten ció n de un g ru p o de in v estig a d o re s de la
U n iv ersid a d de R en n es que d esean d e sc o d ific a r y tr a d u c ir ese len g u a je soñado. D u ran te
dos años in tro d u cen esos ex tra ñ o s fon em as que a rtic u la L ib lin en las p rim era s co m p u ­
tad oras de la U n iv ersid ad , p ero todo es en van o, n in g u n a com p u tad ora e n c u e n tra una
p a u ta en esos sonidos in con exos. E n un m om ento de fru stra ció n , se les ocu rre una idea:
deciden ir a las tabernas del p u erto, p ara p reg u n ta r a m arinos recién desem barcados si a l­
gu no de ellos ha oído alguna vez, en algún lu gar, ese extrañ o idiom a. E n una de las tabernas
de R ennes, L iblin pron u n cia su in in telig ib le soliloquio ante un gru po de tu n ecin os que lo
m iran con a b u rrim ien to, cuando de rep en te, el dueño del bar, un m arin o retirad o que los
m ira desde detrás de la b arra, los in terru m p e y les dice que ha escuchado ese idiom a con
anteriorid ad en una de las islas más lejanas de la P olin esia y que conoce a una vie ja dama
que lo habla. Se tra ta de la exm u jer de un m ilitar, que ahora reside en unas vivien das de
pro tecció n o ficial en el e x tra rrad io de R ennes. El en cu en tro con la dam a p o lin esia c a m ­
bió la vid a de L iblin: M e re tu in i M ake abrió la p u e rta de su casa, él la saludó en su idiom a
y ella con testó in m ed iatam en te en el an tig u o R apa que se hablaba en su isla n atal. M arc
L ib lin , quien n u n ca antes había salido de F ra n cia , se casó con la ú n ica m u jer que lo e n ­
te n d ía y en 1983 se m udaron ju n to s a la isla, donde se habla su idiom a soñado.
Océano Pacífico

Robinson Crusoe Islas deJuan Fernández (Chile)


ESPAÑ O L a n tigu a m e n te Isla M ás a Tierra

96.4 km J | 633 h ab itan tes

150 km

/ —♦Isla de A le x a n d e r Selk irk

630 km

/-♦ C h ile

jo c o ;.w 3 770 km

/ — ♦Floreana (92)

¿jOO /ÓÍ.V t?Oi} tü v c JffOO 2000

1704-1708 robinsonada de Alexander Selkirk

El d iario de R obinson está en B e rlín , en una estantería olvidada de la Biblioteca N acion al


d e l Legado C ultu ral Prusiano, segú n d eclara D avid C ad w ell, del M useo N acion al de E d im ­
b u rgo. E n esta b ib lioteca de tem as n áu tico s siem p re hay algo que h a ce r, desde hace diez
años estu d ian aquí los m ism os h isto ria d o re s, quienes co n su ltan los en orm es volú m enes
y en ciclop ed ias que cu b ren , de suelo a tech o , todas las pared es. En el cen tro de la sala hay
globos terráq u eo s del tam añ o de un hom bre y a su a lred ed o r se d istrib u y en los e s c r ito ­
rios; en cada uno de ellos, los in v estig a d o res escrib en sobre d istin tas islas, u n a p ágin a
en tera cuan do todo va b ien , apenas m edia lín ea al día cuando no se sien ten in spirad os.
C ald w ell estuvo en R obinson d u ra n te algo m ás de un m es, in vestig an d o la vid a de S elk irk ,
pero no en co n tró nada m ás que un pedazo de b ron ce afilad o y p u n tia gu d o , de 1.6 c e n tí­
m etros de largo . E stá com p letam en te segu ro de que es la p u n ta del com pás de A lex a n d e r
S elk irk . C ald w ell tam bién a firm a que el d iario , que el p ira ta fracasad o escrib ió en la sole­
dad de la isla, no está en la B ib lioteca. Según los a rch ivo s, el m a n u scrito form ó p a rte de la
co lecció n del d uque de H am ilton , p ero más tard e a p areció en una subasta en los p rim eros
m om entos del Im p erio G erm án ico. L a p rim era n ovela e sc rita en in glés está in sp irad a en
el d iario perd id o y p resen ta tan tas verd ad es com o in ven ciones: A lex a n d e r S e lk irk se co n ­
v ir tió en R obinson C ru so e, el hijo de un zap atero escocés pasó a ser el h ijo de un ten d ero
de York; ambos desoyeron los consejos de sus resp ectivo s pad res y se ech aro n a la m ar.
Los cu a tro años y c u atro m eses que S e lk irk pasó en la isla se am pliaron en la fic c ió n h asta
v e in tio ch o largo s años, la m itad de la vid a de un hom bre. El p ira ta se c o n v irtió en C ru soe,
dueño de una p la n ta c ió n , que te n ía que r e fre n a r su deseo de p e rse g u ir d estin os m ás le ja ­
nos, y ta n p ron to com o los a lcan zab a, d eseaba p rofu n d am en te re g re sa r de n u evo al hogar.
Se escu ch an su su rro s en la secció n de revista s de la B ib lio teca , y por la ta rd e , cuando
las h ileras de m esas se va n ilu m in an d o, p u ed en ve rse págin as bailando a trav és del gra n
v e n tan al de la fach ad a p rin c ip a l. E n la sección de m an u scritos están hacien d o in v e n ta ­
rio. El 4 de feb rero de 2009, una p o rta vo z a cla ra lo sigu ien te: E n los pasados días hemos
consultado todos los catálogos p osibles y no ha habido suerte, no hemos encontrado nada. E l
diario de Selkirk no está aquí. Lo podem os asegurar con completa certeza. L a vid a de los
e scrito res p a rece ser m ás fá c il que la de los b u scad ores de libros perd id os.
P u n ta N orte

Punta
Suroeste

P u n ta
Pescadores

0 ' 3 -f i
/---/----/----/----/----/
Océano ‘Pacífico

Howland Isla s F én ix (Reino Unido)


IN G L E S H o w la n d Isla n d

1.84 k m 2 I D esh abitada

/ 640 km

/ — *Sam oa

3 030 km

¡ — >Hawai

1 750 km

/ — >Pukapuka (88)

1 de diciembre de 1828 descubierta por Daniel M cKenzie

E lla fu e la p rim era m u jer en sob revo lar el A tlá n tico en solitario: desde T erra n o v a hasta
Irlan d a del N o rte, en ca to rce horas y cin c u e n ta y seis m in u tos, y la segu n da p erso n a en
re a liza r esta proeza; el p rim ero fu e L in d bergh . T am bién voló desde Los A n geles hasta
N ueva Jersey, desde M éxico D.F. hasta N ew ark y desde H onolulu h asta O akland. Se trata
de A m elia E a rh a rt, un a p io n era , que grabó sus réco rd s en el cielo con la estela de su avión.
A unque logró incon tables m éritos en las a ltu ra s, no se conform aba con ser la p rim era
m u jer en co n segu ir tales retos, q u ería ser, al m enos por una vez, el p rim er ser hum ano,
con in d epen d en cia de su gén ero , en h acer algo m em orable; po r ello se propuso ser la p r i­
m era persona en d ar la vu elta al m undo en avión sigu iend o la lín ea del ecuador. S é que es
peligroso, p ero lo h a ré porqu e tiene que hacerse. La ú ltim a fo to g ra fía que le h ic iero n a n ­
tes de in ic ia r su via je de 29 000 m illas alred ed o r del globo m u estra a una d esig u al p areja
d elan te del Lockeheed L -10 E Electra, un avión a erod in ám ico de b rillo p latead o, p ro p u l­
sado por dos m otores: E a rh a rt deja cae r su m ano con cariñ o sobre el avión; p a rece que lo
a ca ric ia ra . La c re m a llera de su m ono de a v ia ció n está lig era m en te a b ierta , su peinado es
p e rfe cto , su cu erp o es largo y esbelto, y su son risa, te m era ria . A su lado pu ed e ve rse a su
a sisten ta de vu e lo , F red N oon an , una ch ica tím id a pero d ilig en te e im p rescin d ib le en las
a ltu ra s. La m añana del 2 de ju lio de 1937 retom an el vu elo después de una p arad a p ara
rep o sta r en la Isla L ae, en el m ar de Salom ón. L a p ista de desp egu e está llen a de baches y
el avión pesa más de lo h a b itu al, p o r te n e r el tanque de g aso lin a lleno h asta a rrib a , aunque
en realid ad solo llevan com bu stible p ara vo la r sin problem as d u ra n te unas v e in te horas.
Ya han sobrevolado casi todo el ecu ad or, han reco rrid o más de 22 000 m illas y el m undo
en tero queda a sus espaldas; solo les queda una ú ltim a jo rn a d a de vu elo sobre el silen cioso
océano para cu m p lir su ob jetivo. En la Isla de H ow land, a 2 556 m illas de d ista n cia , los
esp eran el Itasca, un gu ard acostas n o rtea m e rica n o , n uevas reserva s de com bu stible y dos
cam as re c ié n hechas. El atolón es tan pequeño que basta una nube p ara cu b rirlo p o r com ­
p leto. A las 7:42 de la m añana se escu ch a la voz de E a rh a rt en la radio: Estam os llegando
p ero no vemos nada, nos queda p oca gasolina. U na hora m ás tard e llega una n u eva llam ada:
Volamos 157-377 grados, en dirección norte sur. La trip u la ció n del Itasca otea el h orizon te
con prism á tico s y en cien d e v a ria s b en galas, pero ya n ad ie les respond e. A m elia E a rh a rt
d esaparece poco después de haber cam biado la h isto ria de la a v ia ció n , el océano p e rm a ­
n ece en silen cio.
/8 Océano‘P acífico •
54° 38’ S
158° 52’ E Isla Macquarie (Australia)
IN G L É S M acquarie Islá n d
128 km 1 I 20-40 h ab itan tes

1070 km

/ —>Nueva Z elan d a

1510 km

/•—♦Antártida

700 km

/ — >lsla C am pb ell (96)

25 de mat/o de 1948 apertura de la estación de investigación

/
11 deju lio de 1810 descubierta por Frederick Hasselborough

E ste pedazo de tie r r a escarp ad o donde n u n ca deja de llo ver jam á s fu e p arte de la co rteza
te rr e s tr e , sino que em ergió d ire cta m en te de las p rofu n d id ad es m arin as. L a Isla M a cq u a ­
rie no es más que un trozo desgajad o del suelo su b m arino, expulsado p o r a za r sobre la
su p e rfic ie , com o una colu m na v e rte b ra l que se arq u ea sobre la espalda del océano. A quí
m ism o, a m edio cam in o de la A n tá rtid a , donde las aguas tem pladas del n orte co n v ergen
con las fría s c o rrien tes del sur, el m ar está siem p re agitad o y es una zona m uy p elig ro sa
p ara los n avegan tes. En en ero de 1840 la trip u la ció n del Peacock logró lle g a r a la isla
sin p e rd e r su b arco con en orm es esfu erzo s. U na vez en tie r r a firm e los m arin os ex p lo ra ­
ron el a greste p a isa je, reco g ie ro n ejem p lares de la escasa v e ge tació n y el te n ien te C harles
W ilkes llegó a la sig u ie n te conclu sión : La Isla M acquarie no ofrece ningún interés p a r a los
viajeros. Tan solo el cad ete H en ry Eld se sien te abrum ado p o r el lado salvaje de la isla,
cuan d o se ad en tra en so lita rio por una zon a escarp ad a y escala el m onte m ás alto de la
isla, el H u rd P o in t. En cad a bahía, en cada p la y a, restos de d istin tos n au frag io s se d esm o­
ron an , cu b ierto s de m oho y sa litre , sem iocu ltos bajo la poca ve ge tació n ; son esqu eletos de
barcos en m edio del m ar de los m ás de m il p in gü in os que v iv en en la isla. A u n qu e Eld ha
escuchado b astan tes can tos de pájaros en otras islas d eshab itad as, no estaba prep arad o
para la inm ensa can tid ad de gorjeos y trin o s que resu en an po r M acq u arie. Todas las la d e­
ras de las escarp ad as colinas se en c u en tra n litera lm en te cu b ie rta s por estos an im alillos,
que en sord ecen al cad ete con sus estrid en cia s; n u n ca antes había oído ta n ta d iversid ad
de gra zn id o s, ni esos te rrib le s ch irrid o s y parlo teos que p a recen len gu as d escon ocidas;
n u n ca habría podido im a g in a r que cu erpos tan pequeños p u d ie ra n c a n ta r tan to y tan
alto. Las aves lo p e rsig u en por todos lados e in ten ta n a tra p a rlo , rasgan su ropa e in ten tan
p ico te a r su p iel, tan to que tie n e que en co gerse y a p a rtarlo s con golpes vio len to s. Con sus
pech eras p á lid as, sus cab ecillas oscu ras y sus picos afilados a co rrala n y acech an al in t r u ­
so; los pájaros se le a cercan cada vez m ás, fiero s e in q u eb ran tab les, con pasos solem nes
y serios, p a recen casi com o un severo re c to r de m irad a to rva y uñas a fila d as, atacan a
H en ry Eld po r todos los flan cos y este d esap arece to talm en te, cu b ierto por un m anto c la ­
ro scu ro de plum as.
N o rth H cati
&
lía n d sp ik e P o in t

/ angelón P oint M *unt N ugqets Point


Eider

M aw son Point

Cormoránt P oint

A urora P oint

Do u ble
Point

Cape
Toucher

South

0 ‘ * 3 4 5 km
Océano Pacífico
22 ° 15
138 ° 45 O Fangataufa Archipiélago Tuamotu (Polinesia Francesa)
IN G L É S a n tigu a m e n te Cockburn Isla n d
5 k m 1 | D eshabitada

40 km

/ — >Moruroa

4 n o km

/ — *N u e va Z elan d a

810 km

/ — * Rapa Iti (72)

1966-1996pruebas nucleares

/
/
Febrero de 1826 descubierta por Frederick William Beechey

Se han rep a rtid o las colon ias y han gan ad o las dos g u e rra s m u n d ia les, p ero no resu lta
su ficien te: si q u ie re n c o n v e rtirs e en po ten cia s m u n d ia les, los aliad os n ec e sita n la b om ­
ba. E stas cu a tro n acio n e s ven ced o ra s q u ieren re fo rz a rs e y a se g u ra r su v a lía con arm as
n u cle a re s, dando un ejem p lo d rá stic o y d e fin itiv o , co n ven cid a s de que n ad ie las im ita rá .
F ra n cia hizo d eto n a r sus p rim era s bom bas atóm icas en el Sah ara p e ro , cu an d o A r g e lia y
su d esierto lo g ra ro n la in d e p en d en cia , tu vo que b u sca r un n uevo em p lazam ien to rem oto
y d ista n te p ara su fo rcé de fra p pe. P rim ero b ara ja ro n el so lita rio atolón de C lip p e rto n ,
d espués p en sa ro n en el siem p re nuboso a rch ip iéla g o de K e rg u e le n , p ero al fin a l se d e ­
ca n ta ro n p o r un lu g a r p a rad isía co p a ra esta m isión d e stru c tiv a : dos islas sep arad as po r
una la g u n a en el a rc h ip ié la g o de T u a m o tu , lejos de los ojos del m undo: M o ru ro a y F a n ­
g a ta u fa , dos atolon es deshabitad os de n a tu ra le z a v ir g e n y ex u b eran te. Poco después
de a te rriza r, los fran ceses excavaron un tú n el en el anillo n orte de la isla F an g atau fa, para
h acer la lagu n a n avegab le, y d istribu yeron lentes de sol y p ro tecto res en tre la población de
los atolones vecin os. El 24 de agosto de 1968 todo estaba p rep arad o p a ra la gra n p r u e ­
ba, la d eto n ació n de la p rim era bom ba de hid ró gen o fra n ce sa , la más gran d e que nadie
haya hecho exp lo tar, con un a p o ten cia de 2.6 m egaton es, en tre cien y m il veces m ás letal
que una bom ba atóm ica. U n globo de h elio eleva la pesada bom ba de tres ton elad as a 520
m etros sobre el m ar. A lg u ie n p ro n u n c ia el nom bre secreto de esta operación: Canopus,
la segu n da estre lla m ás b rilla n te del firm a m en to , situ ad a tan al su r que no se pu ed e v e r
desde F ra n cia , com o tam poco puede ve rse en P arís la exp losión de esta bom ba, que tien e
lu g a r a las siete y m ed ia de la ta rd e , hora fran cesa: una g ig a n te sca nube con una ex tra ñ a
cola de fo rm a en ro scad a se ex tien d e po r todo el cielo; la onda exp an siva se am plía con
fu e rza h acia a fu era , crean d o som bras anillad as que cu bren la lag u n a , el atolón y el m ar
en tero. Todo el océano se rem u eve y se a g ita , se levan ta un a ola inm ensa que im pide v e r el
h o rizon te. D espués no queda n ad a, ni casas ni in stala cio n es ni árb oles, absolu tam en te
nada. El a rch ip iéla go en tero tuvo que ser evacu ad o p o r co n tam in ació n rad io a ctiva ; d u ­
ran te seis años no se p e rm itió a nad ie p o n er un pie sobre F an g atau fa.
Océano 'Pacífico
‘Pacífico \\-Alar
-Jiar de Ofotsk

155»
33*e Atlas O V Isla s K uriles delN orte (Rusia) w^
. 'v f
RUSO OstrowAtlassow a [Isla Atlas] | JA PON ES Araido-td

i i g k m * | D eshabitada

■jokm

/ —>K am chatka

1 370 km

/ — >Saporo

/ 650 km

j — >Semisopochnoi (104)

Inicios de la década de los 1950 colonia penitenciaria femenina


,,, /

E sta isla no debe su nom bre al titá n que ca rg a el cielo sobre sus hom bros; la llam a ro n así
unos cosacos. E n A tla so v no hay nad a, tan solo una m on tañ a so lita ria , la m ás alta de este
a rc h ip ié la g o form ad o po r un c o lla r de islas p erlad as, con playas n egra s que se r e c o rta n
sobre la su p e rfic ie m a rin a. E sta m ontaña so lita ria es más bella que el M onte F u ji, y los
k u riles la llam aron A la id . En in v iern o su cim a de basalto gris queda coronada de n ieve,
tan blan ca que p a rece pan de azú car. E sta m on taña es un volcán, el más sep ten trion al del
anillo de fuego que form an estas islas dispersas, y el más an tigu o, puede te n e r en tre 40 000
y 50 .000 años y c au tiv a por su sublim e inm ensidad. Se cu en ta que en algú n m om ento de
la h isto ria A tlasov a p a reció en m edio del M ar de las K u rile s, al su r de K am ch atk a; e m e r­
gió tan alto, con ta n ta fu erza e in ten sid ad , que arreb ató la lu z a todas las m ontañas de
las in m ed iacion es y las dejó a oscu ras. Las otras cim as se en ojaron m ucho y com en zaron
a e sc u p ir fu eg o , bu scan do p elea con el n uevo m on te, aunque en realid ad p alid ecían de
en vid ia po r la b elleza de la re c ié n llegad a. L a m on taña se sin tió triste y poco acep tad a,
no podía so p ortar ta n ta p resió n sobre sus lad era s, por eso se fu e, p a ra d evolver a las otras
islas su lu g a r p rop io. R ealizó un largo v ia je a través del océano y fin a lm en te se estab leció
m uy lejos, en O jotsk, un m ar silen cioso y so lita rio donde no h a ría som bra a n ad ie. Com o
recu erd o de sus días en el M ar de las K u riles y com o señal de su triste za dejó a trás su c o ­
razón , llam ado O utchitchi po r los k u rile s, que se puede tr a d u c ir com o Corazón depiedra\
es un a roca de form a cón ica que flo ta so lita ria en m edio del m ar. O tro rastro de este
triste v ia je es el río O zern aya, que quiso p e rse g u ir a la isla; cu an do la m on taña en con tró
su n uevo lu g a r, las aguas de este río se p re c ip ita ro n a se g u irla y ahora fo rm an un cordón
u m b ilical azul pálido que une a este m onte en el exilio con su p rim e r hogar.
Atys
Rorodawka

Áfys
Pcwnyj
M ys Prawyrf

Chitryj
My$
Pietsche

Mt/s
K udrja yvzewa
*****

M ys
ScrdityJ

Poiuostrow
Wíadimita

Podqorm/j

Afys
Siandríóm

D ew jatka

0 1 ■* 3 4 j
Océano ‘Pacífico

íes- 3o’ e T a O l l g i Cadena R atak (Islas M arshall)


T a m b ién llam ada Bokak \ IN G L E S a n tig u a m e n te Gaspar Rico a Isla Smyth

3.2 k m ! | D esh abitada

280 km

/ — ♦Atolón B ikar

3 750 km
/ —*Hawai

2 500 km

/ — ♦ Pagana(118 )

21 de agosto de 1526descubierta por Alonso de Salazar

/
/
10 de septiembre de 1988 hallazgo del Sarahjo

S coot M oorm an c re ció en San F ernand o V alley y de n iño v e ía en la te le v isió n un a serie


llam ad a A venturas en e l Paraíso y soñaba con v iv ir en H aw ai. E n 1975 abandonó el co n ­
tin e n te y en co n tró un n uevo h o g ar en N ah ik u , en la costa oeste de la Isla M a u i, donde se
v iv e según el h o ra rio haw aiano: cu an do h ace b u en d ía, nad ie trab aja. A sí su ced e la m a­
ñ an a del d om ingo del 11 de fe b re ro de 1979, el océano está liso y b rilla n te com o un espejo
y en el cielo no h ay ni u n a sola nube. Scott y cu atro am igos d ecid en sa lir a p e scar en alta
m ar, com pran bu jías n u evas p a ra su lan cha de m otor, c e rv e za y lim onad a p ara la n evera
y cubos de h ielo p a ra co n serv a r los peces que esp eran pescar. Sobre las d iez de la m añana
d ejan atrás el p u e rto , situ ad o en la d esem bocad u ra de la bahía de esta isla de p ie d ra y d i­
rig e n el Sarah Jo e, su lan ch a de cin co m etros de eslo ra, h a cia el sur. L leva n len tes de sol,
el pelo largo y largas barbas d esaliñ ad as, uno de ellos en cien d e el p rim e r p o rro del día.
Al m ediodía se lev an ta algo de v ie n to , que p o r la ta rd e se co n v ierte en una tem pestad ,
y por la noche en un h u racá n que golpea toda la isla, d evasta la costa y azota el m ar. Las
olas m iden más de un m etro y la llu v ia es in cesan te. A las cin co de la tard e se com u n ica
la d esa p a rició n del Sarah Joe, los gu ard acostas en vía n un h elicóp tero y una avion eta al
in te r io r de la to rm en ta , pero la v isib ilid a d es n u la. Los días sig u ie n tes am plían el área de
la búsqueda. Los gu ard acostas pasan cin co días en teros en el m ar, in ten tan d o lo c a liz a r ­
los, sin n in g ú n éxito; y fa m ilia y am igos c o n tin ú a n la búsqueda un a sem ana m ás, pero no
e n cu en tra n nada, abso lu tam en te nada, ni rastro de los jó ve n e s n i un pedazo de su b arca.
N ueve años y m edio m ás ta rd e , un m iem bro del equ ipo de b ú squ ed a, el biólogo m arin o
John N au g h to n , e n c u e n tra los restos de un a n ave en la p laya de T a o n g i, el atolón m ás al
n o rte y más seco de las Islas M a rsh all, a 3 600 km al este de H aw ai. En los resto s de fib ra
de v id rio del casco d estrozad o se pu ed e le e r un n ú m ero de r e g istro de H aw ai, es el Sarah
Joe. Justo al lado se lev an ta un a tum ba sen cilla , apenas un m on tícu lo de pied ras y un a
c ru z de trozos de m adera, p rob ab lem en te arrojad os po r el m ar. E n la a ren a sobresalen un
par de huesos, cuando se a n a liza el A D N se d escu b re que son los restos de Scoot M oorm an.
Q u ién lo en terró ah í y qué fu e de los otros sigu e siendo una in có g n ita .
i<) Océano cPacífico

ZS-l Isla Norfolk (Australia)


IN G L É S N o rfo lk Isla n d | N O R F U K N o rfu k A ile n
34.6 k m 3 1 2 128 h abitan tes
t .

740 km

/ —»Nueva Z elan d a

1390 km

j —(A ustralia

/ 850 km

¡ — «Tikopia (11 6 )

10 de octubre de 1774 descubierta por James Cook 1825-1855 segunda colonia penitenciaria
/ r / , , f

/
1788-1813 primera colonia penitenciaria

La reclu sió n en esta isla p a rad isía ca es el m ayor castigo que p u ed e r e c ib ir un crim in a l,
n ad ie que cum pla cond ena en este in fie rn o reg re sa rá jam á s a su hogar. Los presos m a n ­
tien en la v ista baja y hablan sin m over los labios; trab a ja n en m inas abiertas o en los a r r e ­
c ife s, donde raspan las p ied ras calizas de las pared es de co ra l, p ero la ta re a m ás agotad ora
es m ejor que el aislam ien to. A l m ediodía les dan gachas de patatas y m aíz, un pedazo de
c ecin a , d u ra y co rreo sa com o el cu ero , y agu a de una cu beta. Por las ta rd es, todos los que
m ostraro n la más m ín im a re siste n c ia son golpeados con un látigo de n u eve colas, hasta
que se desm ayan del dolor. El lu n es 25 de m ayo de 1840 es el cum pleaños de la rein a ,
en el p u erto los barcos lan zan v e in tiú n salvas, una por cada año cu m plid o. El a lca id e , el
cap itán A lex a n d e r M acon o ch ie, n u evo en su cargo desde hace un p a r de sem an as, orden a
la sig u ie n te d isposición festiva: ¡L ib ertad de m ovim ientos p ara todos! N i los presos ni los
gu ard ia s pued en c re e rlo , ni un solo g r ille te , n in gu n a m edida de segu rid ad . Todas las
verja s se levan tan y todos los cerro jo s se abren. Todos ju n to s beben po n ch e, aliñ ad o con
unas gotas de ron a u tén tico , a la salud de la lejan a rein a. El alca id e se pasea p o r los c a la ­
bozos abiertos y los p resid ia rio s deam bu lan por las colinas y los bosques de abetos. P or la
ta rd e todos se reú n en p ara cen a r al a ire libre. H ay c arn e de cerdo fre sc a , fu egos a r tific ia ­
les y en trete n im ien to s prep arad o s po r los reclusos: se rep rese n ta la escen a de las tien d as
de Ricardo III; un preso baila con a le g ría d esb ord an te, casi in fa n til, m ien tras toca una
trom p a de cu ern o y otro can ta la C an ció n del Lobo, su a ria fa v o rita de la ópera E l castillo
de Andalucía-. Cuando e l lobo merodea p o r las noches 1/ aúlla a la luna, / las mujeres lloran,
y no ha y una p u e r ta lo suficientem ente segura. / N adie va a venir a ayudarte; m antente
en silencio / o tu destino vendrá a buscarte y se llevará todo lo que amas. / Cerrojos, vigas y
traviesas vuelan lejos. / Solo quedan ecos de escopetas, robos y ultrajes. T ras en to n a r el
him no n acio n a l, un toque de co rn eta señ ala el fin de fiesta; todos reg resa n a sus celdas y
b arra cas. E n toda la jo rn a d a no se re g istró n in g ú n in cid en te digno de m en ción.
P H ti. !P
1SI.AKD

0 1 S 4 S
Océano Pacífico
10 ° 53
165 ° 51 ■o Pukapuka (Islas Cook)
IN G L E S D an g er Islands [Islas del p eligro ]

3 k m J | 6oo h abitan tes

yoo km

j —tSamoa

1 300 km

/ — *R aroton ga

2 680 km

/ — >N a p u ka (70)

21 dejunio de 1765 avistada de nuevo por John Byron 1924 traslado de Robert Dean Frisbie

/
20 de agosto de 1535 descubierta por Alvaro de Mendaña

R obert D ean F risb ie se sien ta en el m irad or de la cám ara de com ercio de P u kap u k a. F re n ­
te a él se extien d e la m itad del poblado, un p equ eñ o a sen tam ien to de chozas de m adera
esp arcidas sobre la a ren a de la playa; los n iños ju e g a n en la o rilla y las m u jeres tren zan
som breros de cañ a, bajo la suave b risa de la ta rd e , en el h o rizon te com ien zan a a p a re ­
ce r las canoas de los pescad ores que regresa n al hogar. De rep e n te una isleñ a ir r u m ­
pe en su cam po v isu al, c o rrien d o en d ire cc ió n al m irad or; está com p letam en te desn u d a,
m ojada tras un baño en el océan o , su cabello oscuro se p ega a su rostro y go tea sobre el
cu erp o de p iel tostada. Le fa lta el alien to y pid e algo p ara beber, m ien tras su pech o no
deja de a g ita rse con resp ira ció n en treco rtad a . F risb ie se lev an ta y le o frece con a m a b ili­
dad un recip ien te con a gu a , la con tem pla d u ra n te largo tiem po; in clu so cu an d o la ch ica
ha d esap arecid o en la oscu rid ad de la casa, sigu e rem em orand o su fig u r a , ex tra ñ a m en te
excitad o . A un que lleva va rio s años v iv ien d o en la isla, aún no se ha acostu m brad o a la
d esn ud ez de los n ativos; en ese aspecto sigu e ten ien d o la m en talid ad de un ch ico de C le­
velan d , quien jam á s h ab ría podido im ag in a r nada así: en P u kap u k a a n ad ie le im p orta si
una ch ica es v ir g e n el día de su m a trim o n io , en ese idiom a no existe la p alab ra p ara d e ­
sig n a r ese estado. Las m u jeres solteras que son m adres recib en la m áxim a co n sid era ció n
social y au m en tan sus probabilidad es de m a trim o n io , porqu e han d em ostrad o ser fé rtile s
a sus posibles fu tu ro s m aridos. C uando cae la n och e, los jó ve n e s de los tres poblados que
com ponen la isla se citan en un rin có n aislado de la p laya, allí se p elea n , b ailan , can tan y
reto za n ju n to s. Los trío s son fre c u e n te s, el sexo es un ju e g o p ara ellos y no h ay lu g a r p a ra
los celos. T ien en can cio n es p a ra antes y después del coito y solo en este aspecto se oponen
las opinion es de las d istin tas gen eracio n es: m ien tras que las m u jeres m ás m ayores v a lo ­
ran por igu a l las can cio n es de antes y de d espués, a los más jó ve n e s les g u sta ría que solo
h u b iera can cio n es p a ra después. Sin em b argo, todos están de acu erd o en algo: no se debe
c a n ta r d u ran te el acto. Cuando acab an , hom bres y m u jeres se bañan ju n to s en el m ar.
E n esos aspectos P ukapuka está mucho más adelantado que Cleveland, p ien sa R obert D ean
F risb ie, m ien tras apaga la lu z del m irad or y se r e tir a a sus h abitacion es.
Océano '■'Pacífico

l Isla de las Antípodas (N ueva Zelanda)


IN G L É S a n tigu a m e n te Isle Penantipode [Isla Pen an típoda]

21 km 2 | D esh abitad a

740 km

/ — *N u e va Z elan d a

2 370 km

/ — ^Antártida

2270 km

/ — »Raoul (108)

/
26 de marzo de 1800 descubierta por Henry Waterhouse

Todos hem os soñado con c o n o ce r a n u estro doble que v iv e en la o tra m itad de la T ie r ra ,


cab eza abajo, con sus pies cam in an d o bajo n u estro s p ie s, a tra íd o a su lado d el m undo
p o r la m ism a fu e r z a de la gra ved a d . N u estros dobles v iv e n en la m ism a lo n g itu d que
n o so tro s, pero en la la titu d in versa: sus estacio n es se oponen a las n u estra s y n u estro s
h o ra rio s son a n titético s: cu an d o en las A n típ o d as es ve ra n o y de d ía, n osotros nos e n ­
co n tra m o s en pleno in v ie rn o a m ed ian och e. A u n qu e en rea lid a d en la Isla de las A n tí­
podas no viv e n ad ie, e n tre las rocas d o rm ita n solo a lgu n o s lobos m arin os y p in g ü in o s de
cre sta s co lo rid a s. E sta isla se e n c u e n tra e x a cta m e n te en el lado op u esto del m erid ia n o
de G re e n w ich , segú n los cálcu lo s del ca p itá n H e n ry W aterh ou se, quien la d escu b rió en
su tra v e sía desde P ort Jackson h a cia In g la terra . E ste lu g a r es un esp ejism o, pensó el c a ­
p itá n , una cop ia en m in ia tu ra de las Islas B ritá n ica s. L o n d res, su ciu dad n ata l, se e n ­
cu e n tra ex a ctam en te a la m ism a d ista n cia de aqu í, del Polo N orte y del Polo Sur. Si no
h u b iera escollos, d aría ex a ctam en te igu al qué ru ta tom ar para re g re sa r al h ogar, podría
in clu so r e a liza r un via je por el c en tro de la T ie rra . In g la terra y este lu g a r no son nada
más que dos lím ites del d iám etro te rr e str e , una lín ea im ag in a ria que une estos dos po­
los opuestos y co m p lem en tario s. P ero sus cálcu lo s no se so stien en , In g la te rra no tien e
nad a que v e r con esta isla esca rp ad a , d esan gelad a y sin nada de v e g e ta c ió n , de c lim a frío ,
to rm en toso y d esa gra d ab le. El c a p itá n añ ora la b risa su ave de la C o rrie n te d el G olfo; las
reses que lleva ro n a la isla m u rie ro n ráp id a y silen cio sam e n te po r la escasez de pasto de
las estepas y erm a s, y en las ab ru p ta s cavid ad es de la costa se apaga el eco en so rd eced o r
de las olas que rom pen en la o rilla , p ero no h ay n ad ie p a ra escu ch a rla s.
ñóiions Js/a niis

N o rth Cape ¿ 1

A'rO J tT f í R ee /P o in t

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CENTRAR M d
p la t e a V

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Albatross
Point

5 km
Océano ^Pacífico
1” 18 ’ S
90° 2 6 ’ 0 Floreana Isla s Galápagos (Ecuador)
E SPA Ñ O L San ta M aría | IN G L E S a n tig u a m e n te Charles
173 k m 2 | 100 h abitan tes

50 km

/ —>Isabela

1 050 km

/ — * E cuad o r

830 km

/ —*Isla de los C ocos (120)

Marzo de 1535 descubierta por Tomás de Berlanga 1929 inicios del asentamiento alemán

/ - /
/
1793 Creación de un puesto de correos en la bahía norte

Dram atis Personae: D ore S trau ch , una p ro feso ra de p rep ara to ria que sueña con una vida
más em ocion an te que su m atrim on io con el d ire cto r del cen tro que le dobla la edad, y el
d octor F ried rich R itter, un d en tista b erlin és de fren te arru ga d a y las pupilas b rillan tes
que desea c a rto g ra fia r el cereb ro hum ano y que sien te que la c iv iliza c ió n no tien e nada
nuevo que o frecerle. E n 1929 am bos abandonan a sus respectivos cón yu ges p ara escap ar a
F lorean a, un lu g a r sin E stado, donde solo go biern a la ley de la n ecesidad. El escen a rio de
la tram a: una isla so lita ria que n u n ca llegó a ser colonizad a. A q u í, en el c rá te r verdoso de
un vo lcá n ex tin to , F rie d rich y D ore estab leciero n su hogar: la g ra n ja F rid o, una cabaña
de chap a y acero in o xid able, y em p ezaron a c u ltiv a r esta tie r r a p ro m etid a , sin p en sa r en
el pasado ni en el fu tu ro . Su v e stu a rio se red u ce a unos harapos de erm ita ñ o que solo
u tiliza n cuan do recib en visitas; al p rin c ip ió solo iban a F lorean a cu riosos que q u ería n
re lle n a r p ágin as de periód icos con la H istoria de A d á n y Eva en las Galápagos, pero pron to
com ien zan a lle g a r m uchos im itad o res. A p en as p u ed o creer que llegaran tantos visitantes
a este lugar tan remoto e inaccesible, anota R itte r en su d iario . E n 1932 un n u evo p e rso ­
n aje a p a rece en este te a tro al a ire libre: la a u stría c a E loise W agn er de B ou sq u et, b aron esa
au top roclam ad a, una v iv id o ra de d ien tes gran d es y pestañas oscu ras, im pulsada po r la
firm e in ten ció n de c o n s tru ir un hotel de lu jo p ara m illo n arios en la isla. E n tre sus p e r ­
ten en cias se in clu y en va cas, patos y p ollos, och en ta q u in tales de cem en to y dos am antes:
L o re n z, un jo v e n fla co y esm irria d o , de cabello rubio com o el tr ig o , y P h ilip p son , un tipo
a tlé tic o , fu e rte y m u sculoso. Am bos son esclavos de los deseos y cap rich os de la baron esa,
quien d isfru ta ju g a n d o a ser e m p e ra triz , tira n iza n d o a los dos hom bres y dando órdenes
a golpes de lá tigo y p istola. Le gu staba a to rm en tar al pobre L o re n z y h e r ir a los an im ales,
p a ra v o lv er a cu ra rlo s después. El h otel, que se iba a llam ar H acien d a P araíso, n u n ca llegó
a ser con stru id o; se quedó en una lona aislan te exten d id a sobre cu a tro estacas, bajo la que
dorm ían los tres. L a com ed ia acabó sien do un m elod ram a po licíaco: en 1934 la b aron esa
y P hilip pson d esa p a reciero n sin d ejar rastro; el esqu eleto de L o ren z fu e en con trad o en
la playa de una isla cerca n a y el d octor R itte r m u rió po r una in to x ica ció n a lim e n ta ria .
Solo D ore regresó a B erlín y los periód icos de todo el m undo esp ecu laron d u ra n te m ucho
tiem p o sobre el ajfaire de las G alápagos. Al día de hoy aún no se sabe quién fu e el asesino.
Islote
Campeón Islote
Enderbt/

P u n ta
A yora

Isla
CahUuell

0 1 3 3 4 S
[) 4- Océano 'Pacífico

Z e Bañaba (Kiribati)
IN G L É S Ocean Isla n d [Isla del O céano]
6.5 km* | 301 h abitan tes

290 km

j — >Nauru

440 km

/ — »Gilbert

1550 km

j —>Howland (76)

20 de agosto de 1945 masacre de 143 isleños por un ataque japonés

/
/ /
1804 descubierta por Abraham Bristow 1900-1929 minas de fosfato

La h e rra m ien ta m ás im p orta n te de los h abitan tes de B añaba está h echa de m adera de a l­
m en dro salvaje y tien e un acabado a filad o, de cap arazón de to rtu g a. Se usa p a ra ta tu a r
sus p ieles con tin ta , una pasta o scu ra com pu esta de esen cia de n u ez de coco, agu a y sal.
El diseño de los ta tu a jes está com p letam en te p ree sta b lecid o , no se puede v a ria r, aunque
se pued en d ib u ja r un a o dos veces: lín eas rectas y cu rv a s, que van cre cien d o en form a
de plum as. La cab eza y las p ie rn a s, y p rá ctica m en te todo el cu erpo de los isleñ os, están
cu bierto s de ta tu a je s, que son u n a p rep a ra ció n p a ra el M ás A llá. C uando uno de ellos
m u ere, su e sp íritu cam in a h a cia p o n ien te, donde N ei K a ra m ak u n a, la m u jer con cab eza
de p á jaro , le bloquea el cam in o p a ra e x ig irle su alim en to favorito: los ta tu a je s de su p iel.
Con su fu e rte p ico , d evora la tin ta que cu b ría m iem bros y ca ra , y com o a g rad e cim ien to
rega la ojos de esp íritu s m u ertos, p ara que el esp íritu en cu en tre sin d ificu lta d el cam in o
h a cia el rein o de las som bras. Si los cu erpos no tien en ta tu a je s o no resu lta n su fic ie n te s,
N ei K a ra m ak u n a se e n fu re ce y les a rra n c a los ojos con su pico, de tal modo que los e sp í­
ritu s quedan condenados a cam in ar, etern a m en te ciego s y sin rum bo. Los h abitan tes
de B añaba no e n tie rra n a sus m u ertos; c u elga n los cad áveres en el tech o de sus cabañas,
hasta que la carn e se pu d re; en ton ces lavan los esqu eletos en el m ar, el cu erp o se separa
de la cabeza y se co n serva n en lu ga res separados: los huesos bajo las casas, el crán eo bajo
las p ied ras d el cam po, donde los jó ve n e s ju e g a n con los p ájaros rab ih orcad os. B ailan a lr e ­
ded or de las aves y les lan zan objetos p u n za n te s, hasta que los p ájaros no p u ed en d ar más
pasos y caen abatidos sobre el suelo. Los pájaros fu ero n los cread ores de esta isla, a n i­
daron en las rocas que se alzab an sobre el m ar y sus excrem en tos se fu ero n acu m u lan d o y
sed im en tan d o , crean d o estratos de fosfato de cal sobre los a rre c ife s. E stas capas fu ero n
exten d ién d ose y gan an d o espesor, h asta que cu b riero n toda la su p e rfic ie del m ar y se fo r ­
mó esta isla de fosfato pu ro.

1
0 1 •» 3 4 5
Océano ‘Pacífico

Isla Campbell (Nueva Zelanda)


IN G L É S C a m pb ellIslan d
113.3 k m ' | D esh abitada

1900 km

j —«Antártida

660 km

/ —*N u e va Z elan d a

730 km

/ — »Isla de las A n típo d as (90)

15 de octubre de 1995 cierre de la estación meteorológica

4 de enero de 1810 descubierta por Frederick Hasselborough

El 8 de d iciem b re de 1874 el cielo se en c u en tra cargad o de n ubes, la noche es in estable y


plom iza. La p osibilid ad de co n tem p la r el in icio del trán sito de V enus es del sesen ta por
cien to y la de v e r su fin a l, del tr e in ta po r cien to. E l cap itán J acq u em art llegó a esa co n ­
clu sió n por ex p erie n cia; ha pasado m uchos m eses de d iciem b re en la isla C am p bell para
estu d ia r su clim a y b u sca r un lu g a r ad ecu ad o p ara c o n s tru ir el ob serva to rio a stro n ó m i­
co. Basándose en sus in fo rm e s, la A cad ém ie Fran<jaise des S cien ces d ecid ió o b serva r el
trán sito de Venus desde a llí y, p a ra ello, una ex p ed ició n , su b ven cion ad a po r el gobiern o
fran cé s y d irig id a por el h id ró g ra fo A n atole B ou qu et de la G rye, zarp ó del p u erto de M a r­
sella el 21 de ju lio de 1874. C uando el 9 de sep tiem b re p o r fin avista ro n la isla, la p rim era
im presión que recib ió la trip u la ció n fu e de una en orm e tristeza : C am p bell es un páram o
desolado y d esierto , donde no cre ce n in gú n árbol; en su p a rte n orte se ex tien d e un a a lti­
p la n ic ie seca, cu b ie rta de za rza s a m arille n ta s, y al su r solo hay unas m on tañas de form as
ex tra ñ a s y un fio rd o , al borde de la así llam ada B ah ía P erseve ra n cia . P or la m añana del
9 de d iciem bre el vien to em pezó a soplar en d ire cció n n oroeste y sobre las d iez com en zaron
a ca e r pequeños agu aceros; el cielo p e rsistía en su g ris plom izo, hasta que a m ediodía la
calid ez de los rayos del sol logró d isip ar un poco la niebla y fin alm en te un disco b la n q u eci­
no y b rillan te se p e rfiló d etrás de un gru eso velo de nubes grisáceas. C inco m inutos antes
de la a p arición de V enus, el vien to am ainó, B ouquet de la G rye oteó el cielo con su catalejo
y g ritó con jú b ilo cuando logró v e r una som bra oscu ra en el contorn o del sol, apenas p e r­
ceptible y ligera m en te ondulada. ¡E ra Venus! P ero en ton ces una enorm e nube su rgió de la
nada y cu b rió el aco n tecim ien to astronóm ico del siglo d u ran te algo m ás de un cu arto de
hora. Cuando la nube se esfum ó, el p lan eta segu ía cu brien do la m itad del sol, su contorn o
m ostraba una leve y e x tra ñ a cla rid a d , sin refra c ció n ni aureola; p ero ese m om ento lúcido
y b rillan te no duró m ás de vein te segundos. Todo había acabado, ap arecieron densos n u ­
b arrones, que cu brieron com pletam ente el cielo e h iciero n im posible v e r el sol. U nas horas
más tarde el cielo se había despejado, pero Venus había desaparecido tiem po atrás en el
cielo de la m añana.
ls /e de
Jeanette Afane N c r th Cape

P enguin P o in t

Hooh A”ey¿

Wasp Jsla n d

/-— /— /— /— /— /
Océano ‘Pacífico

160° 42’ E Pingelap is la s Carolinas (M icronesia)


P IN G E L A P Pelepap o P ingerappu To | IN G L É S a n tig u a m e n te M u s grave o M a c A s k ill Isla n d

i.8 k m 1 | 250 h abitan tes

780 km

/ — >Islas B ikini

1990 km

j —►
Papua N u e va G uin ea

1250 km

j — ^Bañaba (94)

1793 descubierta por Thomas M usgrave Década de 1820 aparición del daltonismo

/ ; ......................... /
/775 arrasada por el tifón Liengkieki 2000 descifrado el gen de la acromatopsia

En esta isla hasta los cerdos son grisá ceo s; p a rece com o si los an im ales h u b ieran sido
cread os a prop ósito así para los seten ta y cin co h abitan tes de P in gelap que no pueden d is ­
tin g u ir los colores. N u nca podrán v e r el p ú rp u ra rojizo de las p u estas de sol, n i el azul
profun d o del océano ni el am arillo d eslu m b ran te de las papayas m ad u ras, ni siq u ie ra el
verd e oscuro y p eren n e de la selva, rep leta de árboles del pan , cocoteros y m angos. La
culpa de todo esto es de una m in ú scu la m u tació n del crom osom a ocho y del tifó n L iengkie­
k i , que asoló P in gelap hace siglos. A penas un a v e in te n a de isleños sob revivió al h u racá n
y a las su b sigu ien tes ham bru n as, uno de ellos era p o rtad or de un gen recesivo que se e x ­
tend ió ráp id am en te po r toda la isla a cau sa de la en d ogam ia. Hoy en d ía, d iez p o r cien to
de los h abitan tes de esta isla son com pletam en te d altón icos, m ien tras que en cu alq u ier
otro lu g a r la prob ab ilidad de p a d ecer esta a ltera c ió n g e n é tica es de algo m enos de un caso
en tre 30 000. En P in gelap las personas se d istin gu en p or el tam año de sus cabezas, por la
frecu en cia con la que parpadean, por el brillo de sus ojos, por las arru gas de su en trecejo o
la form a de su n ariz. Los daltónicos tienden a e v ita r la luz y suelen salir de sus cabañas solo
cuando anochece, y cu bren los cristales de sus ventan as con papeles coloreados p ara que los
rayos del sol no dañen sus p upilas. D u ran te la noche p erm anecen activos y pese a la o scu ri­
dad rein an te se m ueven con más facilid ad que los dem ás habitantes de la isla. M uchos de
ellos d icen re c o rd a r todos sus sueños y algunos a firm a n que pu ed en p e scar sin d ificu lta d
en las aguas p rofu n d as y oscu ras de la lag u n a , porqu e d istin g u en las aletas de los peces
reflejad a s po r el b rillo de la lu na. Todo su m undo es gris oscu ro, aunque in sisten en que
pued en a p re c ia r d etalles que pasan d esapercibid os a quienes ven en color: m iríad as de
tonos y som bras in im agin ab les p a ra los no d altónicos. A d em ás, se in d ig n a n m ucho con las
ch arlas van as e ign o ran tes de aquellos que se dejan lle v a r p o r la m a g n ific e n c ia de los c o ­
lores; según los d altón icos, el color d istrae la aten ció n de lo esencial: la riq u eza y va ried ad
de las form as y los som breados, de las estru c tu ra s y los con trastes.
IO O Océano Pacífico
27 ° 9
109 ° 25 o Isla de Pascua Isla s Carolinas (Chile)
R A P A N U l/'a /ia A 'tt/' tam b ién Te P it o te H enua [El O m bligo del M undo]

163.6 k m ' | 3 791 h abitan tes

3 690 km

1000 j 000 3 ooe 4 o, 'c 4190 km

1í « 2 <v<i 2 970 km

/ — »Robinson C ruso e (74)

5 de abril de 1722 (Domingo de Pascua) descubiert

1687 probablemente avistada por Edward Davis 9 de septiembre de 1888 anexionada a Chile

E n esta isla no h ay n in gu n a m a ra villa n atu ra l que lleva ra a D arw in a d eten erse aquí; flo ra
y fa u n a son escasas y la ex u b eran cia de las G alápagos, que tan to ansiaba el c ie n tífic o in ­
glés, no quedaba lejos, apenas a un a sem an a de v ia je en canoa. R esu lta im posible saber
qué a ltu ra llega ro n a a lca n za r las p alm eras gig an tes que antes c re cía n en la isla; con la
savia que m anaba de sus tron cos se fa b rica b a un vin o d u lce com o la m iel, pero las talaron
todas, p a ra h a ce r balsas de m adera y lian as p a ra tra n sp o rta r las estatu as. E stas e n o r­
m es cabezas de p ied ra sin cu ello , con las cu en cas de los ojos va cías y orejas a largad as,
dom inan toda la costa; su p iel de p ied ra está e rosion ada p o r e fecto del v ie n to y del sa litre ,
y sus bocas form an un ex tra ñ o p u ch e ro , com o de niño te rco y m im ado. Los cen tin ela s de
p ied ra v ig ila n esta tie r r a de cen iza v o lcá n ica y se e rig e n , con sus m oles cu b ierta s de m u s­
go, a espaldas del m ar, oteando los p alm erales con sus enorm es ojos va cío s, au nqu e se dice
que en las gran d es y a n tig u as festivid ad es los rellen ab an con coral blanco. Las d istin tas
trib u s de la Isla de P ascu a se en za rza ro n en un a lu ch a sin térm in o por la co n stru cció n de
los m on olitos, in ten tab a n lev an ta rlo s cad a vez m ás altos y po r la noche tratab a n de d e ­
rrib a r las estatu as de las otras trib u s. Sob reexp lotaro n sus pequeños te rren o s de cu ltivo
hasta agotarlos p o r com pleto, ta laro n los ú ltim os árboles que quedaban de p ie y co rtaro n
todas sus ram as, in clu so aquellas sobre las que se sen taban . E ra el p r in c ip io del fin a l, sa ­
bían que m o riría n p o r la re c ié n in tro d u cid a v iru e la , d escon ocida h asta en to n ces, o que se
c o n v e rtiría n en esclavos en su p ro p ia tie r r a , bajo un yu go ex tra n jero que c o n v e rtiría su
isla en un en orm e c o rra l de ovejas. De los m ás de d iez m il h abitan tes que había en la isla
antes de la co lo n iza ció n , hoy solo sob reviven cien to on ce, ya no crecen m ás palm eras y
todos los g ig an te s de p ied ra y acen sobre la a ren a de la playa. M uchos arqueólogos tr a ta ­
ron de en d ereza r estos bloques m on struosos, para b u scar pistas y exp licacion es del final;
reb uscaron en tre m ontones de d etrito s, catalogaron sem illas y reco p ilaro n huesos y trozos
de m adera carbonizad os, e in ten taro n d e sc ifra r los sinuosos je ro g lífic o s de los R ongoron-
go, po r si lo escrito en la p ied ra les revelaba lo que realm en te sucedió en la Isla de P ascua,
pero todo fu e en vano. Ya no cre ce n árboles en esta tie r r a asolada, cread a po r seten ta v o l­
canes que tam poco existen ya. Com o efecto de la sequía y la d efo restació n , el suelo es llano
y liso, tanto que un tran sb ord ad or esp acial p od ría rea liza r un a te rriza je forzoso en la isla
sin d ificu lta d algu na. Los Rapa N ui aceptaron el fin a l de su m undo y arrasa ro n todo lo que
te n ía n , en una cad ena de hechos desafortu n ad os que los condujo hasta la au tod estru cción ;
fu ero n com o una m anada de lemtnings abandonada a su su erte en m itad del océano.
wm

langa Piko

Cabo S u r
Motu N u i

j +
?02 Océano ‘Pacífico

.£ Pitcairn (Reino Unido)


IN G L É S P itcairn Isla n d | P IT K E R N P itk e rn A ilen
4.5 k m 1 | 48 h abitan tes

480 km

/ —♦Isla G am bier

2 120 km

/ — >Tahití

/ 000 . 2 070 km

/ — «Isla de Pascu a (100)

Enero de 1790 asentamiento de los amotinados del Bounty 1856 evacuación a la isla de Norfolk

.......- ..... ,
2 dejulio de 1767 descubierta por Robert Pitcairn 2002-2005 ju icio por violaciones

No ex iste m ejor escon d ite que esta isla, a p artad a de las ru tas co m ercia les y m al ubicada
en los m apas del a lm iran ta zgo . Se h abían sublevado y sus accion es d eb erían ser ju z g a ­
d as, p rob ab lem en te con la pena m áxim a, pero no era posible re g re sa r a casa, no p a ra esos
hom bres ni p ara sus m u jeres, rap tad as en T a h ití. En In g la terra los h a b rían en carcela d o
de po r vid a , pero tras el n a u fra g io no tu v ie ro n m ás rem ed io que dejarlos presos en P it-
caim : A q u ís e quedan, esta es otra fo rm a de acabar con ustedes, les dijo F le tc h e r C h ristia n ,
cuan do acam paron alred ed o r de u n a h o g u era, cu yas ascuas fu ero n usadas m ás ta rd e por
los sublevados p a ra in c e n d ia r e\B ountt/y así e v ita r un posible reg reso a casa, donde los
h a b rían condenado a m o rir en la h orca. El o ficia l C h ristia n F letch er fu e v íc tim a de la
segun da sub levación y lu ego vin o una te rc e ra y u n a cu arta . A pen as hubo su p erv ivien te s
a estas m asacres con tin u ad as. Tengo curiosidadpor saber q u é les sucedió a los marineros
sublevados. ¿Por q u é se quedaron en P itcairn , matándose m utuam ente durante dos largos
años? ¿Q ué le sucede a la naturaleza hum ana, que p erm ite que los hombres sean violentos
incluso en una isla tan p ara d isía ca ? ¡E sto es lo que me interesa! E stas fu ero n las ú ltim as
palabras de M arión B ran d o, q u ien segú n un co n tra to v in c u la n te , tien e el co n tro l a r tís ti­
co de esta escen a; se tr a ta de la m u erte de C h ristian F letcher: ej o fic ia l y a ce sobre el suelo,
solo se puede v e r su cab eza, ya que una m anta lo tapa h asta la b arb illa p ara o cu lta r las
quem ad uras. T ien e la cara em papada de sudor y su rcad a de m anchas de h ollín ; sus ojos
en trea b ierto s b rilla n en la oscu rid a d , sus cejas se lev an ta n y vu e lven a b aja r y su boca (la
de M arión) p re g u n ta con un e ste rto r si él (F letch er) se está m u rien d o. H asta ese m om en ­
to, ese hom bre no era m ás que un a diva de esen cias y p e rfu m e s, un d and y en los m ares del
sur, con bata de seda, babuchas p u n tia gu d a s, voz suave y u n a rosa roja d etrás de la oreja,
que a p a re cía y d esa p a recía de la su p e rfic ie de seten ta m ilím etros del n ega tiv o de la p e ­
líc u la y de vez en cu an d o olvidaba su im postado acento b ritá n ico . Q ué in ú t ilfu e todo. Su
rostro se p a ra liza y su m irad a se apaga; la cám a ra re a liza u n a p a n o rá m ica y puede ve rse
cóm o los restos quem ados del Bounti/ se hu n d en en el m ar. U nas c o rtin a s b rillan tes se
c ie rr a n en la m itad del e scen a rio , ocu ltan d o la p a n ta lla , y la p e lícu la m ás cara de todos los
tiem pos acaba de te rm in a r, pero la h isto ria de la isla apenas ha em pezado.
P oin t
C hristian
Océano “Pacífico | ~Aíar de cBering

,£Xe Semisopochnoi Isla s R atas (Estados Unidos)


RU SO Semisopochnoi [S iete C o lin as] | A L E U T IA N O U nyax o N a w a d a x
221.7 k m 3 | D esh abitad a

1190 km

/ —♦ Kamchatka

1360 km

/ —♦Cabo N ew en h am

850 km

/ —♦Isla de San J o rge (114 )

1741 descubierta por Vitus Bering


jo o /

Un sonido m etálico y platead o, com o una palab ra m á gica, un nom bre ruso p a ra un a isla
estad ou nid en se: S em isop ochnoi, p rob ab lem en te el p u n to m ás al oeste de los Estados U n i­
dos, aunqu e este dato no le im porta dem asiado a n adie. En la isla no hay nada de in te ­
rés, n u n ca nad ie ha vivid o aquí en n in gú n m om ento, ja m á s. T am poco hay m otivos para
h a cerlo , tan solo de vez en cuando un p a r de exp ertos v ia ja n h asta aquí p a ra reco p ila r
roca s, m ed ir crá te re s y h a ce r fotos p an orám icas a las co rd illera s, que se p a recen a las
que salen en las p elícu la s. U n a p a reja de zorro s polares se escon de en tre la m aleza y m ira
fijam e n te a los ex tra ñ o s v isita n te s, p ero no tem e a estas c ria tu ra s descon ocidas; su p iel es
de un im pecable azul profu n d o. E sta isla con siete colinas es solo una cu en ta más de una
a n tig u a c o rd ille ra , un pedazo roto de un co lla r perd id o, que h ace m ucho tiem p o u n ía dos
con tin en tes; un esp acio en blan co en tre dos co n tin en te s, una p a rte de lo que m ás ta rd e
fu e conocid o com o el N u evo M undo. A q u í m ism o, sobre el an illo de fu eg o del O céano
P a c ífico , la tie r r a , larga m en te ign orad a por los seres hum anos, m a n tien e un m onólogo
co n stan te consigo m ism a. Todos los días h ay a lg u n a eru p ció n v o lcá n ica , p ero n u n ca daña
a n ad ie. El vo lcán con m ás a ctiv id ad se llam a M onte C erbero; sus tres cim as no dejan de
o te ar esta tie r r a y erm a plagad a de m on tañ as, de color p ú rp u ra b rilla n te y siem p re c u ­
b ie rta po r un cielo nublado y a m en azan te. U n par de crá te re s se a g ita y lan za pequeños
latigazos de hum o, que p e rfe cta m e n te p o d rían ser nubes que se q u edaron en gan ch ad as
en las m ontañas.
I G Océano ‘Pacífico
Pacífico

.XSS Clipperton (Francia)


F R A N C É S lie Clipperton o lie de la Passion [Isla de la Pasión]
1.7 k m J I D esh abitada

1 080 km

/ — »M éxico

2 260 km

/ — ♦Galápagos

950 km

/ — ♦Socorro ( l i o )

1829-1897 extracción de guano por la Oceanic Phosphate Company


/B<.v 1H1W f/900

/
3 de a bril de 1711 ( Viernes Santo) descubierta por M artin de Chassiron y Michel du Bocage

El b arco de A cap u lco sigu e sin llega r, pero un c ru c e ro estad ou n id en se tra e la n oticia: el
m undo está en g u e rr a y M éxico en caos. Se han olvidado de ellos, su g e n e ra l ha sido d e­
rrocad o y ya no está al m ando. E n esta isla no c re ce nada de hierba; una d ocen a de cerdos
sed ientos, d escen d ien tes de una p ia ra que viajab a en un barco que en calló en la isla, está
echada bajo las palm eras, buscando un poco de som bra. Lo ún ico com estible que hay en
C lip perton son los m illones de can grejos que c o rretea n por la su p erficie en tera de la isla;
son tantos que resu lta im posible d ar un paso sin ap lastar unos cuan tos cap arazon es n a ­
ranjas. Cada vez que el cap itán Ram ón de A rn au d cam in a por la isla, se pu ed en escu ch ar
crujid os constan tes de can grejos reventados; el cap itán lu ce, im poluto com o siem p re, el
u n ifo rm e m ilita r de gala a u stría co , y su m u jer va ataviad a con un vestid o de fie sta y enjoya
sus m anos y su cu ello con diam antes. El c a p itá n proclam a: L a evacuación no es necesaria.
Una orden es una orden. Y la g u a r n ic ió n e n te ra p e rm a n e ce en la isla: c a to rc e hom b res,
seis m u jeres y seis n iñ os. Los b arco s sig u en sin lleg a r, n i de A ca p u lco ni de n in g ú n otro
lu g a r; las p ro v isio n e s se e stán acaban d o y em p iezan a a p a re ce r los p rim e ro s sín tom as
del escorb uto: las en cía s sa n g ra n y las h erid as su p u ra n , los m ú scu los se d eb ilita n y las
ex trem id a d e s se c o n tra e n , el c o ra zó n d eja de la tir. T ie n e n que e n te r r a r a los m u ertos en
fosas m u y p ro fu n d a s, p a ra p ro te g e rlo s de la v o ra cid a d de los can g rejo s. E n a lg ú n m o­
m en to de esta h isto ria , el go b e rn ad o r no pudo so p o rta r m ás los ch illid o s de las ga v io ta s
y el r u g ir de las olas, en ton ces cre yó a v is ta r u n b arco en el h o rizo n te y se echó a la m ar
en un p equeñ o b ote, con tod a su g u a r n ic ió n , y se ah o ga ro n todos. E se d ía solo quedó un
v a ró n vivo en la isla: V icto ria n o Á lv a r e z , el a n tig u o v ig ila n te d el fa ro , ah o ra apagado.
V icto ria n o se au to p ro clam ó re y de C lip p e rto n , c o n v irtió a las m u jeres en sus am an tes
y las fu e vio la n d o y m atan d o poco a poco; su rein a d o d u ró casi dos años. El 17 de ju lio
de 1917 las su p erv ivien te s lo m a taro n a golpes con un m a rtillo y d e sfig u ra ro n co m p leta ­
m en te su rostro; poco después un b arco a p a reció p o r fin en el h o rizo n te. Las m u jeres y
los n iños h ic ie ro n señ ales, m ien tra s los can grejos se en cam in ab an h a cia el fa ro , atraíd os
por la san gre fresc a . U na p equ eñ a lan ch a llegó a tie r r a y am arró en el an tig u o m u elle de
la P hosphate Com pany, y las cu a tro su p erv ivien te s y sus hijos d ejaron a trás p a ra siem p re
el atolón más d esan gelad o del p lan eta. V arias horas después, desde la cu b ie rta del USS
Yorktown, se podía se g u ir vien d o el n aran ja de los can grejos que cu b ría la isla.
Océano ‘Pacífico

177° ío Raoul Islá s Kerm adec (Nueva Zelanda)


IN G L E S a n tig u a m e n te Sun d a y Is la n d [Isla del D om ingo]

29.4 km 1 | 10 h abitan tes

910 km

T on ga

980 km

/ — tN u c va Z elan d a

1370 km

/ —♦Norfolk (86)

21 de noviembre de 1964 erupción volcánica


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................ ..
18 de marzo de 1793 descubierta por Joseph Bruny d’Entrecasteaux 1937 apertura de la reserva natural

C ada año el D ep artam en to de C o n serva ció n n eozeland és en vía trab ajad ores a una de
sus m uchas islas d eshabitadas d u ran te doce m eses. N u eve vo lu n ta rio s se a listan p ara
los m eses de vera n o , o in v ie rn o , y p e rm a n e ce n ahí d u ra n te al m enos m edio año; pero el
D ep artam en to señ ala en su in fo rm e anual: N o podem os enviar a cualquiera a la solitaria
Isla Raoul, se necesita una persona altam ente capacitada. Para arreglárselas a llí resultan
necesarias muchas habilidades im portantes y conocimientos prácticos: saber de hierbas y
sus propiedades, reparar edificios y m aquinarias e incluso hacer p a n . E l program a p a ra
trabajar como voluntario en la Isla R a ou l sep u b licita como una oportunidad única: conocer
una isla lejana con un ecosistema inigualable y también menciona los numerosos retos que
supone. E n las islas cercanas h a y volcanes activos y los terremotos son frecuentes. La tierra
es escarpada y baldía y e l trabajo p u ed e resultar duro y monótono; una tarea esencial es p o r
ejemplo disting u ir y arrancar p la n ta s invasivas. Una vez allí, habrá que perm anecer en
la isla e l tiempo acordado, no seráposible volverse atrás. E l correo llega en contadas ocasio­
nes, en un avión de la R N Z A ir Forcé o en barcos privados. E n caso de emergencia, e l tiempo
m ínim o que se tarda en llegar hasta a llí es de veinticuatro horas Los voluntarios en la
Isla R a o u l deben ser ágiles y versátiles, tener esp íritu aventurero sin llegar a ser tem era­
rios y tienen que saber cómo a d m in istra r e l tiem po; adem ás de sentirse satisfechos consigo
mismos, tam bién resulta im prescindible que sepan trabajar en equipos p equeñ os. Los
candidatos deben estar en buena form a y saber orientarse en zonas boscosas y de m ontaña,
sin ayuda exterior. Se valorará la experiencia en deportes de escalada y la fa c ilid a d p a r a
hacer reparaciones y trabajos m anuales. Los candidatos deben dirigirse a l Departam ento
de Conservación, PO B O X 474, Warkworth. N ueva Zelanda.
0 ‘ J 3 4 1
Océano ‘Pacífico

S o c o r r o A rchipiélago deR evillagigedo (M éxico)


E SPA Ñ O L tam bién Isla de Santo Tomás, a n tig u a m e n te Isla A n u bla d a
I 3 2 . i k m ¡ | 250 h abitan tes

50 km

/ — ♦San B ened icto

460 km

/ — ♦Baja C alifo rn ia

8 460 km

/ —+Taongi (84)

21 de diciembre de 1533 descubierta por Hernando de Grijalva 1957 construcción de la base m ilitar
,,,, / ' /

/
Inicios de 1920 visita de George Hugh Banning

C uando se ad en tran en la B ahía B ra ith w a ite , ap a rece ante ellos esta isla, que les r e c u e r ­
da a una casa tom ada. El agu a p a rece m u erta y estan cad a, la aren a de la playa b rilla fría
y h ay un p a r de colinas de rocas vo lcá n icas, cu b ierta s de za rza les. P or la ta rd e , uno de
los m arin ero s re a liza una b reve in cu rsió n por la isla y reg resa abatido y desam parado,
com o si h u b iera visto algo d esesperan zad or. Al día sig u ie n te, G eo rge H ugh B an n in g,
tim on el segun do del Velero I I , se lev an ta con el alba para ex p lo ra r y va g a en so lita rio po r
esta tie r r a baldía. E n una p la n ic ie d escu b re unas ovejas, que se esp antan p o r la rep e n tin a
a p a rició n del in tru so y h u yen d esp avoridas co lin a abajo, d esap arecien d o en la esp esu ­
ra. Son las d escen d ien tes salvajes de un pequeño reb añ o, abandonado en la isla por unos
ballen eros. P ara los am erican os resu lta un m isterio el lu g a r donde abrevan las ovejas,
ya que, según sus in fo rm es, no hay m an an tiales ni lagos en toda la isla. B an n in g in te n ­
ta p e rse g u ir a los an im ales, se abre cam in o en tre la m aleza, form ad a p o r un lab erin to
de arbustos espinosos de más de un m etro de a ltu ra , tocon es d estrozad os y vides m a r­
ch ita s. A cad a paso las ram as le golpean las m anos y el ro stro , no deja de tro p e zar, y con
cada golpe se hace un rasgu ñ o sa n g ra n te y tro p ie za de n u evo , pin ch án d ose los brazos y
las p a n to rrillas con cactu s, cu yas espinas se le cla v an hasta el hueso. U na y otra vez se ve
obligado a a rra stra rse de rod illas sobre la agreste m aleza, p a ra e v ita r h erirse con las r a ­
mas pu n tiagu d as de las ch u m beras, y al fin a l la vegetación es tan profu n d a e im penetrable
que las ovejas con tin ú an su escapada, pero B an n in g ya no puede ad en tra rse más en tre la
m aleza. E ntonces observa su alrededor: ya no pu ed e d ecirse que esté en un bosque, sino en
una inm ensa selva, el espeso follaje no p erm ite que se filtre el m enor rayo de sol y a su a l­
red ed or solo im pera la oscu ridad . Las ram as m ovidas p o r el vien to le recu erd a n a grand es
y am enazadoras serp ien tes, y po r todos lados lo acechan árboles sin hojas que se p a recen a
seres atorm entad os, condenados a reto rcerse po r toda la etern id ad en escorzos terrib les.
El in fie rn o debe de ser un lu g a r p arecid o a este bosque. B an n in g, cegado p o r el te rro r,
em p ieza a p e rd e r los n erv io s, cre e que se va a vo lv er loco; com pletam en te d esesperad o,
a g a rra con fu e rz a su m achete y sale co rrien d o , apuñ alando la v e g e ta ció n e in ten tan d o
seg u ir la senda m arcad a po r sus propios pasos; se pelea con los m a torrales y no deja de
c o rta r ram as y arb u stos, hasta que al fin a l log ra sa lir del bosque, sin re sp ira c ió n y to ta l­
m en te cu b ierto de rasgu ños.
Océano ‘Pacífico
SPs
24° 4 7 ’ N
14 1° 19 ’ E Iwo Jima Isla s d el Volcán (Japón)
JA PO N É S I 5 t 5 [Isla del A zu fre] | IN G L É S S ulphu r Isla n d [Isla del A zu fre]
23.2 k m 1 | 370 habitan tes

1 050 km

j — «Tokio

1950 km

¡ — vTaiwán

3140 km

/ — >A tla so v (82)

19 defebrero-26de marzo de 1945 batalla de Iwo Jima

7
1968 devolución a Japón

El h orizon te de la isla es engañoso, no se puede saber si el cielo está cu bierto de nubes o del
hum o de bombas y m inas explosivas. E n la cim a del Suribachi seis soldados clavan un asta
en el suelo cubierto de escom bros e izan la ban dera h acia las altu ras con las pocas fu erzas
que les quedan; son seis figu ra s sin rostro que se sostienen m utuam ente: uno está a rro d i­
llado en el suelo, otro trata de a lca n za r la cum bre y Joe R osenthal dispara a través de su
objetivo: es el in stan te de cu atro cen tésim as de segundo más largo de toda la h istoria. La
fecha es 23 de feb rero de 1945 y se acaba de sacar la fo to grafía de gu erra más conocida de
todos los tiem pos. A estos hom bres no les im p orta d ar su vid a en nom bre de su b an d era
en un país m uy lejan o, en un gesto lleno de co ra je, un desolado acto de rep resen tación :
barras y estre lla s, azu l, b lan co y rojo, las m anos en el corazón y la m ira d a al cielo. Los sol­
dados estad ou n id en ses escalan h asta el pun to más alto de Iwo Jim a, una á rid a colin a de
cen iza s, de 169 m etros de a ltitu d , situ ad a al su r de esta m in ú scu la isla, que de rep en te se
ha co n v ertid o en un lu g a r estra té g ico cla v e, m uy c e rca del país en em igo, donde en breve
a te rriza rá un p o rtaavion es in su m erg ib le, lo su ficien tem en te gran d e p ara a lb erga r en su
in te rio r n um erosos bom barderos. E sta foto es la im agen de una v ic to r ia que aún no ha
ten id o lu gar, tod avía no se ha conq u istad o la isla ni se ha ven cid o la b atalla. Los en em igos
acech an ocultos en el p aisaje vo lcán ico y lan za n gran ad as desde sus trin c h e ra s. E ste la ­
b erin to de m il cavidad es m arin as se co n v irtió en la tu m ba de más de ve in te m il soldados
jap on eses. El n egativo fo to g rá fic o es tran sp o rtad o a G uam en avión y será revelad o en el
c u a rte l g e n e ra l de la W artim e S till P ic tu re Pools. No ta rd a rá n i un solo día en c o n v ertirse
en un icono: un a fo to g ra fía que rec u erd a a un a e statu a, am pliada en form ato p a n o rá m i­
co. Se tra n sm ite por teletip o h asta la p a tria y e n segu id a se co n v ierte en la foto de portad a
de todos los d om in icales; un p a r de m eses m ás ta rd e ap a rece un sello con esta im agen ,
y diez años después in sp ira el m on um en to fu n e ra rio de b ron ce m ás gra n d e del m undo,
situado en el cem en terio m ilita r de W ashington: soldados de d iez m etros de a ltu ra s o s tie ­
nen la b an d era sobre un ped estal de gra n ito . E ste em blem a pasa a sim b olizar todas las
batallas: tres bom beros izan la b an d era sobre las ru in as del 11 de sep tiem b re, la cim a del
S u rib ach i se ha c o n v ertid o en la zon a cero de N u eva York.
Océano ^Pacífico

,:SSS San Jorge Isla s P r ib ilo f^Estados Unidos)


IN G L E S S a in t George Isla n d
90 k m 2 | 128 habitan tes

/ 240 km

/— »A n ch orag e

1 630 km

/ — ♦Kamchatka

4 340 km
■••/— ♦Soledad (26)

J741 Geore Wilhelm Steller describe las vacas marinas 25 dejun io de 1786 descubierta por Gawriil Bribylow

/ 7
/
1786 exterminio de las vacas marinas de Steller

A l p a rec er, segú n cu en tan las cró n ica s, su fo rm a era ex tra ñ a y ú n ica en el m undo; p ro b a ­
blem en te v iv ie ra n a orillas de la isla de San J o rge, en la p a rte e x te rio r del m ar, au nqu e en
realid ad los ún icos que p u d iero n v e r a las vacas m arin as en su h á b ita t fu ero n G eo rg S te ­
ller y los cazad ores que las ex te rm in aro n . Las ú n icas pruebas que quedan de su e x iste n cia
son un p a r de esq u eletos, va rio s pedazos de p iel d isecad a y las m il setecien tas c u a re n ta y
una notas que tom ó S teller, cuando acom pañó a V itu s B e rin g en la segu n da ex p ed ició n a
K a m ch atk a, que acabó n au frag an d o. Estos anim ales p e rten e cía n al orden de las siren ias
y ten ían de hecho la cola b ífid a y el pecho b lan co com o el de una jo v e n siren a . Su p iel de
varios cen tím etro s de espesor era im p en etra b le, record aba a la c o rteza de robles m ilen a ­
rios y su espalda c a re c ía de p elam b re, eran n egra s, lisas y resb alad izas, excep to su n u ca ,
g risá ce a y su rca d a po r a rru g a s y p lieg u es. Com o ex trem id ad es d elan teras ten ía n dos p e ­
queñas a leta s, casi atro fiad a s, y su cabeza era com pletam en te d istin ta a la de cu alq u ier
otro anim al: p equ eñ a y cu ad ran g u la r, se u n ía al enorm e cu erpo sin n ecesid ad de cu ello.
Sus n arin a s record aban a los ollares de un caballo y sus oídos solo eran dos m inú scu los
orificio s. Sus ojos, caren tes de pestañ as, pod ían te n er el tam añ o de los de un a oveja, de
iris n egro y p u p ila azu l a m arille n ta . E staban con stan tem en te ru m ian d o plastas de a l­
gas con sus en orm es m andíbulas sin dien tes; las in saciab les vacas no dejaban de p a sta r en
las cerca n ía s de la costa, m ien tras la m itad de su form id ab le cu erp o sob resalía por en cim a
de la su p e rfic ie del m ar. En su espalda se paseaban gavio tas que p icoteab an su lom o y las
librab an de m olestos bichos. C ada cu atro o cin co m inu tos las vacas m arin as exp u lsab an
un en orm e b u fido de aire; cuando se sen tían saciad as, gira b a n sobre su dorso y se dejaban
a rr a stra r po r las co rrien tes m arin as. Estos seres m arin os se apareab an solo d u ra n te las
tran q u ila s tard es de p rim a v era , cuando h acía buen tiem po. D e la misma fo rm a como lo
hacen los humanos. E l macho arriba y la hembra abajo, segú n cu en tan las notas de Steller.
Las vacas m arin as eran m ansas p o r n atu raleza: cuando estaban heridas, su dolor era
tan grande, que no p od ía n hacer nada más que alejarse de la orilla, hasta que olvidaban
totalm ente cómo regresar. Se a cercab a n tan to a la o rilla que fá cilm en te p od ían ser tocad as,
pero p o d ían re su lta r m o rtíferas. E ra un anim al tran q u ilo que no em itía n in gú n sonido;
tan solo, cuan do las h ería n , su sp iraban p rofu n d am en te.
Dalnoi
Point

0 1 * 3 4 5

/— /— /— /— /— /
Océano Pacífico

£I Tikopia Isla de Santa Cruz (Salomón)


12 " 18 ’ S
1 68“ 50 ’ E

T I K O P I A —A N U T A Tikopia
4.7 k m 2 1 1 200 h abitan tes

210 km

/ — »Vanikoro

1100 km

/ —*Fiji

1540 km

j —>Takuu (122)

1928-1329 primera expedición de Raymond Firth

/ /
descubierta por Pedro Fernández de Quirós Diciembre de 2002 devastada por el ciclón Zoé

E sta isla está habitad a desde hace m ás de tres m il años; es tan p equ eñ a que las olas se
pueden escu ch a r desde su m eseta cen tra l. Sus habitan tes pescan en las aguas salobres y
atrapan cru stáceo s en la orilla; cu ltiv a n b oniatos, p látan os y ñam es gig an tes del pantano;
alm acen an adem ás cerea les bajo la tie r r a po r si h ay una m ala cosecha. Estos v ív eres r e ­
sultan su ficien tes p ara m il d oscien tos seres hum anos, pero ni p ara uno m ás. Si un to r ­
nado o una gra n sequía d evasta la cosech a, m uchos de ellos eligen una m u erte ráp id a. Las
m ujeres solteras se ah orcan vo lu n ta ria m en te en sus casas o se a rro jan al m ar y algunos
padres se dejan a rr a s tra r po r las c o rrien tes m arin as ju n to a sus h ijos, en un v ia je en can oa
del cu al n u n ca regresa n . P re fie re n m o rir en el m ar, antes que p a d ecer una larga agon ía
de ham bre y de sed en tie r r a firm e . C ada año el je fe de las cu atro trib u s de T ik o p ia r e ­
c u erd a las reglas p a ra e v ita r el cre cim ien to de la p oblación . Todos los niños deben v iv ir de
acu erd o con ellas y a lim en ta rse solo con lo prod u cid o en el h u erto fa m ilia r, p o r ello solo el
hijo m ayor pued e te n e r d escen d en cia; los restan tes hijos deben p e rm a n e ce r solteros y ser
extrem ad am en te cuidadosos p a ra no en gen d rar. Los varon es se sien ten obligados a p r e ­
v e n ir la co n cep ció n y se han co n v ertid o en exp ertos del coitus interruptus, pero si la co n ­
cep ció n no pudo e v ita rse , las m u jeres p resio n an su v ie n tre con p ied ras calien tes antes de
que suced a el p arto. A los adultos se les proh íb e te n e r más d escen d en cia cuando su hijo
m ayor alca n za la edad casa d era, y cu an do una p a reja tien e un h ijo, el hom bre p reg u n ta a
su m ujer: ¿De quién es este hijo, a quien debo a lim en ta r?Y solo él d ecid e si el re c ié n n acido
debe v iv ir. L as cosechas son p equeñas. D éjam e m atar a nuestro hijo, ya que s i vive, no habrá
comida p a ra él. Los re c ié n n acidos se dejan tum bados boca abajo, para que se ah ogu en y
m u eran . Estos niños no recib en sep u ltu ra, no form an p arte de la v id a de T ikopia.
0 1 - 3 4 i
¡ í (< Océano‘Pacífico •X
1 8 ° 7’ N
145° 4 6 ’ E Pagana M arianas (Estados Unidos)
IN G L É S Pagan Isla n d \ ESPA Ñ O L a n tigu a m e n te San Ignacio
47.2 k m 1 | D esh abitada

310 km

/ —+Saipan

2 670 km

j — >ManiIa

840 km

/ — *Iw o Jim a (112 )

1669 descubierta por Diego Luis de Sanvitores

/
/
1981 evacuación por erupción volcánica

A q uí, donde la p la ca te ctó n ic a del P a c ífico roza con la de F ilip in a s, se abre la fosa de las
M a ria n as, de p rofu n d id ad k ilo m é trica , y ju s to al lado se lev an ta la cad en a m on tañosa m ás
alta del m undo, es su b m arin a p ero eleva sus cim as v o lcá n icas h u m ean tes m uy por en cim a
de la su p e rfic ie del m ar. L a eru p ció n de dos de esas m on tañas de fu ego creó P agan a,
un a isla doble, u n id a po r un pequeño istm o, cu ya p a rte m ás estre ch a no a lcan za los cien
m etros de ancho. E n las faldas de las m on tañas del n orte se en c u e n tra el poblado de
Shom ushon; sus h abitan tes q u ieren ser evacu ad os porqu e desde h ace unos días la cim a
del vo lcán está expu lsan d o colum nas de hum o y la tie r r a ha em pezado a tem blar, pero
nad ie les p resta aten ció n . Los exp ertos a segu ran que el vo lcán no es p elig ro so. P ero el
15 de m ayo de 1981 el vo lcán en tra en eru p ció n , com ien za a exp u lsar llam arad as de fu ego,
a rro ja pied ras in can d escen tes y chorros de lava h acia las altu ras. El cielo se torn a oscuro
y llueve cen iza , hu ele a a zu fre y a tie r r a quem ada. Las cabañas de m adera de Shom ushon
se tam balean y un to rren te de ascuas ard ien tes flu y e en tre los palm erales. Pronto se p uede
escu ch a r el c re p ita r de las llam as po r todo el pueblo y las chozas cru jen y se desm oronan.
El alcalde pide ayuda por radio de onda corta: ¡E lfu eg o ya está a q u í! ¡V enganpor nosotros!
P ara en ton ces, los sesen ta habitan tes del poblado ya habían huido a la p arte su r de la isla,
se resg u ard an bajo la c re sta de una m ontaña y rezan p ara seg u ir a salvo del río de lava.
Un poco m ás tard e son evacu ad os en avión; desde el cielo , p u ed en v e r los tejados de sus
cab añas, en terrad os bajo un a cap a de c en iza n egra. D esde en to n ces, solo quedan en P a ­
gan a ve in te m illones de ton eladas de rocas vo lcá n icas, can tid ad su fic ie n te p a ra vo lv er a
c o n s tru ir el coliseo, el pan teón y las term as de C aracalla.
0 1 2 3 4 5 km
/-----/----- /----- /----- /----- /
i2 O Océano iPacífico

o Isla de los Cocos (Costa Rica)


24 k m 1 | D esh abitad a

530 km

/ — ►Puntarenas

1 000 km

/ — •Colom bia

2 500 km

/ — *C lip perton (106)

1526 descubierta por Juan Cabezas

11 de noviembre de 1897 August Gissler se convierte en gobernador de la isla

U na isla, dos m apas, tres tesoros. A u gu st G issler está co m pletam en te segu ro de que e n ­
c o n tra rá el oro robado por los p ira ta s que su rcab an el Cabo de H ornos con sus barcos de
velas negras: el botín de E dw ard D avis, los saqueos de B en ito B onito y el tesoro de la ig le ­
sia de L im a, que in clu y e una m adona de tam año n atu ra l h echa de oro m acizo. G issler, el
h ijo de un fa b rica n te de R em sch eid , que p re firió ser m a rin ero antes que d ire cto r de una
fá b rica de papel, ahora ob serva con aten ció n la c ru z m arcad a en el m apa y lee las an o ta ­
ciones: E n la p u n ta noreste de la B ahía Wafer, hay u n apequeñ a gruta a lp ie de una roca con
tres p icos, continuar doscientos p asos hacia e l interior, siguiendo la corriente. G issler tien e
tre in ta y dos años, ojos azu les y barba poblada, cu an d o, pala en m ano, da con ese lu g a r
y no en cu en tra nada m ás que tie r r a húm eda. C ava un a gu jero tras o tro, ta n profu n d os
que sus tobillos se h u n d en en una c o rrie n te de agu a su b terrá n ea y tan anchos que pod ría
e n te rra r un b arco , pero no e n cu en tra sus sueños. E n un tu g u rio del p u erto com pra más
m apas, proced en tes de la co lecció n fa m ilia r del n ieto de un p irata; están m arcados con
c ru ces a n tig u as y más m odernas. Los estu d ia con a ten ció n , sigu e las anotacion es y no
deja de e x c a v a r en la a rc illa o scu ra de la isla. H orada toda la su p e rfic ie con pico y p ala,
cava en círcu lo s y busca fin a n cia ció n y posibles socios, para ello vende p a rticip a c io n es de
la recié n cread a Cocos P la n tatio n C om pany, fu n dad a a propósito en esta isla de oro. Su
esposa y seis fa m ilia s alem anas le sig u en , se asien tan todos ju n to s en una b ahía de esta
isla tro p ic a l, c o n stru y en b a rra ca s, p la n tan c a fé , tabaco y a zú ca r de cañ a. S igu en cavando
y cavan do pero no en cu en tra n nada. T res años después los G issler v u e lven a estar com ­
p letam en te solos, sus socios los han abandonado, por lo que son los ú n icos poseedores por
derecho de una riq u eza que no son cap aces de en co n tra r. Buscar es más im portante que
encontrar, piensa G issler, y cad a a gu jero vacío co n stitu y e o tra pru eb a m ás de que el tesoro
tien e que estar escondido en c u a lq u ier otro lu g a r de las dos m il c u a tro c ien ta s h ectáreas
de este pedazo de tie r r a . Su m u jer acaba abandonándolo. Cuando deja la isla en 1905, no
queda en toda la su p erfic ie un solo esp acio sin ex cav ar, la barba le llega h asta la c in tu ra y
ha p erd id o d ieciséis años de su v id a. En toda su v id a solo en con tró tre in ta ducados de oro
y un g u an telete dorado. Poco antes de m o rir en N ueva Y ork el 8 de agosto de 1935 d eclaró
lo sigu ien te: Estoy convencido de que un gran tesoro está oculto en la isla, p ero había que
em plear mucho más tiempo y más dinero p a ra encontrarlo. S i fu er a joven , retomaría esta
búsqueda una vez más, desde elprincipio.
Isla
M a nuclita

Roca Sucia
P u n ta
Glsslor

P u n ta M aría

Cabo L ion e l

Islas Dos A m igos

Cabo
fía m p ier

0 1 J 3 4 S
Océano Pacífico
4° 4 5’ S
156° 59 ’ E Takuu (Papua N ueva Guinea)
T A K U U tam b ién Tauu | IN G L É S tam b ién Mortlock Islands
1.4 k m 2 | 560 h abitan tes

220 km

/ — »Bougainville

510 km

/ — ♦Nueva B retañ a

1280 km

/ — >Pingelap (98)

19 de noviembre de 1795 avistada por James Mortlock

Los m ision eros y los in v estig a d o res tien en co m pletam en te p rohib id o p o n er un solo pie
sobre esta isla: los h abitan tes de T a ku u q u ieren p e rm a n e ce r leales a los suyos y sus c re e n ­
cias. N ecesita n la ce rca n ía de los e sp íritu s , quienes h ace tiem p o lev an ta ro n este atolón
con los huesos del océano y de los an tepasados y que desde en ton ces p ro te ge n la isla, este
fr á g il a n illo de aren a, que se alza apenas un m etro po r en cim a de la su p e rfic ie del m ar.
Las m areas a scien d en , el vien to no deja de sop lar y la isla se está hu n d ien d o. D espués de
cada to rm en ta la p laya ha m en gu ad o, el m ar e n gu lle trozos en teros de tie r r a por la n oche.
La cu lp a la tie n e n la fric c ió n de las p lacas te ctó n icas en co n stan te m ovim ien to y el cam bio
clim á tico . El m ar se ad en tra cada vez más en la tie r r a , an ega las raíces de los palm erales
y sala las aguas su b terrá n ea s, tan to que las plan tas de ñam e se m a rch ita n y no hay com ida
su fic ie n te p ara sa cia r el h am bre de los isleñ os. Los an cian os no cre en que T a k u u se vaya
a h u n d ir y se n iega n a aband onar la isla, in ten ta n c o n s tru ir d iqu es, am algam an ra íces,
a re n isca y pied ras p a ra fo rm ar m asas fan gosas y com pactas que d ep ositan en las orillas
m ás am enazadas po r el m ar; tam bién rezan a los esp íritu s y p id en ayuda a los a n te p a sa ­
dos. Los jó ve n e s no se p a ran a pen sar, ni en el fu tu ro n i en el pasado, y d ía tras día beben
leche de coco ferm en ta d a por el sol. De las ram as de los árboles cu elga n inn u m erab les
botellas de p lá stico p ara p ro d u c ir el lico r. T a k u u se h u n d irá , en un m es, en un año.
Ocea no^íntártico

“ mÍo L a u r í a Isla s Oreadas d el Sur (Antártida)


IN G L E S Latirte Isla n d
86 km ! | 14 -4 5 h abitan tes

810 km

/ — ♦Georgia del Sur

1280 km

/ — •M alvin as

250 km

/ — ♦Isla D ece p ció n (128)

6 de diciembre de 1821 descubierta por George Powell y Nathaniel Palmer

/
/
21 de marzo-26 de noviembre de 1903 la Expedición Nacional Escocesa a la Antártida inverna en la isla

A lian G eorge R am say está llegan do a su final; d u ran te el viaje en tre T roon y las islas de
Cabo V erde sin tió de nuevo el p u n zan te dolor en el pecho que había em pezado a m o stra r­
se d u ran te su sem ana de d escanso en las islas Falklan d y que cada vez a p a re cía con más
fre c u e n c ia e inten sidad . Ya no podía n eg a r la evidencia: él, el je fe de m áquinas del Scotia,
estaba gra vem en te en ferm o; pero d ecid ió no d ecírselo a nadie. ¿Qué otra cosa pod ía h a ­
cer? ¿Ponerse en con tacto con el je fe de ex p ed icion es, para que lo e n via ra n de v u e lta al
hogar en E sco cia lo antes posible, a sabiendas de que estaban en m itad de la nad a, donde
nadie te n ía los con o cim ien tos n ecesarios p ara reem plazarlo? No ten ía elecció n , y adem ás,
y esp ecialm en te, q u ería v e r con sus propios ojos las m ontañas blancas del su r y los g la c ia ­
res em ergen tes de la A n tá rtid a . Vio todo esto en feb rero , cu an do q u ed aron bloqueados
por el h ielo y no p u d iero n seg u ir avanzand o h a cia el sur, en ton ces d ecid iero n p asar el
in v iern o en L au ría. T ras fo n d ea r las playas de la o rilla d u ra n te va rio s d ías, por fin e n co n ­
tra ro n un recod o segu ro y resgu ard ad o p a ra d esem barcar, en ton ces R am say y a no pudo
h a ce r nada m ás. M ien tra s la trip u la ció n del Scotia se ad en traba en las espesas capas de
n ieve p ara c o n s tru ir cab añas, c la s ific a r colonias de p in gü in os y r e a liz a r todo tip o de in ­
v e stig a cio n e s m eteorológicas y m a gn éticas, R am say p e rm a n e cía en el b arco , en vu elto en
num erosas m an tas, a cu rru ca d o ju n to a la ú n ica estu fa del cam aro te. M u rió el 6 de agosto
de 1903 de un fallo card íaco; dos días más ta rd e , e n terra ro n su cu erp o en la p laya n orte de
la B ahía E sco cia , a los pies de una m on taña que desde en ton ces lleva su nom bre. L a t r ip u ­
lació n com p leta de la E xp ed ició n N acio n al E sco cesa a la A n tá rtid a y a lgu n o s p in gü in o s
lo velaron ; K err, el a sisten te de lab o ra to rio , v e stid o de k ilt, tocó con la g a ita una ca n ció n
fú n eb re escocesa: Ordeñando ovejas escuché esta canción / que cantan las jóven es en los
días oscuros / m ientras se lam entan p o r estos tristes motivos: / L as flo res de los bosques es­
tán todas m architas, siem pre com pletam ente acabadas. / E l orgullo de nuestra tierra yace
fr ío sobre e l barro.
M abel Is/an d

M a b el
Fraser P oin t

Cape Geddes

Thomson Hucha nan


P oint P oin t

CtfÓW

Robertson
Moani
Susini
• jbb P oin t Graptoíite
Lola Is/and

Rase Orva<la>

P oin t
M oreno

Cape
P oin t VaJette Whitson
Rae ls la n d
P o in t

M u rra y Islands
Cape
Murdoch

Cape Hartrev
128 Océa n o~4n tártico
6 2 ° 57
6 0 ° 38 ■
o Isla Decepción Isla s Shetla n d d el Sur (Antártida)
IN G L E S Deception Isla n d
98.5 k m 2 | D eshabitada

20 km
/ —>lsla L iv in g sto n

100 km
/ — ♦Península A n tá rtic a

1490 km
/ —>Pedro I (132)

15 de noviembre de 1820 Nathaniel Palmer descubre la entrada a la Caldera 1$67-1970 erupciones volcánicas

/ l,
/ /
20 de enero de 1820 probablemente avistada 1906-1931 planta de procesamiento
por Edward Bransfíeld y William Smith de aceite de ballena

Es fá c il pasar p o r alto la en trad a a la C ald era , cu ya a p ertu ra no m ide más de doscien tos
m etros de ancho. E n esta zon a, in d istin ta m en te llam ad a el F u elle de N ep tu n o , las P u ertas
del In fiern o o la B oca del D ragón , el oleaje n u n ca cesa. U n poco m ás al su r, bajo un volcán
d orm ido, se escon de uno de los p u ertos m ás segu ros del m undo: la B ah ía de los B a lle ­
n ero s, aunqu e los h abitan tes de la isla llam aro n a este lu g a r el F iordo de A ren a. A q u í se
e n c u e n tra la p la n ta de p rocesam ien to de ace ite de b allen a m ás al su r del m undo; posee in ­
cluso su p rop ia flota: dos barcos de trip le m ástil, ocho p equeños b allen eros de va p o r y dos
gra n d es. A p arte de algu nos fogon ero s ch ilen o s, en D ecep ción viv en d oscien tos noru egos
y una m ujer: M a rie B etsy R asm u ssen , la p rim e ra y ú n ica c ria tu r a del gén ero fem en in o
que ha soportado la vid a en la A n tá rtid a . Es la esposa del cap itán A dolfo A m andus A n d re-
sen, je fe de una de las tres com pañías b allen eras que desde hace dos años fa en an en la isla.
La tem p orad a se ex tien d e desde fin a les de n oviem b re h asta los ú ltim os días de feb rero ;
cazan con nuevos m étodos, probados en el n orte: cañ on es situ ad os en la c u b ie rta d e la n ­
te ra de los barcos d isp aran arp ones con carga s exp lo sivas que se clavan p ro fu n d am en te
en el lom o de estos gran d es an im ales. Todo b allen ero que se p re c ie pu ed e d istin g u ir, in ­
clu so desde lejos, los d istin to s tipos de ballenas: la jo ro b a d a exp u lsa pequ eños ch orros de
agu a y tie n e una peq u eñ a g ib a en la espalda; la b allen a de a le ta es fá cilm e n te reco n o cib le
p o r su ch o rro lig era m en te ladeado; y la m ás valorad a de todas es la b allen a a zu l, id e n tifi-
cable por su aleta d orsal y p o r la n za r la colu m n a de agu a m ás alta. U n b arco pu ed e c aza r
h asta seis an im ales en un solo d ía y a rra stra rlo s po r la ta rd e h asta la o rilla . En las playas
n egras de la b ah ía , los b allen eros a rra n c a n la b arba de las ballen as de sus m and íbu las,
las d esp ellejan p o r com pleto, d esp ed azan su carn e y la sep aran de la gra sa , e x tra en el
p reciad o oro blan co y lo h ierv e n en en orm es con ten ed ores p a ra e x tr a e r el a ce ite. Las
cald eras no se a lim e n ta n con carb ó n , sino con cad á veres de p in gü in o s m u erto s, cazados
en la B ah ía de B aily. Los despojos se dejan en la orilla p a ra que se p u d ran o se los lleven
las olas. Los esqueletos blan cos b rilla n sobre la aren a oscu ra de la p laya, el agu a se torn a
roja po r la sa n g re y el a ire está im pregn ad o del hed o r a ca rn e pod rid a. M illares de cad á ­
veres de b allen as despedazadas se descom ponen en los crá te re s de la o rilla , desbordados
po r tantos cuerpos.
focaran i Point

O od d ard /////

M o un í Pond

B a ily I/e a d

B obo D ecep ción Sen’ingm achinc


Nccdlcs
G a briel d e C a s i illa
Statfo n

P enfotd P oint
South E ast P oint
Cotlins
P oint

E n tr a n te Point
fp u n t K irkw ood

N ew Rock

L ávebrua
/s ta n d

f km
Ocea n o -4 n tá rtico | ~4iar de 9¿oss

I Isla de Franklin (Antártida)


IN G L É S F ranklin Isla n d
33 k m ! | D esh abitad a

70 km

/ —♦Tierra de V icto ria

150 km

/ — ♦Isla de Ross

2 410 km

/ — ♦Isla M acq u a rie (78)

27 de enero de 1841 descubierta por James Clark Ross

Los barcos de su m ajestad , Terror y Erebus, fu ero n diseñados y probados p a ra n a v eg a r a


trav és del hielo. Estos bom barderos resu lta n tan poco elegan tes com o cajas de zapatos,
pero n in g ú n otro barco tien e un fu se la je tan resiste n te y cada uno de ellos po rta en el
in te rio r de su casco blindado un a poderosa m áqu in a de vapor de q u in ce ton elad as. Son
barcos de g u e rra , equipados para la b atalla c o n tra el hielo. U na m añ an a, cu an do la niebla
se d isipa, am an ecen ante una b ah ía, b lan ca y p ro fu n d a, a orillas de una isla. El cap itán
Jam es C lark Ross deja el Erebus al m ando de un o fic ia l y rem a hasta la costa en un p eq u e­
ño b ote, seguid o por el com an d ante F ran cis C ro zie r y un gru p o de m arin os del Terror. El
oleaje es tan alto e in ten so, que no pu ed en desem barcar; en ton ces, en una m aniobra m uy
osada, el cap itán salta del bote y a terriza en unas rocas de la orilla , a co n tin u a ció n ayuda
a los dem ás a a lca n za r la isla, lanzándoles unas sogas. H ace tanto frío que todo el suelo
está cu b ierto po r una capa de hielo. La isla no es m ás que un cú m u lo de p ied ra s v o lc á ­
n icas; su p u n ta n o rte no m ide m ás de un pie de ancho, es una fr a n ja b lan ca in m a cu la d a ,
tach on ad a con rocas n egras; en n in g u n a p a rte hay el m en or atisbo de v e g e ta c ió n . P ara
re g o cijo de tod a la trip u la c ió n , el ca p itá n Ross llam a a la isla F ra n k lin , en hon or de su
e x c e le n cia de la m a rin a rea l, sir John, h éro e v ic to rio so de T r a fa lg a r, a ctu a l go b ern ad o r
de la T ie r ra de Van D iem en [actu al T asm an ia] e in v estig a d o r polar, quien aún su eña con
e n c o n tra r el Paso del N oroeste. C u atro años m ás ta rd e , F ra n k lin in ic ia rá la b úsqueda de
este atajo en el h ielo , que c o n stitu y e la ru ta m ás ráp id a h a cia O rien te. Solo dos barcos r e ­
su lta n adecuados p a ra esta exp ed ición : el Terror y el Erebus. El p rim ero está cap itan ead o
po r F ra n cis C ro zie r, p rim e r o fic ia l, p ero siem p re a las órden es de F ra n k lin . Am bos barcos
quedan atrapad os en el hielo de la costa n orte de la Isla del R ey W illiam y no se vu elve
a saber nada de ellos. El m undo en tero esp era en vano te n e r n o ticia s suyas. C om ien za
en ton ces la b úsqueda más im p ortan te de la h isto ria de la m arin a b ritá n ica . El c a p i­
tán Ross tam bién fo rm a p a rte de esta m isión , con va rio s barcos y p erro s á rtico s. Pero no
en co n tra rá a sir John, tam poco a su am igo C ro zie r ni a los dos b om barderos, con los que
d u ra n te tan to tiem p o ex p lo ra ra la costa a n tá rtica . El abism o y la oscu rid ad del d estin o de
estos barcos p erm a n ece descon ocido. E sta pequ eña isla de lava co n stitu y e un m on u m en ­
to a F ra n k lin , au nqu e su tum ba y a zca bajo el hielo en el polo opuesto de la T ie rra .
Océa no^4n tártico

P e d r o I (Antártida) .?
RU SO Ostrow Petra I \ N O R U E G O Peter 1 0 y
156 k m 1 | D esh abitada

420 km

/ — •A ntártida

1 850 km

/ — •Cabo de Hornos

3 040 km
/ — •Isla F ra n k lin (130)

z ¡ de enero de 1821 descubierta por Fabian Gottlieb von Bellingshausen

“ / ; ....
/
2 defebrero de 1929 prim er desembarco, realizado por Ola Olstad

L ars C h risten sen , arm ad or m arin o y cónsu l del F iordo de A ren a , p rep a ra su b allen ero , el
S S O d d I, p a ra una n u eva exp ed ición . C om pletam en te cargad o de carb ó n , el 12 de en ero
de 1927 el b arco p a rte del p u e rto de la Isla D ecep ción . C inco días más ta rd e alca n za su
objetivo: la Isla de Pedro I, d escu b ierta h ace m ás de un siglo, au nqu e nad ie ha logrado
aún d esem b arcar en ella y está casi todo el año cerca d a po r m asas de hielo. El b arco n av e­
ga alred ed o r de toda la isla; en la costa oeste se eleva la cim a m ás alta: un volcán; resu lta
im posible saber si está d orm ido o ex tin to . L a gélid a costa es escarp ad a po r todos lados,
p a rece com o si las rocas de h ielo se re c o rta ra n en v e rtic a l sobre el en cresp ad o m ar. Esa
ta rd e el cap itán in ten ta lleg a r a tie r r a con un pequeño b ote, pero todo es in ú til, no existe
n in g ú n recodo resgu ard ad o donde p u ed an ech a r el an cla, no h ay ni un solo lu g a r p a ra
d esem barcar, tan solo en c u e n tra n playas m uy estrech a s, form ad as por g la c ia res y g u i­
ja r ro s n egros, que a la rga n sus len gu as h a cia el océano. L le g a r a tie r r a es im posib le, p ero
p a ra p o d er m o stra r algo a su reg reso , p ara que su v ia je no haya sido en van o, recogen
fragm en tos de pied ras de la orilla. El geólogo O la f A ntón B roch exam in a las pied ras
m in uciosam en te: L as presentes muestras, compuestas p o r ciento setenta y cinco p ieza s, son
en su gran mayoría guijarros de la costa; su tam año oscila entre m edia nuez y e l doble de
un p u ñ o cerrado. A lg u n a s de ellas poseen p oca solidez, su consistencia es quebradiza, p rá c ­
ticam ente se descomponen a l tocarlas. Fueron encontradas en las proxim idades de la costa
oeste, especialm ente en e l Cabo Lngrid Christensen. H a y distintos ejemplares de cada tipo de
roca, aunque no cabe destacar grandes variaciones geológicas, casi todas lasp iedras p resen ­
tan una composición similar. Todas las muestras exam inadas tienen origen volcánico. Un
estudio sup erficialpodría dar la impresión de que se trata de una gran variedad de tipos de
p ied ra s diferentes, p ero un análisis más detallado reduce las diferencias. Concretamente, e l
estudio de veintidósfragm entos revela que las m uestras están com puestasfundam entalm en­
te p o r basalto, andesita y la a s í llam ada traquiandesita. L a variedad que más p redom ina
es la de basalto. Cabe concluir p o r lo tanto que la constitución de la Lsla de Pedro L es p r i n ­
cipalm ente basáltica. No se pu ed e d e c ir m ucho más sobre u n a tie r r a que n u n ca ha sido
pisad a po r nadie.
Glosario

Ilhéu ( p o r t . ) Islote Poluostrow ( r u s . ) Itsmo


Arete ( f r . ) Cadena Insel ( a l e m . ) Isla Ponta ( p o r t . ) Punta
Island ( i n g . ) Isla Port ( i n g . , f r . ) Puerto
Isle ( i n g . a n t . ) Isla Porto ( p o r t . ) Puerto
Bahía ( p o r t . a n t . ) Bahía Islet ( i n g l . ) Islote Proliw ( r u s . ) Estrecho
Baia ( p o r t . ) Bahía Iwa ( j a p . ) Peña, roca Pulo ( p o l i n e s . ) Islote
Baie ( f r . ) Bahía
Bank ( i n g . ) Bancal
Basin ( i n g . ) Cuenca Jim a (j a p .) Islote, roca
Range ( i n g . ) Cordillera
Bay ( i n g . ) Bahía
K Ravine ( f r . ) Barranco
Beach ( i n g . ) Playa
Kap. ( a l e m . ) Cabo Récif( f r . ) Arrecife
Bight ( i n g . ) Ensenada
Kapp ( ñ o r . ) Cabo Reef (i n g . ) Arrecife
B luff (me.} Acantilado
Kyst ( ñ o r . ) Costa Ridge ( i n g . ) Cresta
Bree ( ñ o r . ) Glaciar
River ( i n g . ) R ío
Buchta ( r u s . ) Bahía
L Riviére ( f r . ) R ío
Bukt ( ñ o r . ) Bahía
Lac ( f r . ) Lago Roche ( f r . ) Roca, peñón
Lagon ( f r . ) Laguna Rock ( i n g . ) Roca, peñón
Cabo ( p o r t . ) Cabo Lagoon ( i n g . ) Laguna Rutschef (wjs.') arroyo
Cachoeira ( p o r t . ) Catarata Laguna ( r u s . ) Laguna Ryggen ( ñ o r . ) Cordillera,
Cap ( f r . ) Cabo Lake ( i n g . ) Lago cresta
Cape ( i n g . ) Cabo Lednik ( r u s . ) Glaciar
Cave ( i n g . ) Cueva Light ( i n g . ) Faro
Cova ( p o r t . ) Cala Saliw ( r u s . ) Golfo
Cove ( i n g . ) Cala Sjoen ( ñ o r . ) Laguna
Massifijv,.') Macizo
Cratére ( f r . ) Cráter Slette ( ñ o r . ) Llanura
Maunga ( r a p a ) Pico
Creek ( i n g . ) Arroyo Stac ( e s c o c . ) Islote
Mont ( f r . ) Monte
Strait ( i n g . ) Estrecho
Motu ( p o l i n e s . ) Arrecife
Stream ( i n g . ) Arroyo
Elv ( ñ o r . ) Río Mount, mountain ( i n g l . )
Enseada ( p o r t . ) Ensenada Montaña
Mullach ( e s c o c . ) Colina
Tanjong ( i n d o n . ) Cabo
Mys ( r u s . ) Cabo
Telok ( m a l a y . ) Bahía
Falaise ( f r . ) Acantilado
Tó ( j a p . ) Isla
Fjell ( ñ o r . ) Monte
N uk ( m o t u ) Arrecife Topp ( ñ o r . ) Pico

Glen ( e s c o c . ) Valle
Gora ( r u s . ) Montaña Odde ( ñ o r . ) Punta, saliente USS ( i n g . ) Barco de los
Gulch ( i n g . ) Barranco Osero ( r u s . ) Mar Estados Unidos
Ostrow ( r u s . ) Isla
0 y ( ñ o r . ) Isla V
Hallet ( ñ o r . ) Cordillera Vallée ( f r . ) Valle
Hamna ( ñ o r . ) Puerto P Valley ( i n g . ) Valle
Hana ( j a p . ) Punta, cabo Pass,passage ( i n g . ) Pasaje Vatn ( ñ o r . ) Lago
Harbour ( i n g . ) Puerto Passe ( f r . ) Pasaje Versant ( f r . ) Vertiente
Head ( i n g . ) Cabo Peak ( i n g . ) Pico Vik ( ñ o r . ) Bahía
H ill ( i n g . ) Colina Península ( i n g . ) Península
HMS ( i n g . ) Barco de su Pie ( f r . ) Pico W
Majestad Pik ( r u s . ) Pico Wan ( j a p . ) Bahía
Holme ( ñ o r . ) Isla Plain ( i n g . ) Llanura Wodopad( r u s . ) Catarata
Plata ( ñ o r . ) Meseta Wulkan ( r u s . ) Vulkan
I Plateau ( i n g . , f r . ) Meseta
ile ( f r . ) Isla Point ( i n g . ) Punta
Ilha ( p o r t . ) Isla Pointe ( f r . ) Punta Tama ( j a p . ) montaña
ÍN D IC E
ONOMÁSTICO
Indice onomástico

A A n tarcticfjellet (Cordillera Bahía Chupones


A Dyibó A n tártica) > Bahía Cornwallis
Acapulco Antártida Bahía Cumberland
Adamstown (Pueblo de Antípodas, Isla Bahia de A Jabal (Bahía del
Adán) Anvil Peak (Pico Anvil) Jabalí)
Acuña, Tristán de Año Bueno Bahia de Aual (Bahía de
A frica Apaan Bay (Bahía Apaan) Aual) +1
Agulhas-B ank (Bancal de las Bahía de La Pérouse
Agujas) Araido-tó (Isla de Araido) Bahía del Correo
Ahurei Araveke Bahía Iglesias
Ailsa Craig Archipiélago de Chagos Bahía Padre
Aitken Cove (Cala Aitken) Archipiélago de Bahía T ierra Blanca
Akananue Bay (Bahía Revillagigedo Bahía Tres Puntas
Akananue) Archipiélago de Tuamoto Bahía Vargas Lozano
Akatam ira Bay (Bahía Bahía Villagra
Area
Akatam ira) Bahía W afer
Alaid A rete des Djinns (Cadena de
Baia do C an ijo (Bahía del
Djinns)
Albatross Point (Punta Canijo)
Aria, Richard
Albatros) Baie Am ericaine (Bahía
Arnaud, Ramón de
Albuquerque, Alfonso de Am ericana)
Asanga
Alert Bay (Bahía Alerta) Baie de la Hébé (Bahía de la
Ascensión
A lfredfjellet (Cordillera Hébé)
Ascensión Island (Isla de la
Alfred) Baie de la Pince (Bahía de la
Ascensión)
Alian Point Pinza)
Asilo de la Paz
(Punta Alian) Baie du La Pérouse (Bahía
Asim utodden (Cabo Acim ut)
Alm irante Saldanha de La Pérouse)
Alor Pinyu Baie du M arin (Bahía del
Assun<jáo (Asunción)
Álvarez, Victoriano M arino)
Atanui Bay (B ahíaA tanui)
Am Plasdair Baily Head (Cabo Baily)
Ámsterdam Atlántida 129
Anare Station (Estación Atlas Ball Bay (Bahía Ball)
Anare) Atlasov Bañaba
Anarua Bay (Bahía Anarua) Atolón Clipperton Banks Point (Punta de los
Atunu Bancales)
Anatauri Bay (Bahía Aual Banning, George Hugh
Anatauri) 18, 110
Auroa Point (Punta Auroa)
Anchorage Bay (Bahía del Barauna, Almiro
Anclaje) Aurora Point (Punta Aurora) Barents, JVillem
Anchorstock Point (Punta 79 Barn Long Point (Punta del
Anchorstock) Auroraholm en (Islote Gran Establo)
Anderssenbukta (Bahía de Aurora) B arriere des Récifs (Barrera
Anderssen) Australia de los A rrecifes)
Andresen, AdolfAm andus Austryggen (Cordillera Barton Pass (Pasaje de
Este) Barton) <
Angairao Bay (Bahía Autea Point (Punta Autea) Barton Point (Punta de
Angairao) Ava Passage (Pasaje Ava) Barton)
Anganchi Base Decepción
Annobón B Base M artin de Viviés
Anson Bay (Bahía Anson) Bahía Ahurei Base Oreadas
Anson Point (Punta Anson) Bahía Ate (Bahía Ate) Basilisk Peak (Pico del
A ntarctic Bay (Bahía Bahía Braithwaite Basilisco)
Antártica) Bahía Chatham Bauer Bay (Bahía Bauer)
Indice onomástico

Bayo Alcyone Brothers Point (Punta de los Cap de l’Antarés


Beach Point (Punta de la Hermanos) (Cabo de Antares)
Playa) Browns Bay (Bahía Browns) Cap de l’ Héroine (Cabo de la
Beechey, Frederick William Heroína)
Belle Poule Bruny d ’En trecas tea iix, Cap de la M eurthe (Cabo de
Bellingshausen Island (Isla Joseph la M eurthe)
de Bellingshausen) Buchan Bay (Bahía Buchan) Cap du Gallieni (Cabo de
Bering, Vitus Gallieni)
Berlanga, Tomás de Buchanan Point (Punta Cap du Gauss (Cabo de
Bernacchi Head (Cabo Buchanan) Gauss)
Bernacchi) Buchanan Stream (Arroyo Cap V ertical (Cabo Vertical)
B igG reen (Hill Gran Colina Buchanan)
Verde) Buchta Alaidskaja (Bahía de C apeAnderson (Cabo
B igG ulch (Gran Barranco) Alaid) Anderson)
49 Buchta Baklan (Bahía Cape Davidson (Cabo
Big Point (Punta Grande) Baklan) Davidson)
Big Sandy Gulch (Barranco Buchta Sewernaja (Bahía del Cape Flannery (Cabo
B ig Sandy) Norte) Flannery)
Bird Rock (Roca del Pájaro) Buchta Tepliz (Bahía Tepliz) Cape Geddes (Cabo Geddes)
31
Bjornoya (Isla del Oso) Buckles Bay (Bahía Buckles) Cape H artree (Cabo del
Blue Lake (Lago Azul) 79 Árbol del Corazón)
Boatharbour Bay (Bahía del Burnt Pine (Pino Quemado) Cape Mabel (Cabo Mabel)
Puerto) 12~
Boatswain Bird Island (Isla Butterm ilk Point (Punta de Cape M urdoch (Cabo
del Pájaro Boatswain) M antequilla) Murdoch)
Bogevika (Bahía Inclinada) Bwdije Cape Robertson (Cabo
Bwokwia Robertson)
Bokak Bt/ron, John Cape Roca (Cabo Roca)
Bollons Islands (Islas Cape Star (Cabo Estrella)
Bollons) Q
Bonaparte, Napoleón Cape T oucher (Cabo
Cabezas, Juan
Bonito, Benito Toucher)
Cabo Atrevido
B orchgrevink Bay (Bahía Cape Valavielle (Cabo
Cabo Dampier
B orchgrevnik) Valavielle)
Cabo Descubierta
Boreray Cape W hitson (Cabo
Cabo Henslow
Bounty W hitson)
Cabo Lionel
Bounty Bay (Bahía Bounty) Carolinas 100
Cabo Middleton
103 Caroline Point (Punta
Cabo Norte
Bouquet de la Grye, Anatole Caroline)
Cabo O’ Higgins
Carrick Bay (Bahía Carrick)
Cabo Pearce
Bouvet
Cabo Regla Cascade (Cascada)
Bouvet de Lozier,, Jean-
Cabo Roggeveen Cascade Bay (Bahía de la
Baptiste Charles
Cabo Sur Cascada)
Bouvetoya (Isla Bouvet)
Brando, Marión Cachabo Cascade Point (Punta
Bransfield, Edward Cadena Ratak Cascada)
Brasil Caldwell, David Castle Rock Point (Punta del
Brava Caleta Anakena Castillo en la Roca)
Bristow, Abraham Caleta Grayson Catherine Point (Punta
Broch, O laf Antón Camp Stream C atherine)
BrokenTooth (Diente Roto) Campo Baixo Catoodden (Punta de Cato)
37 Cap Chivaud 47
Indice onomástico

Cattle Bay (Bahía del Cordón Escarpado Davis Bay (Bahía Davis)
Ganado) Corm orant Point (Punta del Davis Point (Punta Davis)
Cave Gulch (Cueva del Cormorán) Davis, Edward
Barranco) Cossack Rock (Peñón del Deadman’ s Bay (Bahía del
Cave Point (Punta de la Cosaco) Hombre M uerto)
Cueva) Costa Rica Deadwood Plain (Llanura
Cem etery Bay (Bahía del Courrejolles Point (Punta de del Bosque M uerto)
Cem enterio) Courrejolles) Deans Point (Punta del
Central Plateau (M eseta Cova de M ar (Cueva del Deán)
Central) Mar) Deep Gulch (Barranco
C erro Agudo Cráter Bay (Bahía del Profundo)
Cerro Alto Cráter) Deep Valley Bay (Bahía del
Cerro Damajuana C ratére Antonnelli (Cráter Valle Profundo)
Cerro El Yunque Antonnelli) Denham Bay (Bahía
Cerro Iglesias Cratére de l’Olympe (Cráter Denham)
C erro La Piña del Olimpo) Dent Island (Isla Dentada)
Cerro Pajas Cratére H erbert (Cráter
Cerro Portezuelo Herbert) Depressions (Depresiones)
Cerro Puhi Cratére Supérieur (Cráter Desejado (El Deseado)
Cerro Tres Puntas Superior) D evil’s Cauldron (Caldero
Cerro Tuutapu Cratére Vénus (C ráter del Diablo)
Charles Venus) D evil’ s Riding School
Chassiron, Martin de Crawford Point (Punta (Escuela de Equitación
Chile Crawford) del Diablo)
Christensen, Lars Créte de la Novara (Cresta Diego G arcía
Christian, Fletcher de la Novara) Direction Island (Islas
Cirque aux M ille Couleurs Cricket Valley (Valle del D irección)
(Circo de los Mil Colores) Grillo) Donkey Plain (Llanura del
Crim son Hill (Colina Burro)
Ciudad del Cabo Crimson) Double Point (Punta Doble)
Claesz de Hillegom, Harwick Cross Hill (Colina de la
Douglas Bay (Bahía
Cruz)
Clarence Bay (Bahía Douglas)
Crozier, Francis
Clarence) Douglas Strait (Estrecho de
Crusoe, Robinson
Cockburn Island (Isla Douglas)
Crystal Bay (Bahía Cristal)
Cockburn) Down Rope (Cuerda de
Cocoanut Bay (Bahía de la Cust Point (Punta Cust) Abajo)
nuez de coco) Drum site (El Sitio del
Collins Head (Cabo Collins) Cuthbertson Snowfield Tambor)
Collins Point (Punta Collins) (Cum bre Cuthbertson) Dry Gut Bay (Bahía del
Gaznate Seco)
Com fortless Cove (Cala du Bocage, M ichel
Incómoda) Dün
Complex Point (Punta da Nova, Joáo Duncombe Bay (Bahía
Difícil) Dalnoi Point (Punta Dalnoi) Duncombe)
Conachair (El Faro) Dyo Dyo
Cook Island (Islas Cook) Danger Islands (Islas del
Peligro)
Cook Point (Punta de Cook) Dark Slope C ráter (C ráter de Earhart Light (Faro
Cook, James la Ladera del Diablo) Earhart)
Coral Bay (Bahía del Coral) Darwin, Charles Earhart, Amelia
Dauphine East Cape (Cabo Este)
índice onomástico

East Island (Isla Este) F Frisbie, Robert Dean


East Jew ’s Point (Punta del Faea Fuglefjellet (Monte del
Judío Este) Faja d ’Água (Franja de Agua) Pájaro)
East Point (Punta Este) 39 Fuji
Echo (Eco) Falaise d’E ntrecasteaux Fum arole Bay (Bahía
Eclipse Bay (Bahía del (Acantilado de Fumarola)
Eclipse) E ntrecastillos) Furna
Eclipse Point (Punta del Fangataufa
Eclipse) i Farefatu
Ecuador Fatapu Point (Punta Fatapu) Gabriel de Castilla Station
1 17
Edinburgh o f the Seven Seas (Estación Gabriel de
Fausse Pointe (Punta Falsa)
(Edim burgo de los Siete Castilla)
M ares) Fenner Creek (Arroyo Gama, Vasco de
Egeria Point (Punta Egeria) Gannet Bay (Bahía Gannet)
Fenner)
*>5 Fenner Lake (Lago Fenner)
Egeria Rock (Roca Egeria) Carden Cove (Cala del
109 Jardín)
Ferguson Bay (Bahía
E gg Island (Isla del Huevo) Gaspar Rico
Ferguson)
43 George Island (Isla de Jorge)
Ferguson Hill (Colina)
El Dorado 43
Ferguson
Elcano, Juan Sebastián de Georgetown
Feuillée, B riand de la
Eld, Henry Gilí Point (Punta Gilí)
Fiordo de Arena Sandefjord
Ellasjoen (Laguna de Ella) Gipsy’s Gulch (B arranco del
132
E m preneur (Secuestrador) Gitano)
First Bluffs (Prim eros
81 Gissler, August
Acantilados) ;
Engelskelva (Río de los Glass, William
First Lagoon Gulch
Ingleses) Glawnyj (Río Grande)
(B arranco de la Prim era
England (Inglaterra) Glen Bay (Bahía del Valle)
Laguna)
English Bay (Bahía Inglesa) Glencot
Firth, Raymond
Enseada da Cachoeira Gob an Düin (Punta de Dun)
Fitchie Bay (Bahía Fitchie)
(Ensenada de la 127 35
C atarata) 4. > F lagstaff (El Mástil) Goddard Hill (Colina
Enseada do Príncipe F lagstaff Bay (Bahía del Goddard) 1 1
(Ensenada del Príncipe) Mástil) Gómez Island (Isla Gómez)
45 Fiat Rock (Roca Plana) Gora Osobaja (Monte
Enseada dos Portugueses Lejano)
Floreana
(Ensenada de los Gora Parasit (Monte
Flying Fish Cove (Cala del
Portugueses) 4 , Parásito)
Pez Volador) 65
Ensomheden (Soledad) Grand R é cif (Grand
Fogo 3!i
E ntrance Point (Punta de A rrecife)
Fono vai Korokoro Point
Entrada) Grande M arm ite (La Gran
(Punta Fono vai
Erebus Point (Punta Erebus) M arm ita)
Korokoro)
97 Grandes Ravines (Grandes
Fontainhas (Fuentecillas)
Esm archkysten (Costa del
Fosa de las M arianas Barrancos) j
uno de marzo)
Fox (Zorro) G raptolite Island (Isla
Estados Unidos de Am érica
Framnaesodden (Punta Graptolita)
7 6 ,T 0 4,T I4, t i 8
Framnses) Gravodden (Punta del
Estigia
Francia Enterram iento)
Evaodden (Punta de Eva)
Franklin, Sir John Great Hollow (Gran
i .33
Evjebukta (Bahía Evje) Fraser Point (Punta de Hondonada) n
Ew er Pass (Pasaje Ew er) Fraser) Great Stone Top (Cima de la
127 Frégate (Fragata) Gran Piedra) 4
Indice onomástico

Green Gorge (Cañón Verde) Hiort fie des Sables (Isla de Arena)
Hira Rock (Peñón Hira) 66
Green Hill (Colina Verde) Hiraiw a-w an (Bahía Ilha da Rachada (Isla
Greta Beach (Playa Greta) Hiraiwa) 1 Rajada) 5
Hiri Bay (Bahía Hiri) Ilhéu da Areia (Islote de
G rijalva, Hernando de Arena)
Hirta
Groenlandia Ilhéu de Cima (Islote de la
HMS Beagle
Guam Cima)
HMS Erebus
Guinea Ecuatorial Ilhéu Grande (Islote
HMS M egaera
HMS T error Grande)
H Ilhéus do Rombo (Islotes del
Home Bay
H alf Tree Hollow Rombo)
(Bahía del Hogar)
(Hondonada del Medio 95 Iótó
Árbol) Home Island (Isla Hogar) Isabel I I
Halfmoon Bay (Bahía de la Hook Keys (Llaves del Isla Acuña
M edialuna) <> Garfio) Isla Alejandro Selkirk
Halfway Beach (Playa de Hooker Stream (Arroyo de la
mitad de camino) Puta) 17 Isla Anublada
H am bergfjellet (Monte de la Hornvika (Bahía del Isla Austral
Montaña del Cielo) Cuerno) Isla Caldwell
Hamilton, Duque de Horsburgh Island (Islas Isla Campbell
Handspike Point (Punta Horsburgh) Isla Cónico
Handspike) Horse Pasture (Pasto del Isla de Azufre
Hanga Piko Caballo) Isla de Franklin
Hanga Roa Horse Pasture Point (Punta Isla de la Decepción
Hanitch Hill (Colina del Pasto del Caballo) Isla de Lae
Hanitch) Horse Point (Punta del Isla de los Cocos
Hasselborough Bay (Bahía Caballo) Isla de M arshall
Hasselborough) Horse Ridge (Cresta del Isla de Norfolk
Hasselborough, Frederick Caballo) Isla de Pascua
73, ‘)6 Isla de San Pablo . 54
Hottentot Gulch (Barranco
Haussvatnet (Lago de la Isla Decepción
Hotentote) 451
Casa) Isla del Coco
H ottentot Point (Punta
Hawadax Isla del Domingo
Hotentote) 1
Hawai Isla del Oso
Howland
Héléne Isla del Príncipe Rodolfo
Hummock Point
Helsinki Coronado
(Punta de la Colina)
Herald Islets (Islotes Isla Juan Fernández 4
Herald) 1 Hurd Point (Punta Hurd) Isla M acquarie
Herd Point (Punta del Hutchinson B lu ff Isla M anuelita
rebaño) , j. (Acantilado Hutchinson) Isla Más a T ierra
H erwigham na (Puerto de joy Isla Muela
Herwig H utuiti Isla M usgrave
Hewison Point (Punta Isla Rodolfo
Hewison) Isla Santa Clara
Hickshall Point (Punta íle de France (Isla de Isla Santo Tomás
Hickshall) Francia) Isla Smyth
High Bluffs (Gran Íle de la Passion (Isla de la Isla Sur de los Cocos
Acantilado) r , Pasión) to G Isla Tortuga
High Hill (Gran Colina) Íle de la Prise de Possession Islas bajo el Viento
High Peak (Pico Alto) (Isla de la Toma de Islas Británicas >
Himalaya Posesión) Islas Cocos del Sur
Indice onomástico

Islas Crozet K apeiatu Kobbebukta (Bahía Kobbe)


Islas de Cabo Verde Kapp Agot (Cabo Ágot)
Islas de la Decepción Kapp Circoncision (Cabo Koko
Islas del Volcán Circuncisión) Kolbukta (Bahía Kol)
Islas Dispersas Kapp Dunér (Cabo Dunér) Kuriles del Norte
Islas Dos Amigos Kurim a
Islas Falkland Kapp Elisabeth (Cabo Kutake Yashi
Islas Fénix Elisabeth) Kvalrossbukta (Bahía de la
Islas Galápagos Kapp Fie (Cabo Fie) Morsa)
Islas K eelin gd el Sur Kapp Forsberg(Cabo K valvika (Bahía de Kval)
Islas Kerm adec Forsberg)
Islas M ortlock Kapp Hanna (Cabo Hanna)
Islas Oreadas del Sur L’Au-delá (Ahí Lejos)
Islas Ratas Kapp H arry (Cabo Harry) La Biblia
Islas Sándwich del Sur La Fargue, Jean de
Kapp Ingrid (Cabo Ingrid)
Islas Shetland del Sur La Grande Coulée (La Gran
Isle de Jeanette M arie (Isla Hondonada)
Kapp Káre (Cabo Káre)
de Jeanette M arie) La isla Felsenburg
Kapp K olthoff (Cabo
Isle Penantípode (Isla La Quille (La Quilla)
K olthoff)
Penantípoda) La Tour Blanche (La Torre
Kapp Levin (Cabo Levin)
Islote Campeón Blanca)
Islote El Verdugo Kapp Lollo (Cabo Lollo) Labourage et Páturage
Islote Enderby Kapp M alm gren (Cabo (Labranza y pastoreo)
Islote Juanango M alm gren) Lac Cratére (Lago del
Islote V inilla Kapp M aria (Cabo M aría) Cráter)
Islote Tautara Lac Perdu (Lago Perdido)
Iwojima (Roca Iwo) Kapp M eteor (Cabo
M eteoro) Lady Hill (Colina de la
Kapp Nilsson (Cabo Nilsson) Dama)
Jacks Hill Lago a Pot
Jacquem art Island (Isla Kapp N orvegia (Cabo Laguna Sewernaja (Laguna
Jaequem art) Noruega) del Norte)
Jacquemart, Jacques-Marie Kapp Olsen (Cabo Olsen) Lake Te Roto (Lago Te Roto)
Jamestown Kapp Posadowki (Cabo
Japón Posadowki) Laksvatnet (Lago del
Jessie Bay (Bahía Jessie) Kapp Ruth (Cabo Ruth) Salmón)
Kapp Valdivia (Cabo Langdon Point (Punta
Johannesen, Edvard Holm Valdivia) Langdon)
John D. Point (Punta de K arena M aihiva Lars Christensentoppen
John D.) K aruteke (Pico de Lars
Jones Point (Punta de Jones) Kavake Christensen)
Kendal T errace (Terraza Larsoya (Isla Lars)
Judith Tephra (Monte Kendal) Lauría
volcánico de Judith) Kilo Laurie Island (Lauría)
K ingston Lavas Point (Punta de Lava)
K iribati
Kamwome Lávebrua Island (Isla
K irk Stream (Arroyo Kirk)
Kangoku-iw a (Islote Lávebrua)
Kankogu) K itano-hana (Punta Kitano) Lednik M iddendorfa
Kap Crista de Galo (Cabo I i} (Glaciar M iddendorf)
Crista de Galo) K iw ibukta (Bahía Kiwi) Leew ard Island (Islas
Kap Fligely (Cabo Fligely) K lapaT u ju Leeward)
Indice onomástico

Lemon Valley Bay (Bahía del Make, M eretuini Mawson Point (Punta
Valle del Limón) Mákeholm en (Islote de la Mawson)
Lerner, The odor Gaviota) Maynard Hill (Colina
Les Aiguilles (Las Aguilillas) Malpassée (Malapasada) M aynard)
M cArthur Point (Punta
Les Deux Rouquines (Las Mamama M cArthur)
dos Pelirrojas) M anatí Bay (Bahía del McDonald Point (Punta
Liblin, Marc M anatí) McDonald)
Lilian Point (Punta Liliana) Manga Manga McKenzie, D aniel
Maomao Point (Punta Mao M cPherson Point (Punta
Lindbergh, Charles Mao) M cPherson)
Lindsay M ar de Barents Medwin Point (Punta
Liverpool M ar de B erin g Medwin)
Lockheed L -io E E lektra M ar de Kara M elville Highlands (Tierras
M ar de las K uriles Altas de M elville)
Long Ledge (Cornisa M ar de Ojotsk Mendaña, Alvaro de
Grande) M ar de Ross M enhir
L ongR ange (Cordillera M ar de Salomón Methuen Cove (Cala
Larga) M are Pacifico (M ar Methuen)
Longbluff (Acantilado Pacífico) México
Grande) M argaret Beaches (Playas M eyer Islands (Islas Meyer)
Longwood (Bosque Grande) M argaret)
M arianas M ichajlovnodden (Punta de
Lorenz, R udolf
M arianne Point Michajlov)
Los Ángeles
Marión du Fresne, Marc- M icronesia
Lot’ s W ife (La M ujer de Lot)
Joseph Middle Island (Isla del
Mars Bay (Bahía de M arte) Medio)
Lotuma
M iddlegate (Puerta del
Low Point (Punta Baja)
M arsella Medio)
Lusitania Bay (Bahía
M artin Point (Punta de M idtryggen (Cresta del
Lusitana)
M artin) Medio)
Lykketoppen (Pico de la
M ataakau Passage (Pasaje M ilne Islets (Islotes Milne)
Suerte)
M ataakau)
Lyon Point (Punta del León)
Matapu Point (Punta M irin u ku (A rrecife M iri)
Matapu)
M atau Tu M iseryfjellet (Cordillera
M atauea M iseria)
Mabel Island (Isla Mabel)
M atautu Moby Dick
M ataveri Monowai Island (Isla
M acaroni Point (Punta
M atiriteata Monowai)
M acaroni)
Mato Grande (Campo Mont Branca (Monte
MacAskill Island (Islas Mac
Grande) Blanco)
Askill)
M aturi Mont de l’Alouette (Monte de
Macdougal Bay (Bahía
M aunga O T u ’ u (Pico O la Alondra)
Macdougal)
T u ’u) Mont de la Dives (Monte de
M ackenzie Península
M aunga Orito (Pico Orito) la Diva)
(Península M ackenzie)
Mont des Cráteres (Monte de
Maconochie, Alexander M aunga Puakatike (Pico los Cráteres)
Magallanes, Fernando de Puakatike) Mont du M isch ief (Monte de
M aunga Terevaka (Pico M ischief)
Major Lake (Lago M ayor) Terevaka) M ont Fernand (Monte
M auricio Fernando)
144 Indice onomástico

Monte da Ponta Verde M ount Galloway (Monte M ullach Bi (Colina Bi)


(Monte de la Punta Galloway) M urray Hill (Colina
Verde) M ount Ham ilton (Monte M urray)
Monte Gratao (Monte Grato) Hamilton) M urray Islands (Islas
3‘) M ount H arm er (Monte M urray)
Monts Jules Verne (Monte Harm er) Musgrave, Thomas
Julio Verne) Mount Honey (Monte de la Mynors, William
Monument Harbour (Puerto M iel) Mys Auk (Cabo del Alca) 11
del Monumento) Mount Ifould (Monte Ifould) Mys Borodawka (Cabo
Moore, Thomas 79 Verruga)
Moorman, Scott Mount Kirkwood (Monte Mys Brorok (Cabo de
M orgenstiernekysten (Playa Kirkwood) Brorok)
del Anim al de la M añana) Mount Larsen (Monte Mys Chitryj (Cabo Astuto)
Larsen)
M orrell Island (Islas M ount Law (Monte de la Mys Dewjatka (Cabo Nueve)
M orrell) Ley)
M orrell Point (Punta M ount Lyall (Monte Lyall) Mys Fligeli (Cabo de Fligeli)
M orrel) 31
M orro Largo Mount M aru (Monte Maru) Mys Gaberm ana (Cabo de
Mortlock, James 1Í 9 Haberman) 1
M oruroa Mount Motu (Monte del Mys G erm anija (Cabo de
Mosbytoppen (Pico de A rrecife) Alem ania) 3 1
Mosby) 4; M ount Olav (Monte Olav) Mys Kudrjawzewa (Cabo de
Moto-Yama (M ontaña Moto) 49 de Kudryávtsev)
1T3 M ount Pagan (Monte
Mys Lawa (Cabo de Lava)
Motu Ko (A rrecife Ko) Pagano)
Mys Pletscho (Cabo del
Motu Kotawa (Arrecife M ount Paris (Monte París)
Hombro)
Kotawa) 97
Mys Podgornyj (Cabo de la
M ount Perahu (Monte
Motu M arotiri (Arrecife Falda de la Montaña)
Perahu)
M arotiti) Mys Pologij (Cabo de Suave
M ount P itt (Monte Pitt)
Motu Nui (A rrecife Nui) Pendiente)
IOT Mount Pond (Monte del
Mys Prawyj (Cabo del Lado
Moumoukai Estanque)
Derecho) !.}
Mount Actaeon (Monte M ount Power (Monte del
Mys Rownyj (Cabo Llano)
Acteón) i . Poder) ;!
M ount Pukum aru (Monte Mys Schrjottera (Cabo de
Mount Ainsw orth (Monte
Schrjotter)
Ainsworth) Pukum aru) 3
M ount Pukunia (Monte Mys Serdityj (Cabo
Mount Azim uth (Monte
Pukunia) Enfadado)
Acim ut)
M ount Ramsay (Monte Mys Siandriom (Cabo
M ount Bates (Monte Bates)
Ramsay) Siandriom ) 83
87
Mount Blake (Monte Blake) Mount Susini (Monte Mys Stolbowoj (Cabo Noble)
7«) Susini) Mys Uelmana (Cabo de
Mount Cerberus (Monte Mount Togari (Monte Wellman)
Cerbero) Nogari)
M ount Dumas (Monte Mount Vairu (Monte Vairu) N
Dumas) N. S. do Monte (Nuestra
Mount Eitel (Monte Eitel) M ount W aite (Monte Waite) Señora del Norte)
M ount Eider (Monte Mayor) 79 Nahiku ¡4
79 M ount W aterhouse (Monte Nairobi
M ount Faye (Monte Faye) W aterhouse) N apier Island (Islas Napier)
Mount Fletcher (Monte M ullach an E ilein (Colina de 109
Fletcher) Hielo) Napuka
Indice onomástico 145
Nash Point (Punta N ash) N u g g e ts P oint (P unta Norte) I»
Pagalu 4
Naughton, John N u k e re k ia (A r re c ife Rekia) Pagana r 1;;
Nepean Island (Isla N ep ean )
Palmer, N athaniel
N u k u W etau (A rre cife
Neptunes Bellows (el F u elle W etau ) ;<■ ' Papua Nueva Guinea
Parcel das Tartarugas
de Neptuno) N u k u a a fa r e (A rre cife A fare)
Neptunes Window (La 1- 3 (Parcela de las Tortugas)
45
Viudad de N eptuno) N u k u te r e P oint (P unta
Pavillon (Pabellón)
New Rock (Roca Nueva) N u k u te re )
Payer, Julius je
N u k u to a (A rre cife Toa)
Payne Point (Punta Payne)
New York N u k u tu u ru a (A rre cife
Ngake T u u r u a ) i :?. Peacock
Noonan, Fred Pedra Oneal
Nordhamna (Puerto N orte) Pedro I i . .•
O H om o i Pelelap ¡
Nordkapp (Cabo Norte) O b elisco Pendulum Cove (Cala del
Norfuk Ailen O b se r v a to r y P oint (Punta Péndulo)
Norris Point (Punta N orris) d el O b servatorio) Penfold Point (Punta
O cea n Isla n d (Isla del Penfold) :;t
Norris, George O céa n o ) 14 Penguin Bay (Bahía
North Cape (Cabo N orte) O c h o tsk ij (O jotsk) Pingüino)
f 91,97 Oh D e a r (Ay Dios) Penguin Point (Punta
North East Bay (Bahía
O ah u Pingüino)
Noreste)
O iré 1 P erpendicular Head (Cabo
North Head (Cabo Norte)
O la v to p p e n (C u m bre de Perpendicular) 9 1
79,105
O lav ) P erret Ridge (Cresta Perret)
North Island (Isla Norte)
O íd J o a n P o in t (P u n ta de la 105
North Plains (Llanura V ie ja Joan ) Petasi ¡ ? ,
Norte) Olstad, Ola P etrel Point (Punta Petrel)
O n am u 1 105
North Point (Punta N orte)
O n g a re Philip Island (Isla Felipe)
Northeast Harbour (Puerto O n im o Philippson, Robert
Noreste) O om a Phosphate Hill (Colina del
Northeast Point (Punta O p a ro Is la n d (Isla O paro) Fosfato)
Noreste) ¡ , Pie du M ascarin (Pico
Northeast Stream (Arroyo O p e ra c ió n M a ra v illa M ascarín) 19
Noreste) O rde L e e s Isle t (Islote Orde) Pico Branco (Pico Blanco) ,
!M Pico Desejado (Pico
Northern Plateau (M eseta
O r ie n t B a y (B a h ía O riental) Deseado) 45
Norte) <>-,
61 Pico do Fogo (Pico del
Northwest Bay (Bahía O sero M e d w e sc h je (M ar del
Norte) 97 F u eg o )4 ¡
O so) Pico Quioveo
Northwest Point (Punta O stro w G o g en lo e (Isla
Norte) Pigafetta, Antonio
G o g e n lo e ) } 1 Pik Bonowoj (Pico de
Noruega .
O stro w U je d in e n ija (Isla Bonowoj)
Norvegiabukta (Bahía S o led a d ) Pik Glawnyj (Pico Principal)
N oruega) i ;
O stro w a O k tja b rja ta (Isla de 83
Nueva Zelanda
los O c tu b ris ta s ) ? 1 P illar Bay (Bahía del Pilar)
Nuevo Ámsterdam O u tc h itc h i
Nuevo Fiordo de Arena Pingelap > 1
O w ra sc h n y j (B a rra n c o )
Nugent Island (Isla Nugent) Pingerappu To
O ze rn a ia Pingouin (Pingüino) 1
Indice onomástico

Pirie Península (Península Pointe M ax Douguet (Punta Port A lfred (Puerto Alfred)
Pirie) Max Douguet)
Pitcairn Pointe Oueste (Punta Oeste) Port Foster (Puerto Foster)
Pitcairn, Robert
Pointe Schmith (Punta Port Jackson (Puerto
Pitkern Ailen
Schmith) Jackson)
Plateau des Petrels (Meseta
Pointe Sombre (Punta Port Louis (Puerto Luis)
del Petrel)
Sombra) Port Refuge (Puerto
Plateau des Tourbiéres
Pointe Sud (Punta Sur) Refugio)
(M eseta de las Turbas)
Pointe V lam ing (Punta Portland Point (Punta
Plateau Jeannel (Meseta
Vía m i ng) Portland)
Jeannel)
Pokak Porto da Furna (Puerto de la
Pochnoi Point (Punta
Polinesia Francesa Caverna)
Pochnoi)
Poluostrow W ladim ira Porto de Anijiáo (Puerto del
Poike
Point Blackbourne (Punta (Istmo de V ladim ir) Anciano)
Blackbourne) Ponta Crista de Galo (Punta Porto de Faja (Puerto de la
Point Christian (Punta Crista de Galo) Franja)
Christian) Ponta da Costa (Punta de la Porto de Tantum (Puerto de
Point Howe (Punta Howe) Costa) Tantum )
Point H unter (Punta del Ponta da Norte (Punta del Porto do Sorno (Puerto de
Cazador) Norte) Sorno)
Point Lola (Punta Lola) Ponta da Vaca (Punta de Posesión
Point M artin (Punta Vava) Possession Point (Punta
M artín) Ponta de Morea (Punta Posesión)
Point Moreno (Punta Morea) Powell Bay (Bahía Powell)
Moreno) Ponta de Pedra (Punta de la Powell, George
Point Rae (Punta Rae) Piedra) Preservance Harbour (Bahía
Point Ross (Punta Ross) Ponta de Rei Fernando Perseverancia)
Point Vincent (Punta (Punta del Rey Pribilof-Inseln (Islas
Vicente) Fernando) Pribilof)
Pointe Basse (Punta Baja) Ponta do Alto (Punta del Pribylow, Gawriil
Pointe de l’Eboulement Alto) Prison Island (Isla de la
(Punta del Ponta do Incensó (Punta del Prisión)
Desm oronam iento) Incienso) Proliw Nejm ajera (Estrecho
Pointe de la Novara (Punta Ponta do Monum ento (Punta de Newmayer)
de la Novara) del Monumento) P rospect(Prospección)
Pointe de la Recherche Ponta do Tambouro (Punta Prosperous Bay (Bahía
(Punta de la del Tambor) Próspera)
Investigación) Ponta do Valado (Punta del Prosperous Bay Plain
Pointe del Cano (Punta de El Vallado) (Llanura de la Bahía
Cano) Ponta dos Cinco Farilhoes Próspera)
Pointe des Moines (Punta de (Punta de los Cinco Puerto Francés
Menos) Faroles) Puerto Inglés
Pointe du Bougainville Ponta Fa9anha (Punta Puerto Velasco Ibarra
(Punta de la Buganvilla) Hazaña) Pukapuka
Ponta M inhoto (Punta Pukaroa
Pointe Goodenough (Punta Minhoto) Pukekohu
Goodenough) Ponta Nho M artinho (Punta Pulo Am pang (Islote del
Pointe Hutchison (Punta Nhó M artinho) Lado)
Hutchison) Poor Saan (Pobre Saan) Pulo Atas (Islote de Arriba)
Pointe Lieutard (Punta del Porpoise Point (Punta
Lugareño) Marsopa) Pulo Blan (Islote Blan)
Indice onomástico

Pulo Blan M adar (Islote Blan Punta Sur República Dem ocrática
Madar) Punta Suroeste Alemana
Pulo Blukok (Islote Blukok) Punta Tosca República Federal Alemana
Punta Truneos
Pulo Bras (Islote de la Punta Tunquillax Resolution Point (Punta
Prisión) Puppy’s Point (Punta del Resolución)
Pulo Cheplok (Islote Cachorro) Rhoda Beaches (Playa de
Soleado) Pyram id Point (Punta Rodas)
Pulo Jambatan (Islote del Pirám ide) Ringdove Bay (bahía
Puente) Pyram iden (Pirám ides) Ringdove)
Pulo Kambang (Islote Río Genio
Kambang) Ritter, Friedrich
Pulo Kam bing (Islote de la Queen M ary’s Peak (Pico de Robert Rock (Roca de
Cabra) la Reina M aría) Robert)
Pulo Labu (Islote de la Robinson Crusoe
(¿uirós, Pedro Fernández de
Calabaza) Roca Sucia
Pulo Luar (Islote E xterior) Roche Percée (Roca
Agujereada)
Pulo M aria (Islote M aría) Rocher (Peñasco)
Rada Benepu
Pulo Pandang (Islote de las Rochers de la Fortune
Radiosletta (Llanura de la
buenas vistas) (Peñas de la Fortuna)
Radio)
Pulo Panjang (Islote Largo)
Ragged Top (Cima Rocky Bay (Bahía Rocosa)
Escarpada)
Pulo Siput (Islote Caracol)
Rakionam o Point (Punta Rocky Point (Punta Rocosa)
Pulo Tikus (Islote de la Rakionamo)
D irección) Ram bler Bay (Bahía Roggeveen, Jakob
Pulo Wa-idas (Islote Wa- Rambler) Ronald Hill (Colina Ronald)
idas) Ramírez de la Díaz, Diego
Rookery Point (Punta de la
Punta Ayora
Ramp Point (Punta Ramp) Colonia de Grajos)
Punta Baja
Rosenthal, Joe
Punta Cook
Ramsay, Alian George Ross Hill (Colina Ross)
Punta Cormorán
Randtoppen (Pico de la
Punta Cuidado Ross, James Clark
Frontera)
Punta Freddy Roto
Rangihoa
Punta Gissler Rough Rock (Roca
Ranvik (Bahía del Robo)
Punta Hueso Ballena Escarpada)
Punta Isla Raoul Round Hill (Colina
Punta K ikiri Roa Rapa Redonda)
Punta Lemos Rapa Iti Route Point (Punta de la
Punta Manjob Rapa Nui Ruta)
Punta M aría Rasmussen, Marie Betsy Royevatnet (Lago de los
Punta M eredaxia U rogallos)
Punta Norte Ratea Runaway Beach (Playa de la
Punta O’ Higgins Raudvika (Bahía Raud) Huida)
Punta Olonganchi Ravenga R upert’s Hill (Colina de
Punta Pescadores Reani Ruperto)
Punta Redonda Red Hill (Colina Roja) Rush Point (Punta Rush)
Punta Rosalía R eef Point (Punta del Rusia
Punta Salinas A rrecife) Russeelva (Río de Rusia)
Punta San Carlos Reino Unido Rutschej Iogansena (Arroyo
Punta San Juan de Johanes)
Indice onomástico

Sheila Cove (Cala Sheila) Southeast H arbour (M uelle


Saando 12~ Sureste)
Saddle Point (Punta de la Shomushon Southern Plateau (Meseta
Silla de M ontar) Sibylla (Sibila) Sur) 65
Salamander Point (Punta Silver City (Ciudad de Plata) Speery Island (Isla Speery)
Salamandra) 05 45
Salazar, Alonso de Sim onovbreen (Glaciar de Spitsbergen
Saliw Otwagi (Bahía del Simonov) Spoon C ráter (Cráter de la
Arrojo) Simpson Point (Punta Cuchara)
Salknappen Simpson) Sprekkehallet (Cordillera
Salomón Sisters Peak (El Pico de las Ligera) \
San Antonio de Palé Hermanas) Spur R eef (A rrecife Spur)
San Fernando Valley (Valle Skuld St Paul’s Point (Punta de
de San Fernando) Slakhallet (Cordillera Slak) San Pablo)
San Ignacio i 47 St. George (San Jorge)
Smith B lu ff (Acantillado Stac an Arm in (Islote de
San Juan Bautista
Smith) Arm in)
San Pablo
Smith Point (Punta Smith) Stac Lee (Islote Lee)
Sandefjordbukta (Bahía del
Fiordo de Arena) Stac Levenish (Islote
Smith, William
Sandell Bay (Bahía Sandell) Levenish)
Smithson B ight (Ensenada
79 Stac Soay (Islote Soay)
Sandy Bay (Bahía Sandy) Smith)
Stack Bay (Bahía Apriscada)
43? 79 Sm oothwater Bay (Bahía de 91
Sandy Point (Punta Sandy) Aguas Tranquilas) Stappen
49 Soay Steels Point (Punta de
Santa Bárbara Socorro ,11 Acero)
Santa Helena Soledad Steep Point (Punta
Santa Kilda Sorbukta (Bahía de la Empinada)
Santa M aría Hermana) 1 Stella Bay (Bahía Stella)
Santa-Cruz-Inseln Sorham na (Puerto de la Steller, Georg Wilhelm 1
Sanvitores, Diego Luis de Hermana) Stevenson, Robert Louis
Sao Nicolau (San Nicolás) Soucek Bay (Bahía Soucek) Stone Top Bay (Bahía de la
Sao Tomé (Santo Tomás) 79 Cima de Piedra)
Sapertyj South Bay (Bahía Sur)
Stonethrow Ridge (Cresta
Sarah Joe 91
Despeñapiedras)
Sautafi South East Bay (Bahía
Stonybeach Bay (Bahía de la
Schmidt, A m o Sureste) 7. 71
Playa Pedregosa)
Schnabel, Johann Gottfried South East Point (Punta
Stonyhill Point (Punta de la
48 Sureste)
Colina Pedregosa)
Scotia South Gannet Hill (Colina
Storfallet (Cordillera de la
Scotia Bay (Bahía Escocia) Gannet Sur)
J27 Ternera)
South Hill (Colina Sur)
Sea Lion Point (Bahía del Strauch, Dore
León M arino) 1 1 , South Island (Isla Sur) Strauss
Seal Bay (Bahía Foca) Stubbings Point (Punta
Selkirk, Alexander South Point (Punta Sur) Stubbings)
Sellick Bay (Bahía Sellick) t>5, 97, 119, f 29 Styx (Estigia)
79 South Turnan Point (Punta Sugar L oaf Point (Punta
Semisopochnoi Turnan Sur) Caña de Azúcar)
Sewingm achine Needles South West Bay (Bahía Sugarloaf Head (Cabo Caña
(Agujas de la M áquina de Suroeste) de Azúcar) 1
Coser) 1 2M South West Point (Punta Sugarloaf Knob (M ontículo
Shag Point (Punta Shag) Suroeste) Caña de Azúcar)
Indice onomástico

Sugarloaf Peak (Pico Caña The Barn (El Establo) Turnan Point (punta Turnan)
de Azúcar) The B lu ff (El Acantilado) *05
Sulphur Island (Isla de The Briars (Las Zarzas) Tunheim í<)
Azufre) The Hillpiece (La colina a Tupiti 7 1
Sunday Island trozos) Turk R eef (A rrecife del
Suribachi-yam a (Monte The Peak (El Pico) Turco) ,
Suribachi) The Ponds (Las Lagunas) T u rk’s Cap Valley (Valle del
Survey Island (Isla de The Settlem ent (El Turbante) 4 1
Observación) Asentam iento) T urtle Bay (Bahía de la
Suskaralogh Point (Punta Therm e Nord (Term a Norte) Tortuga)
Suskaralogh) Tussock Point (Punta
Sydney Bay (Bahía Sydney) Therm e Sud (Term a Sur) Tussock)
Sydney Point (Punta Third Gulch (El T ercer Tvistein
Sydney) Barranco) Tw itcher Rock (Roca
Thom pson’s Bay (Bahía de Torcida)
Thompson) Two Boats Village (Pueblo de
Tabiang Thomson Point (Punta de los dos Barcos)
Tabwewa Thomson)
Tahití Thule t .
Tait Point (Punta Tait) Thule Sur Ujong Pulo Dekat (Islote
Takai T ierra de Francisco José Dekat E xterior)
Takuu Ujong Pulo Jau (Islote Jau
T anjon gP ugi (Cabo Pugi) T ierra de Van Diemen Exterior)
Taongi (Tasmania) Ujong Tanjong (Cabo
Tapui Island (Isla Tapui) Tikopia Exterior)
Tautum a Tilbrook Point (Punta U lakaia Hill (Colina
Tauturau Island (Isla Tilbrook) Ulakaia)
Tauturau) T itika U n icom Point (Punta
Tauu Tobiishi-hana (Cabo U nicornio)
Te Alai M otumotu Tobiishi) Unyax
Te Alo i Ko Tofteaksal Urd
Te Aua Loa Togari Rock (Roca Togari) U ruguay Cove (Cala
119
Te Aua Oneone U ruguay)
Tolstoi Point (Punta de
Te Ava o te M arika USS Yorktown
Tolstoi)
Te Motu o te Makeo U tile
Tom ’s Ridge (Cresta de
Te Pit o te Henua
Toms)
Telefon Bay (Bahía del V
Torns Point (Punta Toms)
Teléfono) Valdivia
65
Telefon Ridge (Cresta del Transholm en (Islote de Valette Island (Isla Valette)
Teléfono) Trans)
Telok Grongeng (Bahía Vallée des Branloires (Valle
Trinidad
Grongeng) de los Lirones)
Trinidad y M artín Vaz
Telok Jambu (Bahía Jambu) van Cleef, Arnold
Tripot Bay (Bahía Tripot)
van Diemen, Anthonie
Telok Kam bing (Bahía van Heemskerk, Jacob
Tristán de Acuña
Kambing) Vancouver, George
Trom elin
Telok Sebrang (Bahía Velero II
Troon
Sebrang) Verne, Julio
Tubuai Bay (Bahía Tubuai)
Tereufa Point (Punta Versant des Phylicas
Tereufa) Tugulu (Vertiente de Phylicas)
Terra Australis (Tierra Turnan Head (Cabo Turnan) Vestryggen (Cresta
Austral) Occidental)
Indice onomástico

V ictoriaterrasse (Terraza de
Victoria)
Vila Nova Sintra (Pueblo
Nuevo de Sintra)
Village Bay (Bahía del
Pueblo)
Vincent Point (punta
Vicente)
Vogtkysten (Costa de Vogt)

Volcán Everm ann


Volcán Rano Kao
Volcán Rano Raraku
pon Bellingshausen, Fabian
Gottlieb
von Berlepsch, Hans Freiherr

Vosgos

Wagner de Bousquet, Eloise

Washout Gulch (Barranco


Erosionado)
Wasp Island (Isla Avispa)

W aterfall (Catarata)
W aterfall Bay (Bahía de la
Catarata)
Waterhouse, Henry
West Island (Isla Oeste)
West Jew ’s Point (Punta del
Judío Oeste)
W estern Harbour (Puerto
Oeste)
Weyprecht, Cari
W hale Point (Punta Ballena)

W halers Bay (Bahía de los


Balleneros)
W hite Bird Island (Isla del
Pájaro Blanco)
W hite Hill (Colina Blanca)

W hite Point (Punta Blanca)

W ilhelm platáet (M eseta de


Wilhelm)
Wilke, Charles
Wilson Point (Punta Wilson)

W indsor Bay (Bahía


Windsor)
Windwards Islands (Islas de
Barlovento)
Wodopad Jurjewa (Catarata
de Jorge)
W right Point (Punta W right)

W ulkan Alaid (Volcán Alaid)

Wytoohee

Yato
York
Young’s Rocks (Peñas
Jóvenes)

Zapadni Bay (Bahía


Zapadni)
Zavodovskibreen (Glaciar
Zavodovski)
S in sa m k ett

•i-,...

ím SÉ'M

iiséés Sem isojpoch noi

Iw ojim a

Pagan

Taongi

C lipjyerton -A toll
K ok os-Iru tl

Hou.

Florearía

Takuu

W eihn acktsin sel

S iid lic h c
K eelitujtnseJn

Fanqataufa

O eterinsel
N orfolkinti
X oU ruin C n u o t

Amsterdam

Antípoden-b

Camj>bell'Insd

t'ií V
_____ ■
. ■ : - ____
AÚN QUEDAN LUGARES
DESCONOCIDOS
EN LA TIERRA
Visualm ente deslum brante y con un diseño único, este li­
bro recopila cincuenta islas alejadas en todos los sentidos:
de tierra firm e, de la gente, los aeropuertos y los folletos
turísticos. Su autora utilizó acontecim ientos históricos
e inform es científicos como punto de partida para cada
isla. Ellos proporcionan inform ación sobre qué distan­
cia la separa del continente, si está habitada, sus carac­
terísticas y las historias que han configurado su acervo
local. Con sus im presionantes mapas a todo color y su aire
de m isteriosa aventura, A tías de islas remotas es p erfec­
to para el viajero rom ántico que hay en todos nosotros.

« U n a jo y a c a r to g r á fic a » .
T h e W all S treet J o u r n a l

« E l p a r a ís o es u n a isla . Y el in fie r n o ta m b ié n .
O al m en o s eso d ic e J u d ith S c h a la n sk y en la in tr o d u c c ió n
a su e n c a n ta d o r, e s p e lu z n a n te y e s p lé n d id o
A tla s de isla s rem otas».
T h e N ew Yorker

« U n a d e lic ia ... u n lib r o o r ig in a l y m a ra v illo s o » .


L o n e ly P la n e t

« U n a jo y a p a r a e l v ia je r o de silló n » .
T h e P h ila d e lp h ia In q u ir e r

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