Professional Documents
Culture Documents
ANTOLOGÍA
LITERARIA
Hebe B. Molina y Fabiana I. Varela, compiladoras.
Facultad de Filosofía y Letras, UNCuyo
Mendoza, Argentina
SUMARIO
Referencias bibliográficas
El dinosaurio
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Augusto Monterroso
Manual para soñar pandito
III
Salgo. Y de acá hasta allá se destila la ignorancia.
Jarcha anónima Infinita. Y un mar de lágrimas que claman.
Inútiles. Y la gente pasea y solo pasea.
¿Qué faré yo o qué serád de mibi? Imbéciles. Y la nada se derrumba ante mis ojos.
¡Habibi, Puente. Todo tan lejos tan nada tan todo.
Non te tolgas de mibi! Relativo. La mugre que se asoma y que nos tapa.
Radioactivo. El mundo duele y está doliendo.
Peor. No tengo, no te tengo.
‘¿Qué haré, qué será de mí? / ¡Amigo, / Quizá. Así el mundo doliera un poco menos.
No te apartes de mí!’
Ignacio M. Sánchez
El jardinero
V
Se ha apoderado de mí la sed por las cosas lejanas y mi alma, abriéndose, quisiera saturarse de las
indefinibles vaguedades. Mientras, penetrante, suena el llamado de tu flauta hasta hacerme olvidar de
que no tengo más alas y que esta cárcel se ha cerrado para siempre.
¡Ah! ¡Más allá hermético e innombrable!
Ansioso y desvelado vago hasta el punto de ser extranjero en la tierra mía. Me llega tu cálido aliento,
susurrándole a mi corazón una esperanza imposible. / Y continúa llamándome tu flauta, haciéndome
olvidar de que ignoro tu camino y que el corcel alado no está a mi alcance.
Soy un peregrino en la soledad de mi propio corazón. En la dorada niebla del ocaso alcanzo la
imponente visión de tus promesas. Y, siempre, taladrando mis oídos, llega el canto de la flauta, y me
olvido de la soledad de mi morada, de mi prisión cuyas puertas tiempo ha que están selladas.
Rabindranath Tagore
Greguerías
1
Gómez de la Serna. Nuevas greguerías. 49.
TRÁNSITO
En esta medianoche
que aproxima el verano:
aire desprotegido de hoja verde,
calendario sin tregua
mermándose y ardiendo,
aquí, sobre el pino desmantelado, LLUVIA
bajo la luz tremenda
de lo indeciblemente dulce y peligroso, Todo el día mi alma hoy estará suspensa
vuelco como tres dados de la voz del agua,
los bienes del destino: como en un sueño
ser, dar, irse. mojado.
Porque después de ser y entregar
no hay asombro ¡La voz del agua
ni suspenso ni espera dulcemente cierra el mundo!
y sólo cabe el tránsito,
la arrebatada fuga, Todo el día seré un niño
el ir, el irse en llamas, que se está durmiendo.
como un verano
La vida será solo
huyendo. una voz querida.
Nélida Salvador Juan L. Ortiz
2
Gómez de la Serna. Antología. 115, 217, 221, 314, 316, 317, 318, 477, 477, 480.
3
Gómez de la Serna. Greguerías. 98, 135, 136.
Te imagino
como una caricia que me espera.
[WIRAQOCHA] Sitiado por los grises
Es Wiraqocha Cuando yo sea ciegamente palpo Tu forma.
señor del origen. y sepa,
“Sea esto hombre, cuando yo comprenda Extraviado en tu Rostro
sea esto mujer”. y conjeture, tan entrañado en mí
De la fuente sacra entonces me verás y tan ausente.
supremo juez, y me conocerás. Tu amor
de todo cuanto hay Es que el sol donde todo se engendra y concibe
enorme creador. y la luna, ilumina tormentosas penumbras.
¿Dónde estás? el día, El tiempo
¿No te veré acaso? y la noche, va disolviendo mi contorno
¿Hállase arriba, la maduración consume
tal vez abajo y el estío estas zonas todavía posibles.
o al través, no son en vano;
tu regio trono? caminan, Una sustancia
¡Háblame! según lo ordenado, de Tu sustancia desprendida
Te lo ruego. hacia su destino; retorna al regazo del origen.
Lago en el alto llegarán, Confundida en la Extensión
extendido. a su término mensurado. se anularán
Lago abajo situado. El cetro real los azares del tiempo y la memoria.
Creador de la tierra, me lo enviaste tú. Nadie recordará
de hombres procreador. ¡Háblame! mi furtivo tránsito.
¡He aquí: Te lo ruego.
las cosas ¡Escúchame! Desde la distancia inabarcable
que hacen de ti Te lo suplico, mi solo estar gobiernas.
gran señor! cuando quizá Implacables
Mis ojos en blanco todavía no me canse, muros de silencio
hacia ti, todavía no me muera. me rodean.
yo quiero verte. (Texto de Santa Cruz Pachacuti Señor de los caminos
Yamqui; trad. por Eduardo condúceme a Tu ruedo.
Bendezú)
Si en la criatura Te amas
concédeme
el reino sutil de Tu perfume.
No me olvides
Señor
en un perdido recodo de Tu espacio.
Desde mi sed
continúo imaginándote
como la caricia que me espera.
José Isaacson
‘No temo yo ahora, Cintia mía, los tristes Manes, / ni me importa el destino debido a la
postrera hoguera, / pero que acaso mi funeral esté privado de tu amor, / ese miedo es peor
que la exequia misma. / No tan superficialmente entró Cupido en mis ojos / como para que
mis cenizas estén libres de tu amor olvidado. / Allí, en los lugares sombríos, el héroe
descendiente de Fílaco / no pudo soportar el recuerdo de su amada esposa, / sino que,
deseoso de tocar a su amor con ilusorias manos, / el tesalio había ido cual sombra a su
antiguo hogar. / Allí, sea lo que fuere, siempre seré tu espectro: / un gran amor atraviesa
incluso las riberas del destino. / Allí lleguen a coro las hermosas heroínas, / las que el botín
de Troya entregó a los héroes griegos: / ninguna de ellas me será, Cintia, más agradable
que / tu figura, y (la justa Tierra así lo permita) / aunque los hados te reserven una larga
vejez, / queridos sin embargo serán tus huesos a mis lágrimas. / ¡Que esto mismo puedas
tú sentir viva sobre mis cenizas! / Entonces la muerte, donde quiera llegue, no me sería
amarga. / ¡Cuánto temo, Cintia, que, despreciada mi tumba, / Amor cruel te separe de mis
cenizas / y te obligue a la fuerza a enjugar las lágrimas que te brotan! / También la joven
fiel se doblega con continuas amenazas. / Por lo cual, mientras podamos, gocemos juntos
de nuestro amor: / el amor, dure lo que dure, nunca es demasiado largo’.
Poesía eres tú
Tu presencia y tu voz lo invaden todo, constantemente, ya no te escucho pero aun así te oigo, ese
sonido discordante convertido en la música de fondo de mi vida, esa masa compacta de ruidos de la
que por momentos mi mente extrae algún sentido, en la que me muevo pesadamente, como un buzo
agobiado por las muchas atmósferas que presionan su cuerpo contra el fondo del mar. Tal vez por eso,
amor mío, me gustas cuando callas porque estás como ausente4.
4
Shua. Cazadores de letras. 428.
Después
Cuando caducó la electricidad dejaron de existir los televisores, las radios, los trenes eléctricos
reales y de juguete, y muchas otras cosas con las que antes convivíamos.
Los que quedaron vivos después de las grandes explosiones atómicas se dispersaron y, como
pudieron, reanudaron su vida en el campo, en agudas condiciones de abandono, pero lejos de los
restos humeantes de las ciudades.
Un día, uno de los sobrevivientes encontró, entre las ruinas de una casa campesina, una
guitarra con cuatro de sus cuerdas milagrosamente intactas. Tenía un vago recuerdo de lo que
significaba aquel objeto. A tientas entre las nieblas del shock aún no disipado tensó las cuerdas
como mejor pudo y apoyó la guitarra contra su cuerpo. No sabía por dónde comenzar. Lleno de
perplejidad, se puso a experimentar con los sonidos que, bajo la torpeza de sus dedos, salían de la
redonda boca del instrumento.
De ese cataclismo, de ese desamparo y de ese desconcierto volvió a nacer la música.
David Lagmanovich
El hombre invisible
Bécquer, Gustavo Adolfo. “21”. Rimas. Estudio preliminar y notas Ivonne Bordelois y María Silvia
Delpy. 7° ed. Grandes Obras de la Literatura Universal, 49. Buenos Aires: Kapelusz, 1969. 74.
Borges, Jorge Luis. “Vanilocuencia”. Fervor de Buenos Aires. Buenos Aires: Proa, 1923. S.p.
Carrillo, Francisco. “Wiraqocha”. Enciclopedia histórica de la literatura peruana; 1. Literatura quechua
clásica. Lima: Horizonte, 1986. 71-2.
Denevi, Marco. “No hay que complicar la felicidad”. Falsificaciones. Buenos Aires: Corregidor, 1996.
Gelman, Juan. “Arte poética”. “Velorio del solo; 1961”. Juan Gelman. Ariel Milaseni, comp. 25 ago.
2011. En línea: <www.juangelman.net>
Gómez de la Serna, Ramón. Antología: Cincuenta años de literatura. Selecc. y pról. Guillermo de
Torre. Buenos Aires: Losada et al., 1955.
---. Greguerías. Ed., introd. y notas Antonio A. Gómez Yebra. Clásicos Castalia, 205. Madrid: Castalia,
1994.
---; Chema Madoz. Nuevas greguerías. Biblioteca Blow Up Libros Únicos. La Fábrica, 2012. Libro
digital en <issuu.com/lafabrica/docs/lafabrica>
Homer. Homeri Opera. Oxford: Oxford University Press, 1920.
Homero. Ilíada. Emilio Crespo Güemes, trad. Madrid: Gredos, 2000.
Isaacson, José. “La caricia que me espera”. Plegarias. Buenos Aires: Marymar, 1996. 28-9.
Jiménez Eman, Gabriel. “El hombre invisible”. “Antología de microrrelatos”. Anaquel Austral.
Virginia Vidal, ed. Santiago: Poetas Antiimperialistas de América. 14 oct. 2009. En línea: <virginia-
vidal.com/catastro/cuentos/article_354.shtml>
Lagmanovich, David. “Después”. Casi el silencio: Microrrelatos. Tucumán: Fundación Tiempo de
Compartir, 2005. 59.
Mellado, Luciana A. “En sombra grave”. Animales pequeños. Vicente López: La Carta de Oliver, 2014.
21.
Monterroso, Augusto. “El dinosaurio”. Ciudad Seva. En línea: <http://ciudadseva.com/texto/el-
dinosaurio/>
Ortiz, Juan L. “Lluvia”. Sandra Toro, comp. El placard. 2011. En línea: <el-placard.blogspot.com.ar>
Propercio, Sexto Aurelio. “Monobiblos, XIX”. Elegías. Introd., trad. y notas A. Ramírez de Verger.
Madrid: Gredos, 1989. 111-2.
Salvador, Nélida. “Tránsito”. José Isaacson; Carlos Enrique Urquía, compils. 40 Años de poesía
argentina; III. 1950-1960. Buenos Aires: Aldaba, 1964. 232.
Sánchez, Ignacio Martín. “III”. Manual para soñar pandito. Ilust. Emiliano Castillo. Pról. Santiago
Alonso. San Martín de los Andes: Ediciones De la Grieta, 2017. 16.
Shua, Ana María. La sueñera. Escritores Argentinos. Buenos Aires: Emecé, 2006.
---. Cazadores de letras: Minificción reunida. Madrid: Páginas de Espuma, 2009.
Tagore, Rabindranath. “V”. El jardinero. Roberto Díaz Alfaro, trad. Buenos Aires: Editorial de Grandes
Autores, 1944. 13-14.
Tejada Gómez, Armando. Antología de Juan. Dibujos Carlos Alonso. Mendoza: Testimonio, 1958.
S.p.
Urquiza, Victoria. “Trazos”. Write like a girl!: Antología de poetas mendocinas. 2° ed. Buenos Aires:
Peces de Ciudad, 2017.
Vega, Lope de. Rimas. Ramón García González, ed. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes,
2003. En línea: <www.cervantesvirtual.com>