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ASESINAN A TIROS AL PADRE DE LA JUEZ NORMA


GAMARRA.
Lunes, 25 de Octubre de 2010 05:19 - Wilfrido Benitez

Un trabajador taxista, padre de la jueza penal de Garantías de Ciudad del Este,


Norma Gamarra de Martínez, fue asesinado a tiros en la mañana de ayer en la ciudad de
Fernando de la Mora, departamento Central. Leonardo Gamarra no solo fue muerto por los
delincuentes sino también se llevaron su automóvil que posteriormente fue encontrado
abandonado en el barrio San Pablo. Acorde con los datos, el crimen ocurrió a tempranas
horas de ayer sobre la calle María Felicidad González de Fernando de la Mora.

El trabajador del volante prestaba servicios en la Parada Nº 29 de la citada ciudad y


fue muerto de dos impactos de arma de fuego. Un testigo dijo a la Policía haber oído al
taxista gritar que le habían robado, antes de desplomarse.
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El infortunado era
padre de la jueza penal
de Garantías de Ciudad
del Este, Norma
Gamarra, quien al
enterarse de lo ocurrido
rápidamente emprendió
viaje a la capital del
país. Hasta anoche no se
sabía nada de los
autores del hecho.

(Fuente: TNPress
Ciudad del Este - Py)
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No fue el único taxista asesinado este mes. Se puede leer en “La Nación”:

“OTRO CRIMEN DE TAXISTA


En la madrugada del sábado 9 de octubre pasado, en Luque, otro taxista, de nombre Félix
Virino Giménez Morales, de 59 años, había sido asesinado de tres puñaladas, y fue a parar
con su vehículo, marca Peugeot, contra una columna.”

Por supuesto, como este taxista no es padre de ninguna juez, tres líneas son
suficientes para comentar el hecho.

Nosotros, los ciudadanos comunes y los abogados, lamentamos mucho lo ocurrido


con el padre de la juez NORMA GAMARRA; y sabemos que no es la única familiar a sufrir
con la pérdida; lamentamos su dolor, y el dolor de los demás familiares y amigos.

Pero también lamentamos el dolor impuesto arbitrariamente por la corrupción


judicial, el dolor de quiénes fueron víctimas del abuso fiscal y judicial, el dolor que
también sufren en estos casos los familiares de aquellos; sin embargo, nada podemos
hacer al respecto; corresponde a cada uno de los integrantes del Poder Judicial, tomar
conciencia, y cambiar esta realidad; ya que la Corte nada hará al respecto, y tampoco
habrá juicio político, visto que tampoco a los congresistas interesa la rectitud en la
administración de justicia.
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No me refiero tan sólo a los últimos escándalos de cohecho pasivo y soborno, que
afecta no solo a Jueces de Ciudad del Este CARLOS ORTEGA y MANUEL TRINIDAD, sino
también a Ministros de la Corte Suprema de Justicia – SINDULFO BLANCO y BAJAC, siendo
que el Juez CARLOS ORTEGA, y un funcionario de la máxima instancia judicial fueron
FILMADOS, (con autorización judicial) al momento de negociar el monto de la coima, tal
como se suele negociar la compra de un vehículo, escogiendo color, accesorios, precios y
garantías.

Cuando la policía asesina a algún presunto "delincuente", y luego es protegida por el


Poder Judicial; cuando se tortura a un ciudadano, bajo protección judicial; cuando un
inocente va preso con intención de quitar rédito de la prisión (aún que sea tan sólo el
cobro por el acta de imposición de medidas), cando jueces corruptos condenan a
inocentes, o lo hacen porque fueron pagados para condenar, siempre hay padres, madres,
hijos, hermanos, nietos, todos sufriendo, sufriendo mucho.

Cuando delincuentes profesionales (los protegidos por el Poder Judicial) perpetran


sus delitos, evitan cometerlos contra jueces, fiscales y sus familiares; pero alguna vez
también les toca a estos o sus familiares, aún que sea por desconocimiento de que se trata
de familiares de jueces. Espero que alguna vez los jueces tomen noción de esto, y traten de
ser más justos y menos violentos al ejercer la profesión; no acepten dinero, y apliquen
rigurosamente lo que dispone la Ley, sin los constantes abusos que caracterizan la
administración de “justicia” en Paraguay. Ya que de la Corte Suprema nada se puede
esperar sino complicidad e incentivo a la corrupción.

Tan sólo para tener ejemplos: Las medidas cautelares, que sólo pueden ser
impuestas en casos excepcionales (Art. 234, CPP) se aplica en todos los casos, exigiéndose
además el pago por el acta de imposición, tal como en el Medioevo se cobraba de
antemano del condenado a muerte, el precio de la bala que le mataría más los gastos de
sepelio.

La prisión preventiva no puede pasar de dos años (Art.236, CPP). Para la "Justicia"
paraguaya, dicha norma es nula.

La prisión preventiva sólo puede ser aplicada cuando existen elementos de


convicción suficientes de un hecho grave, de la participación del afectado y existe concreto
peligro de fuga u obstrucción (Art. 242)Hoy día se aplica prisión aún cuando no hay
indicios, sino una sospecha.

Se debe informar al reo de los recursos disponibles (Art. 156, CPP); jamás se lo hace.
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El juez debe estar presente en las audiencias (Art. 1º, CPP); por regla general, sólo
está presente en los juicios orales.

El juez debe resolver inmediatamente después de culminada la audiencia – salvo


casos excepcionales en el juicio oral (Art. 133, CPP); el término medio de los jueces es una
semana.

La casación debe ser resuelta en el plazo de un mes, EN TODOS LOS CASOS (Art.
480); si no se resuelve dentro de este plazo, la Ley impone resolución ficta a favor del
imputado (Art. 242, CPP); el término medio para resolver casacón ahora llega a los 3 años;
el Art. 242 se tiene por inexistente.

Y así se puede continuar indefinidamente; ya no hay garantía prevista a favor del


imputado que se respete. Por supuesto, todos estos actos y omisiones de los jueces,
magistrados y ministros de la Corte son delitos y crímenes gravísimos, que sin embargo se
cometen alegre e impunemente todos los días, sin que jamás sean sancionados
(Prevaricato – Art. 305, CP, entre otros); lo que trasforma a los jueces, magistrados y
ministros de la Corte en los mayores delincuentes y criminales de la historia del Paraguay.
Criminales que cometen delitos todos los días, y están decididos a seguir haciéndolo todos
los días.

Y no son sólo los inocentes los afectados por la corrupción: por un lado afecta a los
inocentes, por otro lado el sistema sirve para proteger a culpados.

Pues, ya no existe investigación de delitos; la actividad de los fiscales es meramente


burocrático: acumular letra sin significado, que no son sino manchas en papel; cumplir
solemnidades vacías; coaccionar a unos cuantos testigos para que declaren que el
investigado es “culpado”; o que firmen una “declaración” ya preparada de antemano
(copiar y pegar).

En el noventa y nueve por ciento de los hechos punibles investigados no existen


evidencias válidas; en ningún caso se observa los requisitos de cadena de custodia de
evidencias, por lo que estas en todos los casos son NULAS; las escuchas telefónicas se
realiza sin participación de defensor de oficio; lo mismo en cuanto a las grabaciones
(violación del Art. 321 del CPP).

El Ministerio Público no cuenta con técnicos peritos; personas que conocen la


profesión; los fiscales no son sino abogados, asistidos por otros abogados estudiantes de
derecho y familiares; pero ningún técnico de criminalística. Cuando fiscales y policías se
presentan en el “lugar de los hechos”, es igual como una tropa de ganado en disparada:
atropellan todo, destruyen todo lo que hay por delante; primero arrasan al lugar de los
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hechos, para luego eventualmente tomar algunas fotos. No hay búsqueda de impresiones
dactilares, sino sólo destrucción deliberada de cualquier todo lo que podría haber, ya sea
relacionado al hecho en sí, ya sea alguna evidencia que pueda constituirse en prueba
contra el verdadero delincuente.

No se investiga el delito; la actuación fiscal se limita exclusivamente en producir (en


este caso, sinónimo de “fabricar” pruebas contra el primer sospechado cómodo que pueda
aparecer. En noventa y nueve por ciento de los casos, cualquier indicio más fuerte contra
otra persona, es descartado, desoído de inmediato, porque el fiscal, petulante y con
pretensión de infalibilidad, no quiere cambiar su versión original.

Pero carecen de cualquier técnico de laboratorio; de cualquier verdadero


profesional del área, que sepa qué es una “inspección del lugar del hecho” (Art. 176, C. P.)
El lugar es contaminado de inmediato, por los propios fiscales y efectivos policiales, sin
ninguna verificación técnica-pericial previa. O sea: Todas las pruebas auténticas SON
DESTRUIDAS DELIBERADAMENTE Y DE INMEDIATO. No encuentro otra explicación para
ello, sino el recelo secreto de que el delito o crimen en particular haya sido cometido por
alguna persona “protegida”; a efectos evitar definitivamente que se produzcan nexos, para
la corrupción fiscal-judicial es preferible destruir de inmediato cualesquiera evidencias y
sustituirlas en su caso con falsos testimonios.

Valga la redundancia:

Nosotros, los ciudadanos comunes y los abogados, también lamentamos mucho lo


ocurrido con el padre de la juez NORMA GAMARRA, siendo que ella no es la única familiar
a sufrir con la pérdida; lamentamos su dolor, así como lamentamos el dolor de quiénes
fueron perjudicados por el Poder Judicial, y de sus familiares; sin embargo, nada podemos
hacer al respecto; corresponde a cada uno de los integrantes del Poder Judicial, cambiar
esta realidad; ya que la Corte nada hará al respecto, y tampoco habrá juicio político, visto
que tampoco a los congresistas interesa cambiar esta situación.

Quiénes integran el Poder Judicial ya no respetan en absoluto al principio “la


soberanía que reside en el pueblo”, autoridad suprema del País, conforme establecido en
el Art. 2º de la Constitución Nacional. Los jueces y fiscales se sobreponen como si nada a lo
establecido en la Constitución y en las Leyes, haciendo lo que se les antoja, siempre en
búsqueda de rédito venal y político; siempre con la intención de inspirar terror, a fin de
que el pueblo sepa de una vez por todas de que, quién no ofrece soborno, será castigado;
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y quién ofrece y paga soborno, será protegido, sin importar la gravedad del crimen
cometido.

Es hora para que el pueblo se levante, que se resista con todos los medios a su
disposición, contra estos criminales que han usurpado el poder supremo, habitan el Poder
Judicial, y se imponen contra todo criterio de legalidad y justicia; castigan a inocentes por
el sólo hecho de que no se quieren someter a esta corrupción (Ver Art. 138, C. Nacional).

Este es un llamado a la conciencia ciudadana, a la obligación moral del patriota, de


luchar por un país con Estado de Derecho.

Hans Otto Kroeger Kaethler


hokroeger@yahoo.com
Av. El Mensu c/ Parapiti
Ciudad de Hernandarias
Tel. 0631 20100
Cel. 0983 550875

Abogado con matrícula casada por motivo de denunciar a jueces y fiscales


corruptos; matrícula recuperada por imperio del Art. 93 del Código de Organización
Judicial, siendo que tampoco la Corte reconoce la vigencia de dicha disposición legal;
siendo que la Corte en pleno me amenaza con denuncia penal si es que insisto en mi
derecho legal al ejercicio de la profesión.

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