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HABITAT Y RURALIDAD

Gelman Betancourt Ramírez

DIAGNOSTICO BASE- IDENTIFICACION DE PROBLEMATICAS QUE ENFRENTA EL


MUNICIPIO

a) Diagnóstico del Municipio de Monterrey – Casanare

Monterrey está localizado a 105 Km al sur occidente de Yopal, capital del departamento del
Casanare1, sobre territorios correspondientes al relieve de la vertiente oriental de la cordillera
Oriental. Presenta los pisos térmicos cálido y medio y cuenta con importantes ríos tales como Guafal,
Los Hoyos, Túa y Tacuya, además de numerosos caños y quebradas. Límita al norte con Páez
(Boyacá) y Tauramena (Casanare), al sur con Tauramena y Villanueva (Casanare), al oriente con
Tauramena y al occidente con Sabanalarga (Casanare). 2

En cuanto a la infraestructura vial, el trazado de la vía Marginal del Llano ha posicionado a Monterrey
como destino y punto de encuentro entre el piedemonte y la llanura Casanareña, en el camino al centro
del país tanto por la vía a Villavicencio o por la prometedora y más corta vía Alterna al llano por El
Secreto, Guateque, El Sisga y doble calzada a Bogotá. (Plan de desarrollo municipal Monterrey
2012-2015).

1
Otras distancias de referencia: Monterrey – Bogotá: 402 kilómetros. Monterrey – Villavicencio:165 kilómetros.
2
AGRONET. Sistema de Estadísticas Agropecuarias - SEA. 2015. Recuperado: 20 de diciembre de 2014. URL:
http://www.agronet.gov.co/agronetweb1/Estad%C3%ADsticas.aspx
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De acuerdo con el censo de población de 2005, se contabilizaron en Monterrey 12.740 habitantes.


Las proyecciones de población indican que el número de personas es de 14.634 en el 2014, y se prevé
que alcancen los 15.763 en 2020.

La distribución entre cabecera y resto ha registrado cambios importantes. En 1985, la distribución


cabecera-rural era muy pareja. En efecto, el 46.5% de la población habitaba en medio rural. En 2005,
ésta desciende significativamente a 19.9%, y en 2014 a 15.8%. Así, la población de Monterrey vive
mayoritariamente en la cabecera municipal, 84.2% en 2014.3

La población de Casanare se ha duplicado entre 1985 y 2014, alcanzando los 350.239 habitantes. El
descubrimiento y explotación de petróleo en su territorio figura como uno de los factores
determinantes para alentar el crecimiento de la población. Monterrey ha registrado el mismo patrón,
su población se duplicó en el periodo mencionado.

En 2005, el 50% de la población de Monterrey se encontraba en situación de pobreza 4, cifra que se


ubica 7 puntos porcentuales por debajo del dato para Casanare (57%) y es similar al total nacional
(49%). El segundo aspecto a destacar es la existencia de grandes brechas urbano – rural. En efecto,
la incidencia de la pobreza en la zona rural de Monterrey es de 73.4%, mientras en la zona urbana es
de 46,6%.

En cuanto a la educación primaria universal, tas tasas de cobertura brutas en 2012 superaron la meta
planteada para 2015 (100%): transición (105.7%), primaria (114.1%), secundaria (133.4%) y media

3
DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística).2005. Censo general de población 2005. Bogotá.
4
Año del último censo de población
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(104.8). Las buenas tasas de coberturas muestran que los recursos de regalías se han destinado con
eficiencia y en concordancia con la ley.

En cuanto a la sostenibilidad ambiental, el plan de desarrollo de Monterrey contempla programas para


proteger las fuentes hídricas, así como el fortalecimiento de una política pública de prevención y
atención de desastres. Otro aspecto de importancia es el cumplimiento de altas coberturas de
acueducto y alcantarillado, dado que territorios con bajas coberturas difícilmente podrán alcanzar
niveles de competitividad y productividad. En 2011, la tasa de cobertura de acueducto de Monterrey
fue de 80%, mientras la tasa de cobertura de alcantarillado fue de 76.5%.5

Ahora bien, en cuanto a las finanzas municipales, evaluar la capacidad de gestión de la administración
municipal cobra relevancia en la medida en que se identifica al gobierno local como un actor
determinante en los procesos de desarrollo local.

5
Gaviria, A; González, A y Zapata, 2012 Petróleo y región: el caso del Casanare. En cuadernos de Fedesarrollo, número ocho.
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Monterrey es un municipio con muy buen desempeño fiscal. Durante 2017 aparece en el puesto 12
dentro de los municipios con las más altas calificaciones a nivel nacional. En efecto, el indicador
sintético obtuvo un puntaje de 84,92 calificándose en “solvente”, es decir, el municipio goza de unas
finanzas saludables, en el sentido que cumple con los límites de gasto de la ley 617 de 2000, genera
ahorro corriente, el gasto en inversión es alto, sus ingresos le permiten tener un amplio respaldo del
endeudamiento y los recursos propios pesan de manera importante, como contrapartida a los recursos
del Sistema General de Participaciones (SGP). En el año 2013 ocupó el 2 puesto en desempeño fiscal
de los municipios del departamento. (DNP, 2013).

Monterrey es el segundo municipio más competitivo de Casanare, solo superado por Yopal, la capital
departamental. El hecho de que Monterrey hubiera marcado como primero en los factores de Ciencia
y Tecnología, y Gobierno e Instituciones fue determinante para alcanzar el segundo lugar en el
Indicador Global (Plan regional de competitividad de Casanare 2012).

Las actividades económicas más importantes del municipio son la ganadería y la agricultura, con
cultivos destacados como palma de aceite, yuca, plátano, arroz, piña, aguacate, caña de azúcar, café
y cacao. Asimismo, desde el 2008 el sector petrolero (tema sobre el cual nos concentraremos más
adelante) ha registrado un gran dinamismo con efectos significativos sobre el empleo de mano de
obra y encadenamientos económicos con sectores tales como hoteles y restaurantes,
aprovisionamiento menor, transporte, y servicios varios que han mejorado el contexto urbanístico de
la ciudad. En efecto, durante el último año la ocupación hotelera ha sido del orden del 85% de la
capacidad del municipio, tanto en el área urbana como en la rural, gracias a la dinámica del sector
petrolero (Plan de Desarrollo Municipal 2012-2015).
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Por otra parte, la industria petrolera ha generado algunos efectos negativos sobre la dinámica
económica, entre los que destacan: el fraccionamiento de la propiedad principalmente en el
corredor de la Marginal del llano, en proximidad al área urbana, incremento del canon de los
arriendos, aumento de la construcción urbana y sub urbana por fuera del control urbanístico,
ocupación de la mano de obra del sector agrícola en labores de construcción industrial, montaje y
servicios técnicos en diferentes compañías al servicio del sector petrolero (Plan de Desarrollo
Municipal 2012-2015).

El sector agrícola ha registrado un gran dinamismo durante los últimos años en Monterrey. En primer
lugar, la producción se ha triplicado, pasando de producir 1.417 toneladas a 6.146 toneladas, entre los
años 2007 y 2012. En segundo lugar, las áreas cultivadas y cosechadas han presentado una positiva
evolución durante el periodo analizado: en 2012 se sembraron 1.390 hectáreas y el área cosechada
fue de 1.213 hectáreas.6

En cuanto al tema laboral, la demanda de empleo se da básicamente en los siguientes sectores:

Turismo: se reporta que los principales perfiles ocupacionales demandados por el sector hotelero
son: camarera, meseros, auxiliares de cocina, recepcionistas, guías turísticos, cocineros, lavaplatos,
botones, portero/celador, empleado de lavandería, almacenista, ama de llaves, técnicos de

6
Misión de empalme de las series de empleo y pobreza. Abril de 2010. Empalme de las series de empleo pobreza y desigualdad,
(www.dane.gov.co).
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mantenimiento, barman, coordinador de eventos, contador, administrador, y manicuristas. La gran
mayoría requieren diplomas o certificaciones a nivel técnico o tecnológico.7

Petrolero: El sector de bienes y servicios petroleros tiene importantes efectos sobre variables
económicas tales como producción, salarios, impuestos e inversión. Asimismo, la producción de este
sector depende de la producción de otros sectores y su desarrollo estimula de manera importante la
producción nacional en conjunto.

Tres eslabones de la cadena productiva de la industria petrolera tienen lugar en Monterrey. El primero
agrupa las actividades de exploración y producción de petróleo y gas que realizan principalmente las
empresas operadoras. El segundo eslabón se refiere a todas las actividades relacionadas con la
provisión de bienes y servicios petroleros especializados que demanda el eslabón 1, tales como la
prestación de servicios de perforación, alquiler de maquinaria y equipo, actividades de geología,
sísmica, perforación, servicios de ingeniería y consultoría, entre otros. El tercer eslabón está integrado
por bienes y servicios que son ajenos a la naturaleza del proceso de producción del sector petrolero e
incluyen servicios de hospedaje, alimentación y transporte, entre otros. 8

7
Observatorio de competitividad de Casanare. Indicadores
8
PNUD. Informe de desarrollo Humano 2011. Colombia Rural Razones para la esperanza
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En cuanto a la demanda de empleo por niveles de formación, el 37% del personal demandado posee
capacitación técnica, le sigue el personal no calificado (36%) y el personal con nivel de formación
profesional 27% (Castro et al., 2012). En términos generales, el departamento de Casanare carece de
instituciones educativas que oferten programas profesionales para formar el tipo de mano de obra que
las empresas petroleras requieren, por lo que los trabajadores profesionales deben formarse por fuera
de la región.

Ahora bien, Monterrey se ha desarrollado morfológicamente en sentido nororiente - suroccidente,


siendo el nororiente la zona más alta del municipio, por esta razón las zonas ubicadas al nororiente
luego de la marginal del llano son zonas altas en donde resulta excesivamente costoso la extensión
de redes de servicios.9

La actual pista de aterrizaje constituye una limitante al desarrollo urbano pues se encuentra en su área
de potencial crecimiento y en una zona donde la prestación de los servicios públicos es posible. A la
vez es inconveniente porque no cumple con la reglamentación dispuesta por la Aeronáutica Civil y
representa un riesgo para los habitantes residentes a cada lado de la pista. Los bordes de los ríos Tua
y Caño Grande limitan linealmente el crecimiento del municipio en sentido oriente occidente, en sus
márgenes se presentan elevaciones de pendientes pronunciadas compuestas por material
conglomerático inestable, por lo que estas zonas son de alto riesgo para cualquier clase de
asentamiento.

Las zonas que mejores características presentan para llevar a cabo procesos de construcción son las
que se encuentran del borde de la vía Marginal del Llano hacia el casco urbano y entre los bordes del
río Tua y el caño Grande, Pues es factible la extensión de redes de servicios públicos.

Existe una marcada tendencia de crecimiento hacia las áreas que limitan con la vía marginal del Llano,
sin embargo, de éstas solo han sido declaradas como urbanizables aquellas que se encuentran al sur
de esta vía por encontrarse dentro del área de ampliación de las redes de servicios públicos.

Las actividades económicas de Monterrey, se caracterizan por el desarrollo de dos actividades


particulares: La agricultura y la ganadería. La agricultura es de tipo tradicional (Tala y quema) y no
tecnificada con destinación para el autoconsumo y en parte para proveer el mercado local. En cuanto

9
Comunidades y Organizaciones Sociales de Casanare, et al. (12 de diciembre de 2013). Comunidades de Casanare frente a la industria
petrolera. Recuperado el 20 de Julio de 2015, de http://movimientos.org/es/content/colombia-comunidades-decasanare-frente-la-
industria-petrolera
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a la explotación ganadera es comercial y extensiva con un sobre uso del suelo y con pocos paquetes
de transferencia de tecnología.10

La productividad agrícola y ganadera se manifiesta en el volumen de producción y comercialización


de sus productos: Por su historia Monterrey siempre ha sido ganadera y la cultura de sus gentes así lo
expresan: el tamaño de las explotaciones, la baja inversión productiva agropecuaria que hace difícil
los cambios tecnológicos para competir con eficiencia con los mercados locales y regionales, la
población con actividades pecuarias desde temprana edad y el autoconsumo generalizado son rasgos
característicos de Monterrey. Sin embargo, el boom petrolero cambió en alguna medida el rumbo de
estas actividades agropecuarias.

b) Principales problemáticas identificadas y los cambios en la vida de los lugareños

Antes de la llegada de la industria del petróleo las actividades económicas más importantes eran las
agropecuarias, pero con la migración de la mano de obra hacia el sector petrolero, las actividades
campesinas quedaron rezagadas a un segundo lugar. La llegada de nuevas personas al corregimiento
en busca de los beneficios petroleros aumentó la demanda por pequeñas parcelas de tierra, ya que
hacerse a un pequeño terreno en un área de influencia petrolera concedía a los nuevos propietarios

10
Vargas Barón, G. (1997). Marroquín, El Morro Génesis de la Ciudad de Yopal (1ra Edición ed.). Yopal, Casanare, Colombia: Graficas
Carolina Ltda.
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los mismos derechos de los que gozaban los demás habitantes del sector en temas como inversión
social, turnos de trabajo y oportunidades de formación en el sector del petróleo.11

Hacia el final de la década de los noventa eran muy pocos los grandes poseedores de tierra, en un
principio la tierra más que un valor comercial tenía un valor de uso que se relacionaba con los
productos que se pudieran cultivar, y que principalmente se destinaban a la satisfacción de la demanda
alimentaria familiar. Según los viejos pobladores, muchos habitantes de Monterrey con el tiempo se
fueron a vivir a Yopal, aunque conservaron sus predios y sus vínculos con el pueblo de donde la
mayoría eran oriundos (Poveda, 2015).

Cuando llegaron las Compañías Petroleras a negociar los primeros predios, se hicieron evidentes las
enormes diferencias que había en los esquemas valorativos entre la compañía y la comunidad. Por su
parte las compañías estaban acostumbradas a los altos costos con los que operaba su negocio, y al
manejo de sus finanzas en dólares, por lo que ofreció a los propietarios de las tierras que necesitó
comprar altas sumas de dinero consecuentes con sus esquemas de valoración, lo que representó para
los propietarios de las tierras mucho más de lo que para aquel tiempo y contexto hubieran podido
cobrar. 12

De esta manera, la esperanza de que la compañía comprara la tierra a buenos precios, y de recibir los
beneficios que implicaba tener terrenos en las zonas de influencia petrolera, hizo que muchos de los
grandes poseedores de tierra no la vendieran a terceros, lo que ayudó a conservar en algo la estructura
de tenencia original. Por su parte, los pequeños poseedores se vieron tentados a vender, ya fuera por
las buenas ofertas que les hicieron o por su situación de necesidad. Esto hizo que el grupo de
pequeños propietarios que vendieron sus tierras se tuvieran que enfrentar con una realidad distinta de
la de aquellos que conservaron sus propiedades (Rodríguez Corredor, 2007; Rodríguez Solano,
2015).

El resultado del proceso de compra de tierras a los pequeños poseedores, y de la migración de gentes
de otras regiones hacia este corregimiento, fue un aumento en la demanda de pequeños lotes en los
bordes de las carreteras.

A medida que los propietarios de las grandes extensiones vendieron pequeños lotes al borde de la vía,
se favorecieron desordenados procesos de urbanización. La figura del arriendo que se daba muy

11
Vicepresidencia de la República. (2006). Panorama Actual de Casanare; Observatorio de Derechos Humanos y Derecho Internacional
Humanitario. Informe, Vicepresidencia de la República, Bogotá
12
Sáenz Rovner, E. (1994). La industria petrolera en Colombia. Credencial Historia (49).
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poco o no existía antes de la llegada de la industria, comenzó también a aparecer, y las familias del
área vieron en el sistema de arrendamiento una nueva forma de generarse buenos ingresos derivados
indirectamente del sector petrolero. Con el aumento de la población, crecieron caseríos, y con ellos,
otros sistemas de captura de renta petrolera, tales como incipientes hospedajes, restaurantes, bares,
tiendas, estaderos y talleres, entre muchos otros negocios que proliferaron por la vía principal, y que
se crearon con el fin de captar de manera indirecta los ingresos del petróleo, satisfaciendo las
demandas y necesidades de los bien pagos trabajadores de ese sector. Este fenómeno por supuesto
modificó fuertemente el paisaje y la organización del territorio.13

Con el crecimiento de la población y los fenómenos de urbanización, las demandas en materia de


equipamiento básico, saneamiento, salud, vías y educación aumentaron. Así como también
aumentaron las presiones sobre el medio ambiente y sobre su capacidad de carga14que se vio afectada
por la falta de una adecuada disposición de aguas residuales, aguas negras, basuras, actividades de
tala, quema, pastoreo, caza y pesca, y por el aumento en la demanda de otros recursos como agua,
tierra y fauna. Para los habitantes del sector estas presiones sobre el medio ambiente se vieron
reflejadas en una menor disponibilidad de recursos que antes tomaban directamente de los bosques,
los caños, la tierra y las quebradas, y que después ya no encontraban con facilidad, por lo que en

13
Peñate, A. (1991). Arauca: Politics and Oil in a Colombian Province de Andrés. M.Phil. thesis in Latin American Studies May.
14
La capacidad de carga de un ambiente corresponde al tamaño máximo de la población o número de individuos que el ambiente puede
soportar sin efectos negativos y de manera indefinida (dado un momento determinado), teniendo en cuenta las necesidades de dicha
población en términos de alimento, agua, hábitat, y otros elementos necesarios para vivir
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muchos casos lo que antes simplemente tomaban de la naturaleza lo tuvieron que empezar a comprar
(Poveda, 2015; Vargas Barón, 1997; Baptiste, 2014).

En particular la disponibilidad del recurso hídrico se convirtió en la principal causa de conflicto


entre la empresa y la comunidad, debido a que, a diferencia de otros recursos, el agua es
indispensable y no es viable simplemente salir a comprarla o remplazarla (Baptiste, 2014).

La destrucción del medio ambiente, la profundización y contaminación de las aguas, la desaparición


de afluentes, la contaminación por quema de gas en las teas, la esterilidad de los suelos y los
deslizamientos, son entre otras las acusaciones que con mayor frecuencia se hacen en contra del
desarrollo de proyectos petroleros (CINEP - COSSPAC, 2009).

Sin embargo, son más los escándalos que se desatan en los medios de comunicación, que las
investigaciones que realmente se han hecho para encontrar sí las múltiples denuncias tienen piso o
no. No se puede dejar de mencionar que alrededor del tema petrolero hay muchos intereses
económicos y políticos, y que el medio ambiente en muchos casos se ha vuelto un discurso, una
excusa, y una bandera que permite a veces mejor que ninguna otra, un rápido posicionamiento y
visibilidad frente a los demás actores, llámense estos, Estado, empresas, comunidad o medios de
comunicación. Pese a lo relevante del tema, la verdad es que son muy pocas las iniciativas y las
organizaciones que de manera juiciosa han adoptado una posición activa y objetiva, y que realmente
se ocupan del asunto ambiental con seriedad. Esta situación deja mucho que pensar de la real
preocupación sobre las problemáticas ambientales (Guerrero, 2014; Baptiste, 2014; Ortegón, 2015;
Castillo Barón, 2015).

En respuesta a las acusaciones sobre los supuestos daños, las empresas han optado por contratar
estudios que los lleven a evidenciar sí hay o no lugar a las denuncias, y por supuesto si procede o no
la toma de medidas o incluso a pagos por indemnización. De aquí que la mayor cantidad de
información ambiental sobre Casanare haya sido generada y financiada por las empresas
petroleras y no por el Estado, lo que se ha convertido en un inconveniente a la hora juzgar su
desempeño ambiental frente a la opinión pública, pues obviamente, para la comunidad es una
situación en la que la empresa es juez y parte. De esta forma, aunque la información exista y de
hecho se contrate con los más importantes y prestigiosos centros de investigación y universidades del
país, el hecho de haber sido financiada por el sector petrolero no permite que tales estudios y
conceptos sean utilizados para establecer si hay o no responsabilidad de las empresas sobre los daños
que les son imputados. Por su lado, las entidades del Estado encargadas del manejo de los temas
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ambientales, además de no generar información, tampoco gozan de la credibilidad ni de la confianza
de la gente, por lo que tampoco han podido validar o invalidar ante la opinión pública los resultados
de las investigaciones que se hacen por parte del sector de los hidrocarburos. 15

De esta manera, los juicios objetivos y justos sobre los temas ambientales no han sido posibles, ya
que el asunto ha caído en un círculo vicioso, en el que no hay información, y la que existe no se
considera válida a la hora de establecer responsabilidades. En medio de las pugnas, los shows
mediáticos y la desinformación, han prevalecido más los intereses particulares y políticos que las
verdaderas intenciones de saber a ciencia cierta cómo es el desempeño de las empresas petroleras, y
cuál es la realidad de cada uno de los asuntos ambientales que preocupan a las comunidades de la
región (Baptiste, 2014).

La reconfiguración económica, social y territorial del área, afectó tanto las relaciones que había entre
los grupos sociales, como la balanza de poderes que hasta entonces había predominado.

Como se puede apreciar, los cambios que la industria petrolera propició en los aspectos sociales y
económicos, generaron esperanzas y expectativas de progreso y prosperidad en la comunidad de
Monterrey.

Estos anhelos de una vida sin conflictos, sin violencia, en paz, sin tantas dificultades, y en la que
pudieran gozar de mejores condiciones de vida y oportunidades para subsistir, se estrellaron con otra
realidad, una que le trajo nuevos actores al territorio, así como nuevos conflictos y disputas por el
manejo del poder y el manejo de las oportunidades petroleras..

En medio de las fuerzas insurgentes, las fuerzas paramilitares y las fuerzas del Estado, comunidades
como las de Monterrey, se vieron obligadas a lidiar en su día a día con un conflicto que no les era
propio, los civiles eran rehenes de la situación que se daba en su territorio, y el tejido social y los
lazos que antes los unieron, con la llegada de la violencia se empezaron a deteriorar. Desde entonces,
Monterrey se convirtió en un área en donde han confluido tanto actores distintos, como distintos
intereses, lo que ha generado que el ambiente y las relaciones entre grupos sean de permanente
tensión.16

15
Caballero Argáez, C., & Amaya Parra, A. (2011). Fundación de Ecopetrol o el Pragmatismo de la Clase Dirigente Colombiana. En
ECOPETROL: Energía Limpia para el Futuro 60 años (págs. 63-99). Bogotá: Villegas Editores.
16
Acuña Rodríguez, O. Y. (2011). "De electores a Bandidos. característica de la violencia política en Boyacá y Casanare, 1948- 1953".
Recuperado el 6 de agosto de 2013, de Dialnet.
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Como hasta aquí se ha visto, con el inicio de las actividades petroleras cambió la vocación económica
del territorio, llegaron nuevos habitantes a la zona y se generó una transformación territorial. La
llegada de grupos armados insurgentes también transformó la organización comunitaria, las
relaciones de poder y el tejido social. Los aspectos culturales y de identidad de la comunidad de
Monterrey, y en general de Casanare, también se vieron afectados con todas estas transformaciones.

La llegada de la industria del petróleo cambió por completo la vocación económica de la población,
el ordenamiento del territorio, la demografía y la estructura social que hasta entonces había
prevalecido, el primer encuentro entre el mundo del petróleo y el de la comunidad fue bastante duro,
sin embargo, más duro aún fue el periodo de cambio y adaptación. Con la vinculación del primer
personal del área a las actividades de explotación petrolera, se dio inicio a un proceso de
transformación de la sociedad campesina en sociedad obrera, y se dieron los primeros choques entre
la cultura local y la cultura petrolera. Estos choques evidenciaron grandes diferencias entre las lógicas
y valores de la empresa y la comunidad.17

En la medida que hubo cambios en los aspectos económicos y sociales, y en la cultura y la identidad,
también hubo cambios en los aspectos políticos y en las relaciones con los Gobiernos central y local.

Las principales problemáticas encontradas en el Municipio de Monterrey se podrían ser


identificadas como:

1) La ausencia del Estado,

2) La imposición de políticas y de modelos socioeconómicos extractivistas.

3) La concentración de las tierras y del poder en manos de unos pocos que terminan por remplazar al
Estado.

4) La no integración a la población local en los proyectos para el “desarrollo” regional.

Durante mucho tiempo, los gobernantes en Casanare gobernaron para las élites y para los que tenían
el poder, y en esa medida fue iluso pensar que con la llegada del petróleo y sus regalías todo sería
diferente. Por el contrario, y como ya se mencionó, la gran cantidad de recursos que llegaron a
Casanare por concepto de rentas petroleras desencadenaron una serie de luchas a sangre y fuego por
el poder, que sumadas a la situación política, la falta de gobierno y la ley del más fuerte, no pudieron

17
Castillo Barón, N. (7 de mayo de 2015). Historiadora y Directora de la Casa Museo 8 de Julio (Yopal). Entrevista para el desarrollo
de la Tesis de Maestría. (Z. S. Roa Arias, Entrevistador) Yopal.
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generar un final distinto al de la violencia que sacudió a toda la población desde finales del siglo
XX.18

En países como Colombia y en regiones como los Llanos Orientales, los enclaves socioeconómicos
se relacionan con la presencia de altas inversiones extranjeras y con la obtención de ingresos a partir
de exportaciones, tal y como ocurre en el sector petrolero.

Los efectos de la economía de enclave en Casanare han sido negativos para la sociedad en general,
porque los términos que ofrece y las circunstancias que genera el sector del enclave, han encarecido
tanto los costos de vida para las personas que habitan las áreas de influencia de los proyectos
petroleros, como los costos para el desarrollo de las actividades del resto de los sectores económico.19

Particularmente la economía de Monterrey se modificó por completo con la llegada del petróleo, al
pasar de ser agrícola y pecuaria a estar volcada al servicio de la industria petrolera. La marcada
tendencia, tanto en las comunidades como en los gobiernos por la generación de ingresos sólo de la
renta petrolera 20 terminó por eliminar el desarrollo de otros sectores económicos, y más grave aún,
por acabar con la seguridad alimentaria de un amplio sector de la población.

La llegada de la industria petrolera y su lógica capitalista rompió con el esquema de seguridad para
la sobrevivencia que hasta entonces había prevalecido, y lo remplazó por un sistema enfocado en el
dinero y la acumulación completamente nuevo para la comunidad local.

Como la tierra en vez de valor de uso empezó a tener valor económico, se dio una reacomodación de
los miembros de la comunidad de Monterrey dentro de la estructura social. Las familias que tenían y
que vendieron a la compañías petroleras los predios más pequeños, en su mayoría salieron del sector,
mientras que las familias con los predios más grandes vieron aumentado su capital al vender pequeñas
o grandes extensiones de tierra a la compañía, y al lotear los terrenos que tenían a los bordes de las
vías para satisfacer la demanda de tierra que se generó por los procesos de migración. El fenómeno
de loteo en los bordes de las vías modificó el ordenamiento territorial, de la misma forma, la entrada
de migrantes y la salida de antiguos pobladores modificó la comunidad y alteró el tejido social.21

18
Castro Leguizamón, G. M. (2012). Efectos Regionales de la Bonanza Petrolera en Colombia: El departamento de Casanare (1990 -
2010). Tesis, FLACSO: México, México.
19
CINEP - COSSPAC. (2009). Casanare: Exhumando el Genocidio. (J. Giraldo Moreno, & F. Laverde, Edits) Colombia: Códice
20
La renta petrolera se sustenta en el derecho de exigencia que tienen los estados petroleros a las empresas petroleras para reclamar
parte de su ingreso con base en la condición jurídica de la propiedad estatal del recurso” (Castro Leguizamón, 2012).
21
Corbridge, S. (1995). “Section one: thinking about development”. In: Development studies: A reader. London
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En la relación con el medio ambiente, la lógica capitalista reemplazó a la lógica que daba al medio
ambiente un papel fundamental para garantizar la subsistencia familiar, y bajo esta nueva lógica, fue
a través del dinero y no de la relación directa con el medio ambiente que se accedió a los recursos
necesarios para vivir.

Las presiones que se generaron sobre el medio ambiente por cuenta de las nuevas dinámicas, las
migraciones y el cambio en el territorio, afectaron la oferta de bienes y servicios ambientales,
disminuyendo la calidad, cantidad y disponibilidad de recursos accesibles para la comunidad, y
afectando principalmente a aquellas familias con menos oportunidades de acceder a ingresos
petroleros, y por ende con mayor necesidad de seguir tomando directamente de la naturaleza los
recursos para garantizar la subsistencia familiar.22

Con la trasformación de la vocación económica de campesinos a obreros se diezmaron los


trabajadores del sector agropecuario, mientras que las filas de los nuevos obreros se empezaron a
engrosar.

El poder económico y político que tuvieron por muchos años los terratenientes y hacendados, y que
radicó en ser la única fuente generadora de trabajo, subsistencia y economía en el Llano, poco a poco
se perdió como resultado de la llegada de la industria petrolera y con el proceso de transformación
del campesinado.

Con la llegada de las compañías petroleras y la movilización del campesinado hacia el sector
petrolero, se irrumpió en esta dinámica socioeconómica, y se cambió por completo tanto el eje
económico de los Llanos como su ubicación, se pasó de una economía basada en la ganadería a una
basada en la actividad petrolera, y del ejercicio del poder desde las sabanas al ejercicio del poder
desde el piedemonte, esto obligó a la reorganización de las estructuras sociales, y terminó por dar a
quienes tuvieron en sus manos el poder de repartir las oportunidades petroleras el nivel de nuevos
dueños del poder.

¿Pero que piensan los habitantes de Monterrey?

Por un lado, la comunidad de Monterrey vive llena de necesidades y problemas en medio del petróleo.

La comunidad menos familiarizada con las políticas económicas predominante, y actuando más bajo
una lógica de subsistencia familiar, entiende que el cambio a una económica petrolera les generó

22
Thompson, E. P. (1979). Tradición, revuelta y consciencia de clase: La economía moral de la multitud en la Inglaterra del siglo XVIII.
Barcelona: Grijalbo.
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beneficios en el corto plazo, pero también que es un esquema económico riesgoso e incierto, y que
no ofrece garantías de largo plazo y de futuro para la subsistencia familiar. La comunidad ve con
preocupación que la vocación agrícola se ha perdido, y que en las condiciones actuales sembrar ya
no es rentable como medio para atender las necesidades familiares, y menos en un contexto afectado
por las problemáticas económicas asociadas al desarrollo petrolero, como los altos costos de vida y
las pocas posibilidades de emplearse en otros sectores. A la comunidad le preocupa que la vocación
por el trabajo del campo se perdió, y que las nuevas generaciones solo tienen interés en vincularse en
la economía del petróleo (Poveda, 2015), paradójicamente son muchos los esfuerzos que las familias
locales realizan para la profesionalización de sus hijos en áreas relacionadas con el petróleo, así como
también son muchas las esperanzas de que puedan lograr una oportunidad en el sector (Castillo
Barón, 2015).

En todos sus discursos la comunidad es reiterativa en su derecho a gozar de los beneficios económicos
que generan las actividades petroleras, y puntualmente a que se les dé prioridad a sus derechos
económicos, a sus necesidades de servicios básicos y al acceso al trabajo que se genere dentro de su
territorio (Poveda, 2015; Comunidades de Casanare frente a la industria petrolera, 2013).

Para la comunidad, el cambio en la tenencia de la tierra y en el ordenamiento del territorio ha sido


uno de los principales impactos de la industria petrolera, y desde donde se han generado otros
impactos y necesidades. Desde el punto de vista legal la mayoría de la comunidad desconoce los
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requisitos y los procesos mediante los cuales el Estado otorga las licencias ambientales, y también
desaprueba y desconoce la gestión del Estado en ésta materia. Para la comunidad la autoridad
ambiental local no es legítima, y en muchos casos ha llegado a chocar con ella, pues existe la
percepción de que la autoridad ambiental los desconoce cómo dueños del territorio, y de que pasa por
encima de los saberes de la comunidad local sobre el comportamiento de su propio espacio, y sobre
sus derechos sobre la tierra (Poveda, 2015).

Para la comunidad más allá de una obligación con las autoridades ambientales, las petroleras tienen
una obligación con ellos en su carácter de legítimos dueños del territorio. Para ellos, la tenencia de la
tierra, el tema ambiental y el tema social están estrechamente ligados y no se pueden separar, y en
este sentido, cuando una empresa se limita a interactuar con las autoridades ambientales sobre los
asuntos que interesan a la comunidad, se sienten desconocidos como dueños del territorio y acuden a
las vías de hecho para hacerse reconocer (La Reportería, 2015).

El tema ambiental evidentemente genera un poder político y social, y por eso es importante
relacionarlo e integrarlo con otras situaciones sociales, políticas y económicas del contexto. Gran
parte del poder que actualmente han cobrado las movilizaciones sociales tiene que ver con el tema
ambiental, y sin embargo es un tema que lejos de la esfera del discurso político ha sido muy poco
estudiado. En esa medida, también hay que verlo como una poderosa bandera que otorga a quien la
porta cierta legitimidad, por eso es tan importante entender a la comunidad y a su estructura social si
se busca entender los intereses y las fuerzas que operan detrás de los poderosos discursos ambientales.
Independientemente de las verdades o equivocaciones que técnicamente se puedan dar.

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