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¿Qué los causa o qué factores de riesgo existen?

Otro de los terrenos que investigan algunas disciplinas como la sociología, la


psicología, la criminología o incluso la legislación, son tanto las causas como
los factores de riesgo que pueden predisponer a la población en general a
efectuar cualquier tipo de conducta antisocial.
Aunque no se conocen las causas exactas por las que una persona puede
desarrollar una conducta antisocial, existen una serie de factores de riesgo que
pueden aumentar la probabilidad de desarrollar una conducta antisocial.
Estos factores se dividen en factores individuales, familiares y de contexto.

1. Factores individuales
Elementos como el temperamento o la personalidad, así como la impulsividad
y los problemas de atención o la dificultad para adaptarse a los cambios pueden
ser factores de riesgo básicos para el desarrollo de conductas antisociales.
Igualmente, la falta de habilidades para resolver problemas, un bajo ajuste
escolar o social y una carencia de habilidades sociocognitivas, dificultan que la
persona encuentre alternativas eficaces y satisfactorias en la resolución de
conflictos más allá de las conductas antisociales.

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características"

2. Factores familiares
El ambiente familiar así como los estilos de crianza son esenciales a la hora de
favorecer la aparición o desarrollo de conductas antisociales. Experiencias como
la separación de los padres, los cambios de hogar o vivencias de situaciones más
extremas de abuso o violencia doméstica pueden resultar desencadenantes para
estas conductas.
Además, estilos de crianza inadecuados como los estilos muy permisivos o
autoritariostambién pueden ejercer un fuerte efecto en ellas.
3. Factores ambientales
El contexto sociocultural, la influencia de los medios de comunicación, de la
escuela, los grupos de iguales o algunas instituciones, agrupaciones o
asociaciones también pueden favorecer o alentar las reacciones agresivas,
violentas o coléricas de algunas personas.

Diagnósticos asociados
Aunque estas conductas no tienen porqué darse como consecuencia o en
asociación con alguna patología psicológica o trastorno. Existen una serie de
diagnósticos en los que aparecen este tipo de conductas de manera reiterada.

1. Trastorno antisocial de la personalidad


Según los criterios del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales (DSM-IV), el trastorno antisocial de la personalidad se define por la
aparición de un patrón de conducta que revela un desprecio general de las
normas y los derechos de los demás.
Los principales síntomas o señales de este diagnóstico incluyen la infracción de
las normas, el engaño y la manipulación como los principales rasgos
distintivos de este trastorno. Así como la impulsividad, la falta de
remordimientos o la despreocupación por la seguridad ajena.
Para que pueda realizarse dicho diagnóstico, la persona debe de tener más de 18
años, de lo contrario se considera como trastorno disocial de la personalidad.

2. Trastorno disocial de la personalidad


En este segundo caso, los comportamientos son prácticamente iguales que los del
trastorno antisocial de la personalidad, pero con la diferencia de que se
manifiestan en una edad más temprana, concretamente en la etapa infantil o
durante la adolescencia.
Estos comportamientos categorizados como antisociales deben darse de manera
recurrente y ser cualitativamente mucho más graves que las conductas típicas de
rebeldía que se esperan a dicha edad.

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