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Responsables de la investigación:
Asesor:
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II. Disposiciones fundamentales y generalidades procesales
1. Introducción.
“(…)”
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Asimismo, el artículo 5º, fracción I, de la Ley de Amparo, prevé la obligación para
el gobernado que pretenda tener la calidad de quejoso en el juicio, deser titular de
un derecho subjetivo o de un interés legítimo individual o colectivo, siempre que
alegue que la norma, acto u omisión reclamados violan sus derechos
fundamentales contenidos en la Constitución Federal o en tratados internacionales
de los que México sea parte y con ello se produzca una afectación real y actual a
su esfera jurídica ya sea de manera directa o en virtud de su especial situación
frente al orden jurídico; lo anterior en armonía con lo dispuesto por el texto
constitucional.
Así, por “interés” debemos entender el vínculo que une a una persona con un
derecho subjetivo cuya titularidad le es reconocida por el Estado o bien con una
situación de hecho que lo distingue del resto de la colectividad frente al orden
jurídico.
Este tipo de interés lo tiene cualquier persona que, como miembro de la sociedad,
desea que las leyes se cumplan; y para quienes los ordenamientos sólo prevén la
denuncia o acción popular; este tipo de interés de ninguna manera y en ningún
caso podrá invocarse como interés legítimo. Así, al resultar jurídicamente
irrelevante, no resulta suficiente para dotar de legitimación procesal activa a
persona alguna dentro del juicio de amparo.
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traducirse en una apertura absoluta para que por cualquier
motivo se acuda al juicio de amparo, ya que el Constituyente
Permanente introdujo un concepto jurídico mediante el cual se
exige al quejoso que demuestre algo más que un interés
simple o jurídicamente irrelevante, entendido éste como
el que puede tener cualquier persona por alguna acción u
omisión del Estado pero que, en caso de satisfacerse, no
se traducirá en un beneficio personal para el interesado,
pues no supone afectación a su esfera jurídica en algún
sentido. En cambio, el interés legítimo se define como aquel
interés personal, individual o colectivo, cualificado, actual, real
y jurídicamente relevante, que puede traducirse, en caso de
concederse el amparo, en un beneficio jurídico en favor del
quejoso derivado de una afectación a su esfera jurídica en
sentido amplio, que puede ser de índole económica,
profesional, de salud pública, o de cualquier otra.
Consecuentemente, cuando el quejoso acredita únicamente el
interés simple, mas no el legítimo, se actualiza la causal de
improcedencia prevista en el artículo 73, fracción XVIII, de la
Ley de Amparo, en relación con el numeral 107, fracción I, de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Es el interés que tiene toda persona titular de un derecho subjetivo reconocido por
la legislación, siempre que alguna norma, algún acto o alguna omisión, violen ese
derecho, produciendo una afectación real o actual de manera directa;en éste caso,
toda persona que cuente con interés jurídico indefectiblemente podrá promover
juicio de amparo siempre y cuando adicionalmente demuestre que la norma, acto
u omisión reclamados le cause una afectación en dicha esfera de derechos.
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derecho legítimamente tutelado y que al ser transgredido por la actuación de la
autoridad, faculta al agraviado para acudir ante el órgano jurisdiccional
demandando la reparación de dicha transgresión.
Debe destacarse que la tutela del derecho sólo comprende a bienes jurídicos
reales y objetivos, por tanto, las afectaciones que resientan deben igualmente ser
susceptibles de apreciarse en forma objetiva para que puedan constituir un
perjuicio, teniendo en cuenta que el interés jurídico debe acreditarse en forma
fehaciente y no inferirse con base en presunciones.
Conviene precisar que por ningún motivo debe confundirse el interés (titularidad
de un derecho o especial situación de hecho frente al orden jurídico) con el
agravio o afectación que se cause al mismo. Ambos han de existir y demostrarse
plenamente dentro del proceso para que la acción de amparo se configure
plenamente; pero puede darse el caso de que exista uno sin la presencia del otro,
lo que necesariamente determina la improcedencia del juicio constitucional.
El interés legítimo es pues, una situación jurídica activa que permite la actuación
de un tercero y que no supone, a diferencia del derecho subjetivo, una obligación
correlativa de dar, hacer o no hacer, exigible a otra persona, pero sí otorga al
interesado la facultad de exigir el respeto del ordenamiento jurídico y, en su caso,
exigir una reparación por los perjuicios antijurídicos que de esa actuación se
deriven.
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derechos que no tienen el carácter de difusos, pero tampoco de derechos
subjetivos.
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Mexicanos, establece que tratándose de la procedencia del
amparo indirecto -en los supuestos en que no se combatan
actos o resoluciones de tribunales-, quien comparezca a un
juicio deberá ubicarse en alguno de los siguientes dos
supuestos: (I) ser titular de un derecho subjetivo, es decir,
alegar una afectación inmediata y directa en la esfera jurídica,
producida en virtud de tal titularidad; o (II) en caso de que no
se cuente con tal interés, la Constitución ahora establece la
posibilidad de solamente aducir un interés legítimo, que será
suficiente para comparecer en el juicio. Dicho interés legítimo
se refiere a la existencia de un vínculo entre ciertos derechos
fundamentales y una persona que comparece en el proceso,
sin que dicha persona requiera de una facultad otorgada
expresamente por el orden jurídico, esto es, la persona que
cuenta con ese interés se encuentra en aptitud de expresar un
agravio diferenciado al resto de los demás integrantes de la
sociedad, al tratarse de un interés cualificado, actual, real y
jurídicamente relevante, de tal forma que la anulación del acto
que se reclama produce un beneficio o efecto positivo en su
esfera jurídica, ya sea actual o futuro pero cierto. En
consecuencia, para que exista un interés legítimo, se requiere
de la existencia de una afectación en cierta esfera jurídica -no
exclusivamente en una cuestión patrimonial-, apreciada bajo
un parámetro de razonabilidad, y no sólo como una simple
posibilidad, esto es, una lógica que debe guardar el vínculo
entre la persona y la afectación aducida, ante lo cual, una
eventual sentencia de protección constitucional implicaría la
obtención de un beneficio determinado, el que no puede ser
lejanamente derivado, sino resultado inmediato de la
resolución que en su caso llegue a dictarse. Como puede
advertirse, el interés legítimo consiste en una categoría
diferenciada y más amplia que el interés jurídico, pero
tampoco se trata del interés genérico de la sociedad como
ocurre con el interés simple, esto es, no se trata de la
generalización de una acción popular, sino del acceso a los
tribunales competentes ante posibles lesiones jurídicas a
intereses jurídicamente relevantes y, por ende, protegidos. En
esta lógica, mediante el interés legítimo, el demandante se
encuentra en una situación jurídica identificable, surgida por
una relación específica con el objeto de la pretensión que
aduce, ya sea por una circunstancia personal o por una
regulación sectorial o grupal, por lo que si bien en una
situación jurídica concreta pueden concurrir el interés
colectivo o difuso y el interés legítimo, lo cierto es que tal
asociación no es absoluta e indefectible; pues es factible que
un juzgador se encuentre con un caso en el cual exista un
interés legítimo individual en virtud de que, la afectación o
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posición especial frente al ordenamiento jurídico, sea una
situación no sólo compartida por un grupo formalmente
identificable, sino que redunde también en una persona
determinada que no pertenezca a dicho grupo. Incluso, podría
darse el supuesto de que la afectación redunde de forma
exclusiva en la esfera jurídica de una persona determinada,
en razón de sus circunstancias específicas. En suma, debido
a su configuración normativa, la categorización de todas las
posibles situaciones y supuestos del interés legítimo, deberá
ser producto de la labor cotidiana de los diversos juzgadores
de amparo al aplicar dicha figura jurídica, ello a la luz de los
lineamientos emitidos por esta Suprema Corte, debiendo
interpretarse acorde a la naturaleza y funciones del juicio de
amparo, esto es, buscando la mayor protección de los
derechos fundamentales de las personas.
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Por último ofrecemos el siguiente mapa conceptual que esquematiza lo referido en
párrafos anteriores.
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Piero Calamandrei citado por Ruiz Torres, Humberto Enrique, “Curso General de Amparo,
Colección de textos jurídicos universitarios”, Editorial Oxford University Press, 2007, pp 253 y 258.
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“tercero interesado”, como interviniente adhesivo litisconsorcial2; yal Ministerio
Público Federal, quien tiene encomendada la tutela del interés público.
2
Ferrer Mac-Gregor Poisot, Eduardo y Rubén Sánchez Gil; “El nuevo juicio de Amparo. Guía de la
reforma constitucional y la nueva Ley de Amparo”; Editorial Porrúa UNAM; 6ª ed.; 2014. pág. 110.
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términos de esta fracción, y cuyas funciones estén
determinadas por una norma general.
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3.1 Quejoso.
Incluso los menores de edad y los demás incapaces pueden tener tal calidad,
pero deberán actuar en principio a través de sus representantes, salvo que éstos
se hallen impedidos, ausentes, se ignore quienes sean o no quisieran hacerlo;
situaciones en las que operará la regla establecida en el artículo 8º, de la ley, a
saber:
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“Si el menor hubiere cumplido catorce años, podrá hacer la
designación de representante en el escrito de demanda.”
Se les denomina de este modo a la Nación, los Estados, el Distrito Federal, los
municipios y las demás corporaciones de carácter público reconocidas por la ley.
En éstos casos les será aplicable la regla contenida en el artículo 7º, de la Ley de
Amparo, que dispone:
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“Las personas morales oficiales estarán exentas de prestar
las garantías que en esta Ley se exige a las partes.”
De acuerdo con el segundo párrafo, de la fracción II, del artículo 5º, de la ley de la
materia: “…los particulares tendrán la calidad de autoridad responsable cuando
realicen actos equivalentes a los de autoridad, que afecten derechos en los
términos de esta fracción, y cuyas funciones estén determinadas por una norma
general.”
El legislador de amparo enunció en el texto del artículo 5º, fracción III, varias
hipótesis a partir de las cuales se puede considerar que existe tercero interesado,
a saber:
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“b) La contraparte del quejoso cuando el acto reclamado
emane de un juicio o controversia del orden judicial,
administrativo, agrario o del trabajo; o tratándose de persona
extraña al procedimiento, la que tenga interés contrario al del
quejoso;
Sirven de apoyo para mejor comprensión del tema los criterios jurisprudenciales
siguientes:
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vigente a partir del 3 de abril de 2013, no agotan todos los
casos en que debe reconocerse a una persona la calidad de
tercero interesado, los cuales se caracterizan por un elemento
común, consistente en que cada uno encierra un interés
contrario al del quejoso; de ahí que para ubicar en ellos un
nuevo y/o distinto supuesto, éste necesariamente deberá
presentar dicha particularidad, al ser ésta el rasgo que unifica
los casos expresamente puntualizados por el legislador y, por
ende, el que identifica la figura que regula la porción
normativa referida.
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PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO EN
MATERIA ADMINISTRATIVA ESPECIALIZADO EN
COMPETENCIA ECONÓMICA, RADIODIFUSIÓN Y
TELECOMUNICACIONES, CON RESIDENCIA EN EL
DISTRITO FEDERAL Y JURISDICCIÓN EN TODA LA
REPÚBLICA.
De conformidad con lo dispuesto por la fracción IV, del artículo 5º, de la Ley, le es
dable promover los recursos que la ley establece:
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4. Capacidad, legitimación y personalidad.
4.1 Capacidad.
Así, el quejoso persona física podrá realizar actos procesales por sí o por su
representante, las personas morales de derecho privado por quienes válidamente
las representen, las personas morales oficiales por los funcionario o
representantes que designen las leyes o las normas de carácter general que
resulten suficientes; las autoridades responsables por sí o por quienes autoricen
las leyes o las normas de carácter general que sean suficientes; el tercero
interesado por sí o por quien lo represente en tanto que el Ministerio Publico de la
Federación, por el agente respectivo.
4.2 Legitimación.
3
Chiovenda Giuseppe citado por Ruiz Torres Humberto Enrique, op.cit. pp 247 y 248.
4
Ovalle Fabela José, “Las controversias Constitucionales y los Órganos Autónomos”, consultado
en línea el 15 de marzo, disponible en
http://biblio.juridicas.unam.mx/revista/pdf/CuestionesConstitucionales/25/ard/ard4.pdf
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que los conceptos de capacidad procesal y de legitimación ad processum, en
realidad son uno solo.
4.3 Personalidad.
Plazo, es un período, lapso o intervalo de tiempo dentro del cual se puede y debe
ejercer una acción o realizar válidamente cualquier acto procesal ante una
autoridad.
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Los plazos para la presentación de la demanda de amparo, están regulados en el
Capítulo II, de la Ley de Amparo, de los artículos 17 al 23.
Como regla general tenemos que los plazos se computarán a partir del día
siguiente a aquél en que surta efectos conforme a la ley del acto, la notificación al
quejoso del acto o resolución que reclame o a aquel en que haya tenido
conocimiento o se ostente sabedor del actor reclamado, salvo las excepciones que
la propia ley señala y que más adelante mencionaremos (artículo 18).
Además, los plazos se computan por días hábiles, los cuales son todos los del año
excepción hecha de aquellos señalados en el artículo 19, de la Ley de Amparo.5
Para tener claros los diferentes plazos que se tienen para presentar la demanda
de amparo, nos permitimos añadir el cuadro siguiente:
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Artículo 19. Son días hábiles para la promoción, substanciación y resolución de los juicios de
amparo todos los del año, con excepción de los sábados y domingos, uno de enero, cinco de
febrero, veintiuno de marzo, uno y cinco de mayo, dieciséis de septiembre, doce de octubre, veinte
de noviembre y veinticinco de diciembre, así como aquellos en que se suspendan las labores en el
órgano jurisdiccional ante el cual se tramite el juicio de amparo, o cuando no pueda funcionar por
causa de fuerza mayor.
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6. Autoridades competentes para conocer del amparo.
El artículo 33, de la Ley de Amparo, señala qué autoridades son competentes para
conocer del amparo, a saber:
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b) La separación del cargo y/o consignación de los servidores públicos
contumaces en el cumplimento de una sentencia de amparo;
c) La separación de la autoridad que haya incurrido en la repetición
del acto reclamado y la vista correspondiente al Ministerio Público
Federal, incluso cuando se haya revocado el acto repetitivo, si al
conocer de un incidente de inejecución o de una inconformidad de
las previstas en el artículo 201, fracción III, de la Ley de Amparo,
así lo acuerda la Sala respectiva y el Pleno lo estima justificado, y
d) La procedencia del cumplimiento sustituto de una sentencia de
amparo que se pretenda decretar de oficio, previo desahogo del
incidente previsto en el párrafo tercero del artículo 205, de la Ley de
Amparo, substanciado por el Presidente de este Alto Tribunal; así
como de la procedencia del cumplimiento sustituto de una
sentencia de amparo solicitado por cualquiera de las partes, cuando
el tribunal de amparo que conoció del incidente previsto en el
párrafo tercero del artículo 205, de la Ley de Amparo, haya emitido
opinión favorable.
• Amparo directo.
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“En materia agraria y en los juicios en contra de tribunales federales de lo
contencioso administrativo, es competente el tribunal colegiado de circuito
que tenga jurisdicción en donde el acto reclamado deba tener ejecución,
trate de ejecutarse, se esté ejecutando o se haya ejecutado; si el acto
reclamado puede tener ejecución en más de un circuito o ha comenzado a
ejecutarse en uno de ellos y sigue ejecutándose en otro, es competente el
tribunal colegiado de circuito que primero hubiere recibido la demanda; en
su defecto, aquél que dicte acuerdo sobre la misma.”
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la Sala en la que se radique el recurso respectivo determine que
su resolución corresponde a un Tribunal Colegiado de Circuito;
c) Habiéndose planteado la inconstitucionalidad de leyes federales,
subsista la materia de constitucionalidad de éstas, y exista
jurisprudencia del Pleno o de las Salas de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, y
d) Los amparos en revisión en los que, sobre el tema debatido, se
integre, aunque no se haya publicado, jurisprudencia del Pleno o
de las Salas; o cuando existan tres precedentes emitidos
indistintamente por el Pleno o las Salas, en forma ininterrumpida y
en el mismo sentido, y no se hubiere alcanzado votación idónea
para integrar jurisprudencia.
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“Artículo 37. Es juez competente el que tenga jurisdicción en
el lugar donde el acto que se reclame deba tener ejecución,
trate de ejecutarse, se esté ejecutando o se haya ejecutado.
Si el acto reclamado puede tener ejecución en más de un
distrito o ha comenzado a ejecutarse en uno de ellos y sigue
ejecutándose en otro, es competente el juez de distrito ante el
que se presente la demanda. Cuando el acto reclamado no
requiera ejecución material es competente el juez de distrito
en cuya jurisdicción se haya presentado la demanda.”
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dejándose constancia de lo esencial. Es optativo para el
promovente presentar su escrito en forma impresa o
electrónicamente.
“(…).
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Como puede observarse, ya es factible no sólo presentar la demanda de amparo
electrónicamente, sino la tramitación íntegra del expediente y sus recursos
relacionados por esta vía; lamentablemente, su cabal implementación se enfrenta
a serios problemas presupuestales y materiales; amén de la idiosincrasia del foro
que tiende a desconfiar de las nuevas tecnologías en cuanto a su seguridad y
efectividad.
“(…).”
“(…).”
“(…).
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correspondiente, señalando las limitaciones o revocación de
facultades en el uso de la misma.”
“(…)
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“Las autoridades responsables que cuenten con Firma
Electrónica están obligadas a ingresar al sistema electrónico
del Poder Judicial de la Federación todos los días y obtener la
constancia a que se refiere la fracción III del artículo 31 de
esta Ley, en un plazo máximo de dos días a partir de que el
órgano jurisdiccional la hubiere enviado, con excepción de las
determinaciones dictadas en el incidente de suspensión en
cuyo caso el plazo será de veinticuatro horas.
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“III. Cuando por caso fortuito, fuerza mayor o por fallas
técnicas se interrumpa el sistema, haciendo imposible el envío
y la recepción de promociones dentro de los plazos
establecidos en la ley, las partes deberán dar aviso de
inmediato, por cualquier otra vía, al órgano jurisdiccional que
corresponda, el que comunicará tal situación a la unidad
administrativa encargada de operar el sistema. En tanto dure
ese acontecimiento, se suspenderán, únicamente por ese
lapso, los plazos correspondientes.
“(…)
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“Se entiende generada la constancia cuando el sistema
electrónico del Poder Judicial de la Federación produzca el
aviso de la hora en que se recupere la determinación judicial
correspondiente, contenida en el archivo electrónico.”
Esta Firma Electrónica Certificada la tiene que tramitar toda persona física
(incluyendo servidores públicos) que pretenda utilizar el Sistema Electrónico que el
Poder Judicial pondrá a disposición para poder solventar todas y cada una de las
actuaciones en el juicio de amparo.
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Bibliografía.
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